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Cantando los Santos Nombres

Un artículo en Luz de la Revista Consciente

De acuerdo a los ancestrales Vedas, el sonido es llevado por el eter y el eter invade todo. El sonido puede, por
lo tanto, directamente influir en el cuerpo y en la mente, estos pueden tener efectos beneficiosos o dañinos de
acuerdo a la naturaleza de estas vibraciones.

Cuando está saturado con emociones y afirmaciones negativas, el sonido tiene un poder destructivo. Cuando
está bañado con emanaciones altruistas e intenciones espirituales reales, la vibración del sonido es el
poderosamente supremo curador. Al liberar el sub-consciente de la toxica influencia de la mezquindad, la ira, el
resentimiento, el temor, las preocupaciones, la ansiedad y el reduccionismo, al liberar la mente de los
obstáculos nacidos de las aprehensiones venenosas y la duda, el sonido tiene el poder de curar. Las vibraciones
del sonido espiritual de los Nombres de Dios recobran la dignidad del ser humano. El Santo Nombre libera la
mente humana de la debilidad restrictiva y la envidia. La verguenza tóxica, celos, falta de auto-estima y la
codicia particularmente son problemas reales los cuales son la raíz de muchísimos conflictos psicológicos y
desordenes celulares.

Después de 30 años de práctica, cantando en un rosario (japa), participando en kirtan congregacional, haciendo
bhajan, grabando y dando Conciertos de los Santos Nombres a través del mundo, he experimentado en todas
partes más o menos los mismos efectos positivos. Las frecuencias sonoras de los Nombres Divinos entran en
las capas de la mente y sustituyen las malas creencias que nos hacen seres mortales y limitados por el régimen
y el diseño psíquico correcto., vibrante con el potencial divino. El sentimiento resultante de independencia y
autonomía puede difícilmente ser descrito aquí. Es un sentimiento paralelo a la serenidad que sobrepasa a todos
los placeres que conozco. En lo que a mi respecta, no importa si los círculos científicos reconocen este hecho o
no. Cualquiera puede probar por si mismo estos alterados estados de consciencia que muestran que el ser
humano está absolutamente “hecho a la imagen de Dios” y puede, desde luego, disfrutar de total
independencia.

Afirmación mántrica sobre el Santo Nombre

Un mantra es un instrumento vibracional usado para liberar la mente. En el antiguo Sánscrito, “mana” significa
mente y “tatra” significa liberación. Cada mantra está ligado a una correspondencia específica a las
potencialidades enterradas profundamente en nuestra consciencia. Un mantra nos permite vivir y experimentar
un estado psicológico que de otra manera sería extremadamente muy difícil de crear.

Para los sacerdotes del antiguo Egipto, para afirmar de la propia divinidad, tenían que nombrarla; que está
“vibrando” nuestra propia naturaleza divina a través de un llamado nominativo o nominal. Además, el Vedanta
Sutra de la antigua India define a la entidad viviente que, al mismo tiempo, es cualitativamente uno y
cuantitativamente diferente de Dios. Nosotros podemos concluir que nombrar al Absoluto significa nombrar
nuestra propia identidad divina, nuestra propia parte divina. Cuando pronunciamos o escuchamos a una energía
vibratoria en particular de los divinos nominativos (Santos Nombres), nos conectamos con el Infinito y
simultáneamente despiertan nuestras propias cualidades divinas.

¿Tienes Dios un nombre? Los expertos en misticismo concuerdan que el Absoluto posee billones de distintos
nombres. Al mismo tiempo, Dios es materialmente carente de nombre y forma. Dios tiene infinitos Nombres
espirituales e infinitas Formas espirituales y esto es comprendido de acuerdo a nuestro nivel de consciencia de
Dios. Personal, impersonal, masculino, femenino, cada aspecto es trascendentalmente real para el alma
humana. Estos Nombres y Formas no son una imposición artificial a la mente como los psicólogos podrían
pensar. Sus nombres, por lo tanto, jamás son afectados por interferencias restrictivas. El Alma Suprema del
universo es omnisciente por definición y comprende los lenguajes tanto humanos como o humanos.

La iniciación

El amor, la intención, la motivación y la compasión importan más que la definición de las palabras. Estos es
por lo que no hay reglas estrictas o difíciles para cantar los Santos Nombres. Estos por lo que, Cristo o Krishna,
o Adonai, o Radha (el aspecto Femenino y Misericordioso del Absoluto), el nombre es lo mismo. Sin embargo,
si cantamos “bablula bablula” o cualquier cosa creada por nuestra propia fantasmagoría, no pasará nada
trascendental. Los Santos Nombres son manifestaciones sonoras viniendo de la Dimensión Espiritual. Si
manufacturamos el sonido nosotros mismos no podremos experimentar ningún tipo de maravillosa emoción
espiritual o algún cambio en el corazón.
Tenemos también que tener alguna discriminación entre los Nombres de Dios y los nombres de diferentes
semi-dioses como Shiva, Tara, Laksmi, Saraswati, etc. Si queremos obtener dinero, debemos recurrir a madre
Laksmi, y si queremos estar sanos, debemos invocar al Dios del Sol, Surya, o si es que nosotros deseamos
nombre o fama, debemos recurrir a algún otro semi-dios. Eso está bien. Los resultados ciertamente estarán ahí
pero solo durarán un par de años. Eventualmente todo lo que nosotros pedimos se lo llevarán las olas del
tiempo.

El resultado de cantar los Santos Nombres de Dios es completamente distinto. El único efecto es el puro,
incondicional, e inmortal amor divino… Estos es porque, tradicionalmente, el orador de los Nombres está
ligado a una genuina sucesión discipular y es dado, a través del proceso de iniciación al discípulo, por un
devoto puro del Señor, hombre o mujer, quien no tiene deseo material alguno. Esto no es un proceso barato.
Debemos pensar acerca de esto cuando cantamos algún mantra sagrado en vivo en el escenario, o cuando lo
grabamos en CD. Debemos reconocer el verdadero objetivo en el secreto de nuestro corazón porque la
intención particular del ejecutante afectará profundamente a los oyentes y a largo plazo el cantante será el
responsable de lo que esté relacionado con esa influencia. Si guardamos alguna auto-promoción de nuestros
deseos mundanos al cantar el Santo Nombre debemos realizar que nuestro canto es ofensivo. Tarde o temprano,
severas consecuencias se manifestarán.

En la otra mano, semi-dioses son ángeles y grandes arcángeles que están en servicio divino, entonces podemos
cantar sus hermosos nombres con el fin de recibir ayuda de ellos. Ellos siempre están preparados para darnos
ayuda mientras que nuestras actividades estén en completa armonía con el plan divino. Estas cosas son parte de
nuestra propia y privada conversación con nuestra Divina Madre.

Un mundo de trascedencia

El canto de los Santos Nombres no es un tipo de ceremonia ritualística o un acto de religiosidad. Es el despertar
de nuestro divino espíritu en unión con el Ser Viviente Supremo. Es la canción y la danza del alma y, como
dijimos antes, no hay reglas estrictas que seguir para participar en este eterno pasatiempo.

Cuando uno es iniciado en el mantra Védico tradicional, por ejemplo, hay ciertas reglas que debemos respetar.
Uno debe, entre otras cosas, respetar la pronunciación exacta de las letras y observar la exactitud de las notas
musicales específicas, conocer la duración y la fuerza del sonido pronunciado, honrar la calidad musical y
saber como usar pausas. La postura del cantante y la velocidad del canto es también de capital importancia, la
respiración correcta es fundamental, etc. El canto de mantra Védico tradicional debe ser correctamente aplicado
y la precisa forma métrica de cada formula sonora debe ser respetada, así, la energía del mantra es liberada. Es
imposible de transponer o interpretar un mantra Védico. Si algún inescrupuloso cantante hace esto, la estructura
sonora deja de ser un mantra. Por otra parte, si el mantra de alguna manera es cantado imperfectamente, las

Afortunadamente, ninguna de estas precauciones son requeridas cuando uno toma el Santo Nombre. Los
nombres de Dios pueden ser cantados en cualquier idioma, susurrándolos, murmullándolos, silenciosamente
repitiéndolos en nuestros corazones, gritando en voz alta o recitados de cualquier manera posible. Los Santos
Nombres son Uno con Dios. El nombre y el nombrado no son distintos el uno del otro. Los Nombres son
incluso más misericordiosos que el Nombrado! Ellos trascienden todo y satisfacen todos los deseos secretos de
nuestra eterna alma espiritual.

Patrick Bernard (Prahlad das Ji)

Auto de música como Yoga,


Mandala Publishing, San Rafael , 2004

Discografía:

Atlantis Angelis
Solaris Universalis
Shamanyka
Mantra Rock Project
Amor Immortalis
Image Voyage
Mantra Mandala
Atlantis Angelis II
Sublime Relaxation
Supreme Moment
Love Divine
Sonic Feng Shui
Chakra Celebration
Communion

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