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CONADI DIRECCIÓN REGIONAL ARICA Y PARINACOTA

Re-Conocer
PACTO SOCIAL POR LA MULTICULTURALIDAD

PATRIMONIO Y COMUNIDADES
INDÍGENAS AYMARA
COMPILACIÓN DE REGISTRO SISTEMÁTICO DE YACIMIENTOS
ARQUEOLÓGICOS DEL SECTOR DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA
Re-Conocer
PACTO SOCIAL POR LA MULTICULTURALIDAD

CONADI DIRECCIÓN REGIONAL ARICA Y PARINACOTA

Este libro está constituido por una compilación de diferentes informes Los textos compilados que incluye

PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARA


que la Dirección Regional CONADI Arica y Parinacota ha generado se- este libro son:
gún los lineamientos y objetivos del Programa Manejo y Protección del
Patrimonio Cultural Indígena CONADI 2006 - 2010. 1. “Catastro de 45 Sitios Arqueoló-
gicos Vinculados a Comunidades
Con la idea de gestionar la adecuada difusión del patrimonio local, se
Aymaras, en las Provincias de
han compilado informes arqueológicos, patrimoniales, documentos de
Arica y Parinacota con Potencial
puesta en valor y difusión de sitios arqueológicos regionales y Planes de
Turístico”.
Manejo de Sitios Patrimoniales para que la comunidad en general tenga
la opción de consultar documentos técnicos del patrimonio cultural de 2. Registro Sistemático de Yaci-
la región. mientos Arqueológicos del sec-
tor de Zapahuira, Comuna de
Putre.
3. Línea de Base de Yacimientos
Arqueológicos del Valle de Co-
paquilla, Comuna de Putre.
4. Cartilla Patrimonial “Pukaras,
Tambos y Gentiles: Interpre-
taciones multivocales sobre el
paisaje cultural de Copaquilla y
Zapahuira”.
Re-Conocer
PACTO SOCIAL POR LA MULTICULTURALIDAD

PATRIMONIO Y COMUNIDADES
INDÍGENAS AYMARA.
Compilación de Registro Sistemático de
Yacimientos Arqueológicos del Sector
de Zapahuira y Copaquilla.

CONADI Dirección Regional Arica y


Parinacota.

LVE 2325 Patrimonio y Comunidades Indigenas Aymara.indd 1 27/02/2009 12:15:40


© Corporación Nacional de Desarrollo Indígena
CONADI
Consultora Mallku Ltda.
Unidad de Cultura y Educación
Dirección Regional CONADI Región Arica - Parinacota.
Publicado por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), Dirección Regional
CONADI Región de Arica - Parinacota, en el marco del proyecto “Talleres de Uso y Manejo
de 02 Sitios Ceremoniales Urbanos Y Edición de Texto Catastro de Sitios Arqueológicos”,
ejecutado por la Consultora MALLKU Ltda.
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARA. Compilación de Registro
Sistemático de Yacimientos Arqueológicos del Sector de Zapahuira y Copaquilla. Región
Arica – Parinacota.
Tiraje 100 ejemplares.
Registro de Propiedad Intelectual Nº 176592
ISBN 978-956-8073-05-3
Primera edición: año 2008.
Gráfica LOM, Santiago - Chile
Compilación y edición: Leslia Véliz Navarrete.
Diseño y Diagramación: Leslia Véliz - Gráfica LOM.
Reproducción prohibida sin previa autorización de CONADI
IMPRESO EN CHILE.
INDICE

PRESENTACIÓN Pág. 05

INTRODUCCIÓN Pág. 07

REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE


ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA Pág. 11

1. ANTECEDENTES Pág. 13

1.1 Antecedentes Geográficos Pág. 13


1.2 Antecedentes Arqueológicos Regionales Pág. 14
1.3 Antecedentes del área de Zapahuira Pág. 16
1.4 Antecedentes del área de Copaquilla Pág. 18

2. METODOLOGÍA DE PROSPECCIÓN Pág. 20

2.1 Estrategia de Investigación Pág. 20


2.2 Registro de Prospección Pedestre Pág. 21
2.3 Otras Técnicas de Reconocimiento Pág. 22
2.4 Sector Prospectado en Zapahuira Pág. 23
2.5 Sector Prospectado en Copaquilla Pág. 26

3. RESULTADOS GENERALES DEL ESTUDIO EN ZAPAHUIRA Pág. 29

3.1 Descripción General Pág. 29


3.1.1 Tipología de Yacimientos Pág. 31
3.1.2 Campos de Cultivo y Caminos Pág. 34
3.2 Análisis Espacial y Distribucional Pág. 37
3.2.1 Áreas de Agrupación de Evidencias Arqueológicas Pág. 37
3.2.2 Distribución de Categorías de Yacimientos Pág. 42
3.2.3 Tamaño, Emplazamiento y Distancia Pág. 44
3.3 Resumen y Recomendaciones Pág. 47

4. RESULTADOS GENERALES DEL ESTUDIO EN COPAQUILLA Pág. 51

4.1 Descripción General Pág. 51


4.1.1 Tipología de Yacimientos Pág. 52
4.2 Análisis Espacial y Distribucional Pág. 55
4.2.1 Áreas de Agrupación de Evidencias Arqueológicas Pág. 55
4.2.2 Distribución de Categorías de Yacimientos Pág. 58
4.2.3 Tamaño, Emplazamiento y Distancia Pág. 60
4.3 Resumen y Recomendaciones Pág. 61

BIBLIOGRAFÍA Pág. 65

ANEXO 1 FICHAS DE REGISTRO DE 45 SITIOS ARQUEOLÓGICOS Pág. 71

ANEXO 2 CARTILLA PATRIMONIAL “PUKARAS, TAMBOS Y GENTILES:


Interpretaciones Multivocales Sobre El Paisaje Cultural De Copaquilla y
Zapahuira”. Pág. 85

1. Introducción Pág. 87
2. El paisaje natural Pág. 90
3. El paisaje cultural Pág. 93
4. Los lugares de Copaquilla Pág. 96
5. Los lugares de Zapahuira Pág. 102
6. Lo que recuerda la gente de Copaquilla Pág. 107
7. Lo que recuerda la gente de Zapahuira Pág. 115
8. Sobre el manejo futuro Pág. 119

Glosario Pág. 122

Para Saber Más Pág. 125

Listado de Fotografías y Mapas Pág. 127


PRESENTACIÓN

D esde sus inicios la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI


Dirección Regional Arica y Parinacota, ha vislumbrado la necesidad de que
las mismas personas y comunidades indígenas reconozcan y gestionen el amplio
legado material dejado por sus ancestros milenarios. Desde años, tanto la Unidad
de Desarrollo como la Unidad de Educación y Cultura han visto las potencialidades
estratégicas de impulsar este proceso en las comunidades de Copaquilla y Zapahuira.
Esta potencialidad está dada por la existencia de monumentales yacimientos arqueo-
lógicos que se encuentran adyacentes a la Ruta Internacional Arica – La Paz. Por lo
demás, el Tambo de Zapahuira y el Pukara de Copaquilla son monumentos que ya
integran los diversos circuitos turísticos que transitan hacia el Altiplano.
Estos Monumentos Arqueológicos protegidos por la Ley 17.288 de Monumentos
Nacionales, fueron parcialmente habilitados y puestos en valor en la década de
1980 por SERNATUR. Pero en la actualidad no existe institución que lleve a cabo
su conservación periódica, ni que los administre. Hoy en día, las únicas organiza-
ciones capaces de hacerse cargo de estas labores, y además, incrementar su ám-
bito de acción hacia nuevas labores de difusión, estudio y habilitación son las
Comunidades Indígenas.
Las Comunidades Indígenas tienen un respaldo legal, otorgado por la Ley 19.253
de Pueblos Indígenas, y el apoyo de toda una institución, la Corporación Nacional
de Desarrollo Indígena. Pero además poseen una interpretación local de su terri-
torio y sus Lugares de Significación Cultural. Una interpretación abierta que reco-
noce la complementariedad entre su saber tradicional y el saber científico.
El presente texto es un trabajo de continuidad de la Unidad de Educación y
Cultura. Estas labores se iniciaron hace años con los primeros catastros regionales,
los primeros estudios de factibilidad turística del Tambo de Zapahuira y Pukara de
Copaquilla. Posteriormente se realizaron trabajos más específicos de registro de
Lugares de Significación Cultural en amplias áreas de la Pampa de Zapahuira y el
valle de Copaquilla.
El presente texto es producto de un diálogo entre los profesionales especialistas del
área arqueológica y patrimonial con los miembros de las diferentes Comunidades
Indígenas involucradas. Este acercamiento se basó en el compartir los propios
conocimientos, tanto en talleres como en terreno. Fruto de ello es el presente
documento que sistematiza y visibiliza la existencia de un rico patrimonio cultural
local en los sectores de Zapahuira y Copaquilla.
Finalmente, agradecemos la colaboración y apoyo a los socios y directivas de la
5
Comunidad Indígena de Zapahuira, Comunidad Indígena de Pukara de Copaquilla
y Comunidad Indígena de Trigopampa Copaquilla. Todo ellos desde un inicio
comprendieron la importancia de esta iniciativa y la relevancia de volver los pa-
sos por el camino que nos lleva a re-conocer una parte de nuestro amplio legado
ancestral.

Alejandro Supanta Cayo


Unidad de Cultura y Educación, CONADI Dirección Regional Arica y
Parinacota.

6
INTRODUCCIÓN

E ste libro ha sido editado en el marco del proyecto “Talleres de Uso y Manejo
de 02 Sitios Ceremoniales Urbanos y Edición de Texto Catastro de Sitios
Arqueológicos”. La finalidad de esta iniciativa contiene los lineamientos y objeti-
vos del Programa de CONADI denominado “MANEJO Y PROTECCIÓN DEL
PATRIMONIO CULTURAL INDÍGENA”, periodo 2006 - 2010. Los beneficia-
rios de este programa son personas, familias, comunidades y organizaciones indíge-
nas urbanas y rurales, pertenecientes a los diferentes pueblos originarios del Estado
chileno.
Para la adecuada difusión del patrimonio local, este libro ha compilado informes
arqueológicos, patrimoniales, documentos de puesta en valor y difusión de sitios
arqueológicos regionales, generados por CONADI Arica - Parinacota. Los docu-
mentos que conforman el contenido de este libro son los siguientes:
1. Autor: Calogero M. Santoro Vargas, Año 1997, “Catastro de 45 Sitios
Arqueológicos Vinculados a Comunidades Aymaras, en las Provincias de Arica y
Parinacota, con Potencial Turístico”. Trabajo desarrollado en el marco del proyec-
to: Catastro y Programa Quinquenal de Protección del Patrimonio Arqueológico
Indígena de las Provincias de Arica y Parinacota, financiado por CONADI, año
1996.
2. Autores: Álvaro L. Romero Guevara, Rolando C. Ajata López y Manuel A.
Méndez Díaz, 2007. “Informe Final: Registro Sistemático de Yacimientos
Arqueológicos del sector de Zapahuira, Comuna de Putre”. Proyecto Catastro y
Ubicación de Sitios Arqueológicos dentro del Complejo Tambos de Zapahuira,
ejecutado por la Consultora Mallku Ltda.
3. Autores: Rolando C. Ajata López, Álvaro L. Romero Guevara, 2007. “Línea de
Base de Yacimientos Arqueológicos del Valle de Copaquilla, Comuna de Putre”,
Informe Técnico del Proyecto “Apoyo a la Transferencia de Predios Fiscales que
utilizan las personas, Comunidades y demás Organizaciones Indígenas Aymaras
de las Provincias de Arica Y Parinacota, 2006”, ejecutado por la Consultora Uraqui
Ltda.
4. Autores: Comunidad Indígena Pukara de Copaquilla, Comunidad Indígena
Copaquilla Trigopampa, Comunidad Indígena de Zapahuira, Álvaro Romero
Guevara, Carolina Bustos Torres, Franco Venegas Estay. Cartilla Patrimonial
“Pukaras, Tambos y Gentiles: Interpretaciones Multivocales Sobre el Paisaje
Cultural de Copaquilla y Zapahuira”. Proyecto ejecutado por Ingeniería Socio
Cultural Limitada – ISC Consultores.
7
La compilación de los trabajos antes mencionados los ha fusionado, sintetizado e
incluido conformando la siguiente estructura del texto:
a. Capítulo 1: Se fusionan los dos informes arqueológicos de Zapahuira y Copaquilla
que contienen información para presentar un estudio sistemático acerca de los
componentes arqueológicos presentes en Zapahuira y el valle de Copaquilla de
la comuna de Putre. Dentro de la terminología de los estudios ambientales, este
registro puede ser entendido como una Línea de Base Arqueológica, es decir, una
descripción detallada de un área con el objetivo de tener un completo diagnóstico
de sus características, potenciales y posibles riesgos frente al inicio de cualquiera
nueva actividad o proyecto.
Esto tiene directa relación con el plan de trabajo e investigación patrimonial se-
guida por la Oficina de Asuntos Indígenas de Arica Parinacota de la Corporación
Nacional de Desarrollo Indígena, que busca desde hace más de 7 años entregar
lugares de valor patrimonial a la administración de comunidades indígenas.
Si bien en un inicio CONADI-Arica centró sus esfuerzos en traspasar los yaci-
mientos de Zapahuira 1 y Pukara de Copaquilla, ambos asociados al flujo turístico
de la Carretera Internacional Arica – La Paz, hoy en día esta institución está consi-
derando realizar un estudio más exhaustivo sobre los inmuebles de valor cultural,
el rol de la activación social del patrimonio por parte de las comunidades locales y
la constitución de paisajes culturales que sean interpretables y sustentables cultural
y económicamente por las comunidades.
Por este motivo, el presente registro sistemático contiene un conjunto de datos
fundamentales para elaborar un Plan de Manejo de las áreas arqueológicas de
Zapahuira y Copaquilla. En el entendido que el Plan de Manejo es una herramien-
ta interdisciplinaria que permitirá mejorar las condiciones de sustentabilidad de los
recursos, tanto desde el punto de vista físico como cultural.
Por lo tanto, este documento de carácter técnico debe ser en un segundo momen-
to socializado con las comunidades involucradas en el tema. Esta información es
fundamental para confeccionar un Plan de Manejo participativo, donde los actores
locales puedan complementar los datos técnicos, identificar los diversos inmuebles
de valor cultural que disponen y señalar los usos potenciales para activar su patri-
monio cultural.
Este trabajo se organiza de la siguiente forma. En primer lugar, se revisan los
antecedentes arqueológicos regionales y los estudios en la localidad de Zapahuira
y Copaquilla. Luego, se explica en detalle la metodología aplicada en el mues-
treo del territorio y las técnicas de registro utilizadas. A continuación, se muestran
los resultados generales, especialmente los tipos de inmuebles inventariados y sus
características. Luego, se presentan los análisis de datos, indicando agrupaciones
de inmuebles y caracterizando su potencial patrimonial. Por último, se señalan
8
recomendaciones acerca de la sustentabilidad de los recursos, la potencialidad de
interpretación y gestión cultural de este territorio.
b. Anexo 1: Mapas y fotografías de los sitios arqueológicos de Zapahuira y
Copaquilla.
c. Anexo 2: Síntesis dinámica del documento “Catastro de 45 Sitios Arqueológicos
Vinculados a Comunidades Aymaras en las Provincias de Arica y Parinacota, con
Potencial Turístico”. Este documento, por su contenido netamente referencial se
ha sistematizado en fichas de difusión que contienen una síntesis de los 45 sitios
arqueológicos con potenciales turísticos de la región, registrados en el documento
original. En este catastro la información concentrada se define en las siguientes
áreas de interés: (a) Putre-Tignamar, (b) Camarones, (c) Parinacota-Guallatire, y
(d) Lluta. El catastro sólo incluye sitios accesibles de características monumentales
con potencial turístico. En la descripción general se presenta un panorama de la
historia cultural de cada uno de los sitios refundiendo los conocimientos arqueoló-
gicos disponibles. Para la definición de los sitios arqueológicos se confeccionó una
ficha con los indicadores que se listan a continuación, con el objeto de establecer
un marco general respecto de las condiciones y características de los sitios y sus
posibilidades de formar parte de circuitos de turismo cultural.
d. Anexo 3: Se incluye la Cartilla Patrimonial “Pukaras, Tambos y Gentiles:
Interpretaciones Multivocales Sobre el Paisaje Cultural de Copaquilla y Zapahuira”.
Este trabajo de difusión plantea crear conciencia patrimonial y generar un vínculo
identitario entre los monumentos arqueológicos descontextualizados en el paisaje
cultural de los pobladores andinos.
Finalmente, se agradece a quienes han generado los documentos de investigación
que componen este texto y a las iniciativas de reconocimiento cultural que ha
generado la voluntad política de valorización de la identidad particularista de las
distintas agrupaciones indígenas y pueblos indígenas que se distribuyen en nuestro
país y, finalmente, las incansables iniciativas y gestiones que han realizado expo-
nentes indígenas en la búsqueda del reconocimiento cultural y participativo desde
la singularidad identitaria en el devenir histórico nacional.
Arica, diciembre de 2008.

9
REGISTRO SISTEMÁTICO
DE LOS YACIMIENTOS
ARQUEOLÓGICOS DE
ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA
AUTORES: ALVARO ROMERO GÜEVARA, ROLANDO AJATA LOPEZ,
MANUEL MENDEZ DIAZ.
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PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

1. ANTECEDENTES

1.1 ANTECEDENTES GEOGRÁFICOS

La precordillera de la Región Arica Parinacota corresponde a una estrecha franja


de 30 km de ancho que separa la meseta altiplánica del desierto absoluto. Su lími-
te occidental son las formaciones de la denominada Sierra de Huaylillas a 2.500
msnm; en tanto, sus límites orientales corresponden a las altas cumbres de casi
6.000 msnm de la Cordillera Central (Börgel 1983).
Geomorfológicamente, la precordillera es un piedmont o zona de contacto entre
dos macroformas: la Cordillera de Los Andes y la Depresión Intermedia. Esta
zona de contacto ha sido rellenada por sucesivos aluviones, deslizamientos y de-
positación ingnimbrítica, siendo esta última la de mayor importancia (Seyfried et
al. 1998), provenientes de las zonas más elevadas del este. Es por esto que la topo-
grafía del sector es extremadamente inclinada y muy accidentada, con profundos
despeñaderos y escasos sectores llanos.
Climáticamente esta zona pertenece a la clasificación Desértico Marginal de
Altura en el que se producen precipitaciones de carácter estival que no superan
los 250 milímetros, humedad que no alcanza a borrar las condiciones desérticas.
Respecto a su condición térmica, se puede decir que, en promedio, la temperatura
no supera los 10º C y la oscilación diaria es bastante elevada, causada por la limpi-
dez de sus cielos y la falta de humedad en el aire.
Biogeográficamente, las características topográficas y climáticas condicionan (de
sobremanera) el desarrollo vegetacional, pudiendo encontrar la formación denomi-
nada Estepa Arbustiva Abierta o Tolar, conocida también como hábitat puneño
(IGM, 1985b), representada por formaciones xerófitas como tolares (Baccharis tola)
y queñua (Polylepis incana); y otro hábitat pre-puneño, compuesto por matorrales
de altura en donde se asentó la población humana (Schiappacasse et al. 1989:188).
En el piso pre-puneño, luego de la época de lluvias, las quebradas se llenan de
tupidas formaciones de pastos, tales como poáceas (Eragrostis, Tripogon, Aristida),
Baccharis, Fabiana y Atriplex (Castro et al. 1982). Esta vegetación soporta una
fauna silvestre compuesta por camélidos (Lama guanicoe y Vicugna vicugna), burros
salvajes (Equus sp.), taruca (Hippocamelus antisensis), vizcachas (Lagidium viscacia), cu-
yes (Galea musteloides), gato montés (Felis jacobita), puma (Felis concolor) y diversas
aves como jilguero (Opinus copenis o uropychialis), y perdiz andina (Nothoprocta ornata,
cinerscens o pentlandii).
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PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

Por tanto, se puede afirmar que entre los 3.000 y 3.800 msnm, este medioambiente
logra sustentar la mayor biodiversidad de la transecta entre el Océano Pacífico y la
Cordillera de los Andes. Sin embargo, y por las condiciones desarrolladas anterior-
mente, los suelos son duros y la tierra no es muy fértil, por lo cual es necesario in-
vertir gran cantidad de trabajo para preparar terrenos agrícolas, mediante terrazas
y/o andenes, confección de humus y abono, además del continuo “reposo” de los
terrenos. Con esto se obtiene una escasa cantidad de hectáreas, pero que trabajadas
de manera intensiva suelen ofrecer importantes cosechas.
Esto provoca, en comparación a los valles bajos, un cambio en los cultivos. Los
cultivos de maíz pierden importancia en relación a la papa; las bajas temperatu-
ras permiten el cultivo de quinua (Chenopodium quinua) y se han adaptado a las
condiciones climáticas especies introducidas como el haba (Fabáceas), el orégano
(Origanum vulgare), la alcachofa (Cynara scolymus) y el ajo (Liliaceae).
Además, es una zona eminentemente agroganadera, donde la llama (Lama glama),
alpaca (Lama pacos), caprinos y bóvidos alcanzan una considerable importancia
económica (Keller 1946). Este ganado aprovecha las laderas adyacentes a las áreas
de cultivo donde crecen las poáceas y los andenes donde se cultiva alfalfa.

1.2 ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS REGIONALES

Diversos equipos de investigación, desde la década de 1960 hasta el presente, han


desarrollado estudios acerca del poblamiento prehispánico en la precordillera de
Arica. Por una lado, algunos estudios se han ocupado de vestigios de cazadores
que dejaron evidencias materiales y artísticas en diversos abrigos rocosos de la
escarpada geografía de la precordillera (Niemeyer 1972, Santoro y Chacama 1982,
1984, Santoro 1989), desde hace 9.000 años.
Otro grupo de investigaciones se ha concentrado en los extensos y complejos
poblados y sus andenerías asociadas que ocuparon los estrechos sectores agrí-
colas de los valles precordilleranos, frecuentemente siguiendo las quebradas que
llevan agua más debajo de las actuales localidades (por ejemplo, Belén, Socoroma,
Tignamar, Chapiquiña, entre otros). Estas investigaciones han establecido que
el poblamiento intensivo de la precordillera ocurrió recién desde el denomina-
do período Intermedio Tardío, aproximadamente desde el 1.000 d. C. (Muñoz y
Chacama 2006, Santoro et al. 2004).
Existe consenso entre los investigadores acerca de las características económicas
de este poblamiento prehispánico tardío. Esto es evidente por la proximidad de
los asentamientos a laderas abruptas donde se construyeron obras de ingeniería
hidráulica como: andenerías y sistemas de canalización. Además, es muy probable
que terrazas menos elaboradas hayan servido para soportar ganado camélido.
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PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

Se acepta que la población prehispánica habitó asentamientos de diversos tamaños


(y en diversos sectores topográficos), destacando las grandes aldeas y pukaras, que
concentraron la mayor parte de la población y además fueron centros sociopolíti-
cos e ideológicos. Estas aldeas y pukaras estaban compuestas por unidades habita-
cionales de paredes pircadas, generalmente de planta circular (Muñoz et al. 1997).
Sin embargo, estos consensos no se establecen al momento de entender e interpre-
tar las características sociopolíticas y organización social de estos asentamientos.
Ciertos autores indican que la precordillera sería un espacio de interacción socio-
política entre dos grandes entidades culturales: Por un lado, la influencia de los
señoríos altiplánicos (esencialmente el señorío Caranga), y por otro, la presencia
de poblaciones locales de tierras bajas identificadas con Cultura Arica (Muñoz
y Chacama 2006). Otros autores, basándose más en evidencia arqueológica que
en datos etnohistóricos, señalan la presencia de un núcleo poblacional local pre-
existente, identificado como grupo Charcollo, el cual tuvo una mayor relevancia
demográfica y que sirvió como catalizador de las influencias altiplánicas y costeras
(Romero 2003, Santoro et al. 2004).
Cualquiera haya sido la alternativa, la ocupación de la precordillera estuvo dada
por comunidades económicamente autónomas, pero con algún tipo de integración
cultural e ideológica más amplia, que debió incluir tanto las tierras del altiplano
oriental y la costa occidental. Esta dinámica política interna y externa se mantuvo
con autoridades locales que sustentaban su poder más en el prestigio, que en car-
gos preestablecidos o linajes, propias de sociedades más complejas.
Una evidencia relevante para interpretaciones sociopolíticas y étnicas de poblacio-
nes prehispánicas precordilleranas han sido las chullpas, construcciones funerarias
de barro y/o piedra que se caracterizan por tener un vano de acceso, como una es-
pecie de mausoleo, donde originalmente los restos naturalmente momificados des-
cansaban junto a un ajuar funerario (Romero 2003). Estas chullpas son, sin duda,
de origen altiplánico y muy probablemente expresión del culto a los antepasados.
Situación que se refleja en la interpretación de ciertos autores que sostienen que las
chullpas son una expresión de los ayllus aymaras prehispánicos (Kesseli y Parssinen
2005).
La presencia Inka en la precordillera significó varios cambios políticos importan-
tes. Cambios que incrementaron la complejidad social, donde por sobre las auto-
ridades locales fueron impuestos líderes provenientes de provincias altiplánicas de
gran prestigio dentro del Estado Inka. Relativas a esto fueron las alianzas que los
nuevos administradores Inka tuvieron con autoridades y poblaciones altiplánicas,
incrementando aún más las migraciones e influencias preexistentes.
Con la llegada hispana, en el piso precordillerano es probable que la población
de raíz indígena siguiera sufriendo rápidos cambios sociopolíticos, aunque no tan
apabullantes ni tan desestructuradores como los que sufrieron las poblaciones cos- 15
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

teras y de valles bajos, quienes fueron prácticamente exterminados y absorbidos


por la creciente vida urbana y expansión de haciendas agrícolas. En la precordille-
ra, no obstante, la fundación de “pueblos de indios” que limitaron la movilidad y
explotación del máximo de espacios agrícolas, los líderes indígenas mantuvieron
cuotas de poder al interior de las nuevas instituciones coloniales. Este privilegio
de ciertas jerarquías políticas indígenas fue motivado por las dificultades políti-
co-administrativas de la Corona para supervisar directamente estos espacios tan
extensos.

1.3 ANTECEDENTES DEL ÁREA DE ZAPAHUIRA

Desde la década de 1960 se han desarrollado estudios sobre el poblamiento pre-


hispánico en la Precordillera de Arica, específicamente en el área arqueológica de
Zapahuira. Cualquiera haya sido la alternativa de ocupación en la precordillera,
esta consistió en comunidades económicamente autónomas con algún tipo de in-
tegración cultural e ideológica más amplia, donde las autoridades se basaban en el
prestigio y no en cargos preestablecidos.
El panorama social del sector de Zapahuira previo al establecimiento del Estado
Inka fue similar a lo que ocurría en otras quebradas de la precordillera de Arica. Se
han informado dos asentamientos preincaicos en el área, una aldea en Chapicollo,
con su respectiva fortaleza en la cumbre del cerro homónimo (Az-123), y otra
ocupación de menor estructuración en el cerro tangani Huaycuta (Az-121, Muñoz
et al. 1987). Es muy probable que la ocupación de Huaycuta haya sido un paradero
ceremonial, dispuesto en una formación rocosa natural visible desde un área ex-
tensa. Eso podría explicar la posterior instalación Inka ubicada a los pies del cerro
Huaycuta.
Este yacimiento Inka ha sido identificado como Zapahuira 1 (Muñoz et al. 1987),
Azapa 40 (Dauelsebrg 1959) o Zapahuira Qolqas (Chacama y Briones 2001). Está
compuesto por dos grupos de estructuras pircadas, destruidas y divididas por el
paso de la carretera internacional. Estos grupos están compuestos por unidades
cuadrangulares adosadas, todas ellas con muros de hilada doble, sin puertas de
acceso y solo ventilaciones. Por eso, este asentamiento se ha interpretado como un
sector de almacenaje estatal o qolqas.
En las cercanías de estas construcciones se han registrado dos estructuras rectan-
gulares de adobe, identificadas como chullpa o unidades funerarias y/o ceremonia-
les (Az-122). A diferencia de los primeros informes (Muñoz et al. 1987), hoy se
asume que las chullpas son construcciones preinkas, asociadas a la interacción de
las poblaciones locales con poblaciones altiplánicas, y no a un efecto directo del
Estado Inka en la zona (Muñoz y Chacama 2006, Romero 2003b).
16
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

En las cercanías de actual pueblo de Zapahuira, y distante unos 2,6 km aguas arriba
de Zapahuira 1, se emplaza Zapahuira 2 (Az-124) o Zapahuira Kancha (Santoro
et al. 2005). Consiste en un asentamiento de mayor tamaño y complejidad que
Zapahuira 1, compuesto por dos grandes complejos rectangulares tipo kancha de
construcción maciza, de muros dobles con relleno. La kancha oriental mide 40 x
37 m, mientras que la occidental 42 x 25 m. Además, el lado mas largo de la kan-
cha oriental está orientado al norte, y la cancha occidental, tiene una desviación
cercana a los 20 grados. Estos complejos rectangulares se separan por 95 metros,
dentro de los cuales se han identificado más de 10 unidades domésticas de forma
circular.
Se denomina kancha o RPC a un tipo de arquitectura típicamente inka, compuesta
por diferentes unidades rectangulares que delimitan o dan forma a un gran patio
interno (Hyslop 1990).
Además, se cuenta con varios fechados absolutos correspondientes al sector de
Zapahuira. Seis corresponden a fechas de termoluminiscencia (TL) aplicadas a
fragmentos de cerámica recolectados superficialmente. Los resultados de estas fe-
chas TL, obtenidas por Muñoz y colaboradores (1997), van desde el 1.210 ± 100
hasta 1.520 ± 50, es decir desde momentos preinkas hasta plenamente Inka, espe-
cialmente en Zapahuira 2.

Código Yacimiento Unidad Fecha Edad TL +- Estilo


UCTL-190 Zapahuira 1 CII 1.210 dC 780 100 Saxamar
UCTL-191 Zapahuira 1 R 1-CII 1.240 dC 750 75 Inka N/R
UCTL-192 Zapahuira 2 R2 1.520 dC 470 50 Inka N/R
UCTL-201 Chapicollo 2 R 15 1.270 dC 720 50 San Miguel
UCTL-203 Chapicollo 1 R 13 1.500 dC 490 50 N/Rojo
UCTL-209 Huaycuta R8 1.430 dC 560 50 Inka N/R

Los fechados de radiocarbono (C14) son más efectivos para tener una cronología
de contextos intactos. De esta forma, Muñoz y colaboradores (1997) presentan
tres fechas C14 provenientes de rasgos arquitectónicos. Estos corroboran el hecho
de que las chullpas son construcciones preinkas, y que las qolqas se asocian a las
primeras expansiones del Estado Inka.

Código Yacimiento Unidad Edad C14 +- Rango dC


UA-2910 AZ 122 Ch. 1 535 95 1.300-1.450
UA-2911 AZ 122 Ch. 2 660 60 1.280-1.400
UA-2912 Zapahuira 1 R6 435 105 1.400-1.640

Recientemente, el año 2005, nuevas excavaciones en el Zapahuira 2 (Az-124) han


revelado mayores antecedentes acerca de la cronología de la expansión del Imperio
Inka en la precordillera de Arica (Santoro et al. 2005). Se advierte que Zapahuira 2 17
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

tiene dos etapas de ocupación, una contemporánea a la construcción de Zapahuira


1, y otra posterior, posiblemente asociada a la consolidación del Estado Inka.

Código Yacimiento Unidad Edad C14 +- Rango dC


BETA-189245 Zapahuira 2 R 2, Estrato 3 290 50 1.510 - 1.660
BETA-189246 Zapahuira 2 R 2, Estrato 6 590 50 1.305 - 1.405
BETA-200945 Zapahuira 2 R 17, Estrato 4 330 50 1.490 - 1.640
BETA-200946 Zapahuira 2 R 17, Estrato 5 420 50 1.430 - 1.620

Algunos especialistas han discutido la denominación de Tambo Zapahuira a este


yacimiento porque los Tambos son conjuntos administrativos del Estado Inka,
compuestos por una serie de estructuras de diversa función como almacenaje,
control y habitación, todos ellos asociados a la red vial.
En ese contexto, Zapahuira 1 correspondería sólo al sector donde se ubicarían las
qolqas o depósitos estatales (Chacama y Briones 2001). La kancha y kallanka, estruc-
turas de indudable función administrativa, junto con los recintos habitacionales,
formarían lo que se denomina Zapahuira 2, a más de 2 kilómetros de Zapahuira
1.

1.4 ANTECEDENTES DEL ÁREA DE COPAQUILLA

Aun cuando existe un amplio cúmulo de estudios e interpretaciones acerca de las


sociedades del pasado precordillerano, relativamente poco se conoce acerca del va-
lle de Copaquilla. La escasa bibliografía arqueológica existente, reconoce tan sólo
evidencias de pukaras, aldeas, cementerios de cistas y chullpas (Schiappacasse et al.
1989, Muñoz y Chacama 2006).
Las primeras exploraciones fueron realizadas por P. Dauelsberg (1959), quien re-
conoce someramente el pukara de Copaquilla, asignándole el nombre de Az-39.
Luego, en la década del 1970, H. Niemeyer estudió y registró los materiales y la
planimetría del pukara de Copaquilla y el poblado de Copaquilla. Años después se
destacó la presencia de “abundantes sepulturas aisladas o formando agrupaciones
y de variada morfología: fosas cilíndricas revestidas de piedra, sepultaciones en
oquedades rocosas y cerradas con pircas y chullpas hechas de sillares de piedra y
argamasa” (Schiappacasse et al. 1989: 191).
A partir de estos estudios se llevó a cabo en 1979 una restauración del pukara
de Copaquilla, debido a su fácil acceso desde la Carretera Internacional Arica-La
Paz. Esto significó limpiar de escombros y piedras su superficie, levantar muros, y
elaborar senderos interpretativos, que parecen no corresponder a los senderos de
comunicación internos originales.
18
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

Luego de casi 30 años, Muñoz y Chacama (2006) hacen una descripción de las
características arquitectónicas y de emplazamiento de estos asentamientos (pukara
y poblado) y de los materiales culturales presentes, en especial la cerámica. La
descripción del poblado indica una variedad enorme de funciones y técnicas cons-
tructivas, denotando una presión por ocupar intensivamente la ladera. También
señalan, que este poblado fue habitado largo tiempo, desde un período preinka
primordialmente de bases costeras, hasta un segundo período con influencia alti-
plánica, y finalmente un período Inka, donde las poblaciones locales interactuaron
con los administradores altiplánicos.
Estos trabajos no han explicado el rol de estos poblados complejos y sus cemen-
terios dentro del panorama social e ideológico imperante en la precordillera de
Arica. Sin embargo, poco se ha dicho acerca del funcionamiento de los procesos
sociales dentro del mismo valle de Copaquilla. Para determinar estos detalles, no
basta con estudiar los asentamientos complejos, sino también los recursos de baja
densidad mediante estrategias sistemáticas de prospección.

19
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

2. METODOLOGÍA DE PROSPECCIÓN

2.1 ESTRATEGIA DE INVESTIGACIÓN

El reconocimiento sistemático de las evidencias arqueológicas de una región se


realiza mediante dos estrategias de prospección, por muestreo al azar o por co-
bertura total (Muller 1975; Fish y Kowalewski 1990), y su elección depende de los
objetivos del estudio arqueológico. En el contexto de nuestro proyecto se utiliza
la prospección por cobertura total o full coverage para obtener una visión lo más
completa posible del patrimonio existente en el sector de Copaquilla.
La prospección por cobertura total consiste en una estrategia destinada a docu-
mentar la mayor cantidad de evidencias arqueológicas presentes en una unidad de
terreno determinada. Si bien, esta estrategia de campo requiere mayor inversión de
recursos en el corto plazo, a diferencia de la prospección por muestreo, constituye
la estrategia de documentación más eficaz para una serie de objetivos, tanto de
investigación científica, como también, de tipo patrimonial. Con un listado más
completo acerca de los yacimientos existentes, se pueden tomar decisiones de pla-
nificación y sustentabilidad más acertadas respecto de los bienes patrimoniales.
De acuerdo a las características del terreno, a las condiciones de visibilidad de los
materiales arqueológicos y a los objetivos del trabajo, fue necesario utilizar una
táctica pedestre para el reconocimiento en terreno (Gallardo y Cornejo 1986). La
táctica pedestre en conjunto con la separación de los prospectadores en el terreno
permitiría identificar todos, o al menos una buena parte, de los conjuntos arquitec-
tónicos presentes en el entorno inmediato.
En este contexto, diferenciamos dos tipos de yacimientos arqueológicos de acuer-
do a su congregación y complejidad constructiva, correspondiente a yacimientos
de alta y baja densidad de materiales arqueológicos. Entendemos como yacimien-
tos arqueológicos de alta densidad aquellos lugares con una mayor concentra-
ción de evidencias arqueológicas, tomando la forma de ruinas monumentales, por
ejemplo, pukara, aldeas y cementerios, tambos y chullpa. La mayoría de este tipo de
yacimientos ya es conocida en la literatura arqueológica local y han desempeñado
un importante papel en la interpretación histórica y cultural de la Precordillera de
Arica (Muñoz et al. 1997). Sin embargo, estos yacimientos arqueológicos solo for-
man parte de un conjunto mayor de evidencias arqueológicas.
En cambio, los yacimientos de baja densidad son entendidos como aquellos lu-
gares con evidencias arqueológicas de menor dimensión y visibilidad, que repre-
20
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

sentan una gran variedad de actividades del pasado y que complementan la infor-
mación proveniente de los yacimientos de alta densidad.
Ambos tipos de yacimientos son fundamentales para el estudio de paisajes arqueo-
lógicos ya que permiten una visión articulada y completa de un territorio, visión
que solamente se puede alcanzar a través de estrategias de reconocimiento arqueo-
lógico como la que se utiliza en este proyecto.

2.2 REGISTRO DE PROSPECCIÓN PEDESTRE

La principal herramienta de registro fue una ficha especialmente diseñada. Esta se


elaboró con el propósito de optimizar las labores de registro en terreno, tanto en
términos de rapidez, como para asegurar la unificación de los datos para su poste-
rior traspaso a una base de datos. Esta ficha además se complementa con el uso de
un equipo adicional individual para cada investigador, compuesto por navegador
satelital (GPS), cámara fotográfica digital, radio de comunicación.
A cada investigador se le entregó una ruta previa de los sectores a prospectar, de
manera de planificar de mejor manera la optimización del tiempo, los recursos de
transporte y lograr la revisión de cada estrato de prospección. El seguimiento de
la ruta consideró los 5 m de error promedio del navegador satelital y otros 5 m de
error horizontal del Modelo Digital de Terreno.
Por tanto, las rutas planificadas fueron en lo posible espaciadas considerando un
rango de 70 m de visibilidad para terrenos planos. Esto quiere decir, que supu-
simos que cada investigador podía acceder visualmente a toda un área mediante
transectas separadas por 70 m o menos.
De esta forma en Copaquilla se contó con siete prospectadores que trabajaron en
diferentes campañas de terreno, los cuales cubrieron un área promedio de aproxi-
madamente 110 hectáreas cada uno, lo cual permitió abarcar el total del área de
prospección propuesta.
En el caso de Zapahuira, se contó con cuatro investigadores que en cuatro días de
terreno debieron recorrer un área de aproximadamente 86 hectáreas para poder
cubrir la totalidad del área efectiva de prospección del polígono analizado.
La ficha de prospección considera, en primer lugar, un campo de geomorfología,
para caracterizar la localización de los sitios arqueológicos, incluyendo, pampa,
fondo de quebrada, pendiente suave, pendiente abrupta y cima. Luego, entrega
una tipología de 10 tipos de yacimientos, posibles de encerrar toda la gama po-
sible de variación en el área. Estos tipos son: (1) Hallazgo Aislado, (2) Evidencia
Estratigráfica, (3) Alero, (4) Rasgo Lineal (camino o canal), (5) Estructura Aislada,
(6) Asentamiento Simple (hasta 3 unidades), (7) Asentamiento Complejo, (8)
Cementerio, (9) Campos de Cultivo (andén o terraza) y (10) Arte Rupestre. En 21
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

esta sección sólo se rellenó una de las alternativas, para cuidar no crear nuevas ca-
tegorías mixtas. Si fuera estrictamente necesario se agrega una nueva en el campo
“Otro Tipo”.
Sin duda, la ficha recoge nuestro énfasis en categorizar y registrar los yacimientos
de baja densidad. Aunque esta ficha también permite registrar nuevos sitios de
alta densidad, diferentes a los ya conocidos, su incorporación a nuestra base de
datos requiere de otro tipo de procedimiento de registro. En ambos casos, tanto
en Zapahuira como en Capaquilla, no se ficharon los dos yacimientos de alta den-
sidad, presentes en el polígono, porque ya han sido documentados anteriormente:
Zapahuira por Muñoz et al. 1987, Muñoz y Chacama 2006, Santoro et al. 2005,
entre otros, y Copaquilla por Schiappacasse et al. 1989, Muñoz y Chacama 2006.
Los yacimientos poseen componentes o rasgos y materiales muebles, los cuales
pueden aparecer individual o conjuntamente, por lo tanto, pueden señalarse va-
rias alternativas. Entre los denominados rasgos lineales, podemos esperar: huella,
camino, canal y muro. Mientras que entre las estructuras arquitectónicas simples
podemos registrar: marka (pila), apacheta, cajas rituales y paraviento. Entre las es-
tructuras arquitectónicas más complejas, identificamos: habitacional, depósito, co-
rral, tumba (subterránea), y chullpas (sepulcro aéreo).
Los materiales muebles, pueden ser previamente separados en dos grandes ca-
tegorías. La primera categoría son rasgos de clara procedencia histórica, tales
como: vidrio, loza, metal industrializado (clavos, herraduras, alambre, etc.), guano
y material óseo de equino o vacuno. Finalmente, una última categoría tiene rela-
ción con materiales muebles con alguna posibilidad de tener una procedencia
prehispánica o al menos de tradición indígena, tales como, cerámica, objetos líti-
cos, desecho lítico, material óseo humano o animal nativo, material malacológico,
objeto de madera, objeto de metal, restos de mineral y coprolito de camélido. Sin
duda entre estos, existen algunos ítems que son sin duda evidentemente prehispá-
nicos, tales como cierta cerámica decorada o artefactos líticos.
La ficha se complementa con un campo de descripción, donde se registra con ma-
yor detalle las características antes reseñadas, como emplazamiento, rasgos y mate-
riales, pero también poniendo énfasis en las dimensiones del hallazgo. Por último,
se deja un sector para describir las fotos tomadas en este lugar, lo que permite
capturar información importante de los yacimientos y que sirven para contrastar
posteriormente las bases de datos.

2.3 OTRAS TÉCNICAS DE RECONOCIMIENTO

Además de la prospección pedestre se realizó un trabajo de reconocimiento de


yacimientos por medio de imágenes satelitales. Gracias a la resolución de 1:1.250
22 de las imágenes correspondientes a los sectores de Zapahuira y Copaquilla que se
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

disponen a través del software Google Earth Plus™, por medio de su examen visual
es posible discriminar objetos de un tamaño superior a los 10-12 m. en Zapahuira
y 6 m en Copaquilla.
De esta forma se pudieron establecer grandes áreas que corresponderían a siste-
mas de andenerías de cultivo, hoy en día en desuso. Esta identificación por me-
dio de técnicas de teledetección fue testeada en terreno, confirmando su tamaño,
forma y función. Del mismo modo se pudo hacer un seguimiento y trazar tramos
no reconocidos en terreno de los caminos registrados mediante la prospección
pedestre.
Por último, se revisó la información publicada de investigaciones arqueológicas
en el área de Zapahuira (Dauelsberg 1959 [1995]; Muñoz et al. 1987) y del área
de Copaquilla (Schiappacasse et al. 1989, Muñoz y Chacama 2006) con motivo de
caracterizar, localizar y delimitar los yacimientos previamente informados. Estos
corresponden mayoritariamente a sitios amplios y de funcionalidad compleja, los
cuales fueron registrados a partir de la búsqueda de yacimientos de alta densidad,
mediante informantes locales y prospecciones de baja escala.

2.4 SECTOR PROSPECTADO EN ZAPAHUIRA

El territorio prospectado corresponde a un área discreta de forma arbitrariamente


rectangular que alcanza 1.500 hectáreas. Uno de sus lados alcanza 5 km de largo,
en orientación este-oeste, mientras que el lado opuesto mide 3 km.
23
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

A partir de los aspectos geomorfológicos generales se observa una unidad geo-


gráfica principal denominada cuenca de Zapahuira. Además, de otras dos cuencas
mayores: la cuenca del Tograje-Seco y la cuenca del río Cabrapoco.
La quebrada de Zapahuira nace en las partes más altas de la divisoria de aguas de la
Cordillera Central, a 10 km al este del pueblo de Zapahuira, a más de 4.700 msnm.
También se le denomina quebrada Vilasamanani al tramo alto. El tramo cultivable
tiene una longitud de 1,8 km, alcanzando en la actualidad un área de cultivos de
aproximadamente 22 hectáreas. A 4,6 km aguas abajo del pueblo la quebrada de
Zapahuira se une al río Seco.
Además, en las cercanías del pueblo de Zapahuira confluyen dos quebradas en el
margen norte, que permiten la acumulación de mayores cantidades de agua y suelo
agrícola. Se trata de las subcuencas formadas por las quebradas de Guañazapa y
Chapicollo.
También, dentro del polígono de prospección se registran tres pampas de diferen-
tes extensiones. Al norte se ubica la Pampa Quipa o Pampa Aeropuerto. Pampa
Zapahuira se le denomina a la franja ubicada al sur del pueblo. Finalmente, la
Pampa Huaycuta ocupa la parte occidental de la quebrada Zapahuira.

Estructura
Aislada en Pampa
Huaycuta (ZAP
76).

En relación a los cerros, se distingue el cerro Huaicuta o cerro Sombrero, una pe-
queña meseta o tangani que se eleva unos 50 m sobre la pampa. El cerro Chapicollo
se eleva unos 3.420 msnm, dejando laderas pronunciadas en todas sus direcciones.
Hacia el norte y noroeste del pueblo de Zapahuira se forma un complejo cordón
montañoso, donde destacan el Cerro Calvario y el Cerro Ancovilque.
Para maximizar el hallazgo de las evidencias arqueológicas se efectuó una secto-
rización de los espacios dentro del sector de estudio, considerando las caracterís-
ticas orográficas reseñadas recientemente. De esta manera se definieron, según
24
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

las imágenes satelitales y el Modelo Digital de Terreno, dos estratos o unidades


principales de prospección: a) QUEBRADA y b) PAMPA.
El primer estrato corresponde a los fondos de quebradas, compuestos por lechos
con arenas y vegetación densa, y a laderas de pendiente abrupta, por sobre 15º,
que forman las paredes de cerros y quebradas. Este estrato abarca 7.769.840 m2,
lo que equivale al 51,8% del polígono de prospección. En los fondos de quebrada
existe una mínima posibilidad de registrar yacimientos arqueológicos o al menos,
encontrar yacimientos en buen estado de conservación, producto de la dinámica
fluvial que toma mucha fuerza en épocas estivales. En las laderas la posibilidad
de yacimientos arqueológicos se limita a aleros y diversas estructuras asociadas a
la agricultura intensiva, tales como canales, caminos, andenes, muros y recintos
habitacionales aislados.
El segundo estrato corresponde a pampas o zonas sin pendiente o pendiente mo-
derada (entre 0º y 15º). Su extensión es de 7.230.160 m2, lo que equivale al 48,2%
del polígono de prospección, es decir, una extensión bastante similar al primer
estrato. Estas áreas presentan una vegetación xerófita y una mayor posibilidad
de diversidad de inmuebles patrimoniales, tales como rasgos arquitectónicos, ha-
bitacionales, almacenaje, administrativos y corrales. También existirían áreas de
dispersión de materiales arqueológicos y caminos.
A continuación el resumen cuantitativo del área en metros cuadrados de cada es-
trato y su relación porcentual en relación al área total.

ESTRATOS ÁREA (M2) %


Estrato A: Quebradas 7.769.840 51,8%
Estrato B: Pampas 7.230.160 48,2%
TOTAL POLÍGONO 15.000.000 100,0%

Esta estratificación en términos de la topografía, fue complementada con los an-


tecedentes culturales disponibles, para delimitar de mejor manera las áreas nece-
sarias de ser prospectadas. Esto consideró descontar el área alterada por la actual
ocupación humana, tales como el pueblo de Zapahuira, ubicado en la ribera del
río homónimo, y el asentamiento nuevo formado a los costados de la Carretera
Internacional.
Ambas áreas concentran una amplia densidad de desechos culturales, esencialmen-
te de periodos subactuales. Si bien, es posible esperar evidencias correspondientes
a períodos prehispánicos en estas áreas, estas sólo lograrían ser registradas tras
invertir mucho tiempo en el registro de evidencias subactuales, de menor impor-
tancia patrimonial.

25
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

También fueron descontadas las actuales áreas de cultivo, por lo removido del
terreno y su uso intensivo. Además de otras razones logísticas que tienen que ver
con el acceso a dichas áreas.
Finalmente, fueron descontadas las áreas adyacentes a los yacimientos arqueo-
lógicos plenamente identificados e investigados. Estos sitios son: Zapahuira 1,
Zapahuira 2, Pukara y Poblado de Chapicollo, Cerro Huaycuta. Estos inmuebles
requieren otro tipo de trabajo de registro, para incorporarlo a este inventario, el
que se basa esencialmente en revisión bibliográfica.
En la siguiente tabla se describe el tamaño de las áreas no consideradas para la
prospección por cobertura total, y su relación porcentual relativa al área total del
polígono. También se resta esta cifra para obtener el área total cubierta por la pros-
pección, es decir, un 91,8% de las 1.500 hectáreas.

ÁREAS NO CONSIDERADAS ÁREA (M2) %


Yacimientos alta densidad 117.219 0,8%
Andenes en desuso 597.421 4,0%
Asentamientos actuales 297.831 2,0%
Cultivos Actuales 220.579 1,5%
TOTAL ÁREA NO CONSIDERADA 1.233.050 8,2%
TOTAL PROSPECTADO 13.766.950 91,8%

2.5 SECTOR PROSPECTADO EN COPAQUILLA

El área de estudio se encuentra delimitada por un área cuadrangular de 805 hectá-


reas que encierra el sector más bajo de la cuenca del río Seco. Las dimensiones de
esta área alcanzan 3,1 km de largo, en el sentido Norte-Sur, y 2,6 km en el sentido
Este-Oeste. Las principales unidades geográficas del área de estudio corresponden
al valle de Copaquilla. Además, la quebrada de Mulahumaña corresponde a una
cuenca hidrográfica menor que alimenta el valle desde el Nordeste.
El río Seco tiene sus nacientes en la divisoria de aguas de la Cordillera Central
a más de 4.700 msm. Un afluente importante del Río Seco es la quebrada de
Vilasamanani-Zapahuira, donde se localiza la actual localidad de Zapahuira. Sin
embargo, los recursos acuíferos más importantes del valle de Copaquilla provienen
de vertientes locales y solo en época estival se obtienen aportes complementarios
desde sus cabeceras.
Además, el valle de Copaquilla se caracteriza por constituir una cuenca cerrada
por dos farellones o cañones rocosos, los cuales dejan una extensión máxima del
valle de 1,8 km. Su localización altitudinal a una cota promedio de 2.850 msm
26 convierten a este valle en el más bajo de la precordillera de Arica (considerando
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

las hoyas de Azapa y Lluta), y que presenta uno de los microclimas más favorables
en términos agrícolas.
Una manera de ordenar los recorridos de la prospección y así maximizar el hallazgo
de las evidencias arqueológicas fue la sectorización del área de estudio en estratos,
los que consideraron las características orográficas del lugar. De esta manera se
definieron, según las imágenes satelitales y un Modelo Digital de Terreno (MDT),
tres estratos o unidades principales de prospección: A) Margen Nordeste, B)
Fondo y Laderas del Valle, y C) Margen Suroeste.
El primer estrato corresponde al margen nordeste del valle de Copaquilla el cual
está conformado en su sección septentrional por una pequeña planicie que se de-
sarrolla entre la quebrada Río Seco y los alrededores de la quebrada Mulahumaña,
y en su sección meridional por una serie de accidentadas y abruptas quebradillas,
entre las que destaca la quebrada Peregrina, tributaria del río Seco y que tienen su
origen en el cerro Copaquilla. Este estrato abarca un área de 4.265.490 m2, que
equivale al 53,0% del área de prospección.
El segundo estrato corresponde al fondo y laderas del valle, el cual presenta una
vegetación arbustiva y pastos naturales que cubren el fondo del valle, así como
laderas de pendiente abrupta que han sido aprovechadas agrícolamente. Este es-
trato cubre 863.302 m2, lo que equivale al 10,7% del polígono de prospección. El
lecho mismo del valle presenta una escasa posibilidad para el registro de evidencias
arqueológicas debido fundamentalmente a dos situaciones: La primera relacionada
con el acceso a terrenos de propiedad privada, y la segunda relacionada con la
actividad agrícola y la dinámica fluvial que ha modificado a través de los años cual-
quier tipo de evidencia del pasado. Sin embargo, las laderas del valle presentan un
mayor potencial para el descubrimiento de evidencias arqueológicas, a excepción
de aquellas zonas que han sido mayormente modificadas por actividades agrícolas
en el último tiempo.
El tercer estrato corresponde al margen suroeste del valle de Copaquilla, el cual
está conformado por una cumbre aislada denominada pukara localizada inmedia-
tamente al sur de esta carretera, un sector de planicie de leve pendiente y un sec-
tor de accidentadas y abruptas quebradillas que tienen su origen en la formación
denominada Pampa El Muerto. Su extensión es de 2.921.062 m2, lo que equivale
al 36,3% del polígono de prospección. Esta área presenta condiciones similares al
margen norte, cuyos filos de quebradas se disponen de manera perpendicular a la
del valle, presentando una mayor posibilidad de encontrar evidencias de tránsito y
estructuras de uso temporal dispersas en el terreno.
Como una manera de optimizar el reconocimiento de las evidencias arqueológicas
se decidió delimitar el área que se encuentra más alejada del valle de Copaquilla,
la cual presenta las menores posibilidades de presencia de evidencias arqueológi-
cas y así concentrar los esfuerzos en las zonas con mayores opciones de localizar 27
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

hallazgos arqueológicos. De esta manera, se descontó un área de 399.718 m2 de


terreno que se localiza al norte del tercer estrato e inmediatamente al Noroeste
de la Carretera Internacional Arica-Tambo Quemado, la que hemos denominado
“Lomadas Altas”.
A continuación el resumen cuantitativo del área en metros cuadrados de cada es-
trato y su relación porcentual en relación al área total.

ESTRATOS ÁREA (M2) %


Estrato A: Margen Nordeste 4.265.490 55,76%
Estrato B: Fondo y Ladera de Valle 863.302 11,28%
Estrato C: Margen Suroeste 2.521.344 32,96%
TOTAL POLÍGONO DE PROSPECCIÓN 7.650.136 100,00

28
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

3. RESULTAD OS GENERALES DEL ESTUDIO EN


ZAPAHUIRA

3.1 DESCRIPCIÓN GENERAL

La aplicación de estas metodologías de reconocimiento permitió elaborar una base


de datos que reunió 166 registros. Sin duda, la metodología de mayor rentabilidad
correspondió a la efectuada mediante prospección pedestre, la que dio como resul-
tado un registro de 139 inmuebles de valor patrimonial.
A través del reconocimiento por teledetección (imágenes satelitales) se pudieron
identificar 19 áreas de cultivo que corresponden exclusivamente a andenerías ubi-
cadas en laderas abruptas. Finalmente, los yacimientos previamente reconocidos
por las investigaciones anteriores sumaron ocho.
De estos 166 registros, una amplia mayoría corresponde a yacimientos arqueoló-
gicos de data prehispánica (54,8%), mientras que los yacimientos de tiempo his-
tórico tienen una representación mínima (1,8%). Incluso los rastros actuales se
presentan en mayor número (3%).

Época N %
Prehispánica 91 54,8%
Histórica 3 1,8%
Actual 5 3,0%
Indeterminada 67 40,4%
Total 166 100.0%

Sin embargo, es significativo que exista un amplio número de evidencias en las


cuales no se pudo establecer fehacientemente su época de origen (40,4%).
La ocupación de este territorio en distintas formas de movilidad, ya sea por caza-
dores-recolectores, trashumantes, caravaneros prehispánicos, arrieros históricos,
o pastores, ha dejado registros materiales mínimos que han dificultado tener una
visión certera de la cronología de tales evidencias. Además, la continuidad cultural
de los habitantes de las diferentes épocas ha permitido la reocupación de muchos
de estos caminos, refugios y asentamientos.
Respecto al emplazamiento de los 166 registros, una mayoría se ubica dentro de
las distintas pampas o llanuras del perímetro de prospección (44,6%), mientras que
un número inferior (38,5%) se emplaza en las distintas quebradas del sector de
29
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
REGISTRO SISTEMÁTICO DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE ZAPAHUIRA Y COPAQUILLA

estudio. Mientras que los inmuebles que por su extensión ocupan tanto la pampa
como las quebradas, presentan una importante frecuencia (16,9%).

EMPLAZAMIENTO N %
PAMPA 74 44,5%
Pampa 59 35,5%
Ladera en Pampa 15 9,0%
QUEBRADA 64 38,6%
Ladera 51 30,7%
Base 9 5,4%
Cumbre 4 2,4%
PAMPA Y QUEBRADA 28 16,9%
Total 166 100,0%

Sin embargo, dentro de la Pampa podemos diferenciar un sector extremadamente


llano (35,5%) de otro sector de laderas correspondiente a pequeñas quebradillas
(9%). Del mismo modo, dentro de la formación de quebrada, la gran mayoría de
los inmuebles se emplaza en la ladera (30,7%), mientras que un mínimo en su base
(5,4%) o en la cumbre (2,4%).
Respecto a la potencial valorización de los inmuebles registrados, podemos dis-
tinguir tres valores principales: uno científico, relativo a la potencialidad de inves-
tigación; otro cultural, relativo a la potencialidad de interpretación cultural por
parte de la comunidad, formando parte de sus aspectos identitarios; y por último,
su valor paisajístico, es decir, que sirva para potenciar el paisaje natural y cultural
circundante.
Sin duda estas categorías no son excluyentes, y existen inmuebles que poseen los
tres valores (18,1%). Aunque la gran mayoría de los inmuebles (40,9%) poseen dos
valores principales: Científico y Cultural. Sin embargo, los inmuebles que poseen
sólo un valor cultural también están bien representados (27,1%).

Principal Valorización N %
Científico, Cultural y Paisajístico 30 18,1%
Científico y Cultural 68 40,9%
Científico y Paisajístico 3 1,8%
Cultural y Paisajístico 9 5,4%
Cultural 45 27,1%
Científico 10 6,0%
Paisajístico 1 0,6%
Total 166 100,0%

30
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3.1.1 Tipología de Yacimientos

De los 166 registros hemos distinguido trece categorías de yacimientos arqueo-


lógicos, de acuerdo al tipo de evidencia y la resolución de la información que
entregan.
Los que se presentan en mayor número corresponden a Campos de Cultivo
(20,5%). Mientras que los Caminos (16,9%) y las Estructuras Aisladas (14,5%)
también tienen una buena representación. Un poco más atrás están las Markas
(10,2%) y los Alineamientos (9%)

Tipo Yacimiento N %
Campos de cultivo 34 20,5%
Camino 28 16,9%
Estructura aislada 24 14,5%
Markas y uta 17 10,2%
Alineamientos o muros 15 9,0%
Asentamiento simple 10 6,0%
Despejes 8 4,8%
Asentamiento complejo 7 4,2%
Alero 6 3,6%
Material Mueble 5 3,0%
Subactual 4 2.4%
Alero Arte Rupestre 4 2,4%
Rasgo funerario 4 2,4%
Total 166 100,0%

En relación a los rasgos arquitectónicos hemos diferenciado, según su grado de


inversión, alineamientos o muros, estructuras aisladas, y markas.
Los ALINEAMIENTOS AISLADOS (15 casos) comprenden evidencias de li-
mitada extensión que corresponden a rasgos de función imprecisa, pudiendo ser,
límites o demarcaciones de áreas de cultivos (ZAP 9), trabajos de despejes de pie-
dras para formar áreas de cultivos (ZAP 82), canales de irrigación (ZAP 97) o en
último caso a caminos (ZAP 55) o estructuras muy destruidas (ZAP 47).
Por su parte las ESTRUCTURAS AISLADAS (24 casos) corresponden a dis-
tintos tipos de rasgos, tales como paravientos o refugios expeditivos (ZAP 139
y ZAP 87), unidades pircadas posiblemente habitacionales (ZAP 20 y ZAP 33),
corrales (ZAP 16 y ZAP 122) o unidades de función desconocida (ZAP 25).
Las MARKAS (17 casos) son apilamientos de piedras individuales o en grupos,
que poseen un diámetro inferior a un metro. Estas markas cumplen una función de
visualización ayudando a localizar ciertos rasgos relevantes, como asentamientos,
caminos o lugares sagrados. Es por eso que estas markas se asocian a caminos 31
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(ZAP 128) o forman parte de asentamientos simples (ZAP 23), aunque en la ma-
yoría de los casos aparecen en conjuntos, no asociadas a otros rasgos visibles (ZAP
42 y ZAP 83). Hemos agregado otros rasgos discretos que forman unas especies
de cajas, posiblemente escondrijos ceremoniales (ZAP 100).
En el otro extremo de inversión arquitectónica tenemos los asentamientos sim-
ples y complejos, dependiendo del número y tipo de unidades arquitectónicas
registradas.
Como ASENTAMIENTO SIMPLE (10 casos) hemos caracterizado a los in-
muebles compuestos por más de una estructura. En los asentamientos más com-
pletos de este tipo, hemos identificando una unidad habitacional, una unidad de
almacenaje y uno o dos corrales (ZAP 23, ZAP 24, ZAP 134), dando cuenta de un
asentamiento similar a una estancia familiar. También tenemos otros ejemplos con
dos o tres unidades pequeñas (ZAP 48 y ZAP 113), o dos unidades grandes tipo
corrales (ZAP 44 y ZAP 56).
Los ASENTAMIENTOS COMPLEJOS (7 casos), corresponden en su ma-
yoría a los yacimientos previamente registrados por las anteriores investigaciones
arqueológicas. Corresponden a distintos tipos de asentamientos de alta densidad,
tales como el Pukara y la Aldea de Chapicollo (Az-123 a y Az-123 b), o los asen-
tamientos administrativos como Zapahuira 1 (Az-40) y Zapahuira 2 (Az-124).
Además, hemos registrado dos sectores con amplias evidencias arquitectónicas,
(ZAP 57 y ZAP 59), que se ubican al Sur de Zapahuira 2, rodeando una extensa
área funeraria.

32 Unidades habitacionales pircadas, poblado prehispánico de Chapicollo (AZ-123a) sector Zapahuira.


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Al respecto, hemos reunido en la categoría RASGO FUNERARIO (4 casos) dos


tipos de evidencias funerarias. Por un lado, en las cercanías del cerro Huaycuta,
tenemos dos chullpas de barro, previamente registradas (Az-122[1] y Az-122[2]).
Pese a que disponen de un diferente estado de conservación podemos estimar que
se trata de unidades de similares características, de planta rectangular, con muros
de adobones de barro y paja, que sostienen gracias a lajas de piedra y/o vigas de
madera un techo plano y un vano con dintel que mira hacia el Este.
Además, en las cercanías de Zapahuira 2 (Az-124) se han registrado dos sectores
funerarios (ZAP 54 y ZAP 58), con estructuras de menor elaboración, pero en
mayor densidad. Se trata de estructuras conformadas como montículos de piedra,
entre 2 a 3 m de diámetro, donde sólo en ciertas ocasiones se distingue una aber-
tura. El mal estado de conservación de las evidencias impide afirmar si se trata de
estructuras tipo chullpas o cistas aéreas.
En la categoría HALLAZGOS MUEBLES (5 casos) hemos reunido diferentes
tipos de distribución de artefactos y objetos arqueológicos en espacios carentes
de rasgos arquitectónicos identificables. Hemos registrado campamentos líticos
de gran potencialidad de investigación científica (ZAP 52), hallazgos aislados de
eventos de quiebre de cerámica (ZAP 99), o el área de dispersión de artefactos
desde un asentamiento complejo por efecto de la gravedad (ZAP 121).

Fragmentos de
cerámica decorada,
procedencia altiplánica
(ZAP 99).

Los DESPEJES (8 casos) son otra categoría con una mínima evidencia de rasgos
arquitectónicos y nula presencia de restos materiales. La mayoría son espacios de
forma circular de unos 5 m de diámetro, carentes de vegetación o piedras, y delimi-
tado por un alineamiento irregular de piedras (ZAP 10, ZAP 12, ZAP 14). En cier-
tas ocasiones poseen un apéndice lateral, también delimitado por un alineamiento
irregular de piedras, y un rasgo de piedras en el centro al modo de un nicho. Su
cronología es indeterminada, no teniendo ningún antecedente que nos indique su
función o asociación cultural.
33
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Otra categoría corresponde a los refugios rocosos, distinguiendo los ALEROS


SIMPLES (6 casos) de aquellos ALEROS CON ARTE RUPESTRE (4 casos).
Existen dos formaciones rocosas principales donde se emplazan estos refugios,
uno en una angostura de la quebrada Chapicollo, antes que confluya con la que-
brada Zapahuira, y otro en un encajonamiento más pronunciado de la quebrada
Tograje antes de confluir con el río Seco.

Alero con muro


pircado, angostura del
río Tograje (ZAP 105),
sector Zapahuira.

Generalmente, los aleros sin pictografías son de menor profundidad y con rasgos
constructivos de menor elaboración (ZAP 125 y ZAP 136). Mientras que los ale-
ros con arte rupestre, generalmente tienen un mayor espacio interior, rasgos más
elaborados y dispersión de artefactos tales como cerámica y material lítico (ZAP
37 y ZAP 135). En general, este arte rupestre es poco definido, correspondiente
a manchas o figuras geométricas simples. Sin embargo destacan las pinturas del
yacimiento ZAP 66 (o Alero Chapicollo) compuesto por un conjunto de varias
figuras naturalistas de camélidos en colores rojo y amarillo.
Finalmente, la categoría SUBACTUAL (4 casos) reúne a distintas evidencias que
corresponden exclusivamente a rasgos de elaboración reciente, tales como basura-
les modernos, animitas, calvarios. Esto no descarta el hecho de que muchos de los
otros yacimientos tipificados como prehispánicos o de tradición indígena, tengan
componentes recientes, resultado de la ocupación continua de estos territorios.

3.1.2 Campos de Cultivo y Caminos

Hemos separado del análisis general, dos categorías que se constituyen de manera
distinta a los otros yacimientos, ya sea por su gran tamaño y su definición mixta,
34 mediante técnicas pedestres y por teledetección.
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Los CAMPOS DE CULTIVO (34 casos) corresponden a una categoría amplia


que incluye los sistemas de andenerías de gran tamaño, ubicados generalmente en
laderas muy abruptas. Diferenciamos aquellos con una destacada inversión de tra-
bajo, que poseen muros de contención pircados que alcanzan una altura cercana al
metro, tales como los ubicados en la ladera norte de la quebrada Zapahuira (ZAP
143 y ZAP 144), frente al yacimiento Zapahuira 2 (Az-124).
También distinguimos un segundo tipo que no presenta similar grado de trabajo,
y corresponde más bien a terrazas parcialmente reforzadas con alineamientos de
piedra. Este tipo de campos de cultivo de menor elaboración fueron registrados
en las laderas de la quebrada Cabrapoco (ZAP 151, ZAP 152) y en las quebradillas
al norte del Poblado de Chapicollo (ZAP 29 y ZAP 30). Debido a la baja calidad
y la escasa inversión, estos campos de cultivo han sido ampliamente afectados por
las lluvias y el paso de animales, haciendo difícil su reconocimiento. Incluso por
estas mismas razones es probable que no hayamos podido identificar la totalidad
de estas infraestructuras agrícolas.
Respecto a la categoría CAMINO (28 casos) también distinguimos subtipos se-
gún la calidad e inversión. Hemos reconocido senderos peatonales de un ancho no
superior a los 60 cm, que se distribuyen en diversas direcciones, tales como ZAP
08, ZAP 21, ZAP 92 y ZAP 98 (en la Pampa Zapahuira), o bien ZAP 27 (Pampa
Quipa). Al parecer se trata de senderos eventuales, que han sido retomados o reac-
tivados por el paso de animales.
Del mismo modo, hemos registrado caminos mejor elaborados, que contemplan
cierto tipo de estructura tales como despeje de piedras (ZAP 138, ZAP 53), bordes
delimitados por alineamientos de piedra (ZAP 1, ZAP 106) o muros de conten-
ción (ZAP 46, ZAP 26).

Andenes de cultivo en desuso, quebrada Zapahuira (ZAP 143).


35
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Camino con muro de contención, quebrada de Zapahuira (ZAP 26).

Mediante imágenes satelitales ha sido posible seguir el trazado de tres caminos


principales en el área. El primero corresponde a un camino, posiblemente prehis-
pánico, que transita por el borde Sur de la quebrada de Zapahuira, desde la con-
fluencia con el río Seco hasta el actual pueblo de Zapahuira, pasando por medio
del yacimiento Zapahuira 2 (Az-124). Este camino posee un trabajo de despeje de
piedras y muros de contención pircados.
Un segundo camino es el denominado “Camino Inka” o Capaq Ñam, que ha
sido documentado en otros sectores de la precordillera (Muñoz y Briones 1996;
Santoro 1983). Este camino sería longitudinal, registrado desde la quebrada de
Tantalcollo al Norte hasta la quebrada de Murmuntani al Sur. En específico, este
camino pasaría por el cerro Calvario, en el margen Norte del pueblo de Zapahuira,
atravesando de manera recta el pequeño espacio existente entre el pueblo y las
actuales posadas, para continuar hacia el Sur. Si este camino fue ocupado en simi-
lar época que el camino anterior ambos deberían conectarse en lo que hoy es el
pueblo de Zapahuira.
El tercer camino, corresponde a uno de mayor envergadura (3 m de ancho), con
despeje de piedras y muros de contención pircados. Por sus dimensiones y mayor
conservación pensamos que es de data histórica, asociado al tráfico colonial y
republicano mediante carretas y recuas de mulares. Este camino se dividiría del
camino longitudinal a la altura de Pampa Tantalcollo y seguiría una orientación
Suroeste, atravesando la Pampa Quipa o Aeropuerto, para llegar a la quebrada de
36
Tograje y al Alto de Hora, unos metros al oeste de la confluencia entre la quebra-
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da de Zapahuira y el río Seco. En este último punto se uniría al primer camino


principal, de data anterior. En términos generales este camino histórico uniría los
pueblos de Socoroma y Putre con el curso medio del valle de Lluta.

3.2 ANÁLISIS ESPACIAL Y DISTRIBUCIONAL

Como una manera de entender el comportamiento territorial de las evidencias


arqueológicas registradas en el sector de Zapahuira se realizó un análisis de agru-
pación de los yacimientos. Para ello, de un total de 166 registros se restaron del
análisis los yacimientos identificados como caminos (28 casos) ya que estas eviden-
cias corresponden a rasgos lineales de gran extensión y no a elementos puntuales
discretos.

3.2.1 Áreas de Agrupación de Evidencias Arqueológica

Mediante un análisis de distancia simple de los 138 casos analizados es posible


establecer agrupaciones de yacimientos, discriminando al menos 4 grandes agru-
paciones o áreas arqueológicas. Estas agrupaciones suman 97 casos, mientras que
los hallazgos que no fueron agrupados en áreas suman 41 casos.

Mapa Áreas
Arqueológicas
derivadas de
agrupamientos
de yacimientos.

Área 1: “Quebrada Río Seco-Tograje”: Agrupamiento formado a partir de 150


m de distancia entre los yacimientos. Incluye varios aleros rocosos con aterraza-
miento y muros de piedra. Algunos aleros presentan pictografías (ZAP 37, ZAP 37
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135), otros presentan muros a modo de refugio temporal, o aterrazado simple.


También destaca la presencia de una estancia con corrales y refugios temporales
asociados a una gran cantidad de desechos muebles (ZAP 127).
También, por este sector se desplaza uno de los caminos principales (ZAP 106)
de probable data que sigue la orientación de la quebrada del río Seco y al cual se le
asocian estructuras de piedra tipo marka. Destaca la presencia de un humedal en
el sector de encajonamiento de la quebrada Tograje que mantiene un espacio con
vegetación constante. En la sección sur de este agrupamiento se presenta un área
acotada de terrazas de cultivo y canales de regadío (ZAP 35) que aprovechan el
encajonamiento de las aguas del humedal.

Acueducto con muro de contención en quebrada Tograje (ZAP 35).

38
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Mapa Área “Río


Seco-Tograje”.

Área 2 “Chapicollo”: Agrupamiento formado a partir de 300 m de distancia.


Incluye a dos yacimientos arqueológicos habitacionales, el poblado y el pukara
de Chapicollo (Az-123). Ambos yacimientos arqueológicos son los asentamientos
más complejos y los que concentran la mayor cantidad de estructuras habitacio-
nales del sector de Zapahuira. Además, involucra dos aleros con pictografías en
la quebrada Chapicollo (ZAP 65, ZAP 66), una de las cuales presenta pinturas de
camélidos en estilo naturalista en color amarillo ocre y rojo sangre. Este último
alero concentra la mayor cantidad de pictografías de todo el sector de Zapahuira.

Pinturas
rupestres en
Alero Chapicollo 39
(ZAP 66).
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Los campos de cultivo asociados directamente a esta área arqueológica se empla-


zan en la quebrada de Chapicollo, en la confluencia de las quebradas Chapicollo y
Zapahuira y en las pequeñas quebradillas ubicadas hacia el noroeste, tributarias del
río Seco. Algunos recintos de piedra circulares localizados en el borde de la pampa
se emplazan inmediatamente sobre estos campos de cultivo.

Mapa
Área
“Chapicollo”

Área 3: “Pueblo Zapahuira”: Agrupamiento formado a partir de 250 m de dis-


tancia. Corresponde al espacio que incluye al Pueblo de Zapahuira y por lo mismo
el espacio con mayor continuidad en su uso y transformación, especialmente en el
sector más cercano a la caja del río. Esta área incluye al complejo arquitectónico
Tambo Zapahuira 2 (Az-124); un amplio sector funerario con estructuras aéreas
(ZAP 58); espacios delimitados con piedras posiblemente de carácter social-cere-
monial en las inmediaciones del cementerio; extensos corrales rectangulares; un
importante campamento precerámico con un variado conjunto de instrumentos
líticos; y, variados recintos de piedra y acumulamientos de piedra tipo marka.
Los campos de cultivo asociados directamente a esta área arqueológica se empla-
zan en las laderas septentrionales de las quebradas de Zapahuira y Guañazapa fun-
damentalmente. Finalmente destaca la presencia de un camino bastante ancho (de
alrededor de 3 m) que puede ser identificado como un segmento del Camino Inka
que se desplaza en sentido este-oeste en el lado sur de la quebrada de Zapahuira e
inmediatamente al costado septentrional del Tambo Zapahuira 2.

40
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
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Mapa Área
“Pueblo de
Zapahuira”

Área 4: “Huaycuta”: Agrupamiento formado a partir de 150 m de distancia. Se


trata de un área donde destacan dos asentamientos complejos: el Tambo Zapahuira
1 (Az-40) que funcionalmente corresponde a un complejo de depósitos de cultivo
de carácter estatal y el asentamiento del Cerro Huaycuta (Az-121) que correspon-
dería a un lugar relacionado con la fundición de metales y/o funciones sagradas
relacionadas con la particular forma del cerro tangani. También, en esta área se han
documentado las únicas chullpas de adobe del sector de Zapahuira (Az-122), una
de las cuales presenta un buen estado de conservación y otra se encuentra total-
mente colapsada.
Además, en el área se registran corrales amplios; recintos de piedra asociados a
campos de cultivo (ZAP 113, ZAP 134); recintos de piedra circulares y rectangu-
lares dispersos; espacios de ocupación con acumulaciones de piedra, paravientos
y revolcaderos; acumulamientos de piedra tipo marka y concentraciones de frag-
mentos cerámicos. Los campos de cultivo relacionados a esta área arqueológica se
emplazan fundamentalmente en la ladera norte de la quebrada Capabroco.

41
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
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Mapa Área
“Huaycuta”

3.2.2 Distribución de Categorías de Yacimientos

Por otra parte, el análisis de la distribución de los distintos tipos de yacimientos


arqueológicos en relación con las áreas arqueológicas nos permite afirmar que los
Aleros se concentran fundamentalmente en el Área 1 (70%) y escasamente en
otras áreas arqueológicas (30%). Sin embargo, los aleros que presentan pictogra-
fías se presentan en igual proporción en el Área 1 y el Área 2.
Los Alineamientos o Muros relacionados con actividades agrícolas, si bien se pre-
sentan en todas las áreas arqueológicas se observa cierta concentración en el Área
4 (40%).
Los Asentamientos Complejos se presentan en tres de las cuatro áreas arqueo-
lógicas, quedando claro que en el Área 1 hay una ausencia de este tipo de asen-
tamientos. Más bien, el Área 1 presenta una concentración de asentamientos de
carácter temporal ligado principalmente al pastoreo camélido.
Los Asentamientos Simples se distribuyen de manera más homogénea en el
espacio y con cierta relación con los asentamientos complejos. Sin embargo, en el
Área 2, si bien presenta asentamientos complejos, no se observan asentamientos
más simples en los alrededores. Fuera de las áreas arqueológicas se encuentran
algunos de estos yacimientos y corresponden fundamentalmente a conjuntos de
recintos dispuestos en lugares con alta visibilidad.
42
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
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Los Caminos se han documentado principalmente en espacios fuera de las áreas


arqueológicas, aunque lógicamente son los que permiten la comunicación entre ya-
cimientos y áreas arqueológicas y entre el sector de Zapahuira y otros espacios ar-
queológicos de la precordillera de Arica (Socoroma, Putre, Copaquilla, Chusmisa,
Caillama, etc.).
Los Campos de Cultivo se presentan en todas las áreas arqueológicas en los espa-
cios de quebradas mayores y quebradillas, aunque en algunos casos en sectores de
pampas con pendientes suaves. Se asocian fuertemente con las áreas arqueológicas
de Chapicollo, Pueblo de Zapahuira y Huaycuta, y se localizan en las quebradas de
Zapahuira, quebrada de Chapicollo, quebrada Guañazapa y quebrada Cabrapoco.
El rasgo más característico de los campos de cultivo de Zapahuira es que la gran
mayoría de estos espacios se localizan en la vertiente sur y sureste de las quebradas,
como se puede observar en un mapa de direcciones de pendiente.
Los denominados Despejes presentan una clara concentración en el Área 4. Si
bien no sabemos con certeza la funcionalidad que tuvieron estas estructuras, sí
sabemos que todas ellas se presentan asociadas en las inmediaciones de la carretera
internacional, hacia el noreste del Tambo Zapahuira 1.
Las Estructuras Aisladas nuevamente se concentran en el Área 4, localizándose
en las inmediaciones de los campos de cultivo y de un asentamiento complejo
(Az-121). Estas estructuras continúan su asociación con los campos de cultivo al
norte del cerro Calvario y en el sector de confluencia del río Seco y en general se
emplazan en sectores de alta visibilidad del entorno.
Los Hallazgos Muebles no presentan gran representación y en los pocos casos
se presentan en las Áreas 3 y 4. Las Markas se encuentran fuertemente represen-
tadas en el Área 4, localizándose especialmente en lugares despejados o de pampa
y en ocasiones en las cercanías de alineamientos o muros de piedra. En el sector
del río Seco se asocian a un camino tropero demarcando un abra de tránsito entre
dos quebradas.
Los Rasgos Funerarios se localizan únicamente en las Áreas 3 y 4. En el Pueblo
de Zapahuira constituyen estructuras semiaéreas localizadas en las inmediaciones
de tres asentamientos complejos. En el caso de Huaycuta se trata de tres chullpas
de barro que se emplazan en las inmediaciones del asentamiento complejo de
Huaycuta (Az-121) y del Tambo Zapahuira 1 (Az-40). Estas estructuras se caracte-
rizan por emplazarse en las inmediaciones o en el borde mismo de la ladera norte
de la quebrada Cabrapoco.
Finalmente los yacimientos Subactuales se localizan directamente asociados a un
camino secundario de la Carretera Internacional y en las cercanías de los campos
de cultivo actuales del Pueblo de Zapahuira.
43
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Tipo Yacimiento Área 1 Área 2 Área 3 Área 4 sin Área Total


Campos de cultivo 1 7 1 9 16 34
Estructura aislada 2 1 1 8 12 24
Marka o uta 1 0 2 13 1 17
Alineamiento o Muro 1 1 3 6 4 15
Asentamiento simple 1 0 3 2 4 10
Despeje 0 0 1 7 0 8
Asentamiento complejo 0 2 3 2 0 7
Alero 5 0 1 0 0 6
Hallazgos Muebles 0 0 2 2 1 5
Subactual 0 0 1 0 3 4
Rasgo funerario 0 0 2 2 0 4
Alero Arte Rupestre 2 2 0 0 0 4
Total 13 13 20 51 41 138

3.2.3 Tamaño, Emplazamiento y Distancia

A partir de la variable Tamaño se puede señalar que los yacimientos del rango
muy grande (mayor a 10.000 m2) corresponden a los campos de cultivo, siendo los
de mayor tamaño los emplazados en la quebrada de Zapahuira y Guañazapa. La
superficie total de los campos de cultivo no ocupados en la actualidad alcanza las
74,3 hectáreas y si a ello sumamos los campos de cultivos utilizados en la actuali-
dad, se alcanza un total de 96,3 hectáreas en el sector de Zapahuira de superficies
con potencial de cultivo.
La categoría de tamaño grande (entre 4.000 y 10.000 m2) corresponde a los asen-
tamientos complejos y se concentran de preferencia en el Área 3, y en menor
cantidad en el Área 2.
El resto de las evidencias arqueológicas se caracterizan por presentar un rango
de tamaño entre pequeño (entre 100 y 500 m2) y mínimo (menor a 100 m2), tal
como Aleros, Alineamientos o Muros, Asentamientos Simples, tramos de cami-
nos, Despejes, Estructuras Aisladas, áreas de concentración de Hallazgos Muebles,
Marka, y Rasgos Funerarios. De este modo, las evidencias con un rango de tamaño
Pequeño se concentran preferentemente en el Área 4 y en menor cantidad en el
área del río Seco y Pueblo de Zapahuira.

44
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categorías de tamaño
Tipo Yacimiento Total
Mín Peq Med Gra MG
Campos de cultivo 5 8 4 11 6 34
Estructura aislada 22 2 0 0 0 24
Marka o uta 16 1 0 0 0 17
Alineamiento o Muro 12 3 0 0 0 15
Asentamiento simple 4 4 1 0 0 10
Despeje 7 1 0 0 0 8
Asentamiento complejo 0 1 0 6 0 7
Alero 6 0 0 0 0 6
Hallazgos Muebles 3 2 0 0 0 5
Alero Arte Rupestre 4 0 0 0 0 4
Rasgo funerario 2 2 0 0 0 4
Subactual 4 0 0 0 0 4
Total 105 31 6 17 6 138
MIN=Mínimo; PEQ=Pequeño; MED=Mediano; GRA=Grande; MG=Muy Grande

40

35

30

25

Yacimientos 20

15

10

5 Área 4
Área 3
0
Área 2
Mínimo
Pequeño Área 1
Mediano
Grande
Tamaño Muy Grande

De acuerdo a la Geomorfología del sector de Zapahuira se puede diferenciar


claramente dos formaciones de Pampa, una que se localiza entre las quebradas
de Zapahuira y Cabrapoco, que involucra la Pampa de Zapahuira y la Pampa de
Huaycuta, y otra que se localiza inmediatamente el noreste del cerro Chapicollo,
denominada Pampa Quipa o Pampa Aeropuerto.
También se identifican sectores de quebradas con pendientes que presentan un
rango promedio entre 15º y 35° de inclinación. Finalmente se identifican sectores
45
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con cerros que sobresalen del relieve general como los cerros Chapicollo y cerro
Calvario con pendientes que a veces superan los 40° de inclinación.
Estos lugares de alta pendiente se encuentran en las inmediaciones del humedal
del Tograje (ladera oriente), cerro Chapicollo (ladera sur y sureste) y cerro Calvario
(ladera sur).
Las áreas arqueológicas que se emplazan en sectores de menor pendiente corres-
ponden a las Áreas 3 y 4, mientras que las Áreas 1 y 2, son los lugares donde se
emplazan los yacimientos en mayor pendiente. Es notable en este sentido el em-
plazamiento del pukara de Chapicollo, ya que todo su entorno está caracterizado
por fuertes pendientes. Además este yacimiento se ubica en un punto donde se
produce una divisoria de aguas, lo que le permite tener un control visual de ambas
vertientes y fondos de quebrada, tanto de la quebrada Chapicollo como de las
quebradas tributarias del río Seco.
Como señalamos anteriormente son los Aleros rocosos los que se emplazan en
lugares de alta pendiente, especialmente en lugares de quebradas y fondos de que-
brada. Los Alineamientos o Muros, en cambio, se localizan fundamentalmente en
pampas, a diferencia también de los Campos de Cultivo que se localizan por regla
general en laderas de quebradas o en algunos casos en laderas de pampas.
Los Asentamientos Complejos se emplazan mayoritariamente en sectores de pam-
pas y en algunos casos en la cumbre de cerros o mesetas. Los Asentamientos
Simples siguen un patrón general localizándose mayoritariamente en sectores
de pampas, aunque también en fondos de quebrada, en laderas de pampas y en
quebradas.
Los Caminos, al ser rasgos de formas lineales y extensas atraviesan casi todas las
formas del paisaje, aunque por regla general aprovechan los lugares de menor pen-
diente como pampas, laderas de pampas, laderas de quebradas, etc.
Los Despejes únicamente se han documentado para lugares bastante planos como
las pampas. Las Estructuras Aisladas, si bien se presentan en todas las formas del
paisaje, mayoritariamente se han construido en lugares planos de pampas. Los
Hallazgos Muebles se reconocen solamente en lugares llanos de pampas y laderas
de pampas. Las Markas se han documentado mayoritariamente para sectores de
pampas, aunque también en lugares de abras en la loma de cerros. Por último, los
Rasgos Funerarios únicamente se han registrado en lugares de pampas, y en el caso
de las chullpa en las cercanías de quebradas profundas.

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geomorfológicas
Tipo Yacimiento PAMPA QUEBRADA Total
Pam laP que Cum FQu
Campos de cultivo 0 2 31 0 1 34
Estructura aislada 12 2 6 1 3 24
Marka o uta 13 3 0 1 0 17
Alineamiento o Muro 9 2 3 0 1 15
Asentamiento simple 4 2 1 0 3 10
Despeje 8 0 0 0 0 8
Asentamiento complejo 4 0 1 2 0 7
Alero 0 0 5 0 1 6
Hallazgos Muebles 4 1 0 0 0 5
Alero Arte Rupestre 0 0 4 0 0 4
Rasgo funerario 4 0 0 0 0 4
Subactual 1 3 0 0 0 4
Total 59 15 51 4 9 138
PAM=Pampa; LAP=Ladera en Pampa; QUE=Quebrada; CUM=Cumbre; FQU=Fondo de Quebrada

Por último, si analizamos la Distancia de los diferentes yacimientos arqueológi-


cos en relación con los ríos y quebradas principales podemos notar que el Área
4 comprende a los yacimientos que se encuentran más alejados de estos rasgos
geográficos, es decir a más de 190 m. y una gran cantidad de estos yacimientos se
localizan a más de 400 m de distancia. En cambio, los yacimientos de las Áreas 1 y
2 se emplazan en las cercanías de las principales quebradas. El Área 3, finalmente,
se encuentra en una posición intermedia, ya que comprende a algunos yacimientos
que se localizan a más de 190 m de la quebrada principal.

3.3 RESUMEN Y RECOMENDACIONES

Debemos recalcar que esta investigación, aunque utiliza principalmente una me-
todología arqueológica de recolección de datos y análisis, intenta traspasar la pers-
pectiva meramente científica. Es por esta razón que en el análisis y conclusiones
no hemos perdido la perspectiva práctica de servir como diagnóstico acerca de
la situación patrimonial de un paisaje que mantiene un poblado andino rural con
fuertes vínculos urbanos.
En esta investigación hemos registrado 166 inmuebles arqueológicos, de los cua-
les 139 fueron identificados mediante una prospección pedestre. De estos 166
registros, una amplia mayoría corresponden a tiempos prehispánicos (54,8%) y un
poco menos son de cronología incierta (40,4%).
La categoría Campos de Cultivo es la más frecuente y también la de mayor ex- 47
tensión, sumando 74,3 hectáreas. Esto es levemente inferior a las 96,3 hectareas
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utilizadas actualmente por la comunidad de Zapahuira, emplazadas en el fondo de


la quebrada y con un sistema de riego de menor complejidad.
Los diferentes tipos de evidencias arquitectónicas de diversa complejidad, también
presentan una amplia frecuencia, destacando las Estructuras Aisladas (14,5%), las
Markas (10,2%), los Alineamientos de piedras aislados (9%) y los Asentamientos
Simples (6%). Los Asentamientos Complejos, aunque tienen un número menor
(4,2%) poseen en conjunto un tamaño considerable.
Mediante un análisis de distribución se ha podido identificar cuatro agrupaciones
mayores o Áreas Arqueológicas. Estas Áreas tienen características geomorfológi-
cas y patrimoniales distintivas.
El Área 1, que comprende las Quebradas del río Seco y Tograje, posee un relieve
extremadamente accidentado y una presencia estable de vegetación, lo cual pro-
pició la presencia de variados tipos de establecimientos temporales, expresados
en Aleros, Estructuras Aisladas, Asentamientos Simples y Caminos. Además se
identificó un complejo sistema agrícola con andenes recientemente reactivados y
un sofisticado sistema de canalización.
El Área 2 está caracterizada por el cerro Chapicollo, que domina visualmente
un amplio sector limítrofe entre las Cuencas Hidrográficas del Río Lluta y el Río
San José. Presenta una serie de establecimientos, tales como Estructuras Aisladas,
Muros, que se vinculan a través de un núcleo formado por el Poblado y Pukara de
Chapicollo. Además, en esta área se concentra la mayor cantidad de Campos de
Cultivo. Posiblemente no asociado a las anteriores evidencias, y quizás de época
anterior, son las expresiones rupestres del Alero Chapicollo.
El Área 3, donde se emplaza el Pueblo de Zapahuira, concentra un amplio nú-
mero de evidencias en un sector relativamente protegido. De manera similar al
Área 2, posee un asentamiento complejo (Tambo Az-124) que articula otros ti-
pos de establecimientos, tales como Rasgos Funerarios, Estructuras Aisladas,
Caminos, Campos de Cultivo y otros dos Asentamientos Complejos de función
indeterminada.
Finalmente, el Área 4, identificada como Huaycuta, se caracteriza por un pequeño
cerro tangani que domina una amplia pampa y la quebrada de Cabrapoco. En esta
área se concentra la mayor cantidad de yacimientos, destacando dos asentamientos
complejos, dos rasgos funerarios, la mayor cantidad de Markas, Estructuras Aisladas,
Alineamientos, Campos de Cultivo y Despejes. El yacimiento Zapahuira 1 (Az-40)
es el más accesible de los yacimientos, siendo parte de circuitos turísticos.
En relación a la valoración potencial de los yacimientos agrupados en las áreas,
también se observa una situación heterogénea.
En el Área 1 “Río Seco-Tograje”, un 38% de los yacimientos presenta una valora-
48 ción Cultural y Científica, mientras que un 30% una valoración sólo de tipo cientí-
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fico. En el Área 2 “Chapicollo” un 60% de los yacimientos poseen una valoración


integral, es decir, tienen un potencial científico, cultural y paisajístico.
En el Área 3 “Pueblo Zapahuira” un 40% de los yacimientos tiene una valoración
Cultural y Científica, mientras que un 31% sólo posee un potencial de interpreta-
ción cultural, careciendo de valor científico relativo y valor paisajístico. Finalmente,
en el Área 4 “Huaycuta” un 39% de los yacimientos sólo posee una valoración
cultural y un 27% posee una valoración Cultural y Científica.
De estos resultados surgen una serie de recomendaciones para lograr un manejo
efectivo y sustentable del patrimonio arqueológico del sector de Zapahuira. En
primer lugar, nuestro análisis ha mostrado que en el sector no existe un patri-
monio basado exclusivamente en los yacimientos arqueológicos de alta densidad,
sino que existe otra amplia gama de tipos de inmuebles, que dan cuenta de un
proceso continuo en el poblamiento del sector de Zapahuira. Recomendamos in-
tegrar todos estos tipos de inmuebles para lograr un mejor entendimiento de estos
procesos socioculturales desde tiempos prehispánicos, históricos y recientes. Este
entendimiento debe ser tanto científico, como cultural.
La segunda recomendación, resulta del hecho de que el patrimonio arqueoló-
gico del sector de Zapahuira no se circunscribe a las evidencias monumentales,
valorizadas y reconstruidas existentes en el Tambo Zapahuira 1 (Az-40) del Área
4 “Huaycuta”. Existen otras concentraciones de similar o mayor interés cultural,
científico y paisajístico. Aunque existen un mayor número de evidencias en el Área
4, éstas generalmente son de tamaño mínimo y sólo poseen un potencial de valor
Cultural.
En cambio, las otras áreas, especialmente el Área 2 “Chapicollo” y el Área “Pueblo
Zapahuira” se presentan como un conjunto de evidencias de mayor valor po-
tencial cultural, científico y paisajístico. Se le debe agregar la cercanía al Pueblo
Zapahuira, lo que convierte al patrimonio de tales áreas como un recurso que
potencialmente puede ser revalorizado por la comunidad, utilizado y protegido
como sustento de identidad cultural, y además, explotado a través de un turismo
cultural sustentable.
Sin embargo, para que este recurso pueda ser utilizado turísticamente a mediano
plazo, se deben realizar algunas etapas previas. Nuestra tercera recomendación
es realizar un taller de educación patrimonial a la comunidad rural y urbana de
Zapahuira.
Este tipo de taller tiene un doble sentido:
En primer lugar, significa compartir los resultados de esta investigación, para que
la comunidad entregue su punto de vista cultural y lograr de esta manera un mejor
entendimiento de las evidencias registradas.
49
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En segundo lugar, significa una forma de recrear el vínculo cultural con el patri-
monio tangible que rodea a la comunidad; que por diversas razones históricas,
religiosas, demográficas y económicas las comunidades de precordillera han perdi-
do consistentemente su asociación con las múltiples evidencias prehispánicas que
rodean su paisaje habitado. En tal sentido, la actitud tradicional ha sido identificar
las evidencias prehispánicas más visibles y mantener una lejanía y cuidadoso res-
peto hacia los gentiles.
Sólo recientemente, mediante el sostenido empoderamiento de las comunidades
andinas, especialmente urbanas, se ha visto en el recurso arqueológico una fuente
de desarrollo económico. Esta visión de potencial fuente de recurso económico a
través de un turismo cultural es de limitada extensión en las comunidades andinas.
Se basa en la idea general de que las actuales poblaciones andinas son legítimas
herederas del territorio circundante y de los vestigios de sus antepasados. Pero tal
idea general carece de sustento pragmático.
Sostenemos que para recrear un vínculo cultural efectivo de la comunidad local
con su patrimonio, no basta con mostrar el potencial turístico de estos inmuebles.
Por cierto, este potencial efectivamente lo tienen, especialmente a través de los
extensos andenes de cultivo, los aleros con arte rupestre, las instalaciones Inka, los
pukaras y las aldeas.
Sugerimos que una forma de lograr la articulación de estos inmuebles monumen-
tales prehispánicos con los vestigios históricos y recientes, valorizando finalmente
un paisaje cultural completo, es hacer partícipe a la comunidad de este proceso. El
objetivo del recurso arqueológico (prehispánico e histórico) debe ser utilizado en
primera instancia para fortalecer la identidad cultural. Sólo después que la comu-
nidad conozca e interprete su patrimonio y se interiorice de las leyes y las políticas
estatales relacionadas con el patrimonio cultural, se puede decidir cómo utilizar
este recurso.
Esperamos que esta investigación sirva para mostrar la envergadura del patrimo-
nio arqueológico del área de Zapahuira, su diversidad y su potencial como recurso
de identidad cultural. Del mismo modo, la reflexión derivada de esta investigación
también nos permite indicar la amplitud de la tarea de apoyar a las comunidades
andinas en su proceso de identificar y revalorizar sus recursos culturales. Una tarea
que recién estamos asumiendo los investigadores y las instituciones públicas.

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4 RESULTADOS GENERALES DEL ESTUDIO EN


COPAQUILLA

4.1 DESCRIPCIÓN GENERAL

La aplicación de estas metodologías de reconocimiento permitió elaborar una base


de datos que reunió 94 registros. De éstos, una amplia mayoría corresponde a yaci-
mientos arqueológicos de data prehispánica (63,8%), mientras que los yacimientos
de tiempo histórico no tienen representación. Sin embargo, es significativo que
exista un amplio número de evidencias en los cuales no se pudo establecer feha-
cientemente su época de origen (36,2%).

ÉPOCA N %
Prehispánica 60 63,8
Histórica 0 0,0
Actual 0 0,0
Indeterminada 34 36,2
Total 94 100,0%

Respecto al emplazamiento de los 94 registros, la gran mayoría se ubica en los es-


tratos de prospección correspondiente a los márgenes nordeste y suroeste (77,7%),
mientras que un número inferior (22,3%) se emplaza en el estrato denominado
fondo y laderas del valle.

MARGEN NORDESTE MARGEN SUROESTE


EMPLAZAMIENTO N % EMPLAZAMIENTO N %
Fondo de quebrada 2 2,1 Cima 1 1,1
Pampa 11 11,7 Pampa 3 3,2
Pendiente abrupta 13 13,8 Pendiente abrupta 3 3,2
Pendiente suave 27 28,7 Pendiente suave 13 13,8
Subtotal 53 56,4 Subtotal 20 21,3

FONDO Y LADERAS DEL VALLE


EMPLAZAMIENTO N %
Fondo de quebrada 5 5,3
Pendiente abrupta 11 11,7
Pendiente suave 5 5,3
Subtotal 21 22,3 51
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Sin embargo, dentro de los estratos márgenes nordeste y suroeste podemos dife-
renciar yacimientos arqueológicos localizados en un sector llano o de pequeñas
pampas (14,9%), de otros localizados en pendientes suaves (42,6%) y pendientes
abruptas (17%). Del mismo modo, en el fondo y ladera del valle, la gran mayoría
de los inmuebles se emplaza en laderas abruptas (11,7%), mientras que un mínimo
en laderas de pendiente suave (5,3%) o en su base (5,3%).

4.1.1 Tipología de Yacimientos

De los 94 registros hemos distinguido trece categorías de yacimientos arqueoló-


gicos, de acuerdo al tipo de evidencia y la resolución de la información que en-
tregan. La información documentada en terreno nos ha permitido distinguir diez
categorías de yacimientos arqueológicos, las cuales se han definido con base en los
tipos de evidencias registradas, así como en las características intrínsecas de cada
yacimiento arqueológico.
Los tipos que se presentan en mayor número corresponden a Estructuras Aisladas
(45,7%) y en menor medida a Rasgos Lineales (10,6%), Asentamientos Simples
(9,6%) y Cementerios (8,5%).

TIPO YACIMIENTO N %
Estructura Aislada 43 45,7
Rasgo Lineal 10 10,6
Asentamiento Simple 9 9,6
Rasgos Funerarios 8 8,5
Asentamiento Complejo 7 7,4
Campos de Cultivo 6 6,4
Arte Rupestre 4 4,3
Alero 3 3,2
Espacio Social 2 2,1
Hallazgo Aislado 2 2,1
Total 94 100,0

Sin duda, dentro del conjunto identificado como Estructuras Aisladas (43 ca-
sos), hemos incluido distintos tipos de rasgos, entre los que destacan diversos tipos
de paravientos o refugios expeditivos (COP-45, COP-61 y COP-89), unidades pir-
cadas posiblemente habitacionales (COP-11, COP-22 y COP-56), espacios abier-
tos de función desconocida (COP-12 y COP-33) y varias unidades señalizadoras
como markas y apachetas (COP-25, COP-37 y COP-43). En este grupo también
incluimos una estructura particular (COP-78), nunca antes descrita para la precor-
dillera de Arica, consiste en un recinto pircado circular excavado en el suelo, de
función aún no determinada.
52
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Los Rasgos Lineales (10 casos) comprenden en su mayoría a senderos y caminos


de mucha visibilidad, de gran longitud, y que al parecer están en uso, en especial los
que se emplazan en el estrato margen Norte (COP-69). Los rasgos lineales del tipo
sendero, es decir, más angostos y menos elaborados, se ubican principalmente en
el margen Sur (COP-35), salvo el camino tropero que se dirige al sector de Laco-
Chapiquiña (COP-31). Además, se reconoce la evidencia de un canal de regadío
cuya orientación y función específica es desconocida (COP-52).
Como Asentamiento Simple (9 casos) hemos caracterizado a los yacimientos
que poseen 3 o menos estructuras. Algunos de estos asentamientos consisten en
verdaderas unidades funcionales del tipo estancias temporales (COP-15 y COP-
23), pero otros tienen funciones más específicas, como depósitos (COP-34 y
COP-17).
Dentro de los Asentamientos Complejos (7 casos) encontramos los dos po-
blados extensos previamente estudiados, descritos e inventariados [COP-1 (Ver
Foto 10) y COP-2]. A éstos se les agrega un extenso y complejo sector de colqas
(COP-94), las que fueron construidas en las laderas más escarpadas del encajona-
miento del río Seco, unos escasos metros al norte de COP-2 y directamente abajo
de COP-1. También destaca otro asentamiento tipo pukara, que se ubica en el
margen Este, justo en el sector central del valle de Copaquilla [COP-84] (Ver Foto
14). Abajo de este pukara, en la terraza más baja, justo sobre la actual localidad de
Copaquilla, se ubica una extensa área habitacional, con pocas estructuras pircadas
(COP-85).

Pukara de Copaquilla (COP-01)

53
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Asentamiento en cuchilla de cerro. (COP-84) Copaquilla.

Otra categoría relevante de este estudio son los Rasgos Funerarios (8 casos).
Hemos confirmado lo que han señalado los estudios previos acerca de la diver-
sidad de patrones funerarios presentes en el valle. Incluso hemos registrado dos
nuevos patrones hasta ahora sólo presentes en las tierras bajas: uno del tipo de
aglomerados de cistas ortogonales (COP-21) y otro de túmulos de piedra (COP-
65). Además, hemos identificado dos sectores de chullpa de piedra, menos elabora-
das que las identificadas previamente [COP-04 y COP-29].
Finalmente, hemos registrado expresiones de Arte Rupestre (4 casos) previamen-
te no identificadas en el área. Destacan los paneles de diseños geométricos tipo
“maquetas”, ubicados bajo el poblado de Copaquilla [COP-92] y un bloque ubi-
cado justo al frente (COP-90), próximo a un espacio social de función indetermi-
nada (COP-83).

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Bloque con petroglifo en


las cercanías del poblado
y pukara (COP-92) sector
Copaquilla.

4.2 ANÁLISIS ESPACIAL Y DISTRIBUCIONAL

Como una manera de entender el comportamiento territorial de las evidencias


arqueológicas registradas en el valle de Copaquilla, se realizó un análisis de agrupa-
ción de los yacimientos. Para ello, de un total de 94 registros se restaron del análisis
los yacimientos identificados como rasgos lineales (10 casos) ya que estas eviden-
cias corresponden a rasgos lineales de gran extensión y no a elementos puntuales
discretos. Además, se restaron las extensas áreas de cultivo (6 casos), quedando 78
casos para su análisis.

4.2.1 Áreas de Agrupación de Evidencias Arqueológicas

Mediante un análisis de distancia simple de los 78 casos analizados es posible esta-


blecer agrupaciones de yacimientos, discriminando al menos 4 grandes agrupacio-
nes o áreas arqueológicas. Estas 4 agrupaciones suman 67 casos, mientras que los
hallazgos que no fueron agrupados en áreas, debido a que están lejanos entre sí y
lejanas de otras áreas, suman 11 casos.
Área 1 “Mulahumaña”: Agrupamiento formado a partir de 100 m de distancia
entre los yacimientos, congregando un total de 24 yacimientos arqueológicos. Esta
área se localiza hacia el Nordeste del punto de inflexión que produce el río Seco
55
cuando se convierte en un profundo cañón, al Norte del pukara de Copaquilla. El
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terreno consiste en una ladera de suave pendiente que desciende hacia el valle de
Copaquilla, pero separado de él por un abrupto acantilado. Comprende también la
parte final de la quebrada tributaria de Mulahumaña y una sección de la quebrada
del río Seco. Presenta un acceso vehicular desde el lado norte asociado a las torres
de alta tensión construidas en este lugar. Entre los yacimientos arqueológicos iden-
tificados se encuentra un asentamiento complejo (COP-24) y cuatro asentamien-
tos simples [COP-18, COP-19, COP-20 y COP-23] localizados en la Quebrada
de Mulahumaña; dos cementerios localizados uno en la quebrada de Mulahumaña
(COP-21) y otro en la lomada que se forma entre el Río Seco y Mulahumaña.

Detalle de corral en asentamiento simple tipo estancia (COP-18). Sector Copaquilla.

También destacan una serie de estructuras aisladas que se distribuyen profusamen-


te en la lomada antes señalada y la pampa que se localiza en las inmediaciones del
precipicio que mira hacia el valle de Copaquilla. Finalmente, destacan tres rasgos
lineales importantes que atraviesan esta área arqueológica. El primero se trata de un
sendero tropero que proviene desde el Norte, cruza la quebrada de Mulahumaña
y baja hacia el valle de Copaquilla. El segundo es un sendero que cruza el río Seco
y que permite la comunicación entre esta área y el sector del pukara de Copaquilla.
El tercero se trata de un canal de regadío que se desplaza por el borde Este del
río Seco, desconociendo el lugar de su bocatoma, aunque su destino final debió
haber sido los campos agrícolas de Copaquilla. Cabe señalar que ninguna de estas
evidencias había sido registrada con anterioridad.
Área 2 “Pukara”: Agrupamiento formado a partir de 100 m de distancia, congre-
gando un total de 18 yacimientos arqueológicos. Está área arqueológica compren-
de la cima donde se emplaza el pukara y la sección norte del valle de Copaquilla.
El terreno en este sector es bastante abrupto y comprende un cerro de alta pen-
diente denominado localmente como pukara, el encajonamiento del río Seco (ca-
ñón), además de las laderas cercanas al primer conjunto de casas de Copaquilla.
Previamente en la literatura arqueológica se conocían dos yacimientos arqueológi-
56 cos para esta área: el pukara de Copaquilla y el poblado de Copaquilla (Dauelsberg
1959, Muñoz y Chacama 2006, Schiappacasse et al. 1989). El pukara de Copaquilla
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(COP-01) corresponde a un asentamiento de más de 80 recintos habitacionales y


muro perimetrales rodeado en su mayor parte por abruptos acantilados. Se localiza
en la cima de un cerro que presenta la mejor visibilidad del valle de Copaquilla.
El poblado de Copaquilla (COP-02) se localiza a los pies del cerro del pukara y, al
igual que en el caso anterior también presentan más de 80 recintos habitacionales,
aunque aquí además se encuentra un sector funerario consistente en cistas de pie-
dras, así como chullpas de piedra y adobe.
Además de estos asentamientos se identificaron otros dos asentamientos comple-
jos, un área habitacional localizada en la entrada del cañón, al Norte del Poblado
de Copaquilla (COP-94), y un área doméstica al Sudeste del poblado de Copaquilla
(COP-08). En esta área no se documentaron asentamientos simples como en el
área anterior. Sin embargo, corresponde al área que presenta la mayor cantidad de
cementerios, los cuales se localizan en la vertiente Noroeste del valle. Cada uno de
ellos presenta características distintivas. Así, se identificó un cementerio de chullpas
de piedra de forma circular y bóvedas semiesféricas (COP-29); un conjunto de
montículos de piedras dispuestos de manera adjunta a grandes rocas (COP-82);
un entierro en alero (COP-81); y chullpas funerarias de adobes y de piedras [COP-
27].

Chullpas funerarias de pìedra revestidas por barro (COP-27), sector Copaquilla.

Esta área también se caracteriza por la presencia de la mayor cantidad de arte


rupestre del valle. Así se identificaron dos yacimientos con petroglifos (COP-92,
COP 090) y una pictografía (COP-93). También se identificaron cuatro estructuras
aisladas y dos espacios sociales (COP-28, COP-83). Finalmente, dos extensas áreas
de cultivo se localizan en ambas laderas del valle, en las inmediaciones del poblado 57
de Copaquilla (COP-10, COP-91).
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Área 3 “Bajada”: Agrupamiento formado a partir de 115 m de distancia, congre-


gando un total de 12 yacimientos arqueológicos. Esta área se localiza en el sector
de la cuesta de bajada de la huella vehicular hacia el valle de Copaquilla, desde el
Oeste hacia el sector de Trigopampa. El área comprende una formación de cuchi-
lla que desciende hacia el valle en sentido Norte-Sur y una pequeña explanada o
pampa en su lado Noroeste. El acceso vehicular se desplaza justamente entre me-
dio de estas dos formaciones. Entre los yacimientos arqueológicos identificados se
encuentran diez estructuras aisladas distribuidas en toda la extensión de esta área;
un bloque con petroglifos (COP-73) y un área social y de cementerio (COP-77).
Entre las estructuras aisladas destaca, por su envergadura, un yacimiento que he-
mos descrito como “Estructura Circular Subterránea” [COP-78] que posee 10 m
de diámetro y 1,10 m de profundidad, con un vano de acceso orientado hacia el
NE. Esta estructura en conjunto con el área de cementerio forman un espacio
social de gran importancia, debido a sus características y a que estructuras de este
tipo solo han sido identificadas en el altiplano de Iquique y en los valles de San
Pedro de Atacama, cada uno con sus características particulares. Finalmente, debe-
mos destacar dos rasgos lineales que corresponden a senderos de acceso al valle,
cuya data, a juzgar por la asociación con las otras evidencias arqueológicas, debe
ser de tiempos prehispánicos.
Área 4 “Trigopampa”: Agrupamiento formado a partir de 150 m de distancia,
congregando un total de 13 yacimientos arqueológicos. Esta área arqueológica se
localiza hacia el Noroeste del valle de Copaquilla en el sector de Trigopampa. Este
sector se compone de dos asentamientos complejos. El primero se trata de un
asentamiento dispuesto en el filo de una cuchilla de cerro que desciende hacia el
valle en sentido Norte-Sur. Aquí, en un espacio bastante angosto, se disponen más
de una treintena de aterrazamientos habitacionales con o sin muros delimitadores
(COP-84). El segundo se trata de un asentamiento habitacional dispuesto en una
explanada al Norte de la actual localidad de localidad de Trigopampa de Copaquilla
(COP-85). Este asentamiento presenta escasa inversión en arquitectura, pero en
cambio presenta en superficie una gran cantidad de materiales arqueológicos. El
resto de los asentamientos corresponden a un asentamiento simple (COP-30),
nueve estructuras aisladas y un alero (COP-32).

4.2.2 Distribución de Categorías de Yacimientos

Por otra parte, el análisis de la distribución de los distintos tipos de yacimientos


arqueológicos en relación con las áreas arqueológicas nos permite afirmar lo que
a continuación detallamos.
En primer lugar, los Aleros se presentan de manera escasa en las áreas de agru-
58 pamiento arqueológico. Éstos se localizan solamente en las áreas Mulahumaña
y Trigopampa. El Arte Rupestre se localiza de preferencia en el área Pukara, a
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través de bloques de petroglifos concentrados y aislados, así como también una


pictografía.
Los Asentamientos Complejos se presentan en tres de las cuatro áreas arqueo-
lógicas, quedando claro que en el área de Bajada hay una ausencia de este tipo de
asentamientos. De esta manera, los lugares con asentamientos más complejos se
localizan en las áreas Pukara y Trigopampa; sumando además, en el caso del área
Pukara, más de 160 recintos habitacionales.
Los Asentamientos Simples se presentan en las mismas áreas que los aleros. Así,
mientras en el área Mulahumaña los aleros se localizan en la quebrada de río Seco,
los asentamientos simples lo hacen en la de Mulahumaña. En tanto, en el área
Trigopampa, el único asentamiento simple se localiza en la misma quebrada que el
alero. Al parecer se trataría de estructuras de uso temporal ligadas con el tránsito
fuera del valle de Copaquilla.
Los Campos de Cultivo se presentan asociados de preferencia al área Pukara y en
menor medida a las áreas Trigopampa y Bajada. Sin embargo, fuera de las áreas ar-
queológicas delimitadas se observa un continuo de campos de cultivo que se loca-
lizan en la sección baja o sur del valle (COP-03, COP-05, COP-07), aparentemente
no asociadas a ningún asentamiento arqueológico, aunque sí en las inmediaciones
de un yacimiento funerario (COP-04).
Los Cementerios se localizan en las áreas 1, 2 y 3, pero se encuentran ausentes en
el área Trigopampa. Sin embargo, su mayor concentración se presenta en el área
Pukara, específicamente sobre la banda Noroeste del valle. Otros dos yacimientos
funerarios se localizan en el área Mulahumaña, uno localizado en la quebrada del
río Seco y otro en la quebrada de Mulahumaña. Finalmente, un sector probable-
mente funerario se localiza en una explanada en el área de Bajada.
Los Espacios Sociales solamente se identificaron en el área Pukara, ambos locali-
zados en la vertiente Nordeste del valle, en las inmediaciones de yacimientos fune-
rarios. En ambos casos manifiestan una amplia visibilidad del valle de Copaquilla.
Las Estructuras Aisladas se presentan mayoritariamente en el área Mulahumaña
y en las áreas Bajada y Trigopampa. Generalmente este tipo de estructuras se loca-
lizan en lomadas o en explanadas con una relativa visibilidad del entorno, así como
asociadas a senderos de acceso al valle.
Los Hallazgos Aislados corresponden a manifestaciones diferentes de eventos
arqueológicos con presencia de fragmentos de cerámica, uno asociado a un piso
ocupacional (COP-09) y otro a un lugar de paso de sendero (COP-68). Debido
a la escasez de representación de este componente no se puede observar ningún
patrón de distribución espacial.
Los Rasgos Lineales se han documentado en la mayor parte del área de pros-
pección. Sin embargo, destacan dos tipos de rasgos lineales: senderos y canales 59
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hidráulicos. Los senderos identificados corresponden principalmente a los accesos


pedestres hacia el valle, ya sea desde el lado Norte, Nordeste y Sur, cruzando las
áreas arqueológicas Mulahumaña, Bajada y Trigopampa. Sin embargo, no se logró
identificar algún sendero en el área Pukara. Por otra parte, se logró identificar un
tramo extenso de un canal de regadío que proviene desde el extremo Norte del
área Mulahumaña y que se desplaza en forma paralela a la Quebrada de Río Seco.
En la siguiente tabla se resume la distribución de los distintos tipos de yacimientos
arqueológicos en cada una de las áreas delimitadas.

TIPO YACIMIENTO ÁREA 1 ÁREA 2 ÁREA 3 ÁREA 4 TOTAL


Alero 1 0 0 1 2
Arte rupestre 0 3 1 0 4
Asentam. complejo 1 4 0 2 7
Asentam. simple 4 0 0 1 5
Cementerio 2 4 1 0 7
Espacio social 0 2 0 0 2
Estructura aislada 15 4 10 9 38
Hallazgo aislado 1 1 0 0 2
Total 24 18 12 13 67

4.2.3 Tamaño, Emplazamiento y Distancia

A partir de la variable Tamaño se puede señalar que los yacimientos del rango
Muy Grande (mayor a 10.000 m2) corresponden a los asentamientos complejos,
como el pukara de Copaquilla (COP-01), poblado de Copaquilla (COP-02) y el
asentamiento en la cuchilla del cerro en el sector de Trigopampa (COP-84).
La categoría de tamaño Grande (entre 4.000 y 10.000 m2) encasilla a cuatro tipos
de asentamientos. Un asentamiento complejo (COP-85) localizado en una terraza
baja del área Trigopampa; dos espacios de campos de cultivo (COP-07, COP-10);
dos cementerios (COP-04, COP-77); y dos senderos (COP-51, COP-69).
El resto de las evidencias arqueológicas se caracterizan por presentar un rango
de tamaño entre Mediano (entre 500 y 4.000 m2) y Mínimo (menor a 100 m2),
tal como Aleros, Arte Rupestre, Asentamientos Simples, Cementerios, Espacios
Sociales, Estructuras Aisladas, Hallazgos Aislados y Rasgos Lineales.

60
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CATEGORÍAS DE TAMAÑO
TIPO YACIMIENTO TOTAL
MÍN PEQ MED GRA MG
Alero 1 2 0 0 0 3
Arte Rupestre 0 2 2 0 0 4
Asentamiento Complejo 0 0 3 1 3 7
Asentamiento simple 0 5 4 0 0 9
Campos de Cultivo 0 0 4 2 0 6
Cementerio 1 3 2 2 0 8
Espacio Social 0 1 1 0 0 2
Estructura Aislada 18 15 10 0 0 43
Hallazgo Aislado 0 1 1 0 0 2
Rasgo Lineal 1 1 6 2 0 10
Total 21 30 33 7 3 94
MIN=Mínimo; PEQ=Pequeño; MED=Mediano; GRA=Grande; MG=Muy Grande

4.3 RESUMEN Y RECOMENDACIONES

Esta investigación ha utilizado una metodología arqueológica para llevar a cabo el


diseño de prospección, el registro sistemático de las evidencias y el análisis espacial
de los yacimientos. Sin embargo, las preguntas iniciales y los resultados esperados
traspasan el objetivo de reconstruir una historia de los procesos pasados del valle
de Copaquilla. Más allá de destacar los datos objetivos que nos permiten realizar
interpretaciones que tengan cierta validez académica, creemos que es necesario
que estos resultados sean una serie de propuestas para ser trabajadas con la comu-
nidad local.
Esto significa que nuestros resultados deben servir para diagnosticar la situación
de cercanía o lejanía que tiene la actual comunidad local de Copaquilla con los
vestigios arqueológicos que mantienen en su territorio. Con estos datos se podrá
reconstruir en definitiva, más que una historia cultural, siempre debatible y mo-
dificable, sino un paisaje cultural que integre tantos los aspectos económicos de
desarrollo como los patrimoniales e identitarios.
En este trabajo hemos reconocido 94 yacimientos arqueológicos. La gran mayoría
corresponde a lugares de limitada envergadura y visibilidad, y por tanto, de esca-
so potencial para ser utilizados para la interpretación intercultural (museografía,
turismo cultural). Dentro de este tipo de inmuebles de baja densidad podemos
enumerar las estructuras aisladas, como los pircados de función indeterminada,
paravientos y markas. Aunque tienen poco potencial para la museografía, sí pue-
den ser valoradas desde el aspecto de la identidad local, así las markas y apachetas
pueden ser potenciadas en su interpretación y valorización cultural mediante su
asociación con senderos y caminos. 61
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Por otro lado, la categoría Campos de Cultivo reúne 6 casos, de los cuales la gran
mayoría son reconocidos por los habitantes locales. Estos campos antiguos, es-
tán ubicados en laderas que hoy en día son improductivas, y por tanto son inter-
pretados por la población local como evidencia de un clima más favorable para
la agricultura. Es urgente en este caso conocer lo que opina la comunidad local
acerca de estas evidencias y cuál es la valoración que tienen de sus características
tecnológicas, pues con la creciente construcción de reservorios de agua estos te-
rrenos pueden ser nuevamente explotados. Esto ha ocurrido en las andenerías que
se ubican directamente al sur del poblado Copaquilla, recientemente alteradas casi
por completo por maquinaria que ha aplanado el terreno y busca iniciar cultivos
usando una tecnología distinta a los andenes.
Entre los yacimientos de alta densidad, es decir, los de mayor visibilidad y mayor
densidad de rasgos y materiales culturales, destacan sin duda los dos yacimientos
de características monumentales previamente reconocidos tanto por la comunidad
local, como por los arqueólogos. Uno de estos, el pukara de Copaquilla fue res-
taurado a fines de la década de 1970 por un trabajo conjunto de la Universidad de
Tarapacá y SERNATUR, y hoy en día es un sitio frecuentemente visitado por los
turistas que hacen el circuito del Parque Nacional Lauca. Lamentablemente este
gradual incremento de visitas no ha beneficiado en ningún aspecto a la comunidad
local, ni en términos de desarrollo económico ni menos en el desarrollo de su
identidad local.
Los otros sitios de alta densidad identificados por la comunidad son el poblado
de Copaquilla, su sector de colqas protegidas, los petroglifos en sus proximidades y
los diversos cementerios ubicados en su ladera oriental. Para la comunidad actual
este amplio conjunto de evidencias arqueológicas es un referente activo acerca
del pasado, que indican las diversas interpretaciones locales acerca de los gentiles,
los logros tecnológicos alcanzados por estas sociedades y una serie de aspectos
mágicos (tales como tesoros escondidos, edificios que aparecen en determinadas
situaciones y sanciones para los que saquean los entierros).
Además, se registraron otros yacimientos de alta densidad no reconocidos por la
comunidad local, destacando un asentamiento de altura y mucho más abajo un
asentamiento carente de estructuras permanentes, ambos yacimientos ubicados al
oriente de la actual localidad.
En resumen, el área Pukara es la que tiene un mayor potencial cultural, museo-
gráfico y científico. En esta área se reúne la más amplia variedad de elementos
culturales, incluyendo los yacimientos más complejos y los que concentran una
mayor cantidad de estudios científicos e interpretaciones locales. Además, el entor-
no geográfico, compuesto por profundos cañones y espectaculares formaciones
rocosas, puede ser sumado a estos recursos culturales. Todos estos ingredientes
62 permiten potenciar una perspectiva que complemente tanto los saberes técnicos
de arqueólogos, antropólogos e historiadores como los locales. Lo que debería
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redundar en una activación del patrimonio cultural no sólo para desarrollar pro-
yectos de turismo cultural, sino también para el desarrollo integral de los compo-
nentes inmateriales y materiales de la identidad local.
A partir de una mayor aptitud hacia la activación patrimonial del área Pukara,
puede incrementarse la valoración y el potencial cultural de las áreas Mulahumaña
y Trigopampa. El área Mulahumaña es reconocida por la comunidad local
como una antigua vía de comunicación hacia y desde los valles de Zapahuira y
Murmuntani; la multitud de senderos, markas y paravientos, principales evidencias
culturales de esta área, así lo denotan. Por tanto, una activación cultural desde la
experiencia del arrieraje aún presente en la comunidad y el potencial como un pa-
trimonio paisajístico serían las posibilidades para integrar esta área desde el Pukara
y el cajón del río Seco.
Por otro lado, el área de Trigopampa, otro de los sectores actualmente habita-
dos, puede ser potenciado desde similares alternativas vislumbradas para el área
Mulahumaña. Aquí el entorno geográfico de macizas formaciones rocosas da paso
a agujas de arenas consolidadas que se elevan abruptamente hasta lo alto del valle.
Por estas elevaciones cruza la quebrada Peregrina, donde se registra un importante
camino tropero que comunica el valle de Copaquilla, con el valle más alto de Laco
y Chapiquiña. Además, se han registrado dos importantes yacimientos complejos,
que previamente investigados y socializados con la comunidad pueden ser iden-
tificados como componentes de la identidad local y el desarrollo de actividades
patrimoniales.
A partir de nuestro trabajo podemos formular una recomendación general para
lograr un manejo efectivo, participativo y sustentable del patrimonio arqueológico
del valle de Copaquilla. Nuestro análisis ha mostrado que existe un potencial del
área en términos patrimoniales que radica en su concentración de yacimientos
arqueológicos de alta densidad y diversidad en el área Pukara. Esta concentración
permitiría reunir dos visiones distintas sobre un mismo espacio, lo que significaría
aumentar su densidad como recurso interpretativo. Por un lado, los habitantes
locales reconocen el área Pukara como una zona donde la presencia de los gentiles
es muy relevante. Por otro lado, los investigadores han realizado estudios de sus
características, pero enfocándose más bien a problemas generales de la prehistoria
regional y no en relación a los procesos internos del valle. La necesidad entonces
radica en unir y complementar estos conocimientos y tener una nueva versión
acerca de los procesos pasados locales y cómo éstos pueden ser utilizados susten-
tablemente para la activación patrimonial.
Se sugiere que la forma de unir estas visiones es mediante un taller cultural, cuyo
objetivo sea la educación patrimonial a la comunidad rural y urbana de Copaquilla,
y el diagnóstico acerca de qué es valorado en términos culturales por la población
local y cómo esta valoración se expresa de manera cotidiana. Estos conocimientos 63
nos permiten por un lado, difundir y socializar los resultados de esta investiga-
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ción, para que la comunidad de manera informada entregue su punto de vista


cultural y por otro lado, lograr un mejor entendimiento técnico de las evidencias
registradas.
Un taller cultural significa también una instancia para recrear el vínculo cultural de
la comunidad local con el patrimonio tangible que los rodea. Por diversas razones
históricas, religiosas, demográficas y económicas las comunidades de precordillera
han perdido consistentemente su asociación con las múltiples evidencias prehis-
pánicas que rodean su paisaje habitado. En tal sentido, la actitud tradicional ha
sido identificar las evidencias prehispánicas más visibles y mantener una lejanía y
cuidadoso respeto hacia los gentiles.
Sólo recientemente, mediante el sostenido empoderamiento de las comunidades
andinas, especialmente urbanas, se ha visto en el recurso arqueológico una fuente
de desarrollo económico. Esta visión de potencial fuente de recurso económico
a través de un turismo cultural tiene un eco limitado en las comunidades andinas.
Se basa en la idea general de que las actuales poblaciones andinas son legítimas
herederas del territorio circundante y de los vestigios de sus antepasados. Pero esta
idea de continuidad cultural entre poblaciones prehispánicas e indígenas actuales y
las evidencias arqueológicas carece aún de sustento identitario específico. En este
sentido, estudios concretos como los presentados en este informe, con datos re-
gistrados en las cercanías de la comunidad y posteriormente complementados con
la visión local, pueden apoyar y sustentar la identidad y las versiones de la historia
de las comunidades locales.
Nuestra conclusión final es que el valle de Copaquilla tiene un importante y po-
tencial patrimonio arqueológico, que incluye inmuebles que han sido estudiados
sistemáticamente y que poseen una primera interpretación cultural e histórica. Sin
embargo, pese al valor arqueológico y patrimonial del yacimiento arqueológico de
Copaquilla, falta que este patrimonio sea efectivamente apropiado y validado por
la comunidad local, para que junto al conocimiento técnico puedan preservarlos
y utilizarlos ya sea para su desarrollo identitario u otro uso que como grupo de-
bidamente informado estimen necesario realizar. Estas sugerencias y reflexiones
derivadas de un estudio concreto también nos permiten indicar, por último, que la
amplitud de la tarea de apoyar a las comunidades andinas en su proceso de identi-
ficar y revalorizar sus recursos culturales, es un proceso largo y que recién se está
iniciando y que seguramente se transformará en un proceso muy necesario para el
resguardo y mantención del Patrimonio tangible de Copaquilla.

64
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67
ANEXOS
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS ANEXO 1

A N E X O 1 . F I C H A S R E F E R E N C I A L E S D E 45
SITIOS ARQUEOLÓGICOS DE LA REGIÓN ARICA
PARINACOTA

AUTOR: CALOGERO SANTORO VARGAS.

RUTA: PUTRE TICNAMAR

Los sitios que se encuentran en este tramo son:

1. ALERO DE VILACAURANI (wilaqawrani. wila = rojo, sangre; qawra = llama, ni = pertenencia o


tenencia).
Comuna de Putre, a 5 kms del pueblo de Putre, a una altura de 3600 msnm,
a Ubicación cercana a la cabecera del valle de Lluta. Se accede por un camino tropero apto
para cabalgata y treking.
Panel expuesto con pictografías de escenas de camélidos dinámicos de estilo
b Características naturalista, acompañados de figuras de felinos y representaciones humanas
esquematizadas.
c Conservación Muy alterado por agentes culturales.

2. ALERO DE ANOCARIRI El que cortó la cabeza al perro (anukhariri. anu = perro; khari = cortar
[cercenar cabeza].
Comuna de Putre, en una ladera escarpada a 150 m sobre la Carretera
a Ubicación Internacional Arica-La Paz, entre Socoroma y Putre, a unos 3800 m de altura.
De difícil acceso, requiere condiciones físicas para escalada.
Alero con pictografías entre las que destacan figuras naturalistas de camélidos,
b Características un estilizado animal o perro y posiblemente un estandarte, similar a los usados
por bailes religiosos actualmente.
c Conservación Muy alterado por agentes naturales (erosión meteórica y fluvial).

3. CAMINO DEL INKA


Comuna de Putre, en dirección a la comunidad de Socoroma, a unos 1000 m
a Ubicación del pueblo y a unos 300 mts del camino de actual acceso al pueblo. La altura
es de 3600 msnm.
El sitio representa uno de los mejores tramos del camino del inka o Capaq Ñan
en la zona, caracterizado por el típico empedrado que forma una calzada de
b Características
espaciados y bajos escalones, que desciende suavemente desde el portezuelo
al sureste del pueblo.
Un tramo de 50 m está en excelentes condiciones, lo demás está alterado por
c Conservación
agentes naturales y culturales. 71
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
P A T R I MSISTEMÁTICO
REGISTRO O N I O Y CDE
OLOS
M UYACIMIENTOS
N I D A D E S ARQUEOLÓGICOS
I N D Í G E N A S DE
A YZAPAHUIRA
M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 1

4. PUKARA DE SOCOROMA
Comuna de Putre, en la ladera sur sobre la comunidad de Socoroma, a 3800
a Ubicación
msnm. De difícil acceso, requiere tiempo y buen estado físico.
Sitio compuesto por dos conjuntos de recintos circulares rodeados de un muro
b Características perimetral. El muro perimetral y su ubicación sobre una planicie rodeada de
escarpadas laderas le otorgan funciones defensivas de pukara1.
c Conservación De regular a buena por el difícil acceso de visitantes.

5. ALERO DE ALCACAURANI
Comuna de Putre, sobre la ladera nororiental de la quebrada de Socoroma a
a Ubicación unos 3000 mts abajo del poblado y a unos 2700 metros de altura. De difícil ac-
ceso, requiere unas 3 hrs. de caminata.
Sitio de pictografías formado por un panel con representaciones de camé-
b Características lidos naturalistas y figuras humanas con armas, con máscaras radiadas y
concéntricas.
c Conservación Muy alterado por agentes naturales.

6. TAMBO DE ZAPAHUIRA O COLQAS DE ZAPAHUIRA


Comuna de Putre, ubicado en la cuenca intermedia entre la Cordillera de los
a Ubicación Andes y la Sierra de Huaylillas a unos 5 km del poblado de Zapahuira, en el km
110 de la carretera internacional Arica-La Paz y a una altura de 3600 metros.
Este conjunto de colqas se vincula al poblado de altura del Cerro Huaicuta y a un
conjunto de chullpas. Sitio compuesto por una hilera de recintos rectangulares.
No obstante la clara funcionalidad del sitio como lugar de almacenaje, se ha de-
b Características finido tradicionalmente como un tambo. Este sitio corresponde más bien a un
típico emplazamiento de colqas, es decir un lugar con edificaciones destinadas
a la conservación y almacenamiento de bienes productivos como tejidos, ropa,
comida (maíz, papas, etc.), armas, etc.
Sitio Restaurado y puesto en Valor pero enfrentado a un stress constante por
c Conservación
su cercanía a la carretera.

7. CERRO HUAYCUTA, POBLADO DE ALTURA


Comuna de Putre, ubicado sobre la cima de una colina o tangani a ms sobre
el costado sur de la carretera internacional Arica-La Paz a la altura del km 110,
a Ubicación contiguo al sitio de colqas de Zapahuira, descrito más arriba. Desde las colqas se
requiere una caminata de unos 45 mn para alcanzar a la explanada de la cima
del Huaycuta.
Poblado de altura compuesto por viviendas construidas de piedra de forma cir-
b Características cular, dispuestas sin un planeamiento arquitectónico sobre la meseta del cerro
Huaycuta. De ocupación cultural anterior al Inca.
c Conservación Muy alterado y derruido.

72
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS ANEXO 1

8. CHULLPAS DE ZAPAHUIRA
Comuna de Putre, las dos Chullpas están localizadas a unos 150 ms., al sur del
km 110 del camino internacional Arica-La Paz. La primera Chullpa se ubica al
a Ubicación este del faldeo del Cerro Huaycuta, la segunda, también hacia el este, se en-
cuentra más alejada. Ambas formaban parte del emplazamiento de collqas de
Zapahuira, de época Inka.
Las chullpas de Zapahuira fueron construidas con adobones de barro y paja,
armando torres de forma rectangular. Son unos de los pocos ejemplos de cons-
trucciones de este tipo fuera de la región altiplánica. Es probable que contuvie-
b Características
ran individuos de origen altiplánico establecidos en Zapahuira para funciones
administrativas y de control del sector contiguo de collqas para el Estado Inka y
en el Tambo de Zapahuira.
c Conservación Posiblemente desaparecidos.

9. ALERO CON DEPÓSITOS DE ALMACENAJE DE ZAPAHUIRA


Comuna de Putre, se ubican a la altura del km 112 de la carretera internacional
Arica-La Paz, a unos 1200 ms en dirección noroeste, ocultos en un alero abierto
a Ubicación en la pared de una de las cárcavas que surcan la pampa de Zapahuira. El alero se
encuentra en una cárcava profunda y estrecha, de unos 6 a 7 m de profundidad
que dificulta su visibilidad.
Estas collqas son distintas a las de Zapahuira, descritas más arriba. Se trata de
un conjunto de cuatro silos subterráneos empedrados, de forma cilíndrica, ex-
b Características cavados en el estrecho y poco profundo interior del alero. La parte superior
aflora sobre la superficie cubierta con lajas de piedras unidas con argamasa de
barro y carbón.
c Conservación Buen estado de conservación pero con intervención cultural.

10. POBLADO CERRO CHAPICOLLO (cerro de espinas; chapiqu’llu. chapi = planta espinosa en gene-
ral; qu’llu = cerro)
Comuna de Putre, ubicado en los faldeos del cerro Chapicollo a unos 1000 ms al
a Ubicación oeste del camino internacional Arica-La Paz (km 120), en las inmediaciones de la
pista aérea de Zapahuira y a una altura de 3600 msnm.
Poblado prehispánico de recintos pircados de forma semicircular; dispuestos
sobre los faldeos del cerro Chapicollo. Destaca también un canal que atraviesa
la pampa y sube por el este del cerro. La bocatoma de este canal se ubicaba en
b Características la quebrada de Zapahuira. Este canal era indispensable para proveer de agua
al poblado y a las terrazas de cultivo, dado que no existen fuentes naturales
en sus inmediaciones. La relación cultural del recinto es pre-inca o Desarrollo
Regional.
c Conservación Regular.

11. PUKARA DE CHAPICOLLO


Comuna de Putre, esta ubicado en la cima del cerro Chapicollo a unos 1000 ms
a Ubicación hacia el oeste del camino internacional Arica-La Paz (km 120), en las inmediacio-
nes de la pista aérea de Zapahuira y a una altura de 3600 msnm.
Poblado defensivo ubicado en la cima del abrupto cerro Chapicollo. El lugar
fue rodeado por un muro perimetral defensivo, ubicado cerca de la cima. Se
b Características compone de varios recintos circulares con muros de dos hiladas de piedras, de
mampostería simple, de técnica similar a los recintos de la aldea de Chapicollo,
ubicada en los faldeos bajos del cerro, descrito más arriba.
73
c Conservación Buen estado de conservación.
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ANEXO 1

12. CAMINO DEL INKA, COSTADOS SUR Y NORTE DE LAS POSADAS CAMINERAS DE ZAPAHUIRA
Comuna de Putre, se ubica a la altura del km 115 de la carretera internacional
Arica-La Paz. Los segmentos del camino están al sur de las posadas camione-
a Ubicación
ras de Zapahuira, sobre una ladera que remonta para ingresar a la cuenca de
Murmuntani. No hay acceso vehicular desde las posadas de Zapahuira.
El segmento ubicado hacia el norte de las posadas es un sendero de 2 a 3 mts
de ancho bordeado por una línea de piedras. No hay señales bordes empedra-
b Características dos. El segmento al sur de las posadas, presenta rasgos más típicos como el de
Socoroma: empedrado, muros de contención y escaleras de peldaños peque-
ños para el paso de las llamas caravaneras.
c Conservación Buen estado de conservación.

13. TAMBO DE ZAPAHUIRA


Comuna de Putre, ubicado a unos 2 km al oeste del poblado de Zapahuira. Hay
a Ubicación
acceso vehicular hasta el sitio.
Típico tambo de época Inka con recintos rectangulares dentro de una gran es-
b Características tructura perimetral rectangular, destinados a habitación y recintos circulares en
la parte central, posiblemente, para almacenaje.
c Conservación Buen estado de conservación.

14. ANDENERÍAS QUEBRADA DE ZAPAHUIRA


Comuna de Putre, ubicado a unos 3.000 m al norte desde el km 115 de la carrete-
ra internacional Arica-La Paz. Estas andenerías se localizan sobre la ladera norte
a Ubicación
y sur de la quebrada de Zapahuira. Se accede con dificultad desde la carretera,
como desde el norte a través de la pampa del Cerro Chapicollo.
Los andenes de la ladera sur se visualizan como desdibujadas hileras de piedras
cubiertas por la vegetación, algunos de los cuales no se llegaron a completar y
b Características
poner en funcionamiento. Los andenes de la ladera sur son más extendidos y
algunos se continúan ocupando en la actualidad.
c Conservación Buen estado de conservación.

15. PAMPA EL MUERTO


Comuna de Putre, ubicado a la altura del km 100 de la carretera internacional
Arica-La Paz a 1500 m., hacia al suroeste. Se trata de una serie de aleros en un
a Ubicación radio de 1500 a 2000 m. Estas quebradas drenan hacia el río Copaquilla. Se ac-
cede desde la carretera internacional por una huella vehicular que pasa por la
“ex-planta minera Pukara” y llega a Livilcar.
Los aleros contienen pictografías de figuras naturalistas y diseños geométricos.
Hay pocos restos de ocupación en los aleros; las excavaciones demostraron
b Características que el área era visitada desde hace unos 3.000 años por poblaciones de horti-
cultores de valles bajos que subían en busca de materias primas y establecían
campamentos temporales.
c Conservación Buen estado de conservación.

74
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS ANEXO 1

16. PUKARA DE ANCOPACHANE (Tiempo o lugar blanco jank’upachani. jank’u = blanco; pacha =
espacio-tiempo; ni = pertenencia o tenencia)
Comuna de Putre, ubicado sobre una explanada surcada de cárcavas frente al
cementerio del pueblo de Belén, a 3000 msnm. El lugar está resguardado por
las quebradas de Palomani, Colcapata y Laguane. Este sitio se encuentra junto
a Ubicación
a otro poblado prehispánico conocido como Pukara de Chajpa, separados por
un muro perimetral. Se accede al sitio caminando desde Belén por una suave
pendiente.
Este Pukara, se compone de alrededor de 100 recintos habitacionales circula-
res y rectangulares; un sector de recintos funerarios de forma rectangular y
terrazas de cultivo ubicadas en el sector este y amontonamientos o pequeños
b Características montículos de piedras. Las viviendas fueron construidas con una pirca doble de
piedra rellena con gravilla y tierra. Es importante señalar que el Capaq Ñan pasa
por el oeste del poblado. El sitio se relaciona culturalmente al Inka, según los
vestigios de cerámica decorada Inka-Saxamar o Inca local.
c Conservación Mal estado de conservación debido a agentes naturales y culturales.

17. PUKARA DE CHAJPA


Comuna de Putre, ubicado contiguo al pukara de Ancopachane hacia el oeste,
levantado sobre un pequeño promontorio en la terraza formada por la con-
a Ubicación fluencia de las quebradas de Laguane por el oeste y Colcapata por el sur, a
3040 msnm. De fácil acceso desde Belén por una pendiente suave tapizada de
piedras.
Tiene una típica construcción de época inkaica, compuesta por 11 recintos de
forma rectangular con subdivisiones internas de la misma forma y recintos de
forma circular destinados a funciones domésticas y de almacenaje. Algunos de
los recintos fueron construidos en épocas post-hispánicas y se diferencian por
b Características pircados menos elaborados y la ausencia de mortero. Este emplazamiento está
rodeado por terrazas de cultivo que demuestran un uso intensivo y extensivo
de las laderas y terrazas de las quebradas que enmarcan este hábitat. El empla-
zamiento está conectado directamente al Capaq Ñan trazado desde o hacia el
pukara de Huaihuarani al suroeste.
c Conservación Mal estado de conservación debido a agentes naturales y culturales.

18. ANDENERÍAS ASOCIADAS A LOS PUKARAS DE ANCOPACHANE Y CHAJPA


Comuna de Putre, ubicado en la ladera inmediatamente al sur de los pukaras de
a Ubicación Ancopachane y Chajpa cubierta con andenerías en la ladera oeste de la quebra-
da de Colcapata. De difícil acceso por ladera escarpada.
En Ancopachane las andenerías están ubicadas contiguo a los pukaras de
Ancopachane y Chajpa. Todavía son usadas para el cultivo de orégano y alfalfa.
b Características
Las de Chajpa, en la quebrada de Colcapata, están en desuso por falta de agua
de riego.
c Conservación Buen estado de conservación.

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ANEXO 1

19. CAMINO DEL INKA DE TOJOTOJONE (Cuevitas en la ladera del cerro (Tojotojone= t’uxut’uxuni.
t’uxu = alguna cuevita en el cerro)
Comuna de Putre, ubicado a unos 5 km al sur de Belén se conserva un segmento
a Ubicación del camino del Inka, paralelo al camino vehicular de la sierra que conecta Belén
con Tignamar, a 3800 msnm.
Este sector del camino que cubre entre el Pukara de Huiahuarani por el norte
y Lupica por el sur, sirvió como vía de comunicación entre los pueblos actuales
b Características de la sierra de Arica hasta la construcción del camino vehicular. El segmento de
Tojotojone conserva parte del empedrado y del pircado lateral que delimitaba
la ruta.
c Conservación Mal estado de conservación.

20. PUKARA DE HUAIHUARANI


Comuna de Putre, ubicado a 5 km al suroeste de Belén, a 3600 msnm. Emplazado
a Ubicación sobre las laderas y cima de un cordón montañoso escarpado en la rinconada de
Huaihuarani.
Pukara de grandes dimensiones de 500 recintos domésticos (predominancia
circulares) y una cifra similar de silos. En los recintos se encuentran morteros
o batanes usados para la molienda. Tiene recintos ceremoniales y en la lade-
ra contigua cavidades que fueron posiblemente “urnas” funerarias. Tiene un
b Características sector de andenes de muros altos canalizados desde quebradillas represadas,
aguas arriba. Además de un segmento empedrado del camino del inka que llega
a este recinto, aleros con pictografías de representaciones naturalistas y una
abrupta ladera al noroeste del poblado donde hay unas cuevas vinculadas a la
leyenda de la Campana de Oro.
c Conservación Buen estado de conservación.

21. PUKARA DE INCAULLO (Campamento inca (inkauyu. inka = inca; uyu = campamento)
Comuna de Putre, ubicado a unos 5 km al sur de Belén, a 500 m al este de
a Ubicación
Huaihuarani. Se puede acceder al pukara caminando.
Es un poblado serrano bien elaborado de rasgos arquitectónicos singulares al
Inka, con recintos rectangulares y algunos circulares, cubiertos con techos de
b Características dos aguas. Está rodeado por áreas de cultivo delimitadas por muros, donde
actualmente se cultiva alfalfa. Otros recintos que lo conforman son chullpas
(recintos mortuorios) y un chaku (encerradero de ganado).
c Conservación Buen estado de conservación.

22. PUKARA DE TRIGALPAMPA


Comuna de Putre, ubicado cerca del camino vehicular que une Belén con Lupica
a Ubicación a los pies del abra de Tojotojone, a unos 10 km al sur de Belén y a una altura de
3.600 m. Tiene un sendero peatonal desde el camino principal.
Emplazamiento con 50 recintos dispersos, de forma circular. Los recintos se
acomodaron a los accidentes del terreno. Hacia el este de este poblado se visua-
b Características
lizan unos andenes estrechos de no más de 30 cm de ancho regados, posible-
mente, con aguas de lluvia ya que no hay evidencias de canales de irrigación.
c Conservación Buen estado de conservación.
76
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS ANEXO 1

23. PUKARA DE TRIGALPAMPA


Comuna de Putre, ubicado cerca del camino vehicular que une Belén con Lupica
a Ubicación a los pies del abra de Tojotojone, a unos 10 km al sur de Belén y a una altura de
3.600 m. Tiene un sendero peatonal desde el camino principal.
Emplazamiento con 50 recintos dispersos, de forma circular. Los recintos se
acomodaron a los accidentes del terreno. Hacia el este de este poblado se visua-
b Características
lizan unos andenes estrechos de no más de 30 cm de ancho regados, posible-
mente, con aguas de lluvia ya que no hay evidencias de canales de irrigación.
c Conservación Buen estado de conservación.

RUTA: CAMARONES

Los sitios que se encuentran en este tramo son:

24. CONANOXA
Comuna de Camarones, localidad de Conanoxa, ubicado a 22 km de la localidad
a Ubicación
de Cuya. Se accede desde la carretera con dificultad.
Campamento de cazadores-recolectores costeros (3.500 antes del periodo ac-
b Características tual) que explotaban esporádicamente la calcedonia, materia prima en la fabri-
cación de instrumentos líticos.
c Conservación Buen estado de conservación.

25. CONANOXA ORIENTE


Comuna de Camarones, localidad de Conanoxa, ubicado sobre la terraza orien-
a Ubicación te de la quebrada de Camarones, a 22 km de Cuya. Se accede por el camino
vecinal que se desprende de la carretera panamericana sur.
Pequeño caserío de recintos dispersos, de formas rectangulares con silos o de-
b Características pósitos subterráneos y fogones para la cocina. Cementerio en túmulos, ocupa-
do hacia los 300 años a.C.
c Conservación Buen estado de conservación.

26. UMAYANI
Comuna de Camarones, ubicado sobre el flanco oriental de la quebrada de
Umayani en la cima de la puntilla divisoria de aguas entre la quebrada de
a Ubicación
Camarones y Umayani, a 4 km al este de Cuya; a unos 80 m sobre el lecho del
río. Se accede por el camino vecinal de penetración de la quebrada.
Poblado compuesto por unos 47 recintos rectangulares, contiguos, construi-
b Características dos de muros de piedra y silos circulares encistados. El lugar habría sido ocupa-
do en época pre-Inka.
c Conservación Buen estado de conservación.

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ANEXO 1

27. PUKARA DE TALTAPE


Comuna de Camarones, ubicado sobre la cima de un cerro vecino a Umayani. Se
a Ubicación
accede por un sendero a la escarpada ladera del cerro.
Poblado defensivo, estratégicamente relacionado con el poblado de Umayani,
rodeado por un muro perimetral y un foso que hacían más inaccesible el lugar.
Se conservan evidencias de depresiones cavadas en la superficie de la mese-
b Características
ta, que pudieron servir como base de refugios de material ligero. Se encuen-
tran, además, fosos encistados que pudieron corresponder a silos o tumbas
saqueadas.
c Conservación Mal estado de conservación.

28. POBLADO DE CAMARONES SUR


Comuna de Camarones, ubicado sobre la ladera sur de valle de Camarones, en
a Ubicación
el sector de Taltape a 45 km al este de Cuya. Se accede por el camino vecinal.
Poblado compuesto por 36 recintos rectangulares y 8 recintos circulares, con-
tiguos. Una cuarta parte de los recintos presentan silos adosados a los muros.
El poblado presenta un muro defensivo por su flanco oeste, los demás costa-
dos están protegidos por laderas escarpadas. Por el costado sur se dispuso un
b Características
sendero de circunvalación, con muro de sostenimiento hacia el valle, donde se
encontraron proyectiles esféricos de basalto (4 cm promedio de diámetro).
Estos elementos (muros defensivos y proyectiles) denotan el estado de tensión
o beligerancia que se vivía en los siglos previos a los Inkas.
c Conservación Buen estado de conservación.

29. POBLADO CHIBALJAYA 1


Comuna de Camarones, ubicado sobre la ladera norte de la quebrada de
Camarones, sobre una pampa elevada unos 80 m sobre el lecho del río y a 71
a Ubicación
Km. al este de Cuya. Se accede con dificultad desde el camino vecinal que pe-
netra la quebrada.
Compuesto por unos 27 recintos de forma circular o elíptica, aglutinados alrede-
dor de grandes bloques de piedra. El sendero de acceso al lugar se transforma
b Características en una calle angosta que atraviesa el poblado para rematar en una apacheta.
Más alejados del poblado se ubican un conjunto de 36 silos ubicados en cavida-
des naturales de las rocas, selladas con pirca de piedras unidas con argamasa.
c Conservación Buen estado de conservación.

30. CHIBALJAYA 2
Comuna de Camarones, ubicado en Camarones alto sobre la cima de una loma
escarpada, elevada unos 75 m por sobre el poblado Chibaljaya, que se encuen-
a Ubicación
tra a unos 300 m de distancia. Se accede con dificultad desde el camino vecinal
que penetra la quebrada.
Compuesto por 38 recintos de forma circular y elíptica. Además de su posición
estratégica, la ladera de acceso al poblado está circundada por una sucesión de
b Características
dos fosos, posiblemente para aumentar su capacidad defensiva. Como el sitio
anterior, este poblado fue ocupado en los siglos previos a los Inka.
c Conservación Buen estado de conservación.
78
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS ANEXO 1

31. QUIGUATANA 2
Comuna de Camarones, ubicado a 4 km al oeste de la localidad de Pachica, ubi-
a Ubicación cada a 71 km de Cuya, sobre una suave ladera asociada a una vertiente. Se acce-
de por el camino vecinal que penetra la quebrada.
Poblado formado por 34 recintos, de forma circular o elíptica y rectangular.
Con un grupo de 22 silos acomodados en cavidades naturales de las rocas, un
b Características cementerio con 36 sepulturas encistadas con techo de falsa bóveda y eras de
cultivo. En el sector de los silos se ubica otro cementerio, pequeño pre-Inka,
estructurado por bolones de piedras adosados a un gran bloque.
c Conservación Buen estado de conservación.

32. POBLADO DE SABAIPUGRO


Comuna de Camarones, ubicado a unos 3.5 km al este de la localidad de Esquiña.
a Ubicación
Se accede con dificultad desde el camino vecinal que ingresa a la quebrada.
Poblado compuesto por 135 recintos elípticos, donde se encuentran piedras
mortero y molinos de piedra. En bloques del poblado se tallaron petroglifos.
b Características
El sitio fue ocupado en los siglos anteriores al Inka, fundado, posiblemente, al
final de la época Tiwanaku (1.000 después de Cristo).
c Conservación Buen estado de conservación.

33. SAGUARA
Comuna de Camarones, conjunto de varias ruinas arqueológicas ubicadas al
noroeste de la localidad de Esquiña, en las inmediaciones de la localidad de
a Ubicación
Saguara. Se accede con dificultad desde el camino vecinal que penetra a la
quebrada.
Este complejo arqueológico se compone de los siguientes conjuntos: (a) pobla-
do prehispánico (Saguara 1) sepultado en parte por el pueblo actual de Saguara,
(b) poblado en la ribera opuesta al anterior (Saguara 2), (c) conjunto de recintos
circulares pircados (Saguara 3a y 3b), (d) conjunto de abrigos naturales ubica-
b Características
dos en los escarpados taludes de la quebrada por el flanco norte (Saguara 4,
5 y 6), (e) eras de cultivo contiguas al poblado actual de Saguara (todavía en
uso) y aguas abajo del mismo (en desuso), y (f) canales de regadío usados en la
actualidad, posiblemente de origen pre-hispánico.
c Conservación Buen estado de conservación.

34. CAMARONES PUNTA NORTE


Comuna de Camarones, ubicado en un promontorio alto de la desembocadura
a Ubicación de la quebrada de Camarones, con un amplio dominio visual del valle y la bahía.
Se accede con dificultad desde el camino vecinal hacia la caleta de Camarones.
Conchal dejado por cazadores-recolectores marinos que habitaron el lugar, en
b Características
forma temporal, hace unos 5.000 a 6.000 años atrás.
c Conservación Buen estado de conservación.

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35. DESEMBOCADURA DE CAMARONES


Comuna de Camarones, ubicado en la ladera norte de la desembocadura y ta-
a Ubicación blazo de terraza cerca de la boca del valle. Se accede desde el camino vecinal a
la caleta de Camarones, desde la carretera panamericana sur.
La ladera sur de la desembocadura de Camarones es una rica zona arqueológica
con evidencias de ocupación humana, que se remontan a más de 7.000 años.
b Características Se trata principalmente de conchales y cementerios, sin arquitectura monu-
mental. El lugar ha sido centro de estudio para varias expediciones y proyectos
arqueológicos.
c Conservación Buen estado de conservación.

RUTA: PARINACOTA‐GUALLATIRE

Los sitios que se encuentran en este tramo son:

37. LAS CUEVAS


Comuna de Putre, ubicado en el Parque Nacional Lauca, a pocos metros de la
a Ubicación carretera internacional Arica-La Paz en el refugio Las Cuevas de CONAF. Se ac-
cede desde el refugio.
Es un paredón natural, que sirve de borde a una ciénaga o bofedal, en el que se
encuentran varias cuevas talladas en la roca, por agentes naturales. Esta área
concentra un importante número de vicuñas y seguramente fue lo que atrajo a
b Características los cazadores andinos. La cueva más grande evidenciaba restos de ocupaciones
de cazadores, que habitaron en estos parajes hace unos 9.000 a 10.000 años.
Este sitio representa una de las evidencias más antiguas de ocupación humana
en el altiplano de Arica.
c Conservación Mal estado de conservación.

38. CHACU DE LAS CUEVAS


Comuna de Putre, al sureste del refugio de CONAF en Las Cuevas. Se accede
a Ubicación
desde la carretera internacional Arica-La Paz por un sendero hacia el sur.
El chacu o manga de captura de vicuñas fue construido a través de una pirca de
lajas de roca, que longitudinalmente abarca unos 100 m de largo por 30 a 40 m
de ancho. Está ubicada estratégicamente en el borde superior de una pequeña
quebrada, por lo que no es visible por los animales que vienen desde la pam-
b Características
pa contigua. La parte más ancha de la manga se ubica en la intersección de la
quebrada con la pampa, partiendo la pirca casi a ras del suelo, volviéndose más
altas y convergentes hacia el fondo de la quebrada, rematando en un corral
circular.
c Conservación Restaurado.

80
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS ANEXO 1

39. TRAPICHE COLONIAL DE GUALLATIRE


Comuna de Putre, los restos de este ingenio se encuentran a la vera del camino
a Ubicación que une Chucuyo con Surire, al norte del poblado de Guallatire a 4.300 m de
altura. Se accede por el camino altiplánico norte-sur.
Son instalaciones de un ingenio de época colonial para el procesamiento y fun-
dición de minerales de plata. Compuesto por el molino (para moler el mineral a
b Características través de muelas de piedra movida en forma hidráulica), restos del canal, can-
chas para el acopio de minerales, hornos de fundición, dependencias de uso
doméstico, etc.
c Conservación Mal estado de conservación.

RUTA: VALLE DE LLUTA

Los sitios que se encuentran en este tramo son:

40. DEPÓSITOS DE HUAYLACAN


Comuna de Arica, ubicado a la altura del Km. 5 de la carretera internacional
a Ubicación Arica-La Paz, a unos 250 m desde el camino. Los silos se ubican en el borde del
cajón del río Lluta. Se accede por el circuito de acceso desde la carretera.
Silos o depósitos subterráneos de almacenaje consistentes en fosas cilíndricas,
empedradas con cantos rodados dispuestos verticalmente en la base y apilados
b Características
en forma horizontal en la parte superior, estrechando la distancia hacia la aber-
tura como una especie de falso arco. Este conjunto de silos es de época Inka.
c Conservación Buen estado de conservación.

41. GEOGLIFOS SECTOR BAJO DEL VALLE DE LLUTA


Comuna de Arica, paneles discontinuos ubicados en la ladera sur del valle de
a Ubicación Lluta, entre el kilómetro 4 al 10 de la carretera internacional Arica-La Paz. Se
pueden observar desde la carretera a una distancia de 3 a 5 km.
Se trata de figuras antropomorfas, zoomorfas y diseños abstractos de grandes
b Características dimensiones formando 12 paneles, cuyo significado se ha perdido en el tiempo.
Se estima que fueron construidos hacia los años 1.000 después de Cristo.
c Conservación Buen estado de conservación.

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42. ROSARIO 1
Comuna de Arica, ubicado a la altura del kilómetro 20 de la carretera internacio-
nal Arica-La Paz, a 200 metros, en una explanada alta en la ladera sur del valle
a Ubicación
de Lluta sobre la Estación Rosario (450 msnm). Aun cuando se ubica cerca de la
carretera, la visita del sitio demanda esfuerzo físico.
Se trata de un poblado compuesto por un área residencial y tres cementerios
ubicados en un espacio aun más alto hacia el sureste de los recintos habita-
cionales. Las habitaciones fueron construidas con materiales más ligeros como
b Características cañas, totora y postes de madera.
Excavaciones arqueológicas practicadas en algunos de estos recintos determi-
naron que fueron ocupados anteriormente al Inka, correspondiendo a pobla-
ciones de origen local.
c Conservación Buen estado de conservación.

43. ROSARIO 2
Comuna de Arica, ubicado a 500 m al oeste de Rosario 1, a la altura del km 19 de
la carretera internacional Arica-La Paz, en una terraza alta en la ladera sur del
a Ubicación
valle de Lluta, a unos 300 m de la carretera y a unos 25 m sobre la caja del río. Se
accede con dificultad desde la carretera.
Como en Rosario 1 los recintos domésticos fueron levantados sobre largos te-
rraplenes, acomodados formando un conjunto de varias hileras siguiendo las
curvas de nivel. Estos muros y terraplenes de piedra fueron levantados en épo-
b Características
ca Inka encima de las ruinas de un pueblo pre-Inka. Se cultivaban una serie de
productos agrícolas de las zonas de inundación del valle de Lluta, haciendo uso
de canales de regadío.
c Conservación Buen estado de conservación.

44. ROSARIO 3
Comuna de Arica, al oeste de Rosario 2 sobre la ladera sur del valle de Lluta, a la
altura del km 18 de la carretera internacional de Arica-La Paz.
a Ubicación
Se accede desde la carretera atravesando campos de cultivo y remontando la
ladera escarpada del valle.
Aldea caracterizada igualmente por aterrazamientos sobre los cuales se levan-
b Características
taron los recintos habitacionales de formas rectangulares.
c Conservación Buen estado de conservación.

45. PETROGLIFOS DE ROSARIO


Comuna de Arica, ubicados en la ladera media que asciende a Rosario 2, a la al-
tura del km 19 del camino Arica-La Paz. Se accede fácilmente desde la carretera
a Ubicación
atravesando un campo de cultivo y se remonta hasta la parte media de la ladera
que conecta con Rosario 2.
Conjunto de varios bloques de piedras con figuras grabadas en las caras planas
b Características de las rocas. Incluye figuras de camélidos, humanas, geométricas y lineales de
trazos gruesos y profundos de estilo más bien descuidado y no naturalista.
c Conservación Mal estado de conservación.
82
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS ANEXO 1

46. MOLLE PAMPA OESTE


Comuna de Arica, ubicado a la altura del kilómetro 23 de la carretera interna-
cional Arica-La Paz, sobre la banda norte del valle de Lluta a unos 300 m de la
a Ubicación
carretera y a 50 m sobre la caja del río (450 msnm). De fácil acceso desde la
carretera internacional.
Poblado compuesto por varios recintos habitacionales que fueron construidos
originalmente con cañas, totora y postes de madera para sostener el techo.
b Características Se levantaron sobre terraplenes dispuestos en hileras escalonadas siguiendo la
curva de nivel de la ladera sin un planeamiento bien definido, aunque entre las
hileras se mantienen vías de circulación.
c Conservación Buen estado de conservación.

47. MOLLE PAMPA MEDIO


Comuna de Arica, ubicado a la altura del kilómetro 24 de la carretera internacio-
a Ubicación nal Arica-La Paz, sobre la ladera norte del valle de Lluta a 150 m de la carretera
(450 msnm). Se accede desde la carretera.
Se compone de varios recintos habitacionales, originalmente construidos con
materiales ligeros como caña, totora y postes de madera. Las habitaciones
fueron levantadas sobre espacios aterrazados en los que se rompió la inclina-
b Características ción del terreno para nivelarlo. Estos terraplenes, sin embargo, como en Molle
Pampa Oeste, no fueron reforzados con muros frontales. Los recintos se ali-
nean siguiendo las curvas de nivel formando varias hileras escalonadas separa-
das por espacios que sirvieron como vías de circulación.
c Conservación Buen estado de conservación.

48. MOLLE PAMPA ESTE


Comuna de Arica, ubicado en el km 25 de la carretera internacional Arica-La Paz,
sobre la ladera norte del valle de Lluta, a 200 m de la carretera y a 50 m sobre la
a Ubicación
caja del valle (450 msnm). Se accede desde la carretera internacional, luego se
debe remontar una escarpada ladera cubierta de arena.
Poblado que cubre una extensión de 10 has, con tumbas dispersas construi-
das con grandes piedras. Se trata de el poblado prehispánico más grande del
valle de Lluta, de época Inka. Las estructuras fueron levantadas sobre aterra-
zamientos de arena cortados en la ladera del valle, formando largas hileras in-
b Características
tercaladas por franjas sin construcción que servían como vías de circulación.
Los recintos fueron construidos con haces de totora, estructurados con una
armazón de cañas y postes de madera para sostener el techo, también hecho
con esteras de totora.
c Conservación Buen estado de conservación.

83
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
P A T R I MSISTEMÁTICO
REGISTRO O N I O Y CDE
OLOS
M UYACIMIENTOS
N I D A D E S ARQUEOLÓGICOS
I N D Í G E N A S DE
A YZAPAHUIRA
M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 1

49. VILA VILA NORTE Y VILA VILA SUR


Comuna de Arica, ubicados en la ladera sur del valle de Lluta, a 30 km de la costa
y a 500 msnm. Se accede desde la carretera internacional Arica-La Paz hasta las
a Ubicación
inmediaciones de Poconchile, siguiendo por un camino vecinal que bordea la
banda sur del valle.
Se trata de dos pequeñas aldeas prehispánicas separadas por una colina, levan-
tadas en una hondonada protegida de la ladera del valle. Además consta de
tres áreas de cementerios ubicados sobre una colina separando los sitios de la
b Características caja del valle. Para la construcción de las habitaciones se utilizaron materiales
ligeros como cañas, totora y postes de madera. Los Silos o pozos de almacenaje
recubiertos de piedras y pegados con argamasa de cenizas eran comunes al
interior de las casas.
c Conservación Buen estado de conservación.

84
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

A N E X O 2. P U K A R A S , T A M B O S Y G E N T I L E S :
INTERPRETACIONES MULTIVOCALES SOBRE EL
PAISAJE CULTURAL DE COPAQUILLA Y ZAPAHUIRA

COMUNIDAD INDÍGENA PUKARA DE COPAQUILLA ‐


COMUNIDAD INDÍGENA TRIGOPAMPA COMUNIDAD
INDÍGENA DE ZAPAHUIRA

AUTORES: ALVARO ROMERO GÜEVARA, CAROLINA BUSTOS TORRES,


FRANCO VENEGAS ESTAY.

85
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
P AT R I MSISTEMÁTICO
REGISTRO O N I O Y CDEOLOS
M UYACIMIENTOS
N I D A D E S ARQUEOLÓGICOS
I N D Í G E N A S DE
AYZAPAHUIRA
M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 2

Dedicado a los antiguos habitantes del territorio precordillerano de Arica, especialmen-


te a quienes hicieron habitable el agreste paisaje de Zapahuira y Copaquilla.

86
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

1. INTRODUCCIÓN

L a presencia humana en la nueva región de Arica y Parinacota se remonta a más


de 10.000 años de antigüedad. Esta larga historia trata de un recorrido relativa-
mente continuo de diferentes comunidades humanas, las cuales tuvieron distintos
orígenes, orientaciones productivas y estrategias sociales. Pese a estas diferencias cul-
turales todas estas comunidades interactuaron en el tiempo y en el territorio, inter-
cambiando un gran cúmulo de productos e ideas.
Este intenso proceso humano ha dejado diversos tipos de rastros en el actual terri-
torio de la región. Algunas de estas señas adquieren formas ampliamente visibles
y monumentales, tales como grandes asentamientos con construcciones en ruinas
y muros formidables, mientras que otras sólo poseen modestas dimensiones y son
apenas visibles para la actual percepción. Sin embargo, todas estas evidencias, tan-
to grandes como pequeñas, son necesarias para lograr una imagen más completa
de los eventos ocurridos en el pasado, pero sobre todo para tener una visión más
cercana a nuestra realidad compleja y diversa que vivimos cotidianamente.
Sin embargo, pese a esta importante densidad de evidencias diseminadas en el
territorio, hoy en día las comunidades locales no sienten completamente que son
parte de su legado cultural tradicional. Así, en los últimos 500 años de presencia
occidental en los Andes, especialmente en las tierras altas del actual extremo nor-
te de Chile, se ha ido produciendo un distanciamiento cultural entre los actuales
comuneros locales y los diversos componentes de su territorio. Esto se nota espe-
cialmente en la escasa valoración y significado que le dan a ciertos tipos de lugares
patrimoniales, especialmente aquellos de mayor antigüedad.
Esta distancia cultural ha sido el resultado de diversos factores sociales y culturales,
siendo unos de los más influyentes las fluctuaciones demográficas que resultan
de despoblamientos relativos del territorio, junto con posteriores aumentos po-
blacionales. Tales variaciones han provocado cambios y discontinuidades en las
percepciones y usos de los diferentes componentes del territorio. Sin duda, la cada
vez más cercana vida de características urbanas que perciben y poseen los actuales
habitantes de precordillera, ha influido enormemente en su cosmovisión y en su
relación tradicional con su ambiente y su historia. Esto se ve reforzado con los
mensajes introducidos por religiones que desconectan el quehacer sagrado con
estos sitios, restándoles significado o directamente catalogándolas como lugares
negativos, de mala suerte o demoníacos.
Una forma en que las actuales generaciones puedan re-tomar y re-significar esta
ancestral relación con su medio ambiente y los restos dejados por los antiguos
habitantes, es iniciar un proceso de apropiación y empoderamiento del entorno y 87
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
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M UYACIMIENTOS
N I D A D E S ARQUEOLÓGICOS
I N D Í G E N A S DE
AYZAPAHUIRA
M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 2

de todos sus componentes. En un primer momento, esta apropiación tiene que ver
con volver a adquirir y configurar los significados culturales e históricos de cada
uno de los elementos del territorio de la comunidad. Estas interpretaciones son
ciertamente nuevas interpretaciones, basadas en el pasado, pero resultantes de la
visión actual de los miembros de las comunidades.
Tras un proceso de apropiación y re-valorización cultural del territorio y de sus
elementos de mayor significación, se podría dar inicio a otros tipos de apropiacio-
nes, que sumen también un sentido productivo. De esta forma, se deberían buscar
las maneras de colaborar con los habitantes locales para que tengan en un futu-
ro próximo sus herramientas para administrar, gestionar y conservar su conjunto
patrimonial.
Este documento da cuenta de un proceso de acercamiento de tres comunidades
indígenas de la Precordillera de Arica, en la comuna de Putre, con el conjunto
patrimonial tangible que integra sus correspondientes territorios. En específico,
este trabajo difundió entre los comuneros los resultados de la identificación de los
Lugares de Significación Cultural de Copaquilla y Zapahuira, incluyendo con ellos
un re-conocimiento y re-visita en terreno de tales lugares. Con este trabajo colabo-
rativo se logró registrar una serie de significados e interpretaciones locales, que ya
integraban la memoria de los comuneros, pero que ahora al integrarlos activamen-
te a su paisaje y a su historia, les incrementaban su valor y consideración.

El resultado es un texto que intenta ser multivocal, es decir, que busca integrar
en un único discurso y relato diferentes voces. Por un lado, tenemos el saber de
88 los técnicos, arqueólogos e historiadores, y por otro el saber local y tradicional.
Un relato integrado permite ampliar las posibilidades de éxito de la conservación,
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

interpretación y administración de estos conjuntos patrimoniales. Teniendo como


base esta interpretación multivocal se pueden visualizar una serie de sugerencias
para guiar el manejo y utilización futura de estos lugares. Se trata de indicaciones
para la administración integral de los territorios, siempre desde una perspectiva
tanto técnica como local y participativa.

89
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M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 2

2. EL PAISAJE NATURAL

C asi siempre que se nos habla del paisaje pensamos en una serie de aspectos
naturales y físicos que lo integran. Así, cuando hablan de Paisaje Andino se
nos vienen a la cabeza las altas y nevadas montañas, las inclemencias del clima, la
temperatura y la escasez de oxígeno, su característica flora y fauna, y todos aquellos
componentes que aparecen en las postales turísticas.

Vista general de Zapahuira

De esta forma, el paisaje natural de la precordillera de Arica, emplazada entre


2.500 y 3.900 metros sobre el nivel del mar, corresponde a una franja de relieve
escarpado que separa el Altiplano del desierto absoluto. Esta franja está cruzada
por una intrincada red de cortas y estrechas quebradillas, que dejan poco terreno
para espacios llanos.
El clima a estas alturas de las nacientes cordilleranas, es benigno y despejado de
día, y bastante más frío de noche, aunque nunca alcanzando las heladas nocturnas
altiplánicas. En los meses de verano los días suelen ser más nublados y son fre-
cuentes las precipitaciones, que aumentan la cantidad de agua de los ríos.
Estas condiciones logran sustentar la mayor biodiversidad existente en la Región
de Arica y Parinacota. La flora nativa se caracteriza tanto por cactáceas como por
arbustos y pastos. La que a su vez sustenta una fauna silvestre compuesta por gua-
nacos, tarucas (venados), vizcachas, titi (gato andino), puma, y diversas aves como
el jilguero y la perdiz andina.
90
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

Sin embargo, tanto el territorio de Zapahuira como el de Copaquilla no ofrecen las


características físicas más comunes de la precordillera de Arica. Ambos correspon-
den a espacios naturales que podrían ser considerados geográficamente atípicos.

Cerro y Pukara de Chapicollo

Por un lado, Zapahuira se conforma por una pequeña quebrada que tiene escasa
protección natural frente a las inclemencias del tiempo. Además, este territorio se
encuentra abierto hacia una extensa pampa y de este hecho posiblemente proviene
su nombre aymara de Sapahuayra (Sapa: sólo; Huayra: viento). Se trata de un hábitat
particularmente difícil para el habitar humano, ya que las características climáticas
de la precordillera se ven agudizadas.
Sin embargo, este punto de la precordillera posee una gran ventaja estratégica, ya
que se sitúa justo a mitad de camino entre el valle de Lluta y el valle de Azapa.
Estos valles son dos alternativas para llegar a la costa, asociadas a diferentes te-
rritorios y diferentes productos: Azapa, con un posible énfasis cocalero prehispá-
nico, y Lluta, con un énfasis en el maíz y el forraje para las tropas de llamas. De
esta forma Zapahuira es un territorio ideal como paradero logístico, para iniciar
la bajada hacia los valles del desierto, o bien para entrar a la precordillera desde la
costa. También ofrece una excelente posición para ejercer algún tipo de control en
la interacción entre la costa y el altiplano.

91
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AYZAPAHUIRA
M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 2

Valle de
Copaquilla

Por otro lado, Copaquilla es el valle agrícola más cálido de precordillera, situado
a una altura menor, en pleno límite del desierto y alejado de los faldeos cordille-
ranos. En medio de un paisaje completamente desértico, su gran fertilidad quizás
llevó a darle el nombre de “Valle Verde”, una de las posibles interpretaciones del
nombre aymara de Copaquilla (Copa: verde; Quilla: valle).
Además, el valle se caracteriza por una orientación Norte a Sur, diferente al res-
to de las quebradas precordilleranas que siguen un curso general de Oriente a
Poniente. También se debe destacar que este valle se forma dentro de un encajo-
nado tramo del Río Seco, una cuenca prácticamente cerrada entre dos farellones
rocosos casi impenetrables.
Este relieve característico ofrece una protección extra de los vientos y definitiva-
mente una mayor radiación solar. Finalmente, debido a que este valle de Copaquilla
se ubica más alejado de las fuentes cordilleranas de aguas superficiales, es que los
principales recursos de agua no provienen del mismo río, sino que de una serie
de vertientes locales, que nacen en la misma cuenca. Es muy probable que los
originales productos agrícolas de Copaquilla hayan tenido características distin-
tivas en relación a las ofrecidas por los valles desérticos y las otras quebradas
precordilleranas.

92
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

3. EL PAISAJE CULTURAL

E l paisaje andino también está integrado por un importante conjunto de aspectos


culturales, que se han ido entrelazando armónicamente a los aspectos naturales.
Es así como los distintos grupos que han desarrollado su vida en este territorio, han
ido modelando este paisaje natural, en función, tanto de aspectos productivos, como
simbólicos. El caso más relevante corresponde a los mismos sistemas de andenerías
o terrazas agrícolas que le dan el nombre a la Cordillera y al territorio completo. Los
andenes son terrenos que poco a poco le han sido ganados a los cerros escarpados
por sucesivas generaciones, hasta tener un complejo y extenso sistema en uso que
rodea los actuales pueblos tradicionales. Estas construcciones son evidencia de los
amplios conocimientos de ingeniería y agronomía de las sociedades andinas.

Terrazas
de cultivo
prehispánicas
en Copaquilla

De igual forma, los mismos poblados, las iglesias, los calvarios y los caminos tro-
peros son elementos de antigua data que han logrado articularse de manera efec-
tiva con el paisaje natural. Mediante el habitar en los poblados, el transitar en los
caminos, se logra una percepción particular del paisaje andino.
Además, el paisaje no sólo se compone por aspectos naturales y culturales, sino
que también por otros aspectos menos tangibles, pero de similar o mayor relevan-
cia. Mediante los significados y valoraciones que las personas le dan a todos los
elementos de su entorno, ellas pueden ordenar su actuar en el presente, relacionar-
se con el pasado y también planificar su futuro.
93
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AYZAPAHUIRA
M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 2

En el caso andino, al paisaje natural y cultural se le integra un conjunto de sím-


bolos y significados que les permiten a los habitantes locales, herederos de una
tradición andina, reconocer su saber tradicional y decidir sus pasos. Como cual-
quier persona, la determinación de las acciones del hombre y mujer andinos, están
basadas en un conocimiento acabado de su entorno natural y social. Sin embargo,
muchos de estos significados, valoraciones y saberes tradicionales rápidamente
están siendo transformados por otros saberes y valores que les serían más útiles en
la vida urbana o incluso en la doble residencia urbana y rural cotidiana de muchos
actuales indígenas.

Posada de viajeros y transportistas en Zapahuira

Ante esta inminente transformación de los saberes tradicionales, nacen una se-
rie de iniciativas para rescatar y difundir diferentes elementos de raíz indígena.
Exitosos y llamativos son todos los proyectos de valorización de danzas, músicas,
tradición oral, tecnología y lengua. Qué duda cabe que estos proyectos reintegran
una parte importante del patrimonio indígena, como son las expresiones inmate-
riales. Incluso están sirviendo casi indirectamente para lograr una apropiación y
presencia cultural en un nuevo territorio: la ciudad y la vida urbana.
Sin embargo, en las tierras interiores los restos materiales dejados por el paso hu-
mano no sólo se deterioran y se convierten en ruinas tapadas por la tierra, sino que
también pierden rápidamente su significado cultural, su lugar cotidiano e histórico
dentro del conocimiento tradicional. Se hace necesario iniciar un trabajo partici-
pativo en donde las comunidades locales junto con profesionales del patrimonio
94 identifiquen y re-signifiquen estos lugares de significación cultural. Con esto se lo-
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

graría que el actual paisaje cultural andino vuelva a poblarse de un denso y variado
conjunto de Lugares de Significación Cultural, que permitan articular, dar sentido
y hacer sustentable en el tiempo su propia identidad local.
También es cierto que una serie de espacios parcialmente abandonados permane-
cen aún en la memoria de las comunidades locales. Se trata de aquellos espacios
cercanos a las actuales localidades y más próximos a nuestro tiempo, tales como
andenes agrícolas, corrales, caminos troperos, majadas y paskanas. De singular
importancia son los lugares sagrados, integrados principalmente por Templos,
Calvarios y Senderos Rituales, en donde unos pocos han sido abandonados y la
mayoría ha mantenido su lugar y reemplazado sus símbolos.
De esta forma, un primer estudio y registro de los Lugares de Significación Cultural,
que repletan el aparentemente deshabitado paisaje de las comunidades andinas, de-
biera considerar una amplia variedad de ellos. Por un lado están los Yacimientos
Arqueológicos, que dan cuenta de una presencia humana que se remonta a 10.000
años atrás; por otro los Sitios Históricos, que son aquellos lugares en donde ade-
más de los restos materiales podemos encontrar documentos históricos que nos
señalen qué ocurrió allí.
También, el paisaje andino es integrado por Espacios Sociales, es decir, aquellos
lugares que actualmente son utilizados para actividades públicas; y los Lugares
Sagrados, una serie diversa de lugares que representan la presencia de distintos ti-
pos de divinidades en la tierra. Finalmente, los Caminos Antiguos son lugares que
unen diferentes puntos en el territorio y en el tiempo, y desde ellos se tiene una
particular perspectiva del paisaje.

95
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M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 2

4. LOS LUGARES DE COPAQUILLA

E n el valle de Copaquilla los estudios previos han dado cuenta de al menos 94


Lugares de Significación Cultural. Sin duda, nuevos trabajos de especialistas
y entrevistas a comuneros irán ampliando este número. De los 94, la gran mayoría
corresponde a lugares de data prehispánica, mientras que otro número importante
corresponde a lugares sin una clara asignación cronológica, debido a que tienen po-
cos materiales y no han sido estudiados.
Los tipos de lugares más frecuentes son una serie de estructuras aisladas, confor-
madas principalmente por apilamientos de piedras, al modo de markas o señaliza-
dores, o bien, por muros irregulares de piedra que debieron servir como paskanas
o refugios temporales. Sin embargo, destaca una construcción particular, que pro-
visoriamente ha sido denominada:

Estructura semicircular subterránea en Copaquilla

Estructura Circular Semi-subterránea: Se trata de una estructura excepcional,


nunca antes descrita para la precordillera de Arica. Consiste en un recinto de 10
m de diámetro, como una especie de piscina circular a la cual se accede por una
puerta ubicada hacia el Norte. El muro de pirqa está compuesto por grandes pie-
dras monolíticas rodeadas por otras de menor tamaño. Al parecer, su construcción
requirió excavar un círculo de metro y medio de profundidad. Este recinto se ubica
96
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

junto al camino que desciende hacia el valle, a unos 100 metros sobre el lecho del
río. Su función y período de origen es indeterminado.
En Copaquilla también son frecuentes lugares de mayor tamaño que correspon-
den a conjuntos arquitectónicos de recintos de pirqa que se ordenan al modo de
estancias temporales. Así, tanto paskanas como estancias temporales se encuentran
próximas a caminos y senderos.
Los caminos de mayor visibilidad son los que comunican el valle de Copaquilla con
el sector de Laco (sección baja de Chapiquiña) utilizando un camino que asciende
por la quebrada Peregrina. Otro camino de importancia es el que une Copaquilla
con el sector de Chusmiza (sección baja de Murmuntani) por la denominada que-
brada Mulahumaña.
Los caminos que se dirigen hacia los valles del poniente han sido desdibujados
por lo múltiples caminos vehiculares que descienden a Copaquilla. Hacia Lluta, el
camino principal debió haber sido la actual Carretera Internacional que pasa por
la quebrada Cardones, mientras que hacia Azapa se distingue un camino a la altura
de la Pampa del Muerto (sección alta de la localidad de Livilcar). Próximos a este
camino existen una serie de cuevas que contienen restos materiales de ocupación
humana y pinturas rupestres:
Aleros Pampa El Muerto: En dos quebradillas que atraviesan la Pampa El Muerto
se han observado varios aleros o cuevas con evidencias de ocupación humana,
como fogones y pequeños muros. Además, muchas de ellas presentan pictogra-
fías en sus paredes. Se reconocen pinturas hechas en color negro, rojo, amarillo y
verde. Para eso utilizaban distintos minerales y tierras mezcladas con grasa animal.
Pintaron diseños de animales, personas y figuras geométricas. Estos diseños fue-
ron hechos por antiguos cazadores, pastores o arrieros que atravesaban la pampa
uniendo la precordillera con el valle de Azapa. No se sabe su significado exacto o
por qué lo hacían. Probablemente las primeras pinturas se hicieron por cazadores
de hace 4.000 años atrás y las últimas por arrieros de hace 100 ó 200 años.

97
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ANEXO 2

Pictografía en Alero de Pampa el Muerto

Otro tipo de Lugares de Significación Cultural, corresponden a un conjunto de


poblados de mayor envergadura, que han sido estudiados por arqueólogos desde
hace más de 30 años. Dos de éstos corresponden a asentamientos encumbrados
en las alturas, que se les denomina “Pukaras”. El otro es un poblado más extenso
emplazado en una ladera:
Pukara de Trigopampa: Se ubica en la cima de un cerro tipo cuchilla en la banda
oriental del valle, justo sobre el caserío de Trigopampa. De difícil acceso, contiene
una serie de pirqa de contención de 1 m de alto, de forma semicircular, donde se
debieron levantar habitaciones para uso doméstico. Posiblemente fue ocupado en-
tre los 1.000 y 1.400 d. C., período prehispánico de agricultores avanzados.
Pukara de Copaquilla: Se emplaza junto a la Carretera Internacional, que hoy
en día permite un fácil acceso al Monumento. Este pukara ha sido reconstruido
y puesto en valor en la década de 1980. Los muros han sido levantados y los ma-
teriales en superficie han sido recogidos. Algunos arqueólogos indican que es un
reducto de cumbre, donde la población residente en la parte baja ascendía durante
conflictos con otros grupos, ya sea por el manejo del agua o control de los campos
de cultivo. Posiblemente fue ocupado entre los 1.000 y 1.400 d. C., período prehis-
pánico de agricultores avanzados.

98
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

Pukara de Copaquilla

Poblado Copaquilla: Este es el yacimiento con mayor densidad y variedad de


evidencias arqueológicas del valle de Copaquilla. Se ubica en una ladera de pen-
diente inclinada, en la banda poniente del río Seco, justo donde el farellón rocoso
comienza a abrirse para dar paso al valle de Copaquilla. Consiste en un poblado de
más de 100 recintos de muro de pirqa de formas circulares y construidos salvando
los desniveles. Los recintos habitacionales son de diverso tamaño y contienen mu-
chos restos materiales del pasado, como fragmentos de cerámica, instrumentos de
piedra, batanes, palas agrícolas, además de huesos de animales, carbones y textiles.
Toda esta gran cantidad de materiales indican que fue un poblado de ocupación
permanente durante varios años. Este sitio es ampliamente conocido y ha sido
constantemente excavado y saqueado. Este poblado es parte de un conjunto ma-
yor de pukaras y poblados de la precordillera de Arica, construidos entre los años
1.000 y 1.400 d. C.
Dentro del Poblado Copaquilla se distingue además un sector funerario. Los ce-
menterios son un tipo de Lugar de Significación Cultural de características muy
especiales, en donde junto al entierro de restos humanos se suman funciones con-
memorativas y ceremoniales. En el valle existen cementerios formados por entie-
rros subterráneos aglomerados, pero los más frecuentes son diferentes tipos de
chullpas, o especies de mausoleos prehispánicos, confeccionados con un muro de
pirqa simple, o bien con muros de piedras canteadas y adheridas con mortero, o
también con muros construidos con pastelones de barro. Dada esta diversidad de
tipos de entierros podemos suponer la coexistencia de diversos grupos en el valle
con variantes en los aspectos religiosos. Es probable que las chullpas más visibles
y monumentales correspondan a los ancestros de los grupos más importantes de
la sociedad prehispánica.
99
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ANEXO 2

Recinto Mortuorio Chullpa de copaquilla

Chullpas del Poblado: Hacia la parte alta del Poblado de Copaquilla en los már-
genes de una amplia planicie abierta al modo de una plaza, se ubica un cemente-
rio de fosas subterráneas. Muchas de ellas han sido profusamente excavadas y/o
saqueadas, como evidencian grandes cantidades de huesos humanos, fragmentos
de textiles y de cerámicas que rodean estos antiguos nichos. Además, hacia el po-
niente de la plaza y dominando el sector habitacional del poblado se concentran
3 chullpas cuadrangulares, una está confeccionada con barro y las otras dos con
piedra canteada y revestidas con una argamasa blanca.
Chullpas del sector norte: Se emplazan sobre el camino que lleva al sector de
Estanques. Consiste en un sector funerario donde destacan 3 chullpas bien conser-
vadas. La primera es de barro con paja y lajas sobre una plataforma de piedra. Un
poco más arriba se observan otras dos chullpas de tamaño y forma casi idénticas.
Ambas están compuestas de piedras lajas y barro también de color blanco. Deberían
estar relacionadas al Poblado de Copaquilla, como un tercer cementerio.

100
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

Recintos Mortuorios Chullpas en Copaquilla

Chullpas del cañón del sur: Se emplazan en la ladera del cierre sur del valle. Se
trata de diversos conjuntos de dos, tres o cuatro estructuras pequeñas de piedra
con puertas que miran hacia el oriente. Aunque no se encontraron huesos huma-
nos ni otras evidencias, se piensa que son estructuras funerarias, correspondientes
a poblaciones prehispánicas entre los 1.000 y 1.400 d. C.
En todo lo largo del valle se reconocen sistemas de andenerías o terrazas de cultivo.
Muchas de ellas siguen en uso, especialmente en la parte media y sur del valle. También,
se observa un pequeño sector de andenes bien elaborados frente del Poblado de
Copaquilla. Mientras que hacia el Suroeste se registra un extenso sistema de andenes:
Andenerías sector suroeste: Sistema de andenes de cultivo que se ubican en la la-
dera poniente del río Seco. A ambos costados del camino vehicular se observan an-
denes angostos y mal conservados, los cuales poseen muros de pirqa que sólo alcan-
zan entre 30 a 50 cm de altura. No se puede saber la época exacta de construcción,
pero posiblemente correspondan a los primeros agricultores avanzados del valle.
Finalmente, en el valle de Copaquilla sólo se registra un Lugar Sagrado utilizado
actualmente. Corresponde a la Cruz de Mayo que se levanta sobre un peñón ro-
coso en el sector Norte, ladera oriental. Frente a esta Cruz se reconocen dos es-
pacios donde se realizan las celebraciones. Uno mas amplio y de uso antiguo, que
se ubica justo a los pies del peñón rocoso, y otro más pequeño, compuesto por
una plataforma de piedra a medio camino hacia la parte alta del peñón, que se usa 101
actualmente para las celebraciones.
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ANEXO 2

5. LOS LUGARES DE ZAPAHUIRA

E l área de Zapahuira ha sido ampliamente investigada por arqueólogos regiona-


les. En la década de 1980 se realizó un importante estudio sobre los yacimientos
más visibles y monumentales, que incluyeron excavaciones y la puesta en valor del
llamado Tambo Zapahuira 1. Además, en los últimos años, dicha información fue
complementada con un registro sistemático exhaustivo del área, poniendo énfasis en
los lugares de menor envergadura.
Así, el registro total ha completado 166 Lugares de Significación Cultural, de los
cuales un poco más de la mitad corresponden a lugares de origen prehispánico,
mientras que los de tiempos históricos y actuales tienen una pequeña representa-
ción. Los lugares de los cuales no podemos determinar con claridad su tempora-
lidad suman menos de la mitad. Esto ocurre principalmente porque tales lugares
presentan muy escasas evidencias materiales.
Son frecuentes las evidencias que han sido clasificadas como estructuras aisladas,
conformadas principalmente por paskanas o refugios temporales, aunque también
se reconocen unidades mayores tipo corrales que se presentan de manera aislada.
Otro tipo de estructuras aisladas que se presentan en un importante número son
las markas y apilamientos de piedras, que se encuentran próximos a diferentes tipos
de caminos.
Como indicamos, la Pampa Zapahuira ha sido por mucho tiempo un nodo es-
tratégico del tráfico regional, que mantiene hasta la actualidad su relevancia. Este
nodo posee un eje Norte-Sur uniendo los diferentes valles precordilleranos (Putre
- Tignamar), y un eje Este-Oeste que atraviesa los diferentes pisos ecológicos an-
dinos, desde la línea costera hasta el Altiplano y más allá. Uno de los más claros
ejemplos del Camino Inka (Qapaqñam o Inka Thaqui) en la precordillera se encuen-
tra en Zapahuira:
Camino Inka de Zapahuira: Se trata de un corto tramo recto que se orienta de
Norte a Sur, reconocido entre la quebrada de Zapahuira y el sector de actuales po-
sadas al lado de la Carretera Internacional. Aunque presenta un mal estado de con-
servación debido al escurrimiento de agua por su misma superficie, mantiene su
visibilidad gracias a disponer de un alineamiento de piedras que delimitan ambos
costados del camino de 4 m de ancho. Acumulaciones de piedras desordenadas
y removidas por el paso de agua, podrían indicar que originalmente su superficie
estuvo empedrada.
Camino Tropero de la Quebrada: Siguiendo el borde sur de la quebrada de
Zapahuira, aguas debajo de la localidad se conserva un camino de unos 4 m de
102
ancho, que en ciertos tramos con declives posee un muro de contención de piedra.
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

Este camino si bien puede ser de origen prehispánico, fue utilizado intensamente
en tiempos históricos y recientes, en el intenso tráfico de productos agrícolas y
mineros hacia la costa.
Zapahuira fue un lugar de paso de gran importancia, pero también presenta evi-
dencias de presencia humana más permanente. Así, se han reconocido antiguos
asentamientos pequeños al modo de estancias de producción agroganadera, en
diferentes puntos de las quebradas Chapicollo, Cabrapoco y Tograje. Ahí se han
observado conjuntos con recintos con muro de pirqa que sirvieron de habitacio-
nes, bodegas y corrales. Adyacentes a estos conjuntos se ven pequeños campos de
cultivo en laderas, andenes de construcción tosca que se destruyen por el paso de
fauna silvestre.
Además, en la parte más encajonada de la quebrada de Chapicollo se han obser-
vado cuevas que fueron ocupadas posiblemente por los primeros agricultores y
pastores de la precordillera de Arica.
Pinturas de Chapicollo: En uno de estos abrigos rocosos se observó una serie de
pictografías de gran calidad artística y excelente estado de conservación. Las pin-
turas representan figuras de camélidos naturalistas (llamas o guanacos) en colores
amarillo y rojo. Aunque el alero es de importantes dimensiones, sus paredes son
irregulares por lo que las pinturas se realizaron en pequeños sectores relativamente
planos. Así, las pinturas son de tamaño pequeño y sólo se pueden observar sentán-
dose en el suelo o desde afuera y abajo del alero.
Próximo a tales pinturas se encuentra un importante complejo arqueológico, que
evidencia una ocupación prehispánica permanente en el borde poniente de la
Pampa Quipa, la planicie donde se ha construido el aeródromo de emergencia.
Específicamente, este complejo se ubica en las laderas y cima del cerro denomina-
do Chapicollo (“cerro de espinos”, en aymara).
Poblado de Chapicollo: Se trata de un asentamiento compuesto por más de 30
recintos que sirvieron de habitaciones. Estas habitaciones se ordenan espaciada-
mente sobre la ladera. Son de forma circular, alcanzando 8 m de diámetro y tienen
muros de piedra, que no sobrepasan los 1,30 m. de altura. Además, se caracterizan
por un particular pasillo de acceso en forma de coma. Los arqueólogos han en-
contrado postes en los muros que sugieren un techado parcial o completo de las
estructuras.

103
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ANEXO 2

Poblado
Prehispánico
de Chapicollo

Pukara de Chapicollo: En la parte alta del cerro se registran otros recintos de


menor envergadura que se encuentran rodeadas por un muro al modo de un puka-
ra de carácter defensivo y/o ceremonial. Los arqueólogos han señalado que tanto
el Poblado de los faldeos, como el reducto en la cima fueron habitados por pobla-
ciones locales pre-inka, entre los años 1100 y 1350 d. C.
Por tanto, existen una serie de antecedentes que indican que el territorio de
Zapahuira fue ocupado por poblaciones prehispánicas anteriores a la formación
del Estado Inka. Este importante Estado, también llamado Tawantinsuyu, ejerció el
control político en un gran territorio de los Andes, desde la actual Colombia hasta
la zona central de Chile. Su expansión se inició desde el Cuzco hacia el año 1350
d.C. y terminó abruptamente con la conquista hispana encabezada por Pizarro en
el año 1532.
En la precordillera de Arica existen muchas evidencias de su influencia política y
religiosa, pero sin duda en Zapahuira éstas son de mayor envergadura. Este do-
minio se logró en gran medida por la re-interpretación de aspectos ceremoniales
y religiosos locales, lo que se ve en el uso de sitios y prácticas pre-existentes en el
territorio, tales como el Cerro Huaycuta y los entierros humanos en chullpas.
Cerro Huaycuta: Se encuentra ubicado inmediatamente al sur del Tambo
Zapahuira 1, sobre una pequeña meseta rocosa que se eleva sobre la pampa y
es ampliamente visible desde diferentes sectores de la pampa Zapahuira. Sobre
la cima se encuentra una serie de estructuras de forma circular muy deterioradas
con abundante material arqueológico. Habría sido ocupado antes del tiempo Inka,
104 como un lugar ceremonial o productivo, que posteriormente fue ocupado por el
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

Tawantinsuyu. El nombre original del cerro en aymara debe estar asociado al viento
(wayra), y nuevas investigaciones podrían clarificar si en él se realizaron ceremonias
y/o fundiciones de minerales.
Chullpa de Zapahuira: Se trata de un edificio rectangular de paredes de barro,
que sirvió de “mausoleo” donde se depositaban y veneraban momias de los ante-
pasados. Tiene una pequeña puerta que mira hacia el oriente, con un dintel de ma-
dera. Sobre la puerta un pequeño orificio pudo haber tenido un vaso ceremonial o
kero. Estos monumentos tendrían su origen en el altiplano oriental (actual Bolivia),
donde son de mayor envergadura. Las fechas obtenidas por los arqueólogos indi-
can que se trataría de construcciones previas al tiempo Inka (1.200 a 1.300 d. C.).

Recinto Mortuorio Chullpa de Zapahuira

Además, el Tawantinsuyu observó la potencialidad estratégica del punto nodal de


Zapahuira y construyó ahí mismo una importante infraestructura que apoyó su
dominio en la región. Entre los edificios de uso administrativo y habitacional de
Zapahuira destacan los llamados Tambo de Zapahuira 1 y Tambo de Zapahuira
2.
Tambo de Zapahuira 1 (Qolqas): Este lugar fue destruido parcialmente por
la construcción de la Carretera Internacional a fines de la década de 1960. En la
actualidad se conserva una hilera de edificios rectangulares en ruinas, que alcanzan
50 m de largo. Se trataría de un complejo de grandes bodegas o qolqas que habrían
servido al Estado Inka como apoyo al tráfico o intercambio regional. Estos edifi-
cios fueron excavados y se registró un complejo sistema de ventilación y control
de temperatura mediante canales subterráneos destinados a conservar los produc-
tos almacenados allí (maíces). Junto con la investigación se realizó una Puesta en
105
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ANEXO 2

Valor del yacimiento, así los edificios más completos y más visibles corresponden
a recreaciones construidas a fines de la década de 1980.
Tambo de Zapahuira 2 (Kanchas): Se ubica unos cuantos metros al poniente del
pueblo de Zapahuira. Consiste en un complejo arquitectónico compuesto por dos
construcciones cuadrangulares de enormes dimensiones (40 m x 30 m) con varias
divisiones interiores y cada una con su respectiva kancha o patio en su interior. Los
muros son macizos, alcanzando actualmente hasta 1,7 m de altura, dando cuenta
de una construcción de factura excepcional. Excavaciones arqueológicas han in-
dicado que se trata de edificios construidos durante la expansión del Estado Inka
en la zona, es decir, entre los años 1400 y 1500 d. C. Al parecer se trataría de un
lugar de funciones administrativas del Estado, donde se controlaba la producción
agrícola de las andenerías ubicadas en las laderas del norte, y se realizaba la distri-
bución hacia otros lugares del Estado, mediante el Qapaqñam o Camino Inka.

Camino del
Inca o Capaq
Ñam, tramo
Zapahuira

106
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

6. LO QUE RECUERDA LA GENTE DE COPAQUILLA

H asta unos 30 años atrás, en el valle de Copaquilla sólo existían terrenos de


cultivos y un conjunto de habitaciones muy precarias, ya que las personas de
Chapiquiña sólo venían por algunas semanas a cultivar y cosechar. Los actuales ha-
bitantes del valle de Copaquilla recuerdan que acompañaban a sus padres desde
Chapiquiña hacia Copaquilla, siguiendo el camino tropero que cruza por la cuesta de
Laco-Cerro Copaquilla-Peregrina.
“Teniendo la edad más o menos de 15 años venía a hacer unos trabajos y ayudar
a mi papá, porque mi padre tenía esas tierras ahí. Venía siempre a trabajarlas él.
Solamente venía a hacer siembras, porque la siembra siempre se hace en el mes de
octubre en adelante. Antes de eso no, porque hay una helada allá. Entonces, en esos
meses de temporada yo le ayudaba a él. Llegábamos en lomo de caballo. Ese recorrido
se hacía en dos horas de camino de Chapiquiña al valle de Copaquilla. Ya allá en el
valle se estaba a veces una semana trabajando, después nos retornábamos otra vez al
pueblo” (E. O.)

Así, las tierras de Copaquilla formaron parte del territorio de la localidad prin-
cipal de Chapiquiña, ubicada a casi 10 km hacia el oriente. Se puede decir que
Copaquilla fue un anexo productivo de Chapiquiña, y que los actuales propietarios
y comuneros de Copaquilla se separaron de Chapiquiña. Sin embargo, aún mantie-
nen ciertos lazos sociales, de parentesco y ceremoniales con la marka principal de
Chapiquiña y Pachama.
Este hecho particular, de un poblamiento discontinuo y por temporadas, ha pro-
vocado que los habitantes tengan hoy en día un conocimiento fragmentado del te-
rritorio. Las personas venían exclusivamente a realizar trabajos agrícolas por unos
contados días y luego se retiraban hacia el pueblo principal. De esta forma, los
actuales comuneros de Copaquilla tienen un conocimiento acabado sólo de ciertos
puntos más relevantes de su paisaje.
Entre estos lugares está el sector de la encajonadura norte o sector Pukara donde
las formaciones rocosas, las bodegas encaramadas en los roqueríos, las chullpa que
se observan desde lejos y la concentración masiva de estructuras con muro de pirqa
han llamado la atención a los habitantes durante generaciones. Así, los actuales
pobladores tienen conocimiento de lo que hay y de lo que hubo en lo que hoy de-
nominamos Poblado Arqueológico de Copaquilla. Conocen las características
de sus construcciones y de los objetos antiguos que aún se conservan:
“Antes en [el valle de] Copaquilla las viviendas eran unas chocitas no más, no eran
como ahora. Se copiaron de la gente antigua, de los gentiles, que en el medio le paraban
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ANEXO 2

un palo, entonces de ahí a todos lados le ponían otros palos, le ponían techos de los
montes que hay. De ese estilo vivía, así, la gente” (I. V.)
“Yo preguntaba ¿qué eran esos corrales que estaban ahí?, los que están en Pukará
[poblado Copaquilla], me decían que no son corrales, son casas, son chozas” (E.
O.)
“Alguna vez llegué allí donde el Pukará [poblado arqueológico], en esa población,
y encontraba piedras grandes labradas, que eran tan bonitas, así con fondo para ocu-
parla quizás para moler, no sé. Y encontraba también puntas de flechas labradas de la
misma piedra y otras cosas más de piedra.” (E. O.)

Cuando consultamos quiénes dejaron tales restos, todos los pobladores actuales
reconocen con claridad que fueron dejados por antiguos agricultores:
“En Pukará [Poblado Copaquilla] vivieron gentiles, pero igual que nosotros vivían,
igual trabajaban. Ahora está todo destruido” (I. D.)
“Cuando mis padres sembraban en Copaquilla, conversando con ellos me refería yo a
la gente antigua que vivía ahí [en Poblado Copaquilla]. Ellos me decían que eran
los gentiles. Vivían ahí antes que nosotros y la población que se ve ahora era de ellos”
(E. O.)

En Copaquilla, como en muchos otros lugares de los Andes del Sur, a los antiguos
habitantes los reconocen como “gentiles”, nombre que proviene de la influencia
de la temprana evangelización. Así, los “gentiles” son todas aquellas personas que
vivieron antes de la llegada española y que por tanto no fueron bautizadas. Junto
con la evangelización también se expandió la idea de que esos lugares eran peligro-
sos, pues la gente podía enfermar y morir.
“Mi madre decía que no hay que ir para allá, no hay que ir donde han vivido los
gentiles” (I. V.)
“Mi mamita siempre nos decía que nunca había que tocarlos, no había que molestar-
los, no hay que jugar con ellos, molestarlos, ni siquiera hacer pichí en ellos, ahora está
todo saqueado” (I. D.)
“Se respetaban esos cerros antes, daba miedo, cuando uno subía por ahí daba miedo
hasta mirar para adentro, que eran como unas casitas ahí. Ahora parece que está más
deteriorado” (H. V.)

Además, los habitantes de Copaquilla reconocen un relato que otorga a estas per-
sonas una menor altura, ciertos poderes extrahumanos y sobre todo la particulari-
dad de vivir en un mundo donde no existía el sol.
“Eran unas personas chiquititas. Para cosechar, para hacer una casetita, llamaban
108 no más, agua ven, el agua iba, en aymará, entonces, uma purma, y el agua iba a ellos,
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

cala purma, y las piedras corrían hacia ellos, ¿quién va a llevar tantas piedras para
allá arriba?” (I. D.).
“Decían que ellos vivían de noche, no conocían el sol, sino que vivían de noche. Y la
luna era el sol de ellos. Entonces, ¿que pasó con ellos?, resulta que vino el juicio para
ellos, así vino el sol y los quemó. […] Pero otros me decían que no era así, que los
gentiles que estuvieron acá fueron gente como nosotros.” (E. O.)

Incluso existen versiones más sofisticadas que explican con detalle la forma en que
estos antiguos habitantes desaparecieron.
“Yo pienso que […] así como hoy en día predicamos que se va a destruir el mundo,
antiguamente se dice que también se predicaba así, que iba a salir el sol, porque no
había sol, había solamente luna y la gente vivía con la luna, trabajaba así sus cose-
chas. Entonces se predicaba que iba a salir el sol y que tenían que hacer sus casas con
la puerta mirando para abajo [hacia el poniente], porque el sol quema. Algunos
escucharon y otros no, pero los que escucharon hicieron las puertas hacia abajo, vieron
que el sol se perdió para allá [hacia el poniente] y dijeron que sol de allá iba a salir
y dieron vuelta las puertas [hacia el oriente], pero el día siguiente el sol de allá salió,
y por eso quedaron como chicharrón por el sol, quedaron así completitos porque el sol
salió y los quemó” (J. M.)

Este tipo de relatos se basan en la idea de que las chullpa son casas, y no recintos
funerarios, como indican los arqueólogos. Otra alternativa es que en vez de casas
o tumbas sean bodegas:
“En Copaquilla, todas esas casetas que hay con puerta arriba, las cuadradas, ahí esa
gente acumulaban mercadería para salvar cuando vinieron los españoles” (I. V.)

Además, cuando se visitó el lugar de Chullpa de Angostura Sur, aunque la ma-


yoría de los comuneros admitieron desconocer ese lugar, hubo una persona que
indicó que no le convencía un uso como cementerio, pues no había evidencias de
momias ni de saqueo. Ante eso sugirió que se trataba de un sistema de bodegas del
tiempo de los “gentiles”.
Por otro lado, con una mayor reflexión, algunos contrastan las versiones de “gen-
tiles” como seres pequeños con su experiencia, discrepando parcialmente de los
saberes tradicionales:
“Los gentiles eran igual que uno no más. Tenían que ser igual que uno, porque ahí
están los huesos igual que los de uno, los gentiles han sido iguales que uno, chicos y
grandes, yo los he identificado por los huesos. Allá en Pukará [Poblado Copaquilla]
un sureño midió el hueso y dijo que era más alto que él, y era alto el sureño” (I. V.)

De esta forma, al no considerarlos seres de otra “generación” o “raza”, ven a los


“gentiles” de alguna forma como sus ancestros:
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ANEXO 2

“Después vine a entender a qué se referían con gentiles. La verdad es que eran los
Aymara. […] Y antes de nosotros eran los Aymara, ellos fueron dueños de la tierra,
vivieron ahí, la trabajaron la tierra” (E. O.)
“[Los gentiles] también eran Aymara, de esa misma generación somos. [Después
de la salida del sol] de todo eso que hemos vivido, quedó una familia sola, era una
familia gentilar, por eso nos llamamos hermanos, de esa generación somos nosotros”
(I. D.)

También, los actuales habitantes se sorprenden de la calidad de las obras realizadas


por los antiguos, especialmente las relativas al trabajo agrícola:
“Todo [ha sido] trabajado por los gentiles, los gentiles han trabajado más. El canal
antiguo se ve. Han sembrado papa, la muestra está clarita. ¡Cómo venía tanta agua!,
¡tremendo canal! Dijeron que venía agua de Caquena, que era un canal, pero nunca
he ido” (I. V.)

Aunque hay quienes sostienen que los andenes no fueron de creación local, sino
que fue un desarrollo foráneo:
“Ese sistema de trabajo de las terrazas lo trajeron los incas, eso me dijeron a mí, por-
que los Aymara no sabían cómo trabajar la tierra. Los incas venían más adelantados
en ese trabajo, que venían desde el norte, ellos le enseñaron esa forma, de las pirqa,
para el sembrío” (E. O.)

Ambas versiones tienen parte de verdad. Ya que los andenes fueron una tecno-
logía colectiva con aportes de diferentes sociedades andinas prehispánicas, en
Copaquilla gran parte de los andenes fueron de creación previa al Inka. Pero sin
duda con la llegada de influencias Inka se hicieron importantes modificaciones
técnicas, especialmente en los cultivos y canalización.
Ahora bien, la relación que existe entre el Poblado Arqueológico (al que deno-
minan Pukara) ubicado en la base del valle y el Pukara Chapicollo, ubicado en
la cumbre (que denominan Gentilar del Mirador) ha sido utilizada para sustentar
un interesante relato histórico, en donde además de los “gentiles”, se habla de los
inkas y también de los conquistadores españoles.
“Lo que yo tengo entendió, me cuentan, que arriba de Copaquilla, en la parte mirador,
se ve como un fuerte, y según dicen que es un fuerte para defenderse. Hay unos muros,
como parapetos, así para tenderse. Cuentan que los quechuas venían desde el norte y
avanzaron mucho más al sur, y pasaron por acá y barrieron con la gente que había ahí,
fueron más fuertes, más capaces que los Aymara. Entonces el Aymara para defenderse
hicieron esos parapetos arriba fuertes ahí, al ser atacados se esparcieron, se fueron por
ahí. Eso quedó abandonado por un tiempo, de ahí vienen los otros, alguien tienen que
haber quedado tiene que haber venido los otros hasta el día de hoy que somos nosotros,
110 eso me lo contaron mis padres, en esos tiempos.” (E. O.)
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

“En [el Pukara] del Mirador hay unos muros, tremendas pirqa, han sido muro de
defensas, hicieron guerra, por qué hubo guerra, por las riquezas. En Copaquilla había
mucha riqueza, la riqueza en esa época, acarreaban riqueza de Bolivia.” (I. V.)
“Después de la generación de los gentiles, vino la guerra de los españoles, allá arriba
pelearon, está clarito arriba, las divisiones. Los españoles en ese tiempo vinieron a sa-
quear, y después los animales, por ejemplo, los de Choquelimpe, cargaban los animales,
los burros, caballos, y tenían que acarrear el oro acá hacia Arica, lo traían cargado por
el río Cardones” (I. D.)

Es importante observar cómo en este espacio de Poblado y Pukara, denso en res-


tos y evidencias del pasado, se unen diversos relatos y tiempos: sobre los antiguos
habitantes, sobre los conquistadores españoles y el oro.
“Un día caminando yo ahí [en el Poblado Arqueológico], tropecé con una cabeza,
la boca tenía puro oro, todos los dientes tenía oro, y del susto yo vine volví y le eché
tierra”. (I. D.)
“Me han contado mucha historia de los gentiles, que había mucha riqueza acá. Los
niños de los gentiles estaban jugando, estaban hurgando por ahí, hurgando, hurgando
sacaron oro, porque acá hay mucha riqueza en Copaquilla, pero es más hondo, el oro
está en el fondo, por eso no lo encuentran, los que vienen a buscar no buscan hondo”.
(I. V.)

Salvo lo ya discutido acerca de las chullpa, el Poblado y el Pukara, los habitantes de


Copaquilla no reconocen otros lugares de significación cultural, de características
prehispánicas. Aunque sí existe de parte de un comunero un mayor conocimiento,
que no proviene del saber tradicional, sino de su experiencia previa con el arqueó-
logo Hans Niemeyer, quien estuvo en la zona a fines de la década de 1960:
“A don Hans, nosotros le decíamos “Juan”. Ese caballero anduvo harto por ahí, y
fue uno de los primeros que vino. Yo trabaje con él. Él fue a tres lugares, el Pukara
mirador, al poblado, y después a donde le dicen la puerta de la Iglesia, pero ahí no pudo
poner números. También en un Pukara arriba de Trigopampa. Ese caballero se fue,
y después volvió.” (H. V.)

Respecto al yacimiento denominado Estructura Circular Semi-subterránea,


ubicada en la actual bajada vehicular, los comuneros al verlo en terreno, admiten
no haberlo visualizado, pese a encontrarse muy cerca de un lugar que ellos utilizan
para Carnavales. En este lugar la banda de músicos se detiene un rato para ejecutar
una Bienvenida y avisar que ya llegaron a quienes esperan en el valle. En terreno,
los comuneros no reconocen un uso contemporáneo de tal estructura, descartan-
do que alguna vez se haya utilizado como corral para los animales. Al recorrerlo
destacan que la prolijidad con la que se dispusieron las piedras que conforman
el muro, no es propia de una construcción destinada a uso agropecuario en la 111
actualidad.
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ANEXO 2

Respecto a los Aleros de Pampa El Muerto, los comuneros reconocieron que


ese lugar es un punto en el recorrido que conectaba Chapiquiña con Livilcar, y que
más de alguna vez habían recorrido estas quebradas y haberse refugiado en mu-
chos aleros con pirqa. Sin embargo, no habían logrado notar que algunas de estas
cuevas tenían dibujos pintados.
“Los antiguos a lo mejor alojaban ahí, para el tiempo de la lluvia. Se ocupaban, al-
gunos parecidos en otros caminos, como el camino a Calachocota, para el tiempo de las
lluvias. Ese es rocoso, es más grande y hay varias cuevas, está de Pachama hacia abajo,
ahí sí que iban con el ganado, casi todo el pueblo iba con el ganado” (H. V.)

Ahora bien, en relación a los caminos troperos, los diferentes habitantes de


Copaquilla conservan en la actualidad una serie de conocimientos acerca de los
hitos en sus recorridos y aspectos técnicos y logísticos del arrieraje mediante mu-
las y caballos. Esta práctica se siguió practicando intensamente hasta la década de
1960, y hasta esa época tuvo una importancia extrema, pues fue la única forma de
conectar sus productos y a ellos mismos con el mundo exterior.
Podemos observar diferentes tipos y alcances de este tráfico. El más intenso fue
el tránsito casi cotidiano entre los diferentes sectores que formaban parte de su
territorio, el cual debió extenderse entre 10 y 5 km desde Chapiquiña y Pachama.
El otro uso importante fue el traslado de sus productos agrícolas hacia el creciente
mercado de Arica, e incluso hacia las salitreras de principios y mediados del s. XX.
De vuelta, parte de las ganancias se invertían en productos industrializados como
harina, azúcar y otros artículos de consumo, como vestimentas y calzado.
Se reconocen dos tipos principales de estructuras en los caminos troperos. Por un
lado, están las apachetas, a las cuales le reconocen una gran antigüedad y tendrían
un uso esencialmente ceremonial.
“Las apachetas son cosas muy antiguas. Dicen que cada arriero que pasaba por ahí,
tiraba una piedra. Eso significaba para ellos, dejar el cansancio, porque si ellos están
viajando con animales, cuántos días por ahí, con una piedra podían dejar el cansancio
de todos los animales” (E. O.)

En cambio, las paskanas serían lugares de descanso y merienda, que ellos mismos
reconstruían cada vez que las utilizaban.
“Nosotros construíamos las paskanas con piedra cuando bajábamos. No está construi-
da como se debe con adobe, así no más, corrales.” (I. D.)
“Se llevaba fiambre, antes “hacíamos mantel” le decíamos nosotros, saco de harina,
carne, papa chuño, surtido, maíz tostado, con sopaipilla, trozo de carne, había que
llevarse ollita chica para cocinarse, agüita. Eso era para bajar no más, en Arica se
abastecía para volver”. (I. V.)
112
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

En este largo viaje se pasaba por una serie de paradas de descanso más o menos
establecidas:
“De ahí, en cada instancia tenía nombre. Alojábamos, descansábamos con los anima-
les, por ejemplo, hoy día salíamos a las 6 de la mañana, todo el día y toda la noche y
llegábamos a casa con animales, descansábamos en esas paskanas. Están como a dos
kilómetros las paskanas, están claritas, hay partes que el agua lo deshizo pero hay par-
tes que está todavía con las pirquitas, piedritas. Ahí primero está Sirca Sirca, después
Negro Muerto [2], después Cardones [3], después en aymará le llaman Jancojaque
[4], el Hombre Blanco, es de piedra, está arriba en el cerro. Después está Roncadero
[5], después está Milagros, seis; después está Maxocruz, siete. Esas paskanas son las
que van a Azapa, ocho con Resbaladera y llegamos a Azapa. En Azapa dejamos los
animales, o sino nos vamos a Arica, y acá en O´Higgins [con Vicuña Mackenna]
en toda la esquina había un tambo, donde dejábamos los animales y alojábamos ahí”
(I. D.).
“Descansábamos en Azapa, en el valle de Lluta también, hay dos caminos. Así
andábamos antes nosotros, descansábamos en paskanas, le llamábamos, y estaban
con nombre. Yo más descansaba en medio camino, Arronjadero, donde está la virgen,
habían unas paskanas, botado, ya nadie descansaba ahí.” (I. V.)

Además, desde Copaquilla y otros sectores agrícolas de precordillera y los valles


de Arica, se viajaba a la costa para extraer guano y usarlo como abono para los
cultivos.
“Yo iba a las guaneras a ir a buscar guano con animales. Las guaneras las conozco
todas, desde Corazones, después, Alto Cutipa, Bajo Cutipa, y así todas esas tienen
nombres, que son entradas de animales a la playa. Se va por aquí, por quebrada Acha
y se llega al alto y tienen sus entradas para abajo y cada una tiene su nombre. Y había
en esos años cualquier cantidad de guano, porque estaba la pajarada acá. Entonces
había guano en todos lados, se sacaba guano blanco, en sacos se llevaba. Y eso se
preparaba con guano de cordero, se hacía una buena mezcla, y ese era el abono que se
ocupaba para todas las siembras” (E. O.)

Ahora bien, respecto al tema de los saqueos de los cementerios prehispánicos, los
habitantes de Copaquilla reconocen que estos han sido deteriorados en los últimos
años. Según sus propios relatos ellos saben cuándo ocurrió y posiblemente vieron
a quienes los hacían. Pero no tienen claridad acerca de la finalidad de dichas extrac-
ciones de materiales o de la profesión de los responsables. A veces los identifican
como investigadores profesionales, otras como buscadores de tesoros.
“En Copaquilla habían momias enteritas, con dientes de oro, con sus trenzas enteritas,
entonces yo lo vi y llevé a mi hermano, cuando fui no había nada, y me di cuenta que
estaba todo saqueado, estaba todo enumerado. Antes veíamos eso, los cementerios y
miedo, no había que tocarlos nada porque se podía enfermar” (J. M.) 113
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M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 2

“En estos momentos hay unos gringos que han revolvido en Copaquilla y en Chulpane
[Pukara de Caillama], han sacado al gentil, puro hueso. Me llevó el gringo a
Chulpane, sacaron todo los gringos, las momias estaban enterradas, iban con una
máquina, y después cuánto más habrán sacado. En Copaquilla igual, los gringos, y
cuando sacaron el oro me dieron las conservas y yo contento.” (M. D.)
“Llegaron los de la Universidad, y se llevaron todas las momias, los oros. Estaba
todavía, un caballero lo sacó y estaba intacto. De qué año, de hace 2000 años atrás
po’, la mazorca de maíz, la frazadita que era chiquita, porque la gente era chiquitita,
todo eso todavía existe, está cerradito” (I. D.)

Así como los investigadores y arqueólogos aún no asumen una actitud de respeto
claro frente a las comunidades locales e indígenas, llevando a cabo su trabajo en
terreno sin establecer diálogos efectivos durante el proceso de investigación, las
mismas comunidades tampoco tienen una actitud clara de defensa de los Lugares
de Significación Cultural que forman parte de su territorio.
“Creo que no debemos abandonarlos, porque si eso está dentro de un sitio de la gente
de ahí, vendría a ser patrimonio de uno y habría que cuidarlo, porque no puede estar
entrando gente a excavar y a estar buscando cosas así. Eso habría que evitarlo.” (E.
O.)

Así, queda mucho trabajo por hacer en Copaquilla y en muchos más lugares de
la Región de Arica y Parinacota, para que investigadores y comunidades locales
puedan iniciar una colaboración y diálogo que beneficie a ambos grupos. Este
beneficio debe basarse, por un lado, en la conservación de la mayor cantidad de
Lugares de Significación Cultural, y por otro lado, con un tipo de investigación que
considere los saberes locales y responda las inquietudes locales.

114
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7. LO QUE RECUERDA LA GENTE DE ZAPAHUIRA

L as actuales chacras cultivadas en Zapahuira fueron trabajadas durante decenios


por familias de Socoroma, quienes llegaban al sector por temporadas. Poco a
poco estas chacras pasaron a ser propiedades independientes. Sin embargo, hasta
hoy muchos de los dueños de tierras de Zapahuira aún se consideran parte de la
comunidad de Socoroma e incluso poseen tierras allí.
Históricamente el sector de Zapahuira ha tenido una ubicación estratégica, pues
por ahí han pasado las diversas rutas que interconectaban las tierras altas y bajas.
Por esta pampa transitaron diversos pastores de llamas prehispánicos y poste-
riormente los arrieros con sus caballares. La mayoría de estos viajeros buscaron
lugar donde reabastecerse y descansar, y tenemos muchas evidencias antiguas en
Zapahuira que nos indican que éste fue uno de los principales lugares de este
tipo.
Hacia fines de la década de 1960 se inaugura la actual Carretera Internacional CH-
11, ruta crucial para el desarrollo de la Región, y resulta casi natural que su trazado
atraviese justamente la Pampa Zapahuira, aprovechando su estratégico emplaza-
miento. Con esto, el rol de Zapahuira como nodo comunicacional y de servicios
asociados se actualiza. Los antiguos refugios improvisados dieron paso a posadas
con infraestructura para el descanso y la alimentación de transportistas y turistas.
“Estos tambos [ruinas] existieron porque no había ferrocarril de Arica a La Paz.
Estas carreteras modernas se inauguraron recién el día 15 de julio del año 1970, con el
ex presidente Eduardo Frei Montalva. Pero anteriormente, cuando no existían, según
mi papá, mi mamá, mis tías, existieron los arrieros, que se componían de 15 mulares,
12 de carga, 1 de refuerzo, uno para el andante, y otro para el arriero. Esa gente aloja-
ba en estos tambos [ruinas], porque era la única salida de Arica a Bolivia y viceversa,
pasar por Lluta o bien salir por la quebrada de Cardones, o bien por el Lauca; unos
alojaban por acá, otros por allá, allá arriba en Codpa hay otro tambo, en Lauca hay
otros tambos y ahí salían los arrieros, o por Murmuntani, o bien por la quebrada de
Zapahuira. Así transitaba esa gente de esa manera, quizás cuántos miles de años se
han usado así. Ellos se cocinaban ahí, juntaban tres piedras por ahí su leña, hacían
su alimentación, y de Putre traían el pasto, según cuentan, para darle de comer cuando
faltaba pasto, llegaban aquí al primer descanso de los valles a abajo de Zapahuira, por
el agua, porque si no hubiera habido agua no hubieran existido tantos tambos, para
darle de beber a los animales.” (J. U.)

De esta forma los actuales habitantes de Zapahuira reconocen que el Tambo de


Zapahuira 2, aquel yacimiento arqueológico ubicado cerca de la localidad, fue
un lugar donde los arrieros alojaban. Con esto se confirma la ancestral vocación 115
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ANEXO 2

del territorio de Zapahuira como una zona de descanso y parada obligada de los
viajeros.
“Esos caminos troperos, mi papá decía, que eran de los arrieros que bajaban de Bolivia,
ahí ocupaban todos esos tambos. Nosotros pensamos que eran corrales, no que eran de
antiguos. Mi papá guardaba las vacas ahí, pensaba que era de los abuelos, no tan anti-
guos. También lo ocupaban los arrieros cuando pasaban, para el descanso” (J. U.)

Zapahuira sector de Tambo prehispánico

“Lo usaban los bolivianos, porque cuando llegaban con sus llamas, iban para Lluta, le
decían a mi mamá dónde pueden haber corrales grande para los animales, y mi mamá
los llevaba al tambo, pero no le decía tambo, le decía corrales. Y ahí se quedaban,
estaban la pasada no más, una noche, y de ahí salían para su tierra o para Lluta a
cambiar productos. Nosotros no ocupábamos, porque nosotros ocupábamos otros corra-
les para nuestros animales, chanchitos, ovejas, de eso, no teníamos llamas” (L. M)

De esta forma, los lugares que hoy llamamos yacimientos arqueológicos ocupan
una parte relevante del paisaje tradicional de las comunidades, manteniéndose una
relación cotidiana de la gente con estos parajes. Así, los reutilizan para nuevas ne-
cesidades o se les asignan nuevos significados. Al respecto, destacan los recuerdos
de infancia, cuando niños recorren los lugares, ya sea por juego o pastoreando
animales.
“Éramos como 10 chiquillos, entonces nos íbamos para los cerros para arriba, y mi
mamá nos retaba. Le decíamos que íbamos al cerro Chapicollo, y había un pozo que
tirábamos piedras porque sonaba como una campanita, eso dicen que lo dejaron los
españoles, en la puntita. Nosotros subimos hasta la puntita ahí en el cerro Chapicollo
116
y estaban los cementerios ahí mismo, lleno de huesos. Mirábamos hartas cosas, que la
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gente tenía su casita chiquitita, y puertitas igualmente, y después hacían chacras, como
acequia, y nos preguntábamos, cómo hicieron tan arriba sus casas, y cómo llevaron el
agua, y los papás nos decían que ahí vivían los gentiles” (L. M.)

Los “gentiles” son el concepto más recurrente entre las explicaciones locales para
el origen de las construcciones antiguas. Como ya fue señalado, los “gentiles”
corresponden a las personas antiguas, a los pobladores originarios del territorio.
En muchos aspectos el uso de este concepto que proviene del proceso de evan-
gelización buscó imponer una separación entre estos antiguos habitantes y los
nuevos pobladores cristianizados. Así, hoy en día hay muchos pobladores que no
los consideran sus antepasados directos.
“[los “gentiles” eran] gente chiquitita que vivía aquí. Hay hartos corrales, hartas
tumbas, y hartos huesos. Es que ellos murieron ahí.” (L. M.)

Incluso, es común la vinculación de estos “gentiles” y de los “gentilares” donde re-


sidieron con cosas negativas. Se piensa que estos lugares están contaminados, que
provocan alguna clase de enfermedad, o que otorgan mala suerte. En el fondo, con
tales ideas se logra que estos lugares sean de acceso restringido, principalmente por
el temor que provoca en la población. Es por esto, que es muy probable que los
saqueos y los destrozos a estos lugares hayan sido realizados por visitantes que no
tienen relación con la zona.
“[a mi mamá] le decíamos que tomábamos los huesos, los jarritos, y mi mamá nos
mandaba a lavar las manos porque tenía contagio. Pero no llevábamos nada, sólo
mirábamos y tomábamos. A mi mamá no le gustaban estas cosas, eran malas. Había
cositas de greda, esas se perdieron porque la gente las robó. Nosotros subimos hasta
la puntita ahí en el cerro Chapicollo y estaban los cementerios ahí mismo, lleno de
huesos.” (L. M.)

También visualizan y se admiran con las grandes obras agrícolas, especialmente los
canales. Reconocen en el territorio de Zapahuira dos canales antiguos, que siguen
cursos paralelos por dos quebradas diferentes. El primero de ellos es el que riega
la parte baja de la quebrada de Zapahuira, y que se inicia en sus nacientes, en el
sector denominado Guañazapa. El otro es el que proviene desde los sectores de
Rosaspata y Jarizmalla, y que se dirige a la quebrada Copaquilla. Esto lo han reco-
nocido personalmente desde la niñez, mientras recorrían el territorio:
“De Rosaspata nos devolvíamos por el canal, la acequia antigua, en donde ya no había
agua, hasta Chapicollo” (L. M.)

Los lugares “de gentiles” y conocidos por los comuneros, no sólo existían en la
Pampa Zapahuira y la Pampa Quipa. También los identificaban en sectores altos
de la quebrada Zapahuira, donde mantienen aún sus majadas y llevaban los anima-
les. Estos sectores se les denominan Rosaspata y Titumaña.
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ANEXO 2

“Íbamos para el lado de arriba también, para el lado de la cordillera, se llama


Rosaspata, y más allá se llama Titumaña. Ahí también habían casas, chacras y cana-
les, y ahí cuando llovía salían unas papas que mi mamá decía que eran de hace miles
de años, de las personas que vivían antes, y que no se comían. Nosotros llevábamos y mi
mamá las botaba, decía que no se comían, nos retaban por ir tan lejos” (L. M.)

Pero los actuales habitantes de Zapahuira, aunque reconocen evidencias de los


“gentiles”, en pukaras, tambos, andenes y canales, también desconocen otras evi-
dencias arqueológicas. Es llamativo cómo se conservan en la memoria los restos
ubicados en el Pukara de la cumbre del cerro Copaquilla y también del canal de
regadío ubicado a los pies del mismo cerro. Sin embargo, el Poblado Arqueológico
de Copaquilla, ubicado de manera adyacente al canal de regadío, no ha sido visua-
lizado por los habitantes como lugar “de gentiles”, pensando que son “sólo un
montón de corrales”.
Del mismo modo, no conocen la chullpa de barro aislada que se ubica en el borde de
la quebrada Cabrapoco, próximo al Tambo de Zapahuira 1. En muchos aspectos
pareciera que los investigadores y ciertos viajeros han recorrido más intensamente
las áreas arqueológicas y la misma Pampa Zapahuira, que los mismos habitantes
locales. Además, la relación de los investigadores con la población local, como en
muchas zonas del extremo norte de Chile, ha sido escasa y restringida.
“[el viajero] le propuso a mi papá y a mi mamá, que quería conocer estos tambos.
Allá bajo está el cerrito Huaycuta, el tambo que está al lado. Entonces temprano, como
a las nueve, hicieron desayuno allá en Murmuntani y mi papa me mandó pa’ cá con las
mulas que tenía él, los caballares que tenía él. Llegamos al cerro Huaycuta y después
salimos por allá” (J. U).

118
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8. SOBRE EL MANEJO FUTURO

E n la Precordillera de Arica tenemos varios lugares que dan cuenta de los más de
10.000 años de historia continua de la mujer y el hombre andino. Muchos de
estos lugares fueron abandonados repentinamente hace más de 500 años. Algunos
desaparecieron sin que nosotros los alcanzáramos a conocer; otros se convirtieron
en ruinas y están en un grave proceso de deterioro; mientras que podemos observar,
en aquellos que fueron mejor construidos o de mayores dimensiones o quedaron
más aislados, aún gran parte de sus características originales. Sin embargo, casi todos
ellos perdieron un pedazo importante de sus significados originales.
Sin desconocer que bastante agua ha corrido en el río Seco y el río Zapahuira, este
trabajo pretende devolver una parte importante de los significados originales de
tales lugares. Aunque de mayor relevancia es difundir la persistencia de un paisaje
cultural tradicional articulado por diversos hitos y lugares. Cada uno de estos lu-
gares, pueden o no poseer actualmente los significados originales, pueden o no ser
reconocidos por la comunidad local, e incluso pueden o no ser parte de la identi-
dad local cotidiana, pero sin embargo, vistos en conjunto mantienen todos ellos la
coherencia de ser parte de un territorio mayor.
En el caso de Zapahuira, se ha mantenido a través del tiempo como un punto cru-
cial en los diferentes tipos de circulación de bienes y personas que han cruzado el
territorio andino. De eso nos hablan los tampus (tambos), las paskanas y las actuales
posadas de los camioneros. Pasan los años y Zapahuira no pierde su identidad y
vocación cultural, de ofrecer refugio y descanso. Dentro de ese ofrecimiento de
protección tampoco han cesado las actividades agro-ganaderas. Hoy en día, los ex-
tensos sistemas abandonados de andenerías Inka y las actuales chacras al lado del
río, forman parte de un mismo paisaje cultural, que es valorizado e interpretado
cotidianamente por sus habitantes.
Por otro lado, Copaquilla, pese a que su historia nos habla de diversas ocupacio-
nes, mantiene intacta su vocación de oasis agrícola. Múltiples andenerías de diver-
sos tamaños y técnicas, junto con densos restos de habitaciones nos indican que
Copaquilla fue un lugar de labores agrícolas que mantuvo por largo tiempo a un
número importante de personas. Incluso, la existencia de monumentos funerarios
y plazas nos señalan, que al igual que hoy en día, se llevó a cabo una intensa vida
social que incluyó ceremonias públicas y festividades. Podemos decir que agricul-
tura y ceremonialismo han sido las constantes en toda la historia de Copaquilla, y
los actuales habitantes valoran y respetan los espacios relativos a estas prácticas,
sean del presente o del pasado.
119
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AYZAPAHUIRA
M A R A S Y COPAQUILLA
ANEXO 2

Estas son algunas de las muchas conclusiones que se pueden derivar de este tra-
bajo conjunto entre comuneros y profesionales en relación al patrimonio cultural
tangible. Sin embargo, este trabajo no está completo, pues es evidente que los
socios de las comunidades indígenas y otras personas tienen aún mucho que apor-
tarnos para conocer y valorar el territorio andino.
Tarea pendiente es la relativa al cuidado y preservación de los Lugares de Significación
Cultural. Con este trabajo se ha colaborado en la valoración, reconocimiento y
apropiación de estos lugares por parte de las Comunidades Indígenas. Además, se
incentiva un proceso de discusión interno en cada unas de las Comunidades y lo-
calidades, que reconozcan que estos lugares son parte de su base para identificarse
con su territorio. A medida que esto se completa y construye, la protección de los
lugares también se irá incrementando. Sin embargo, no basta con la buena volun-
tad de los comuneros, pues hay aspectos técnicos y de regulación que se requieren.
Es decir, se hace imprescindible un acompañamiento directo de una serie de pro-
fesionales e instituciones a la población local, y quizás, prontamente tendremos
profesionales relacionados que sean parte de las mismas comunidades.
En este sentido, entre las tareas pendientes están el consensuar y elaborar un Plan
de Gestión Global Participativo e Intercultural, para cada uno de los diferentes
territorios. Estos deberán contener precisiones acerca del manejo de zonas del te-
rritorio, como también las forma de administrar estos recursos. Del mismo modo,
ciertos Lugares de Significación Cultural requieren de Planes de Manejo específi-
cos, que regulen su uso actual y futuro, y evitar que las actividades productivas y
turísticas los deterioren o desvirtúen su significado original.
Por último, aquellos lugares que tienen un mayor potencial museográfico y en don-
de se puede desarrollar un turismo cultural sustentable, necesitarán de un Diseño
de Puesta en Valor para convertirlos en verdaderos Museos de Sitios. Estas in-
versiones requieren además de un Reglamento de Uso y una Administración que
proteja los yacimientos, sus inversiones y lo haga sustentable económica y social-
mente. Este trabajo debe ser elaborado al menos para el Pukara del Mirador y el
Poblado Arqueológico de Copaquilla. Además, en Zapahuira se identificó similar
necesidad para el Tambo de Zapahuira 1 y el Tambo de Zapahuira 2. Tales son los
yacimientos arqueológicos, con mejor accesibilidad, mayor visibilidad, mejor esta-
do de conservación y que además la comunidad local los reconoce y valora.

120
P AT R I M O N I O Y C O M U N I D A D E S I N D Í G E N A S AY M A R A S ANEXO 2

Comunero de Copaquilla en la visita al Pukara del mismo sector.

121
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PATRIMONIO
REGISTRO Y COMUNIDADES
SISTEMÁTICO INDÍGENAS
DE LOS YACIMIENTOS AYMARAS
ARQUEOLÓGICOS GLOSARIO
DE ZAPAHUIRA REGIONAL
Y COPAQUILLA

GLOSARIO REGIONAL

Disciplina amplia que estudia los diversos componentes de la cultura y


Antropología las sociedades humanas. Incluye la Antropología Social, la Antropología
Física o Biológica, la Arqueología y la Lingüística.
Corresponde a un sistema de cultivos formado por terraplenes escalo-
nados con muros de piedra que contienen el suelo agrícola. Este siste-
Andenes
ma permite hacer cultivable las laderas de los cerros y es característico
de la región Andina.

Disciplina que estudia a las sociedades humanas por medio del estudio
Arqueología de los objetos, edificios y otros restos materiales en desuso. En la re-
gión se ha desarrollado por casi 100 años.

Diversas expresiones artísticas y/o simbólicas desarrolladas en piedra


o tierra. Se distinguen tres tipos diferentes: a) pictografías o pinturas
Arte Rupestre sobre paredes de roca; b) petroglifos o grabados sobre piedras; y c)
geoglifos o dibujos sobre la superficie de tierra. Nuestra región es una
de las pocas en donde encontramos estos tres tipos.

Se le denomina al camino de tierra utilizado por los últimos arrieros


Camino que cruzaron la región. Posee importantes soluciones, como muros de
Tropero contención y empedrados principalmente en cuestas, que facilitan el
tránsito de mulares.

Denominación aymara para las construcciones funerarias prehispáni-


cas que poseen una puerta donde se puede observar y rendir culto a
Chullpas los ancestros. Hay de diferentes tamaños, técnicas constructivas y for-
mas. Las más sofisticadas de la región son cuadrangulares de barro o
piedra revestida.

Nombre dado tradicionalmente en la región y en los Andes a los an-


tiguos habitantes prehispánicos. Este nombre proviene de la intro-
ducción de la religión judeocristiana en América, que identifica como
Gentiles
gentiles a los paganos no bautizados. Así, los Gentilares, son lugares
donde estuvieron los gentiles, es decir, yacimientos arqueológicos que
pueden corresponder a poblados o cementerios.

Es el nombre quechua dado para designar diversos aspectos relativos


al Estado Tawantinsuyu. Se usa para referirse al jefe máximo de dicho
Inka
Estado y también a la clase gobernante. También se puede usar para
nombrar al último período prehispánico de los Andes.

Capacidad de generar y crear entendimiento sobre objetos, bienes


Interpretación
y paisajes de significación cultural, desde el acervo cultural y saber
Cultural
122 local.
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS GLOSARIO REGIONAL

Vocablo quechua que se refiere a un tipo de plaza o espacio que es


Kancha idealmente rectangular. En este lugar se realizaban ceremonias públi-
cas para la mantención del orden político y religioso.
Conjunto de inmuebles de diferentes características que poseen algún
Lugares de
tipo de valoración cultural para la comunidad local donde están inser-
Significación
tas. Incluyen, entre otros, los Lugares Ceremoniales, Espacios Sociales,
Cultural
Sitios Históricos y Yacimientos Arqueológicos.

Se les denomina a los restos humanos (o de animales) que mediante


un tratamiento más o menos complejo, o por circunstancias naturales,
Momia
se conservan en un Estado relativamente bueno, mucho tiempo des-
pués de la muerte.

Son bienes o inmuebles que por sus relevantes características históri-


Monumento
cas, científicas, estéticas, artísticas y/o naturales reciben una protec-
Nacional
ción oficial del estado de Chile en el marco de la Ley N° 17.288.

Al igual que la interculturalidad, que se refiere a prácticas que incorpo-


ran las perspectivas de diversas culturas, la multivocalidad se refiere a
Multivocalidad
definiciones y conceptos que toman antecedentes de diferentes fuen-
tes, las que muchas veces son opuestas.

Se refiere a un refugio improvisado hecho generalmente de piedras


Paskana ordenadas tipo pirqa. Esta construcción se encuentra en puntos rele-
vantes de un camino.

Es el amplio territorio en donde una comunidad habita, transforma el


Paisaje
mundo natural, y se apropia de su entorno mediante sus prácticas co-
Cultural
tidianas, ceremoniales, significados y valores.

Técnica andina para construir muros de piedra, que se caracteriza por


ordenar y entrabar piedras de acuerdo a sus formas. Existen diferen-
Pirqa
tes calidades del acabado de la pirqa y pueden o no usar mortero o
cemento.

Zona geográfica de relieve abrupto comprendido entre los 2.000 y


3.900 msnm. Se caracteriza por estrechos cursos de agua de laderas
Precordillera frecuentemente inclinadas con pocos espacios planos para uso do-
méstico y agroganadero. Junto con la costa, el desierto y el altiplano,
forman la actual Región de Arica y Parinacota.

Nombre aymara dado a los asentamientos ubicados en lugares altos,


Pukara generalmente poseen un difícil acceso o tienen algunas construccio-
nes defensivas, como muros perimetrales y fosas.

Vocablo quechua que se refiere al extenso sistema vial elaborado por


Qapaq Ñam el Tawantinsuyu en todos sus territorios bajo su dominio. En muchas
partes constituyó una mejora de caminos y senderos preexistentes.
123
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
PATRIMONIO
REGISTRO Y COMUNIDADES
SISTEMÁTICO INDÍGENAS
DE LOS YACIMIENTOS AYMARAS
ARQUEOLÓGICOS GLOSARIO
DE ZAPAHUIRA REGIONAL
Y COPAQUILLA

Nombre quechua para designar a las bodegas o depósitos de alimen-


tos u otros objetos. Estas estructuras pueden ser de diversas dimen-
Qolqas
siones y formas. En el Tawantinsuyu se constituyeron como conjuntos
de grandes dimensiones que sirvieron a funciones administrativas.

Palabra derivada del término quechua “Tampu”, referida a un con-


junto de edificios destinados a prestar apoyo logístico (descanso y
Tambo abastecimiento) al tránsito por determinado camino. En tiempos del
Tawantinsuyu estos edificios eran de formas cuadrangulares y grandes
dimensiones.

Nombre quechua dado al Estado administrado por la clase gober-


nante Inka. Este territorio abarcó grandes extensiones y estaba con-
Tawantinsuyu
formado por 4 regiones o suyu: el Contisuyu, Antisuyu, Collasuyu y
Chinchaysuyu.

Son lugares que poseen restos materiales que permiten conocer


Yacimiento las vidas y grupos del pasado. Todos estos lugares, de acuerdo a la
Arqueológico Ley N° 17.288 de Monumentos Nacionales, conforman el Patrimonio
Arqueológico protegido por el solo ministerio de la Ley.

124
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS PARA SABER MÁS

PARA SABER MÁS

1. LIBROS:

• ARÉVALO, P. y L. VÉLIZ (2008). De Cazadores Recolectores al Pueblo


Aymara. Historia Didáctica Andina Regional. Corporación Nacional de
Desarrollo Indígena y Consultora Mallku Limitada, Arica.
• BARRAZA, J. (2005) Manual de Patrimonio Cultural y Natural de Arica
y Parinacota. Consejo de Cultura y las Artes y Consejo de Monumentos
Nacionales, Arica. (http:// www.monumentos.cl/ pdf/ Manual_sobre_
Patrimonio.pdf)
• CARRASCO, A. y B. COFRÉ (editoras) (2003). Conozcamos Juntos la
Historia y Cultura de Nuestra Región. Explora-CONICYT, CIHDE y Taller
de Estudios Andinos (TEA), Arica.
• GALDAMES, L., W. RÍOS, P. DAUELSBERG, S. CHACÓN y L. ÁLVAREZ
(1981). Historia de Arica. Editorial Renacimiento, Santiago
• GUNDERMANN H. y H. GONZÁLEZ (1989). Cultura Aymara. Serie
Patrimonio Cultural. Ministerio de Educación, Santiago.
• HIDALGO, J. (2004) Historia Andina en Chile. Editorial Universitaria,
Santiago.
• MUÑOZ, I. y J. CHACAMA (2006). Complejidad Social en la Alturas de
Arica: Territorio, Etnicidad y Vinculación con el Estado Inca. Ediciones
Universidad de Tarapacá, Arica.
• NIEMEYER, H. (1972). Las Pinturas Indígenas Rupestres de la Sierra de
Arica. Editorial Jerónimo de Vivar, Santiago.
• NAVARRO, X. (compiladora) (1998). Patrimonio Arqueológico Indígena
en Chile. Reflexiones y propuestas de gestión. Instituto de Estudios
Indígenas, Universidad de la Frontera y UNESCO, Temuco.
• NÚÑEZ, L. (2001). Aprendamos Arqueología en Nuestra Tierra. Explora-
CONICYT y Universidad Católica del Norte, Antofagasta.

2. ARTÍCULOS ESPECIALIZADOS:

• DAUELSBERG, P. (1972). Arqueología del departamento. En Enciclopedia


de Arica: 161-178. Editorial de Enciclopedias Regionales, Santiago.
• GUNDERMANN, H. (2003). La formación del espacio andino en Arica
y Tarapacá. Revista de Historia Indígena 7: 67-138. Universidad de Chile, 125
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
PATRIMONIO
REGISTRO Y COMUNIDADES
SISTEMÁTICO INDÍGENAS
DE LOS YACIMIENTOS AYMARAS
ARQUEOLÓGICOS PARA YSABER
DE ZAPAHUIRA MÁS
COPAQUILLA

Santiago. (http://www.filosofia.uchile.cl/ publicaciones/ revindigena/ n7/


gundermann.pdf)
• MUÑOZ, I. y L. BRIONES (1996). Poblados, rutas y arte rupestre pre-
colombinos de Arica: Descripción y análisis de sistema de organización.
Revista Chungara 28: 47-84. Universidad de Tarapacá, Arica.
• MUÑOZ, I., J. CHACAMA y M. SANTOS (1997). Tambos, pukaras y al-
deas, evidencias del poblamiento humano prehispánico tardío y de con-
tacto indígena–europeo en el extremo norte de Chile: Análisis de los pa-
trones habitacionales y nuevas dataciones radiométricas. Revista Diálogo
Andino 16: 123-190. Universidad de Tarapacá, Arica.
• MUÑOZ I., J. CHACAMA, G. ESPINOSA y L. BRIONES (1987). La ocu-
pación prehispánica tardía de Zapahuira y su vinculación a la organiza-
ción económica y social inca. Revista Chungara 18: 67-89. Universidad de
Tarapacá, Arica.
• ROMERO, A. (2003). Chullpas de barro, interacción y dinámica política
en la precordillera de Arica durante el período Intermedio Tardío. Textos
Antropológicos 14: 83-103.
• SANTORO, C., Á. ROMERO, V. STANDEN, y A. TORRES (2004).
Continuidad y cambio en las comunidades locales, períodos Intermedio
Tardío y Tardío, Valles Occidentales. Revista Chungara Volumen Especial:
235-247. Universidad de Tarapacá, Arica. (Disponible en internet en http://
www.scielo.cl)
• SCHIAPPACASSE, V., V. CASTRO, H. NIEMEYER (1989). Los desarro-
llos regionales en el Norte Grande. En: Prehistoria. Culturas de Chile: 181-
220, editado por J. Hidalgo, V. Schiappacasse, H. Niemeyer, C. Aldunate e
I. Solimano. Editorial Andrés Bello, Santiago.

3. RECURSOS DE INTERNET:

• AGUIRRE, R. Arica Territorio Andino


www.infoarica.cl/renatoaguirre/renatoaguirre.htm
• CONSEJO DE MONUMENTOS NACIONALES
www.monumentos.cl
• MUSEO CHILENO DE ARTE PRECOLOMBINO
www.precolombino.cl
• MUSEO ARQUEOLÓGICO SAN MIGUEL DE AZAPA. Universidad de
Tarapacá.
www.uta.cl/masma
• NUESTRO.CL. El sitio del patrimonio cultural chileno.
126 www.nuestro.cl
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS PARA SABER MÁS

• REVISTA PATRIMONIO CULTURAL. Dirección de Bibliotecas, Archivos


y Museos (DIBAM)
www.dibam.cl/patrimonio_cultural/
• SER INDÍGENA. Portal de las culturas originarias de Chile
www.serindigena.cl/

LISTADO DE FOTOGRAFÍAS Y MAPAS1

Mapa Región Arica Parinacota, se destacan los poblados de Zapahuira y


01 Pág.23
Copaquilla.
02 Estructura Aislada en Pampa Huaycuta (ZAP 76). Pág.24
Unidades habitacionales pircadas, poblado prehispánico de Chapicollo (AZ-
03 Pág.32
123a).
04 Fragmentos de cerámica decorada, procedencia altiplánica (ZAP 99). Pág.33
05 Alero con muro pircado, angostura del río Tograje (ZAP 105). Pág.34
06 Andenes de cultivo en desuso, quebrada Zapahuira (ZAP 143). Pág.35
07 Camino con muro de contención, quebrada de Zapahuira (ZAP 26). Pág.36
08 Mapa Áreas Arqueológicas derivadas de agrupamientos de yacimientos. Pág.37
09 Acueducto con muro de contención en quebrada Tograje (ZAP 35). Pág.38
10 Mapa Área “Río Seco-Tograje”. Pág.39
11 Pinturas rupestres en Alero Chapicollo (ZAP 66). Pág.39
12 Mapa Área “Chapicollo” Pág.40
13 Mapa Área “Pueblo de Zapahuira” Pág.41
14 Mapa Área “Huaycuta” Pág.42
15 Pukara de Copaquilla (COP-01) Pág.53
16 Asentamiento en cuchilla de cerro (COP-84) Pág.54
17 Bloque con petroglifo en las cercanías del poblado y pukara (COP-92) Pág.55
18 Detalle de corral en asentamiento simple tipo estancia (COP-18) Pág.56
19 Chullpas funerarias de píedra revestidas por barro (COP-27) Pág.57
20 Mapa de Arica Parinacota señalando el área de estudio Pág.88
21 Vista general de Zapahuira Pág.90
22 Cerro y Pukara de Chapicollo Pág.91
23 Valle de Copaquilla Pág.92
24 Terrazas de cultivo prehispánicas en Copaquilla Pág.93
25 Posada de viajeros y transportistas en Zapahuira Pág.94
26 Estructura semicircular subterránea en Copaquilla Pág.96
27 Pictografía en Alero de Pampa el Muerto Pág.98
28 Pukara de Copaquilla Pág.99
29 Recinto Mortuorio Chullpa de copaquilla Pág.100
30 Recintos Mortuorios Chullpas en Copaquilla Pág.101
31 Poblado Prehispánico de Chapicollo Pág.104
32 Recinto Mortuorio Chullpa de Zapahuira Pág.105
127
1 Las fotografías y mapas son autoría de Alvaro Romero y Rolando Ajata.
PATRIMONIO Y COMUNIDADES INDÍGENAS AYMARAS
PATRIMONIO
REGISTRO Y COMUNIDADES
SISTEMÁTICO INDÍGENAS
DE LOS YACIMIENTOS AYMARAS
ARQUEOLÓGICOS PARA YSABER
DE ZAPAHUIRA MÁS
COPAQUILLA

33 Camino del Inca o Capaq Ñam tramo Zapahuira Pág.106


34 Zapahuira sector de Tambo prehispánico Pág.116
35 Comunero de Copaquilla en la visita al Pukara del mismo sector. Pág.121

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