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INFORME DE ESTRATEGIA
Semana del 28 de enero de 2008
¿Qué queda del laissez faire?
BARÓMETRO
RENTA FIJA
Volatilidad extrema la exhibida por la curva europea en la última semana,
materializándose en un acusado movimiento de ida y vuelta en la TIR del bono
alemán a 10 años (3,78%-4,05%). A corto plazo, ni mucho menos pueden
descartarse nuevos episodios de huída hacia la calidad a tenor de la fragilidad
latente en los activos de riesgo. Soportes en 3,88% y 3,80%. Resistencia en 4,05%.
EL EURO
Tras depreciarse con intensidad en la primera mitad de la semana, el euro cerró la
misma apreciado frente a sus principales cruces (+0,5% frente al dólar). El recorte
por sorpresa de la Fed y el discurso tensionador del BCE contribuyeron a la
dinámica de la segunda mitad de semana. Descartamos que el BCE vaya a
adelantar las bajadas de tipos en el tiempo, lo que otorgará soporte al cruce
EUR/USD a corto plazo.
RENTA VARIABLE
No alteramos el mensaje de la semana pasada. El posicionamiento muy defensivo
debe seguir imperando en sectores poco apalancados al ciclo: Telecos, Consumo
no cíclico, Farmacia y Utilities.
ESTRATEGIA
El agrio sabor que dejaba el comienzo de la semana pasada en los mercados bursátiles fue
adquiriendo matices más dulces con el transcurso de la misma gracias a la coordinación de
fuerzas por parte de las autoridades estadounidenses para evitar una deriva recesiva de su
economía. La respuesta en materia fiscal, monetaria y de medidas de salvamento (aseguradoras
monoline) está adquiriendo una dimensión lo suficientemente importante como para que la recesión
pueda esquivarse. La elevada permeabilidad de la economía americana a estos estímulos (hay que
recordar que es una economía mucho más flexible que, por ejemplo, la europea) sirve, como poco,
para que las crecientes expectativas de recesión en EEUU puedan ponerse en duda.
No deja de ser paradójico que sea en EEUU –paradigma del capitalismo- donde se estén
dejando más de lado los principios del laissez faire a través del rescate del sector privado por
parte de los poderes públicos. La historia, por tanto, vuelve a repetirse, como sucedió en 1998 con
la crisis del fondo Long Term Capital Management y el paquete de ayudas que impulsó la Fed con
los principales bancos de inversión del país. Esta situación contrasta con la actitud más
independiente que está mostrando el BCE ante la gestión de los riesgos que se ciernen sobre la
economía europea. Lo más cómodo en la coyuntura actual para la autoridad monetaria europea
sería contentar a las voces del mercado que están demandando una actitud más pro-activa del BCE
en forma de bajadas de tipos casi inmediatas y de mayor contundencia (en los peores momentos
para las bolsas de la semana pasada, el mercado llegó a descontar 75 p.b. de bajas en la UEM en
2008). Sin embargo, y a pesar de las críticas recibidas, consideramos que la beligerancia que sigue
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mostrando Trichet (la semana pasada ante el Parlamento Europeo) es acertada: no habría nada
más peligroso para Europa en estos momentos que la amenaza de un escenario de
estanflación terminara materializándose. Mantener las expectativas de inflación de los
agentes económicos debe ser una prioridad. Al fin y al cabo, el deterioro de los datos reales de
actividad y confianza en la UEM es menor que en EEUU y, por ahora, no permite concluir que se
enfrentará a una desaceleración intensa en 2008. Ello no es óbice para que, a medida que se vaya
confirmando el daño desde la economía financiera a la actividad real, y la inflación vaya
moderándose (a partir de la primavera de acuerdo a nuestras previsiones), el BCE relaje su discurso
y acometa alguna bajadas de tipos (esperamos dos de 25 p.b. en la segunda mitad del año).