Prdlogo a la cuarta edicién i
Bate bro es una nueva crsiazacién de las ideas que expuse
por primera vor en una sere de conferencias promunciadas
hhace casi veinticince fies Muchos han sido los adelantos
experimentades desde entonees por la, antropologla. social;
falgunor de ellos fueren simples modas pasajeras, pero en
‘su mayeria condujeron a una formulacién més exacts. de los
problemas en estudio y « una investigacién de campo més
precisa
Se han explorado auevas Greas de interés; 2¢ han admitido
y-constraide modelos que mejeraron nuestros andlisiss we han
Derfeccionado las hipStesis acerea de la naturaleza de la ac-
én socal y us zelacioncs. La divulgacién de Ia antropotogta
ial desde su primitivo centro de desarrollo (Gran Breta-
fa) al universe de estudiceos de las ciencias del hombre,
cen s1 me amplia acepeién, ha contribuido en mucho a e2-
timular la investigaciba y el intercambio de ideas entre Jes
expertes
‘Algunes de estos progresos fueron tenidos en cuenta en Ia
tercera edicién de esta obra, publicada diez afos atrés, Des-
de entonces, el estudio de Tos sistemas de ideas, mitos y si
holos existentes bajo distintas condiciones socioculturales ha
‘enido ocupando un lugar cada vex més prominente dentro
«dela diaciplina y, pese a que la eantropologia de la experien-
sim po i despertado nn gran inter yao he macifvi
{do cierta preecupacién por la primacia de los sentimientes
personales en la investigacién y en Ja ensefianza, En algunas
ce sus formas, esto podria sinificar una especie de solipsis
‘mo que dificultaria la comparacién de lo obscrvedo. Por su
parte, ou temlencia ha propendido a dedicar mayor alen-
‘dn a Ta telacin. entre el antropSlogo y la sociedad en ge-
neral, incluso la constiuida por los pueblos que ha estudia-
do, y @ desiacar su, obligacién para con eston,
‘Yo mismo he participado en estas coctiemtes de opinidn, Ade-
nfs, con posteriordad a la Gltima edicién de este libro, he
velo (en 1963 y 1966, respectivamente) @ Malasia y Ti
9opia, escenario de michas de’ mis anteioresinvestgncio-
nes de campo, rexistrando los cambios que estaban expers-
‘mentando eas sociedades y aun partidipando hasta. certo
ppunto en ellos.
‘Aunque nuevas teoris y material de campo podrian en ver-
aera ec, come tno expos
‘cuanto se conoce en y sobre la fal, sino
feteeninenes on chiens eel pon a
‘a de algunos aspector generales de dicho estudio. Por exo
‘me ha parecido que puede reimprimine tal como est viendo
fn ella una contribucién @ log elmientos de Tas moder-
‘mas ciencies del hombre,
Raymond Firth
Londres, marzo de 1971
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Prdlogo a la tercera edici6n
Dasce la primera edicién de este libro, diex afts atrs, se
hha observado un gran aumento en el interés que. despie
la aniropologia social. Entre el piblico general, se debié
parcialmente al deseo de saber mis acerca de los pueblos
de Asia y Africa que acaban de aleangar la independencia,
politica y, también, a una mayor inelinacién hacia cualquier
Ciseiplina clentfica que parezea arrojar més luz sobre los
recalcitrantes problemas de Ia sociedad modema. En los
cireulor mis profesionales, nuestros eolegas de campos aff
nes (p- e), sociologia, priologia, ciencias politcas, y hasta
‘economia) han descubierto la posibilidad de una integracién,
estrecha entre sun propias iceas y trabajos, por un lado,
[Spe cmv Ge prea eal 1 jose me
terial guministrado. por les estudios antropologices, por
‘otro, Esto ha redundado en una comprensién de la. Tabor
‘que reaiza el antropSlogo yuna valoracin de sus andlsis
comparatives el jento urnano mucho _mayo-
res que Jas que privaban hasta Ja fecha. Al mismo tiempo,
la einterfecundaciéns de ideas ha benefciado a les antro-
jpélogos, quienes tendieron a dar un aspecto menos exttico,
kris precio y realita a sus andlisis,y comensaron a prestar
‘mayor atencibn a problemas de evidente importancia social:
rmigracién, tenencia y usufructo de la tierra, estratificacion
socal, feudalism, gobierno locsl, salud piblica, Asimisino,
poco a poco ee han apartado del estudio de los pueblos pit
fivos para examinar, eon mayor confianza, las insitaciones
ence del cambio social han patado m integra el mate
Fal de ertudio, en vex de analinte come s
faewen producto de condiciones at ,
Si el tiempo y las eircunstancias me le permitleran, reharia
‘muchos pasajes de Ta primera edicién de este libro'y ahon.
2
‘darfa més ea Ja consideract6n de las implicaciones fileséf-
‘as; amén de ello, podria incorporarse un cuantiowo maie+
ial nuevo. para eniquecer la exposidién 0 ilustracla con
ejemplos recientes. Aunque en las conferencias que dieron
origen al bro no se wataban en especial los sistemas de sta-
tus, la polities ye coatrol social, podria incluirsles, dando
asi’ mayer amplitud y utilidad al trabajo; empero, nuestro
Propésito al escrbirlo no fue abarcar todo el campo de
fstdio, sino sefalar tm punto de vista general y presentar
tuna teoria coherente dentro del estudio comparative de las
institeiones huranas
‘Avun autor no puede exigireele un juicio definitive sobre la
importancia de si obra, en relacién con el progreso de si
disiplia, pero su idea’ personal al respecto puede ayudar
ala interpretacién de dicha obra.
Por un lado, considero a este libro como la continuacién del
‘en pro del uso de la rat y In investgacisn Sn
eroivica para comprender las cuestiones cise.
Hoy dic, ninguna petsona ensata puede creer «que la razsn
rmotiva dati todo el comportamiento humana, ot que por si
scla puede resolver la mayoria de los problemas que aquejan.
al hombre; s ree, como yo, que el conocimiento y la perso-
nalidad humana son los Valores pimordiales de nuestra vi-
‘a, no puede tostener tus convieciones apoyindose simple-
mente eh la razén, En la complejidad de nuestra existencia,
con sur alegvias y sufrimientos tantas veces inexplicabes, se
fagitan oat ideas admiibles: las de una fuente de valores
‘extrahumana, una realidad Gitima que exede nuestra com-
prensén, un mistero dentro del cual solo la fo permite al-
canzar la piena realizacién de la personalidad humara. No
hhay explicaciones tencilas en esta materi, pero las bmita.
oe
nuerta negativa a evar ‘cuanto sea -
uae meee eases
‘reencia y conducta que mantiene el hombre en diferentes
tipor de sociedad. Desde esta perspectiva, el antropélogo,de-
be contempt es umeros varianis en os princiin
rales, y en el credo y la prctica religioos, come obras del
hombre (a menado de caricter simbélico) que integran si
storna bisqueda de un significado para su vida y de medics
para adaptarie alos problemas de la existencia social
Por otro lado, creo que este libro forma parte del desafto
contra un detérminiamo social vigido, Dentro de la antro-
pologia social y de la sociologia, ciertas concepciones han
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