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La Opinión.

Domingo 15 de marzo

Debate Seguridad Ciudadana

Vecinos y comerciantes denuncian


una inseguridad que niega la
Administración
Los residentes reclaman mayor presencia policial para impedir
los actos delictivos, mientras que los responsables
gubernativos aseguran que el índice de delincuencia es inferior
al de años anteriores

J. M. GUTIÉRREZ

Jose Manuel Pose. Ocupación: Subdelegado del Gobierno en A Coruña


Postura: Rechaza que haya un aumento de la delincuencia y cree que se trata
de una percepción equivocada.

Antonio Amor. Ocupación: Presidente de Zona Comercial Obelisco


Postura: Considera que el centro padece una oleada de delitos y que es
necesaria la vuelta de la figura de la policía de proximidad

Germán Lago. Ocupación: Director General de Seguridad del Ayuntamiento


Postura: Afirma que los delincuentes que operan en la ciudad no proceden de
fuera y que no han aumentado su actividad recientemente

Juan Sáenz-Chas Ocupación: Presidente de la Asoc. de Vecinos de La Marina


Postura: Asegura que los residentes en el centro sufren inseguridad por el
incremento de los actos delictivos

Los hechos delictivos ocurridos en las últimas semanas en la zona centro de la


ciudad han suscitado las protestas de los vecinos y comerciantes ante lo que
consideran un incremento notable de la delincuencia. Representantes de

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ambos sectores y de las administraciones central y local exponen en esta
conversación sus opiniones sobre este fenómeno.

A. Amor: Reconocemos que la ciudad es tranquila en comparación con otras,


pero como fue más tranquila el sentimiento en la calles es de que las cosas
están cambiando a peor. Lo que echamos en falta sobre todo es la
desaparecida policía de proximidad, no porque hubiera más o menos robos y
hurtos, sino porque daba la sensación de vigilancia. Mi opinión del robo del otro
día en la joyería de la calle Real es que los autores se atrevieron porque no
había policía, aunque tuvieron la mala suerte de que hubiera una manifestación
y que los agentes que la controlaban les sorprendieran. Tuvimos una reunión
hace días con la policía y nos prometieron que iban a reforzar las patrullas a
pie, y parece que en eso están.

J. Sáenz-Chas: La preocupación existe entre los vecinos y ha ido creciendo en


los últimos meses. Cada vez hay más gente pidiendo en la calle y lo hace de
forma más vehemente, por lo que hay personas mayores que se sienten
coaccionadas. Puede que haya muchos de estos hechos que no acaben en
denuncias, pero la realidad es que hay una sensación de inseguridad. El
policía de barrio nos daba antes mucha seguridad porque era una persona de
referencia y su presencia se hacía notar, por lo que su vuelta es una de
nuestras reivindicaciones.

G. Lago: En el atraco de la calle Real no intervinieron los policías que estaban


con la manifestación, sino una patrulla a pie que tenía asignada la zona
comercial. El patrullaje policial es una cosa muy flexible y que va cambiando,
ya que la delincuencia también evoluciona. El patrullaje por barrios a la policía
le da menos flexibilidad porque la actuación de los delincuentes es muy
cambiante y ahora se va a sistemas más flexibles con patrullas muy móviles
que se desplazan en función de dónde actúa la delincuencia y que también
pueden vigilar a pie en determinados barrios y a determinadas horas.

J. M. Pose: O tema da policía de barrio estudouse bastante antes de cambialo


e viuse que era máis eficaz para a seguridade cidadá o modelo actual. É

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impensable ter un policía en cada portal, pero outra cousa é que se vexa aos
policías. Ademais, unha cousa é a inseguridade e outra a sensación de
inseguridade, porque á persoa que lle dan un tirón non se lle pode dicir que a
cidade é segura. Hai que ter en conta que a sensación de inseguridade ten
repercusións económicas, porque a base de dicir que unha zona é insegura a
xente deixa de ir a tomar copas ou a pasear por ela. Dicíase nos medios que
había moita delincuencia en Matogrande, cando en tres meses houbera un
furto e un roubo. Esta é unha das cidades máis seguras...

A. Amor: Esa canción la cantáis desde hace muchos años. He dejado de ir a


las reuniones con la policía porque cada año decían que la delincuencia había
bajado un 5%, por lo que a ese ritmo ya tendría que haber desaparecido. Todos
sabemos que la policía no tiene los medios suficientes. La sensación de
inseguridad no me la dan los medios de comunicación, sino que vaya por la
calle Real y vea siete escaparates seguidos a los que les han dado martillazos
y que no vea a ningún policía.

J. M. Pose: Non me digas que non ves a ningún, porque se imos agora
mesmo, de seguro que atopamos a varios.

A. Amor: Si no llega a suceder lo de la semana pasada, nos quedamos media


hora parados en la calle Real y como máximo pasaría una o dos veces una
pareja de la Policía Local. La sensación de inseguridad te la dan los
clientes, que te dicen que no se atreven a bajar a comprar con el dinero en la
mano y que te lo pagarán más tarde. Sé de señoras que salían a pasear todos
los días haciendo una ruta y que ahora a partir de una hora ya no la hacen.

J. M. Pose: Unha das razóns que motivou a desaparición da policía de barrio


foi que unha patrulla poidera chegar a calquera parte da cidade en cinco
minutos.

A. Amor: Si la policía tarda cinco minutos en llegar al lugar del crimen es que
ha sucedido un crimen, y lo que todos queremos es que no suceda. Sé que

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la ciudad es tranquila, pero no me digáis que la sensación que hay en la ciudad
en los últimos meses es de seguridad, porque eso es una falacia.

G. Lago: La seguridad es un concepto muy subjetivo. Si estoy en una plaza


pública con mis hijos y veo que hay tres policías, puedo pensar que estoy muy
seguro, mientras que la persona que tengo al lado puede pensar lo contrario al
estimar que tiene que ser un lugar muy inseguro porque tiene que estar vigilado
por tres policías. Hay muchos factores que intervienen en esa sensación, como
los medios de comunicación, ya que el asesinato de Marta del Castillo ha
tenido una gran repercusión y ha generado mucha inseguridad, pero en
Ourense ha sucedido uno exactamente igual y es posible que en esa ciudad
haya gente que no se ha enterado de lo que ha ocurrido.

J. M. Pose: O outro día viña nos medios unha enquisa que dicía que A Coruña
era unha das mellores cidades de España para vivir e a terceira razón que
daba a xente para xustificalo era a seguridade. Hoxe vén ademais nun medio
de comunicación que Santiago é unha cidade moi segura, cando ten máis
delictos cá Coruña, mentres que a sensación non é esa.

J. Sáenz-Chas: Esto es lo mismo que pasó hace unos meses con el problema
del agua, del que se decía que era un montaje cuando era una percepción real.
Nosotros venimos atribuyendo la inseguridad, porque nos lo dice la gente, a la
crisis económica y resulta que cogen a los de la joyería de la calle Real y dicen
que la han atracado porque tienen un problema económico derivado de la
crisis. Cuando hablamos con el cura de la parroquia nos dice que cada vez va
más gente a pedir vales y seguro que hay alguno que se dedica a delinquir,
mientras que otros piden limosna casi coaccionando a la gente, que no va a
denunciarlo pero que le crea inseguridad ciudadana. Esas personas nos piden
que vuelva la policía de barrio y nosotros no podemos contestarles que ha
bajado la delincuencia.

J. M. Pose: É certo que a percepción non é o mesmo cá realidade. Hai cinco


anos os índices de delincuencia estaban moito máis altos que agora e non
había crise. Por suposto que hai delincuencia, porque se non, non habería

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policía, pero os delincuentes son detidos, aínda que se van ao cárcere ou non
non é cousa nosa.

A. Amor: Los vecinos y los comerciantes estamos encantados con el servicio


de la policía, pero nos quejamos de que no hay medios suficientes. La
realidad es que cada vez hay más mendigos y hay casos como el de una chica
que tiene el comercio en Riego de Agua en cuya puerta duerme todos los días
un indigente. Hasta que no se levanta, no puede abrir la puerta y no lo va a
denunciar porque sabe que al día siguiente le va a hacer cualquier cosa allí.

G. Lago: Lo que estamos viendo hasta ahora, al margen del caso de la calle
Real, es que la mayor parte de la gente que se detiene son delincuentes
habituales y no antiguos trabajadores afectados por la crisis. Ésta es una
ciudad a la que no vienen delincuentes de fuera, ya que a quienes se detiene
viven aquí e incluso la policía les conoce.

J. M. Pose: Se trinta ou corenta persoas non estiveran nun momento


determinado na cidade, practicamente non habería delincuencia, porque todas
elas acumulan moitas detencións.

A. Amor: Pues eso es lo más triste, porque tiene que desanimar por completo
a los policías a la hora de hacer su trabajo.

G. Lago: Eso forma parte del trabajo policial, porque aunque ese delincuente
vuelva a cometer un delito al poco tiempo, se ha conseguido resolver otro,
detener al culpable y enviarlo a la cárcel. Se ve el lado positivo del trabajo
realizado y no el negativo.

J. Sáenz-Chas: Pero nosotros no entendemos qué hace en la calle una


persona que no está reinsertada. Reclamamos que se cree la Junta Local de
Seguridad porque creemos que en ella se podrían coordinar los servicios
sociales del Ayuntamiento con la policía. Parece ser que ahora se va a
convocar, pero no entendemos por qué no se ha hecho hasta ahora.

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G. Lago: El problema es que la legislación actual permite que cada ciudad
pueda constituir su junta con un reglamento propio, de forma que cada una
tiene una composición y funcionamiento diferente. Una de sus funciones es
informar sobre determinados expedientes sancionadores que afectan mucho a
la seguridad ciudadana, como los de incautación de drogas o tenencia de
armas, lo que obligaría a paralizar su tramitación. Desde hace un año hay un
borrador legislativo sobre la composición y las funciones de estas juntas, en el
que se suprime esa obligación que paralizaría la actuación administrativa. Nos
parece adecuado esperar unos meses a que salga la nueva ley, pero tenemos
de modo habitual reuniones entre el subdelegado, el comisario provincial, el
concejal de Seguridad y yo, así como entre los mandos de la Policía Local y de
la Nacional.

J. M. Pose: Na última reunión que fixemos falamos de algo que podía ser moi
interesante como é facer un debate profundo sobre seguridade cidadá nunha
xornada na que participen os veciños e especialistas na que se diga que
medios hai, cales son os problemas e onde están os fallos.

A. Amor: Eso es lo que llevamos reclamando nosotros desde hace muchos


años. Sería algo ideal, porque nosotros lo que pedimos siempre es información
real y veraz, que viene de abajo a arriba, por mucho que me vengan con
números y papeles. Cuantos más implicados estén en esa mesa, mucho mejor
para todos. Yo me apunto a charlar sobre ese tema cuantas veces queráis
porque ahora no hay otro foro y ahí es donde se va a ver cuál es la realidad de
la ciudad. Yo lamento mucho todo lo que decís en contra de la policía de
proximidad, pero la seguridad la da el que mires a lo lejos y veas un policía.
Yo no tengo queja de los policías, porque cuando hablo con ellos siempre me
dicen: "Qué pena que en lugar de haber sólo tres coches patrulla no haya seis".
Inseguridad es que cuando antes salía de copas volvía andando por las calles
Olmos y la Galera y desde que hay botellón, ya no me atrevo.

J. Sáenz-Chas: Nosotros tenemos claro que el botellón degrada la zona centro


y que genera violencia y vandalismo. Esto no pasa porque los jóvenes sean
malos, sino que hay una minoría que actúa amparada en la impunidad de la

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masa, ya que no hay ninguna amenaza que les impida hacer el animal. Hay
veces que tengo que salir de casa a las seis de la mañana y cuando paso por
la zona de Méndez Núñez lo hago atemorizado.

J. M. Pose: Para min é un tema moi preocupante porque a nosa xuventude


estase destruíndo pouco a pouco.

A. Amor: Pero el origen no está en la juventud, porque los jóvenes hacen lo


que ven en los mayores. Si un pequeño hace una cosa mal y ve que nadie le
dice nada y que además la cosa no es si está bien o mal hecha sino dónde se
hace. La discusión no debe ser sobre dónde se hace el botellón, porque no
debe haberlo.

J. M. Pose: Pero haino, e a mesma persoa que protesta por el ten aos seus
fillos alí bebendo. Unha persoa escribiume protestando porque ao seu fillo de
trece anos o ingresaron no hospital ás seis e media da mañá cun coma etílico,
cando o que habería que facer probablemente sería retirarlle a patria
potestade.

A. Amor: ¿Está permitido que los menores consuman alcohol? ¿Un policía
podría retirarles las botellas si les ve bebiendo?

G. Lago: No pueden consumir y un policía sólo puede retirarles las botellas,


porque lo único que está tipificado como delito es la venta de alcohol a los
menores.

A. Amor: Pues la policía tiene que ir a los jardines de Méndez Núñez, donde el
80% de quienes beben allí suelen ser menores que luego se dedican a
presumir de que se atreven a romper un cristal o a quemar un contenedor. A
estos niños lo que les estamos diciendo es que vale todo. Si la ley ya existe, lo
que hay que hacer es entrar allí y retirarles el alcohol.

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