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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY

CAMPUS MONTERREY

La ética y el enfoque médico actual

Ana Lydia Mendoza Camacho A01110382

Ética, Persona y Sociedad. Grupo 8

Maestro Rafael Nieves

Monterrey, Nuevo León. 21 de Noviembre de 2008.


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TECNOLÓGICO DE MONTERREY

Ana Lydia Mendoza Camacho A01110382

Ética, Persona y Sociedad. Grupo 8.

Rafael Nieves

21 de noviembre de 2008

La ética y el enfoque médico actual

No puedo pagar la operación. Los servicios médicos cada vez son más caros. Mejor voy con un
curandero. De algo me tenía que morir. Muchos de estos son los comentarios que escuchamos acerca de
la medicina o atención médica en la actualidad. ¿Cómo es que algo que está destinado a ayudar a las
personas haya cambiado su enfoque de tal manera que lucra con la salud de las mismas para alcanzar
estándares monetarios? Formar parte de una carrera, en la que la mayoría de las personas busca
convertirse en famosos cirujanos, y con un alto ingreso económico, y donde lo último que importe es la
salud y la preservación de la misma; es sin lugar a dudas algo completamente opuesto a lo que se espera
de la carrera de medicina. Desde el inicio de la humanidad, el hombre ha buscado encontrar cura a todo
aquello que afecta su cuerpo, y ahora, en una época en la que se han perdido los valores, y el amor y
respeto por la vida humana, la cura a las enfermedades se ha vuelto también, un negocio. Si en lugar de
dedicarnos a alcanzar cosas triviales, como es el dinero, volviéramos a un mundo donde existan los
valores, la dignidad humana tenga un lugar primordial, y actuemos éticamente; la medicina seguiría
proveyendo a las personas los medios para vivir saludables de manera justa. Retomar un camino ético,
nos permitirá, de forma exitosa, recobrar el enfoque original de la medicina, que es ayudar a preservar la
salud, de igual forma para todos los seres humanos.

Trabajar con la salud es algo tan delicado, que primero que nada se tiene que hacer una selección a
aquellas personas que quieren estudiar medicina, o alguna ciencia de investigación en campos de salud.
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En un pasado, los estudiantes de medicina eran encabezados por aquellos que tenían la vocación de
estudiar dicha carrera. Sin embargo, ahora existe un cambio en esa manera de verla; no se hace porque
se está consciente de que puede contribuir a la mejora de la calidad de vida de millones de seres
humanos, si se estudia en el campo de investigación; o bien, porque se logrará rescatar a personas
enfermas, o evitar que lleguen a serios grados de enfermedad. No, ahora es más importante lo que nos
pueda dejar, económicamente hablando. Ocurre algo muy interesante, existe el llamado síndrome: ¿para
qué estudio medicina, si no me haré rico? “En la bienvenida nos recuerdan que el que haya escogido esta
profesión que no piense en hacerse rico (ahora es el momento en el que nos levantamos y huimos…),
que hay que estar toda la vida estudiando y que un médico lo es las 24 horas” (Martínez, 2004). ¿Cómo
es que, una persona que quiere estudiar medicina se detiene, por un segundo en pensar en huir porque no
va a hacerse rico? Esto es importante, porque estamos viviendo en una era en la que el hombre, ahora es
light. Tal y como lo describe Enrique Rojas, el hombre light es consumista, frívolo, tiene decadencia
moral: ahora lo importante es su máximo placer. Esto es precisamente lo que está afectando a nuestros
futuros médicos. El simple hecho de ayudar, no les es suficiente, requieren de prestigio y dinero como
cartas de presentación para sentir que están haciendo algo. Sin embargo, es claro que los médicos no
deben tener como principal objetivo algo tan trivial como vendría siendo la riqueza o posición.

Si el objetivo principal es el dinero, quiere decir que el ser humano ha pasado a segundo plano, y por
consiguiente, se ha convertido en un medio. Uno de los principales filósofos, en opinar acerca del uso
del hombre como medio fue Kant, quien decía que: “Ha de proteger a seres que son fines en sí mismos
por tener valor absoluto y que, por lo tanto, no deben ser tratados como simples medios” (Cortina,
1996). Hablar del ser humano como medio para conseguir dinero, es degradar su valor, de tal manera
que algo tan sustancial como el dinero quede por encima de seres con un potencial y un valor mucho
más alto que aquél que pueda proveer el dinero. El fin de la medicina no es para nada la generación del
dinero a partir de seres humanos. Por el contrario, es el uso de los recursos para mejorar la calidad de
vida de las personas. Si estamos conscientes de eso, ¿por qué seguimos regidos por una sociedad médica
que ha perdido todo el sentido de solidaridad en manos de un nuevo mundo basado en el dinero y el
prestigio? La respuesta es que estamos viviendo una época en la que los valores, al igual que el ser
humano en sí, han dejado de ser lo primordial, el respeto a la vida ya no es considerado algo tan
importante.
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Lo más triste de todo esto, no es que se haya perdido en gran parte la esencia de la medicina. Claro que
una gran parte de los estudiantes y de los médicos, no tienen como objetivo el dinero; para ellos es
simplemente un plus, algo que viene “en el paquete”. La decepción viene cuando nos damos cuenta de
que esto está sucediendo, y permanecemos como espectadores ante la vida. No actuamos, no nos
interesamos; somos indiferentes. ¿A quién se culpa? Esta es una de las grandes preguntas en términos
sociales. ¿A quién culpar por los problemas que vive nuestra comunidad, el mundo? Es probable que a la
evolución, conforme ha evolucionado el hombre, también ha evolucionado su manera de ver el mundo.
¿Qué puede entusiasmar a una persona que sabe que el hombre puede llegar a la luna, que se pueden
crear dobles, que existen armas tan letales que se podría acabar con la humanidad entera con una sola?
Es por esto que no podemos esperar tampoco que todos tengan fe en el cambio. ¿Por qué esforzarme en
preservar la salud, si de todas maneras la gente no se cuida, no existe cura para las enfermedades más
mortíferas, si puedo hacerme rico a causa de cirugías en las que lo último que importa es la salud?

Aun así, no todo es indiferencia, ambición o uso del hombre. Existe también una pérdida del enfoque de
recibimiento de ayuda por parte de los pacientes. Ellos están conscientes del cambio en los médicos. El
hecho de tener una enfermedad pasa a segundo plano ante la falta económica ante los grandes costos
médicos. Ellos saben que incluso tener gripa, les podría costar mucho dinero. Es imposible vivir en una
sociedad donde los avances son tales, que existen países con la capacidad de alimentar a toda la Tierra, y
que limitan sus recursos, ni siquiera a toda su población; si no a unos cuantos. La necesidad de las
personas, de adquirir medicamentos es tan grande, que han surgido los ahora llamados medicamentos
genéricos. Medicamentos, a mucho más bajo costo, debido a que no son de “marca”. Estos
medicamentos surgen debido al alto precio de los medicamentos de patente. “Un comparativo realizado
por EL NORTE entre Farmacias Benavides, Guadalajara y Del Ahorro reveló que en algunos
medicamentos existe una diferencia de precio de más de 400 por ciento entre la medicina de marca,
comparada con el mismo producto, pero Genérico Intercambiable” (Domínguez, 2008). Esto nos
permite darnos cuenta de la diferencia de precio tan grande que existe. Sin embargo, la calidad de estos
productos está en duda, incluso por los mismos médicos. La cuestión es, porque a pesar de estar
conscientes de que puedan a determinado plazo dañar o poner en duda la salud de un ser humano, no
busquen ni siquiera bajar los precios un poco. Incluso las instituciones de ayuda han presentado
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limitantes, porque no existe manera de que el presupuesto diseñado para la ayuda monetaria en cuanto a
medicamentos alcance para tantos, para tantas personas.

Todo esto nos lleva a darnos cuenta de la pérdida de respeto por la vida. Si bien es cierto que los
distintos cambios y acontecimientos de los que ha sido testigo nuestra sociedad, han generado este actual
desinterés por la medicina como tal, y esta nueva ambición por el status y el dinero, ha surgido también,
de la ética, una nueva perspectiva llamada bioética. Esta “ética aplicada”, es una de las más importantes,
ya que, al analizarse, sería una máxima. Esto quiere decir que el respeto por la vida humana es algo en lo
que la gran mayoría estaría de acuerdo. La bioética, asume tres principios, que son en gran parte
aquellos que se habían estado olvidando en la carrera de medicina. El primero sería de autonomía, ya
que las personas tienen la capacidad de gobernarse a sí mismas; y en caso de que no, eso las hace
vulnerables, y por tanto deben ser protegidas. Esto pasa con personas discapacitadas, a las que muchas
veces no se les respetan sus derechos, porque aparentemente no tienen capacidad de opinión; pero en
lugar de protegerlas, se les ataca o bien, no se les presta la atención que merecen. El segundo principio
viene siendo de beneficencia. Esto es visto como la obligación del médico y tiene que ver en gran parte
con el Juramento Hipocrático. Lo curioso de este, es que, va en contra de muchas de las actividades que
muchos médicos realizan en la actualidad, y que ahora, la bioética, busca eliminar. De los puntos más
importantes de este juramento, están el de la preservación de la vida, al no proporcionar sustancias que
puedan matar; y aún así hay médicos practicando abortos, existe el dilema de la eutanasia. Se hará todo
en beneficio de los enfermos, pero este ni siquiera quiere recurrir a los médicos porque no puede pagar
todo lo que conlleva hacerlo. No importarán los cálculos; sin embargo, esa es la razón por la que en la
actualidad se ha incrementado el número de médicos. ¿Irónico? Es ahí donde entra la bioética, se
requiere de eliminar la ironía a estas situaciones. El tercer principio es la justicia. Justicia al momento de
distribuir los recursos apropiadamente. Alejarnos del egoísmo entre los países en términos de
conocimientos médicos, ser capaces de evitar la competencia y poner todo nuestro interés en el ser
humano y cómo ayudarlo.

Sin embargo, para que la bioética tenga un impacto mucho más grande en la sociedad, es necesario
retomar la ética en las escuelas, situación que había quedado en el olvido por muchas de las instituciones
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académicas a nivel mundial. Filosofar es una actividad importante al momento de tomar en cuenta los
problemas y buscar nuevas soluciones. Se requiere reflexionar, estar consciente de cuál es el problema…
¿la pérdida del enfoque actual de la medicina?, ¿por qué?; porque el sentido de los médicos ha
cambiado, y la sociedad está perdiendo la confianza en una de las instituciones más grandes con las que
cuenta su salud. Tener capacidad crítica, estar conscientes de que la medicina en la actualidad llega a ser
vista como un negocio, cuando debería ser la base de la salud y la cooperación humanitaria.
Argumentación de los hechos; con bases, no con ideales. Ser testigos de lo que pasa y hacer a otros
testigos de lo que pasa. La medicina ya no tiene como enfoque principal ayudar; ¿por qué?, porque es
más importante, ¿por qué?, porque ahora vivimos en una sociedad en la que la indiferencia es lo más
común, donde no importan los problemas, ¿Por qué?. En fin, argumentar los hechos hasta hacer a los
demás conscientes de aquello que unos cuantos ya han logrado ver. Tener opinión pública. ¿Lo sabes?,
házmelo saber. Ser capaces de mostrar nuestro conocimiento al mundo. ¿No estás conforme con la
situación actual de la medicina? Hay que decirlo, hay que demostrar que no está pasando de noche la
situación, que sigue siendo importante retomar la medicina como la ciencia que se encarga de la
preservación de la salud. Sin olvidar por supuesto, que de nada sirve estar consciente de una situación si
no se está dispuesto a hacer algo para cambiarla.

Ahora bien, ¿a dónde nos lleva todo esto? ¿Es tan importante que exista este cambio a nivel médico? La
respuesta es sí. No sólo porque ha cambiado el sentido de una carrera tan importante., si no porque nos
está afectando como sociedad. No es posible escuchar frases como “quiero estudiar para hacerme rico,
los honorarios por operación son altísimos”, “quiero ser cirujano plástico para ganar mucho dinero”, y lo
peor del caso, es que son frases salidas de la boca de futuros médicos. Personalmente, esto afecta mi
manera de ver la carrera que decidí estudiar hace años, cuando todavía el enfoque médico era más
humanitario que monetario, años cuando no existía tanto interés en la cirugía estética, y más en la
preservación de la salud. En la sociedad, el surgimiento de la bioética es una respuesta a la falta de
humanización de la medicina; su objetivo y función en el mundo actual está ahora enfocado a ganar
dinero y adquirir status social y laboral. La medicina junto con los valores que “teóricamente”
mantienen nuestra sociedad como la justicia, honestidad y democracia han perdido sentido. No son
reglamentos nuevos los que necesitamos para modernizar la medicina porque un set de normas no hace
más que truncar nuestras posibilidades y limitar nuestras capacidades. Es establecer una ética basado en
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lo que, como diría Kant, es universalmente correcto, adquiriendo un compromiso y responsabilidad


social por hacer el bien. Si intentamos cambiar la medicina desde sus orígenes en las universidades hasta
las instituciones que la regulan en nuestro país con nuevas reglas, estas tendrían que estar sumamente
enfocadas en los valores y en los principios de la bioética. Sin embargo, esto no será posible si no
inculcamos personas con valores desde un inicio. Lo importante es, recuperar los valores que se han
perdido, para que la sociedad vuelva a creer en la medicina como debe ser, pensando siempre en la salud
de las personas, reconociendo el valor que tienen como seres humanos, enfocados en la dignidad. Esto a
futuro nos ayudaría en el aspecto que contaríamos con médicos mucho más humanos, y al estar
conscientes de la bioética, serían también mejores médicos, capaces de ayudar a un mayor número de
personas de forma correcta, justa. Las personas volverían a confiar en que la ayuda estaría ahí para ellos
en el momento en que ellos lo requirieran y no solamente si tuvieran dinero. Necesitamos vivir en una
sociedad donde, mínimo en la medicina, se esté consciente de que el dinero no es lo más importante. No
podemos permitir que incluso en términos de salud exista el lucro.

Como podemos ver, estamos viviendo en una sociedad cuya pérdida de valores, interés en la vida y la
falta de respeto por el ser humano, han afectado el enfoque que tiene la medicina, no sólo como carrera,
en términos de que se estudia para ganar dinero; si no también como institución, ya que se ha perdido la
confianza en la ayuda que se pueda recibir. Sin embargo, el problema de la pérdida de valores y la
indiferencia es tan grande, que se requiere un cambio en las instituciones médicas, de manera que exista
de nuevo una base fundamentada en la asistencia social y en la preservación mundial de la salud. El
cambio será lento, pero si nos esforzamos y comenzamos por recuperar los valores personales, para
después plasmarlos en la sociedad, el cambio será mucho más sencillo y con un impacto mucho más
grande.

Fuentes Consultadas:
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Martínez Casanovas, Carlos. “La vocación de ser médico”. El espacio de los Mir. 2004. Online. Internet.
21 de noviembre de 2008. Acceso en: < http://www.medicinageneral.org/revista_64/pdf/318_319.pdf>

Arias, Saturnino. “Acapara la medicina barata 50% del mercado”. Tabasco Hoy. 2007. Online. Internet.
21 de noviembre de 2008. Acceso en: < http://www.tabascohoy.com.mx/nota.php?id_nota=133160>

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