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Heriberto Rangel
Maestria en Educación
Unipamplona 2008
Deleuze
Presentación
La teleología de este intento “cartografico”; en el sentido planteado por Guattari y Rolnik, como una
suerte risomática de relaciones de sentido donde las sujetaciones definidas desde los “campos” en
tensión tejen las emergencias del deseo, preñadas todas de las historias y potencialidades definitorias de
los territorios desde donde es posible leer las subjetividades que nos pueblan; es reconfigurar la
propuesta de Neil Postman en su texto “El Fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la
escuela”, desembaranzandola de los sueños modernistas para atemperarla en el “deseo” tan propio, y
necesario, del (en el) sur. En este sentido el texo comporta dos niveles, el primero alrededor de la
propuesta de Postman, y, el segundo correspondiente al momento propiamente intersubjetivo dirigido al
recconfigurar.
Primera Parte.
El Fin de la Educación de Neil Postman es un texto provocativo, en varios lugares incluso divertido, sin
embargo, es al mismo tiempo una oda nostalgica al mundo de la modernidad tardía exacerbadamente
norteamericanista. Esta situación confiere al trabajo, especialmente en su segunda parte, momentos
extremadamente planos y predecibles, no obstante, es un buen punto de partida para nuevas reflexiones
dirigidas a articular la preocupación general que orienta la tesís de Postman; a saber:
“...no hay mejor medio de poner fin a la escolarización que privarla de todo fin”1
El autor define esta situacción apalancado en la metafisica del hecho educativo, en tanto su fin
teleológico, este enunciado da claramente forma al titulo del texto, plantea la metafisica a manera de
narrativa en el sentido de los grandes relatos de la modernidad, y la determina como situación
problemica, a decir verdad para Postman es de hecho “el problema” de la educación.
Sin lugar a dudas el fin último de la educación; enunciado articulado por Postman al interior del texto
para dar cuenta de una doble significación de fin en el titulo del texto; o mejor, la construcción
colectiva de un nuevo fin para la educación pública en nortemaerica es el hilo conductor desarrollado
por el autor, tanto así, que aún en el nivel superestructural es visible, toda vez que el libro esta
1
Postman, Neil. El Fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la escuela. Ediciones Octaedro. Barcelona:
1999. pág. 16
compuesto por dos niveles, “partes” en su voz. La primera dedicada a justificar el problema del “fin”
de la educación en tanto metafisica problemica, para ello se valdrá de los tres primeros capitulos de
cuatro que dan forma a esta parte, dentro de la cuál la metaforá de “dios con d minúscula” será el eje
denotativo de valor para las “narraciones” orientadoras de las prácticas sociales propias de los
“ciudadanos y ciudadanas” de los Estados Unidos.
El cuarto capitulo de esta primera parte es de hecho el paso argumentativo a la segunda se presenta a
manera de esbozo del momento propositivo del texto donde el “fin” se orientará una nueva teleológia
de los relatos, en el sentido de Liotard. Pero, son los titulos de cada uno de estos capitulos lo que más
llama la atención durante la lectura exploratoria de la propuesta de Postman; a saber:
1. Necesitados de dioses
2. Algunos dioses no funcionan
3. Algunos nuevos dioses tampoco funcionan
4. Dioses que podrían funcionar
El dramatismo de esta primera parte contrasta muy bien con las afirmaciones del autor sobre su
filiación con el judaismo y con el “estadounidocentrismo” sujetacciones explicitas dentro de la línea
argumental desarollada en el texto.
La segunda parte, no menos drámatica, da cuenta de las “narraciones” alrededor de las cuales podría
refundarse la educación pública norteamericana, Postman presenta cinco metaforas que a su modo de
ver estan profundamente insertas en las prácticas de la sociedad estadounidense, tanto así que son
visibles en elementos tan cotidianos como el cine y la televisión.
A pesar de los titulos rimbombantes la prosa de Postman resulta realmente acsequible para cualquier
lector o lectora, aún para quien no estubiese familiarizado con tema educativo alguno, en este sentido
sus líneas argumentales son claras y particularmente sucintas so pesar de la aparente complejidad del
tema, merito todo del autor. A continuación se harán visibles la líneas argumentales del texto de manera
que el camino hacia la reconfiguración quede abonado.
1. Los dioses de antaño; en el primer capitulo Postman presentará con nostalgía evidente a los
antiguos dioses de la educación pública nortemaericana, dioses en el sentido de fines
teleológicos del acto educacional, aparentemente el autor no estaba familiarizado al menos en
aquel momento historico cuando escribio el “Fin de la Educación” con el principio de
“aprendemos a pesar de la escuela”. Dos son los dioses educativos de presentados, incluso hasta
arequeológicamente, a saber:
“He aqui una Norteamerica descrita como un gran crisol de culturas. Una
historia así ofrece respuestas a muchas preguntas profundas, tales como:
¿para qué sirven las escuelas?. Sirven para convertir en estadounidenses a los
desechos malparados procedentes de costas abarrotadas. Sirven para ofrecer
a los derrotados y a los solitarios un vínculo común con la hisotria y el futuro
de un país, con sus símbolos sagrados, con su promesa de libertad”3
2. Los dioses que no funcionan. Este campo ofrece una visión del cambio epocal a través de los
ojos de un modernista, quien realiza la lectura de los “signos de los tiempos” sobre la base de la
aparición de movimientos “de la falta de sentido”, dentro de los que cuenta a la Filosofía de la
deconstrucción, -pobre Derrida-, la precarización de los simbólos sagrados, o al menos de su
uso pondrá a la Democracia y al Crisol de cultura al mismo nivel de las herejias capitalistas,
para ver mal nacer a siete4 narraciones equivocas, o al menos insuficientes para dar cuenta de
una teleología educativa.
2
Op. cit. Pág. 25
3
Op. cit. Pág. 26
4
A propósito de la naturaleza judía del autor
5
Op. cit. Pág. 33
empleo interesante ha quedado, como todo su discurso, superada”6
“Me estoy refiriendo al dios del consumismo, cuyo axioma moral básico
qqueda reflejado en el eslogan: “Quien muera con más juguetes, gana”.
Dicho de otro modo, que la bondad reside en aquellos que compran y la
maldad en los que no lo hacen”7
La ciencia. Heredera de los dioses todos del mundo antiguo, se dedico, al menos en sus
inicios a transformarlos (a los dioses antiguos) en ingenieros y cientificos, pretendía dar
sentido a las preguntas todas de lo humano, su mayor presunción fue la de conocer al
modo de Dios, por lo tanto, su tarea máxima es conocer todo lo conocible, no obstante,
su credo no ofrece limites morales, ni trascendencia, por ello, resulto igualmente
insuficiente para explicar el por qué de la educación.
La tecnología. Es una nueva forma de activismo que pretende sustraer las acciones
educativas para reconstruirlas alrededor de la utilidad económica, el consumismo o de
cualquier otra narrativa en vogue.
6
Op. cit. Pág. 47
7
Op. cit. Pág. 46
8
Op. cit. Pág. 32
9
Op. cit. Pág. 65
El multiculturalismo. Es una forma aberrante del crisol de culturas, propone la
exacerbación de la etnicidad de forma que todos los relatos de los oprimidos emerjan
como el único relato posible, para el autor esta forma “mounstrosa” apunta a la
desintegración de los Estados Unidos y propugna por el establecimiento de la diferencia
como un punto de una “no reconcilación” posible, al contrario de su forma primitiva,
que apuntaba a la unidad.
“Al igual que muchas otras narrativas importantes, esta incluye también sus
propios conceptos del bien y el mal. En su versión más terrorífica, el mal
reside en la gente blanca, particularmente en la de procedencia y formación
europeas. El bien radica en los no blancos, particularmente en las víctimas de
la “hegemonía blanca”10
3. Dioses que podrian servir. En este nivel Postman da cuenta de los nuevos relatos posibles para
alimentar los nuevos fines de la educación;
“Mi intención con la presente obra consiste en dar respuesta a esa pregunta11
con cinco narrativas que, cada una por su lado, contiene
suficienteresonancia y fuerza para poder sertomada como razones para la
escolarización. En mi opinión ofrecen orientación moral, sentido de
continuidad, explicaciones sobre el pasado, claridad sobre el presente y
esperanza para el futuro. Se aproximan tanto como me resulta posible
imaginar, dentro del contexto de la escuela pública, al sentido de
trascendencia”12
En la segunda parte de “El Fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la escuela”,
Postman se esforzará por articular los nuevos relatos con la realidad escolar norteamericana,
para ello ofrece algunas recomendaciones prácticas para hacerlo posible, sin embargo, su
argumentación esta más llena de preguntas que de respuestas, toda vez que la educación
involucra un número importante de actores, y cada uno de ellos es necesario para dar vida a las
narrativas delimitadas por el autor, en este sentido la mirada puesta en la historía, en el lenguaje,
en los límites del saber, el estaounidocentrismo, caracterizado por la legitimación de los
metarelatos de esta cultura, lo que implica la reconstrucción de sus discursos desde el
metalenguaje y la reconfiguración de una diversidad práctica orientada a la aglutinación de la
diferencia en torno a un fin, el de los Estados Unidos. En este sentido solo definire los límites
argumentativos de los muevos dioses propuestos por Postman y escindiré sus explicaciones
prácticas al respecto de cada uno de ellos, más alla de lo propuesto en estas líneas.
10
Op. cit. Pág. 67
11
Postman se refiere aqui al ¿por qué? de la educación
12
Op. cit. Pág. 78
en irrelevante y ridículo, poniendo de manifiesto la interdependencia entre
los seres humanos y su necesidad de solidaridad”13
El ángel caído. Presenta al error como un hecho humano que permite, potencia incluso,
el aprendizaje, implica por lo tanto hacer visible la duda frente a todas las verdades
como punto de partida para la construcción de lo propiamente humano.
“Todo ello forma parte de la gran narrativa sobre cómo los humanos utilizan
el lenguaje para transformar el mundo y cómo a su vez son transformados
por su invención...Somos hacedores del mundo y tejedores de palabras. Eso
es lo que nos hace a la vez listos y tontos, morales e inmorales, tolerantes e
intolerantes. Eso es lo que nos hace humanos. ¿ es posible contar esta
historia en las escuelas, para motivar a nuestros alumnos a investigar sobre
los progresos de nuestra dimensión humana, a través del control de los
códigos mediante los cuales nos dirigimos al mundo; para ayudarnos a
aprender lo que sucede cuando perdemos el control sobre nuestras propias
invenciones?”17
13
Op. cit. Pág. 80-81
14
Op. cit. Pág. 84
15
Op. cit. Pág. 88
16
Op. cit. Pág. 92
17
Op. cit. Pág. 104
Segunda Parte
Frente a la majestuosa caida de los dioses de la modernidad a los que tan ferviente y nostalgicamente
sirve e invoca Postman en su texto “El Fin de la Educación. Una nueva definición del valor de la
escuela”, es “mi deseo”, en el sentido deleuziano, sobreponer una perspectiva alternativa, contingente,
de resitencia y sobre todo de frontera, para ello quiero proponer valiendome de la voz de Deleuze como
principio de partida que: “la vida no puede ser aprisionada”.
No importa cuán feróz o fuerte sea el relato, la narrativa o el dios conjurado a controlarla, la vida
siempre tejera líneas de fuga, risomas o potenciará acontecimientos dispuestos para vencer los
esfuerzos todos de controlarla, pero, especialmente de limitarla, de describirla, de conmiarla a un único
discurso a una sola voz. Para Postaman, el dispositivo de control esta compuesto por cinco voces que
cantan al únisono a la democracía y al crisol de culturas como formas de constrrucción de una cultura
únicay hegemonica dispuesta a abrazar la etnicidad y el error como parte de lo humano como escencia
creadora de una sociedad más fuerte, cohesionada y sobre todo sólida, de forma tal que la (cultura)
resultante sea una fuente inagotable de respuestas al ¿porque? de los devenires humanos en ella
inmersos, el Dios, con d mayuscula, de Postman es el Occidente Ilustrado, pero, lo que él olvida
Guattari lo recuerda;
La lectura metafisica de Postman no es otra cosa que la escisión de la realidad política de la escuela, o
mejor, de las subjetividades escolares inmersas en lo educativo, esta ausencia de agenciamientos
políticos es visible en el discurso del autor cuando se refiere a la ingenieria pedagogíca o a la ciencia
cognitiva, estas prácticas se presentan como despojos de los devenires que se encarnan en nuestras
singularidades, se convierten entonces en caparazones vacios donde el sin sentido reina en forma de un
frenesí productivo hacia ningún lado, el fin de la escuela es como diria Deleuze “una cuestión de
percepciones”19.
El fin de la escuela, parafraseando a Deleuze, es enseñar, o mejor, aprender a aprehender los devenires
que nos rodean, tal empresa demanda el desarrollo de una sensibilidad perceptual particularmente
humana que nos permita otear las realidades todas que nos envuelven para percibir en ellas su
precariedad, su fragilidad, su delicadeza, su belleza, para transformarlas en un acontecimiento de forma
tal que sea posible ver “el mundo en mi”, no como yo, sino como “nosotr@s”, no como la mayoría,
sino como la inmensa minoria, por que;
A esta sensibilidad constructiva y hasta decconstructiva la llaman Deleuze y Guattari “deseo”, con d
18
Rolnik Suely; Guattari, Félix,. Micropolítica. Cartografias del deseo. Traficantes de Sueños. Madrid: 2006. Pág. 27
19
http://www.youtube.com/watch?v=1k0xwCQF920&eurl=http://inmanencia.blogspot.com/
minuscula -a proposito de Postman-, el deseo es en palabras de Deleuze “...construir un agenciamiento,
construir un conjunto”20, completa afirmando “el deseo fluye, siempre esta fluyendo”. Interpretar el
horizonte de los devenires humanos como una construcción sigular y en conjunto, interpretar nuestros
lugares al interior de la gran red de la vida, entender que “no soy...devengo en”, tal es la labor de la
educación, enseñar a desear, toda vez que no hay nada más dificil que desear.
El deseo no aparece aqui en el sentido del psicoanálisis, como carencia, sino como potencia como línea
de fuga, como movimiento y hasta como producción, por ello para desear es necesario aprender a
desear, pues sus territorios son moviles, fugaces, pero, sobre todo contingentes y resistentes a las
formas de construcción de la privación y del control de las subjetividades que plantea, planea y ejecuta
la cultura hegemonica, donde el pensamiento único y el capitalismo se funden para ofrecer una fuente
de respuestas desde donde manan los dioses muertos de Postman.
“La propia esencia del lucro capitalista está en que no se reduce al campo de
la plusvalía económica: está también en la toma de poder sobre la
subjetividad”21
En esta toma del poder es donde “deseo” incribir este intento cartográfico, para ello debería dar cuenta
de los agenciamientos que delimitan los territorios donde “mi” singularidad se mueve, tal vez, desde
donde “nomadea”. No obstante, esta cartografía no esta dedicada a “mis agenciamientos”, sino a la
posibilidad de uno tejido en colectivo, descarnado de dioses y metarelatos, pero, anclado con firmeza
en los sueños co-construidos del deseo, como certeza de los modos de conocer inscritos en la
inmanencia historica del ahora, como multitudes.
En este sentido surge una vez más la resistencia hacia la propuesta de Postman apuntalada hacia una
alineación cultural, dentro de la cuál habitan incluso más formas que las ofrecidas por los (antiguos)
dioses de la nostalgía, al respecto Guattari propones tres formas de cultura en Occidente, a saber, la
cultura valor, donde se teje la dicotomía de lo culto versus lo inculto como estrategía de escisión; la
cultra alma-colectiva, donde se pretenden las revindicaciones de todas las prácticas sociales, se
configura más como un campo donde se hacen visibles las tenciones entre las resistencias y lo
hegemonico, como resultado se harán visibles reterritorializaciones que poblaran la cultura valor;
finalmente, la cultura de masas entendida como los bienes, las personas, las referencias teóricas, las
ideologías, y demás elementos semióticos escindidos del deseo, en este sentido es de hecho el escenario
donde el poder toma el control de las subjetividades.
Los dioses de Postman dan forma a un conjunto de habitos semióticos donde las culturas de valor, de
alma-colectiva, y de masas producen un tipo particular de “mayoría”, masculina, mayor de edad,
citadina, protestante, donde las sigulaidades toman la forma de demicracia y de crisol de culturas, pero,
en realidad se encuentran vacias de devenir, toda vez que no es suficiente ser, pues lo fundamental es
agenciarse como...devenir en. En este sentido el fin de la educación es, podría ser, el deseo de libertad,
de emancipación, de inclusión, de igualdad....
20
http://www.youtube.com/watch?v=PDGfL_c77wc
21
Op. cit. Rolnik Suely; Guattari, Félix. Pág. 28
contemporánea; la tercera certeza, es la de saber que, además de poder, estoy
obligada a actuar de manera autónoma, consiente y alegre en las
transformaciones de los muchos, todo lo cual condensa gran parte del saber
contemporáneo acerca de la resignificación ético-política de nuestra
permanente interacción como fuerzas vivas de la naturaleza en el tránsito del
devenir. Esta respuesta a la problemática del sujeto metafísico, escindido de
su ambiente vital, establece la relevancia histórica de una ontología
materialista del ser y el devenir, así como de la espiral que conduce a la ética
y la política”22
Frente a los dioses de la modernidad, frente a las metafisicas de los metarrelatos, “deseemos” el
aquellare del movimiento y gritemos.....
22
Paredes, Esperanza. La violencia simbólica en la cultura acdémica de la institución de educación superior. Una mirada
feminista. Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventu.Manizales: 207. Pág. 13