Los problemas fundamentales de la fenomenologia
Martin Heide
er
Curso de Marburgo del semestre de verano d
editade por Pyiedrich-Wilhelm von He
1927
Traduc
y prologo de Juan José Gareis
o T T ACONTENIDO
Prélogo: Juan José Garcia Norro
Glosario .
Introducci6n ....
Primera Parte
DISCUSION FENOMENOLOGICO-CRITICA
DE ALGUNAS TESIS TRADICIONALES SOBRE EL SER
Capitulo primero: La tesis de Kant: el ser no es un predicado real .....
Capitulo segundo: La tesis, que se remonta a Aristételes, de la onto-
logia medieval, segiin la cual a la constitucién del ser de un ente
le pertenecen la quididad (essentia) y la subsistencia (existentia) ..
Capitulo tercero: La tesis de la ontologia moderna: Los modos ba:
cos del ser son el ser de la naturaleza (res extensa) y el ser del
espiritu (res cogitans) s+.
Capitulo cuarto: La tesis de la légica:
cia de su modo de ser, puede ser encarado y con
diante el «es». El ser de la c6pula
‘odo ente, con independen-
derado me-
___ Segunda Parte
LA CUESTION ONTOLOGICA FUNDAMENTAL
DEL SENTIDO DEL SER EN GENERAL.
LAS ESTRUCTURAS FUNDAMENTALES Y
LOS MODOS FUNDAMENTALES DEL SER
Capitulo primero: El problema de la diferencia ontol6gica...
Epilogo del editor alemén.
Indice.
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oo
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277
393
397PROLOGO
Hay que declararlo sin ambages: todo prélogo del traductor es una
confesién de impotencia. Entiéndase bien, esto es cierto sdlo en el
caso de que se trate estrictamente de un prélogo no al libro tradu-
cido sino a la version de esa obra, esto es, de un prélogo del traduc-
tor en cuanto tal. Cuando quien vierte un escrito de una lengua a
otra siente la necesidad de anteponer unas palabras es porque la
traduccién no se basta a si misma, es imperfecta e incapaz de defen-
derse por sf sola, de modo que su autor esta deseoso de justificar
sus elecciones ante sf y ante los lectores en la medida en que no esta
seguro de haber acertado en ellas.
Pero, por otra parte, como es sabido, no debemos atribuir la
imperfeccién de la traduccién toda entera a quien la efectia. Cabria
decir que, por esencia, toda versién de una obra literaria a otra len-
gua es deficiente y, debido a razones muy profundas, no puede ja-
mas superar esa deficiencia. Consuélese, sin embargo, el lector de
una obra traducida, si cabe consuelo en el mal de muchos, en que
aquel que la lee en su idioma criginal lo hace también de una forma
imperfecta. Tanto leer, como traducir —que es, al fin y al cabo, una
manera de leer— son, como Ortega dijo hace tiempo, pero se sabia
muy bien desde antes, tareas utépicas, o sea, imposibles de cumplir
ala perfeccién. La raz6n tltima de esta incapacidad radica en que,
en ambos casos, se trata de actividades propiamente humanas y todo
lo humano es histérico y, en consecuencia, nunca realizable del todo.
La dificultad insuperable de lograr una traduccién completa-
mente adecuada aumenta en los casos de algunos autores cuya lec-
tura por parte de quienes comparten su lengua es asimismo espe-
cialmente dificil. Pocos negaran que Heidegger forma parte de este