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P.

CRÍMENES CONTRA MUJERES

«TOCADAS», CONDENADAS
RAMIRO VILLAPADIERNA la guerra, Mirveta tenía 22 años cuan-
Probablemente «toca» viene del far- do tomó a su recién nacido, le acari-
si «taq» para velo. Pero el sentido de ció el rostro y lo apretó contra su pe-
mujer «tocada» –no togada– varía cho: la enfermera pudo oír crujir la nu-
según quién la haya «tocado». La «to- ca antes de que Mirveta se lo devol-
cada» ha sido desposada y lleva «to- viera entre lágrimas, inerte. Temió que
ca», o en el peor de los casos manci- cada día volvería a ver en él la cara de
llada y lleva mancha; ambas son «in- su enemigo. En Zivince, Safeta volvió
tocables» en la sociedad más pa- arrepentida a por su bebé en un orfa-
triarcal, como la islámica, que ha hecho nato bosnio, al saber que de hambre
a la mujer depositaria única de la hon- se había comido los dedos hasta el
ra, liberando de tal modo al hombre hueso. La mayoría no quiso volver a
de su responsabilidad social: éste to- verlos o los ahogó en el río.
ca, mancha, dispone y condena.
Ella es ensalzada idealmente hasta «CASTILLO DEL ENEMIGO». La mu-
ser merecedora luego de los infiernos: jer tocada es «castillo del enemigo»,
de tres tiros en la cara, como la joven dice el canon de la sangre de las mon-
berlinesa de origen turco Hatun Su- tañas albanesas. Con frecuencia la
rucu, asesinada por su hermano. «La violada es hecha culpable de su suer-
muy cerda vivía como una alemana», te: incluso para ella misma. «Tocada»
se oyó al día siguiente en su colegio. físicamente, repudiada familiarmen-
En Berlín era el sexto crimen «por ho- te, inservible socialmente: «tocada»
nor» familiar en seis meses, el 45 en también mentalmente. «Lo esconden
ocho años. Tras décadas de multicul- en el fondo de sus corazones, si les
turalismo, la veterana feminista Alice haces hablar es como una segunda
Schwarzer culpa a la izquierda de una violación», explicaba en Kosovo la ac-
pretensión de tolerancia «deshones- tivista Sevdije Ahmeti: «Pero tienen
ta» y paternalista. que hablar». Y ser reconocidas: «No
figuran ni como víctimas de guerra»,
no hay pensión para ellas. Por eso les
EN EL HOSPITAL DE PRISTINA, ha dado el escaparate de su cine la
debutante realizadora bosnia Jasmi-
MIRVETA TOMÓ A SU RECIÉN
la Zbanic; su película Grbavica es un EL DOLOR
NACIDO, LE ACARICIÓ EL ROS- grito en el silencio del Balcán: «Aho- DE LAS
ra existen», dijo hace días levantando VÍCTIMAS.
TRO Y LO APRETÓ CONTRA SU su Oso de Oro en Berlín. MUJERES
En guerra «nunca he conocido una MUSULMANAS
PECHO: LA ENFERMERA PUDO mujer que no sea víctima», confesa- BOSNIAS LLORAN
ba Paula Ghedini, de Acnur: al menos A SUS MUERTOS
OÍR CRUJIR LA NUCA ANTES DE
como hija, esposa, madre, sobrina de EN EL CEMENTERIO
QUE MIRVETA SE LO DEVOLVIE- un muerto. Pero en los monumentos DE POTOCARI,
conmemorativos nunca hay un nom- LOCALIDAD
RA ENTRE LÁGRIMAS, INERTE bre de mujer. PRÓXIMA A
Nedziba Salíhovic no ha visto a su SREBRENICA
marido ni a su hijo desde Srebrenica
Las autoridades «no tratan igual a en 1995, «pero hasta durmiendo los
un alemán o a un turco que pega a su
mujer, a éste le aplicaban un atenuante
cultural que es falso», coincide el polí-
veo». Sobrecoge cuántas mujeres vi-
ven sostenidas por una esperanza im-
posible. Diez años después, Zumra Se-
MORIR DE AMOR
tico turco en Berlín Ozcan Mutlu. homérovic siente aún en su oído «el
Anualmente decenas de musulmanas susurro de mi marido diciéndome que
en Alemania escapan de sus familias todo iría bien», antes de ser separa- LAS FLAGELACIONES, LAS LAPIDACIONES, LOS «ASESINATOS DE HO-
y de matrimonios arreglados, a cen- dos para siempre. NOR»... ¿PERVIVEN SÓLO EN REGIONES APARTADAS O HAN ALCAN-
tros de acogida; miles de mujeres no Desde las guerras helénicas se sa-
salen jamás de su barrio o aún de su be que la mujer ha sido botín, Aure- ZADO YA NUESTRO OCCIDENTE MÁS CIVILIZADO?
casa: no saben en qué ciudad viven. liano paseó por Roma a la reina de Pal-
El 11 de septiembre ha dividido aún mira encadenada y los libertadores
más, según el Centro de Estudios Tur- rusos violaron a dos millones de ale-
cos de Essen; «hay mayor apego a la manas. Pero el Tribunal de La Haya SERAFÍN FANJUL rido y de su linaje, sino al de su fami-
identidad religiosa». sentencia que en los Balcanes la mu- De vez en cuando, los periódicos nos lia de origen, y corresponde a los va-
jer fue objetivo de una política racial. traen noticias de los países islámicos rones de ésta borrar la ofensa ejecu-
LAS GUERRAS DEL BALCÁN. A la «Se buscó preñarlas a fin de des- que rebasan con mucho lo desagra- tando a la culpable. Según esta idea,
muerte de Hatun, una joven adujo en componer y acabar con su pueblo», dable y entran de lleno en el terreno si el esposo ofendido se vengara,
una emisora turca que «eso es por no anota Kelly Dawn Askin en War Cri- del horror. La mujer, como deposita- podría incurrir en un crimen que re-
llevar velo». Para muchos, se lo me- mes against Women. En las paredes ria que es del honor familiar, carga clamaría la venganza de la sangre del
recía. Igual que las violadas en las gue- de un instituto de Mitrovica un escri- también con las consecuencias más clan de la esposa. Estos criterios han
rras del Balcán. En una aldea balcáni- to amenazaba: «Vamos a violar a vues- negras: flagelaciones, lapidaciones, regido durante siglos con diversa fuer-
ca: «Cuando vimos rodeado el pueblo tras mujeres para que den hijos ser- asesinatos de honor... Sin embargo, za según momentos históricos, por el
untamos a nuestras hijas con estiér- bios». El Tribunal para la ex Yugosla- este concepto de la honra difiere en peso de sustratos preislámicos, o en
col» para hacerlas repelentes. Se las via ha elevado el empleo de la mujer un punto importante del tradicional función de la vigencia de una u otra
llevaron igual y no volvieron. «No se como arma de guerra a crimen con- en la sociedad española, reflejado en escuela jurídica.
han atrevido a volver, en todo caso tra la humanidad, en sentencia de fe- el teatro clásico o los novelones de-
están muertas», admitía un padre de brero de 2000. Ello no cambia que cimonónicos: a partir de la concep- CRISIS DE VALORES. La sociedad
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familia. Es verdad que «nos preocupa Teufika Ibrahimefendic se meta bajo ción beduina –subsistente en estado árabe también ha sufrido sus crisis de
menos la muerte que la violación», una ducha helada hasta no sentir na- fósil en el imaginario de las socieda- valores y sabemos que ya desde el si-
decía Shkendije Hoda. da, cada vez que los recuerdos vuel- des árabes– la mala conducta de la glo IX se ponen en entredicho las vir-
En el hospital de Pristina, al acabar ven a violarla. ■ mujer no daña al ‘ird, el honor del ma- tudes tópicas de la beduinidad (ge-

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