Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
1
[] Parece que la idea de Dios que Anselmo pide al principio de su prueba no es la que puede tener cualquiera en su
mente, sino que supone compartir varios presupuestos doctrinales o filosóficos, entre los que se han destacado los
siguientes: (a) partir de la idea de Dios suministrada por la Revelación; (b) identificar el orden lógico con el realismo
formal o de la idea; y (c) concebir la existencia divina como un simple atributo de su esencia. Por esta razón Tomás
rechazará la validez del argumento, eligiendo un dirección totalmente opuesta a la de San Anselmo en sus cinco
pruebas en las que tomará la experiencia, la realidad sensible, como el punto de partida de su argumentación,
siguiendo su formación aristotélica, que no acepta otro punto de partida del conocimiento sino la experiencia a
posteriori, no a simultanea o a priori.
2
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 145, (I, q.2 a.3)
3
[] El Renacimiento Carolingio es el nombre que recibe el resurgimiento de la cultura clásica latina en el seno del
Imperio Carolingio a fines de los siglos VIII y IX. El Imperio Carolingio marcó el inicio de una nueva concepción de
las relaciones entre Iglesia y Estado. Carlomagno (742-814) se veía a sí mismo como un defensor del cristianismo en
general, y de la Iglesia Católica en particular. En la capital del Imperio Carolingio, fue creada la Escuela Palatina,
cuyas funciones podían asimilarse a lo que actualmente es una universidad. También la injerencia de la Iglesia en la
labor educativa, promovida y alentada por Carlomagno, produjo como resultado que la principal manifestación
cultural del Renacimiento Carolingio fuera la Teología. Carlomagno tenía sumo interés en definir, de común acuerdo
con la Iglesia, lo que era dogma de fe, a fin de convertir a la religión en un instrumento político de unidad imperial. El
Renacimiento Carolingio no es humanista ni antropocéntrico, sino que está centrado en aspectos teológicos y
católicos. Sin embargo, constituye un renacimiento porque por primera vez, desde la caída del Imperio Romano, se
difundió en el continente europeo, a escala masiva, la fenecida cultura latina.
2
4
[] Magnavacca, Silvia; Léxico técnico de filosofía medieval, Miño y Dávila Editores, Universidad de Buenos Aires,
Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, Argentina, 2005, p. 386
5
[] San Anselmo, Proslogion (traducción del latín al español de Beatriz Maas), Universidad Nacional de La Plata,
Buenos Aires, Argentina, 1950, p. 27.
6
[] Término referido, exclusivamente, a Dios, señalando así que a diferencia con los entes que son ab alio, es decir a
causa de otro, Dios no puede proceder o ser causado por otra cosa más que por sí mismo, porque de lo contrario
habría una causa igual o superior a Él, y entonces Él ya no sería tal, toda vez que metafísicamente hablando, el
escolasticismo sostiene y mantiene el axioma que reza que la causa es y debe ser anterior al efecto. De aquí la
locución aseistas, que constituiría un neologismo que reemplazaría a la expresión «causa sui» referida a Dios, ya
que el mismo nombre de «causa» está suponiendo la existencia de un efecto, lo que conspiraría contra la recta
interpretación de la absoluta simplicidad divina. Véase Magnavacca, Silvia; Léxico técnico de filosofía medieval,
op. cit., pp. 29 y 30.
7
[] El ente en su procedencia de algo distinto de él, que por ende alude a la dependencia ontológica del mismo, y de la
que adolece desde el momento en que no es Dios, único del que se puede predicar su carácter a se. Véase
Magnavacca, Silvia; Léxico técnico de filosofía medieval, op. cit., p. 31.
3
por el amor, por el enigma del hombre que ayuda a acercarse al enigma de Dios. Vale decir que,
en Proslogion, Anselmo traza un distingo entre tener los atributos de Dios en la inteligencia y
comprender los atributos de Dios en la existencia. Anselmo no podría haber llegado, por medio
del entendimiento, más allá de la idea de Dios, pero podría haberla dejado planteada como un
camino «abierto» hacia la realidad trascendente.
Una interpretación rápida de Monologion § 65, esto es, considerar que un Dios
incomprensible puede tenerse en la inteligencia mediante semejanzas y no en cuanto es en sí y
por sí, considerar que diciendo una cosa a través de otra, por otro, desde otro, dado que se
puede percibir algo de la Naturaleza eminente a través de otra cosa por cercanía y semejanza,
sea por el amor entre Dios y el hombre, sea por el enigma del hombre que ayuda a acercarse al
enigma de Dios, permitiría sostener que Anselmo habría arribado a la misma conclusión que
Nicolás de Cusa (1401-1464): la referencia completamente simbólica de Dios y, por ello, una
muestra de ignorancia erudita, de docta ignorancia. Sin embargo, para comprender mejor el
sentido del argumento del Monologion y el sentido del argumento del Proslogion, podríamos
enfocar la réplica de Anselmo contra Gaunilo (?-1083), monje de Marmoutier, quien había
levantado contra aquél, el principio aristotélico que afirma que no se puede establecer la esencia
de un ser antes de haber establecido su existencia: «el ente tal que nada mayor puede
concebirse no es como la pintura aún no hecha en la inteligencia del pintor. Puesto que yo no
... quisiera asegurar que el ente del cual se trataba fuera algo semejante, sino ... únicamente ...
[quisiera] poder mostrar cómo en la inteligencia puede existir algo cuya inexistencia real se
entiende» [8] En la respuesta precedente, Anselmo relega la creencia ligada a la idea de que
toda semejanza con Dios es simbólica, y asume que algunas semejanzas resultan sumamente
comparativas. En consecuencia, pensamos en Dios con todo el raciocinio. Lo pensamos sin un
comienzo y sin un final. Lo pensamos como inalterable. Lo pensamos como atemporal. Lo
pensamos como no capaz de no existir. Así, y de muchas otras maneras, lo pensamos a Dios.
Por lo tanto, puede ser nombrada la identidad de Dios como existente, como inmutable, o como
enigma. Aunque Dios (infinito) no existe a la manera en que las criaturas (finitas) lo hacen, sin
embargo, de acuerdo con Anselmo, su existencia puede ser concebida y Él (Dios, para quien
únicamente es válido el argumento) puede ser nombrado en sentido analógico [9] y no en
sentido simbólico, incluso a través de un vaso..., es decir misteriosamente, mediante una
persona especialmente escogida por Dios para un ministerio singular.
El desarrollo del argumento propiamente dicho comienza en el Capítulo II-Que
Dios exista (sea) verdaderamente. Sin embargo, las primeras líneas de este Capítulo continúan
con el tono impreso en las líneas finales del capítulo precedente: «Por tanto, Señor, tú que das
el entendimiento a la fe, concédeme el comprender, en cuanto lo creas de provecho, que tu
existes, como creemos, y eres eso que creemos» [10]
El argumento propiamente dicho comienza con la siguiente definición:
8
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 129.
9
[] Léase como el acto de comparar o de relacionar dos o más seres u objetos a través de la razón, señalando
características generales y particulares, generando así razonamientos basados en la existencia de semejanzas entre
ellos.
10
[] San Anselmo, Proslogion , op. cit., p. 27
4
¿De qué tipo de definición se trata? No se trata de una definición esencial, por
cuanto en ella no se establece que es Dios, sino algo máximo que puede pensarse. Pero, de ¿qué
máximo se trata?: (a) ¿Del máximo que está dentro del orden de lo pensable?; o (b) ¿del
máximo que está fuera del orden de lo pensable? Entenderemos que es el límite de lo pensable
y que está fuera de ese límite, en otro lado, por así decirlo, en la existencia, pero no en cualquier
existencia sino en la existencia formalmente pensada, como idea, y que, por tanto, nada mayor
puede haber dentro del orden de lo pensable, ni nada mayor puede haber dentro del orden de
lo no pensable, es decir que ese algo es lo máximo pensable y también lo máximo no pensable:
que es pensable y que supera lo pensable, porque es más que pensable, porque está más allá de
lo pensable [conforme con el texto del Capítulo XV, y como presunción, podríamos interpretar
que ese algo es un concepto dual de la argumentación por vía negativa, y por tanto henológico-
cristiana, según la cual ese algo es lo que es pensado y, también, es lo que no se puede pensar:
(a) lo máximo pensable, dentro del pensamiento; y (b) lo no pensable fuera el pensamiento,
porque supera el umbral de lo pensable]: «Capítulo XV-Qué es mayor de lo que puede
pensarse: Por consiguiente, Señor, no sólo eres tal que nada mayor puede pensarse, sino que
eres mayor de lo que puede pensarse. Pues ya que [si] puede pensarse [y aceptarse] que hay
algo así, si no eres tú mismo, podría pensarse algo más grande que tú; lo que no puede
hacerse [sin caer en contradicción]» [12] Este párrafo, específicamente el término «nada»,
significa que ese algo que se menciona es un superlativo, no de un comparativo emergente del
uso de la locución «que» Por otra parte, Anselmo introduce la figura del insipiens [13], que
representa la antítesis «Dios no existe», para probar que la proposición «Dios existe» es
necesariamente válida, aún cuando se pretenda la contradictoria que se sigue de la letra de
Salmo, XIII, 1,. Esta mención ha suscitado que algunos comentadores identificaran el método
del argumento de Anselmo con el método seguido de ordinario por el escolasticismo que, ante
cualquier afirmación, oponía, inmediatamente, su contradictoria. Sin embargo, el argumento
sostiene que es imposible la validez de la proposición «Dios no existe», con lo que quedaría
probada la necesidad de la validez de su contradictoria «Dios existe», por las razones que
examinaremos más adelante.
Pero veamos paso a paso el trámite del argumento:
11
[] Aquello: id; mayor: maius; que lo cual: quo; nada: nihil; puede: potest; pensarse: potest.
12
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 59.
13
[] «Insensato» o «necio». El que carece de la facultad o de la capacidad necesaria para saber, en su dos sentidos:
(a) el de ignorar o desconocer; y (b) el de no gustar de. Véase Magnavacca, Silvia; Léxico técnico de filosofía
medieval, op. cit., p. 373.
5
14
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
15
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
16
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
17
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
18
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
6
en la realidad, ese algo, cuando es pensado como cosa existente en la realidad, es pensado como
algo más perfecto, o es pensado más perfectamente todavía: las realidades inteligibles pueden
ser pensadas como inteligibles, o bien pueden ser pensadas como sensibles. Si pensadas como
sensibles, son más perfectas)
«Por lo tanto, si ese algo tal que nada mayor puede concebirse está en la sola
inteligencia, esto mismo que nada mayor puede ser concebido es tal, que algo mayor que él
puede ser concebido, pero ello es imposible» [19] Negar esto implicaría caer en la imposibilidad
(por reducción al absurdo) de la antítesis «Dios no existe». Ese «imposible», debería
interpretarse como que es contradictorio proponer que algo no exista, si es que se acepta que
hay algo tal que nada mayor puede haber dentro del orden de lo pensable y que, a su vez, hay
algo tal que nada mayor puede haber dentro del orden de lo no pensable.
«En consecuencia, tanto en la inteligencia como en la realidad, existe, a no
dudarlo, un algo tal que nada mayor puede ser concebido» [20] Anselmo solamente ha
probado la necesaria validez de la proposición «algo tal que nada mayor puede concebirse»
[21] en el intelecto, no probó la existencia fuera de él, sino que probó la necesaria validez de la
proposición que establece la existencia de algo que fuera pensado existiendo en la realidad
formal no sensible. De la posibilidad, en este argumento autosuficiente, Anselmo pasó, primero
a la realidad, la atravesó y de aquí, después, presupuso la necesidad.
Finalmente: ¿Por qué ese «algo tal que nada mayor puede ser concebido» [22]
tiene que ser Dios? Dice Anselmo que no puede pensarse que Dios no exista [23] Hay dos clases
de realidades: (a) las realidades que pueden pensarse que existen, y (b) las realidades que
pueden pensarse que no existen, es decir, respectivamente, lo necesario y lo contingente. Así, lo
necesario, El Creador, procede de sí y esta causado por sí (a se), en cambio, lo contingente, la
creatura, procede de otro y está causado por otro (ab alio) El algo que fuera pensado como
«aquello mayor que lo cual nada puede pensarse» [24] existe porque es necesario. Procede de
sí y está causado por sí (a se), y entonces es Dios pensado como existente: «Deus est» que,
como tal, no puede no existir.
Para Tomás de Aquino, existen dos tipos de demostración: (a) una vía de
demostración propter quid [25], que es aquella que se basa en la causa y discurre partiendo de
lo que es absolutamente anterior hacia lo que es posterior; y (b) una vía de demostración quia
19
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
20
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
21
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
22
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 27.
23
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 29.
24
[] San Anselmo, Proslogion, op. cit., p. 279.
25
[] Debe entenderse como «a causa de» Indica la causa de algo. En el contexto metafísico, esa causa ha de ser
primera, porque en tal marco se consideran las cosas en sí mismas. En cambio, en el contexto lógico, es causa última,
dado que, en tal contexto, se atiende al punto de vista del conocimiento humano. No se debe olvidar que lo que es
primero en el orden del ser es lo último en el orden del conocer y viceversa. Véase Magnavacca, Silvia; Léxico
técnico de filosofía medieval, Miño y Dávila Editores, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras,
Buenos Aires, Argentina, 2005, p. 568.
7
[26], que es aquella que parte del efecto para conocer la causa remontándose hacia ella. Así,
conocemos el efecto, y puesto que éste depende de la causa, dada la existencia del efecto,
forzosamente le ha de preceder la causa [27] Esta última clase de demostración es la usada por
Tomás de Aquino (1225-1247) en las cinco Vías.
Que sean, precisamente cinco las vías, y que se encuentren expuestas en el orden
establecido por Tomás, tiene su explicación: el punto de partida de ellas, que es lo que las
distingue, es algo inmediatamente perceptible. En ese punto es fácil descubrir la dependencia
de alguna causa eficiente [28].
Las cinco vías de Tomás, son cinco perspectivas del mundo fáctico perceptible,
expresadas según un orden donde la consideración absoluta precede a la relativa, el
movimiento es más perceptible bajo el aspecto de dependencia que las cosas estáticas, y la
existencia se ofrece más contingentemente que la esencia real. Sucintamente: lo fáctico
perceptible del mundo puede apreciarse (I) absolutamente; como (a) un orden dinámico o
movimiento; (a.1.) considerado pasivamente: ser movido (primera vía); (a.2) considerado
activamente: mover o causar (segunda vía); o como (b.) un orden estático; (b.1) de existencias:
cosas que existen contingentemente (tercera vía); (b.2) de esencias: perfecciones por
participación (cuarta vía); o lo fáctico del mundo puede apreciarse (II) relativamente; (a)
constituyendo un conjunto ordenado (quinta vía)
Aunque Tomás de Aquino haya sido el gran artífice de las cinco vías, postuladas
como estructuración científica definitiva, todas ellas cuentan con antecedentes: (a) entre los
filósofos precristianos; (b) en la Sagrada Escritura; (c) y entre los pensadores cristianos y
arábigo-judíos anteriores.
Antes de entrar a exponerlas separadamente, es oportuno formular algunas
precisiones sobre su estructuración. El descubrimiento de Dios comporta una «derivación» de
las creaturas existentes, y, por tanto, la estructura de las vías de acceso se basan en la
correlación causal de las cosas respecto de Dios. El hilo no puede ser otro que la causalidad
eficiente, por ser ésta la única causa extrínseca que causa existencia inmediata. El ascenso a
Dios consiste en recorrer gnoseológicamente y a posteriori las vías de dependencia ontológica
de las cosas. Por eso, reconocemos, en cada vía, la exposición de tres momentos:
26
[] Enuncia un hecho que se cree, se dice, se sabe o se indaga. Abre las interrogaciones en las que se indaga el por
qué de algo. Indica la razón de una cosa. Pero no da cuenta de la causa propiamente dicha, como sí lo hace el propter
quid. Parte del efecto y se apoya en lo que es anterior no en sí mismo, sino sólo para nosotros. Cuando el hombre ve
con más claridad un efecto que su causa, por el conocimiento del primero puede llegar al de la segunda: como el
efecto depende de la causa, si el efecto existe, es necesario que su causa lo preceda. Apunta a la ratio consecuentiae.
Véase Magnavacca, Silvia; op. cit., p. 582.
27
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 149, (I, q.2 a.3)
28
[] La estructura de la realización es la teoría de las causas: (a) una causa formal, (b) una causa material; (c ) una
causa eficiente; y (d) una causa final. La (a) causa formal consiste en aquello que la cosa va a ser, la (b) causa material
consiste en aquello de lo que esta hecha una cosa; la (c) causa eficiente consiste en aquello con lo que ha sido hecha la
cosa, el instrumento; y la (d) causa final consiste en el propósito, en el fin para el cual ha sido hecha la cosa.
8
29
[] Supongamos que tenemos una serie de cambios cuyos momentos de cambio fueran m [(n-1)-1], m[(n-1)-2], m[(n-1)-3], m[(n-
, ... m([(n-1)-m], m[ (n-1)-n], para que m4 fuera movido por m3, tendría que suponerse que se diera m3 en acto, y para que
1)-4]
m3 se moviera, tendría que suponerse que se diera m 2 en acto, y para que m2 se moviera, tendría que suponerse que
se diera m1 en acto, y así sucesivamente en forma indefinida. ¿En forma indefinida? ¡NO!, ya que, de esa manera se
prolongaría sin límite la serie regresiva de movimientos en acto configurando una regresión al infinito que por
razones lógicas y ontológicas sería inaceptable, ya que ella no implicaría otra cosa que la postergación de la
explicación de toda la serie de la cadena causal. Se trata de un principio aristotélico que indica que recién
comprendemos acabadamente algo, cuando vamos a dar con su causa primera. Lo que se hace al retroceder desde
m[(n-1)-1] a m[(n-1)-2], de m[(n-1)-2] a m[(n-1)-3], de m[(n-1)-3] a m[(n-1)-4],... de m[(n-1)-m] a m[(n-1)-n] no significa otra cosa que postergar la
explicación hasta tanto se consiga ir a dar con un punto inicial, punto en el cual se interrumpiría la regresión. De lo
contrario, si no se interrumpiera, entonces toda la cadena causal quedaría inexplicada, y sería estéril filosofar
contando con un sistema de conceptos inexplicados.
30
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 145, (I, q.2 a.3)
9
(I)-Primera vía-vía del movimiento: Tomás la formuló así: «Es cierto y consta
por el sentido que en este mundo algunas cosas son movidas. Pero todo lo que es movido es
movido por otro ... Por tanto, si lo que mueve es movido a su vez, ha de ser movido por otro, y
éste por otro. Más así no se puede proceder hasta el infinito... Luego es necesario llegar a algún
primer motor que no es movido por nada; y éste todos entienden que es Dios» [31] En este
razonamiento parece haber cuatro etapas: (a) punto de partida de la vía; (b) formulación del
principio de causalidad, (c) improcedencia de una cadena infinita de motores, y (d) término de
la vía.
(a) El comienzo de la vía supone la existencia manifiesta del movimiento en el
mundo. Se trata del movimiento físico concebido metafísicamente como paso de la potencia al
acto. Solamente entendiendo el movimiento de tal modo, puede ser viable el pasaje del último
movimiento al Primer Motor, es decir de la creatura a Dios.
No sólo en la primera vía, sino en todas las demás, se parte de un hecho sensible, de
un dato experimental concebido metafísicamente. Por eso es posible trascender el orden
sensible mismo. Es decir, todas las vías proceden metafísicamente, aunque partan de datos
empíricos. De ahí su realismo y su fuerza argumental. Si a la primera vía se la puede llamar
«vía física», a la tercera se la podría llamar «vía existencial», a la cuarta «vía metafísica», y a
la quinta «vía teleológica» Se trata de denominaciones en razón del punto de partida tomado
materialmente.
(b) En la primera etapa del proceso, el movimiento es paso de la potencia al acto que no
puede realizar sino un ser en acto. Y como no es posible que algo esté, a la vez, en potencia y en
acto porque ello implicaría ser y no ser, nada se puede mover a sí mismo. De ahí el principio de
causalidad eficiente que se resuelve en el principio de no contradicción: si se moviese a sí
mismo, podría dar lo que no tiene: actualidad.
(c) En la segunda etapa del proceso, la imposibilidad de la regresión al infinito resulta
bastante clara tratándose de instancias esencialmente subordinadas. En el supuesto proceso
infinito, dice Tomás, «no habría un primer motor y, por consiguiente, no habría motor
alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que
reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano» [32]
Una objeción que se ha formulado en este respecto, informa que si se anula la posibilidad
de regresión al infinito se estaría negando la distancia infinita que media entre el mundo y
Dios, que se pretende demostrar. Puesto que la infinitud que media entre Dios y la creatura es
de perfección, no de distancia ni de mediación causal, la mencionada objeción carece de
procedencia.
(d) El término de la vía, postula que es necesario llegar a un primer motor inmóvil: Dios.
Y en verdad, aparte de este atributo divino de Primer Motor Inmóvil, resulta que, por ser
motor inmóvil, es acto sin potencia, es decir, acto puro; por ser motor no movido es primer
31
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 153, (I, q.2 a.3)
32
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 153, (I, q.2 a.3)
10
34
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 153, (I, q.2 a.3)
35
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 153, (I, q.2 a.3)
12
36
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 155, (I, q.2 a.3)
37
[] Léase como el acto de comparar o de relacionar dos o más seres u objetos a través de la razón, señalando
características generales y particulares, generando así razonamientos basados en la existencia de semejanzas entre
ellos.
13
(d) El término de la vía postula que si se llega al ser óptimo, primera verdad, máxima
belleza, principio de toda perfección, ser por esencia, nos encontraremos con el concepto más
depurado de divinidad. De ahí que esta cuarta vía sea en verdad la que nos conduce
directamente a Dios y nos lo «muestra» en sus atributos más paradigmáticos. Aunque esta
cuarta vía sea un tanto compleja, no es difícil proporcionar, de ella, una interpretación más
sencilla. Por ejemplo, un bello espectáculo de la naturaleza, una agradable audición musical, o
la trascendencia misma de ciertas verdades, han elevado a mucha gente a Dios sin que, por ello,
se requiera otra disquisición.
(V)-Quinta vía-vía del gobierno del mundo: «Vemos, en efecto, que cosas que
carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin ... Ahora ..., lo que
carece de conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige alguien que entienda y conozca...
Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a un fin; y a éste llamamos
Dios» [38] También aquí se presentan cuatro etapas:
(a) El punto de partida, es la experiencia del orden natural. Cosas que manifiestan no
tener conocimiento obran con intención de fin, como consta por el hecho de que con la mayor
frecuencia obran lo mismo y del mismo modo en orden a lo que es mejor, que es la perfecta
evolución individual, la mejor condición de vida, o la conservación y propagación de la especie.
(b) La primera etapa de la vía, plantea que las cosas que carecen de razón no pueden
tender a un fin, a menos que sean dirigidas extrínsecamente por un ser inteligente. Es
necesaria una razón final proporcionado entre efecto y causa. Al no existir un proyecto tal en
una razón inmanente, y por tratarse, además, de un proyecto que trasciende el ámbito del
individuo, habría que pensar en una dirección proveniente de un ser ordenador, superior, e
inteligente. Así, pues, el punto de partida reposa en la finalidad de las acciones, pero el medio
argumentativo es el principio de causalidad eficiente: es necesario que ese orden esté impreso
eficientemente por un ser superior.
(c) La segunda etapa de la vía, plantea que esta inteligencia superior que subordina las
cosas no cognoscitivas a fines que trascienden la mera condición y fines individuales propios, o
bien es un principio ordenador sujeto a un orden superior, o bien es un principio ordenador
original. En el segundo caso, nos encontramos frente a una Inteligencia Ordenadora Primera:
Dios. Existen, efectivamente, órdenes que dependen de la inteligencia humana o de principios
inmanentes más o menos perceptibles, de inteligencias intermedias.
(d) El término de la vía, pronuncia que existe, pues, un ser inteligente supremo,
ordenador de todas las operaciones naturales y de sus principios más inmediatos,
trascendentes o inmanentes, conscientes o inconscientes. Es Dios, previsor y promotor de toda
la naturaleza: sabiduría subsistente que penetra y sostiene todo orden.
38
[] Tomás de Aquino, Suma teológica, Primera parte, Cuestión II, Tratado de Dios, Si Dios existe, Artículo I: Si
la existencia de Dios es verdad de evidencia inmediata, p. 155, (I, q.2 a.3)
14
«IV»
«I» «II»- «V»
«III» VÍA DE LOS
VÍA DEL VÍA DE LA VÍA DEL
«» VÍA DEL SER GRADOS DE
MOVIMIENT CAUSALIDAD GOBIERNO
NECESARIO PERFECCIÓN
O EFICIENTE DEL MUNDO
DE LOS SERES
«B»
B.IV B.V
PROCESO B.III
COGNOSCITIVO B.I Lo perfecto no Las cosas que
B.II Los seres
DE puede tener su carecen de
Todo lo que se contingentes no
RESOLUCION mueve es movido No hay nada que sea origen en lo conocimiento solo
tienen el principio
causa de sí mismo imperfecto sino puede tender a un
EXPLICATIVA por otro de su existencia en sí
sólo en algo aún fin si alguien que
(PRINCIPIO mismos
más perfecto entiende las dirige
METAFÍSICO)
D.I
D.V
DEBE HABER D.III
D.II D.IV DEBE EXISTIR UN
«D» UN PRIMER DEBE EXISTIR UN
CONSECUENCI DEBE EXISTIR DEBE EXISTIR SER
MOTOR SER
UNA PRIMERA UN SER INTELIGENTE
A INMÓVIL QUE ABSOLUTAMENT
CAUSA EFICIENTE PERFECTÍSIMO QUE GOBIERNE
MUEVA SIN SER E NECESARIO
EL MUNDO
MOVIDO
«E»
E = de D.I a D.V
CONCLUSIÓ
N DIOS EXISTE