El consumo máximo de oxígeno (VO2max) se refiere a la máxima capacidad
que tiene el organismo de utilizar oxígeno por unidad de tiempo. En otras palabras, éste corresponde al máximo potencial aeróbico del individuo, por lo que tiene especial importancia en la valoración funcional de los deportistas.
Por su parte el umbral de lactato, se considera que corresponde al momento a
partir del cual se produce un aumento brusco en la concentración de ácido láctico en el músculo, bajo condiciones de incremento progresivo de la intensidad del ejercicio realizado. En el punto de deflexión de la curva que representa la acumulación o concentración de ácido láctico en el músculo, podemos también ver la interacción de los sistemas anaeróbico y aeróbico.
Este parámetro nos es importante porque ayuda a determinar la intensidad del
ejercicio a partir del cual se desarrollan componentes de fatiga, los cuales dificultarán el progreso y mantenimiento de dicha intensidad por períodos prolongados.
DÉFICIT Y DEUDA DE OXÍGENO
El consumo de oxígeno no aumenta de forma inmediata una vez que se inicia
una actividad física. De hecho, al inicio del ejercicio es inferior al requerido para mantener una situación de equilibrio (steady state). Ésta diferencia entre el O2 requerido y el utilizado se denomina déficit de O2; este déficit no impide, sin embargo, que el aporte de energía para el trabajo muscular sea el adecuado, ya que se utilizan vías metabólicas más inmediatas, como la del ATP – PC y la glucólisis anaeróbica.
Una vez finalizado un ejercicio físico, éste consumo de O2 no retorna a los
valores normales de inmediato, sino que lo hace de forma paulatina y
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progresiva. A éste volumen de oxígeno consumido por encima de los valores
iniciales de reposo se denomina deuda de O2 dependiendo de la magnitud del esfuerzo y la capacidad del deportista de suministrar la cantidad de oxígeno necesaria durante el desarrollo de la actividad.
COODINACIÓN ENTRE LAS VÍAS ENERGÉTICAS
Las fuentes energéticas están relacionadas entre sí y todas entran en
funcionamiento durante el esfuerzo físico; el porcentaje de participación de cada una de ellas dependerá exclusivamente del tipo de esfuerzo al que se vea sometido el individuo. No obstante dicha aseveración, el cuerpo humano siempre utilizará como primera fuente la vía energética más eficiente a su disposición, por lo que tiende a emplear la vía oxidativa en la medida que la intensidad del ejercicio se lo permite. Al ser incapaz de solventar los requerimientos energéticos, el organismo tenderá a producir energía por medio de la glucólisis anaeróbica. Siendo el caso de los ejercicios de alta exigencia y máxima intensidad, o en las primeras fases de ejercicios menos intensos, el organismo se verá en la necesidad de utilizar el ATP y CP para generar el motor de arranque en la movilización de la energía requerida, y dar tiempo suficiente a que los otros mecanismos se pongan en marcha en la generación de energía.
Vías metabólicas en el ejercicio
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RESPUESTA CARDIOVASCULAR AL EJERCICIO
El cuerpo humano es una “maquina” sorprendente. Todos sus órganos y
sistemas trabajan conjuntamente y en perfecta coordinación para sustentar casi cualquier situación compleja de exigencia física.
El corazón es el centro del sistema cardiovascular; este músculo proporciona el
flujo sanguíneo hacia la periferia de nuestro organismo, sin él no podríamos existir. Aunque este músculo es vital, no obstante depende de otros órganos y sistemas que lo regulen. Hecha esta aclaración, debemos consignar la importancia de hablar de una forma global sobre la función del sistema cardiovascular.
Funciones del sistema cardiovascular
Sistema Cardiovascular FUNCIONES
Suministrar oxígeno, nutrientes y hormonas a los
músculos que se contraen y requieren energía para moverse.
Extraer de la musculatura los productos resultantes del
metabolismo (CO2 y ácido láctico) y transportarlos a otros órganos para su metabolización o eliminación.
Contrarrestar la hipertermia producida durante el
ejercicio mediante una vasodilatación cutánea que facilite la pérdida de calor.
Frecuencia cardíaca
La frecuencia cardiaca aumenta en proporción al incremento de la intensidad
del ejercicio, aumentando así el gasto cardiaco y el aporte de oxígeno a la musculatura. Esta respuesta fisiológica es regulada por diferentes factores:
1. diversas funciones del sistema cardiovascular, se encuentran
reguladas por nervios que se originan en el bulbo raquídeo, cuya continuación es la médula espinal. 2. la estimulación cardiaca se lleva a cabo por dos vías nerviosas; la simpática y parasimpático, las cuales liberan sustancias que regulan la frecuencia de contracción del músculo cardiaco; la acetilcolina, la cual permite la disminución de la frecuencia de los latidos cardíacos. 3. El aumento del número de unidades motoras y músculos reclutados
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durante el ejercicio por parte de la corteza motora, produce una
reacción y estimulación cerebral, la cual es enviada hacia la médula espinal solicitando un aumento de la frecuencia cardiaca como mecanismo de previsión ante la necesidad de mayor consumo de oxígeno. 4. El músculo también envía información para un aumento de la frecuencia cardiaca, en momentos en que la concentración excesiva de ácido láctico o CO2; o bien cuando requiere un riego sanguíneo mayor para efectuar un ejercicio. 5. la presión arterial influye también en el aumento de la frecuencia cardíaca, ya que existen unas terminaciones nerviosas sensibles a las variaciones de presión que envían la información hacia la médula para su regulación y estabilización.
Respuesta cardiovascular a ejercicios
Durante la realización de ejercicios con grupos musculares pequeños, la
frecuencia cardíaca no aumenta a niveles considerables como en ejercicios globales que impliquen movilización de grandes paquetes musculares.
El sistema cardiovascular, reacciona ante estímulos directos que impliquen
movimientos musculares, los cuales provocarán un volcamiento de sustancias que inciden en el aumento de la frecuencia cardiaca de forma proporcional al estímulo directo del ejercicio.
Este estímulo se encuentra supeditado también a los estados de alerta,
motivación y cardiopatías que presente el individuo; debido a que el aumento de la frecuencia cardiaca provocará reacciones diferentes ante las situaciones vivenciadas. Es decir, el sistema cardiovascular reaccionará ante cualquier situación que implique movimiento o ejercicio, en la misma proporción e intensidad del mismo.
Para consultar:
• Manual de Teoría y práctica del acondicionamiento físico , De La
Reina, CV Ciencias del deporte, Madrid, 2003. • Manual de educación física y deportes , López Viñaspre, Océano, Barcelona, 2003. • Fisiología del trabajo físico , Astrand, Panamericana, Madrid, 1985. • Preparación física total , Heraldo, Hispanoeuropea, Barcelona, 1991.