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SENTENCIA NUMERO cinco /DOS MIL SIETE.- En la ciudad de

Neuquén, Capital de la Provincia del mismo nombre, a

los nueve días del mes de marzo del año dos mil siete,

en la sede de esta Excma. Cámara en lo Criminal

Primera, se reúne el Tribunal integrado por los señores

Magistrados, Dr. Carlos Manuel Sierra, en su carácter

de Presidente, y Dres. Luis María Fernández y Mario

Rodríguez Gómez, como Vocales, juntamente con la señora

Secretaria de Cámara, Dra. Gabriela Villalobos, a fin

de dictar sentencia en la causa nº 46 Año 2005,

caratulada “FUENTES, JULIO DURVAL - BARRAGAN, MARIA

ALEJANDRA - SAGREDO, ABEL CESAR – FUENTES, PATRICIA -

ZANELLATTO, ROSANA ANDREA – FERREIRA, VANESA – SANCHEZ,

MIGUEL ANGEL – QUINTEROS, SELMA INES S/COACCION

AGRAVADA en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO en

CONCURSO REAL con LESIONES LEVES en CONCURSO REAL con

LESIONES GRAVES” (originarias nº 30530 Año 2002 y n°

30533 Año 2002 del Juzgado de Instrucción nº CUATRO de

esta ciudad), que por los delitos de Coacción agravada

en concurso real con daño agravado y Coacción agravada

en concurso real con lesiones graves –3 hechos-,

Lesiones leves –2 hechos- y daño doblemente agravado,

todo en concurso real entre sí, en carácter de coautor,

previsto en los arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc.

1°, 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y

45 del Código Penal, le es seguida a: Julio Durval

Fuentes, D.N.I. 13.958.334, nacionalidad Argentino,

hijo de Julio Durval y de Hilda Rodríguez, nacido el 21

de agosto de 1960, en Neuquen Capital, de estado civil


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divorciado; que por los delitos de Coacción agravada en

concurso real con lesiones graves –3 hechos-, Lesiones

leves –2 hechos- y daño doblemente agravado, todo en

concurso real entre sí, en carácter de coautor,

previsto en los arts. 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55,

184 inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, le es seguida

a: Hilda Josefina Locatti, L.C. 4.480.200, nacionalidad

Argentina, hija de Héctor y de Ernestina Civardi,

nacida el 9 de abril de 1943, en La Plata, Pcia. de

Buenos Aires, de estado civil casada; que por los

delitos de Coacción agravada en concurso real con daño

agravado y Coacción agravada en concurso real con

lesiones graves –3 hechos-, Lesiones leves –2 hechos- y

daño doblemente agravado, todo en concurso real entre

sí, en carácter de coautor, previsto en los arts. 149

ter., inc. 2 a), 55, 184 inc. 1°, 149 ter. Inc. 2 b)

90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, le

es seguida a: María Alejandra Barragán, D.N.I.

18.504.766, nacionalidad Argentina, de estado civil

casada, hija de Gerónimo y de Mirta Isabel Peralta,

nacida el 4 de octubre de 1967, en Neuquen Capital; que

por los delitos de Coacción agravada en concurso real

con lesiones graves –3 hechos-, Lesiones leves –2

hechos- y daño doblemente agravado, todo en concurso

real entre sí, en carácter de coautor, previsto en los

arts. 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°,

y 45 del Código Penal, le es seguida a: Angel Miguel

Peralta, D.N.I. 10.562.245, nacionalidad Argentino, de

estado civil casado, hijo de Felipe y de Adelina


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Martínez, nacido el 19 de noviembre de 1952, en

Senillosa, Pcia. de Neuquén; Coacción agravada en

concurso real con daño agravado y Coacción agravada en

concurso real con lesiones graves –3 hechos-, Lesiones

leves –2 hechos- y daño doblemente agravado, todo en

concurso real entre sí, en carácter de coautor,

previsto en los arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc.

1°, 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y

45 del Código Penal, le es seguida a: Abel César

Sagredo, D.N.I. 14.761.108, nacionalidad Argentino, de

estado civil Soltero, hijo de José Raymundo y de

Urbelinda Soto, nacido el 19 de mayo de 1962, en

Neuquen Capital; que por los delitos de Coacción

agravada en concurso real con lesiones graves –3

hechos-, Lesiones leves –2 hechos- y daño doblemente

agravado, todo en concurso real entre sí, en carácter

de coautor, previsto en los arts. 149 ter. Inc. 2 b)

90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, le

es seguida a: Patricia Elizabeth Quilapan, D.N.I.

17.140.811, nacionalidad Argentina, de estado civil

Soltera, hija de Rodolfo y de Patricia Tatiana Yevenez,

nacida el 21 de julio de 1964, en Neuquén Capital; que

por los delitos de Coacción agravada en concurso real

con lesiones graves –3 hechos-, Lesiones leves –2

hechos- y daño doblemente agravado, todo en concurso

real entre sí, en carácter de coautor, previsto en los

arts. 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°,

y 45 del Código Penal, le es seguida a: Ricardo Ginés

Pérez, D.N.I. 14.024.403, nacionalidad Argentino, de


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estado civil Casado, hijo de Ginés y de María Lezcano,

nacido el 2 de abril de 1960, en Zapala, Pcia. de

Neuquén; que por los delitos de Coacción agravada en

concurso real con daño agravado y Coacción agravada en

concurso real con lesiones graves –3 hechos-, Lesiones

leves –2 hechos- y daño doblemente agravado, todo en

concurso real entre sí, en carácter de coautor,

previsto en los arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc.

1°, 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y

45 del Código Penal, le es seguida a: Patricia Fuentes,

D.N.I. 12.065.465, nacionalidad Argentino, de estado

civil Viuda, hija de Julio Durval y de Hilda Rodríguez,

nacida el 9 de enero de 1958, en Plaza Huincul, Pcia.

de Neuquén; que por los delitos de Coacción agravada en

concurso real con daño agravado y Coacción agravada en

concurso real con lesiones graves –3 hechos-, Lesiones

leves –2 hechos- y daño doblemente agravado, todo en

concurso real entre sí, en carácter de coautor,

previsto en los arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc.

1°, 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y

45 del Código Penal, le es seguida a: Rosana Andrea

Zanellatto, D.N.I. 21.975.395, nacionalidad Argentina,

de estado civil Soltera, hija de Maximiliano y de Ana

María Dore, nacida el 3 de julio de 1971, en

Cipolletti, Pcia. de Río Negro; que por los delitos de

Coacción agravada en concurso real con daño agravado y

Coacción agravada en concurso real con lesiones graves

–3 hechos-, Lesiones leves –2 hechos- y daño doblemente

agravado, todo en concurso real entre sí, en carácter


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de coautor, previsto en los arts. 149 ter., inc. 2 a),

55, 184 inc. 1°, 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184

inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, le es seguida a:

Vanesa Ferreira, D.N.I. 23.856.104, nacionalidad

Argentina, de estado civil Casada, hija de Angel y de

María Rosa Caverzan, nacida el 22 de abril de 1964, en

Neuquen Capital; que por los delitos de Coacción

agravada en concurso real con daño agravado y Coacción

agravada en concurso real con lesiones graves –3

hechos-, Lesiones leves –2 hechos- y daño doblemente

agravado, todo en concurso real entre sí, en carácter

de coautor, previsto en los arts. 149 ter., inc. 2 a),

55, 184 inc. 1°, 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184

inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, le es seguida a:

Selma Inés Quinteros, D.N.I. 13.254.785, nacionalidad

Argentina, de estado civil Soltera, hija de Estidio y

de Selma Jara, nacida el 21 de noviembre de 1955, en

Neuquen Capital; que por los delitos de Coacción

agravada en concurso real con lesiones graves –3

hechos-, Lesiones leves –2 hechos- y daño doblemente

agravado, todo en concurso real entre sí, en carácter

de coautor, previsto en los arts. 149 ter. Inc. 2 b)

90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, le

es seguida a: Horacio Héctor Fernández, D.N.I.

10.365.167, nacionalidad Argentino, de estado civil

Separado, hijo de Juan María y de Teresa Rosa Rivello,

nacido el 1° de septiembre de 1952 en Capital Federal;

que por los delitos de Coacción agravada en concurso

real con daño agravado y Coacción agravada en concurso


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real con lesiones graves –3 hechos-, Lesiones leves –2

hechos- y daño doblemente agravado, todo en concurso

real entre sí, en carácter de coautor, previsto en los

arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc. 1°, 149 ter.

Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45 del Código

Penal, le es seguida a: Miguel Angel Sánchez, D.N.I.

17.443.657, nacionalidad Argentino, de estado civil

Casado, hijo de Miguel y de Josefina Alonso, nacido el

10 de junio de 1965, en Real del Padre, San Rafael,

Pcia. de Mendoza; que por los delitos de Coacción

agravada en concurso real con lesiones graves –3

hechos-, Lesiones leves –2 hechos- y daño doblemente

agravado, todo en concurso real entre sí, en carácter

de coautor, previsto en los arts. 149 ter. Inc. 2 b)

90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, le

es seguida a: Juan Alberto Castillo, D.N.I. 20.717.290,

nacionalidad Argentino, de estado civil Soltero, hijo

de Juan de la Cruz y de Eduvina Garrido, nacido el 27

de septiembre de 1969, en Catriel, Pcia. de Río Negro;

que en el debate actuaron como Fiscal de Cámara, el Dr.

Rómulo Patti; el Fiscal de Estado, Dr. Raúl Gaitán y el

abogado patrocinante del Sr. Fiscal de Estado, Dr.

Marcovesky, el abogado apoderado del querellante

particular, Dr. Marcelo Inaudi, los procesados JULIO

DURVAL FUENTES, HILDA LOCATTI, MARIA ALEJANDRA

BARRAGAN, MIGUEL ANGEL PERALTA, ABEL CESAR SAGREDO,

PATRICIA QUILAPAN, RICARDO GINES PEREZ, PATRICIA

FUENTES, ROSANA ANDREA ZANELLATTO, VANESA FERREIRA,

SELMA INES QUINTEROS, HORACIO FERNANDEZ y MIGUEL ANGEL


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SANCHEZ, asistidos por el Defensor Particular, Dr.

Mariano Mansilla; y el imputado JUAN CASTILLO asistido

por la Sra. Defensora Particular, Dra. Ivana Dal Bianco

y el Sr. Defensor Dr. Leopoldo Denaday.

Que encontrándose la causa en estado

de decidir en definitiva y cumplido el proceso de

deliberación previsto en el art. 361 y concordantes del

C.P.P. y C., efectuado el sorteo establecido en el art.

363, 2da, parte del mismo ordenamiento, se procedió a

practicar la pertinente desinsaculación, resultando que

en la votación debía observarse el siguiente orden: Dr.

Mario Rodríguez Gómez, Dr. Luis María Fernández y Dr.

Carlos Sierra, respectivamente.-

Se puso seguidamente a consideración

la siguiente cuestión: PRIMERO: ¿Existieron los hechos

delictuosos y fueron sus autores los imputados?.-

El Dr. Mario Rodríguez Gómez, dijo:

Finalizado el debate, luego de

escuchados los testimonios sustanciados en las

audiencias, e incorporada la prueba por lectura, el Sr.

Fiscal de Cámara en su alegato de clausura,

modificó sustancialmente, el encuadre legal producido

en la presentación del caso y la responsabilidad de los

imputados, en los siguientes términos. Dijo: que a

efectos de desarrollar una mejor exposición respecto de

los dos hechos, por una cuestión cronológica primero se

iba a referir al que habría acaecido el 30 de octubre

del año 2001. Oportunamente en la instancia de apertura

a este juicio, sostenía la acusación contra JULIO


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DURVAL FUENTES, MARIA ALEJANDRA BARRAGÁN, ABEL CESAR

SAGREDO, MIGUEL ANGEL SÁNCHEZ, PATRICIA FUENTES, ROSANA

ANDREA ZANELLATTO, VANESA FERREIRA, SELMA INES

QUINTEROS, atribuyéndoseles haber participado el día 30

de octubre de 2001, alrededor de las 11.30 horas, en

los hechos que ocasionaron daños a la oficina que

ocupaba el señor Gerardo Hettinger, en el Piso 4° del

Instituto de Seguridad Social del Neuquén, sito en la

calle Buenos Aires 353 de esta ciudad, tales como la

quemadura con cigarrillos de la alfombra, la rotura de

un cuadro con la fotografía del Gobernador, amén de

insultar y amedrentar al nombrado expresándole “mirá

nos das la llave o te tiramos por la ventana” o

similares, a fin de impedirle tomar con libertad las

decisiones que el cargo le demandaba, obligándole a

entregar las llaves de una oficina. Tal accionar fue

calificado como COACCION AGRAVADA (art. 149 ter, inc 2°

a) del C. Penal) en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO

(arts. 55 y 184, inc. 1° del C. Penal). El primer

análisis objetivo que debe realizar, agregó, tiene que

ver con este encuadre, debe entenderse en primer lugar

que esta acción, no reúne los elementos del tipo,

concretamente el artículo 149 ter, no hay coacción

agravada, porque tomando como parámetro la Ley 1611 ó

1311, el ISSN no está incluido como poder público, sino

que es un ente autárquico. También entendió que el

reclamo obedece a un asunto que no entra dentro de los

parámetros siquiera de una medida administrativa, si es

el pedido de una llave que pertenecía a una oficina


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donde la entidad gremial desarrollaba sus actividades,

no se refiere a la actividad administrativa, ni de

alcance propio de la administración del ISSN. La figura

que también entra en crisis en este sentido y ha sido

sostenida en la instancia anterior es la del daño

agravado, básicamente por lo ya dicho, queda claro que

la solicitud era meramente dispositiva, no incluye

entonces agravante alguno, también considera que la

prueba del daño en concreto mas allá de su entidad,

adolece de un punto difícil de subsanar, y es el tiempo

en el que se realizó la inspección ocular, la que se

concretó a un mes de ocurrido el incidente, esta

situación a su criterio le resta toda posibilidad de

relacionarlos con el conflicto en crisis. Este es un

escollo que impide adecuar la congruencia de la

imputación original. Se trató, considero el expositor,

de un reclamo exacerbado que no califica en una figura

delictiva. Más bien debe situarse en una reunión de

ánimos exacerbados, que escapan del análisis autorizado

para la Fiscalía Penal. Adviértase que el mismo

Hettinger, cuando alude al suceso, hace referencia a

una situación de descontrol en donde todos hablaban,

querían decir algo, inclusive destaca alguna

personalidad como exacerbada mas que el resto, da el

nombre de Sagredo, pero esto no alcanza, a su criterio,

para una imputación concreta. El pedido no fue

organizado, es decir que nadie lo dominaba o comandaba,

ni Fuentes ni ningún otro imputado tuvo las riendas del

suceso. Por tal motivo se abstuvo de acusar y solicitó


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la absolución de todos los imputados respecto de este

primer hecho. En relación a ocurrido 9 de enero de

2002, oportunamente había interpretado que en horas del

mediodía un grupo de personas concretamente JULIO

DURVAL FUENTES, HILDA JOSEFINA LOCATTI, ANGEL MIGUEL

PERALTA, HORACIO HECTOR FERNÁNDEZ, MARIA ALEJANDRA

BARRAGÁN, ABEL CESAR SAGREDO, PATRICIA ELIZABETH

QUILAPAN, RICARDO GINES PEREZ, MIGUEL ANGEL SÁNCHEZ y

JUAN A. CASTILLO, juntamente con otras no

identificadas, habían ingresado a la sede de ISSN,

aproximadamente a las 12,15 horas, ascendido hasta el

4° piso, donde se encuentra el despacho del

Administrador, Dr. Gerardo Hettinger, e ingresado en

el, previo romper la puerta, arrancándola de sus

bisagras, para ya en el interior manifestarle al

nombrado “andáte hijo de puta porque te vamos a matar”,

o similares, pretendiendo su renuncia al cargo. A su

vez, haberlo agredido con golpes de puño, puntapiés,

arrojándolo por las escaleras, para posteriormente

seguirlo en el tercer piso, rompiendo dos puertas que

se encontraban a su alcance y arrinconarlo pateándolo

en el suelo, además, le arrojaban yogur sobre su cabeza

expresándole que debía renunciar o lo matarían. Le

provocaron las lesiones certificadas en la causa,

sustraerle el teléfono celular que se encontraba en el

bolsillo de su saco y romperle sus prendas de vestir.

También se les atribuyó en la misma ocasión, haberlo

agredido con golpes y puntapiés, provocándole las

lesiones, certificadas en la causa, a Néstor Hugo


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Martín, José Norberto Sifuentes y al efectivo policial

Marcos Aurelio Bravo, amén de agredir, impedir y

dificultar el acceso de personal policial para que

interviniera. La calificación originaria era la de

COACCION AGRAVADA (art. 149 ter, inc. 2° b) para hacer

abandono del lugar de trabajo) en CONCURSO REAL CON

LESIONES GRAVES –TRES HECHOS- en perjuicio de Martín;

Hettinger y Sifuentes; LESIONES LEVES –dos hechos- en

perjuicio de Bravo y Castillo; DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO EN CONCURSO REAL (arts. 89, 90, 92, 55,

184 incs. 1° y 5° del C. Penal). También aquí advierte

y siguiendo un parámetro de congruencia, que no se

estaría dentro del marco de esa imputación penal toda

vez que como ya se ha dicho el ISSN tiene carácter

autónomo, elemento a tener en cuenta para quitar esta

grave calificante. Hay que entender, reflexionó, que el

legislador tuvo en mira a esta figura por los graves

acontecimiento que ha padecido nuestra Nación

pretendiendo evitar que los ciudadanos no fueran

desterrados de su lugar de trabajo, no alude al

abandono del trabajo, alude al abandono del lugar de

trabajo, apunta a la sede, el lugar, la provincia y se

podría entender extensiva al país, objetivamente

valorados los reclamos no apuntaban a ello, sino a un

retiro del cargo. En cuanto a los daños como en el

primer caso no corresponde, la condición de bienes del

dominio público, no lo son, cumplen función de confort

o meramente funcional, son roturas de puertas o sector

de puertas como las bisagras. No cabe duda, porque así


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se ha acreditado, conforme informes y certificaciones

médicas, las lesiones y la magnitud de las mismas de

Hettinger, Martín, Bravo, Sifuentes y Castillo, en tres

de los casos son lesiones graves y dos lesiones leves.

Debe aquí evaluarse la valoración de la prueba,

relacionada con la autoría, que se ha tornado

dificultoso a la investigación porque a través del

transcurro del tiempo se han disipado elementos

valorativos que no permiten tener la contundencia que

en algún momento se apreciaba. A partir de varios

testimonios entendió el acusador penal, que aparece un

marco referencial de cinco personas que pudieron ser

cuanto menos individualizadas y obviamente del resto no

se ha podido llegar con la misma contundencia. Dentro

de este marco en las cuales primigeniamente había

incluido a Horacio Fernández y Sánchez, advierte que

las pruebas no son contundentes ni suficientes, para

Sánchez no se le otorga rol participativo sino

presencial y respecto de Fernández consideró a los

testigos de baja credibilidad, alguno incluso con

problemas psiquiátricos. Pérez, quedó demostrado no

sólo por los dichos del imputado sino en el contexto

general en que se han brindado, los dichos de Martín y

los que se incorporaron por lectura como Castillo, que

fue quien agredió a Hettinger ese día y al comienzo. En

relación a Peralta se dan elementos como para incluirlo

en agresiones dirigidas al ex administrador, además de

su situación presencial así lo hicieron, los testigos

Cuevas y Biedma, que concretamente lo vieron amenazar,


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Schutt y Casinelli, este último lo sindicaba como quien

llevaba la voz cantante. Respecto a Sagredo considera

que queda comprobada su participación en las lesiones

dirigidas a Hettinger, en base a los dichos de

Sifuentes y Castillo, su presencia en el lugar la

sostienen Martín, Cuevas, Diorio, y también en su

ubicación concreta y por los dichos de Lincoln fue una

de las personas que dañó la puerta de acceso para

llegar a Hettinger. El marco de atribución resulta

difícil, sin desconocer la entidad de las lesiones,

reflota aquí el dilema de cual debería ser el encuadre

típico para cada uno de estos imputados y por los que

la fiscalía sostendrá la acusación, a todos se los

vincula con las lesiones, enmarcándolo dentro de la

normativa del artículo 89 del Código Penal, lesiones

leves. El mismo interrogó al Dr. Losada sobre la

gravedad de las lesiones y dijo que salvo las costales

que padecía Hettinger, de los otros lesionados, las

lesiones eran leves. En cuanto a lo que atañe al daño,

que le atribuye a Sagredo, se trata de un daño simple.

Para Pérez y Peralta, y sobre las intimidaciones las

enrola en una situación de descontrol, sin el dominio

de persona alguna. Esta intimidación desarrollada

dentro del tumulto, mas allá de que son propias de

tales movilizaciones, quedan atrapadas dentro del

alcance del artículo 149 bis del Código Penal,

amenazas. También se habían formulado imputaciones del

resto de las personas que mencionó, y concretamente

aparecían contextos extensivos por el dominio del


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hecho, por los testimonios recogidos quedó demostrado

que en algunos de los casos inclusive estas personas

colaboraron a atenuar o mitigar la situación de

descontrol, han sido reiterados los dichos de las

personas que trabajan en ISSN y los del propio Bravo

que afirmó que se encontró avasallado, y fue

resguardado por Julio Fuentes. Por ello, se abstiene de

acusar a Julio Fuentes, Hilda Locatti, Maria Alejandra

Barragán, Horacio Fernandez, Patricia Quilatan, Miguel

Sanchez y Juan Castillo. Sí sostiene imputación contra

Peralta, Sagredo y Pérez. Respecto de Pérez entiende su

conducta dentro de los artículos 89 y 149 bis del

Código Penal. Peralta dentro de la misma normativa y

Sagredo, artículo 89 y 183 del Código Penal, para cada

uno de ellos requiere dada la entidad de los hechos y

no dejando de tener en cuenta su educación, su

formación y también su responsabilidad social, por

estar integrando o colaborando con un estamento

gremial, una pena dos años y seis meses de prisión cuya

forma de cumplimiento quedará a criterio del Tribunal,

mas costas.

A su turno la Querella particular si

bien también promovió un reforma los cargos originales

marcó una importante disidencia con el Dr. Rómulo

Patti, en consecuencia comenzó haciendo una primera

referencia a la figura básica de la coacción toda vez

que no alcanza a comprender la forma en que estos dos

hechos pretenden de ser minimizados, discrepa con el

fiscal en este sentido. Tampoco se puede minimizar


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diciendo que en el primer hecho simplemente buscaban

una llave, a todo evento, aseguró, hay que aclarar que

como enseña Breglia Arias, en la coacción no importa la

justicia de lo que se reclama, lo que se castiga es el

método, el propósito de lograr del sujeto pasivo

determinada conducta. La ley reprime tal hecho aun

cuando se busque el cumplimiento de la ley moral o

jurídica. Estos hechos deben ser analizados a la luz de

la norma legal, se ha acreditado con fehaciencia que el

30 de octubre de 2001 los imputados, se hicieron

presentes en el cuarto piso de ISSN, invadieron

literalmente y entraron con prepotencia al despacho del

administrador, Julio Fuentes se sentó frente a su

escritorio y comenzó el diálogo diciendo “me tenés

podrido Hettinger”, primer paso de un feroz apriete,

gritos, amenazas, se pregunta, entonces si esto puede

ser tildado como un reclamo exacerbado. Le arrancaron

un escudo del saco, quemaron alfombras, rompieron un

cuadro, apagaron las computadora, y todo esto fue

llevado a cabo con el objeto de obligar a que el

administrador les entregara las llaves, circunstancia

que lograron, y antes de irse y proféticamente Julio

Fuentes le manifestó amenazante “la próxima vez no

vamos a pedir nada”, amenaza que se concretó después.

La materialidad del hecho se encuentra fehacientemente

acreditada, por el acta de inspección ocular,

fotografías, abundante prueba testimonial que da la

pauta de cómo ocurrieron los hechos. Hettinger dijo que

eran 20 ó 30 personas, Fuentes y Sagredo se sentaron


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frente a él, dice que tuvo la sensación de estar

privado de su libertad de no poder hacer lo que quería,

el mas agresivo era Sagredo, estaban Peralta y

Barragán, a tal punto era agresivo Sagredo que Fuentes

lo detuvo, se sintió amenazado, quiso ir a buscar la

llave y no lo dejaron. Lincoln refirió que es Sagrado

quien pasa por atrás y abre la puerta diciéndole a los

demás “dice Hettinger que pasen”, ingresan, Fuentes le

dijo “me tenés podrido”, desenchufan la computadora,

tiraron el cuadro, se escucharon gritos, hablaban en

tono burlón, a la llave se la sacaron por la fuerza,

concluye el testigo que tuvo miedo. Sifuentes ratifica

la declaración de fs. 1395 donde afirmó que Fuentes

estaba frente al administrador y lo que las otras

personas decían. Muñiz confirma que también escucho los

gritos, decían que lo iban a tirar por la ventana.

Martín refiere que el dialogo fue intimidante, hablaban

a los gritos, que Fuentes y Sagredo le pedían

explicaciones al administrador y mientras se las daba

le tiraban agua, le movían los papeles, sabía que tenía

que dar las llaves “si o si”. Fuentes Díaz comentó que

dado el tono del reclamo pidió que llamen a seguridad,

exigían la llave “me la entregas o me la entregas”,

“mirame la cara no te la vas a olvidar”, atribuyéndole

a Fuentes manifestaciones de este tenor. Tiene por

acreditada la materialidad del evento con la voluminosa

prueba testimonial y documental, lamenta que este

primer hecho se comenzara a investigar seriamente

después de ocurrido el segundo. Respecto a la autoría,


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si bien se ha acreditado la presencia de todos los

imputados en el lugar del hecho y esto aumentaba el

poder intimidante, no se ha logrado incorporar

elementos de juicio suficientes para acreditar que

actividad que habrían desplegado los imputados. Se

refiere a María Alejandra Barragán, Miguel Angel

Sánchez, Patricia Fuentes, Rosana Andrea Zanellatto,

Vanesa Ferreira y Selma Inés Quinteros. Distinta es la

situación de Julio Fuentes y Sagrado. El primero fue

quien manejo el hecho y comandó esta discusión plagada

de inconductas y amenazante, tomo la iniciativa en

representación del grupo, inició la conversación

diciendo “me tenés podrido”, marcó la impronta, esa

sola frase en ese contexto es idónea para amedrentar al

sujeto pasivo, no sólo amenaza sino que indica a sus

propios compañeros el camino a seguir, y cerró el feroz

apriete refiriendo a Hettinger que la próxima vez no

iban a hablar, todas estas manifestaciones de Fuentes

fueron vertidas en un contexto en que todos los

componentes del grupo arrancaban a Hettinger el escudo,

rompían el cuadro, quemaron la alfombra, tiraron agua,

desenchufaron la computadora. Fuentes Díaz fue

categórica, la situación era tensa con golpes en el

escritorio y reconoce la voz de Fuentes. Hettinger fue

concluyente cuando dijo que se sintió patoteado y

privado de su libertad. Martín también sintió lo mismo.

Por lo tanto Julio Fuentes es uno de los autores. La

presencia de Sagredo está acreditada por Hettinger,

Lincoln y Martín. En cuanto a la calificación legal,


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comparte algunas partes del alegato del fiscal, cuando

descarta que el mismo no configura el delito de

coacción agravada, pero por distintas razones, no por

la naturaleza jurídica de ISSN, considera que es por

otra razón, cuando el Código Penal indica a

funcionarios públicos los cita en distintos artículos,

no he sido mezquino, sin embargo en esta figura el

código cita a miembro del poder público no de

funcionario, con una connotación diferente, los poderes

públicos son tres: Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y

Poder Judicial, el Poder Ejecutivo es unipersonal de

acuerdo al art. 200 de la Constitución Provincial, por

lo tanto a su criterio sujeto pasivo de este delito,

cuando se trata del Poder Ejecutivo, puede ser solo

quien se desempeña como gobernador. En consecuencia la

conducta quedaría subsumida por la norma del artículo

149 bis, segundo párrafo. En cuanto al delito de daño

si bien se encuentra acreditada la materialidad, no se

ha podido individualizar a los autores por lo que se

abstiene de formular acusación. En relación al hecho

del 9 de enero, también discrepa con el fiscal, que

quitó la calificarte de la coacción agravada por el

carácter autónomo del ISSN cuando el artículo 149 ter

inc. 2b no requiere la calidad de miembro del poder

público. Sostiene que se ha acreditado también con

fehaciencia la ocurrencia del episodio del 9 de enero,

como ya mencionara al inicio del debate ese día JULIO

DURVAL FUENTES, HILDA JOSEFINA LOCATTI, ANGEL MIGUEL

PERALTA, HORACIO HECTOR FERNÁNDEZ, MARIA ALEJANDRA


19

BARRAGÁN, ABEL CESAR SAGREDO, PATRICIA ELIZABETH

QUILAPAN, RICARDO GINES PEREZ, MIGUEL ANGEL SÁNCHEZ y

JUAN A. CASTILLO, voltearon a patadas las puertas del

despacho de Hettinger y de Martín, después de

encontrarlo a Hettinger lo agredieron con golpes de

puño, lo sacaron al pasillo, lo tiraron por la escalera

y lo siguieron golpeando en el tercer piso hasta que

fue rescatado por la contadora Grisolia, todo ello para

exigirle la renuncia a su cargo y abandono del lugar de

trabajo. Existe numerosa prueba que acredita la

ocurrencia del hecho, e informes médicos que prueban

las lesiones de Hettinger, Martín, Sifuentes, Bravo y

Castillo. El Dr. Losada ratificó su gravedad. Existe

también una voluminosa prueba testimonial que describe

como ocurrió, si bien existió una unidad de acción que

se desplegaba por distintos lugares y distintos

momentos, estima oportuno agrupar a los testigos de

acuerdo al lugar en el que estaban. Adelanta que esta

prueba colectada no ha resultado suficiente para

sostener la autoría de Julio Fuentes, Locatti,

Barragán, Quilapan, Sánchez y Juan Castillo

absteniéndose de formular acusación. Distinto es la

situación de Peralta, Pérez, Sagredo y Fernández. En el

cuarto piso, primero, y la oficina del contador Martín

tenemos los testimonios de Miranda, Castillo,

Hettinger, Martín. Hettinger narra lo mas preciso que

puede, no tuvo tiempo de reconocer a mucha gente, a los

tres segundos que irrumpió este grupo de desaforados

recibió el primer golpe en su cabeza, dijo que la


20

agresión siguió por el pasillo y por la escalera hasta

el tercer piso. Le imputa a Pérez el primer puñetazo.

Agrega, un dato adicional a efectos de identificar al

primer agresor, dice que le reclamó sobre los servicios

suspendidos en Zapala, y Pérez es de Zapala. Lincoln

cuenta como voltearon las puertas a patadas e

identifica a Sagredo y vio a Fuentes que miraba el

episodio sin hacer nada. Martín dice que estaba reunido

con Castillo en su oficina, le gritaban que se tenía

que ir, imputa a Pérez haber golpeado a Hettinger, no

sólo lo apunta, sino que en la declaración testimonial

en el juicio brindó una descripción fisonómica que se

compadece absolutamente con Él. Castillo, aseguró que

escuchó el golpe cuando rompieron la puerta de

Hettinger, ingresó primero Pérez y le dijo “mirame la

cara hijo de puta soy de Zapala”, Hettinger con los

brazos cruzados pregunto que pasaba y Pérez dijo que no

tenia nada que hablar y le dio un golpe, dice Castillo

que los conoce porque estando desocupado participó de

marchas. Describe como fue la agresión y dice que a

Hettinger lo hacían pasar por el pasillo y lo golpeaban

como cuando en el ejército se producen los manteos. Por

ultimo y en relación al episodio dentro de la oficina

de Martín está el testimonio de Miranda, que afirma que

la puerta fue forzada por un grupo de diez o veinte

personas, le decían al administrador que ya le habían

dicho que se fuera, tiraron papeles, uno pidió que lo

tiren por la ventana, Sagredo le gritaba “hijo de puta

porque no te vas”, Barragan con un cinta pegaba papeles


21

en los escritorios y lo insultaba, Sagredo estaba muy

exaltado. Todo esto ocurrió dentro de la oficina, a

Hettinger lo sacan por el pasillo, aquí aparecen otros

testigos. Acuña ratifica que lo llevaban a los golpes,

vio a Sagredo y Horacio Fernández pegándole. Quilapan y

Locatti se reían. Sifuentes vio que le pegaban, cuando

se interpuso lo golpearon a él, sindicó a Peralta y

Sagredo. Muñiz vio a Hettinger rodando a las patadas,

lo toman y lo tiran por la escalera. Torres vio que un

grupo llevaba al administrador, vio a Julio Fuentes,

Locatti y Quilapan que lo integraban. En el mismo

sentido se pronuncian Mirta Ramírez, Fuentes Díaz y

Lucia Vázquez. Ramírez dijo que Julio Fuentes fue uno

de los primeros que entró y uno de los últimos que

salió. Fuentes Díaz ve la masa que lo escupía, vio a

Sagredo, a Locatti y a Horacio Fernández. Lucia Vázquez

que abrieron las puertas a patadas, del miedo que le

dio pretendió introducirse en un armario, le pidió a

Quilapan que los detuviera y esta le dijo que se calle.

Muñiz vio que a Hettinger lo traían por el pasillo a

las patadas y por la escalera. Casinelli que lo tiraron

por la escalera. En el tercer piso, Biedma dijo haberlo

visto sangrando seguido por los manifestantes, Peralta

era uno de los que gritaba y narra el episodio del

yogur, digno de ser tenido en cuenta porque pone de

manifiesto que el accionar estaba dirigido no sólo a

pegar, a ocasionar daños, sino también a humillar.

Grisolia afirmó que Hettinger llegó con la cara

ensangrentada, desprolijo, lo llevo a la oficina de


22

Frasetto, y que no lo llevó a la terraza porque temió

que pasara lo peor. Los varones eran estatuas, se

sentía la violencia y presión, querían sacarlo del

edificio, lo agarraban y se gritaban entre ellos

“sacalo, sacalo”, asimismo narra el episodio de una

pesada perforadora con la que querrían agredirlo.

Frasetto relata que entra Grisolia con Hettinger en mal

estado, le arrojaron yogur en la cabeza hasta que

alguien gritó que era suficiente, era como que alguna

persona dirigía la agresión. Cuevas, ve pasar a

Hettinger a tranco largo, desarreglado, Barragán

trataba de impedir que pase gente para pegarle a

Sifuentes. Sagredo pasó a contaduría con un grupo, era

como una hinchada de football cuando se roban algo.

Schutt dice que sintieron los golpes, paso corriendo el

administrador tomándose la cara, un grupo que lo

seguía, vio a Peralta gritándole “renuncia te vamos a

hacer mierda”, a Fuentes al final de la escalera

moviendo las manos como dirigiendo la gente, fueron

claros los testigos, hubo una clara coacción que tenía

como objeto hacerlo renunciar y abandonar su lugar de

trabajo, los imputados aseguraron que la manifestación

tenía por objeto reclamar por los servicios, pero se

pregunta si alguien pidió algo, apenas ingresaron

comenzó la golpiza en contra del administrador, por lo

tanto pretender que se de crédito a que el objeto de la

manifestación era la falta de servicios de ISSN no se

corresponde. Habría que prescindir del panfleto de fs.

188, de recortes periodísticos y de toda esta prueba


23

testimonial. Al día siguiente el diario La Mañana del

Sur, publicó que ATE emitió un comunicado pidiendo la

renuncia del administrador por entender que es inepto,

esto nos invita a pensar que estaban felices con lo que

hicieron, era un día de gloria, fueron a pegarle, a

humillarlo, y tan contentos estaban que después de este

episodio firman este comunicado, el diario Río Negro

del día 10 de enero da cuenta que los incidentes

ocurrieron cuando la manifestación arribó a ISSN a

exigir la renuncia del administrador, el mismo

periódico cita manifestaciones de Fuentes al respecto.

En su indagatoria Julio Fuentes dijo “vieron como es

Hettinger”, esa fue la respuesta que recibimos, y

cuando a algún juez se le ocurre investigar estas

conductas se convierte en perseguido político. Limita

la acusación en relación a la autoría en contra de

quienes se ha acreditado actuaron en contra de

Hettinger. Pérez, fue sindicado como una de las

personas que lo golpeó. Sagredo, es la punta de lanza

de todas esto, fue visto en todos lados, rompiendo

pegando y amenazando, lo indica Lincoln, Hettinger,

Nora Miranda a quien conoce por ser vecinos, Acuña que

estaba en una oficina vidriada hacia el pasillo, aun

colocando a la testigo dentro de su despacho, tenia

perfecta visibilidad, por otra parte llama la atención

la declaración de Diorio que no vio ninguna riña,

ninguna agresión, cuando en instrucción detalla, una

pateadura a Hettinger, Acuña, declara que salió al

pasillo y pudo ver lo que narró acá, le cree a Acuña,


24

no a un testigo que cambia su declaración, a un testigo

que no vio nada cuando a centímetros de sus narices

pasaba un trifulca como nunca se había visto en ISSN.

Sifuentes también imputa a Sagredo haberle pegado a

Hettinger. Martín, Fuentes Díaz, Muñiz, Cuevas. A

Peralta lo sindican Sifuentes, Casinelli, que lo

reconoció en esta sala, Schutt. A Horacio Fernández, lo

vieron en el pasillo del cuarto piso, lo vio Silvia

Acuña que lo reconoce como uno de los que le pegaba al

administrador, Fuentes Díaz, Herminda Torres. Estas son

las pruebas que acreditan la autoría en este segundo

hecho de Fernández, Sagredo, Peralta y Pérez. Sostiene

la calificación oportunamente adoptada del artículo 149

ter inciso 2 b) del Código Penal, este articulo es

claro que si las amenazas tuvieren como propósito

compeler a una persona a hacer abandono de su lugar de

trabajo, el accionar de los nombrados queda subsumido

por los alcances de la norma legal, si bien autores

excluyen la violencia del modo comisivo, Creus señala

que puede operar cuando se la emplea como medio

compulsivo, creando estado de alarma o temor que lleva

a la victima a hacer algo que no quiere o dejar de

hacerlo. En cuanto a las lesiones tampoco comparte el

criterio del fiscal, que dice que la figura del

artículo 95 ha sido desterrada, nuestro Código Penal ha

sido modificado y este art. 95 sigue vigente, por ello

modifica la imputación de las lesiones graves por las

lesiones en agresión del artículo 95 del Código Penal

por encontrarse los elementos tipificantes, tres o mas


25

personas, resultado lesivo, no contamos con

individualización precisa pero si de los autores de la

violencia sobre la persona del ofendido por lo que se

dan los elementos del art. 95. En cuanto al daño

comparte argumentos del fiscal, no se han dado

condiciones para el daño calificado, si simple del art.

183 en contra de Sagredo que fue el único que se

demostró que derribo las puertas a patadas. Teniendo en

cuenta los certificados de antecedentes, informes de

abono, características de los hechos, acusa a Julio

Durval Fuentes como coautor del delito de coacción art.

149 bis por el hecho del día 30 de octubre de 2001 y

solicita una pena de 3 años y 6 meses de prisión. A

Cesar Sagredo, coautor de los delitos de coacción por

el hecho del 30 de octubre, y coacción agravada,

lesiones graves en agresión y daño en Concurso real

arts.149 bis segunda parte, 149 ter, 95, 83 y 55 del

Código Penal y solicita una pena de 6 años y 6 meses de

prisión. A Ricardo Ginez Pérez como coautor del delito

de coacción agravada y lesiones graves en agresión en

concurso real, arts. 149 ter inc. 2 b), 95 y 55 y

solicita una pena de 6 años de prisión. A Horacio

Fernández como coautor del delito de coacción agravada

y lesiones graves en agresión en concurso real, arts.

149 ter inc. 2b, 95 y 55 del C.P. y solicita una pena

de 6 años de prisión. A Peralta como coautor del delito

de coacción agravada y lesiones graves en agresión en

concurso real, arts. 149 ter inc. 2b, 95 y 55 del C.P.

y solicita una pena de 6 años de prisión. La Fiscalía


26

de Estado, adhirió en todos sus términos a la posición

de la querella particular, incluyendo la disidencia con

la Fiscalía de Cámara, haciendo la salvedad que

considera que se encuentra habilitada a formular

acusación por todos los cargos, sin que se limite

exclusivamente a las afecciones patrimoniales, por lo

normado en el art. 3 de la ley 1575, que a su criterio

le otorga las mismas facultades que el fiscal de penal,

y por otra parte ya que fue aceptada su actuación en

todo el proceso, tanto en la etapa de instrucción, como

en las audiencias de debate a instancias de este

juicio.

Por las defensas, tomó la palabra el

Dr. Mariano Mansilla haciendo un planteo, que aseveró,

debe ser resuelto con antelación a efectuar una defensa

formal, específica, detallada y puntual de los cargos

formulados, en consecuencia requirió, para los

imputados acusados por la Fiscalía Penal, se haga lugar

a la suspensión de proceso a prueba de conformidad a

los establecido en el art. 358 bis del C.P.P. y C. y

por otra parte sobre las imputaciones finales de las

querellas debe, a su criterio, tenérselas como

adhesivas a la Fiscalía Penal, de conformidad a la

última jurisprudencia del Tribunal Superior de

Justicia, en la materia, en el acuerdo n° 8 del año

2004. Corrida la vista a la parte acusadora el Dr.

Rómulo Patti adhirió a la solicitud, y tanto la

querella particular como la Fiscalía de Estado, propinó

su rechazo, destacando y mencionando, entre otros


27

argumentos, el mismo fallo citado por la defensa, con

los argumentos de los dos jueces que votaron en

minoría.

Quedan así planteadas las

controversias, introducidas, de las que se desprende

que debo expedirme sobre tres cuestiones: la posición o

estatus de la Querella Particular y de la Fiscalía de

Estado, el pedido de suspensión del proceso a prueba

(art. 358 bis del C.P.P. y C.), y sobre las

abstenciones. Sobre el primer punto entiendo que la

posición del voto de la mayoría en la causa “Sabio,

Edgardo Alberto – Herrero, Carlos Washington s/

falsedad material de documentos (2 hechos), falsedad

ideológica reiterada (2 hechos) y estafa en grado de

tentativa – Vita, Daniel Enrique s/Uso de documento

falso y tentativa de estafa – Rivas Nelson del Carmen

s/ falsedad ideológica (expediente n° 39 – año 2003

Acuerdo 8/2004), es el que debe aplicarse en este

supuesto, sobre el carácter, el grado de participación

efectiva y el rol de la querella en nuestro

ordenamiento procesal, primero por un elemental

principio de economía procesal, nótese que justamente

los dos vocales que opinaron en disidencia, no integran

actualmente el alto cuerpo a diferencia de lo que

ocurre, con los Sres. jueces Fernández, Sommariva y

Badano que se encuentran en funciones y no ha existido

una sentencia posterior que modifiqué el criterio

adoptado en la de referencia, pero además por coincidir

con los fundamentos en que se estructura el fallo, que


28

entre otros refiere que “… esto es así, al menos a mi

ver no puede existir ninguna duda desde que, existen

muchos actos requirentes que sólo puede realizar la

fiscalía, sin que la intervención de la querella pueda

sustituirlo, a titulo de ejemplo: la ampliación de la

acusación que prevé el artículo 346 de nuestro rito,

únicamente puede realizarla el Ministerio Publico, sólo

la asistencia del fiscal y de los defensores es

obligatoria en las audiencias respectivas (art. 333

primer párrafo del C.P.P. y C.); las atribuciones y

obligaciones que le confiere al tribunal el art. 366 lo

son en función del auto de remisión a juicio o del

requerimiento fiscal; etc. En suma si nuestra ley

procesal hubiese dado plena autonomía al acusador

particular, no se justificarían estas limitaciones;

razón por la cual, considero, que aun cuando la

querella alega solicitando pena, esta circunstancia no

habilita al Tribunal de juicio a condenar, cuando, el

titular del Ministerio Publico, expresamente, no ha

hecho lo propio.” A estos conceptos me permito agregar

que el silencio del legislador en esta o en cualquier

otra materia debe ser decidido a favor del imputado,

dado el carácter analógico que atañe a toda

interpretación conceptual de algo que no se dice

expresamente, es decir si existen dos posibilidades

respecto de la querella, que sea autónoma o adhesiva,

es la segunda posición, la que favorece, a todas luces

al procesado, es en su beneficio contar con dos

acusadores dependientes, que cargarlos en forma


29

independiente o autónoma. “cito: Si bien en el Derecho

Procesal Penal se admite la interpretación restrictiva,

la extensiva y aun la aplicación analógica, la primera

es la única aceptable en materia de coerción personal

del imputado. La interpretación restrictiva de una

disposición legal, implica que ésta debe ser “entendida

apretadamente a su texto, sin extensión analógica o

conceptual”, aun cuando su literalidad “admita

lógicamente equivalentes o similares a los previstos

expresamente por ella”. El carácter excepcional de las

restricciones a la libertad- frente al principio de

inocencia- imposibilita interpretar las normas que la

autorizan más allá de lo que literalmente expresan, ni

atrapar en su contexto otras situaciones de hecho no

contempladas expresamente como merecedoras de tales

medidas restrictivas. Sólo si fuera en beneficio del

imputado se podrá aplicar al caso una norma que no lo

regule expresamente, ni se pueda pensar que fue

intención del legislador captarlo. Garantías y Sistema

Constitucional, José Cafferata Nores, Revista Derecho

Penal 2001-1 pág. 120 Al mismo tiempo se ha puesto en

mira el precepto que fija el art. 3 de la ley 1575 y en

este sentido, también el Tribunal Superior de Justicia,

ha fijado su posición esta vez en la causa “Sobisch;

Jorge Omar s/Negociaciones incompatibles”, Acuerdo

16/1999, en el que si bien reconoce la facultad de la

Fiscalía de Estado de actuar como querellante en causas

penales, lo hace acotado a lo normado por el art. 70

del C.P.P y C. cuyo alcance acaba de ser resuelto


30

precedentemente, dijo el TSJ en la causa citada “No

está en discusión la admisión por nuestro ordenamiento

procesal penal vigente de la institución del

querellante de acción pública, como acusador particular

conjunto con el Ministerio Público Fiscal. Pero esta

novedad legislativa emergente de la ley 2153 presupone

en la persona individual o colectiva que pretende

asumir ese rol la característica esencial de ser

“particularmente ofendida por un delito de acción

pública”. Como “supra” se argumentará, el Fiscal de

Estado se halla habilitado para actuar como querellante

particular en aquellos supuestos delictivos en que se

afecte “el patrimonio del Fisco”, o se lesionen

“directa o indirectamente intereses del Estado” (art.

136 de la Const. Pcial.)”. En consecuencia sobre la

primera cuestión defino la controversia en favor del

carácter adhesivo tanto de la querella particular como

el de la Fiscalía de Estado. Consecuentemente debe

acotarse la acusación por los cargos y por las personas

que esta incluye. Este situación remite a que atento la

evidente modificación de la imputación originaria

efectuada por el Dr. Rómulo Patti, y lo normado en los

art. 358 bis, 310 bis y 310 ter corresponde hacer lugar

a la solicitud de la defensa, de conformidad fiscal,

debiéndose oportunamente fijar fecha de audiencia a

esos fines. Por último me resta expedirme sobre los

imputados que no han sido acusados por el Ministerio

Público Fiscal, y en este orden puedo afirmar que el

discurso final desincriminatorio del Dr. Patti, guarda


31

coherencia argumental, lógica discursiva, y una

interpretación de la prueba sostenida sobre la base de

la sana crítica racional, y conforme la reiterada

jurisprudencia de esta Cámara en lo Criminal n° 1, que

en sintonía con la C.S.J.N. en la causa “Mostaccio;

Julio Gabriel s/ homicidio culposo” hemos afirmado que

ante la falta de acusación hecha en los términos que se

acaban de calificar, debe procederse a la absolución.

En consecuencia voto por la absolución de JULIO DURVAL

FUENTES, HILDA LOCATTI, MARIA ALEJANDRA BARRAGAN,

PATRICIA QUILAPAN, PATRICIA FUENTES, ROSANA ANDREA

ZANELLATTO, VANESA FERREIRA, SELMA INES QUINTEROS,

HORACIO FERNANDEZ y MIGUEL ANGEL SANCHEZ.

En cuanto a los imputados MIGUEL

ANGEL PERALTA, ABEL CESAR SAGREDO, y RICARDO GINES

PEREZ, considero debe hacerse lugar a la realización de

la audiencia de suspensión del proceso a prueba.

Que el Dr. Luis María Fernández,

dijo:

Que vengo a adherir al voto del vocal

preopinante, por los fundamentos y consideraciones más

arriba expuestas. Sin perjuicio de ello, a mayor

abundamiento, en relación a considerar al querellante

con carácter adhesivo y no autónomo, deseo resaltar que

en aras de la seguridad jurídica de los justiciables no

era otra la resolución que cabía dar al caso que fuera

traído a juicio, atento los distintos precedentes

fallados por este Tribunal. En efecto, en forma

reiterada esta Cámara ha acogido la tesis sostenida por


32

el Tribunal Superior de Justicia, en causa “Sabio…”,

ACUERDO N°8/2004, del 21/04/04. Es así como con

distinta constitución de jueces se ha expedido al

respecto en autos: “GERLERO, Román Gustavo

s/Defraudación”, registrados en esta Cámara en lo

Criminal Nº Uno bajo REC. 59 folio 186 Año 2004,

resolución del 22/11/04, votos Dres. Cecilia Luzuriaga

de Valdecantos, Luis María Fernández, Mario Rodríguez

Gómez. También se adoptó tal tesitura en Sentencia Nro.

28, del 13/06/05, dictada en causa Nro. 68, F 138, A.

04, con voto del Dr. Luis María Fernández, con

adhesiones de los Dres. Mario Rodríguez Gómez y Juan

José Gago. Qué les depararía a los imputados sometidos

a juicio que en unos casos unos jueces ante una

determinada incidencia procesal actuaran de una manera,

y en otros supuestos donde se produjera la misma

situación jurídica, vaya saber movido porqué intereses,

actuaran de forma distinta. Tal proceder, impredecible

conspiraría contra la seguridad jurídica que debe

imperar en un Estado Constitucional de Derecho. En

efecto, debe existir un claro equilibrio entre el afán

de dar a cada uno su derecho y la seguridad que se debe

brindar a los justiciables a través de una justicia que

sea predecible mientras las condiciones permanezcan

invariables, dando cabal aplicación al principio “rebus

sic stantibus”. Al respecto Vanosi ha expresado que

“Por seguridad jurídica debemos entender algo muy

elemental: la predictibilidad, la previsión, lo que

algún tribunal ha llamado la regla de la


33

calculabilidad. Significa que antes de producir un acto

o un hecho sepamos cuáles son las consecuencias legales

que vamos a tener que afrontar. Conocer anticipadamente

los efectos demuestra responsabilidad por ese hecho y

por ese acto jurídico. La Corte lo dijo muy bien en el

caso Abal, Fallos 248: 291, también el Fallos 242: 501;

258: 134, 265 y también en Fallos 250, p. 750, y más

recientemente en Fallos 316, p. 1609, y así

sucesivamente” (Vanossi, Jorge Reinaldo “Filosofía de

los valores constitucionales, política institucional, y

técnica jurídica, en las cortes supremas y tribunales

constitucionales”, LA LEY 28/04/2005, 1) Tal seguridad

jurídica se vería seriamente afectada, si vaya saber

guiados por qué recónditos motivos –que por supuesto

permanecerían “in pectore”- falláramos en distinto

sentido al ya apuntado, borrando con el codo lo escrito

en el pasado con la mano; violando de tal forma la

independencia e imparcialidad judicial. Por otra parte,

hace a tal predictibilidad que los tribunales

inferiores fallen de consuno con las sentencias

dictadas por los máximos tribunales de las respectivas

jurisdicciones, máxime si los precedentes en cuestión

resultan ser reiterados. En tal sentido la resolución

adoptada por nuestro máximo tribunal provincial en la

causa “Sabio…”, no resultó ser un fallo aislado, ya que

se reiteró tal posición en ACUERDO N° 14/2004, del

22/06/04,”, con votos de los Dres. Eduardo Badano,

Alejandro Gavernet y Arturo González Taboada, lo mismo

que en ACUERDO N° 26/2005, del 11/07/05, con votos de


34

los Dres. Eduardo Badano, Luis Felipe Cía, Ricardo

Kohon, Alejandro Gavernet y Dr. Alberto Mario Tribug,

quienes comparten los razonamientos expuesto por el

Alto Cuerpo en “Sabio”; en este caso si bien no se

trataba de la misma situación se reafirmó lo expuesto

en Sabio. El adoptar una posición distinta so pretexto

de una falsa independencia constituiría una violación a

la seguridad jurídica.

En lo que hace al papel del Fiscal de

Estado en el proceso penal, más allá de la letra del

Artículo 3ro. de la ley 1575, su carácter y funciones

son las mismas que la del querellante particular, por

cuanto como tal se constituye a la luz del artículo 70

del CPPC, en tal sentido basta observar la solicitud

presentada por el Dr. Gaitán de tenerlo por constituido

como tal, glosada a fs. 264/265, trayendo a colación en

su libelo precisamente a los artículos 70, 70 bis y

siguientes del CPPC, que se refieren a este sujeto

procesal, siendo tenido como tal a fs. 352/353. Por

ende los argumentos expuestos en relación a la

prosecución de la acusación del querellante particular,

encontrándose huérfano el proceso de acusación del

Fiscal de Cámara, son extensivos a la suerte que debe

seguir la acusación del Fiscal de Estado.

Que el Dr. Carlos Manuel Sierra,

dijo:

Adhiero al voto de los señores

Vocales preopinantes, los que ya se han expedido sobre

esta figura y el encuadre de funciones que debe tener


35

según las normas del código de rito; sólo quiero

agregar al respecto que considero que el instituto del

Querellante Particular conjunto resulta contrario a la

idea de justicia que debe primar en la aplicación del

derecho penal, pues este se debe fundamentar en prueba

objetiva, desprendida de pasiones subjetivas, que

interfieran con miras a la protección del interés

social que debe primar.-

En mi opinión la figura del

querellante constituye un resabio, de aplicación en los

tiempos en que el Estado aun no se había hecho cargo de

la persecución penal, que en la práctica goza el

particular ofendido, quien impulsado casi siempre, por

una idea personal y por un interés pecuniario,

contrarios ambos, a la idea de justicia que debe guiar

la acusación, desnaturalizan la fusión que cumple en la

actualidad el Ministerio Público Fiscal. Por tales

motivos, entiendo que si bien debe admitirse al

Querellante Particular, por ser el damnificado por el

delito, su pretensión debe ser acotada dándole la

posibilidad de intervenir en el proceso, pero limitando

sus facultades no más allá de la pretensión punitiva

propuesta por el Fiscal.-

Asimismo, desde el punto de vista

teórico, el delito afecta en primer lugar al Estado,

encargado de mantener la paz social, quien recurre a la

pena para mantener su objeto, lo que da origen a la

acción pública, por cuanto al Estado pertenece la

pretensión punitiva y sólo un órgano suyo puede ejercer


36

tal acción penal; si se le otorga esa función al

ofendido, en su interés individual, debe quedar

comprendido dentro del interés de la colectividad, de

esta manera se dignificará la elevada concepción del

derecho y la justicia.-

Por otro lado, el Querellante no

tiene durante el desarrollo del proceso facultades más

limitadas que las del Fiscal, en tal sentido no tiene

atribuciones ni coercitivas ni ejecutivas, como allanar

el domicilio; además, tampoco tiene obligación de obrar

con objetividad y lealtad en el procedimiento.-

Asimismo, si bien es cierto que al

Querellante se le permite una colaboración en la

administración de justicia, pudiendo proporcionar

elementos de cargo al tribunal o de convicción que

podrían escaparse y argumentar sobre ellos, para

verificarlos en el ánimo del juzgador, también es

cierto, por lo dicho más arriba, que debe tener una

función acotada, no más allá de la pretensión que guía

al Fiscal en la prosecución de la acción penal. Por

estos fundamentos y en aras de un mejor sistema de

justicia, entiendo que no corresponde que el

Querellante tenga la atribución de peticionar una

acusación más grave en el juicio que el Fiscal.-

En consecuencia, se torna irrelevante

el tratamiento de la segunda y tercer cuestiones

referidas a la calificación legal y sanción aplicable,

respectivamente.
37

Que en mérito a la votación que

instruye el Acuerdo que antecede, la Cámara Primera en

lo Criminal, por unanimidad,

FALLA:

PRIMERO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo

a JULIO DURVAL FUENTES, de circunstancias personales

relacionadas en el exordio, de los delitos de COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO y COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES GRAVES –3

hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en carácter

de coautor (arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc. 1°,

149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45

del Código Penal), por haber mediado abstención fiscal,

sin costas del proceso, a excepción de los honorarios

por los trabajos realizados por su defensor particular

(arts. 491 y 494 del C.P.P y C).

SEGUNDO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo

a HILDA JOSEFINA LOCATTI, de circunstancias personales

relacionadas en el exordio, de los delitos de COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES GRAVES –3

hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en carácter

de coautor (arts. 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184

inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal), por haber mediado

abstención fiscal, sin costas del proceso, a excepción

de los honorarios por los trabajos realizados por su

defensor particular (arts. 491 y 494 del C.P.P y C).

TERCERO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo


38

a MARIA ALEJANDRA BARRAGAN, de circunstancias

personales relacionadas en el exordio, de los delitos

de COACCIÓN AGRAVADA en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO

y COACCIÓN AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES

GRAVES –3 hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO

DOBLEMENTE AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en

carácter de coautor (arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184

inc. 1°, 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y

5°, y 45 del Código Penal, por haber mediado abstención

fiscal, sin costas del proceso, a excepción de los

honorarios por los trabajos realizados por su defensor

particular (arts. 491 y 494 del C.P.P y C).

CUARTO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo a

PATRICIA ELIZABETH QUILAPAN, de circunstancias

personales relacionadas en el exordio, de los delitos

de COACCIÓN AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES

GRAVES –3 hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO

DOBLEMENTE AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en

carácter de coautor (arts. 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92,

55, 184 inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal), por haber

mediado abstención fiscal, sin costas del proceso, a

excepción de los honorarios por los trabajos realizados

por su defensor particular (arts. 491 y 494 del C.P.P y

C).

QUINTO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo a

PATRICIA FUENTES, de circunstancias personales

relacionadas en el exordio, de los delitos de COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO y COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES GRAVES –3


39

hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en carácter

de coautor (arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc. 1°,

149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45

del Código Penal), por haber mediado abstención fiscal,

sin costas del proceso, a excepción de los honorarios

por los trabajos realizados por su defensor particular

(arts. 491 y 494 del C.P.P y C).

SEXTO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo a

ROSANA ANDREA ZANELLATTO, de circunstancias personales

relacionadas en el exordio, de los delitos de COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO y COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES GRAVES –3

hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en carácter

de coautor (arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc. 1°,

149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45

del Código Penal), por haber mediado abstención fiscal,

sin costas del proceso, a excepción de los honorarios

por los trabajos realizados por su defensor particular

(arts. 491 y 494 del C.P.P y C).

SEPTIMO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo

a VANESA FERREIRA, de circunstancias personales

relacionadas en el exordio, de los delitos de COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO y COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES GRAVES –3

hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en carácter

de coautor (arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc. 1°,
40

149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45

del Código Penal), por haber mediado abstención fiscal,

sin costas del proceso, a excepción de los honorarios

por los trabajos realizados por su defensor particular

(arts. 491 y 494 del C.P.P y C).

OCTAVO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo a

SELMA INÉS QUINTEROS, de circunstancias personales

relacionadas en el exordio, de los delitos de COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO y COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES GRAVES –3

hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en carácter

de coautor (arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc. 1°,

149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45

del Código Penal), por haber mediado abstención fiscal,

sin costas del proceso, a excepción de los honorarios

por los trabajos realizados por su defensor particular

(arts. 491 y 494 del C.P.P y C).

NOVENO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo a

HORACIO HÉCTOR FERNÁNDEZ, de circunstancias personales

relacionadas en el exordio, de los delitos de COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES GRAVES –3

hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en carácter

de coautor (arts. 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184

inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, por haber mediado

abstención fiscal, sin costas del proceso, a excepción

de los honorarios por los trabajos realizados por su

defensor particular (arts. 491 y 494 del C.P.P y C).


41

DECIMO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y cargo a

MIGUEL ANGEL SANCHEZ, de circunstancias personales

relacionadas en el exordio, de los delitos de COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con DAÑO AGRAVADO y COACCIÓN

AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES GRAVES –3

hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO DOBLEMENTE

AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en carácter

de coautor (arts. 149 ter., inc. 2 a), 55, 184 inc. 1°,

149 ter. Inc. 2 b) 90, 92, 55, 184 inc. 1° y 5°, y 45

del Código Penal), por haber mediado abstención fiscal,

sin costas del proceso, a excepción de los honorarios

por los trabajos realizados por su defensor particular

(arts. 491 y 494 del C.P.P y C).

DECIMO PRIMERO: ABSOLVIENDO libremente de culpa y

cargo a JUAN ALBERTO CASTILLO, de circunstancias

personales relacionadas en el exordio, de los delitos

de COACCIÓN AGRAVADA en CONCURSO REAL con LESIONES

GRAVES –3 hechos-, LESIONES LEVES –2 hechos- y DAÑO

DOBLEMENTE AGRAVADO, TODO en CONCURSO REAL ENTRE SÍ, en

carácter de coautor (arts. 149 ter. Inc. 2 b) 90, 92,

55, 184 inc. 1° y 5°, y 45 del Código Penal, por haber

mediado abstención fiscal, sin costas del proceso, a

excepción de los honorarios por los trabajos realizados

por su defensor particular (arts. 491 y 494 del C.P.P y

C).

DECIMO SEGUNDO: HACER LUGAR a la realización de

la AUDIENCIA de SUSPENSIÓN del PROCESO a PRUEBA, a

favor de los imputados MIGUEL ANGEL PERALTA, ABEL CESAR

SAGREDO, y RICARDO GINES PEREZ, fijando fecha para el


42

día 26 de marzo del corriente año, a las 9,00 horas.-

DECIMO TERCERO: Protocolícese, queden notificadas

las partes por su pública proclamación (art. 365 C.P.P.

y C.) y cúmplase. Líbrense, además de las establecidas

por Ley 22.117, las comunicaciones de rigor. Fecho,

previa vista al Ministerio Fiscal y pago de las costas

procesales, archívese.-

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