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“(…) nadie es antes que los otros. Cada cual esta “en ello” y es “mano” en el
juego. Eso acontece cuando comprendemos e incluso cuando descubrimos los
prejuicios o desenmascaramos los pretextos que desfiguran la realidad.
Entonces solemos “comprender” (GADAMER.1998:235)
Podría afirmar que al desacreditar la fe, entierra los ideales del cristianismo: el
“mas allá”, un “después”, la vida eterna, el propósito establecido por Dios,
somos hijos de él y como tal le debemos respeto, obediencia, la indulgencia de
nuestros pecados, entre otras. Sus máximos representantes pretendían
masificar la figura de Jesús, entrando en contradicción, puesto que lo que hizo,
no fue una doctrina o tuvo ese tipo de pretensiones, al contrario: fue una
FORMA DE VIDA; la frase expuesta en el mismo texto nombrado anteriormente
“la fe salva, luego ella es cierto”, es interpretada por el filosofo como una
mentira, es una promesa y como tal no tiene, dentro de la realidad, prueba
alguna de que ella es cierta, no hay hechos que la demuestren, por
consiguiente, se concluye que la “fe significa negarse a saber la verdad”4.
Incluso también se desprestigia a la ciencia, lo hacen ver como un pecado, el
pecado original. Nietzsche reinterpreta el capitulo de la génesis de la biblia
como la prueba del miedo de Dios a que sus hijos piensen y en consecuencia,
el porque de la hambruna, enfermedad, la muerte, la vejez y otros males en la
humanidad consiste en que Dios nos quiere sofocar nuestra sed de conocer,
para no independizarnos de el, en efecto, no debemos pensar, sino sufrir.
“El caminante”6 es lo que los hombres cristianos, e incluso todos aquellos que
no tienen libertad de la razón, deberían alcanzar a ser: un hombre que no tiene
punto de llegada, que no tiene un destino, puesto que esta consciente de que
no lo hay, y esto hace que mire con mas agudeza lo que hay a su alrededor. No
esta unido a nada, y solo dialoga con su sombra, le gusta cambiar de paisaje
tal y como al vagabundo, también es consciente que pasara malas noches pero
lo tomará como otra noche mas y anhelara las madrugadas, en donde empieza
otro día, puede que incluso las mañanas sean peores que las noches y puede
que por tener esa mirada sagaz, vea “mas suciedad, mas bellaquería y más
inseguridad”7 en las personas y a su alrededor, pero ello no será algo que
obstaculice su paso, pues es su condición.
Esta condición propia de los hombres libres, aquellos que gozan de La Gran
salud, está representada en la metáfora del caminante, quien no tiene miedo a
la soledad, quien por el contrario goza de ella en la cima de la montaña, un
caminante “siempre en camino, pero sin una meta, sin un hogar“8; radicalmente
opuesto al hombre oprimido, que tiene miedo de salir de su hogar por la
protección y el confort que éste le provee; medroso de las personas, de los
peligros que puede haber en el camino, temeroso de la vida, y de lo que puede
pasar en los días siguientes, y que aun así, espera por una vida mejor después
de la que tiene.
Por su parte, “El caminante” se despliega en lo prohibido, en lo desconocido,
errante por las lejanas gélidas tierras derriba todos los valores dogmáticos de
su época y vive de sus impulsos, de sus ideales; sin embargo, para ello debe
“irse de la casa de los padres y de las tradiciones, es necesario (para él)
transitar el desierto y la soledad, porque éste es el camino a la gran salud, a la
multiplicidad de perspectivas y de modos de pensar” (CRAGNOLINI. 2000:
56).9 Es precisamente en esa soledad, en donde el hombre entra en contacto
consigo mismo y con la vida, aquella que permanecía oculta tras el velo de los
dogmas del cristianismo, pero paradójicamente aquella vida a la que Jesús no
le huyo.
Ahora bien, frente a lo anterior cabría preguntarse: ¿Qué le espera al
caminante en el transito a la altura de la montaña? En ese transito le espera la
soledad, aquella etapa de incertidumbre, pues es la etapa de
autoextrañamiento necesaria para dar el siguiente paso, donde el hombre que
se ha sublevado vuelve de nuevo a la vida y mira de manera distinta las cosas
que antes le rodeaban, le reprimían y velaban. Pero la cuestión esencial sigue
siendo
¿Cómo pues, funciona este etapa como hilo conductor de la actividad
filosófica?
Para ilustrarlo, cito un apartado del texto “Humano demasiado humano”:
“(…) y mientras se pasee bajo los árboles verá caer a sus pies desde sus
copas y desde los verdes escondrijos de sus ramas una lluvia de cosas buenas
y claras, como regalo de todos los espíritus libres que frecuentan el monte, el
bosque y la soledad, y que son como él, con su forma de ser unas veces
gozosa y otra meditabunda, caminantes y filósofos. Nacidos de los misterios de
la mañana temprana, piensan que es lo que puede dar al día, entre la décima y
la duodécima campanadas del reloj, una faz tan pura, tan llena de luz y de
claridad serena y transfiguradora: buscan la filosofía de la mañana”10
Es aquí pues, en donde esta metáfora del “caminante” puede llegar a ser una
travesía, al igual que un llamado. Una senda para y de la actividad del filósofo,
aquel que, al igual que el “caminante”, debe “preparar lo por venir, lo que
(puede) llegar (si llega)” (HEIDEGGER.1997).
Algo importante que anunció “el caminante”: los hombres, para llegar a
conocer, deben superar los ideales de su época, deben pues oponerse a ella.
Esto lo relaciono con uno de los postulados de Heidegger que realiza en su
texto Introducción a la metafísica. Aquí, el autor enfatiza que la filosofía es
inactual, en tanto proyección y reanudación, es decir, es póstuma a la época en
donde se realiza y busca renovar el presente con la tradición; esto es lo que
hace según Heidegger, que la filosofía pueda someter el tiempo a sus criterios,
esto es lo que le otorga un poder. Sin embargo, en este caso, reanudar la
tradición es precisamente el punto en donde se repelan los dos autores, puesto
que Nietzsche considera que precisamente la tradición es lo que mantiene
presa a la razón, y liberarse de ella e iniciar el camino es lo que le permite al
hombre constituir su subjetividad, su perspectiva del mundo en el que actúa,
incluso, le permite actuar en el. No obstante, habría que tener en cuenta a que
apuntan, tanto Heidegger como Nietzsche cuando se refieren a “la tradición”.
Ahora bien, la metáfora del “caminante” podemos verla como una particularidad
del “preguntar filosófico”. Pero, ¿Por qué el “preguntar” precisamente es parte
característica de la filosofía? Porque así es como el filósofo empieza su
actividad como tal, a partir de los ¿Qué es? y/o ¿Cómo es?, así es como inicia,
tal y como diría Wittgenstein, su actividad de carácter elucidatorio, en este
caso, así es como logra emprender la ruta en el camino. Esa ruta, que se
recorre dentro y por la filosofía, no tiene un destino u otra meta, más que
adquirir una experiencia, experiencia que obliga a enfrentarnos a la vida o
incluso a solo pasar por ella. El filosofo, por medio de ese “preguntar”, se
atreve, se expone, al igual que “el caminante” en su etapa de
autoextrañamiento y a pesar de que esta actividad tenga el aspecto de
indecisión, de inseguridad, ella nos libera de aquello que nos restringe
ocultamente.
CRAGNOLINI, Mónica B.
(2000) “La metáfora del caminante en Nietzsche” En: Ideas y Valores 114, 51-64.
GADAMER, h.g.
(1998) VERDAD Y METODO II. Salamanca: sígueme.
HEIDEGGER, Martin.
(1971) EL SER Y EL TIEMPO. México: Fondo de cultura económica.
(Trad. J. Gaos)
NIETZSCHE, Friedrich.
ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA. Versión digital. Http:// www.esnips.com.
EL ANTICRISTO. Versión digital. Http:// www.infotematica.com.ar.
HUMANO DEMASIADO HUMANO. Un libro para espíritus libres.(Trad. E. GONZALEZ y E.
CASTELLON). Madrid: Edimat libros. 1998
1 Del poema de amor “Caminante no hay camino” del poeta Antonio machado.
2 “El lenguaje en una invención, cuyo objeto es proteger a los hombres unos de otros”.
3 Nietzsche, friedrich. EL ANTICRISTO. Versión digital http://www.infotematica.com.ar. Aforismo 39.
4 Nietzsche, friedrich. EL ANTICRISTO. Versión digital http://www.infotematica.com.ar. Aforismo 52.
5 De hecho, para el filosofo, ni siquiera mienten porque no disciernen la verdad, los sacerdotes son
voceros de Dios, no quieren ver la verdad pero tampoco conocen cual es ella.
6 NIETZSCHE, friedrich. HUMANO DEMASIADO HUMANO. Un libro para espíritus libres.(Trad. E.
GONZALEZ y E. CASTELLON). Madrid: Edimat libros. 1998
7Ibíd.
8 NIETZSCHE, Friedrich. ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA (1883-1885). Versión digital. http://
www.esnips.com.
9 Zaratustra, a pesar de ser un caminante, no goza del todo de la Gran salud porque su condición de
maestro lo subordina, necesita de los hombres, por ello, su sombra, en el texto Así hablo Zaratustra, se
queja, le hace saber el cansancio y de lo extenuante que puede llegar a ser el estar en un camino sin un
arribo y lo desamparado que puede sentirse el hombre en la soledad. Leer aforismos “De la redención”,
“De la virtud que hace regalos”, “De la virtud empequeñecedora” Y “La sombra” respectivamente, del
texto Así habló Zaratustra.
10 NIETZSCHE, friedrich. HUMANO DEMASIADO HUMANO. Un libro para espíritus libres. (Trad.
E. GONZALEZ y E. CASTELLON). Madrid: Edimat libros. 1998
11 LOS CAMINOS DE HEIDEGGER. Barcelona: Herder. 2003. (Trad. A. Ackermann) Pág. 310.
12 HEIDEGGER, Martin. EL SER Y EL TIEMPO. México: Fondo de cultura económica. 1971. (Trad. J.
Gaos). Pág.15
13 LA PREGUNTA POR LA TECNICA. Revista universidad de Antioquia. (Trad. J. Mejía).Pág. 48.
14 NIETZSCHE, Friedrich. ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA (1883-1885). Versión digital. http://
www.esnips.com.
15 NIETZSCHE, friedrich. HUMANO DEMASIADO HUMANO. Un libro para espíritus libres. (Trad.
E. GONZALEZ y E. CASTELLON). Madrid: Edimat libros. 1998.