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HORIZONTES DE LA INFORMATICA1

A la Nada: Verdadera
contenedora de las propiedades
de la materia

Un biólogo molecular, Alan Kay, inició en 1971 la revolución que cambió la


manera de mirar la tecnología: el computador personal o PC, como se le dice hoy. Desde el
centro de Investigaciones de Palo Alto, y luego en el laboratorio de Inteligencia Artificial
de Stanford donde compartía su carrera como músico de Jazz, sintetizó: “los computadores
son a la informática lo que los instrumentos a la música”. La programación o software son
las partituras, cuya interpretación potencia nuestros sentidos y facultades elevando nuestro
espíritu. Dijo Leonardo Da Vinci: “La música es la modelación del silencio”. Oportuna
frase para un programa de computador. La naturaleza invisible de la música es análoga a la
de un programa de computador.

La materia prima de la informática son marcas o señales de concisión extrema


almacenada por millares de millones en el comúnmente llamado CPU (Central Processing
Unit) que representa el soporte físico o hardware. Para almacenar estas señales se usan
diversos materiales. La modalidad actual es millones de circuitos integrados en diminutas
pastillas de silicio. En una partitura musical los elementos materiales donde queda
plasmada la melodía son la tinta y el papel, en el pentagrama. En biología, el mensaje que
de una a otra generación transmite el ADN se concreta y se conserva en la organización y
disposición de los grupos moleculares llamados nucleóticos. La capacidad de
representación de estos signos trazados en papel, ADN o silicio, en principio es la misma.
El único significado intrínseco de una marca o signo es encontrarse donde está. Afirmaba
Gregory Bateson, antropólogo y comunicólogo norteamericano que “información es
cualquier diferencia que crea una diferencia”.

Alan Kay descubrió que tanta maravilla computacional debía tener una particular
relación con quien la usa. Y esa es la Interfase con el Usuario. Las máquinas antes de Kay
y su equipo estaban básicamente orientadas a aprender de ellas antes que al “fácil uso de
éstas”. Kay centró allí su enfoque. Entendió que gran parte de la “vida” depende de la
interacción visual y auditiva y de su ritmo.

Descubrimos de niños que la arcilla puede moldearse, que para darle forma basta
hundir las manos en su masa. Algo similar se tenía que hacer con su computador. Su
material se presentaba tan desligado de la experiencia humana como un lingote radiactivo.
Había que manejarlo desde lejos mediante botones, brazos mecánicos y un monitor de
televisión. Esto en la era pre-PC.

1
Artículo aparecido en la revista dominical Estampas del diario El Universal. Caracas 17 de marzo de 1996.
Págs. 16-17, 29 y 33.
¿Qué clase de contacto emocional podría establecerse con este tipo de material
plástico, si tan remoto se nos presentaba su aspecto físico?
Podríamos sentir lo que llamaríamos “barro computacional” gracias a lo que
denominaron Interfase Gráfica con el Usuario. Y ese fue el aporte. Alan Kay y su grupo
llamaron “La Ilusión del Usuario” para imaginar qué cosas deberían estar en un
computador, y justificar mítica y simplísticamente las acciones “naturales” que debe seguir
un programa en cada paso. Haciendo uso de que “se dispone de lo que se ve”, las imágenes
en nuestra pantalla son reproducción fiel de la Ilusión del Usuario. Aparecieron entonces el
“menú”, las “ventanas”, y los “Iconos”. A esto se le añadió el “Ratón” para
“seleccionarlos”, siguió el mundo multimedia en un computador enriqueciendo aún más
esta interfase. Este aporte permitió que se masificara el Computador Personal de una
manera explosivamente creciente.

Reconfiguración de la sociedad

Esta experiencia que hoy se tiene con un computador empezó a extenderse más allá
de su propia frontera. Cambia la escala de conectividad. Viene el segundo salto. La gente
no está sola. El hombre es hombre en tanto interactúa con los demás. Las redes de
computadores empiezan a desplazar los grandes computadores. Se renormaliza el concepto
de red.

Sus capacidades se potencian aún más. Y esta masificación se extendió a todas las
áreas de la sociedad: Estado, Oficina, Banca, Industria, Servicios. Luego este mundo
comienza a conectarse entre sí, pero manteniendo una constante: computador personal
como centro de conexión. Como célula unitaria para el acceso a todo este vasto mundo y
desde cualquier ámbito. El centro ha sido desplazado. Antes, la gente viajaba hacia el
mundo exterior, ahora ese mundo viene hacia ellos. El mediador entre el mundo y nosotros
sigue siendo un computador, al cual sólo se le agregamos un modulador –demodulador
(MODEM) y una línea telefónica. Aparecen las Carteleras Electrónicas (Bulletin Board
Systems): lugares de intercambio libre de información en forma horizontal.

En 1983 nace internet en USA. Se conectan todos los centros de conocimientos del
mundo. Se empiezan a conectar las escuelas. Se les suman el Estado, la banca, la industria,
las oficinas y el centro sigue siendo el mismo. Se reconfigura la sociedad. En 1991 se firma
en Estados Unidos lo que dio inicio al “Information Superhighway” o “Superautopista de
la Información”. Cito sólo una de las promesas: obtener toda la Enciclopedia Británica en
menos de un segundo desde esta red. Se trata de construir en los próximos cinco años las
super-aplicaciones para la más vasta y ambiciosa red de computadores en el mundo. Este
año se desreguló la ley de telecomunicaciones. Ahora todo aparato capaz de comunicar
gente podrá acceder al Infomation Superhighway. Se le conoce también como el World
Wide Web. La radio y la TV estarán contenidas allí. Se cablea la realidad. Desaparece la
noción de distancia para acceder a la información. Se reconfigura el concepto mismo de
espacio. La transferencia de productos se aligera enormemente. Los puertos son nudos de
esta red. Aparece la globalidad necesaria. Desde este punto de vista, el mito de Big Brother
de Orwell no se dará. Se establece una nueva relación democrática. Le llamo Democracia
Digital o Democracia Online. Las relaciones se establecen de manera horizontal. La
participación en tiempo real ha llegado. Cada vez el mundo comienza a ser más accesible
para el usuario de un computador personal. Las relaciones entre la gente se estrechan más.

Los nuevos espacios para la imaginación

Hoy se navega por la información por medio del hipertexto. Una palabra subrayada
nos lleva a su definición cuando con un “clic” de ratón la “tocamos”. Esto nos conecta con
todos los contextos donde esta palabra es citada: desde e-mails (correos electrónicos) hasta
su definición en los diccionarios que existen en línea. Los próximos pasos de este tipo de
búsqueda serán: conexión de imágenes con texto, sonidos con texto, video con texto y las
combinaciones entre esas categorías. Estamos entonces frente a un conocimiento más
global.

Hacia una manera más libre de asociación de ideas. Este es el tercer salto. Del
hipertexto a la asociación de Ideas con Ideas dentro de un equivalente biológico, simbólico
o equivalente matemático, si existiese. Es un espacio para relacionar analogías y
semejanzas, tal como estamos acostumbrados a pensar cotidianamente. Es la manera como
naturalmente asociamos nuestras ideas. Este tipo de configuración dará paso a lo que
llamaremos super-patrones. La diferencia estriba en que la relación se establece de muchos
a muchos y no de nosotros mismos con nosotros mismos.

Para ello, esta interconectividad a niveles del conocimiento cada vez más
superiores, nos puede llevar a los rudimentos de una nueva red mental. En este espacio,
llamado Cyberspace, se empieza a fraguar algo llamado “realidad virtual”, donde cada vez
nos encontramos más inmersos, ya que en ella están contenidos casi todos los elementos de
la “realidad”. En esta red mental, la inteligencia será la moneda última. Ella es la única que
cabe allí. Es lo más rápido y efectivo que podemos dar. Esta será intercambiada por objetos
con “masa” para nuestro confort.

La red como una “Máquina de Aprender”

Más allá de todo esto, pareciera configurarse la sociedad del futuro, como una Gran
Máquina de Aprender. El conocimiento fluye libremente desde sus creadores hasta quienes
materialicen estas ideas. La intermediación se optimiza. Se genera así, la tercera generación
de interactividad. Se empieza a aprender de la Red. Toda la sociedad comienza a estar cada
vez más allí porque la moneda es otra. Se reconfigura el individualismo. Cada persona
puede ser capaz de aportar a esta máquina de aprender y a la vez, recibir más rápida y
directamente, sus beneficios. Y paradójicamente no desaparece el amor, porque las
relaciones de afecto con las cuales fue concebida esta red humana parte del hombre
integrado a la naturaleza como el centro de partida del mismo.
¿Generará hacia las generaciones futuras esta gran máquina de aprender otro nuevo
tipo de ser más colectivo?

¿Generaremos un nuevo tipo de sincronicidad jungiana? ¿Qué nuevos tipos de


Inconsciente Colectivo se generará?

¿Cuál nuevo tipo de propiedad inmanente aparecerá de esta nueva organicidad?

Esta sociedad, que aprende más rápido de sí misma, tendrá en el mismo Mundo
Digital, nuevas herramientas para comprender el gran vacío que rodea a la vida misma y sin
embargo, gracias a que la Física es infinita, siempre existirá una nueva organicidad por
alcanzar.

Más allá, nos queda entonces el horizonte mismo de la especulación última: quizás
la próxima red sea telepática.

José Alí Vivas


Físico teórico

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