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UNA BELLA PRINCESA DE ESTE MUNDO

Cuenta la historia que en un pequeño pueblo en un gran castillo se hallaba una joven y bella
princesa llamada Anabella como la única progenitora de la familia real gobernaba el pueblo ya
que su padre el rey Enrique V murió de forma muy extraña, algunos chismosos del pueblo dicen
que murió envenenado y su madre Beatriz se encontraba muy débil y vieja como para gobernar.
Anabella nunca salía de su castillo, su madre no lo permitía las razones eran desconocidas y en
asuntos de gobernar lo hacía desde su castillo y de el resto se encargaban los parlamentarios. Por
medio del periódico del pueblo y de sus informantes se enteraba de la situación fuera de su
castillo y según eso parecía estar bien. Aparentemente ella lo tenía todo, pero sentía que algo no
andaba bien y que le faltaba algo, según sus amigas también princesas a Anabella le hacía falta
un apuesto príncipe que la amara.

Un día de primavera donde el sol iluminaba muy bien el gran castillo la princesa por primera
vez no vistió alguno de sus hermosos vestidos sino al contrario se puso un viejo y sucio vestido
que encontró en una habitación, tal vez pertenecía a alguna sierva, empaco algunas monedas de
oro y decidió escapar con ayuda de la que siempre había sido su nana y de algunos amigos
servidores esto ya lo había planeado hace algunos días. El plan resulto y logro salir sin ninguna
sospecha del castillo, le pregunto a un viejo conejo que se encontraba tomando el sol hacia donde
quedaba el pueblo pero aquel conejo en toda su vida no había salido de los alrededores del
castillo así que no tenía idea, en ese momento llego un perro viejo, según su físico parecía ser un
san Bernardo oyó lo que preguntaba Anabella y le dijo que el sabia donde era y que lo siguiera.
Aquel perro parecía conocerlo todo así que le pregunto a Anabella su nombre y de donde venia
porque nunca en la vida la había visto en el pueblo, ella respondió: mi nombre es Adela y vengo
de un pueblo cercano a conocer este curioso pueblo, no sé qué quieres conocer en realidad
respondió el san Bernardo.

Apenas llegaron al pueblo Anabella se dio cuenta de que tanto los periódicos como los
informantes habían mentido sobre la situación, las calles de este pueblo se encontraban llenas de
opio y whisky, mujeres sucias y tristes, hombres ebrios y agresivos, niños hambrientos y un
repugnante olor a pescado podrido, sintió que todo se desvanecía, se sintió tan culpable por esto
que inmediatamente sus ojos alegres e inocentes se llenaron de ira y lagrimas, y sintió que tenía
que hacer algo, se dio la vuelta y comenzó a caminar para devolverse a su castillo y reclamarle a
su madre y a la gente del castillo por haberle mentido, cuando iba caminando empezó a notar que
la gente la miraba sorprendida por aquella belleza y delicadeza que ella no podía ocultar,
pasando por el mercado, una mujer le regalo una manzana roja y brillante, Anabella tenía tanta
hambre que la recibió sin pensar y se la empezó a comer con muchas ganas, mientras ella
disfrutaba la jugosa manzana se dio cuenta de que un niño la miraba con gran apetito y tristeza,
Anabella paro inmediatamente pero ya se había comido la manzana.

Lina Marcela Farfán Linares

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Cogió al niño de la mano y se dirigió hacia la pastelería y le compro una gran torta de queso,
el niño se sintió muy agradecido se abalanzo a abrazarla, cuando la estaba abrazando el anillo de
la princesa cayo haciendo un sonido de oro puro, una de las chismosas del pueblo vio todo y
comenzó a gritar: es una adinerada disfrazada quiere algo de nosotros… Anabella se asusto y
salió de la pastelería con prisa, mientras la princesa huía de la mujer, en la esquina de la
pastelería se encontraba una anciana, la detuvo y le pregunto cuál era su nombre, la princesa
mientras seguía caminando muy asustada le contesto: me llamo Adela, la anciana la siguió y le
pregunto a donde iba y la princesa mientras seguía caminando rápido le contesto: no sé, no
conozco este pueblo, la anciana con un gesto muy ventajoso le ofreció su casa para quedarse,
Anabella la ignoro y siguió caminando.

La anciana se detuvo, se dio la vuelta y se dirigió a su casa y al llegar reviso su espejo

mágico, si, se trata de la temida bruja Brunilda hermana malvada de la reina, desde que Beatriz
se caso con Enrique no volvió a saber nada de su hermana Brunilda quien también estaba
locamente enamorada de Enrique y juro vengarse por esto, ella no había olvidado a su hermana
Beatriz y aun conservaba una vieja foto de ella, la cogió, la desempolvó, la observo
detalladamente y le dijo a su gato morado oscuro, Malo: esa bella joven de la pastelería es la
princesa Anabella, hija de Beatriz.. y Malo abrió su hocico mostrando furia en sus dientes
afilados. Brunilda se dirigió hacia su espejo mágico y dijo: espejo mágico tú que eres mi único
amigo dime donde está la princesa, el espejo ubico a Anabella en una casa junto a un san
Bernardo y hablando con un joven apuesto dueño del san Bernardo la princesa le decía al joven:
mi nombre es Adela, Nicolás, le respondió el. La bruja mientras los observaba comenzó a decir:
espejito mi único amigo, has que la princesa Anabella se convierta realmente en Adela, una
mujer común de este pueblo, miserable, triste, con el alma oscura y poca belleza. Mientras
Brunilda decía estas palabras Malo se lamia sus patas lentamente y con satisfacción.

Al otro día después de levantarse, la princesa se miro al espejo y deslizo su mano por su
rostro, en ese momento entro el joven preguntando quien era esa mujer, Adela, responde ella,
Nicolás tomo su mano y afirmo que aquello era obra de la bruja Brunilda. Adela se soltó en
llanto sobre el hombro de Nicolás y el con ternura acaricio su descuidado cabello, ella le conto
quien era en realidad y él le prometió salvarla de ese terrible hechizo. Después de esto la gente
dejo de admirar su belleza y la trataron como una mujer más de aquel pueblo.

A finales del atardecer Nicolás arreglo dos caballos para comenzar con el plan, se
dirigieron hacia el castillo en busca del mago Gaspar, pensaron en él como la única persona que
les podía ayudar con esto y así fue, Gaspar se dirigió con su unicornio hacia la casa de Brunilda
y le pidió amablemente que deshiciera inmediatamente el hechizo, al oír eso Brunilda y su gato
Malo soltaron una malvada carcajada en señal de un grande “NO”. Gaspar es un hombre muy
pasivo, pero al oír tremenda carcajada de su enemiga de siempre desata su furia y comienza la
más grande tregua entre magos en la historia del pueblo. Aquella guerra duro toda la noche, los
dos ya estaban agotados hasta que Gaspar de forma accidental con un destello de magia desviado

Lina Marcela Farfán Linares

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rompe en mil pedazos el espejo mágico, consecuente con esto Brunilda pierde sus poderes
obteniendo así la victoria el mago Gaspar.

Al otro día Anabella amanece una vez más como Adela, se vuelve a soltar en llanto, esta vez
en el regazo de su madre quien rompe en tristeza pero a su vez le dice que la seguirá amando
pase lo que pase, en ese momento cae una lagrima sobre el cabello de Adela y en un acto de
magia ella levanta su cabeza, la madre coge con felicidad su rostro y la abraza, he vuelto a ser
Anabella grito la princesa con gran alegría.

Las cosas en el pueblo cambiaron y la miseria desapareció por obra de Anabella y su

parlamento, ya no corría ningún peligro estando fuera del castillo en cuanto a su tía Brunilda,
siguió en el pueblo como una solitaria anciana en compañía de Malo y Nicolás de vez en cuando
la visitaba a su castillo y ella a su casa tal vez en un futuro no muy lejano, como en todos los
cuentos se casen y vivan felices por el resto de sus vidas.

FIN

Lina Marcela Farfán Linares