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ENRIQUE BACIGALUPO (Director Univer! Astana d Bareoce Sa de cree P/MP\ MULAN scaxciat rows INDICE SENTACION »L0GO 1. PARTE GENERAL INTRODUCCION AL PERECHO PENAL ECONOMICO Carlos Pextz pet VALL ‘ LA PROBLEMATICA CONSTITUCIONAL DE LAS LEYES PENA: LES EN BLANCO Y SU REPERCUSION EN EL DERECHO PENAL ECONOMICO. Enrique Baciaaturo FL SUJETO DEL DERECHO PENAL ECONOMICO Y LA RES PONSABILIDAD PENAL Y SANCIONATORIA DE LAS PERSO: \S JURIDICAS: DERECHO VIGENTE Y CONSIDERACIONES DIE LEGE FERENDA. Heatriz nn. Ganpara VALLE LAS CONSECUENCIAS ACCESORIAS APLICABLES A LAS PER: (NAS JURIDICAS EN EL CODIGO PENAL DE 1995 ilvina BACIGALUPO SAGGESE: LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ORGANOS DE LA EMPRESA M." Paz Baiista Gonzsuez, Cuno de Derecho penal econémico H. PARTE BL DELITO DE APROPIACION INDEBIDA ¥ LA ADMINISTRA CION DESLEAL DEL PATRIMONIO AJENO: ESTUDIO DE LOS ARTS. 252 A 254 DEL CODIGO PENAL os M.* Luisa SiLva Castaxo LOS DELITOS SOCIETARIOS EN EL NUEVO CODIGO PENAL... Enrique Bacicaturo, ESTAFA Y ENGANO POR OMISION Carlos Pénez vet. Vatie LAS INSOLVENCIAS PUNIBLES. Luis Beneyrez Mess ESTUDIO COMPARATIVO DEL DERECHO PENAL DE LOS ESTADOS, MIEMBROS DE LA UNION EUROPEA SOBRE LA REPRESION DEL RECICLAIE O BLANOUEO DE DINERO ILE CITAMENTE OBTENIDO... nen an Enrique BacicaLuro, EL DELITO FISCAL... Enrique BactoaLuro ‘Anexo al § 11. Casos sobre las cuestiones de prucba del delito fiscal LA PROTECCION PENAL EN MATERIA DE SUBVENCIONES .... ‘Manuel Jaby Vato DELITOS EN MATERIA DE ALIMENTOS Beatriz be LA GANbaka Vatt10 DELITOS RELATIVOS AL MERCADO Y A LOS CONSUMI- ORES. ss - = . Emilio Moro y Bravo DELITOS RELATIVOS A LA PROPIEDAD INDUSTRIAL. Luis Beneyrez Merino DELITOS CONTRA EL MEDIO AMBIENTE. Beatriz DELA Génpara VaLLe10 EL ABUSO DE INFORMACION PRIVILEGIADA Jacobo Lore Bawa ve Quino6s indice DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACION Y DERECHO PENAL ECONOMICO. Luis Beneyrez Merino LA UNIFICACION DEL DERECHO PENAL ECONOMICO EUROPEO Y EL CORPUS IURIS. EL CORPUS TURIS ¥ LA TRADICION DE LA CULTURA JURI- DICO-PENAL-EUROPEA vvnonsnmnsinn Enrique BacicaLuro EL CORPUS EUROPEO Y LA ARMONIZACION DEL DERECHO PROCESAL PENAL DE LA UNION EUROPEA m2. Enrique BacioaLuro ESTADO DE LA CUESTION DE LA PROTECCION DE LOS INTE RESES FINANCIEROS DE LA COMUNIDAD: PROGRESOS Y LAGUNAS. roe Enrique Bacicaturo, 6 Prion Yesid Reyes Alvarado (Colombia), Marcelo Sancinetti (Argentina), Claudia Lépez (Colombia), Eduardo Montcalegre Lynet (Colombia), Gustavo Brurcone CArgentina), Vera Lucia Da Silva (Brasil, Carlos Chinchilla (Costa Rica), ‘Henry Campos (El Salvador), entre otros. En este Seminario, por otra parte, se elaboraron y discutieron las tsis doc- torales, que te el honor de drigi, de Patricia Laurenzo Copello (actualraente einiiiea de Derecho Penal de la Universidad de La Laguna), Manuel Jaén Valle (actualmente Profesor tiudar de fa Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), Carlos Pérez del Valle (Profesor de la Universidad San Pablo) Beers cea Gandara Vallejo (Profesora de la misma Universidad), Marfa Luisa Siva Castano (Profesora de la misma Universidad), Emilio Moreno y Bravo y Paz Barista Gonsiles (Profesora de Derecho Penalen el Colegio Universitario Domin- {go de Soto, Segovia). El Seminario continud sus actividades en la Universidad San Pablo (crt) 4 partir de 1994 y es precisamente en esta mueva etapa en It que surgid la “nde reunir los trabajos de investigacién que ahora dan vida a este Curso tie Derecho Penal Econ6mico, El libro aparece precisamente cuando nuestro buen amigo y permanente animador de as discusiones del Sersinario, el Profesor D. Luts Beneytes, alcanza ta edad de jubilacion. Por tal motivo me hago eco “tel sentir de todos los compaiieros del Seminario de Derecho Penal y en su ‘rombre le expresamos al Profesor Beneytez nuestro reconocimiento y nuesird remninacién, ast como nuestro agradecimiento por su activa partcipacion en ai Seminario durante tantos aiios de reflexion conjuna, Sabemos todos que {a jubilacton no nos privaré de sus intligentes aportaciones y que continuarovins are fon lunes del ano el ructfero cambio de ideas que tanto nos ha enriquecido. ‘Deseo tenminar este prologo agradeciendo a todos cuantos toman parte en el Seminario de Derecho Penal por su dedicacién y su esfuerzo. Bs de esperar Gque obras como la presente nos proporcionen nuevos impulsos para comtinuar nuestro trabajo. Madrid, agosto de 1998. Catedrtico de ‘Magistrado del Tribunal Supremo L PARTE GENERAL §1. INTRODUCCION AL DERECHO PENAL ECONOMICO. CRIMINALIDAD ECONOMICA Y DERECHO PENAL ECONOMICO | Derecho penal econémico se define en relacién con un objeto ter politico-criminal: la prevencién de la criminalidad econémica. 1 criminatidad econémica constituye un fenémeno complejo que requiere ‘#1 eonocimiento de aspectos que no son juridico-penales en sentido estricto ', Hin exe sentido, el desarrollo de las sociedades modernas ha producido 0 s6lo una elevacién de la criminalidad tradicional frente a la propiedad ¥ ©! patrimonio (hurtos, robos, estafas), sino también una multiplicacién formas de delincuencia posibles. Desde un punto de vista criminolégico luo, por un lado, al aumento de ocasiones para delinquir en una sociedad \jwsleria, de tal modo que ciertas transformaciones sociales de una economia #4) expansion afectarian a un mayor némero de oportunidades. Por otra Juily, 09 indiscutible que el cambio de estructuras socioeconémicas implica jie li delineuencia econémica ha de desenvolverse a través de esas estruc- con ocasiones, esa estructura motiva nuevas formas de delin- 1 sentido, hoy se considera eriminalidad econ6mica ta eriminalidad ‘Syjyens, enfendida ésta como ta céluta esencial en la estructura y el Holle econdmicos, sin perjuicio de que con cardcter general existe una ‘HHeuliad # la hora de conseguir una clara delimitacin de lo que deben ‘SWelenalos delitos econsmicos sin una enumeracién > 1) slevnelin de ocasiones para delinquir puede observarse desde la 144 tle) objeto de los propios delitos como desde ta disminucién jweillon dle control que evitan ta existencia de! delito. Un ejemplo 1/91 Gino he encuentra en el aumento de bienes de consumo, que SWAN, La reform del Derecho penal econémico espaiol, Madr, 1980, tiie In opinion de Tarbesnns es Levene se Darvel penal ecominico, Barcelona, 1993, pp. 253 y 263 20 Cartas Peres det Vale eldelineuente puede querer para apropiarse de ellos o utilizarlos como medios para la adquisicion dle mereancias prohibidas, restringidas 0 de gran valor en mercaneias restringidas por intereses fiscales el tréfico de estas mercancias constituye una forma especifica de delineuencia (contrabando); en mereaneias prohibidas cuyo tratico produce grandes beneficios la delincuencia econé se encuentra basicamente relacionada con 1a ocultacién de la procedencia de los beneticios (lavado de capitales); en mercaneias de gran valor, aunque Jas personas con capacidad para sufragar los gastos de los abjetos se encuen- tran en posiciones de influencia econdmica, no existen particularidades dife- rentes de la delincuencia tradicional (por ejemplo: sustraccién de obras de arte). Un ejemplo del segundo caso se observa en la disminucién de control en zonas residenciales de sectores sociales de niveles bajos 0 medios de renta y proximas a grandes ciudades que, tras la incorporacién ereciente de la mujer al mundo de! trabajo, permanecen précticamente deshabitadas durante muchas horas al dia, lo que favorece la comisién de delitos tra- dicionales contra la propiedad que no son propiamente dlelitos econdmicos. No obstante, también constituye una elevacién de tas oportunidades para delinguir la promocién de actividades empresariales mediante ventajas cales 0 laborales, lo que implica que exista un néimero creciente de pequefias empresas cuya actividad se desenvuelve de tal forma que el incumplimiento de deberes de caracter fiscal, de control de produccién 0 de seguridad en el trabajo genera riesgos mayores de delincuenci Los cambios de la estructura socioeconémica generan en st mismos las ocasiones para delinquir. Por ejemplo: si no existiesen deberes de confianza de gestores 0 administradores de las empresas no podrian existir delitos fundados en la infraccién de esos deberes; del mismo modo, el establecimiento de controles 0 deberes en relacién con entes de caracter priblico implica la posibilidad de fraucles de subvenciones o delitos fiscales. 2. La situaci6n actual ha sido explicada con frecuencia desde la deno- minada teorfa criminolégica de la anomia (en este aspecto, también de la modemizacién) desarrollada por Mentos, segiin la cual existe una relacién lineal entre el proceso de modernizacién y los niveles de ctiminalidad. Encuentra su respaldo en la idea mantenida por Dunrkem, segtin la cual la industrializaciGn y la urbanizacién generan un aumento de criminalidad en raz6n de un grado superior de anomia y de despersonalizacién, de la Tuptura de vinculos sociales y de la integraciGn social reducida y de la deso- rientacién del individuo. Ei aumento global de las tasas de criminalidad (que afectaria, en los estadios avanzados de la modernizaci6n socioeconémica, al aumento de los delitos contra los bienes con una disminucién simulténen de los delitos contra las personas) estaria enmarcado en las variables de aislamiento social, desorganizacién social, ausencia de control social y anomia, En este dingulo es evidente que el problema de la criminalidad econémica $1. Invoduecién al Derecho penal econémico 2 no ¢s diferente del de la criminalidad en general, de modo que Ia propuesta de solucién se centra en el aumento de mecanismos de autocontrol * 3. Sin embargo, esta visién de Ia criminalidad econémica no es tota mente satisfactoria, El desarrollo de la sociedad posindustrial conduce a Jo que se ha denominado “sociedad de riesgos” como un nuevo paradigma ‘ Este modelo de sociedad se manifiesta en dos vertientes: por un lado, en los “riesgos de la modernizacién’” que delimitan los contornos de la “sociedad de riesgos” y que se precipitan como peligros irreversibles para las plantas, los animales y las personas’, y por otro, en el panorama que se presenta ‘cuando se sitta en el centro de atencién las contradicciones inmanentes centre la modernidad y la contramodemnidad en el plano de la sociedad indus- trial ®. Es evidente que, desde la perspectiva del Derecho penal, existe un interés especial en la vertiente que marean los “riesgos de la modernizacién”, y estos riesgos no implican una disminucién de peligros para las personas ‘aunque disminuya cl ntimero de delitos violentos, tal como se afirma sobre cl proceso de civilizacién 7, La explicacién de la criminalidad econémica desde |i perspectiva de la “sociedad de riesgos” permite afirmar su relacién con |i actividad econémica de las sociedades modernas y negar su reduccién Al mbito de los delitos contra los bienes. En ese sentido, por ejemplo, siminalidad econémica abarca Ambitos de los denominados “delitos contra lus personas” y de delitos de peligro (infracciones relativas al Derecho ali- {ontario o de medicamentos, medio ambiente, riesgos de los trabajadores) ie, de forma indirecta, estabilizan expectativas normativas sobre estos mis- Js intereses (vida, salud, integridad corporal, condiciones de vida) cuando 4 fwulizacion esté vinculada con comportamientos propios de la actividad feondimica y de ta empresa. 4. Fi ta consideracién de la criminalidad econémica no puede quedar Heluld lw influencia de ta planificacién econémica en un sistema de libre Wereado, aunque de ello no hay que extraer s6lo la consecuencia de un Hemienie do ln criminalidad. En efecto, es cierto que la burocratizacién del “ete ecoHOMICO estimula comportamientos delictivos en dos sentidos dife- } 8% por Un lado, mediante ta regulaciones de deberes econémicos respecto +) F tuo (ovui6n de impuestos, fraudes de subvenciones, infracciones pro- sie Ws economia “sumergida”); por otro, mediante la sancién de acti- ‘/fequlares en dmbitos de la actividad econémica en tos que se produce 0%, Citme ot économie qwvany, Editions du Conseil d "Europe, Estrasburgo, 1995, Shope Auf dem Weg in eine andere Moderne, Frankfurt a. M. 1986, p. 26; 1H el nb del Derecho pena, Prurz pe. Vat, P43 (1986), pp. 61s. FPG Hr eMlcneas en ta sociedad industrial Ta Topica” de la produceion en Ye Wen he producciin de ress, en la sociedad de respos se fv ie mse 18 De Fee de wes er Zivitation,Feankrt a, M1976 Carlow Péres del Valle una interveneién estatal (corrupeidn de funcionarios que tienen deberes rela- cionados con la interveneiGn econémica en la vida econémica). Sin embargo, también es evidente que la intervencidn estatal en la vida econémica repre- senta un sistema de control destinado a la proteccién del bien comin en evitacién de otros riesgos que la sociedad considera no soportables, de tal modo que es correcto pensar que el peligro de corrupeién del propio sistema de control no hace soportables los perjuicios que se derivarfan de su supresion. 2. APROXIMACION AL CONCEPTO DE DERECHO PENAL ECONOMICO, Las consideraciones precedentes permiten concluir que es incorrecta la apreciacién de que «la raiz del Derecho penal econémico se halla en cl fracaso de los esquemas basados en un ilimitado liberalismo econémico que, al hacer crisis en 1929, evidencié que el sistema de economia de mercado ja Ia presencia del Estado» *, La criminalidad econémica como crimi- nalidad de empresa afecta a la regulacién juridica de la produccién, dis- tribucién y consumo de bienes y servicios” en cuanto entrafia la actividad de la empresa como célula esencial en la actividad de caracter econémico, y ésta se puede presentar sin necesidad de la intervencién del Estado. La critica de que esta caracterizacién del Derecho penal econémico es vamente amplia y meramente descriptiva porque carece de In deter- wacién de un bien juridico protegido " no tiene en cuenta ka necesaria referencia politico-criminal a la criminalidad econ6mica: el esfuerzo para la contencién o la supresién de la criminalidad en el ambito de la vida econémica ', La relacién econémica en sentido estricto del comportamiento socialmente daioso no permite afirmar que una conducta ilicita se encuentra dentro del Smbito de estudio del Derecho penal econémico !?, No se trata, por tanto, de delimitar un sector de la Parte especial del Derecho penal con el factor comiin de proteccién de un interés que pueda ser abarcado en tinico concepto, sino del estudio de un sector de la criminalidad en el que concurren aspectos especiales que pueden justificar un tratamiento pre~ ventivo especifico. 6. Bn las reformas penales sobre esta materia —tanto en las que s6l0 eran proyectadas como cuando finalmente se ha llevado a efecto— el criterio * Banneno Saxros, La reforma penal va, Madrid, 1982, pp. 147-148, 9° Tivo Feasaner/Pentz MaxeawoiSuARr2 Gonzatez, Manual de Derecho penal-re (Delos pavimonials yecondmicos) 2 ed, Macid, 1993p. 565. Munoz ConDe, Hacta un Derecho penal econdmico ewopeo (Jomadas en onor de Tiedemann) Mahi, 195, p. 267, nota. Cir, sobre este concepto de politica eriminal, Nave, Simjiecu. Eine Einfaang, 5.* ey Frankfurt 1987, p. 00 © Oro, Jt1959, . 26. $1. Iniroduccién al Derecho penal econdmico 23 clasificatorio de designacién de un bien juridico o interés tutelado (“orden socioeconémico”, denominacién parcial del titulo xi) ha proporcionado un cierto grado de confusién a la hora de encontrar elementos propios de los delitos que quieren encuadrarse dentro del estudio del Derecho penal eco- némico, pues en ocasiones resulta preferible simplemente la designacién del objeto de ataque (“propiedad industrial”, arts, 273 y ss.) 0 incluso la cita del nombre del hecho punible concreto (“alteracién de precios en con- cursos y subastas piblicas”, art, 262 cr). En cualquier caso, «lo que en verdad agrupa u homologa los hechos punibles considerados en los estudios dogmiticos de Derecho penal econémico no es, en realidad, un concepto de bien juridico lesionado comin (cuya generalizacién para abarcar supuestos tan distantes como la restriccin de la libre competencia, la clusion de impues- tos, la estafa a instituciones crediticias y los juegos ilfcitos habria de ser tan _desmesurada que lo convertiria en un concepto de infima capacidad cexplicativa), sino un interés criminolégico plausible para agrupar cierto tipo de hechos punibles para su tratamiento dogmatica» 7. En esta direccién se aprecia una cierta inseguridad en la definicién ilo un concepto de Derecho penal econémico, en la medida que no puede hwblarse con la misma certeza de delitos econémicos como de delitos contra JW vida © Ia integridad fisica © de delitos sexuales ", y esta indefinicién se {wwnifiesta tanto desde una perspectiva empirica como normativa '*. Sin \burgo, es posible una aproximacién conceptual a través de la caracte- jin del delito econémico: son deltas econdmicos aquellos comportarni en las leyes que lesionan la confianza en el ord wile con Cardcter general 0 e_algina de sus instiuciones en particular y, JP luilo, pouen en peligro ta propia existencia y las formas de-actividad de He tden économico ". Por tanto, el Derecho penal econdmico en sentido estricto 0 ledicado al estudio de estos delitos y de las consecuencias juridicas que bes fever preven para sus autores, i Lint consideracién de la pena desde el émbito de la actividad eco: HHI HO invplica la asuncién de los errores de los que parte el anélisis ‘ommio del Derecho, en particular en su visién del Derecho penal *. lojle que el resultado no es la Gnica via de delimitacién de respon- onal en el dmbito econdmico y que no es correcta la defensa ‘yisidn de la pena que contemple exclusivamente el resarcimiento ws 0 de a Sociedad o los costes de su ejecucién. sir La reforma det Derecho ponal econdmico espaol, 7. “oss, La reforma del Derecho penal econdmico esa, p. HAAS. nis, Una oproxinacin af andliis econémico del Derecho, Granada, Carlos Pérez del Valle Por este motivo, debe encuadrarse adecuadamente el Derecho penal eco- némico en el marco del Derecho penal en general, y en ese sentido, no €s ajeno a las exigencias generales de Justicia y del bien comin. El Derecho penal debe mostrar a todos y cada uno de los miembros de la sociedad que los requerimientos de Ia ley son actuales (estin vigentes) y, de este modo, promover la confianza en esta vigencia de las normas juridicas ®. Esta funcidén, que permite afirmar la conexién entre el aseguramiento de la observancia de las normas juridicas a través de la amenaza legal de la pena y la restauracién del orden juridico quebrantado en su imposicién y cjecucién * tiene st fundamento en el mantenimiento del bien comin * 3. CRIMINALIDAD ECONOMICA, “DELINCUENCIA DE CUELLO. BLANCO" Y “CRIMINALIDAD DE LOS PODEROSOS” 9, La cercanfa existente entre la definicién de! Derecho penal econémico sobre la base de la criminalidad econémica y los estudios de criminologia © de sociologia criminal es evidente. En ese sentido, el ejemplo de la cri minalidad organizada resulta claramente ilustrativo: desde los primeros momentos la criminalidad econémica fue considerada como crimen orga- nizado, y es indiscutible que el desarrollo de la criminalidad organizada no es ajeno al de la criminalidad econémica. Sin embargo, tanto desde una perspectiva histérica como en una visién de la situaci6n en la actualidad existen claras diferencias entre un tratamiento criminolégico de la crimi- nalidad econ6mica y un estudio fundamentalmente normativo, que repercuten también en el objeto de estudio. 10. Fl origen del estudio de a criminalicad econémica en relacién con 1a denominada “, Jermadas- Tiedemann, pp. 441 $8. Carlos Pérez det Valle productos alimentarios ¢s también muy importante, por su Pt fopia naturaleza Y destino; c) la reduecion de costes de producci6n est vinculada a las expee- + errs de beneficios, especialmente en sistemas de produecion masiva: d) Por tao. resulta correcto no mantener wna expectativa de control en la evita lis datos por parte de las empresas dirigidas a la producci6n, y est control s6lo puede ser sustituido por el control sobre elementos que afeciat ‘al proceso de produceldn y, por tanto, a la reducei6n de sus costes, Mas detalladamente: te eooctade le oferta en el mercado de productos alimentarios con omision deren de los requisitos establecidos en Tas leyes o Feglamentos sobre © eidadl 0 composici6n (art, 363.1 cr) implica una sancién cuando se infrin- fe el deber de control que cortesponde a los propios fabricants 9 come 2 tes del producto; la defraudacion de expectativas se refiere a infracci6n Sanse deber y no ala evitacién del riesgo de lesion, porque el comportamic dev nrioag es el del eurmplimiento de ese debe, sin que no es posible organizar ese sector dle la vida econémica. LAS FUENTES DEL DERECHO PENAL ECONOMICO VLA CUESTION DE LAS SANCIONES ADMINISTRATIVAS. EN PARTICULAR: EL DERECHO PENAL ECONOMICO EUROPEO 19, En el Derecho comparado existen dos modelos de regulacién de los delitos econémicos que, aunque no se presentan con toda su Purezi sn ningan sistema, responden a diferentes modelos de codificacion: a) Por una parte, existe I posibitidad de tipifcar los delitos economies con Jarivter general como preceptos del Cédigo Penal, integrand capity!oy corscidos sustancialmente a la proteccidn de los intereses eeondmicos, Fe raeepodelo que se ha pretendido seguir en la legislacién espaiola, die incluye en el texto del cP-1995 tipos de un eardeter econdmico muy especifico, ince Geede. con los delitos societarios (arts. 290-297) 0 con los deliios {fe proteceisin del mercado ode los consumidores (arts. 278-285). Sin embargo, extrem también determinadas materias de cardcter econémico que s0n tr. Trane a través de leyes especiales, aunque tras la promulgacion del cr-1995 hhan quedado précticamente reducidas a la Ley Orgénica 12/1995, de 12 de ticicthbre, de represion del contrabanddo, que es una ley exclusivamente eit cictforia‘en la que se incluyen Tos delitos y las infracciones administsatvts Gevsontrabando, y la Ley de Régimen Juridico de Control de Cambios * {que es una ley de cardeter general que contiene en su capitulo 1 Ta regulacidiy de los denominados delitos monetarios. [Tay TOT, de 10 de iombr, moc por Ia Lay Ore 107983, de 16 de al y por a Ley 261988, de 29 de julio. § 1. Intreduccién al Derecho penal econdmico 33 b) Por otra parte, eabe una regulacién penal de las diferentes parcelas de los delitos econémicos a través de leyes especiales y, en particular, a través de leyes de regulaci6n de la esfera ccon6mica conereta con la indicacion de los tipos penales que constituyen delitos 0 infracciones administrativas ‘en relacion con la ley. Este modelo ha sido seguido frecuentemente en Ale- ‘ania, en relacién con ambitos muy especializados de la vida econdmica, tomo'en el caso de la Ley de Alimentos (Bic) 0 la Ley de Medicamentos sew), No obstante, dos leyes, denominadas de represion de la criminalidad eonémica, han creado nuevos tipos penales en paragrafos del Codigo Penal ‘cea como 10s relativos a la estafa informatica (§ 263a) o al empleo abusive de tarjetas de crédito ($ 2660). 20, Al modelo de regulacién del Derecho penal econdmico afecta deci- ivamente al modelo de sanciones administrativas en relaci6n con el desarrollo ‘ie la vida econémica. En ese sentido, en ciertos sectores de la doctrina cola se ha subrayado la necesidad de una regulacién unificada de las vivones administrativas en la regulacién juridica de la actividad econé- Nica" tal como sucede en otros paises europeos. En efecto, las experiencias {Ie lacy alemana de Contravenciones de 1968 (ow), de la Ley portuguess de ‘Contraordenagio” de 1982 y la Ley de “Modificacién del sistema penal” lo illite administrativos de 1981 en Italia han constituido un modelo de tificacién de sanciones administrativas caracterizado por su semejanza con \\ Parte General det Derecho penal (un modelo “parapenal”) *. Jin ose sentido, se considera que las sanciones administrativas presentan sori ventajas frente al Derecho penal convencional, Por un lado, se indica tye ta Administracién esté técnicamente capacitada para una répida tra- iiiqcidiy resolucién *, Por otra parte, se resalta que la sancién administrativa aony chert medida homogénea con la ilicitud, en la medida que puede sJo- tur dirceta (penas pecuniarias o confiscacién) o indirectamente (medidas Je \iuervencion o prohibicién de actividades) a los beneticios de la actividad H juanicn y que carece del caracter estigmatizante propio de las sanciones Jeiales, ademas de proporcionar beneficios si se acude a la sancién e6o, Wiica Sin embargo, pese a la eficacia de los principios de legalidad Aipabiliid cn este Ambito %, existe también una oposiciOn decidida frente Mpveaidn yeneral de la criminatidad econémica a través de las sanciones sJijyativa que mantiene la idoneidad de las sanciones penales al menos ‘Wj fepresidn de la delincuencia econémica grave - “Se wn, Bacionturo, Sanionesadministrativas, Madi, 1991, p-76. Ta ataitas, Paucno, «La sancion adminsrativa como medida moderna en ta uch SMM ennsimic, domadas-Tiedemann, pp 469 8 p48. foes, Fevctoncs 290. Shona Tiemann p ATS Hoesen aminiaraivas, pp. 19 s84 THDENANS, «Europlsches Gemeinschalts- nie 9p. 27-28 4 Carlos Pérez del Valle ten efecto, In inelusién de tipos penales para la sancion de ta criminalidad econdmica grave parece, en efecto, el sistema més adecuado. Sin embargo, Soto una selecciGn correcta de los comportamientos de ddeben quedar excluidos we tae sanciones penalesyy frente. los que se ha de ‘responder mediante sanciones a Mpsnativas que respondian a [as exigencias de [a Juste puede proporcionar respaldo de lgitimidad aun sistema que opte, Pa Ta regulacion de las sanciones rer ambito de Ja actividad econdmica, por la prevision de penas para los comportamientos mas graves y de sanciones administrativas para las: menos graves, En ese sentido, puede ser cuestionado #7 ‘mera diferencia de cvantia Sustfica una sancién penal que puede ser Prat de libertad, como sucede saa ao del delito fiscal (ar. 305 cr). y si as infraceione ide deberes de on eter sal 0 con certa similtud a tos deberes fecles deben ser castigados on penas (por ejemplo: delito fiscal del art. 305 defraudacion a la Seguridad sone del art, 307 cr 0 fraude de subvenciones de} ah 308 ce), o si resulta soi la provision de tipos penales para la. totalidad de los comportamientos Gque eonsttuyen infracciones de deberes propios de las sociedades, como sucede ae unos easos de 10s delits societarios, que se sanclonsn \inicamente con penas de multa (por ejemplo: art 293 *)- 21, Enel estudio del Derecho penal econémico resulta esencial la con- sideraci6n de la situacién europea actual y 18s pperspectivas de desarrollo seein Derecho penal europeo, pues en la genesis ide este siltimo ha de ae un Ta posbildad de unificacion en dmbitos proximos 2 a vida econ6mica de los Estados miembros de la Union Europea. a) Gertamente, es criterio dominante que 18 Comunidad Europea care- cia y carece de una competencia propia en ‘materia penal ®. Frente a cllo, i eaatenido que ia influencia positvay negative deh Derecho comunitario set aplicacion de las leyes penales de los Estados miembros presupone El ejercicio del ius puniendi y que este infivio hha de crecer si se tiene en Cuenta el contenido del Tratado de Ta Union Europea?, Sin perjuicio de fas modificaciones que implica el art. 280 Tere introducido por el Tratado de Amsterdam (§§ 20 a 22), estas wltimas ‘afirmaciones no pueden ser aceptadas: aa) Por un lado, el denominado efecto de “Jegislador positive” que se atrbuye a las Comunidades, tanto en casos de ‘asimilaci6n como de armo~ ‘Rizacién, es contradictorio. Si, como se mantienes cuando se utiliza la téen! arse gmilacion de normas comunitarias se renunct® & 1a legistaci6n propi para ejercer el ius puniendi a través de Jas Tegislaciones nacionales, y cuando Para ia 1a téenica de armonizacion se obliga a los Estados miembros a {que dicten sus propias disposiciones penales: se ‘demuestra que en el dmbito STrapeuns, 9001993, p23. ey ecOstntan es pues comunidades Barone 2 pp. 621s. Jomnadas-Tiedea $1. Inuroduccién al Derecho penal econdmico 35 de la Unién Bui : opea no hay una técnica distinta a i el mbito del Derecho penal internacional. eiida ak que sein cn En realidad, la cuestién es il | |, la cuestion es muy sencilla, En la m: Ps . 7 ayor ieee ‘se reconoce una eficacia de lex stricta anne que ext vinclad a newest de que ets igpesecan alate py a ia medida que esta legitimidad no puede ser ‘sumida por nga G i ‘ ringin 6rgano propio de la Comunidad, © wing d , el ius puniendi no puede ejercitarst 22. El desarrollo de nuevos modelos europeos d . le es see sca piers peso aa ie atho at proton de ks interetes de ln Comunkid Europea exten yx perpen de cristalizacion sufnteenio ndtn Clore ele els deente modelo: STs 9 len caios dela Combion de expres Bae oT isién de expertos Censor a Cope urs gue poste considerarse completo en la medida que contiene di oe Se general y de Parte capecil del Derecho penal santo ice: aonltnes dearer eae S, En este orden de Bernd Cons Turis no s6lo representa un modelo de Derecho a ai cron particular importancia en cuanto se refiere al Derecho , sino que supone un modelo de coordinacién que pretende superar las diferenci i i icias entre el Derecho continental y el Derecho inglés (§§ 19 ) DERE DERECHO PENAL ECONOMICO Y PROCESO PENAL 22. Se ha indicado con razé ptt cad in que una reforma penal en rek berica ad ezonmica require, para evar su fara, ina reforma procesal ii © Ea nenerentoiones lamado la atenion sobre la necestdad We ovpeialcion clo énganos juices de la acusacién piiblica en los ili sce ae on a acai no ede organizacién | espanol isin de drganos especiali ee ec tnat abana teesoc jones: @) Por una ic ie) papairs os cierto que la Audiencia Nacional tiene entre sus ee ies mie forman parte sustancial del Derecho penal eco- Baayen elo ios y relaivos al control de cambios [art 65.1.%) Bia detsteconesy manana alterar el precio de las ne Hi protucan o puedan produc rave repercusi6n en la seguridad del trafic f cepromis nacional pesjusciopatsinonial en une generaided wl, ick de Mie Del cite Delmas Mary, B walMAcioaLumn, La ref eis ‘La reonma del Derecho penal condi ea, p. 36 Carlos Pérez del Valle de personas en ef territorio de mas de une Audiencia fart. 65.1.%) Lor; fratdes alimentarios y de sustancias farmacéuticas 9 medicinales cometidos es favo grupos organizadosy produzcan efectos en UgAres pertenecientes Poetintas Audiencias [art 65.1.%q) tory]. A ellos se afiaden delitos conexos fos antes citados (como delitos fiscales) 0 & O08 indicados en el art. 65 tov (como el trfco de drogas 0 estupefacientes, ones) ‘muchas ocasiones wpe deltos de lavado de dinero relacionados con las operaciones de trifico), uy competencia también corresponde a Ie ‘Audiencia Nacional de acuerdo cava que establece cl citimo parrafo del art. 65, apartado 1, Lor. Sin Cmbargo, esa acumulacion de competercits 99 permite hablar de especia- Teucion del organo jurisdiccional por dos motives: Por Wi lado, estas com petencias concurren con otras referidas @ delitos que carecen de relacion Peters dn economica (como sucede con les delitos de terrornne” 0 con tev competencias relacionadas con el Derecho pena} internacional); por otro, wa eee una garantia de especinlzacion de ls jueces (por ejemplo: mediante Mo exesfan espeeifica) 0 del personal que presta Servicio

ys rncién de la empres dbstant, para a mayora de mses doctin penal ele hecho no cue ate ae ea igencia dl principo scites delinguere jiento que puede res! i Br accsehecomoanita encanta age ie utece uae De m i ee pease Eun la concepei6n mayoritariamente mantenida en la dogmatica actual acerca de a acci6n y la culpabilidad, podriamos fear pein see efecto, sostener que las personas juridicas Penenne ce eres responsabilidad penal y que pretender lo contrario Oiehanrde los ae propias del sistema de la teorfa del delito eines ipios constitucionales que rigen el Derecho penal Ne — gee stint, ncn introducir en la discusién otros argumentos pie enon | stants duds acere de a incontestable Ta posture 3 mir. En primer lugar, hay que sei . 1 , ilar que la a see el comune en aero aes Jas personas juries. Ast cl Comité de Minstoseuropens repo la Recomenaci nfo (A, 18 de 20 de octbre de 18 Sa efesancons dose DE a hy ‘administrativa, sino incluso penal persona juridica, y més recientemente, el proyecto de Corpus Iuris Brconuarc «Responabilded peal jinn ps, ein ee em eet joe ire do Ore), CovafBuvo Cometaos af Cigo Poa, ¥, 98, ” Sin embargo, fen sent contrai R Beton Uogrticos proce : ae be ote de 195, eal pr tis 9 reer stn a Lo sete ce fe 38,2 ie "poctesia dogmatic” cn arto neste cuttin hese tem cal Beatriz de ta Gandara Vallejo osiciones penales para la proteccidn de los intereses financieros de ta Union Europea, expresamente prevé en el art. 14 la posiitidad de imponer venciones penales a las personas juridicas. Por lo que respecta al Derecho positivo de los Estados miembros de la vr, Holanda en 1976 3 Francia en 11904 ya han introducido esta posibifidad en sus respeetivos Codigos Penales. En segundo lugar, resulta algo dificil esgrimir e principio de culpabtidad como argumento decisive para rechazar la posibilidad de reconocer respon a enervates son 1a abognciay 1a medicina, Pues bien, esta ev Foe ee iereyy a su vez social ha transformado de un modo fundarment Icon con gio de ac, 0 eH, Ks mecanses ce estilo Sormalmente vigentes en la sociedad. _ Ten ene sentido hay que tener en cuenta que para la crimingloe Wee dickgatorientada a1 autor, Io decisivo 2 la hora de determinay por 3 aguas persons comet ono ry arte peta” 0 ; or a al volun oor una socaizacon dient debid a diversas tautetes soiales (an entorn familiar angmale, un entonne soit SAE geno, dit de escatac n de es ators que estima .consmico esta a! Gel Dore ano dlicivo ‘culta ineficaz, puesto que, por regla general, Tire, sta pun ls pens urn de pret Ss en ian Dec pea eas Pg on pel ec 139,10 232928256 Se ems ci Ts Leone : i ‘ Sa press Faas oc ra econ, elnino Meeaion Ser enigidoa sus iembros $3. El-sujto del Derecho penal econdmico el prototipo de delincuente econémico es el de una persona plenamente adaptada a la sociedad. Por otra parte y siguiendo la teoria de los sistemas autopoyéticos ", cons- tatamos que la empresa constituye un sistema que contiene en si mismo sus propios procesos de aprendizaje, sus propios mecanismos de castigo y recompensa y su propia escala de valores, valores que no siempre estén en consonancia con aquellos defendidos desde el Derecho estatal, Es decir, que las modernas empresas constituyen sistemas bastante autosuticientes y cerrados en si mismos que crean sus propios estimulos de conducta de ‘acuerdo con sus estimaciones de lo que es una conducta adecuada a sus fines y su propio feedback. Todo ello determina que para el Derecho penal ‘econémico lo decisivo para explicar el origen del dclito sea la actitud criminal © criminégena colectiva, es decir, el espiritu de grupo establecido en una determinada colectividad de personas y, por tanto, también en una deter- minada empresa econdmica, en cuanto fuente de una conducta uniforme lesiva de bienes jurfdicos por parte de miembros del grupo que, como ha demostrado la investigacién criminolégica, estan dispuestos en el marco del espiritu de grupo a realizar sin més lesiones de bienes juridicos a las que no se dejarfan arrastrar nunca en su esfera privada ", EL problema es que la existencia de tal actitud criminal colectiva redunda en una_disminucién de la eficacia preventiva del Derecho penal dirigido a los individuos que trabajan dentro de la empresa, Por una parte, la imper- meabilidad de la empresa-ante los-estimulos que proceden del exterior tiende a bloquear la eficacia preventivo-general del Derecho penal frente a un megrante de la misma inmerso en una actitud criminal colectiva. Por otra parte, la anhel -acia preventivo-especial del Derecho penal carece de posibilidades de realizacién frente a un autor ya previamente adaptado y no aquejado de déficit alguno de socializacién. A ello se aiade otro problema, fruto de la estructura inherente a una empresa organizada en régimen de divisién del trabajo, consistente en la falta de coincidencia entre actividad ejecutiva, posesién de informacion y poder de decisién, A modo de ilustracién: en el supuesto de delitos clisicos como podria ser el delito de homicidio, 1o més frecuente es que una sola persona sea la que posee toda la informacién en base a la cual toma la lecisién que finalmente se traduce en la accién de matar a otro. Esté claro {jue en un caso semejante no resulta excesivamente dificil saber contra quién hay que dirigir la imputacién juridico-penal. Por el contrario, si lo que se c es imputar responsabilidad penal por daios personales provenientes TGle Lunas, Soiae Stem, 1984. Para una explicacin mis asequible de lo que €s le spoiess cfr. Fevzacien Lo sociedad sin hombres: Uklas Luonann 0 la teoria como escndalo, vw. Senne, le. ct pp. S71-572 56 Beatie de ta Gndara Vallejo del uso de un producto defectuoso, lo mas probable es que s6lo los miembros del Consejo de Administracién poscan toda la informacién acerca del riesgo que representa poner 0 dejar en el mercado semejante producto, aunque sean otros los que, en definitiva, hhayan fabricado el producto de forma defee- ‘tuosa, En dltimo (érmino y en el contexto de una imputacién juridico-penal individualizadora, la forma de organizaci6n tipica de los modemnos procesos productivos puede conducir sencillamente a una “organizada irresponsabi- lidad de todos” ”. Frente a todo ello, se podria alegar que la solucién a semejantes problemas atin puede hallarse con la ayuda del Derecho penal individual, En este sentido, s cierto que figuras como el delito de comisién por omisién son claves a la hora de combatir la delincuencia econdmica, puesto que afirmando la posicién de garante del empresario, administradores 0 gestores, es posible exigirles responsabilidad no por lo que han hecho, sino precisamente por Jo que han dejado de hacer, infringiendo el deber de vigilancia que les ineumbe (delito omisivo imprudente) o incluso dando més importaneia a su afin de lucto que a los posibles dafios que podian derivarse del peligro juri- dicamente desaprobado que les era conocido (delito omisivo doloso, ya que se tratarfa de dolo, al menos, eventual). No obstante, esta respuesta, aunque parcialmente vélida, pierde de vista que incluso si se configuran los presupuestos de imputacién de los delitos de omisin impropia de forma Gptima, persiste el problema de una eventual actitud criminal colectiva como factor que debilita la eficacia preventiva del Derecho penal por el predominia de modelos colectivos de compor- tamiento, puesto que, en definitiva, para la empresa, concebida como sis- tema, las personas fisicas concretas que actian para ella son totalmente fungibles. Dicho de forma palmaria: aunque el Consejo de Administracién en pleno resultase condenado por la comisi6n de un delito, ello no impediria que la empresa, en cuanto tal, pudiera seguir adelante sin variar ni un pice su politica, simplemente poniendo a otras personas en lugar de las condenadas, personas faciles de hallar, puesto que nuestra sociedad no se cansa de alentar a los individuos dispuestos a triunfar profesional y eco- némicamente aun a costa de negar la vigencia de determinadas normas que, al menos aparentemente, el Estado tampoco se cansa de sancionar haciendo uso del Derecho penal. Por tanto, para que el sistema autopoyético de la empresa no haga rebotar las exigencias del Derecho estatal y no las sustituya por su propio egoismo, tiene que ser provechosa la observancia de la norma para el sistema mismo de acuerdo con su propia estimacién de costes y beneficios, de modo que la infraccién de la norma tiene que estar unida no s6lo para el individuo, Scuunasinnn, Joe: it, p-573, $3, El sujeto det Derecho penal eeondmico 7 sino también para la empresa misma, a perjuicios que superen las ventajas mara la emp Sm: rjuicios jue se pueden esperar con la infraceién ™, Comprot 8, que sf exi ‘ine se pueden esperar con la infraccién ®. Comprobado, pues, que sf existe especificas para las propias personas 3. POSIBILIDADES DE LEGIT! 2 IMACION DE UNA RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURIDICAS. PROBLEMA. Y OTRAS ALTE EAE MA DEL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD Expuestos los argumentos os argumentos que permiten fundamentar la necesida ciablecersanionespenaes eset cs ls propia pesonss ure icas atin queda por resolver el espinoso problema ey fe di dics ain : so problema en torno a su legitimidax constuciona Ya vnos ants que sginladoctina majoriara Cees al rina escola con el que se encuentra el Derecho pene! eae Fai tinebto de cupabilidad, debido a la difeutades que existen pire caste fa de compatibizar el respeto debido a este principio y la Gistenca de un Derecho sancionador penal de ls personas juris. En repoange igunes autores afioman que la existence de una verdadera : las personas juridicas es del tod ‘con el prin feu principio de culpabilad, puesto que al sancionar a personas wetlieg bles y no participes. Esto porque la persona cin nl de elpabilidad, ya que no puto ator las penas pecuniatias impuest idi también repercuten sobre el reparto de benclciey de tal es ets 8 Tos accionistas, los cuales tan nos hechos icios, de tal forma que fs sgravan ipoco suelen ser culpables ni participaron Pvidentemente se po ya queds a Buca ey al comienzo de este cay itulo, que todas las consecuencias 8 establecidas contra personas juridicas, eon i fi i : rs s, con independencia de Ielnétasubiadas neceriamentnosonménaue eke he foo eat in Soar maniobra en realidad no resuelve casi nada, » que actualmente la doctrina cientifica y juris i : 7 Y jurisprudencial jin [ttiuensmanene queen un Estado de Derecho cl prio decalponiied bi lebe regir para las sanciones administ lnbien dee reap rativas en tanto constitu ’ sentido amplio, cosa que depende de la dureza de la intervencon «ria intentar solventar el problema afirmando, como le it, p. $80, un problema hel ne bin dem 1 SCHUM, le it, pp. 581-582 ue en ela os presenta sc de salvaguanta ust que persona jure y persona Ici won conebide 58 Beatriz de la Gandara Vallejo y de su ordenacién represiva, considerablemente superior al limite de te bagatela. Asi, por ejemplo, constituirian penas en sentido ampli Ins mules elevadas, con independencia de que sean administrativas o penales ®. No ebemos perder de vista que esta linea de pensamiento ests avalada por Ja jurisprudencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (por lem plo, en el caso Ozturk) y por la jurisprudencia del Tribunal de Laxembureo, fue desde los aftos ochenta viene consagrando La vigeneia del principio de Gulpabilidad en el Ambito del Derecho administrativo comunitario ™ Pues bien, ante los problemas que suscita la adopeién de la culpabilidad como principio legitimador de las penas dirigidas contra personas uridieus, Scriexeaanw propone una interesante alternativa, que ha gozado de bastante aceptacién en la doctrina espanola, consistente en simplemente renunciar al principio de culpabilidad como tinica fuente de legitimacion de las sanciones 6 penas en sentido amplio y admitir que éstas pueden hallar su legitimacion él, si se trata de personas fisicas, 0 bien en una legitimacion inta para el supuesto de las personas juridicas. Para ello se sirve de Ia idea de necesidad del bien jurfdico o estado de necesidad de prevencion que se desencadena por la acttud criminal de la persona juridica, Para poder Ghirmar la existencia de semejante actitud en el seno de una entidad ju hay que comprobar, en primer lugar, si una persona natural ha realizado, nel marco de una empresa, una accidn conminada con una pena 0 multa ‘dministrativa que deberfa redundar en beneficio de la empresa, y en segundo término, si faltan o son incompletas las medidas de direccién o vigilancia necesarias para evitar tales hechos. En resumen: en la actitud crimindgena de la entidad se puede legitimar Ia imposicién de una saneién que ya no es reconducible al principio de culpabilidad *. A pesar de lo sugestivo de planteamiento opine que esta via se halla cerrada, al menos por lo que se refiere a Espaia, por la jurisprudencia de nuestro Tribunal Constitucional, la cual puede resultar grata o no al Sentir de algunos penalistas, pero es la que existe actualmente y ante ella de nada sitve afirmar que «debemos reconocer, sin rasgarnos Jas vestiduras, Gque es imposible mantener el principio de culpabilidad frente al Derecho Sancionador de las personas juridicas» *”. Imposible, imposible no lo ¢s casi nada y menos cuando es precisamente lo que pretende el Tribunal Cons- titucional espafiol que haga la doctrina juridiea, segiin se desprende de la gre 246{1991, de 19 de diciembre, la cual reconoce el rango constitucional [Gis Sewnewans, loc. cit, pp. S82-584, y en sentido andlogo, Davetcxen, «Sanciones y sino de In parte general del Derecho dela competencia en Ins Comunidades Earopeis, "acta un Derecho penal econdmico europe, cit p48. 2 tae Tirbesit Ho. ct pp. HO 85 © Gi, Scronentan oe cit, pp. 589-591, > Jhungue en lo tocane 4 este punto la jurspru cesamuy pareeida ef over, 20, pp. 3238 Bioorensanors,Responsubiided penal de fas empresos, tp. 30 sdencéa del Tribunal Constitcional leis $5. El sujeto del Derecho penal econdmico 3) det principio de culpabitidad y su aplicacién en el ambito del Derecho san- cionatorio administrativo, pero concluye que todo ello no impide que nuestro Derecho administrati it Dane istrativo admita la responsabilidad directa de las personas ‘As, onl | Puntamenty juriico 2 de esta sentencia el Tribunal Cons- a fajantemente que: «Este principio de culpabilidad ri bién en materia de infracciones admi Pps cos edison, ; infracciones administrativas, pues en la medid: Ie ameion de dicha infiaecion es una de ls manifestacones dl is purien ‘ado, resulta inadmisible en nuestro ordenamiento un régi ‘ q i in régimen de res- Ponsablidad objetiva o sin eulpa (ste 76/199). Inluso tste Tribunal ha cals le “correcto” el principio de responsabilidad personal por los hechos propios — principio de Ia personalidad de la pena sancion— 219/98 88), Todo ala, sin embargo, no impide que nuestro Derecho admi ponsabilidad directa de las personas juridicas. lement i i ‘pl simplemente que ese principio (el principio de culpabilidal) se ha de aplicar necesariamente de forma distinta a ieosa como se hace respecto de las personas ie esta linea de argumentacién, no se trata s6lo de una 7 la Constitucién propuesta por el tinico érgano en Espaiia gan competence ats aero, no del propo Deredo ost, Por un lad, también a Ley 3/192 regula en of Tilo 1 a potestad sack de a Administractn plea eonforme ala modermaconcepién del Derecho Sansionadr. Esta ley parte de la base de que ls prnepios inspiradores del Deresho pens (el de legdad Uipiidad, cdpabliad, nei dey iwrsiccionalidad, ete) son de aptcacién al Derecho adninsratvo san. TieDEMANS, A 1988, p. 1172. 53. El sujeto del Derecho penal econdmico 6 Fe aicio de la actividad de la empresa serfa el hecho fundamentador fe ctlpabilidad de Ia propia persona juridica, del mismo modo que en casos de actio libera in causa la culpabilidad y la pena se fundamentan Pa ae Propiamente lesivo realizado en situacién de ausencia de Ipabilidad, sino en la reprochabilidad por un hecho anterior consistente n de medidas de precaucién para evitar la . 0s. Las medidas de precaucién omitida les deberes que asi se infringen son, respectivamente, medidas y deberee Stes mn! ¥ de oxganizacion que obligan a la misma agrupacién Fupacién. Por todo ello, la lesion de tales deb si deberes de organizacién propios dc la persona juridiea NO" ‘Sin embargo, a pesar de los esfuerzos desplegados por Tiepem, uss argumentacin no acaba de restr consincene puesto quel caters culpa por organizacién como fundamento de la culpabilidad de la ome re Sempre acaba tomando coma punto de conexién : personas fisicas que ostentan su represent Stas ls que organizan el funcionamiento defectuoso dela actividad empre, ¥ no la persona juridica como tal, la cual no puede organizarse por 10 que siempre depende de personas fisicas que actian ee da la sensacién de que nos hallamos ante un argumento ue para evitar Ia imputacién directa a la persona juridica | acaba it a deficente. bean recta la culpabilidad del érgano por la orsanizacion en 5 i cs. puesto! claramente de manifiesto por el recurso a igura de la actio libera in causa, ya que en el supuesto de la culpa ‘nganiacién no se trata de fundamentar la culpabildad en bese ase etn anterior del mismo autor (la ic in anterior de un tereero (cl Grgano) ®. a ASO 219 teseo No obstante, el que el eriterio obstante, el que ropuesto por TieDeManw incu santradeiones, mosrandse oreo como inservible, no significa que deba- admitir sin mds la imposibilidad de fundamentar I dad penal de Ins personas juridicas. As, resulta significativo que el prone sg . Asi, resulta significativo que el propio J Feeonozea que la culpabilidad es la categort cits del dali que c la legoria de la teoria del deli fosulta més dificil de definir en fea ae relacidn a las personas juridi sl porque a culpabitidad de si ieee us Srganos no implica necesari [i mora i ua %$ no implica necesariamente que uridiea, en cuanto tal, también sea culpable. P 414 claro que tampoco se pu i me la comprotucitn lato que puede renunciar totalmente a la : ten culpabilda. De todas formes, concepeion del culpable detn ts por este autor aparece de nuevo como la que mejor soluciona los pro. mas que plantea la fundamentacion de Ia responsabilidad penal de los CH Ges Masein fo. et. pp. 62-63, HONENANS, le. cit, pp. 587-588, y Geacta Maxi lo. cit, pp, 6849, 64 Beatriz de ta Gandara Vallejo personas juridicas, ya que para Jaxons Ia culpabilidad no es na cuestion Fe reprochabilidad, sino de competencia: un sujeto es culpable cuando es Competente por la falta de motivacion juridica (en el sentido de conforms S Derecho) dominante puesta de manifiesto por su accién antijuridica, O sea, de Io que se trata en realidad es de determinar si Ia accién antijuridien Constituye expresion de una falta de fidelidad al Derecho o si al aular se fe puede distanciar de Ia antijuridiidad de su accion, para lo cual Hack fale: comprobar qué factores relevantes para la motivacién pertenecen a) [mbito de deberes del autor y qué factores puede invoear el autor como no disponibles para él. ‘Aplicando este concepto de cufpabitidad al tema que nos oeupa resus «que, al igual que sucede en el caso de las persons fsieas,existen determinados tipuestos en los qu si bien la persona jurdica acta infringiendo las notte penales, no obstante puede hacer ver que las condiciones interns de la penidndeben ser consideradas indisponibles, 0 sea, que deben ser disculpadas. En particular, se trata de que un Grgano actiie con efectos para Ta persona juridiea sin que Ia competencia del drgano pudiera ser recortada pet la institueiOn (los estatuios) de Ia persona juridica. Aunque el Organo se haya impuesto a la persona que representa, sus acciones son también acciones de la persona juridica, pero no se basan en las peculiaridades de esta persorm Fin semejantes casos el marco estatutario legal indisponible es condicion Tie a accion y por ello la persona juridica queda disculpada. En definitiva, encontramos que empleando la teorfa del delito disefiada por JaKous gran parte de los escollos para fundamentar la responsabilidad penal de las proves personas juridicas desaparece, puesto que tanto para la categoria de lt accién Pomo para la de la culpabilidad las formas dogmiticas son idénticas respecto de las personas fisicas y respecto de las juridicas "- axons, le it pp S665. 1 Jaco les et, pp. 183-184 §4, LAS CONSECUENCIAS ACCES¢ ‘CESORIAS APLICABLES A LAS PERSONAS JURIDICAS EN EL CODIGO PENAL DE 1995 1. INTRODUCCION a Eimusr© igo Penal de 195, snciona por ia Ley Orgénice 1/195, ve 2 hoe nim. 281, de 24 de noviembre de 1995, y que entr6 en vigor el 24 de mayo de 1996, ha introducido en Share 133 shes lamadas “consecuencias acesorias”aplcabes Tas Seca vitae isso a nts de partida las previsiones de {a Propuesta de Ante. proyecto de Cédigo Penal de 1983 dl Anteproyecto de Codigo Pel : dle Cédigo Penal de 1994, ha intioducido — irre See en un Cady Peal sanconado— un eataone te “cone. ecesorias” destinadas a las empresas, asociacio ons, Cpa ote Tee orton Je general del Codigo bajo la denominacion expresa de “consecnerelas accesorias”, sibien alguna de estas | ig tas medidas ya se encontraban en el Codigo En este sent n este sentido el art, 129 cr establece lo siguiente: lamente, las siguientes consecuencias: ae a song nr empress sks exsinints con ete finitivo. La clausura temporal n ane ead 2). Dislutn ds sociedad, aocactn ofan paenewala las actividades de la sociedad, empresa, fundacién 0 con pr plo su npr ede dc coo ion de realizar en el Tuto actividades, operaciones merean- es 0 negocios de In clase de i 0 gen df de de quo en ey ee Invneidoo enbio et det Esta rohibicén ode tener corse ee Tir en este seen tos los ars. 238, 265, 348 bis), 482 bse) y a, S36 bis, ete, cr antigu. Silvina Bacigalupo poral o definitivo, Si tuviera carécter temporal, el plazo de prohibicién no podri exceder de cinco aiios. ¢) La intervencién de la empresa para salvaguardar los derechos de los trabajadores 0 de los acreedores por cl tiempo necesario y sin que exceda ‘de un plazo maximo de cinco aios. 2. La clausura temporal prevista en el subapartado a) y la suspensién seitalada en el subapartado ¢) del apartado anterior podran ser acordadas por el Juez Instructor también durante la tramitacién de Ia eausa 3. Las consecuencias accesorias previstas en este articulo estariin orie tadas a prevenir la continuidad en In actividad delictiva y los efectos de la Debido a la novedad de esta regulacién es necesario hacer aqui un andlisis, mas extenso de estas “consecuencias accesorias”, En este sentido es preciso tratar las siguientes cuestiones: 1) la naturaleza juridiea de las consecuenci accesorias contenidas en el art. 129 cr; 2) los presupuestos de aplicacién de las mismas, y por tiltimo, 3) las consecuencias previstas en particular enel art. 129 cP, 2. NATURALEZA JURIDICA DE LAS CONSECUENCIAS ACCESORIAS DEL ART. 129 EI Titulo vi del Libro 1 de! nuevo Cédigo Penal ha introducido un conjunto de reacciones juridicas denominadas “consecuencias accesorias”. Esta deno- minacién de consecuencias juridicas por la comisién de un delito como “con- secuencias accesorias” no tiene antecedentes en Derecho penal espaol hasta {que surgen por primera vez de forma expresa en la Propuesta de Anteproyecto dle Cédigo Penal de 19832, Entre las consecuencias accesorias se incluye tanto el comiso de los efectos e instrumentos del delito como el de las ganancias, asi como también —al igual que ya lo hacia la Propuesta de ‘Anteproyecto de Cédigo Penal de 1983— medidas que pueden ser aplicadas ‘a personas juridicas, La opcién por esta denominaci6n surgié, muy pro- bablemente, por las numerosas criticas que habfan recibido las mismas medi- das al ser consideradas en el Proyecto de Cédigo Penal de 1980 como medidas de seguridad. El legislador parece querer manifestar que al tratar estas con- secuencias independientemente de las penas y de las medidas de seguridad se les pretende dar una naturaleza diversa de estas tiltimas. Las consecuencias accesorias no serfan —aparentemente para el legislador—, por tanto, for~ malmente ni penas ni medidas de seguridad, ast como tampaco medidas reparadoras dle dais 0 de indemnizacion de perjuicios * 73 Maxzanates Sananttoo/l Crenanes, Comentarios al Cio Peal, Madi, 199, pS L.Gracta METINYM, A, BotDovn PasaaaRiM. C. Atastuty Donon, Las conseewencias rit del dei en el nuevo Ctgo Penal espaol, Valencia, 1996, pp. 41, 456. M, Gaeta ARAN, Der $4. Las consecwencias ace esorias aplicables a las personas juriicas a pi di tegoria de et le esta categoria de consecuencias juridicas del delito, Como afirma in fieste ante aint ZucatDin el desconcierto de la doctina se pone de ma iniones que consideran que estamos en preseneta de una tercer ra modalidad de sanciones cali inclasificables”« Penales, calificacas de “peculiares” *, “hibridas o Par secuenci no tall geet las consecuencias accesorias previstas en ef att. 129 aa, ls caraeteristieas ni de penss ni de medidas de seguridad 0 sarge se manifesta de qué tipo de consecuencia del dito se tata prow antido,alirma Force BaRReito que se advierte que las medidas ono pe ta ems ee lad, reafirmando as el principio sock _ ersoasjuriieas no tienen capaci pare cometes der ons lestinatatios de penas ni de medidas de se explicacién se encontraria, en opi acomodo ni entre las pen: son reacciones frente a fente a quienes, como ocurre con las sociedades 0 empresas, No son aptas para so) Plas para soportar las penas 0 medidas». Por otro lado, dentro dle este mismo sei ie “lor también hay autores que considcran que si bien en li (corfa no eneuadran dentro de 1a de las dos categorias princi fa ‘uadran dentro de ninguna de las dos categorias principal vias principales ile las consecuenk mnales del del se trata en la préctica de penas én icias penales del delito, aqui 5 1, aqui se trata en la preted Hut Parte general, 22 e0, p, 631. D, Lovez Gaxnivo la vind de lege. Come WM Zion cs gens prea ne oM. Gata And El Cig Pn de debate partomentario, Madrid, 199 ae 9 Cig Rl ua kp as Ws Nama ca seven précis), r-46, 1957 (0), pp. 230 se 8. Baron Maigret Bachan Wp NT Hee 1, M. Zicatn, cL pens [ili (Conseco toon ycomcovncnspracigy e 1oo8” PM! PAY Ts penonas * Lanpnove Diaz, Las. een eee 1 len cons as det, i 26. at nM. Gasca Avy tC Peat t ; re al texto y debate parlamentario, p. 82 iets nee {I Minox Con Del Pl Pare out, Vly, 19 pS te liye ‘omentatio al art. 129 crs, en G. Ronxicuicz b inners a Caio Pon Mais. PN oe HW Marnats CarvaeinarTeaat ES WTuARADILLOS Basoco, Las conseen 2 MoURULLO (Dit VA. Jonor encies jriicas del delito, Maid, 68 Silvina Bacigalupo Desde otra perspectiva las consecuencias aecesorias han sido clasificadas como "eitcunstancias accesorias de la sentencia ‘condenatoria” ” 0 como con- comme acias accesorias “especiales” que, como el comiso, PrN & ta persona Felon del instrumento peligroso que representa en sus Manos el instrumento del delito (Ia persona juridica) "- Otro sector doctrinal las considera como consecuencis no son sanciones (ni penales, i administrativas), sino simples consecuencias juri- Sficas preventivas-reafirmativas desprovistas de [a naturaleza de sancién Tis rapén de ser de una categoria con naturaleza Proph © independiente wT Tae consecuencias juridicas especificas del Derecho penal, como son tas penas y las medidas de seguridad, se pods fundamentar —segiin estos vee presen que una reaccién completa y efieaz frente al delito, al menos autores qeterminados sectores de criminalidad, no resulta lo de la apli- frevion de las eonsecuencias especificas del Derecho penal y, por tanto, cacrecesario ampliar el catélogo de consecuencias, en este Tt por medio gree ttamadas eonsecuencias accesorias ®. Tales conscavenee no deben sear condicionadas en modo alguno por las regles ¥ principios a que Se caitventran sujetas tas consecuencias penales del delito '. Por ello, las consecuencias aecesorias encuentran su fundamento ¥ legitimacién en un Supueesto de hecho al que le son ajenas por completo tanto la culpabilidad fomo la peligrosidad criminal de un sujeto determinado. De ahi, pues, que este sector doctrinal las considere claramente como medidas abso- Titamente independicntes de Jas penas y de las medidas de seguridad. Por esta razén, cualquier supuesto en que m0 concer los presupuestos de aplicacién de una pena o una medida desegut jidad no impide en absoluto gue, si se dan sus presupuestos propics ¥ ‘especificos, se pueda aplicar ai gonsecuencia accesoria correspondiente Por siltimo, otros autores no consideran siquiera necestt™ abordar la aturateza juridica de estas consecuencias accesorias ¥ °° ‘conforman con fa explicacién de que dicha denominacion existe también en otros orde- TET tnrumer, Nuevo Cg enced Mai, 1956 P70. wt S MaePure Derecho Poel Parte ener, Barcelona 1996,P. 7 eee ea etivM. A. Ho.novn Pasunani C. ALASTUEY Dowd Las ona ica deldeloenel nuevo Cgo Peal espaol pP- 438. sie det esr, Zar Stl des Verletzten im Stal- ws ‘trafverfahronstecht», Gedich vist te At aura, KBBertinBomyancen, 989, Bs Oe oe ‘donde se refi wis ape jrilc-penal do un eso representa GATS eee ar su vaoracon ol puede sex reesaia MS) ON jrdico » ar omo puede set ch Derecho de dafos, or oe ‘ Deseo ae I Geaca ManinM,A, Bounova PasnlM © ALASTICY Dowos, Las eons as de dito nt el tee Cadi Penal pane PPL, sr i(M. A. Bcnpove PasanasiM C ALASUEY Dow Is conscencia i ica de elo on el nero Céigo Peal espaol PP 439 ee SGaacia MaxriN’M. A. BoLDova PasasianM ica del delusen el revo Citgo Penal espaol pe 439 enc jus ‘C. Atastuey Dawa, Las consecuencis jh $4. Las consecuencias a rccesorias aplicables a las personas juridicas Cc) namientos penales como el alem 6 a ‘in, El Cédigo Penal aleman conti ows ; i aleman cor ct st $4 Ay incon in rogulaién dela Neboyopen, oye traduceign literal esla de cnsecuencasaceois. Eso cotempla ws como eonsecuee A la inhabilitacién para cargo pi — ¢ iblico i sv paso. Ls demi Sel ac ve uli trl pa, 1 ia se utiliza aqui como contapsi na Inde ponas acceorias(Nebensan) 9 ls medidas de seguridad (en cl sentido de os $661 8 sa) y pone de manifesto que 2 tata de mosiones de tipo expesial qu se encuentran relacionadas auto on la condena a una pena n sna pena en virtud de lo estableci I ey 0 ue pueden ser ordenadaseapeciamente po una roslutn juc su aplicacién sca facultativa para el Tribunal ". nes Como encionado anteri dq CoHYa Hao enna antermens emesis ue hoy contiene thie cept de a Parte capa el angus Cig Penal Sobre “ : al del antiguo Cédigo Penal ”. So i tales ju deltas mei ee Saat omen doc y en este sentido se Sostenia. que se trtaba de medidas se seguridad de naturale eminiatva que eran impuesas pr un Jz 0 Tribal peal ene mareo de un procedininto penal, Este mismo sector sue con- fey Gold nico cad oc eS Ha 129 ee oa sta naturaleza, independient de que ahora se encuentren previstas en 1 remente is tuna ckéusula general ®. i , Resumen, in ntrpetacin de a naturale juin del art. 129 ene a vist 2s opin doctrinal existente al respecto, distintas posibilidades. un lado, para un sector de la doctrina se ae Por an nse 1 tse trata de consecuencias alin depended ros nc de ap mel de see onfendleno que por ello son preshamente ‘eccesorias” dela pena ® Tee arn 8 878 Suntan Startled owes ee ent preceptor er ample. Qua Mas ‘actuar en nombre de oto en cade fl Brae 1 1 Caen Bernie pa Pir gn SP S'S Mi Ro ee Fad Pe geal 7 oc ecu ian aie same si ig ie tt as ti a a ‘icine enn onranianes nonin itvina Bacigalupo 6 Si igalup din esta opinién, precisamente por Esta interpretacion estaria favoresid, segtin eI iio, presen Pee in referencia expresa que de este sentido se hace en algunos PrESSPNS Ta Parte especial, en Tos que se exge la existencia de una comer tate sentido habré que entender que se trata de una responsiDiiewr Ti idiaria de la responsabilidad de una persona fisea que haya sido concen sidiar ete. Y por otto lado, otra parte de Ia doctrina se ha expresa ¢” ree No slo st recone gue petsona jae puss Ser st de ne era ne oe, be econ qe oe Ress i in cr 8 : . aa ec inn mesa pels” Y qe a pevenion del sifto requiere de algin tipo de medidas contra tales entes Ate ta impo hilidad de zplicar otras consecuencias penales parece —segin ese Soe a vfecuado reeurrir al crterio de fundamentacion tales reaccione oct na dino son las consecuencias accesorias) basindose en el concept juridiens (cored objetva 0 de la cosa”. Este criteio no se ‘efere ala telgrosidad die una persona fisica determinada, sino a la pelighos fps i nS ans qe eli 8 Bone en qu tan parila, xcs sevan un stoma de pel St mc eat at 9.1 He So Re dear empress ,anos en el Derecho espaiiolr. _ vei cena ene lea of Cd a 9 i are 194 ‘epodré decretarse en Ia semiencia ea sae Fen etends aes qe a calico de ins coseevencion como METAS eo ela ton fe que se encuentren sometidas a las garantias prev sacha ee a crmcaia dl encia condenatoria, siendo suficiente —al entender Suan i Daan naa race os Reg er OSD eee a ‘Ge Gracta Mawrin quien siempre hasta ahora habia punauighce Se Te ae stos de partida, que dada (a incapaciied do scene hs port eas a Sus puntos dad nipenl ni administra respecto de tat personas jriieas Cit f= et emcee evel Mate ae axa cd deepen) 0 = Sa ete fe rn pet nuevo Cig Pent expat. $4, Las consecuencias accesorias aplcables tas personas juridicas. = 71 grosidad, Por la forma de organizacién especifica que caracteriza a una per- Sona juridica ésta se presta a ser instrumentalizada para la realizacién de ades delictivas y alli radica esa peligrosidad objetiva de la persona juridica®, EI legislador tampoco ha sido claro respecto de la naturaleza que le hha querido dar a la incorporacién de estas consecuencias accesorias, toda vez que en la Parte especial hace referencia a las mismas laméndolas casi exclusivamente “medidas” * asi, por ejemplo, en los arts. 288, 294, 298, 302, 327, 366, 370. Salo en el caso expreso del art. 520 se refiere a las mismas con la terminologia de “consecuencias accesorias”. A su vez, el mismo tipo de medidas han ido cambiando de nombre en los distintos proyectos: el Proyecto de Cédigo Penal de 1980 llamaba medidas de seguridad a exac- tamente las mismas eonsecuencias juridicas; la Propuesta de Anteproyccto de Cédigo Penal de 1983 las comienza a denominar consecuencias accesorias, y si nos remitimos al Derecho comparado podemos ver cémo el Noveau Code Penale francés las establece en su art. 132 como penas. 4Debe ello evar a la conclusién de que la naturaleza juridica de las consecuencias accesorias depende en realidad sélo de cémo Ins quiera denominar el legislador? La respuesta ms convincente al respecto la ha dado Zuaatoia, cuyos Aargumentos se exponen a continuacién. En opinién de este autor la respuesta a la naturaleza juridica de las consecuencias accesorias aplicables a las per- sonas juridicas requiere ante todo ser acorde con los principios constitu- cionales que rigen respecto del Derecho sancionador en el Estado de Derecho, y ello exige que la aplicacién de dichas consecuencias esté revestida de las correspondientes garantias ”, En este sentido la tinica forma de lograr cumplir con las garantias constitucionales es considerar que las denominadas con- secuwencias aecesorias no son sino penas (en sentido estricto) ®. La razén dle esta afirmacién esté en los siguientes fundamentos: En primer lugar, las consecuencias accesorias no son instrumentos repa- Ialorios civiles, dado que su finalidad no es reequilibrar el patrimonio, y jpor otro lado, la responsabilidad civil ex delito tiene cardcter de ley ordinaria, ile acuerdo a lo previsto en la Disposicién Final sexta del Codigo Penal, {nlentras que el art. 129 del mismo tiene cardcter de Ley Orgénica”®. PL. Giacis Maaris, Reponsabitdlad de diets, rganos y roprsenants de una persona Alen por tetris, p14, Gc Mart Bots Pru, CALs Las conseenencias juias dt dela ene revo Cio Penal expat, p45. * 0, Guinass Canans, Comentarios al Cig Penal de 199, p. 65. C, Cone: Poxoo Fae Comentario a art. 129m p. 1563 "1.M, Zuon.oi, 9-46 p.331.En el mismo sentido, L. Ropwlavez RAMs, «Socitasdelinguere oe! Noevos aspects dogmiticosyprocesates dela custo, pp. 3. JM. Zuxatnia, m4, p. 381. Muy probablemente en ete sentido, L. Rovalcuez Raacs, quere potest! Nuevos aspectosdogméticos y procesafes dela cuestién», ps TAM. 7008101, Pe, p33 Silvine Bacigalupo rencias accesorias tampoco pueden revestir sibien el juez penal puede serian las sanciones admi- de una infracci6n En segundo lugar, las consecu! eleardcter de sanciones administrativas, porque imponer sanciones administrativas, “extranas” nistrativas previstas en la ley penal como consecuer penal ®. En tercer lugar, tampoco se las puede calificar de conseeuencias jureas preventivas-teafirmativas sin naturaleza de_sancién, ya ue de ser asi no revetan que estar protezidas por las garantas constitucionales que requiere tuna sancidn y ello serfa inadmisible * En cuarto lugar, tampoco le parece correcto sanciones que Gnicamente privan a la persona Glito, pues oso supondria afirmar que Ta persona juridica es wh “objeto”, J de ser asi la consecuencia accesoria s6lo deberia afecta a i Peoind fisica i és de sanciones profesionales, pero en miingiin caso deberia afeciar a inaveyos. En este caso la persona juridica es un tercero que en su opinion, tomo ya hemos vist, tiene su propia culpabilidad *. considera, correctamente, que la tinica ‘este autor considerarlas fisica del instrumento del ‘Ante este panorama, ZUGALDIA calificacion posible de las consecuencias accesorias es la de sanciones Peat Tes, Por tanto, 0 son penas 0 son medidas de seguridad. En este sertic® considera penas todas aquellas sanciones penales Cuyo presupueste ¥ limite Sek principio de culpabilidad. Por consiguiente, las consecuencias Hee «cre son autnticas penas, toda Vez qui, como ya ha puesto de manifiesto Tribunal Constitucional, la sanci6n a una persona juridica exige su props SUNG (al tener éstas capacidad infractora) y sti propia culpabilidad % teeismaitiva, afirma ZuGatDia, que sila aplicacion de las consecuencias vrnosarias tiene como presupuesto Ia propia culpabilidad de In persona jurdiea, estas conseeuencias no pueden ser ninguna otra cosa que ver daderas penas “. Esta afirmaci6n la refuerza con los siguientes argumentos: Zucatoi® no considera que estas consecuencias puedan ser medias de seguridad, dado que éstas no exigen culpabilidad. En este sentido, si se entendiera que las consecuencias accesorias son medidas de seguridad seria necesario ifefinir no ya el concepto de culpabilidad, sino el concepto de peligrosidad, taendo en un fundamento biopsicol6gico para dar lugar a un concept de peligrosidad objetivo especifico para la persona jurid a, Por otro tad: af estar reguladas en el mismo Titulo que el comiso —de quien TM Zuatnin, PHO, p 332. 8M, ZGntDia, Prd6,p. 332 ©. Mi. Zuoatnia 1-46, 332, » sie 24091, 3M, Zucaa, P46, p. 333 55 J. M, Zoanapia, 46, p. 333, $4. Las consecuencias acces sorias aplicables a las personas juridicas n nadie ha dudado hasta ahora sobre su card nail wu carécter de pena—, es cocci acesrns mismo le parece enidente noe incia, también le Hama la at ‘ pehatailis ia, tencién la existencia de ersonas jurfdi Por tine, Personas jurdleas esabeca en el art, 262 e7”. Por ultimo, ceeas art, 129.3 cr a los fines d Oi sipeat estas consecuencias, ni su card eater lat ests consrevencis,n su cardi autho de epicaién ls converte , pues también las penas cgi cd, pues penas cumplen fines preven= tvvesecaesy tempoco se seeuan ano resutan rivesarias desde un -veneidn especial, ya i de sus. ania ae , Ya que su ejecucién se puede sus- pener®. Por todo lo expueste, ZcaLois no puede sino coaahie a las eonsecueneits accesoris delat, 129 co son verdaderas penis y que plicacién debe revestir las mismas gay i _ su aplicaién debe as mismas garantias que la imposici sansion penal au suet inde, Esta opiniones id mis nconads, mecais to = jue permite el eumpimiento de las garantias debidas incion de la que la fe én deben govar como suetos de Derecho,» Pevsonss Jurdieas amblén 3, PRESUPUESTOS DE Seca APLICACION DE LAS CONSECUENCIAS EI art. 129 cp establece cicrtos requisitos para Ia aplicacién de las con 3 ‘cuencias accesorias contenidas en el mismo, " 1) Sistema de numerus clausus ini ie shone texto del articulo hace referencia a que el Juez o i licar las consecuencias “en los st {bua ps ‘on los supuestas previ Cr Ft frend sin ues cbescnin ‘acesores delat 139 to Pos eee siempre y cuando el tipo penal en cuestién prevea eer ee a estableciendo asf un sistema de numerus i: tivo del princi ic it as Bae: ueueet ing principio de legalidad, no permite inter- - OM. 1A, PI-A6, p. 333. MT eo iina 4s. - JM, Zocatpia, 2-46, p. 333. PIM cocina pe mats Conon, Cera a Co Fe . Crnmanes, Comenta $f Arak oe al ih Cnr co an tf oe DOVA PASAMAR/M, C. ALasTUEY Doon, Las ince, te in rc i Fo opel. te a cae te ees ss are de seguridad en el nuevo Cédigo Penal espa ole, Sit foc a Nuvo Cilio Pon p62.) Sh Zeta Pp 354 Conon cneore esi sComentaio al at, 129 al at 129. p. 1504 8. Baca FH juriioas, Barcelona, 1998, p, si ASAIN He ag eHLLA pel Scie 4 Silvina Bacigalupo Con anterioridad los proyectos de reforma del Codigo Penal no habian hecho referencia a una remisién de la Parte especial, Esta referencia expresa nat parte especial se inicia en el art. 134 del Anteproyee de Codigo Penal e902. Tanto el art. 108 del Borrador de, Cécligo Penal de 1990 como oF EXistancialmente idéntico— art. 138 de la Propursia ‘de Anteproyecto Ge 1983 parectan concebir Ia posible imposicién d& tales eonsecuencias con te tiumentos de cardcter aut6nomo: «(-) si el hecho fuere cometido en Ul eercico de la actividad de asociaciones,fundaciones sociedades 0 empre- aco utilizando su organizacion para favorecerio ‘encubrirlo, cuando pueda sao ine fundada ¥ objetivamente que seguirdn siendo utilizadas para la comision de delitos (..)»- En este sentido merece Ia pena ser resalt referencia expresa al art. 129 cr —como cléusula igeneral— dentro de la Parte especial sélo en tres ocasiones: en los arts 288 cr (delitos contra ‘el mercado y los consumidores), 294.2 cr (delitos societarios) y 520 cP (delitos caimetidos con ocasién del ejercicio de Jos derechos fundamentales y de ti ibertades pablicas garantizas por la Constitucién), ‘Sin embargo, en todos sea mda pupucstos —en Tos que|se,conélenst consecns idénticas @ 105 entenidas en el art. 129 cr— se mencionan 13s medidas s6lo por su Me ory sin invocar 1a eldusula general del art. 129 ce®. Por otro lado, porno el legislador a hecho mencién expres al 20 129 cr en la Parte especial, tampoco ha especificado cual de Jas ‘medidas del art, 129 cr en caPeeto se ha de aplicar. Con To cual parece eviente die si la referencia sr 129 cr es genérica, el Juez o Tribunal deters decidir cual es, en Su opinion, la medida ms apropinda en esos CaS Ello no parece en absoluto ei ai se tione en cuenta que las distintas medidas meneionadas en aeerrnttay or tienen diferente gravedad (no es To mismo de te decrete oat gucion 0 que se decrete una suspensién temporal) En este sentido, fllo parece quedar al libre criterio racional del Juez Bs evidente que el legislador no tiene claro los presupvestos dey quite cexigir, pues no se ha hecho en ning caso una ‘Tegulacion al menos coherente. De todos modos, parece poder afirmarse que el leg islador no pretende que Te regulacion del art, 129 cr sea una clausta de cardcter general, sino que dichas consecuencias se deben contemplar & sv. Ver, de forma expresa en tipo de la Parte especial en cuestion. De ah! ave parte de la doctrina Eheatone la conveniencia del adelantamiento de esi catiélogo de medidas cucttiparte general del Cédigo en ver de haberlo dejado Cork Se o con- femplaba el anterior Cédigo Penal. En este ‘sentido también seria con ee aety ede cara alas garantias que la aplieacién de ovalanter ‘consecuencia eba tener en relacign al sujeto que se Te aplican— due fas consecuencias Tie aus, 194, 2213, 257, 262, 21, 2762, 2982, 29, 2 Ot gawanes SamANTEGo, #El comisoe, en Comen sol 1, Mari, 1992p. 17 Itado que el legistador ha hecho 302, 303, 370, 371.2, 430, 5183. yas a kr Lejlacin perl, ts 4. Las consecuencias acces 8 sesoras aplcables a las personas juriicas 8 idénticas a las del art. 129 cr mencionadas en 1a Parte especial sin expresa mencién de dicho articulo deban reunir Jas mismas normas de aplicacién i ican an las mist aplicaci 2) Au ncia previa En segun cack mound lugar, el art. 129 cp establece como requisito para la apli- gine cualaalocaidls cousccueoe ah él contenidas la necesidad i ‘al competente debera dar “audiencic tinulares 0 a los representant * Sia aed aatiainn Ss mntanies legales” esa, soci tars a sgales” de la empresa, sociedad, asociacin Este requisito o procesal parece ser superil A a i ser superiluo, ya que no aftade nada nu aes reg clue prcetiniet, Aunque ee re Ito no's hubiees menci resamente es una consecuencia en m p ia directa de la garanta suconalreogda ene at. 242 del Consus 3 poe Saco Ino, cio po ae es oblgatario en todo acto de injerencia estatal ®. Por tanto, ie la persona juridica haya sid eeeiaenal allo sup persone j ya sido parte en el proceso pe Gn fl al de po ac neh tn : esorias de ase ¢ encuentran sometidas al principio acu- Algin autor, en 80 5 evidentemente sn tener‘ oueata el significado penal de tas consecuencias juridicas, considera que dicho cumplido si el tramite se ofte i 0 a easels ob a a ce a los interesados, con ind i cumple rt , con independencia ave os comparcacan o no ante Ta Autoridad judicial. Por el enn io que hayan sido realmente parte en el proceso. . 3) Disposicidn de caracter facultative En tercer lugar, el art. 129 ct i , el art. 129 cp establece que el Juez o Tribunal “podrd” pares sizunes de las consecuencias. Segiin algunos autores at ie aise a fy el sentido de que dicha aplicacién sera posible siempre y eee renee que fundamentan las mismas, a saber: sidad objet persona juridica 0 agrupaci a n Perio ae cnpaniacion gue tele a comin de deltos ii embargo, “fonweenencias juridicas det rata pres paraqlees 7 104 el dito en el nuevo Cédigo Penal espaitol, p. 462. - Psst ccna Silvina Bacigalypo si se hubiese de entender esta expresi6n, la ley siempre se deberia referir a la posibilidad de imponer una pena con la expresi6n “podra” aplicar una pena o consecuencia que fuese, en vez de “impondra” o “sera castigado con...", como de hecho hace el Cédigo en los demas preceptos del mismo. Tal interpretacién de la expresion “podra” hace pensar que el legislador le est recordando al Juez que no podré imponer una consecueneia si no se da el supuesto de hecho contemplado por la ley, cuestign que no se entiende por qué lo harfa aqui y no en todos los demas preceptos del Codigo. Por otro lado, es evidente que nunca se podré aplicar ningtin tipo de medida, consecuencia o sancién si no se da el supuesto de hecho previsto por el tipo penal en cuesti6n. En este sentido hay quienes entienden que esta disposicién se debe inter- pretar en cl sentido de que «estamos aqui en presencia de una regulacién de carécter facultativor , 1o que en definitiva no aporta mucho a clarificar la situaci6n. El caricter facultative no significa otra cosa y se debe entender en el sentido de que, al igual que cualquier otra pena, la ejecucién de esta pena puede, en determinadas circunstancias, ser suspendida ” 4) Motivaci6n de la resolucién En cuarto lugar se establece que la imposicién de dichas consecuent ha de tener lugar de forma “motivada”. En cierto modo también esta refe- rencia a este requisito procesal parece estar demas, dado que toda resolucién judicial ha de estar debidamente motivada como surge del reconocimiento constitucional de la tutela judicial efectiva contemplada en el art. 24 ce, asi como del art, 120.3 ce. Sin embargo, existen al respecto distintas interpretaciones. Para unos autores 1a motivacién de la imposicién de una consecuencia accesoria se debe referit a la finalidad de las mismas establecida en el apartado tercero el art. 129 cr. En dicho apartado se menciona que las consecuencias accesorias estardn orientadas a prevenir la continuidad en Ia actividad delictiva y los, efectos de la misma, Por tanto, segtin esta interpretacion la motivacién de la resolucién ha de pivotar sobre el fundamento que debe orientar su impo- sicién ®. Ademés la motivacién debe concretar el nexo entre el funciona- = También en este sentido S. Mix Puro, Derecho Penal, Parte generat, p. 790. J. M, Pants ‘Cavur, en Comentarior al Nuevo Céligo Penal, p. 627. J. M. ZucaLb, 5-46, p34 {En este sentido también C. Cone-Puwapo Frain, «Comentario al art, 129 cb, p. 1565, © G. Gumaere Canna, Comentarios al Caign Penal de 1995, p. 667. J. M, Paats Cava en Comentarios al Nuevo Ciiigo Penal, p. 628. C. Conoe-Puumno. Freeiino, «Comentari. Aart 129. p 1565, $4 Las conscenencias acesorias aplicables alas personas jridicas promibades { SMPFESA © persona juridca o las actividades suspendidas o settee fanye TE. erson urea y To posta de gecucn f ¢ llamar ta atencién aqui que la redaccibn dh en este art. 129.3 cr, relativo a la funda on de tas : relative mmentacién de la aplicacion de esta nena sete ine = Tespecto de sus anteriores redacclones Ah I revenir la actividad delictva y tos efectos del determinar al sujeto conereto dk i ava de quin se reece s mereto de la actividad delictiva de quie ero completa con los efecios de la misma siete equ Be eter, « En otto sent Xf Rlerpreta que el contenido de la motivacién que peligrosidad cect, eeiston judicial debe ser i fundamentacin dia pelgosiad o ie ea persona Juridica. En eualquice caso, parece eter 'perflua, toda vez que de lo contrario una sentencia en {2 que no se motvara la imposcién de una consecienie xeon eee a Ob lieacho tees arts 142 y 900 de la Lecrin, ya que en ambos se establoce {2 obligacién de ta motivacién de la sentencia, En todo, 480, si eso no fuese asi, siempre cabria interponer 1 : set, se Pm i= Interponer recurso de casacién por infraccién de ley saria prevencién de la con- uridica ®, LAS CONSECUENCIAS ACC} a aeons ‘CESORIAS COMO MEDIDAS Por iltimo, se establece en el art, 129. , al art. 129.2 la posibilidad de imponer | accesorias como medida eauteler. En concreto se establece Fel eaepecto de Ia clausura temporal del subapartado a) y de cp. La limitacién de la funcién es l6gico, toda vez que aquellas 0, no parece razonable la exclusion de las Con carécter temporal, como la prohibicis Vidades y ta intervencién, de medida cautelar ‘nr: Puwripo Fexkeigo, «Comentario al art 129 ce, p. 1565, " L. Giacn Mats A Bone (oar de delta en el nuevo Cédigo Pema espaol, p. 462. oa Down Lar coca 1M. Zinta 6p 3 €n Comenarios al Cigo Penal de 1995, p66,

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