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El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
Оригинальное название
art3-eca 708. Liberacion, intercultura. El Salvador
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
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El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
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eca Est udios Cent roamericanos Palabras clave: losofa, globalizacin, interculturalidad, liberacin, neoliberalismo, posmodernidad. Hist oria, liberacin e int ercult uralidad *
Hctor Samour** Resumen Este artculo representa un intento de repensar la tarea li beradora de la fi losof a de cara al presente de Amri ca Lati na. Con este fi n, pri - mero, se reali za un esbozo del contexto hi st- rico actual, en el que se resaltan losprincipales problemas y retos que deben ser enfrentados por la reflexi n fi losfi ca. Se presenta luego una vi si n cr ti ca de la i deolog a del neoli be- rali smo, mostrando los elementos pri nci pales que confi guran la cri si sde la soci edad capi ta- li sta y la necesi dad de elaborar un renovado di scurso fi losfi co que coadyuve al di seo de estrategiasliberadoras. Finalmente, a partir de un balance cr ti co de laspri nci palescorri entes fi losfi cas contemporneas, se exponen y va- loran los aportes fi losfi cos de Ellacur a y de Fornet-Betancourt para la construcci n de un pensami ento li berador a la altura de nuestro ti empo. * En este artculo se desarrollan y profundizan algunas de las ideas ya planteadas en el editorial de la edicin 707 (septiembre de 2007) de ECA, titulado El marxismo en tiempos de globalizacin. ** Director del programa de Maestra y Doctorado en Filosofa Iberoamericana, y jefe del Departamento de Filosofa, UCA. Correo electrnico: hsamour@buho.uca.edu.sv. Volumen 62 Nmero 708 eca Est udios Cent roamericanos 924 Hist oria, liberacin e int ercult uralidad 1. El cont ext o hist rico act ual Parti mosde la evi denci a de que el progre- so capi tali sta ha arrastrado al planeta a un desastre humano y ecolgi co si n precedentes, y de que la conti nuaci n e i ntensi fi caci n de tal progreso no hace ms que poner en evi denci a un cri men que se ejecuta coti di ana- mente contra la mayora de la humanidad. Es evidente, como hecho afirmaba Ellacura , que en la hi stori a del mundo nunca hubo tantos seres humanos tan pobres, tan despo- se dos, sobre todo en relaci n con tan pocos ri cosy depredadores 1 . La globali zaci n actual de la econom a no es algo novedoso, tal y como lo di funde la propaganda i mperante, si no otra di mensi n o fase hi stri ca ms del desarrollo i nterno y endgeno de la soci edad capi tali sta en el desi gual y j erarqui zado si stema-mundo capi tali sta 2 . Como lo ha sealado Dussel, el capi tali smo, como despli egue del si stema- mundo y de la moderni dad i naugurada por l, arranca aproxi madamente hace qui ni entos aos, con la i nvasi n a Ameri ndi a en 1492, y se caracteri za esenci almente por una lgi ca de acumulaci n y de expansi n i li mi tada, con proyecci ones mundi ales 3 . Este proceso de expansi n comenz as con un coloni a- li smo, si gui con el neocoloni ali smo de corte estadouni dense y hoy con el proceso que se denomi na globali zaci n. Lo que se ha dado en llamar globali za- ci n no es el producto de una si mple li bera- li zaci n e i ntegraci n de los mercados mun- di alesde capi tales, bi enes, servi ci os, tcni ca y trabajo ( esto no es nada ms que su aspecto fenomni co) , si no la mani festaci n de la lgi - ca consti tuti vamente expansi va que ri ge a la di nmi ca del si stema econmi co capi tali sta 4 . En ella se concreta el comienzo de una nueva onda expansi va del capi tali smo, caracteri zada por una recuperaci n de la tasa medi a de gananci a 5 , posi bi li tada, entre otros factores, por la di sponi bi li dad global de mano de obra barata, las i nnovaci ones tecnolgi cas e i nfor- mti cas, la aceleraci n verti gi nosa de la ci rcu- lacin del capital, la integracin del ex imperio sovitico y de China en el mercado capitalista, y lasderrotas, en lasdcadas pasadas, de los sectoresy movimientosanticapitalistasen todo el mundo 6 . Esta reordenaci n capi tali sta se basa en un capi tal fi nanci ero de alcance planetari o, flexible, tecnolgico, especulativo e inmaterial, que acta cada vez msfuera de todo control pol ti co y fi nanci ero de carcter democrti co 7 . Los agentes pri nci pales de esta globali zaci n son lasempresasmulti naci onales, lasgrandes burocraciasprivadas , como lasllama Hinke- lammert 8 , cuya expansin laspone por encima de las burocraciaspblicasy estatales , espe- ci almente de las ms dbi les y empobreci das 1. Ellacura, I., Universidad, derechos humanos y mayoras populares. En Ayala, E. (ed.), Escritos universitarios, San Salvador: UCA Editores, 1999, p. 207. 2. Cfr. Farias Dulce, M. J., Mercado sin ciudadana. Las falacias de la globalizacin neoliberal, Madrid: Biblioteca Nueva, 2005, p. 381. Ver tambin Wallerstein, I., El moderno sistema mundial, Madrid-Mxico: Siglo XXI Edito- res, 1979; Gonzlez, A., Orden mundial y liberacin, ECA, 549, 1994, pp. 629-652; Gonzlez, A., Reinado de Dios e Imperio, Santander: Sal Terrae, 2003, especialmente el captulo 2; Fornet-Betancourt, R., La globaliza- cin como universalizacin de las polticas neoliberales. En Transformacin intercultural de la losofa, Bilbao: Descle de Brouwer, 2001, pp. 321 y ss. 3. Cfr. Dussel, E., Hacia una losofa poltica crtica, Bilbao: Descle de Brouwer, 2001, pp. 351 y ss. 4. Cfr. Amin, S., El capitalismo en la era de la globalizacin, Buenos Aires: Paids, 1999, pp. 29 y ss. Y Tortosa, J. M., Viejas y nuevas fronteras: los mecanismos de la exclusin. En Foro Ignacio Ellacura, La globalizacin y sus excluidos, Navarra: Verbo Divino, 2002, p. 66. 5. Gonzlez, A., Reinado de Dios e Imperio, op. cit., pp. 64-65. 6. Ibd., p. 65. 7. Cfr. Farias Dulce, M. J., op. cit., p. 39. Ramonet, I., Crisis del n de siglo. En Jarauta, F. (comp.), Escenarios de la globalizacin, Murcia: Caja Murcia, 1997, p. 20. Garca Roca, J., Globalizacin econmica y solidaridad humana. En Foro Ignacio Ellacura, op. cit., pp. 110 y ss. 8. Cfr. Hinkelammert, F., El proceso de globalizacin y los derechos humanos. En Herrera Flores, J. (ed.), El vuelo de Anteo. Derechos humanos y crtica de la razn liberal, Bilbao: Descle de Brouwer, 2000, pp. 117-127. 925 Hist oria, liberacin e int ercult uralidad Volumen 62 Nmero 708 eca Est udios Cent roamericanos del planeta, algunasde lascualespasan a ser prescindiblesdentro del actual sistema produc- ti vo y de consumo. Fornet-Betancourt nosadvierte sobre el uso i deologi zado del trmi no globali zaci n , el cual responde a lasexigenciasde una ofensiva i deolgi ca del si stema capi tali sta para ocultar la hegemon a i mperi al de los pa ses capi ta- li stas del norte o de las grandes empresas y centrosfinancierosde esta regin, mediante la uti li zaci n de una palabra que qui ere sugeri r i ntegraci n , creci mi ento comn a escala mundi al, etc. En este senti do, la globali zaci n esuna ideologa que busca encubrir al imperio neoli beral, i nduci endo la i dea de que se trata de un proceso que abarca todo el planeta y ocultando la realidad de la asimetra del poder en lasrelaci onesque se establecen en el nue- vo contexto hi stri co. Adems, esta i deolog a i nterpreta la di mensi n cultural de la globa- li zaci n como una oportuni dad ni ca para uni versali zar lo local y locali zar lo uni versal , velando ideologizadamente que lo que se pro- paga como universal o global esde hecho la cultura capi tali sta occi dental del pri mer mundo, especi almente la cultura popular norteameri cana, y que para que pueda haber una apropiacin real por parte de lo local, este mbito debe poseer un reconocido derecho de autodetermi naci n 9 . En reali dad, habr a dos usos del trmi no globali zaci n : como concepto descri pti vo, fenomenolgi co , de determi nados procesos hi stri cosde construcci n soci al en la fase ac- tual del desarrollo capitalista; y como concepto prescri pti vo y normati vo de una determi nada estrategia poltica y econmica de dominacin. As , cuando se habla de la actual globali za- ci n en el di scurso neoli beral, hay que tener en cuenta que se trata de una construcci n ideolgica y no simplemente de la descripcin de un nuevo entorno econmi co y soci al. Se trata de una di sti nci n anal ti ca, porque en la reali dad no se pueden separar los procesos globalizantesfcticosde la ideologa del neoli- berali smo, puesmuchosde estosprocesosti e- nen como sostn empresastrasnacionalescuya poltica esla encarnacin de la visin ideolgi- ca del neoliberalismo. En el plano concreto, se da un entramado entre la globali zaci n como i deolog a del neoli berali smo y los procesos reales de globali zaci n y sus mani festaci ones fenomni casconcretas. Aclarado esto, podemosafirmar que lo que se ha conformado en el presente esuna tota- li dad hi stri ca caracteri zada por el despli egue de lo que algunos llaman una globali zaci n muti lada 10 o trunca 11 , en el senti do de que es una globali zaci n que afecta al todo, pero no i ntegra a todas sus partes; hay zonas de la peri feri a a las que los capi tales, pbli cos y privados, no llegan nunca, como esel caso de muchos pa ses afri canos, y cada vez ms se i ncrementa el nmero de pobres y de exclui - doso expulsadosdel sistema. La distancia que separa a los pa ses ri cos de los pobres, lejos de acortarse con el ti empo, se ampl a cada vez ms, y las condi ci ones demogrfi cas con- tri buyen a que el porcentaje de la poblaci n mundi al que vi ve en la peri feri a del si stema sea cada vez mayor. Si hace veinticinco aos se hablaba de que lasdosterceraspartesde la humani dad estaban condenadasa la mxi ma pobreza, hoy se puede afi rmar que son las cuatro qui ntaspartesde la poblaci n mundi al lasque estn someti dasa la mi seri a 12 . Los i nformes del PNUD sealan que la pobreza y la desi gualdad son los problemas centrales que obstaculi zan el pleno desarrollo democrtico de Amrica Latina 13 .
Aqu la crisis de la pol ti ca se expresa, pri nci palmente, en el di vorci o entre losproblemasque losci uda- 9. Cfr. Fornet-Betancourt, R., La globalizacin como universalizacin de las polticas neoliberales, op. cit., pp. 328-331. 10. Cfr. Estefana, J., La globalizacin mutilada. En Jarauta, F. (ed.), op. cit. Martn Seco, J. F., Norte y sur: las dos caras de la globalizacin. En Foro Ignacio Ellacura, op. cit., pp. 28 y ss. Amin, S., op. cit., p. 24. 11. Fornet-Betancourt, R., op. cit., p. 330. 12. Martn Seco, J. F., op. cit., p. 17. 13. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), La democracia en Amrica Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos, Buenos Aires: PNUD, 2004, p. 26. Volumen 62 Nmero 708 eca Est udios Cent roamericanos 926 Hist oria, liberacin e int ercult uralidad danos reclaman resolver y la capaci dad de la pol ti ca para enfrentarlos. La pol ti ca ti ende a perder conteni do por la di smi nuci n de la so- beran a de los Estados, atri bui ble, entre otros factores, a la limitada capacidad de stospara actuar con autonoma y a la creciente comple- ji dad de lassoci edadeslati noameri canas, que lossistemastradicionalesde representacin ya no pueden procesar. La mayor a de parti dos polticosde la regin estn msorientadosha- cia el clientelismo, la corrupcin y la bsqueda de ventajaspersonalesque a la atencin de las demandasde losgrupossocialesmsvulnera- blesde la poblaci n. Estosfenmenospol ti cosson congruentes con el tipo de democracia formal, instrumental, li beral y mercanti li sta que promueve la globa- li zaci n neoli beral. Es un ti po de democraci a ri tual, procedi mentali sta, dbi l e i ncompleta, carente de di scusi n, deli beraci n y deci - si n popular i guali tari a sobre valores como la i gualdad real de los i ndi vi duos, la justi ci a soci al y redi stri buti va, la soli dari dad i ntergenera- ci onal e i ntergrupal, el respeto por lasdiferencias e identidadesy por la dig- ni dad de todos los seres humanos 14 que i ntegran el cuerpo soci al. En rea- li dad, lo que se globali za es una concepci n degradada de la demo- craci a representati va, en la que los cri teri os de legi ti maci n de la esfera pbli ca se tornan minimalistasy losvaloressocialesson sustitui- dos por cri teri os de ori entaci n econmi ca y fi nanci era, determi nados por las oli garqu as empresari alesy lasli tessoci oeconmi cas. Este fenmeno se expli ca en lti ma i nstan- ci a por el hecho de que la democraci a en las sociedadescapitalistasqueda confinada a una esfera pol ti ca y jur di ca. La esfera pol ti ca, concebida como el espacio donde laspersonas se comportan en su carcter de ci udadanos, est separada del mbi to econmi co, el cual ti ene su propi o si stema de compulsi n y de coerci n, sus propi as formas de domi naci n, sus propi as jerarqu as. I ncluso en soci edades capi tali stas con una fuerte tradi ci n i nterven- cionista del Estado, lospodereseconmicosde explotaci n del capi tal suelen quedar i ntactos por la ampli aci n de los derechos pol ti cos. La razn lti ma de este fenmeno radi ca en que el poder soci al est en manosdel capi tal, no solo por su influencia directa en la poltica, sino tambin por su incidencia en losprocesos productivos, en la distribucin del trabajo y los recursos, y a travsde losdi ctadosdel merca- do. Esto si gni fi ca que la mayor a de lasacti vi - dades de la vi da humana quedan fuera de la esfera del poder democrtico y de la rendicin de cuentas 15 . La di vi si n entre centro y peri feri a, entre Norte y Sur, es el producto en el plano i nter- naci onal de un si stema y de unas relaci ones de producci n radi calmente i njustas. El si stema capi - tali sta mundi al funci ona de acuerdo a determi na- das leyes que polari zan los colecti vos soci ales en un centro y en una perife- ria, y bloquean cualquier forma de superacin de di cha polari zaci n 16 . Algunas de las tesi s fundamentalesde la teora de la dependencia, tan denostada en lasltimasdcadas, vuelven a adquirir vigencia en la fase actual del proce- so capi tali sta: la dependenci a como resultado de la coloni zaci n y el i mperi ali smo llevados a cabo por Europa a parti r del si glo XVI ; su carcter estructural, corroborado fehaci ente- mente por el problema de la deuda externa; la consi deraci n de la pobreza no como un El result ado final de los procesos hist ricos capit alist as lleva a la absolut izacin del individuo, de la clase social, de la nacin o del bloque econmico por encima de la humanidad misma. 14. Farias Dulce, M. J., op. cit., pp. 77-78. 15. Cfr. Meiksins Wood, E., Estado, democracia, globalizacin. En Born, A., Amadeo, J. y Gonzlez, S. (comps.), La teora marxista hoy. Problemas y perspectivas, Buenos Aires: CLACSO, 2006, pp. 395-407. 16. Cfr. Dussel, E., Los Grundrisse y la cuestin de la dependencia. En La produccin terica de Marx. Un Comentario a los Grundrisse, Mxico: Siglo XXI Editores, 2004, pp. 371-413. Gonzlez, A., Reinado de Dios e Imperio, op. cit., pp. 39-64.