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Los profesores Hunziker y Krapf establecían en 1942 la siguiente definición del tu-
rismo en su relación con la economía que es universalmente admitida actualmente:
«Turismo es el conjunto de las relaciones y fenómenos —económicos, sociales y
culturales— producidos por el desplazamiento de personas fuera de su lugar habitual
de residencia, en tanto que dichos desplazamientos y permanencia no estén motiva-
dos por una actividad lucrativa principal, permanente o temporal».
De esta primera definición podemos acotar una segunda, según el profesor Manuel
Figuerola que se circunscribe más directamente a la relación económica que tiene el
turismo. Así el turismo «es toda actividad que supone desplazamiento que conlleva el
gasto de renta, cuyo objetivo principal es conseguir satisfacción y servicios, que se
ofrecen a través de una actividad productiva, generada mediante una inversión pre-
via y cuyo objetivo final es obtener una rentabilidad».
Es por ello que, en este trabajo, estudiaremos las actividades turísticas en un contex-
to global de relaciones de producción, distribución y consumo en las que participan,
de una u otra forma, todos los sectores y agentes económicos. Examinaremos todo
ello en un ámbito de relaciones internacionales cada vez más intensas: en la econo-
mía mundializada de principios del siglo XXI, los flujos internacionales de mercancí-
as, capitales, personas, tecnologías e información, son crecientes, y de gran impor-
tancia
1
Lic. en Economía (UNLP). Profesor de Introducción al Turismo y a la Estructura del Mercado Turísti-
co
1.
a) La macroeconomía como el estudio de las magnitudes agregadas de la econo-
mía turística y de sus comportamientos e interrelaciones. Estudia, pues, las activida-
des humanas en relación con la actividad turística de grandes grupos —países, re-
giones, etc. — expresándose mediante las magnitudes o agregados económicos si-
guientes:
10. Los pagos de divisas por salidas de nacionales al extranjero o la compra o impor-
tación de infraestructura turística del exterior, reflejados en la Balanza de Pagos.
12. El turismo dentro del marco del Producto Interior Bruto y del Producto Nacional
Bruto.
1. ¿Qué peso tiene el turismo en los valores de la producción final de bienes y servi-
cios?
2.
2. ¿Estamos ante un sector con gran capacidad de generación de empleo? ¿Es éste
un empleo estable o precario?
3. ¿Cuáles son las relaciones económicas que ligan entre sí a los distintos sectores
para satisfacer la demanda turística?
Y=C+I+G+X—M (1)
3.
Donde Y es la producción total, que está formada, como puede verse en la fórmula,
por el consumo privado (C), la inversión privada (I), el volumen del gasto público (G,
que es el gasto de todas las administraciones públicas, sean gastos de consumo o
de inversión), y los bienes producidos para la exportación (X), a los que se deben
restar las importaciones (M) 2
Cuanto mayor sea el porcentaje del gasto del turista que permanezca en esa econo-
mía y cuanto más rápidamente circule, mayor será su efecto de “activador” de la
economía de una zona.
2
Observe el lector que dentro de C, I y G puede haber gastos que corresponden a importaciones y no han sido,
por tanto, producidos en el interior del parís; por ello debe restarse M para calcular el PIB. Asimismo, las exporta-
ciones deben añadirse, puesto que son producidas en el interior (forman parte del PIB), y no están en el consumo
interno ni en la inversión
4.
ro está claro que con la inyección del gasto del turista se da principio a una sucesión
de desembolsos dentro de la economía de una zona turística.
Hay pérdida de ingresos cuando el dinero se utiliza para adquirir bienes y servicios
fuera de dicha comunidad.
En términos económicos, los distintos sectores de una economía están todos unidos,
afectando cada parte a las restantes. Cuando estas uniones se incrementan en nú-
mero y fuerza, las consecuencias del gasto del turista sobre esa economía también
se incrementan y hay menos dinero que salga de ella. En otras palabras, a menores
pérdidas hacia fuera mayor efecto multiplicador.
Podríamos efectuar una distribución del gasto del turista de acuerdo a los siguientes
rubros: hoteles, restaurantes, comercios, transporte, salud, agencias de viajes, sou-
venir y excursiones.
No olvidemos, por otro lado, que el crecimiento de la demanda también puede provo-
car inflación, de tal manera que las políticas expansivas por el lado de la demanda
(por ejemplo, incrementando el gasto público, reduciendo los impuestos, o bajando el
tipo de interés para animar el endeudamiento) sirven para crecer, pero generan pro-
blemas en los precios, y las contractivas ayudan a luchar contra la inflación, pero
pueden provocar estancamiento o paro. Son, pues, dos armas que deben usarse de
forma distinta para solucionar diferentes problemas. Y no puede olvidarse, en todo
caso, el peligro del déficit público, si el gasto público crece sin financiación adecuada
en los ingresos impositivos.
En el caso del turismo, por ejemplo, el incremento de la demanda de los turistas ex-
tranjeros provocará, finalmente, un crecimiento de la economía superior al incremen-
to de gasto turístico inicial (efecto multiplicador), pero tal impulso de la demanda
puede crear subidas de precios en las zonas receptoras.
— Producto Interior Bruto (PIB). Es el valor del conjunto de los bienes y servicios fi-
nales producidos en el interior de una sociedad (un país, por ejemplo) durante un
periodo definido: habitualmente un año. Tienen validez como indicador de la activi-
dad productiva, pero es un mal índice de bienestar económico, puesto que no incor-
pora informaciones tales como la forma en que se distribuye el producto entre las
diferentes clases sociales o los efectos negativos que genera la producción – conta-
minación, por ejemplo.
—Valor Añadido Bruto (VAB) En cada sector productivo, el VAB se corresponde con
la aportación del sector a la producción total del país. Obsérvese que no coincide con
el valor total de los bienes producidos, puesto que cada producto incorpora en su
5.
precio el gasto que se efectuó en la compra de los bienes intermedios que necesitó
(inputs). Por ejemplo, el sector de hostelería cobra a sus clientes no sólo por lo que
él mismo aporta a la producción, sino también lo necesario para pagar a la empresa
del sector de la construcción que levantó el hotel, más la energía eléctrica consumi-
da, etc., etc. Todo ello pertenece al VAB de otros sectores.
— Renta Nacional. Es el total de ingresos que perciben los miembros de una nación.
Resulta de la suma de salarios, intereses, alquileres y beneficios y su valor, por tan-
to, corresponde, a grandes rasgos, con el valor del PNB (es evidente que los habitan-
tes de un país ganan, en conjunto, lo que producen todos
6.
Recuadro 2 BALANZA DE PAGOS
(Representación simplificada)
1.2. Balanza de servicios. Ingresos y pagos por prestación de servicios más allá de
las fronteras del país. Incluye ingresos y pagos de divisas por entrada y salida de
turistas, entre otras partidas.
1.3. El Fondo Monetario Internacional (FMI) separa desde 1993 la balanza de rentas
del trabajo y del capital, formando una nueva balanza.
Cada partida atiene, a su vez, tres valores: ingresos, pagos y saldo (diferencia entre
ingresos y pagos)
7.
La Balanza de Pagos referente al turismo está formada, básicamente, por las si-
guientes partidas:
a) Activo
1. Las exportaciones de bienes para fines turísticos y de turistas extranjeros.
2. Los ingresos en divisas procedentes de los servicios —transporte, aloja-
miento, manutención, etc. — prestados a los turistas extranjeros.
3. El producto de los capitales invertidos en instalaciones turísticas en el ex-
tranjero.
4. Las transferencias de los sueldos y salarios que perciben los argentinos que
trabajan en empresas turísticas en el extranjero.
b) Pasivo
1. Las importaciones de bienes destinados para fines turísticos.
2. Los pagos en divisas de los servicios turísticos —alojamiento, transporte,
manutención, etc. — que son prestados a los argentinos que viajan, en concepto de
turismo, al extranjero.
Los pagos en divisa que se realizan en el extranjero para sufragar las cam-
pañas de promoción turística, propaganda, publicidad, marketing, relaciones públi-
cas.
3. Los intereses de los capitales extranjeros invertidos en Argentina en el sec-
tor del turismo.
4. Los sueldos y salarios que perciben los extranjeros que trabajan en Argenti-
na en el sector del turismo.
Algunas naciones pequeñas (muy pocas, y todas ellas insulares: Las Bahamas, Islas
Seychelles...) tienen unos ingresos por turismo cercanos al 50 por 100 de la produc-
3
Un sector productivo se define desde el lado de la oferta. Así, el calzado se define como tal por el producto
ofrecido (zapatos), no por el hecho de que la demanda provenga de uno u otro lugar. El turismo, en cambio, es un
tipo de demanda que afecta a diversos sectores productivos: hotelería, transporte, comercio, inmobiliarias... Cada
uno de los sectores afectados, a su vez, tiene un componente turístico en su demanda, pero otra parte de ella no
lo es. Así sucede, por ejemplo, en la demanda de primera vivienda o de segunda residencia. De ahí que el turis-
mo dificulta su estudio como los demás sectores
8.
ción del país. Tanto sus atractivos turísticos como el escaso desarrollo de los demás
sectores explican estas magnitudes que, por otro lado, no deben interpretarse de
forma radicalmente optimista. No es conveniente depender excesivamente de un so-
lo sector, como suele ocurrir entre los países de escaso nivel de desarrollo: la diversi-
ficación sectorial enriquece económica y culturalmente a un país...
9.
CUADRO 1
Producto Interno Bruto a precios de mercado - Valor Agregado Bruto a precios de productor ARGENTINA
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 (*) 2003 (*) 2004 (*) 2005 (*)
PIB PRECIOS DE MERCADO 236.504 250.307 243.186 256.626 277.441 288.123 278.369 276.172 263.996 235.235 256.023 279.141 304.763
VAB A PRECIOS DE PRODUCTOR (1) 217.797 230.405 224.282 235.857 253.995 263.702 255.976 254.124 244.052 221.317 239.800 260.171 282.773
PIB PRECIOS DE MERCADO (en %) 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
PRODUCTORES DE BIENES PRIMARIOS 6,6% 6,8% 7,6% 7,2% 6,7% 6,8% 7,1% 7,2% 7,3% 7,1% 7,5% 7,4% 7,3%
B - PESCA 0,2% 0,2% 0,2% 0,2% 0,2% 0,2% 0,2% 0,2% 0,2% 0,2% 0,2% 0,1% 0,1%
C - EXPLOTACION DE MINAS Y CANTERAS 1,5% 1,6% 1,9% 1,9% 1,8% 1,6% 1,6% 1,8% 1,8% 1,8% 1,8% 1,8% 1,7%
PRODUCTORES DE BIENES SECUNDARIOS 25,8% 25,7% 24,6% 24,8% 25,4% 25,4% 24,5% 23,7% 21,7% 18,5% 21,8% 25,0% 25,2%
D - INDUSTRIA MANUFACTURERA 18,2% 18,0% 17,2% 17,4% 17,5% 17,2% 16,4% 15,9% 14,6% 13,0% 15,0% 16,8% 16,6%
F – CONSTRUCCION 5,7% 5,7% 5,1% 5,3% 5,7% 5,9% 5,7% 5,2% 4,5% 3,0% 4,0% 5,2% 5,8%
PRODUCTORES DE SERVICIOS 61,1% 61,4% 61,9% 61,9% 61,7% 62,2% 63,3% 64,2% 60,9% 55,3% 57,7% 61,6% 61,1%
14,3% 14,4% 13,6% 13,9% 14,2% 14,0% 13,5% 13,2% 12,0% 9,8% 11,1% 12,6% 12,6%
G - COMERCIO MAYORISTA Y MINORISTA Y
10.
REPARACIONES
H - HOTELES Y RESTAURANTES 2,3% 2,4% 2,4% 2,5% 2,6% 2,6% 2,6% 2,6% 2,4% 2,2% 2,3% 2,5% 2,5%
J. INTERMEDIACION FINANCIERA 3,9% 4,5% 4,5% 4,9% 5,2% 5,9% 6,1% 6,3% 5,7% 4,6% 3,8% 3,6% 3,9%
IMPUESTO AL VALOR AGREGADO 6,9% 6,7% 6,7% 6,9% 7,0% 6,9% 6,7% 6,6% 6,0% 4,5% 5,0% 5,7% 5,9%
IMPUESTOS A LA IMPORTACION 1,0% 1,2% 1,1% 1,2% 1,5% 1,6% 1,4% 1,4% 1,1% 0,5% 0,8% 1,1% 1,3%
11.
Estimación del Producto Bruto de Viajes y Turismo a precios constantes
12.
Población de 14 años y más ocupada por categoría ocupacional según rama de actividad económica agrupada y sexo
Total del País. Año 1991 Total del País. Año 2001
Agricultura, caza, silvicultura y pesca 1.364.870 11,0% (A) Agricultura, ganadería, caza y silvicultura 897.521
Electricidad, gas y agua 103.787 0,8% (E) Electricidad, gas y agua 90.165
Transporte, almacenamiento y comunicaciones 637.962 5,2% (I) Servicio de transporte, de almacenamiento y de comunicaciones 717.573
Finanzas, seguros, inmuebles y servicios a las empresas 655.021 5,3% (J) Intermediación financiera y otros servicios financieros 186.513
Servicios comunales, sociales y personales 3.924.044 31,7% (L) Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria 969.280
13.
(M) Enseñanza 930.925
Actividades no bien especificadas 122.661 1,0% (Z) Actividades no bien especificadas 427.307
Agricultura, caza, silvicultura y pesca 1.142.674 9,2% (A) Agricultura, ganadería, caza y silvicultura 805.293
Electricidad, gas y agua 92.469 0,7% (E) Electricidad, gas y agua 76.428
Transporte, almacenamiento y comunicaciones 583.938 4,7% (I) Servicio de transporte, de almacenamiento y de comunicaciones 629.188
14.
Finanzas, seguros, inmuebles y servicios a las empresas 432.264 3,5% (J) Intermediación financiera y otros servicios financieros 111.717
Servicios comunales, sociales y personales 1.459.492 11,8% (L) Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria 649.790
Actividades no bien especificadas 81.013 0,7% (Z) Actividades no bien especificadas 243.200
Agricultura, caza, silvicultura y pesca 222.196 1,8% (A) Agricultura, ganadería, caza y silvicultura 92.228
Electricidad, gas y agua 11.318 0,1% (E) Electricidad, gas y agua 13.737
15.
Transporte, almacenamiento y comunicaciones 54.024 0,4% (I) Servicio de transporte, de almacenamiento y de comunicaciones 88.385
Finanzas, seguros, inmuebles y servicios a las empresas 222.757 1,8% (J) Intermediación financiera y otros servicios financieros 74.796
Servicios comunales, sociales y personales 2.464.552 19,9% (L) Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria 319.490
Actividades no bien especificadas 41.648 0,3% (Z) Actividades no bien especificadas 184.107
Actividades Económicas" CIIU de las Naciones Unidas. Revisión 3. Esta información tiene carácter provisorio.
16.
La Industria de Viajes y Turismo en la Argentina 2003 - 2005
Entre los países desarrollados (dejando de lado pequeños Estados como Mónaco)
España tiene el valor más alto en participación del turismo en la economía: en torno
al 9 por 100 del PIB4. Otros países con valores elevados son Francia, Italia y Estados
Unidos, en tomo al 6 por 100. Son magnitudes que confieren al turismo una gran im-
portancia económica. En términos absolutos (no en porcentaje respecto al PIB) el
primer país en ingresos generados por turismo es EE.UU., con valores muy elevados
en ingresos provenientes de turistas nacionales, aunque al considerar a la Unión Eu-
ropea corno un todo, las cifras totales son similares a las de Estados Unidos.
Los países que habitualmente reciben más ingresos en divisas en concepto de turis-
mo son España y Estados Unidos seguidos, a cierta distancia, por Francia, Italia y el
Reino Unido. En España, las ventajas de tipo geográfico y climático son explotadas
económicamente desde que en los primeros años sesenta se inició una larga fase de
apertura al exterior. Los precios, relativamente bajos respecto a los países más des-
arrollados, ejercieron durante mucho tiempo como factor clave en las ventajas com-
parativas de España.
4
Se incluyen en estos datos tanto turismo nacional como internacional. Las estimaciones de turismo nacional pro-
bablemente estén infravaloradas. Es difícil realizar un cálculo correcto, dada la libertad de movimientos dentro de
cada país.
17.
El turismo en el mundo: principales destinos
18.
Contribución Económica del Turismo
Comparaciones Internacionales
En virtud de estos datos podemos afirmar que nos encontramos ante un sector de los
denominados de demanda fuerte, ya que la elasticidad5 renta de su demanda es ele-
vada. Esto es, cuando aumenta la renta de los consumidores, crece muy deprisa la
demanda de turismo. Ello lo convierte en un gran motor de crecimiento en muchos
países en desarrollo.
Pese a estas cifras tan elevadas, no debemos engañamos utilizando el aumento del
número de turistas como índice de crecimiento económico del sector, puesto que a
nivel mundial crecen más deprisa los turistas que los ingresos por turismo, medidos
en términos reales.
Por otro lado, el dinamismo del sector no excluye problemas que pueden venir de su
elevado ritmo de crecimiento. En ocasiones aparecen problemas de inadaptación ge-
neral, inflación, saturación, desigualdades sociales, desequilibrios ecológicos, des-
trucción de culturas, etc. En definitiva, en el análisis macroeconómico (en general, no
sólo en turismo), los conceptos de bienestar, crecimiento y desarrollo no deben utili-
zarse como sinónimos.
Relaciones intersectoriales
La demanda que realizan los turistas afecta directamente a muchos sectores produc-
tivos. Efectivamente, transporte aéreo, transporte terrestre, hotelería, comercio al por
menor, inmobiliarias, construcción, agencias de viajes... abastecen de forma directa
la demanda de los visitantes. Aunque el gasto turístico se concentra habitualmente en
alojamiento y transporte, son muchos otros los sectores afectados, con diferentes es-
tructuras organizativas, nivel tecnológico, internacionalización de su actividad o inten-
sidad en capital.
Por otro lado, cada uno de los sectores productivos que abastecen directamente la
demanda turística tiene, a su vez, impactos indirectos sobre otros sectores. Cada
sector demanda inputs (productos intermedios) a otros sectores, generando una ca-
5
El concepto económico Elasticidad refleja la “sensibilidad” que experimenta una variable dependiente ante cam-
bios proporcionales de otra variable que la determina. En general, para la mayoría de los bienes , los cambos
pueden ser de tipo proporcional, más que proporcional o menos que proporcional
19.
dena de incrementos de demanda. El siguiente esquema nos ayudará a entender es-
te fenómeno:
Estos impactos indirectos relacionan a todos los sectores, y generan unos efectos
multiplicadores que pueden ser estudiados a través del denominado «análisis input-
output» (distintos de los multiplicadores keynesianos mencionados en el apartado 1:
el efecto conjunto de ambos se denomina «impactos inducidos»). Evidentemente, ello
ocurre con todos los sectores productivos, no sólo con la demanda turística.
En el caso del turismo, los multiplicadores suelen ser elevados, y el resultado es que
una unidad de demanda final genera incluso más de dos unidades de producción en
el conjunto de la economía. No obstante, el efecto final depende del país analizado y
de su estructura sectorial y tecnológica. Las economías muy abiertas al exterior tie-
nen pocos impactos indirectos, dado que importan gran parte de sus inputs. De ahí
que los efectos multiplicadores sean menores cuando trabajamos en el ámbito regio-
nal o en países turísticos pequeños, que importan gran parte de los recursos consu-
midos.
20.
Turismo y empleo
En principio, cabe pensar que se genera más empleo a mayor magnitud de la de-
manda turística. Pero una afirmación como ésta debe ser matizada por dos factores
adicionales: la intensidad en trabajo del sector (cantidad de empleo, en relación al
capital invertido), y el empleo generado de manera indirecta.
Entre los sectores que abastecen la demanda turística, algunos (los menos) son muy
intensivos en capital, es decir, necesitan grandes inversiones fijas por puesto de tra-
bajo. Es el caso de industrias aeronáuticas, que generan muy poco empleo por uni-
dad de producto. Pero buena parte de los sectores turísticos son intensivos en traba-
jo, es decir, necesitan mucha mano de obra por unidad producida. Así ocurre con
hotelería, donde el ratio trabajadores/clientes es más elevado a mejor calidad del
hotel o restaurante, o en construcción y otros sectores.
En definitiva, nos encontramos frente a una actividad que genera más empleo que la
media de los sectores productivos: cabe esperar, pues, que en casi todos los países
las cifras de participación del turismo en el empleo total generado sean superiores a
las de su participación en el PIB. Así sucede en España, y en el conjunto de Europa.
Para la Unión Europea, nos encontramos con valores de más de nueve millones de
puestos de trabajo a mediados los años noventa, que corresponden a un 8 por 100
del empleo total, a pesar de tener el turismo una participación en el PIB europeo infe-
rior al 6 por 100. Para España, encontramos en torno al 10,5 por 100 del empleo to-
tal, frente a una participación en el PIB cercana al 9 por 100. Sin embargo para Ar-
gentina tenemos un 7,14% del empleo total frente a una participación en el PIB de
7,3%; esto puede deberse a una mejora en los términos de intercambio que han im-
pactado positivamente en los precios del sector.
Las cifras mencionadas hacen referencia a empleo y producción generados de forma
directa e indirecta: el empleo indirecto depende de la capacidad de generar empleo
en los sectores que abastecen de inputs, inputs de inputs, etc. Así se define un multi-
plicador de empleo, que será, lógicamente, mayor a mayor multiplicador de output, y
a mayor intensidad en trabajo de los sectores afectados. El turismo tiene, en general,
impactos multiplicadores en el empleo más elevados que otras actividades económi-
cas, al igual que ocurría en los multiplicadores de producción.
Aun así, no podemos olvidar que el empleo en turismo frecuentemente adolece de
dos defectos preocupantes: salarios bajos —entre otras razones, por escasa especia-
lización— y, sobre todo, eventualidad acusada, a causa de la estacionalidad del sec-
tor.
Al estar la demanda concentrada en unos pocos meses al año, se produce la cance-
lación de gran parte de los contratos de trabajo durante los períodos de temporada
baja. Ello lleva consigo efectos indeseables de inestabilidad en el empleo, eventuali-
dad de contrataciones, e incluso una falta de profesionalización, que provoca una
6
Ver informe CAT 2006
21.
merma en la calidad ofrecida, repercutiendo negativamente en los ingresos (incluso
en temporada alta).
En definitiva, podemos resumir diciendo que las actividades turísticas son en general
intensivas en trabajo, y tienen gran capacidad de generación de empleo directo e in-
directo, pero tienden a generar empleo inestable y precario, especialmente en áreas
de turismo muy estacional.
3. Turismo y sector exterior
Analizaremos a continuación la vertiente exterior de las actividades turísticas, a tra-
vés de tres conceptos básicos: balanza de pagos, tipo de cambio y diferencial de pre-
cios, a los cuales añadiremos otras reflexiones adicionales.
Balanza de pagos
La partida de «turismo y viajes» de la balanza de pagos, que recoge el gasto que rea-
lizan los turistas extranjeros en el país de destino, se encuentra, como vimos en el
recuadro 2, en la balanza de servicios.
La mayoría de los países turísticos tienen déficit persistente en la balanza de bienes,
e incluso en cuenta corriente, ya que las exportaciones de mercancías no proporcio-
nan suficientes divisas para pagar las importaciones. Podemos, pues, decir que los
visitantes extranjeros proporcionan una parte de los ingresos que el país necesita pa-
ra importar más de lo que exporta. Si esas importaciones son de bienes de equipo
necesarios para impulsar el desarrollo del país, o de inputs necesarios para producir
bienes en cualquier sector productivo, entonces podemos decir que el turismo está
jugando un papel clave en la expansión económica general: incluso las regiones no
turísticas que necesiten divisas para importar se benefician.
La estructura de la balanza de pagos española desde los primeros años sesenta has-
ta la actualidad se adapta a estas circunstancias, y otros países de menor nivel de
desarrollo actúan hoy de forma parecida (países tan diferentes entre sí como Turquía,
Nepal, Marruecos, Túnez o Cuba) donde remesas de emigrantes e inversión extranje-
ra permiten obtener las divisas necesarias para financiar el déficit comercial.
En general, se puede decir que el saldo de turismo es el resultado de restar a los in-
gresos obtenidos del turismo los gastos realizados por turistas nacionales en el exte-
rior, y tales gastos son de gran importancia en muchos países turísticos desarrolla-
dos: por ejemplo, en España son elevados y crecientes, situación que también co-
mienza a observarse en Argentina.
1. Todas las partidas de la balanza de pagos pueden estar afectadas de forma directa
por las actividades turísticas. Por ejemplo, es necesario importar inputs para sostener
las actividades turísticas, y en algunos países en cantidades muy elevadas: ello redu-
ce considerablemente la aportación neta de divisas obtenidas en concepto de turis-
mo. Pero hay otros casos que modifican dicha aportación: pagos e ingresos por
transferencias de emigrantes (trabajadores extranjeros en el sector), inversiones ex-
tranjeras en capital directo (creación o compra de hoteles con capital extranjero, o
pagos por sus desinversiones...), repatriación de beneficios de empresas turísticas
extranjeras, compraventa de bienes inmuebles en manos extranjeras... No conside-
22.
rarlos sería sobrevalorar la aportación del turismo a la economía nacional en su ver-
tiente exterior, puesto que buena parte de tales movimientos son pagos.
3. Algunos posibles ingresos nunca llegan a las manos del país receptor. Así es el
caso de los viajes realizados en líneas aéreas extranjeras (o de la compra de paque-
tes turísticos mediante agencias o tour operadores extranjeros), cuyos salarios y be-
neficios no se perciben en el país de destino, y no figuran en la balanza de pagos
como ingresos, aunque formen parte del gasto realizado por el turista.
4. Existen gastos más sutiles y de muy difícil medición. Por ejemplo, los ciudadanos
de las regiones de destino pueden sentirse estimulados a comprar productos impor-
tados, por imitación a los turistas (en economía lo llamamos “efecto demostración”.
Evidentemente, no podemos medir con precisión el impacto total de tal fenómeno, de
gran importancia en países no occidentalizados.
En principio cabe pensar que todo ello es positivo para la balanza de pagos, pero
existen otros factores compensadores. La devaluación provoca un encarecimiento de
las importaciones (hay que pagar más pesos por cada dólar importado...). En conse-
cuencia, el sector puede ver cómo suben los costes de inputs importados, viéndose
obligado a subir sus precios a medio y largo plazo (por inflación de costes) y, por tan-
23.
to, el efecto positivo previsto es anulado por la inflación: el país se hace más caro
(menos competitivo). Por otro lado, el aumento de demanda que provoca la devalua-
ción también puede incrementar los precios del sector turístico7.
Con mayor precisión, diremos que en un sistema de tipos de cambio fijos (donde hay
un acuerdo entre varios países para mantener las monedas dentro de una banda de
fluctuación), una devaluación es una modificación del tipo de cambio central en torno
al cual se define la banda de fluctuación. Así era el caso de la mayoría de las mone-
das de la Unión Europea, incluidas en el denominado Sistema Monetario Europeo,
que hoy ha dado paso a la moneda común llamada EURO. En el caso de devaluación
en un sistema en flotación intervenida —esto es, sin tipo de cambio fijo—, el Banco
Central interviene bruscamente para modificar la cotización de la moneda. De la
misma manera se define la revaluación, en sentido contrario.
El dato no es menor si se toma en cuenta que en el período 1994-2001 el saldo negativo promedio fue
de 1250 millones de dólares anuales debido a las facilidades que otorgaba la convertibilidad a quienes
querían veranear en Brasil, aprovechar las “ofertas” de Miami o sacarse fotos en la torre Eiffel. En el
2002 el déficit se redujo a 793 millones de dólares, en 2003 a 506, en 2004 a 369 y en 2005 a 64 mi-
llones. Todavía no se conoce el resultado final de 2006, pero los datos del tercer trimestre, surgidos de
la estimación del balance de pagos que elabora el Indec, mostraron un superávit que, según el gobier-
no y los analistas privados, evidencia un cambio de tendencia mientras continúe el dólar alto.
La cuenta viajes contabiliza los bienes y servicios que los viajeros adquirieron en países que no son de
su residencia durante su estadía por períodos menores a un año, sin contar los pasajes en avión o
barco. Según Ecolatina, un argentino que en 2001 podía costear diez días de vacaciones con su sala-
rio, en la actualidad puede afrontar algo menos de ocho y si el destino es internacional sólo puede sol-
ventar cinco días. Los turistas extranjeros, en cambio, incrementaron su ingreso en pesos un 284 por
ciento debido a la devaluación y su poder adquisitivo se incrementó un 56 por ciento. Así puede cos-
tear seis días más que en 2001. El informe aclara que en las comparaciones el turista extranjero perci-
be su ingreso en dólares americanos sin considerar las variaciones en las paridades cambiarias de los
principales orígenes de afluencia. Entre 2001 y 2006, el euro y el peso chileno se apreciaron con rela-
ción al dólar, por lo que el ingreso que perciben en moneda estadounidense debería ser incluso mayor.
Esta ventaja provocó un aumento acelerado de la inversión en hotelería y turismo. Según el Centro de
Estudios de la Producción, durante 2005 las inversiones alcanzaron los 323 millones de dólares, mien-
tras que las estimaciones preliminares indican que el año pasado podrían haber superado los 600 mi-
llones. A su vez los extranjeros gastan en promedio 463 pesos por día, mientras que los argentinos só-
lo 167. Según Tax Free (encargada de relevar el gasto de los extranjeros para devolver los cargos por
IVA) las compras de los turistas foráneos crecieron 52 por ciento en 2006.
7
Una situación de estas características está experimentando la economía argentina a partir del año 2007
24.
Esta situación, combinada con la recomposición del turismo nacional debido a la lenta mejora del po-
der adquisitivo, hizo que los precios se hayan disparado por encima del Índice de Precios al Consumi-
dor (IPC). Desde la devaluación, la inflación en turismo acumuló 147 por ciento, contra 81 del IPC. Las
mayores alzas se registraron en excursiones y paquetes turísticos (223 por ciento), y transporte (150),
mientras el costo del alojamiento subió 91 por ciento.
En el ranking de las generadoras de divisas, elaborado por Ecolatina, el turismo quedó en cuarto lugar
durante el primer semestre del año pasado con 1816 millones de dólares, detrás del sector oleaginoso
(5030 millones de dólares), del petrolero (4147) y del automotor (1978); y delante del complejo cerea-
lero (1459) y de las exportaciones de carne vacuna (1310 millones). El dato es más positivo si se toma
en cuenta que el turismo no depende de la cotización volátil que pueden experimentar las commodi-
ties.
Analicemos con más detalle este problema de la competitividad vía precios. Depende
de dos variables: el tipo de cambio y la inflación diferencial (ver recuadro 1). En cuan-
to a esta última, la estudiaremos bajo dos vertientes:
Durante los últimos años van apareciendo más y más países que hacen la compe-
tencia a destinos tradicionales de sol y playa como el español. Argentina es un buen
ejemplo, con precios bajos, y que poco a poco va creando las infraestructuras que
necesita el sector. A su vez, el precio del transporte aéreo se ha reducido, haciendo
rentables destinos muy alejados de los países emisores, como el Extremo Oriente, el
Caribe, América del Sur, etc. El crecimiento de los precios en países como España y
otros que se encuentran dentro de los alcances de la zona del EURO, reducen consi-
derablemente la competitividad, y por lo tanto se ven disminuidas sus cuotas de mer-
cado.
25.
portante, dada la diferencia y segmentación que muestran los mercados turísticos. Un
análisis de competitividad que no incluya la calidad de la oferta y la problemática am-
biental siempre queda incompleto. La estrategia de competitividad vía precios no se
puede basar en reducir calidad mediante reducción de costes de explotación, sino en
una política económica que controle la inflación diferencial y el tipo de cambio de ma-
nera adecuada.
Estacionalidad
Diversas causas explican este comportamiento, entre las que merecen destacarse el
clima y la periodificación de las vacaciones laborales y escolares. Efectivamente, las
vacaciones habitualmente se concentran en verano y en el período de invierno. Los
efectos de este comportamiento estacional son muy negativos. Veamos los más im-
portantes:
2. Por otro lado, los largos períodos de temporada baja generan graves dificultades
en la cuenta de resultados de las empresas afectadas, al reducir la posibilidad de
sostener los beneficios durante todo el año. Además, la existencia de costes fijos
(importantes en hotelería), provoca gastos muy elevados en la apertura de estableci-
mientos en períodos de clientela muy escasa. Su cierre estacional, irremediable en
muchos períodos, tampoco es la solución óptima, ya que genera la imposibilidad de
captar a los escasos clientes demandantes en tales épocas. La amortización de las
inversiones realizadas, por otro lado, se hace más difícil como consecuencia de estos
largos períodos de inactividad total o parcial.
26.
Para calcular la estacionalidad, podemos utilizar diversas técnicas estadísticas. La
más sencilla de ellas es la de atribuir valor 100 al volumen de visitantes correspon-
dientes al mes punta (normalmente, el mes de enero para el caso de Mar del Plata
(MDQ)), y, mediante una sencilla regla de tres, obtener el valor correspondiente a ca-
da mes del año. Ello no significa que supongamos plena ocupación durante el mes de
enero, sino que consideramos convencionalmente que su valor es 100 (que no es lo
mismo que 100 por 100 de ocupación). Los datos que ofrece el gráfico 1 responden a
esta técnica, si bien en este caso se ha obtenido, para cada mes, el valor correspon-
diente a la media del valor del mes correspondiente durante un período de tres años.
Al realizar esta operación, los resultados son los valores que representan la situación
de los tres años de los que se dispone información (2004 -2006), en lugar de trabajar
con datos de un solo año, que podrían estar sesgados por circunstancias peculiares.
A los efectos de generar una comparación entre destinos con distinto grado de esta-
cionalidad, se aplicó similar método a los datos de Ciudad de Buenos Aires (BUE),
pero tomando como punto de partida también el mes de enero, a fines de observar el
comportamiento de las plazas ocupadas en ambas localidades. Se puede observar el
comportamiento de un destino de Sol y Playa (MDQ) frente a otro dedicado a Entre-
tenimiento y Cultura (BUE)
140,00
120,00
Promedio tendencia PO-BUE
100,00
Promedio tendencia PO-MDQ
80,00
Polinómica (Promedio
60,00 tendencia PO-BUE)
Polinómica (Promedio
40,00 tendencia PO-MDQ )
20,00
0,00
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Fuente: SECTUR -Oferta y demanda hotelera, indicadores seleccionados por tipo de establecimiento (2004 – 2006)
27.
borados8, para investigar su evolución en el tiempo y llegar a conclusiones más pro-
fundas en torno a las causas del problema.
¿Cómo afectan al turismo las crisis económicas? La respuesta depende del tipo de
crisis, sus causas, y las medidas adoptadas en cada caso. No obstante, podemos
describir algunos rasgos comunes.
En épocas de crecimiento de los ingresos, hay un aumento aún superior en los gas-
tos turísticos, y por tanto el sector será muy dinámico. Por la misma razón cabe pen-
sar que los períodos de recesión provocarán recortes superiores en los gastos turísti-
cos que en otras partidas. El turismo actuaría como un gasto de lujo, que crece más
que la renta, y se reduce sensiblemente cuando ésta baja (elasticidad-renta elevada,
de nuevo).
Ahora bien, la realidad nos muestra que esta afirmación es sólo parcialmente correc-
ta. En muchos casos, el turismo sufre las recesiones con menor intensidad que el
conjunto de la economía. Ello puede ocurrir porque el consumidor «se acostumbra» a
determinado nivel de gasto, y después no realiza todos los recortes que la situación
le exige.
8
Como se muestra en el gráfico por medio del cálculo de la función polinómica de los datos obtenidos
28.
Todo depende de muchas variables: las restricciones que la política económica apli-
que a los consumidores, la evolución de los precios turísticos ante la crisis, las pecu-
liaridades de cada país de destino, la profundidad de la crisis en los países de origen
de los clientes, etc. Repasemos, al respecto, la historia reciente. Los valores agrega-
dos de turismo exterior para todo el planeta muestran que la crisis de los primeros
años setenta no tuvo gran influencia sobre el número de visitantes, que siguieron cre-
ciendo, si bien se produjo una considerable caída de la participación del turismo en el
volumen total de importaciones mundiales, dado el fuerte incremento del precio de
éstas.
La crisis de los años 79-83 (más intensa para toda la economía) parece haber tenido
efectos más perniciosos. Redujo ligeramente el número de visitantes a nivel mundial,
en los años 82 y 83. Disminuyó también la participación del turismo en el comercio
mundial en los años 1979 y 1983.
29.
Las crisis originadas en cada país
No podemos acabar este apartado sin mencionar, cuanto menos de manera breve,
algunas situaciones de crisis no provocadas por la situación internacional, sino por
peculiaridades de algunos países. Aparecen tales situaciones, aun a pesar de una
demanda creciente a nivel internacional, por dos tipos de razones:
— Por un lado, el sector turístico es muy sensible a las coyunturas de inestabilidad
política, militar o social, por razones obvias. Situaciones de grave tensión social han
provocado crisis profundas en algunos destinos emergentes corno Cachemira, Arge-
lia, Egipto, Bosnia, Líbano, etc.
Algunos destinos pueden entrar en crisis por desequilibrios económicos, por pérdida
de competitividad en el largo plazo, o simplemente por límites en la capacidad de
acogida. En este sentido, varios factores pueden actuar de forma conjunta: inflación
diferencial elevada respecto a los países emisores (por ejemplo en Argentina a partir
del 2007), competencia creciente de países turísticos emergentes, saturación de la
capacidad de acogida por crecimiento excesivo, degradación ambiental por explota-
ción desmesurada del territorio y mala planificación, incapacidad de adaptación a la
nuevas exigencias de la demanda. En todo caso, dada la tendencia creciente de la
demanda a nivel mundial, estas situaciones no suelen provocar crisis profundas, sino
más bien cierta reducción de la importancia relativa del sector en el conjunto de la
economía nacional, a veces incluso en un contexto de crecimiento del sector, como
ocurre en el caso español.
5. Resumen
Hemos visto en el presente trabajo cómo podemos manejar los conceptos básicos de
la macroeconomía para explicar la evolución de las actividades turísticas. En el ámbi-
to de la producción y la generación de empleo, podemos afirmar que nos encontra-
mos ante un sector que participa de forma creciente en la economía mundial, a causa
del elevado valor de la elasticidad renta de la demanda. Las cifras de visitantes ex-
tranjeros ofrecen tendencias crecientes más intensas que las de ingresos de divisas
por concepto de turismo, pero a su vez éstos crecen, en el largo plazo, más deprisa
que el PIB en muchos países. Un sector tan dinámico inevitablemente se instaura en
nuevos países, provocando la aparición de «países turísticos emergentes»como Ar-
gentina, que compiten con destinos tradicionales, como España y Francia.
30.
En resumen, nos encontramos frente a uno de los “sectores”9 más importantes y di-
námicos de la economía mundial, de cierta estabilidad en el largo plazo, de demanda
fuerte, creciente en el tiempo, y con competencia internacional cada vez mayor.
Bibliografía.
9
Vale aclarar que la construcción del “sector“ no se hace en la forma tradicional, es decir vertical, sino como
un agregado transversal u horizontal involucrando distintas participaciones del resto de los sectores económi-
camente definidos
31.