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REVISTA DE FILOSOFÍA
Consejo de Redacción
Miguel Alejo Alcántara, Fco. Javier Hernández González, Luis
Ramos de la Torre, Pablo Redondo Sánchez, Carmen Reguilón Lozano,
Sebastián Salgado González
Ilustraciones
Leão Guedes
Miguel Alejo
ISSN 1696-0734
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Ojos de Lechuza
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¿Un mundo sin ideologías? Entonces un mundo sin patrias, pero
también sin lenguas. Un mundo sin cárceles, pero también sin escuelas.
Un mundo sin opresores ni oprimidos, pero también sin hombres. Un
mundo sin guerras, pero también sin lucha. Un mundo sin mentiras, pero
también sin imaginación.
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BRECHT, Bertolt: “Loa de la duda” (en Poemas y canciones; ed. Alianza, 2006)
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Hay que ser comunista para resolver en común los problemas que
los humanos tenemos en común. Y por eso mismo es evidente que sigue
9
4. ¿Qué aspectos del Marx filósofo y político siguen siendo urgentes y, sin
embargo, parecen olvidados?
se te dan por aprobadas todas las del mismo nombre y programa incluido
de cursos anteriores). Eso sería el complemento perfecto, para facilitar el
estudio y el avance, y por tanto la ilusión del estudioso, pues ¿qué sentido
tiene suspender las matemáticas de 2º de la ESO a quien aprobó las de 4º?
Incluso, a quienes aprobaran la asignatura escoba de un año se le
podría regalar puntuación para facilitar que apruebe la del curso siguiente.
De esa manera, el estudiante medio, tendría doble recompensa: Una al
poder asistir a clase sin elementos incordiantes que no dejan atender, ni
explicar -eso si no hacen violencia de acosos en las aulas- y además
recibiendo así ayudas para poder ir superando obstáculos.
En Primaria no se repetiría curso. Actualmente hay un consenso
entre los sabios de todos los partidos para que sólo se repita un curso. Y
ante eso cabe preguntarse .Si repetir es bueno para el alumno ¿por qué sólo
se le permite hacerlo una vez? ¿Y por qué no en parvulitos?¿Y en la
Universidad? El mero hecho de que de seis años que dura la primaria sólo
inviten a poner las banderillas de fuego de la repetición un año, indica que
intuyen que sus propuestas son tradicionalmente absurdas.
La nueva ley trata
de ocultar la
imposible terapia
de la repetición
de curso y hace
que sólo pueda
ocurrir eso una
vez en Primaria y
dos en
Secundaria,
dejando pasar
curso con tres
suspensas si así
lo estima la Junta
de Evaluación; es
decir, una
chapuza que no da respeto a los contenidos, ni a los procesos del
conocimiento. Esta normativa será otro fracaso porque no aborda el
problema de la disciplina en el aula, y sin ella no enseña ni Aristóteles.
Pues es verdad, algo izquierdea; porque por ejemplo, en este tema: Que
se esté negociando el precio político a pagar por la paz -una vez que se vio
que no bastaron las armas para acabar con el problema-, y que se esté por
tanto negociando con terroristas, y se siga negando todo, eso no es de
izquierdas, porque no es plantearle la verdad al pueblo, que si la entendería.
Bueno, las Iglesias han sido esenciales en la Historia para que el Poder
engañara al pueblo. Las religiones, las filosofías de cierto cuño y los
científicos últimamente, han servido a los Poderosos para convertir, tras el
correspondiente lavado de cerebro, a los pueblos en rebaños. Y qué bien
enlaza esto con lo del Pastor y el Rebaño que dice la Iglesia Católica.
Entonces, esa tarea descomunal de convertir a las personas en borregos,
corderitos u ovejitas luceras, que luego se dejarán guiar por el pastor de
turno, no se paga con dinero-es un decir, porque con lo que mejor se paga es
con pasta- .Por eso la Iglesia tiene tanto como destaca, y más de lo que
aparenta. Hubo y hay que pagarle los servicios prestados.
14. Sr. Molina, si hay alguna cuestión más a la que le hubiera gustado
responder, pero no se la hemos formulado, por favor, coméntela.
diferencias que abren abismos, porque son como un sálvese quien pueda
que permite arrasar a las mujeres y los niños al buscar el bote salvavidas del
trasatlántico que se hunde.
Lo dicho lo distinguían bien los filósofos del comunismo y el
anarquismo: a cada uno según sus necesidades de cada uno según sus
posibilidades.
Pero hay más motivos para entender la necesidad de líderes en la
izquierda; y aquí entro en MI TEORÍA DE LA TORTUGA DE GAUSS.
Como se sabe Gauss estudio lo que en probabilidades y estadística
se denominó la Distribución Normal, indicando lo de normal que eso es lo
lógico, y que lo contrario es deficiente o irregular.
Por ejemplo, lo normal es que si se estudia un grupo de personas al
azar, y se miden sus estaturas, aparezcan muy poquitas altísimas, otras
poquísimas bajísimas, y el
resto -la mayoría- con
alturas parecidas a la
media. Si el estudio se
hace para el peso, lo
mismo; de manera tal que
lo normal es que haya -en
una clase- muy poca gente
con buenísimas notas, otra
escasísima con malísimas,
y que el resto se acumule
hacia la nota media, el 5.
Después de comprobado
esto, Gauss representó los resultados de las Distribuciones Normales, y le
salió siempre la conocida como Curva de Gauss.
Esta curva como ven presenta el perfil de un caparazón de tortuga
cortado longitudinalmente, y mi teoría afirma que ese parecido, aunque
casual, resulta premonitorio y un aviso para navegantes, por lo que vamos a
comentar.
Si el parámetro que le medimos a la gente, en vez del peso o la
estatura, es la inteligencia, o la capacidad de razonar, o algo por el estilo,
nos saldría una distribución NORMAL; es decir, mucha gente con una
inteligencia media, y luego, así, disminuyendo hasta llegar, por la derecha
de la curva a los poquísimos supra- inteligentes o preparados, y de manera
simétrica, hacía la izquierda, los que se acercarían a los de menor
coeficiente intelectual.
H@& ;)
Etimología y evolución
Nace la palabra durante la Ilustración. Se atribuye a Antoine
Destutt de Tracy (1754-1836), nombrado por la Convención Director
del Instituto de Francia en 1795, haber introducido el término para
designar una ciencia positiva que estudiara el origen y formación de
las ideas; ideólogos era el apelativo de los profesionales de esa
Ciencia. Este personaje escribió una obra “Elementos de Ideología”
que es considerada la expresión genuina de la “Razón Ilustrada”.
Pronto los “ideólogos” destacaron como adalides del liberalismo
laico y republicano, liderados por Destutt de Tracy, materialista y
anticlerical. Recibieron de inmediato el incisivo ataque de los
conservadores a los que se suma Napoleón, entonces Cónsul de
Francia.
1
K. MARX-F. ENGELS, Obras escogidas, Ed. Progreso, Moscú 1974, p. 49.
26
2
K. MARX-F. ENGELS, o.c., Prólogo de la contribución a la crítica de la
Economía Política (1859, p. 187.
3
Ibid., 59.
27
7
La amplia literatura sobre este tema (D. Bell, El fin de las ideologías, 1960; G.
Fernández de la Mora, El crepúsculo de las ideologías (1965); F. FUKUYAMA, El
33
fin de la historia (1989, entre otros) no hacen sino poner en evidencia la importancia
de las ideologías y su protagonismo en todas las etapas de la historia.
34
7 < ); )7 )
1
CASANOVA, J.: “Presentación” en CASANOVA, J., ESPINOSA, F., MIR, C. y
MORENO GÓMEZ, F.: Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de
Franco. Barcelona, Crítica, 2002, p. XI.
2
ESPINOSA MAESTRE, F.: La columna de la muerte. El avance del ejército
franquista de Sevilla a Badajoz. Barcelona, Crítica, 2003, p. XXIV de la
Introducción.
36
I. Qué es violencia
3
SANMARTÍN, J.: La violencia. y sus claves. Barcelona, Ariel, 2000, p. 19.
4
SANMARTÍN, J.: op. cit., pp. 24-25.
5
AROSTEGUI, J.: “Violencia, sociedad y política: la definición de la violencia” en
ARÓSTEGUI, J. (ed.): Violencia y política en España, Ayer, nº 13, 1994, p. 30.
37
6
CRUZ, R.: “La sangre de España. Lecturas sobre historia de la violencia política en
el Siglo XX”, Ayer, nº 46, 2002. p. 228.
7
ARÓSTEGUI, J.: op. cit., p. 44.
8
GONZÁLEZ CALLEJA, E.: “Violencia política y represión en la España
franquista: Consideraciones teóricas y estado de la cuestión” en MORENO
38
Para ir
concretando
más su
significado y
definición se
necesita ir
delimitando
temporal,
geográfica y
epistemológica
mente tal
concepto.
Desde la
Historia, con
los análisis
empíricos y la
investigación de determinados periodos histórios se puede hacer una
labor importante de fijación de estos términos de violencia política
tan amplios que hemos señalado.
Santos Juliá coordinador de un volumen donde se traza una
visión transversal de la violencia política en España durante el S. XX
9
JULIÁ, S. (dir.): Violencia política en la España del S. XX. Madrid, Taurus, 2000.
10
JULIÁ, S.:“Violencia política en España. ¿Fin de uuna larga historia?”, en JULIÁ,
S. (dir.): op. cit., p. 13.
11
JULIÁ, S.:“Violencia política en España. ¿Fin de uuna larga historia?”, en JULIÁ,
S. (dir.): op. cit., p. 14.
40
12
GONZÁLEZ CALLEJA, E.: “Violencia política y represión en la España
franquista: Consideraciones teóricas y estado de la cuestión” en MORENO
FONSERET, R. y SEVILLANO CALERO, F. (eds.): op. cit., p. 124.
13
ROMERO, L.: “El concepto de represión” en ARÓSTEGUI, J. (Coord.): Historia
y memoria de la Guerra Civil. Encuentro en Castilla y León. Valladolid, Junta de
Castilla y León, 1988, Tomo I, pp. 287-294.
41
14
GARELLI, F.: “Controllo sociale” en BOBBIO, N., MATTEUCCI, N. y
PASQUINO, G.. (dirs.): Dizionario de Politica. Cit por GONZÁLEZ CALLEJA,
E.: “Violencia política y represión en la España franquista: Consideraciones teóricas
y estado de la cuestión” en MORENO FONSERET, R. y SEVILLANO CALERO,
F. (eds.): op. cit., p. 125.
42
15
JULIÁ, S.: “Violencia política en España. ¿Fin de uuna larga historia?” en JULIÁ,
S. (dir.): op. cit., p. 12.
43
16
GONZÁLEZ CUEVAS, P.C.: “Política de lo sublime y teología de la violencia en
la derecha española” en JULIÁ, S. (dir.): op. cit., pp. 106-107.
17
Ibidem pp. 108-114.
44
18
GONZÁLEZ CALLEJA, E.: “El Estado ante la violencia” en JULIÁ, S. (dir.): op.
cit., p. 368.
45
19
BALLLBÉ, M.: Orden público y militarismo en la España constitucional (1812-
1983). Madrid, Alianza, 1985, p. 279.
20
GONZÁLEZ CALLEJA, E.: “El Estado ante la violencia” en JULIÁ, S. (dir.): op.
cit., p. 382.
46
21
BALLBÉ, M.: op. cit., p. 335.
22
ESPINOSA, F.: La justicia de Queipo. Violencia selectiva y terror fascista en la
II División en 1936: Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz. Barcelona,
Crítica, 2006, p. 270.
23
La Ley de Orden Público de 1933 era una continuación de la Ley de Defensa de la
República de 1931 y encerraba importantes peligros para el Estado de Derecho y la
democracia republicana. Sectores de la izquierda republicana así lo destacaron en su
debate parlamentario. Eduardo Ortega y Gasset advirtió del peligro que encerraba la
ley, por la imprecisión de los conceptos que se volverían contra ellos (republicanos y
socialistas). “Creo que esta ley debiera ser considerada, reflexionada y meditada. Por
el contrario, vamos a ella de una manera improvisada, de una manera temeraria,
ofreciendo un instrumento de tortura en el porvenir a los elementos de reacción que
un día puedan triunfar”. Y para Balbontín no significaba más que un cambio de
nombre y pensaba que el estado de alarma o prevención previsto “será poco menos
que perpetuo. Los preceptos señalados aquí para regular el estado de alarma son los
que vienen rigiendo desde que se implantó la República”. La evolución posterior les
dió la razón. Cit. por BALLBÉ, M., op. cit., p. 359.
47
24
Tomamos esta expresión de un artículo de la historiadora aragonesa Ángela
Cenarro titulado “Muerte y subordinación en la España franquista: el imperio de la
violencia como base del “Nuevo Estado”.
48
25
GONZÁLEZ CALLEJA, E.: “El Estado ante la violencia” en JULIÁ, S.: op. cit.,
p. 393
26
ARÓSTEGUI, J.: “La oposición al franquismo. Represión y violencia política” en
TUSELL, J., ALTED, A. y MATEOS, A.: La oposición al régimen de Franco.
Madrid, UNED, 1990, tomo I, vol 2, pp. 244-248.
49
27
BALLBÉ, M.: op. cit., p. 415.
28
REIG TAPIA, A.: Violencia y terror. Madrid, Akal, 1990, p. 108.
50
29
ESPINOSA, F. en CASANOVA, J., ESPINOSA, F., MIR, C. y MORENO
GÓMEZ, F.: op. cit., p. 55.
30
CENARRO LAGUNAS, A.: “Muerte y subordinación en la España franquista: el
imperio de la violencia como base del “Nuevo Estado”, Historia Social, nº 30, 1998,
p. 13.
31
GONZÁLEZ CALLEJA, E.: “El Estado ante la violencia” en JULIÁ, S.: op. cit.,
p. 392.
51
32
CENARRO LAGUNAS, A.: op. cit., pp. 14-15.
33
CENARRO LAGUNAS, A.: op. cit., p. 16.
52
34
ARÓSTEGUI, SÁNCHEZ, J., “La oposición al franquismo. Represión y violencia
política” en TUSELL, J., ALTED, A. y MATEOS, A.: op. cit., pp. 235-256.
35
ESPINOSA MAESTRE, F.: La columna de la muerte. El avance del ejército
franquista de Sevilla a Badajoz. Barcelona, Crítica, 2003, p. 251. Así es, tomemos la
región, provincia o localidad que tomemos. Si tomamos Andalucía como ha
demostrado Espinosa la represión es independiente del curso de la guerra y de la
represión que se ejercía en la otra zona de la misma región. Si tomamos Galicia
ocurre lo mismo (el ejemplo de Orense es paradigmático) y si tomamos Castilla, la
cosa es aún más evidente, pues por no haber no hubo ni resistencia significativa a la
sublevación, siendo aún más escandaloso, si es que podemos hacer una gradación
del terror practicado, los asesinatos y los simulacros judiciales que fueron los
procedimientos sumarísimos. Existía, por tanto, un plan de exterminio, que de este
modo convierte la represión en genocidio, definido en el DRAE como “exterminio o
eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, religión o de
política”. En el caso de la represión franquista xisten todos los elementos de la
defincición: exterminio, sistematización, grupo social y motivos políticos.
53
36
CASANOVA, J. en CASANOVA, J., ESPINOSA, F., MIR, C. y MORENO
GÓMEZ, F.: op. cit., p. 44.
54
37
MIR CUCÓ, C.: “Violencia política, coacción legal y oposición interior” en
SÁNCHEZ RECIO, G. (ed.): El primer franquismo (1936-1959), Ayer, nº 33, 1999,
p. 123.
38
CANO BUESO, J.: La política judicial del régimen de Franco (1936-1945).
Madrid, Centro de Publicaciones, Secretaría General Técnica, Ministerio de Justicia,
1985.
55
39
Fue anulado por el Decreto de competencia de la Presidencia del Gobierno de 7 de
abril de 1948.
40
MIR CUCÓ, C.: “Violencia política, coacción legal y oposición interior” en
SÁNCHEZ RECIO, G. (ed.): op. cit., p. 128
41
MIR CUCÓ, C.: “Violencia política, coacción legal y oposición interior” en
SÁNCHEZ RECIO, G. (ed.): op. cit., pp. 131-132.
56
42
MIR CUCÓ, C.: “Violencia política, coacción legal y oposición interior” en
SÁNCHEZ RECIO, G. (ed.): op. cit., pp. 134-136; y GONZÁLEZ CALLEJA, E.:
“El Estado ante la violencia” en JULIÁ, S.: op. cit., pp. 394-395.
43
MIR CUCÓ, C.: “Violencia política, coacción legal y oposición interior” en
SÁNCHEZ RECIO, G. (ed.): op. cit., p. 137.
57
44
MIR CUCÓ, C.: “Violencia política, coacción legal y oposición interior” en
SÁNCHEZ RECIO, G. (ed.): op. cit., p. 138. Es muy expresivo el lenguaje que se
utiliza en informes, testimonios, pliegos de cargos y descargos, etc. La amenaza, la
sensación de derrota y el rechazo social (el miedo en definitiva) llevan a utilizar y
asumir el lenguaje de la represión, que claramente criminalizaba cualquier acción o
pensamiento no aceptado por las autoridades sublevadas. Todavía hoy, gran parte de
este lenguaje sigue vigente, siendo utilizado convenientemente por los herederos
sociológicos e ideológicos de los sublevados, pero también por gran parte de los
herederos ideológicos y genéticos de los represaliados. Es decir, se han asumido las
categorías de los franquistas en el lenguaje y pensamiento por gran parte de la
población. Piénsese sólo en palabras de uso bastante común como “apolíticos”, la
aplicación del concepto de “extremista” (incluso “extremista peligroso” o “rojo”) a
cualquiera que disienta de cualquier rueda de molino con que nos quieran hacer
comulgar, expresiones del tipo “no te metas en política”, “yo sólo me dedico a mi
trabajo”, “yo no creo en la política” (como si fuera una profesión de fe), el ver
natural los cortes de tráfico y enormes molestias que producen procesiones y
desfiles, mientras se mira de reojo y con desconfianza una manifestación o
concentración de izquierdas, etc. La lista sería tan larga que deberíamos escribir otro
artículo sobre esta cuestión: el lenguaje y las actitudes sociales heredadas de la
dictadura franquista.
58
V. Conclusiones y reflexiones.
Arte y Poder
5 " 4" 7
1
El País. 20 de agosto de 2006. pág. 13.
61
Es verdad que,
en buena medida,
cada uno de
nosotros es
responsable de
su ubicación en
el mundo a
través de las
pequeñas
elecciones que
llevamos a cabo
y otras de mayor
calado, sin
olvidar la
influencia que las condiciones exteriores puedan tener en nuestras
decisiones. Por ello, la aceptación de estar al lado del poder, de
cualquier poder, pero en especial del totalitario y excluyente, y no
solo de callar ante sus atrocidades, sino también al tratar de
magnificar sus dudosos logros, es una opción moral y política que,
en el caso de estos tres artistas referidos les hace deudores como
individuos y también como representantes y justificadores de una
determinada moral pública. En tanto que individuos su deuda no es
mayor ni más pequeña que la de cualquier otro de los miles de
ciudadanos anónimos que aprobaron, animaron o volvieron la vista
hacia otro lado cuando se trataba de sostener el modus operandi del
régimen; Speer llegó a ser ministro de armamento, por lo que su
compromiso es aún más acentuado que el de los otros.
62
2
J. D. GARCÍA BACCA advierte en la audacia una doble intencionalidad: se es
audaz contra algo establecido; se es audaz a favor de algo nuevo a establecer.
Sentirse audaz es sentirse estar siendo órgano de novedad, de originalidad, de
espontaneidad. Osado contra toda clase de límites.
3
RAMOS CENTENO, V. “Sobre la necesidad de leer a Bloch”. ANTHROPOS,
Revista de documentación científica de la cultura, Barcelona, 1993, 146/147. Pag.
95.
64
4
LANCEROS, P. “Arte y sentido: asimultaneidad”. ANTHROPOS, Revista de
documentación científica de la cultura.146/147. Barcelona, 1993, pag. 111.
5
El arte aparece definido en la filosofía de Bloch como experimentum crucis del
sentido y laboratorio de la utopía.
6
JIMÉNEZ, J. “E. Bloch: teoría de la pre-apariencia estética”. ANTHROPOS,
1993, pag. 74. ( Bolch, 1959, Vol. 1, XXIV).
65
7
ECO, U. “Cinco escritos morales”. Ed. LUMEN S.A. Barcelona 2000, pag. 43.
8
Übermensch es el calificativo con el que Hitler se designa a sí mismo. Con
frecuencia se ha asimilado al superhombre nietzscheano, aunque no parece que
tenga el mismo significado. Para Nietzsche se trata del hombre capaz de controlar
sus impulsos y canalizar esa energía con fines creativos.
66
9
Eco, U. “Cinco escritos morales”. Págs. 47-56.
67
10
José Luis Sampedro, en su obra “Los mongoles en Bagdad” (Ed,. DESTINO,
Barcelona, 2003) compara la destrucción de la ciudad por los mongoles en la edad
media con la destrucción llevada a cabo por los americanos en nuestro siglo. Los
mongoles, afirma, son guerreros combatiendo contra otros guerreros bajo usos
comunes y el espíritu medieval. En contraposición, los invasores actuales han ido
incumpliendo todos los valores de la época, con el único objetivo de la dominación
económica apoyada por su poderío militar. El dinero es la medida de las cosas, no ya
la justicia, la moral, lo sagrado…
71
11
DE BONO, E. “El pensamiento paralelo”. Ed. PAIDOS. Barcelona 1995, pag,
85.
72
I. El concepto “ideología”
“Todo ocurre como si las sociedades humanas no
pudieran subsistir sin estas formaciones específicas,
estos sistemas de representaciones (en diferentes
niveles) que son las ideologías”
L. Althusser
2
HABERMAS, Jürgen: Conocimiento e interés (trad. Cast. ed. taurus, 1982)
3
MARX, Karl y ENGELS, F.: La ideología alemana 1, A (“la ideología en
general y la ideología alemana en particular”).
75
4
MARX, Karl: Contribuciones a la crítica de la economía política. Prólogo. En ese
mismo Prólogo se hallan otras líneas claves para entender en qué consiste el
materialismo como perspectiva filosófica superadora del idealismo: “El conjunto de
las relaciones de producción constituye la estructura de la sociedad, o sea, la base
sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política, y a la cual
corresponden formas determinadas de la conciencia social. El modo de producción
de la vida material condiciona, en general, el proceso social, político y espiritual de
la vida”. En La Ideología alemana, Marx también esclarece el punto de vista
materialista: “Se puede diferenciar a los hombres de los animales por su conciencia,
por la religión o por lo que se quiera. Por su parte, ellos comienzan a diferenciarse
de los animales desde el momento en que empiezan a producir sus medios de
subsistencia, operación que está condicionada por su organización corporal. Al
producir sus medios de subsistencia, los hombres producen indirectamente su vida
material misma. La manera como los hombres producen sus medios de subsistencia
depende en primer lugar de la naturaleza de los medios de subsistencia que
encuentran a mano y que tienen que reproducir. Esta manera de producir no hay
que considerarla simplemente desde el punto de vista de que es la reproducción de
la existencia física de los individuos. Es, más bien, ya una especie determinada de la
actividad de esos individuos, una manera determinada de manifestar su vida, una
manera de vivir determinada de esos individuos. Lo que ellos son coincide, pues,
con su producción, tanto por lo que producen como por la manera como lo
producen. Por lo tanto, lo que son los individuos depende de las condiciones
materiales de la producción”
76
5
ALTHUSSER, L.: Marxismo y humanismo. Se trata de un artículo «Marxisme et
Humanisme » (1963) publicado en Cahiers de l'Institut de Science Economique
Appliquée 20. En castellano, se puede encontrar en la obra colectiva: Polémica sobre
marxismo y humanismo, México, ed. Siglo XXI. 1968
77
6
ALTHUSSER, Louis. Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Freud y Lacan,
(trad. Cast. ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 1988)
7
Althusser, ibidem, 1988
8
HABERMAS, Jürgen: Ciencia y Técnica como ideología (trad. Cast.ed. tecnos,
1984).
78
9
HABERMAS, ibidem, 1984
10
“La política es el Arte de construir lo común entre hombres que nada tienen en
común, Arte de vivir juntos hombres diferentes, Arte de entenderse y soportarse sin
necesidad de estimarse” (BERMUDO, J. M. Filosofía Política, vol. I; ed. Serbal,
2001, pg. 20)
11
BERMUDO, J. M. Filosofía Política, vol. I (ed. Serbal, 2001)
79
13
Se emplaza al lector al próximo apartado para aclarar qué entendemos por
humanismo. Por razones de efectividad en el razonamiento no es posible detenerse
aquí en el comentario de un enunciado que, recuérdese, actúa de premisa en este
apartado.
14
Un universo, por otra parte, reducido a mensura: “El hombre es la medida de
todas las cosas, de las que son, en tanto que son, y de las que no son, en tanto que
no son”, decía Protágoras.
15
SPINOZA, Baruch: Ética, parte I, apéndice
82
16
SPINOZA, Baruch: Tratado Teológico-Político, cap. XVI
17
DUQUE, Félix: Contra el humanismo (ed. Abada, Madrid, 2003, pg. 57)
18
Dice Kant: “por medio de este yo, o él, o ello (la cosa), que piensa no se
representa más que un sujeto trascendental de los pensamientos = x, que sólo es
conocido a través de los pensamientos que constituyen sus predicados y del que
nunca podemos tener el mínimo concepto por separado […] la proposición yo
pienso tan sólo es tomada aquí como problemática, no como conteniendo la
percepción de una existencia (el cartesiano cogito ergo sum), sino según su mera
posibilidad, con el fin de ver qué propiedades derivan de esta proposición tan
83
simple con respecto a su sujeto (exista éste o no)” (Crítica de la razón pura, A346-
A347; trad. Cast. ed. Alfaguara, 1997, a cargo de Pedro Ribas)
19
Duque, 2003, pg. 75
20
“los atributos más preciados del hombre son derivados por Kant a partir de sus
carencias, no de su prepotencia” (Duque, 2003, 73)
21
En la filosofía de Kant, la “psicología racional” o “psicología pura” hace
referencia a la doctrina racional del alma, la cual debería ser una ciencia
independiente de toda experiencia, pero que, como tal, no es posible llevar a cabo,
pues el yo pienso, objeto de la psicología racional, no es una cosa en sí misma, una
sustancia, sino la unidad lógica de las representaciones (véase KANT: Crítica de la
razón pura, B400-B401, A342-A343)
84
22
“no hace falta en efecto esperar a Sartre para constatar que el hombre no puede
dejar de ser libre, ni puede querer ser libre o no serlo. Recuérdese que Kant no se
pregunta por lo que se pueda hacer, sino por lo que yo deba hacer” (Duque, 2003,
72)
23
BERMUDO, J.M. Filosofía Política, vol. III: “Asaltos a la razón política” (ed.
Serbal, 2001)
85
24
AGAMBEM, Giorgio: Lo abierto. El hombre y el animal (trad. Cast. Ed. Pre-
textos, 2005)
87
25
Parte de la actualidad bibliográfica sobre este tema –Víctor Gómez Pin: El
hombre, un animal singular y Giorgio Agambem: Lo abierto. El hombre y el
animal- rescatan la máxima aristotélica -que, en su día, ya explotaran
filosóficamente Marx (en La ideología alemana), Bergson (en La evolución
creadora), Sartre, Gadamer y, más recientemente, Edgar Morin y José Antonio
Marina-. Decía Aristóteles: “la razón por la que el hombre es un animal político en
mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es algo evidente. La
Naturaleza, en efecto, según hemos dicho, no hace nada sin un fin determinado; y el
hombre es el único entre los animales que posee la palabra. La simple voz, es
verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás
animales - ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener
sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a
los otros - ; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por
consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del
hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la
percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades
morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y
una ciudad-estado” (Política, I, 1). Constataba Marx: “El lenguaje es la conciencia
real, práctica, que existe también para otros hombres. Sostenía Bergson: “El
lenguaje [...] proporciona a la conciencia un cuerpo inmaterial en el que
encarnarse”. Afirmaba Sartre en El ser y la Nada: “El surgimiento del otro frente a
mí como mirada hace aflorar el lenguaje como condición de mi ser […] el lenguaje
es nuestro cuerpo […] estamos en el lenguaje como en nuestro cuerpo”. Acentúa
Gadamer en Verdad y Método: “El lenguaje no es sólo una de las dotaciones de que
está pertrechado el hombre tal como está en el mundo, sino que en él se basa y se
representa el que los hombres simplemente tengan mundo. (...) Y esta existencia del
mundo está constituida lingüísticamente”. Reafirma Morin: “el lenguaje, aparecido
en el curso de la hominización, está en el núcleo de toda cultura y de toda sociedad
humana, y las lenguas de todas las culturas, incluso de las más arcaicas, son de la
misma estructura […] el lenguaje es el disco giratorio esencial entre lo biológico, lo
humano, lo cultural, lo social. El lenguaje es una parte de la totalidad humana, pero
la totalidad humana se encuentra contenida en el lenguaje” (El Método V, 2004).
Finalmente, concluye Marina en La selva del lenguaje: “El lenguaje es, pues, la
mejor herramienta de progreso de la que dispone el ser humano. Porque el lenguaje
es la estructura vital necesaria para comenzar a desandar el camino de la
naturaleza, es decir, para enfrentarse autónomamente al medio con la fuerza y
seguridad que da la acumulación evolutiva del proceso de hominización y
88
27
El concepto physis, tal y como lo recoge Aristóteles en su Metafísica, tenía, para
los presocráticos, estos sentidos: a) Origen material de todas las cosas; b) Principio
de ordenamiento de las cosas o estructura de las mismas; c) Proceso de generación
(y corrupción); d) Totalidad de lo que existe
90
28
GONZÁLEZ QUIRÓS, José Luis: El porvenir de la razón en la era digital, (ed.
Síntesis, 1999, pg. 88).
29
“La naturaleza humana es el modo de ser de los humanes. ¿Qué es un ser
humano, qué es un humán? La respuesta puede empezar por la ontología. La
distinción ontológica más clásica y elemental es la distinción entre lo que
Aristóteles llamaba ousía (sustancia, entidad, cosa, que es en sí misma, y las
propiedades, accidentes y relaciones de las cosas, que no son en sí mismas, sino en
las cosas en las que se dan […] A su vez, Aristóteles distinguía entre lo que llamaba
prote ousía (sustancia primera, entidad en sentido primario), es decir, la cosa
concreta, real, física, singular, histórica, situada en el espaciotiempo, y lo que
llamaba déutera ousía (sustancia segunda o entidad en sentido secundario), es
decir, el concepto, la esencia, el tipo, la abstracción, el ente de razón […] Los que
lamentan la presunta cosificación del hombre no saben de qué están hablando.
Decir de algo o de alguien que es una cosa, lejos de ser un insulto, es un piropo
ontológico. La alternativa a ser una cosa es ser un mero accidente, o una
abstracción, o una ficción. Desde un punto de vista ontológico, lo más que se puede
ser es una cosa, una sustancia, una entidad en sentido primario” (MOSTERÍN,
Jesús: La naturaleza humana; ed. Espasa-calpe, 2006, pg. 43-54)
91
30
DUQUE, Félix: Filosofía de la técnica de la naturaleza (ed. Tecnos, 1986,
pg. 25-6)
31
KANT: Crítica de la razón pura, A492-A494
92
32
ORTEGA Y GASSET, José: Qué es filosofía, lección IX (en O.C. y Revista de
Occidente, 1957, y ed. Espasa-calpe, 1984)
93
33
“La evolución ha tendido de facto a ese animal singular que es el hombre, pero
tal hecho no parece que se halle determinado ni por un demiurgo (que operaría
como causa eficiente) ni por un conceptos (que constituiría la causa final). La
evolución nos ha conducido a este estado en que parecemos ser reflejo del mundo
[…] nada garantiza un progreso lineal y ni siquiera un progreso […] En la
hipótesis que acabamos de considerar, hablar de naturaleza humana sería casi un
sarcasmo. Casi el mismo sarcasmo en que consiste hablar de tiempo y espacio, una
vez que éstos han sido presentados como dependientes del campo y de la materia”
(GÓMEZ PIN, Víctor: El hombre, un animal singular; ed. Esfera de los libros,
2005, pg. 29)
96
34
“la psicología social… exige ahora del individuo que triture y aplaste sus
pulsiones internas, su animalidad primitiva: su pasado natural, en suma, en nombre
de la sociedad civil. Esta trituración tiene ahora, ya, su nombre apropiado:
ingeniería humana… el artificio, el mundo técnico, deviene planetario, y ni siquiera
parece que pueda hablarse de mundo artificial, porque la naturaleza ya no se o-
pone: simplemente se dispone y compone ante el ingenio humano…” (DUQUE,
Félix: 1986, pg. 13)
35
Duque, 1986, pg. 14
36
Duque, 1986, pg. 16
97
37
ARENDT, Hannah: La condición humana (trad. Cast. Ed. Paidós, 1993, pg. 24-5)
98
38
Arendt: ibidem, 1993, 24
99
39
“no hay línea de demarcación entre Naturaleza y Cultura, sino una diferencia de
perspectiva de un mismo plexo de referencias: el proceso cultural atiende a la
reproducción de saberes, esto es, a la difusión de reglas sociales y conocimientos
prácticos normalizados; el proceso natural atiende a la invención de saberes, esto
es, a la redistribución del flujo energético en el devenir de la comunidad” (Duque,
ibidem, 1986, pg. 27).
40
GÓMEZ PIN, Víctor: El hombre, un animal singular (ed. Esfera de los libros,
2005, pg. 26)
100
41
Resulta posible ensayar un existencialismo humanista, pero resulta de todo punto
imposible afirmar un humanismo existencialista. Sartre, en una pirueta gratuita y, sin
duda, políticamente integradora, sostenía que existían dos tipos de existencialismo:
el existencialismo cristiano y el existencialismo ateo. Escribía Sartre en El
101
45
SARTRE, Jean-Paul: El ser y la nada (trad. Cast. ed. Alianza, 1989)
46
FOUCAULT, Michel: las palabras y las cosas (trad. Cast. ed. Siglo XXI, 1993)
104
47
Decía Cervantes que es más dichoso el camino que la posada.
48
Duque, 2003, pg. 12
106
49
Será justamente este rasgo esencial el punto crucial de la problemática del
humanismo. Dice Duque: “El rasgo fundamental del humanismo, lo que él dice ser,
es a la vez lo que constituye su problema, a saber: el autorreferencialismo” (2003,
pg. 60)
50
SALGADO GONZÁLEZ, Sebastián: “De la vida a la vivencia: historiar el
abismo entre la materia y la acción” (en Duererías, Revista de Filosofía, nº 5, mayo
2005, Zamora)
107
51
El cristianismo habría de quedar inmediatamente fuera de
la lista de humanismos simplemente por asentarse como
fundamentalismo religioso. Desde este punto de vista, el cristianismo,
como todo fundamentalismo religioso, no sería un modo de
humanismo (humanismo cristiano) sino un antihumanismo, pues el
fundamentalismo religioso sí alude a una instancia superior de
valoración, pero esa no es el hombre sino Dios. Y, de esa forma, el
cristianismo no estaría ateniéndose al principio de
autorreferencialidad, el cual resulta básico para la afirmación del
humanismo. Sin embargo, el cristianismo, para troquelarse en
humanista se mixtifica: por un lado, se presenta, al menos en
occidente, como atributo moral del capitalismo financiero; por otro
lado, “cristologiza” la teología: hace de Cristo El Hombre, El
Verdadero, el Logos de la Humanidad, El Redentor. En definitiva,
diviniza al hombre por la vía de convertir a un hombre en Dios. Eso
es Cristo. Y todos somos en Cristo. De nuevo es El Hombre (Cristo)
el centro normativo del universo; otra vez hemos regresado al
antropocentrismo –pilar del humanismo- casi sin darnos cuenta. Pero
esta operación no es gratuita. Exige de todos los hombres: sacrificio,
abnegación y abstracción52. Exige de todos servicialidad. Exige que
todos nos convirtamos en útiles del Hombre, quien es ya Dios.
51
El propio Félix Duque habla de la ambigüedad del “humanismo cristiano”
señalando que “algunas instituciones han levantado la bandera del humanismo
cristiano: una extraña combinación, ya que no parece que la religión cristiana (en
cualquiera de sus confesiones) pueda aceptar el punto básico del humanismo: la
autorreferencialidad (es decir, que el hombre no reconozca otra unidad de medida
que él mismo” (Contra el humanismo, ed. Abada, 2003, pg. 40)
52
Duque, 2003, pg. 45
108
53
“hiperhumanismo” . Goethe, según Duque, es el claro ejemplo del
hiperhumanismo o humanismo heroico: despreciado el hombre
común, sólo queda agarrarse firmemente a la tabla de salvación que
representa el héroe, el Hombre Verdadero:
“este humanismo heroico, de clara raigambre estoica (a saber:
que sólo quien sabe controlarse a sí mismo es digno de ser llamado hombre,
y de ser elevado sobre sus conciudadanos) se halla ejemplarmente recogido
en el poema Los misterios, donde se muestran las dos fuerzas enfrentadas
(la Naturaleza interna y el Mundo externo) que impulsan fatídicamente a
los hombres, casi como marionetas, excepto en el caso del Individuo
señalado, capaz de resistir impertérrito –convirtiéndose él mismo en centro
del combate- los golpes de la fortuna”54.
De esta forma, el hiperhumanismo o humanismo heroico
concentra en un solo hombre la fuerza y la esencia de la entera
humanidad. Pero es un hombre más allá, es, como diría después
Nietzsche, un superombre: “no en vano –comenta Duque- para
Nietzsche, Goethe será, junto con Napoleón, el modelo consumado
de hombre superior y, por tanto, digno precursor del Übermensch”55.
53
Duque, 2003, pg. 79-80
54
Duque, 2003, pg. 80
55
Duque, 2003, pg. 82
56
SALGADO GONZÁLEZ, Sebastián: “De la vida a la vivencia: historiar el
abismo entre la materia y la acción” (en Duererías, Revista de Filosofía, nº 5, mayo
2005, Zamora; pg. 6-36; especialmente el apartado “El Existencialista” pg. 25-26)
109
57
BERMUDO, J. M.: Filosofía política, vol. III (ed. Serbal, 2005)
110
58
Mucho sentido común es lo que ponen Jesús Mosterín y Víctor Gómez Pin, en sus
respectivas obras (La naturaleza humana y El hombre, un animal singular) a la hora
de analizar la situación onto-antropo-bio-lógica en la que se debate la condición
humana.
59
OCKHAM, Guillermo de: Comentario al libro de las sentencias, libro II, cuestión
VI; en BAC, Vol. II)
111
& <+ 6
1
CARR. E. H., ¿Qué es historia?, Barcelona: Ariel, 1983, p.40.
113
2
FONTANA, J., La historia después del fin de la historia, Barcelona: Editorial
Crítica, 1992, p. 146.
114
3
SACRISTÁN. Manuel, “La relación entre la sociedad y la naturaleza en la filosofía
de las Ciencias Sociales”, en Revista: mientras tanto, nº 10.
115
4
FONTANA, J., ob. cit., p. 144.
116
5
CARR, E.H., ¿Qué es la historia?, Barcelona: Ariel, 1983, p. 40.
117
6
CRUZ, M., Filosofía de la Historia, Barcelona: Piados, 1991, p. 18.
7
Téngase en cuenta, entre otras, la gran “práctica del olvido” que después de la
Guerra Civil de 1936 ha supuesto en España el silencio obligado en tiempos de la
llamada Transición Democrática respecto de las reivindicaciones que actualmente se
han recogido de una forma bastante débil en la llamada Ley de la Memoria
Histórica.
118
8
Véase para esto nuestro artículo sobre el modelo actual, RAMOS DE LA TORRE,
Luis, “Desde la vigencia de una Sociedad Anestesiada hacia la necesidad de una
Sociedad Decente”, en Duererías, Revista de Filosofía, nº 1, Zamora, mayo de
2.003.
119
aquellos conceptos que tienen que ver con la Historia vista desde el
presente; a saber, la necesidad de lentitud (tardo)9 , el movimiento
(ligero), la multiplicidad (vario), la eternidad y la memoria (viejo y
viajero), y la necesidad de igualdad para todos en los asuntos
referidos a la memoria y al olvido (el pobre y caballero / robo como
gran corsario).
9
Recuérdese la importancia del fenómeno cultural y social que se está creando en la
actualidad con el modelo de vida social basado en la levedad y la lentitud en las
llamadas ciudades slow.
120
10
Debo aclarar que utilizo opción porque por fortuna el desastre ecológico, o la
guerra nuclear, o al debacle económica de los países del llamado Tercer Mundo, no
son un destino, sino una opción tomada la mayoría de las veces por los poderes
agentes y generadores de los determinismos y los “futuros”, nunca por los pacientes,
es decir, la gente común.
121
búsqueda y la abolición de las causas del Mal puede ser cosa larga,
y breve el tiempo disponible”11.
Esta opción pragmática nos permite la participación día a día,
presente a presente, en tales modelos en los que cabe decantarse por
una línea de acción social, sobre todo en las ONGs y el pacifismo, o
por una línea de acción política (ecologismo y pacifismo).
Personalmente pienso que la acción social y, más concretamente, –
como recordaba el profesor Fontana– la acción educativa es la forma
que más cercana me parece y más llama mi atención, sin olvidar su
relación intrínseca con las otras acciones mencionadas, pues no
podemos olvidar que lo político lo impregna todo, desde el mundo de
la economía y la cultura, hasta los supuestos entretenimientos y
diversiones de cualquier sujeto, pero aquí la referencia política la
establecemos respecto de la “acción política” dentro de lo que
supone la pertenencia a un partido político o a una asociación
ecologista y /o pacifista (grupos verdes..), y al tipo de debate que esta
línea de acción genera.
Tampoco podemos olvidarnos que el modelo de muchas ONGs
tiene por lógica mucho que ver con la “acción política” como tal,
pues la mayoría de ellas dependen de las subvenciones establecidas a
través de muchos de los grupos de “acción política”. De este tipo de
organizaciones personalmente prefiero las que se autofinancian, pues
creo que para poder reflexionar, en principio, sobre la historia y la
sociedad, y así poder criticar el presente, en definitiva, para poder
construir la memoria participando, hay que comenzar –desde la
aceptación de la razón común que debe caracterizar a nuestro
contexto– siendo preferentemente no dependientes y no
gubernamentales, no nos suceda que por empezar hipotecados “el
camino que se hace al andar”, acabemos desde el origen con el
camino hecho, como creo que les está sucediendo ya a gran número
de la paradójicas y contradictorias ONGs subvencionables, aunque
algunas veces se miren, bajo nuestro punto de vista, como
instituciones que pueden generar puestos de trabajo, pero eso es
producto de la acción sindical que, como se sabe y en la práctica, es
una clase más de la “acción política” de algunos partidos.
11
SACRISTÁN. M., “El fundamentalismo y los movimientos por la paz”, en
Revista mientras tanto, nº 22.
122
12
Recuérdese la importancia que para esto tiene el libro de Manuel Cruz,
Narratividad: la nueva síntesis, Barcelona: Península, 1986.
125
13
TUGENDHAT, Ernst, “Racionalidad y moral en el movimiento por la paz.
Formas de pacifismo”, en Revista “mientras tanto”, nº 27.
126
Llegados aquí es lógico que sobre todo esto tomemos una postura,
así, entendiendo con el autor que “quienes se integran en los
movimientos por la paz han de reflexionar acerca de cual de entre
estas posiciones pretenden y pueden convertirse en mayoría”, diré
que mi postura tiene que ver con la acción y la participación desde la
protesta, pero la protesta crítica y activa contra lo que en realidad
está ocurriendo. Aquí no cabe esa gradación moral de que si
inocentes o no inocentes, si la disuasión o el desarme, si defenderse o
atacar. Hemos avanzado ya que en este campo minado como es el de
la ideología de las guerras y sus industrias ya “nada es inocente” o,
como recuerda Raymond Williams (citado por Sacristán en el
127
14
THOMPSON, E. P., “Protesta y sobrevive”, en Revista “mientras tanto”, nº 5 y 6.
129
De todo esto que hemos visto podemos decir que el hecho de que
la Historia se repita parece que genera un proceso al que es
necesario, y valga la redundancia, “hacerle un proceso” y en él
revisar las causas de lo acontecido, esto es, la presencia de lo pasado,
a fin de enjuiciarlo y realizar propuestas de no repetición; estamos,
pues, frente al tan sabido “conocer la historia para no repetirla”,
pues aunque sea un argumento de Perogrullo, aquí hemos venido
comentando sobre la necesidad de actuar y participar en el presente
de forma crítica y resistente con el fin de modificar este proceso
15
Recuérdese, al igual que sucediese con la llamada Guerra del Golfo, que se trata
de conflictos armados en los que hemos podido observar la mayor visión de muerte
en forma de espectáculo de instantes muertos jamás contemplados, pues todo estaba
preparado y planificado debidamente.
130
16
GARCÍA CALVO, A., “Tras el fin de la Historia” en Contra el Tiempo, Zamora:
Lucina, 1993, p. 303.
Platón sin “-ismo”: la belleza como guía hacia el bien, la
verdad y la justicia
H0 > 7 ); )7 )
Presentación
Los conceptos de belleza y Eros nos servirán en este artículo
para recuperar el pensamiento del hombre Platón frente al
platonismo dogmático como ideología anquilosada y deformadora de
la realidad.
La idea básica de la filosofía de Platón es caminar hacia la
construcción de la justicia en la polis. Esto se logrará cuando se
consiga establecer lo mejor, el Bien. Para ello es necesario el
conocimiento, la filosofía entendida en sentido etimológico, como
amor a la sabiduría; y este amor, como dice el propio Platón, es
deseo de algo que no se tiene. La belleza, perfección ideal, será,
entonces el polo de atracción que provoque ese deseo. Por tanto, la
filosofía es búsqueda de esa sabiduría que el ser humano no posee; y
la vida del filósofo debemos entenderla como camino a la búsqueda
de la verdad. Para ello disponemos de la formación dialéctica que
durará prácticamente toda la vida. El deseo de belleza (el Eros) es la
fuerza que nos impulsa a actuar a los seres humanos para poder
laborar hacia la búsqueda de esa belleza ideal que se identifica con el
bien, la verdad y la justicia
Pero en el mundo terrenal existen muchas posibles
interpretaciones del Eros, del amor (precisamente de este tema se
ocupa el diálogo "El banquete"). Del mismo modo, existen, también,
muchas tipos distintos de belleza. El filósofo, Sócrates en este caso,
es el que consigue avanzar más en esa búsqueda o investigación de la
belleza más auténtica.
Tenemos un tema similar en "Fedro": distintas
interpretaciones o puntos de vista sobre el enamoramiento, el amor,
la búsqueda de la belleza. Se investiga hasta qué punto poetas y
retóricos utilizan el lenguaje adecuadamente a la búsqueda de esa
belleza ideal, la más auténtica. Esta actitud se contrapone a la de los
sofistas para los que termina dando todo igual.
"Si hay algo por lo que vale la pena vivir es por contemplar
la belleza", dice Sócrates en “El Banquete”. Esta belleza es la que
135
1. “El banquete”
En primer lugar, debemos destacar que al comienzo del
diálogo, en la escena inicial, se señala ya lo que significa filosofar:
"Antes daba vueltas de un sitio para otro al azar y, pese a creer que
hacía algo importante, era más desgraciado que cualquier otro, no
menos que tú ahora, qué piensas que es necesario hacer todo menos
filosofar" 1 . "Por lo demás, cuando hago yo mismo discursos
filosóficos o cuando se los oigo a otros, aparte de creer que sacó
provecho, también yo disfruto enormemente" 2 . Así pues podemos
destacar dos cualidades fundamentales del filosofar: el obtener
disfrute y provecho, la unión de la belleza y el bien; es decir, nos
ayuda a ser menos desgraciados, por tanto, más felices.
Para conseguir este objetivo, resulta fundamental el saber
gobernar de la mejor manera posible nuestro Eros, nuestro impulso
vital; y para ello resulta imprescindible conocer previamente cuál es
su naturaleza. Y de eso precisamente tratará este diálogo (y también
"Fedro"). Al investigar la naturaleza del Eros se plantea como tema
central sus relaciones con la belleza. Este es un tema muy
complicado sobre el que existe una gran diversidad de opiniones; y
así se plantean distintos puntos de vista que es lo que representan los
correspondientes discursos de “El banquete”. Para conseguir
penetrar en este difícil tema de lo que es el amor y sus relaciones con
la belleza es necesario filosofar, es decir, dialogar a la búsqueda
constante de la verdad; una búsqueda que no tiene fin, en la que se
están proponiendo cosas que se replantearán nuevamente en un
momento posterior. Esto es la dialéctica, que es lo que practica
Sócrates, quien ha aprendido lo más profundo que conoce sobre el
amor en su conversación con Diótima, pero que sigue investigando,
dialogando con todo el mundo. Los diferentes discursos del diálogo
son una ejemplificación de esa investigación, de esa búsqueda
marcada por la superación dialéctica; así cada uno de los discursos
va completando y complementando a los anteriores.
Por tanto, el tema de la belleza se plantea al hilo de sus
relaciones con el amor. La belleza es el polo de atracción que mueve
a ese impulso creador del Eros. "Por esta razón, cuando lo que tiene
1
PLATÓN: Banquete 173a (trad. Cast. Ed. Gredos, Madrid, 2000, a cargo de M.
Martínez Hernández)
2
Banquete 173 c
137
3
Banquete 206 d
4
Banquete 178 b
5
Banquete 178 c -179 a.
6
Banquete 179 c
7
Banquete 181 a-b.
138
8
Banquete 183 d.
9
Banquete 185 a-b
10
Banquete 186 a
139
11
Banquete 187 b.
12
Banquete 187c-d.
13
Banquete 187 d
14
Banquete 189 c
140
15
HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Fco. Javier: “La función del filósofo en Platón” (en
“Duererías, Revista de Filosofía”, nº 1, mayo, 2003, Zamora)
16
Banquete 189 d
17
Banquete 192 e
18
Banquete 193 a-d
19
Banquete 195 a
20
Banquete 195 c
21
Banquete 196 c
141
22
Banquete 197 a-b
23
Esta misma idea aparece en un momento clave de La República, en la conclusión,
y justamente en el último párrafo: “convencidos de que nuestra alma es inmortal y
capaz por su naturaleza de todos los bienes como de todos los males…” (República,
pg. 303)
142
24
Banquete 189 c-d
25
Banquete 201 c
26
Banquete 204 a
27
Banquete 201 a-c
143
de unos y otros llena el espacio entre ambos, de suerte que el todo queda
unido consigo mismo como un continuo" 28 . "Estos "daimones" son
numerosos y de todas clases, y uno de ellos es también Eros"29.
Resulta claro, pues, que el Eros es una fuerza de la
naturaleza, una fuerza cósmica, capaz de integrar y de armonizar; y
que se manifiesta igualmente en el hombre en forma de impulsos o
pulsiones, que diría Freud. Resulta significativa en este sentido la
referencia a los sueños que viene a continuación: "Es a través de este
"daimon" como se produce todo contacto y diálogo entre dioses y
hombres, tanto si están despiertos como si están durmiendo"30. Y
todavía se concluye la aclaración a este respecto estableciendo los
dos polos de la relación erótica: Eros como el polo activo, el impulso
vital; el otro polo, el pasivo, es la belleza, el objeto de atracción
erótica: "Tú creíste, según me parece deducirlo de lo que dices, que
Eros era lo amado y no lo que ama. Por esta razón, me imagino, que
parecía Eros totalmente bello pues lo que es susceptible de ser
amado es también lo verdaderamente bello, delicado, perfecto y
digno de ser tenido por dichoso, mientras que lo que ama tiene un
carácter diferente, tal como yo lo describí"31.
Queda claro, entonces, la relación entre la belleza y Eros: la
belleza pertenece al mundo de las ideas mientras que Eros es la
fuerza cósmica que mueve el mundo persiguiendo la belleza. Así
pues, la belleza es lo amado, el polo de atracción que puede mover al
ser humano. No es necesario un sentido del deber con sacrificio
personal en aras de la humanidad para obrar correctamente, sino que
es una posibilidad que está incardinada dentro de nuestras pulsiones.
La moral consistirá, entonces, en guiar sabiamente nuestras
pulsiones. De ahí, la necesidad de erotizar nuestra vida cotidiana32,
para sentirnos impulsados a la contemplación de la belleza, la mayor
perfección, donde –como ya hemos señalado- se unen la verdad, la
justicia y el bien. Y esa es la función de Eros para los hombres:
28
Banquete 202 d
29
Banquete 203 b
30
Banquete 203 a
31
Banquete 204 b-c
32
Recuérdese que para Platón y Aristóteles, moral significaba costumbre adquirida
por hábito y que se desarrolla en la vida cotidiana.
144
"El que ama las cosas bellas... el que ama las cosas buenas...
desea que lleguen a ser suyas"33. "Por la posesión de las cosas buenas, en
efecto, los felices son felices, y ya no hay necesidad de añadir la pregunta
de por qué quiere ser feliz el que quiere serlo, sino que la respuesta parece
que tiene su fin"... "El fin último de todos los seres humanos, lo que es
común a todos los hombres y que todos quieren poseer siempre es lo que es
bueno"34.
Así, el hombre, al perseguir lo bueno, está buscando su
felicidad. De nuevo Platón aquí está haciendo antropología: el
hombre, al poseer un Eros, una pulsión hacia la belleza, tiene la
posibilidad de dirigirla a la búsqueda de la felicidad, si esa pulsión
erótica es adecuadamente conducida hacia la belleza auténtica y
verdadera, la que se da en las cosas justas y buenas.
Pero lo que ahora resulta asombroso es que con la palabra
amor nos referimos a muchas cosas diferentes, existen muchos tipos
de amores y de bellezas del mismo modo que existen muchos tipos
de creaciones y de creadores: "así ocurre también con el amor...
unos se dedican a él de muchas y diversas maneras"35. Por tanto,
debemos precisar avanzando la investigación y aclarar así que "el
amor es, en resumen, el deseo de poseer siempre el bien. Y este
deseo, como todo deseo, provoca un impulso a una acción especial:
"una procreación en la belleza, tanto según el cuerpo como según el
alma"36.
La belleza resulta ser, entonces, el polo de atracción que
mueve al impulso creador: "Por esta razón, cuando lo que tiene impulso
creador se acerca a lo bello, se vuelve propicio y se derrama contento,
procrea y engendra; pero cuando se acerca a lo feo, ceñudo y afligido se
contrae en sí mismo, se aparta, se encoge y no engendra, sino que retiene el
fruto de su fecundidad y lo soporta penosamente"37.
El Eros es también el impulso vital que busca permanecer en
el ser38, la inmortalidad; por eso, es un impulso creador, generador. Y
33
Banquete 204 c-e
34
Banquete 205 a
35
Banquete 205 d
36
Banquete 206 b
37
Banquete 206 d
38
En este punto resulta cuanto menos sorprendente la similitud de Spinoza con
Platón. Podemos relacionar el Eros de Platón con el Conatus de Spinoza: obsérvese
que en ambos el deseo ha de ser conducido racionalmente con el fin de alcanzar la
felicidad, la cual consiste en la sabiduría (amor dei intelectualis, que decía Spinoza).
145
39
Banquete 208e-209 a
40
Banquete 209 a
41
Banquete 212 a
146
42
Banquete 212 b
43
Banquete 216 e
44
Banquete 218 d-219 a
147
2. “Fedro”
En esta obra se trata, de nuevo, el tema del amor en un
"locus amoenus". La belleza es la base y el motor de este diálogo:
por un lado, Sócrates está deseoso de conocer el bello discurso de
Lisias sobre el amor; por otro lado, Fedro conduce a Sócrates a un
lugar muy bello en el que va a discurrir la conversación. La
investigación filosófica resulta así placentera, y es el Eros el que nos
impulsa a ella.
45
PLATÓN: Fedro 237 d-238 a (trad. Cast. Ed. Gredos, 2000, Madrid)
46
Fedro 238 c-d
149
47
Fedro 239 c
48
Fedro 241 b
49
Fedro 241 c-d
150
pero trata de ser fiel a sus creencias, y, por ello, tratará de que estas
formas artísticas bellas, sensibles, sean utilizadas como camino o
impulso hacia las formas superiores de belleza, las intelectuales, el
conocimiento de lo verdadero por encima de las puras apariencias
sensibles. Este es el veredicto de Platón sobre el arte (retórica,
poesía...): su belleza sensible (la plasmación sensible de la idea en
términos hegelianos) debe servir para conseguir elevarnos hacia la
belleza interior, la del conocimiento, la auténtica belleza o belleza en
sí, que coincide con la verdad y el bien. Utiliza el recurso retórico de
los discursos contrapuestos, pero con la finalidad de destruir el "todo
vale" o "todo es igual" en el que habían caído la mayoría de los
sofistas. Platón, por el contrario, utiliza los recursos retóricos con la
finalidad de búsqueda de la verdad y del bien; se trata de un proyecto
de búsqueda constante, que consiste en integrar las distintas visiones
y perspectivas. De ahí, la práctica del diálogo, que supone también
un reconocimiento a la labor de los sofistas en lo que tiene de
búsqueda de la sabiduría. Pero, además, este discurso contrapuesto
no es solamente un simple decir lo contrario, sino un completar y
complementar dialécticamente lo que es el amor, pues ya se había
establecido antes que existen distintos tipos de amor y de amantes.
Así, junto a los amantes que "por minucias arman grandes
discusiones, y que son celosos y perniciosos para aquellos que
aman", existen también "alguien noble, de ánimo sereno, que
estuviera enamorado de otro como él" 50 ... "Porque resulta que a
través de esa demencia, que, por cierto, es un don de los dioses, nos
llegan grandes bienes"51... "tanto más bello es según el testimonio de
los antiguos la manía que la sensatez, pues una nos la envían los
dioses, y la otra es cosa de los hombres"52.... "Aquel, pues, que sin la
locura de las musas acude a las puertas de la poesía, persuadido de
que, como por arte, va a hacerse un verdadero poeta, lo será
imperfecto, y la obra que sea capaz de crear estando en su sano
juicio, quedará eclipsada por la de los inspirados y posesos. Todas
estas cosas y muchas más te puedo contar sobre las bellas obras de
los que se han hecho "maniáticos" en manos de los dioses"53.
50
Fedro 243 c
51
Fedro 244 a
52
Fedro 244 d
53
Fedro 245 a-b
151
El amor es, pues, una locura, una posesión, pero que, ahora,
es capaz de crear las obras más bellas y sublimes. Es algo superior a
lo humano, a lo racional, pues viene de los dioses (Ahora lo
llamamos la “inspiración del genio”). La belleza ideal, divina, es la
que puede provocar esa locura y ese entusiasmo en los humanos, y
hacerles capaces de crear unas obras de una belleza semejante. Las
obras humanas, racionales, quedan eclipsadas ante estas fuerzas
sobrenaturales, a las que podríamos considerar como causantes de las
intuiciones (así la intuición sería una inspiración divina que desborda
la pura comprensión racional del logos).
Y la cuestión que se plantea entonces es cómo distinguir y
conseguir controlar esta locura de amor para dirigirlo a las obras más
bellas y no hacia las miserias humanas. Para resolver esta cuestión
hay que seguir filosofando, investigando sobre la naturaleza humana;
en este caso, sobre lo más profundo del hombre, su alma. Pero sobre
este tema el saber exacto supera las capacidades humanas, es propio
de dioses; a los hombres sólo les es posible aproximarse a ese saber
por comparación, a través de mitos: "Cómo es el alma, requeriría
toda una larga y divina explicación; pero decir a qué se parece, es
ya asunto humano y, por supuesto, más breve"54.
Para el conocimiento del alma el saber racional y preciso no
basta, no puede llegar hasta esas alturas, según Platón (o
profundidades, según Freud); debemos, por tanto, echar mano de la
intuición, tratar de recibir esa locura divina: "Prueba, que, por cierto,
no se la creerán los muy sutiles, pero sí los sabios. Conviene, pues,
en primer lugar, que intuyamos la verdad sobre la naturaleza divina
y humana del alma, viendo qué es lo que siente y qué es lo que
hace"55.
Destaquemos en este fragmento cómo la sabiduría es más
que la pura erudición, pues tiene también algo de “don” o
“inspiración divina”, del mismo modo que la inspiración artística.
Para penetrar dentro de las profundidades del ser humano56, de su
alma, dice Platón, no se puede utilizar el lenguaje racional, de la
sensatez; por tanto, se debe recurrir a mitos para tratar de captar lo
divino, lo no expresable por el logos humano. Estas son las
54
Fedro 246 a
55
Fedro 245 c
56
Freud lo llamaría el inconsciente
152
aclaraciones que hace para hablarnos del mundo de los dioses, del
alma inmortal, del mundo de las ideas al que, tal vez, debiéramos
entenderlo de forma metafórica. "Y lo divino es bello, sabio, bueno y
otras cosas por el estilo"57... "Donde precisamente los carros de los
dioses, con el suave balanceo de sus firmes riendas, avanzan
fácilmente, pero a los otros les cuesta trabajo. Porque el caballo
entreverado de maldad gravita y tira hacia la tierra, forzando al
auriga que no lo haya domesticado con esmero. Allí se encuentra el
alma con su dura y fatigosa prueba"58.
Este mundo ideal es el mundo de los dioses; pero a los
hombres nos resulta duro y difícil llegar hasta él, pues "el caballo
entreverado de maldad", es decir, nuestras pulsiones negativas, que
se ven atraídas por la belleza negativa, si no han sido
convenientemente educadas, nos alejan de él. Pero con esfuerzo lo
podemos conseguir.
A diferencia de los dioses que viven tranquilamente en esas
regiones, las almas humanas deben luchar esforzadamente consigo
mismas, contra sus pulsiones negativas, para ascender hacia esas
regiones celestes, ideales; pero muy frecuentemente se pierden y no
son capaces, especialmente al obedecer a sus pulsiones negativas (al
caballo malo), intentando ser unos más que otros. No es la lucha
contra los demás el medio de ascender, sino la lucha consigo mismo
para potenciar lo bueno y reprimir lo malvado:
"Las hay (almas) que, deseosas todas de las alturas, siguen
adelante, pero no lo consiguen y acaban sumergiéndose en ese movimiento
que las arrastra, pateándose y amontonándose, al intentar ser unas más
que otras. Confusión, pues, y porfías y supremas fatigas donde, por torpeza
de los aurigas, se quedan muchas renqueantes, y a otras muchas se les
parten muchas alas"59.
Es preciso llegar a la verdad, a la auténtica sabiduría, pues
allí se encuentra el pasto adecuado para la mejor parte del alma. Sin
conocimiento alimentaremos nuestros malos instintos, y caeremos a
tierra. Por el contrario, para el alma noble “Es de ley que tal alma no
se implante en ninguna naturaleza animal, en la primera generación,
sino que sea la que más ha visto la que llegué a los genes de un
57
Fedro 246 e
58
Fedro 247 b
59
Fedro 248 a-b
153
varón que habrá de ser amigo del saber, de la belleza o de las Musas
tal vez, y del amor”60.
60
Fedro 248 d
61
Según Aristóteles, la amistad suprema es la de los que están unidos en la búsqueda
de la verdad
62
Fedro 250 d- 251 a
154
63
Fedro 252 d
64
Fedro 253 a
65
Fedro 253 b-c
155
seres humanos al respecto. Queda claro, pues, que esto es sólo una
esquematización para tratar de referirnos aproximadamente a los
múltiples Eros o impulsos que se ven atraídos por los múltiples tipos
de belleza o disfrute correspondientes66.
Por tanto, en el hombre conviven los impulsos positivos,
divinos, con los negativos; el hombre puede ser bueno o malo, y, por
eso, es precisa la educación, el ser guiado con mano firme por el
auriga, por la parte racional, para dominar estos impulsos negativos y
potenciar los positivos. "Pero cuando el mal caballo ha tenido que
soportar muchas veces lo mismo, y se le acaba la indocilidad,
humillado, se acopla, al fin, a la prudencia del auriga, y ante la
visión del bello amado, se siente morir de miedo. Y ocurre, entonces,
que el alma del amante, reverente y temerosa, sigue al amado"67. En
esta cita parece que Platón les habla a los actuales psicopedagogos
sobre la necesidad de “reprimir los malos impulsos”.
Es entonces cuando ya pueden entregarse a su amor y
disfrutar de él: "Y, una vez que le ha dejado acercarse, y aceptado su
conversación y compañía, la benevolencia del amante, vista de cerca,
conturba al amado que se da cuenta de que todos los otros juntos, amigos y
familiares, no le pueden ofrecer parcela alguna de amistad como la del
amigo entusiasta… Así el manantial de la belleza vuelve al bello muchacho,
a través de los ojos, camino natural hacia el alma que, al recibirlo, se
enciende y riega los orificios de las alas, e impulsa la salida de las plumas
y llena, a su vez, de amor el alma del amado"68
Al final de este discurso nos encontramos con una magnífica
conclusión y aclaración del ideal que se trata de alcanzar:
"De esta manera, si vence la parte mejor de la mente, que conduce
a una vida ordenada y a la filosofía, transcurre la existencia en felicidad y
concordia, dueños de sí mismos, llenos de mesura, subyugando lo que
engendra la maldad en el alma, y dejando en libertad a aquello en lo que lo
excelente habita."69
La parte mejor de nosotros mismos, el Eros positivo, es el
que nos puede conducir a la filosofía, a la sabiduría, a buscar el lugar
66
En La República tenemos otra esquematización por aproximación cuando se habla
de tres partes del alma (racional, irascible y concupiscible). Por eso resulta
conveniente no tomar al pie de la letra todo lo que Platón dice cuando habla en
forma de mitos. Tal vez el “mundo de las ideas” no sea más que otro mito.
67
Fedro 254 e
68
Fedro 255 b-c
69
Fedro 256 a-b
156
70
Leyes 689 (trad. Cast. Ed. Gredos, Madrid, 1999)
157
71
Fedro 258 d.
72
Fedro 258 e
159
73
Fedro 259 e
74
Fedro 260 a
75
Fedro 260 c
76
Fedro 260 d
77
Fedro 261 b
160
82
Fedro 270 c
83
Fedro 270 d
84
Fedro 274 a.
85
Fedro 276 c.
86
"Porque el desconocer, a todas horas, lo justo y lo injusto, lo malo y lo bueno no
puede por menos de ser, en verdad, algo totalmente reprobable, por mucho que toda
la gente se lo alabe" (Fedro 277 d-e)
87
Fedro 278 a.
162
3. “La República”
Si anteriormente, en Banquete y Fedro, se planteaba la
identidad entre ética y estética, entre el bien y la belleza, ahora en la
República se plantea la identidad entre ética y política, entre el bien y
la justicia. Si anteriormente se había planteado la antropología, ahora
se sacan las consecuencias pertinentes para la política. La misma
armonía que debía reinar en el interior del individuo, esa misma debe
reinar también en el interior de la sociedad. La belleza y el bien
consisten en esa armonía entre las partes y el todo:
88
Fedro 276 e-277 a.
89
Fedro 278 d-e
90
Fedro 279 b-c.
163
91
La República 443e (trad. Cast. ed. Espasa-calpe, Madrid, 1984, pag. 146)
92
La República 444c-d, pág 147
93
La República 400e, pág. 108
94
La República 402d, pag 110
95
La República 401c-d, Pág 109
164
96
La República 377c, pág 87
97
La República 391e, Pág 100
98
La República 395d, pág 103-4
165
99
La República 604d-605b, pág. 287-8
Metafísica del río. Tres perspectivas filosóficas y una
propuesta didáctica a partir del río como metáfora de
invitación al pensamiento
5 :
Un manantial de pensamiento
más pérdida de tiempo a ver las posibles relaciones que puede haber
entre el río y la vida.
El río y la vida
El río y la muerte
El mar es “lo otro” del río, algo desconocido para el agua que mana
en la montaña, y sobre lo cual no existe una certeza plena. El mar es,
en el rumor de las aguas que corren, la duda, el anhelo, la certeza, la
ilusión o la negación, en todo caso la incertidumbre ante lo que ha de
venir y no se conoce. Si el río sólo fuera el agua que lo conduce, si su
muerte es la fusión con el mar, la muerte es sólo una transformación,
un cambio, tal y como han afirmado diversas religiones y filosofías.
En su entrega al mar, el agua deja de ser río, pero no desaparece por
completo. Encuentra una nueva existencia con nuevas compañías y
circunstancias. La idea de la inmortalidad del alma, la continuidad de
cierta forma de conciencia después de la muerte puede concretarse en
esta desembocadura vital y personal por la que todos, tanto los ríos
como nosotros mismos, hemos de pasar más tarde o más temprano.
La muerte humana está anticipada en otras muchas muertes que la
naturaleza nos presenta. Nuestra reflexión al respecto y la forma de
enfocar la pregunta de todas las preguntas puede descubrir ecos,
imágenes y metáforas en la misma naturaleza que nos impone desde
el mismo momento de nuestro nacimiento, una fecha de caducidad.
Pero también el río puede servirnos para visiones menos
amables (¿y más realistas?) de la muerte. Quizás fuera muy optimista
el poeta al identificar la desembocadura con la muerte. A fin de
cuentas, nuestras vidas, como las de los ríos, están plagadas de
desembocaduras personales, capítulos que se cierran, momentos de
renovación y de emprender nuevas etapas. Y no hace falta decir que
todas estas desembocaduras no implican nuestra muerte física.
Pensando desde el siglo XXI, en el que el progreso (sin entrar a
discutir qué pueda significar esta enigmática palabra) va de la mano
con el deterioro del medio, cualquier poeta hubiera imaginado una
muerte bien distinta para cualquiera de nuestros ríos. Qué dulce la
muerte del mar comparada con la que ahora podemos comprobar en
nuestros paisajes: no hay río más muerto que un río seco. El cauce
inerte es el esqueleto de lo que un día fue agua viva, corriente,
alegre. La sequía del río implica su aniquilación completa. El río
seco es el río que no volverá a desembocar jamás, que nunca más
mojará las riberas de los pueblos y ciudades. La muerte de la sequía
es una muerte sin esperanza, sin trascendencia. La sequía es la nada
del río, su disolución más absoluta. El río seco es un río muerto para
siempre, un cadáver al que sólo la lluvia o el deshielo, de una forma
175
El río y el tiempo
que nos rodea, y aborda una de las cuestiones que, antes o después,
todo ser humano se hace o se contesta a través de respuestas o
concepciones heredadas: ¿qué son las cosas? Vivir en el realismo
ingenuo o en las ideas que se van colando a través del mismo
lenguaje o de las más diversas creencias (desde ideologías políticas a
creencias de tipo religioso) no impide que la metafísica siga siendo,
como nos dijo Kant, un “anhelo de saber”. Algo no encaja cuando
aquel saber que todo el mundo anhela, ese saber al que el ser humano
tiende por naturaleza parezca cada vez más alejado de nuestra vida
cotidiana, y no sea fácil comprender ya no sus respuestas, sino sus
propias preguntas.
Con el fin de reducir esta distancia entre las preguntas
originales de la metafísica y nuestra mentalidad actual, solemos
comenzar aludiendo al problema del cambio. ¿Cómo no
aprovecharnos de la imagen del río para explicar este interrogante,
cuando el mismo Heráclito aludió a ella en una de sus pocas frases
que ha llegado hasta nuestros días? No debe olvidarse, a este
respecto, que se suele decir que con Heráclito y Parménides
comienza el llamado pensamiento metafísico. En el origen de la
metafísica, tratando de enfrentarse al problema del cambio, hay un
río, ese río que cambia y permanece a la vez, y que simboliza la
unidad de contrarios que caracteriza la filosofía heraclítea. La
metafísica, sus preguntas y sus respuestas, manan inicialmente de la
misma naturaleza, y el río es uno de los mejores ejemplos que
podemos tomar. Nadie se baña dos veces en el mismo río, por mucho
que el mismo río venga bañando nuestros pueblos y ciudades desde
hace siglos. El río con su movimiento y su permanencia lanza un
desafío a la mentalidad curiosa, a la mirada que se hace preguntas
sobre lo que le rodea. Saber si la realidad es puro cambio o no, o si
hay algo que se sustrae al mismo nos lleva, como bien sabemos, a
preguntarnos también otras cosas sobre nuestra forma de conocer.
Sólo “a simple vista” es verdadera la frase heraclítea. Si miramos con
otros ojos, los de la razón, pensamos que el río es el mismo, somos
capaces de ponerle un nombre, e incluso, si somos especialistas en
geografía o en ecología, sabemos que cada río es distinto de los
demás, y que existen características propias que los diferencian.
Cada río, a fin de cuentas, tiene su propia “identidad” y conocemos
multitud de variables que nos ayudan a “reconocerlos”, y estudiarlos,
182
Desembocadura filosófica
La Ideología Dominante
Crónica del
1º Encuentro sobre convivencia escolar
Salamanca, 9 de mayo de 2006
5 )&
Organización y asistentes
Identificando el problema
Política
El Ministerio anunció:
la formación de un profesor como coordinador de
convivencia en cada centro en un plazo de tres años,
la intención de que la nueva asignatura Educación
para la ciudadanía contribuya a resolver la
problemática,
la exigencia de planes de convivencia de centros, así
como de protocolos claros y
la lucha contra el fracaso escolar (dado que
estadísticamente está asociado a la conducta violenta)
La Consejería previó:
el nombramiento de un coordinador docente de
convivencia por centro y
de alumnos mediadores.
Psicología
Y los datos:
Docentes
Padres
Concluyendo
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1
Entre las insidiosas ocurrencias a que se aluden para aderezar la biografía de Kant
destaca aquella que menciona sus escasos viajes. Se dice que sólo salió una vez de
su ciudad natal, Königsberg, y fue para acercarse hasta una localidad vecina durante
un corto lapso de tiempo.
213
2
“la mujer tiene un sentimiento innato para todo lo bello, bonito y adornado […] El
bello sexo tiene tanta inteligencia como el masculino, pero es una inteligencia bella;
la nuestra ha de ser una inteligencia profunda, expresión de significado equivalente
a lo sublime […] El estudio trabajoso y la reflexión penosa, aunque una mujer fuese
lejos en ello, borran los méritos peculiares de su sexo, y si bien la rareza de estas
condiciones en su sexo las convierte en objeto de fría admiración, debilitan al
mismo tiempo los encantos que les otorgan su fuerte imperio sobre el sexo opuesto
[…] La virtud de la mujer es una virtud bella. La del sexo masculino debe ser una
virtud noble. Evitarán el mal no por injusto, sino por feo […] Nada de deber, nada
de necesidad, nada de obligación. A la mujer es insoportable toda orden y toda
construcción malhumorada. Hacen algo sólo porque les agrada y el arte consiste en
hacer que les agrade aquello que es bueno […] En la vida conyugal, la pareja unida
debe constituir como una sola persona moral, regida y animada por la inteligencia
del hombre y el gusto de la mujer” (KANT: Observaciones sobre el sentimiento de
lo bello y lo sublime, cap. III; trad. Cast. ed. Espasa-calpe, 1957)
3
“Los negros de África carecen por naturaleza de una sensibilidad que se eleve por
encima de lo insignificante. El señor Hume desafía a que se le presente un solo
ejemplo de que un negro haya mostrado talento, y afirma que entre los cientos de
millares de negros trasportados a tierras extrañas, y aunque muchos de ellos hayan
obtenido la libertad, no se ha encontrado uno solo que haya imaginado algo grande
en el arte, en la ciencia o en cualquiera otra cualidad honorable, mientras entre los
blancos se presenta frecuentemente el caso de los que, por sus condiciones
superiores, se levantan de un estado humilde y conquistan una reputación
ventajosa. Tan esencial es la diferencia entre estas dos razas humanas; parece tan
grande en las facultades espirituales como en el color” (Kant, ibidem, cap. IV)
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Comentando las palabras de Heidegger en Ser y Tiempo con las que matizaba la
característica fundamental, desde un punto de vista óntico, del Dasein, a saber, que
“a este ente le va en su ser este mismo ser”, es decir, que a la constitución del
Dasein pertenece el comprenderse con precisión desde sí mismo, Pablo Redondo
(“Filosofar desde el temple de ánimo”, pg. 53) matiza que la diferencia entre el
Dasein y los demás entes es que al primero, siendo, “le va su ser”. Con dicha
expresión jugamos aquí, en esta reseña, para notificar la capacidad del autor para
comprender y comunicar el pensamiento de Heidegger.
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232
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Uno termina
siendo todo
aquello que los
demás sienten y
piensan de uno
mismo.
*****
A toda prisa, no
mires atrás, corre
cuanto puedas,
desaparece...
*****
*****
#
233
*****
*****
Sí se gritar, pero
nadie me oye.
Nadie grita con
los ojos, en
silencio.
*****
*****
*****
#
234
Al aire:
¡qué las lleva el aire!
con la misma urdimbre y las mismas artes
que usasen hace dos generaciones:
¡escondite le dite
le dan ,dan, dan!,
los pescadores del África
senegalesa o mauritana,
están tejidas:
¡Un don-din
de la poli-politana!,
esas pobres y rudas escaleras.
#
235
II
Es algo irrevocable,
pero a pesar de estar vencidos:
¡a tapar la calle
que no pase nadie!,
los nietos de las almas más inquietas de África
todavía tienen, como todos nosotros,
sonrisas, inquietudes y deseos
y quieren subir poco a poco
los peces de sus sueños:
¡a la mar fui por naranjas
cosa que la mar no tiene,
vine todo mojadito
de olas que van y vienen!,
y el crudo mar de sus anhelos
al cielo de la libertad,
y poder trabajar y vivir sin problemas:
¡Qué dolor, qué dolor, qué
pena!,
al pisar el recio suelo de Europa.
#
236
#
237
III
Al aire:
¡que el aire las lleva!,
están tejidas hoy las escaleras
que se ataron en el suelo
y huelen todavía:
¡¿Hay casita que alquilar?
A otro lugar
qué ésta está ocupá!,
a las ramas del bosque
de la última huída:
¡al esconderite inglés
sin poner las manos
sin poner los pies!,
pero no huelen ya a la madera mojada
por el fuerte salitre:
¡a las olas extranjeras
viene un barco por alta mar,
con el ruido de las olas
no se puede balancear!,
que oliesen antes y aún recuerdan los nietos
de los pescadores subsaharianos:
¡Qué dolor, qué dolor, qué
pena!,
como algo proveniente
de la cruda verdad de las pateras.
IV
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