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El arte de la comunicación asertiva

Por: Mar ibel B elav al , el 04 de marzo de 2009, 04:00 AM


A las mujeres a veces nos cuesta trabajo comunicarnos asertivamente. Todavía
mantenemos la ilusión de tener una "alma gemela" que piense y sienta exactamente
igual. Que "adivine" lo que necesitamos.
Si estamos dolidas, tendemos a desconectarnos. Entramos a un silencio aislante,
cuando pensamos que nadie entiende ni le importa lo que tenemos que decir. Es una
realidad amarga sentirnos solas, rodeadas de gente significativa, sin poder
comunicarnos íntimamente.
¿Dónde estará la falla en la comunicación? ¿Estaremos a destiempo, usando las
palabras equivocadas? ¿Será que el estrés y la prisa cierran los canales de
comunicación para no recibir más cargas?
La energía de las palabras reprimidas comienza a resentirse en el cuerpo físico, en
una irritabilidad constante, en nuestra autoestima y en la intimidad relacional con las
personas que más queremos. Nos alejamos cuando no conocemos el arte de la
comunicación asertiva.
Para la mujer de hoy, la expresión hablada, honesta y clara, es la manera más efectiva
para darnos a conocer y conectarnos íntimamente. Todo el mundo tiene el mismo
privilegio de hablar, de ser escuchado y de ser respetado. Callar y jugar el papel de
víctimas, no es una opción para la mujer evolucionada
Usemos nuestra inteligencia para mejorar nuestro estilo de comunicar. Aclaremos la
mente antes de hablar. Nuestras palabras llevan la potencialidad de sembrar amor y
aceptación o discordia y separación. Tienen el poder de acercarnos o distanciarnos de
los demás. Asumamos la responsabilidad de la intención que llevan nuestras
palabras.
Cuando en vez de hablar gritamos, lloramos, manipulamos, controlamos o faltamos a
la autenticidad, no nos damos a entender. Cuando hablamos con rodeos, con
abstractos, con reacción sentimental excesiva, con ofensas y atacando con nuestra
"verdad", vamos a tener polémicas estériles. Todo el mundo pierde.
Podemos escoger patrones más inteligentes de conversación verbal. La comunicación
auténtica es una alternativa poderosa para mejorar nuestras relaciones . Antes de
hablar, vamos a relajarnos y a reflexionar.
Aclara la mente.
¿Qué es lo que queremos comunicar; qué es lo relevante e importante? Es positivo
hablar con autenticidad, en primera persona, con vocabulario sencillo y directo, que no
busca convencer sino comunicar.
Observa y maneja los sentimientos.
¿Las palabras están cargadas de sentimentalismos, inseguridades y necesidad de
control? Es nuestra responsabilidad la resistencia que crean nuestras palabras que
llevan una doble intencionalidad: Debilitar la posición de los demás.
Encuentra el propósito ulterior de la comunicación.
Está en el amor a nosotras mismas y a los demás; con un mensaje de empatía, de
respeto, de ánimo de reconciliación, de negociación de diferencias y de sentido de
pertenencia.
Usa la intuición para captar cuándo es el mejor momento.
Si estamos relajadas, confiadas y con buenos propósitos vamos a tener mejores
opciones para escucharnos.
Haz "algo" diferente para preparar el ambiente; usa la astucia.
Hay estímulos sensoriales que ayudan a crear sintonías de armonía, como lo son el
tono de voz, la música, la intensidad de la luz, las velas, la textura de la ropa y el
perfume.
Repite el nuevo hábito de comunicación asertiva frecuentemente.
Para romper con el mal hábito de usar la energía de las palabras para separarnos en
vez de acercarnos, hay que practicarlo a menudo.
¿Qué vas hacer diferente para que tus palabras tengan más poder de conexión y
atracción?
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