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mujer, cunto ms Dios que es todo lo opuesto- estar siempre a nuestro favor, incluso aunque no le pidamos nada. Con esta clave, la parbola puede ser asumida desde la perspectiva de Jess, que anunciaba a Dios como Gracia y Compasin. Pero sigo preguntndome por qu, entre las personas religiosas, hay tantas que defienden aquella imagen de dios como juez severo. Ms all de la formacin recibida, me parece intuir que se trata, simplemente, de una proyeccin (inconsciente) de la propia severidad, que es frecuente entre quienes viven una religiosidad exigente, basada en la idea del mrito y de la perfeccin. Por eso, creo que no se trata solo de cambiar una imagen por otra: la de un dios severo por la de un dios amoroso. Uno y otro seguiran siendo construcciones de nuestra mente, es decir, dolos proyectados. Todo dios pensado no puede ser sino una caricatura de Dios. Dios no cabe en nuestra pequea mente, como expresan estos versos magnficos de Charo Rodrguez: Solo el Dios encontrado, ningn dios enseado puede ser verdadero, ningn dios enseado. Solo el Dios encontrado puede ser verdadero.
(C. RODRGUEZ, Luces en la niebla, edicin de la autora, Madrid 2012).
Si nos postramos ante un dios pensado, no actuaremos desde Dios, sino en nombre de nuestra propia idea: es el fanatismo, ms o menos arrogante o disimulado. Y de ese dios separado no puede nacer sino una heteronoma rgida, que nos hace sentirnos como marionetas en manos ajenas. Quizs por ello, por la peligrosidad que tal idea encierra, el Maestro Eckhart repitiera: Le pido a Dios que me libre de Dios ; que el Dios verdadero me libere de toda idea ma sobre l. Qu camino queda? Acallar la mente. Alguien ha dicho que Dios es el espacio que hay entre dos pensamientos . Lo cierto es que, al silenciar la mente, quedamos absortos ante aquello que, para nuestra mente, es Nada y que, sin embargo, paradjicamente, lo es Todo. Ah, descalzos como Moiss (Ex 3,5) y desnudos de nuestras etiquetas mentales, estamos en condiciones de abrirnos al Misterio que, aunque no separado, trasciende el mundo de nuestros pensamientos y de nuestros sueos. Y, en ese Silencio, venimos a descubrir que Dios no solo no es alguien separado, sino que constituye nuestro mismo Fondo, y el Fondo de todo lo que es.
Nuestra mente no tendr conceptos ni palabras para expresarlo adecuadamente, pero habremos experimentado esa otra Dimensin que da sentido a todo lo dems. www.enriquemartinezlozano.com