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José Toral

CIDE

La segunda venida: ¿una decepción cultural?

La segunda venida es una descripción que trasciende los límites de la estética

poética para convertirse en una obra de carácter crítico. El poema transmiteal

lector un ambiente de caos y destrucción; dicha descripción caótica del

ambiente tiene una relación directa con la situación cultural y política del

periodo entre guerras. El poema presenta tres temas comunes: 1) la

presentación del movimiento caótico como el ajetreo de perdición que la Gran

Guerra dejó a su paso, 2) la metáfora animal como muestra de la irracionalidad

y 3) el tratamiento del topos como descripción de la destrucción. Es posible

construir una exégesis a través del análisis histórico de los tres aspectos antes

mencionados. El presente ensayo tratara de transitar entre estos tres temas

para enlazarlos con los eventos históricos que marcaron el momento en que

fue escrito el poema y su relación directa con la destrucción de la cultura

europea.

Movimiento Caótico

Los valores en los que se fundaba la cultura europea fueron

repentinamente arrasados; los ideales del liberalismo, el progreso y la fe

inamovible en el positivismo no sólo se ven cuestionados, sino que son por la

extrema violencia imperante. Este sentido de destrucción de lo consolidado

denota el carácter de la primera línea de descripción: la del movimiento caótico.

La palabras del poema trazan un ambiente de ajetreo brutal, confuso, que


agrede a os sentidos del lector con una descripción de la decadencia más

profunda del mundo. El halcón girando en el vasto girar sin halconero abre las

puertas a la primera parte del poema; desde el primer momento, Yeats plantea

el movimiento caótico de una humanidad sin rumbo. En un segundo momento,

la anarquía y la sangre son presentadas como las nuevas plagas; la anarquía

algo que se desata y la sangre como algo que se desborda permiten al

movimiento caótico abarcar todo lo conocido, la existencia misma. Sin

embargo, el momento caótico queda plasmado con el anuncio de la segunda

venida; dicha advertencia es el punto central del ajetreo, la constante

incertidumbre y la casi omnipresente confusión ante un futuro sin esperanza. El

movimiento nos permite entrever la pérdida de creencias de una sociedad

arruinada por la guerra, la búsqueda de algo en lo que creer es infructuosa, ya

que el movimiento caótico se encuentra permanentemente ahí, inherente a la

nueva condición humana de autodestrucción, perdición y repugnancia hacia sí

misma. El 11 de noviembre de 1918 termina la Gran Guerra y comienza una

época de distanciamiento con lo construido hasta entonces; la situación

decadente es traducida por Yeats como una época en donde los mejores

carecen de toda convicción y los peores gozan de una fantástica osadía. El

movimiento caótico es estresado hasta sus últimas consecuencias cuando se

muestra el desdén por el redentor, es decir, se da por hecho su no existencia;

en su lugar, el movimiento caótico se condensa en la venida de una bestia,

engendrada por el caos de la Gran Guerra. La pérdida de la certidumbre sobre

el futuro se presenta como el peligro latente de la muerte final de la humanidad.

Metáfora animal
Es de especial importancia resaltar la presencia de las metáforas

animales por una razón cultural: la irracionalidad emanada de las vanguardias.

Ante el movimiento caótico en un lugar establecido, los personajes desdeñan la

racionalidad en un mundo en declive que no la necesita más, puesto que ha

fracasado; en cambio, los animales desempeñan el papel de intensificar el

sentimiento de soledad y decepción. El ejemplo más vistoso es la esfinge que

emerge del desierto y que es rodeada por las sombras de las indignadas aves

del desierto; Yeats bien podría haberse referido a la irracionalidad de la guerra,

a ese monstruo mitológico que emerge repentinamente, trastornar a su

alrededor el ambiente y observa al mundo con una mirada vacía y despiadada

como el sol.

La metáfora animal alcanza su cúspide en la anunciación de la segunda

llegada, la llegada, falta de esperanza, será de una bestia; así pues, la

importancia de la Bestia de Belén, es cuanto a la metáfora animal dentro del

poema, es la de ser un producto de la irracionalidad que sustituye al redentor;

pero esta sustitución no es para salvar a la humanidad, sino que nace de los

actos de ésta y emana de la incertidumbre ante el futuro. La relación entre la

incertidumbre y su naturaleza animal radica en la irracionalidad, dicho monstruo

sólo puede ser concebido por una humanidad que ha entregado su racionalidad

a, como diría Sherston en A Soldiers declaration, la lucha por la liberación

convertida en una lucha por la conquista.

Aspectos topológicos

El movimiento caótico cobra sentido cuando se integra a una serie de

ambientes construidos ex profeso para enfatizar la relación entre el caos y la

destrucción; el aspecto topológico es, pues, un elemento vital del poema,


necesario para entender la presencia de la decepción y el pesimismo. Con el

fin de plantear los aspectos topológicos descritos en el poema hay que tomar

en cuenta cuatro aspectos directamente relacionados con la guerra: el cambio

radical en el mapa de Europa, la muerte de millones de personas, la pérdida de

libertades civiles y la destrucción de los valores del progreso, la ciencia y el

liberalismo. Hacia 1920, año de composición del poema, Europa se enfrenta a

la desaparición del sistema convencional de poder. Por una parte, la creación

de nuevos Estados-nación como Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia,

Lituania, Letonia y Estonia; por otra, la desaparición de los poderes centrales y

orientales europeos: Alemania Imperial, Austria-Hungría, el Imperio Ruso y el

Imperio Otomano. El mapa de Europa presenta dos características hacia 1920,

la búsqueda por la afirmación de vida y la pérdida de un pasado glorioso de los

grandes poderes centrales y orientales, un halo de confusión invade la

conformación misma de Europa.

Así pues, la muerte de 2.5 millones de personas en el Oeste se une, en

términos reales, a la pérdida del pasado; literalmente, una generación en

Europa desapareció brutalmente. La adhesión de la sociedad restante a una

maquinaria militar que demandaba la pérdida de sus libertades más esenciales

y revertía los cambios generados por las ideas liberales generó sentimientos de

impotencia entre las clases más desfavorecidas por la guerras, aquellas que

debían pagar los costos de la racionalización de los alimentos y el

mantenimiento de la maquinaria bélica.

Finalmente, la combinación los tres elementos antes mencionados se

remite a la abolición de los valores. El liberalismo proponía concepciones del

individuo enterradas entre los cimientos del aparato de guerra y la imposibilidad

de participar en la vida política. El progreso no generó riquezas solamente, sino


que también fue el culpable de una serie de avances en las armas que

permitían matar más personas más rápido; asimismo, el positivismo demostró

su incapacidad para detener el avance científico en concepto de desarrollo

militar. La decepción era total, el pesimismo imperaba en el sentimiento común;

así pues, los topos descritos en el poema presentan los dos aspectos, pérdida

y decepción, casi como un leitmotiv. Muestra clara de loa anterior es la

descripción de los lugares donde el movimiento caótico se hace presente, es

decir, la visión horrenda del Spiritus Mundi. Se pueden encontrar ambientes de

decepción, inhóspitos y tristes, como el desierto; asimismo, es posible

encontrar ambientes de apego al pasado y a la pérdida de lo glorioso del orden

anterior, ya sea por la extinción del ritual de la inocencia o por la pérdida de

veinte años de impávido sueño tocados por la pesadilla. Es este concepto del

Spiritus Mundi que permite observar el carácter central del topos de la

decepción, que bien podría ser visto como la Europa después de la Primera

Guerra Mundial.

Ahora bien, hay un aspecto sumamente importante en el análisis directo

de los lugares descritos en el poema: la prescripción de espacios aún más

inhóspitos derivados de la pérdida de esperanzas hacia la llegada de un

redentor y de la espera a una bestia que se arrastra hacia Belén. La pregunta

final muestra de manera fulminante el grado de degradación del mundo, un

mundo que espera, por lo que se ha visto en la Gran Guerra, algo aún más

terrible.

A través del análisis semántico, se han podido identificar tres temas

centrales del poema: el movimiento caótico de la pérdida después de la

destrucción, la metáfora animal como una muestra de la irracionalidad de las

vanguardias y la descripción de la devastación como una pérdida


irreparable.Podemos concluir que el poema abreva necesariamente de los

eventos históricos que lo circundaron y que una prueba de dicha fuente de

creación es el empleo de los tres temas principales identificados. Asimismo,

podemos establecer que “la segunda venida” enfatiza de manera clara la

decepción por todo lo establecido, el mensaje es evidente: nadie nos podrá

salvar, lo que viene es la absoluta muerte.

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