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Introducción
Las estrofas que Vicente Espinel publicó en 1591 causaron una auténtica sensación en el
mundo de las letras hispanas, tanto en la península ibérica como en el continente
americano, donde se extendieron rápidamente de mar a mar [ver Aretz 1980, pp. 213-23
y Armistead 1994, pp. 49-62]. Numerosos estudiosos han hecho gran labor analizando
y recopilando tanto las décimas cultas como las populares. Sin embargo, hay una
población de decimistas cuya arte ha pasado casi desapercibida por los investigadores.
Me refiero a los rumberos afro-cubanos.
Las teorías se pueden clasificar por el siglo y forma de transmisón. Una la coloca al
pricipios del siglo 20, con las migraciones internos del campo a la ciudad. Otra la asigna
a la primera mitad del siglo 19, cuando sirvientes afro-cubanos en la capital cantaban
décimas en llanto, una versión preliminar de punto cubano [Linares, comunicación
personal]. Y algunos sostienen que los afro-cubanos han conocido la décima desde su
introducción en la isla. El tiempo no me permite elaborar las teorías, y en fin, puede ser
imposible asegurar con precisión la antigüedad de la décima en la música afro-cubana.
Pero es indiscutible que al comienzo del siglo 20, la décima se oía cantar en los grandes
conjuntos de coro y clave, predecesores a la rumba [Leon 1974, pp. 143; 146-147].
Mientras los coros evolucionaron al fenómeno contemporáneo de la rumba en los años
veinte y treinta, las décimas seguían siendo importantes para el cantante solista.
Numerosos rumberos ganaron fama como improvisadores de la décima, y la décima
cantada estaba firmemente establecida como parte del espectro artístico afro-cubano.
Rumba-aspectos básicos
La rumba en Cuba es una especie de fiesta musical, una descarga con percusión, canto,
y baile. Es un estilo netamente cubano nacido de influencias africanas y españolas al
principio del siglo 20 [Acosta 1991, pp. 52-53]. En su aspecto folklórico usa solamente
determinados instrumentos de percusión. Un coro de tres o cuatro personas como
mínimo y algunos cantantes solistas dan los elementos melódicos, harmónicos, y
textuales. Los temas típicos incluyen alabanzas, cuentos picarescos, disparates y
comentarios sociales. La inclusión de frases religiosas en “lengua” (lucumí, palo, o
abakwá) es frecuente, sobre todo en la rumba columbia.
Las melodías de las rumbas son tan variadas como las estructuras textuales, pero para la
rumba décima, como la décima en punto cubano, la melodía no es de primera
importancia. La llamada tonada de los presos ha sido, en sus múltiples variantes, una
melodía duradera para la décima en guaguancó desde los años 1940s por lo menos
C. Décima octavilla es la estrofa que utiliza José Martí en su famosa colección Versos
sencillos para “Cultivo una rosa blanca…”. Lászaro Pedroso lo canta como guaguancó.
Feijóo llama este estilo cuartetas cubanas [Feijóo 1982, p. 33]. Tiene ocho versos
octosilábicos con tres rimas: abbaacca. Fíjese que las primeras cinco rimas son abbaa
(quintilla en su primera variación); lea los últimos cinco versos, o sea, versos tres a ocho,
como aabba (quintilla, segunda variación) y se forma una espinela vista como dos
quintillas (abbaa aabba) en tan solo ocho versos. No me permitiré divagar más con
temas estructurales, pero debo decir que la rima de la espinela (y por lo tanto, la
octavilla) tiene curiosas propiedades que la hace musical en si, especialmente en la
rumba.
D. Décima abierta se refiere a las canciones que mantienen la cadencia de la décima pero
al analizarse no muestran ni décimas ni octavillas, sino una mezcla aparentemente
arbitraria de pareados o coplas (aa), romances (abcb), redondillas (abba), y quintillas
(abbaa o aabba).
He aquí ejemplos de cada estilo. Las transcripciones son parciales; para mayor claridad
y brevedad he eliminado todas las dianas, duos, introducciones, estribillos, etc.
A. Espinela clásica
La famosa décima del perro Trabuco se canta con columbia, el más intenso de los tres
ritmos de la rumba. He oído la canción en por lo menos tres variantes. Con su perro
parlante e irónico, sugiere el género del disparate, pero también refleja una tendencia al
El segundo poema, también anónimo o popular, se canta con yambú, la rumba más
suave. El texto existe en muchas variaciones. Lo canta Alberto Zayas (Guaguancó
Afro-Cubano con Roberto Maza y el coro folklórico de Alberto Zayas, Panart LP 2055);
otra versión la canta Carlos Embales.
C. Décima octavilla
El primer ejemplo es una octavilla clásica de Yoruba Andabo [El Callejón de los
Rumberos Vols.1&2 Colección ClásicoPmRecords 1993 MCPm 4039 and MCPm
4040]. El segundo viene del mismo disco, y hay otra versión del conjunto Clave y
Guaguancó [Songs and dances, 1990, Xenophile GLCD 4023].
D. Décima abierta
Este guaguancó es del ya citado disco Guaguancó Afro-Cubano de Alberto Zayas,
extraordinariamente rico en décimas. Mi forma de agrupar las lineas no es la única que
permitiría la canción, pero siempre aparecen quintillas en cualquier variante organizativo
Reflexiones
Hemos visto que la décima, históricamente identificada en Cuba con los poetas
académicos y el campesinado español/canario (es decir, “blanco”) está también presente
en la rumba, un producto cultural propio del afro-cubano. Pero los estudiosos de la
literatura y música popular cubana - con algunas excepciones - han hecho poco caso del
fenómeno de la décima en la rumba. ¿Cómo se explica este vacío?
Por un lado hay simplemente una gran falta de conocimiento. Ancho y profundo es el
mar de la música cubana - ¿cúal explorador puede conocer todas su costas e islotes, cuál
buzo sus fondos? Debido al carácter algo esotérico de la rumba y su ausencia en los
medios masivos de comunicación latina como Univisión y Telemundo, me imagino que
muchos, sobre todo la gente fuera de Cuba, ni saben qué es realmente la rumba. La
rumba no es tan accesible como es, por ejemplo, el son, hoy en merecida ascendencia
comercial. Al oído inexperto las conversaciones de los tambores se confunden y las
décimas cantadas allí, por ir entremezcladas con otras estrofas, no se perfilan
facilmente.
Hay que reconocer también que la mayoría de los textos no siguen la bucólica estética
guajira; suelen ser sencillos y directos, sin grandes matices técnico-literarios, y no
Finalmente, si algunos no quieren saber de la rumba por ser muy barriobajero, muy
“lumpen”, muy negra, para los especialistas en lo africano del afro-cubano, la décima
parece ser muy española, muy colonialista, muy blanca. (Fernando Ortiz apenas lo
menciona). Además hay cierta tendencia a menospreciar el canto en español como
menos interesante y “auténtico” que el baile, la percusión, y los rezos en “lengua”. Pero
no hay rumba sin canto, y he visto a rumberos parar la rumba, visiblemente disgustados,
cuando las voces son inadecuadas. La conexión entre la expresión verbal y musical es
prominente en la música de Africa y sus derivados [Walser 1995, p. 208], y no se puede
entender la rumba sin tener en cuenta las canciones. Los viejos rumberos cubanos
reconocen la influencia ibérica, y no le resta nada de las raices y valores estéticos
africanos, el estudio y aprecio de la herencia melódica y textual española.
Para algunos es tal vez más gratificante identificar las sobrevivencias africanas o
españoles en las Américas. Por mi parte, celebro la invención de nuevas expresiones que
combinan elementos de tradiciones muy distintas, en una muestra más de la noble
capacidad humana de desarrollar, a pesar de barreras crueles, creaciones originales y
sublimes.
Alpern, Hyman y José Martel (eds.) Diez comedias del siglo de oro
Harper and Brothers, New York, 1939
Linares, María Teresa, Funciones y relaciones de la décima con la música que se canta en Cuba
en Trapero, Maximiano (ed.) La Décima Popular en la Tradición Hispánica, op cit.
Manuel, Peter (ed.) Essays on Cuban Music--North American and Cuban Perspectives
University Press of America, Lanham, Maryland, 1991
Walser, Robert, Rhythm, Rhyme, and Rhetoric in the Music of Public Enemy.
Ethnomusicology vol. 39, no. 2 (spring/summer) 1995, University of Illinois, Bloomington,
Waxer, Lise, “Of Mambo Kings and Songs of Love; Dance Music in Havana and New York
From the 1930s to the 1950s.” Latin American Music Review vol. 15, no.2 (fall/winter), 1994
University of Texas Press, Austin
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