Вы находитесь на странице: 1из 1

Características del Realismo

En España, el mejor fruto literario de la segunda mitad del siglo XIX fue la novela, consecuencia, a su vez, del
florecimiento internacional del género en esa época como expresión del auge de la clase media o burguesía que,
a lo largo de sucesivas revoluciones (1789, 1820, 1830, 1848), fue conquistando el poder político. Los valores e
inquietudes de la clase burguesa aparecen reflejados como en un espejo en la literatura del Realismo:
individualismo, materialismo, deseo de ascenso social y aprecio por lo cotidiano e inmutable.
Los temas del Realismo literario son fundamentalmente el contraste entre los valores tradicionales y
campesinos y los valores modernos y urbanos o el éxodo del campo a la ciudad y los contrastes sociales y
morales que provoca, la lucha por el ascenso social y el éxito moral y económico, la condición insatisfecha de
la mujer que ya posee derecho a la instrucción elemental pero no puede acceder al mundo del trabajo y a la
independencia e individualismo burgueses, con lo que aparece el tema del adulterio y la fantasía folletinesca y
sentimental, a manera de escape. Hay dos tendencias en el Realismo: la progresista y la conservadora.
La novela realista de este periodo se caracteriza por:
• Visión objetiva de la realidad a través de la observación directa de costumbres o de caracteres
psicológicos. Eliminan cualquier aspecto subjetivo, sucesos fantásticos y todo sentimiento que se aleje
de la realidad: "La novela es la imagen de la vida" (Galdós), "una copia artística de la realidad" (Clarín).
• Defensa de una tesis: los narradores escriben sus obras enfocando la realidad desde su concepción
moral. Es el llamado narrador omnisciente. La defensa de una tesis suele comprometer la objetividad
de la novela.
• Temas cercanos al lector: conflictos matrimoniales, infidelidad, defensa de los ideales, etc.
• El lenguaje coloquial y popular adquiere gran importancia ya que sitúa a los personajes en su ambiente
real.
El Realismo y Naturalismo en España [editar]
En España el Realismo caló con suma facilidad, ya que existía un precedente en las novelas picarescas y en El
Quijote. Alcanzó su máximo esplendor en la segunda mitad del siglo XIX (Juan Valera, Pereda y Galdós),
aunque sin llegar al punto de rigurosidad de los cánones establecidos por la escuela de Balzac.
• En Galdós, y posteriormente en Clarín, Pardo Bazán y Blasco Ibáñez, existen claras influencias
naturalistas, pero sin los fundamentos científicos y experimentales que Zola quiso imprimir en sus
obras. Únicamente comparten el espíritu de lucha contra la ideología conservadora y, en muchas
ocasiones, su comportamiento subversivo.
• La novela realista refleja generalmente ambientes regionales, como Pereda en Cantabria, Juan Valera en
Andalucía, Clarín en Asturias, etc. Benito Pérez Galdós es una excepción, pues prefiere ambientarse en
el espacio urbano madrileño.
El naturalismo en España, al igual que en Francia, también tuvo sus detractores y se crearon grandes polémicas.
Entre los opositores es encuentran Pedro Antonio de Alarcón y José María de Pereda, los cuales llegaron a
calificarlo de «inmoral». Sus defensores más encarnizados fueron Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán.
La controversia más dura tuvo lugar a partir de 1883, a raíz de la publicación de La cuestión palpitante de
Pardo Bazán.
Generación del 68
Esta generación está formada por una serie de escritores considerada nueva clase nacional. El periodo de
máxima coincidencia como generación tuvo lugar en la década de los ochenta. Dicha generación la integran:
Pedro Antonio de Alarcón, José María de Pereda, Benito Pérez Galdós, Juan Valera, Leopoldo Alas Clarín,
Emilia Pardo Bazán y Armando Palacio Valdés.
Las características que definen a este grupo son una conciencia de clase y optimismo (que más tarde tornará al
pesimismo, por la revolución de 1868). A nivel individual cada uno presenta un estilo propio. De todos los
autores de este grupo, Alarcón es el único que presenta algunos rasgos heredados del romanticismo, sobre todo
el costumbrismo más romántico. Esta influencia se aprecia claramente en Cuentos amatorios (1881), Historias
nacionales (1881

Вам также может понравиться