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Sancti Thomae Aquinatis Doctoris Angelici

super Primam Epistolam Sancti Pauli Apostoli

ad Timotheum

COMENTARIO A LA SEGUNDA EPÍSTOLA A TIMOTEO

Título del original latino: Sancti Thomae Aquinatis Doctoris Angelici super Secundam Epistolam Sancti Pauli
Apostoli ad Timotheum

Augustae Taurinorum Typographia Pontificia Petri Marietti

1896

1
PROLOGO

"Día y noche anclaba quemado del calor y del hielo, y el sueño huía de mis olos" (Génesis 32,40). Palabras son
éstas de Jacob que muestran y recomiendan la solicitud y desvelos del oficio pastoral; en las cuales 3 cosas hay
que considerar pertenecientes al dicho oficio, a saber, la perseverancia, la paciencia, la solicitud. Lo lo. porque
sin descanso ha de cuidar del rebaño: día y noche; de noche orando, de día educando. "Yo estoy de centinela de
parte del Señor; de día permanezco aquí continuamente, y estoy pasando en mi puesto las noches enteras"
(Isaías 21,8). O dígase durante el día, esto es, en el tiempo de la prosperidad; y durante la noche, esto es, en el
tiempo de la adversidad, en los que el prelado debe atender al cuidado de la grey; "con las armas de la justicia
para combatir a la diestra y a la siniestra" (2Co 6,7).

Lo 2o. porque, si a alguno, mayormente al prelado le es necesaria la paciencia, que ha de tener buenas espaldas
para soportarlo todo por el bienestar de su rebaño. "El buen pastor da la vida por sus ovejas" (Jn X). "La
doctrina del hombre se conoce por la paciencia" (Pr 19,2). Por eso dice: en el bochorno, esto es, en el hervor de
la embravecida persecución. "En saliendo el so! ardiente, se va secando la hierba, cae la flor y acábase toda su
vistosa hermosura" (Sant. 1,1 1). -Por el hielo, esto es, por el temor de lo futuro. "Combates por defuera; por
dentro temores" (2Co 7,5).

Lo 3o. porque, según Rm 12, aventaja en vigilancia a los demás, con que sacude el sueño de la negligencia; por
eso se añade: "y el sueño huía de mis ojos". -"Corre de una parte a otra, apresúrate, despierta a tu amigo, no
concedas sueño a tus ojos, ni dejes que se cierren tus párpados" (Pr 6,3).

Viénenie, pues, al justo, estas palabras, a la materia de esta carta; porque en la primera le instruye sobre la
ordenación eclesiástica; en esta segunda trata de los desveíos pastorales, tan despabilados y solícitos que, por
el pastorío de su rebaño, esté dispuesto aun a padecer el martirio, como parece por el prólogo.

CAPUT 1

2
(2Tm 1,1-2)

LECTIO 1: Ad 2 Timotheum 1,1-2


Saludando a su queridísimo Timoteo San Pablo le desea que Dios le conceda, por medio de Jesucristo, la gracia
y la paz.

1. Paulus apostolus 1esu Christi per voluntatem Dei, secundum promissionem vitae, quae est in Christo 1esu.2.
Timotheo charissimo filio, gratia, et misericordia, et pax a Deo patre nostro, et Christo 1esu Domino nostro.

Divídese esta carta en la salutación y la segunda narración. Pónese asimismo la persona que saluda, la
saludada, los bienes que le desea. Descríbese por el nombre la persona que saluda, Pablo, que suena a
poquedad y le viene como nacido, por sentir de sí humildemente y haber sido atribulado,2 cosas que hacen que
el hombre abaje la cresta; tanto así que de Cristo se dice que vino a menos por los dolores de su Pasión (He
2,9).

Descríbese otrosí por la dignidad, que es grande, porque es Apóstol de Jesucristo, esto es, enviado por Cristo
(Lc 6). Esta dignidad la alcanzó, porque trabajó más que todos (1Co 16). El origen del Apostolado es la voluntad
de Dios; por eso dice: por voluntad de Dios, a la que algunos se adelantan, porque se entrometen; contra los
cuales dice en He 5,4: "ni nadie se apropia esta dignidad, si no es llamado de Dios, como Aarón". Aunque, como
Job dice: "permite también que entre a reinar (que arribe a la suprema dignidad) un hipócrita o tirano, por
causa de ios pecados del pueblo" (34,30). Pero esto significa por voluntad de Dios: que no es por su voluntad
(del Apóstol). Y el fruto de esta dignidad no es algo terrenal, sino "según la promesa de vida", esto es, para
conseguir la vida eterna prometida por Cristo. Este debe ser el fin de los prelados. "Y elos por cierto (los que
han de luchar en la palestra) para alcanzar una corona perecedera, al paso que nosotros la eterna" (1Co 9,25).

La persona saludada es Timoteo, su hijo, convertido por él. Queridísimo, porque no había ninguna persona que
así le estuviese tan unida de corazón y espíritu como él (Ph. 2,20).

Los bienes que le desea son 3: la gracia, por la que se alcanza el perdón de los pecados; la misericordia, por la
que obtenemos el bien supremo; la paz, esto es, la tranquilidad de la mente (la Glosa), conveniente al prelado;
que para eso lo ponen, para que procure la paz. El Señor dijo: la paz sea con vosotros, y mandó a sus apóstoles
que, al entrar a una casa, ofreciesen la paz (Mateo X,12). Y este triple bien de parte de Dios Padre, que es
dador de todo bien. Asimismo de Jesucristo, que es mediador, como hombre, de Dios y de los hombres, "por
quien nos ha dado Dios las grandes y preciosas gracias que había prometido" (2P 1,4).

3
(2Tm 1,3-5)

LECTIO 2 Ad 2 Timotheum 1,3-5

Le dice a Timoteo que se acuerda de él en sus oraciones, asegurándole que tiene el mejor lugar en su corazón,
por el afecto que han despertado en Pablo las lágrimas y la fe de Timoteo.

3. Granas ago Deo meo, cui servio a progenitoribus meis in conscientia pura, quod sine intermissione habeam
tui memoriam in orationibus meis, nocte ac die.4. Desiderans te videre, memor lacrymarum tuarum ut gaudio
implear.5. Recordationem accipiens eius fidei, quae est in te non ficta, quae et habitavit primum in avia tua
Loide, et matre tua Eunice, certus sum autem quod et in te.

Aquí empieza la narración epistolar en que lo resguarda contra las presentes persecuciones y los futuros peligros
de la 1glesia. También lo induce a insistir en la predicación, que entonces era causa y ocasión de persecución, y
lo exhorta a soportar las tribulaciones por Cristo. Refresca asimismo la memoria de las virtudes del mismo
Timoteo, y lo exhorta a que haga buen uso de esos dones por la insistencia en la predicación, poniéndose a sí
propio de ejemplo. "El Evangelio, para el cuai fui yo constituido predicador, y apóstol, y doctor de las naciones"
(5. 1 1). Pone otrosí el cariño que sentía por Timoteo y sus virtudes, que despertaban en él semejante afecto o
afición, y se lo demuestra por la oración y el deseo de verlo. Por eso le agradece a Dios el afectó que le tiene a
Timoteo, porque es de caridad, y la caridad en los. dones lleva la primacía; como si dijera: reputo por gracia
singular el sincero afecto que te tengo. Y dice:

-"a mi Dios, a quien sirvo de manera especial, a ejemplo de mis mayores", no de mis padres según la carne,
porque "Cristo vino a salvar a los pecadores, el primero de ios cuales soy yo"; sino con un servicio heredado de
mis mayores, a saber, los patriarcas y profetas, que sirvieron a Dios con toda sinceridad. Y dice de los mayores,
porque los hijos imitan fácilmente la perfección paterna, ya porque son instruidos por sus padres, como Tobías,
ya porque imitan también con la misma facilidad a sus amigos. Y ¿cómo le sirvo?
-"con conciencia pura"; porque, como dice Habacuc 1,3: "limpios son siempre tus ojos, Señor; no puedes tú ver
el mal, ni podrías sufrir delante de Ti la iniquidad"; y 2Co 1: "toda nuestra gloria consiste en el testimonio que
nos da la conciencia". De lo cual le da gracias "porque sin cesar hago memoria de ti en mis oraciones", ora en el
día de la prosperidad, ora en la noche de la adversidad. También por el deseo; por eso dice: "deseoso de verte",
a saber, para mutuo consuelo (Rm 1).

-"acordándome". Descubre las virtudes que tenía Timoteo, recordando su afecto para consigo, su fe para con
Dios. Dice pues: "acordándome de tus lágrimas", a saber, que Timoteo derramó, dispuesto al martirio, cuando
su despedida en Efeso; o las lágrimas que derramaba cuando oraba, y esto "para bañarme de gozo", esto es,
este recuerdo me colma de soberano contento. (Ph. 2). Acuérdase también de su fe para con Dios, que heredó
de sus padres, y no novicia. Dice pues:

-"puesto que tengo presente aquella tu fe". La fe es necesaria al prelado, que es el guardián de la fe; porque
"sin ella es imposible agradar a Dios" (He 1 1). Y dice: no fingida, sino sincera; porque la verdadera se
demuestra por las buenas obras, como dice Santiago 2. Y esta fe no de neófito sino que, como en hijo de mujer
judía (Ac 16), "primero se vio constantemente en tu abuela Loide, y en tu madre Eunice, y estoy cierto de que,
o por revelación, o por indicios, igualmente está en ti".

LECTIO 3 Ad 2 Timotheum 1, 6-10

Exhorta a Timoteo a valerse de los dones gratuitos de Dios, mayormente para predicar el Evangelio, y lo
amonesta al mismo tiempo a que no desista de su oficio de predicador, por dejarse vencer de respetos
humanos.

6. Propter quam causam admoneo te ut resuscites gratiam Dei, quae esi in te per impositionem manuum
mearum.7. Non enim dedit nobis Deus spiritum timoris, sed virtutis, et dilectionis et sobrietatis.8. Noli itaque
erubescere testimonium Domini nostri, ñeque me vinctum eius, sed collabora Evangelio, secundum virtutem
Dei.9. Qui nos liberavit et vocavit vocatione sua sancta, non secundum opera nostra, sed secundum propositum
suum, et gratiam, quae data est nobis in Christo lesu, ante témpora saecularia.10. Manifestata est autem nunc
per illuminationem Salvatoris nostri lesu Christi, qui destruxit quidem mortem, illuminavit autem vitam et
incorruptionem per Evangelium.

Arriba recomendó a Timoteo por los dones gratuitos que había recibido, aquí lo exhorta a hacer buen uso de
esos dones, especialmente en la predicación dei Evangelio; y primero en general, luego específicamente
señalándole cuál sea el uso de la gracia; y explícale por qué le hace esa advertencia. Dice pues:

-"Fe sincera" hay en ti, heredada de tu madre y abuela; "por cuya causa te exhorto". La gracia de Dios es como
el fuego que, cuando en rescoldo, o cubierto por la ceniza, no luce; así pasa en el hombre cuando el
entorpecimiento la enceniza o el temor humano; por cuya causa Timoteo, perdidos los bríos, se había vuelto
remiso para predicar. Por eso le dice "que avives la gracia" que tienes aletargada (1Th 5). Y añade: "que reside
en ti por la imposición de mis manos", es a saber, por quien había sido ordenado obispo y por cuya imposición
de manos se le había dado la gracia del Espíritu Santo.

-"porque no nos ha dado Dios un espíritu de timidez". Pone la razón de la amonestación, tomada de la condición
de los dones divinos; que quien los recibe a proporción de los dones ha de trabajar; luego hemos de servir a
Dios condicionados a esos divinos dones. Y hay dos espíritus: el del mundo y el de Dios, y se distinguen entre sí,
ya que espíritu significa amor, porque el nombre espíritu dice impulso, y el amor espolea y hace andar. Y hay
dos amores, gobernados por estos dos espíritus, el de Dios y el del mundo (1Co 2). El espíritu del mundo hace
amar los bienes del mundo y temer los males temporales. Por eso dice: "porque no nos ha dado Dios espíritu de
timidez", a saber, mundano, que Dios nos quita. "No temáis a los que matan el cuerpo" (Mateo X). Hay otro
espíritu de temor del Señor, que es santo y hace temer al Señor, espíritu sin pena y ofensa, como de Dios
(Mateo X).

-"sino de fortaleza", porque el que nos lleva de la mano en medio de las adversidades, y esto por la virtud de la
fortaleza contra ellas, es el Espíritu Santo. Permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fortaleza de
lo alto" (Lc 24,29). Asimismo en las cosas risueñas y prósperas, porque, cuanto a la afición, el amor de caridad
la pone en orden y ley, cuando alguno lo que ama lo refiere todo a Dios. Por eso dice: "de caridad". -"El que no
ama permanece en la muerte" (1Jn 3). También cuanto a los bienes exteriores; por eso dice: "y de templanza"
de todo género, guardando el debido modo y medida, a saber, para que usemos de los bienes del mundo sobria
y moderadamente (Tt 2).

-"Por tanlo, no te avergüences del testimonio de Nuestro Señor". Exhortándolo al uso de la gracia, y excluyendo
sus contrarios, le especifica en qué consiste ese uso. -"antes bien trabaja a una conmigo". Dos cosas podían
retraerle del ejercicio de la predicación: la vergüenza y la pena que el Apóstol padecía por el Evangelio. Por eso
le dice: desde que te has revestido el espíritu de fortaleza, no tienes por qué avergonzarte; pues la predicación
de Cristo, puesta en la balanza de la sabiduría mundana, parecía necedad y, por tanto, motivo para sonrojarse.
"Predicamos a Cristo crucificado, lo cual para los judíos es motivo de escándalo y parece una locura a los
gentiles" (1Co 1,23); pero yo "no me avergüenzo del Evangelio" (Rm 1); porque "quien se avergonzare de Mí y
de mis palabras, de ese tal se avergonzará el Hijo del hombre" (Lc 9,26). Cuando colgado por el pescuezo un
ladrón ve a otro de su condición, la vergüenza le sale a la cara y no osa reconocerse seguidor de la disciplina de
Caco; así también Timoteo podía avergonzarse porque el Apóstol estaba encadenado, y por eso le dice: "ni de
mí que estoy en cadenas por amor suyo" (Eph 6).

-"antes bien trabaja a una conmigo". Exhórtalo a valerse de la gracia, en general, y enséñale con qué confianza:
"según la virtud que recibirás de Dios". Dice pues: no te avergüences, sino colabora, esto es, trabaja júnto
conmgio. "Cada uno recibirá su propio salario a medida de su trabajo" (1Co 3,8). Y dice: "por el Evangelio", que
puede ser ablativo, y así se dirá: en predicar el Evangelio; o dativo, y entonces; para gloria del Evangelio, a
saber, para que crezca; "porque glorioso es el fruto de las buenas obras" (Sg 3,15). Y esto con confianza, mas
no propia, porque de nuestra cosecha no somos capaces de tener un buen pensamiento, sino "con la virtud de
Dios", esto es, teniendo confianza en el poder de Dios, "que robustece al débil y da mucha fuerza y vigor a los
que no son para nada" (Is 40,29).

Y esta virtud se manifiesta cuanto al afecto, porque nos libra del mal; por eso se dice: "el cual nos libertó", "nos
libró de caer en las manos de los enemigos y salteadores durante el viaje" (Esdras 1,8,31). Y cuanto a la
vocación a lo bueno: "y llamó con su santa vocación", porque a la santidad nos llamó, "que a los que ha
predestinado también los ha llamado" (Rm 8,30), "y de las tinieblas nos sacó a su luz admirable" (1P 2,9). Y
manifiesta algunas cosas que dice: "no por nuestras obras"; donde demuestra que nuestra vocación y libertad
no es por virtud humana sino divina; muestra la causa y el proceso de la causa y recomienda al dador y
conservador de la causa, a saber, de la gracia: "el cual ha destruido la muerte y ha sacado a luz la vida". Dijo
pues: nos llamó, no por virtud nuestra, porque no ciertamente por nuestras obras, que son efecto de la virtud,
"no a causa de las obras de justicia que hubiésemos hecho, sino por su misericordia nos ha salvado" (Tito 3,5).
Y la causa de esta salvación, de parte de Dios, es doble: una eterna, su predestinación; otra temporal, ia gracia
justificante, que se expresa así: "según su beneplácito", es a saber, la predestinación, que es el propósito de
apiadarse. "Hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad" (Eph 1,2; Rm 8).

"y por la gracia", "por la que somos justificados gratuitamente" (Rm 3,24). Acerca del proceso de la gracia,
muestra cómo se prepara, se otorga y por quién; así dice: "que nos ha sido otorgada en Jesucristo", esto es,
antes de los siglos temporales previóse se nos daría. Como dice el Filósofo, por siglo se entiende la medida de la
duración de algunas cosas; de donde diversos siglos, diversas edades son de los hombres, y un siglo dura mil
años, porque en tanto dícese el hombre vivir, en cuanto no borra su memoria el polvo del olvido humano; y ese
tiempo no pasa de los mil años.

Así pues tiempos seculares son los que miden las cosas mudables, y éstos-empezaron con el mundo, mas la
predestinación es antes del mundo. "Por El mismo nos escogió antes de la creación del mundo" (Efes. 1,4). Y
dice: "en Cristo Jesús", porque no hemos sido elegidos de manera que nos salvemos por nuestros propios
méritos, sino por la gracia de Cristo; porque, como predestinó nuestra salvación, así también el modo de ella.
"La gracia y la verdad fue traída por Jesucristo" (Jn 1,17). Mas esta predestinación primero estaba oculta, y
ahora esta manifiesta. Y ¿cómo? Como por la obra lo concebido en el corazón. De donde habla con toda
propiedad, cuando dice que manifestó a sus elegidos por iluminación lo que ahora llevó a efecto por la obra;
pues manifestar es sacar a luz (Jb 18). Así pues se ha manifestado ahora por el hecho de haber enviado a
Jesucristo a iluminarnos (Is 60; Lc 1).

-"El cual ha destruido la muerte y sacado a luz la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio". Recomienda a
Cristo iluminador, cuanto a los males que quitó y a los bienes que trajo. Dice pues: Cristo, por el hecho de haber
padecido por nosotros, destruyó la muerte, esto es, satisfizo a Dios por nuestros pecados.

"Cristo murió una vez por nuestros pecados" (1P 3); y el pecado era la causa de nuestra muerte corporal (ei
estipendio y paga del pecado es la muerte). Por tanto, destruyendo el pecado, destruyó la muerte (seré tu
muerte, ¡oh muertel). Trajo también bienes perfectos para el alma, primero de presente por la gracia de la fe
(Hab. 2); que es imperfecta en esta vida, mas llegará a su colmo en la gloria;1 "y la vida eterna consiste en
conocerte a Ti, solo Dios verdadero" (Jn 17,3).
En segundo lugar la inmortalidad de la carne que resulta de la gloria del alma (1Co 15). "Yo vine para que
tengan vida", ya por gracia, de presente, "y la tengan en abundancia", por gloria, en lo futuro.

1 Quiere decir que el conocimiento que tenemos ahora por la fe es imperfecto, pero en la gloria, quitados los
velos, será perfecto. "Porque ahora nuestro conocimiento es imperfecto mas llegado que sea lo perfecto,
desaparecerá lo imperfecto... Al presente no vemos a Dios sino como en un espejo y bajo imágenes obscuras,
pero entonces lo veremos cara a cara" (1Co 13,9-12).

5
(2Tm 1,11-18)

LECTIO 4 Ad 2 Timotheum 1,11-18

Describe Pablo su oficio, mostrando lo que padece por cumplir con él; con todo, no se avergüenza, confiado con
firme esperanza en Cristo, y provoca a Timoteo a su imitación, y le manifiesta quiénes sacarán provecho y
quiénes no.

11. 1n quo positus sum ego praedicator et apostólas et magister gentium.12. Ob quam causara etiam haec
patior, sed non confundor. Scio enim cui credidi, et certus sum quia potens est depositum meum servare in illum
diem.13. Formam habe sanorum verborum, quae a me audisti in fide et in dilectione in Christo lesu.14. Bonum
depositum custodi per Spiritum Sanctum, qui habitat in nobis.15. Seis enim hoc quod aversi sunt omnes qui in
Asia sunt, ex quibus est Philetus et Hermogenes.16. Det misericordiam Dominus Onesiphori domui, quia saepe
me refrigeravit, et catenam meam non erubuit.17. Sed cum Romam venisset, sollicite me quaesivit et
invenit.18. Det illi Dominus invenire misericordiam a Deo in illa die. Et quanta Ephesi ministravit mihi tu melius
nosti.

Arriba exhortó a Timoteo a la solícita predicación de Cristo, aquí lo induce a lo mismo por su ejemplo, a cuyo
seguimiento lo convida, y muestra la necesidad de seguirlo. Pone también su oficio y las penalidades que pasa
en cumplir con él y la certeza de su esperanza. Y describe su oficio de 3 maneras; porque se dice predicador,
para excitar a las buenas costumbres. "Predica la palabra de Dios con toda fuerza y valentía, insiste con ocasión,
y sin ella" (2Tm 4,2). Apóstol, para gobernar la 1glesia, porque los apóstoles son los prelados de la 1glesia.
"Quien dio eficiencia a Pedro para el apostolado entre los circuncisos, me la dio también a mí para entre los
gentiles" (Gal. 2,8). Y maestro, puesto para enseñar la santidad de la fe y el conocimiento de Dios. "Doctor de
los gentiles en la fe y verdad" (1Tm 2). "Y vosotros, ¡oh hilos de Sión!, gózaos y alegraos en el Señor Dios
vuestro, porque os ha dado que nazca de vosotros el maestro de la justicia" (Joel 2,23). Pero dice: "para el cua!
fui yo constituido predicador y apóstol y doctor de las naciones". Donde 3 cosas hay que notar:

lo. que él no se lo tomó por su mano, sino fue puesto por El. "Ni nadie se apropia esta dignidad, si no es
llamado de Dios, como Aarón".

2o. Desígnase un orden en la posición o constitución.

3o. La firmeza, porque permaneció firme, al instituírsele según el orden de la razón. "Os he destinado para que
vayáis por todo el mundo y hagáis fruto, y vuestro fruto sea duradero" (Jn XV,16).

-"Por cuyo motivo padezco lo que padezco". Muestra lo que padece en el desempeño de su oficio, diciendo:
padezco estas adversidades, a saber, las cadenas, el fastidio y el tedio, y esto por la fe de Cristo "estoy
padeciendo, hasta verme entre cadenas". Y dice por qué motivo, porque no es cosa de encarecer el padecer por
padecer, sino padecer por una causa justa. "Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia"
(Mateo 5). Por eso dice: "pero no me avergüenzo", porque no es motivo de confusión padecer por ía justicia.
"Jamás venga el caso en que alguno de vosotros padezca por homicida, o ladrón, o maldiciente, o codiciador de
lo ajeno; mas si padeciere por ser cristiano, no se avergüence, antes alabe a Dios por tal causa" (! Pedro 4,15).
"Entonces los Apóstoles se retiraron de la presencia del concilio muy gozosos, porque habían sido hallados
dignos de sufrir aquel ultraje por el nombre de Jesús (Ac 5,41).

-"porque bien sé... " Pénese la certeza de su esperanza que le hace no avergonzarse; también esto proviene de
las promesas de Dios todopoderoso. Por eso dice: "de quién me he fiado". Y hay que notar que una cosa es el
acto de fe por el que decimos: creo, y otra creerse de la fe de alguno, hacer confianza de él. En el primer caso el
sentido es éste: bien sé, esto es, sé que es veraz el que hizo la promesa y poderoso para otorgar la vida eterna
que prometió repetidamente al hombre que permanece fiel. Mas lo que de aquí se sigue, al contrario, es que lo
mismo es ciencia que fe, e idéntico lo sabido y lo creído, cosa imposible, porque lo propio de lo sabido es que se
vea, y lo propio de lo creído que no. Respondo: en la fe hay que distinguir 2 cosas: lo que se cree y la persona a
quien se da crédito. De lo que se cree no puede haber ciencia, porque así perdería la razón de crédito, pero sí de
la persona a quien se cree, porque se sabe, por evidentísima razón, que Dios es veraz. Y así dice: de quien me
he fiado. -"No queráis creer a todo espíritu, sino exami nad los espíritus si son de Dios" (1Jn 4,1).

En el segundo caso el sentido es más verdadero, como si dijera: ya que a mí mismo, mis penalidades y trabajos
los he confiado, esto es, entregado a Dios, sé que es poderoso para conservar mi depósito. Y depósito se dice de
2 maneras: de una, lo que yo deposité; como lo hace el hombre que deposita en Dios su salvación, cuando se le
entrega sin reservación alguna. "descargando en su seno iodas vuestras solicitudes, pues El tiene cuidado de
vosotros" (1P 5,7). Asimismo deposita sus obras, cuando no recibe ¡uego su recompensa, sino a la postre, como
el hombre munificente y benéfico, que deposita en Dios sus buenas obras hasta aquel día en que juzgará las
cosas ocultas de los hombres, a quienes dará entonces la recompensa de sus trabajos, "dad al varón justo la
enhorabuena, porque él comerá del fruto de sus buenas obras" (Is 3,10); o el depósito, esto es, el oficio que
quedó depositado en mi poder, a saber, el oficio evangélico. "Ese mismo es ya un instrumento elegido por Mí
para llevar mi nombre" (Ac 9,15). Dios también es poderoso para conservar a su Apóstol hasta su muerte.

-"Ten por modelo la sana doctrina". Lo induce a su seguimiento, según que suene la letra: habe o habens. Si es
habens: teniendo, entiéndase entonces de la idoneidad que le propone a Timoteo para imitar el ejemplo del
Apóstol. Si es habe: ten, lo exhorta a su imitación. E idoneidad la tuvo el Apóstol excelente en dos cosas:
cuanto al conocimiento, en la educación; por eso dice: la sana doctrina. Asimismo cuanto a la virtud; de donde
dice: "que has oído de mí con la caridad en Cristo Jesús". Dice pues: no tienes excusa posible si no llevas en
paciencia tus trabajos hasta verte entre cadenas, como yo, porque tienes por modelo la sana doctrina, a saber,
la que no contiene la corrupción de la falsedad. "Mas tú has de enseñar solamente cosas conformes a la sana
doctrina" (Tito 2,1). Y dícese sana, no corrompida efectivamente, porque nos dio la salud. Y añade: "que has
oído de mí", como si dijera: no eres un ¡luso, porque te hice entrega de lo que recibí del Señor (1Co 1 1). Y
esto: "en la fe y en la caridad"; porque si alguno estuviese al cabo de toda la doctrina sana, y no la creyese, no
sería idóneo para enseñarla ni le tendría amor; pues de ligero se apartaría de ella, o por la adversidad, o por la
prosperidad (He 1 1; 1 Juan) 3). Y esto en Cristo Jesús; porque la fe verdadera es de las cosas que Cristo
enseñó, y la verdadera caridad está en Cristo, porque nos dio al Espíritu Santo, por el cual amamos a Dios.

Pertrechado pues de estas armas, "guarda ese rico depósito" que te entregué, a saber, el oficio de la
predicación, de suerte que jamás te apartes de la verdad, ni por temor nunca dejes de cumplir con ese oficio de
predicador. "Guarda tu corazón con toda vigilancia, porque de él mana la vida" (Pr 4,23). "¡Oh Timoteo!, guarda
el depósito de la fe que te he entregado" (1Tm 6,20). Y guárdalo con la buena ayuda que tienes, a saber, "por
medio del Espíritu Santo que habita en nosotros". "¿Por ventura no sabéis que vuestros cuerpos son templos del
Espíritu Santo, que habita en vosotros?" (1Co 6,19). Según otra letra encamina su amonestación a conservar la
sana doctrina y a perseverar en ella.

-"Ya sabes cómo se han apartado de mí todos los naturales de Asia, de cuyo número son Figelo y Hermógenes".
Muéstrale la necesidad de la amonestación por el aprovechamiento o desmedro de los otros; porque cuando uno
ve que de sus compañeros unos adelantan y otros desmayan, esfuérzase en imitar a los buenos. Por eso
primero pasa lista de los que caen a medio camino con la carga; luego de los que van mejorando y medrando de
día en día. Muestra pues que está temeroso recelando, no sea que de otra suerte se incurra en el peligro. "Mire
pues no caiga el que piensa estar firme" (1Co X,12). Por eso dice: me volvieron la espalda. Dice así la Glosa:
éstos engañosamente estaban llenos, pues mostraban amigable semblante y encubrían engaños en el corazón,
a saber, para aprender del Apóstol lo que les diese materia de armarle calumnias. Estos, pues, que me volvieron
la espalda, están ahora en Asia, y los que hacen cabeza son éstos dos, que convirtió Santiago.

-"Derrame el Señor sus misericordias". Muestra el aprovechamiento de otros, especialmente de cierto Onesíforo,
trayendo a la memoria los buenos servicios que le prestó primero en Roma, posteriormente en Asia.

Asimismo le desea la misericordia divina, muestra el mérito y el tiempo de la misericordia. Lo primero cuando
dice: "derrame el Señor sus misericordias". Muy a propósito el deseo, ya que la vida presente es miseria. "El
hombre nacido de mujer vive corto tiempo y está atestado de miserias" (Jb 4,1). Dice: "sobre la casa de
Onesíforo", no sólo sobre su persona, sino sobre su familia, porque por la bondad de uno se deriva la gracia a
toda la familia; "que si la casa la merece, vendrá vuestra paz a ella" (Mareo X,13). Y el mérito de la misericordia
es la que tenía con el Apóstol. Por eso dice: "porque me ha consolado muchas veces", templando con la
remisión la aspereza de los continuos trabajos (Mateo 5; Eccli. 18; Filip. 4). "Y no se ha avergonzado de mis
cadenas; antes, luego que llegó a Roma, me buscó diligentemente hasta que me encontró" (Eccli. 6; Pr 17). Y le
desea la misericordia del siglo futuro al decir: "en aquel día" cuando el Señor juzgará a todos, y cuando la
misericordia será necesaria, no sólo en Roma, sino también en Efeso; por tanto, es digno de la misericordia
divina.
CAPUT 2

6
(2Tm 2,1-7)

LECTIO 1 Ad 2 Timotheum 2,1-7

Con una comparación militar exhorta a Timoteo a soportar el martirio, cuya preparación ha de consistir en la
fortaleza, la limosna generosa y la expectación del premio por el trabajo de la pelea.

1. Tu ergo, fili mi, confortare in gratia, quae est in Christo 1esu.2. Et in his quae audisti a me per mullos testes
haec com-menda fidelibus hominibus, qui idonei erunt et olios docere.3. Labora sicut bonus miles Christi 1esu.4.
Nemo militans Deo implicat se negotiis saecularibus, ut ei placeat cui se probavit.5. Nam et qui certat in agone
non coronabitur nisi legitime certaverit.6. Laborantem agricolam oportet primum de fructibus accipere.7.
1ntellige quae dico; dabit enim ubi Dominus in ómnibus intellectum.

En el capítulo anterior indujo a Timoteo a predicar con mucha diligencia el Evangelio, aquí a soportar sin
desfallecer el martirio; y primero a soportar la pasión por la salvación de los fieles; en segundo lugar le enseña
cómo ha de resistir a los infieles. Asimismo pónese la preparación para soportar el martirio y la exhortación a lo
mismo. 3 cosas van por delante en la preparación al martirio: la fortaleza, la dispensación de los bienes, el
fructuoso trabajo de la milicia. Requisito para el martirio es la fortaleza para arrostrar los peligros de muerte.
Por eso dice: "tú, pues, hi¡o mío", a quien engendré por el Evangelio, "cobra ánimo con la gracia" (Ps 30) que
está, no en ti, cuya fortaleza es vana, sino en Cristo Jesús (Efes. 6), o en la gracia, esto es, en el don gratuito
de Dios por Cristo (Jn 1).

Segundo requisito la dispensación de los bienes; porque, cuando uno se ve cercano a la muerte, dispone de lo
suyo. Por tanto, no menos solícitos han de andar los santos en procurar que, después de su muerte, no
perezcan, sino pasen a otras manos, los bienes espirituales que les confiaron a ellos; por eso le avisa que, caso
de ser llevado al martirio, dispense la doctrina de la fe. Y pone cómo la recibió, por el oído; por eso dice: "y las
cosas que de mí has oído", y yo de Cristo. Y digo de mí, no en singular, sino confirmada "por muchos testigos",
esto es, por la ley y los profetas (Rm 3); o por los apóstoles. "Así que tanto yo3 como ellos, esto es lo que
predicamos todos, y esto habéis creído vosotros" (1Co XV,1 1). -Confíalas, por cuanto son dignas de aceptación
(Sg 7), a hombres fieles, a saber, para que busquen no el medro temporal, sino la gloria de Dios. "entre los
dispensadores lo que se requiere es que sean hallados fieles" (1Co 4,2; Mateo 24). Asimismo que sean idóneos
para dispensar; por eso dice: "que sean idóneos para enseñarles también a otros". Y deben serlo en 3 cosas: en
el entendimiento, con capacidad para entender (Lc 21); en la lengua, con elocuencia para enseñar (Is L); en la
obra, porque Jesús empezó a obrar y enseñar (Ac 1).

Luego cuando dice: trabaja, pónese lo tercero que es el trabajo legítimo de la milicia, a que primero lo exhorta;
luego el premio del trabajo; en pos el estipendio de la milicia. Asimismo lo exhorta a trabajar a toda ley y
expone en qué consiste ese trabajo legítimo. Dice pues "soporta el trabajo y la fatiga como buen soldado de
Cristo". Y de 3 maneras es un soldado de Cristo: lo. por cuanto lucha contra el pecado. "Milicia es la vida del
hombre sobre la tierra" (Jb 7). Y esta lucha es contra la carne, el mundo y el diablo (Efes. 5). 2o. por pelear
contra los errores. "Las armas con que combatimos no son carnales, sino que son poderosísimas en Dios para
derrocar fortalezas, destruyendo nosotros con ellas las trazas humanas, y toda altanería que se engríe contra la
ciencia de Dios" (2Co X,4. La 3a. es la milicia de los mártires contra los tiranos; y ésta es la más trabajosa (Jb
25). Y el soldado no debe descansar, porque de ahí su nombre: de soportar la profesión de soldado o milicia.

-"Ninguno que se ha alistado en la milicia de Dios, debe embarazarse con negocios del siglo". Expone en qué
consiste el trabajo según las leyes; y primero lo induce al trabajo y a continuación le enseña qué cualidades ha
de tener el buen soldado. Dice pues: "ninguno que se ha alistado en la miiicia de Dios"1. Es de saber que uno es
el fin de la milicia espiritual y otro el de la corporal; porque el fin de esta última es obtener la victoria contra los
enemigos de la patria, y, por consiguiente, los soldados deben abstenerse de las cosas que retraen de la batalla,
como los negocios y las delicias. "Todos los que han de luchar en la palestra guardan en todo una exacta
continencia" (1Co 9,25). Pero el fin de la miiicia espiritual es conseguir la victoria contra los enemigos de Dios;
por consiguiente es necesario abstenerse de todo lo que distrae la atención de Dios. De este género son los
negocios seculares, porque la solicitud por las cosas de este siglo sofoca la palabra de Dios. Por eso dice: "se
embaraza". Pero, al contrario: los negocios seculares son temporales, y esto hizo el Apóstol cuando vivió del
trabajo de sus manos.

Respondo con lo que dice el Apóstol: se embaraza; pero no dice: ejerce; y se embaraza aquel que no tiene otro
pensamiento que procurar con afán y solicitud demasiada estas cosas; y entonces propiamente se les veda a los
soldados de Cristo, porque no hay ninguna necesidad de enredarse con ellas. Tampoco se dice simplemente: es
embarazado, sino se embaraza; porque algunas veces lo embarazan, pero no se embaraza; que es cuando sin
piedad y necesidad se embarca en los negocios; mas cuando por necesidad ejercita el oficio de la piedad y la
autoridad, entonces no se embaraza, sino es embarazado de tal necesidad. "Os recomiendo a nuestra hermana
Febe, para que la recibáis, por amor del Señor, como deben recibirse los santos, y le deis favor en cualquier
negocio que necesitare de vosotros, pues eüa lo ha hecho así con muchos y en particular conmigo" (Rm 16,1). Y
la causa por la que no deben enredarse es "a fin de agradar a Aquel que le alistó". -"Si alguno ama al mundo,
no habita en él la caridad del Padre" (! Juan 2,15). Porque el soldado de Cristo hizo voto de militar para Dios;
por tanto, debe esforzarse por agradar a quien por voto se consagró.

-Asimismo ni el que combate en la palestra es coronado si no lidiare según las leyes". Pone el premio del
trabajo. Y porque pudiera decir alguno: ¡Oh Pablo!, mucho es lo que pides; pero ¿qué fruto se sigue de ahí?
Responderá: tomad el ejemplo de las luchas seculares, donde no todos, sino los que pelean según las leyes,
reciben la corona. Así ha de ser en las luchas espirituales, donde nadie será coronado si no se atiene a las
debidas leyes de la lucha. "Y aquellos por cierto no con otro fin sino el de alcanzar una corona perecedera; al
paso que nosotros la esperamos eterna" (1Co 9,25).

-"El labrador, para recibir los frutos, es menester que trabaje primero". Muéstrale la paga y védale los negocios
seculares; y propónele los estipendios bajo de metáfora y la explica; porque el oficio de los predicadores y
doctores es oficio de soldados, por cuanto la emprenden contra los vicios y los enemigos. Asimismo de
labradores, por cuanto fructifican en inducir a lo bueno. Su campo es ia 1glesia y el labrador principal es Dios,
que trabaja por dentro y por fuera. (Jn XV). Los hombres en cambio por fuera aplican su ministerio. "Yo planté,
Apolo regó, mas Dios dio el crecimiento" (1Co 3). Estos son labradores superficiales. "Si he apremiado !as
personas de los cultivadores" (Jb 31,39). Es menester pues que este labrador vea sus fatigas bien logradas en el
fruto de sus trabajos; y estos frutos son las obras de las virtudes (Eccli. 24; Gal. 5), y también los frutos de las
limosnas. "Estaba ésta (Tabita) enriquecida de buenas obras y de las limosnas que hacía" (Ac 9,36). Y el fruto
principal que éstos han de recoger, para su gozo, es en primer lugar el de sus subditos. "Así pues, hermanos
míos carísimos y amabilísimos, mi gozo y mí corona" (Ph. 4,1). En segundo lugar el de los subsidios temporales,
no como premio principal, sino como estipendio. "Aquel a quien se le instruye en las cosas de la fe asista de
todos modos con sus bienes al que le instruye" (Gal. 6,6). "El que trabaja merece que le sustenten" (Mt 10,10).

-"Entiende bien lo que digo, porque Dios te dará en todo inteligencia". Explica lo que había dicho, a imitación de
Cristo en sus parábolas: "quien tenga oídos para oír que oiga" (Mateo 13): como si dijera: esto has de
entenderlo espiritualmente "pues necesaria es para esta visión la inteligencia" (Daniel X,1). Como si alguno
dijera: tú dices: recibe la paga, ¡oh Timoteo!; mas tú no lo haces, porque quieres vivir del trabajo de tus manos.
Así pues, entiende lo que digo, ya que es necesaria la discreción, porque no hay que recibirla donde hay ocasión
de avaricia contra el Evangelio, o por la codicia o por la pereza; y esto podrás entenderlo, porque Dios te dará
en todo inteligencia. (1Jn 2).

7
(2Tm 2,8-15)

LECTIO 2: Ad 2 Timotheum 2,8-15

A ejemplo de Cristo Timoteo se siente impelido al martirio, y a sí mismo se propone también por dechado y por
premio de su martirio la resurrección gloriosa.

8. Memor esto Dominum nostrum 1esum Christum resurrexisse a mortuis, ex semine David, secundum
Evangelium meum;9. 1n quo laboro usque ad vincula, quasi male operans, sed verbum Dei non est
alligatum.10. 1deo omnia sustineo propter electos, ut et ipsi salutem consequantur, quae est in Christo lesu,
cura gloria caelesti.11. Fidelis sermo: nam si commortui sumus, et convive-mus.12. Si sustinemus, et
conregnabimus; si negaverimus, et Ule negabit nos.13. Si non credimus, Ule fidelis permanet, negare seipum
non potest. Haec commone, testificans coram Deo. Noli contendere verbis, ad nihil enim utile est, nisi ad
subversionem audientium.15. Sollicite autem cura teipsum probabilem exhibere Deo, operarium inconfusibilem,
rede tractantem verbum veritatis.

Arriba puso la preparación al martirio, aquí la exhortación al mismo, y echa por delante primero el ejemplo del
premio, luego el del martirio, a continuación la consecuencia del premio por el martirio; porque el premio de la
muerte preciosa de un mártir es la resurrección gloriosa, cuyo dechado lo tenemos en nuestra cabeza: Cristo.
Por eso dice: "Acuérdate que Nuestro Señor Jesucristo, del linaje de David, resucitó de entre los muertos, según
mi Evangelio"; como si dijera: ten en la memoria a Nuestro Señor Jesucristo contra las tribulaciones. "En todas
tus empresas tenle presente, y El sea quien dirija todos tus pasos" (Pr 3,6); pues muchas cosas hay que pensar
en El, pero especialmente la resurrección; que a ésta se ordena todo, de modo particular todo el estado de la
Religión Cristiana. "Pues si confesares con tu boca al Señor Jesús y creyeres en tu corazón que Dios le ha
resucitado de entre los muertos, serás salvo" (Rm 20,9). Y advierte que dice resucitado, porque aunque el Padre
lo haya resucitado, con su propia virtud resucitó y es el primero de los resucitados (iCo XV). Pero se dice: "del
linaje de David", porque resucitó y murió según la naturaleza humana (Rm 1). -"Según mi Evangelio", esto es,
el que yo he predicado (1Co XV). El que predica el Evangelio es ministro del Evangelio, así como el que bautiza
es ministro del bautismo; con todo, no puede decirse mi bautizo, como mi Evangelio; y esto porque mucho
influye una exhortación solícita.

-"Por el cual estoy yo padeciendo, hasta verme entre cadenas, como malhechor". Se propone como dechado de
mártir, y primero su pena, luego su causa; y en la pena su acerbidad, su oprobio y constancia. La acerbidad,
cuando dice: en el cual, esto es, en predicar el Evangelio, o por el cual padezco, es a saber, me veo en aflicción,
y esto hasta verme entre cadenas, porque cuando escribió esta carta estaba en la cárcel en Roma,
"manifestando ei misterio dei Evangelio, del cua! soy embajador, aun estando entre cadenas" (Efes 6,20). El
oprobio, por lo que mira a los infieles, al decir: como malhechor; pues los cristianos tenían entonces una pésima
reputación. "Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y os separen de sus sinagogas, y os
afrenten, y abominen de vuestro nombre como maldito, en odio del Hijo del hombre" (Lc 6,22). A Cristo
también lo condenaron como malhechor (Is 53). Y la constancia la demuestra diciendo: "si bien la palabra de
Dios no está encadenada"; porque, aunque el cuerpo esté atado, no así la palabra de Dios, ya que la predicación
nació de la voluntad del Apóstol, que era libre, especialmente por la eficacia de la caridad, que nada teme (Rm
8); porque, como dice 1 Juan 3: "mayor es Dios que nuestro corazón". Y dícese que estando en la cárcel
convirtió a muchos.

-"Por tanto todo lo sufro por amor de los escogidos". Muestra la causa, porque al mártir no lo hace la pena, sino
la causa; y es doble la causa del martirio, a saber, por el honor divino y la salud del prójimo. Lo primero, porque
"por Ti, oh Señor, somos entregados cada día en manos de la muerte". Por la salud del prójimo, porque aquí
dice: "por amor de los escogidos" (Jn XV; 1 Juan 3). Y dice: "por amor de los escogidos", porque cualquier bien
que se haga redunda especialmente en bien de los escogidos, no de los reprobos. Y esto ¿de qué manera? "a fin
de que consigan también ellos la salvación". Mas ¿por ventura no fue suficiente la pasión de Cristo? Sí por
cierto, mas convenía que el Apóstol padeciera por 2 razones: la. porque daba ejemplo de persistir en la fe; 2o.
porque se confirmaba la fe, y esto servía de red barredera para arrastrarlos a la salvación "adquirida por
Jesucristo", esto es, que nos viene por su medio; "pues El es el que ha de salvar a su pueblo o librarle de sus
pecados" (Mateo 1,2!). Y no sólo la salud presente de la gracia, sino también "con la gloria celestial"; "porque es
muy grande la recompensa que os aguarda en los cielos" (Mt 5,12).

-"Es una verdad incontrastable". Pone el premio consiguiente al mérito del martirio, la deposición de los testigos
y la consecuencia: "que si morimos con El, también con El viviremos". En fin lo confirma por testimonio. Dice
pues: "es una verdad incontrastable", esto es, lo que voy a decir es digno de crédito. (Ap 22).

-"Que si morimos con El... " pone la consecuencia, y primero en la remuneración de los buenos, segundo en el
castigo de los malos. 2 elementos hay en la recompensa de los buenos, a saber, la reparación por la
resurrección y la sobreañadidura de la gloria a la que resucitarán; y por eso muestra que por medio de Cristo se
llega a la reparación de la vida y a la resurrección. Dice pues: "si morimos con El", a saber, con Cristo, por la
recepción del sacramento en el bautismo (Rm 6); asimismo por la penitencia, macerando con asperezas el
cuerpo (Gal. 6); otrosí, muriendo por confesar la verdad, como Cristo (Ps 1 15); si así morimos con El, también
con El viviremos; esto es, así como El resucitó, resucitaremos también nosotros; "que si hemos sido injertados
con El por medio de la representación de su muerte, igualmente lo hemos de ser representando su resurrección"
(Rm 6,5). Luego trata de la gloria que merecen los santos por una muerte ignominiosa. ¿"Por ventura no era
menester que el Cristo padeciese todas estas cosas y así entrase en su gloria?" (Lc 24,26). Por eso dice: "si con
El padecemos", a saber, pacientemente las aflicciones y los oprobios, "reinaremos también con El", esto es,
júntamente con El arribaremos al reino. "Bienaventurados los que padecen persecución por ia justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos" (Mt 5,10).

-"Si le negáremos, ES nos negará igualmente". Muestra la consecuencia por lo que hace a las penas. Y de 2
maneras puede uno pecar contra la fe: exteriormen-te, negándola; interiormente, renunciando a ella. Cuanto a
lo primera dice: "si le negáremos", a saber, delante de otros, "El nos negará igualmente" en el juicio: "en verdad
os digo que no os conozco" (Mateo 25). Negar es no reconocerlos por ovejas suyas. Cuanto a lo segundo dice:
"si no creemos", esto es, si arrojamos de nuestro corazón la fe, "El permanece siempre fiel", esto es, mantiene
su palabra. De donde dícese que el fiel permanece en su fe, porque la fe no es otra cosa que la participación o
adhesión a la verdad; y El es la verdad misma que a sí misma no se puede negar. ¿Luego no es omnipotente?

Respondo que precisamente por eso es omnipotente, porque no puede negarse o desmentirse a Sí mismo; pues
más frisa con la impotencia poder desfallecer, porque señal es de flaqueza de la propia virtud faltar en algo su
propio ser. Y si Cristo se desmintiese a Sí mismo fuera en menoscabo de su persona; por tanto, el hecho mismo
de no poderse desmentir a Sí mismo es razón de perfecto poder. De donde, como va dicho, no hay en El lugar al
pecado, ni puede desmentir su poder y su justicia para no castigar; porque Mel que no creyere será condenado"
(Marcos 16,16). Pero ¿acaso no puede Dios perdonarle a alguno la pena? Puede ciertamente según el orden de
su sabiduría, mas no contra el orden de su sabiduría y justicia.

-"Estas cosas has de amonestar". Confirma lo dicho por testimonio; como si dijera: júnto con otros te amonesto
a que estas cosas siempre las tengas en el corazón, "poniendo a Dios por testigo", esto es, trayén-dolo por
testigo en presencia de con quien hablo.

-"Huye de contiendas de palabras, porque de nada sirven sino para pervertir a los oyentes". Muestra la manera
de resistir a los infieles y a qué cosas hay que oponer resistencia. Asimismo excluye el modo indebido de hacerlo
y pone el debido. Dice pues: "huye de contiendas de palabras". Contienda significa trabarse de palabras, y
puede entenderse de 2 maneras, porque el que habla palabras acedas maléase doblemente: de un modo, si con
esto hace pie para allegarse el favor de la falsedad, como cuando uno, con la confianza de hundirlo todo a
gritos, impugna la verdad. De otro modo, por el desorden, como cuando profiere palabras, acedas, o fuera del
modo debido, o contra la calidad de la persona. Mas no es pecado, si se hace con moderación, en las
circunstancias debidas y en defensa de la verdad. Y así en retórica se emplea como un instrumento de
exhortación. Con iodo en la Sagrada Escritura se toma en mal sentido, por ei desorden que lleva consigo. "Pero
si alguno se muestra terco, ie diremos que nosotros no tenemos esa costumbre, ni la 1glesia de Dios" (1Co
XI,16). Y dice, de palabras, porque algunos parece no saben discutir sino soltando la maldita. Y esto es
propiamente contender o litigar. Mas si esto se hace no con sólo palabras, sino con verdaderas razones, ya no es
contender sino disputar.

-"porque de nada sirven". Da la razón de tal enseñanza: porque una disputa moderada, cuando va regida por la
razón, es útil para instruir; mas si es pura palabrería, entonces es litigiosa. Por eso dice: "de nada sirven, sino
para pervertir a los oyentes", y esto de 2 maneras: de una, cuando se pone en duda lo que es cierto; de otra,
porque los oyentes se escandalizan. "Donde se habla demasiado abunda también la pobreza" (Pr 14). Por tanto,
"donde hay envidias y contiendas hay también inconstancia y toda obra perversa". Mas ¿por ventura se puede
entablar disputa, delante del pueblo, sobre la fe, no sin trabarse de razones? Respondo: de parte de los oyentes
hay que distinguir, porque o los infieles ¡o solicitan y entonces es útil la disputa pública -ya que con ella la gente
sencilla queda más instruida, viendo confutados los errores y falsedades-; o no lo solicitan, y entonces no es útil
la discusión sino peligrosa. También hay que distinguir de parte del disputante, porque si es prudente, con
trazas manifiestas de confutar al adversario, entonces debe disputar en público; y, si no lo es, de ninguna
manera.

-"Ponte en estado de comparecer delante de

Dios... " Pone el modo debido de resistir cuanto a 3 cosas: la recta intención, la recta operación, la recta
doctrina. Porque el que quiere disputar ha de escudriñar su intención para ver si le impulsa un buen celo. Por
eso dice: "como un ministro digno de la aprobación de Dios", que prueba los corazones; "pues no es aprobado
quien se abona a sí mismo, sino aquel a quien Dios abona o alaba" (2Co X,18). Asimismo que dé firmeza con las
obras a la doctrina que predica de palabra, porque, si no lo hace, es digno de confusión. Por eso dice: "que nada
hace de que tenga motivo de avergonzarse"; como si dijera: haz esto, si no quieres te salgan los colores al
rostro. Otrosí, que sepa dispensar bien la palabra de la verdad, enseñando a sus oyentes cosas verdaderas y
útiles. Por eso añade: "que sabe dispensar bien la palabra de la verdad", no que anda buscando la ganancia y la
gloria. "No somos nosotros como muchísimos que adulteran la palabra de Dios, sino que la predicamos con
sinceridad, como de parte de Dios, en la presencia de Dios y según Cristo".

8
(2Tm 2,16-20)

LECTIO 3: Ad 2 Timotheum 2,16-20

Le amonesta a que evite las doctrinas heréticas, por el daño que hecen, enseñándole que no por ese motivo hay
que quitar de en medio la fe y muéstrale por qué permite Dios que algunos incurran en el error,
16. Profana autem et vaniloquia devito,. Multum enim proficiunt ad impietatem.17. Et sermo eorum ut cáncer
serpit. Ex quihus est Hy-menaeus et Philetus.18. Qui a vertíate exciderunt, dicentes resurrectionem iam factam,
et subverterunt quorumdam fidem.19. Sed ¡irmum fundamentum Dei stat, habens signaculum hoc. Cognovit
Dominus qui sunt eius. Et discedat ab iniquitate oninis qui invocat nomen Domini.20. 1n magna autem domo
non solum sunt vasa áurea et argéntea, sed et lignea et fictilia: et quaedam quidem in honorem, quaedam
autem in contumeliam.

En lo antedicho instruyó a Timoteo mostrándole el modo general de resistir a los infieles, aquí en especial
muéstrale a quiénes hay que resistir, por qué y cómo. Dice pues: "evita, por tanto, los profanos y vanos
discursos", donde 2 cosas muestra que hay que evitar: a saber, los profanos y vanos discursos, y refiérense a lo
mismo o a cosas diversas; pues profano es, como si dijéramos, lo que está lejos del santuario, esto es, del culto
divino; y eso son las enseñanzas heréticas; por eso hay que evitarlas. Así que dice: evita lo profano. Puede
también decirse que son profanos y además fabulosos y vanos discursos los que se oponen a la fe. "Vanidad
habla cada cual a su prójimo" (Ps 11,3).

-"porque contribuyen mucho a la impiedad". Da razón de por qué han de evitarse y esto por 2 motivos: lo. por
el daño que hacen; 2o. por el fruto de evitarlos. Cuanto a lo primero muestra el daño que hacen dando al traste
con la fe, aunque no tan totalmente que quede del todo arruinada, porque "el fundamento de Dios se mantiene
firme". Pone también la enseñanza, añade una semejanza y completa con un ejemplo. Dice pues: hay que evitar
lo que impide la piedad, que se dice culto de Dios; de donde la doctrina de la fe es la doctrina de la piedad; mas
la impiedad es la doctrina contra la fe. Por eso dice: "porque contribuyen mucho a la impiedad", esto es,
conducen al error o a una doctrina errónea; pero este aprovechamiento es abusivo y para su mal. "Los malos
hombres y los impostores irán de mal en peor, errando y haciendo errar a otros" (2Tm 3,13). Luego pone la
semejanza diciendo: "y la plática de éstos cunde como gangrena"; porque los herejes al principio dicen algunas
cosas verdaderas y útiles, mas cuando se les da oídos mezclan también otras cosas que vomitan mortíferas. Por
eso dice que su bachillería cunde como gangrena. "Por una chispa se levanta un incendio, y por un hombre
doloso se vierte mucha sangre" (Eccli. XI,34)

-"del número de los cuales son Himeneo y Füeto". Los pone de ejemplo, ya que éstos dos en su tiempo
corrompían la fe, por quienes inducidos algunos a error se han convertido en charlatanes y picoteros. De Fileto
se habló en el capítulo !. De Himeneo en 1 Timoteo 1. Y dice: "que se han descarriado de la verdad". "De entre
nosotros han salido, mas no eran de los nuestros" (1Jn 2,19). Y esto agrava su situación; porque "mejor les
fuera no haber conocido el camino de la justicia que, después de conocido, abandonar la Ley santa que se les
había dado" (2P 2,2 i). Su error era decir que la resurrección ya había tenido su cumplimiento, según aquello: "y
ios cuerpos de muchos santos que habían muerto resucitaron" (Mt 27,52), Y decían que, si entonces
resucitaron, ya no había por qué esperar otra resurrección.. De otro modo y mejor que, como hay doble muerte,
así también doble resurrección, a saber, del alma y del cuerpo. De la del aima habla el Ap XX,6: "bienaventurado
y santo quien tiene parte en primera resurrección". Decían pues que a esta resurrección de las almas, ya
sucedida, había que referir todo lo contenido en las Escrituras. "SI habéis resucitado con Cristo, buscad las
cosas de arriba" (Colos. 3). Y este error persiste aun hoy entre los herejes y por él arruinan a algunos. Dice muy
a propósito: "y han pervertido la fe de varios", porque destruyen el fundamento de la fe. "¡Oh hombre lleno de
toda suerte de fraudes y embustes, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás nunca de trastornar
los caminos rectos del Señor?" (Ac 13,10).

-"Pero el fundamento de Dios se mantiene firme". Muestra cómo las herejías no echarán a pique totalmente la
fe, ya que la fe de la 1glesia no puede corromperse enteramente por las doctrinas heréticas.

Muestra también por qué permite Dios que algunos cometan errores, y, por el contrario, que los elegidos estén
firmes en su fe como una roca. Dice pues: los herejes pervierten, "pero el fundamento de Dios se mantiene
firme"; y estos fundamentos son aquellas personas que tienen la gracia de mantenerse firmes, "porque estaban
fundadas sobre piedra firme" (Mateo 7,25). -Firme, porque no se puede mover. Por eso se dice antes: "cayeron
las lluvias, y los ríos salieron de madre, y soplaron los vientos, y dieron con ímpetu contra la tal casa, mas no
fue destruida". Esta firmeza estriba primero en la divina predestinación, segundo en nuestro albedrío. Cuanto a
lo primero dice: este firme fundamento "está marcado con el seilo", esto es, ésta es la señal de su firmeza.
"Quien cree lo que El atestigua testifica con su fe que Dios es verídico" (Jn 3,33). Esta es la primera parte del
sello, a saber, la que depende de la divina predestinación, porque conoce el Señor quiénes son los suyos; y este
conocimiento es el de la divina predestinación. "Yo conozco a mis ovejas, y tengo otras que no son de este
aprisco" (Jn X,14; Mateo 7).

Cuanto a lo segundo dice: "apártese de la maldad cualquiera que invoca el nombre del Señor"; como si dijera: si
están predestinados por Dios, porque por su albedrío se salvarán, sigúese de aquí que, por el hecho de no
acabar alguno finalmente adherido al pecado, muestra que está predestinado. Dos elementos toca en orden a
ponerse en estado de salvación: lo. que confiese la fe (Rm X); 2o. que se aparte del pecado. "No todo el que me
dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos" (Mateo 7). Por eso dice: "apártese de la maldad cualquiera
que invoca el nombre del Señor". Pero eso de invocar entiéndase que no sólo de boca, sino interiormente por la
fe y exteriormente por las obras.

-"Y en una casa grande no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro, y de ellos unos
son para usos decentes, otros para usos viles". Da la razón de por qué permite Dios que algunos yerren, aunque
a todos ama. Y puede entenderse esto de 2 maneras, porque o en general, o en especial por lo que mira a uno u
otro. Pues si preguntas en singular por qué a éste le da el don de la perseverancia y no al otro, no hay más
razón sino porque Dios así lo quiere. Dice San Agustín: si no quieres errar, no te metas a juzgar por qué a éste
lo trae a remolque y al otro no. Mas si preguntas en general por qué a unos sí y a otros no, la razón es la que
señala el Apóstol en Romanos 9, y es una misma con ésta, aunque con otros ejemplos. Por eso dice: "sufre con
mucha paciencia a los que son vasos de ira, dispuestos para la perdición"; porque, así como todas las cosas que
Dios hizo en la naturaleza y en la gracia, las hizo para manifestar su gloria (Eccli. 42); así también hizo
diferentes criaturas, para que la perfección de la divina bondad, que no puede manifestarse por una, se
manifieste suficientemente por otra. Lo mismo pensemos, por ejemplo, de un alarife, que hace en una casa una
ventana más hermosa que otra. Si alguno preguntase por qué no toda la casa es ventana, la razón es porque
así sería toda la casa imperfecta. "Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído?" (!Co 12, !7). Así, por lo
que mira al efecto de la gracia, dice el Apóstol, porque era menester que Dios manifestase su misericordia y su
justicia; pues si a todos salvase, sólo fuese su misericordia; si a todos condenase, sólo su justicia. Por eso,
queriendo Dios mostrar en unos su justo enojo y hacer patente su poder, "sufre con mucha paciencia a los que
son vasos de ¡ra, dispuestos para la perdición". Semejante razón es la de la perfección de la 1glesia, que
convenía fuese perfecta, (que no lo sería) si no hubiese en ella diversidad; con todo, la hay triple, a saber: de
buenos y malos, de buenos y mejores, de malos y peores. Y a ésta se refiere cuando dice: "en una casa
grande", esto es, la 1glesia (Baruc 3), "no sólo hay vasos de oro...", en donde los vasos de oro y de plata se
distinguen de los de barro; los de plata de los de oro; los de barro de los de madera. En el primer caso se
establece la comparación de los buenos con los malos; en el segundo la de los buenos con los mejores; en el
tercero la de los malos con los peores; porque los dorados y los plateados son ios buenos; pero los dorados son
los mejores, los plateados los menos buenos. De modo parecido, los de madera y de barro son los malos; pero
los barrosos son peores, los de madera menos malos.

Consiguientemente señala la diversidad cuanto al uso, de manera que los buenos sean vasos destinados para
usos decentes, como vasos de honra; los malos, en cambio, como destinados al oprobio, esto es, a viles usos,
sean vasos de barro y de madera. Así como entre los hombres algunos, a saber, los santos, son como vasos
preciosos (Eccli. L); y otros, a saber, los malos, como vasos inútiles (Is 32; Eccli. 21). Los primeros son para
honrarse con ellos y se les debe la vida eterna (Rm 2). Los segundos son para oprobio (I Reyes 2). Puede
hacerse otra aplicación de la predicha diversidad a la de la 1glesia, de manera que los vasos dorados sean los
prelados; los de plata, barro, madera, los correspondientes a los grados inferiores. Y lo que añade: "unos son
para usos decentes, otros para usos viles", no quiere decir que todos los vasos de oro y de plata sean para
honrarse con ellos y los barrosos para oprobio, porque de cualquier estado unos se salvan y otros se condenan.

9
(2Tm 2,21-26)

LECTIO 4: Ad 2 Timotheum 2,21-26

Le enseña que hay que evitar !as cosas profanas por los frutos malos que producen y qué es lo que hay que
seguir.

21. Si quis ergo se emundaverit ab istis, erit vas in honorem, sanctificatum et utile Domino, ad ornne opus
bonum par atura.22 1uvenilia autem desideria fuge; sedare iustitiam, fidem, spem, charitatem et pacem cum
las qui invocant Dominum de corde puro.23. Stultas autem et une disciplina quaestiones devita, sciens quia
generant lites.24. Servum autem Domini non oportet litigare, sed mansuetum esse ad omnes, docibilem,
patientem.25. Cum modestia corripientem eos qui resistunt veritati, nequando Deus det illis poenitentiam ad
cognoscendam veritatem.26. Et resipiscant a diaboli laqueis, a quo captivi tenentur ad ipsius voluntatem.

Le enseñó arriba a evitar lo profano por razón del daño; aquí le enseña lo mismo, mas por razón del fruto; y
propónele primero evitarlo, luego su fruto; pues llama purificación hurtar el cuerpo a la profanidad. Dice pues:
hay vasos para usos viles; "si alguno pues se purificare de esfas viiezas", porque su contacto mancha (Eccii.
13). .. Por tanto hay que huir de ellas (2Co 9). Y el fruto que se sigue es cuádruple: el lo. en orden a la gloria,
"porque será un vaso de honor"; pues, si lo ensuciaran esas cosas profanas, estaría destinado al oprobio; si se
purifica, a la honra (Ps 138). "Quita la escoria a la piafa, y saldrá purísima la alhaja" (Pr 25,4). Otros son efectos
de la gracia, el primero de los cuales es la santificación del hombre; segundo, su ordenación por la recta
intención; tercero, su ordenación por la ejecución de la obra.

Así que cuanto a lo primero dice: santificado (1Co 6). Cuanto a lo segundo: "útil para el servicio del Señor". Mas
¿por ventura Dios tiene necesidad de nuestros servicios? Cierto que no (Ps XV), pero dice: útil al Señor, en el
sentido de que su utilidad redunda en honra del Señor (Ac 9). Cuanto a lo tercero: "aparejado para toda obra
buena" (Ps 118). Y dice: para toda obra buena, porque los preceptos afirmativos no obligan para siempre. Por
tanto, debe estar preparado para obrar cuando sea necesario.

-"Por consiguiente, huye de las pasiones juveniles". Muéstrale cómo ha de evitar las profanidades y entre ellas
pone 2: las malas conversaciones y las doctrinas perversas. Dice pues: digo que para que seas vaso purificado,
debes evitar estas cosas; por consiguiente las pasiones ¡uveniles. Dice esto, porque era ¡oven, y esas pasiones
¡uveniles eran deseos de vanidades exteriores y de placeres carnales; y es natural a los jóvenes desear estas
cosas. "La juventud y las delicias no son sino vanidad" (Ecles. 2,10). Y la razón es doble: una, porque no tienen
experiencia de otras cosas; otra, porque estos deleites naturales están ordenados como medicina contra los
trabajos; y la naturaleza en los jóvenes se ve trabajada (por las pasiones); por eso se inclinan a los deleites.

-"y sigue la justicia, la fe, la caridad y la paz". Muestra lo que hay que abrazar, y son 4 cosas, la primera de las
cuales ordena a uno respecto de los subditos, y ésta es la justicia, porque el príncipe es el custodio de la justicia
(Pr XX). La segunda lo ordena a El, y ésta es la fe, sin la cual es imposible agradar a Dios. La tercera es la
esperanza. La cuarta pone en orden a cada uno respecto de su prójimo, a saber, la caridad y la paz, que se
extiende a los enemigos (1Co 13). De la caridad se sigue el gozo, y la paz lleva consigo una ordenada concordia.
-"con aquellos que invocan al Señor". Puede explicarse refiriéndolo a lo inmediatamente dicho; como si dijera:
seguid la paz con aquellos..." "con limpio corazón"; porque no se acepta la alabanza de boca del pecador; pero
en He 12 se dice: "seguid la paz con todos". ¿Por qué pues aquí se dice: "con aquellos que invocan al Señor con
limpio corazón"? Respondo: cuanto está de nuestra parte, hemos de tener paz con todos, si es posible; mas no
puede haber paz entre buenos y malos, porque paz dice concordia y ésta no puede tenerse con los malos. Puede
también interpretarse "con aquellos..." como en conexión con todo lo antecedente; como si dijera: sigue de tal
manera la justicia, la paz y todo lo demás, como ios que invocan al Señor con limpio corazón.

-"Las cuestiones necias, y que nada contribuyen a la instrucción, evítalas, sabiendo que son un manantial de
altercaciones". Exhorta con esto a evitar las malas doctrinas, cuestiones necias, porque su materia es de cosas
necias, que se oponen a ia sabiduría, esto es, que van contra la divina sabiduría; y a éstas no debe dar pie el
hombre sino resistirlas. "Necio se hizo todo hombre con su ciencia" (Jr X,14). Dice también: sin disciplina,
cuanto al modo, porque todo lo hunden a gritos. O sin disciplina de parte de aquellos de quienes se duda, pongo
por caso si ponen en tela de juicio lo que toda la 1glesia sostiene y defiende. "Job ha hablado neciamente y sus
palabras no suenan buena doctrina" (Jb 34,35). Y las cuestiones en tanto han de estimarse en cuanto ¡leven a la
verdad, por cuanto conviene que todos digan una misma cosa. Pero las cuestiones necias no llevan a la verdad,
sino a la contienda, que hay que evitar. "Vosotros ayunáis para seguir los pleitos y contiendas". Por eso dice:
"pero al siervo de Dios, esto es, al que está entregado a su servicio, no le conviene altercar".

-"sino ser manso con todos". Muestra lo que hay que seguir, y da la razón "por si quizá Dios los trae a
penitencia". La mansedumbre es una virtud general que han de tener los que quieran trabar disputa. Es la virtud
que refrena la ira, que perturba el juicio de la razón, y es necesaria en la averiguación y el juicio de la verdad
(Mateo XI; Salmo 24). Y en especial ha de tener para con los superiores docilidad; para con los perseguidores
paciencia; para con los falsos doctores corrección. Y así dice: docible, esto es, dispuesto a que cualquiera lo
corrija, y ésta es sabiduría celestial, que, "además de ser honesta y llena de pudor, es pacífica, modesta, dócil,
concorde con todo lo bueno, llena de misericordia y de excelentes frutos" (Santiago 3,17). Cuanto a lo segundo,
sufrido; porque "la doctrina del hombre se conoce por su paciencia" (Pr 19,2; Salmo 91). Cuanto a lo tercero:
"que reprenda con modesta dulzura a los que contradicen a la verdad", porque la corrección ha de ser modesta.
"Si alguno cayere desgraciadamente en algún delito, vosotros, los que sois espirituales, al tal instruidle con
espíritu de mansedumbre" (Gal. 6,1).

-"por si quizá Dios los trae a penitencia". Responde a una tácita pregunta; pues pudiera alguno decir: éstos
resisten a la verdad, por tanto, hay necesidad apremiante de corregir. Respondo que Dios Padre puede
reducirlos a penitencia, y a esto ha de esforzarse el justo: a que se reduzcan a penitencia; y señala la penitencia
que ha de procurar contra los adversarios, el fruto de la penitencia, la necesidad de la penitencia. Dice pues: no
sea que alguna vez, esto es, que alguna vez los traiga Dios a penitencia, porque por su resistencia soberbia
parece difícil les conceda Dios lugar a penitencia. Ciérrase aquí la puerta al error de Pelagio, que atribuye a
nuestras obras los dones de la gracia; lo cual, por lo dicho, está ciaro que es falso, porque es también don de
Dios el principio del bien, a saber, la penitencia. "Conviértenos, ¡oh Señor!, a Ti, y nos convertiremos" (Lament.
5,21). El fruto de la penitencia es doble: el conocimiento de la verdad y la liberación del poder del diablo. Por
eso dice: "para que conozcan la verdad"; porque, cuando maliciosamente se opone resistencia a ia verdad, su
misma malicia los ciega; así que, cuando se quita la malicia, conocen la verdad (Jn 8); "y se desenreden de los
¡azos del diablo", esto es, de las ocasiones de errar de parte del entendimiento, como las falsas fantasías; y de
parte del afecto, como la envidia, la soberbia y cosas parecidas. La necesidad de la penitencia es grande,
porque, a no tenerla, queda por señor de ellos el demonio. De donde dice: "que los tiene presos", porque el que
hace el pecado siervo es del pecado (Jn 8); "a su arbitrio", o para seguirlo, o para que haga con el hombre lo
que le venga en gana. Pero, al contrario, no tan luego lo precipita como quisiera. Hay que decir entonces que
sólo consigue lo que le está permitido; pero es difícil que le arrebaten lo que ya tiene asido. "¿Por ventura podrá
quitársele a un hombre esforzado la presa? ¿O podrá recobrarse aquello que ha arrebatado un varón valiente?"
(Is 49,24).

CAPUT 3

10
(2Tm 3,1-5)

LECTIO 1: Ad 2 Timotheum 3,1-5

Predícele los peligros futuros de los últimos tiempos por la abundancia de la malicia y del amor propio.

1. Hoc autem scito quia in novissimis diebus instabunt témpora periculosa.2. Et erunt homines seipsos amantes,
cupidi, elati, superbi, blasphemi, parentibus non obedientes, ingrati, scelesti.3. Sine affectione, sine pace,
criminatores, incontinentes, immites, sine benignitate.4. Proditores, protervi, tumidi, caed et voluptatum
amatores magis quam Dei.5. Habentes speciem quidem pietatis, virtutem autem eius abnegantes.

Arriba lo industrió en cómo resistir a las tribulaciones y peligros presentes, aquí le enseña cómo ha de
mantenerse firme contra los riesgos futuros. Y lo. anuncia los peligros futuros; 2o. muestra su idoneidad para
resistirlos; 3o. cómo ha de hacerles frente. Y ya que anuncia esos peligros, le enseña que aun ahora ha de
evitar los vicios de sus seguidores. Dice pues: te dije que evitaras los profanos y vanos discursos, aunque no es
lo único que hay que evitar, porque con los presentes están también los peligros futuros. Y ¡lámanse "días
postreros", porque están vecinos al último día (Sen. 49,1). "sobrevendrán tiempos peligrosos" (Mateo 24). La
causa, la abundancia de la iniquidad, "y por la inundación de los vicios se resfriará la caridad de muchos" (Mateo
24,12); porque la fe y la caridad o quedará anulada o totalmente aniquilada; porque una cosa tanto más deja
de ser cuanto más alejada de su principio; y por eso en aquel tiempo más desfallecerán la fe y la caridad cuanto
más alejadas estarán de Cristo. "Cuando venga el Hijo del hombre, ¿pensáis que hallará fe en la tierra?" Y,
cuanto a esto primero, pone la raíz de la iniquidad, luego sus diferentes especies. Mas la raíz de toda iniquidad
es el amor propio; y dos amores han hecho dos ciudades. Pero contra esto está que el amor que cada uno se
tiene a sí mismo es natural.

Respondo: según las 2 naturalezas que hay en el hombre, la raciona! y la corporal, cuanto a la primera, que
también se llama hombre interior (2Co 4), el hombre debe amarse más a sí que a los demás, porque necio sería
quien quisiese pecar por apartar a otros del pecado; mas, cuanto al hombre exterior, es laudable que ame a
otros más que a sí. De donde, los que a sí mismos sólo se aman, como está dicho, son dignos de vituperio.
"Todos buscan sus propios intereses, no los de Jesucristo" (Ph. 2,21). De esta raíz nacen diversas especies de
iniquidad.

-"ievantaránse hombres amadores de sí mismos, codiciosos, altaneros, soberbios". Primero pone los pecados
que se cometen por el abuso de las cosas exteriores. En segundo lugar los que provienen de obrar
desordenadamente con los otros: "blasfemos, desobedientes, ingratos... " En tercer lugar los que de obrar
desordenadamente consigo: "incontinentes o disolutos".

Y en las cosas exteriores hay abundancia de riquezas y excelencia de bienes. Cuanto a lo primero dice:
codiciosos; y pónese primero la codicia, porque es la raíz de todos los males; o es vecina del amor propio, por
serlo de ios bienes exteriores. Cuanto a lo segundo: altaneros. La altanería es una especie de soberbia, de las 4
que hay: una, cuando uno se atribuye a sí cosas de que carece. Otra, cuando lo que tiene de otro se lo atribuye
a sí como si de sí lo tuviera (1Co 14). Tercera, cuando se atribuye a sí lo que tiene de otro, mas por propios
méritos (Lc 18). Cuarta, cuando quiere singularizarse y que le vean superior a todos, y ésta es la altanería (Ps
130). Lo que sigue: soberbios, se reduce a las otras especies de soberbia. "Dios resiste a los soberbios y ¿a su
gracia a los humildes".

En seguida pone los vicios que dicen desorden respecto de los otros, y primero respecto de los superiores, que
son: Dios, y contra Este dice: blasfemos (Is 1); los padres, y así dice: desobedientes a sus padres (I Reyes XV;
Pr 30); los bienhechores, y tocante a esto dice: ingratos "los que devueiyen mal por bien" (Ps 37; Co!. 3; Sg
16).

Segundo, respecto de los iguales y de los prójimos, otros 3 males: el lo. pertenece a la obra; por eso dice:
facinerosos o perpetradores de delitos graves contra los prójimos (Is 1). El 2o. al afecto; de donde dice:
desnaturalizados, esto es, sin afecto de caridad y sin paz. El 3o. a la palabra; por eso dice: calumniadores. "No
serás calumniador ni chismoso en el pueblo" (Lv 19,6).

También, cuanto a sí mismo, otras 3 especies: la la. cuanto a la corrupción de la concupiscible: incontinentes o
disolutos; dícense los que por causa de las depravadas concupiscencias no se mantienen en el bien propuesto.
"No hay cosa de tanto valor que pueda equivaler a un alma casta" (Eccli. 26,20). Cuanto a la irascible, dice con
toda propiedad: fieros (inmites), esto es, no mansos; pues esta mansedumbre gobierna la pasión de la ira
(Mateo XI; Salmo 24). Añade también otra cosa que pertenece al efecto de la irascible, a saber, la exclusión de
la benignidad; de donde dice: sin benignidad, inhumanos; porque es natural que, donde domina un contrario,
excluya al otro contrario. (Efes. 4).

Luego pone los vicios que tocan a la corrupción de la parte racional. Esta potencia se perfecciona por la
prudencia; y a la prudencia se opone algún vicio o por abuso de la prudencia o por su privación. Cuanto a lo
primero dice: traidores. A la prudencia pertenece la sagacidad, de la que algunos abusan para el mal, y éstos
son los traidores (Pr XI). También la constancia, de la que algunos abusan obstinándose en la maldad; por eso
dice: protervos (Pr 3).

Luego pone los vicios que se refieren a la privación de la prudencia, y lo. la causa de la privación; de donde
dice: hinchados; pues los soberbios, por no medir sus fuerzas, en lo que hacen proceden con hinchazón y
vienen a parar en nada (Pr XI); 2o. el efecto de la privación, porque anteponen a lo eterno lo temporal; de
donde dice: "amadores de deleites más que de Dios" (Is 13). Mas ¿por ventura es lo mismo ser incontinente que
amador de deleites? Respondo que no, porque propiamente dícese incontinente el que tiene esperanza de
escapar de los deleites, pero es vencido por ellos; mas propiamente el amador de ellos es el destemplado que
tiene en su juicio corrompido el aprecio de esas cosas.

En consecuencia pone la disimulación diciendo: "mostrando, sí, apariencia de piedad, pero renunciando a su
espíritu", a saber, a la virtud de la piedad, que se toma aquí en dos sentidos: uno, la misma fuerza de la piedad,
esto es, su virtud; de donde dice: renunciando, esto es, no teniendo la verdad. "Profesan conocer a Dios, mas le
niegan con las obras" (Tito 1,16). Otro sentido, porque por virtud de una cosa se entiende aquello de que
depende toda la cosa; y toda la virtud de la piedad depende de la caridad; por eso dice: renunciando a su
virtud, es a saber, la caridad.

11
(2Tm 3,6-11)

LECTIO 2: Ad 2 Timotheum 3,6-11

Haciendo una lista de otras vicios, contra los que arma a su Timoteo de muchas virtudes, le enseña a huir de los
hombres corrompidos con los vicios enumerados.

Et hos devita.

6. Ex his enim sunt qui penetrant domos, et captivas ducunt mulierculas oneratas peccatis, quae ducuntur variis
desideriis.7. Semper discentes et numquam ad scientiam veritatis pervenientes.8. Quemadmodum autem
1annes et Mambres restiterunt Moysi, ita et hi resistunt veritaii, homines corrupti mente, reprobi circa fidern.9.
Sed ultra non projicient. 1nsipientia enim eorum manifesta erit ómnibus, sicut et illorum fuit.10. Tu autem
assecutus es meam doctrinam, institutionem, propositum, fidem, longanimitatem, dilectionem, patientiam.11.
Persecutiones, passiones, qualia mihi jacta sunt Antiochiae,1conii et Lystris; quales persecutiones sustinui, et ex
ómnibus eripuit me Dominus.

Arriba describió ei Apóstol el peligro de les últimos tiempos y señaló su causa; aquí enseña que también de
presente hay que evitarlos; y previene avisando se eviten, y muestra en qué hombres de presente se hacen
manifiestos. Dice pues: dije que en los últimos tiempos habría pésimos hombres; mas no te creas seguro al
presente; sino que también ahora has de evitar a tales y a tales hombres, no sea que caigas en los mismos
errores. "Huye del hombre hereje, después de haberle corregido una y dos veces" (Tito 3,1 1). Y aunque en
algunas cosas hay que evitarlos, mas no cuanto a exhortarlos de palabra. Y entonces muestra que aun ahora
hay algunos fulanos de tal ralea; señala el daño que hacen y la quiebra que padecen y el estorbo que los pone
en estrechura. Acerca de lo primero muestra el impedimento que ponen a los subditos y a los prelados;
asimismo demuestra su imprudencia y su astucia. Evítalos, pues, que hay algunos de éstos; porque de ellos,
esto es, de su número, son. -"Así ahora muchos se han hecho anticnstos" (1Jn 2,18). Ni habéis de entender que
fueron, sino que son, a saber, facinerosos e ingratos... , porque los pecadores ya convertidos no deben llamarse
pecadores, "ni pronunciaré sus nombres con mis labios" (Ps 14,4).

Muestra su malicia al decir: "los que se meten por las casas". Y a la letra puede exponerse este pasaje: como si
se entremetieran desordenadamente y anduvieran vagando de casa en casa por interés. Contra lo cual dice el
Eccli. 2 1: "el tonto con -facilidad mete el pie en casa ajena". Mas no por esto prohíbese a algunos visitar a los
afligidos en sus casas, porque "la religión pura y sin mácula delante de Dios Padre es ésta: visitar a los
huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones" (Sant. 1,27). O por casa puede entenderse metafóricamente la
conciencia. "Entrando en mi easa hallaré en ella mi descanso" (Sg 8,16). Entonces los que se meten por las
casas son los que astutamente quieren saber los secretos de la conciencia para engañar a otros". "con hacerte
hablar mucho hará prueba de ti, y como por pasatiempo te sonsacará tus secretos" (Eccli. 13,14).

Con todo eso, a los que tienen cargo de otro les es lícito investigar ei estado de conciencia de sus subditos. (Pr
17).

Señala su astucia cuando dice: "y cautivan a las mujercillas", y se toca su malicia, porque las privan de la
libertad y del estado de gracia (Sant. 1) y las trasladan al estado de servidumbre, que es el estado de pecado.
"Cuando el Señor devolvía a Sión los cautivos" (Ps 125,1); porque esto es lo que significa el nombre cautividad
(Is 5). Muestra en segundo lugar sobre qué personas ejercitan su malicia, y las describe por la fragilidad del
sexo, por la malicia de su trato, por la vanidad de sus aficiones, por su falta de discreción. Cuanto a lo primero
dice: mujercillas, que son de menor discreción y de sexo más quebradizo. Y las llama mujercillas, porque las
señoras de alto coturno tienen sus consejeros, con cuyos consejos aconsejadas no se dejan seducir; pero éstas
están destituidas de tal ayuda (Mateo 23; 1 Mac. 1). Tocante a lo segundo dice: "cargadas de pecados". El
pecado es una carga, pues no permite andar con libertad ni erguido el talle, sino doblado. "Mis culpas como
carga pesada cargan demasiado sobre mí" (Ps 37,5); y por esto especialmente engañan a éstas, porque el
pecado déjale mullida la cama a la seducción. Asimismo, por ser de mala ralea, temen resistir, para no perderse.
Cuanto a lo tercero dice: "arrastradas de varías pasiones", esto es, están que ni pintadas para seducidas, pues
sus deseos de esto y de aquello las traen al retortero. "El hombre de ánimo doble es inconstante en todos sus
caminos" (Sant. 1 8). Por eso fue seducida la primera mujer, porque no se mantuvo firme en dar crédito a la
palabra del Señor, sino que dijo: no sea que muramos. "No pongas los ojos en una mujer que quiere a muchos.
. " (EccÜ. 9,3). Cuanto a lo cuarto: "las cuales andan siempre aprendiendo, y jamás arriban al conocimiento de
la verdad". La curiosidad siempre anda a caza de novedades, y no quiere insistir (en su conocimiento). De
donde dice: siempre aprendiendo. -"Una mujer loca y vocinglera... y que no sabe nada" (Pr 9,13). Con todo,
esto que dijo: siempre aprendiendo puede reducirse a aquello de "las que andan de casa en casa".

-"En fin, así como Jannes y Mambres resistieron a Moisés". 1ndica el daño que acarrean a los prelados y el
perjuicio de oponerse a su doctrina; y trae el ejemplo del Éxodo, cuando los magos resistieron a Moisés; porque
desde el principio del mundo siempre ha habido una pugna entre la verdad y la falsedad. "Verdad es que hubo
también falsos profetas en el pueblo de Dios, así como vendrán entre vosotros maestros embusteros, que
introducirán sectas de perdición y renegarán del Señor" (2P 2,1). Pero en el Éxodo a estos magos no se les
llama por su nombre, como aquí, (información que quizá tuvo San Pablo por algunas palabras de los judíos).
"Del mismo modo éstos resisten a la verdad", a saber, la que predicamos nosotros. (Ac 7).

Consiguientemente cuando dice: "hombres de un corazón corrompido, reprobos en la fe" da a entender la


mengua que padecen en la fe y en las obras. Como dice la Glosa: hombres que por sus obras se demuestran
reprobos. "Llamadlos plata espuria, porque el Señor ya los ha reprobado" (Jr 6,30). Mas no sólo reprobos en la
obra, sino también en la fe, de mente corrompida, esto es, en la potencia racional; pues una cosa se dice
entonces corrompida cuando descaece de su propia virtud, y la propia perfección de la mente es el conocimiento
de la verdad. De donde se dice de mente corrompida quien está falto y flaco en el conocimiento de la fe.

-"mas no lograrán sus intentos". Muestra cómo se ven en aprietos, y lo. que se verán en dificultades; y 2o. el
modo de estorbar el logro de sus intentos: "porque su necedad se hará patente a todos". Y es de sabré, cuanto
a lo primero, que del hombre dimana la voluntad de hacer daño, mas de Dios que lo permite el poder de llevarlo
a efecto; y Dios no le permite al malo dañar cuanto quiera, sino le fija un término: "hasta aquí llegarás, y no
pasarás más adelante; y aquí quebrantarás tus hinchadas olas" (Jb 38,1 1). Así el diablo no hirió a Job sino
según el orden de la permisión de Dios. Así Arrio no causó en la 1glesia más daño sino cuanto Dios le permitió.
En Ap 7,3, dice un ángel: "no hagáis ma! a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta tanto que pongamos la
señal en la frente a los siervos de nuestro Dios". Y dice: no lograrán sus intentos más de lo que Dios les
permita. El modo de impedir que salgan con lo que pretenden es quitándoles el rebozo y ocultamiento, que hay
que quitar, porque son dañosos. (Jb 41). Por eso dice: "su necedad se hará patente a todos", al correr Dios el
telón, cuando iluminará lo escondido en las tinieblas (1Co 4), "como se hizo la de aquéllos", a saber, los magos
de Faraón, que no pudieron obrar milagros.

-"Tú, al contrario, ya has visto mi doctrina". Muestra la idoneidad de Timoteo para resistir estos peligros, y lo.
por la educación que le había dado el Apóstol; 2o. por la experiencia de las Escrituras que conocía desde niño.
Asimismo demuestra que el Apóstol lo había suficientemente instruido y que otros en general lo podían intruir.
Estaba instruido de palabra, lo cual se hace de 2 maneras: una, sobre conocer la verdad; otra, sobre obrar la
justicia. Cuanto a lo primero dice: "Tú, al contrario, ya has visto mi doctrina", esto es, has sido instruido en la fe
católica; por tanto, bien puedes huir de ellos. Cuanto a lo segundo: "mi modo de proceder", o institución, o
educación sobre algunas cosas, sujetas a la operación humana, que hay que hacer. "Todo ío he probado y estoy
ya hecho a todo" (Ph. 4, ¡2).

Muestra también cómo estaba educado con el ejemplo, ya para practicar la virtud, ya para tolerar la adversidad:
mi paciencia. En la práctica de las buenas obras hay que considerar 2 elementos: lo. la recta intención del fin;
por eso dice: el propósito, que pertenece al fin (Sáb. 8); y a éste se llega por el ejercicio de las buenas obras,
que nacen de 3 virtudes, a saber, las teologales; y lo. pone la fe (He 1 1). 2o. la esperanza, al decir:
longanimidad, que significa una larga expectación; 3o. la candad (1Jn 3).

Sobre soportar los males lo instruye sobre 3 cosas que le trae a la memoria: la paciencia que tuvo, los males
que soportó, el socorro divino que le acompañó. Así pues pone lo. la paciencia, que perfecciona la obra (Sant.
1), y la materia de la paciencia, a saber, las persecuciones en general (Mateo X), y también en especial: las
vejaciones, que padeció en su propio cuerpo (2Co XI); y en particular "lo que me aconteció en Antioquía,1conio
y Listra". Los judíos lo persiguieron en presencia de Timoteo, mas no le faltó el auxilio divino. Por eso dice: "mas
de todas me ha sacado a salvo el Señor" (2Co 1).

12
(2Tm 3,12-17)

LECTIO 3: Ad 2 Timotheum 3,12-17

Es cosa corriente que los santos padezcan persecución y que los malos cada día se hagan más malos; por eso
amonesta a Timoteo a perseverar en lo que aprendió y le declara la utilidad de las Escrituras.

12. Et omnes qui pie volunt vivere in Christo lesu persecutionem patientur.13. Mali autem homines et seductores
proficient in peius, errantes et in errorem mittentes.14. Tu vero permane in his quae didicisti, et credita sunt
tibi, sciens a quo didiceris.15. Et quia ab infantia sacras litteras nosti, quae te possunt instruere ad salutem, per
fidem quae est in Christo lesu.16. Ornnis enim scriptura divinitus inspirata utilis est ad docendum, ad
arguendum, ad corripiendum, ad erudiendum in iustitia.17. Ut perfectas sit homo Dei ad omne opus bonum ins-
tructus.

Arriba propuso a Timoteo como dechado las persecuciones que él mismo padeció; y, porque no parezca que él
solo ha pasado por esas vejaciones, hace patente que esto es moneda corriente entre los santos; aquí la pasan
mal en sufrir penalidades, al paso que los malos, por sus culpas, van de mal en peor. Dice pues: he padecido
persecuciones, mas no sólo yo, sino todos. Piadosamente se toma en 2 sentidos: unas veces por la virtud de ia
piedad que se refiere al culto divino; otras por la misericordia para con el prójimo. Así pues, "todos ios que
quieren vivir piadosamente, según Jesucristo", esto es, quieren observar el culto de la Religión cristiana (Tito 2),
"han de padecer persecución", mayormente en la primitiva 1glesia cuando de todas partes impugnaban a Cristo
Judíos y Gentiles (Jn 16; Mateo 24). Asimismo, todos los que quieren vivir piadosamente, esto es, por la fe en
Cristo, observar la misericordia para con el prójimo, por fuerza han de padecer persecución, por dentro, si no
por fuera, a saber, cuando se compadecen de las faltas de sus prójimos, cuyas culpas y penalidades están
viendo (2Co 11; 2P 2; Ps 1 18). Hay también otras persecuciones que no pueden faltar del todo a los santos, a
saber, del demonio, el mundo y la carne, porque, como se dice en Gal. 5,17: "la carne tiene deseos contrarios a
los del espíritu". Véase también Rm 7; Salmo 30.

Al decir luego que "los malos hombres irán de mal en peor", muestra que los malos caen en males peores, a
saber, de culpa. Dice los malos en sí, a saber, en cuanto hechos una pella de pecados (Mateo 21); "y los
impostores" o seductores, en perjuicio de los prójimos, por cuanto los apartan del camino de la verdad, que es
el común (Rm 16): "con palabras melosas y con adulaciones, seducen los corazones de los sencillos". Mas, no
contentos con el mal que hacen, "irán de mal en peor". "El que está sucio prosiga ensuciándose" (Ap 22,1 1).
-Pero al contrario dice arriba: "no lograrán sus intentos". Digamos que van de ma! en peor o por permisión de
Dios o, como aquí se entiende, por la intención maliciosa de ellos, que apunta siempre a ese blanco (de la
maldad); mas, según la providencia divina, se ven impedidos de llevar a cabo lo que empezaron. Pero en sí
mismos irán de mal en peor, por cuanto yerran acerca de la verdad. "Muy errados andáis, por no entender !as
Escrituras, ni el poder de Dios" (Mateo 22,29). Yerran asimismo en las obras, y de esta manera todos los malos
yerran (Pr 14). Yerran también con los prójimos, por seductores; de donde dice: "haciendo errar a otros", a
saber, persuadiendo que por el camino de la prosperidad se puede llegar al reino de los cielos, contra lo dicho
arriba: "que todos los que quieren vivir piadosamente... " "Pueblo mío, los que te llaman bienaventurado ésos
son los que te traen engañado" (Is 3,12). -"Mas tú mantente firme en lo que has aprendido".

Y esta exhortación a mantenerse firme es por 3 capítulos: por parte del que le enseña, por parte del mismo
Timoteo, por parte de lo que recibió. Dice pues: has seguido mi doctrina... luego, mantente firme en ella (Eccl.
X; 1Co XV); "en lo que has aprendido y se te ha encomendado", porque todo cristiano aprende las cosas de fe,
y ésta es la doctrina de la salvación (Jn 6); mas de manera especial se encomiendan a los prelados las
enseñanzas de la fe, por razón del encargo que tienen de dispensarlas a los demás (Gal. 2). Y ¿por qué es
menester mantenerse firme? Porque el maestro que me lo enseñó es de tal competencia que no pudo errar. "En
mí habla Cristo" (2Co 13). Por tanto, mantente firme, considerando que, de quien lo aprendiste, es de Pablo,
que no lo aprendió de un hombre ni por magisterio de un hombre (Gal. 2).

Segunda razón, por la propia condición; porque es vergonzoso para un hombre, educado con buena crianza
desde su niñez, venir a flaquear en la vejez. "El hombre que de la justicia se vuelve al pecado destínale Dios a la
perdición" (Eccli. 26,27). Y Timoteo con esa diligencia fue educado. "La senda por la cual comenzó el ¡oven a
andar desde el principio, esa misma seguirá también cuando viejo" (Eccli. 22,6). Por eso dice: "y también que
desde la niñez aprendiste las sagradas letras", que son las del Antiguo Testamento, que aprendió desde la
infancia, por ser hijo de mujer judía. Por tanto, hizo su madre que lo criasen con ellas, esto es, con el Antiguo
Testamento -contra lo que dicen los maniqueos- porque el Apóstol llama aquí al Antiguo Testamento Sagradas
Letras, que no pueden entenderse del Nuevo Testamento, que no le habían enseñado de niño.*

Tercera razón, de parte de lo que recibió; porque si alguno cursa alguna ciencia inútil, la deja y pasa a otra; mas
si la ciencia es útilísima, sería una insensatez dejarla; porque "toda escritura inspirada de Dios es propia para
enseñar, para convencer. ."

Digo pues que recibiste las Sagradas Letras que, por útiles, no han de menospreciarse. "Yo soy el Señor tu Dios,
que te enseña cosas útiles" (Is 48). Por eso añade: "que te pueden instruir" -"Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes
palabras de vida eterna" (Jn 6 y 5). Y estas Sagradas Letras te pueden instruir para la salvación, mas no sino
mediante la fe en Cristo Jesús, "siendo así que el fin de la Ley es Cristo, para justificar a todos los que creen en
El" (Rm X,4).

Y manifiesta el por qué diciendo: toda escritura, donde demuestra que las Sagradas Letras son el único camino
de la salvación; por 3 razones: porque las recomienda por razón de su principio, por razón de sus efectos
provechosos y por razón del último fruto y utilidad. Pues si atendemos a su principio, sobre todas se lleva la
gala; porque las otras son fruto del entendimiento humano, pero la Sagrada Escritura es divina; por eso dice:
"Escritura inspirada de Dios"; "porque no traen

* Ni empezaba todavía a escribirse. (Nota del trad.)

su origen las profecías d(c) ia voluntad de ios hombres, sino que ios varones santos de Dios hablaron siendo
inspirados del Espíritu Sanio" (¡I Pedro 1,21), Mas dirás: ¿cómo es que no están divinamente inspiradas las
otras escrituras, ya que, según San Ambrosio, toda verdad, quienquiera que la diga, dimana del Espíritu Santo?

Hemos de decir que Dios tiene 2 operaciones: inmediata la una, como los milagros (obra propia suya); mediata
la otra, por medio de causas inferiores, como las obras naturales (Jb X), que, con todo, hácense por la operación
de la naturaleza. Así en el hombre instruye el entendimiento ora inmediatamente por las Sagradas Letras, ora
mediatamente por las otras escrituras. Y el efecto de esta escritura es doble, porque enseña a conocer la verdad
y persuade a obrar la justicia. "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, os enseñará, a saber, lo que debéis conocer,
y os sugerirá lo que habéis de obrar" (Jn 14). Por consiguiente es útil para conocer la verdad y útil también para
gobernar las acciones; porque hay razón especulativa y razón práctica, y en ambas es necesario que conozca la
verdad y rechace el error; pues no mentir y refutar al que miente es obrar sabiamente. Cuanto a lo primero
dice: "es propia para enseñar", a saber, la verdad (Ps 1 18). Cuanto a lo segundo: "para convencer". Así en Tito
1,9, le dice que el obispo sea "adicto a las verdades de la fe, según se la han enseñado a él, a fin de que sea
capaz de instruir en la sana doctrina y redargüir a los que contradijeren".

También cuanto a la razón práctica es necesario que aparte del mal e induzca al bien (Ps 33). Cuanto a lo
primero dice: "para corregir", esto es, de lo malo. "Dichoso el hombre a quien el mismo Dios corrige" (Jb 5, i 7;
Mateo 18). Cuanto a lo segundo: "para gobernar en la justicia". Y todo esto lo hace la Sagrada Escritura (Is. 8).
Cuatro pues son los efectos de la Sagrada Escritura, a saber: enseñar la verdad, rebatir arguyendo la falsedad,
por lo que hace a la razón especulativa; librar del mal e inducir al bien, en lo que mira a la práctica; y el último
efecto suyo es llevar a los hombres a la perfección; pues no el bien como quiera, sino el perfecto, es su obra (He
6). Por eso dice: "para que el hombre de Dios sea perfecto", pues no puede ser perfecto si no es hombre de
Dios; porque una cosa perfecta es la cabal y acabada, a la que no le falta nada. Y entonces el hombre es
perfecto cuando está apercibido, esto es, preparado "para toda obra buena", no sólo para las que son de
necesidad para salvarse, sino también para ias que son de supererogación. No nos cansemos, pues, de hacer el
bien" (Gal. 6,9).

CAPUT 4

13
(2Tm 4,1-5)

LECTIO 1: Ad 2 Timotheum 4,1-5

Conjura a Timoteo, delante de Dios, a que con todo empeño se entregue a predicar el Evangelio que se le ha
confiado, porque se avecinan tiempos muy malos en que la verdad se verá envuelta en las nubes del error.

1. Testificor coram Deo et Domino lesu Chrisio, qui iudicaturus est vivos et mortuos, per adventum ipsius et
regnum eius.2. Praedica verbum, insta opportune, importune; argüe, obsecra, increpa in omni patientia et
doctrina.3. Erit enim tempus cum sanam doctrinam non sustinebunt, sed ad sua desideria coacervabunt sibi
magistros prurientes auribus.4. Et a veritate quidem auditum avertent, ad fábulas autem convertentur.5. Tu
vero vigila, in ómnibus labora, opus fac evangelistae, ministerium tuum imple, sobrius esto.

Previniéndole de los peligros de los últimos iiempos y demostrándole su capacidad para enfrentarse a ellos,
enséñale aquí de qué manera ha de resistirlos. Y pónese primero la amonestación, segundo su necesidad; asi
mismo el ruego encarecido para que predique y otra admonición. En la contestación o testificación dos cosas
hay que considerar, a saber, ante quiénes se testifica y por quién. Testifícase ante dos, a saber, ante quien
bienaventuranza nuestra es y ante quien nos introduce a ella; y Dios es nuestra bienaventuranza (Ps 32). Por
eso dice: "fe conjuro delante de Dios", esto es, invoco a Dios por testigo de esta admonición que te voy a hacer,
pues este testigo no se üama a engaño (2Co 1). -"y de Jesucristo", a quien toca introducirnos a la gloria, "por el
cual, asimismo, en virtud de la fe, tenemos cabida en esta gracia, en ia cual permanecemos firmes, y nos
gloriamos esperando la gloria de los hijos de Dios" (Rm 5,2). O nos introducirá de otra manera, porque "El
juzgará a vivos y a muertos". Y llama vivos a los que, cuando El venga, hallará entonces vivos, pero que
morirán ciertamente, mas, como en breve resucitarán, se llaman vivos: "nosotros los vivos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados, júntamente con ellos, sobre nubes, al encuentro de Cristo en el aire" (1Th
4,17). O vivos llama a los buenos, esto es, los que viven la vida de la gracia, y muertos a los malos (1Jn 3); y
también a éstos juzga (Ac X). Mas siendo Cristo Dios, ¿a qué viene este enlace: "delante de Dios y de Cristo"?
Respondo: puede admitirse que se diga delante de Dios, esto es, el Padre, y el Cristo, a saber, el Hijo; porque el
Padre es la fuente de la divinidad.

-"al tiempo de su venida y de su reino". Lo conjura por las dos cosas que más desean los santos: la venida de
Cristo (Lc 12) y su reino: "venga a nos fu reino" (Mateo 6; Ap 22). Por cierto que ejerce su señorío, con
potestad general, sobre toda criatura (Mateo 28); mas de modo especial reina espiritualmente en los santos,
aquí por gracia y allí por gloria; porque ios santos no son de este mundo (Jn 18). Mas este reino aquí se estrena
y se consumará en lo por venir, cuando todos los reinos, quieran que no quieran, le quedarán sujetos (Ps 109).

Consiguientemente cuando dice: "predica la palabra de Dios", pénese la admonición para que insista con la
doctrina, que es doble: una para todos y otra para algunos. Asimismo lo amonesta a que aplique la doctrina en
general y le enseña el modo de hacerlo. Dice pues: "predica la palabra", a saber, del Evangelio (Marcos 16). Dos
cosas ha de tener la predicación: anunciar la verdad y corregir las costumbres, que debe hacer el predicador (Lc
24). El modo es la insistencia sin tregua; por eso dice: "insiste con ocasión, y sin ella". -"cargan sobre mí las
ocurrencias de cada día, por la solicitud de todas las iglesias" (2Co X,28). Pero dice: importunamente, y contra
esto está el Eccli. XX,22: "la parábola no tiene gracia en boca del fatuo, porque la dice fuera de tiempo"; y Pr
XV,23: "la palabra oportuna es de perlas". -Digamos que el predicador ha de predicar siempre oportunamente,
si se ajusta a la regla de la verdad, mas no si se rige por la falsa estimación de los oyentes, que juzgarán la
verdad importunidad; porque el que predica la verdad siempre es para los buenos oportuno, para los malos
importuno. "Quien es de Dios escucha la palabra de Dios; por eso vosotros no la escucháis, porque no sois de
Dios" (Jn 8,47). "¡Oh, cuan sumamente áspera es la sabiduría para los hombres neciosi" (Eccli. 6,21). Si el
hombre tuviese que aguardar coyuntura para hablar solamente a los que quieren escuchar, aprovecharía sólo a
los justos; mas es menester que a sus tiempos predique también a los malos para que se conviertan. Por eso
añade: importunamente. "Ciama, no ceses; haz resonar íu voz como una trompeta y declara a mi pueblo sus
maldades" (Is 58, i).

-"Reprende". Pénese la doctrina en especial y el modo de enseñarla: "con toda paciencia". Y doctrinando a uno,
especialmente lo puede hacer o en cosas tocantes a la fe, pongo por ejemplo para que enseñe la verdad y eche
fuera el error (Tito 2); o en cosas tocantes a las buenas costumbres, y para esto alguna vez introduzca al bueno
y superior, y benignamente, con cara de risa, déle un tironcillo de orejas; por eso dice: ruega. -"No reprendas
con aspereza al anciano, sino exhórtalo como a padre" (1Tm 5,1); "si alguno cayere, vosotros, los que sois
espirituales, al tal instruidle con espíritu de mansedumbre" (Gal. 6, !), especialmente si no peca por malicia. Mas
si doctrina o mete en vereda a un malo, debe darle una carda; por eso dice: increpa. -"Por tanto, repréndelos
fuertemente, para que conserven sana la fe" (Tito 1,13). Mas ¿de qué modo? Con toda paciencia, que no se
trasluzca la ira ni con ira, sino apaciblemente, léele la cartilla a quien se la debes leer. "La doctrina del hombre
se conoce por la paciencia" (Pr 19,2). "y doctrina", es a saber, la que mira a la fe y a las costumbres.

-"Porque vendrá tiempo en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina". Muestra la necesidad de la
antedicha admonición, que es triple, según provenga de parte de los oyentes, de Timoteo o del Apóstol. La
primera, de parle de los oyentes, es su mala disposición para oír, el no querer dar oídos a lo provechoso sino a
lo curioso. Dice, pues, cuanto a lo primero: en tanto no quieran dar oídos a la sana doctrina, insísteies,
caliéntales las orejas, "porque vendrá tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina", y ese tiempo
será cuando habrá malos doctores; "porque sé que después de mi partida os han de asaltar lobos voraces" (Ac
XX,29). De donde dice: "no podrán sufrir", esto es, les será odiosa vuestra doctrina, la de Cristo (Pr 8).

Otra perversidad es el deseo de oír desordenadamente cosas curiosas y dañosas. "¿Hasta cuándo, a manera de
párvulos, habéis de amar las niñerías? ¿Hasta cuándo, necios, apeteceréis las cosas que os son nocivas, e
imprudentes aborreceréis la sabiduría?" (Pr 1,22). Por eso dice: "sino que, teniendo una comezón extremada de
oír doctrinas que lisonjeen sus pasiones, recurrirán a una caterva de doctores propios para satisfacer sus
desordenados deseos". Eso es lo que significa coacervabunt, multiplicarán... Contra lo cual dice Santiago 3,1:
"no queráis muchos de vosotros, hermanos míos, hacer de maestros, considerando que os exponéis a un juicio
muy riguroso". Y hay coacervación o amontonamiento cuando se multiplican los indignos e incapaces, y mayor
coacervación hay si se júntan cuatro indignos que si cien buenos, porque "la muchedumbre de varones sabios es
la felicidad del mundo" (Sg 6,26). Y esto significa según sus deseos: que uno quiere oír a uno y otro a otro, y
así se buscan maestros al sabor de su paladar. Y dice: "maestros, cosquillosos de orejas", a saber, los oyentes.
Dícese que tiene comezón en los pies el que no quiere estarse quieto; pero en los oídos el que siempre quiere
oír novedades, cosas curiosas e inauditas y alguna vez dañosas. Los Atenienses no tenían otra ocupación (Ac
17), y por esas novelerías se multiplican las doctrinas heréticas (Pr 19).

Consiguientemente "cerrarán sus oídos a la verdad", porque no podrán sufrir la sana doctrina, que es la que no
tiene mezcla de falsedad. "Si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis?" (Jn 8; Oseas 4). "y los aplicarán a las
fábulas". Las fábulas están compuestas de cosas maravillosas en las que falta la verdad; y éstas son las que los
hombres cosquillosos de orejas quieren oír.

-"Tú, entretanto, vigila en todas !as cosas". Pónese la necesidad de parte de Timoteo, que tenía cometido el
oficio de predicar, y, por tanto, era necesario lo hiciera; y amonéstalo a andar solícito, indúcelo a trabajar y
rígelo en su trabajo. Dice pues: "tú, entretanto, vigila"; como si dijera: ¡ya ves lo que hacen éstosi Tú, en
cambio... (Mateo 24; Lucas 2). "El que preside o gobierna, sea con vigilancia" (Rm 12,8); mas, como vigilancia
sin trabajo de nada sirve, lo induce a barbechar en todos los campos, luego le circunscribe uno a sus fatigas y le
hace ver la necesidad de este trabajo. Dícele pues: vigila, pero de modo que hagas algo; por tanto, trabaja,
"porque glorioso es el fruto de las buenas obras" (Sg 3,15).

Y esto "en todas las cosas", es a saber, con hombres de todo género (Is 32; Marcos 16). De donde luego
determina a qué especie de trabajo ha de dedicarse: "desempeña el oficio de evangelista", esto es, evangeliza;
que es un trabajo noble, porque para eso fue enviado Jesucristo (Lc 4; Is 41). Y evangelista llámase algunas
veces el que escribió el Evangelio, y en este sentido son cuatro; otras el que lo predica, y así se toma aquí y en
Efes. 4. La necesidad de este trabajo se demuestra porque es un ministerio que se te ha encomendado como
cargo propio tuyo. Por tanto, cumple con él, a saber, predicando. "Decid a Arquipo: considera bien el ministerio
que has recibido en nombre del Señor, a fin de desempeñar todos sus cargos" (Col 4,17). Y da excelente cobro
de su oficio de evangelista el que derrama con sus palabras las luces del Evangelio y lleva a efecto con sus obras
lo que predica (Ac 1).

Induce consiguientemente a la moderación diciendo: "vive con templanza", o con sobriedad corporal, que dice
bien con el predicador; porque la embriaguez es enemiga de la sabiduría (Eccles. 2). O pénese aquí la sobriedad
en lugar de la discreción. (Ac 26; 1P 5).
14
(2Tm 4,6-8)

LECTIO 2: Ad 2 Timotheum 4,6-8

Predícele que se acerca el tiempo de su muerte y dícele que tiene segura la celestial corona.

6. Ego enira iam delibor, et tempus resolutionis meae instat.7. Bonum certamen certavi, cursum consummavi,
fidem servavi.8. 1n reliquio reposita est mihi corona iustitiae, quam reddet mihi Dominus in illa die, iustus
iudex. Non solum autem mihi, sed et his qui diligunt adventum eius.

Arriba lo exhortó a que se entregase de lleno a la predicación y a la doctrina, y esto por el auditorio y por el
mismo Timoteo; aquí introduce la tercera necesidad, a saber, por parte del Apóstol, porque pronto había de
partir de este mundo. Predícele la inminencia de su tránsito y le manda que lo visite: date prisa. Cuanto a lo
primero señálale la instancia de su muerte y la seguridad con que muere: he combatido el buen combate; y,
júnto con la muerte que ya esperaba, las vejaciones que padecía; porque "yo ya estoy a punto de ser 1nmolado
y el tiempo de mi muerte se avecina". La pasión de los santos dícese inmolación (Ph. 2; Salmo i 15). En los
sacrificios, que se hacían antiguamente, y se ofrecían de cosas líquidas, pregustábase el vino u otro licor, y estas
pregustaciones se llamaban libaciones (Rm XI). Por eso denomina su martirio inminente libación; y aunque de
tiempo atrás viene pregustando esos sinsabores y hieles, "ya el tiempo de romper mis ataduras apremia". Y hay
doble resolución o desaladura: una del lazo del cuerpo con el alma (Eccles. 12), y otra del cuerpo que torna al
polvo de donde salió (Sen. 3).

Luego cuando dice: bueno, muestra qué seguridad tiene en la muerte; porque hay diferencia entre la muerte del
justo y la del pecador. De éste último se dice: "muerto el impío, no le queda ya esperanza", que la había puesto
en estas cosas transitorias y, por tanto, no la tiene ya en las eternas. El justo, por el contrario, la tiene en las
eternas, y no en las terrenas. Pone pues el mérito de su seguridad y la seguridad de su premio: "nada me resta
sino aguardar la corona". El mérito de esta vida estriba en 3 cosas: en resistir a lo malo, aprovechar en lo bueno
y hacer buen uso de los dones de Dios. Lo primero llámase una pelea; de donde dice: he combatido el buen
combate; que se dirá bueno si es por cosas buenas, como el del Aposto!, por la fe y la justicia, "por la justicia
pugna hasta el último aliento para bien de tu alma, combate por la justicia hasta la muerte" (Eccli. 4,33).
También por la calidad de la pelea, si es con todo empeño y con todas las de la ley. "No será coronado sino
quien lidiare según las leyes" (2Tm 2,5). "Así que yo peleo, no como quien tira golpes al aire, sino que castigo
mi cuerpo y lo esclavizo" (1Co 1X,26). Asimismo por la dificultad de la batalla. "Hízole salir vencedor en la gran
lucha" (Sg X,12).

Lo segundo, que es el aprovechamiento en lo bueno, llámase carrera, que es lo que sigue: "he concluido la
carrera", "corred de tal manera que ganéis el premio"

(1Co 1X,24). Y llámase carrera el aprovechamiento de los santos, porque corren con carrera veloz, para llegar a
la meta, con crecidos aumentos, aguijoneados por el estímulo de la caridad. "Esforcémonos, pues, a entrar en
aquel descanso" (He 4,2). "Corrí por el camino de tus mandamientos" (S. 1 1 8).

Mas puede objetarse que le restaba todavía el certamen y la carrera de la muerte. A esto se responde que es
obra perfecta y acabada la del hombre que a buen comienzo buen término suma en su intención, como el
Apóstol, que lo empezado pretendía llevar a feliz término.

El buen uso de los dones de Dios es doble: a saber, la conservación de la fe, y por eso dice: "he guardado la fe",
que hace el que se sirve de los dones de Dios para gloria y salvación de los prójimos (Mateo 24; 1Tm 1); o he
conservado en mí la virtud de la fe (Rm 14). Por lo cual "sed prudentes como las serpientes", esto es, guardad y
defended la fe, como cabeza y fundamento de las virtudes.

-"Nada me resta sino aguardar la corona de justicia". Pónese la esperanza del premio, que coloca en primer
lugar, luego al dador "que se la dará", y en tercero a los partícipes del premio: "ios que desean su venida". Dice
pues: ya que combatido he con valor y concluido la carrera, ¿qué resta ya sino aguardar la corona? Llámase
corona de justicia, porque de su justicia la dará Dios. Pero, al contrario, sabernos que la vida eterna de su bella
gracia Dios la da (Rm 6 y 8) luego no de justicia. Respondo: está ahí la gracia cuanto a la raíz del mérito; la
justicia cuanto al acto, que procede de la voluntad; o dígase corona de justicia la que se da de justicia, porque
dase a los justos como corresponde a sus obras justas. "Dad al varón justo ia enhorabuena, porque él comerá
del fruto de sus buenas obras" (Is 3,10). Esta corona es doble: una principal y otra secundaria. La primera es el
premio esencial, que no es otra cosa que el gozo fruitivo de la verdad. "En aquel día el Señor de los ejércitos
será corona de gloria y guirnalda de regocijo para las reliquias de su pueblo" (Is 28,5). Así pues, Dios es nuestra
corona. La segunda es la que se debe a obras calificadas y de muy buena estofa, la aureola, una de las cuales
se debe a los mártires. "No será coronado sino quien combatiere con todas las de la ¡ey"; y a esto alude lo que
dice: "he combatido el buen combate". Otra se debe a las vírgenes: "coronada triunfa eternamente, ganando el
premio en los combates incontaminados por la castidad" (Sg 4,2). Y a esto se refiere lo que dice: he concluido la
carrera. Las vírgenes siguen al Cordero a dondequiera que va (Ap 14). La tercera la de los doctores: "añadirá
adornos graciosos a tu cabeza, y ceñirá tus sienes con esclarecida diadema" (Pr 4,9). Y cuanto a esto dice: "he
guardado la fe".

Y dice: "me está reservada", esto es, según la eterna predestinación (2Tm 1,12). El dador es Dios; por eso dice:
"que me dará el Señor", por su justicia, "en aquel día"; porque ésta es la corona de la gloria, y es doble: la del
alma, que se da a los santos el día de su muerte (2Co 5); la del cuerpo, que se dará el día del juicio (1Co XV).
Los partícipes de esta gloria son todos los santos; de donde dice: "no sólo a mí" está reservada (Ap 22; Cant.
5). Los que no aman a Dios no tienen por qué desear su venida. Más bien "¡ay de aquellos que por mofa desean
el día del Señor!" (Amos 5,18); porque la corona sólo se debe al amor (Jn 14).

15
(2Tm 4,9-22)

LECTIO 3: Ad 2 Timotheum 4,9-22

Ordénale Pablo a Timoteo que venga, porque en breve morirá y ya casi todos lo han desamparado; por último,
despidiéndose, le desea la gracia.

Festina ad me venire cito.9. Demás enim me dereliquit diligens hoc saeculum, et abiit Thessalonicam.10.
Crescens in Galatiam, Titus in Dalmatiam.11. Lucas est mecum solus. Marcum assume et adduc tecum; est
enim mihi utilis in ministerio.12. Tychicum autem misi Ephesum.13. Penulam quam reliqui Troade apud Carpum,
veniens affer tecum et libros, máxime autem membranas.14. Alexander aerarius multa mala mihi ostendit;
reddet Mi Dominus secundum opera eius.15. Quem et tu devita. Valde enim restitit verbos nostris.16. 1n prima
mea defensione nemo mihi affuit, sed omnes me dereliquerunt; non illis imputetur.17. Dominus autem mihi
astitit, et confortavit me, ut per me praedicatio impleatur, et audiant omnes gentes, quia liberatus sum de ore
leonis.18. Liberavit me Dominus ab omni opere malo, et salvum faciet in regnum suum caeleste; cui gloria in
saecula saeculorum. Amen.19. Soluta Priscam et Aquilam, et Onesiphori domum.20. Erastus remansit Corinthk
Trophymum autem reliqui infirmum Mileti.21. Festina ante hyemem venire. Salutant te Eubulus, et Pudens, et
Linus, et Claudia, et fratres omnes.22. Dominus 1esus Christus cum spiritu tuo. Gratia vobiscum. Amen.

Ruégale lo visite, y primero lo llama a sí, dale a conocer su estado y acaba su carta con saludos. Y al mandarle
que venga le indica que se acompañe de Marcos y traiga consigo la capa que dejó en Tróade. Explícale asimismo
por qué debe venir, porque Demás lo ha dejado. Dícele pues: ya que estoy con un pie en el estribo para salir de
este mundo, "date la mayor prisa en venir a mí"; y esto para mutuo consuelo y para que le ayudase a predicar
el Evangelio, que era el clavo que traía atravesado en el corazón en sus cadenas (Pr 18). La causa de haberlo
llamado era porque se veía desamparado de la debida compañía; y primero de la de uno que por culpa suya se
había ausentado; segundo, de la de otros, a quienes había enviado a predicar. Dice pues: "Demás me ha
desamparado, por el amor de este siglo", esto es, antepuso a mi amor el del siglo (1Jn 1). Crescenie, cierto
discípulo, partió para Saiacia, por orden del Apóstol. Tito, enviado también por él, para Dalmacia, donde según
se dice, acabó Obispo. (Jb 38). "Sólo Lucas está conmigo". Lo retuvo consigo para predicar el Evangelio, en cuyo
arte tuvo gracia particular (2Co 8,18).

Y cuando dice: "toma a Marcos y traétele contigo", le señala un compañero. Este Marcos, por otro nombre Juan,
era sobrino de Bernabé. En Hechos 15,37, se dice que Bernabé quería llevar consigo a Marcos, y Pablo no
quería, por cuya causa resultaron diferencias entre ellos; y la disensión entre los dos vino a parar en que se
apartaron uno de otro. Pero en esta ocasión que lo traiga Timoteo, "porque me es del caso para el ministerio
evangélico".

-"Cuando vengas, tráete contigo ia capa que dejé en Tróade, en casa de Carpo", un cierto santo. La pénula,
según San Jerónimo, era un volumen de la ley, a modo de rodillo, envuelto en papel; o una especie de
vestidura; según San Crisóstomo, era un vestido común, y como el Apóstol en Roma estaba pobre, sin recibir de
otros, por eso quiso que le llevasen vestidos. Haymón dice que era una vestidura especial, como librea o insignia
de nobleza. De aquí que Pablo se dijera ciudadano romano (Ac 22); porque el padre de Pablo estaba al servicio
de los romanos en Tarso de Cilicia, y la toga era la insignia consular; y su padre quizá era cónsul en ese lugar. O
llámase pénula la talega donde se llevaban los libros, como parece por lo que sigue: y los libros. Mas ¿qué
necesidad tenía el Apóstol de libros, lleno como estaba del Espíritu Santo?
Además, ya estaba para morir. Respondo: por 2 razones: la. para consolarse con su lectura (I Mac. 12); que son
buen remedio contra las tribulaciones; o dícelo para que no se perdiesen sino los heredasen los fieles. Asimismo,
porque, cuanto más se avecinaba a la muerte, tanto más se entregaba al servicio de las Escrituras, o tanto más
se dedicaba al ejercicio de escribir; como se cuenta de San Ambrosio que hasta el último aliento no cesó de
escribir y murió rasgueando con la pluma el Salmo 47: "el Señor es excelso, terrible, el gran Rey sobre toda la
tierra". -"mayormente los pergaminos". Son papeles no escritos, o cédulas donde había escrito sus cartas o sus
sermones.

-"Alejandro, el calderero, me ha hecho mucho mal". Habla de los acontecimientos pasados y presentes, de parte
de los hombres y de parte de Dios; y lo. de cierto fulano que le llevaba la contra; 2o. de la negligencia de los
que no le ayudaban. Asimismo echa por delante la culpa de su inicuo impugnador, y señala la pena que le caerá
encima, y cómo aun la 1glesia le aplicará un castigo. Parece que este Alejandro era de oficio calderero o
tesorero del erario, y de los que dijeron que los preceptos legales eran de necesidad para salvarse (1Tm 1); y
dicen algunos que éste es el que, según los Hechos, cp. 19, concitó un motín contra el Apóstol; pero el nombre
disuena, porque aquel es Demetrio, éste Alejandro, aquél en Efeso, éste vivió en Roma. Y añade: "muchos
males me ha mostrado". Advierte que no dice hizo, sino mostró, porque los impíos pueden mostrar contra los
justos la perversidad de su ánimo, mas no siempre les queda henchido y satisfecho (Jr 1; Jb 5).

Luego al decir: "el Señor le dará el pago conforme a sus obras", pone su pena futura, pero advierte que no pone
el tiempo optativo reddat, sino que dice reddet, con lo que se significa que Dios tiénele preparada su pena, lo
cual preveía el Apóstol por su pertinacia (Ps 61). Con todo, como esta pena que le está reservada, sea futura,
también la 1glesia debe castigarlo con la excomunión. Por eso añade: "guárdate tú también de él" y evita su
compañía (Tito 3,10), cual de tocado de la herejía, "porque se ha opuesto sobremanera a nuestra doctrina" (Ac
7).

A continuación señala la negligencia de los que no le ayudaron, reprende su culpa y les implora el perdón:
"ruego a Dios que se lo perdone". Dice pues: "en mi primera defensa nadie me asistió, antes todos me
desampararon". Dice la Glosa que el Apóstol mucho lidió contra el perverso doctor Alejandro y que en persona
nadie le asistió; mas no parece ser tal el sentido, porque este Alejandro no era de tantas agallas o de tanto
tomo que necesitase el Apóstol del auxilio ajeno para habérselas con él; sino mas bien el de los Hechos 25, que
"habiendo interpuesto Pablo apelación, fue enviado a Roma", y, por tanto, fue menester le presentasen al César
para que su causa se ventilase en su presencia, y los Judíos la emprendieran contra él; y esto es lo que el
Apóstol llama su primera defensa, en la que sus discípulos lo desampararon, por miedo a ser castigados por el
cruel Nerón (Eccli. 51; Is 63). Mas pudiera alegarse que esto sucedió porque desde el principio nadie se enteró;
pero esto es falso, más todavía, por cierta pusilanimidad se retiraron (Ps 87; Job 6). Mas porque por flaqueza
así lo hicieron, ruega por ellos, y no los excomulga, diciendo: "Dios se ¡o perdone" (Lc 6).

-"Mas el Señor me asistió". Muestra de parte de Dios el auxilio que le prestó y el efecto que se siguió. Dice
pues: todos me desampararon; mas, donde falta el hombre, presto está y aparejado Dios (S. 24). Por eso dice:
"el Señor me asistió", a saber, para ayudarme (Jr 20; Salmo 15). ¿Cómo? "y alentó" dándome esfuerzo para no
quedar suspenso y atónito delante del César (Ezeq. 3). Y esto "para que yo acabase de predicar"; que tiene su
cumplimiento cuando lo que de boca se dice se ¡leva a ejecución por la obra y a muchos llega su sonido.

-"y me oyesen todos ios gentiles". Pónese el efecto del auxilio divino, cuanto a lo pretérito y cuanto a lo futuro,
y da gracias. Cuanto a lo pasado es doble el beneficio, a saber, sacándolo a paz y a salvo de culpa y de pena.
Dice pues: el Señor me asistió, y por eso en esa ocasión me vi libre, porque no fui condenado por el César,
antes me dio permiso de ir a donde quisiera. Por eso dice: "y me oyesen todos los gentiles", a saber, para que
se esforzasen, con su ejemplo, y lo viniesen a ver (Ps 95); y bajasen la cresta de su soberbia los insolentes
judíos. Y añade: "y fui librado de la boca del león", esto es, de la crueldad de Nerón (Pr 19); que "león rugiente
y oso hambriento es un príncipe impío que reina sobre un pueblo pobre" (Pr 28,15). Fue librado también de
culpa; de donde dice: "el Señor me libró de todo pecado"; porque algunos se ven libres de pena, que incurren
en la culpa de negar la fe. "Me arrebató de mi enemigo fortísimo y de los que me odiaban, que eran más fuertes
que yo" (S. 17,18). Y esto como don de Dios. "Llegué a entender que no podría ser continente si Dios no me lo
otorgaba" (Sg 8,21). En lo futuro "me conducirá a su reino celestial" (Is 45; Lucas 22; Mateo 5). Por todo lo cual
le da gracias: "A El sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén".

LAUS DEO

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