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DOSSIER
Elo gio
logio
de la educ ación ambien
educación tal
ambiental
U
n antiguo proverbio chi- to en la que se pone en cuestión su
no dice: “¡Ojalá vivas en propia existencia, hasta el punto de
una época interesante!”. aparecer, no sé si procedente del
Así escrito parece una escenario de la reflexión teórica e
buenaventura, pero esta frase era ideológica o de las cocinas del mer-
utilizada como una sutil maldición. cado simbólico afín al mercado de
Es cierto, las “épocas interesantes” los capitales (del marketing), una
coinciden con momentos históricos nueva denominación: la Educa-
de convulsión y crisis, con etapas ción para el Desarrollo Sustenta-
en el devenir personal o colectivo ble (EDS). Denominación y enfo-
en las que se cuestionan las estruc- que que se está impulsando desde
turas y las convenciones estableci- distintas plataformas instituciona-
das; en las que se necesita idear les, incluido el sistema de las Na-
nuevas alternativas que no siempre ciones Unidas a través de organis-
son fáciles de concebir y de acor- mos como el Consejo Económico
dar. Pienso, con sinceridad, que la y Social, la UNESCO o el PNUMA –
Educación Ambiental (EA) está vi- entre otros–, y que llega para ocu-
viendo uno de estos momentos, par el lugar de una Educación Am-
aunque buena parte o la mayoría biental que se juzga reduccionista,
de su comunidad de practicantes anacrónica e ineficaz frente a los
no sea consciente de la crisis que retos de la globalización económi-
se está produciendo. Por un lado, ca y de la irrupción de una supues-
estamos en una fase de desconcier- ta “sociedad del conocimiento”.
metodológico o ideológico
Proponer este debate ahora, cuando ya llevan
transcurridas casi dos decenas de meses de la Déca-
DOSSIER
Elogio de la educación ambiental
UNO
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Elogio de la educación ambiental
tentable que fue consagrado en la cumbre ambiental sociedades más avanzadas y su huella ecológica en
de 1992 es el sobradamente conocido Informe términos de consumo de recursos y de producción
Bruntlandt (CMMAD, 1987). Lo cierto es que en este de residuos (es fácil demostrar desde un punto de
informe no se hace referencia alguna a la EA, aunque vista estadístico que las tasas de escolarización en los
sí a la educación –en general– como uno de los prin- países desarrollados fueron creciendo paralelamente
cipales instrumentos para la construcción de un fu- con indicadores ambientales claramente negativos
turo distinto, asumiendo el ya conocido discurso como la producción de residuos domésticos, el con-
prometeico tan afín a la literatura de la ONU. Una de sumo de agua, el consumo de combustibles fósiles,
las particularidades de este discurso es la referencia etc., per capita); mientras que todavía existen en el
a la educación casi siempre orientada a los países planeta comunidades indígenas absolutamente aje-
subdesarrollados y centrada en la alfabetización de la nas a cualquier experiencia educativa formal que sin
población y, principalmente, de aquellos grupos socia- embargo mantienen un equilibrio notable con su
les más desfavorecidos (mujeres, infancia, minorías, entorno. No estoy afirmando con esto que las altas
grupos más pobres, etc.). Se asume, implícitamente, tasas de escolarización sean la causa o formen parte
que la educación básica universal es la principal baza de las causas de la crisis ambiental, pero resulta evi-
en el camino hacia un mundo más sustentable y equi- dente que son un factor fundamental en la repro-
tativo. Ello explica, por ejemplo, que el Capítulo 36 ducción de las sociedades occidentales y del modo
de la Agenda 21 dé mayor importancia a la Declara- particular en que éstas conciben la apropiación del
ción de Jomtien de la Conferencia Mundial sobre Edu- mundo y las relaciones con otras sociedades. Tam-
cación para Todos (Tailandia, 1990), que a otros do- bién hay que reconocer, que las altas tasas de escola-
cumentos o declaraciones más específicamente rización se correlacionan positivamente con la satis-
concebidos para orientar la respuesta educativa a la facción de otros parámetros relacionados con el
crisis ambiental. bienestar y la calidad de vida: la esperanza de vida, la
No seré yo quien cuestione la importancia de mayor igualdad entre hombres y mujeres, la salud,
universalizar el acceso a la educación básica; es más, etc.
sería difícil que alguien pudiera oponerse a una aspi- Este enfoque generalista es una de las caracte-
ración que suele presentarse como un derecho bási- rísticas de la EDS, y se acentúa en las recomendacio-
co de la persona (al menos desde un punto de vista nes educativas del plan de acción aprobado en la
occidental). Sí se podría cuestionar la existencia de Cumbre de Johannesburgo de 2002.
una correlación positiva automática entre el nivel
educativo –toda vez que se habla esencialmente de TRES
educación escolarizada o formal– y una relación más
equilibrada con el entorno, o una mayor solidaridad El Programa Internacional de Educación Ambiental
con los otros y que, por tanto, el incremento del nivel (PIEA) puesto en marcha en el año de 1975 como
educativo mejoraría o mejora automáticamente las parte de la aplicación del plan de acción acordado
condiciones del contorno local y progresivamente las en la Cumbre de Estocolmo, bajo el auspicio de la
del ambiente global. Que eso sea así dependerá, en UNESCO y el PNUMA, y que se cita en el Capítulo 36
todo caso, de muchos más factores que la acción de la Agenda 21 como un instrumento que ha de ser
educativa formal puede reforzar, pero también obs- reorientado hacia el desarrollo sustentable, fue can-
truir, dependiendo de los contenidos, la metodolo- celado en 1995, sólo tres años después de la cumbre
gía, los valores, las concepciones de aprendizaje, las de Río y sin haber sido siquiera evaluado como des-
formas de organización, etc., que se adopten como taca González–Gaudiano (1999). Su defunción co-
marco curricular de la práctica escolar. Para explicar incidió con los prolegómenos de la Conferencia In-
mejor lo que queremos decir: existe una correlación ternacional sobre Ambiente y Sociedad: Educación
evidente entre las altas tasas de escolarización en las y Conciencia Pública para la Sustentabilidad, cele-
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Elogio de la educación ambiental
Otra debilidad, reiteradamente denunciada traliana como Robottom y Fien, por ejemplo) se ve-
desde los discursos más críticos de la EA, es la des- nía “manejando esta misma orientación más social
viación naturalista y conservacionista que caracteri- que ahora se promueve para la EDS precisamente
za muchas actividades y prácticas que se sitúan den- desde la EA, por lo que sustituir simplemente los con-
tro de su campo disciplinar. Este ha sido un obstáculo ceptos, además de que representaría perder un acti-
importante, pero no creemos que sea atribuible a una vo político que ha sido difícil de construir, contri-
debilidad teórica o metodológica específica del cam- buiría a la confusión de quien se ha incorporado a
po de la EA, sino a la dominancia cultural de una este campo durante la última década”. El corolario
representación todavía reduccionista del ambiente de este análisis es obvio: ¿para qué crear un nuevo
(=naturaleza), anclada en ciertas visiones románti- campo cuando el que ya existía comprendía las aspi-
cas y edénicas del medio natural, sobre todo en los raciones y los discursos de los que se anuncian y
países más desarrollados. Nos atrevemos a pronosti- enuncian como distintos y más avanzados?
car que esta desviación, especialmente funcional
cuando no se quieren adoptar políticas ambientales CUATRO
o sociales que cuestionen el orden económico–polí-
tico establecido, no se alterará substancialmente por La controversia entre EA y EDS condujo a la realización
adoptar una nueva denominación y, en apariencia, de distintos estudios para explorar la percepción sobre
un nuevo discurso educativo centrado en la noción la misma dentro del campo educativo–ambiental. El
de desarrollo sustentable. Esto es, el reduccionismo primero al que queremos hacer referencia fue auspi-
naturalista o conservacionista no es atribuible a la EA ciado por la Comisión de Educación y Comunica-
como campo o disciplina per se, sino que es una ex- ción de la UICN (Hesselink, van Kempen y Wals,
presión en el mismo campo –criticada y cuestiona- 2000). En él participaron 50 expertos de 25 países a
da– de una representación del ambiente y de la crisis través de Internet, contestando a una serie de pre-
ambiental todavía dominante en la sociedad. Esto guntas cerradas y remitiendo sus opiniones a una
explica porqué, por ejemplo, las instituciones públi- persona encargada de moderar el debate a través de
cas o privadas que quieren contratar un educador (o
educadora) ambiental piensan antes en un biólogo
que en un filósofo, por designar un “experto” del CUADRO 1
que no se espera especial competencia o saber para POSIBLES RELACIONES ENTRE EA Y EDS QUE EXPRESARON
ejercer como tal. Que es preciso adoptar un concep- LOS PARTICIPANTES EN EL ESDEBATE
to de ambiente más integral y multidimensional y
que las ciencias sociales deben desempeñar un papel
tan relevante o más que las ciencias naturales en el
tipo de cambios que es necesario impulsar en las re-
presentaciones y en las relaciones entre los sistemas
humanos y la biosfera, son principios que ya forma-
ban parte de la EA, sobre todo de aquellos sectores
más ligados a la pedagogía crítica en la medida en
que enuncian el cambio necesario como social, y no
sólo de los “comportamientos (estilos de vida)”, de
los “conocimientos” o de los “valores”. González–
Gaudiano (2003b: 18) destaca cómo en la comuni-
dad latinoamericana –España y Portugal incluidas–
y para algunos colectivos canadienses (a los que yo
sumaría algunos autores de la pedagogía crítica aus- Fuente: Hesselink, van Kempen y Wals (2000: 12).
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Elogio de la educación ambiental
Resulta paradójico, o quizás no tanto, que la disciplinar que reconoce la propia UNESCO. Otros
mayoría de los expertos latinoamericanos consulta- campos próximos, con estatus epistemológico y cien-
dos por Edgar González, 46%, entienda también que tífico más consolidado, como la psicología ambien-
la década de la EDS es un “gran logro” y que sólo tal o la sociología ambiental, no están produciendo
29% la consideren un “problema”, mientras que 23% fórmulas similares, si bien utilizan el desarrollo sus-
se reserva su opinión. La razón de esta aparente con- tentable en sus discursos como un concepto políti-
tradicción radica en la visión pragmática que tien- co–ideológico y normativo que se utiliza en la repre-
den a adoptar los actores: favorecerá la canalización sentación de la crisis ambiental y en la definición de
de financiamiento y apoyo político a las acciones y a las políticas de respuesta.
los programas educativo–ambientales, estimulará la Cabe recordar, siguiendo a Foucault, que cual-
implicación de más instituciones, etc. quier discurso no es verdadero o falso en sí mismo,
sino que tiende a producir “efectos de verdad”, in-
EPÍLOGO fluyendo en la forma en que los agentes sociales re-
presentan la realidad social y actúan en ella. Escobar
Las razones utilizadas para justificar por qué la EA (1995), por ejemplo, entiende que el poder del con-
debe de dar paso a un nuevo discurso centrado en la cepto de desarrollo sustentable no está tanto en su
EDS no parecen demasiado consistentes. Es difícil consistencia teórica o en su capacidad real para trans-
encontrar argumentos sólidos más allá del uso del formar las políticas ambientales –que asocia directa-
concepto de desarrollo sustentable como un recla- mente con la ideología liberal–, sino que está en su
mo o un fetiche que conecta con cierto ambientalismo participación en la producción de la realidad. Lo
neoliberal que hace fortuna, principalmente en las mismo cabe decir de la EDS: podemos denunciar su
sociedades más avanzadas. Nadie es tan torpe para inconsistencia teórica, demostrar que no aporta no-
rechazar un modelo de desarrollo que promete sus- vedades relevantes en la respuesta educativa a la cri-
tentabilidad ecológica y equidad social en el mismo sis ambiental (salvo llamar la atención una vez más
lote, con el valor agregado de no cuestionar el orden sobre algunas inconsistencias –importantes– en la
económico y socio–político establecido. Ello explica, praxis de la EA), develar que asume una concepción
por ejemplo, que políticos, científicos, educadores y neoliberal del desarrollo y de las relaciones humanas
actores varios del campo ambiental aludan al desa- con el ambiente, o mostrar que en su génesis pesa-
rrollo sustentable atribuyéndole significados y con- ron más los juegos de poder e intereses en los circui-
secuencias operativas substancialmente distintas y tos de la ONU ajenos a la dinámica del campo educa-
hasta contrapuestas entre sí. Una proliferación y con- tivo–ambiental que otro tipo de argumentos, etc., pero
fusión de conceptos y de políticas asociadas que es no cabe duda de que al estar en el Decenio de la
fácil de constatar, por ejemplo, entre los actores po- Educación para el Desarrollo Sustentable es de es-
líticos, técnicos y sociales protagonistas de la expan- perar que este hecho incida en las políticas educati-
sión de la Agenda 21 locales (Ramos y Meira, 2003). vas y ambientales a distintos niveles (internacional,
Buena parte, sino es que la mayoría, de la co- regional, local). Podemos ignorar a la EDS, pero difí-
munidad de practicantes de la EA asiste indiferente o cilmente la EDS ignorará a quienes nos movemos en
ingenua a la irrupción de la EDS, asumiendo implíci- el campo de la EA.
tamente que lo que se hace o se va a hacer seguirá Quiero finalizar recordando otro proverbio
siendo, en esencia, educación ambiental. Desde mi chino, retomado de Confucio por Deng Xiaoping, el
punto de vista, retomando la representación de la impulsor de la última modernización de China, que
Cuadro 1, la EDS es una “corriente”, un “modelo” o dice: “blanco o negro, qué importa el color del gato,
un “paradigma” dentro de la pluralidad de visiones si caza ratones”. Podría ser la actitud más inteligente
ideológicas y metodológicas surgidas en la evolución en este caso, si por inteligencia se entiende la capaci-
de la disciplina que conocemos como EA, identidad dad de adaptación a las circunstancias si uno o una
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Elogio de la educación ambiental
no tuviesen demasiados escrúpulos ideológicos o éti- Mexicano de Investigación Educativa, pp. 243—275.
cos. A mi no me sirve, puesto que asumo que detrás ______(2003b), “Hacia un decenio de la educación para el desa-
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de la EDS existe un proyecto ideológico claramente núm. 5, pp. 16-19.
orientado a una resolución en clave liberal y de mer- ______ (2004), Encuesta latinoamericana y caribeña sobre la educa-
cado de la doble crisis, la ecológica y la social, las dos ción para el desarrollo sustentable, Estudio presentado á Con-
caras de la misma moneda. Es lo único que explica el ferencia Internacional de Educaçao para o Desenvolvimento
Sustentable, Universidade de Miño, Braga, Portugal, mayo
intento de convencernos de que la EDS supera a la de 2004.
EA. Respeto y comprendo a quien asume la EDS como Hesselink, Frits, Peter Paul van Kempen y Arjen Wals (Eds.) (2000),
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