Asambleas y elecciones

Departamento de Latín IES Marqués de Santillana

Agustín Prieto Espuñes.

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Agustín Prieto Espuñes.

ASAMBLEAS Y ELECCIONES

1- Asambleas electorales y legislativas.

Las características fundamentales de la asamblea romana, en comparación con la griega,
son:

se vota dentro del grupo y cada grupo tiene un voto. Previamente se reunían las centurias
o las tribus y decidían, por mayoría, el sentido del voto, que un portavoz llevaba luego a la
asamblea. Esto favorecía a los patricios y a las clases altas.

no existe un mínimo para decidir y celebrar la asamblea: los que no acuden se entiende que
delegan.

no tienen derecho a proponer proyectos de ley (rogatio), y deben rechazar o aprobar en
bloque los proyectos presentados por los magistrados.

Al principio se votaba oralmente; hasta el s. III a.C. el voto no fue escrito y secreto. Los
votantes pasaban por un puente y penetraban en una especie de cercado (ouile), a cuya
entrada depositaban la tablilla, con el nombre del candidato, en una urna. Una vez dentro
del cercado, no podían salir hasta el final de la votación, para evitar que alguno votara dos
veces.

Estas asambleas se denominan comicios

(comitia) y existen tres tipos:
• comicios por curias (comitia curiata).
Son los más antiguos, pues se
remontan a la época
de la Monarquía. Ratificaban la
elección del rey por el Senado y
tenían otras funciones de
orden social (asuntos
testamentarios), político (entregaban
el imperium a los magistrados
electos) y religioso. Durante la
República se limitan a funciones muy
secundarias. No se
reunían las curias, sino sus
representantes, los lictores,
presididos por el pontifex máximas.

• comicios por centurias (comitia

centuriatá). Son los más
importantes. Eligen a los
magistrados mayores, discuten y
votan las leyes propuestas por los cónsules, intervienen en
las declaraciones de guerra y reciben las apelaciones de los ciudadanos condenados a muerte
o a otras penas, ratificando o anulando la sentencia.
Las centurias eran ciento noventa y tres. Como la votación se decidía por mayoría absoluta,
cuando se alcanzaban noventa y siete votos coincidentes (la mitad más uno de ciento
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noventa y tres) se suspendía ya la votación, pues no tenía razón de ser el seguir votando. De
las ciento noventa y tres centurias, nada menos que ochenta correspondían a la primera
clase, la de los más ricos, y dieciocho a la de los caballeros, los más importantes de la ciudad.
Comenzaban a votar los caballeros, y seguían los representantes de las centurias de las cinco
clases, empezando por la primera. Así pues, si las centurias de caballeros y las de la primera
clase se ponían de acuerdo para votar en un sentido, totalizaban ya noventa y ocho votos,
con lo que los demás ya no votaban.

• comicios por tribus {comitia tributa). Eligen a los magistrados menores. Poco a poco
adquieren importancia legislativa, hasta desplazar, en esta función, a los comicios por
centurias. En ellos está representado el pueblo entero, siendo, por tanto, un órgano de la
soberanía popular.

Sólo había una diferencia de

grado entre los comicios centuriados
y los tribados: en ambos el
fundamento para pertenecer a ellos
es la posesión de bienes inmuebles
en una tribu determinada. Pero en
los centuriados los ciudadanos se
agrupaban jerárquicamente por su
nivel de fortuna dentro de las
tribus; mientras que en los tribados
votaban juntos en cada tribu el
pobre y el rico.
Los que no tenían inmuebles o los
tenían de escaso valor quedaban
exceptuados de esta clasificación:
los humiles, proletarii o capite
censi estaban excluidos de tribus y centurias y librados del servicio militar mediante el pago de un
impuesto especial.

2- Reforma de Apio Claudio (312 a.C.)

Por lo que se refiere a los comicios centuriados, incluyó por primera vez en el censo a los
poseedores de bienes muebles. Reconocía así la importancia que habían adquirido en Roma las
actividades mercantiles e industriales.
En cuanto a los comicios tribados, repartió a los humiles entre las tribus, de acuerdo con la
conveniencia de cada una, de modo que en cada tribu su presencia podía debilitar el poder de los
propietarios de inmuebles.

Estas reformas afectaban mucho a los privilegios de la aristocracia patricio-plebeya Pero en el

304 a.C. los nuevos censores concentraron a los humiles en las cuatro tribus urbanas, y así las
rurales readquirieron su importancia.

3.- Senado.
Es el elemento aristocrático por excelencia. Es un consejo de ancianos, integrado por los

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padres patricios, a los que más tarde se agregan los principales jefes de las familias plebeyas. Sus
miembros eran nombrados primero por el rey; más tarde por los cónsules; por la ley Ovinia fueron los
censores. Eran reclutados entre hombres libres de nacimiento que hubieran sido por lo menos ediles
curules. Eran vitalicios y sólo podían ser expulsados por juicio adverso de los censores o por haber sido
condenados por un tribunal.
Constaba tradicionalmente de 300 miembros, aunque fue aumentado en época de Sila hasta
600 y en la época de César hasta 900.
No podían
dedicarse a actividades
relacionadas con el
dinero y el comercio:
eran propietarios de
tierras.
Se dividían en
distintas categorías y su
signo distintivo era una
ancha banda púrpura que
les cruzaba por delante
del pecho (latíclauius).
El senado podía
ser convocado por los
magistrados con
imperium, ordinarios o
extraordinarios, y más
tarde por los tribunos de
la plebe también. Se
reunía en la Curia Hostilia en el Foro, a puertas abiertas. A veces también en algunos templos. El
número legal de senadores para tomar una decisión variaba, según el asunto, de un tercio a la mitad.
Las decisiones podían ser de dos tipos:
• obligatorias (senatus consulturri)
• facultativas (senatus auctoritas).

El Senado tiene más prestigio que poder legal. Su competencia se centra en las siguientes
esferas de actividad:

religión nacional: culto, rogativas, días festivos, conjuro de desgracias mediante ciertas
ceremonias sagradas...;

administración el tesoro público con la ayuda de los cuestores;

política exterior: recibe embajadores, negocia los tratados de paz, interviene en las
declaraciones de guerra...;

control del reclutamiento y de los efectivos militares;

gobierno de ciertas provincias;

ratificación de los nombramientos de los magistrados y de las leyes aprobadas en los
comicios.

Era un órgano consultivo de gran prestigio, y apenas se tomaba ninguna decisión importante
sin su aquiescencia.

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