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QUE SON LOS ÁNGELES

QUÉ SON LOS ÁNGELES


¿Qué es un ángel? ¿Es un ser, una conducta, un servidor inserto en la conducta, es
una virtud, capacidad, función, ánima, potencial, o potestad? ¿Qué es un ángel? ¿Es
un ser autónomo e independiente del ser humano, o es un servidor humano
dependiente del humano? ¿Es un tipo de instinto o es un hermano paralelo al que
solo se le puede suponer?
Si los ángeles son seres espirituales, plenamente independientes del ser humano y
que conocen la voluntad de Dios, conocen los principios de la creación y la
normativa natural de las especies y que operan en orden y de acuerdo con las
exigencias y función de las mismas, ¿qué justifica la existencia humana? ¿Qué
razón podía tener el Dios absoluto y eterno para repetir la creación de seres en
espíritu similares y dotarles de una participación terrena riesgosa con el potencial
de perder la autenticidad, si ya disponía de seres espirituales auténticos y maduros
con El y en El?
¿Qué significa y qué es, espiritual y porqué es necesaria la existencia del espíritu?

La conciencia humana como norma espera y persigue siempre la unidad, concordia


y vínculo y cuando carece de estos, los pretende o cuando algo, o alguien
amenazan con privarle de ellos o se los impiden, la conciencia se defiende. Esta
doble actitud es natural en la conciencia humana, pretender y proteger.
Pretender y proteger son dos conductas derivadas del deber y derecho contenido en
toda necesidad. Nuestra conciencia existe sometida al deber de ser cumplida y al
derecho al beneficio de su realización. Nuestra conciencia bajo esta perspectiva es
una con la Ley, no puede sustraerse ni escindirse del deber de realizarse ni tampoco
puede desligarse de la necesidad del beneficio derivado de la realización de la
conciencia humana y por eso pretende siempre la unidad, la concordia y el vínculo,
y por eso también protege celosamente el camino de su cumplimiento o el deber de
realizarse.
Se entiende que la pretensión de un determinado bien, así como la defensa y
protección del mismo, pertenezcan a la misma norma cuyo deber de realizar o de
encontrarse en ese estado pretendido, y derecho al beneficio de lo logrado,
satisfagan a la necesidad de la conciencia. Pero esa necesidad de perseguir un bien
exige de un sujeto que lo persiga, un sujeto conductor que lo pretenda, lo busque y
lo logre, un sujeto custodio que protege el camino, y anuncia la existencia de la
necesidad; un mediador custodio entre la necesidad y el beneficio, que si logra su
destino es bueno y si no lo logra es malo. Por lo tanto, ese intermediario o sujeto
que realiza a la necesidad contiene dos certificados potenciales, el de ser victorioso
si logra la satisfacción de su necesidad pretendida o, el de ser fracasado si no lo
logra. Este doble potencial del éxito o del fracaso, del bien o del mal, de lo cierto o
lo falso, existe contenido en toda realización, en toda actividad en todo proceso
origen, división y unión, en toda base de cuatro posiciones, existe inserto en el
establecimiento de la estructura base fundamental de la creación. Pero existe como
potencial nada más. Existe como posibilidad y no como pretensión, la pretensión es
solo una la consecución del bien. A ese potencial se le determina en el punto y final
del proceso de consecución, es decir, cuando se siente la justicia o la injusticia del
haber logrado o no logrado en consecuencia. Si se ha logrado la proposición, se es
bueno y si no se ha logrado se es malo.
Pero el término malo, contiene un significado indeterminado, no se suele decir al
niño que araña el auto con un clavo: ¡No arañes con un clavo la pintura del
automóvil porque arañarlo es un acto que no beneficia al auto! Esto no se suele
decir cuando estás viendo que te araña el hummer recién comprado. La dosis de
adrenalina solo te permite gritar un: ¡¡¡¡NO SEAS MALO!!!!!!! Ese no ser malo lo
convierte siempre en malo, no se especifica qué tan malo es, ni por cuanto tiempo.
El ser malo es una condición, no una conducta y por lo mismo, el ser humano que
en su esencia no es malo, al reconocer el significado de este ser denominado malo
y como condición, lo niega y se lo saca de encima asumiendo que existe “otro”
malo en él. Pero al crear al malo en él, también debe asumir la existencia de un
bueno en él, ese es dilema del postulado angelical, de los ángeles buenos y de los
ángeles malos.

El postulado y la defensa del ángel se justifican en psicología con el “tercero


imaginario”, de este modo no se estigmatiza al individuo sino al ángel que lo
acompaña. Pero en el caso contrario, en el de honrar alabar o reconocer al ángel
como autor del logro no surge esa necesidad, porque lo pretendido es gestionado
por el sujeto (ser persona) La anunciación de María se le atribuye a un Ángel, pero
la realización de aceptar voluntaria e incondicionalmente la voluntad de obrar en
consecuencia con las normas naturales de incondicional, no se le atribuyen a ningún
Ángel fue labor de María. Un ángel tienta a Jesús pero fue Jesús quien superó la
tentación del ángel, un ángel detiene la mano de Abraham pero fue Abraham quien
mantuvo vivo a Isaac. Un ángel tienta a Jacob ante la inminente llegada de su
hermano Esaú para matarle, pero fue Jacob quien consumó la unidad con Esaú. Al
ángel se le observa en el proceso de consecución de algo, anuncian, tientan,
acomodan o incomodan, esas son operaciones dentro del proceso de desarrollo de
la estructura base de cuatro posiciones. Los ángeles no contienen identidad propia,
a pesar de que los humanos les nombremos dándoles atribuciones indemostrables,
porque cumplen la función de ese tercero imaginario necesario para evitar el ser
estigmatizado. O en ocasiones para no ser estigmatizado de soberbio como en el
caso de Mahoma quien es supuestamente atendido por un ángel llamado Gabriel.
Pero cuando el ser humano madura en el entendimiento y comprensión del celo y
en su dominio, ni los ángeles, ni los serafines, ni los abstractos justificativos pueden
seguir operativos, porque se sabe cómo identificar el celo y diferenciarlo del recelo.
Se sabe cómo diferenciar el bien del mal, lo cierto de lo falso, lo eficientemente
auténtico e integro de lo insuficiente y relativo o fragmentario.
Es curioso que en el Principio Divino se constate la realidad del –celo- y que, a tan
pocos miembros se les haya ocurrido investigarlo. En el Cristianismo esta fuerza
mala es conocida como «Satán». Se trata de una fuerza mala, no se menciona a un
individuo ajeno a l hombre, sino a una fuerza incorrecta. Debido a que no se conoce
la naturaleza y el origen real de Satán, el hombre ha sido incapaz de eliminar la
fuerza de Satán. El Principio vuelve a insistir en denominarla “fuerza”.
En la Biblia leemos que la serpiente tentó a Eva a cometer el pecado (Gn. 3:4-5)
¿Qué significa esta serpiente? La respuesta se encuentra estudiando el verdadero
carácter de la serpiente en el tercer capítulo del Génesis. La serpiente, descrita en
la Biblia, pudo conversar con el hombre. Además, causó la caída del hombre, que
es un ser espiritual. Por consiguiente, la serpiente debió haber sido también un ser
espiritual. Conocía el mandamiento de Dios de prohibir al hombre comer del fruto
del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Esto nos dice decisivamente que la
serpiente era espiritual. No dice que la serpiente era un ser independiente al
hombre En Apocalipsis 12:9 leemos más detalladamente que «fue arrojada la gran
Serpiente, la Serpiente antigua», que es llamada el Diablo, por algunos, y Satán
por otros. Esta «Serpiente antigua» era la misma que tentó a Adán y Eva en el
Jardín del Edén. Esta serpiente es llamada el Diablo o Satán, quien como sabemos
ha dirigido constantemente a la mente humana hacia el mal. Por lo tanto, Satán
debe ser un ser espiritual. Si el Diablo es espiritual, la serpiente que simboliza al
Diablo debe ser también espiritual. Así pues, hemos demostrado que la serpiente
que tentó al primer hombre y la primera mujer no era un animal, sino un ser
espiritual. Aquí se estipula que es un ser pero tampoco se especifica qué tipo de ser
es. Una cuestión que debemos resolver, entonces, es si la serpiente existió antes
del tiempo de la creación o apareció después de la creación. Si la serpiente fuera un
ser que existía antes de la creación con un propósito contrario al de Dios, la lucha
entre el bien y el mal en el mundo sería inevitable y eterna. La providencia de la
restauración de Dios, entonces, no tendría significado y el monismo, la creencia de
que todas las cosas fueron hechas por un solo Dios, sería descartado. No podemos
evitar la conclusión, pues, de que el ser espiritual, representado por la serpiente,
era un ser originalmente creado para un propósito bueno y que más tarde cayó y se
degradó convirtiéndose en Satán.
En el justificativo de la motivación de la caída se dice que: “Lucifer, al sentir una
pérdida de amor, trató de tentar a Eva para que se rindiera ante él, con el fin de
poder disfrutar en la sociedad humana de la misma posición que tenía en el mundo
angélico. Esto fue el motivo de la caída espiritual.” Esto que para muchos es
normal, a mí me resulta muy extraño. “Lucifer un ser creado completamente como
cualquier ser, siente y compara su naturaleza vincular con la naturaleza vincular del
ser humano y se siente insuficiente. ¿Cuál era la naturaleza elástica de la capacidad
de ese ser inferior al hombre, para que en un determinado momento esa capacidad
sintiera que debía igualarse a la humana? ¿Existe en la naturaleza algo similar?
¿Existe algún ser con la capacidad de ser mono que pretenda ser humano? Si los
lectores creen en esa posibilidad, entonces aceptemos la teoría de la evolución y
nos hacemos todos materialistas. Ese postulado es un postulado para la capacidad
sensible de los años sesenta. Hoy las cosas han cambiado, muchos de nosotros
hemos estudiado a fondo el contenido del celo y hemos experimentado en base a
este postulado y hemos, en algunos casos descubierto que los ángeles son algo
más que la expresión de una cultura judeo-cristiana o islámica. Los ángeles son una
realidad contenida en el proceso de desarrollo de la creación y por eso existen
contenidos antes de la realización del hombre, y no solo del hombre, sino de la
primera energía universal y de cualquier actividad que se pretenda. El ángel es un
mediador potencial que custodia la eficiencia de la consecución. Es un mediador
custodio de la unidad, de la concordia y del vínculo. Y ese mediador custodio no es
más que el ánimo del sujeto que construye, reconoce y vincula. Ese ángel no es ni
más ni menos que mi propio ánimo, el ánimo de cada ser que construye, ajusta o
realiza algo. Animo al que hemos denominado de diversas maneras: Alma, espíritu,
ángel, celo, Satanás, lucifer, miguel, Gabriel etc
Alma= ánimo, movimiento que permite la función.
Espirituu= ánimo, movimiento que permite la función.
Angel= ánimo, movimiento que permite la función.
Celo = ánimo, movimiento que permite la función.
Satanás= ánimo, movimiento que NO permite la función.
Lucifer = ánimo, movimiento que ENTIENDE la función.
Miguel= ánimo, movimiento que SE UNE con la función.
Gabriel= ánimo, movimiento que ANUNCIA la función.
Al no tener claridad ni certeza en la comprensión espiritual, se inventaron
atribuciones inadecuadas.
El ángel es un servidor custodio como la prudencia, la firmeza y la templanza. Estos
tres aspectos naturales porque todas las especies los poseen, son custodios. En el
caso del hombre no son solo custodios automáticos, como en el caso del instinto de
los animales, son custodios a voluntad, son custodios dominados por la conciencia
consciente, inmanente y eterna. Pero son custodios dependientes de la voluntad
humana, no son independientes ni contienen otra individualidad que su
funcionalidad. La prudencia, no es ni masculina ni femenina, ni es grande ni chica,
ni gorda ni flaca, ni tiene pelo ni plumas, a pesar de que si me piden un cuadro en
el que debo representar a la prudencia, yo como artista la represente con cuerpo
femenino para que atraiga al comprador (generalmente hombre) y con pelo liso y
rubio (para que atraiga a los sajones que tienen dólares) y con ropas elegantes,
(para que los que disfrutan de esa riqueza me lo compren) Eso es imaginario no es
demostrativo de la existencia de la prudencia con plumas y con gesto angelical, que
por lo demás se asocia con ingenuidad, pureza y madurez, que son atributos de la
naturaleza humana.
Observen lo que ocurre al practicar los principios de la creación y se darán cuenta
en detalle de lo que es el ángel. Al crear se establecen posiciones de sujeto y de
objeto, de proposición y consecuencia.
Estas posiciones implican ciertas funciones a cumplir, sin las cuales la consecución
de la proposición sería imposible:
1- La proposición ha de ser valida para el sujeto y para el objeto, esta validez
compartida posibilita el establecimiento de posiciones.
2- El sujeto debe ser leal, fiel y obediente a la proposición planteada durante todo
el proceso de consecución involucrado en su desarrollo y realización. Y debe realizar
completamente al objeto en el caso de ser este una cosa y, en el caso de ser un
similar, ha de seducirle con afecto, persuadirle con verdad y motivarle con el
ejemplo de lo bien hecho.
3- El objeto tiene por función retribuir voluntariamente a la proposición del sujeto y

4- El logro o consecuencia tiene por función, concordar, coincidir y ser correlativo


con la proposición.
Para que se establezcan estas funciones, en cada una de ellas se antepone la
normativa necesaria para su desarrollo y cumplimiento.
1- Para determinar la validez de la elección existe el servidor custodio de la
prudencia. La prudencia discierne entre la validez o no del postulado. Sin prudencia
no podríamos ser selectivos ni podríamos optar por lo que es siempre y para todo
válido.
2- Para sostener la determinación exigida y necesaria en la consecución del logro
pretendido existe el servidor custodio de la firmeza. La fortaleza es el servidor
custodio y protector del desarrollo de la consecución, del proceso entero. Sin
fortaleza o firmeza, no se podría mantener la determinación exigida en el construir
o realizar algo.
3- Para ajustar o mantener el equilibrio de las diferencias entre causa y
consecuencia o entre sujeto y objeto existe un servidor custodio denominado la
templanza. Templanza es ajustar las diferencias establecidas en el proceso.
La templanza no es tolerar cualquier cosa, eso es tolerancia, la templanza no
acepta otra visión que la visión de la proposición a la que se debe, mientras que la
tolerancia acepta cualquier proposición y la tolera abandonándose a cualquier
alternativa.
Estos tres servidores custodios son evaluados por un custodio superior el custodio
de la unidad, el gerente regulador de la unidad. El celo, que como termostato
sensible regula el funcionamiento de la unidad. Pero que como buen termostato
puede llegar a los extremos de quemarse al proponer altas temperaturas o de
helarse al extremar el frío emitido. Y en esos extremos pierde su condición
reguladora para transformarse en agresor. Que hiela o que quema. En recelo.
Para establecer la unidad entre causa y consecuencia existe el celo como servidor
custodio de la unidad. El celo opera en el inicio, en la elección de la propuesta y se
mantiene operativo hasta la consecución del la proposición. El celo es coparticipe
del proceso de realización de cualquier acto, pero es un coparticipe mecánico. Es un
derivado de la normativa natural de la conciencia, y en ocasiones puede incluso
trascender la naturaleza del individuo, sobre todo en ocasiones en las que el
individuo asume una certeza social, cultural o televisiva, porque el celo es un
servidor custodio ligado con la conciencia original del ser persona. El celo asume y
acepta lo que complace y rechaza lo que no complace, aunque en ocasiones el
hombre pueda determinarse a realizar algo no natural, como en el caso de destruir
sin motivo, de responder sin justificación o de violar la pureza de otro, el celo
asume una actitud de preferir lo natural siempre y en todo momento, por eso una
vez realizada esa injusta operación el ser humano siente pudor, vergüenza o
nerviosismo , el celo asume siempre lo que considera cierto, pero no solo lo cierto
por convicción sino lo cierto por justicia y en ocasiones ocurre que se siente la
tensión del celo por no disponer de la justicia y estar en defensa de la convicción.
Podemos convencernos con numerosos justificativos, pero el celo no acepta este
tipo de convencimiento, a no ser que coincida con la justicia natural. Y por eso nos
tensamos frente a las razones sin fundamento coincidente con la naturaleza. El celo
asume lo que considera eficiente, bueno o completo y cuando nos sentimos
insuficientes o en situación de riesgo el celo busca acomodo, seguridad y eficiencia.
Este celo es nuestro ángel de la guarda y es al mismo tiempo el capaz de
transformarse en recelo.
El celo que sintió Eva al saberse físicamente realizada y a la espera del encuentro
con Adán era normal y natural en ella, pero incómodo en él. La mujer se desarrolla
antes que el hombre, porque es el hombre quien debe ejercer el dominio de su
posición de sembrador frente a la tierra de cultivo que la mujer representa. La
mujer representa la tierra y esta ha de estar lista, para recibir la semilla, pero la
semilla ha de estar madura antes de sembrarla en la tierra y para que la semilla de
Adán estuviera madura, debía de estar en conciencia por sobre el dominio del
instinto automático, y para eso debía de ser tentado por el apetito ínter genital
prematuro. ¿Por qué debía de ser tentado? Porque es la única manera de superar al
apetito ínter genital prematuro. No se puede superar ningún apetito antes de
sentirlo. El hombre pudo superar el apetito alimenticio, el apetito de evacuar, el
apetito de dormir, todos estos apetitos pudo supeditarlos a la voluntad de la
conciencia, pero el apetito ínter genital prematuro no supo como superarlo y por no
poder superarlo, el fruto derivado de esta semilla inmadura, fue un resultado
también inmaduro.
En esta comprensión no es necesario de ángeles o arcángeles que lo justifiquen,
basta con la sensibilidad natural de un ser maduro, para darse cuenta de que si la
mujer era la depositaria de la semilla y de que el fruto debía de contener en sí la
experiencia del dominio sobre todas las cosas, porque el hombre está dotado con
esa capacidad, para poder decirse madura, el primer hombre antes de sembrar, de
acuerdo a esta premisa, no había logrado la experiencia de dominar el apetito inter
genital prematuro.
Lo mismo ocurre con los adolescentes actuales. Ningún adolescente que yo conozca
se encuentra con un ángel de plumas o de formas corpóreas que le habla y le dice:
“pero si ya tienes todo en orden si te unes con tu amiga serás como Dios” Pero
curiosamente ocurre lo mismo que en la escena de Adán y por eso ha permanecido
vigente por tantos años. El joven siente que está listo, la mujer joven también. La
mujer propone al joven establecer una relación ínter genital puesto que está lista y
el joven siente lo que todo joven siente en ese instante incluso lo que sintió Adán:
Siente que está listo culturalmente, su conciencia adquirida le dice que está listo,
dispone de la mujer y del órgano genital maduro, entonces …¿qué más? Pero no se
siente libre, no se siente justo, no se siente satisfecho plenamente, no es capaz de
llamar por teléfono a su suegro y decirle que está en ese instante de plenitud con
su hija que se sienten plenos que no importa que entren en la pieza y les vean
porque están haciendo algo natural y aprobado por sus suegros. No lo hacen
incluso estando aprobados por sus suegros. Hay algo entre sus conductas y sus
conciencias que les hace presentir que no es correcto. Y eso lo conoce el celo. El
celo sabe que si no se ha establecido el dominio sobre el instinto de protección, si
no se ha establecido el vínculo filio paternal maduro en la incondicionalidad, si no se
ha establecido el vinculo fraterno conyugal incondicional y el vínculo paterno filial
incondicional, y si no se ha establecido el dominio sobre el instinto de reproducción,
superando la tentación del apetito ínter genital prematuro no se está obrando en
consecuencia con las normas naturales y el adolescente siente esa tensión, siente
esa advertencia, siente esa amenaza a romper con la autenticidad emocional,
intelectual y motivacional, lo siente, pero no lo identifica, no lo reconoce, y
finalmente se justifica en el error del otro, o en el tercero invisible que lo llevó a
hacerlo. Se dejó tentar, fue tentado por alguien, no por él puesto que él es bueno,
fue tentado por el demonio, por Satanás, por el otro que amerita ser estigmatizado
porque uno siempre es por naturaleza bueno. Este juego derivado de la
transformación del celo en recelo, es una práctica constante que el hombre siente
profundamente y que le afecta directamente a él y a quienes se conectan con él,
pero que aún no reconoce y que es en suma aclaratorio para el entendimiento de lo
que es en realidad un ángel.
Así puedo entender porqué el Padre que es auténtico en el dominio sobre el apetito
intergenital prematuro no necesita de la iglesias, porque es por sobre los ángeles
en su conducta acertiva, reconoce a la perfección e identifica cual es la máxima
necesidad valida siempre y para todos y pretende realizarla siempre. Reconoce la
razón que justifica el actuar de la creación y lo comparte y reconoce el deber que es
necesario realizar y lo cumple con la ayuda o sin la ayuda, hasta celebrarlo
finalmente en el grado de solución. Esa conciencia es por sobre los ángeles y los
arcángeles, por sobre los principados, querubines, serafines o tronos, por sobre las
virtudes y poderes. Esa es la conciencia tipo que cada uno de los humanos debe
desarrollar y madurar.
Si cada uno de nosotros capta y descubre cual es la máxima necesidad valida para
todos y se determina a realizarla, solucionándola y trasformándola en beneficio, el
mundo cambiaría rápidamente. Si enviáramos textos derivados o explicando este
pensamiento al ministro de educación o de cultura, a los medios de comunicación, a
guionistas de cine, a creativos de publicidad, a los comentaristas de radio y
televisión, a los sindicatos de trabajadores, a los profesores de filosofía, a los
estudiantes de derecho y a los alcaldes, políticos y asociaciones familiares, el Reino
Familiar de las Naciones Integras se aproximaría rápidamente. Pero para eso
debemos saber todos qué tipo de gobierno ha de tener el Reino, quien va a ser el
candidato a la Presidencia de las Naciones y qué tipo de beneficios sociales, criterio
ideológico y regulación económica estamos promulgando y claro está, qué tipo de
deberes y derechos vamos a compartir en él, no sea que por ser demasiado
ingenuos se nos encierre en una proposición “celestial” no por todos compartida. Y
en eso es esencial que compartamos todos el mismo criterio sobre la verdadera
identidad espiritual del ser, y lógicamente sobre la naturaleza de los ángeles.
Martín Soria

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