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PLAN DE ESTUDIOS
De memorias y críticas
Carlos J. Villar-Borda
Para escribir unas Memorias, así con la inicial en mayúscula y la palabra en plural, no
basta con saber construir frases más o menos comprensibles, elegantes o no. Se
necesita de parte del autor ecuanimidad, seriedad, responsabilidad, objetividad y la
máxima imparcialidad posible dentro de la inevitable subjetividad que se filtra
inconscientemente en la tarea de cualquier escritor. Las memorias constituyen un
complemento a la verdad histórica cuya narración corre a cargo de la historiografía. Y
lo ideal es que sean escritas por los protagonistas de los hechos, para cumplir con la
excelente definición que trae el diccionario de la Real Academia: “Libro o relación
escrita en que el autor narra su propia vida o acontecimientos de ella”.
Esto no quiere decir que un texto de esta clase se deba limitar a hechos históricos o
políticos. Vivir para contarla, es un ejemplo soberbio de lo que puede narrar un
escritor, a pesar de que García Márquez incurrió en tres errores, que ya han sido
señalados por la crítica y que aparecen como tres pecas negras en ese hermoso
libro.
Las razones para hacer esta observación son obvias. Con la autoridad que concede
la palabra impresa y el respaldo de un nombre famoso, y peor si no lo es, los lectores
del futuro, y aún los de hoy que sean demasiado jóvenes para haber vivido las etapas
que se narran, son inducidos a un error que les puede desfigurar la percepción del
momento histórico sobre el cual se refiere el escritor. ¿Qué tal unas “memorias” en
donde se afirma que por allá en 1955 ó 1956 el escritor no recuerda con exactitud
la fecha y no se tomó el trabajo de verificarla mediante procedimientos tan fáciles que
no le hubieran tomado más de diez minutos los detectives dispararon contra la
multitud que colmaba la Plaza de Toros de Santamaría, dejando un saldo de “no
menos” de seiscientos muertos? Cuando en realidad ese día no hubo un solo disparo
de arma de fuego en la Plaza. Y ¿qué tal haber atribuido esa información a una
tercera persona que jamás mencionó el número de muertos causados por la tunda
que los detectives, soldados y empleados de los servicios públicos dieron a los
espectadores con garrotes, cachiporras y manoplas que introdujeron al coso bajo sus
trajes de civil? Todo ello agravado por el mismo título del libro, La verdad sea dicha,
— del escritor colombiano Germán Espinosa — que presumiblemente compromete el
autor a decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Así que toda crítica a un texto que se dice de Memorias debe comenzar por analizar
los hechos históricos que se narran y constatar su veracidad, para después, si lo
desea, explayarse en todos los elogios que quieran sobre la calidad literaria del libro y
la mucha o poca importancia del autor dentro del panorama de las letras nacionales.
Aunque por lo general será la “mucha importancia”, ya que la crítica entre nosotros es
sinónimo de elogio.
Aunque el crítico no debe olvidar la ética, que lo inhibe en el caso de que su nombre
sea exaltado dentro del texto que está analizando. Moreno-Durán hubiera debido
sentirse cohibido, después de leer todos los elogios que le hacen esas “Memorias”.
Esto me hace temer que haya resucitado la Socodemu, término ingeniosamente
inventado por Alberto Zalamanca Costa, como acrónimo de Sociedad Colombiana de
Elogios Mutuos, muy activa en los momentos en que asumí la dirección de Lecturas
(1975), que yo creía haber desterrado para siempre.
Vale aclarar que yo no he pasado ningún juicio crítico sobre La verdad sea dicha en
cuanto a calidad literaria y otras arandelas, sino que me he limitado a rectificar las
más protuberantes deformaciones de la verdad que se refieren directamente a mí, sin
mencionar alguna docena de menor cuantía y algunos centenares que corresponden
a otros personajes.
INTERPRETACION TEXTUAL
Historia:
Grafía:
4. Copia cada uno de los siguientes enunciados, junto con el sinónimo más adecuado
para la palabra destacada.
… y mucho menos deben servir para denigrar o hacer caer en ridículo a un émulo
que escribe mucho mejor …
opositor enemigo imitador rival
5. Consulta y escribe en el cuaderno las diferencias entre los términos acrónimo,
sigla y abreviatura. Luego, escribe un ejemplo de cada uno de ellos.
Ratifica las dudas que tiene sobre la veracidad de los acontecimientos narrados en
el libro La verdad sea dicha.
Los colombianos.
… ni para “sacarse clavos” que están mortificando las posaderas del escritor.
… para denigrar o hacer caer en ridículo a un émulo que escribe mejor.
… y que aparecen como tres pecas negras en ese hermoso libro.
10. Escribe únicamente las opciones que consideres correctas. Para el autor del
texto, las memorias deben:
Burla
Protesta
Denuncia
Desengaño
Defensa
13. Escribe las opiniones del autor del texto sobre el libro La verdad sea dicha.
Firman: