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La Tejedora Jacques Sternberg

La Tejedora
Jacques Sternberg

Nunca la haba visto yo sin sus agujas de tejer. Tejer era su pasin, su nica inquietud. Incluso si un rayo caa al pie de su ventana, ella no apartaba los ojos del tejido. Pero yo conoca sus ojos. Eran verdes, admirables. Porque Ylge era hermosa, extraamente hermosa. Y an ms extrao era el contraste entre la belleza de Ylge y la banalidad de esa labor que ella cumpla con tanta perseverancia. Me hicieron falta seis meses para convencer a Ylge de que abandonara por un rato el tejido y las agujas. La conduje a la cama y la desvest. En su cabeza, entre dos mechones de pelo, vi un pequeo hilo de lana. Tir de l. Durante una hora tir de l. Finalmente comprend que haba destejido a Ylge y que ahora tena entre manos una enorme bola de lana. La dej sobre una mesa. Qu otra cosa podra haber hecho?.

Ricardo Carrasco Francia rcarrasco@outook.com

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