S . O.

S
pato@amigosdelparque.org

Mucho se habla de la sostenibilidad y/o sustentabilidad, sin embargo para hacerla efectiva
se necesita de espacio y tiempo.

El espacio, considerado desde siempre como el territorio que nos cobija, para el caso
Colombiano, donde la tierra es de unos poc@s se torna difícil; ciudadanos y campesinos
desplazados, indígenas maltratados, restringidos y expulsados de su tierra son el más
claro ejemplo de la inexistencia de espacios en dónde practicar la sostenibilidad colectiva,
salvo para aquellos programas y proyectos orientados por el interés económico, en
algunos casos disfrazado de interés político.

Tal vez estas tempranas líneas no sirvan para nada más allá que el simple desahogo
personal ante la impotencia sentida por años y el sometimiento a las leyes del mercado
para formar un colectivo humano que busca su desarrollo como personas, en armonía con
el territorio. Sin embargo, la palabra es propia de aquel o aquella que camina su propio
pensamiento y el verbo en busca de su gracia.

Hace más de 50 años el problema existe, diría que desde hace aproximadamente 516
años que estamos sometidos a dictámenes diferentes que el pensamiento autóctono y la
Ley de Origen.

Nos ha llegado desde un mundo civilizado, aquello que llamamos civilización y la cual se
basa en la tenencia particular de la tierra. Para bien o PARA mal, ya está acá y desde
este escenario es que debemos actuar.

Latinoamérica dormida ante juegos de poder no propios, se desdibuja en la geopolítica

actual con territorios faltos de identidad que sometidos a los intereses de las
trasnacionales, pierden su mejor legado, la tradición cultural de sus ancestros. Eje de
cualquier posibilidad para un desarrollo autóctono.

Intentos efímeros de gentes que se juntan y compra un pedazo de tierra cada día
avanzan, sin embargo, son tan poc@s y tan cerrados que se convierten en Ghettos en la
mayoría de ocasiones, donde el logro de la conciencia colectiva y sus relaciones con las
autoridades locales y planificadoras, en cualquiera de las naciones
latinas aun no se logra con profundidad, pues éste tipo de conceptos
no será más que otro “modelos importados que no son la solución”.

Así entonces las ecoaldeas, que conformadas como red es

consultora del hábitat sostenible ante las Naciones Unidas, se dan
como tímidos esfuerzos ajenos y el reconocimiento de las
poblaciones que de tiempo atrás viven como “ecoaldeas” en el
Hemisferio Sur, aun son desconocidas tanto por los gobiernos como
por las agencias no gubernamentales y el sistema multilateral.

El tiempo de las decisiones es ya. Y concentrado el poder en unos

poc@s, pues es a esos poc@s que se les pide que caminen la
palabra de los objetivos del milenio, que ellos mismos han
redactado:

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S . O. S
pato@amigosdelparque.org

Y como es el tiempo ya, poco se debe escribir o documentar, estar serenos, en paz y
quietud será lo mejor para estos tiempos de locos, donde el estar cuerdo será el nohacer
ahora que ya está todo hecho por llevarnos esta humanidad por los cachos.

Los raizales y nativos nos lo indican. Nos aportan el S.O.S (save our souls, save our ship)

Es tiempo de la Minga, de caminar la palabra con la familia y recuperar las raíces, ser
radical en principios, mantener una ética colectiva, participar de los círculos de poder que
caminan la palabra, continuar con el tejido tecnológico/espiritual/material de tantas
familias andinas, chocoanas, caribeñas, amazónicas, isleñas que integran un territorio con
división político administrativa y que hoy buscan el bien vivir, más que el bienestar
prometido por el comercio, el mercado y torpe fundamento de nuestros gobernantes.

Llega los tiempos del “New World Order”; tal como lo demuestra el Banco Mundial.

Por ello nos preparamos como bioregiones, desde la unidad básica de planificación
comunitaria: la cuenca. Para que sea el agua la que nos lleve al renacer de la Vida y la
Confianza en un futuro para tod@s nuestros niñ@s.

Así construcciones, producción de alimentos, energía, economía, salud, cultura,

recreación, ocio y demás necesidades humanas contemporáneas, encontrarán soluciones
armónicas con la comunidad y el entorno.

Es una manera tradicional de habitar un territorio; retornar a la base resulta divertido si

nos apoyamos en las tecnologías apropiadas para su logro y abrimos el corazón para
tejer nuevos hilos de confianza e identidad.

Si la circulación del efectivo que permite las transacciones comerciales es la fuente que
se corta ante la desconfianza y producto de ello, el precio de las cosas que se necesitan
se incrementa, qué pasaría si le diéramos un valor de transacción diferente al precio. ¿O
cuánto vale la labor de aquel que rescata tu Vida? Lo podríamos llamar Valor Espiritual
¿? Servicio Ambiental ¿? NO, no se puede.

Así entonces subordinar la economía (el cuidado de la casa) a la ecología (el

conocimiento de la casa), permitirá hacer un gran inventario de recursos de todo tipo en
las unidades básicas de planificación y sobre ésta línea base, establecer los principios de
gobernabilidad autóctona que faciliten la recuperación y sanación del territorio que trae de
manera natural la salud colectiva e individual.

Todo está dicho, con grandes avances tecnológicos que todo lo permiten, la velocidad de
la información es precisamente para la distracción del pensamiento. Así que apagar el
ordenador y dejar lo dicho como está, lo posteado en donde está, los enlaces de esta web
2.0 y 3.0, los videos, las fotos y demás, se hace consecuente para quien esto escribe.

El espacio es donde estés y el tiempo de la creación divertida y diferente de habitar este

mundo es ya.

-p

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