Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
“Lo que los autores llaman B2E – o business to everything – está en la entraña de la
nueva estructura de la organización. Es un cambio fundamental en la forma de
interactuar con los empleados, clientes, suministradores y socios”. Las palabras de
Rosabeth Moss Kanter son un perfecto preludio del tema central de este artículo: cómo
se preparan las Tecnología de Información (TI) para abordar el reto de una forma nueva
y revolucionaria de concebir las relaciones entre las empresas que participan en una
cadena de suministro.
Pero, ¿cuáles son las cualidades de ese nuevo modelo organizativo, de mayor alcance,
más tecnológico y más conectado? ¿Cómo se interpretan desde el reino de las TI estos
requisitos? ¿Qué nuevos modelos de empresa y de gestión logística pueden aparecer en
los próximos años?
“Es hacer negocio a la velocidad del pensamiento”. Con esta frase, Bill Gates,
presidente de la todopoderosa y omnisciente Microsoft, anuncia en 1999 una nueva
forma de “hacer negocio”; un nuevo, también en palabras suyas, “capitalismo sin
rozamientos”; una nueva forma de organización dotada de un sistema nervioso que le
permite desarrollar al máximo dos atributos inapreciables: velocidad y agilidad.
También es ágil cuándo es capaz de modificar sus procesos de negocio para responder a
los cambios del entorno. Una organización ha llegado al máximo nivel de agilidad
cuando es capaz de responder a las excepciones (o eventos no anticipados) en cualquier
momento, aunque el proceso de negocio esté en marcha.
El coronel John Boyd (1927-1997) era un piloto de caza norteamericano retirado, hoy
reconocido como uno de los mejores estrategas militares de la historia, en línea con Sun
Tzu, Aníbal o Von Clausewitz, al que recientemente se le ha atribuido el éxito de las
operaciones militares en las dos guerras del Golfo Pérsico. La clave de su pensamiento
estratégico es un revolucionario concepto esquematizado por las siglas OODA
(Observe-Orient-Decide-Act). Un buen piloto de guerra, afirmaba Boyd, aplica
intuitivamente en combate “bucles OODA”: evalúa las acciones del enemigo, se anticipa
a sus movimientos, le confunde y toma la iniciativa. La ventaja del piloto deriva de la
capacidad de coordinación y proceso de la información (velocidad) y de la capacidad de
adaptación (agilidad).
Esto ha llevado a que hoy los pilotos de combate no manejen un reactor sino su
representación en el mundo de la información. “Flying-by-wire” es el término usado
para designar esta cualidad e implica, que el piloto navega en su cabina inmerso en
distintos entornos de información-proceso-acción. El primero es un entorno de
información sobre los eventos previstos e imprevistos del combate, que es posibilitado
por las pantallas de su cuadro de mandos y de su casco; el segundo es un entorno de
actuación, que es posibilitado por las cualidades táctiles de la pantalla del cuadro de
mando, por una palanca de mando-cursor y por un sistema oral de órdenes; y el tercero
es un entorno de proceso, que es posibilitado por un software específico que facilita y
traduce sus decisiones a instrucciones que modifican el comportamiento del reactor.
¿Estamos en condiciones de hablar de un Management-by-wire” que ofrezca
funcionalidades semejantes a los directivos de las empresas o a los responsables de su
logística?
Si esto es así, sólo por su extrema abundancia, parece que los eventos – más que los
procesos o las actividades – están llamados a jugar un papel destacado en la
configuración de los nuevos modelos de negocio, pero, ¿qué es un evento? y ¿hasta qué
punto se puede hablar hoy de una nueva cultura de eventos, de la misma forma que hace
años se instauró una cultura de datos?
Hasta aquí se han presentado visones que se aplican tanto a la empresa extendida – ese
“business-to-everything” – como a una de sus operaciones más estratégicas: la
logística. En este apartado, recordando el axioma de Fahey y Randall “Todos los
directivos son constructores de modelos por necesidad” (1998), se intenta esbozar un
modelo de esta cadena de suministro de respuesta rápida a la que ya se ha hecho
referencia varias veces.
Hasta ahora se han manejado algunos adjetivos con mucha carga ideológica: “event-
driven”, “zero-latency” y “sense-and-respond”. Son palabras que hoy irrumpen en el
argot de las TI y evocan soluciones innovadoras, aunque todavía confusas y a medio
hacer, para la cadena de suministro. El lector inquieto por estos temas puede añadir
alguna más, como “on demand”, familiar en la publicidad actual de IBM; o “real
time”, de mucha raigambre en el mundo de las TI.
El lóbulo inferior hace referencia a las TI que posibilitan la captación de eventos. Entre
los productos que existen actualmente en el mercado cabe citar los dispositivos de
identificación por radiofrecuencia (Radio-Frequency IDentification o RFID), que se
pueden definir sencillamente como códigos de barra que operan a distancia; los sistemas
TAV/RTLS (Total Asset Visibility/Real Time Location Systems) que son los bancos de
datos en dónde descargan su información los sensores RFID, por lo que facilitan un
control y localización de inventarios de activos en tiempo real y las herramientas de
minería de datos (Data Mining) que permiten dar sentido al ruido aparente de la gran
cantidad de información sobre eventos que estos sistemas recopilan. En la zona alta de
estas tecnologías se puede situar a los MEMS (Micro-Electro- Mechanical-Systems) que
son una integración de elementos mecánicos, sensores, actuadores y electrónica en un
sustrato de silicio utilizando micro o nanotecnologías. Los MEMS aumentan las
capacidades de toma de decisiones permitiendo que un microsistema pueda sentir y
controlar su entorno “in situ”.Por último, en el lóbulo superior izquierdo se sitúan las
arquitecturas de proceso y de redes “event-driven”.
La figura presenta un esquema de “arquitectura guiada por eventos” que usa Internet
para la conexión entre sistemas de distintas organizaciones que participan en una cadena
de suministro.
Esta somera descripción desvela, de forma más o menos explícita, algunas de las
características de las arquitecturas guiadas por eventos: instantaneidad, conectividad,
entrega ubicua (a cualquier tipo de usuario), disponibilidad y escalabilidad (adhesión de
nuevos participantes y la cadena y ampliación de funcionalidades).
Es posible que, llegado a este punto, el lector se sienta arrollado por la avalancha de
conceptos y terminología informática que ha aflorado en los anteriores apartados. Sin
embargo los esfuerzos que haya puesto en comprenderla no han sido en vano por dos
razones.
Así pues, se puede predecir que se avanza hacia un futuro no muy lejano en que la
gestión logística, al integrar a todos los implicados en la cadena de suministro y basada
en su mutua colaboración, disfrutará: 1) de una total visibilidad de los eventos y
variaciones de los indicadores clave de desempeño de los procesos de la cadena de
suministro, de extremo a extremo de esta, 2) de una capacidad de detección y reacción
selectiva e instantánea a cualquier excepción en eventos o indicadores, arbitrando los
procesos necesarios para ello y 3) de una planificación que, amoldándose a las
excepciones, mantenga en modo just-in-time la alineación de la demanda y del
suministro.
Bibliografía
SCHULTE, ROY W., The Growing Role of Events in Enterprise Applications, Gartner,
Inc., 2003.