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El versus de artículos

En torno a la circunstancia de los jóvenes


Jimi Ramírez Shiguay. Miembro asociado de Proyecto Coherencia. Estudiante de Psicología de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos.

Yo soy yo y mi circunstancia,

y si no la salvo a ella no me salvo yo1

Esta es una frase bastante conocida y sin embargo poco profundizada en la actualidad. Para
interiorizarnos en ella resultará lógico extenderla al punto que alcance los fines de este artículo.
Para Ortega el ser humano es evidentemente una individualidad, pero no de manera alguna
una individualidad aislada; es decir, poseemos una circunstancia y este es nuestro entorno
intelectual, nuestra comunidad, nuestro país. En tal medida, el ser humano no sólo precisa
hacer el esfuerzo de crecer a nivel individual; sino que a la vez deberá canalizar parte de su
esfuerzo en salvar su circunstancia, su realidad.

Para quienes orbitamos ese universo denso denominado Universidad, reconocemos un espacio
en el que la aprendizaje se entrelaza con la diversión y la reflexión; y reconocemos también las
dimensiones que ella ocupa en nuestro tiempo. Mejor dicho, apenas si nos queda tiempo para
algún curso que complemente nuestra formación y las salidas de los fines de semana con los
amigos. Entonces, ¿cómo hace un joven en la actualidad para darse a esa necesidad
planteada por Ortega de salvar nuestra circunstancia?

No es posible proponer una fórmula mágica que guíe a los jóvenes a “hacer lo correcto” ni
siquiera que le diga “qué hacer”. En realidad el universitario deberá organizar las actividades y
los espacios que le generen mayor satisfacción y guarden coherencia en su vida. Me permito
este espacio para comentar mi experiencia y comentar cómo, a consideración de un grupo de
jóvenes, podemos participar y construir espacios que permitan contribuir con nuestra
circunstancia.

Empiezo diciéndoles que estudio idiomas temprano en las mañanas, luego voy al trabajo en
horario completo, sobre la noche asisto a mis clases de la universidad y los fines de semana
participo de una asociación civil que da espacio a jóvenes universitarios interesados en la
política y el desarrollo de ciudadanía en nuestro país. Y sí, por supuesto que voy a fiestas,
salgo con amigas, viajo cuanto feriado largo se presente y paso tiempo con mi familia. Antes de
creer que estas líneas son un apologético a favor propio, permítanme decirles cómo ese grupo
de jóvenes al que pertenezco, participa en diversas actividades y cumple con la tarea con su
circunstancia.

Nuestro primer reto fue reconocer intereses, es decir alinear las temáticas de relevancia
individual y proponerlas en un ámbito común a todas; así encontramos en la política el espacio
donde los jóvenes mostraban una menor participación pero también reconocimos en ella una
mayor proximidad a todas las personas y a todas las temáticas individuales. Sin embargo, esto
de hacer política viene a ser casi mal visto en la actualidad; sin desalentarnos, decidimos
apostar por una forma nueva de hacer política, una forma joven de hacer política, una forma
que presente un discurso amigable y coherente con las acciones, una forma que valore el

1
Ortega y Gasset, José. Meditaciones del Quijote, 1914
El versus de artículos

aporte generacional, una forma que alcance a los jóvenes pues el rol de la labor
política recaerá en sus manos en algún momento.

El segundo reto fue pensar cómo lo haríamos, quiénes lo haríamos, desde dónde, pues las
obligaciones y las ocupaciones continúan de manera que nadie de manera individual podría
inmolarse por la causa. La respuesta partió de todos, nosotros somos un grupo, más que un
grupo: un equipo, confiamos en el aporte individual y en el liderazgo ejercido desde los equipos
internos. Estamos convencidos que la circunstancia actual es una donde todos los espacios se
hallan vinculados; nuestra manera de responder es la interdisciplinariedad y la apertura a
espacios públicos y privados.

Para un grupo de jóvenes esta es nuestra manera de contribuir con nuestra circunstancia,
desde nuestros espacios, con nuestras diferencias, con la motivación constante de alcanzar un
Perú donde los jóvenes dialoguen, participen, propongan y cumplan. En fin, un Perú Coherente.

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