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Foucault 1

La escena en Foucault

La Arquitectura como modo de organización Política1

Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

1
Notas del Curso de doctorado, Teoría del conocimiento e historia de los sistemas de pensamiento.
semestre de primavera 1999, Prof. Dr. Jacobo Muñoz, Universidad Complutense de Madrid.

Dr. Adolfo Vásquez Rocca


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Este ensayo tiene por objeto exponer cómo aparece el elemento de la escena
como manifestación de las mecánicas del poder según Michel Foucault, para
ello tomaré como referencia los siguientes textos:

Los anormales, Historia de la locura en la época clásica, Obras Esenciales


y Vigilar y Castigar.

La primera cuestión a tratar es el surgimiento de los espacios de exclusión, en


relación al texto Los Anormales, la aparición de individuo anormal y sus tres
categorías (el monstruo, el onanista y el indócil)

Gran parte del desarrollo del ensayo, hará énfasis en la cuestionada aparición
del individuo indócil, la escena en la cual aparece este, lo cual lleva a tratar la
escena del suplicio, su teatralidad, los elementos que constituyen la escena del
castigo. Uno de esos elementos es la idea del panóptico de Bentham, cómo la
mirada tiene el papel más importante en la configuración del saber que
encuentra Foucault, de ese saber que está disfrazado y está latente en la
escena.

Luego se expondrá el nacimiento del espacio de exclusión, según la puesta en


escena que da en El nacimiento de la Clínica, o en Historia de la locura.

Como último objeto de trabajo analizaré la relación entre las teorías


wagnerianas, que le fueron inducidas por Boulez, la influencia de Nietzsche a
su vez sobre Wagner.

El objeto central no es cómo sucedió la escena, sino cómo es puesto en


escena, el asunto histórico no es qué pasó, es cómo pasa.

I - La escena como parte de la expresión en los cambios culturales es más que


una aparente constante histórica. Es una verdad que se muestra a través de
los conflictos que suceden entre las fuerzas que gobiernan al mundo. Las
fuerzas del poder.

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Si bien, para Foucault existen claramente unas fuerzas de poder que operan en
cada cultura e indudablemente en el desarrollo de la cultura occidental, la
interacción de estas fuerzas han de producir a la larga ciertos espacios que
satisfagan las necesidades que han dejado las interacciones. Las relaciones
del poder están ligadas a las relaciones económicas, de producción, y son las
que han configurado el teatro de la racionalidad occidental.

En otras palabras el surgimiento de ciertos espacios de exclusión como las


cárceles han surgido tras una necesidad, tras conflictos sociales, guerras y por
supuesto para hacer del prisionero, un objeto de la escena del castigo, todo
esto (aunque fuera de la conciencia de la gente) con el fin de mostrar el poder
del soberano, puesto que el crimen más mínimo es un intento de rebelión ente
el soberano, esto es a finales del siglo XVI, cuando los lugares de castigo, se
convirtieron en demostraciones del poder político de los gobernantes en
Europa.

Foucault demuestra que su interés no está en ver cómo acaecieron los hechos
en los que las fuerzas del poder, sino que su interés está en que es lo que
pasa, cómo se transforma la sociedad por medio del conflicto de las fuerzas del
poder, allí hay conocimiento.

Estoy de acuerdo con este planteamiento foucaultiano, aún cuando parece que
no se interesara por un planteamiento estructuralista (que él mismo negara en
varias ocasiones) de la historia, el cual creo es importante porque la historia no
debe ser vista sólo desde un punto de vista ya sea como acontecimiento
pasado (del discurso claro está) o como un acontecimiento que sucede en
determinado momento y que configura una transformación del mundo.

Es claro que deshecha la tentativa de un suceso importante para la mayoría de


historiadores, en este caso un asesinato importante, un regicidio; por
considerar que éste no es la verdadera crisis del conflicto de las fuerzas del
poder, es más bien un producto de este conflicto, que se suma al verdadero
saber que arrastra cada tentativa del poder.

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El problema que creo no se resuelve en Foucault, se muestra claramente en


Los anormales, que es un curso que dicta en el College de Francia hacia 1974
y en el cual trata la anomalía humana dentro de tres categorías: El monstruo
humano, el masturbador y el indócil. Estas categorías que suponen una
escena dentro de la cual se manifiestan, se han constituido como unidades,
hacia las cuales se dirige la corrección y es hacia ellas que se desarrolla una
coacción que se pretende vigilar y castigar los actos anormales.

La primer categoría que es el monstruo humano se desarrolla en un ámbito


jurídico-legal (recordemos los casos de hermafroditismo, en los cuales el
problema social lo constituía el ir en contra de las leyes familiares, de
matrimonio, etc.) el monstruo humano combina lo imposible y lo prohibido, es
un individuo peligroso. Por supuesto el papel de la mirada como rayo
investigador es claro, lo mismo que la infracción a las leyes de la naturaleza
que hace el monstruo humano. La forma de corregir al monstruo es hacerlo
consciente de su deformidad, para luego dejarlo libre, cargando a cuestas su
anormalidad, esto le hará tener una posición en la sociedad (posición que ha
de ser la del rechazo) Se ve al monstruo como un castigo de lo divino, el
monstruo no cabe en ningún lugar hasta que su connotación biológica le
convierte en una forma médica. La escena en la que actúa el monstruo está
delimitada por su peligrosidad, por ello es que el lugar de ruptura histórica es
cuando jurídicamente se asocia la monstruosidad con la perversión y la maldad
en los actos humanos.

La segunda figura es la del onanista (masturbador) Aparece dentro de las


nuevas relaciones entre la sexualidad y la organización familiar en el s. XVIII,
con la nueva posición del niño dentro de la familia, esto con respecto a la
importancia que toma el cuerpo y su salud, es una aparición del cuerpo sexual.
¿Pero qué es lo que conduce la escena de la aparición de este personaje? En
este caso la ruptura que pone en escena al masturbador es la cruzada sexual
que se lleva a cabo en la Inglaterra hacia 1710, sitúa el mal uso del cuerpo
dentro de determinados trastornos físicos que pueden surtir efectos en
cualquier momento de la vida; Como vemos en este caso la escena es de un

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tipo sexual con connotaciones médicas, porque cuando se dan estas


connotaciones es cuando aparece el masturbador como individuo a corregir.

El tercer caso es algo peculiar a pesar que es uno de los más estudiados por
Foucault, pues la relación que debería haber entre el individuo y la escena se
limita a describir aspectos como el encierro y la prohibición, como aspectos
sicológicos del individuo (esto no quiere decir dicha relación no exista) en caso
tal que nos queda como solución recurrir a las teorías de corrección en otros
textos, pero eso lo dejo para más adelante, ahora es necesario definir al
individuo indócil. L práctica del encierro es de por sí una consecuencia del
rápido crecimiento del mundo, cada vez es necesario excluir a cierto tipo de
gente.

Según Foucault, el incorregible surge luego del monstruo, tras la introducción


de técnicas disciplinarias como las del ejército, las escuelas y lugares de
trabajo, así como los procesos de domesticación del cuerpo y del
comportamiento. Entra el asunto de la prohibición, como método de
descalificación del individuo, para luego desatarse sin medida en la práctica del
encierro. Es por esta razón que no queda claro en qué momento la locura y los
problemas judiciales del comportamiento forman un solo sistema a corregir. En
Historia de la locura en la época clásica se trata el tema de la locura aparte del
de la incorrección, pero en este caso la aparición en la escena del loco (en el
sentido moderno) se da cuando los antiguos males (como la lepra) tienden a
desaparecer a medida que se desarrollan formas médicas y sanitarias que
tienden a mejorar el ambiente de vida en la Europa del s. XVI, reforzándose
esta imagen de la locura como enfermedad mental y biológica en situaciones
como la del siquiatra Pinel, quien libera a los asilados del auspicio de parís, con
el fin de hacer la vida de los locos un poco más útil para los demás.
(Poniéndolos a trabajar, además le servía para estudiar sus grados de locura
como cita Foucault sobre Pinel) En esta ocasión el punto de ruptura lo
constituye la famosa "liberación" del doctor Pinel a mediados del s. XVIII, pero
por supuesto sobre la fastuosa escena del gran encierro de los locos en el s.
XVII.

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Como vemos la solución no está tan visible a menos que remitamos otros
textos de Foucault.

¿De qué forma se ha corregido entonces al individuo indócil? Es indudable que


durante milenios ha existido una u otra forma de coacción ante el delito o la
anormalidad, pero el punto crítico de la historia del castigo, o si lo queremos
llamar, el momento de aparición en escena (con todo y teatralidad) del castigo
como institución formal, se da en los albores de la inquisición en la edad media.

Pero lo interesante es analizar cómo evoluciona la imagen del individuo


peligroso, cómo se llegó a diferenciar entre un acto propio de la locura, o propio
de la maldad pura. Pues entre más grave era el crimen, menos se podía
achacar a la locura. De todas formas a la inquisición (como institución) no le
importaban siquiera cuales eran las causas o las razones del crimen, o si hubo
crimen, sino cómo castigar; Es en este instante cuando surge la escena del
suplicio.

Examinémoslo ahora, caso que menciona Foucault en Los Anormales: La


escena del suplicio. El castigo es una vendetta personal del soberano con el
criminal, en donde el cadalso es la inversión ceremonial del crimen, es allí
donde el soberano hace un despliegue ritual de la fuerza que ejerce sobre sus
súbditos. El suplicio como método del terror es la causa de castigo más común
durante la edad media e inicios de la época moderna, en este lapso histórico no
hay una relación clara o medida entre el crimen y el castigo. Se desarrolló un
terror inherente al castigo, el cual debía corresponder al tamaño del crimen; es
importante ver cómo el horror del crimen se refleja en el sitio del suplicio.

Otro elemento clave en la escena del suplicio es el carácter ejemplificante del


mismo (aunque es claro que lo ejemplarizante del suplicio no disminuyera la
cantidad de los mismos a la final, creo que en momentos en los que no hubiera
suficientes crímenes se atribuían castigos a cualquier indicio de "anormalidad"
con respecto al común de la gente) Cuando una persona no encajaba ya fuera
meramente en un ámbito estético, u orgánico, simplemente era anormal, lo cual
era suficiente para ser enjuiciada y castigada por el hecho de ser un monstruo,
un hermafrodita, homosexual o un loco. Su castigo iniciaba por la "pregunta", si

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el individuo no aceptaba su culpabilidad, iniciaban con las variadas torturas,


(porque los inquisidores han tenido fama de inigualables torturadores) así,
pasando por los grados de dolor más dispares, hacen del cuerpo del
condenado, un chivo expiatorio de los males del mundo hasta causarle la
muerte por causa evidentemente violenta, esto no siempre a la sazón de los
inquisidores, quienes desarrollaron técnicas especiales para mantener al reo
vivo durante la mayor cantidad de tiempo posible. El desahogar el castigo con
el cuerpo, es más bien una expiación de tipo religioso que conllevaba la
salvación del alma.

En la sociedad feudal el cuerpo de los individuos es importante, es allí donde


se ejerce el poder, ya sea político, económico o religioso. El poder se ejerce
mediante tres formas. La primera es que el cuerpo del sujeto produzca signos
de respeto, de devoción o de sujeción. La segunda forma de ejercer poder
sobre el cuerpo es mediante el derecho sobre el cuerpo, el derecho a castigar
ejerciendo la violencia inclusive hasta la muerte del individuo. La tercera forma
es el trabajo, las fuerzas de coacción que conllevan las labores dentro del
espacio a que corresponden. Pero volvamos sobre las dos primeras formas, la
demostración de sujeción, y el derecho de castigar.

Es ahora cuando nos encontramos de frente con el elemento más dramático de


la escena del suplicio: la atrocidad. Es el más dramático por cuanto el nivel de
lo atroz, es la causa del terror. Un castigo brutal y violento es una demostración
del exceso del poder reinante, cuyo ejemplo se puede ver en las grandes
escenas de suplicio a que nos remite Foucault las cuales suceden en el s. XVII
y XVIII. Es claro que han desaparecido en su mayoría los suplicios, bueno al
menos en la forma de aplicarlos (aunque el elemento del escarnio en medio de
la aplicación de la pena aún se haga efectivo en algunos países.)

La escena no estaría completa sin el público asistente al suplicio, este es el


carácter del escarnio, de no-privacidad del castigo, pero este es un tema que
Foucault examina desde una mirada psicologizante, de esta forma nos
encontramos ante un lugar muy importante, es un lugar que surge como propio
para el castigo, la idea del panóptico.

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La sociedad europea del s. XVIII transforma de manera sustancial la forma de


castigo; si durante el transcurso del suplicio el espectador es libre de observar
hasta donde crea conveniente o a su morbo no le sea repulsivo, es porque el
espectador se encuentra casi al mismo nivel del verdugo y del criminal.

De por sí el cadalso es una forma de panóptico, pues el individuo es


observado, analizado de formas múltiples, entonces es necesario aclarar el
ideal de Bentham.

Cuando se crean espacios de exclusión con tendencia a ser panópticos se da


una estricta división espacial y sobretodo "La mirada está por doquier en
movimiento". Esta idea del panóptico que ya menciona Bentham y que
influencia el pensamiento de nuestro autor, supone un claro movimiento
arquitectónico de los espacios de exclusión y de igual manera de las ciudades.

Ejemplo de ello son las construcciones con forma cuadriculada asemejando


campos de batalla, las aulas de establecimientos educativos en los cuales el
lugar del maestro sobresale notoriamente para tener un control del todo por
medio de su mirada, los asilos mentales y hospitales en donde el médico debe
tener un dominio visual y por ende psicológico sobre el enfermo a quien trata
(nuevamente la demostración del poder) y por supuesto los espacios laborales,
las fábricas. Estos son pues los lugares de exclusión de la sociedad, es allí a
donde se envían los individuos que antes eran enviados lejos de la ciudad.
Aunque sea irónico, el panóptico tiene la particularidad de que es un lugar que
estando dentro y en contacto con la sociedad, margina de la misma a ciertos
personajes, esto por un lado no cambia para nada la escena de aquella época
de los griegos (cuando los locos eran sacados de la polis o bien eran enviados
en unos barcos especiales que iban de ciudad en ciudad recogiendo a los
locos) , pero por otra parte hace que el espacio de exclusión sea más
manejable y constituya un lugar de estudio de la locura por ejemplo.

El panóptico según la teoría ideal de Bentham, es un espacio cerrado, vigilado


en todos sus puntos, en el que los individuos están insertos en un lugar fijo en
el que todos los acontecimientos están registrados y sus movimientos

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controlados y lo más importante: Une el centro con la periferia por medio de un


trabajo de escritura.

En este sistema el poder se ejerce por entero y constantemente, por una figura
jerárquica continua. Cada individuo está constantemente localizado y
examinado y en palabras de Bentham: "Todo esto constituye un modelo
compacto de dispositivo disciplinario".

Se hace aún más evidente la partición del espacio de exclusión, por una parte
está el gran encierro con el fin de hacer desaparecer al individuo molesto, y por
otra parte está el buen encauzamiento de la conducta.

Cada celda del panóptico es como un pequeño escenario, un teatro. Basta con
situar un vigilante en la torre central para controlar al enfermo, al loco, al
escolar o al condenado. El elemento más teatral a mi parecer es la luz, la
visibilidad, en el panóptico se elimina la antigua práctica del calabozo oscuro,
en el cual la oscuridad es un escondrijo, ahora la luminosidad ofrece un control
psicológico continuo, nada puede escapar a la claridad y por lo tanto el
individuo se siente en escena; Es esta la reaparición de la mirada y de su
efecto escudriñador.

La mirada de por sí conlleva una mecánica de poder, pues es esto lo que se


manifiesta a través de la mirada. Hasta aquí el interés de Foucault no está en
describir los elementos de los espacios de exclusión, sino a la mecánica que el
poder impone haciéndolo eficaz. O sea que no ha de importarnos la
dramaturgia con la que transcurren los espacios de exclusión, más que eso ha
de importarnos la puesta en escena, que hace realizable esa dramatización del
espacio.

Hay un momento en el s. XVI en el cual se institucionalizan los espacios de


exclusión, como hospitales, asilos, barrios de ricos y de pobres, etc. Esta
diferenciación es una parte de la historia, y por ende uno de sus elementos
comunes.

Por último considero de importancia analizar la relación que ha tenido Foucault


con la obra de Richard Wagner (a quien admira por la forma en que pone en

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escena la tragedia) Ya en la entrevista que hace M. Watanabe, se nota la


influencia de Wagner sobre Foucault.

Wagner ha desarrollado una idea de espectáculo total, que combina ciertas


artes como la música, el teatro, el ballet, la pintura, y otras con el fin de
expresar la escena como un todo que lleve a la representación ideal o sea
confundir la realidad con la irrealidad, esto incluye la utilización del elemento
del leitmotiv, esto es hacer que un tema musical se identifique con el eidos de
un objeto, que este tema musical sea la idea primordial del sujeto, este aspecto
en especial es muy analizado por Foucault en un ensayo que hizo alrededor de
1951 en compañía de su amigo de toda la vida Pierre Boulez.

Por medio de Boulez, Foucault tiene acceso a la teoría teatral de Wagner.


Wagner hace de la ópera un conjunto coherente dentro de sí mismo.
Recordemos que el tema del ring fue una influencia directa de Nietzsche, quien
fue el encargado para hacer el texto del libreto para la ópera. Wagner no
plantea el problema del sujeto en términos cartesianos, hace del drama un
hecho importante con una importancia histórica, sin tomar en cuenta sus
propias convicciones políticas (como el "antisemitismo" que se le atribuye al
igual que a Nietzsche.)

Es muy interesante como desde Nietzsche, pasando por Wagner, y luego por
Boulez, Foucault a configurado un sistema de trabajo que siendo paralelo a sus
investigaciones en otros campos de la ciencia moderna como en sus Historias
parte de la importancia del espacio como concepto positivo u objetivo, y lo más
importante: de cómo en este espacio hay una puesta en escena de la verdad
que ha de constituir el saber de occidente.

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II- FOUCAULT EL PANOPTICO.

LA ARQUITECTURA COMO MODO DE ORGANIZACIÓN POLÍTICA

Estudiando los orígenes de la medicina clínica; había pensado hacer un estudio


sobre la arquitectura hospitalaria de la segunda mitad del siglo XVIII, en la
época en la que se desarrolla el gran movimiento de reforma de las
instituciones médicas. Quería saber cómo se había institucionalizado la mirada
médica; cómo se había inscrito realmente en el espacio social; cómo la nueva
forma hospitalaria era a la vez el efecto y el soporte de un nuevo tipo de
mirada. Y examinando los diferentes proyectos arquitectónicos posteriores al
segundo incendio del Hotel-Dieu en 1972 me di cuenta hasta qué punto el
problema de la total visibilidad de los cuerpos, de los individuos, de las cosas,
bajo una mirada centralizada, había sido uno de los principios básicos más
constantes. En el caso de los hospitales este problema presentaba una
dificultad suplementaria: era necesario evitar los contactos, los contagios, la
proximidad y los amontonamientos, asegurando al mismo tiempo la aireación y
la circulación del aire; se trataba a la vez de dividir el espacio y de dejarlo
abierto, de asegurar una vigilancia que fuese global e individualizante al mismo
tiempo, separando cuidadosamente a los individuos que debían ser vigilados.
Había pensado durante mucho tiempo que estos eran problemas propios de la
medicina del siglo XVIII y de sus concepciones teóricas.

Desde finales del siglo XVIII la arquitectura comienza a estar ligada a los
problemas de población, de salud, de urbanismo. Antes, el arte de construir
respondía sobre todo a la necesidad de manifestar el poder, la divinidad, la
fuerza. El palacio y la iglesia constituían las grandes formas a las que hay que
añadir las plazas fuertes: se manifestaba el poderío, se manifestaba el
soberano, se manifestaba Dios. La arquitectura se ha desarrollado durante
mucho tiempo alrededor de estas exigencias. Pero, a finales del siglo XVIII,
aparecen nuevos problemas: se trata de servirse de la organización del espacio
para fines económico-políticos.

Surge una arquitectura específica. Philippe Aries ha escrito cosas que me


parecen importantes sobre el hecho de que la casa, hasta el siglo XVIII, es un

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espacio indiferenciado. En este espacio hay habitaciones en las que se


duerme, se come, se recibe..., en fin poco importa. Después, poco a poco, el
espacio se especifica y se hace funcional. Un ejemplo es el de la construcción
de las ciudades obreras en los años 1830-1870. Se fijará a la familia obrera; se
le va a prescribir un tipo de moralidad asignándole un espacio de vida con una
habitación que es el lugar de la cocina y del comedor, otra habitación para los
padres, que es el lugar de la procreación, y la habitación de los hijos. Algunas
veces, en el mejor de los casos, habrá una habitación para las niñas y otra para
los niños. Podría escribirse toda una “historia de los espacios” -que sería al
mismo tiempo una “historia de los poderes”- que comprendería desde las
grandes estrategias de la geopolítica hasta las pequeñas tácticas del hábitat,
de la arquitectura institucional, de la sala de clase o de la organización
hospitalaria, pasando por las implantaciones económico-políticas. Sorprende
ver cuánto tiempo ha hecho falta para que el problema de los espacios
aparezca como un problema histórico-político, ya que o bien el espacio se
reenviaba a la “naturaleza” -a lo dado, a las determinaciones primeras, a la
“geografía física”- es decir a una especie de capa “prehistórica”, o bien se lo
concebía como lugar de residencia o de expansión de un pueblo, de una
cultura, de una lengua, o de un Estado. En suma, se lo analizaba o bien como
suelo, o bien como aire; lo que importaba era el sustrato o las fronteras. Han
sido necesarios Marc Bloch y Fernand Braudel para que se desarrolle una
historia de los espacios rurales o de los espacios marítimos. Es preciso
continuarla sin decirse simplemente que el espacio predetermina una historia
que a su vez lo remodela y se sedimenta en él. El anclaje espacial es una
forma económico-política que hay que estudiar en detalle. Entre todas las
razones que han inducido durante tanto tiempo a una cierta negligencia
respecto a los espacios, citaré solamente una que concierne al discurso de los
filósofos. En el momento en el que comenzaba a desarrollarse una política
reflexiva de los espacios (finales del siglo XVIII), las nuevas adquisiciones de la
física teórica y experimental desalojaron a la filosofía de su viejo derecho de
hablar del mundo, del cosmos, del espacio finito e infinito. Esta doble
ocupación del espacio por una tecnología política y por una práctica científica
ha circunscrito la filosofía a una problemática del tiempo. Desde Kant, lo que el
filósofo tiene que pensar es el tiempo -Hegel, Bergson, Heidegger-, con una

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descalificación correlativa del espacio que aparece del lado del entendimiento,
de lo analítico, de lo conceptual, de lo muerto, de lo fijo, de lo inerte. Recuerdo
haber hablado, hace una docena de años de estos problemas de una política
de los espacios, y se me respondió que era bien reaccionario insistir tanto
sobre el espacio, que el tiempo, el proyecto, era la vida y el progreso. Conviene
decir que este reproche venía de un psicólogo -verdad y vergüenza de la
filosofía del siglo XIX-.

En estos temas de vigilancia, y en particular de la vigilancia escolar, los


controles de la sexualidad se inscriben en la arquitectura. En el caso de la
Escuela militar las paredes hablan de la lucha contra la homosexualidad y la
masturbación.

MEDICALIZACIÓN DEL ESPACIO E HIGIENE SOCIAL.

Siguiendo con la arquitectura, cabe decir que individuos como los médicos,
cuya participación social es considerable a finales del siglo XVIII, han
desempeñado de algún modo un papel de organizadores del espacio. La
higiene social nace entonces; en nombre de la limpieza, la salud, se controlan
los lugares que ocupan unos y otros. Y los médicos, con el renacimiento de la
medicina hipocrática, se sitúan ente los más sensibilizados al problema del
entorno, del lugar, de la temperatura, datos que encontramos en la encuesta de
Howard sobre las prisiones.

Los médicos eran entonces en cierta medida especialistas del espacio.


Planteaban cuatro problemas fundamentales: el de los emplazamientos (climas
regionales, naturaleza de los suelos, humedad y sequedad: bajo el nombre de
“constitución”, estudiaban la combinación de los determinantes locales y de las
variaciones de estación que favorecen en un momento dado un determinado
tipo de enfermedad); el de las coexistencias (ya sea de los hombres entre sí:
densidad y proximidad; ya sea de los hombres y las cosas: aguas,
alcantarillado, ventilación; yasea de los hombres entre sí: densidad y
proximidad; ya sea de los hombres y los animales: mataderos, establos; ya sea
de los hombres y los muertos: cementerios); el de las residencias(habitat,
urbanismo); el de los desplazamientos (emigración de los hombres,

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propagación de las enfermedades). Los médicos han sido con los militares, los
primeros gestores del espacio colectivo. Pero los militares pensaban sobre todo
el espacio de las “campañas” (y por lo tanto el de los “pasos”) y el de las
fortalezas. Los médicos han pensado sobre todo el espacio de las residencias y
el de las ciudades. No recuerdo quién ha buscado en Montesquieu y en
Augusto Comte las grandes etapas del pensamiento sociológico. Es ser bien
ignorante. El saber sociológico se forma más bien en prácticas tales como las
de los médicos. Guepin ha escrito en los mismos comienzos del siglo XIX un
maravilloso análisis de la ciudad de Nantes.

De hecho, si la intervención de los médicos ha sido tan capital en esta época,


se debe a que estaba exigida por todo un conjunto de problemas políticos y
económicos nuevos: la importancia de los hechos de población.

Es chocante además la gran cantidad de personas que se ven concernidas por


la reflexión de Bentham. En distintos sitios dice haber resuelto los problemas
de disciplina planteados por un gran número de individuos a cargo de unos
pocos.

III

Foucault, vigilar y castigar

M. FOUCAULT

Una visión crítica de la civilización europea.

Protesta generalizada contra los suplicios. 2ª mitad del s. XVIII

Necesidad de Castigar sin Suplicios

Durante el siglo XVIII se produce la crítica a los modos de castigo, por parte de
juristas, filósofos, magistrados, etc. los cuales buscan nuevas formas o modos
de castigo que no muestren la tiranía del poder ni la desesperación de las
víctimas, abandonadas a una sed de venganza por parte del poder establecido.
La condición "humana" de los delincuentes se ha de hacer respetar con el
abandono de métodos de castigo que impliquen el suplicio símbolo de barbarie.

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La "humanidad" ha de ser la "medida" que de pie al camino de la benignidad


dentro del aparato judicial. Desde fines del siglo XVIII se produce una sensible
disminución de los crímenes de sangre reemplazados por un aumento de los
delitos sobre la propiedad por parte de una delincuencia más organizada e
individualista, profesional, consecuencia de una modificación de la economía,
elevación del nivel de vida, crecimiento demográfico, necesidad de seguridad
como consecuencia, aumento del robo. Se desarrolla una aparato policíaco que
impida el desarrollo de una criminalidad organizada. Aunque los suplicios aún
son frecuentes, los reformadores ya atacan la justicia tradicional, su
irregularidad y el exceso y abuso de los castigos. Se produce la discusión
sobre la organización del poder judicial. Poder "desnaturalizado" por la venta
de jueces, los privilegios, la irregularidad en la justicia penal, la justicia en los
diferentes conflictos se ve interferida por los privilegios de los señores, de los
tribunales soberanos, muchas son las manos que pretenden la administración
de la justicia incluso al margen del procedimiento regular de la justicia,
conflictos internos de competencias, intereses particulares, etc. Los
reformadores critican la mala distribución del poder jurídico que lleva a
sentenciar arbitrariedades, exceso de poder tanto de los jueces como del
soberano que puede suspender el curso de la justicia, distribuir, modificar
decisiones, etc. Un sobrepoder monárquico que identifica el derecho de
castigar con el poder personal del rey, unos magistrados propietarios de sus
cargos, indóciles llevan a conflictos de poder y jurisdicción, unas veces
indulgente e insegura, otras precipitada y severa. El verdadero objetivo de la
reforma no es tanto fundar un nuevo derecho de castigar a partir de principios
más equitativos, sino establecer una nueva "economía" del poder de castigar,
mejor distribución de este poder.

Ilegalidades en el Antiguo Régimen y reforma penal del s.XVIII.

CONSTITUCIÓN DE UNA NUEVA ECONOMÍA Y TECNOLOGÍA DEL PODER


DE CASTIGAR

Los reformadores critican el exceso de castigar y su irregular aplicación:

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* Los oficios de juez se venden

* Confusión entre legisladores y el administrador de justicia

* Privilegios que vuelven desigual el ejercicio de la justicia

* Irregularidad en las instancias encargadas de su cumplimiento: - Hay una


justicia para los religiosos - Tribunales especiales para los poderosos - La
policía tiene funciones judiciales - El poder del rey

Esta multitud de instancias se estorban unas a otras a causa de conflictos


internos de competencia, intereses particulares, políticos, económicos. La
acusación tiene exceso de poder, el acusado está indefenso. Los hombres del
rey tienen exceso de poder, pueden suspender el curso de la justicia. El poder
monárquico identifica el derecho a castigar con el poder personal del soberano.
Hay que descentralizar el poder y no dividirlo entre unas instancias que se
oponen unas a otras. La reforma ha sido preparada en lo esencial desde el
interior, por un gran número de magistrados. · El rey no puede ingerir en la
justicia · Separación del poder legislativo y judicial · Castigar mejor, no menos.
La reforma combate los ilegalismos que estaban frecuentemente arraigados en
la sociedad, excepto para los más desfavorecidos. Estos tenían ciertas
paradojas: "La reforma penal nació en la conjunción de la lucha contra el
sobrepoder del soberano y la lucha contra el infrapoder de los ilegalismos
conquistados". Las razones de la reforma son:

* Nuevas técnicas del castigo

* Nuevos principios reguladores

* Extender el arte del castigo universalmente

* Homogeneizar el ejercicio del castigo

* Disminuir el coste económico del castigo y aumento de la eficacia

* El criminal aparece como el que ha roto un pacto, volviéndose enemigo de


la justicia. La reorganización es tan fuerte, que se vuelve el castigo aún más

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terrible; pronto se clama por parte de la sociedad el cese de tales crueldades,


se clama un trato más humano con el criminal, regularizando los efectos del
poder.

* El daño del criminal debe ser castigado, pues si no, puede volver a
repetirse

* El castigo va en proporción al daño causado a la sociedad.

* La pena hay que calcularla no en función del crimen, sino de su repetición


posible.

* Hacer de modo que el malhechor no pueda tener ni el deseo de repetir, ni


la posibilidad de contar con imitadores.

* El castigo debe mirar el porvenir y una de sus funciones mayores el


prevenir.

El castigo más que intenso debe de estar repartido por todas partes
homogéneamente, y de manera continua; ha de ser más regular, más eficaz y
constante, disminuyendo su costo económico y político. Esta reforma es
iniciada desde dentro del mismo aparato judicial por parte de algunos
magistrados y juristas que le delinearon en líneas o principios generales. Busca
poder jugar sin la intervención de la soberanía, independiente de las relaciones
de propiedad, que no dependa de los privilegios. Su objetivo es hacer del
castigo y de la represión de los ilegalismos una función regular, coexistiva a la
sociedad, castigar mejor aunque con una severidad atenuada, con más
universalidad. Introducir el poder de castigar más profundamente en el cuerpo
social. Es una nueva política ante los ilegalismos del Antiguo Régimen donde
los diferentes estratos sociales tenían cada cual su margen de ilegalidad
tolerada, eran privilegios concedidos a individuos y comunidades. Hasta las
clases más desfavorecidas se beneficiaban de los márgenes concedidos por
las leyes dentro de un marco de tolerancia; la criminalidad se fundaba en un
amplio ilegalismo; el juego recíproco de los ilegalismos formaba parte de la vida
política y económica de la sociedad. Pero ya en el siglo XVIII el proceso tiende
a invertirse, con el aumento de riqueza y el empuje demográfico el blanco

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Foucault 19

general del ilegalismo popular, ya no son los "derechos" sino los bienes, el robo
tiende a desplazar al contrabando y la lucha armada contra los agentes del
fisco. Ahora esas tolerancias que el pueblo había conseguido les son negadas
y perseguidas, se produce una represión rigurosa del ilegalismo. Se hace
necesario ante este clima de cambio de actitudes, controlar y hacer entrar en el
código todas las prácticas ilícitas, definir y castigar las infracciones que en esa
masa de irregularidades toleradas y sancionadas de manera discontinua,
determinando que es infracción intolerable y que castigo le corresponde. La
economía de los ilegalismos se ha reestructurado con el desarrollo de la
sociedad capitalista. Esto se traduce en una especialización de los circuitos
judiciales: para los ilegalismos de bienes (robos) los tribunales ordinarios y los
castigos, para los ilegalismos de derechos (fraudes) más jurisdicciones
especiales para la burguesía. Se precisa de una estrategia y técnicas de
castigo que reemplacen las antiguas; la reforma penal ha nacido entre la lucha
del sobrepoder soberano y la lucha contra el infrapoder de las ilegalidades
conquistadas y toleradas. Dentro de esta reforma penal que critica los suplicios
es la humanidad de las penas la regla en que se basan los castigos fijando
límites a unos y otros. La nueva legislación criminal se caracteriza por un
suavizamiento de las penas, una codificación más clara, una disminución de la
arbitrariedad y una coacción más rigurosa para mantener su nueva ordenación.
El fin es encontrar nuevas técnicas para adecuar los castigos y adaptar los
efectos, regulación de los castigos, disminuir su costo económico y político
aumentando su eficacia. El criminal es enemigo de la sociedad y el delito ataca
a la sociedad entera. La sociedad entera se halla presente en su castigo del
delito. El castigo penal es pues función generalizada. El derecho de castigar ha
sido trasladado de la venganza del soberano a la defensa de la sociedad. Pero
el castigo es más moderado, mas humano ya que la justicia anterior trataba de
manera inhumana al fuera de la ley. El castigo es para prevenir posibles delitos
similares y debe tener como objetivo las consecuencias del delito. La
proporción entre la pena y la calidad del delito está determinada por las
influencias que tiene sobre el orden social el pacto que viola. La pena se
calcula en función no del crimen sino de su posible repetición.

Reglas para la nueva técnica del castigo:

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Foucault 20

Técnica de los signos punitivos

"Prevenir" justifica el derecho a castigar y hay que castigar lo suficiente


para impedir la reaparición del delito. La técnica de los signos punitivos es para
los reformadores un instrumento económico y eficaz para reducir el campo de
los ilegalismos.

1. REGLA DE LA CANTIDAD MÍNIMA: El castigo debe ser superior al


beneficio del crimen, Se comete un crimen porque procura ventajas. Si se
procura a la idea del crimen la idea de una desventaja mayor, cesaría de ser
deseable.

2. REGLA DE LA IDEALIDAD SUFICIENTE: El castigo se debe basar en la


desventaja que se le presenta al criminal a la hora de hacer un crimen, no en el
dolor físico del cuerpo. El castigo no tiene que emplear el cuerpo sino la
representación, el recuerdo de un dolor puede impedir la recaída, lo que debe
llevarse al máximo es la representación de la pena, no su realidad corporal

3. REGLA DE LOS EFECTOS LATERALES: La pena debe actuar más


intensamente sobre los que no han cometido la falta. Si se pudiera tener la
certeza de que el culpable es incapaz de reincidir, bastaría con hacer creer a
los demás que ha sido castigado. Entre las penas y la manera de aplicarlas en
proporción a los delitos, hay que elegir los medios que hagan en el ánimo del
pueblo la impresión más eficaz y duradera y así como la menos cruel sobre el
cuerpo culpable.

4. REGLA DE LA CERTIDUMBRE ABSOLUTA: Es preciso que la acción


criminal vaya asociada a la idea de un castigo determinado. Esto determina
que las leyes sean claras y se publiquen, teniendo todo el mundo acceso a
ellas. Estas deben ser inexorables y los ejecutores inflexibles.

5. REGLA DE LA VERDAD COMÚN: (Inocente hasta que se demuestre lo


contrario) El antiguo sistema de pruebas legales, basado en la tortura y
confesión por la fuerza, las convertirá en semipruebas. Estas derivaran en
semiverdades y semiculpables. Una presunción llevaba aparejada un grado de
pena; la verificación del crimen debe obedecer a los criterios generales de toda

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Foucault 21

verdad. La verdad del delito no puede admitirse hasta que sea enteramente
probada y hasta la demostración final del delito, debe considerarse inocente al
inculpado.

6. REGLA DE ESPECIFICACIÓN ÓPTIMA: Calificación de todas las


infracciones clasificadas y reunidas en un código suficientemente preciso para
que cada tipo de infracción esté claramente presente en él. Un código
exhaustivo y explícito que defina los delitos y fije las penas. Pero también es
necesaria la individualización de las penas conforme a los caracteres
singulares de cada delincuente y elementos que permitan calificar el propio
acto. Variables como "circunstancias" o "intencionalidad" permiten calificar el
propio acto, así como el modo de vida, la forma de pensar, etc. Se trata de que
cada infracción particular y cada individuo punible puedan caer sin arbitrariedad
bajo el peso de la ley general. Los delitos se particularizan en la más exacta
gradación. El concepto de reincidencia aparece a fines del s. XVIII, se les
puede duplicar la pena, poner la máxima o la inmediata superior. Poco a poco,
la diferencia entre criminal primerizo y reincidente se hace más importante.
Aparecen el criminal pasional, irreflexivo, involuntario.

Se trata en suma de una serie de reglas que exigen la suavidad como una
economía calculada del poder de castigar. Se pide la no aplicación de ese
poder al cuerpo, sino que sea el espíritu el que reciba la representación del
castigo.

Condiciones de las nuevas sanciones para el buen funcionamiento de éstas:

El arte de castigar debe apoyarse en una técnica de la representación.


Encontrar el castigo correcto a cada delito es encontrar la desventaja que
impida al criminal el deseo de delinquir. Es necesario estas condiciones:

* Ser lo menos arbitrario posible, para que la relación entre delito y castigo
sea directa Las penas deben ser naturales por institución: a quiénes abusen de
la libertad pública se les privará de la suya, la muerte castigará el asesinato,
etc. Reformadores como Peletier, dice: "Son necesarias unas relaciones

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Foucault 22

exactas entre la naturaleza del delito y la del castigo". Las penas son crueles y
similares al Antiguo Régimen, pero el castigo deriva del crimen.

* Este juego de signos se basa en disminuir el deseo que hace atractivo el


delito, por temor al castigo. Así a los vagos no hay que encerrarlos, sino
obligarlos a trabajar. Al ladrón hay que enseñarle la maldad del delito que
comete al perder él mismo como castigo la libre disposición de sus bienes, para
que respete a los demás.

* Utilidad de una modulación temporal: La pena para ser útil debe ser
temporal y no permanente. Al ser temporal se puede reformar al condenado, si
no tuviera límite sería inútil. A aquéllos que no se puede reformar son a los
asesinos y traidores (el código de 1791 los condena a muerte). El resto de
penas deben tener un máximo de 20 años de prisión. Se prevé un
aligeramiento de la pena, conforme se va cumpliendo.

* El condenado tiene que ver en la pena, que perjudica a toda la sociedad y


por eso es condenado. Lo ideal es que el condenado fuera un esclavo al
servicio de todos, de ahí que los reformadores hayan propuesto siempre los
trabajos públicos como una de las mejores penas posibles.

* El castigo público debe ser entendible y el público sacar una lección de él.
Debe tener un ritual cuyo sentido ha de ser claro para todos. Cada elemento de
su ritual debe hablar, decir el crimen, recordar la ley, demostrar la necesidad de
castigo. Hay que hacer propaganda del castigo, no para aterrorizar sino como
lección para el pueblo. La pena aplicada en secreto es pena perdida. Hay que
llevar incluso a los niños para que aprendan.

* Esto invertirá el tradicional discurso del delito que reconoce al criminal un


cierto aire glorioso, contado en relatos populares. Con una buena ceremonia de
castigo, el crimen aparece como una desdicha y el malhechor como un
enemigo al que hay que reinsertar. La pena máxima será contra el parricida, al
cual se encierra sin ojos en una jaula colgada y alimentado a pan y agua hasta
el fin de sus días.

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Foucault 23

Incompatibilidad entre el concepto tradicional de prisión y las nuevas técnicas


de castigo:

La prisión de presenta como una pena más, no como la forma general de


castigo. Es el castigo específico de los que atentan contra la libertad del
individuo (rapto). Deben cumplirse otras penas como el trabajo forzado. La
cárcel es criticada por los reformadores, porque es incapaz de responder a las
especificadas de los delitos; es también inútil y costosa a la sociedad: mantiene
ociosos a los criminales multiplicando sus vicios. La prisión es incompatible con
esta técnica pena - efecto. Actualmente la prisión ocupa entre la muerte y las
multas casi todo el campo de castigos posibles. Los trabajos forzados son una
forma de cárcel. Detención, reclusión, prisión correccional son nombres
distintos de un mismo castigo, una gran arquitectura cerrada y compleja,
jerarquizada, que priva al delincuente de su libertad. El teatro primitivo soñado
en el siglo XVIII ha sido sustituido por el gran aparato uniforme de las prisiones
de toda Europa. Las penas se dividen en tres formas de detención: el calabozo,
donde la pena de encierro se agrava con diversas medidas (soledad, falta de
luz y alimentos, etc.) La Gêne donde estas medidas están atenuadas y
finalmente la prisión o encierro puro y simple. Todos los delitos son aquí
tratados de la misma manera y remedio modulada de acuerdo a su duración.
La prisión no es considerada una pena sino que es una garantía de que la
persona queda en prenda en persona y cuerpo, sólo es pena en casos como la
sustitución de la pena a galeras. Muchos critican la prisión como incompatible
con una buena justicia pero acaba imponiéndose como un caso que
garantizase la pedagogía universal del trabajo para aquellos que se muestran
refractarios al mismo. Sus ventajas son muchas desde el punto de vista
económico para el estado que forma así una multitud de obreros nuevos.
Pronto una red de prisiones se extenderá por toda Europa. Pronto todos los
delitos son penados con la cárcel, en mayor o menor grado y con penas
adicionales. La transformación se produce al importarse el modelo de prisión
de América o Inglaterra. De las prisiones imaginadas por los reformadores, se
da paso a la realidad de la cárcel. · Duración de las penas en relación a la
actitud del preso · Trabajo obligatorio y común (la celda individual se utiliza
como castigo) · Vigilancia continua · Medidas para atraerlos al bien y apartarlos

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Foucault 24

del mal · El modelo inglés agrega el aislamiento, la promiscuidad en la prisión


proporciona malos ejemplos y posibilita la evasión, el chantaje y la complicidad
en el futuro. · El aislamiento hace recapacitar al condenado, apartándolo de las
malas influencias. · La prisión se convierte en un aparato para modificar a los
individuos: Reformatorio

La prisión convertida en reformatorio:

El individuo, aislado de malas influencias reflexiona y encuentra en el trabajo


solitario un ejercicio tanto de conversión como de aprendizaje (moralidad). Se
producirá una transformación individual que devolverá al estado los individuos
que había perdido. El reformatorio es encarcelamiento con fines de
transformación del alma y la conducta, detención aislada, trabajo regular,
influencia religiosa, todo ayuda al individuo a corregirse y adquirir el hábito de
trabajo. Este hecho tiene su retribución, que además de ayudar a la prisión a
autofinanciarse, ayuda al individuo por medio de la retribución personal de los
presos a reinsertarse moral y materialmente en la sociedad y la economía.
También se realiza un trabajo de modificación del espíritu por parte de los
inspectores que tratan de fortalecer en el individuo sus obligaciones morales,
haciéndoles ver la infracción que han cometido y el daño que han causado. Lo
animan a cumplir su deber con alegría y a conducirse decentemente,
haciéndoles esperar el acortamiento de la sentencia. Con su observación
pueden solicitar el perdón de aquellos que consideran reinsertables tras estas
técnicas correctivas. Estos principios generales se ponen en marcha en
Inglaterra en 1779, cuando la independencia de EE.UU. impide las
deportaciones. Se proyectan dos penitenciarías para aislar a los presos y
someterlos a trabajos serviles. En Filadelfia se abre una prisión (secta de los
cuáqueros). La prisión se financia por el trabajo de los presos, quiénes tenían
su salario... El preso tenía un control estricto del tiempo y estaba bajo una
vigilancia ininterrumpida. La duración variaba según la conducta del preso. La
prisión americana recibe un informe de cada condenado. Es observado y cada
semana un inspector designa a quiénes se puede solicitar el perdón. La prisión
funcionará como un aparato de saber, que conoce a fondo a cada individuo.
Puntos de convergencia entre el aparato primitivo inglés y americano y todos

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Foucault 25

los castigos imaginados por los reformadores. Los reformatorios se atribuyen


también la función de evitar nuevos delitos, no la de borrar los hechos.

* Las penas estarán abiertas a las variables individuales

* Las diferencias están en el procedimiento de acceso al individuo

* Los reformadores hacen hincapié sobre las representaciones del castigo

* Las cárceles actúan sobre el cuerpo y el tiempo Los instrumentos utilizados


no son juegos de representación que se refuerzan y se hacen circular, sino
formas de coerción, esquemas de coacción aplicados y respetados. A finales
del s. XVIII encontramos tres maneras de organizar el poder de castigar:

* Funciona y se apoya en el derecho monárquico (la marca) Representa el


castigo como un ceremonial de soberanía - Venganza sobre el cuerpo del
condenado - El soberano aparece por encima de sus propias leyes

* Tiene una concepción preventiva y correctiva (el signo) Los juristas


reformadores utilizan el castigo para recalificar a los individuos. La institución
carcelaria utiliza el castigo como técnica de coerción, pone en acción
procedimientos de sometimiento del cuerpo, no signos.

* El aparato administrativo (el rastro)

Finalmente, Foucault se pregunta: ¿Cómo el modelo coercitivo, corporal,


solitario, secreto del poder de castigar ha sustituido al modelo representativo,
escénico, significante, público, colectivo?

Comentario de texto:

"Que las penas sean moderadas y proporcionadas a los delitos, que la


muerte no se pronuncie ya sino contra los culpables de asesinato, y que los
suplicios que indignan a la humanidad sean abolidos". La protesta contra los
suplicios se encuentra por doquier en la segunda mitad del siglo XVIII: entre los
filósofos y los teóricos del derecho; entre juristas, curiales y parlamentarios; en
los Cuadernos de quejas y en los legisladores de las asambleas. Hay que

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castigar de otro modo: deshacer ese enfrentamiento físico del soberano con el
condenado; desenlazar ese cuerpo a cuerpo, que se desarrolla entre la
venganza del príncipe y la cólera contenida del pueblo, por intermedio del
ajusticiado y del verdugo. Muy pronto el suplicio se ha hecho intolerable.
Irritante, si se mira del lado del poder, del cual descubre la tiranía, el exceso, la
sed de desquite y el "cruel placer de castigar". Vergonzoso, cuando se mira del
lado de la víctima, a la que se reduce a la desesperación y de la cual se
quisiera que todavía bendijera "al cielo y a sus jueces de los que parece
abandonada". Peligroso de todos modos, por el apoyo que en él encuentran
una contra otra, la violencia del rey y la del pueblo. (Foucault, M. Vigilar y
castigar).

En el texto, Foucault viene a hacernos una crítica de la civilización europea.


Nos habla de una protesta generalizada contra los suplicios y los modos de
castigo que se daban en la 2ª mitad del siglo XVIII. Se produce una crítica, por
parte de juristas, filósofos y magistrados, sobre los métodos y las formas de
castigo, y abogan por nuevos métodos que no muestren la tiranía del poder, ni
la desesperación de las víctimas, abandonadas a una sed de venganza por
parte del poder establecido, donde la víctima no tiene opción a defenderse ante
la injusticia de los privilegios, y en busca de un castigo igualitario y equitativo
para los delincuentes de todas las clases sociales y acorde al delito cometido.
Los reformadores critican la mala distribución del poder jurídico que lleva a
sentencias arbitrarias, exceso de poder tanto de jueces como del propio
soberano, un sobrepoder monárquico que identifica el derecho de castigar con
el poder personal del rey. La reforma que pretenden los filósofos, y los teóricos
del derecho se basa en la constitución de una nueva economía y tecnología del
poder de castigar. Busca poder juzgar sin la intervención de la soberanía y que
esta capacidad de juzgar no dependa de los privilegios. Pretende hacer del
castigo y de la represión de los ilegalismos, una función regular, coexistiva a la
sociedad. Es una nueva política ante los ilegalismos del Antiguo Régimen,
donde los diferentes estratos sociales tenían cada cual su margen de ilegalidad
tolerada, eran privilegios concedidos a individuos y comunidades. La nueva
reforma presentará al criminal como enemigo de la sociedad, ya que el delito
ataca a la sociedad entera. El derecho de castigar se trasladará de la venganza

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del soberano a la defensa de la sociedad, los castigos serán mas humanos,


pues la justicia de la que nos habla el texto trata de manera inhumana al " fuera
de la ley”. El texto podemos encuadrarlo en los últimos años del Antiguo
Régimen, y lo que en realidad pretenden los reformadores es la supresión de la
sociedad estamental y la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial)
que durante el Antiguo Régimen. eran ostentados por el Rey. Nos encontramos
a las puertas de la Revolución Francesa, (el texto nos habla de los Cuadernos
de quejas, que eran elaborados por los ciudadanos) que consiguió abolir la
sociedad estamental y la división de poderes. Foucault, filósofo
contemporáneo, en su obra Vigilar y castigar, nos hace una visión crítica de la
sociedad europea desde el punto de vista judicial.

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