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En Bogotá existen fenómenos sociales que ameritan atención integral y oportuna por parte de las
entidades del distrito como son la habitabilidad en calle, el hacinamiento humano en zonas de alto
deterioro social y urbano, y el desplazamiento forzado.
Para comprender los orígenes y la persistencia de estas problemáticas se debe tener en cuenta la
conjunción de diversos factores asociados principalmente a la crisis en la familia, el abuso de
sustancias psicoactivas, la deficiencia en la planeación urbana y la inseguridad en zonas de alto
deterioro urbano. A continuación se describe cómo incide cada uno de estos aspectos en las tres
problemáticas que se abordan en el proyecto.
En la ciudad se conjugan tensiones que quiebran la condición de red de apoyo socio afectivo y
económico que una familia puede significar para cualquier ser humano, entre otros factores,
debido al alto número de personas por hogar cuando los ingresos disponibles para su
sostenimiento son insuficientes, la prevalencia de las violencias intrafamiliar y sexual, la
vulnerabilidad de algunos de sus miembros, la dependencia económica y la dificultad de acceso a
bienes y servicios, y el incremento del consumo de sustancias psicoactivas -SPA- legales e
ilegales.
Algunas características de la población urbana que habita la calle se relaciona con el nomadismo
circunscrito a territorialidades determinadas por las rutas de abastecimiento que construye con la
redes humanas que en estos espacios desarrollan sus actividades cotidianas; ha abandonado la
noción de vivienda-hogar para aceptar lo que la ciudad le ofrece (alimento, vestido y donde
dormir); cuando es consumidor, ya no busca trabajar para responder por gasto alguno distinto a la
consecución de las sustancias psicoactivas; en su gran mayoría han roto los vínculos con sus
hijos (as) o compañeras (os); le anima una consciencia de soledad donde la amistad también es
provisional; su noción de dignidad humana se refugia en su movilidad, defendida como “libertad”
que lo aleja del hacinamiento forzado. La persona que habita en la calle aprende la cultura
relacional que le permite sobrevivir en la calle, en algunos casos busca salir o decide permanecer
en calle.
El IV censo sectorial de habitantes de calle en Bogotá y Soacha, realizado en el año 2004 por el
DANE e IDIPRON, arroja la siguiente información:
En Bogotá y Soacha se censó un total de 13.415 personas, de ellas 8.682 (64,72 %) respondieron
la encuesta y 4.733 (35,28%) no respondieron la entrevista. Del total encuestado, el 83,73 % son
hombres y el 16, 27 % son mujeres.
Reciclar (58%)
Retacar 1 (18,9 %)
Trabajar 2(7,7%)
Vender en la calle (6,6 %)
1 Pedir limosna.
La persistencia de algún tipo de vínculo familiar o social se evidencia en los siguientes datos:
El habitante de calle convive en el lugar donde duerme con su padre (2%), con su madre
(8%), con amigos (12%), con su compañero(a) (13%), con otros familiares (13%) y un 52%
declara permanecer solo.
El 75% de los habitantes de calle declara no recibir ayuda alguna y el restante 25% dijo
recibir ayuda. Los que reciben ayuda lo hacen de las instituciones (52%), amigos (16%),
otros familiares (15%), mamá (10%), hermanos (5%) y papá (2%).
En las zonas de alto deterioro urbano residen familias, parejas y personas solas que presentan las
siguientes características:
Conservan la noción de vivienda-hogar, lo que los anima a buscar el ingreso para pagar la pieza y
tener “qué echar a l’olla”, o cómo llevar lo del “paga-diario”; cifran la conservación de su dignidad
en el hecho de no comer sobrados y tener dónde dormir, aún en condiciones de alto grado de
hacinamiento; mantienen la noción de familia como factor aglutinante, lo que implica que hay un
relevo generacional que garantiza la continuidad de una cultura urbana capaz de mantenerse en el
tiempo y mejorar sus competencias y habilidades.
Más allá de las condiciones estructurales que conminan a la pobreza a más de la tercera parte de
los habitantes de Bogotá, en ciertos sectores de la ciudad se han producido fenómenos
socioeconómicos que construyen realidades urbanas y urbanísticas donde el hacinamiento
caracteriza el sector, asociado al desarrollo de una serie de actividades de sobrevivencia que en la
mayoría de los casos hacen parte de los submundos de lo informal, lo ilegal y lo ilícito. La Ciudad
vive estas zonas como inseguras, amedrentadores y aglutinantes del deterioro social que conduce
a los individuos y a sus familias a condiciones de exclusión social y vulnerabilidad. Estas zonas se
convierten en zonas “oscuras” de la ciudad, con frecuencia excluidas de la prestación de los
servicios sociales básicos.
Las condiciones de extrema pobreza y alta vulnerabilidad social ponen en peligro la integridad
física y psicológica de los miembros de las familias, parejas o personas solas que allí habitan. Este
grupo humano convive con altos índices de violencia intrafamiliar, maternidad precoz, abuso en el
consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, prostitución, mendicidad y desnutrición.
Situaciones que sumadas a la debilidad y a la disfuncionalidad de las redes de apoyo familiar,
social e institucional, no les permiten superar por sus propios medios la situación social en la que
se encuentran inmersas.
Estas zonas de alto deterioro social y urbano ofrecen características económicas particulares tales
como pago-diario de vivienda, venta de alimentos preparados sin las mínimas normas de asepsia
pero a precios muy bajos, y presencia de negocios informales dedicados a la compra-venta de
material reciclado al menudeo.
A continuación se describen los antecedentes de los proyectos 7312 “Atención integral para la
inclusión social de ciudadanos y ciudadanas habitantes de la calle” y 202 “Pactos para la inclusión
con familias ubicadas en zonas de alto deterioro urbano”, los cuales se unificarán en este
proyecto.
En el año 1996 se creó el Programa Distrital de Atención al Adulto Indigente en el marco del Plan
de Desarrollo “Formar Ciudad” y en cumplimiento del Acuerdo 13 de 1995, su Decreto
Reglamentario 897 de 1995 y la Resolución 787 del 27 de junio de 1996. Con este programa se
buscaba reducir los procesos de exclusión social y deterioro personal de la población que vive en
la calle, brindando atención a través de una intervención terapéutica.
El programa se fortaleció en 1998 en el marco del Plan de Desarrollo “Por la Bogotá que
queremos” con la creación de las Brigadas de Acercamiento, la puesta en marcha del Centro de
Atención Transitoria y la ampliación de la cobertura en la Comunidad Terapéutica para
fármacodependientes.
Del 2001 al 2003, en el contexto del Plan de Desarrollo “Bogotá para vivir todos del mismo lado”,
se avanzó en la identificación, caracterización y georeferenciación de esta población y se atendió
de manera directa a ciudadanos(as) en 5 modalidades: Brigadas de Atención a ciudadanos (as) de
calle, Hogar de Paso, Atención Transitoria, Comunidades de Vida y Enlace Social y Seguimiento.
En este sentido, el Plan de Desarrollo 2004 -2008 “Bogotá sin indiferencia: un compromiso social
contra la pobreza y la exclusión” se ha propuesto fortalecer la atención a este grupo poblacional,
aprovechando la experiencia adquirida.
Proyecto 202 “Pactos para la inclusión con familias ubicadas en zonas de alto deterioro
urbano”
Una de las propuestas fundamentales del Plan de Desarrollo “Por la Bogotá que queremos”, en el
año de 1998, se centró en el programa de “Renovación urbana” y, de manera particular, en el
Proyecto “Tercer Milenio”, ubicado en una zona de influencia directa del barrio Santa Inés -zona
del Cartucho-. Esto implicó la focalización de recursos y el desarrollo de estrategias específicas
para ese tipo de espacio urbano. Acciones que tuvieron como objetivo generar opciones para la
inclusión social de familias y personas en situaciones críticas de vulnerabilidad, derivadas del
deterioro urbano y social, afectadas adicionalmente por el proceso de intervención urbana del
Distrito. Estos hechos urbanos constituyeron una experiencia pionera donde el núcleo familiar se
vuelve sujeto de protección transitoria.
Atendiendo esta población, el proyecto trabaja por una ciudad más solidaria, aportando a la
construcción de una ciudad incluyente y capaz de generar una cultura de integración social. Se
priorizan los derechos de los niños y las niñas y se reconoce a “la familia como contexto primario
de formación de la vivencia democrática”. Razón por la cual se privilegian acciones para su
fortalecimiento. El proyecto Pactos para la inclusión con familias ubicadas en zonas de alto
deterioro urbano incorpora la perspectiva de género, en relación con la promoción de los derechos
de las mujeres, la equidad entre los géneros y las generaciones, y la restitución de los derechos
vulnerados.
En síntesis, se entiende que existen familias ubicadas en zonas de alto deterioro urbano cuya
vulnerabilidad pone en peligro la integridad física y psicológica de sus miembros, en este sentido
debe adelantarse:
Tanto los habitantes de calle como las personas situadas en zonas de alto deterioro urbano se
apropian de espacios urbanos deteriorados que no son objeto de una planeación efectiva frente al
uso del suelo ni el control de la infraestructura. Sin embargo, el habitante de calle no tiene
residencia y quien reside en zonas de alto deterioro urbano no siempre es habitante de calle.
Estas dos poblaciones coexisten sintiéndose diferentes. Unos y otros habitan y circulan por las
zonas de alto deterioro urbano. Pero, así como cualquier persona que goza de un empleo teme
perderlo, la familia, pareja o persona sola que “vive en pieza” teme perderla porque con ella pierde
la pertenencia a un grupo social que cifra su dignidad en no ser de los que viven en calle. Y
quienes viven en calle cifran su dignidad en la “libertad” de dormir donde los tumbe el sueño.
Por su parte, las “ollas”, ese espacio social en torno del cual se teje el imbricado comercio de
dignidades, vidas, adicciones y cacicazgos, delimitan un territorio en diáspora que atrapa; obliga al
silencio como estrategia de sobrevivencia, y pacta una carrera con la decadencia social y urbana.
La cultura urbana que allí se construye maneja códigos y patrones de relación que delimitan un
mundo donde el “ciudadano del común” no tiene acceso, como tampoco lo tiene la lógica de la
legalidad. Sin embargo, allí habitan personas solas, parejas y familias que no han abandonado la
esperanza de mejorar su calidad de vida y salvaguardar su dignidad ciudadana.
Por su parte, el CHC adulto(a), que vive y duerme de manera permanente en las calles, bajo los
puentes o los parques ha construido estilos de vida, códigos de comunicación, estrategias de
sobrevivencia, y patrones de relación con sus pares y “los otros, los que viven en casas”, que lo
diferencian dentro del mundo social urbano en que habita, convirtiéndolo en un grupo aparte, un
analizador social y económico.
En pocas palabras, las familias y parejas que viven en condiciones de hacinamiento y extrema
pobreza, en zonas de alto deterioro urbano, forman parte de ese gran grupo social que, a
diferencia del habitante de calle, “vive en casas” y se ocupa a diario de conseguir el dinero para
pagar “la pieza y la sopita”.
Muchas características son similares, se asocian y son propias a su estilo de vida; hacen
referencia especialmente al sustento económico desde lo ilícito e informal o destajo, al consumo
de SPA por alguno(s) miembro(s), incluyendo niños / as y jóvenes, a la conformación de hogares
con hijos a edades muy tempranas, personas solas, con consumo crónico de SPA, personas que
tienen negocios ilícitos que les permite adquirir y negociar la droga, alcohol, armas y otros objetos,
personas solas, adultos mayores, que no poseen redes familiares o sociales, personas habitantes
de calle, ingresos iguales o inferiores a 1.5 SMLV y provenientes de actividades lícitas, personas
sin tradición y hábitos de empleo.
Así mismo los proyectos ofrecen servicios de orientación, remisión y referenciación de los
ciudadanos (as) habitantes de calle, parejas y familias a los servicios ofrecidos por cada uno de
los proyectos, por otros proyectos del DABS y las demás entidades distritales, de acuerdo con las
necesidades específicas de atención en salud, educación y reconocimiento de ciudadanía.
Los servicios en las modalidades institucionales de los dos proyectos son los mismos: apoyo
nutricional, suministro de elementos básicos requeridos durante su estadía, abordaje terapéutico,
acompañamiento para la gestión de empleo y oportunidades ocupacionales así como seguimiento
institucional a las parejas, personas solas o las familias luego de su egreso del servicio.
Por otro lado las propuestas para el manejo de la reducción del daño y rehabilitación de las
personas con consumo de sustancias psicoactivas vienen siendo manejados de forma integral en
ambos proyectos.
El presente Plan de Desarrollo, imagina una ciudad con una gestión pública integrada,
participativa, efectiva y honesta que genere compromiso social y confianza, para avanzar en la
reconciliación entre sus habitantes, y en la garantía de sus derechos humanos. En pocas
palabras: “Construir colectiva y progresivamente una ciudad moderna y humana, incluyente,
solidaria y comprometida con el desarrollo del Estado Social de Derecho, con mujeres y hombres
que ejercen su ciudadanía y reconocen su diversidad”.
Dentro del eje social del Plan de Desarrollo, los proyectos 202: “Pactos para la Inclusión con
Familias ubicadas en Zonas de Alto Deterioro urbano”, y 7312 “Atención integral para la Inclusión
social de Ciudadanos y Ciudadanas Habitantes de Calle” se ubican en el marco del programa
“Restablecimiento de derechos e inclusión social” que tiene como objetivo “Brindar especial
atención a las poblaciones cuyos derechos han sido vulnerados, mediante acciones de protección,
en especial a las víctimas de violencia intrafamiliar y sexual”. En este contexto, los dos proyectos
apuntan al objetivo general del Plan que pretende “Una ciudad integrada local y regionalmente,
articulada con la Nación, y el mundo, para crear mejores condiciones y oportunidades para el
desarrollo sostenible de las capacidades humanas, la generación de empleo e ingresos, y la
producción de riqueza colectiva”.
Los dos proyectos acogen los principios consignados en dicho Plan de Desarrollo como son:
Solidaridad (tener sentido de los otros y las otras); Autonomía (reconocer la dignidad de la
condición humana para favorecer el ejercicio de la libertad y promover la autodeterminación
individual y colectiva); Diversidad (reconocer y reasignar valor a las diferencias étnicas, de
géneros, generacionales y culturales); Equidad (promover la igualdad de oportunidades mediante
políticas progresivas de redistribución con prioridad en las poblaciones que en mayores
condiciones de pobreza y vulnerabilidad); Participación (involucrar la participación de ciudadanos y
ciudadanas en la toma de decisiones públicas y promoverle fortalecimiento de las organizaciones
sociales); Probidad (Actuar con rectitud en el ejercicio de lo público).
El Alcalde Mayor Luis Eduardo Garzón expidió el Decreto 136 del 6 de mayo de 2005, en cuyo
marco se contempla la elaboración y puesta en marcha del Plan de Atención Integral para la
Población Habitante de Calle. En dicho Plan se enfatiza que las acciones deben ir orientadas a la
inclusión social de mediano y largo plazo, considerando aspectos sociales, físicos y ambientales.
Con el Plan de Atención Integral para la Población Habitante de Calle se busca articular las
acciones del Distrito para prevenir y mitigar las causas que generan la habitabilidad en calle y el
hacinamiento humano en zonas de alto deterioro urbano y proteger integralmente a las personas
que viven en tales condiciones, de manera que puedan ejercer plena y sostenidamente sus
derechos. El Plan se propone coordinar acciones conjuntas entre el Distrito y la sociedad, en los
ámbitos socioeconómico, urbano, de seguridad y convivencia.
El Plan de Atención Integral para el Habitante de Calle para el período 2004 – 2008, se fija
derroteros que exigen que:
El proyecto unificado asume de manera directa tareas relacionadas con la atención integral a
personas proveniente de los dos tipos de población, y el fortalecimiento de redes sociales y
familiares que faciliten su inclusión social.
La Secretaría Distrital de Integración Social lidera el Eje Social del actual Plan de Desarrollo, por lo
cual, el proyecto debe asumir el Seguimiento de la puesta en marcha del Plan de Atención
Integral, que en su objetivo general reza: “Prevenir y mitigar las causas que generan la
habitabilidad en calle y proteger integralmente a las personas en esta condición, de tal manera
que puedan ejercer plena y sostenidamente sus derechos, mediante acciones conjuntas entre el
Estado y la sociedad, en los ámbitos socioeconómico, urbano, de seguridad y convivencia”.
El proyecto desarrollará su intervención social focalizada con las familias, parejas y personas
solas ubicadas en San Bernardo, Cinco Huecos, El Bronx, y otras zonas de hacinamiento
cobijadas por acciones de Renovación Urbana previstas en el Plan Zonal Centro, cuya situación
de extrema pobreza social y económica los convierte en población especial vulnerable.
Acorde con la perspectiva de derechos y enfoque de género que contempla el Plan de Desarrollo,
para el periodo 2004-2008, se priorizará el apoyo a las familias con jefatura única de hogar.
Habitabilidad en calle
El proyecto está dirigido a hombres y mujeres de 22 a 59 años de edad habitantes de la calle y/o
ubicados en zonas de alto deterioro urbano.
4. OBJETIVOS DEL PROYECTO
1. OBJETIVO GENERAL
Atender integralmente a ciudadanos(a) habitantes de calle del Distrito Capital, y a familias, parejas
y personas solas que viven en hacinamiento en zonas de alto deterioro social y urbano, con el fin
de avanzar en la restitución de sus derechos, y su inclusión socioeconómica
Para cumplir a cabalidad con los objetivos propuestos, bajo criterios de eficiencia y sinergia
interadministrativas e intrainstitucionales; ser consecuentes con la caracterización hecha de la
población sujeto de atención, y dar atención adecuada a la diversidad de tipos socioculturales que
se pueden identificar dentro del grupo de beneficiarios potenciales.
Modalidad: Acercamiento
En las zonas de alto deterioro urbano, objeto de intervención, y dadas las características
socioculturales de estas zonas, que no permiten una intervención grupal in situ, se desarrollan
acciones de previa identificación para reconocer las condiciones socioeconómicas y necesidades
de las familias, parejas y personas solas viven allí, y a los ciudadanos(as) habitantes de calle que
parchan en la zona. En el nivel distrital, en 19 localidades de la ciudad, el equipo de Acercamiento
entra en contacto con los(as) ciudadanos(as) habitantes de calle en su medio (parches,
cambuches y corredores viales), para establecer alternativas de atención y remisión viables y
efectivas.
En esta modalidad también se referencia ante Enlace social a los adultos egresados del proyecto
que han vuelto al circuito de habitabilidad en calle o hacinamiento en zonas de alto deterioro
urbano, a fin de cualificar la comprensión de los ciclos de recaída y facilitar el seguimiento y
acompañamiento de los egresados que no han logrado darle continuidad a su proceso de
inclusión social.
Modalidad Acogida
En esta modalidad se acoge a la población sujeto del proyecto y de acuerdo con el perfil es
remitido a las demás modalidades y submodalidades del proyecto y de otros servicios del Distrito.
a) Orientar a cuál submodalidad institucionalizada del proyecto o servicio de la red social del
Distrito deben ser remitidas las personas identificadas y atendidas en Hogares de Paso.
b) Referenciar, orientar y remitir las familias a los servicios ofrecidos por otros proyectos de la
Secretaría Distrital de Integración Social y las demás entidades distritales, de acuerdo con sus
necesidades específicas tanto de atención en salud, educación y reconocimiento de ciudadanía,
como del ejercicio de ésta última. Esta labor exige una atención profesional personalizada que
promueve hábitos de autocuidado, ocupacionales y de administración del gasto.
c) Asesorar y hacer seguimiento a las familias que no han proporcionado la atención necesaria a
sus niños(as), con el fin de promover la restitución y garantía de sus derechos. Estas acciones se
llevan a cabo a través de la coordinación intrainstitucional e interadministrativa con el Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar.
Hogares de Paso
Remitido por la Modalidad de Acercamiento a los hogares de paso tanto el CHC como las
personas solas que vivan en zonas de alto deterioro urbano se vinculan e inician el proceso de
reflexión sobre su proyecto de vida. Allí, reciben implementos de aseo; atención básica en salud
física y mental, y oportunidad de participar en talleres lúdicos y ocupacionales, actividades de
recreación y terapia.
La permanencia de un ciudadano(a) en los servicios que se prestan en los hogares de paso debe
responder a los requerimientos y expectativas de la persona así como al proceso de valoración
médica, psiquiátrica, psicológica y ocupacional. Durante este tiempo, se vinculan en las diferentes
actividades previstas; se identifica su motivación y necesidad para que pueda ser orientado y
remitido a la red de servicios sociales del Distrito o a la modalidad de Enlace Social.
Esta Modalidad presta tres tipos diferentes de servicio: Día, Noche y Día-Noche. En el servicio Día
se ofrece atención básica en salud, aseo personal, alimentación y se realizan talleres lúdicos y
formativos en las siguientes áreas: 1) Desarrollo Personal, 2) Salud, 3) Promoción social, 4)
Animación socio-cultural, y 5) Descubrimiento y Promoción de Talentos. En el servicio Noche se
ofrece aseo personal, alimentación, actividades lúdicas o formativas y albergue. En el servicio Día-
Noche el ciudadano (a) tiene todos los servicios aquí mencionados y la oportunidad de despertar
su interés por reorientar su proyecto de vida social. Por su parte, el equipo de profesionales y
facilitadotes del Hogar Día-Noche tiene la oportunidad de cualificar la evaluación psicológica y
ocupacional que realizan para la remisión a las submodalidades de la Línea 2, como también
afinar su percepción sobre la voluntad que el ciudadano (a) tenga para emprender, con la
esperada corresponsabilidad, su proceso de desarrollo personal y reorientación de su proyecto de
vida.
La Modalidad llamada Escuelas de Vida para la Inclusión Social se diseña a partir de estrategias
de intervención en la cual las nociones de proceso e integralidad son acciones transversales.
El tiempo de permanencia en los procesos ofrecidos en esta Modalidad Escuelas de Vida para la
Inclusión Social varía de acuerdo a cada uno de los modelos de intervención.
Todos ellos ofrecen programas de atención integral transitoria articulada por ocho (8) ejes
transversales:
Este servicio en Alojamiento temporal atiende familias3 conformadas por una, dos o más personas,
habitantes de calle o no, que requieren acompañamiento e intervención terapéutica y formativa,
para que tomen decisiones sobre su proyecto de vida. Este acompañamiento se hace bajo los
principios de respeto y autonomía de los sujetos frente a sus decisiones. Este servicio ofrece:
apoyo nutricional, suministro de elementos básicos requeridos durante su estadía (Kit de aseo y
pañales entre otros), abordaje terapéutico, acompañamiento para la gestión de empleo y
oportunidades ocupacionales así como seguimiento institucional a las familias luego de su egreso
del servicio. La atención se ofrece por un período de 8 meses.
Este modelo de intervención está diseñado para prestar el servicio a ciudadanos (as) con cuadros
clínicos crónicos. Prestará protección y asistencia permanente, dada la condición biopsicosocial
de alta vulnerabilidad de los beneficiarios allí remitidos. En la submodalidad se atenderán a
personas de 22 a 59 años habitantes de calle.
Los Centros de Desarrollo Personal son operados en algunos casos por la Secretaría Distrital de
Integración Social y en otros contratados por ONG. En esta submodalidad se cuenta con los
3 A la hora de hacer la caracterización de la organización familiar es necesario hacer “una distinción analítica entre grupo residencial (hábitat);
familia (organización con sustrato biológico); unidad doméstica (integración de individuos emparentados y no emparentados); unidad
reproductiva (reposición generacional) y unidad económica (actividades de producción y consumo cotidiano de alimentos y otros bienes y
servicios para la subsistencia” CICERCHIA, Ricardo, “Alianzas, redes y estrategias. El encanto y la crisis de las formas familiares”, en
Revista Nómadas. Las familias Contemporáneas, No 11, DIUC, Santafé de Bogotá, 1999, pp. 46-53.
siguientes operadores: Centro de Desarrollo Personal “Balcanes” operado por una ONG en
instalaciones dadas en comodato a la Secretaría Distrital de Integración Social por la Secretaría
Distrital de Salud, el cual tiene una duración de 10 meses y los beneficiarios (as) tienen la
condición de internos o seminternos; otro servicio con las mismas características del de Balcanes
corresponde a instalaciones ofertadas por la ONG contratada. El Centro de Desarrollo Personal
Transitorio operado en instalaciones de la Secretaría Distrital de Integración Social tiene un tiempo
de permanencia de 7 meses de internado y Centros de Desarrollo Personal operados por una
ONG contratada con el mismo periodo de duración del Centro Transitorio y en condición de
internos.
El enlace del proyecto y del egresado con el mundo laboral y social, y las comunidades urbanas
que acogen o rechazan a la población sujeto de atención debe adelantar tareas que apuntan tanto
a la construcción de competencias y habilidades laborales y socio afectivas del beneficiario como
a la construcción de una consciencia ciudadana que le permita procesos de inclusión social
estables en términos de tiempo.
Cuando la persona es evaluada como apto psicosocialmente para acceder a una oportunidad de
generación de ingresos, sea porque ha terminado el proceso de desarrollo personal y de
aprendizaje, en cualquiera de las Escuelas de Vida, o porque cuenta con la documentación,
habilidades, capacidades y disciplina necesarias para asumirla con responsabilidad, el equipo de
la submodalidad inicia la gestión para la vinculación de las personas por una sola vez, en
cualquiera de los convenios interadministrativos e interinstitucionales, con el sector privado o
solidario, los cuales tienen una duración de hasta seis meses.
Dichos convenios brindan la posibilidad de capacitarse y formarse para las labores objeto del
convenio, así como desarrollar paulatinamente mayor independencia, gracias al aprendizaje de
nuevas dinámicas relacionales en ejercicio permanente de corresponsabilidad.
Coordinar el seguimiento a los egresados, que se adelanta desde las diferentes modalidades de
las dos Líneas de servicio, hará posible analizar las causalidades y procesos que hoy llevan a las
recaídas de la población y su retorno al círculo de la exclusión.
El área de Educación tiene como propósito la alfabetización y nivelación básica primaria de las
personas sujetos de atención del proyecto que contribuya a sus procesos de formación personal y
cualificación laboral. Esta área se realizará con el concurso de la Secretaría Distrital de Educación
o con ONG o sector solidario con experiencia en educación a población adulta.
Acción estratégica 2: Área de Salud
Esta área está compuesta por dos subáreas: salud física y salud mental, manejadas por una
coordinación general. En ella se adelantan labores de orden administrativo y clínico.
Las labores administrativas del área de salud física son: expedición de Certificados de Población
Especial; remisión y acompañamiento a beneficiarios (as) del proyecto a centros de salud y
hospitales. La atención clínica contempla: la realización de diagnóstico, pronóstico y tratamiento
en el nivel general y especializado, en las áreas de medicina general, odontología y psiquiatría.
El área de salud mental, está conformada por los psicólogos, quienes adelantan labores en los
niveles individual, grupal y familiar, integrando actividades a nivel clínico y administrativo,
diagnóstico, pronóstico, tratamiento y remisión de los usuarios que presenten patología
psicológica.
El equipo profesional del área de salud entiende la necesidad de un trabajo interdisciplinario que
albergue la dinámica de construcción de conocimiento y debate constructivo propia de un equipo
con diversidad de enfoques. La complementariedad de respuestas en materia de salud física y
mental que ofrecen los distintos enfoques es un valor fundamental de la gestión en salud.
6. METAS FÍSICAS
Disminuir los niveles de riesgo y vulnerabilidad social de las familias, parejas y personas solas,
mediante su vinculación a los proyectos de la Secretaría Distrital de Integración Social y demás
servicios de la Red Distrital.
Contribuir a la disminución del impacto social causado por la población sujeto de atención del
proyecto, mediante la oferta de servicios que les permitan el acceso a condiciones dignas de vida
y favorezcan su recuperación individual y su inclusión social, con la participación de
organizaciones públicas, privadas y comunitarias.
Facilitar la creación de condiciones de vida más digna para los beneficiarios, gracias a un cambio
de percepción y actitud por parte de habitantes de la ciudad, que hoy se limitan a evadirlos.
Presupuesto
(miles) 6.411.073 20.711.762 14.607.376 17.611.989. 15.427.054 57.157.266
TRANSPORTE 90.730.200
TRANSPORTE 111.350.700
TRANSPORTE 391.453.200
TRANSPORTE 45.365.100
TRANSPORTE 73.319.123
En igual forma se sustenta en el Acuerdo 13 de 1995 por el cual se crea el Programa Integral de
Protección y Seguridad social de los Indigentes de la Ciudad de Bogotá; el Decreto 897, del 29 de
Diciembre de 1995, mediante el cual se establece el Programa Distrital de Atención al Habitante
de la Calle, la Resolución 0787 del 27 de Junio de 1996, mediante la cual se organiza la Unidad
de Asistencia Integral al Habitante de la Calle en la localidad de Mártires, y la Resolución 0716 del
22 de noviembre de 1999, por el cual se reglamenta el programa Habitante de la Calle.
Recientemente la expedición del Decreto 136 de mayo 6 de 2005 enmarca nuestra labor en el
Plan de Atención Integral al Ciudadano-a habitante de Calle que exige mayor y mejor coordinación
de los entes distritales para avanzar en el manejo adecuado de la problemática de habitabilidad en
calle.
10.ASPECTOS AMBIENTALES
En la medida que se logre el reconocimiento de las dos (2) poblaciones, sujeto de atención del
proyecto, como ciudadanos a carta cabal y se promueva su integración social, desde una
perspectiva de derechos y deberes, se producirán efectos positivos en el entorno humano, social y
ecológico (residuos sólidos) de la ciudad. Especialmente, cuando estos adultos(as), de forma
voluntaria, construyan proyectos de vida individuales y colectivos que engranen en el tejido social
de la ciudad, fortaleciendo de esta manera procesos de construcción de una ciudad solidaria y
tolerante, en respuesta al ejercicio corresponsable de los derechos, por parte de estos(as)
ciudadanos(as).
El trabajo con familias, que enfrentan situaciones de alto riesgo social y se ubican en zonas de alto
deterioro urbano, generará un impacto positivo directo sobre la salud social de la ciudad que se ve
afectada por múltiples situaciones críticas provocadas por familias desvinculadas, o vinculadas
frágilmente al tejido social. Situaciones que colocan en peligro la integridad física, moral o
psicológica de uno o varios de los miembros, alimentando una cadena de deterioro social que
afecta a la ciudad en su totalidad.
13.CONCEPTO DE VIABILIDAD
Aspectos Revisados:
1S/N
Concepto y Sustentación
2S/N
* El concepto es favorable? SI
Responsable de viabilidad