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La homilía resume el Salmo 130, enseñando que se debe mantener la humildad y la mansedumbre. Explica que los ojos deben elevarse para mirar solo aquello que Dios enseña, y no andar entre grandezas terrenales. Finalmente, pide que Dios recompense el alma como un niño recién destetado, para recibir el pan celestial de forma digna.
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Homilia de san Hilario de Poitiers, sobre el salmo 130
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HOMILÍA DE SAN HILARIO DE POITIERS SOBRE EL SALMO 130
La homilía resume el Salmo 130, enseñando que se debe mantener la humildad y la mansedumbre. Explica que los ojos deben elevarse para mirar solo aquello que Dios enseña, y no andar entre grandezas terrenales. Finalmente, pide que Dios recompense el alma como un niño recién destetado, para recibir el pan celestial de forma digna.
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La homilía resume el Salmo 130, enseñando que se debe mantener la humildad y la mansedumbre. Explica que los ojos deben elevarse para mirar solo aquello que Dios enseña, y no andar entre grandezas terrenales. Finalmente, pide que Dios recompense el alma como un niño recién destetado, para recibir el pan celestial de forma digna.
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"Oh Seor!, no se ha engredo mi corazn, ni se han ensoberbecido mis ojos". 1. Este breve Salmo, que exige un tratamiento analtico ms que un tratamiento homiltico. Nos ensea la leccin de la humildad y la mansedumbre. Ahora, dado que hemos hablado muchas veces acerca de la humildad, no hay necesidad de repetir las mismas cosas aqu. Por supuesto que estamos obligados a tener en cuenta la gran necesidad que tenemos de que nuestra fe permanezca en humildad cuando escuchamos al Profeta que la entiende como equivalente al desempeo de los trabajos ms altos: Oh Seor!, mi corazn no est exaltado. Pues un corazn contrito es el ms noble sacrificio a los ojos de Dios. El corazn, por lo tanto, no debe inflarse por la prosperidad, sino que debe guardarse humildemente en los lmites de la mansedumbre, mediante el temor de Dios. 2. "Ni se han ensoberbecido mis ojos". El sentido estricto del griego aqu transmite un significado diferente. Oude emetewrisqhsan oi ofqalmoi; esto es, que no han sido elevados de un objeto para mirar a otro. Pero los ojos deben elevarse en obediencia a las palabras del profeta: "Eleva tus ojos y mira quin ha desplegado todas estas cosas"[1]. Y el Seor dice en el Evangelio: "Eleva tus ojos, y mira los campos, que estn blancos hasta la cosecha"[2]. Los ojos estn, entonces, para ser elevados. No para poner su mirada en cualquier parte, sino para permanecer fijos de manera definitiva sobre todo aquello para lo que han sido elevados. 3. Y continua as: "No he andado entre grandezas, ni en cosas maravillosas que me sobrepasan". Es muy peligroso andar entre cosas malas, y no quedarse entre las cosas maravillosas. Las obras de Dios son grandes; l, en S mismo, es maravilloso en todo lo alto: cmo puede entonces enorgullecerse el salmista como si fuera una obra buena no
andar entre grandezas y maravillas? La adicin de las
palabras, "que me sobrepasan", nos muestra de que se est hablando de caminar entre cosas distintas a las que los hombres comnmente consideran como grandes y maravillosas. Pues David, que fue profeta y rey, tambin fue humilde y despreciado e indigno de sentarse a la mesa de su padre; pero encontr el favor de Dios, fue ungido rey, e inspirado para profetizar. Su reino no lo hizo altivo, no lo motivaban malas intenciones: am a quienes lo persiguieron, rindi honores a sus enemigos muertos, perdon a sus hijos incestuosos y asesinos. Fue despreciado en su soberana; como padre, fue herido; como profeta, fue afligido; y aun as no reclam venganza como podra hacerlo un profeta, ni infligi castigo como lo hara un padre, ni correspondi a los insultos como lo hara un soberano. De este modo no anduvo entre grandezas y maravillas que le sobrepasaban. 4. Veamos lo que sigue: "Si no humillaba mis pensamientos y en cambio he elevado mi alma". Qu inconsecuencia de parte del Profeta! No eleva su corazn: pero s eleva su alma. No camina entre grandezas y maravillas que le sobrepasan; pero sus pensamientos no son bajos. Su inteligencia se exalta, pero su corazn se apoca. Es humilde en su proceder: pero no es humilde en su pensamiento. Su alma se eleva a las alturas porque su pensamiento aspira alcanzar el cielo. Pero su corazn, "del que proceden segn el Evangelio pensamientos perversos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, insultos"[3], es humilde, apremiado bajo el suave yugo de la mansedumbre. Nosotros debemos definir el justo medio, entonces, entre la humildad y la exaltacin, para que podamos ser humildes de corazn pero elevados de alma y pensamiento. Despus contina: "Como el nio destetado en los brazos de su madre, as recompensars mi alma". Nos es dicho que cuando Isaac fue destetado, Abraham celebr una fiesta, porque ahora que era destetado, cruzaba el umbral de la niez y pasaba ms all del alimento de leche. El Apstol alimenta a todos los que son imperfectos en la fe, inclusive a nios en las cosas de Dios, con la leche del conocimiento. De este modo dejar de necesitar leche marca el mayor avance
posible. Abraham proclam mediante una alegre fiesta que su
hijo pasaba a la edad de comer carne, y el Apstol rehusa el pan a los de mentalidad carnal y a aquellos que son nios en Cristo. Y as, el Profeta pide a Dios que, ya que no ha ensoberbecido su corazn, ni ha caminado en medio de grandezas y maravillas que le sobrepasan; ya que no ha humillado sus pensamientos sino que ha elevado su alma, que premie a su alma recostndose como un nio destetado sobre su madre: es decir, que sea considerado digno de la recompensa del Pan perfecto, celestial y vivo, basado en que por razn de sus reconocidos trabajos ahora ya ha terminado la etapa de lactancia. 6. Pero l no pide este Pan vivo del cielo slo para s mismo. l alienta a toda la humanidad a expectar este Pan, proclamando: "Que Israel espere en el Seor, desde ahora y por siglos". l no pone lmite temporal a nuestra esperanza, sino que nos invita a proyectarnos hasta el infinito en nuestra fiel expectacin. Nosotros debemos esperar por siempre, ganando la esperanza de la vida futura mediante la esperanza de nuestra vida presente, que la tenemos en Cristo Jess nuestro Seor, que es bendito por los siglos de los siglos. Amn . ........................ 1 Is 11,26. 2 Jn 55,35. 3 Mt 15,19.