Вы находитесь на странице: 1из 164
Maximo Pacheco Gomez LOS DERECHOS HUMANOS DOCUMENTOS BASICOS Tore | Tercera edicién actualsada Maximo Pacheco G. El Profesor Maximo Pacheco G., ex Decano de la Facultad de S E ECH S Ciencias Juridicas y Sociales de la Universidad de Chile ¥ H [ IMANO Doeror Honoris Causa de la Facultad de Derecho de la Universidad de Bolonia, ha preparado una Recopilacisa de los ; Documentos Baisicos sobre Derechos Humanos que comprende gyoo8 IMENTOS B ~ desde la Carta Magna (1215) hasta los mas recientes Be ad ’ bed AS ICOS documentos aprobados por la Organizacién de las Naciones Unidas, la Organizacidn de los Estados Americanos, la Organizacion de la Unidad Africana, el Consejo de Europa y la Lulesia Catdlica, en relacién con los derechos fundamentales de hi persona humana, la hbre determinacién, la prevencién de ta discriminacién, los crimenes de guerra y erfmenes de lesa humanidad, ef venocidio, fa esclavitud, la servidumbre, el trabajo forzoso, la proteceidn de personas sometidas a detencicin o prisian, la nacionalidad, eb asilo, los refuyiados, fa libertad de informacién, la libertad de asociacion, ba politica del empleo, los derechos politicos de la mujer, ef matrimonio y la familia, la infancia y la juventud, cf hienestar, progreso y desarrollo en lo social, el derecho a disfrutar de fa cultura, el desarrollo y Ia cooperacién internacional, etc. Estos documentos se publicun en sa integridad, en cuidadosas traducciones y clasificados de acuerde a normas internacionales. Este libro constituye Ta recopilacién mis completa y actualizada, publicada hasta hoy, de los documentos basicos sobre derechos humanos. 4 Editorial Juridica def: . moral Juridica de Chile 1, DOCUMENTOS GENERALES 1. CARTA MAGNA (Otorgada por Juan Sin Tierra el 17 de junio de 1818) Juan, Rey de Inglaterra por la gracia de Dios, Sefior de Irlanda, Duque de Normandia y Aquitania y Conde de Anjou, a sus arzobispos, obispos, abades, condes, barones, jueces, guardas, alguaciles, mayor- domos, criados y a todos sus funcionarios y leales sGbditos. Salud. Sabed que ante Dios, por el bien de nuestra alma y la de nuestros antepasados y sucesores, para honor de Dios y exaltacién de la Santa Iglesia y para mejor organizacién de nuestro reino, con el consejo de nuestros reverendos padres Esteban, Arzobispo de Canterbury, pri- mado de toda Inglaterra y Cardenal de la Santa Iglesia de Roma; Enrique, Arzobispo de Dublin; Guillermo, Obispo de Londres; Pedro, Obispo de Winchester, y otros subditos leales: 1. En primer lugar hemos asentido ante Dios, y por esta nuestra presente carta, confirmada por nosotros y nuestros herederos para siempre, que la Iglesia de Inglaterra ser4 libre y gozaré inviolable- mente de todos sus derechos y libertades; y haremos que unos y otros sean, por tanto, observados; en consecuencia, la libertad de elecciones, que se ha creido muy necesaria para la Iglesia de Inglaterra, y por nuestra libre voluntad y agrado la hemos concedido y confirmado por nuestra carta, y obtenido la confirmacién de ella por el Papa Inocencio III, antes de la discordia surgida entre Nos y nuestros baro- nes; la cual carta observaremos y haremos que sea observada plena- mente por nuestros herederos para siempre. Hemos concedido también a todos los hombres libres de nuestro reino, por Nos y nuestros here- deros, para siempre todas las infraseritas libertades para que Jas tengan y posean, ellos y sus herederos de Nos y nuestros herederos para siempre, 2. Si alguno de nuestros condes, o barones, y otros que dependen rinclpalmente de nosotros por servicio militar, muriese, y al tiempo te su muerte fuese de edad su heredero, y debiere compensacién, tendré la herencia contra pago de la compensacién antigua; es decir, 2 MAXIMO PACHECO GOMEZ el heredero o herederos de un conde, cien libras por toda una ba- tonia; el heredero o herederos de un caballero, cien chelines a lo més por todo un feudo de caballero; y el que deba menos, pagar menos, segan Ja antigua costumbre de los feudos. 3, Pero si el heredero de los dichos fuese menor de edad, y estuviese bajo tutela, tendr4 su herencia sin compensaci6n o multa, cuando llegue a ser mayor de edad. 4. El guardador de la tierra del heredero que sea menor de edad, solamente sacarA de la tierra de dicho heredero proventos razonables, y la someter4 a costumbres y servicios razonables; y eso sin destruir o arruinar a los hombres o las cosas; y si Nos encomendamos la guarda de esas tierras al sheriff, o a otro cualquiera que sca responsable a Nos por los productos de la tierra, y si 6] ejecutase actos de destruccién o de ruina en las tierras de Ia tutela, Jo compeleremos a dar satisfac- cién, y la tierra sera encomendada a dos legitimos y discretos morado- res de aquel feudo, quienes seran responsables por los productos a Nos, o aquel a-quien Nos los asignaremos; y si Nos diéremos o ven- diéremos la guarda de dichas tierras a alguien, y él ejecutase actos de destruccién o ruina en ellas, perderd la tutela, que seré transferida a dos legitimos y discretos moradores en el feudo, los cuales seran de igual manera responsables a Nos como se ha dicho. 5. Pero el tutor, mientras tenga Ja guarda de Ja tierra, deberA con- servar .y mantener las casas, parques, dehesas, estanques, molinos y otras oosas pertenecientes a la tierra, cubriendo los gastos con los pro- duotes de ella; y cuando el heredero Iegue a ser mayor de edad, deberd restituirle toda su tierra, provista de arados e implementos de labranza, segin la estacién lo requiera, y el producto de la tierra pueda razonablemente sufragar. 6. Los herederos se casar4n sin degradar su linaje, y antes que el matrimonio sea contraido deber4 darse conocimiento de él a sus més cercanos parientes consanguineos. 7. Una viuda tendré, inmediatamente después de la muerte de su marido, y sin dificultad ninguna, su haber de matrimonio y su herencia; ni ser4 ella obligada a dar cosa alguna por su viudedad o por su haber de matrimonio, o por su herencia, que su marido y ella poseian el dia de la muerte de aquél; y puede ella permaneccr. en Ja casa habitacién de su marido cuarenta dias después de su muerte, dentro del cual término le seré asignada su viudedad. 8. Ninguna viuda serd obligada a casarse entretanto que ella tenga Ja intencién de vivir sin marido. Pero ella dara fianza, sin em- bargo, de que no se casar4 sin nuestro asentimiento, si dependiere de Nos, o sin el consentimiento del sefior de quien dependa, si dependiese © otro. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 3 9. Ni Nos ni nuestros alguaciles embargaremos ninguna tierra o renta por ninguna deuda, mientras haya muebles del deudor la finca que sean bastantes para pagar la deuda. Ni se embargara a los fiadores del deudor, entretanto que el deudor principal sea suficiente para el pago de la deuda, y si el principal deudor falta al pago de la deuda, no teniendo enteramente con qué satisfacerla, entonces los fiadores responderdn de la deuda; y si ellos lo hicieren, podrin tener las tierras y Jas rentas del deudor, si lo desean, hasta que sean satisfe- chos de la deuda que pagaran por él, a menos que el deudor principal pueda probar que se halla libre de la deuda contra los dichos fiadores. 10. Si alguien hubiese tomado prestada alguna suma de los judios, grande o pequefia, y muere antes de que el préstamo hubiera sido cancclado, la deuda no devengarA intereses mientras el heredero se halle en la minoria de edad, sea quien fuere la persona de quien dependa; y si la deuda cae en nuestras manos, Nos tomaremos nada mas de lo que sea por el valor de la suma principal mencionada en el titulo de la deuda. ll. Y si alguien muriere siendo deudor a judios, su mujer tendrda su viudedad, y no pagara nada de la deuda; y si e) finado dejé hijos menores, se les proveerA de las cosas necesarias segin la heredad (0 propiedad inmueble) del finado; y de] residuo se pagaré la deuda, reservando, sin embargo, el servicio debido a los sefiores feudales. Hagase también de igual manera con las deudas a favor de otras personas que no sean judios. 12. No se impondran derecho de escudo (scoutage) ni subsidio en nuestro reino, a menos que sea por el Consejo Comin de nuestro teino, excepto para redimir nuestra persona, y para armar caballero a nuestro hijo mayor, y para casar una vez a nuestra hija mayor; y para esto no se pagar4 ms que un subsidio razonable. De la misma manera deber4 hacerse respecto de los subsidios de los ciudadanos de Londres. 13. Los ciudadanos de Londres tendr4n todas sus antiguas liber- tades y costumbres libres, tanto por tierra como por agua. Ademéas, decretamos y concedemos que todas las demds ciudades, y burgos, y villas, y puertos, tengan sus libertades y costumbres libres. 14. Y para tener la aprobacién del Consejo Comin del reino en lo tocante a la fijacién de un subsidio (excepto en los tres casos arriba mencionados) o de un derecho de escudo, haremos que sean convo- cados los arzobispos; obispos, abades, condes y grandes barones del reno, por nuestras cartas selladas; y ademds de esto haremos que sean convocados, en general, por nuestros sheriffs y alguaciles, todos los demés que dependen de Nos directamente, en fecha fija, es decir, cuarenta dias al menos antes de la reunién, y en un lugar preciso; y en todas las cartas de tal convocatoria especificaremos la causa de ella. Y hecha de esta forma la convocacién, se procederé al despacho de 4 MAXIMO PACHECO GOMEZ, les negocios el dia sefialado, segin el parecer de los que se hallaren Presentes, aunque todos los que fueron convocados no hayan concurrido. 15. Para lo futuro no concederemos a nadie que pueda exigir subsidios de sus inquilinos libres, a menos que sea capaz para redi- mir su cuerpo, y para hacer caballero a su hijo mayor, y pata casar una vez a su hija mayor; y para esto, solamente se pagara un sub- sidio razonable, 16. Nadie serA compelido a cumplir un servicio mayor para un feudo de caballero, o para cualquier otra posesién libre, que el que por ellos se deba. 17. El tribunal de pleitos comunes no seguiré a nuestra Corte, sino que se reuniré en un lugar fijo, 18. Los juicios sobre asuntos de despojo, y de muerte de an- tecesor, y de tiltima presentacién de beneficio, no se seguiran en otro sitio que no sean sus propios tribunales condales, y del modo siguiente: Nos, a nuestro Justiciar mayor si Nos estuviésemos fuera del reino, enviar4 dos jueces a cada condado cuatro veces al afio, quienes, con los cuatro caballeros elegidos por el pueblo de cada condado, tendrén las dichas asisas (sesiones para juzgar) en el tr- bunal condal, en el dia y lugar de reunién de ese tribunal, 19. Y si no pudieren ser determinadas algunas materias en el dia de reunién del tribunal condal, quedar4n all tantos caballeros y poseedores libres que han estado presentes como fueran necesarios para el eficiente pronunciamiento de los fallos, segin el mayor o menor numero de negocids que haya. 20. Ningan hombre libre podré ser multado por una pequeiia falta, sino segin el grado de Ia falta, y por una falta grave serA multado en proporcién a Ja gravedad de ella; salvas las pertenencias de la vivienda que tiene; y si fuere comerciante, salvo su mercancta; y un villano serA multado de la misma manera, salvo su aparejo de carro, si cayere bajo nuestra clemencia; y ninguna de las dichas multas ser4 impuesta sino por el juramento de hombres honestos del vecindario, 21. Los condes y los barones no ser4n multados sino por sus pares, y sélo segtin la gravedad del delito. 22. Ningin clérigo ser4 multado con respecto a sus tenencias legales sino en la proporcién sobredicha, y no segtin el valor de su beneficio eclesidstico, 23. Ninguna comunidad ni persona ser4n compelidas a hacer puentes sobre los rios, a menas que antiguamente y de derecho hayan estado obligadas a hacerlos. 24, Ningin sheriff, comisario de policta, coroner, u otros de nues- tros ministros de justicia, conocerd en los pleitos de la Corona. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 5 25. Todos los condados, centurias, distritos y divisiones se man- tendrin al antiguo arriendo, sin aumento ninguno, excepto en nuestras tierras del dominio real. 26, Alguno que tenga de nosotros un feudo lego muriese, y el sheriff, o nuestro alguacil mostrare nuestras cartas patentes de inti- macién, concernientes al pago de lo que el finado nos deba, ser& legal para el sheriff 0 para nuestro alguacil embargar y registrar los muebles del finado que se hallen en su feuda lego, hasta concurrencia del valor de la deuda, por vista de hombres legales, de manera que nada se distraiga hasta que toda la deuda nos sea pagada; y el resto se dejard a los albaceas para que cumplan la voluntad del finado; y si éste nada nos debiere, se dispondra de todo segtim su voluntad, salvo las partes razonables que correspondan a la mujer y a los hijos. 27. Si algun hombre libre muere intestado, sus bienes muebles seran distribuidos por manos de sus parientes mAs préximos y amigos, bajo la supervisién de la Iglesia, salvando a cada uno las deudas que a su favor hubiere contra el finado. ' 28. Ningdn comisario o alguacil nuestro tomard de ningin hom- bre -granos u otras provisiones, a menos que pague al contado por ellos, o que el vendedor le dé plazo para el pago. 29. Ning comisario de policia compelerd a ningin caballero a dar dinero por guardia del castillo si él mismo la hiciese en persona, o por medio de otro hombre apto, en caso de que se halle impedido por alguna causa razonable. Ademds, si Nos lo condujéramos o lo envidre- mos al servicio militar, estar4 libre de la guardia del castillo en pro- porcién al tiempo durante el cual esté en servicio por orden de Nos. 30. Ningiin sheriff o alguacil nuestro, u otro cualquiera tomard caballos 9 carros de ningin hombre libre para hacer acarreos, contra la voluntad de dicho hombre libre. 31. Ni Nos, ni nuestros alguaciles tomaremos la lefia que no es nuestra para nuestros castillos o para otros usos, contra la voluntad de] duefio de esa lefia. 32. No retendremos las tierras de los que sean condenados por delito grave (felony) mds de un afio y un dia, y después de este tiempo ser4n entregadas al sefior del feudo. 33. Todas las compuertas o paraderas que haya en los rios TA- mesis y Medway, y por toda Inglaterra, ser4n abolidas para el venidero, excepto en la costa del mar. 34. El auto Namado praecipe no serA en lo futuro concedido a persona alguna concerniente a ninguna tenencia por la cua! un hombre libre pueda perder su tribunal. 6 MAXIMO FACHECO GOMEZ 35. Habré una medida para el vino y otra para la cerveza en todo el reino, y una medida de los granos, es decir, “la arroba de Londres”; y un ancho de una tela teitida, es. decir, dos anas dentro de Jas listas; y los pesos también seran como las medidas. 36. De aqui en adelante no se dard ni cobraré nada por un auto de investigacién con respecto a vida o miembros, sino que se otorgara gratuitamente, y nunca ser4 denegado. 37. Si alguien dependiese de Nos por feudo arrendado, censo o enfiteusis, y tuviere también tierras de otro sefior por servicio militar, Nos no tendremos (por razén de ese feudo arrendado, censo o enfiteu- sis) la tutela del heredero o de la tierra que pertenezca al feudo de otro hombre; ni tendremos la guarda del feudo arrendado, censo o enfiteusis a menos que el feudo arrendado esté sujeto a servicio mili- tar. No tendremos la tutela de un heredero, ni de ninguna tierra que él tenga de otro por servicio militar, por razén del empleo de suminis- trarnos alguna arma (petty serjeanty) que tenga de nosotros, asi como por el servicio de darnos saetas, pufales y otras semejantes. 38. Ningin alguacil pondr4 en lo futuro en juicio a ningin hom- bre sobre su acusacién singular, sin que se produzcan testigos fide- dignos para probarla. 39. Ningin hombre libre serA arrestado, o detenido en prisién o desposefdo de sus bienes, proscrito o desterrada, o molestado de alguna manera; y no dispondremos sobre él, ni lo pondremos en pri- sién, sino por el juicia legal de sus pares, o por la ley del pafs. 40. A nadie venderemos, a nadie negaremos ni retardaremos el derecho o la justicia. 41, Todos los comerciantes podran salir salvos y seguros de Ingla- terra y entrar en ella, con e] derecho de quedarse alli y trasladarse tanto por agua como por tierra para comprar y vender, segin las costum- bres antiguas y permitidas, sin ningiin perjudicial portazgo, excepto en tiempo de guerra, cuando sea de alguna nacién que se halle en guerra con Nos. Y si algunos de estos ultimos se hallaren en nuestro pais al principio de una guerra, seran detenidos, sin hacer daiio a sus cuerpos 0 mercaderias, hasta que sepamos, 0 sepa nuestro justiciar principal, cémo son tratados nuestros comerciantes en la nacién que est4 en guerra con nosotros; y si los nuestros estan alli salvos y seguros, los de ella lo estarén del mismo modo en nuestro pats. 42. En lo futuro serA legal para cualquiera (salvo siempre aquellos que est4n encarcelados o proscritos de acuerdo con Ja ley del reino, y nativos de algdn pa{s en guerra con nosotros, y comerciantes, que seran tratados en la forma provista mds arriba) dejar nuestro reino y volver a 6], salva y seguramente por tierra o por agua, excepto por un breve lapso en tiempo de guerra, por raz6n de politica publica, conservando siempre la fidelidad que nos es debida. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 7 48, Si de alguno.depende algin feudo que ha vuelto a Nos por confiscacién o falta de herederos (como los sefiorios de Wallingford, Nottingham, Bolonia, Lancaster y otros feudos que est4n en nuestras manos y que son baronias) y muriese, su heredero no nos dara otro subsidio ni prestar4 a Nos otro servicio que el que prestaria el barén, si éste poseyese la baronia; y Nos la poseeremos de la misrma manera que Ja posefa el bardén. 44, Los hombres que vivan fuera del bosque no necesitaran en adelante comparecer ante nuestros jueces de bosques, por razén de una intimacién general, excepto aquellos que son acusados o son fia- dores de alguna persona o personas detenidas por delitos cometidos en los bosques. 45. Nombraremos jueces, comisarios, sheriffs o alguaciles tan sdlo a los que conozcan las leyes de] reino y los medios de observarlas bien. 48. Todos los barones que hayan fundado abadias, respecto de las cuales tienen cartas de los reyes de Inglaterra, o de las cuales tienen larga y continuada posesidn, tendrén la guarda de ellas, cuando se hallen vacantes, tal como corresponde que la -tengan. 47. Todos los bosques que han sido establecidos como tales en nuestro tiempo, seran desacotados inmediatamente; e igual proceder se tendré con los rios que han sido tomados o cercados por Nos en nuestro tiempo. 48. Todas las malas costumbres concernientes a bosques, coneje- ras, guardabosques y conejeros, sheriffs y sus empleados, rios y sus guardianes, ser4n sujetas inmediatamente a una investigacién en cada condado, por doce caballeros del mismo condado, elegidos por los hombres honestos del mismo, y bajo juramento; y dentro de cuarenta dias después de dicha investigacién, sera4n enteramente abolidas, de modo que jamds vuelvan a ser restablecidas, siempre con tal que ha- yamos hecho previamente intimacién de ello, o lo haya hecho nuestro justiciar, si es que no estuviéramos en Inglaterra. 49. Nos dejaremos libres inmediatamente todos los rehenes y prendas que nos han dado nuestros stibditos ingleses como seguridades para mantener Ja paz y prestarnos fiel servicio. 50. Removeremos enteramente de nuestros alguacilazgos a los parientes de Gerardo de Athyes (de modo que en lo futuro elles no tengan ningtin alguacilazgo en Inglaterra), a saber, Engelardo de Cygony, Pedro y Gyon de Canceles, Gyon de Cygony, Godofredo de Martyn y sus hermanos, Felipe, Mark y sus hermanos, y su sobrino Godofredo, y a toda su progenie. 51. Tan pronto como se restablezca la paz, enviaremos fuera del reno a todos los caballeros, ballesteras, escuderos y soldados merce- 8 MAXIMO PACHECO COMEZ narlos extranjeros que han venido con sus caballos y armas en perjui- cio de nuestro pueblo. : 52, Si alguno, sin previo juicio legal de sus pares, ha sido despo- se{do o privado por Nos de sus tierras, castillos, libertades o derechos, ‘se los restituiremos inmediatamente, y si sobre este punto se suscitare alguna disputa, sea decidida la materia por los veinticinco barones que se mencionan mAs abajo en la cldusula para la conservacién de Ja paz, Ademds, en cuanto a todas las posesiones de que alguna persona haya sido desposefda o privada sin el juicio legal de sus pares, ya sea por el rey Enrique, nuestro padre, o por nuestro hermano, el rey Ricardo, y que Nos tenemos en nuestras manos 0 son posefdas por nosotros, y que Nos estamos obligados a sanear, tendremos un plazo por el término usualmente concedido a los Cruzados; excepto por aqucllas cosas sobre las cuales tenemos pleito pendiente, o respecto de las cuales se ha hecho una investigaci6n por nuestra orden, antes de que emprendamos la cruzada; pero tan pronto regresemos de nuestra expedicién (o si por acaso desistimes de ella), inmediatamente haremos que se administre plena justicia con ellos. 53. Asimismo, tendremos el mismo plazo para, de la misma ma- nera, hacer justicia en cuanto al desbosque a retencién de los bosques que nuestro padre, Enrique, y nuestro hermano, Ricardo, han plantado; y para Ja guarda de las tierras que estan en feudo de otro (a saber, arjuellas guardas que hasta aqui hemos tenido por razén del feudo dependiente de Nos por servicio de caballero), y para las abadias fundadas en feudo que no sea nuestro, a Jas cuales el sefior del feudo protende tener derecho; y cuando hayamos regresado de nuestra expe- dicién, o si desistimos de ella, inmediatamente haremos plena justicia a todos los que reclaman en estas materias. 54, Nadie serA arrestado o encarcelado en virtud de demanda de una mujer, por la muerte de cualquier otro hombre que no sca su marido, 55. Todas las multas injustas e ilegales, y todas las penas pecu- niarias impuestas injustamente y contra la ley del pats, ser4n perdona- das enteramente, o si no se dejarin a la decisién de los veinticinco barones que se mencionan mds abajo en la cl4usula relativa al asegu- tamiento de la paz, o al fallo de la mayoria de ellos, junto con dicho Esteban, arzobispo de Canterbury, si puede hallarse presente, y otros a quienes 61 desee traer consigo para ese fin; y si él no puede estar presente, seguiré el negocio no obstante sin él, con tal siempre de que si uno o mas de los veinticinco barones fueren demandantes en la mis- ma causa, sean puestos a un Jado en lo. que concierne a este negocio particular, y otros sean reemplazados en su lugar después de haber sido escogidos por el resto de los dichos veinticinco para ese propdsito solamente, y después de haber prestado juramento. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS g 56. Si Nos hubiéramos despojado o desposeido a galenses de tierras, libertades u otras cosas, sin el juicio legal de sus pares en Inglaterra o en Gales, les sera4n inmediatamente restituidas, y si se suscita alguna disputa sobre este punto, la materia serd determinada en las fronteras por el juicio de sus pares; por tenencias en Inglaterra,. segiin la ley de Inglaterra; por tenencias en Gales, segtin la ley de Gales; por tenencias en las fronteras, segan la ley de fronteras; los habitantes de Gales hardn lo mismo con Nos y con nuestros subditos. 57. Ademas, en lo concerniente a todas aquellas cosas de que cualquier habitante de Gales haya sido despojado o privado, sin el juicio legal de sus pares, por el rey Enrique, nuestro padre, o por nuestro hermano, el rey Ricardo, y que se hallan en nuestras manos (o son posefdas por otros, con la obligacién por nuestra parte de sa- nearselas), tendremos un plazo por el tiempo generalmente concedido a los Cruzados; excepto aquellas cosas acerca de las cuales hay un pleito entablado o una investigacién realizada por nuestra orden antes de que emprendamos Ja cruzada; pero tan pronto como regresemos (0 si por acaso desistimos de nuestra expedicién), inmediatamente haremos plena justicia en conformidad con las leyes de Gales y en relacién con las regiones antedichas. 58. Inmediatamente pondremos en libertad al hijo de Lowelin, y a todas los rehenes de Gales y los relevaremos de los comprometi- mientos en que habian entrado con Nos como gerantia para el man- tenimienta de ja paz. 59. Trataremos con Alejandro, rey de los escoceses, acerca de la restitucién de sus hermanas y sus rehenes, sus derechos y liber- tades, en la misma forma y manera que Jo haremos con nuestros ba- rones de Inglaterra, a menos que por obligaciones contraidas con Nos por su finado padre Guillermo, ultimo rey de los escoceses, deba ser de otra manera; y esto se dejar4 a la determinacién de sus pares en nuestro tribunal. 60. Ademés, todas las dichas costumbres y libertades, la obser- vancia de las cuales en nuestro reino hemos concedido en cuanto corresponde a Nos para con nuestro pueblo, serén observadas por todos los de nuestro reino, tanto clérigos como legos, en cuanto les concierne para con sus dependientes. 61. Dado que, para honra de Dios y reforma de nuestro reino, y para aquietar la discordia que ha surgido entre Nos y nuestros ba- rones, hemos concedido todas las cosas antedichas, en el deseo de que ellas:puedan ser disfrutadas de manera firme y duradera, les damos y concedemos la siguiente seguridad, a saber: que los barones elijan veinticinco barones del reino que ellos crean conveniente, quie- nes cuidarén con todo su poder de poseer y observar, y hacer que se observen la paz y las libertades que les hemos concedido, y que 10 MAXIMO PACHECO GOMEZ confirmamos por nuestra presente carta, de manera ‘que si Nos, o nuestro justiciar, o nuestros alguaciles:o cualquiera de nuestros em- pleados faltaren en algin caso'a Ja ejecucién de ellas para con algu- nas personas, o infringieren algunos de estos articulos de paz y segu- tidad, y se notifica el delito a cuatro barones, elegidos de entre los veinticinco arriba mencionados, los dichos cuatro barones se dirigir4n a Nos (0 a nuestro justiciar, si estuviéramos fuera del reino), y pre- sentando ante nosotros el agravio, pedirdn que sea reparado sin tar- danza. Y si no fuere reparado por Nos (o si por acaso Nos estuvié- semos fuera del reino) y no fuese reparado por nuestro justiciar den- tro de cuarenta dias, contados desde el dia en que se notificéd a Nos (o a nuestro justiciar, si estuviésemos fuera del reino), los cuatro ba- rones antedichos referirdn la causa al resto de los veinticinco barones, y esos veinticinco barones, junto con la comunidad de todo el pais, nos embargarén y afligiran de todas las maneras posibles, a saber: embargando nuestros castillos, tierras, posesiones, y en todas otras maneras que puedan, hasta que el agravio haya sido reparado a su satisfaccién, dejando a salvo nuestra propia persona, y las personas de nuestra reina e hijos; y cuando el agravio haya sido reparado, y aquéllos reasumirén sus antiguas relaciones tocantes a nosotros. Y cualquiera en el reino que lo desee, puede jurar que obedecerA fas érdenes de los veinticinca barones antedichos para la ejecucién de todas las cosas que se han mencionado, y que nos apremiar4, junto con ellos, hasta lo ultima de su poder; y damos publica y amplia li- bertad a cualquiera que desee prestar ese juramento, y nunca impe- diremos a nadie a que lo preste. Y si alguno de nuestros stbditos no Pprestara por su propio acuerdo un juramento para ayudar a los vein- ticinco barones a obligarnos y apremiarnos, daremos orden para que se lo compela a prestar el referido juramento. Y si alguno de Jos vein- ticinco barones muriese o saliese fuera del reino, 0 de cualquier modo se hallara impedido de poner Jas dichas cosas en ejecucién, el resto de los veinticinco barones pueden elegir otro en su lugar, a su dis- crecién, el cual ser juramentado de la misma manera que los demés. Asimismo, en todas las cosas cuya ejecucién se confia a esos veinti- cinco harones, si por acaso, al hallarsé reunidos, no pudiesen acordar en la decisién de alguna materia, o alguno de ellos no pudiese o no quisiese asistir, después de haber sido convocado, todo lo que la ma- yorfa de los que se hallaren presentes ordene y mande serA reputado firme y valeroso, exactamente como si todos Jos veinticinco hubieren concurrido en la decisién; y Jos dichos veinticinco jurardn que todas las cosas antedichas serén fielmente observadas por ellos, y que las haran observar con todo su poder. Y Nos no procuraremos, directa ni indirectamente, cosa alguna por Ja cual alguna parte de estas con- cesiones y libertades pudiera ser revocada o disminuida; y si tal cosa se obtuviese, serd nula y de ningun valor; y Nos no haremos jamds uso de ella personalmente ni por ningun otro, “LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASIOOS i 62, Y toda Ja mala voluntad, odios y encono que han surgido entre nosotros y nuestros stibditos, eclesidsticos y legos, desde la fe- cha de las disensiones, los hemos remitido y perdonado completa- mente. Ademds, todas Jas transgresiones ocasionadas por dichas di- sensiones, desde la Pascua en el afio decimosexto de nuestro reinado hasta la restauracién de la paz, las hemos perdonado a todos, ecle- sidsticos y legos, y las perdonamos completamente, en cuanto tos atafie. Y, en este punto, les hemos concedido nuestras cartas patentes testimoniales de Esteban, arzobispo de Dublin, de los obispos ante- dichos, asi como de maestre Pandolfo, para seguridad de. esta cléu- sula de seguridad y de las antedichas concesiones. 63. Por tanto, es nuestra voluntad, y ordenamos firmemente, que la Iglesia de Inglaterra sea libre, y que todos los hombres en nuestro reino tengan y posean todas las antedichas libertades, derechos y concesiones, bien y pacificamente, libre y tranquilamente, plena y totalmente, para si mismos y sus herederos, de nosotros y nuestros herederos, en todos los respectos y en todos los lugares para siempre, tal como queda dicho. Se ha prestado asimismo juramento, tanto de parte nuestra como de los barones, que todas las condiciones ante- dichas serdn observadas de buena fe, sin mala intencién. Dado bajo nuestra firma, en presencia de los testigos arriba nombrados, y mu- chos otros, en Ja pradera Hamada Runnymede, entre Windsor y Stai- nes, el diecisiete de junio del afio diecisiete de nuestro reinado. 2. “HABEAS CORPUS AMENDMENT ACT” (26 de mayo de 1679) ACTA PARA MEJOR ASEGURAR LA LIBERTAD DE LOS SUBDITOS Y PREVENIR LOS ENCARCELAMIENTOS EN ULTRAMAR Considerando que los alguaciles, carceleros y otros funcionarios. bajo cuya custodia ha sido detenido algin subdito del Rey por asun- tos ecriminales o supuestamente criminales, se retrasan mucho en cum- plimentar los mandamientos de habeas corpus que se les dirigen, opo- niéndose con un seudénimo o varios al habeas corpus e incluso mis, y con otros trucos para evitar la obediencia debida a tales manda- mientos, en contra de su deber y de las conocidas leyes del pais, por lo cual muchos suibditos del Rey han sido, y todavia pudieran ser en adelante, retenidos en prisién en casos en los que, segun la ley, po- dian prestar fianza, para su mayor molestia y vejacién. Para cuya prevencién, y el mds rapido desagravio de todas las personas encar- celadas por cualquier asunto criminal o supuestamente criminal, que- de decretado por la Excelentisima Majestad del Rey, por y con el consejo y consentimiento de los Lores espirituales y temporales y de los Comunes reunidos en este presente Parlamento y por su autori- dad, que siempre que una persona o personas Heven un habeas corpus dirigido a un alguacil o alguaciles, carcelero o ministro, 0 a otra per- sona cualquiera, en favor de una persona bajo su custodia, y el men- cionado escrito sea notificado al mencfonado funcionario o dejado en la cdrcel o prisién con cualquiera de los subordinados, guardianes o comisionados de los citados funcionarios 0 guardianes, que el referido funcionario o funcionarios, o sus subordinados, agentes 0 comisiona- dos, en los tres dias desde Ja notificacién en la forma antedicha (salvo que la prisién referida sea por traicién o felonia evidente y esté espe- cialmente expresada en el auto de prisién), y bajo el pago o promesa de pago de los gastos de traslado del referido prisionero, que seran LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 13 tasados por el juez o tribunal que expidié el mandamiento y anctados al final del mismo, no excediendo los doce peniques por milla, y bajo la seguridad dada por su propia fianza de pagar los gastos de regreso del prisionero si lo ordena el tribunal o juez ante el que sea Ievado conforme al auténtico propdsito de esta Acta, y de que no se fugaré por el camino, dard cumplimiento a tal mandamiento, Mevaré o man- dard levar Ja persona detenida o encarcelada ante el Lord Canciller o el] Lord Depositario del Gran Sello de Inglaterra en ese momento, o ante los jueces o barones del referido tribunal que haya emitido el referido mandamiento, 0 ante cualquier otra persona o personas ante las que el referido mandamiento pueda cumplimentarse segun su propia orden. Y entonces, ademds, certificard las verdaderas causas de ja detencién o prisién; y salvo que la deteneién de la referida persona sea en un lugar distante mds de veinte millas y no mas de cien, pues entonces el plazo serd de diez dfas, y si la distancia es mayor de cien millas, e] plazo sera de veinte dias después de la en- trega antedicha, y nunca més largo. 2) Y, con el fin de que ningan alguacil, carcelero u otro funcio- nario pueda alegar ignorancia del significado de tales mandamientos, quede decretado por la antedicha autoridad que todos estos manda- mientos vayan marcados de esta forma “Per statutum tricesimo primo Caroli Secundi Regis” y firmados por la persona que los expida. Y si cualquier persona o personas permanecen arrestadas o dete- nidas, como antes se dijo, por un delito, salvo por traicién o felonfa claramente expresada en el auto de prisién, la persona o personas asi arrestadas o detenidas (es decir, las personas no convictas o cum- pliendo condena por un proceso legal), o cualquiera en defensa de ellas, tendran derecho a recurrir o pedir, en el tiempo de vacacién y fuera de plazo, al Lord Canciller o al Lord Depositario, o a cual- quier juez de su Majestad, de uno u otro tribunal, o a los barones de Hacienda del grado de coife; y los referidos Lord Canciller, Lord Depositario, jueces 0 barones, o cualquiera de ellos, a la vista de la copia o copias del auto de prisién y detencién, o bajo juramento de haber sido denegadas tales copias por las personas en cuya custodia se halla el prisionero, y con una peticién por escrito hecha por esas personas u otras en su defensa testificada y firmada por dos testigos que hayan presenciado e] momento de Ja entrega, tendrén obligacién de expedir y otorgar un habeas corpus con el sello del tribunal al que pertenezca él como juez, dirigido al funcfonario o funcionarios en cuya custodia estA la persona detenida o arrestada, Inmediatamente ser4 cumplimentado ante cl citado Lord Canciller, Lord Depositario, juez, barén, o cualquier otro juez o barén del grado de coife de uno de los tribunales citados, y en su vi-iud, como se dijo, el funcionario, funcionarios, sus subordinados y guardianes, o sus comisionados, bajo cuya custodia se encuentre detenida o arrestada Ja persona, deberd traer tal prisionero o prisioneros, en los plazos antes limitados, ante los citados Lord Canciller o Lord Depositario, jueces, barones o° al- 14 MAXIMO PACHECO GOMEZ guno de ellos, ante quien el referido mandamiento se pueda cumpli- mentar, y en caso de ausencia de éste, ante cualquiera de ellos, con contestacién de} mandamiento y las verdaderas razones de Ja deten- cién y arresto. En el plazo de dos dias desde que la persona fue trafda ante ellos, los citados Lord Canciller, Lord Depositario, jueces o ba- rones, ante quien haya sido trafdo el prisionero, levantardn Ja prisién tomando fianza con uno o mas fiadores en la suma que discrecional- mente fijen, teniendo en cuenta la calidad del prisionero y naturaleza del delito, para asegurar su comparecencia en el Tribunal del Banco del Rey en la siguiente sesién, 0 en el General Goal Delivery del con- dado, ciudad o lugar donde estaba detenido o donde se cometié el delito, o en cualquier otro tribunal donde haya de conocerse compe- tentemente seguin lo exija el caso, y certificard4n el mandamiento y su cumplimiento asi como la garantia o garantias para ante el tribunal donde ha de realizarse la comparecencia, a menos que conste al Lord Canciller, Lord Depositario, juez o jueces, o barones, que la persona detenida lo esté bajo un auto u orden legal de procesamiento proce- dente de un tribunal competente con jurisdiccién en asuntos crimi- nales, o por otra orden firmada y sellada de mano y sello de alguno de los antedichos jueces o barones o. de algun juez o jueces de paz por motivos o delitos tales quc, segin la ley, el prisionero no pueda prestar fianza. 3) Quede declarado también que siempre que una persona vo- luntariamente descuida la petici6n de un habeas corpus durante dos plazos completos desde su detencién, tal persona, voluntariamente descuidada, no obtendré ningun habeas corpus que haya de otorgarse en tiempo de vacacién, conforme a esta Acta. 4) Y que si algtin funcionario o funcionarios, o sus subordina- dos, guardianes 0 comisionados, descuida o rehdsa cumplir en Ia_for- ma antedicha o traer a los prisioneros conforme a la orden del man- damiento en los plazos citados, o a la peticién del prisionero vu otra persona en su defensa rechaza expedir o no expide, en el plazo de seis horas desde la peticién, a la persona que lo pide, una copia au- téntica de! auto o autos de prisién y detencién del prisionero, lo que han de hacer en virtud de ésta todos y cada uno de los guardianes y carceleros de los prisioneros o cualquier otra persona bajo cuya cus- todia estén detenidos, pagar4n por la primera infraccién cien libras a la persona perjudicada, y por la segunda la suma de doscientas li- bras, y quedardn incapacitados para el ejercicio de su cargo, y estas penas serdn exigidas por el prisionero o perjudicado, o sus apodera- dos o administradores a los infractores, sus apoderados o administra- dores mediante una accién persona! por deudas, o denuncia, ante cualquiera de los tribunales reales de Westminster..., y cualquier condena, a peticién del perjudicado, serA prueba suficiente para la primera infraccién, y una condena a peticién del perjudicado por LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 15 infraccién posterior a la primera condena serd prueba suficiente para condenar a los funcionarios o personas por la segunda infraccién. 5) Y para prevenir la injusta vejacién de ser detenido varias veces por el mismo delito, quede decretado por Ja antedicha autori- dad que nadie que haya sido puesto en libertad en virtud de un habeas corpus podra ser detenido otra vez, en ningim momento, por el mis- mo delito, por persona alguna, a no ser por orden legal del tribunal donde deba comparecer u otro tribunal competente, y cualquier per- sona que contravenga a sabiendas esta Acta deteniendo o encarce- lando, o haciendo conscientemente detener o encarcelar por el mismo delito o presunto delito a una persona puesta en libertad como se ha dicho o que conscientemente ayude o colabore a ello, pagar4 al pri- sionero 0 perjudicado Ja suma de quinientas libras, no obstante cual- quier cambio 0 variacién en el auto o autos de prisién para ser puesto en libertad. 6) Y que si alguien que esté detenido por alta traicién o felo- nia especialmente expresada en el auto de prisién, pidiera en tribunal abierto en la primera semana del término, 0 en el primer dia de las sesiones de audiencia 0 del General Goal Delivery, la vista de su jui- cio, no podr4 aplazarse a las préximas sesiones dé audiencia o del General Goal Delivery. Los jueces del Tribunal del Banco del Rey, los jueces de audiencia 9 del General Goal Delivery tendrdn 1a obli- gacién al hacérseles Ja peticién en tribunal abierto el ultimo dia del términa de sesiones o de General Goal, por el prisionere o por alguien en su defensa, de ponerle en libertad bajo fianza, a menos que los jueces opinen, bajo juramento, que los testigos del Rey no podrian Negar en este plazo de sesiones o General Goal. Y si una persona de- tenida en esta forma no es procesada o juzgada, previa su peticién en tribunal abierto hecha en Ja primera semana del plazo o el primer dia de sesiones de audiencia o de General Goal de ser vista su causa, en el segundo plazo de sesiones de audiencia o de General Goal des- pués de su detencién, o es absuelta en juicio, seré puesta en libertad. 7) Y que nada de lo dispuesto en esta Acta se aplicarA para poner en libertad a una persona acusada por deudas u otra accién o procesada en causa civil, e incluso si es puesta en libertad por el delito criminal, podrA quedar detenida, conforme a la ley, por el otro pleito. 8) Y que si un subdito o sibditos de este reino se encuentran detenidos en cualquier prisién o bajo custodia de cualquier funciona- rio o funcionarios, cualquiera que sean, por causa criminal o supues- tamente criminal, no podran ser trasladados de aquella prisién y cus- todia a Ja custodia de ningun otro funcionario o funcicnarios, a no ser por un habeas corpus u otro mandamiento legal, o cuando el pri- sionero es entregado al policia u otro funcionario inferior para ser Nevado a una prisién comin, o cuando aquella. persona es enviada 16 MAXIMO PACHECO GOMEZ por orden de un juez competente a una casa de trabajo o de correc- cién, o cuando el prisionero es trasladado de una prisién o lugar a otro dentro del mismo condado para su juicio o proceso conforme a la ley, o en caso de incendio o infeccién repentina u otra fuerza ma- yor; y si alguna persona o personas, después de las érdenes citadas, emite, firma o refrenda una orden de traslado, en contra de esta Ac- ta, tanto el que Jo emita, firme o refrende, como el funcionario o funcionarios que lo obedezcan o ejecuten, sufriran e incurrirén en las penas y multas ya mencionadas en esta Acta, y tanto las de los pri- meros como las de los segundos quedaraén, de la forma antedicha, a tavor de Ja parte perjudicada. 9) Y que cualquier prisionero o prisioneros tendra derecho a pedir y obtener su habeas corpus tanto de] Alto Tribunal de Ja Can- cilleria o del Tribunal del Tesoro, como de los tribunales del Banco del Rey o de los Common Pleas; y si el Lord Canciller 0 el Lord De- positario o cualquier juez o jueces, bar6n o barones que pertenezcan entonces al grado del coife de cualquiera de los tribunales citados, en vacaciones, a la vista de la copia de la orden de arresto, o previo juramento de que aquella copia se deneg6, como antes se dijo, niega un mandamiento de habeas corpus, solicitado en la forma antedicha y requerido conforme a este Acta para que Jo expida, serdn severamente multados en la suma de quinientas libras a favor de la parte per- judicada. 10) Y que un habeas corpus conforme al propésito y sentido de este Acta podrA dirigirse y ser4 vdlido ante un conde palatino, en los cinco puertos y demds lugares privilegiados dentro del Reino de Inglaterra, los dominios de Gales, la ciudad de Berwick-upon-Tweed, y las Islas de Jersey y Guernsey, sin que tenga fuerza ninguna ley o eostumbre en contra. 11) Y para prevenir encarcelamientos ilegales en prisiones de ultramar queda declarado por la autoridad antes dicha que ningin sibdito de este reino que sea ahora o en el futuro habitante a resi- dente de este reino de Inglaterra, los dominios de Gales o la ciudad de Berwick-upon-Tweed, podré ser enviado como prisionero a Esco- cia, Irlanda, Jersey, Guernsey o Tangeir, ni a ninguna parte de las islas de guarnicién u otro lugar en ultramar, que estén ahora o en el futuro dentro de los dominios de su Majestad o sus herederos suce- sores, y que tales encarcelamientos quedan declarados ilegales, y que si alguno de dichos sabditos esta o llega en el futuro a ser encarce- lado de esta forma, tales personas podrdn entablar una accién por detencié6n ilegal, por tales detenciones, ante cualquiera de los tribu- nales de su Majestad contra la persona o personas por las que sean encarcelados, detenidos, puestos en prisién, enviados como prisioneros o transportados en contra del auténtico sentido de esta Acta, por vir- tud de esta Acta, y también contra todo el que acuerde, escriba, selle o refrende un mandamiento o escrito para tales detenciones, encarce- LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASIOOS 17 lamiento, prisi6n o traslado, asi como contra quienes hayan aconse- jado, ayudado o colaborado a hacerlo, y el demandante en tales ac- ciones obtendr4 sentencia para recuperar los gastos y dafios, dafios que no ser4n menores a quinientas libras, y sin que quepa mora ni excepcién que detenga el] procedimiento ni por reglas, ni por 6rdenes o mandatos, ni requerimientos defensivos, ni privilegio alguno..., salvo las reglas del tribunal donde la accidn se ejercita, dadas para una causa especial por considerarse en justicia necesarias. Y Ja per- sona o personas que, a sabiendas acuerde, escriba, selle o refrende un mandamiento para tales detenciones, encarcelamientos o traslados, o detenga, encarcele o traslade a cualquier persona en contra de esta Acta, 0 quien aconseje, ayude o colabore a hacerlo, en cuanto sea legalmente convicto de ello, quedaré incapacitado desde ese momento para ostentar cargo publico o de confianza ni beneficio alguno dentro del reino de Inglaterra, dominios de Gales o ciudad de Berwick-upon- Tweed, o cualquiera de los territorios islefios o de sus dominios, e in- curriré y sufriré las penas, castigos y multas establecidos y ordenados en el Statute of Provision and Premunire, dado en el afio dieciséis del Rey Ricardo II, y no podra ser perdonado por el Rey ni sus herede- ros 0 sucesores de estas multas, castigos ni incapacidades, ni de nin- guno de ellos. 15) Y que si cualquier persona o personas residentes alguna vez en este reino han cometido un delito capital en Escocia, Irlanda o cualquiera de las islas o colonias extranjeras del Rey, sus herederos Q sucesores, estas personas podran ser enviadas a] lugar donde debe- rian ser juzgadas por aquel delito para tener el juicio de la misma for- ma en que se hacia antes de esta Acta, sin que prevalezca en contra- rio nada de lo que aqui se contiene. 16) Y¥ que nadie seré demandado, perseguido, procesado o mo- lestado por un delito contra esta Acta, a no ser que la parte delin- cuente haya sido demandada o procesada por el mismo, dentro de los dos afios, como mAximo, desde que el delito se cometi6, si el per- judicado no se halla en prisién, y si se halla en prisién, en los dos afios a contar desde su muerte o desde su primera puesta en libertad. 17) Y para que nadie pueda eludir su juicio en las sesiones o en el General Goal Delivery, intentando su traslado antes de las se- siones, de modo que no esté de regreso para celebrar su juicio, queda declarado que desde que se anuncien puiblicamente las sesiones para el condado donde est4 detenido un prisionero, nadie podrd ser tras- ladado de la cdrcel comin con un habeas corpus expedido en virtud de esta Declaraci6n, salvo que el habeas corpus sea para levarlo ante el juez de la sesién, en audiencia publica, que se encuentre alli, para que haga lo que proceda en justicia. 18) No obstante, que después de terminar las sesiones, cualquier ersona oO personas detenidas podrdén obtener su habeas corpus con- ‘orme al espfritu y la intenci6n de esta Declaracién. 18 MAXIMO PACHECO GOMEZ 20) Y puesto que muchas veces hay personas acusadas de... felonia 0 como cémplices, y que estdn detenidas por mera sospecha, y el que sean o no aptos depende de que las circunstancias que dan lugar a la sospecha sean mds o menos graves, lo cual es mds conocido por los jueces de paz que detuvicron a las personas y tienen las prue- bas ante ellos o para los demds jueces de paz del condado. Por ello queda declarado que cuando una persona resulte ser detenida por un juez o juez de paz y acusado como instigador de una felonia o sos- pechoso de ella, o sospechoso de felonia, la cual haya sido especial- mente y claramente expresada en el auto de prisién, que dicha per- sona no sera trasladada ni podrd quedar en libertad bajo fianza, en virtud de esta Acta ni por cualquier otra forma por la que pudiera serlo antes de esta Acta. 3, BILL OF RIGHTS (13 de febrero de 1689) Afio primero del reinado de Guillermo y Marfa, Sesién 2, capi- tulo 2. Ley que declara los derechos y libertades del sibdito y establece la sucesién de la Corona. 1. Por cuanto los Sefiores (Lores) espirituales y temporales, y los Comunes, reunidos en Westminster, representando legal y libre- mente todos los estamentos del pueblo de este Reino, el decimotercero dia de febrero de) afio de Nuestro Sefior 1688, presentaron a sus ma- jestades, a la saz6n Namados y conocidos por los nombres y titulos de Guillermo y Maria, Principe y Princesa de Orange, que estaban presentes de sus propias personas, una cierta declaracién por escrito, hecha por Ios dichos Sefiores (Lores) y Comunes, en los siguientes términos a saber: Por cuanto el difunto Rey Jacobo U, con la ayuda de varios ma- los consejeros, jueces y ministros, empleados de él, traté de subvertir y extirpar la religién Protestante y las leyes y libertades de este Reino. Asumiendo y ejerciendo el poder de prescindir y suspender las le- yes y la ejecucién de las leyes sin el consentimiento de! Parlamento. Encarcelando y procesanda a diversos meritorios prelados por pe- dir humildemente ser excusados de aprobar dicho poder asumido. Emitiendo y haciendo ejecutar una orden bajo el Gran Sello, pa- ra establecer una Corte Hamada Corte de Comisionados para Causas Eclesidsticas. Estableciendo impuestos por y para el uso de Ja Carona, bajo pretexto de prerrogativa, en otro tiempo y de otra manera que la que habia sido autorizada por el Parlamento. Formando y manteniendo un ejército permanente dentro de este Reino, en tiempo de paz, sin el consentimiento del Parlamento y alo- Jando soldados en forma contraria a la ley. 20 MAXIMO PACHECO GOMEZ Haciendo que varios buenos stibditos Protestantes fueran desar- mados al mismo tiempo que los Papistas eran armados y empleados en contra de la ley, Violando la libertad de eleccién de los miembros del Parlamento. Procesando, en la Corte del Banco del Rey (“King’s Bench”), materias y causas que competen sdélo al Parlamento y cometiendo di- versas otras acciones arbitrarias e ilegales. Y por cuanto en los ultimos afios, personas parciales, corruptas y descalificadas han sido repuestas en sus empleos y han servido en los jurados en juicios, y particularmente diversas personas que no eran propietarias han servido como miembros de jurados en juicios por alta traicién. Y se han exigido fianzas excesivas de personas procesadas en casos criminales, para eludir el beneficio de las leyes promulgadas para la libertad de los sibditos. Y han sido impuestas multas excesivas. Y han sido infligidos castigos ilegales y crueles. Y se han hecho varias é6rdenes y promesas de multas y requisi- ciones, antes de ninguna condena o sentencia contra las personas so- bre las cuales las mismas han sido impuestas. Todo lo cual es abierta y directamente contrario a las leyes co- nocidas y a los estatutos y libertades de este Reino. Y por cuanto el dicho difunto Rey Jacobo II, habiendo abdicado el Gobierno y el trono, el cual quedé por consiguiente vacante, Su Alteza el Principe de Orange (de quien quiso Dios Todopoderoso hacer ‘el glorioso instrumento de la liberacién de este Reino del Pa- pismo y del poder arbitrario), hizo (por consejo de los Sefiores (Lo- res) espirituales y temporales y diversas personas principales de los Comunes), que se escribieran cartas a los Sefiores (Lores) espiritua- les y temporales Protestantes, y otras cartas a los varios condados, ciudades, universidades, burgos y cinco puertos, para que eligieran Personas que los representaran, como era de derecho, ante el Parla- mento que se reuniria y sesionaria en Westminster, el vigésimo segundo dia de enero de este afio 1688, para impedir que sus leyes religiosas y libertades quedaran otra vez en peligro de ser subvertidas, visto lo cual se hicieron elecciones a este efecto. ; ¥ hecho Io anterior, los dichos Sefiores (Lores) espirituales y temporales, y Comunes, de acuerdo a sus respectivas cartas y eleccio- nes, encontraéndose ahora reunidos en pleno, y libres representantes de esta nacién, tomando en su mds seria consideracién los mejores medios para obtener los fines antes dichos, en primer lugar (como lo habian usualmente hecho sus antepasados en casos semejantes), para la vindicacién y afirmacién de sus antiguos derechos y libertades, de- claran: Que el pretendido poder de suspender Jas leyes o Ja ejecucién de las leyes por autoridad regia, sin consentimiento del Parlamento, es ilegal. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASTOOS 21 Que el pretendido poder de dispensar las leyes o la ejecucién de las leyes por autoridad regia, como ha sido asumido y ejercido dltima- mente, es ilegal. Que la orden para establecer la difunta Carta de Comisionados para Causas Eclesidsticas, y todas las otras érdenes y Cortes de natu- raleza semejante, son ilegales y perniciosas. Que recaudar impuestos por y para el uso de Ja Corona bajo pre- tensién de prerrogativa, sin autorizacién del Parlamento, por un tiem- po més largo o de una manera distinta de aquella en que la misma sea otorgada, es ilegal. Que es derecho de los stbditos hacer peticiones al Rey y que toda condena y persecucién por hacer tales peticiones son ilegales. Que el reclutamiento o mantencién de un ejército permanente dentro del Reino en tiempos de paz, a menos que sea con el consen- timiento del Parlamento, es contrario a la ley. Que los suibditos Protestantes pueden tener armas para su defen- sa, adecuadas a sus condiciones, como lo permite la ley. Que Ja eleceién de miembros del Parlamento debe ser libre. Que la libertad de palabra y los debates o procedimientos en el Parlamento no deben ser acusados o cuestionados en ninguna Corte o lugar, fuera del Parlamento. Que no se exigirin fianzas ni se impondrén multas excesivas, ni se infligirdn castigos crueles y desacostumbrados. Que los miembros de los jurados deben ser debidamente enrola- dos y retornados y que los miembros de los jurados que conocen de juicios por alta traici6n deben ser propietarios. Que todas las érdenes y promesas de multas y confiscaciones a personas particulares, antes de su condena, son ilegales y nulas. ¥ que para la reparacién de todos los agravios y para enmendar, fortalecer y preservar las leyes, deben celebrarse frecuentemente Par- lamentos. Y ellos afirman, piden e insisten en todos y cada uno de los ante- riores, como sus derechos y libertades indubitados, y que ninguna declaracién, sentencia, hecho o procedimiento en perjuicio del pueblo, a ninguno de esos derechos, debe de ninguna manera ser tomado en adelante en consideracién o ejemplo. Para cuya demanda de sus de- rechos, ellos se sienten particularmente alentados por Ja declaracién de Su Alteza el Principe de Orangé, como el nico medio de obtener una completa reparacién y remedio de los mismos. Teniendo en con- secuencia entera confianza en que su dicha Alteza el Principe de Orange perfeccionar4 la liberacién hasta ahora efectuada por él y continuaré preservandola de la violacién de sus derechos, que ellos han denunciado, y de cualesquiera otros atentados contra su religién, derechos y libertades, los dichos Sefiores (Lores) espirituales y tem- porales, y Comunes, reunidos en Westminster, resuelven que Guiller- mo y Maria, Principe y Princesa de Orange, sean y son declaradas Rey y Reina de Inglaterra, Francia e Irlanda y de'los dominios que 22, MAXIMO PACHECO GOMEZ a ellas pertenecen, para detentar la Corona y Dignidad Real de dichos Reinos y dominios para ellos, el dicho Principe y Princesa, durante sus vidas y la vida del sobreviviente de ellos, y que el unico y pleno ejercicio del Poder Real sea solamente ejecutado por el dicho Prin- cipe de Orange en los nombres de los dichos Principe y Princesa durante sus vidas comunes, y después de sus decesos, dicha Corona y Dignidad Real de los dichos Reinos y dominios, estaran en los herederos del cuerpo de la dicha Princesa y a falta de tal descenden- cia, en la Princesa Ana de Dinamarca y en los herederos de su cuerpo, y a falta de tal descendencia, en los herederos del cuerpo de dicho Principe de Orange. Y los Sefiores (Lores) espirituales y temporales, y Comunes, ruegan a los dichos Principe y Princesa aceptar los mis- mos en esa forma. Y que los juramentos en adelante mencionados sean tomados a todas las personas a las cuales actualmente puedan exigirse juramen- tos de lealtad y supremacia, en lugar de ellos, y que los dichos jura- mentos de lealtad y supremacia sean abrogados. “Yo, A.B., sinceramente prometo y juro que prestaré fiel y verda- dera lealtad a sus Majestades el Rey Guillermo y la Reina Marfa. Si asf lo hiciere, Dios me ayude”. “Yo, A.B., juro que de corazén aborrezco, detesto y abjuro, como impia y herética, la condenable doctrina y posicién segin la cual los principes excamulgados y privados por el Papa o por cualquiera autoridad de la Sede Romana puedan ser depuestos o asesinados por sus stibditos o de alguna otra cualquiera manera. Y declaro que nin- gin extranjero, principe, persona, prelado, Estado o potentado tiene o debe tener ninguna jurisdiccién, poder, superioridad, preeminen- cia o autoridad, eclesidstica o espiritual, dentro de este Reino. Si asf lo hiciere, Dios me ayude”, Hecho lo cual sus dichas Majestades aceptaron la Corona y Dig- nidad Real de Jos Reinos de Inglaterra, Francia e Irlanda y de los dominios pertenecientes a ellas, de acuerdo con la resolucién y deseo de los dichos Sefiores (Lores), y Comunes, contenidos en dicha de- claracidn. Y con esto sus Majestades quedaron satisfechas de que dichos Sefiores (Lores) espirituales y temporales, y Comunes, consti- tuyendo Jas dos Cémaras del Parlamento, debian continuar en sesién, y con Ja concurrencia de sus Reales Majestades, hacer efectiva provi- sién para el establecimiento de las leyes de religién y libertades de este Reino, de manera que las mismas en el futuro no queden de nue- vo en peligro de ser subvertidas. A lo cual los dichos Sefiores (Lores) espirituales y temporales, y Comunes, asistieron y procedieron a actuar en consecuencia. Ahora, en cumplimiento de lo anterior, los dichos Sefiores (Lores) espiritua- les y temporales, y Comunes, reunidos en Parlamento para la ratifica- cién, confirmacién y establecimiento de la dicha declaracién y los articulos, cl4usulas, materias y cosas contenidas en ellos por la fuerza de una ley promulgada en debida forma por autoridad del Parlamen- LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 23 to, ruegan que sea declarado y promulgado que todos y cada uno de los derechos y libertades afirmadas y proclamados en dicha declaracién son los verdaderos antiguos e indubitados derechos y libertades del pueblo de este Reino y asi serA estimado, permitido, juzgado, supues- to y tenido por verdadero, y que todas y cada una de las materias antedichas serdn firme y estrictamente mantenidas y observadas, como lo son expresamente en la dicha declaracién, y todos Jos funcionarios y ministros cualesquiera serviran a sus majestades y a sus sucesores de acuerdo con las mismas, en todos los tiempos por venir. Y los dichos Sefiores (Lores) espirituales y temporales, y Comunes, consi- derando seriamente cuAnto habia agradado a Dios Todopaderoso en su Maravillosa Providencia y misericordiosa bondad hacia esta Nacidn, asistir y preservar a dichas sus Majestades y Personas Reales, para que reinaran felicisimamente sobre nosotros desde el trono de sus ancestros, para lo cual ellos les entregan lo hondo de sus corazones, sus humildisimas gracias y alabanzas. Verdadera, firme y seguramente y en la sinceridad de sus corazones piensan y por las presentes reco- nocen y declaran que el Rey Jacobo II, habiendo abdicado el Gobier- no, y sus Majestades habiendo aceptado la Corona y Dignidad Real, como antes dicho, dichas sus Majestades, se hicieron, fueron y de derecho deben ser por las leyes de este Reino nuestros Soberanos Rey y Reina de Inglaterra, Francia e Irlanda y de los dominios pertene- cientes a ellas, en cuyas principescas personas e] Real Estado, Corona y Dignidad de los dichos Reinos, con todos los Honores, Titulos, Re- galias, Prerrogativas, Poderes, Jurisdicciones y Autoridades pertene- cientes a los mismos, son muy rectamente y enteramente investidos e incorporados, unidos y anexados y para prevenir toda cuestién y divi- sién en este Reino, por razén de cualesquiera pretendidos titulos a la Corona y para preservar una certeza en Ja sucesién de la misma, en y sabre la cual bajo Dios descansan la unidad, paz, tranquilidad y segu- ridad de esta Nacién, los dichos Sefiores (Lores), espirituales y tem- porales, y Comunes, suplican a sus Majestades que se promulgue, establezca y declare que la Corona y Gobierno Real de los dichos Reinos y dominios, con todas y cada una de las anteriores materias que les pertenecen, pertenece y continuara perteneciendo a dichas Ma- jestades y al sobreviviente de ellos, durante sus vidas y la vida del sobreviviente de ellos, y que el entero, perfecto y completo ejercicio del poder real y del Gobierno residir& Gnicamente en y ser& ejecutado por su Majestad en los nombres de ambas Majestades durante sus vidas comunes, y después de sus decesos las dichas Corona y materias anteriores seran y permanecer4n en los herederos del cuerpo de su Majestad, y en defecto de tal descendencia, en su Alteza Real la Prin- cesn Ana de Dinamarca y en los herederos del su cuerpo, y en defecto de tal descendencia, en los herederos del cuerpo de su dicha Majestad. Y en seguida los Sefiores (Lores) espirituales y temporales, y Comu- nes, en el nombre de todo el pueblo antes dicho, muy humilde y fiel- mente se someten a sus herederos y posteridades para siempre y 24 MAXIMO PACHECO COMEZ fielmente prometen que mantendr4n y defenderfn a sus dichas Ma- jestades y también la limitacién y sucesién de la Corona aqui especi- ficada y contenida, hasta el limite de sus poderes y con sus vidas y haciendas contra toda persona cualquiera que intente cosa alguna en contrario. Y por cuanto ha sido establecido por la experiencia que es inconsistente con la seguridad y bienestar de este Reino Protestante ser gobernado por un principe Papista o por algin Rey o Reina que se case con un Papista, los dichos Sefiores (Lores) espirituales y tem- porales, y Comunes, ruegan ademas que se promulgue que toda y cualquier persona que es 0 sean o serdn reconciliadas 0 que comul- guen con la Sede o Iglesia de Roma 0 que profesen la religién Papista 0 que se casen con un Papista, serfn excluidas y serfin por siempre incapaces de heredar, poseer o gozar la Corona y Gobierno de este Reino y de Irlanda y los dominios pertenecientes a ellos o de ninguna parte de ellos, o de tener uso o ejercer ningun real poder, autoridad o jurisdiccién dentro del mismo, y en todos o cualesquiera de dichos caso o casos, el pueblo de estos Reinos ser4 y es por las presentes absuelto de su lealtad. Y la dicha Corona y Gobierno, de tiempo en tiempo, descender& y serA disfrutado por la persona o personas que sean Protestantes y que hubjeran heredado y disfrutado del mismo en caso que dicha persona o personas asf reconciliadas. aue comulguen © que profesen o se casen como antes se ha dicho, hubieren muerto naturalmente. Y que todo Rey o Reina de este Reino que, en cualquier tiempo en el futuro. Hegue y suceda a la Corona Imperial de este Reino. en el primer dfa de Ja sesi6n de! primer Parlamento siguiente a su Vlegada a la Corona. sentado o sentada en su trono en la Cémara de los Pares, en presencia de Jos Sefiores (Lores) espirituales y tempo- rales, y Comunes alli reunidos o al tiempo de su coronacién, ante Ja persona o personas que administren el juramento de coronacién a él 0 a ella, al tiempo de prestar tal furamento (si esto ocurriere antes). suscribiran una audible repetici6n de Ja declaraci6n mencfonada en la ley promulgada en el trigésimo afio del reinado del Rey Carlos TI. titulada Lev para Ja m4s efectiva preservacién de la Persona v Go- hierno del Rev, cue inhabilita a los Papistas para sentarse en cualquier Camara del Parlamento. Pero si ocurriere que tal Rey o Reina, al tiempo de su sucesién a la Corona de este Reino. tuviere menos de doce afios, entonces tal Rey o Reina hard suscribir v audiblemente repetir tal declaracién al tiempo de su coronacién o el primer dia de Ja sesi6n de] primer Parlamento. como antes se ha dicho, cualescuiera de estos hechos que ocurra primero, después que tal Rey o Reina haya alcanzado la dicha edad de 12 afios. Tado lo cual sus Majestades est4n contentos y agradados de que sea declarado, promulgado y esta- blecido por autoridad del presente Parlamento y permanecer4 y ser4 la Jey de este Reino para siempre, y las mismas son por sus dichas Majestades por y con el consejo y consentimiento de los Sefiores (Lo- res) espirituales y temporales, y Comunes, reunidos en Parlamento y por la autoridad de los mismos, declarados promulgados y establecidos. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASIOOS 25 Il, Y¥ sea ademds declarado y promulgado por la autoridad antes dicha, que desde y después de la presente sesién del Parlamento, ninguna dispensacién por “non obstante”, de y para cualquier ley o cualquier parte de ella, ser permitida, sino que la misma ser4 tenida por nula y sin efecto, salvo que la dispensa sea permitida en tal ley, y excepto en tales casos que sean especialmente previstos por una o mas leyes aprobadas durante la presente sesién del Parlamento. III, Pero ninguna carta o garantia de perdén otorgada antes del vigésimo tercer dia de octubre del afio de Nuestro Sefior 1689 ser& de ningin modo impugnada o invalidada por esta ley, sino que la misma es y queda en la misma fuerza y efecto en derecho, como si esta ley nunca hubiera sido promulgada. 4. DECLARACION DE INDEPENDENCIA DE LOS EE. UU. (4 de julio de 1776) 1 Cuando, en el curso de los acontecimientos humanos, se hace necesario para un pueblo disolver los vinculos politicos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto, sepa- rado e igual, a que las leyes de Ja naturaleza, y del Dios de esa natu- raleza, le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad le obliga a declarar las causas que lo impulsan a la separacién. Sostenemos por evidentes, por si mismas, estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Crea- dor de ciertos derechos inalienables, entre los cuales estdn la vida, la libertad y la bisqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legitimos del consentimiento de los gobernados; que siem- pre que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios el pueblo tiene el derecho a reformarla o a abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio sca la mds adecuada para alcanzar la seguridad y felicidad. La prudencia, claro esta, ensefia que no se deben cambiar por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad est4 mds dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia aboliendo Jas formas a que est4 acas- tumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, diri- gida invariablemente al mismo abjetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, Hene el derecho, tiene el deber, de derrocar ese gobierno y establecer nuevas garantias para su futura seguridad. Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colo- 1 Aprobada por el 2° Congreso Continental, a propuesta de Lee, en nom- bre de Virginia, en su sesién del dia 2 de julio de 1776 y redactada con el titulo de Declaration of Independence, y posteriormente aprobada en la sesi6n de 4 de julio de 1776. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 27 nias; tal es ahora la necesidad que las obliga a reformar su anterior sistema de gobierno. La historia del actual rey de la Gran Bretafia es una historia de repetidos agravios y usurpaciones, encaminados todos directamente hacia el establecimiento de una tirania absoluta sobre estos Estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial... En cada etapa de estas opresiones hemos pedido justicia en los términos mds humildes; a nuestras repetidas peticiones se ha contes- tado solamente con repetidos agravios. Un principe, cuyo cardcter esta asi sefialado, con cada uno de los actos que pueden definir a un tirano, no es digno de ser el gobernante de un pueblo libre. Tampoco hemos dejado de dirigirnos a nuestros hermanos bri- tanicos. Les hemos prevenido frecuentemente de las tentativas de su poder legislativo para englobarlos en una jurisdiccién injustificable. Les hemos recordado las circunstancias de nuestra emigracién y esta- blecimiento aqui. Hemos apelado a su innato sentido de la justicia y magnanimidad, y les hemos conjurado, en los vinculos de nuestro parentesco, a repudiar esas usurpaciones, las cuales interrumpirian in- evitablemente nuestras relaciones y correspondencia. También ellos han sido sordos a la voz de la justicia y de la consanguinidad. Debemos, pues, aceptar la necesidad de nuestra separacién y considerarlos como consideramos a las demas colectividades humanas: enemigos en la guerra, amigos en la paz. Por tanto, los representantes de los Estados Unidos de América convocados en Congreso General, tomando como testigo al Jucz Su- premo del Universo de la rectitud de nuestras intenciones, en nombre y por la autoridad del buen pueblo de estas Colonias, solemnemente hacemos publico y declaramos: Que estas Colonias Unidas son, y deben serlo por derecho, Estados Libres e Independientes, que que- dan libres de toda lealtad a la Corona Britanica, y que toda vincula- cién politica entre ellas y cl Estado de la Gran Bretafia queda y debe quedar totalmente disuelta; y que, como Estados Libres o Independien- tes, tienen pleno poder para hacer Ja guerra, concertar la paz, concertar alianzas, establecer e! comercio y efectuar los actos y providencias a que tienen derecho los Estados independientes. Y en apoyo de esta Declaracién, con absoluta confianza en la proteccién de la Divina Providencia, empefiamos nuestra vida, nucs- tra hacienda y nuestro bien mas sagrado, el honor. 5. LA CONSTITUCION DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA (17 de septiembre de 1787) Nosotros, el Pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unién mds perfecta, establecer la Justicia, afianzar la tranquilidad interior, proveer a la Defensa comin, promover el bienestar general y asegurar para nosotros mismos y para nuestros descendientes los bene- ficios de la Libertad, estatuimos y sancionamos esta Constrruciéx para los Estados Unidos de América. Articulo uno PRIMERA SECCION ; Todos los poderes legislativos otorgados en la presente Constitu- cién corresponderén a un Congreso de los Estados Unidos, que se compondré de un Senado y una CAmara de Representantes. Secunpa Seccrén 1. La Camara de Representantes estar4 formada por miembros elegidos cada dos afios por los habitantes de Jos diversos Estados, y los electores deberan poseer en cada Estado las condiciones requeri- das para los electores de la rama mds numerosa de la legislatura local. 2. No sera representante ninguna persona que no haya cumplido 25 afios de edad y sido ciudadano de los Estados Unidos durante siete afios, y que no sea habitante del Estado en el cual se le designe, al tiempo de la eleccién. 3. [Los representantes y los impuestos directos se prorratearén entre los distintos Estados que formen parte de esta Unidén, de acuer- LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 29 do con su poblacién respectiva, la cual se determinar4 sumando al nimero total de \personas libres,\inclusive las obligadas a prestar servi- clos durante cierto término de afios y excluyendo a los indios no sujetos al pago de contribuciones, las tres quintas partes de todas las personas restantes]. ° El recuento deber& hacerse efectivamente dentro de los tres aiios siguientes a la primera sesién del Congreso de los Estados Unidos y en Jo sucesivo cada 10 afios, en la forma que dicho cuerpo disponga por medio de una ley. El] nimero de representantes no excederd de uno por cada 30 mil habitantes, con tal que cada Estado cuente con un representante cuando menos; y hasta que se efecttie dicho recuen- to, el Estado de Nueva Hampshire tendrd derecho a elegir tres; Massa- chusetts, ocho; Rhode Island y las Plantaciones de Providence, uno; Connecticut, cinco; Nueva York, seis; Nueva Jersey, cuatro; Pennsylva- nia, ocho; Delaware, uno; Maryland, seis; Virginia, diez; Carolina del Norte, cinco; Carolina del Sur, cinco, y Georgia, tres. 4. Cuando ocurran vacantes en la representacién de cualquier Estado, la autoridad ejecutiva del mismo expedirA un decreto en que se convocara a elecciones con el objeto de Ilenarlas. 5, La Camara de Representantes elegirA su presidente y demas funcionarios, y ser& la tinica facultada para declarar que hay lugar a proceder en los casos de responsabilidades oficiales. Tercena Seccién 1. El] Senado de Jos Estados Unidos se compondré de dos sena- dores por cada Estado, elegidos por seis afios por Ja legislatura del mismo, y cada senador dispondr4 de un voto. 2. Tan pronto como se hayan reunido a yirtud de la eleccién inicial, se dividiran en tres grupos tan iguales como sea posible. Las actas de los senadores del primer grupo quedardn vacantes al termi- nar el segundo afio; las del segundo grupo, al expirar el cuarto afio; y las del tercer grupo, al concluir el sexto aio, de tal manera que sea factible elegir a una tercera parte cada dos aiios, y si ocurren vacantes, por renuncia u otra causa, durante el receso de la Jegislatura de algan Estado, el Ejecutivo de éste podré hacer designaciones provisionales hasta el siguiente periodo de sesiones de la legislatura, Ja que proce- der4 a cubrir dichas vacantes. 3. No sera senador ninguna persona que no haya cumplido 30 afios de edad y sido ciudadano de los Estados Unidos durante nueve afios y que, al tiempo de la eleccién, no sea habitante del Estado por parte del cual fue designado. 4, El Vicepresidente de los Estados Unidos ser4 presidente del Senado, pero no tendr4 voto sino en e] caso de empate. . 30 MAXIMO PAGHECO GOMEZ 5. El Senado elegira a sus demas funcionarios, asi como un pre sidente pro tempore, que fungird en ausencia del Vicepresidente o cuando éste se halle desempefiando la presidencia de los Estados Unidos. 6. El Senado poseerd4 derecho exclusivo de juzgar sobre todas las acusaciones por responsabilidades oficiales, Cuando se retina con este objeto, sus miembros deberdn prestar un juramento o protesta, Cuando se juzgue al Presidente de los Estados Unidos, deberd presi- dir el del Tribunal Supremo. Y a ninguna persona se le condenar& si no concurre el voto de dos tercios de los miembros presentes. 7. En los casos de responsabilidades oficiales, el alcance de la sentencia no ir4 mas alla de la destitucién del cargo y la inhabilita- cién para ocupar y disfrutar cualquier empleo honorifico, de confianza @ remunerado, de los Estados Unidos; pero e)] individuo condenado quedard sujeto, no obstante, a que se le acuse, enjuicie, juzgue y cas- tigue con arreglo a derecho. Cuarta Secci6n 1. Los lugares, épocas y modo de celebrar las elecciones para senadores y representantes se prescribiran en cada Estado por la legis- latura respectiva, pero el Congreso podra formular o alterar las reglas de referencia en cualquier tiempo por medio de una ley, excepto en lo tocante a los lugares de eleccién de los senadores. 2. El Congreso se reuniré una vez al afio, por lo menos, y esta reunién serd el primer lunes de diciembre, a no ser que por ley se fije otro dia. Quinta Secci6n 1, Cada cdmara calificaré las elecciones, los informes sobre es- crutinios y la capacidad legal de sus respectivos miembros, y una ma- yoria de cada una constituira el quérum necesario para deliberar; pero un numero menor puede suspender las sesiones de un dia para otro y estar4 autorizado para compeler a los miembros ausentes a que asistan, del modo y bajo Jas penas que determine cada cAmara. 2. Cada cdmara puede elaborar su reglamento interior, castigar a sus miembros cuando se conduzcan indebidamente y expulsarlus de su seno con el asentimiento de las dos terceras partes. 3. Cada cdmara Jlevara un diario de sus sesiones y Jo publicard de tiempo en tiempo, a excepeién de aquellas partes que a su juicio exijan reserva, y los votos afirmativos y negativos de sus miembros ¢on respecto a cualquier cuestién se haran constar en el diario, a peti- cién de la quinta parte de los presentes. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 31 4. Durante el perfodo de sesiones del Congreso ninguna de las camaras puede suspenderlas por mds de tre. dfas ni acordar que se celebraran en lugar diverso de aquel en que se retinen ambas cémaras, sin el consentimiento de la otra. Sexta Seccién 1. Los senadores y representantes recibiran por sus servicios una remuneracién que sera fijada por la ley y pagada por el tesoro de los Estados Unidos. En todos los casos, exceptuando los de traicién, delito grave y perturbacién del orden ptblico, gozarén del privilegio de no ser arrestados durante el tiempo que asistan a las sesiones de sus respectivas c4maras, asi como al ir a ellas o regresar de Jas mis- mas, y no podrdn ser objeto en ningun otro sitio de inquisicién alguna con motivo de cualquier discusién o debate en una de las cAmaras. 2. A ningun senador ni representante se le nombraré, durante el tiempo por el cual haya sido elegido, para ocupar cualquier empleo civil que dependa de los Estados Unidos, que haya sido creado o cuyos emolumentos hayan sido aumentados durante dicho tiempo, y ninguna persona que ocupe un cargo de los Estados Unidos podra formar parte de las cAmaras mientras continie en funciones. Septrma SEcci6N 1. Todo proyecto de ley que tenga por objeto la obtencién de ingresos deberd proceder primeramente de la CAmara de Represen- tantes; pero el Senado podrA proponer reformas o convenir en ellas de la misma manera que tratandose de otros proyectos. 2. Todo proyecto aprobado por la Camara de Representantes y el Senado se presentar4 al Presidente de los Estados Unidos antes de que se convierta en ley; si lo aprobare lo firmard; en caso contrario lo devolvera, junto con sus objeciones, a la cdmara de su origen, Ja que insertar integras las objeciones en su diario y procederé a recon- siderarlo. Si después de dicho nuevo examen Jas dos terceras partes de esa cdmara se pusieren de acuerdo en aprobar el proyecto, se remitiré, acompafiado de las objeciones, a la otra c&mara, por la cual seré estudiado también nuevamente y, si lo aprobaren los dos tercios de dicha cAmara, se convertirA en ley, Pero en todos Jos casos de que se habla, la votaci6n de ambas c4maras serd nominal y los nombres de las personas que voten en pro o en contra del proyecto se asentarén en el diario de la cdmara que corresponda. Si algin proyecto no fuera devuelto por el Presidente dentro de LO dias (descontados los domin- os) después de haberle sido presentado, se convertira en ley, de la misma manera que si lo hubiera firmado, a menos de que al suspender 32 MAXIMO PACHECO GOMEZ el Congreso sus sesiones impidiera su devolucién, en cuyo caso no sera ley. 3, Toda orden, resolucién o votacién para la cual sea necesaria la concurrencia del Senado y la CAmara de Representantes (salvo en materia de suspensién de las sesiones), se presentaré al Presidente de los Estados Unidos y no tendr4 efecto antes de ser aprobada por 61 o de ser aprobada nuevamente por dos tercios del Senado y de la Camara de Representantes, en el caso de que la rechazare, de con- formidad con Jas reglas y limitaciones prescritas en el caso de un proyecto de ley. Ocrava Seccidn 1. El Congreso tendré facultad: Para establecer y recaudar con- tribuciones, impuestos, derechos y consumos; para pagar las deudas y proveer a la defensa comin y bienestar general de los Estados Uni- dos; pero todos los derechos, impuestos y consumos ser4n uniformes en todos los Estados Unidos. ‘2. Para contraer empréstitos a cargo de créditos de los Estados Unidas; 3. Para reglamentar el comercio con las naciones extranjeras, en- tre los diferentes Estados y con las tribus indias; 4. Para establecer un régimen uniforme de naturalizacién y leyes uniformes en materia de quiebra en todos Jos Estados Unidos; 5. Para acufiar monedas y determinar su valor, asi como el de la moneda extranjera, y fijar los patrones de las pesas y medidas; 6. Para proveer lo necesario al castigo de quienes falsifiquen los titulos y la moneda corriente de los Estados Unidos; 7. Para establecer oficinas de correos y caminas de posta; 8. Para fomentar el progreso de Ja ciencia y las artes utiles, ase- gurando a los autores e inventores, por un tiempo limitado, el derecho exclusive sobre sus respectivos escritos y descubrimientos; 9. Para crear tribunales inferiores al Tribunal Supremo; 10. Para defini y castigar Ja pirateria y otros delitos graves co- metidos en alta mar y las violaciones al derecho internacional; jl. Para declarar la guerra, otorgar patentes de corso y repre- salias y para dictar reglas con relacién a las presas de mar y tierra; 12, Para reclutar y sostener ejércitos, pero ninguna autorizacién presupuestaria de fondos que tengan ese destino sera por un plazo superior a dos afios; LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASIOOS 33 13. Para habilitar y mantener una armada; 14, Para dictar reglas para el gobierno y ordenanza de las fuer: zas navales y terrestres; 15. Para disponer cuando debe convocarse a la milicia nacional con el fin de hacer cumplir las leyes de la Unién, sofocar las insurrec: ciones y rechazar las invasiones; 16. Para proveer lo necesario para organizar, armar y disciplinar a la milicia nacional y para gobernar aquella parte de ésta que se utilice en servicio de Jos Estados Unidos; reservandose a los Estados correspondientes el nombramiento-de los oficiales y la facultad de ins- truir a la milicia conforme a la disciplina prescrita por el Congreso; 17. Para legislar en forma exclusiva en todo lo referente al Dis- trito (que no podré ser mayor que un cuadrado de 10 millas por lado) que se convierta en sede del gobierno de los Estados Unidos, como consecuencia de la cesién de algunos Estados y la aceptacién del Con- greso, y para ejercer una autoridad semejante sobre todos los terrenos que se adquieran con anuencia de la legislatura del Estado en que se encuentren situados, para la construccién de fuertes, almacenes, arse- nales, astilleros y otros edificios necesarios; y 18. Para expedir todas las leyes que sean necesarias y conve- nientes para llevar a efecto los poderes anteriores y todos los demds que esta Constitucién confiere al Gobierno de los Estados Unidos o a cualquiera de sus departamentos o funcionarios, Novena Secci6n 1. El Congreso no podra prohibir antes del aio de mil ochocien- tos ocho la inmigracién o importacién de las personas que cualquiera de los Estados ahora existentes estime oportuno admitir, pero puede imponer sobre dicha importacién una contribucién o derecho que no pase de 10 délares por cada persona. 2. EI privilegio del habeas corpus no se suspenderd, salvo cuan- do la seguridad ptblica lo exija en Jos casos de rebelién o invasién, 3. No se aplicarin decretos de proscripcién ni leyes ex post facto, 4. No se establecerd ningtin impuesto directo ni de capitacién, como no sea proporcionalmente al censo o recuento que antes se or- dené practicar. 5. Ningtin impuesto o derecho se establecer4 sobre los articulos que se exporten de cualquier Estado, 8. Los puertos de un Estado no gozar4n de preferencia sobre los de ningun otro a virtud de reglamentacién alguna mercantil o fis- 34 MAXIMO PACHECO COMEZ cal; tampoco las embarcaciones que se dirijan a un Estado o procedan de él estar4n obligadas a ingresar por algin otro, despachar en él sus documentos o cubrirle derechos. 7. Ninguna cantidad podr4 extraerse del tesoro si no es como consecuencia de asignaciones autorizadas por la ley, zg de tiempo en tiempo deber4n publicarse un estado y cuenta ordenadas de los ingre- sos y gastos del tesore. 8. Los Estados Unidos no concederdn ningun titulo de nobleza y ninguna persona que ocupe un empleo remunerado u honorifico que dependa de ellos aceptard ningin regalo, emolumento, empleo o titulo, sea de Ja clase que fucre, de cualquier monarea, principe o Estado extranjero, sin consentimiento del Congreso. Decma Seccién 1. Ningtin Estado celebraré tratado, alianza o confederacién al- gunos; otorgarA patentes de corso y represalias; acufiaré moneda, emi- tira papel moneda, legalizaré cualquier cosa que no sea la moneda de oro y plata como medio de pago de las deudas; aprobard decretos por Jos que se castigue a determinadas personas sin que preceda jui- cio ante los tribunales, leyes ex post facto o leyes que menoscaben las obligaciones que derivan de los contratos, ni concederdé titulo alguno de nobleza. 2. Sin el consentimiento del Congreso, ningan Estado podr4 im- poner derechos sobre Jos articulos importados 0 exportados, salvo los que sean absolutamente necesarios con el fin de hacer cumplir sus leyes de inspeccién, y el producto neto de todos los derechos e im- puestos que establezean los Estados sobre las importaciones y expor- taciones se aplicarA en provecho del tesora de los Estados Unidos; y todas las leyes de que se trata estardn sujetas a Ja revisién y vigilancia del Congreso. 3. Sin dicho consentimiento del Congreso ningin Estado podrd establecer derechos de tonelaje, mantener tropas o navios de guerra en tiempo de paz, celebrar convenio o pacto algune con otro Estado o con una potencia extranjera, o hacer la guerra, a menos de ser inva- dido realmente o de hallarse en peligro tan inminente que no admita demora. LOS DERECHOS HUM..NOS. DUCUMENTOS BASICOS 3 Articulo dos Primera Seccién 1. Se deposita el poder ejecutivo en un Presidente de Jos Esta- dos Unidos. Desempefiard su encargo durante un término de cuatro afios y, juntamente con el Vicepresidente designado para el mismo perfodo, ser4 elegido como sigue: 2. Cada Estado nombrar4, del modo que su legislatura disponga, un numero de electores igual al total de los senadores y representan- tes a que el Estado tenga derecho en el Congreso, pero ningtin sena~ dor, ni representante, ni persona que ocupe un empleo honorifico o remunerado de los Estados Unidos podra ser designado como elector. (Los electores se reuniran en sus respectivos Estados y votaran mediante cédulas en favor de dos personas, una de las cuales, cuando menos, no deberd ser habitante del mismo Estado que ellos. Forma- r4n una lista de todas las personas que hayan obtenido sufragios y de] ntimero de votos correspondiente a cada una, la cual firmardn, certificaran y remitir4n sellada a la sede del gobierno de los Estados Unidos, dirigida al presidente del Senado. El presidente de] Senado abrird todos los certificados en presencia del Senado y de la CAmara de Representantes, después de lo cual se contardn los votos. La perso- na que obtenga el niimero mayor de votos serd Presidente, siempre que dicho numero represente la mayoria de todos los electores nom- brados, y si hubiere m4s de uno que tenga esa mayoria y que cuente con igual ndmero de yotos, entonces la CAmara de Representantes elegira a uno de ellos inmediatamente para Presidente, votando por cédulas, y si ninguna persona tuviere mayoria entonces la referida camara elegiré al Presidente de la misma manera entre los cinco nom- bres con mayor mimero de votos en la lista. Téngase presente que al elegir al Presidente la votacién se har4 por Estados y que Ja repre- sentacién de cada Estado gozar4 de un voto; que para este objeto habr4 quérum cuando estén presentes el miembro o los miembros que representen a los dos tercios de los Estados y que serA necesaria ma- yoria de todos los Estados para que se tenga por hecha Ja eleccién. En todos los casos, y una vez elegido el Presidente, la persona que retina mayor numero de votos de Jos electores serd Vicepresidente. Pero si quedaren dos o mds con el mismo numero de votos, el Senado escogerd de entre ellos al Vicepresidente, votando por cédulas.) * 3. El Congreso podraé fijar la época de designacién de los electo- res, asi como el dia en que deberén emitir sus votos, el cual deberd ser el mismo en todos los Estados Unidos, ° Este articulo ha quedade sobreseido en virtud de la Enmienda XIL 36 MAXIMO PACHECO GOMEZ 4. Sdlo las personas que sean ciudadanos por nacimiento o que hayan sido ciudadanos de los Estados Unidos a] tiempo de adoptarse esta Constitucién, seran elegibles para el cargo de Presidente; tam- poco serd elegible una persona que no haya cumplido 35 afios de edad y que no haya residido 14 afios en los Estados Unidos. 5. En caso de que el Presidente sea separado de su puesto, de que muera, renuncie o se incapacite para dar cumplimiento a los poderes y deberes del referido cargo, éste pasarA al Vicepresidente y el Congreso podra prever por medio de una ley el caso de separa- cién, muerte, renuncia o incapacidad, tanto del Presidente como del Vicepresidente, y declarar qué funcionario fungira como Presidente en el caso que se supone. Este funcionario harA las veces de Presi- dente hasta que desaparezca la causa de incapacidad o se elija un Presidente. 6. El Presidente recibiré una remuneracién por sus servicios, en las épocas que se determinardn, la cual no podra ser aumentada ni disminuida durante el perfodo para el cual haya sido designado y no podr4 recibir durante ese tiempo ningin otro emolumento de parte de los Estados Unidos 0 de cualquiera de éstos. 7. Antes de entrar a desempefhar su cargo prestaré el siguiente juramento o protesta: “Juro (o protesto) solemnemente que desempe- fiaré legalmente el cargo de Presidente de los Estados Unidos y que sostendré, protegeré y defenderé la Constitucién de los Estados Unidos, empleando en ello el m4ximo de mis facultades”. Secunpa SECcION 1. El Presidente ser4 comandante en jefe del ejército y Ja marina de los Estados Unidos y de la milicia de los diversos Estados cuando se la llame al servicio activo de los Estados Unidos; podré solicitar la opini6én por escrito del funcionario principal de cada uno de los de- partamentos administrativos con relacién a cualquier asunto que se relacione con los deberes de sus respectivos empleos, y estarA facul- tado para suspender la ejecucién de las sentencias y para conceder indultos tratandose de delitos contra los Estados Unidos, excepto en los casos de acusacién por responsabilidades oficiales, 2, Tendrd facultad, con el consejo y consentimiento del Senado, para celebrar tratados, con tal de que den su anuencia dos tercios de los senadores presentes, y propondra y, con el consejo y consentimiento del Senado, nombrar4 a los embajadores, los demAs ministros pdblicos y los cénsules, los magistrados del Tribunal Supremo y a todos Jos demds funcionarios de los Estados Unidos a cuya designacién no provea este documento en otra forma y que hayan sido establecidos por ley. Pero el Congreso podra atribuir el nombramiento de Jos fun- LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 37 cionarlos inferiores que considere convenientes, por medio de una ley, al Presidente solo, a los tribunales judiciales 0 a los jefes de los de- partamentos. 3. El] Presidente tendrd ‘el derecho de cubrir todas las vacantes que ocurran durante el receso del Senado, extendiendo nombramientos provisionales que terminardn al final del siguiente perfodo de sesiones. Tercera Seccién Periddicamente deberA proporcionar al Congreso informes sobre el estado de Ia Unién, recomendando a su consideracién las medidas que estime necesarias y oportunas; en ocasiones de cardcter extraor- dinario podré. convocar a ambas cdmaras 0 a cualquiera de ellas, y en el] supuesto de que discrepen en cuanto a Ja fecha en que deban entrar en receso, podrd suspender sus sesiones, fijandoles para que las reanuden la fecha que considere conveniente; recibira a los embaja- dores y otros ministros piblicos; cuidard de que las leyes se ejecuten puntualmente y extenderd los despachos de todos los funcionarios de los Estados Unidos. Cuarta Secctén El Presidente, el Vicepresidente y todos los funcionarios civiles de Jos Estados Unidos serdn separados de sus puestos al ser acusados y declarados culpables de traicién, cohecho u otros delitos y faltas graves. Articulo Tres Primera Secci6n Se depositaré el poder judicial de los Estados Unidos en un Tribunal Supremo y en los tribunales inferiores que el Congreso instituya y establezca en Jo sucesivo. Los jueces, tanto del Tribunal Supremo como de los inferiores, continuar4n en sus funciones mientras observen buena conducta y recibiran, en perfodos fijos, una remune- racién por sus servicios que no seré disminuida durante el tiempo de su encargo. Secunpa SEccION 1. El Poder Judicial entender4 en todas las controversias, tanto de derecho escrito como de equidad, que surjan como consecuencia de esta Constitucién, de Jas leyes de los Estados Unidos y de los tratados celebrados o que se celebren bajo su autoridad; en todas Jas contro- 38 MAXIMO PACHECO GOMEZ versias que se relacionen con embajadores, otros ministros publicos y cénsules; en todas Jas controversias de la jurisdiccién de almirantazgo y maritima; en las controversias en que sean parte los Estados Unidos; en las controversias entre dos 0 m4s Estados, entre un Estado y los ciudadanos de otro, entre ciudadanos de Estados diferentes, entre ciudadanos del mismo Estado que reclamen tierras en virtud de con- cesiones de diferentes Estados y entre un Estado o Jos ciudadanos del misma y Estados, ciudadanos o stibditos extranjeros. 2. En todos los casos relativos 2 embajadores, otros ministros publicos y cénsules, asi como en aquellos en que sea parte un Estado, el Tribunal Supremo poseer4 jurisdiccién en tmica instancia. En todos los demas casos que antes se mencionaron el Tribunal Supremo cono- cer4 en apelacién, tanto del derecho como de los hechos, con las excepciones y con arregio a la reglamentacién que formule el Congreso. 3. Todos los delitos ser4n juzgados por medio de un jurado, excepto en los casos de acusacién por responsabilidades oficiales, y el juicio de que se habla tendr4 lugar en el Estado en que el delito se haya cometido; pero cuando no se haya cometido dentro de los limites de ningiin Estado, el juicio se celebraré en el lugar o lugares que el Congreso haya dispuesto por medio de una ley. Tercena SEcci6n 1. La traicién contra Jos Estados Unidos sélo consistirA en hacer la guerra en su contra o en unirse a sus enemigos, impartiéndoles ayuda y proteccién. A ninguna persona se le condenar4 por traicién si no es sobre la base de la declaracién de dos testigos que hayan presenciado el mismo acto perpetrado abiertamente o de una confesién en sesién publica de un tribunal. 2. El Congreso estarA facultado para fijar la pena que corres- ponda a Ja traicidén; pero ninguna sentencia por causa de traicién podra privar del derecho de heredar o de transmitir bienes por herencia, ni produciré la confiscacién de sus bienes m4s que en vida de la persona condenada. Articulo Cuatro Primera Secci6n Se dar4 entera fe y crédito en cada Estado a los actos piblicos, registros y procedimientos judiciales de todos los demds. Y el Con- greso podra prescribir, mediante leyes generales, la forma en que dichos actos, registros y procedimientos se probar4n y el efecto que producir4n. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 39 SEGUNDA SEccIéN 1, Los ciudadanos de cada Estado tendr4n derecho en los demas a todas los privilegios e inmunidades de los ciudadanos de éstos. 2. La persona acusada en cualquier Estado por traicién, delito Brave u otro crimen, que huya de la justicia y fuere hallada en otro Estado, serA entregada, al solicitarlo asi la autoridad ejecutiva del Estado del que se haya fugado, con el objeto de que sea conducida al Estado que posea jurisdiccién sobre el delito. 3. Las personas obligadas a servir o laborar en un Estado, con arreglo a las leyes de éste, que escapen a otros, no quedardn liberadas de dichos servicios o trabajo a consecuencia de cualesquiera leyes o reglamentos del segundo, sino que ser4n entregadas al reclamarlo la parte interesada a quien se deba tal servicio o trabajo. Tercera SEOCI6N 1. El Congreso podrd admitir nuevos Estados a la Unién, pero ningiin nuevo Estado podrd formarse o erigirse dentro de los limites de otro Estado, ni un Estado constituirse mediante la reunién de dos o mds Estados o partes de Estados, sin el consentimiento de las legislaturas de Jos Estados en cuestién, asi como del Congreso. 2. El Congreso tendr4 facultad para ejecutar actos de disposicién y para formular todos Jos reglamentos y reglas que sean precisos con respecto a las tierras y otros bienes que pertenezcan a los Estados Unidos, y nada de lo que esta Constitucién contiene se interpretar4 en un sentido que cause perjuicio a los derechos aducidos por los Estados Unidos 0 por cualquier Estado individual. Cuarta Seccr6én Los Estados Unidos garantizarén a todo Estado comprendido en esta Unién una forma republicana de gobierno y proteger4n a cada uno en contra de invasiones, asi como contra los disturbios internos, cuando lo soliciten la legislatura o el ejecutivo (en caso de que no fuese posible reunir a la legislatura). Articulo Cinco Siempre que las dos terceras partes de ambas cémaras Jo juzguen necesario, el Congreso propondra enmiendas a esta Constitucién, o bien, a solicitud de Jas legislaturas de los dos tercios de Jos distintos Estados, convocaré una convencién con el objeto de que proponga 40 MAXIMO PACHECO GOMEZ enmiendas, las cuales, en uno y otro caso, poseer4n la misma validez que si fueran parte de esta Constitucién, desde todos los puntos de vista y para cualesquiera fines, una vez’ que hayan sido ratificadas por fas legislaturas de Jas tres cuartas partes de los Estados separada- mente o por medio de convenciones reunidas en tres cuartos de Jos mismos, segin que el Congreso haya propuesto uno u otro modo de hacer la ratificacién, y a condicién de que antes del afio de mil ocho- cientos ocho no podré hacerse ninguna.enmienda que modifique en cualquier forma las cldusulas primera y cuarta de la seecién novena del articulo primero y de que a ningin Estado se le privard, sin su consentimiento, de la igualdad de voto en el Senado. Articulo Seis 1, Todas las deudas contrafdas y los compromisos adquiridos antes de la adopcién de esta Constitucién serdn tan validos en contra de los Estados Unidos bajo el imperio de esta Constitucién, como bajo el de Ja Confederacién. 2. Esta Constitucién, y Jas leyes de los Estados Unidos que se expidan con arreglo a ella, y todos los tratados celebrados 0 que se celebren bajo Ja autoridad de los Estados Unidos, serdn la suprema ley del pais y los jueces de cada Estado estarén obligados a observarlos, a pesar de cualquier cosa en contrario que se encuentre en Ja Consti- tucién o las leyes de cualquier Estado. 3, Los senadores y representantes ya mencionados, los miembros de las distintas legislaturas locales y todos los funcionarios ejecutivos y judiciales, tanto de los Estados Unidos como de los diversos Estados, se obligar4n mediante juramento o protesta a sostener esta Constitu- cién; pero nunca se exigird una declaracidn religiosa como condicién para ocupar ningun empleo o mandato puiblico de los Estados Unidos. Articulo Siete La ratificacién por las convenciones de nueve Estados bastard para que esta Constitucién entre en vigor por lo que respecta a los Estados que la ratifiquen. Dado en la convencidn, por consentimiento undnime de los Esta- dos presentes, el dia 17 de septiembre del afio de Nuestro Sefior de mil setecientas ochenta y siete y duodégimo de la Independencia de los Estados Unidos de América. En testimonio de lo cual suscribimos nuestras nombres. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 4l G. Washington Presidente y Diputado por Virginia NUEVA HAMPSHIRE: DELAWARE: John Langdon ‘ . Geo. Read Nicholas Gilman Gunning Bedford, Junior John Dickinson MASSACHUSETTS: Richard Bassett Nathaniel Gorham Jaco. Broom Rufus King MARYLAND: CONNECTICUT: James McHenry Wm. Saml. Johnson Dan of St. Thomas Jenifer Roger Sherman Danl. Carroll NUEVA YORE: VIRGINIA: Alexander Hamilton John Blair James Madison, Junior NUEVA JERSEY: Wil. Livingston CAROLINA DEL NORTE: David Brearley “Wm. Blount Wm. Paterson Richd. Dobbs Spaight Jona Dayton Hu. Williamson PENNSYLVANIA: CAROLINA DEL SUR: B. Franklin J. Rutledge Thomas Mifflin Charles Cotesworth Pinckney Robt. Morris Charles Pinckney Geo. Clymer Pierce Butler Thos. Fitzsimons Jared Ingersoll GEORGIA: James Wilson William Few Gouv. Morris Abr. Baldwin DOY FE: William Jackson Secretario ARTiCULOS QUE SE ANADEN a la Constitucién de los Estados Uni- dos de Norteamérica y ENMIENDAS a la misma, propuestos por el Con- greso y ratificados por las Legislatures de varios Estados, de acuerdo con el Articulo Quinto de la Constitucién Original: Articulo Uno El Congreso no hard ley alguna por Ja que adopte una religién como oficial del Estado o se prohiba practicarla libremente, 0 que coarte la libertad de palabra o de imprenta, o el derecho del pueblu para reunirse pacificamente y para pedir al gobierno la reparacién de agravios. 42 " MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo Dos x Siendo necesaria una milicia bien ordenada para Ja seguridad de un Estado Libre, ng se violaré el derecho del pueblo a poseer y por- tar armas. Articulo Diez ; Los poderes que la Constitucién no delega a los Estados Unidos ni prohibe a los Estados, quedan reservados a los Estados respectiva- mente 0 al pueblo. Articulo Once El poder judicial de los Estados Unidos no debe interpretarse que se extiende a cualquier litigio de derecho estricto o de equidad que se inicie o prosiga contra uno de los Estados Unidos por ciuda- danos de otro Estado o por ciudadanos o stibditos de cualquier Es- tado extranjero. Articulo Doce Los electores se reuniran en sus respectivos Estados y votardn mediante cédulas para Presidente y Vicepresidente, uno de los cua- les, cuando menos, no deberd ser habitante del mismo Estado que ellos; en sus cédulas indicarén la persona a favor de Ja cual votan para Presidente y en cédulas diferentes la persona que eligen para Vicepresidente, y formardn listas separadas de todas las personas que reciban votos para Presidente y de todas las personas a cuyo favor se vote para Vicepresidente y del nimero de votos que corresponda a cada una, y firmardn y certificaran las referidas listas y las remiti- ran selladas a la sede del gobierno de los Estados Unidos, dirigidas al presidente del Senado; el presidente del Senado abriré todos los cer- tifieados en presencia del Senado y de la Camara de Representantes, después de lo cual se contar4n los votes; la persona que obtenga el mayor niimero de votos para Presidente serA Presidente, siempre que dicho mimero represente la mayoria de todos los electores nombra- dos, y si ninguna persona tiene mayoria, entonces la CAmara de Re- presentantes, votando por cédulas, escogerd inmediatamente al Pre- sidente de entre las tres personas que figuren en Ja lista de quienes han recibido sufragios para Presidente y cuenten con més votos. Tén- Base presente que al elegir al Presidente la votacién se hard por Es- tados y que la representacién de cada Estado gozard de un voto; que para este objeto habrA quérum cuando estén presentes e] miembro 0 los miembros que representen a los dos terelos de los Estados y LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 43 que ser4 necesaria mayoria de todos los Estados para que se tenga por hecha la eleccién. Y si Ja Camara de Representantes no eligiere Presidente, en los casos en que pase a ella el derecho de escogerlo, antes del dia cuatro de marzo .inmediato siguiente, entonces el Vice- presidente actuaré como Presidente, de Ja misma manera que en el caso de muerte o de otro impedimento constitucional del Presidente. La persona que obtenga el mayor nimero de votos para Vice- presidente ser4 Viccpresidente, siempre que dicho nimero represente la mayoria de todos Jos electores nombrados, y si ninguna persona reine la mayoria, entonces el Senada escoger4 al Vicepresidente en- tre las dos con mayor cantidad de votos que figuren en la lista; para este objeto habrd quérum con las dos terceras partes del nimcro to- tal de senadores y ser necesaria la mayoria del numero total para que Ja eleccién se tenga por hecha. Pero ninguna persona inelegible para el cargo de Presidente con arreglo a la Constitucién serA elegible para el de Vicepresidente de los Estados Unidos. Articulo Trece 1. Ni en los Estados Unidos ni en ningtin lugar sujeto a su juris- diccién habré esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto. 2. El Congreso estara facultado para hacer cumplir este artfculo por medio de leyes apropiadas. Articulo Catorce 1. Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sometidas a su jurisdicci6n son ciudadanos de los Estados Unidos y de los Estados en que residen. Ningtin Estado podré dictar ni dar efecto a cualquier ley que limite los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; tampoco podr4 Estado al- guno privar a cualquier persona de la vida, Ja libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni negar a cualquier persona que se en- cuentre dentro de sus limites jurisdiccionales la proteccién de las le- yes, igual para todos. 2, Los representantes se distribuir4n proporcionalmente entre Jos diversos Estados de acuerdo con su poblacién respectiva, en la que se tomard en cuenta el ntimero total de personas que haya en cada Estado, con excepcién de los indios que no paguen contribuciones. Pero cuando a los habitantes varoncs de un Estado que tengan vein- tidn afios de edad y sean ciudadanos de los Estados Unidos se les niegue o se les coarte en la forma que sea el derecho de votar en cualquier eleccién en que se trate de escoger a los electores para Pre- 44 MAXIMO PACHECO GOMEZ sidente y Vicepresidente de los Estados Unidos, a los representantes del Congreso, a los funcionarios ejecutivos y judiciales de un Estado 9 a los miembros de su legislatura, excepto con motivo de su pattici- pacién en una rebelién o en algun otro delito, la base de la represen- tacién de dicho Estado se reduciré en la misma proporcién en que se halle el numero de los ciudadanos varones a que se hace referen- cia,‘con el mimero total de ciudadanos varones de veintitin afios del referida Estado. 3. Las personas que habiendo prestado juramento previamente en calidad de miembros del Congreso, o de funcionarios de los Es- tados Unidos, 0 de miembros de cualquier legislatura local, o como funcionarios ejecutivos o judiciales de cualquier Estado, de que sos- tendrian la Constitucién de los Estados Unidos, hubieran participado en una insurreccién o rebelién en contra de ella o proporcionado ayu- da o proteccién a sus enemigos, no podrdn ser senadores o represen- tantes en el Congreso, ni electores del Presidente o Vicepresidente, ni ocupar ningun empleo civil o militar que dependa de los Estados Unidos o de alguno de los Estados. Pero el Congreso puede derogar tal interdiccién por el voto de los dos tercios de cada cdmara. 4. La validez de la deuda publica de los Estados Unidos que esté autorizada por la ley, inclusive las deudas contraidas para el pago de pensiones y recompensas por servicios prestados al sofocar insu- trecciones o rcbeliones, sera incuestionable. Pero ni los Estados Uni- dos ni ningiin Estado asumiran ni pagarén deuda u obligacién alguna contraidas para ayuda de insurrecciones o rebeliones contra los Es- tados Unidos, como tampoco reclamacién alguna con motivo de la pérdida o emancipacién de esclavos, pues todas las deudas, obliga- ciones y reclamaciones de esa especie se considerarin ilegales y nulas. __ 5. El Congreso tendrA facultades para hacer cumplir las dispo- siciones de este articulo por medio de leyes apropiadas. Articula Quince 1. Ni los Estados Unidos, ni ningin Estado, podr4n desconocer ni menoscabar el derecho de sufragio de los ciudadanos de los Esta- dos Unidos por motivos de raza, color o de su condicién anterior de esclavos, 2. El Congreso estarA facultado para hacer cumplir este articulo mediante leyes apropiadas, Articulo Dieciséis El Congreso tendr4 facultades para establecer y recaudar im- puestos sobre los ingresos, sea cual fuere la fuente de que provengan, LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 45 sin prorratearlos entre los diferentes Estados y sin atender a ningin censo 0 recuento. Articulo Diecisiete 1. El Senado de los Estados Unidos se compondré de dos sena- dores por cada Estado, elegidos por los habitantes del mismo por seis afios, y cada senador dispondra de un voto. Los electores de cada Estado deber4n poseer jas condiciones requeridas para los electores de la rama m4s numerosa de la legislatura local. 2. Cuando ocurran vacantes en la representacién de cualquier Estado en el Senado, la autoridad ejecutiva de aquél expedirA un decreto en que convocard a clecciones con el objeto de cubrir dichas vacantes, en Ja inteligencia de que la legislatura de cualquier Estado puede autorizar a su Ejecutivo a hacer un nombramiento provisional hasta tanto que las vacantes se cubran mediante elecciones popula- res en la forma que disponga la legislatura. 3. No deberd entenderse que esta enmienda influye sobre la eleccién o periodo de cualquier senador elegido antes de que ad- quiera validez como parte integrante de Ja Constitucién. Articula Dieciocho 1. Un afio después de la ratificaci6n de este articulo quedaré prohibida por el presente la fabricacién, venta o transporte de lico- res embriagantes dentra de los Estados Unidos y de todos los terri- torios sometidos a su jurisdiccién, asi como su importacién a los mis- mos 0 su expartacién de ellos, con el propésito de usarlos como bebidas. 2. El Congreso y los diversos Estados poseeran facultades con- currentes para hacer cumplir este articulo mediante leyes apropiadas. 3. Este articulo no entrar4 en vigor a menos de que sea ratifi- eado con el car&cter de enmienda a la Constitucién por las legisla- turas de los distintos Estados en la forma prevista por la Constitu- cién y dentro de los siete afios siguientes a la fecha en que el Con- greso lo someta a los Estados. Articulo Diecinueve 1. El derecho de sufragio de los ciudadanos de los Estados Uni- dos no sera desconocido ni limitada por los Estados Unidos o por Estado alguno por raz6én de sexo. 2. E] Congreso estaré facultado para hacer cumplir este articulo por medio de leyes apropiadas. : 46 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo Veinte 1. Los periodos del Presidente y el Vicepresidente terminardn al mediodia del veinte de enero y Jos perfodos de los senadores y re- presentantes al mediodia del tres de enero, de los afios en que dichos perfodos habrian terminado si este articulo no hubiera sido ratificado, y en ese momento principiaran los periodos de sus sucesores. 2. El Congreso se reunira, cuando menos, una vez cada aiio y dicho perioda de sesiones se iniciaré al mediodia del tres de enero, a no ser que por medio de una ley fije una fecha diferente. 3. Si el Presidente electo hubiera muerto en el momento fijado para el comienzo del periodo presidencial, el Vicepresidente electo ser Presidente. Si antes del momento fijado para el comienzo de su periodo no se hubiere elegido Presidente o si el Presidente electo no Nenare los requisitos exigidos, entonces el Vicepresidente electo fun- gira como Presidente electo hasta que haya un Presidente idéneo, y el Congreso podré prever por medio de una ley el caso de que ni el Presidente electe ni el Vicepresidente electo satisfagan los requisitos constitucionales, declarando quién har4 las veces de Presidente en ese supuesto o la forma en que se escogera a la persona que habré de actuar como tal, y la referida persona actuar4 con ese carActer hasta que se cuente con un Presidente o un Vicepresidente que retina las condiciones legales. 4. El Congreso podré prever mediante una ley el caso de que muera cualquiera de las personas de las cuales la Camara de Repre- sentantes est facultada para elegir Presidente cuando le corresponda el derecho de eleccién, asi como el caso de que muera alguna de Jas personas entre las cuales el Senado est facultado para escoger Vice- presidente cuando pasa a él el derecho de elegir, 5. Las secciones 1 y 2 entrardn en vigor el dia quince de octu- bre siguiente a la ratificaci6n de este articulo. 6. Este articulo quedard sin efecto a menos de que sea ratifi- cado como enmienda a la Constitucién por Jas legislaturas de las tres cuartas partes de los distintos Estados, dentro de los siete afios pos- teriores a la fecha en que se les someta. Articulo Veintiuno 1, Queda derogado por el presente el decimoctavo de los ar- ticulos de enmienda a la Constitucién de los Estados Unidos. 2. Se prohibe por el presente que se transporte o importen li- cores embriagantes a cualquier Estado, Territorio o posesién de los Estados Unidos, para ser entregados o utilizados en su interior con violacién de sus respectivas leyes. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 47 3. Este articulo quedard sin efecto a menos de que sea ratifi- cado como enmienda a la Constitucién por convenciones que se ce- lebrarén en los diversos Estados, en la forma prevista por la Consti- tucién, dentro de los siete afios siguientes a la fecha en que el Con- greso lo someta a los Estados. Articulo Veintidds 1. No se elegira a la misma persona para el cargo de Presidente mAs de dos veces, ni m4s de una vez a la persona que haya desem- pefiado dicho cargo o que haya actuado como Presidente durante mas de dos afios de un periodo para el que se haya elegido como Presidente a otra persona, El presente articulo no se aplicara a la persona que ocupaba el puesto de Presidente cuando el mismo se propuso por el Congreso, ni impediré que la persona que desempeiie dicho cargo o que acti como Presidente durante el periodo en que el repetido articulo entre en vigor, desempefie el puesto de Presidente o actie como tal durante el resto del referido perfodo. 2. Este articulo quedard sin efecto a menos de que las legisla- turas de tres cuartas partes de los diversos Estados lo ratifiquen co- mo enmienda a la Constitucién dentro de los siete afios siguientes a la fecha en que el Congreso lo someta a los Estados, Articulo Veintitrés 1. El Distrito que constituye la sede del Gobierno de los Esta- dos Unidos nombrara, segun disponga el Congreso: Un numero de electores para elegir al Presidente y al Vicepre- sidente, igual al numero total de Senadores y Representantes ante el Congreso al que el Distrito tendria derecho si fuere un Estado, pero en ningtin caso serA dicho nimero mayor que el del Estado de me- nos poblacién; estos electores se sumardn al numero de aquellos elec- tores nombrados por los Estados, pero, para fines de la eleccién del Presidente y del Vicepresidente, ser4n considerados como electores nombrados por un Estado; celebrar4n sus reuniones en el Distrito y cumplirén con los deberes que se estipulan en la Enmienda XII. 2. El Congreso queda facultado para poner en vigor este articu- lo por medio de legislacién adecuada. Articulo Veinticuatro 1. Ni los Estados Unidos ni ningtin Estado podr4n denegar o coartar a los ciudadanos de los Estados Unidos el derecho al sufragio en cualquier eleccién primaria o de otra clase para Presidente o Vice- 48 MAXIMO PACHECO GOMEZ presidente, para electores para elegir al Presidente o al Vicepresi- dente, 0 para Senador o Representante ante el Congreso, por motivo de no haber pagado un impuesto electoral o cualquier otro impuesto. 2. EI Congreso queda facultado para poner en vigor este ar- ticulo por medio de legislacién adecuada. Articulo Veinticinco 1. En caso de que el Presidente sea depuesto de su cargo, 0 en caso de su muerte o renuncia, el Vicepresidente ser4 nombrado Pre- sidente. 2. Cuando el puesto de Vicepresidente estuviera vacante, el Presidente nombrarA un Vicepresidente que tomard posesidn de su cargo al ser confirmade por voto mayoritario de ambas CAmaras del Congreso. 3. Cuando el Presidente transmitiera al Presidente pro tempore del Senado y al Presidente de Debates de la CAmara de Diputados su declaracién escrita de que est4 imposibilitado de desempeiiar los derechos y deberes de su cargo, y mientras no transmitiere a ellos una declaracién escrita en sentido contrario, tales derechos y deheres seran desempeiiados por el Vicepresidente como Presidente en fun- ciones, 4, Cuando el Vicepresidente y la mayoria de los principales fun- cionarios de los departamentos ejecutivos 0 de cualquier otro cuerpo que el Congreso autorizara por ley transmitieran al Presidente pro tempore del Senado y al Presidente de Debates de la CAmara de Dipu- tados su declaracién escrita de que el Presidente est4 imposibilitado de ejercer los derechos y deberes de su cargo, el Vicepresidente in- mediatamente asumird los derechos y deberes del cargo como Presi- dente en funciones. Por consiguiente, cuando el Presidente transmitiera al Presidente pro tempore del Senado y al Presidente de Debates de Ja CAmara de Diputados su declaracién escrita de que no existe imposibilidad al- guna, asumira de nuevo los derechos y deberes de su cargo, a me- nos que el Vicepresidente y la mayoria de los funcionarios principa- les de los departamentos ejecutivos o de cualquier otro cuerpo que el Congreso haya autorizado por Jey transmitieran en el término de cuatro dias al Presidente pro tempore del Senado y al Presidente de Debates de la CAmara de Diputados su declaracién escrita de que el Presidente esta imposibilitado de ejercer los derechos y deberes de su cargo, Luego entonces, el Congreso decidir4 qué solucién debe adoptarse, para Jo cual se reuniré en el término de cuarenta y ocho horas, si no estuviera en sesién. Si el Congreso, en el término de veintitin dias de recibida la ulterior declaracién escrita 0, de no es- LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 49 tar en sesidn, dentro de los veintitin dias de haber sido convocado a reunirse, determinara por voto de las dos terceras partes de ambas Camaras que el Presidente estA imposibilitado de ejercer los derechos y deberes de su cargo, el Vicepresidente continuar4 desempefiando el cargo como Presidente Actuante; de lo contrario, el Presidente asu- mira de nuevo los derechos y deberes de su cargo, Articulo Veintiséis 1. El derecho a votar de los ciudadanos de los Estados Unidos, de dieciocho afios de edad o mAs, no serA negado o menguado ni por los Estados Unidos ni por ningin Estado a causa de la edad. 2. El Congreso tendré poder para hacer valer este articulo me- diante la legislacién adecuada. 6. DECLARACION DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO (Adoptada por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia el 26 de agosto de 1789 y aceptada por el Rey Luis XVI el 5 de octubre de 1789) Los representantes del pueblo francés, constituidos en ASAMBLEA NactonaL, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las tnicas causas de los males publi- cos y de la corrupcién de los gobicrnos, han resuelto exponer, en una Declaraci6n solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, a fin de que esta Declaracién, teniéndola siempre pre- sente todos los miembros del cuerpo social, les recuerde constante- mente sus derechos y deberes; a fin de que los actos del poder legis- lative y del efecutivo, pudiendo ser, en todo instante, comparados con el objeto de toda institucién politica, sean mds respetados; y a fin de que las reclamaciones de los ciudadanos, funddndose desde ahora en principios simples e¢ incontestables, tiendan siempre al manteni- miente de la Constitucién y a la felicidad de todos. En consecuencia, la AsamBiea NacionaL reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios del Ser Supremo, los siguientes dere- chos del hombre y del ciudadano. Articulo Primero. Los hombres nacen y viven libres e iguales en derechos, Las distinciones sociales sélo pueden fundarse en la uti- lidad comin. Art, 2°— El objeto de toda asociacién politica es la conservacién de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos dere- chos son: la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresién. : Art, 3?— El principio de toda soberanin reside esencialmente en la nacién. Ninguna corporacién ni individuo puede ejercer autoridad que no emane expresamente de aquélla. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASIOOS 51 Art, 4°— La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no dafia a otro; por Jo tanto, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene mds limites que aquellos que aseguran a los demas miembros de la sociedad el goce de los mismos derechos. Es- tos limites sélo pueden ser determinados por la ley. Art. 5?— La ley no tiene derecho a prohibir ms acciones que las nocivas a la sociedad. Todo lo que no est4 prohibido por la ley no puede ser impedido, y nadie puede ser constrefiido a hacer lo que ella no ordena. Art. 6°— La ley es la expresién de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen derecho a concurrir, personalmente o por medio de representantes, a su formacién. Debe ser la misma para todos, sea que proteja 0 sea que castigue. Todos los ciudadanos, siendo iguales 4a sus ojos, son igualmente admisibles a todas las dignidades, cargos y empleos piblicos, segtin su capacidad y sin otra distincién que la de sus virtudes y talentos. Art. 7?— Ningin hombre puede ser acusado, arrestado ni deteni- do sino en los casos determinados por la ley y con Jas formalidades prescritas en ella. Los que soliciten, expidan, ejecuten o hagan ejecutar érdenes arbitrarias, deben ser castigados; pero todo ciudadano Ila- mado 0 preso en virtud de la ley debe obedecer al instante y si re- siste se hace culpable. Art, 8°— La ley no debe establecer otras penas que Jas estricta y evidentemente necesarias, y nadie puede ser castigado sino en vir- tud de una ley establecida y promulgada con anterioridad al delito, y legalmente aplicada. Art. 8°— Debiendo presumirse todo hombre inocente mientras no sea declarado culpable, si se juzga indispensable arrestarlo, todo ri- Gor que no sea necesario para asegurar su persona, debe ser severa- mente reprimido por la ley. Art. 10 Nadie debe ser molestado por sus opiniones, aunque sean religiosas, con tal de que su manifestacién no perturbe el orden publico establecido por la ley. Art. 11— La libre comunicacién de los pensamientos y de las opiniones es uno de los mds preciasos derechos del hombre; por Jo tanto, todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, salvo la responsabilidad por el abuso de esta libertad, en los casos determinados por la ley, Art, 12.— La garantia de los derechos del hombre y del ciuda- dano necesita una fuerza piblica; por Io tanto, esta fuerza se halla 52 MAXIMO PACHECO GOMEZ instituida en beneficio de todos, y no para la particular utilidad de aquellos a quienes es confiada. Art. 13.— Para el mantenimiento de la fuerza publica y para los gastos de administracién, es indispensable una contribucién comin. Esta debe ser repartida por igual entre todos Jos ciudadanos, en ra- zén de sus medios. Art. 14. Todos los ciudadanos tienen el derecho de comprobar por si mismos 0 por medio de sus representantes, Ja necesidad de la contribucién publica, de consentirla libremente, seguir su empleo, y determinar la cualidad, la cuota, el sistema de cebro y Ja duracién. Art. 15.— La sociedad tiene derecho a pedir cuenta de su ad- ministracién a todo empleado publico. Art. 16.— Toda sociedad en la cual la garantia de los derechos no est& asegurada, ni determinada la separacién de los poderes, ca- rece de constitucién. Art. 17.— Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella, sino cuando la necesidad publica, legalmente justificada, lo exija evidentemente y a condicién de una justa y previa indemnizacién. 7, DECLARACION AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE (Aprobeda en la Novena Conferencia Internacional Americana, Bogota, Colombia, 1048) Considerando: Que los pueblos americanos ban dignificado la persona humana y que sus constituciones nacionales reconocen que las instituciones juridicas y politicas, rectoras de la vida en sociedad, tienen como fin principal fa proteccién de fos derechos esenciales del hombre y la creacién de circunstancias que le permitan progresar espiritual y ma- terialmente y alcanzar la felicidad; Que, en repetidas ocasiones, los Estados Amezicanos han reco- nocido que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacionales de determinado Estado sino que tienen como fun- damento los atributos de la persona humana; Que la proteccién intemacional de los derechos del hombre debe ser guia principalisima del derecho americano en evolucidén; Que la consagraci6n americana de los derechos esenciales del hombre, unida a las garantias ofrecidas por el régimen interno de los Estados, establece el sistema inicial de protecci6n que los Estados Americanos consideran adecuado a las actuales circunstancias sociales y juridicas, no sin reconocer que deberdn fortalecerlo cada vez mas en e] campo internacional, a medida que esas circunstancias vayan siendo més propicias, Acuerda: Adoptar la siguiente 54 MAXIMO PACHECO GOMEZ DECLARACION AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE PREAMBULO Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estin por naturaleza de raz6n y conciencia, deben conducirse fraternalmente los unos con los otros. El cumplimiento del deber de cada uno es exigencia del derecho de todos. Derechos y deberes se integran correlativamente en toda actividad social y politica del hombre. Si los derechos exaltan la liber- tad individual, los deberes expresan la dignidad de esa libertad. Los deberes de orden juridico presuponen otros, de orden moral, que los apoyan conceptualmente y los fundamentan. Es deber del hombre servir al espiritu con todas sus potencias y recursos, porque el espiritu es la finalidad suprema de la existencia humana y su mdxima categoria. Es deber del hombre ejercer, mantener y estimular por todos los medios a su alcance la cultura, porque la cultura es la maxima expre- sién social e histérica del espiritu. ¥, puesto que la moral y buenas maneras constituyen la floracién més noble de la cultura, es deber de todo hombre acatarlas siempre. Cariruto Parwero DERECHOS Articulo I. Todo ser humano tiene derecho a Ja vida, a Ja liber- tad y a la integridad de su persona. Articulo If, Todas las personas son iguales ante la ley y tienen los derechos y deberes consagrados en esta declaracién, sin distincién de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna. Articulo III. Toda persona tiene el derecho de profesar libre- mente una crecncia religiosa y de manifestarla y practicarla en publico y en privado. Articulo IV. Toda persona tiene derecho a la lbertad de inves- tigacién, de opinién y de expresién y de difusién del pensamiento por cualquier medio. Articulo V. Toda persona tiene derecho a la proteccién de la ley contra los ataques abusivos a su honra, a su reputacién y a su vida privada y familiar. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 55 Articulo VI. Toda persona tiene derecho a constituir familia, elemento fundamental de la sociedad, y a recibir proteccién para ella. Articulo VII. Toda mujer en estado de gravidez o en época de lactancia, asi como tado nifio, tienen derecho a proteccién, cuidado y ayuda especiales. Articulo VIII. Toda persona tiene el derecho de fijar su residen- cia en el territorio del Estado de que es nacional, de transitar por él libremente y no abandonarlo sino por su voluntad. Articulo IX. Toda persona tiene el derecho a la inviolabilidad de su domicilio. Articulo X. Toda persona tiene derecho a la inviolabilidad y circulacién de su correspondencia. Articulo XI. Toda persona tiene derecho a que su salud sea pre- servada por medidas sanitarias y sociales, relativas a la alimentacién, el vestido, la vivienda y la asistencia médica, correspondientes al ni- vel que permitan los recursos ptiblicos y los de la comunidad. Articulo XH. Toda persona tiene derecho a la educacién, la que debe estar inspirada en los principios de libertad, moralidad y solida- ridad humanas. Asimismo, tiene el derecho de que, mediante esta educacién, se le capacite para lograr una digna subsistencia, en mejoramiento del nivel de vida y para ser ttil a la sociedad. EI derecho de educacién comprende el de igualdad de oportuni- dades en todos los casos, de acuerdo con Jas dotes naturales, los méri- tos y el deseo de aprovechar los recursos que puedan proporcionar la comunidad y e] Estado. Toda persona tiene derecho a recibir gratuitamente la educacién primaria, por lo menos, Articulo XIII. Toda persona tiene el derecho de participar en la vida cultural de Ia comunidad, gozar de Jas artes y disfrutar de los beneficios que resulten de los progresos intelectuales y especialmente de los descubrimientos cientificos. Tiene, asimismo, derecho a la proteccién de los intereses morales y materiales que le correspondan por razén de los inventos, obras lite- rarias, cientificas y artisticas de que sea autor, Articulo XIV. Toda persona tiene derecho al trabajo en condicio- nes dignas y a seguir libremente su vocacién, en cuanto lo permitan las oportunidades. existentes de empleo. 56 MAXIMO PACHECO GOMEZ Toda persona que trabaja tiene derecho a recibir una remunera- cién que, en relacién con su capacidad y destreza, Je asegure un nivel de vida conveniente para si misma y su famulia. Articulo XV. Toda persona tiene derecho a descanso, a honesta reereacién y a la oportunidad de emplear utilmente el tiempo libre, en beneficio de su mejoramiento espiritual, cultural y fisico. Articulo XVI. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que le proteja contra Jas consecuencias de la desocupacién, de la vejez y de la incapacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la imposibilite fisica o mentalmente para obtener los me- dios de subsistencia. Articulo XVII. Toda persona tiene derecho a que se le reconozca en cualquier parte como sujeto de derechos y obligaciones, y a gozar de los derechos civiles fundamentales. Articulo XVIII. Toda persona puede ocurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos. Asimismo, debe disponer de un procedi- miento sencillo y breve por el cual la justicia la ampare contra actos de Ja autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente. Articulo XIX. Toda persona tiene derecho a Ja nacionalidad que legalmente le corresponda y el de cambiarla, si asi lo desea, por la de cualquier otro pais que esté dispuesto a otorgérsela. Articulo XX. Toda persona, legalmente capacitada, tiene el de- recho de tomar parte en el gobierno de su pais, directamente 0 por medio de sus representantes, y de participar en las elecciones popula- res, que serén de voto secreto, genuinas, periddicas y libres. Articulo XXI. Toda persona tiene el derecho de reunirse pacifica- mente con otras, én manifestacién publica o en asamblea transitoria, en relacién con sus intereses comunes de cualquier indole. Articulo XXII. Toda persona tiene el derecho de asociarse con otras para promover, ejercer y proteger sus intereses legitimos de orden politico, econémico, religioso, social, cultural, profesional, sindical 0 de cualquier otro orden. Articulo XXIII. Toda persona tiene derecho a la propiedad pri- vada correspondiente a las necesidades esenciales de una vida deco- rosa, que contribuya a mantener Ja dignidad de la persona y del hogar. Articulo XXIV. Toda persona tiene derecho de presentar peti- ciones respetuosas a cualquiera autoridad competente, ya sea por mo- LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 57 tivo de interés general, ya de interés particular, y el de obtener pronta resolucién. Articulo XXV. Nadie puede ser privado de su libertad, sino en los casos y segin las formas establecidas por leyes preexistentes. Nadie puede ser detenido por incumplimiento de obligaciones de cardcter netamente civil. Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene dere- cho a que el juez verifique sin demora la legalidad de la medida, y a ser juzgado sin dilacién injustificada 0, de lo contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho también a un tratamiento humano durante la privacién de su libertad. Articulo XXVI. Se presume que todo acusado es inocente, hasta que se pruebe que es culpable. Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oida en forma imparcial y publica, a ser juzgada por tribunales anteriormente esta- blecidos de acuerdo con leyes preexistentes, y a que no se le impongan penas crueles, infamantes o inusitadas. Articulo XXVII. Toda persona tiene el derecho de buscar y re- cibir asilo en territorio extranjero, en caso de persecucién que no sea motivada por delitos de derecho comun y de acuerdo con la legislacién de cada pais y con los convenios internacionales. Articulo XXVIII. Los derechos de cada hombre est4n limitados por los derechos de los demds, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bienestar general y del desenvolvimiento demo- cratico. CapiruLo SEGUNDO DEBERES Articulo XXIX, Toda persona tiene el deber de convivir con las demas, de manera que todas y cada una puedan formar y desenvolver integralmente su personalidad. Articulo XXX. Toda persona tiene el deber de asistir, alimentar, educar y amparar a sus hijos menores de edad, y los hijos tienen el deber de honrar siempre a sus padres y el de asistirlos, alimentarlos y ampararlos cuando éstos lo necesiten. Articulo XXXI. Toda persona tiene el deber de adquirir a lo me- nos Ja instruccién primaria. 58 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo XXXU. Toda’ persona’ tiene el deber de votar-en las elecciones populares del pais de que sea nacional, cuando esté legal- mente capacitada para ello. Articulo XXXIII. Toda persona tiene el deber de obedecer a la ley y demds mandamientos legitimos de las autoridades de su pais y de aquel en que se encuentre, Articulo XXXIV. Toda persona habil tiene el deber de prestar los servicios civiles y militares que la patria requiera para su defensa y conservacién,.y en caso de calamidad publica, los servicios de que sea capaz. Asimismo, tiene el deber de desempefiar los cargos de eleccién popular que le correspondan en el Estado de que sea nacional. Articulo KXXV. Toda persona tiene el deber de cooperar con el Estado y con la comunidad en la asistencia y seguridad sociales de acuerdo con sus posibilidades y con Jas circunstancias. Articulo XXXVI. Toda persona tiene el deber de pagar los im- puestos establecidos por la ley para el sostenimiento de los servicios publicos. Articulo XXXVII. Toda persona tiene el deber de trabajar, den- tro de su capacidad y posibilidades, a fin de obtener los recursos para su subsistencia o en beneficio de la comunidad. Articulo XXXVIII. Toda persona tiene el deber de no intervenir en las actividades politicas que, de conformidad con la ley, sean pri- vativas de los ciudadanos del Estado en que sea extranjero. 8. DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS (Adoptada y proclamada por la Asamblea General en su resolucién 217 A (III), de 10 de diciembre de. 1948) PREAMBULO Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconccimiento de la dignidad intrinseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de Ja familia humana; Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los de- rechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de Ja humanidad; y que se ha proclamado, como la aspira- cién mas elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias; Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compe- lido al supremo recurso de la rebelién contra Ja tiranfa y la opresién; Gonsiderando también esencial promover el desarrollo de relacio- nes amistosas entre las naciones; Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafir- mado en Ja Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en ja dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres; y se han declarado resueltos a promo- ver el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un con- cepto m4s amplio de la libertad; Considerando que los Estados miembros se han comprometido a asegurar, en cooperacién con la Organizaci6n de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamen- tales Fel hombre; y 60 MAXIMO PACHECO GOMEZ Considerando que una concepcién comin de estos derechos y li- bertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso; La Asamblea General Proclama ja presente Declaracién Universal de Derechos Humanos como ideal comin por el que todos los pueblos y naciones deben es- forzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, ins- pirandose constantemente en ella, promuevan, mediante la ensefianza y la educacién, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carActer nacional e internacional, su reco- nocimiento y aplicacién universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicci6n. Articulo 1 Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estan de razén y conciencia, deben compor- tarse fraternalmente les unos con los otros, Articulo 2 1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclama- dos en esta Declaraci6n, sin distincién alguna de raza, color, sexo, idio- ma, religién, opinién politica o de cualquier otra indole, origen nacio- nal o social, posicién econémica, nacimiento o cualquier otra condicién. 2. Ademés, no se haré distincién alguna fundada en la condicién politica, jurfdica o internacional del pafs o territorio de cuya jurisdic- cién dependa una persona, tanto si se trata de un pais independiente, como de un territorio bajo administracién fiduciaria, no auténomo o sometido a cualquier otra limitacién de soberania. Articulo 3 Todo individuo tiene derecho a Ja vida, a Ja libertad y a Ja segu- ridad de su persona. Articulo 4 Nadie estara sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos estan prohibidas en todas sus formas. Articulo 5 Nadie seré sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhu- manos o degradantes. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 61 Articulo 6 Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimien- to de su personalidad juridica. Articulo 7 Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distincién, derecho a igual proteccién de la ley. Todos tienen derecho a igual proteccién contra toda discriminacién que infrinja esta Declaracién y contra toda provocacién a tal discriminaci6n. Articulo 8 Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribu- nales nacionales competentes, que Ja ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitucién o por la ley. Articulo 9 Nadie podr& ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado. Articulo 10 Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oida publicamente y con justicia por un tribunal independiente ¢ imparcial, para la determinacién de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusacién contra ella en materia penal. Articulo 11 1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presu- ma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio publico en el que se le hayan asegurado todas las ga- rantias necesarias para su defensa, 2. Nadie serd condenado por actos u omisiones que en el mo- mento de cometerse no fueron delictivos segin el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondr4 pena mds grave que la aplica- ble en el momento de la comisién del delito. Articulo 12 Nadie ser& objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra 62 MAXIMO PACHECO GOMEZ o a su reputacién. Toda persona tiene derecho a la proteccién de la ley contra tales injerencias o ataques. Articulo 13 1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado, 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier pais, incluso del propio, y a regresar a su pais. Articulo 14 1. En caso de persecucién, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier pais. 2. Este derecho no podra ser invocado contra una accién judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propésitos y principios de las Naciones Unidas. Articulo 15 1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. 2. A nadie se privaré arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad. Articulo 16 1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad niubil, tienen derecho, sin restricci6n alguna por motivos de raza, nacionalidad o religién, a casarse y fundar una familia; y disfrutaraén de iguales dere- chos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolucién del matrimonio. 2. Sélo mediante libre y pleno consentimlento de los futuros es- posos podra contraerse el matrimonio. 3. La familia es el elemento natural y fundamental de la socie- dad, y tiene derecho a la proteccién de la sociedad y del Estado. Articulo 17 1, Toda persona tiene derecho a Ja propiedad, individual y co- lectivamente. 2, Nadie ser4 privado arbitrariamente de su propiedad. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 63 Articulo 18 Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de con- ciencia y de religién; este derecho incluye la libertad de cambiar de religién o de creencia, asi como la libertad de manifestar su religién © su creencia, individual y colectivamente, tanto en ptblico como en privado, por la ensefianza, la practica, el culto y la observancia. Articulo 19 Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinién y de expre- sién; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opinio- nes, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difun- dirlas, sin limitacién de fronteras, por cualquier medio de expresi6n. Articulo 20 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunién y de aso- ciacién pacificas. ' 2. Nadie podrd ser obligado a pertenecer a una asociacidn. Articulo 21 1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su pais, directamente o por medio de representantes libremente escogidos. 2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a Jas funciones publicas de su pais. 3. La voluntad del pueblo es Ja base de Ja autoridad del poder publico; esta voluntad se expresara mediante elecciones auténticas que habran de celebrarse periddicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto. Articulo 22 Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el ecsfuerzo nacional y la cooperacién internacional, habida cuenta de la organizacién y los re- cursos de cada Estado, la satisfaccidén de Jos derechos econémicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarro- No de su personalidad. 64 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo 23 1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre eleccién de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la proteccién contra el desempleo, 2. Toda persona tiene derecho, sin discriminacién alguna, a igual salario por trabajo igual. 3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneracién equitativa y satisfactoria, que le asegure, asi como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que seré completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de proteccién social. 4. Toda persona ticne derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses. Articulo 24 Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitacién razonable de la duracién del trabajo y a va- caciones periédicas pagadas. Articulo 25 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, asi como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentacién, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servi- cios sociales necesarios; tiene, asimismo, derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independien- tes de su voluntad. 2, La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asis- tencia especiales. Todos los nifios, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual proteccién social. Articulo 26 1. Toda persona tiene derecho a la educacién. La educacién debe set gratuita, al menos en lo concerniente a la instruccién elemental y fundamental. La instruccién elemental ser4 obligatoria. La instruccién técnica y profesional] habra de ser generalizada; el acceso a los estu- dios superiores serd igual para todos, en funcién de los méritos res- pectivos. 2, La educacién tendra por objeto el pleno desarrollo de la per- sonalidad humana y el! fortalecimiento del respeto a los derechos hu- LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 65 manos y a las libertades fundamentales; favorecer4 la comprensidn, la tolerancia y Ja amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promover& el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. 3. Los padres tendrén derecho preferente a escoger el tipo de educaci6n que habra de darse a sus hijos. Articulo 27 1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el] progreso cientifico y en Jos beneficios que de él resulten. 2. Toda persona tiene derccho a la proteccién de los intereses morales y materiales que le correspondan por razén de las produccio- nes cientificas, literarias 0 artisticas de que sea autora. Articulo 28 Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaracién se hagan plenamente efectivos. Articulo 29 l. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sélo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. 2, En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus liberta- des, toda persona estar4 solamente sujcta a las limitaciones establecidas por la ley, con el Gnico fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demas, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden ptblico y de) bienestar general en una sociedad democratica. 3. Estos derechos y libertades no podran, en ningin caso, ser ejer- cidos en oposicién a los propésitos y principios de las Naciones Unidas. Articulo 30 Nada en la presente Declaraci6n podré interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades 0 realizar actos tendientes a la supresi6n de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaracién. 9. CONVENCION DE SALVAGUARDIA DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DE LAS LIBERTADES FUNDAMENTALES (Roma, 4 de noviembre de 1950) Los gobiernos signatarios, miembros del Consejo de Europa Considerando la Declaraci6n Universal de Derechos del Hombre, proclamada por la Asamblea General de los Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, _ ,Considerando que esta Declaracién tiende a asegurar el recono- cimiento y la aplicacién universales y efectivos de los derechos enun- ciados; Considerando que Ja finalidad del Consejo de Europa es realizar una unién més estrecha entre sus miembros, y que uno de los medios de alcanzar esta finalidad es la salvaguardia y el desarrollo de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales; Reafirmando su profundo apego a estas libertades fundamentales, que constituyen las bases mismas de la justicia y de Ja paz en el mun- do, y cuyo mantenimiento reposa especialmente, de una parte, en un régimen politico verdaderamente democrético, y, de otra, en una con- cepcién comin y un comin respeto a los derechos del hombre que ellos invocan; . Resueltos, en cuanto gobiernos de Estados europeos animados de un mismo espiritu y en posesién de un patrimonio comin de ideales y tradiciones politicas, de respeto a la libertad y preeminencia del de- recho, a tomar las primeras medidas adecuadas para asegurar la ga- rantia colectiva de cierto nimero de derechos enunciados en Ja Decla- racién Universal; Han convenido en lo que sigue: LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 67 Articulo primero Las altas partes contratantes reconocen a toda persona depen- diente de su jurisdiccidén Jos derechos y libertades definidos en el ti- tulo primero de la presente Convenci6n. TfruLO PRIMERO Articulo 2° 1. El derecho de toda persona a la vida est4 protegido por la Ley. La muerte no puede ser infligida intencionadamente a nadie, sal- vo en ejecucién de una sentencia de pena capital pronunciada por un tribunal en el caso en que el delito sea castigado con esta pena por la Ley. 2. La muerte no se considerar4 infligida con infraccién del pre- sente articulo cuando se produjere a consecuencia de un recurso a la fuerza que sea absolutamente necesario: a) Para asegurar la defensa de cualquier persona contra la vio- lencia ilegal; b) Para efectuar una detencién legal o para impedir la evasién de una persona detenida legalmente; c) Para reprimir, de conformidad con la Ley, una revuelta o una insurreccién. Articulo 3° Nadie puede ser sometido a tortura ni a penas o tratamientos inhumanos o degradantes. Articulo 4? 1. Nadie puede ser mantenido en esclavitud o servidumbre. 2. Nadie puede ser constrefiido a realizar un trabajo forzado u obligatorio. 3. No se considera como “trabajo forzado u obligatorio”, en el sentido del presente articulo: a) Todo trabajo exigido normalmente a una persona sometida a pena de privacién de libertad en las condiciones previstas por el articulo 5° de la presente Convencién o durante su puesta en liber- tad condicional, b) Todo servicio de cardcter militar 0, en el caso de objetores de conciencia, en los paises en que la objecién de conciencia sea re- 68 MAXIMO PACHECO GOMEZ conocida como legitima, cualquier otro ‘servicio sustitutivo del ser- vicio militar obligatorio; e) Todo servicio exigido cuando alguna emergencia o calami- dad amenacen la vida o el.bienestar de la comunidad; d) Todo trabajo o servicio que forme parte de Jas obligaciones civicas normales. Articulo 5? 1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, salvo en los casos siguientes y con arreglo al procedimiento determinado por la Ley: a) Si es detenido legalmente, tras Ia condena por un tribunal competente; b) Si ha sido encarcelado o detenido legalmente, por descbe- diencia a una orden dada, conforme a la Ley, por un tribunal, o para garantizar la ejecucién de una obligacién prescrita por la Ley; c) Si ha sido detenido y encarcelado a fin de hacerle compa- recer ante la autoridad judicial competente, cuando haya sospecha razonable de haber cometido una infraccién o cuando haya motivos razonables para creer en Ja necesidad de impedirle cometer una in- fraccién o huir después de haberla cometido. d) Si se trata de la detencién legal de un menor hecha con el propdésito de educarlo sometido a vigilancia’o de su detencién legal con el fin de Hevarle ante la autoridad competente; e) Si se trata de la detencién legal de una persona susceptible de propagar una enfermedad contagiosa, de un enajenado mental, un aleohdlico, un toxic6mano o un vagabundo; f) Si-se trata de un arresto o la detencién legal de una persona para impedirle la entrada irregular “en ‘el territorio o contra la que est4 en curso un procedimiento de expulsién o extradicién. 2. Toda persona detenida debe ser informada, en el plazo mds corto y en un idioma que comprenda, de las razones de su detencién y de cualquier acusacién de que sea objeto. 3. Toda persona detenida o encarcelada en las condiciones pre- vistas en el par4grafo 1, c), del presente articulo, debe ser conducida inmediatamente ante un juez u otro magistrado habilitado por la Ley para ejercer funciones y tiene derecho a ser juzgada en un plazo ra- zonable o puesta en libertad durante el procedimiento. La puesta en libertad puede estar condicionada a una garantfa que asegure la com- parecencia del interesado en el juicio. 4, Toda persona privada de su libertad mediante arresto o de- tencién tiene derecho a presentar un recurso ante un tribunal, a fin de que éste se pronuncie en breve plazo acerca de la legalidad de su detencién y ordene su libertad si la detencién es ilegal. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 69 5. Toda persona victima de un arresto o de una detencién, en condiciones contrarias a las disposiciones del presente articulo, tiene derecho a una reparacidn. Articulo 6° I, Toda persona tiene derecho a que su causa sea vista equita- tiva y publicamente en un plazo razonable, por un tribunal indepen- diente e imparcial, establecido por la Ley, quien decidiré sobre sus derechos y obligaciones civiles o sobre el fundamento de cualquier acusacién en materia dirigida contra ella. La sentencia debe ser he- cha publica, pero el acceso a la sala de audiencia puede ser prohi- bido a la prensa y al publico durante la totalidad o uma parte del proceso en interés de Ja moralidad, del orden publico o de la segu- ridad nacional en una sociedad democratica, cuando los intereses de los menores o la proteccién de la vida privada de las partes en el proceso lo exijan, o en la medida juzgada estrictamente necesaria por el tribunal, cuando en circunstancias especiales la publicidad pudiera ser perjudicial para los intereses de ,la justicia. 2. Toda persona acusada de una infraccién se presume ino- cente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente establecida. 3. Todo acusado tiene, como minimo, los siguientes derechos: a) Ser informado, en el mas breve plazo, en una lengua que comprenda y de una forma detallada, de la naturaleza y de la causa de ja acusacién contra él dirigida; b) Disponer del tiempo y de las facilidades necesarias para la oreparacién de su defensa; c) Defenderse él mismo o tener la asistencia de un defensor de su eleccién, y si no tiene medios para remunerar a un defensor, po- der ser asistido gratuitamente por un abogado de oficio, cuando los intereses de la justicia lo exijan; d) Interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y ob- tener la convocatoria y el] interrogatorio de Jos testigos de descargo en las mismas condiciones que los testigos de cargo; e) Hacerse asistir gratuitamente de un intérprete, si no com- prende o no habla la lengua empleada en el proceso. Articulo 7° 1. Nadie puede ser condenado por una accién o una omisién que, en el momento en que fue cometida, no constituia una infraccién se- gun el derecho nacional o internacional. Igualmente no puede ser impuesta una pena mAs fuerte que la que era aplicable en el] mo- mento en que se cometié la infraccidén. : 70 MAXIMO PACHECO GOMEZ 2, El presente articulo no invalidaré la sentencia o la pena de una persona culpable de una accién o de una omisién que, en el mo- mento de ser cometida, constituia un crimen segun los principios ge- nerales de] derecho reconocidos por las naciones civilizadas. Articulo 8? 1. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, de su domicilio y de su correspandencia. 2. No puede haber injerencia de la autoridad publica en el ejer- cicio de este derecho sino en tanto en cuanto esta interferencia esté prevista por la Ley y constituya una medida que, en una sociedad democratica, sea necesaria para la seguridad nacional, la seguridad publica, el bienestar econémico del pafs, la defensa del orden y la prevencién de las infracciones penales, la proteccién de la salud o de la moral o la proteccién de los derechos y las libertades de los demés. Articulo 9° 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religién; este derecho implica la libertad de cambiar de’ religién o de conviccién, asi como Ja libertad de manifestar su re- ligién o su convieeién individual o colectivamente, en publics o en privado, por medio del culto, Ja ensefianza, las practicas y el cumpli- miento de los ritos. 2. La libertad de manifestar su religi6bn o sus convicciones ne puede ser objeto de mAs restricciones que las que, previstas por la Ley, constituyen medidas necesarias, en una sociedad democrdtica, pa- ra la seguridad publica, la proteccién del orden, de la salud, o de la moral publica, o de la proteccién de los derechos o las libertades de los demas. Articulo 10 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresién, Este derecho comprende Ja libertad de opinién y Ja libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de autoridades publicas y sin consideracién de fronteras. E] presente articulo no impide que los Estados sometan las empresas de radiodi- fusién, de cinematografia o de televisién a un régimen de autoriza- cién previa. 2, El ejercicio de estas libertades, por cuanto implica deberes y responsabilidad, puede ser sometido a ciertas formalidades, condi- ciones, restricciones o sanciones previstas por la Ley, que constitu- LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 7 yen medidas necesarias, en una sociedad democratica, para Ja segu- ridad nacional, la integridad territorial o la seguridad publica, la de- fensa del orden y la prevencién del delito, la proteccién de la salud o de la moral, la proteccién de la fama o de los derechos de otro, para impedir la divulgacién de informaciones confidenciales o para garantizar la autoridad y la imparcialidad del poder judicial. " Articulo Il 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunién pacifica y a la libertad de asociacién, incluido el derecho de fundar, con otros, sindicatos y de afiliarse a sindicatos para la defensa de sus intereses. 2. El ejercicio de estos derechos no puede ser objeto de otras restricciones que aquellas que, previstas por la Ley, constituyen me- didas necesarias, en una sociedad democratica, para la seguridad na- cional, la seguridad publica, la defensa del orden y Ja prevencién del crimen, Ja proteccién de Ja salud o de Ja moral, o la proteccién de los derechos y libertades de los demds. El! presente articulo no pro- hibe que se impongan restricciones legitimas al ejercicio de estos de- rechos para los miembros de las Fuerzas Armadas, de Ja Policia o de la Administracién del Estado. Articulo 12 A partir de Ja edad nibil, el hombre y Ja mujer tienen el dere- cho de casarse y de fundar una familia segtin las leyes nacionales que rigen el ejercicio de este derecho. Articulo 13 Toda persona cuyos derechos y libertades reconocidos en la pre- sente Convencién han sido violados, tiene derecho a la concesién de un recurso efectivo ante una instancia nacional, incluso cuando la violacién haya sido cometida por personas que actien en el ejercicio de sus funciones oficiales. Articulo 14 E! goce de los derechos y libertades reconocidos en la presente Convencién ha de ser asegurado sin distincién alguna, tales como Jas fundadas en el sexo, la raza, el color, Ja lengua, Ja religién, las opiniones politicas u otras cualesquiera, el origen nacional o social, la pertenencia a una minoria nacional, la fortuna, el nacimiento 0 cualquier otra situacién. 72 MAXIMO PACHECO. GOMEZ Articulo 15 1. En caso de guerra 0 en caso de otro peligro publico que ame- nace la vida de la nacién, cualquier alta parte contratante puede to- mar medidas que deroguen las obligaciones previstas en la presente Convencién en Ja medida estricta en que Jo exija la situacién, y su- puesto que tales providencias no sean opuestas a las otras obligacio- nes que dimanan del derecho inte:nacional. / 2, La disposicién precedente no autoriza ninguna derogacién del articulo 2°, salvo para el caso de muertes resultantes de actos licitos de guerra, y a los articulos 3°, 4° (parrafo 1) y 79. 3. Toda alta parte contratante que ejerza este derecho de dero- gacién tendré plenamente informado al secretario general del Consejo de Europa de las medidas tomadas y de los motivos que las han ins- pirado, Deberé igualmente informar al secretario general del Con- sejo de Europa de la fecha en que estas medidas hayan dejado de es- tar en vigor y cuando las disposiciones de la Convencién vuelvan a tener plena aplicacién. Articulo 16 Ninguna de Jas disposiciones de los articulos 10, 11 y 14 puede ser considerada como dirigida a prohibir a las altas partes contra- tantes imponer restricciones a la actividad politica de los extranjeros. Articulo 17 Ninguna de las disposiciones de la presente Convencién puede ser interpretada en el sentido de que implique para un Estado, gru- po o individuo un derecho cualquiera a dedicarse a una actividad o a realizar un acto tendiente a la destruccién de los derechos o liber- tades reconocidos en Ja presente Convencién o limitaciones mds am- plias de estos derechos o libertades que las previstas en dicha Con- vencidn, Articulo 18 Las restricciones que, en los términos de la presente Convencidn, se pongan a los citados derechos y libertades no pueden ser aplica- das mds que con la finalidad para la cual han sido previstas. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASIOCOS 73 Tiruwo II Articulo 19 Con el fin de asegurar el respeto de los compromisos que resul- tan para las altas partes contratantes de la presente Convencién, se instituyen: a) Una Comisién Europea de Derechos del Hombre, denomi- nada, en adelante, “la Comisién”; b) Un Tribunal Europeo de Dercchos del Hombre, denomina- do, en adelante, “el Tribunal”. Tiruro I! Articulo 20 La Comisién se compone de un nimero de miembros igual al de las altas partes contratantes. La Comisién no puede comprender mAs de un nacional del mismo Estado. Articulo 21 1. Les miembros de la Comisién son elegidos por el Comité de Ministros, por mayorfa absoluta de votos, de una lista de nombres elaborada por Ja Mesa de la Asamblea Consultiva; cada grupo de representantes de las altas partes contratantes en la Asamblea Con- sultiva presenta tres candidatos, de los cuales al menos dos ser4n de su nacionalidad. 2. En Ja medida en que sea aplicable, se seguird e] mismo pro- cedimiento para completar la Comisién en el caso de que otros Es- tados Ieguen a ser ulteriormente partes en la presente Convencién y para proveer las plazas que queden vacantes. Articulo 22 J. Los miembros de Ja Comisién son elegidos por un periodo de duracién de seis afios. Son reelegibles; sin embargo, en lo que se re- fiere a los miembros designados en la primera eleccién, las funcio- nes de siete de ellos terminar4n en un plazo de tres aifios. 2, Los miembros cuyas funciones han de acabar a la termina- cién del perfodo inicial de tres afios scran designados por sorteo efec- tuado por el secretario general del Consejo de Europa inmediata- mente después que se haya procedido a la primera eleccién. 74 MAXIMO PACHECO GOMEZ 3. El miembro de la Comisién elegido para sustituir a un miem- bro cuyo mandate no ha expirado cesar& en su cargo al cumplirse el término del mandato -de su predecesor. 4. Los miembros de la Comisién seguiran en funciones hasta que sean sustituidos. Después de esta sustitucién continuardén trami- tando los asuntos que ya les habian sido encomendados. Articulo 23 Los miembros de la Comisién forman parte de ella a titulo in- dividual. Articulo 94 Toda parte contratante puede denunciar a la Comisién, a tra- vés del secretario general del Consejo de Europa, cualquier infrac- cién de las disposiciones de la presente Convencién que crea poder ser imputada a otra parte contratante. Articulo 25 1. La Comisién puede conocer de cualquier demanda dirigida al secretario general del Consejo de Europa por cualquier persona fisica, organizacién no gubernamental o grupo de particulares que se considere victima de una violacién por una de las altas partes con- tratantes de los derechos reconocidos en la presente Convencién, en el caso en que la alta parte contratante acusada haya declarado re- conocer la competencia de la Comisién en esta materia. Las altas partes contratantes que hayan suscrito tal declaracién se comprome- ten a no poner traba alguna al ejercicio de este derecho, 2. Estas declaraciones pueden scr hechas por un perfodo de- terminado, 3. Se remitiran al secretario general del Consejo de Europa, quien transmitir copias a las altas partes contratantes y cuidaré de su publicaci6n. , 4. La Comisién no ejercera la competencia que le atribuye el Presente articulo hasta que seis altas partes contratantes al menos se encuentren vinculadas por Ja declaracién prevista en los pardgrafos precedentes. Articulo 26 La Comision no puede ser requerida mds que después del ago- tamiento de los recursos internos, tal como se entiende segiuin los prin- LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 15 cipios de derecho internacional generalmente reconocidos y en el pla- zo de seis meses a partir de la fecha de la decisién interna definitiva. Articulo 27 1. La Comisi6n no tomar4 en cuenta ninguna reclamacién in- troducida por la aplicacién del articulo 25 cuando: a) Sea anénima; b) Sea esencialmente Ja misma que una reclamacidn anterior- mente examinada por la Comisién o que haya sido sometida a otra instancia internacional de encuesta 0 de arreglo y no contenga he- chos nuevos, 2. La Comisién considerara inadmisible cualquier demanda pre- sentada por aplicacién del articulo 25, cuando Ja estime incompatible con las disposiciones de la presente Convencién, manifiestamente mal fundada o abusiva. 3. La Comisién rechazaré cualquier demanda que considere co- mo inadmisible por aplicacién del articulo 26, Articulo 98 En el caso que la Comisién admita Ja demanda: a) Con el fin de determinar los hechos, procederA a un examen contradictorio de la demanda con los representantes de las partes y, si procede, a una encuesta, para cuya eficaz realizacién los Estados interesados proporcionardn todas las facilidades necesarias, después de un cambio de impresiones con Ja Comisién; b) Se pondra a disposicién de los interesados, a fin de Negar a un arreglo amistoso del asunto que se inspire en cl respeto a los derechos del hombre, tal como Ios reconoce Ja presente Convencién, Articulo 29 1. La Comisi6n cumplir4 las funciones previstas en el articulo 28 por medio de una Subcomisién, compuesta de siete miembros de la Comisién. 2, Cada interesado puede designar un miembro a su eleccién para formar parte de la Subcomisién. 3. Los restantes miembros seran designados por sorteo, con arreglo a las disposicioncs previstas por el reglamento interior de la Comisién. 76 "* MAXIMO PACHECO’ GOMEZ + Articulo 30 Si la Comisién Iega a obtener un arreglo amistoso, conforme al articulo 29, la Subcomisién redactaré un informe, que se transmitira a los Estados interesados, al Comité de Ministros y al secretario ge- neral del Consejo de Europa, con el fin de publicarlo. Este informe se limitaré a una breve exposicién de los hechos y de la solucién adoptada. Articulo 31 1. Sino se ha podido egar a una solucién, la Comisién redac- tard un informe en el que haré constar los hechos y formulara un dictamen sobre si los. hechos comprobados implican, por parte del Estado interesado, una violacién de las obligaciones que le incumben a tenor de la Convencién. Podrén ser incluidas en dicho informe las opiniones de todos los miembros de la Comisién sobre este punto. 2. El informe se transmitiré al Comité de Ministros; igualmente seré comunicado a los Estados interesados, quienes no tendrdn fa- cultad para publicarlo. 3. Al transmitir el informe al Comité de Ministros, la Comision puede formular las proposiciones que considere apropiadas. Articulo 32 1, Sien un perfodo de tres meses a partir de la transmisién al Comité de Ministros del informe de la Comisién el asunto no ha sido deferido al Tribunal por aplicacién del articulo 48 de Ja presente Con- yencién, el Comité de Ministros decidir4, por voto mayoritario de dos tercios de los representantes con derecho a formar parte de él, si ha habido 0 no violacién de la Convencién. 9. En caso afirmativo, el Comité de Ministvos fijara el plazo en el que la alta parte contratante interesada deberd tomar las medidas que se deriven de la decisién del Comité de Ministros. 3. Si la alta parte contratante interesada no ha adoptado me- didas satisfactorias en el plazo concedido, e] Comité de Ministros, por la mayoria prevista en el pardgrafo 1 de este articulo, determi- nar4 cules son las consecuencias que se derivan de su decisién ini- cial, y publicara el informe. 4. Las altas partes contratantes se comprometen a considerar coma obligatoria para ellas cualquier decisién que el Comité de Mi- nistros pueda tomar en virtud de los pardgrafos precedentes. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 7 Articulo 33 La Comisién se reine a puerta cerrada, Articulo. 34 Las decisiones de la Comisién se tomaran por mayoria de los miembros presentes y votantes; las decisiones de la Subcomisién se tomar4n por mayorfa de sus miembros. Articulo 35 La Comisién se reunira cuando lo exijan las circunstancias. Sera conyocada por el secretario general del Consejo de Europa. Articulo 36 La Comisién elaboraré su reglamento interior. Articulo 37 E] Secretariado de Ja Comisién quedaré asegurado por el secre- tario general del Consejo de Europa. Tiruto IV Articulo 38 El tribunal europeo de derechos del hombre se compone de un numero de jueces igual al de miembros del Consejo de Europa. No puede haber dos jueces que sean nacionales de un mismo Estado. Articulo 39 1. Los miembros del tribunal son elegidos por la Asamblea Con- sultiva por mayorfa de los votos emitidos, de una lista de personas presentadas por los miembros del Consejo de Europa, debiendo cada uno de éstos presentar tres candidatos, de los cuales al menos dos han de ser nacionales suyos. 2. En la medida en que sea aplicable, se seguirA el mismo pro- cedimiento para completar el tribunal, en caso de admisién de nue- vos miembros en el Consejo de Europa, para proveer las plazas que queden vacantes. 78 MAXIMO PACHECO GOMEZ 3. Los candidatos deberan gozar de la mas alta reputacién mo. ral y reunir las condiciones requeridas para el ejercicio de altas fun- ciones judiciales o ser jurisconsultos de reconocida competencia. Articulo 40 1, Los miembros del tribunal son elegidos por un perfodo de nueve afios. Son reelegibles. Sin embargo, por lo que se refiere a los miembros designados en la primera eleccién, las funciones de cuatro de ellos terminardn al cabo de tres afios, y las de otros cuatro, al cabo de seis. 2, Los miembros cuyas funciones terminen en los periodos ini- ciales de tres y seis aiios ser4n designados por sorteo, que efectuard el secretario general del Consejo de Europa inmediatamente después de haberse procedido a Ia primera eleccién. 3. El miembro del tribunal elegido para sustituir a un miem- bro cuyo mandato no haya expirado cesard en su cargo al cumplirse el término del mandato de su predecesor. 4. Los miembros del tribunal permanecerdn en funciones hasta que sean sustituidos, Después de esta sustitucién continuar4n cono- ciendo de los asuntos que ya les habian sido encomendados. Articulo 41 El tribunal clegiré su presidente y- su vicepresidente por un pe- riodo de tres aiios. Estos son reelegibles. Articulo 42 Los miembros del tribunal percibiran dietas, que fijard el Co- mité de Ministros, Articulo 4 Para el examen de cada asunto que se lleve ante el tribunal, éste se constituira en una sala compuesta por siete jucces. La integrarAn, de oficio, el jucz de Ia nacionalidad de cada estudio interesado 0, en su defecto, una persona elegida por él para actuar en calidad de juez; los nombres de los restantes jueces seran sucados a suerte, por iniciativa del presidente, antes de entrar a conocer el caso. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 79 Articulo 44 Sélo las altas partes contratantes y la Comisién tienen facultad para acudir a] tribunal. Articulo 45 La competencia del tribunal se extiende a todos los asuntos rela- tivos a la interpretacién y aplicacién de la presente Convenciédn que las altas partes contratantes o la Comisién le sometan, en las condi- ciones previstas por el articulo 48. Articulo 46 1, Cada una de las altas partes contratantes puede, en cualquier momento, declarar que reconoce como obligatoria de pleno derecho, y sin convenio especial, la jurisdiccién del tribunal para todos los asuntos relativos a Ja interpretacién y aplicacién de Ja presente Con- vencidn. 2. Las declaraciones a que se refiere el pdrrafo anterior podran hacerse pura y simplemente, o bajo condicién de reciprocidad, por parte de varias o de ciertas otras altas partes contratantes, 0 por un tereero determinado. 3. Estas declaraciones se remitiran al secretario general del Consejo de Europa, que transmitirA copia de ellas a las altas partes contratantes. Articulo 47 Un asunto sélo puede someterse al tribunal después de que la Comisién haya comprobado el fracaso del arreglo amistoso y dentro del plazo de tres meses previsto en el articulo 32. Articulo 48 A condicién de que la alta parte contratante interesada, si no hay mAs que una, o las altas partes contratantes interesadas, si hay més de una, estén somctidas a la jurisdiccién obligatoria del tribunal o, en su defecto, con el consentimiento o el asenso de Ja alta parte con- tratante interesada, si no hay mds que una, o de las altas partes contratantes interesadas, si hay mas de una, el tribunal puede ser re- querido: a) Por la Comisién; 80 MAXIMO PACHECO GOMEZ b) Por una alta parte contratante cuando la victima es un na- cional suyo; c) Por una alta parte contratante que haya presentado el caso ante la Comisién; d) Por una alta parte contratante que haya sido demandada. Articulo 49 En el caso de que sea discutida la competencia de] tribunal, éste decidir. Articulo 50 Si la decisién del tribunal declara que una decisién tomada o una medida ordenada por una autoridad de una alta parte contra- tante se encuentra entera o parcialmente en oposicién con obligacio- nes que se derivan de la presente Convencién, y si e] derecho interno de dicha parte sélo permite de manera imperfecta borrar las conse- cuencias de esta decisién o medida, la decisién del tribunal conceder4, si procede, a la parte lesionada, una satisfaccién equitativa. Articulo 51 1. La sentencia del tribunal serA motivada. 2. Si Ja sentencia no expresa en todo o en parte Ja opinién und- nime de los fueces, cualquier juez tendr& derecho a unir a ella la exposicién de su opinién individual. Articulo 52 La sentencia del tribunal sera definitiva. Articulo 53 Las altas partes contratantes se comprometen a conformarse a las decisiones del tribunal en los litigios en los que sean partes, Articulo 54 La sentencia del tribunal ser4 transmitida al Comité de Ministros, quien vigilara su ejecucién, LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASIOOS 81 Articulo 55 El tribunal elaborar4 su reglamento y fijaré su procedimiento. Articulo 56 1. La primera eleceién de los miembros del tribunal tendr& lugar después de que las declaraciones de las altas partes contratantes a que se refiere el articulo 46 hayan alcanzado el nimero ocho. 2. EI tribunal no podré ser requerido antes de esta eleccién. Trruto V Articulo 57 Toda alta parte contratante suministrar4, a requerimiento del se- eretario general de] Consejo de Europa, las explicaciones pertinentes sobre la manera como su derecho interno asegura la aplicacién efec- tiva de cualesquiera disposiciones de esta Convencién. Articulo 58 Los gastos de la Comisién y del tribunal estarén a cargo del Con- sejo de Europa, Articulo 59 Los miembros de la Comisién y del tribunal gozan, durante el ejercicio de sus funciones, de los privilegios e inmunidades previstos en el articulo 40 del Estatuto del Consejo de Europa y en los acuerdos concluidos en virtud de este articulo. Articulo 60 Ninguna de las disposiciones de la presente Convencién sera in- terpretada en el sentido de limitar o perjudicar aquellos derechos del hombre y libertades fundamentales que podrian ser reconocidos con- forme a las leyes de cualquier alta parte contratante o de cualquier otro convenio en el cual sea parte. Articulo 61 Ninguna de las disposiciones de la presente Convencién afecta a los poderes conferidos al Comité de Ministros por el Estatuto del Consejo de Europa. 82 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo.62 Las altas partes contratantes renuncian rec{procamente, salvo com- promiso especial, a prevalerse de los trabajos, convenios o declaracio- nes que existan entre ellas, a fin de someter, por via de demanda, una diferencia surgida de la interpretacién de la aplicacién de la pre- sente Convencién a un procedimiento de solucién distinto de los previstos en Ja presente Convencidn. Articulo 63 L Cualquier Estado puede, en el momento de la ratificacién o en cualquier otro momento, ulteriormente, declarar, en notificacidén dirigida al secretario general del Consejo de Europa, que la presente Convencién se aplicard a todos los territorios 0 a uno cualquiera de los territorios cuyas relaciones internacionales asegura, 2 La Convencién se aplicard al territorio o territorios designa- dos en la notificacién, a partir del trigésimo dia siguiente a Ja fecha en la que recibié la notificacién el secretario general del Consejo de Europa. 3. En los mencionados territorios las disposiciones de la presente Convencién ser4n aplicables teniendo en cuenta las necesidades locales. 4, Todo Estado que haya hecho una declaracién de conformidad con el primer pardgrafo de este articulo puede, en cualquier momento sucesivo, declarar que acepta con respecto a uno o varios territorios en cuestién la competencia de la Comisién para conocer de Jas de- mandas de personas fisicas, de organizaciones no gubernamentales o de grupos de particulares conforme al articulo 25 de la presente Con- vencién. Articulo 64 1. Todo Estado puede, en el momento de la firma de la pre- sente Canvencién 0 del depdésito de su instrumento de ratificacién, formular una reserva a propésito de una disposicién particular de la Convencién en la medida en que una ley entonces en vigor en su territorio esté en desacuerdo con esta disposicién, Este articulo no autoriza las reservas de cardcter general. 2. Toda reserva hecha de conformidad al presente articulo ird acompafiada de una breve exposicién de la ley a que se sefiere. Articulo 65 1. Una alta parte contratante sélo puede denunciar la presente Convencién a la terminacién de un plazo de cinco afios a partir de LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 83 la fecha de entrada en vigor de la Convencién para dicha parte y mediante un preaviso de seis meses, dado en una notificacién dirigida al secretario general del Consejo de Europa, quien informard a las restantes altas partes contratantes. 2, Esta denuncia no puede tener por efecto el desvincular la alta parte contratante interesada de las obligaciones contenidas en la presente Convencién en lo que se refiere a todo hecho que, pudiendo constituir una violacién de estas obligaciones, hubiera sido realizado por dicha parte con anterioridad a la fecha en que Ja denuncia pro- duce efecto. 3. Bajo la misma reserva, dejard de ser parte en la presente Convencién toda alta parte contratante que dejara de ser miembro de} Consejo de Europa. 4, La Convencién podr4 ser denunciada de acuerdo con lo pre- visto en los pardgrafos precedentes respecto a cualquier territorio en el cual hubiere sido declarada aplicable en los términos del articulo 63. Articulo 66, 1. La presente Convencién est4 abierta a la firma de los miem- bros del Consejo de Europa. Sera ratificada, Las ratificaciones serén depositadas ante el secretario general del Consejo de. Europa. 2. La presente Convencién entraré en vigor después del depdsi- to de diez instrumentos de ratificacién. 3. Para todo signatario que la ratifique ulteriormente, la Con- vencién entraré en vigor desde el momento de verificarse el depésito del instrumento de ratificacién. 4. El secretario general de] Consejo de Europa notificaré a todos los miembros del Consejo de Europa la entrada en vigor de la Con- vencién y los nombres de las altas partes contratantes que la hayan ratificado, asi como el depésito de todo instrumento de ratificacién que se haya producido posteriormente. Hecho en Roma el 4 de noviembre de 1950, en francés e inglés, euyos textos hacen fe igualmente en un solo ejemplar, que se depo- sitaré en los archivos del Consejo de Europa, El secretario general comunicard copias certificadas a todos los signatarios. 10. CARTA SOCIAL EUROPEA (Turin, 18 de octubre de 1961) Los gobiernos signatarios, miembros del Consejo de Europa, ; Considerando que el fin del Consejo: de Europa consiste en rea- lizar una _unién mas estrecha entre sus miembros con el objeto de salyaguardar y de promover los ideales y los principios que son su patrimonio comin y de favorecer su progreso econémico y social, en particular mediante la defensa y e] desarrollo de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; Consideranda que, segin los términos de la Convencién de Sal- vaguardia de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamen- tales, firmada en Roma el 4 de noviembre de 1950, y del Protocolo adicional a la misma, firmado en Paris el 20 de marzo de 1952, los Estados miembros del Consejo de Europa han convenido en asegurar @ sus pueblos sus derechos civiles y politicos y las libertades especifi- cas en esos instrumentos; Considerando que el goce de los derechos sociales debe estar ase- gurado sin discriminacién fundada en la raza, el color, el sexo, la reli- gién, la opinién politica, la ascendencia nacional o el origen social; . Resueltos a realizar en comin todos los esfuerzos para mejorar el nivel de vida y promover el bienestar de todas las categorias de sus poblaciones, tanto rurales como urbanas, por medio de instituciones y de realizaciones apropiadas, Han convenido lo siguiente: LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 85 PRIMERA PARTE Las altas partes contratantes reconocen como objetivo de una politica, que aplicarin por todos los medios utiles, tanto en el plano nacional como en el internacional, Ja realizacién de condiciones pro- pias para asegurar el ejercicio efectivo de los derechos y principios siguientes: 1. Toda persona debe tener la posibilidad de ganar su vida me- diante un trabajo libremente emprendido. 9. Todos los trabajadores tienen derecho a condiciones de tra- bajo equitativas. 3, Todos los trabajadores tienen derecho a la seguridad y a la higiene en el trabajo. 4, Todos los trabajadores tienen derecho a una remuneracién equitativa que les asegure a ellos, as{ como a sus familias, un nivel de vida satisfactorio. 5. Todos los trabajadores y patronos tienen derecho a asociarse libremente en asociaciones, nacionales o internacionales, para la pro- teccién de sus intereses econdémicos y sociales. 6. Todos Jos trabajadores y patranos tienen derecho a nego- ciar libremente. 7, Los nifios y los adolescentes tienen derecho a una proteccién especial contra Jos peligros fisicos y morales a los cuales est4n ex- puestos. 8. Las trahajadoras en caso de maternidad y las demds trabaja- doras, en casos apropiados, tienen derecho a una proteccién especial en su trabajo. 9. Toda persona tiene derecho a medios apropiados de orienta- cién profesional, que le ayuden a elegir una profesién conforme a sus aptitudes personales y a sus intereses. 10. Toda persona tiene derecho a medios adecuados de forma- cién profesional. 11. Toda persona tiene derecho a beneficiarse de cuantas me- didas le permitan gozar del mejor estado de salud que pueda alcanzar. 12, Todos los trabajadores y sus herederos tienen derecho a la seguridad social. 13, Toda persona desprovista de suficientes recursos tiene dere- cho a Ja asistencia social y médica. 14; Toda persona tiene derecho a beneficiarse de servicios so- clales calificadas. 18. Toda persona invAlida tiene derecho a Ja formacién profe- sional y readaptacién profesional y social, cualesquiera que sean el origon y Ja naturaleza de su invalidez. 16. La familia, en cuanto célula fundamental de la sociedad, tlena derecho a una proteccién social, juridica y econémica apropia- de para asegurar su pleno desarrollo. 86 MAXIMO PACHECO GOMEZ Ji, La madre y el nifio, independientemente de Ja situacién matrimonial y de las relaciones de familia, tienen derecho a una pro- teccién social y econémica apropiada. 18. Los ciudadanos de una de las altas partes contratantes tienen derecho a ejercer en el territorio de la otra parte toda actividad lucrativa, sobre un pie de igualdad con los nacionales de esta ultima, bajo reserva de las restricciones fundadas sobre razones serias de carActer econémico o social. 19. Los trabajadores’ migrantes nacionales de una de las altas partes contratantes y sus familias tienen derecho a la proteccién y a la asistencia en el territorio de cualquier otra alta parte contratante. SEGUNDA PARTE Las altas partes contratantes se comprometen a cumplir, como se dispone en la tercera parte, las obligaciones que resultan de los articulos siguientes: ‘ Articulo primera DERECHO AL TRABAJO A fin de asegurar e] ejercicio efectivo del derecho al trabajo, Jas altas partes contratantes se comprometen: 1, A reconocer como uno de sus principales objetivos y respon- sabilidades la realizacién y el mantenimiento del nivel més elevado y més estable posible del empleo, a fin de realizar el pleno empleo. 2. A proteger de manera eficaz el derecho del trabajador de ganar su vida mediante un trabajo libremente emprendido. 3. A establecer o mantener servicios gratuitos de empleo para todos los trabajadores. 4, A asegurar o favorecer una orientacién, una formacién y una readaptacién profesional adecuada. Articulo 2? DeREcHo 4 ConpIciones DE TRABAJO Equitativas A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a condiciones de trabajo equitativas, las altas partes contratantes se comprometen: 1. A fijar una duracién razonable al trabajo diario y semanal, reduciendo progresivamente la semana de trabajo en Ja medida que LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 87 lo permitan el aumento de la productividad y los demds factores que entran en juego. 2. A prever dias de fiestas pagados. 3. A conceder vacaciones anuales pagadas de dos semanas como minimo. 4, A asegurar a los trabajadores empleados en determinadas acupaciones peligrosas o insalubres una reduccién de Ja duracién del trabajo o vacaciones pagadas suplementarias. 5. A asegurar un reposo semanal que coincida en lo posible con el dia de la semana reconocido como dia de reposo por la tradicién o los usos del pais o de la regién. Articulo 3° DERECHO A LA SEGURIDAD y LA HIGIENE EN EL TRABAJO Con objeto de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a la se- guridad y la higiene en el trabajo, ‘las altas partes contratantes se comprometen: 1. A dictar reglamentos de seguridad e higiene. 2. A tomar medidas para el control de la aplicacién a esos re- glamentos. 3. A consultar, cuando haya lugar, a las organizaciones de pa- tronos y obreros sobre Jas medidas tendentes a mejorar la seguridad y la higiene del trabajo. Articulo 4° DERECHQ A UNA REMUNERACION EQUITATIVA A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a una remu- neracién equitativa, Jas altas partes contratantes se comprometen: 1. A reconocer el derecho de los trabajadores a una remunera- cién suficlente para asegurarles, asi como a sus familias, un nivel de vida decente. 2. A reconocer el derecho de los trabajadores a un tipo de re- muneraci6n mas alto por las horas de trabajo suplementarias, con excepcién de determinados casos particulares, 3. A reconocer el derecho de los trabajadores masculinos y fe- meninos a una remuneracién igual por un trabajo de igual valor. 4. Areconocer el derecho de los trabajadores a un plazo razo- nable de aviso previo en caso de cesacién de empleo. 8&8 MAXIMO PACHECO COMEZ 5, A no autorizar retenciones sobre los salarios m&s que en las condiciones y limites preserites por las leyes o reglamentos nacionales 0 fijados por convenios colectivos o sentencias de tribunales arbitrales. El ejercicio de estos derechos debe estar asegurado, sea por via de convenciones colectivas libremente concertadas, sea por métodos legales de fijacién de salarios, sea de cualquier otra manera apropiada a las condiciones nacionales. Articulo 5? Derecuo SInpican A fin de garantizar o de promover Ja libertad de los trabajadores y de los patronos para constituir organizaciones locales, nacionales o internacionales, para la proteccién de sus intereses econédmicos y so- ciales y de adherir a esas organizaciones, las altas partes contratantes se comprometen a que la legislacién nacional no menoscabe esa liber- tad ni sea aplicada de manera que pueda menoscabarla, Las leyes o reglamentos nacionales determinar4n la medida en la cual las garantias previstas en este articulo se aplicarin a Ja policia. Las Jeyes y los reglamentos nacionales determinar4n igualmente los principios de apli- cacién de estas garantias a los miembros de las Fuerzas Armadas y Ja medida en Ja cual se aplicarian a esa categoria de personas. Articulo 6° Derecho pe Necociact6n Corecriva A fin de asegurar el ejercicio eficaz del derecho de negociacién colectiva, las altas partes contratantes se comprometen: 1. A favorecer la consulta paritaria entre trabajadores y patronos. 2. A promover, cuando sea necesario y util, la institucién de pro- cedimientos de negociacién voluntaria entre los patronos, o las orga- nizaciones patronales, de una parte, y Jas organizaciones obreras, de otra, con objeto de reglamentar las condiciones de empleo por medio de convenios colectivos. 3. A favorecer la institucién y la utilizacién de procedimientos apropiados de conciliacién y de arbitraje voluntarios para la solucién de conflictos de trabajo; Y reconocen: 4, El derecho de los trabajadores y de los patronos, en caso de conflicto de intereses, a recurrir a acciones colectivas, incluso el dere- cho de huelga, bajo reserva de las obligaciones que puedan resultar de Jos convenios colectivos en vigor. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 89 Articula 7° DERECHO DE Los Nios Y 10s ADOLESCENTES A PRoTECCION A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a proteccién de los nifios y los adolescentes, las altas partes contratantes se com- prometen: 1. A fijar en quince afios la edad minima de admisién a un em- pleo, admitiéndose, no obstante, derogaciones para los nifios emplea- dos en ciertos trabajos ligeros que no pongan en peligro su salud, ni su moralidad, ni su educacién. 2. A fijar una edad minima superior para la admisién en ciertas acupaciones consideradas como peligrosas 0 insalubres. 3. A prohibir que nifios que estd4n todavia sujetos a la instruc- cién obligatoria obtengan empleos en trabajos que les priven del pleno beneficio de esa instruccién. 4. A limitar la duracién del trabajo a los trabajadores menores de dieciséis afios que corresponda a las exigencias de su desarrallo y, en particular, a Jas necesidades de su formacién profesional. 5. A reconocer el derecho de los trabajadores jévenes y apren- dices a una remuneracién equitativa y a una asignacién apropiada. 6 A disponer que las horas que los adolescentes dediquen a la formacién profesional durante la jornada normal de trabajo, y con el consentimiento del patrono, ser4n consideradas como formando parte de esta ultima. 7. A fijar una duracién minima de tres semanas para las vacacio- nes pagadas de los trabajadores menores de dieciocho aiios, 8. A prohibir el trabajo de noche a los trabajadores menores de dieciocho afios, excepto para ciertos empleos determinados por las leyes y reglamentos nacionales. : 9. A disponer que los trabajadores menores de dieciocho aiios ocupados en ciertos trabajos determinados por las leyes o Jos regla- mentos nacionales deberdn estar sujetos a un contro] médico regular. 10. A asegurar una proteccién especial contra los peligros fisicos y morales a los que estan expuestos los nifios y los adolescentes, espe- clalmente contra los que, de manera directa o indirecta, resultan de su trabajo. Articulo 8¢ DrnecHo pr Las TRABAJADORAS A LA PROTECCION A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho de Jas traba- jadoras a la proteccién, las altas partes contratantes se comprometen: 90 : MAXIMO PACHECO ' COMEZ loa asegurar a Jas mujeres, antes y después del parto, un reposo de una duracién total de doce semanas como minima, sea por medio de vacaciones pagadas, sea por prestaciones adecuadas de la seguridad social o por fondos piiblicos. _2, A considerar como ilegal para un patrono el despido de una mujer durante su ausencia en vacaciones de maternidad 0 a una fecha tal que el plazo del aviso previo expire durante esa ausencia. _ 3. A asegurar a las madres que crian a sus hijos las pausas sufi- cientes para hacerlo. 4.a) A reglamentar el empleo de la mano de obra femenina para trabajo nocturno en los empleos industriales; ; b) A prohibir todo empleo de mano de obra femenina en tra- bajos subterrdneos en las minas y, si hubiera lugar a ello, en todos los trabajos que no convengan a esa mano de obra a causa del cardc- ter peligroso, malsano 0 penoso, Articulo 9° Derecuo a ta ORnIENTACION PROFESIONAL A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a Ja orientacié6n profesional, las altas partes contratantes se comprometen a procurar © promover, cuando sea necesario, un servicio que ayude a todo el mundo, ineluso a las personas invdlidas o impedidas, a resolver los problemas que plantea la eleccién de una profesién y el avance pro- fesional, teniendo en cuenta las caracteristicas del interesado y su rela- cién con las posibilidades de la oferta y la demanda de mano de obra; esta ayuda deberA ser prestada gratuitamente tanto a los jovenes, in- cluidos los nifios de edad escolar, como a los adultos. Articulo 10 DeERECHO A LA ForMacitOn PRorgsiona A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a la formacién profesional, las altas partes contratantes se comprometen: 1. A asegurar o a favorecer, en cuanto sea hecesario, la forma- cién técnica y profesional de todos, incluidos los invalidos o impe- didos, consultando las organizaciones profestonales de patronos y tra- bajadores, y a poner los medios para que el acceso a Ja ensefianza técnica superior y a la ensefianza ‘universitaria tenga lugar segim el unico criterio de la aptitud individual. _ 2 A asegurar o a favorecer un sistema do aprendizaje y otros sistemas de formacién de los muchachos y muchnchas cn sus diversos empleos, LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 91 3.- A asegurar o a favorecer en cuanto sea necesario: a) La adopcién de medidas apropiadas y fAcilmente accesibles para la formacién de los trabajadores adultos; b) La adopcién de medidas especiales para la reeducacién pro- fesional de trabajadores adultos, necesaria como consecuencia de la evolucién técnica o por una nueva orientacién del mercado de la mano de obra. 4. A alentar la plena utilizacién de los medios previstos por disposiciones tales como: a) La reduccién o Ia abolicién de todos los derechos y cargas; b) La concesién de una asistencia financiera en determinados casos; c) La inclusién en las horas normales de trabajo del tiempo dedicado a los cursos suplementarios de formacién seguidos por el trabajador durante su empleo a peticién de su patrono; ad) La garantia, por medio de un control adecuado, en consulta con las organizaciones profesionales de patronos y de trabajadores, de la eficacia del sistema de aprendizaje y de cualquier otro sistema de formacién para trabajadores j4venes y, en general, de la adecuada proteccién de estos ultimos. : Articulo 11 DerecHo a 1a ProrecciON DE LA SALUD A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a la proteccién de salud, Jas altas partes contratantes se comprometen a adoptar sea directamente, sea en cooperacién con las organizaciones publicas © privadas, medidas apropiadas que tiendan especialmente: 1._A eliminar, en la medida de lo posible, las causas de una sa- lud deficiente. 2. A prever servicios de consulta y de educacién relativos a la mejora de la salud y al desarrollo del sentido de responsabilidad indi- vidual en cuanto al cuidado de la salud. 3. A prevenir en la medida de lo posible las enfermedades epi- démicas, endémicas y las deméas. Articulo 12 DeREcHO a LA SECURIDAD SOCIAL A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a la seguridad social, las altas partes contratantes se comprometen: 1, A establecer y mantener un régimen de seguridad social. 92 . MAXIMO PACHECG: GOMEZ 2, A mantener el régimen de seguridad social a un nivel satis- factorio, igual por-lo menos al que es necesario para la rsatificacién de la Convencién Internacional del Trabajo (némero 102), relativa a la norma minima de seguridad social. 3. A esforzarse a elevar progresivamente el nivel del régimen de seguridad social. 4A adoptar medidas para asegurar, mediante la conclusién de acuerdos bilaterales o multilaterales, 0 por otros medios y bajo reserva de las condiciones establecidas en esos acuerdos: @) La igualdad de trato entre Jos nacionales de cada una de las altas partes contratantes y los de las demés en lo que se refiere a la seguridad social, incluso la conservacién de las ventajas concedidas por las leyes de seguridad social, cualesquiera que sean los desplaza- mientos que las personas protegidas pucdan efectuar entre los terri- torios de las altas partes contratantes; b) La concesién, el mantenimiento y el restablecimiento de los derechos a la seguridad social, por medios tales como la adicién de los perfodos de seguridad o de empleo, cumplidos en conformidad a la legislaci6n de cada una de las altas partes contratantes. Articulo 13 Derecho a La Asisrencta SoctaL y Méptca A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a la asistencia social y médica, las altas partes contratantes se camprometen: 1. A cuidar de que toda persona que no disponga de recursos suficientes ni esté en condiciones de procurfrselos por sus propios me- dios o de recibirlos de otras fuentes, especialmente de las prestaciones procedentes de un régimen de seguridad social, pueda obtener una asistencia adecuada y, en caso de enfermedad, los cuidados que ne- cesite su estado. 2. A cuidar de que las personas que se beneficien de una tal asistencia no sufran por ello una disminucién de sus derechos polf- ticos y sociales. 3. A prever que todo el mundo pueda obtener. de servicios com- petentes publicos o privados, cuantos consejos y ayuda personal ne- cesiten para prevenir, poner término o aliviar su_situacién persona] 0 familiar. 4. A aplicar las disposiciones a que se refieren los pArrafos 1, 2 y 3 del presente artfculo, sobre un pie de igualdad con sus nacio- nales, a los ciudadanos de las altas partes contratantes que se en- cuentren legalmente en sus territorios, en conformidad con las obli- gZaciones que han asumido, en virtud de la Convencién Europea de LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 93 Asistencia Social y Médica, firmada en Paris el 11 de diciembre de 1953. Articulo 14 DERECHO aL BENEFICIO DE Los SERVICIOS SOCIALES A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho a beneficiarse de los servicios sociales, las altas partes contratantes se comprometen: 1. A alentar u organizar servicios que utilicen los métodos pro- Pios al servicio social y que contribuyan al bienestar y al desarrollo de los individuos y de los grupos en la comunidad, as{ como a su adaptacién al medio social. 2. A alentar la participacién de los individuos y de las organi- zaciones benéficas, u otras, en la creacién o el mantenimiento de esos servicios, Articulo 15 DERECHO DE Las Personas Fistca 0 MENTALMENTE DisMINUIDAS A LA Formacién PRoresionaL Y A LA READAPTACION PROFESIONAL Y SOCLAL A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho de las perso- nas fisica o mentalmente disminuidas a la formacién profesional y a la readaptacién profesional y social, las altas partes contratantes se comprometen: 1. A tomar las medidas propias para poner a disposicién de los interesados medios de formacién profesional, incluso, si ha lugar pa- ra ello, instituciones especializadas de cardcter publico o privado. 2. A adoptar Jas medidas propias para la colocacién de las per- sonas fisicamente disminuidas, particularmente por medio de servi- cios especiales de colocacién, de posibilidades de empleo protegido y de medidas destinadas a alentar a los patronos a emplear personas fisicamente disminuidas. Articulo 16 DeRECHO DE LA FAMILIA A UNA PROTECCION SOCIAL, Juninica y Econémica A fin de realizar las condiciones de vida indispensables para un pleno desarrollo de la familia, célula fundamental de la sociedad, las altas partes contratantes se comprometen a promover la proteccién econémica, juridica y social de Ja familia, en particular por medio de prestaciones sociales y familiares, de disposiciones fiscales, de apoyo a la construccién de viviendas adaptadas a las necesidades de las fa- 94 MAXIMO PACHECO GOMEZ milias, de ayuda a los matrimonios jévenes, o de cualquier otra me- dida adecuada. Articulo 17 DerecHo DE La Mapre ¥ DEL NINO A UNA PROTECCION Socta ¥ Econémica A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho de la madre y del nifio a una proteccién social y econémica, las altas partes con- tratantes tomar4n todas las medidas necesarias para ese objeto, in- cluida la creacién o el mantenimiento de instituciones o servicios apropiados. Articulo 18 DerecHo aL Eyercicio DE UNA ACTIVIDAD Lucrativa EN EL TERRITORIO DE Las peMis ATAs Partes CONTRATANTES A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho al ejercicio de una actividad lucrativa en el territorio de cualquiera de las otras altas partes contratantes, las altas partes contratantes se comprometen: 1. A aplicar los reglamentos existentes con un espiritu liberal. 2, A simplificar las formalidades en vigor y a reducir o supri- mir los derechos de cancilleria y otros impuestos pagaderos por los trabajadores o por sus patronos. 3. A suavizar, individual o colectivamente, los reglamentos que rigen el empleo de trabajadores extranjeros; reconocen: 4. El derecho de salida de sus ciudadanos que deseen ejercer una actividad lucrativa en el territorio de las demds altas partes con- tratantes. Articulo 19 DERECHO DE LOs TRABAJADORES MIGRANTES Y DE sus FaMinias A LA Prorecci6N ¥ ASISTENCIA A fin de asegurar el ejercicio efectivo del derecho de los traba- jadores migrantes y de sus familias a la proteccién y a la asistencia sobre el territorio de cualquier otra alta parte contratante, las altas partes contratantes se comprometen: 1. A mantener, o asegurarse de quc existen, servicios gratuitos adecuados encargados de ayudar a estos trabajadores, y particular- mente suministrarles informaciones exactas, tomando todas las medi- LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 95 das utiles, en la medida que Io permitan las leyes y reglamentos na- cionales, contra toda propaganda engafiosa sobre la emigracién y la inmigracién. 2. A adoptar, dentro de los limites de su jurisdiccién, las medi- das apropiadas para facilitar Ja salida, el viaje y la acogida de estos trabajadores y de sus familias, y para asegurarles durante el viaje, en los limites de su jurisdiccién, los servicios sanitarios y médicos nece- sarlos, ast como buenas condiciones higiénicas. 3. A promover la colaboracién, segtin los casos, entre los ser- vicios sociales, piblicos o privados de los paises de emigracién y de inmigracién, 4. A garantizar a esos trabajadores que se encuentren en su te- rritorio, y en la medida en que se trate de materias reguladas por las leyes o los reglamentos o sometidas al control de las autoridades ad- ministrativas, un trato no menos favorable que a sus propios nacio- nales en lo referente a las materias siguientes: a) La remuneracién y las otras condiciones de empleo y de trabajo; ‘ b) La afiliacién a las organizaciones sindicales y el disfrute de las ventajas que ofrecen los convenios colectivos; c) El alojamiento. 5. A asegurar a esos trabajadores, cuando se encuentren legal- mente en su territorio, un trato no menos favorable que a sus propios nacionales en Jo relativo a los impuestos, las tasas y las contribucio- nes que afectan al trabajo, percibidos a titulo de trabajador. 8. A facilitar, en la medida de lo posible, la reunién con su fa- milia del trabajador extranjero autorizado a establecerse él mismo en sus territorios. 7. A asegurar a esos trabajadores, cuando se encuentren legal- mente en sus territorios, un trato no menos favorable que a sus pro- pios nacionales para las acciones en justicia relativas a las cuestiones mencionadas en el presente articulo. 8, A garantizar a esos trabajadores, cuando residan legalmente en sus territorios, que no podrdn ‘ser expulsados, a no ser que ame- nacen la seguridad del Estado o atenten al orden puiblico o a las bue- nas costumbres, 9. A permitir, dentro de los limites fijados por las leyes, la trans- ferencia de la parte de sus ganancias o de sus ahorros que los traba- jadores migrantes deseen transferir, 10. A extender la proteccién y asistencia previstas en el pre- sente articulo a los trabajadores migrantes que trabajen por su pro- pia cuenta, siempre que las medidas de que se trate sean aplicables a esa categoria, 96 MAXIMO PACHECO GOMEZ TERCERA PARTE Articulo 20 OBLIGACIONES 1, Cada una de las altas partes contratantes se obliga: a) A considerar la primera parte de Ja presente Carta como una declaracién que determina los objetivos cuya realizacién perse- guird por todos los medias utiles, de acuerdo con las disposiciones del pdrrafo introductivo de dicha parte; b) A considerarse como obligada a] menos por cinco de los siete articulos siguientes de la segunda parte de Ja Carta: articulos 19, 5°, 6%, 12, 13, 16 y 19; c) A considerarse obligada por un nimero suplementario de articulos o pdrrafos numerados de la segunda parte de Ja Carta ele- gidos por ella, con tal de que el nimero total de los articulos y de los pArrafos numerados a los que quedar4 obligada no sea inferior a 10 articulos 0 a 45 parrafos numerados. 2. Los articulos o pdrrafos elegidos en conformidad con las dis- posiciones de los apartados b) y ¢) del pdrrafo 1 del presente ar- ticulo ser4n notificados por la alta parte contratante al secretario ge- neral del Consejo de Europa en el momento del depésito de su ins- trumento de ratificacién 0 de aprobacién. 3. Cada una de las altas partes contratantes podré, en todo mo- mento, declarar, por notificacién dirigida al secretario general, que se considera obligada por cualquier otro articulo o pdrrafo numerado de la segunda parte de la Carta y que no habia todavia aceptado, de acuerdo con las disposiciones del p4rrafo 1 del presente articulo. Estas obligaciones ulteriores se reputar4n como parte integrante de la ratificacién o de la aprobacién, y tendran los mismos efectos a par- tir del trigésimo dia desde el de la notificacién. 4, El secretario general comunicar4 a todos los Gobiernos sig- natarios y al director general de la Organizacién Internacional del Trabajo toda notificacién que reciba en conformidad con la presente parte de la Carta. 5. Cada alta parte contratante dispondré de un sistema de ins- peccién del trabajo adecuado a las condiciones nacionales. LOS DERECHOS HUMANDS. DOCUMENTOS BASICOS 97 CUARTA PARTE Articulo 21 Inrormes Revattvos a Las Disposiciones ACEPTADAS Las altas partes contratantes presentaran al secretario general del Consejo de Europa, en una forma que determinard el Comité dé Ministros, un informe bienal sobre la aplicacién de las disposiciones de la segunda parte de la Carta que ellos hayan aceptado. Articulo 22 InrormMes RELATIVOS A LAS DISPOSICIONES QUE NO HAN sIDO ACEPTADAS Las altas partes contratantes presentarén al secretario’ general del Consejo de Europa, a intervalos apropiados y a peticién del Co- mité de Ministros, informes relativos a las disposiciones de la segun- da parte de la Carta que no hayan aceptado en el momento de la ratificaci6n o de la aprobacién ni por‘ una notificacién posterior. El Comité de Ministros determinard, a intervalos regulares, las disposi- ciones a propésito de las cuales se pedirdn estos informes y cual sera su forma. Articulo 23 Comuntcaci6n vE Corias 1, Cada una de las altas partes contratantes dirigira copias de los informes mencionados en los articulos 21 y 22 a sus organizacio- nes nacionales que estén afiliadas a las organizaciones internaciona- les de patronos y trabajadores, que serdn invitadas, segiin el articulo 27, parrafo 2, a hacerse representar en las reuniones del Subcomité del Comité Social Gubernamental. 2. A peticién de Jas organizaciones nacionales, Jas altas partes contratantes transmitiran al secretario general las observaciones s0- bre dichos informes que hayan recibido de las citadas organizacio- nes nacionales. Articulo 24 EXAMEN DE LOS INFORMES Los informes presentados al secretario general en aplicacién de Jos artlculos 21 y 22 ser4n examinados por un Comité de Expertos, que dispondré también de todas las observaciones transmitidas al se- eretarlo general segiin el p4rrafo 2 del articulo 23. 98 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articule 25 Comirt pe Expratos 1. El Comité de Expertos se compondré de siete miembros co- mo maximo designados por el Comité de Ministros sobre una lista de expertos independientes, de la mayor integridad y de una com- petencia reconocida en Jas materias sociales internacionales, que se- r4n propuestos por las altas partes contratantes. 2. Los miembros del Comité serdn nombrados por un perfodo de seis afios y su mandato podra ser renovado. Sin embargo, los man- datos de dos de los miembros designados en el primer nombramiento terminardn a los cuatro afios. 3. Los miembros cuyo mandato terminar4 a los cuatro afios se designar4n mediante sorteo efectuado por el Comité de Ministros, in- mediatamente después del primer nombramiento, 4. Un miembro del Comité de Expertos nombrado para reem- plazar a otro cuyo mandato no ha expirado cumple al término del mandato de su predecesor. Articulo 26 PARTICIPACION DE LA ORGANIZACION INTERNACIONAL DEL TRABAJO Se invitaraé a la Organizacién Internacional del Trabajo para que designe un representante a fin de participar, a titulo consultivo, en las deliberaciones del Comité de Expertos, Articule 27 SupcoMiTr DEL Comité Socian GUBERNAMENTAL 1. Los informes de las altas partes contratantes, asi como las conclusiones del Comité de Expertos, se someteran al examen del Subcomité del Comité Social Gubernamental del Consejo de Europa. 2. Este Subcomité estar&é compuesto por un representante de cada una de las altas partes contratantes, El Subcomité invitarA a no m4s de dos organizaciones internacionales patronales y dos organiza- ciones internacionales de trabajadores, a titulo consultivo, a sus reu- niones. Podra, ademas, llamar en consulta a no mds de dos represen- tantes de organizaciones internacionales no gubernamentales dotadas del estatuto consultivo del Consejo de Europa, sobre cuestiones para las cuales estén especialmente calificadas, como, por ejemplo, ¢] bienes- tar social y la proteccién econémica y social de la familia, LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASIOOS 99 3. EL Subcomité presentaré al Comité de Ministros un informe con sus conclusiones, juntamente con el informe del Comité de Ex- pertos, Articulo 28 ASAMBLEA CONSULTIVA EI secretario general del Consejo de Europa transmitirA a la Asam- blea Consultiva las conclusiones del Comité de Expertos, La Asamblea Consultiva comunicard al Comité de Ministros su opinién sobre di- chas conclusiones. Articulo 29 Comrré DE MINISTROS Por una mayoria de dos tercios de sus miembros titulares, el Comité de Ministros, sobre la base de un informe del Subcomité y previa consulta a la Asamblea Consultiva, podr4 dirigir todas las recomendaciones que estime necesarias @ cada una de las altas partes contratantes. QUINTA PARTE Articulo 30 DEROGAGIONES EN Caso DE GuERRA 0 DE Penicro Pésiica 1. En caso de guerra o en caso de otro peligro publico que ame- nace la vida de la nacién, cada alta parte contratante puede tomar medidas derogatorias de las obligaciones previstas en la presente Carta, sin exceder lo que estrictamente exija la situacién y a condicién de que tales medidas no estén en contradiccién con las otras obligaciones derivadas del derecho internacional. 2. Toda alta parte contratante que haya ejercido este derecho de derogacién informard plenamente al secretario general del Consejo de Europa, en un plazo razonable, de las medidas adoptadas y de los motivos que las hayan inspirado. Igualmente, informard al secretario general de la fecha en Ja cual esas medidas han dejado de estar en vigor y de que las disposiciones de la Carta aceptadas por ella son nuevamente aplicables. 3. EI secretario general informarA a las otras altas partes con- tratantes y al director genera] de la Oficina Internacional del Trabajo de todas las comunicaciones recibidas en conformidad con el pdrrafo 2 del presente articulo. 100 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo 31 REsTRICCIONES 1. Los derechos y principios enunciados en la primera parte, una vez que estén en vigor, y el ejercicio efectivo de esos derechos y principios, tal como estA previsto en la segunda parte, no podr4n ser objeto de restricciones o limitaciones que no estén especificadas en las partes primera y segunda, a excepcién de las prescritas por la Ley como necesarias en una sociedad democr4tica para garantizar el respeto de los derechos y libertades de terceros o para proteger el] orden publico, la seguridad nacional, la salud publica o las buenas costumbres. 2, las restricciones decididas en virtud de la presente Carta a los derechos y obligaciones reconocides en ella no pueden ser apli- cadas m&s que al objeto para el cual han sido previstas. Articulo 32 Rexacién DE LA CARTA ¥ EL DERECHO INTERNO 0 LOS ACUERDOS INTERNACIONALES Las disposiciones de la presente Carta no afectan a las disposi- ciones de derecho interno y de los tratados, convenciones o acuerdos bilaterales o multilaterales que estén o entren en vigor y que sean favorables a las personas protegidas, Articulo 33 Apricaci6n POR MEDIO DE CONVENCIONES COLECTIVAS 1. En los Estados miembros en les que las disposiciones de los parrafos 1, 2, 3, 4 y 5 del articulo 2°; 4, 6 y 7 del articulo 7%, y 1, 2, 3 y 4 del articulo 10 de Ja segunda parte de la presente Carta com- peten normalmente a convenios celebrados entre patronos u organi- zaciones patronales y organizaciones de trabajadores, o son normalmente aplicadas por otra via que la legal, las altas partes contratantes pue- den aceptar las obligaciones correspondientes, y estas obligaciones se consideraran como cumplidas en cuanto esas disposiciones se apli- quen a la gran mayorfa de los trabajadores interesados en tales con- venios o por otros medios. 2. En los Estados miembros en los que estas disposiciones com- peten normalmente a la legislacién, las altas partes contratantes pueden igualmente aceptar las obligaciones correspondientes, y estas obliga- ciones se considerarén como cumplidas en cuanto esas disposiciones LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 101 sean aplicadas por Ja Ley a la gran mayoria de los trabajadores inte- resados, Articulo 34 APLIcACION TERRITORIAL 1. La presente Carta se aplica al territorio metropolitano de cada alta parte contratante. Todo Gobierno signatario puede, en el momento de la firma o en el del depdsito de su instrumento de rati- ficacién o de aprobacién, precisar, mediante una declaracién hecha al secretario general del Consejo de Europa, e] territorio que se con- sidera a este efecto como su territorio metropolitano. 2. Toda alta parte contratante puede, en el momento de la rati- ficacién o de la aprobacién de la presente Carta, o en cualquier mo- mento posterior, declarar, mediante notificacién al secretario general del Consejo de Europa, que la Carta, en todo o en parte, se aplicar4 al territorio o territorios no metropolitanos designados en dicha decla- racién y de los cuales ella asegura Jas relaciones internacionales o asume sus responsabilidades internacionales. En Ja declaracién espe- cificaré los articulos o pdrrafos de la segunda parte de la Carta que acepta como obligatorios respecto a cada uno de los territorios de- signados en ella. 3. La Carta se aplicard al territorio o territorios designados en la declaracién mencionada en el parrafo precedente a partir del trigé- simo dia después de la fecha en la cual la declaracién haya sido notificada al secretario general. 4. Toda alta parte contratante podré, en cualquier momento posterior, declarar, mediante notificacién al secretario general de] Consejo de Europa, que, en la que concierne a uno o varios de los territorios a los cuales la Carta se aplica en virtud del parrafo 2 del presente articulo, acepta como obligatorio todo articulo o parrafo numerado que hasta entonces no habfa aceptado en relacién a esos territorios. Estas obligaciones, en lo que se refiere al territorio en cuestién, tendr4n los mismos efectos a partir del trigésimo dia que siga a la fecha de la notificacién. 5. El secretario general comunicaré a los otros Gobiernos sig- natarios y al director general de la Oficina Internacional del Trabajo toda notificaci6n que le sea transmitida en virtud de] presente articulo. Articulo 35 Frama, Ravicaci6n, ENTRADA EN VIGOR 1, La presente Carta queda abierta a la firma de los miembros del Consejo de Europa. Ser ratificada y aprobada. E] seeretario ge- 102 MAXIMO. PACHECO COMEZ nera] ser4 competente para recibir el depésito de Jos- instrumentos de ratificaci6n o de aprobacién. 2. La presente Carta entrarA en vigor el trigésimo dia que siga al depésito del quinto instrumento de ratificacién o de aprobacién. 3. Para todo signatario que la firme ulteriormente, la Carta entrar4 en vigor el trigésimo dia que siga al del depésito de su ins- trumento de ratificacién o de aprabacién. 4. El secretario general notificaré a todos los miembros del Consejo de Europa y al director general de la Oficina Internacional del Trabajo la entrada en vigor de la Carta, los nombres de las altas partes contratantes que la hayan ratificade o aprobado y el depésito de todo instrumento de ratificacién o de aprobacién que se haya efec- tuado ulteriormente. Articulo 36 ENMIENDAS Todo miembro de] Consejo de Europa puede proponer enmiendas a Ja presente Carta mediante comunicacién dirigida al secretario ge- neral del Consejo de Europa. El secretario general transmitir4 a los otros miembros del Consejo de Europa las enmiendas que se propon- gan, las cuales ser4n examinadas por el Comité de Ministros para dictamen y sometidas a Ja Asamblea Consultiva. Toda enmienda apro- bada por el Consejo de Ministros entrarA en vigor el trigésimo dfa después que todas las altas partes contratantes hayan comunicado al secretario general su aceptacién. El secretario general notificard a todos los Estados miembros del Consejo de Europa y al director Zenera] de la Oficina Internacional del Trabajo la entrada en vigor de estas enmiendas, Articulo 37 DenuncIA Ninguna parte contratante puede denunciar la presente Carta antes de la expiraci6n de un periodo de cinco afios a partir de la fecha en que la Carta haya entrado en vigor para ella o antes de la expiracién de cualquier otro perfodo ulterior de dos afios, y, en todo caso, darA un aviso previo de seis meses, que serA notificado al secre- tario general, el cua] informar4 a las otras altas partes contratantes y al director general de la Oficina Internacional del Trabajo. Tal de- nuncia no afecta la validez de Ja Carta para las otras altas partes contratantes, bajo reserva de que el numero de éstas no sea nunca inferior a cinco. 2. Toda alta parte contratante puede, segtin las disposiciones contenidas en el pdrrafo precedente, denunciar cualquier articulo o LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 103 parrafo dela segunda parte de la Carta aceptado por ella, bajo reserva de que el mimero de articulos o pdrrafos que dicha parte siga obligada a observar no sea inferior a 10 en el primer caso y 45 en el segundo, y que entre ellos sigan figurando Jos articulos escogidos por la misma alta parte contratante entre Jos que son objeto de una refe- rencia especial en el articulo 20, pdrrafo 1, apartado b). 3. Toda alta parte contratante puede denunciar Ja presente Carta 0 cualquier articulo o pArrafo de su segunda parte, en las condiciones previstas en el pdrrafo 1 del presente articulo, respecto a todo terri- torio al cual se aplique la Carta en virtud de una declaracién hecha en conformidad del pdrrafo 2 del articulo 34. Articulo 38 ANEXO El anexo a Ja presente Carta forma parte integrante de ella. En fe de Io cual, los abajo firmantes, debidamente autorizados para ello, han firmado la presente Carta. Hecha en Turfn, el 18 de octubre de 1961, en francés y en inglés, cuyos dos textos hacen igualmente fe en un tnico ejemplar, que sera depositado en los archivos del Consejo de Europa. El secretario gene- ral comunicarA copias certificadas a todos los signatarios. ll. ENCICLICA “PACEM IN TERRIS”, DEL PAPA JUAN XXIII (Carta Enciclica del Papa Juan XXIII — 11 de abril de 1963) A los venerables hermanos patriarcas, primades, arzobispos, obispos y otros ordinarios en paz y comunidn con la Sede Apostélica, al clero y fieles de todo el mundo y a todos los hombres de buena voluntad Sobre la paz entre todos los pueblos, que ha de fundarse en la Verdad, Ja Justicia, el Amor y la Libertad Venerables hermanos y queridos hijos, salud y bendicién apostélica: J, La paz en Ja tierra, suprema aspiracién de toda la humanidad a través de la historia, es indudable que no puede establecerse ni consolidarse si no se respeta fielmente el orden establecido por Dios. Ex Ospen Maravitioso pen Munpo 2, El progreso cientifico y los adelantos técnicos ensefian clara- mente que en Jos seres vivos y en las fuerzas de Ja naturaleza impera un orden maravilloso y que, al mismo tiempo, el hombre posee una intrinseca dignidad, por virtud de la cual puede descubrir ese orden y forjar los instrumentos adecuades para aduefiarse de esas mismas fuerzas y ponerlas a su servicio. 8. Pero el progreso cientifico y los adelantos técnicos lo primero que demuestran es la grandeza infinita de Dios, creador del universo y del propio hombre. Dios hizo de la nada el universo, y en él derra- m6 los tesoros de su sabidurfa y de su bondad, por Io cual el salmista alaba a Dios en un pasaje con estas palabras: jOh Yahvé, Sefior nues- LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 105 tro, cudn admirable es tu nombre en toda la tierra! 4. Y en otro texto dice: jCudntas son tus obras, oh Sefior, cudn sabiamente ordenadasl De igual manera, Dios cred al hombre a su imagen y semejanza*, do- tandole de inteligencia y libertad, y le constituyéd sefior del universo, como el mismo salmista declara con esta sentencia: Has hecho al hombre poco menor que los dngeles, le has coronado de gloria y de honer. Le diste el sefiorio sobre las obras de tus manos. Todo lo has puesto debajo de sus pies*. Ex, Orpen en 1a HumManmap 4. Resulta, sin embargo, sorprendente el contraste que con este orden maravilloso del universo ofrece el desorden que reina entre los individuos y entre los pueblos. Parece como si las relaciones que entre ellos existen no pudieran regirse mds que por la fuerza. 5. Sin embargo, en Io mas intimo del ser humano, el Creador ha impreso un orden que la conciencia humana descubre y manda observar estrictamente. Los hombres muestran que los preceptos de la ley estén eserites en sus corazones, siendo testigo su conciencia®. Por otra parte, yc6mo podria ser de otro modo? Todas las obras de Dios son, en efecto, reflejo de su infinita sabiduria, y reflejo tanto mas tuminoso cuanto mayor es el grado absoluto de perfeccién de que gozan ®, 6. Pero una opinién equivocada induce con frecuencia a muchos al error de pensar que las relaciones de los individuos con sus respec- tivas comunidades politicas pueden regularse por las mismas leyes que rigen las fuerzas y los elementos irracionales del universo, siendo asf que tales leyes son de otro género y hay que buscarlas solamente all{ donde las ha grabado el Creador de todo, esto es, en la naturaleza de] hombre. Drvisi6x DE LA ENCICLICA 7. Son, en efecto, estas leyes las que ensefian claramente a los hombres, primero, cémo deben regular sus mutuas relaciones en la convivencia humana; segundo, c6mo deben ordenarse las relaciones de los ciudadanos con las autoridades publicas de cada Estado, tercero, go 2 0. 1 8,1. 1 104 en 5- ee (V. 103), 24. 1, 26, 6. - Tol D m 2, 15. Sal 18, 8-11. RIER 106 MAXIMO PACHECO GOMEZ cémo deben relacionarse entre si los Estados; finalmente, cémo dehen coordinarse, de una parte, los individuos y los Estados, y de otra, la comunidad mundial de todos los pueblos, cuya constitucién es una exigencia urgente del bien comin universal. I. ORDENACION DE LAS RELACIONES CIVILES 8. Hemos de hablar primcramente del orden que debe regir en- tre los hombres. La Persona Humana, Suseto pe Drnecnos y DEpEres 9. En toda convivencia humana bien ordenada y provechosa hay que establecer como fundamento el principio de que todo hombre es persona, esto es, naturaleza dotada de inteligencia y de libre albedrio, y que, por tanto, el hombre tiene por si mismo derechos y debcres, que dimanan inmediatamente y al mismo tiempo de su propia natu. raleza, Estos derechos y deberes son, por ello, universales e inviola- bles y no pueden renuneiarse por ningun concepto 7. 10. Si, por otra parte, consideramos la dignidad de la persona humana a la luz de las verdades reveladas por Dios, hemos de valorar necesariamente en mayor grado aun esta dignidad, ya que los hombres han sido redimidos con la sangre de Jesucristo, hechos hijos y amigos de Dios por la gracia sobrenatural y herederos de Ja gloria eterna. Los DerecHos DEL Homtere Derecho a la existencia y a tm decoroso nivel de vida ll. Puestos a desarrollar, en primer término, el tema de los de- rechos del hombre, observamos que éste tiene un derecho a Ja exis- tencia, a la integridad corporal, a ‘Jos medios necesarios para un decoroso nivel de vida, cuales son, principalmente, el alimento, el vestido, la ‘vivienda, el descanso, la asistencia médica y, finalmente los servicios indispensables que a cada uno debe prestar el Estado. De lo cual se sigue que el hombre posee también el derecho a la seguridad personal en caso de enfermedad, invalidez, viudedad, vejez paro y, por ultimo, cualquier otra eventualidad que Je prive, sin culpa suya, de los medios necesarios para su sustento ®. , 7 Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1942: AAS 35 1 -24; XXIII, discurso del 4 de enero de 1963: AAS 55 (1963) fost) $24; Tuan 8 CE Pio XI, Divini Redemptoris; AAS 28 (1937) 78; y Pio XII mensaje del 1° de julio de 1941, en la fiesta de Pentecostés: AAS 33 (1941) 195-202, LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 107 Derechos a la buena fama, a la verdad y a la cultura 12, El hombre exige, adem4s, por derecho natural, el debido respeto a su persona, la buena reputacién social, la posibilidad de buscar la verdad libremente y, dentro de los Ifmites del orden moral y del bien comin, manifestar y difundir sus opiniones y ejercer una profesién cualquiera, y, finalmente, disponer de una informacién ob- jetiva de los sucesos piblicos. 13. También es un derecho natural del hombre cl acceso a los bienes de la cultura. Por ello, es igualmente necesario que reciba una instruccién fundamental comin y una formacién téenica o profesional de acuerdo con el progreso de la cultura en su propio pais. Con este fin hay que esforzarse para que los ciudadanos puedan subir, si su capacidad intelectual lo permite, a los mAs altos grados de los estudios, de tal forma que, dentro de lo posible, aleancen en la sociedad los cargos y responsabilidades adecuados a su talento y a la experiencia que hayan adquirido®. Derecho al culto divino 14. Entre los derechos del hombre débese enumerar también el de poder venerar a Dios, segin la recta norma de su conciencia, y profesar Ja religién en privado y en publico. Porque, como bien enseiia Lactancio, para esto nacemos, para ofrecer a Dios, que nos crea, el justo y debido homenaje; para buscarle a El selo, para seguirle. Este es el vinculo de piedad que a El nos somete y nos liga, y del cual de- riva el nombre mismo de religién ©. A propésito de este punto, nuestro predecesor, de inmortal memoria, Leén XIII afirma: Esta libertad, la libertad verdadera, digna de los hijos de Dios, que protege tan glorio- samente la dignidad de la persona humana, esté por encima de toda violencta y de toda opresién y ha sido siempre el objeto de los deseos y del amor de la Iglesia. Esta es la libertad que reivindicaron cons- tantemente para st los apdéstoles, la que confirmaron con sus escritos los apologistas, la que consagraron con su sangre los innumerables méartires cristianos". Derechos familiares 15. AdemAs tienen los hombres pleno derecho a elegir el estado de vida que prefieran, y, por consiguiente, a fundar una familia, en cuya creacién el varon y la mujer tengan iguales derechos y deberes, o a seguir la vocacién de] sacerdocio o de la vida religiosa '. ® CE Pio XH, radiomensaje navideiio de 1942: AAS 35 (1943) 9-24. 10 Divinae Institutiones 1.4 ¢.28 n. 2: ML 6,535. 12 Le6n XIII, Libertas praestantissimum: AL 8, 237-238 (Roma 1888). 12 Cf, Pio XII, radiomensaje navidefio de 1942: AAS 35 (1943) 9-24. 108 MAXIMO PACHECO GOMEZ 16. Por lo que toca a la familia, la cual se funda en el matrimonio libremente contrafdo, uno e indisoluble, es necesario considerarla como la semilla primera y natural de la sociedad humana. De lo cual nace el deber de atenderla con suma diligencia tanto en el aspecto eco- némico y social como en la esfera cultural y ética; todas estas medidas tienen como fin consolidar la familia y ayudarla a cumplir su misién. 17. A los padres, sin embargo, corresponde antes que a nadie el derecho de mantener y educar a los hijos #8. Derechos econdmicos 18, En lo relativo al campo de la economia, es evidente que el hombre tiene derecho natural a que se le facilite la posibilidad de trabajar y a la libre iniciativa en el desempetio del trabajo *. 19. Pero con estos derechos econémicos est ciertamente unido el de exigir tales condiciones de trabajo que no debiliten las energias del cuerpo, ni comprometan la integridad moral, ni dafien el norma! desarrollo de Ja juventud. Por lo que se refiere a Ja mujer, hay que darle Ja posibilidad de trabajar en condiciones adecuadas a las exi- gencias y los deberes de esposa y de madre. 20, De la dignidad de la persona humana nace también el dere- cho a ejercer las actividades econédmicas, salvando el sentido de la responsabilidad **, Por tanto, no debe silenciarse que ha de retribuirse al trabajador con un salario establecido conforme a las normas de la Justicia, y que, por lo mismo, segtin las posibilidades de la empresa, le permita, tanto a é] como a su familia, mantener un género de vida adecuado a la dignidad del hombre. Sobre este punto, nuestro pre- decesor, de feliz memoria, Pio XII afirma: Al deber de trabajar, im- puesto al hombre por la naturaleza, corresponde asimismo un derecho natural en virtud del cual puede pedir, a cambio de su trabajo, lo necesario para la vida propia y de sus hijes. Tan profundamente estd mandada por la naturaleza la conservacién del hombre "7, Derecho a la propiedad privada 21, También surge de Ja naturaleza humana el derecho a Ja propiedad privada de los bienes, incluidos los de produccién, derecho 33 Cf. Pio XI, Casti connubii: AAS 22 (1930) 539-592; y Pio XH, radio- mensaje naviderio de 1942; AAS 35 (1943) 9-24. . Pio XII, mensaje del 1° de junio de 1941, la fi és: AAS a2 (bal) OE j j en la fiesta de Pentecostés: 15 Cf. Ledén XIII, Rerum novarum: AL 11, 128-129 (Roma 1891). , ct Juan XXII, Mater et magistra: AAS 53 (1961) 422. . Pio , mensaje del 1° de junio de 1941, la fi - tés: AAS 33 (1941) 201, : " on Is Hesta de Pentecos LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 109 que, como en otra ocasién hemos ensefiado, constituye un medio eficiente para garantizar la dignidad de la persona humana y el ejer- cicio libre de la propia misién en todos los campos de la actividad econdmica, y es, finalmente, un elemento de tranquilidad y de conso- lidacién para la vida familiar, con el consiguiente aumento de paz y prosperidad en el Estado *. 22, Por ultimo, y es ésta una advertencia necesaria, el derecho de propiedad privada entrafia una funcién social ®. Derechos de reunién y asociacién 23. De la sociabilidad natural de los hombres se deriva el dere- cho de reunion y de asociacién; el de dar a las asociaciones que creen la forma més idénea para obtener los fines propuestos, e] de actuar dentro de ellas libremente y con propia responsabilidad, y el de con- ducirlas a los resultados previstos *°. 24, Como ya advertimos con gran insistencia en la Enciclica Mater et magistra, es absolutamente preciso que se funden muchas asociaciones u organismos intermedios, capaces de alcanzar los fines que los particulares por si solos no pueden obtener eficazmente. Tales asociaciones y organismos deben considerarse como instrumentos in- dispensables en grado sumo para defender Ja dignidad y libertad de la persona humana, dejando a salvo el sentido de la responsabilidad **. Derechos de residencia y emigracién 25. Ha de respetarse integramente también el derecho de cada hombre a conservar o cambiar su residencia dentro de los limites geograficos del pais; m4s atin, es necesario que le sea licito, cuando lo aconsejen justos motivos, emigrar a otros paises y fijar alli su domi- cilio™. El hecho de pertenecer como ciudadano a una determinada comunidad politica no impide en modo alguno ser miembro de la familia humana y ciudadano de la sociedad y convivencia universal, comin a todos los hombres. 18° CH. Juan XXIII, Meter et magistra: AAS 53 (1961) 428. 19 Cf. ibid., 430. 20 CE Leéw XIII, Rerum novarum: AL 11, 194-142 (Roma 1891); Pio XI, wadragesimo anno: AAS 23 (1931) 199-200; y Pfo XII, Sertum leetitiae: AAS 1 (1938) 635-644. a1 Cf. AAS 53 (1961) 430, #1 Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1952: AAS 45 (1953) 33-46. 110 MAXIMO PACHECO GOMEZ Derecho a intervenir en la vida piiblica 26. Afiddase a lo dicho que con la dignidad de la persona hu- mana concuerda el derecho a tomar parte activa en la vida publica y contribuir al bien comin. Pues, como dice nuestro predecesor, de feliz memoria, Pio XII, el hombre como tal, lejos de ser objeto y ele- mento puramente pasivo de la vida social, es, por el contrario, y debe ser y permanecer su sujeto, fundamento y fin™, Derecho a la seguridad juridica 27, A la persona humana corresponde también la defensa legi- tima de sus propios derechos; defensa eficaz, igual para todos y regida por las normas objetivas de la justicia, como advierte nuestro prede- cesor, de feliz memoria, Pio XII con estas palabras: Del ordenamiento juridico querido por Dios deriva el inalienable derecho del hombre a la seguridad juridica y, con ello, a una esfera concreta de derecho, protegida contra todo ataque arbitrario **, Los DEBERES DEL HOMBRE Conexidn necesaria entre derechos y deberes 28. Los derechos naturales que hasta aqu{ hemos recordado est4n unidos en el hombre que los posee con otros tantos deberes, y unos y otros tienen en la ley natural, que los confiere o los impone, su origen, mantenimiento y vigor indestructible, 29, Por ello, para poner algtin ejemplo, al derecho del hombre a la existencia corresponde el deber dé conservarla; al derecho a un decoroso nivel de vida, el deber de vivir con decoro; al derecho de buscar libremente Ja verdad, el deber de buscarla cada dia con mayor profundidad y amplitud. El deber de respetar los derechos ajenos 30. Es asimismo consecuencia de lo dicho que, en la sociedad humana, a un determinado derecho natural de cada hombre corres- ponda en los dem&s el deber de reconocerlo y respetarlo. Porque cualquier derecho fundamental del hombre deriva su fuerza moral obligatoria de la ley natural, que Jo confiere e impone el correlative deber. Por tanto, quienes, al reivindicar sus derechos, olyidan por °8 Cf. Plo XII, radiomensaje navidefio de 1044: AAS 37 (1945) 12. *4 CF, Pio XII, radiomensaje navidefio de 1942: AAS 35 (1943) 21. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 111 completo sus deberes 0 no les dan Ja importancia debida, se asemejan a los que derriban con una mano Jo que con la otra construyen. El deber de colaborar con los demés 31. Al ser los hombres por naturaleza sociables, deben convivir unos con otros y procurar cada uno el bien de los demas. Por esto, una convivencia humana rectamente ordenada exige que se reconoz- can y se respeten mutuamente los derechos y los deberes. De aqui se sigue también el que cada uno deba aportar su colaboracién generasa para procurar una convivencia civil en la que se respeten los derechos y los deberes con diligencia y eficacia crecientes, 32. No basta, por ejemplo, reconocer al hombre e) derecho a las cosas necesarias para la vida si no se procura, en Ja medida posible, que el hombre posea con suficiente abundancia cuanto toca a su sustento. 33. A esto se afiade que la sociedad, ademas de tener un orden juridico, ha de proporcionar al hombre, muchas utilidades. Lo cual exige que todos reconozcan y cumplan mutuamente sus derechos y deberes ¢ intervengan unidos en las miltiples empresas que la civili- zacién actual permita, aconseje o reclame. El deber de actuar con sentido de responsabilidad 84. La dignidad de la persona humana requiere, ademés, que el hombre, en sus actividades, proceda por propia iniciativa y libre- mente. Por lo cual, tratindose de la convivencia civil, debe respetar los derechos, cumplir las obligaciones y prestar su colaboracién a los demas en una multitud de obras, principalmente en virtud de deter- minaciones personales. De esta manera, cada cual ha de actuar por su propia decisién, convencimiento y responsabilidad, y no movido por la coaccién o por presiones que la mayorfa de las veces provienen de fuera. Porque una sociedad que se apoye sélo en Ja razon de la fuerza ha de calificarse de inhumana. En ella, efectivamente, los hom- bres se ven privados de su libertad, en vez de sentirse estimulados, por el contrario, al progreso de Ja vida y al propio perfeccionamiento. La Convivencia Civit Verdad, justicia, amor y libertad, fundamentos de la convivencia humana 35, Por esto, la convivencia civil sélo puede juzgarse ordenada, fructifera y congruente con la dignidad humana si se funda en la 112 MAXIMO PACHECO GOMEZ verdad. Es una advertencia del apéstol San Pablo: Despojdndoos de la mentira, hable cada uno verdad con su préjimo, pues que todos somos miembros unos de otros®5, Esto ocurriré, ciertamente, cuando cada cua] reconozca, en la debida forma, los derechos que le son propios y los deberes que tiene para con Jos demas. Mas todavia: una comunidad humana sera cual la hemos descrito cuando los ciuda- danos, bajo la guia de la justicia, respeten los derechos ajenos y cum- plan sus propias obligaciones; cuando estén movidos por el amor de tal manera, que sientan como suyas las necesidades del prdjimo y hagan a los demés participes de sus bienes, y procuren que en todo el mundo haya un intercambio universal de los valores mds excelentes del espiritu humano. Ni basta esto sélo, porque la sociedad humana se ya desarrollando conjuntamente con Ja libertad, es decir, con siste- mas que se ajusten a la dignidad del ciudadano, ya que, siendo éste racional por naturaleza, resulta, por lo mismo, responsable de sus acciones, Cardcter espiritual de la sociedad humana 36, La sociedad humana, venerables hermanos y queridos hijos, tiene que ser considerada, ante todo, como una realidad de orden principalmente espiritual: que impulse a los hombres, iluminados por la verdad, 2 comunicarse entre si los més diversos conocimientos; a defender sus derechos y cumplir sus deberes; a desear los bienes del espiritu; a disfrutar en comin del justo placer de la belleza en todas sus manifestaciones; a sentirse inclinados continuamente a compartir con los dems lo mejor de si mismos; a asimilar con af4n, en provecho propio, los bienes espirituales del prdéjimo. Todos estos valores infor- man y, al mismo tiempo, dirigen las manifestaciones de la cultura, de la economia, de la convivencia social, del progreso y del orden politico, del ordenamiento juridico y, finalmente, de cuantos elementos constituyen la expresién externa de la comunidad humana en su ince- sante desarrollo, 37. El orden vigente en la sociedad es todo 61 de naturaleza espiritual, Porque se funda en la verdad, debe practicarse segin los preceptos de la justicia, exige ser vivificado y completado por el amor mutuo, y, por ultimo, respetando {ntegramente la libertad, ha de ajus- tarse a una igualdad cada dia mds humana. La convivencia tiene que fundarse en el orden moral establecido por Dios 38. Sin embargo, este orden espiritual, cuyos principios son uni- versales, absolutos e inmutables, tiene su origen nico en un Dios 25 Ef, 4,25, LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 113 verdadero, personal y que trasciende a Ja naturaleza humana. Dios, en efecto, por ser Ja primera verdad y el sumo bien, es la fuente mas profunda, de Ja cual puede extraer su vida verdadera una convivencia humana rectamente constituida, provechosa y adecuada a la dignidad del hombre™. A esto se refiere el pasaje de Santo Tomas de Aquino: El que la razén humana sea norma de la humana voluntad, por. la que se mida su bondad, es una derivacién de la ley eterna,.la cual se identifica con la razén divina... Es, por consiguiente, claro que la bondad de la voluntad humana depende mucho mds de la ley eterna que de la razdn humana’. Caracreristicas pe Nuestaa Eroca 39. Tres son las notas caracteristicas de nuestra época. La elevacién del mundo laboral 40. En primer Jugar contemplamos el avance progresivo reali- zado por las clases trabajadoras en lo econémico y en lo social. Inicié el mundo del trabajo su elevaci6n con Ja reivindicacién de sus dere- chos, principalmente en el orden econémico y social. Extendieron después los trabajadores sus reivindicaciones a Ja esfera politica. Fi- nalmente, se orientaron al Jogro de las ventajas propias de una cultura mas refinada. Por ello, en la actualidad los trabajadores de todo el mundo reclaman con energla que no se les considere nunca simples objetos carentes de raz6n y libertad, sometidos al uso arbitrario de los dems, sino como hombres en todos los sectores de la sociedad; esto es, en el orden econdémico y social, en el politico y en el campo de la cultura. La presencia de la mujer en la vida ptblica 41. En segundo lugar, es un hecho evidente la presencia de la mujer en la vida publica. Este fendmeno se registra con mayor rapidez en los pueblos que profesan la fe cristiana, y con mds lentitud, pero siempre en gran escala, en paises de tradicién y civilizaciones distintas. La mujer ha adquirido una conciencia cada dia mds clara de su propia dignidad humana. Por ello no tolera que se la trate como una cosa inanimada 0 un mero instrumento; exige, por el contrario, que, tanto en el Ambito de la vida doméstica como en el de la vida publica, se le reconozcan los derechos y obligaciones propios de la persona humana. 26 Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1942: AAS 35 (1943) 14. 27 Summa Theologiae 1-2 g.19 a.42 cf. etiam a9. 114 MAXIMO PACHECO GOMEZ La emancipacién de los pueblos 42, Observamos, por tltimo, que, en la actualidad; la conviven- cia humana ha sufrido una total transformacién en lo social y en lo politico, Todos los pueblos, en efecto, han adquirido ya su libertad o estén a punto de adquirirla. Por ello, en breve plazo no habré pueblos dominadores ni pueblos dominados. 43. _Los hombres de todos Jos pafses, o son ya ciudadanos de un Estado independiente, o estén a punto de serlo. No hay ya comu- nidad nacional alguna que quiera estar sometida al dominio de otra. Porque en nuestro tiempo resultan anacrénicas las teorias, que dura- ron tantos siglos, por virtud de las cuales ciertas clases recibian un trato de inferioridad, mientras otras exigian posiciones privilegiadas a causa de Ia situacién econdémica y social, del sexo o de la categoria politica, _ 44, Hoy, por el contrario, se ha extendido y consolidado por do- quiera la conviccién de que todos los hombres son, por dignidad na- tural, iguales entre si. Por lo cual, las discriminaciones raciales no encuentran ya justificacién alguna, a lo menos en el plano de Ja razén y de la doctrina. Esto tiene una importancia extraordinaria para lograr una convivencia humana informada por los principios que hemos re- cordado, Porque cuando en un hombre surge la conciencia de los propios derechos, es necesario que aflore también Ja de las propias obligaciones; de forma que aquel que posee determinados derechos tiene asimismo, como expresién de su dignidad, la obligacién de exi- girlos, mientras los demAs tienen el deber de reconocerlos y respetarlos. 45. Cuando la regulacién juridica del ciudadano se ordena al respeto de los derechos y de los deberes, los hombres se abren inme- diatamente al mundo de las realidades espirituales, comprenden Ja esencia de Ja verdad, de la justicia, de la caridad, de la libertad y adquieren conciencia de ser miembros de tal sociedad. Y no es esto todo, porque, movidos profundamente por estas mismas causas, se sienten impulsados a conocer mejor al verdadero Dios, que es supe- rior al hombre y personal. Por tedo lo cual juzgan que las relaciones que los unen con Dios son el fundamento de su vida, de esa vida que piven en la intimidad de su espiritu o unidos en sociedad con Jos demés ombres. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 115 Il. ORDENACION DE LAS RELACIONES POLITICAS La AvuToRmpAD Es necesaria 48. Una sociedad bien ordenada y fecunda requiere gobernantes, investidos de legitima autoridad, que defiendan las instituciones y consagren, en la medida suficiente, su actividad y sus desvelos al pro- vecho comin del pais. Toda la autoridad que los gobernantes poseen provicne de Dios, segim ensefia San Pablo: Porque no hay autoridad que no venga de Dios®*. Ensefianza del Apéstol que San Juan Crisds- tomo desarrolla en estos términos: gQué dices? gAcaso todo gobernante ha sido establecido por Dios? No digo esto —afiade—, no hablo de cada uno de los que mandan, sino de la autoridad misma. Porque el que existan las autoridades, y haya gobernantes y stibditos, y todo suceda sin obedecer a un azar completamente fortuito, digo que es obra de la divina sabiduria®. En efecto, como Dios ha creado a los hombres sociales por naturaleza y ninguna sociedad puede conservarse sin un jefe supremo que mueva a todos y a cada uno con un mismo impulso eficaz, encaminado al bien comin, resulta necesaria en toda sociedad humana una autoridad que la dirija; autoridad que, como la misma sociedad, surge y deriva de la naturaleza, y, por tanto, del mismo Dios, que es su autor *°, Debe estar sometida al orden moral 47. La autoridad, sin embargo, no puede considerarse exenta de sometimiento a otra superior. Ms aun, la autoridad consiste en la facultad de mandar segun la recta razén. Por ello, se sigue evidente- mente que su fuerza obligatoria procede del orden moral, que tiene a Dios como primer principio y ultimo fin. Por eso advierte nuestro predecesor, de feliz memoria, Pio XII: El mismo orden absoluto de los seres y de los fines, que muestra al hombre como persona auténoma, es decir, como sujeto de derechos y de deberes inviolables, raiz y tér- mino de su propia vida social, abarca también al Estado como soctedad necesaria, revestida de autoridad, sin la cual no podria ni extstir ni vivir... Y como ese orden absoluto, a la luz de la sana razén, y particularmente a la luz de la fe cristiana, no puede tener otro origen que un Dios personal. Creador nuestro, siguese que... la digni id 23 Rom 13, 1-6. 29 In Epist. ad Rom. c, 13, 1-2 hom. 23; MG 660, 615. 30 Leén XIII, Immortale Dei: AL 5,120 (Roma 1885). 6 MAXIMO PACHECO GOMEZ de la autoridad politica es la dignidad de su participacién en la au- toridad de Dios*, 8 Pareee Sélo ast obliga en conciencia 48. Por este motivo, el derecho de mandar que se funda exclu- siva o principalmente en Ja amenaza o el temor de las penas o en la promesa de premios, no tiene eficacia alguna para mover al hombre a laborar por el bien comun, y, aun cuando tal vez tuviera esa eficacia, no se ajustaria en absoluto a la dignidad del hombre, que es un ser racional y libre. La autoridad no es, en su contenido sustancial, una fuerza fisica; por ello tienen que apelar los gobernantes a la concien- cia del ciudadano, esto es, al deber que sobre cada uno pesa de prestar su pronta colaboracién al bien comin. Pero como todos los hombres son entre si iguales en dignidad natural, ninguno de ellos, en consecuencia, puede obligar a los demds a tomar una decisién en la intimidad de su conciencia. Es éste un poder exclusive de Dios, por ser el unico que ve y juzga los secretos mds ocultos del corazén humano, _ 49. Los gobernantes, por tanto, sélo pueden obligar en concien- cia al ciudadano cuando su autoridad est4 unida a Ja de Dios y cons- tituye una participacién de la misma ®*, Y se salva la dignidad del ciudadano 50. Sentado este principio, se salva la dignidad del ciudadano, ya que su obediencia a las autoridades piblicas no es, en modo al- guno, sometimiento de hombre a hombre, sino, en realidad, un acto de culto a Dios, creador solfcito de todo, quien ha ordenado que las relaciones de Ja convivencia humana se regulen por el orden que El mismo ha establecido; por otra parte, al rendir a Dios la debida reve- rencia, el hombre no se humilla, sino mds bien se eleva y ennoblece, ya que servir a Dios es reinar ®, La ley debe respetar el ordenamienta divino 51. El derecho de mandar constituye una exigencia del orden espiritual y dimana de Dios. Por ello, si los gobernantes promulgan una ley o dictan una disposicién cualquiera contraria a ese orden es- piritual y, por consiguiente, opuesta a la voluntad de Dios, en tal caso 81 Pio XH, radiomensaje navidefio de 1944: AAS 37 (1945) 15, 82 Cf Leén XI, Dinturnum illud: AL 2,274 (Roma 1881). 3 Cf Ibid., 278; e Immortale Det: AL 5, 130 (Roma 1885). LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 7 ni la ley promulgada ni la disposicién dictada pueden obligar en conciencia al ciudadano, ya que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres **; mas ain, en semejante situacién, la propia auto- ridad se desmorona por completo y se origina una iniquidad espantosa. Asi lo ensefia Santo Tomas: En cuanto a lo segundo, la ley humana tiene razén de ley sdlo en cuanto se ajusta a la recta razén. Y ast considerada, es manifiesto que procede de la ley etema. Pero, en cuanto se aparta de la recta razén, es una ley infusta, y ast no tiene cardcter de ley, sino mds bien de violencia®. Autoridad y democracia 52, Ahora bien, del hecho de que la autoridad proviene de Dios no debe en modo alguno deducirse que los hombres no tengan derecho a elegir los gobernantes de la nacién, establecer la forma de gobierno y determinar los procedimientos y los limites en el ejercicio de la autoridad, De aqui que la doctrina que acabamos de exponer pueda conciliarse con cualquier clase de régimen auténticamente demo- cratico *, ‘ Ex sien Comtn Obliga al ciudadano 53. Todos los individuos y grupos intermedios tienen el deber de prestar su colaboracién personal al bien comtun. De donde se sigue la conclusién fundamental de que todos ellos han de acomodar sus intereses a las necesidades de los dem4s, y la de que deben enderezar sus prestaciones en bienes o servicios al fin que los gobernantes han establecido, segim normas de justicia y respetando los procedimientos y limites fijados para el gobierno. Los gobernantes, por tanto, deben dictar aquellas disposiciones que, adem4s de su perfeccién formal juridica, se ordenen por entero al bien de la comunidad o puedan conducir a él. Obliga también al gobernante 54. La razén de ser de cuantos gobiernan radica por completo en el bien comin. De donde se deduce claramente que todo gober- 44 Act. 5, 29. ; ; 38 Summa Theologiae 1-2 9.93 a.3adQ; cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1044; AAS 37 (1945) 5-23. , u6 Cf, Leén XIII, Diuturnum illud; AL 2.71-272 (Roma 1881); y Pio XII, radiomensaje navidefio de 1944: AAS 37 (1945) 5-23. 118 MAXIMO PAGHEGO GOMEZ nante debe buscarlo, respetando Ja naturaleza del propio bien comin y ajustando al mismo tiempo sus normas juridicas a la situacién real de Jas circunstancias *, Estd ligado a la naturaleza humana 55. Sin duda han de considerarse elementos intrinsecos del bien comin las propiedades caracteristicas de cada nacién®; pero estas propiedades no definen en absoluto de una manera completa el bien comtn. El bien comin, en efecto, esta intimamente ligado a la natura- leza humana. Por ello no se puede mantener su total integridad mAs que en el supuesto de que, atendiendo a la intima naturaleza y efec- tvidad del mismo, se tenga siempre en cuenta el concepto de la per- sona humana **, Debe redundar en provecho de todos 56. Afiddase a esto que todos los miembros de la comunidad deben participar en el bien comm por razén de su propia naturaleza, aun- que en grados diversos, segiin las categorias, méritos y condiciones de cada ciudadano. Por este motivo, los gobernantes han de orientar sus esfuerzos a que el bien comin redunde en provecho de todos, sin preferencia alguna por persona o grupo social determinado, como Jo establece ya nuestro predecesor, de inmortal memoria, Leén XIII: No se puede permitir en modo alguno que la autoridad civil sirva al interés de uno o de pocos, porque estd constituida para el bien comin de todos**. Sin embargo, razones de justicia y de equidad pueden exigir, a veces, que los hombres de gobierno tengan especial cuidado de los ciudadanos més débiles, que puedan hallarse en condiciones de inferioridad, para defender sus propios derechos y asegurar sus le- gitimos intereses 1. Abarca a todo el hombre 57. Hemos de hacer aqui una advertencia a nuestros hijos: el bien comin abarca a todo el hombre, es decir, tanto a las exigencias del cuerpo como a las del espiritu. De lo cual se sigue que los go- bernantes deben procurar dicho bien por las vias adecuadas y esca- ‘7 Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1942: AAS 35 (1943) 13; y Ledn XU, Immortale Dei: AL 5,120 (Roma 1888). 38 CE. Pio XII. Summi Pontificatus:; AAS 31 (1939) 412-453, 3° Cf. Pio XI, Mit brennender Sorge: AAS 20 (1937) 159; y Divini Redemp- toris; AAS 29 (1937) 65-106. *° Leén XII, Immortale Dei: AL 5, 181 (Roma 1885), 41 Cf. Leén XIII, Rerum novarum; AL 11, 133134 (Roma 1801). LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 119 lonadamente, de tal forma que, respetando el recto orden de los valores, ofrezcan al ciudadano la prosperidad material y al mismo tiempo los bienes del espfritu *?. 58. Todos estos principios estén recogidos con exacta precisién en un pasaje de nuestra enciclica Mater et magistra, donde estableci- mos que el bien comun abarca todo un conjunto de condiciones so- ciales que permitan a los ciudadanos el desarrollo expedite y pleno de su propia perfeccidn *, . 59. El hombre, por tener un cuerpo y un alma inmortal, no puede satisfacer sus necesidades ni conseguir en esta vida mortal su perfecta felicidad. Esta es la razén de que el bien comin deba pro- curarse por tales vias y con tales medios, que no sélo no pongan obs- taculos a la salvacién eterna del hombre, sino que, por el contrario, le ayuden a conseguirla “4. Deberes de los gobernantes en orden al bien comin 1. Defender los derechos y deberes del hombre 60. En la épaca actual se considera que el bien comun consiste principalmente en Ja defensa de los derechos y deberes de la persona humana, De aqui que la misién principal de los hombres de gobierno deba tender a dos cosas: de un lado, reconocer, respetar, armonizar, tutelar y promover tales derechos; de otro, facilitar a cada ciudadano el cumplimiento de sus respectivos deberes. Tutelar el campo _intan- gible de los derechos de Ia persona humana y hacerle Mevadero el cumplimiento de sus deberes debe ser oficio esencial de todo poder publico +. 61. Por eso, los gobernantes que no reconozcan los derechos del hombre o los violen faltan a su propio deber y carecen, ademés, de toda obligatoriedad las disposiciones que dicten *, 2. Armonizarlos y regularlos 62. Mas aun, los gobernantes tienen como deber principal el de armonizar y regular de una manera adecuada y conveniente los dere- 42 CE Pio XII, Summi Pontificatus; AAS 31 (1939) 433, # AAS 53 (1961) 19. 44 Cf. Pio XI, Quadragesimo anno: AAS 23 (1931) 215. 45 Cf. Pio XII, mensaje del 1° de junio de 1941, en la fiesta de Pentecostés: AAS 33 (1941) 200. # Cf. Pio XI, Mit brennender Sorge: AAS 29 (1937) 159; Divint Redempto- ris: AAS 29 (1937) 79; y Pio XII, radiomensaje navidefio de 1942: AAS 35 (1943) 9-24, 120 MAXIMO PACHECO- GOMEZ chos que vineulan entre s{ a los hombres, en.e] seno dela sociedad, de tal forma que, en primer lugar, los ciudadanos, al procurar sus derechos, no impidan el ejercicio de los derechos de los dem4s; en segundo lugar, que el que defienda su propio derecho no dificulte a los otros la practica de sus respectivos deberes, y, por ultimo, hay que mantener eficazmente Ia integridad de los derechos’ de ‘todos y resta- blecerla en caso de haber sido violada *’. 3. Favorecer su ejercicio 63. Es ademds deber de quienes estén a la cabeza del pais tra- bajar positivamente para crear un estado de cosas que permita y facilite al ciudadano Ja defensa de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones. De hecho la experiencia ensefia que, cuando falta una accién apropiada de Jos poderes publicos en lo econdmico, lo politico o lo cultural, se produce entre los ciudadanos, sobre todo ‘en nuestra época, un mayor nimero de desigualdades en sectores cada vez mAs amplios, ‘resultando asi que los derechos y deberes de la persona hu- mana carecen de toda eficacia prActica. 4. Exigenctas concretas en esta materia 64. Es por ello necesario que los gobiernas pongan todo su empe- fio para que el desarrollo econémico y el progreso social avancen al mis- mo tiempo y para que, a medida que se desarrolla Ja productividad de los sistemas econémicas, se desenvuelvan también los servicios esencia- les, como son, por ejemplo, carreteras, transportes, comercio, agua pota- ble. vivienda, asistencia sanitaria, medios que faciliten la profesién de la fe religiosa y. finalmente, auxilios para el descanso del espiritu. Es necesario también aue Jas autoridades se esfuercen por organizar sis- temas econémicos de previsién para que al ciudadano, en el caso de sufrir una desgracia.o sobrevenirle una carga mayor en Jas obligaciones familiares contraidas, no le falte lo necesario para Hevar un tenor de vida digno. Y no menor empefio deber4n poner las autoridades en procurar y en lograr que a los obreros aptos para el trabajo se les dé la oportunidad de conseguir un empleo adecuado a sus fuerzas; que se pague a cada uno el salario que corresponda segdn Jas leyes de la justicia y de la equidad; que en las empresas puedan los trabajadores sentirse responsables de la tarea realizada; que se puedan constituir facilmente organismos intermedios que hagan mds fecunda y 4gil la convivencia social: que, finalmente, todos, por los procedimientos y grados oportunos, puedan participar en los bienes de Ja cultura. 47 CE. Pio XI, Divini Redemptorts: AAS 29 (1937) 81; y Pfo XII, radiomen- safe navidefio de 1942: AAS 35 (1943) 9-24. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 121 5, Guardar-un- perfecto equilibrio en la regulacién y tutela - de los derechos 65. Sin embargo, el bien general del pais también exige que los gobernantes, tanto en Ja tarea de coordinar y asegurar Jos derechos de los ciudadanos como en la funcién de irlos perfeccionando, guarden un pleno equilibrio para evitar, por un lado, que la preferencia dada a los derechos de algunos particulares o de determinados grupos venga a ser origen de una posicién de privilegio en la nacién, y para soslayar, por otro, el peligro de que, por defender los derechos de todos, incu- rran en la absurda posicién de impedir el pleno desarrollo de los de- rechos de cada uno. Manténgase siempre a salvo el principio de que la intervencién de las autoridades piblicas en el campo econémico, por dilatada y profunda que sea, no sélo no debe coartar la libre inicta- tiva de los particulares, sino que, por el contrario,ha de gerantizar la expansién de esa libre iniciativa, salvaguardando, sin embargo, incélu- mes las derechos esenciales de la persona humana *. 66. Idéntica finalidad han de tener las iniciativas de todo género del gobierno dirigidas a facilitar al ciudadano tanto la defensa de sus derechos como el cumplimiento de sus’deberes en todos los sectores de la vida social. La Constrructén Juripico-potitica bE LA SOcIEDAD 67, Pasando a otro tema, no puede establecerse una norma uni- versal sobre cudl sea la forma mejor de gobierno ni sobre los sistemas més adecuados para el ejercicio de las funciones publicas, tanto en Ja esfera legislativa como en la administrativa y en la judicial. Divisién de funciones y de poderes 68. En realidad, para determinar cudl haya de ser la estructura politica de un pais o el procedimiento apto para el ejercicio de las funciones ptiblicas, es necesario tener muy en cuenta la situacién ac- tual y Jas circunstancias de cada pueblo; situacién y eircunstancias gue cambian en funcién de los lugares y de las épocas. Juzgamos, sin embargo, que concuerda con la propia naturaleza del hombre una organizacién de la convivencia compuesta por las tres clases de ma- gistraturas que mejor respondan a la triple funcién principal de la autoridad publica; porque en una comunidad politica asi organizada, Jas funciones de cada magistratura y las relaciones entre el ciudadano y los servidores de la cosa publica quedan definidas en términos jurf- 48 Juan XXIII, Mater et magistra: AAS 53 (1961) 415. 122 MAXIMO PACHECO GOMEZ dicos. Tal estructura politica ofrece, sin duda, una eficaz garantia al ciudadano tanto en el ejercicio de sus derechos como en el cumpli- miento de sus deberes. Normas generales para el ejercicio de los tres poderes 69. Sin embargo, para que esta organizacién juridica y politica de la comunidad rinda las ventajas que le son propias, es exigencia de la misma realidad que las autoridades actuen y resuelvan las difi- cultades que surjan con procedimientos y medios idéneos, ajustados a las funciones especificas de su competencia y a la situacién actual del pats. Esto implica, ademas, la obligacién que el poder legislativo tiene, en e] constante cambio que la realidad impone, de no descuidar jam4s en su actuacién las normas morales, las bases constitucionales del Estado y las exigencias del bien comin. Reclama, en segundo lugar, que la administracién publica resuelva todos los casos en consonancia con el derecho, teniendo a la vista la legislacién vigente y con cuida- doso examen critico de la realidad concreta. Exige, por ultimo, que el poder judicial dé a cada cual su derecho con imparcialidad plena y sin dejarse arrastrar por presiones de grupo alguno. Es también exi- gencia de la realidad que tanto el ciudadano como los grupos inter- medios tengan a su alcance los medios legales necesarios para defender sus derechos y cumplir sus obligaciones, tanto en el terreno de las mutuas relaciones privadas como en sus contactos con los funcionarios publicos **. Cautelas y requisitos que deben observar los gabernantes 70, Es indudable que esta ordenacién juridica del Estado, la cual responde a las normas de la moral y de la justicia y concuerda con el grado de progreso de la comunidad politica, contribuye en gran manera al bien comin del pats. _ Tl. Sin embargo, en nuestros tiempos, la vida social es tan va- riada, compleja y din4mica, que cualquier ordenacién juridica, aun la elaborada con suma prudencia y previsora intencién, resulta muchas veces inadecuada frente a las necesidades. . 72. Hay que afiadir un hecho més: el de que las relaciones re- ciprocas de los ciudadanos, de los cludadanos y de los grupos inter- medios con las autoridades y, finalmente, de las distintas autoridades del Estado entre si, resultan a veces tan inciertas y peligrosas, que no pueden encuadrarse en determinados moldes juridicos. En tales casos, la realidad pide que los gobernantes, para mantener incélume 49 Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1942: AAS 35 (1943) 21. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 123 la ordenacién juridica del Estado en s{ misma y en los principios que la inspiran, satisfacer las exigencias fundamentales de la vida social, acomodar las leyes y resolver los nuevos problemas de acuerdo con los hdbitos de la vida moderna, tengan, lo primero, una recta idea de la naturaleza de sus funciones y de los limites de su competencia, y posean, ademas, sentido de la equidad, integridad moral, agudeza de ingenio y constancia de voluntad en grado bastante para descubrir sin vacilaci6n lo que hay que hacer y para Hevarlo a cabo a tiempo y con valentia ™, Acceso del ciudadano a la vida publica 73. Es una exigencia cierta de la dignidad humana que los hombres puedan con pleno derecho dedicarse a la vida publica, si bien solamente pueden participar en ella ajustandose a las modalida- des que concuerden con la situacién real de la comunidad politica a la que pertenecen. 74. Por otra parte, de este derecho de acceso a la vida publica se siguen para los ciudadanos nuevas y amplisimas posibilidades de bien comin, Porque, primeramente, en las actuales circunstancias, los gobernantes, al ponerse en contacto y dialogar con mayor frecuencia con los ciudadanas, pueden conocer mejor los medios que més inte- resan para el bien comun, y, por otra parte, la renovacién periddica de las personas en los puestos piiblicos no sélo impide el envejeci- miento de la autoridad, sino que ademds le da la posibilidad de reju- venecerse en cierto modo para acometer el progreso de la sociedad humana *, EXIGENCIAS DE LA Epoca Carta de los derechos del hombre 75. De todo lo expuesto hasta aqui se deriva con plena claridad que, en nuestra época, lo primero que se requiere en la organizacién juridica del Estado es redactar, con férmulas concisas y claras, un compendio de los derechos fundamentales del hombre e incluirlo en la constitucién general del Estado. Organizacién de poderes 76. Se requiere, en segundo lugar, que, en términos estrictamente juridicos, se elabore una constitucién publica de cada comunidad 30 Cf, Pio XII, radiomensaje navidefio de 1944; AAS 37 (1045) 15-16. 51 Cf, Pio XII, radiomensaje navidefio de 1942: AAS 35 (1943) 12. 124 MAXIMO PACHECO GOMEZ politica, en la que se definan los procedimientos para designar a los -gobernantes, los vinculos con los que necesariamente deban aquéllos relacionarse entre sf, las esferas de sus Tespectivas competencias y, por ultimo, las normas obligatorias que hayan de dirigir el ejercicio de sus funciones, Relaciones autoridad-ciudadanos 77, Se requiere, finalmente, que se definan de modo espectfico los derechos y deberes del ciudadano en sus relaciones con las auto- ridades y que se prescriba de forma clara come misién principal de las autoridades el reconocimiento, respeto, acuerdo mutuo, tutela y desarrollo continua de los derechos y deberes del ciudadano. Juicio critico _ 78. Sin embargo, no puede aceptarse la doctrina de quienes afirman que la voluntad de cada individuo o de ciertos grupos es la fuente Primaria y winica de donde brotan los derechos y deberes del ciudadano, proviene la fuerza obligatoria de la constitucién polftica y nace, finalmente, el poder de los gobernantes del Estado para mandar 2, 79. No obstante, estas tendencias de que hemos hablado consti- tuyen también un testimonio indudable de que en nuestro tiempo los hombres van adquiriendo una conciencia cada vez més viva de su propia cignidad y se sienten, por tanto, estimulados a intervenir en la vida pUblica y a exigir que sus derechos personales ¢ inviolables se defiendan en la constitucién politica del pais, No basta con esto: los hombres exigen hoy, adem4s, que Jas autoridades se nombren de acuerdo con las normas constitucionales y ejerzan sus funciones dentro de los términos establecidos por las mismas. NI. ORDENACION DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES Las ReLactones INTERNACIONALES DEBEN REecIRSE Por LA Ley Mona 80. Nos complace confirmar ahora con nuestra autoridad las ensefianzas que sabre el Estado expusieron repetidas veces nuestros predecesores, esto es, que las naciones son sujetos de derechos y de- tes mutuos y, por consiguiente, sus relaciones deben regularse por las normas de la verdad, la justicia, la activa solidaridad y la libertad. 52 CE. Leén XIII, Annum. ingresst:. AL 22, 52-80 (Roma 1902-1903). LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 125 Porque Ja misma ley natural que rige las relaciones de convivencia entre los ciudadanos debe regular también Jas relaciones mutuas entre las comunidades politicas. 81. Este principio es evidente para todo el que considere que los gobernantes, cuando actian en nombre de su comunidad y atien- den al bien de la misma, no pueden, en modo alguno, abdicar de su dignidad natural, y, por tanto, no les es licito en forma alguna pres- cindir de la ley natural, a Ja que estén sometidos, ya que ésta se identifica con la propia ley moral. 82. Es, por otra parte, absurdo pensar que los hombres, por el mero hecho de gobernar un Estado, puedan verse obligados a renun- ciar a su condici6n humana. Todo lo contrario, han sido elevados a tan encumbrada posicién porque, dadas sus egregias cualidades per- sonales, fueron considerados como los miembros més sobresalientes de Ja comunidad. 83. Mas atin, el mismo orden moral impone dos consecuencias: una, la necesidad de una autoridad rectora en el seno de Ja sociedad; otra, que esa autoridad no pueda rebelarse contra tal orden moral sin derrumbarse inmediatamente, al quedar privada de su propio fun- damento. Es un aviso del mismo Dios: Oid, pues, joh reyes!, y en- tended; aprended vosotros los que domindis los confines de la tierra. Aplicad el oido los que imperdis sobre las muchedumbres y los que os engreis sobre la multitud de las naciones. Porque el poder os fue dado por el Sefior, y la soberanta por el Altisimo, el cual examinard vuestras obras y escudrifiaré vuestros pensamtentos ®, 84, Finalmente, es necesario recordar que también en la ordena- cién de las relaciones internacionales la autoridad debe ejercerse de forma que promueva el bien comin de todos, ya que para esto pre- cisamente se ha establecido, 85. Entre las exigencias fundamentales del bien comin hay que colocar necesariamente e] principio del reconocimiento de] orden mo- tal y de la inviolabilidad de sus preceptos. El nuevo orden que todos los pueblos anhelan... ha de alzarse sobre la roca indestructible e inmutable de la ley moral, manéfestada por el mismo Creador mediante el orden natural y esculpida por El en los corazones de los hombres con caracteres indelebles... Como faro resplandeciente, la ley moral debe, con los rayos de sus principios, dirigir la ruta de la actividad de los hombres y de los Estados, los cuales habrén de seguir sus amo- nestadoras, saludables y provechosas indicaciones, si no quieren con- denar a la tempestad y al naufragio todo trabajo y esfuerzo para es- tablecer un orden nuevo™, 53 Sup. 6, 2-4. ™ Cf. Pio XII, radiomensaje navideio de 1941; AAS 34 (1942) 16. 126 MAXIMO PACHECO GOMEZ Las RELAcIONES INTERNACIONALES DeBEN REGIRSE POR LA VERDAD 86. Hay que establecer como primer principio que Jas relaciones internacionales deben regirse por la verdad. Ahora bien, la verdad exige que en estas relaciones se evite toda discriminacién racial y que, por consiguiente, se reconozca como principio sagrado e inmutable que todas las comunidades polfticas son iguales en dignidad natural. De donde se sigue que cada una de ellas tiene derecho a la existencia, al propio desarrollo, a los medios necesarios para este desarrollo y a ser, finalmente, la primera responsable en procurat y alcanzar todo lo anterior, de igual manera, cada nacién tiene también el derecho a la buena fama y a que se le rindan los debidos honores. 87. La experiencia ensefia que son muchas y muy grandes las diferencias entre los hombres en ciencia, virtud, inteligencia y bienes materiales. Sin embargo, este hecho no puede justificar nunca el pro- pdsito de servirse de la superioridad propia para someter de cualquier modo a los demas. Todo lo contrario: esta superioridad implica una obligacién social mds grave para ayudar a los demas a que logren, con el esfuerzo comin, la perfeccién propia. 88. De modo semejante, puede suceder que algunas naciones aventajen a otras en el grado de cultura, civilizacién y desarrollo eco- ndmico. Pero esta ventaja, lejos de ser una causa Icita para dominar injustamente a las demds, constituye m4s bien una obligacién para prestar una mayor ayuda al progreso comin de todos los pueblos. 89. En realidad, no puede existir superioridad alguna por na- turaleza entre los hombres, ya que todos ellos sobresalen igualmente por su dignidad natural. De aqui se sigue que tampoco existen dife- rencias entre las comunidades politicas por lo que respecta a su dig- nidad natural, Cada Estado es como un cuerpo, cuyos miembros son los seres humanos. Por otra parte, la experiencia ensefia que los pue- blos son sumamente sensibles, y no sin razén, en todas aquellas cosas que de alguna manera atafien a su propia dignidad. 90. Exige, por ultimo, la verdad que en el uso de los medios de informacién que la técnica moderna ha introducido, y que tanto sirve para fomentar y extender el mutuo conocimiento de los pueblos, se observen de forma absoluta las normas de una serena objetividad. Lo cual no prohibe, ni mucho menos, a los pueblos subrayar los as- pectos positivos de su vida. Pero han de rechazarse por entero los sistemas de informacién que, violando los preceptos de la verdad y de la justicia, hieren la fama de cualquier pafs ©, 58 Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1940: AAS 33 (1941) 5-14. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 127 Las Rexaciones INTERNACIONALES DeBeN REGIRSE POR LA JUSTICIA 91. Segundo principio: las relaciones internacionales deben re- gularse por las normas de la justicia, lo cual exige dos cosas: el reco- nocimiento de los mutuos derechos y el cumplimiento de los respec- tivos deberes. 92. Y como las comunidades politicas tienen derecho a la existen- cia, al propio desarrollo, a obtener todos los medios necesarios para su aprovechamiento, a ser los protagonistas de esta tarea y a defender su buena reputacién y los honores que les son debidos, de todo ello se sigue que las comunidades politicas tienen igualmente el deber de asegurar de modo eficaz tales derechos y de evitar cuanto pueda le- sionarlos. Asi como en las relaciones privadas los hombres no pueden buscar sus propios intereses con dafio injusto de los ajenos, de la misma manera, las comunidades politicas no pueden, sin incurrir en delito, procurarse un aumento de riquezas que constituya injuria u opresién injusta de las demas naciones, Oportuna es a este respecta la sentencia de San Agustin: Si se abandona la justicia, gqué son los reinos sino grandes latrocinios? *, 93. Puede suceder, y de hecho sugede, que pugnen entre s{ las ventajas y provechos que las naciones intentan procurarse. Sin em- bargo, las diferencias que de ello surjan no deben zanjarse con las armas ni por el fraude o el engafio, sino, como corresponde a seres humanos, por fa razonable comprensién rec{proca, el examen cuida- doso y objetivo de la realidad y un compromiso equitativo de los Pareceres contrarios, El problema de las minorias étnicas 94. A este capitulo de las relaciones internacionales pertenece de modo singular Ja tendencia politica que desde el siglo XIX sc ha ido generalizando e imponiendo, por virtud de la cual los grupos étnicos aspiran a ser duefios de si mismos y a constituir una sola nacién. Y como esta aspiracién, por muchas causas, no siempre puede realizarse, resulta de ello la frecuente presencia de minorias étnicas dentro de los limites de una nacién de raza distinta, lo cual plantea problemas de extrema gravedad. 95. En esta materia hay que afirmar claramente que todo cuanto se haga para reprimir la vitalidad y el desarrollo de tales minorias étnicas, viola gravemente los deberes de la justicia. Violaci6n que re- sulta mucho mas grave ain si esos criminales atentados van dirigidos al aniquilamiento de la raza. % De civitute Dei L.4c.4; ML 41, 115. Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1939; AAS 32 (1940) 5-13, 128 MAXIMO PACHECO GOMEZ 96. Responde, por el contrario, y plenamente, a lo que la justicia demanda: que los gobernantes se consagren a promover con eficacia los valores humanos de dichas minorias, especialmente en lo tocante 4 su lengua, cultura, tradiciones, recursos e iniciativas econdémicas °?, ; 97. Hay que advertir, sin embargo, que estas minorias étnicas, bien por la situacién que tienen que soportar a disgusto, bien por la presién de los recuerdos histéricos, propenden muchas veces a exaltar mas de lo debido sus caracteristicas raciales propias, hasta el punto de anteponerlas a los valores comunes propios de todos los hombres, como si el bien de la entera familia humana hubiese de subordinarse al bien de una estirpe. Lo razonable, en cambio, es que tales grupos étnicos reconozean también Jas ventajas que su actual situacién Jes ofrece, ya que contribuye no poco a su perfeccionamiento humano ec! contacto diario con los ciudadanos de una cultura distinta, cuyos valores propios puedan ir asi poco a poco asimilando. Esta asimila- eién sélo podr4 lograrse cuando las minorias se decidan a participar amistosamente en los usos y tradiciones de los pueblos que las cir- cundan; pero no podrd aleanzarse si Jas minorias fomentan les mutuos roces, que acarrean dafios innumerables y retrasan el progreso civil de las naciones. Las Renaciones INTERNACIONALES DEBEN RECIRSE POR EL PRINCIPIO DE LA SoLIpaRIDAD ACTIVA Asociaciones, colaboracién e intercambios 98. Como las relaciones internacionales deben regirse por las normas de la verdad y de la justicia, por ello han de incrementarse por medio de una activa solidaridad fisica y espiritual. Esta puede lograrse mediante multiples formas de asociacién, como ocurre en nuestra época, no sin éxito, en lo que atajie a la economia, la vida social y polftica, la cultura, la salud y el deporte. En este punto es necesario tener a la vista que la autoridad publica, por su propia naturaleza, no se ha establecido para recluir forzosamente al ciuda- dano dentro de los limites geogrdficos de la propia nacién, sino para asegurar ante todo el bien comin, el cual no puede ciertamente separarse del bien propio de toda Ja familia humana. 99. Esto implica que las comunidades politicas, al procurar sus propios intereses, no solamente no deben perjudicar a las demas, sino que también todas ellas han de unir sus propdsitos y esfuerzos, siem- pre que la accién aislada de alguna no baste para conseguir los fines apetecidos; en esto hay que prevenir con todo empefio que lo que 87 Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1941: AAS 34 (1942) 10-21. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 129 es ventajoso para ciertas naciones no acarree a las otras mds dafios que utilidades. 100. Por ultimo, el bien comin universal requiere que en cada nacién se fomente toda clase de intercambios entre los ciudadanos y los grupos intermedios. Porque, existiendo en muchas partes del mundo grupos étnicos mds o menos diferentes, hay que evitar que se impida Ja comunicacién mutua entre las personas que pertenecen a unas u otras razas; lo cual esta en abierta oposicién con el cardcter de nuestra época, que ha borrado, o casi borrado, Jas distancias inter- nacionales. No ha de olvidarse tampoco que los hombres de cualquier raza poseen, ademds de los caracteres propios que los distinguen de los demas, otros e importantisimos que les son comunes con todos los hombres, caracteres que pueden mutuamente desarrollarse y perfec- cionarse, sobre todo en lo que concierne a los yalores del espfritu. Tienen, por tanto, el deber y el derecho de convivir con cuantos estan socialmente unidos a ellos. 101. Es un hecho de todos conocido que en algunas regiones existe evidente desproporcién entre la extensién de tierras cultivables y el oimero de habitantes; en otras, entre las riquezas del suelo y los instrumentos disponibles para el cultive; por consiguiente, es preciso que haya una colaboracién internacional para procurar un més facil intercambio de bienes, capitales y personas ®. 102. En tales casos, juzgamos lo mds opartuno que, en la me- dida posible, el capital busque al trabajador, y no al contrario. Porque asi se ofrece a muchas personas la posibilidad de mejorar su situacién familiar, sin verse constrefidas a emigrar penosamente a otros patses, abandonando el suelo patrio, y emprender una nueva vida, adap- t4ndose a las costumbres de un medio distinto. La situacién de los exiliados politicos 103. El paterno amor con que Dios nos mueve a amar a todos los hombres, nos hace sentir una profunda afliccién ante el infortunio de quienes se ven expulsados de su patria por motivos politicos, La multitud de estos exiliados, innumerables sin duda en nuestra época, se ve acompaiiada constantemente por muchos e incre{bles dolores. 104. Tan triste situaci6n demuestra que los gobernantes de ciertas naciones restringen excesivamente los limites de la justa libertad, den- tro de los cuales es licito al ciudadano vivir con decoro una vida humana. Mas aun: en tales naciones, a veces, hasta el derecho mismo a la libertad se somete a discusién 0, incluso, queda totalmente supri- mido. Cuando esto sucede, todo e] recto orden de la sociedad civil 38 CE, Juan XXUTI, Mater et magistra: AAS 53 (1961) 439. 130 MAXIMO PACHECO GOMEZ se subvierte; porque la autoridad publica est& destinada, por su propia naturaleza, a asegurar el bien de la comunidad, cuyo deber principal es reconocer el 4mbito justo de la libertad y salvaguardar santamente sus derechos. 105. Por esta causa, no esté de mds recordar aqui a todos que los exiliados politicos poscen la dignidad propia de la persona y se les deben reconocer Jos derechos consiguientes, los cuales no han podido perder por haber sido privados de la ciudadania en su nacién respectiva. 106. Ahora bien, entre los derechos de la persona humana debe contarse también el de que pucda licitamente cualquiera emigrar a la nacién donde espere que podrd atender mejor a si mismo y a su familia, Por lo cual es un deber de las autoridades publicas admitir a los extranjeros que Ilegan y, en cuanto Jo permita el verdadero bien de su comunidad, favorecer los propésitos de quienes pretenden in- corporarse a ella como nuevos miembros. 107. Por estas razones, aprovechamos Ia presente oportunidad para alabar publicamente todas las iniciativas promovidas por la so- lidaridad humana o por la cristiana caridad y dirigidas a aliviar los sufrimientos de quienes se ven forzados a abandonar sus paises. 108 Y no podemos dejar de invitar a todos los hombres de buen sentido a alabar las instituciones internacionales que se consagran integramente a tan trascendental problema. La carrera de armamentos y el desarme 108. En sentido opuesto vemos, con gran dolor, cémo en las naciones econdmicamente mds desarrolladas se han estado fabricanda, y se fabrican todavia, enormes armamentos, dedicando a su construc. cién una suma inmensa de energias espirituales y materiales. Con esta politica resulta que, mientras los ciudadanos de tales naciones se ven obligados a soportar sacrificios muy graves, otros pueblos, en cambio, quedan sin las ayudas necesarias para su progreso econdémi- co y social. 410. La raz6n que suele darse para justificar tales preparativos militares es que hoy dia Ja paz, asi dicen, no puede garantizarse si no se apoya en una paridad de armamentos. Por Jo cual, tan pronto como en alguna parte se produce un aumento del poderio militar, se pravoca en otras una desenfrenada competencia para aumentar también las fuerzas armadas. Y si una nacién cuenta con armas atd- micas, las demas procuran dotarse del mismo armamento, con igual poder destructivo. 111. La consecuencia es clara: los pueblos viven bajo un per- petuo temor, como si les estuviera amenazando una tempestad que en cualquier momento puede desencadenarse con impetu horrible. No LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 181 les falta razén, porque las armas son un hecho. Y si bien parece diff- cilmente creible que haya hombres con suficiente osadia para tomar sobre s{ la responsabilidad de las muertes y de la asoladora destruc- cién que acarrearia una guerra, resulta innegable, en cambio, que un hecho cualquiera imprevisible puede de improviso e inesperadamente provocar el incendio bélico. Y, ademas, aunque el poderio monstruo- so de los actuales medios militares disuada hoy a los hombres de em- prender una guerra, siempre se puede, sin embargo, temer que los experimentos atémicos realizados con fines bélicos, si no cesan, pon- gan en grave peligro toda clase de vida en nuestro planeta. 112. Por lo cual Ja justicia, la recta razén y el sentido de la dig- nidad humana exigen urgentemente que cese ya la carrera de arma- mentos; que, de un lado y de otro, las naciones que los poseen los re- duzcan simult4neamente, que se prohiban las armas atémicas; que, por ultimo, todos los pueblos, en virtud de un acuerdo, Ileguen a un desarme simultdneo, controlado por mutuas y eficaces garantias. No se debe permitir —advertia nuestro predecesor, de feliz memoria, Pio XII— que la tragedia de una guerra mundial, con sus ruinas econd- micas y sociales y sus aberraciones y perturbaciones morales, caiga por tercera vez sobre la humanidad *,: 113. Todos deben, sin embargo, convencerse que ni el cese en la carrera de armamentos, ni la reduccién de Jas armas, ni, lo que es fundamental, el desarme general son posibles si este desarme no es absolutamente completo y llega hasta las mismas conciencias; es de- cir, si no se esfuerzan todos por colaborar cordial y sinceramente en eliminar de los corazones el temor y la angustiosa perspectiva de la guerra, Esto, a su vez, requiere que esa norma suprema que hoy se sigue para mantener Ja paz se sustituya por otra completamente dis- tinta, en virtud de la cual se reconozca que una paz internacional verdadera y constante no puede apoyarse en el equilibrio de las fuer- zas militares, sino Gnicamente en Ja confianza reciproca. Nos confia- mos que es éste un objetivo asequible. Se trata, en efecto, de una exigencia que no sélo est4 dictada por las normas de la recta raz6n, sino que ademds es en si misma deseable en grado sumo y extraor- dinariamente fecunda en bienes. 114. Es, en primer lugar, una exigencia dictada por la razén. En realidad, como todos saben, o deberfan saber, las relaciones- in- ternacionales, como Jas relaciones individuales, han de regirse no por la fuerza de las armas, sino por Jas normas de la recta razén, es de- cir, las normas de la verdad, de Ja justicia y de una activa solidaridad. 115. Decimos, en segundo lugar, que es un objetivo sumamente deseable. sQuién, en efecto, no anhela con ardentisimos deseos que 59 CE, Pio XII, radiomensaje navideiio de 1941: AAS 34 (1942) 17; y Bene- dicto XV, Exhortacién a los gobernantes de las nactones en guerra, 1° de agosto de 1917; AAS 9 (1917) 18. 132 MAXIMO PACHECO GOMEZ se eliminen los peligros de una guerra, se conserve incélume Ja paz y se consolide ésta con garantias cada dia més firmes? 116. Por ultimo, este objetivo es extraordinariamente fecundo en bienes, porque sus ventajas alcanzan a todos sin excepcién, es decir, a cada persona, a los hogares, a los pueblos, a la entera fami- lia humana. Como Jo advertia nuestro predecesor Pio XII con pala- bras de ayiso que todavia resuenan vibrantes en nuestros ofdos: Nada se pierde con la paz; todo puede perderse con la guerra™, 117. Por todo ello, Nos, como vicario de Jesucristo, Salvador del mundo y autor de la paz, interpretando los mds ardientes votos de toda la familia humana y movidos por un paterno amor hacia todos los hombres, consideramos deber nuestro rogar y suplicar a la huma- nidad entera, y sobre todo a los gobernantes, que no perdonen es- fuerzos ni fatigas hasta lograr que el desarrollo de la vida humana concuerde con Ja razén y la dignidad del hombre. 118. Que en Jas asambleas mds previsoras y autorizadas se exa- mine a fondo la manera de lograr que las relaciones internacionales se ajusten en todo el mundo a un equilibrio més humano, o sea a un equilibrio fundado en la confianza recfproca, la sinceridad en los pactos y el cumplimiento de las condiciones acordadas. Examinese el problema en toda su amplitud, de forma que pueda lograrse un punto de arranque sdélido para iniciar una serie de tratados amista- sos, firmes y fecundos. 119. Por nuestra parte, Nos no cesaremos de rogar a Dios para que su sobrenatural ayuda dé prosperidad fecunda a estos trabajos. Las ReLaciones INTERNACIONALES DEBEN REGIRSE POR LA LiBERTAD 120, Hay que indicar otro principio: el de que Jas relaciones internacionales deben ordenarse segin una norma de libertad. El sen- tido de este principio es que ninguna nacién tiene derecho a oprimir injustamente a otra o a interponerse de forma indebida en sus asun- tos. Por el contrario, es indispensable que todas presten ayuda a las demés, a fin de que estas Ultimas adquieran una conciencia cada vez mayor de sus propios deberes, acometan nuevas y utiles empresas y ac- tuen como protagonistas de su propio desarrollo en todos los sectores, 121, Habida cuenta de la comunidad de origen, de redencién cristiana y de fin sobrenatural, que vincula mutuamente a todos los hombres y los llama a conformar una sola familia cristiana, hemos exhortado en la enciclica Mater et magistra a las comunidades poli- ticas econémicamente mas desarrolladas a colaborar de miltiples for- © Cf. Pio XII, radiomensaje navidefio de 1939: AAS 31 (1939) 334. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 133 mas con aquellos paises cuyo desarrollo econédmico esté todavia en curso *, 122. Reconocemos ahora, con gran consuelo nuestro, que tales invitaciones han tenido amplia acogida y confiamos que seguiran en- contrando aceptacién aun mds extensa todavia en el futuro, de tal manera que aun los pueblos mas necesitados alcancen pronto un pro- greso econémico tal que permita a sus ciudadanos llevar una vida mas conforme con la dignidad humana. 123. Pero siempre ha de tenerse muy presente una cautela: que esa ayuda a las demds naciones debe prestarse de tal forma que su libertad quede incélume y puedan ellas ser necesariamente las pro- tagonistas decisivas y las principales responsables de la labor de su propio desarrollo econémico y social. 124. En este punto, nuestro predecesor, de feliz memoria, Pio XII dejé escrito un saludable aviso: Un nuevo orden, fundado 80- bre los principios morales, prohibe absolutamente la lesién de la li- bertad, de la integridad y de la seguridad de otras naciones, cuales- quiera que sean su extensidn territorial y su capacidad defensiva. Si es inevitable que los grandes Estados,’por sus mayores posibilidades y su poderio, tracen el camino para la constitucién de grupos eco- némicos entre ellos y naciones mds pequefas y mds débiles, es, sin embargo, indiscutible —como para todos, en el marco del interés ge- neral— el derecho de éstas al respeto de su libertad en el campo po- Iftico, a la eficaz guarda de aquella neutralidad en los conflictos entre los Estados que les corresponde segtin el derecho natural y de gen- tes, a la tutela de su propio desarrollo econdémico, pues tan sdlo ast podrdn conseguir adecuadamente el bien comin, el bienestar mate- rial y espiritual del propio pueblo. 125. Asi, pues, es necesario que Jas naciones mds ricas, al so- correr de multiples formas a las mds necesitadas, respeten con tado esmero Jas caracteristicas propias de cada pueblo y sus instituciones tradicionales, e igualmente se abstengan de cualquier intento de do- minio politico, Haciéndolo asi, se contribuird no poco a formar una especte de comunidad de todos los pueblos, dentro de la cual cada Estado, consciente de sus deberesy de sus derechos, colaborard, en pla- no de igualdad, en pro de la prosperidad de todos los demds paises *, Convicciones y EspERANZAS DE LA Horna ACTUAL 126. Se ha ido generalizando cada vez m4s en nuestros tiempos la profunda conviccién de que las diferencias que eventualmente sur- 81 Cf. AAS 53 (1961) 140-141. €2 Pig XII, radiomensaje navidefio de 194]: AAS 34 (1942) 16-17, 83 Juan XXIII, Mater et magistra: AAS 53 (1961) 443. 134 MAXIMO PACHECO GOMEZ jan entre los pueblos deben resolverse no con las armas, sino por me- dio de negociaciones y convenios. 127. Esta conviecién, hay que confesarlo, nace, en la mayor par- te de los casos, de la terrible potencia destructora que los actuales armamentos poseen y del temor a las horribles calamidades y ruinas que tales armamentos acarrearian. Por esto, en nuestra época, que se jacta de poseer la energia atémica, resulta un absurdo sostener que la guerra es un medio apto para resarcir el derecho violado. 128. Sin embargo, vemos, por desgracia, muchas yeces como los pueblos se ven sometidos al temor como a ley suprema, ¢ invier- ten, por lo mismo, grandes presupuestos en gastos militares. Justifi- can este proceder ~y no hay motivo para ponerlo en duda— dicien- do que no es el propésito de atacar el que los impulsa, sino el de disuadir a los demds de cualquier ataque. 129. Esto no obstante, cabe esperar que los pueblos por medio de relaciones y contactos institucionalizados Jleguen a conocer me- jor los vinculos sociales con que la naturaleza humana los une entre si y a comprender con claridad creciente que entre los principales deberes de la comin naturaleza humana hay que colocar el de que las relaciones individuales e internacionales obedezcan al amor y no al temor, porque ante todo es propio del amor llevar a los hombres a una sincera y multiple colaboracién material y espiritual, de la que tantos blenes pueden derivarse para ellos. IV. ORDENACION DE LAS RELACIONES MUNDIALES La InTERDEPENDENCIA DE Los Esrapos EN LO SOCIAL, Patitico y Econdémico 130, Los recientes progresos de la ciencia y de la técnica, que han logrado repercusién tan profunda en la vida humana, estimulan a los hombres, en todo el mundo, a unir cada vez mds sus activida- des y asociarse entre si. Hoy dia ha experimentado extraordinario au- mento el intercambio de productos, ideas y poblaciones, Por esto se han multiplicado sobremanera las relaciones entre los individuos, las familias y las asociaciones intermedias de las distintas naciones, y se han aumentado también los contactos entre los gobernantes de los diversos paises. Al mismo tiempo se ha acentuado la interdependen- cia entre las multiples economfas nacionales; los sistemas econdmicos de los pueblos se van cohesionando gradualmente entre si, hasta el punto de que de todos ellos resulta una especie de economia univer- sal; en fin, el progreso social, el orden, la seguridad y Ja tranquilidad de cualquier Estado guarda necesariamente estrecha relacién con los de los demas. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 135 131. En tales circunstancias es evidente que ningim pais puede, separado de los otros, atender como es debido a su provecho y al- canzar de manera completa su perfeccionamiento, Porque la prospe- ridad o el progreso de cada pais son en parte efecto y en parte cau- sa de la prosperidad y del progreso de los demds pueblos. La Avrormap Poritica es Hoy InsuriclenTE PARA LOGRAR EL Bien Comin UnIversai 132. Ninguna época podra borrar la unidad social de los hom- bres, puesto que consta de individuos que poseen con igual derecho una misma dignidad natural. Por esta causa, ser& siempre necesario, por imperativos de la misma naturaleza, atender debidamente al bien universal, es decir, al que afecta a toda la familia humana. 133. En otro tiempo, los jefes de los Estados pudieron, al pa- recer, velar suficientemente por el bien comin universal; para ello se valian de] sistema de las embajadas, las reuniones y conversacio- nes de sus politicos m4s eminentes, los pactos y convenios interna- cionales. En una palabra, usaban los! métodos y procedimientos que sefialaban el derecho natural, el derecho de gentes o e] derecho in- ternacional comin. 134, En nuestros dias, las relaciones internacionales han sufrido grandes cambios. Porque, de una parte, el bien comin de todos los pueblos plantea problemas de suma gravedad, dificiles y que exigen inmediata solucién, sobre tode en Jo referente a la seguridad y la paz del mundo entero; de otra, los gobernantes de los diferentes Estados, como gozan de igual derecho, por m4s que multipliquen Jas reunio- nes y los esfuerzos para encontrar medios juridicos m4s aptos, no lo logran en grado suficiente, no porque les falten voluntad y entusias- mo, sino porque su autoridad carece del poder necesario. 135. Por consiguiente, en las circunstancias actuales de la so- ciedad, tanto la constitucién y forma de los Estados como el poder que tiene la autoridad publica en todas Jas naciones del mundo, deben considerarse insuficientes para promover el bien comin de los pueblos. Es NEcesaniA UNA AvuroripAD PUsuica DE ALCANCE MUNDIAL 136. Ahora bien, si se examinan con atencién, por una parte, el contenido intrinseco del bien comin, y, por otra, Ja naturaleza y el ejercicio de la autoridad publica, todos habran de reconocer que en- tre ambos existe una imprescindible conexién. Porque el orden moral, de Ja misma manera que exige una autoridad pdblica para promover el bien comun en la sociedad civil, asi también requiere que dicha autoridad pueda lograrlo efectivamente. De aquf nace que las ins- 136 MAXIMO PACHECO GOMEZ‘: tituciones civiles —en medio de las cuales la autoridad publica se desenvuelve, actia y obtiene su fin— deben poseer una forma y efi- cacia tales, que puedan alcanzar el bien comun por las vias y los pro- cedimientos mds adecuados a las distintas situaciones de la realidad. 137. Y¥ como hoy el bien comin de todos los pueblos plantea problemas que afectan a todas Jas naciones, y como semejantes pro- blemas solamente puede afrontarlos una autoridad publica cuyo po- der, estructura y medios sean suficientemente amplios y cuyo radio de acci6n tenga un alcance mundial, resulta, en consecuencia, que, por imposicién del mismo orden moral, es preciso constituir una au- toridad publica general. La Avtorrpap MUNDIAL vEBE EsTABLECERSE PoR ACUERDO GENERAL DE Las NAGIONES 138. Esta autoridad general, cuyo poder debe alcanzar vigencia en el mundo entero y poseer medios idéneos para conducir al bien comin universal, ha de establecerse con el consentimiento de todas las naciones y no imponerse por la fuerza. La razén de esta necesi- dad reside en que, debiendo tal autoridad desempefiar eficazmente su funci6n, es menester que sea imparcial para todos, ajena por com- pleto a los partidismos y dirigida al bien comin de todos Jos pueblos. Porque si las grandes potencias impusieran por la fuerza esta auto- tidad mundial, con razén seria de temer que sirviese al provecho de umas cuantas o estuviese del lado de uma nacién determinada, y por ello el valor y la eficacia de su actividad quedarfan comprometidos. Aunque las naciones presenten grandes diferencias entre sf en su grado de desarrallo econémico o en su potencia militar, defienden, sin embargo, con singular energia la igualdad juridica y la dignidad de su propia manera de vida. Por esto, con raz6n, los Estados no se resignan a obedecer a los poderes que se les imponen por Ia fuerza, 0 a cuya constitucién no han contribuido, o a los que no se han adhe- rido libremente. La AvTormap MUNDIAL DEBE PROTECER LOS DERECHOS DE LA Persona HuMana. 139. Asi como no se puede juzgar del bien comin de una na- cién sin tener en cuenta Ja persona humana, lo mismo debe decirse del bien comin general; por Jo que la autoridad publica mundial ha de tender principalmente aque los derechos de Ja persona humana se reconozcan, se tengan en el debido honor, se conserven incdlumes y se aumenten en realidad. Esta proteccién de los derechos de] hom- bre puede realizarla o la propia autoridad mundial por s{ misma, si la realidad lo permite, o bien creando en todo el mundo un ambiente LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 137 dentro del cual los gobernantes de Jos distintos paises puedan cum- plir sus funciones con mayor facilidad. Ex Principio ve SURSIDIARIEDAD EN EL PLano MUNDIAL 140. Ademas, asi como en cada Estado es preciso que las rela- ciones que median entre Ja autoridad publica y los ciudadanos, las familias y los grupos intermedios, se regulen y gobiernen por el prin- cipio de la accién subsidiaria, es justo que las relaciones entre la au- toridad publica mundial y las autoridades publicas de cada nacién se regulen y rijan por el mismo principio. Esto significa que la misién propia de esta autoridad mundial es examinar y resolver los proble- mas relacionados con el bien comin universal en el orden econémico, social, politico o cultural, ya que estos problemas, por su extrema gravedad, amplitud extraordinaria y urgencia inmediata, presentan dificultades superiores a las que pueden resolver satisfactoriamente los gobernantes de cada nacién. 141, Es decir, no corresponde a esta autoridad mundia! limitar la esfera de accién o invadir la competencia propia de Ja autoridad pUblica de cada Estado. Por el contrario, Ja autoridad mundial debe procurar que en todo el mundo se cree un ambiente dentro del cual no solo los poderes piblicos de cada nacidn, sino también los indivi- duos y los grupos intermedios, puedan con mayor seguridad realizar sus funciones, cumplir sus deberes y defender sus derechos“. La OncanrzaciOn pe LAs Naciones Unrpas 142. Como es sabido, el 26 de junio de 1945 se cred la Organi- zacién de las Naciones Unidas, conocida con Ja sigla O. N. U., a la que se agregaron después otros organismos inferiores, compuestos de miembros nombrados por Ja autoridad pdblica de las diversas nacio- nes; a éstos les han sido confiadas misiones de gran importancia y de alcance mundial en lo referente a la vida econédmica y social, cul- tural, educativa y sanitaria. Sin embargo, el objetivo fundamental que se confié a la Organizacién de las Naciones Unidas es asegurar y consolidar Ja paz internacional, favorecer y desarrollar las relaciones de amistad entre los pueblos, basadas en los principios de igualdad, mutuo respeto y multiple colaboracién en todos los sectores de la actividad humana. 143. Argumento decisivo de la misién de la O. N. U. es la De- claracién universal de los derechos del hombre, que la Asamblea Ge- 66 Cf. Plo XII, alocucién a los jévenes de la Accién Catélica Italiana, 12 de septiembre de 1948: AAS 40 (1948) 412. 138 ‘MAXIMO PACHECO GOMEZ neral ratificé el 10 de diciembre de 1948, En el preémbulo de esta Declaracién se proclama como objetivo bdsico, que deben proponerse todos los pueblos y naciones, el reconocimiento y el respeto efectivo de todos los derechos y todas Jas formas de la libertad recogidas en tal Declaracién. 144. No se nos oculta que ciertos capitulos de esta Declaracién han suscitado algunas objeciones fundadas. Juzgamos, sin embargo, que esta Declaracién debe considerarse un primer paso introductorio para el establecimiento de una constitucién jurfdica y politica de todos Jos pueblos del mundo, En dicha Declaracién se reconoce solemnemente a todos los hombres sin excepeién la dignidad de Ja persona humana y se afirman todas los derechos que todo hombre tiene a buscar li- bremente Ja verdad, respctar las normas morales, cumplir los debe- res de la justicia, observar una vida decorosa y otros derechos inti- mamente vinculados con éstos. 145. Deseamos, pues, vehementemente que la Organizacién de las Naciones Unidas pueda ir acomodando cada vez mejor sus es- tructuras y medios a la amplitud y nobleza de sus objetivos. |Ojalé llegue pronto el tiempo en que esta Organizacién pueda garantizar con eficacia los derechos del hombrel; derechos que, por brotar in- mediatamente de la dignidad de la persona humana, son universales, inviolables e inmutables. Tanto mAs cuanto que hoy los hombres, por participar cada vez mas activamente en los asuntos pdblicos de sus respectivas naciones, siguen con creciente interés la vida de los de- mas pueblos y tienen una conciencia cada dia mds honda de perte- necer como miembros vivos a la gran comunidad mundial. Vv. NORMAS PARA LA ACCION TEMPORAL DEL CRISTIANO Presencta ACTIVA EN Tonos Los CaMPos _, 46. Al llegar aqui exhortamos de nuevo a nuestros hijos a par- ticipar activamente en Ja vida publica y colaborar en el] progreso del bien comin de todo el género humano y de su propia nacién. Iumi- nados por la luz de la fe cristiana y guiados por la caridad, deben procurar con no menor esfuerzo que las instituciones de carActer eco- némico, social, cultural o politico, lejos de crear a los hombres obs- tdculos, les presten ayuda positiva para su personal perfeccionamien- to, as{ en el orden natural como en el sobrenatural. Cultura, técnica y experiencia 147, Sin embargo, para imbuir la vida publica de un pais con rectas normas y principios cristianos, na basta que nuestros hijos go- LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 139 cen de la luz sobrenatural de Ja fe y se muevan por el deseo de pro- mover el bien; se requiere, adem4s, que penetren en las instituciones de la misma vida publica y actten con eficacia desde dentro de ellas. 148. Pero como la civilizacién contemporanea se caracteriza so- bre todo por un elevado indice cientifico y técnico, nadie puede pe- netrar en las instituciones pUblicas si no posee cultura cientifica, ido- neidad técnica y experiencia profesional. Virtudes morales y valores del espiritu 149. Todas estas cualidades deben ser consideradas insuficien- tes por completo para dar a las relaciones de la vida diaria un sen- tido mas humano, ya que este sentido requiere necesariamente como fundamento la verdad; como medida, la justicia; como fuerza impul- sora, la caridad, y como habito normal, la libertad. 150. Para que los hombres puedan practicar realmente estos principios han de esforzarse, lo primero, por observar, en el desem- pefio de sus actividades temporales, las leyes propias de cada una y los métodos que responden a su especifica naturaleza; lo segundo, han de ajustar sus actividades personales al orden moral y, por con- siguiente, han de proceder como quien ejerce un derecho o cumple una obligaci6n. Mas atm: Ja razén exige que los hombres, obedecien- do a los designios providenciales de Dios relativos a nuestra salva- cién y teniendo muy en cuenta los dictados de la propia conciencia, se consagren a la accidn temporal, conjugando plenamente las rea- lidades cientificas, técnicas y profesionales con los bienes superiores del espiritu. COHERENCIA ENTRE LA FE y LA CONDUCTA 151. Es también un hecho evidente que, en las naciones de an- tigua tradicién cristiana, las instituciones civiles florecen hoy con un indudable progreso cientifico y poseen en abundancia los instrumen- tos precisos para llevar a cabo cualquier empresa; pero con frecuen- cia se observa en ellas un debilitamiento del estimulo y de la inspi- racién cristiana. 152. Hay quien pregunta, con raz6n, c6mo puede haberse pro- ducido este hecho. Porque a la instituci6n de esas leyes contribuye- ron no poco, y siguen contribuyendo atin, personas que profesan la fe cristiana y que, al menos en parte, ajustan realmente su vida a las normas evangélicas. La causa de este fendmeno creemos que radica en Ja incoherencia entre su fe y su conducta. Es, por consiguiente, ne- cesario que sc restablezca en cllos la unidad del pensamiento y de la voluntad, de tal forma que su accién quede animada a] mismo tlempo por Ja luz de la fe y el impulso de Ja caridad. 140 : MAXIMO PACHECO GOMEZ 153. La inconsecuencia que demasiadas veces ofrecen los cris- tianos entre su fe y su conducta, juzgamos que nace también de su insuficiente formacién en la moral y en la doctrina cristiana. Porque sucede con demasiada frecuencia en muchas partes que los fieles no dedican igual intensidad a la instruccién religiosa y a la instruccién profana; mientras en ésta Megan a alcanzar los grados superiores, en aquélla no pasan ordinariamente del grado elemental. Es, por tanto, del todo indispensable que la formacién de la juventud sea integral, continua y pedagdégicamente adecuada, para que Ja cultura religiosa y la formacién del sentido moral vayan a la par con el conocimiento cientifico y con el incesante progreso de la técnica, Es, ademds, nece- sario que los jévenes se formen para el ejercicio adecuado de sus ta- reas en el orden profesional *, DrvaMisMo CRECIENTE EN LA ACCION TEMPORAL 154. Es ésta, sin embargo, ocasién oportuna para hacer una ad- vertencia acerca de las grandes dificultades que supone el compren- der correctamente las relaciones que existen entre los hechos huma- nos y las exigencias de la justicia; esto es, la determinacién exacta de las medidas graduales y de las formas segin las cuales deban apli- carse los principios doctrinales y los criterios prActicos a la realidad presente de Ja convivencia humana. 155. La exactitud en la determinacién de esas medidas gradua- les y de esas formas es hoy dia més dificil, porque nuestra época, en la que cada uno debe prestar su contribucién al bien comin univer- sal, es una época de agitacién acelerada. Por esta causa, el esfuerzo por ver cémo se ajustan cada vez mejor las realidades sociales a las normas de la justicia es un trabajo de cada dia. Y, por Jo mismo, nues- tros hijos deben prevenirse frente al peligro de creer que pueden ya detenerse y descansar satisfechos del camino recorrido. 156. Por el contrario, todos los hombres han de pensar que lo hasta aqui hecho no basta para lo que las necesidades piden, y, por tanto, deben acometer cada dia empresas de mayor volumen y mds adecuadas en los siguientes campos: empresas productoras, asociacio- nes sindicales, corporaciones profesionales, sistemas ptblicos de se- guridad social, instituciones culturales, ordenamiento juridico, regime- nes politicos, asistencia sanitaria, deporte y, finalmente, otros secto- res semejantes. Son todas ellas exigencias de esta nuestra época, épo- ca del 4tomo y de las conquistas espaciales, en la que Ja humanidad ha iniciado un nuevo camino con perspectivas de una amplitud casi infinita. *5 Cf. Juan XXIII, Mater et magtstra: AAS 53 (1961) 454, LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 141 RELACIONES DE Los CaTéiicos con Los: No-CaTdéxicos Fidelidad y colaboracién 157. Los principios hasta aqui expuestos brotan de la misma na- turaleza de Jas cosas o proceden casi siempre de Ja esfera de los de- rechos naturales. Por ello sucede con bastante frecuencia que los ca- télicos, en Ja aplicacién prdctica de estos principios, colaboran de miltiples maneras con los cristianos separados de esta Sede Aposté- lica o con otros hombres que, aun careciendo por completo de la fe cristiana, obedecen, sin embargo, a la razén y poseen un recto senti- do de la moral natural. En tales ocasiones procuren los catdlicos ante toda ser siempre consecuentes consigo mismos y no aceptar jamds compromisos que puedan dafiar la integridad de la religién o de la moral. Deben, sin embargo, al mismo tiempo, mostrarse animados de espiritu de comprensién para las opiniones ajenas, plenamente desin- teresados y dispuestos a colaborar lealmente en la realizacién de aque- Uas obras que sean por su naturaleza buenas o al menos puedan con- ducir al bien®, é Distinguir entre el error y el que lo profesa 158. Importa distinguir siempre entre el error y el hombre que lo profesa, aunque se trate de personas que desconocen por entero la verdad o la conocen sélo a medias en el orden religioso o en el orden de la moral prdctica. Porque el hombre que yerra no queda por ello despojado de su condicién de hombre, ni automdticamente pierde jam4s su dignidad de persona, dignidad que debe ser tenida siempre en cuenta, Ademiés, en la naturaleza humana nunca desaparece la capacidad de superar el error y de buscar el camino de la verdad. Por otra parte, nunca le faltan al hombre las ayudas de la divina Pro- videncia en esta materia. Por lo cual bien puede suceder que quien hoy carece de Ja luz de la fe o profesa doctrinas equivocadas, pueda manana, iluminado por la luz divina, abrazar la verdad. En efecto, si los catélicos, por motiyos puramente externos, establecen relacio- hes con quienes o no creen en Cristo o creen en El de forma equivo- cada, porque viven en el error, pueden ofrecerles una ocasién o un estimulo para alcanzar la verdad, Distinguir entre filosofias y corrientes histéricas 159. En segundo lugar, es también completamente necesario dis- tmguir entre las teorias filosdficas falsas sobre la naturaleza, el origen, % Juan XXIII, Mater et magistra: AAS 53 (1961) 458. 142 MAXIMO PACHECO GOMEZ el fin del mundo y del hombre y Jas corrientes de cardcter econdmico y social, cultural o politico, aunque tales corrientes tengan su origen e impulso en tales teorfas filos6ficas. Porque una doctrina, cuando ha sido elaborada y definida, ya no cambia. Por el contrario, las corrien- tes referidas, al desenvolverse en medio de condiciones mudables, se hallan sujetas por fuerza a una continua mudanza. Por lo demas, ¢quién puede negar que, en la medida en que tales corrientes se ajus- ten a los dictados de Ja recta raz6n y reflejen fielmente Jas justas aspiraciones del hombre, puedan tener elementos moralmente positivos dignos de aprobacién? Utilidad de estos contactos 160. Por las razones expuestas, puede a veces suceder que cier- tos contactos de orden prdctico que hasta ahora parecian totalmente imitiles, hoy, por el contrario, sean realmente provechosos o se prevea que pueden Ilegar a serlo en el futuro, Pero determinar si tal momento ha legado o no, y ademas establecer Jas formas y las etapas con las cuales deben realizarse estos contactos en orden a conseguir metas positivas en el campo econdémico y social o en el campo cultural o politico, son decisiones que sélo puede dar Ja prudencia, virtud mo- deradora de todas las que rigen Ja vida humana, asi en el plano indi- vidual como en la esfera social. Por lo cual, cuando se trata de los catélicos, la decisidn en estas materias corresponde principalmente a aquellas personas que ocupan puestos de mayor influencia en el plano politico y en ec] dominio especitico en que se plantean estas cuestiones. Sélo se les impone una condicién: Ja de que respeten los principios del derecho natural, observen la doctrina social que la Iglesia ensefia y obedezcan las directrices de las autoridades eclesidsticas. Porque nadie debe olvidar que la Iglesia ticne cl derecho y al mismo tiempo el deber de tutelar los principios de la fe y de la moral, y también el de interponer su autoridad cerca de los suyos, aun en la esfera del orden temporal, cuando es necesario juzgar cémo deben aplicarse dichos principios a los casos concretos*. Evoruci6n, No REVOLUCION 161, No faltan en realidad hombres magndnimos que, ante situa- ciones que concuerdan poco o nada con las exigencias de la justicia, se sienten encendidos por un deseo de reforma total y se lanzan a ella con tal impetu, que casi parece una revolucién politica. 87 Cf. Juan XXII, Mater et magistra: AAS 53 (1961) 456. CE. etiam Leén X1II, Immortale Dei: AL 5, 128 (Roma 1885); Pio XI, Ubi arcano: AAS 14 (1922) 698; y Pio XII, alocucién al Congreso internacional de mujeres catdélicas, 11 de septiembre de 1947: AAS 39 (1947) 486. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 143 162, Queremos que estos hombres tengan presente que el cre- cimiento paulatino de todas las cosas es una ley impuesta por la naturaleza y que, por tanto, en el campo de Jas instituciones humanas no puede lograrse mejora alguna si no es partiendo paso a paso desde el interior de las instituciones. Es éste precisamente el aviso que da nuestro predecesor, de feliz memoria, Pio XII, con las siguientes pa- labras: No en la revolucién, sino en una evolucién concorde, estén la salvacién y la justicia. La violencia jamds ha hecho otra cosa que des- truir, no edificar, encender las pasiones, no calmarlas; acumular odio y escombros, no hacer fraternizar a los contendientes, y ha precipi- tado a los hombres y a los partidos a la dura necesidad de reconstruir lentamente, después de pruebas dolorosas, sobre los destrozos de la discordia ®, LLAMAMIENTO 4 UNA TaREa Gioniosa y NECESARIA 163. Por tanto, entre las tareas mas graves de los hombres de espiritu. generoso hay que incluir, sobre todo, la de establecer un nuevo sistema de relaciones en la sociedad humana, bajo el magis- terio y la égida de la verdad, Ja justicia, la caridad y la libertad: Primero, entre los individuos; en segundo lugar, entre Jos ciudadanos y Sus respectivos Estados; tercero, entre los Estados entre si, y, final- mente, entre los individuos, familias, entidades intermedias y Estados particulares, de un lado, y de otro, la comunidad mundial. Tarea sin duda gloriosa, porque con ella podrA consolidarse Ja paz verdadera segun el orden establecido por Dios. 164. De estos hombres, demasiado pocos sin duda para las ne- cesidades actuales, pero extraordinariamente beneméritos de Ja convi- vencia humana, es justo que Nos hagamos un publico elogio y al mismo tiempo les invitemos con urgencia a proseguir tan fecunda empresa. Pero al mismo tiempo abrigamos la esperanza de que otros muchos hombres, sobre todo cristianos, acuciados por un deber de conciencia y por la caridad, se uniran a ellos. Porque es sobremanera necesario que en la sociedad contempordnea todos los cristianos sin excepcién sean como centellas de luz, viveros de amor y levadura para toda la masa. Efecto que ser4 tanto mayor cuanto mas estrecha sea la unién de cada alma con Dios, 165. Porque la paz no puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada hombre, es decir, si primero no guarda cada uno en si mismo el orden que Dios ha establecido. A este respecto pregunta San Agustin: zQuiere tu alma ser capaz de vencer las pasiones? Que se someta al que esté arriba y vencerd al “! Pio XII, alocucién a las trabajadores italianos en la fiesta de Pentecostés, 19 de junio de 1943: AAS 35 (1943) 175. 144 MAXIMO PACHECO GOMEZ que esté abajo; y se hard la paz en ti; una poz verdadera, cierta, ordenada, sCudl es el orden de esta paz? Dios manda sobre el alma; el alma, sobre la carne; no hay orden mejor ®, Es Necesanto Oran ror ta Paz 166, Las ensefianzas que hemos expuesto sobre los problemas que en Ja actualidad preocupan tan profundamente a la humanidad, y que tan estrecha conexién guardan con el progreso de la sociedad, nos las ha dictado el profundo anhelo del que sabemos participar ardientemente todos Jos hombres de buena voluntad; esto es, la con- solidacién de la paz en el mundo. 167. Como vicario, aunque indigno, de Aquel a quien el nuncio profético proclamé Principe de la Paz™, consideramos deber nuestro consagrar todos nuestros pensamientos, preocupaciones y energias a procurar este bien comin universal. Pera Ja paz sera palabra vacia mientras no se funde sobre el orden, cuyas lineas fundamentales, movidos por una gran esperanza, hemos como esbozado en esta nues- tra encicliea: un orden basado en la verdad, establecido de acuerdo con las normas de la justieia, sustentado y henchido por la caridad y, finalmente, realizado bajo los auspicios de la libertad. 168, Débese, sin embargo, tener en cuenta que la grandeza y la sublimidad de esta empresa son tales, que su realizacién no puede en modo alguno obtenerse por las solas fuerzas naturales de] hombre, aunque esté movida por una buena y loable voluntad. Para que la sociedad humana constituya un refleja lo mds perfecto posible del reino de Dios, es de todo punto necesario el auxilio sobrenatura] del cielo. 169. Exige, por tanto, la propia realidad que en estos dias santos nos dirijamos con preces suplicantes a Aquel que con sus dolorosos tormentos y con su muerte no sdélo borré los pecados, fuente principal de todas las divisiones, miserias y desigualdades, sino que, ademas, con el derramamiento de su sangre, reconciliéd al género humano con su Padre celestial, aportandole los dones de la paz: Pues El es nuestra Paz, que hizo de los pueblos uno... Y viniendo nos anuncié la paz a los de lejos y la paz a los de cerca™, 170. En la sagrada liturgia de estos dias resuena el mismo anun- cio: Cristo resucitado, presenténdose en medio de sus discipulos, los saludé diciendo: “La paz sea con vosotros. Aleluya”. Y los disctpulos 49 Miscelenea Augustintana...: Sancti Augustini, Sermones post Maurinos reperti, p. 633 (Roma 1930), . CE. Is. 9, . Is. 9,6. 7t Eph, 2, 14-17, LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 145 sé gozaron viendo al Sefior™. Cristo, pues, nos ha trafdo la paz, nos ha dejado la paz: La paz os dejo, mi paz os doy. No como el mundo la da os la doy yo™, 171. Pidamos, pues, con instantes suplicas al divino Redentor esta paz que E] mismo nos trajo. Que El borre de los hombres cuanto pueda poner en peligro esta paz y convierta a todos en testigos de la verdad, de la justicia y del amor fraterno. Que El ilumine también con su luz la mente de los que gobiernan las naciones, para que, al mismo tiempo que les procuran una digna prosperidad, aseguren a sus compatriotas el don hermosisimo de la paz. Que, finalmente, Cristo encienda las voluntades de todos los hombres para echar por tierra las barreras que dividen a los unos de los otros, para estrechar los vinculos de la mutua caridad, para fomentar la reciproca comprensién, para perdonar, en fin, a cuantos nos hayan injuriado. De esta manera, bajo su auspicio y amparo, todos los pueblos se abracen como her- manos y florezca y reine siempre entre ellos la tan anhelada paz. 172. Por tiltimo, deseando, venerables hermanos, que esta paz penetre en la grey que os ha sido confiada, para beneficio, sobre todo, de los mAs humildes, que necesitan ayuda y defensa, a vosotros, a los sacerdotes de ambos cleros, a los religiosos y a las virgenes consagradas a Dios, a todos los fieles cristianos y nominalmente a aquellos que secundan con entusiasmo estas nuestras exhortaciones, impartimos con todo afecto en el Sefior la bendicién apostélica, Para todos los hombres de buena voluntad, a quienes va también dirigida esta nues- tra enciclica, imploramos de Dios salud y prosperidad. Dado en Roma, junto a San Pedro, el dia de Jueves Santo, 11 de abril del afio 1963, quinto de nuestro pontificado. Juan, PP, XXIII 32 Responsorio de martires del viernes de la semana de Pascua. 78 Yo 14, 27. 12. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES (Adoptado y ablerto a la firma, ratificacién y adhesién por la Asamblea General en su resolucién 2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966) Entrada en vigor: 3 de enero de. 1976, de conformidad con el art{culo 27. PREAMBULO Los Estados Partes en el presente Pacto, Considerando que, conforme a los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de Ja dignidad inherente a todos los miembros de Ia familia humana y de sus derechos iguales e inalienables, Reconociendo que estos derechos se desprenden de la dignidad inherente a la persona humana, Reconociendo que, con arreglo a la Declaracién Universal de Derechos Humanos, no puede realizarse el ideal del ser humano libre, liberado del temor y de Ja miseria, a menos que se creen con- diciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos econd- micos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y politicos, Considerando que la Carta de las Naciones Unidas impone a los Estados la obligacién de promover el respeto universal y efectivo de los derechos y libertades humanos, Comprendiendo que el individuo, por tener deberes respecto de otros individuos y de la comunidad a que pertenece, est4 obligado a procurar la vigencia y observancia de los derechos reconocidos en este Pacto, Convienen en los articulos siguientes: LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 147 Parte I Articulo 1 1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinacién. En virtud de este derecho establecen libremente su condicién politica y proveen asimismo a su desarrollo econémico, social y cultural. 2. Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperacién econémica internacional basada en el principio de beneficio reciproco, asi como del derecho internacional. En ningin caso podria privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia. 3. Los Estados Partes en el presente Pacto, incluso Jos que tienen la responsabilidad de administrar territories no auténomos y territorios en fideicomiso, promoverdn el ejercicio del derecho de libre determi- naci6n, y respetaran este derecho de conformidad con las disposiciones de Ja Carta de las Naciones Unidas. Parte I Articulo 2 1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se com- promete a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperacién internacionales, especialmente econdémicas y técnicas, hasta el maximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopcién de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aqui reconocidos. 2. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar el ejercicio de los derechos que en él se enuncian, sin dis- criminacién alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religion, opinién politica o de otra indole, origen nacional o social, posicién econémica, nacimiento o cualquier otra condicién social. 3. Los paises en vias de desarrollo, teniendo debidamente en cuenta los derechos humanos y su economia nacional, podrdn deter- minar en qué medida garantizaran los derechos econémicos recono- cidos en el presente Pacto a personas que no sean nacionales suyos. Articulo 3 Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a ase- gurar a los hombres y a las mujeres igual titulo a gozar de todos los 148 MAXIMO PACHECO GOMEZ derechos econémicos, sociales y culturales enunciados en el presente Pacto, Articulo 4 Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que, en el ejercicio de los derechos garantizados conforme al presente Pacto por el Estado, éste podra someter tales derechos Gnicamente a limi- taciones determinadas por ley, sdlo en la medida compatible con la naturaleza de esos derechos y con el exclusivo objeto de promover el bienestar general en una sociedad democratica. Articulo 5 1. Ninguna disposicién del presente Pacto podrd ser interpre- tada en e] sentido de reconocer derecho alguno a un Estado, grupo © individuo para emprender actividades o realizar actos encaminados a la destruccién de cualquiera de los derechos o libertades recono- cidos en el Pacto, o a su limitacién cn medida mayor que la prevista en él, 2. No podré admitirse restriccién 0 menoscabo de ninguno de los derechos humanos fundamentales reconocidos o vigentes en un pais en virtud de leyes, convenciones, reglamentos o costumbres, a pre- texto de que el presente Pacto no los reconoce o los reconoce en menor grado. Parte III Articulo 6 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el dere- cho a trabajar, que comprende el derecho de toda persona de tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado, y tomar4n medidas adecuadas para garantizar este derecho. 2. Entre las medidas que habr4 de adoptar cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto para lograr la plena efectividad de este derecho deber4 figurar la orientacién y formacién tecnico- profesional, la preparacién de programas, normas y técnicas encami- nadas a conseguir un desarrollo econémico, social y cultural constante y la ocupacién plena y productiva, en condiciones que garanticen Jas libertades politicas y econémicas fundamentales de la persona humana. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 149 Articulo 7 Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satis- factorias que le aseguren en especial: a) Una remuneracién que proporcione como minimo a todos los trabajadores: i) Un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor, sin distinciones de ninguna especie; en particular, debe asegu- rarse a las mujeres condiciones de trabajo no inferiores a las de los hombres, con salario igual por trabajo igual; ii) Condiciones de existencia dignas para ellos y para sus fami- lias conforme a las disposiciones del presente Pacto; b) La seguridad y la higiene en el trabajo; ¢) Igual oportunidad para todos de ser promovidos, dentro de su trabajo, a la categoria superior que les corresponda, sin mds con- sideraciones que los factores de tiempo de servicio y capacidad; d) El descanso, el disfrute del tiempo libre, la limitacién razo- nable de las horas de trabajo y las vacaciones periddicas pagadas, asi como Ja remuneracién de los dias festivos. Articulo 8 1. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar: a} El derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su eleccién, con sujecién tnicamente a los estatutos de la orga- nizacién correspondiente, para promover y proteger sus intereses econdmicos y sociales. No podran imponerse otras restricciones al ejercicio de este derecho que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democratica en interés de la seguridad nacional o del orden publico, o para la proteccién de Jos derechos y libertades ajenos; b) El derecho de los sindicatos a formar federaciones o confe- deraciones nacionales y e] de éstas a fundar organizaciones sindicales internacionales o a afiliarse a las mismas; c) El derecho de los sindicatos a funcionar sin obstdculos y sin otras limitaciones que las que prescriba Ja ley y que sean necesarias €n una sociedad democratica en interés de Ja seguridad nacional o del orden publico o para la proteccién de los derechos y libertades ajenos; d) EI derecho de huelga, ejercido de conformidad con las leyes de cada pafs. 2. El presente articulo no impedirA someter a restricciones lega- les el ejercicio de tales derechos por los miembros de las fuerzas armadas, de la policia o de la administracién del Estado. 150 MAXIMO PACHECO GOMEZ 3. Nada de Jo dispuesto en este articulo autorizard a los Estados Partes en el Convenio de Ia Organizacién Internacional del Trabajo de 1948 relativo a la libertad sindical y a la protecci6n del derecho de sindicacién a adoptar medidas legislativas que menoscaben las garantias previstas en dicho Convenio o a aplicar la ley en forma que menoscabe dichas garantias. Articule 9 Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la seguridad social, incluso al seguro social. Articulo 10 Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que: 1. Se debe conceder a Ja familia, que es el elemento natural y fundamental de la sociedad, Ja m4s amplia proteceién y asistencia posibles, especialmente para su constitucién y mientras ‘sea respon- sable del cuidado y la educacién de los hijos a su cargo. El matri- monio debe contraerse con el libre consentimiento de los futuros conyuges. 2 Se debe conceder especial proteccién a Jas madres durante un periodo de tiempo razonable antes y después del parto, Durante dicho periodo, a las madres que trabajen se les debe conceder licen- cia con remuneracidén 0 con prestaciones adecuadas de seguridad social. 3. Se deben adoptar medidas especiales de proteccién y asisten- cia en favor de todos los nifios y adolescentes, sin discriminacién alguna por razén de filiacin o cualquier otra condicién. Debe prote- gerse a los nifios y adolescentes contra la explotacién econémica y social. Su empleo en trabajos nocivos para su moral y salud, o en los cuales peligre su vida o se corra el riesgo de perjudicar su desarrollo normal, serd sancionado por la ley. Los Estados deben establecer también limites de edad por debajo de los cuales quede prohibido y sancionado por la ley el empleo a sueldo de mano de obra infantil. Articulo 11 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para si y su familia, incluso alimentacién, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomardn medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperacién internacional fundada en el libre consentimiento. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 151 2. Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre, adoptardn, individualmente y mediante Ja cooperacién inter- nacional, las medidas, incluidos programas concretos, que se necesitan para: a) Mejorar los métodos de produccién, conseryacién y distribu- cién de alimentos mediante la plena utilizacién de los conocimientos téenicos y cientificos, Ja divulgacién de principios sobre nutricién y el perfeccionamiento o la reforma de los regimenes agrarios de modo que se logren la explotacién y Ja utilizacién m&s eficaces de las riquezas naturales; b) Asegurar una distribucién equitativa de Jos alimentos mun- diales en relacién con Jas necesidades, teniendo en cuenta los pro- blemas que se plantean tanto a los paises que importan productos alimenticios como a los que los exportan. Articulo 12 1. Los Estados Partes en e] presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a] disfrute del mds alto nivel posible de salud fisica y mental, 2. Entre las medidas que deber4n adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de asegurar la plena efectividad de este derecho, figurar4n las necesarias para: @) La reduccién de la mortinatalidad y de Ja mortalidad infantil, y el sano desarrollo de los nifios; b) EI mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente; c) La prevencién y el tratamiento de Jas enfermedades epidé- micas, endémicas, profesionales y de otra {ndole, y la lucha contra elias; d) La creacién de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de enfermedad, Articulo 13 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la educacién, Convienen en que la educacién debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales. Convienen asimismo en que la educacién debe capacitar a todas las personas para participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensién, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los Brupos raciales, étnicos o religiosos, y promover las actividades de las Naciones Unidas en pro de] mantenimiento de la paz. 152 MAXIMO PACHECO GOMEZ 2. Los Estados en el presente Pacto reconocen que, con objeto de lograr el pleno ejercicio de este derecho: a) La ensefianza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente; b) La ensefianza secundaria, en sus diferentes formas, incluso la ensefianza secundaria técnica y profesional, debe ser generalizada y hacerse accesible a todos, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantacién progresiva de la ensefianza gratuita. c) La ensefianza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de Ja capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados, y en particular, por la implantacién progresiva de la ensefianza gratuita; d) Debe fomentarse o intensificarse, en la medida de lo posible, la educaci6n fundamental para aquellas personas que no hayan reci- bido o terminado el ciclo completo de instruccién primaria; e) Se debe proseguir activamente el] desarrollo del sistema esco- lar en todos Ios ciclos de la ensefianza, implantar un sistema adecuado de becas, y mejorar continuamente las condiciones materiales del cuerpo docente. 3. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar Ja libertad de los padres y, en su caso, de los tutores legales, de escoger para sus hijos o pupilos escuelas distintas de las creadas por las autoridades publicas, siempre que aquéllas satisfagan las nor- mas minimas que el Estado prescriba o apruebe en materia de ense- fianza, y de hacer que sus hijos o pupilos reciban la educacién reli- liosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. 4. Nada de lo dispuesto en este articulo se interpretara como una restricci6n de la libertad de los particulares y entidades para establecer y dirigir instituciones de ensefianza, a condicién de que se respeten los principios enunciados en el pdrrafo 1 y de que la educa- cién dada en esas instituciones se ajuste a las normas minimas que prescriba el Estado. Articulo 14 Todo Estado Parte en el presente Pacto que, en el momento de hacerse parte en él, atm no haya podido instituir en su _territorio metropolitano o en otros territorios sometidos a su jurisdiccién la obligatoriedad y la gratuidad de la ensefianza primaria, se compro- mete a elaborar y adoptar, dentro de un plazo de dos afios, un plan detallada de accién para Ja aplicacién progresiva, dentro de un nimero razonable de afios fijado en el plan, del principio de la ensefianza obligatoria y gratuita para todos. LOS DERECHOS HUMANDS, DOCUMENTOS BASICOS 153 Articulo 15 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho a toda persona a: a) Participar en la vida cultural; b) Gozar de los beneficios del progreso cientifico y de sus aplicaciones; c) Beneficiarse de Ja proteccién de los intereses morales y materiales que le correspondan por razén de las producciones cienti- ficas, literarias o artisticas de que sea autora. 2. Entre las medidas que los Estados Partes en el presente Pacto deber4n adoptar para asegurar el pleno ejercicio de este derecho, figurardn las necesarias para Ja conservacion, el desarrollo y la difu- sién de la ciencia y de la cultura. 3. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la indispensable libertad para la investigacién cientifica y para la actividad creadora. 4. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen los bene- ficios que derivan del fomento y desartollo de la cooperacién y de las relaciones internacionales en cuestiones cientificas y culturales. Parte IV Articulo 16 1. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a presentar, en conformidad con esta parte del Pacto, informes sobre las medidas que hayan adoptado, y los progresos realizados, con el fin de asegurar el respeto a los derechos reconocidos en el mismo. 2. a) Todos los informes seran presentados al Secretario General de las Naciones Unidas, quien transmitir4 copias a] Consejo Econémi- co y Social para que las examine conforme a lo dispuesto en el pre- sente Pacto. b) El Secretario General de las Naciones Unidas transmitira tam- bién a los organismos especializados copias de los informes, o de las partes pertinentes de éstos, enviados por los Estados Partes en el presente Pacto que ademas sean miembros de esos organismos espe- cializados, en la medida en que tales informes 0 partes de ellos tengan relacién con materias que sean de la competencia de dichos organismos conforme a sus instrumentos constitutivos. Articulo 17 1. Los Estados Partes en el presente Pacto presentarin sus informes por etapas, con arreglo al programa que estableceré el Con- 154 MAXIMO PACHECO GOMEZ sejo Econémico y Social en el plazo de un aiio desde la entrada en vigor del presente Pacto, previa consulta con los Estados Partes y con los organismos especializados interesados. 2. Los informes podrén sefialar las circunstancias y dificultades que afecten el grado de cumplimiento de las obligaciones previstas en este Pacto. 3. Cuando la informacién pertinente hubiera sido ya proporcio- nada_a las Naciones Unidas o a algdin organismo especializado por un Estado Parte, no ser4 necesario repetir dicha informacién, sino que bastaré hacer referencia concreta a la misma, Articulo 18 En virtud de las atribuciones que la Carta de las Naciones Unidas le conficre en materia de derechos humanos y libertades fundamenta- les, el Consejo Econémico y Social podrd concluir acuerdos con los organismos especializados sobre la presentacién por tales organismos de informes relativos al cumplimiento de las disposiciones de este Pacto que corresponden a su campo de actividades. Estos informes podr4n contener detalles sobre Jas decisiones y recomendaciones que en relacién con ese cumplimiento hayan aprobado los érganos com- petentes de dichos organismos. Articulo 19 El Consejo Econémico y Social podr4 transmitir a la Comisién de Derechos Humanos, para su estudio y recomendacién de carActer general, o para informacién, segtin proceda, los informes sobre dere- chos humanos que presenten los Estados conforme a los articulos 16 y 1%, y los informes relativos a los derechos humanos que presenten los organismos especializados conforme al articulo 18. Articulo 20 Los Estados Partes en el presente Pacto y los organismos espe- cializados interesados podr4n presentar al Consejo Econémico y Social observaciones sobre toda recomendacién de cardcter general hecha en virtud de] articulo 19 0 toda referencia a tal recomendacién general que conste en un informe de la Comisién de Derechos Humanos o en un documento alli mencionado. Articulo 21 El Consejo Econémico y Social podré presentar de vez en cuando a la Asamblea General informes que contengan recomendaciones de LOS DERECHOS HUMANOS.. DOCUMENTOS BASICOS 155 caracter general, asi como un resumen de la informacién recibida de los Estados Partes en el presente Pacto y de los organismos especia- lizados acerca de las medidas adoptadas y los progresos realizados para lograr el respeto general de los derechos reconocidos en el presente Pacto, Articulo 22 El Consejo Econémico y Social podr4 sefalar a la atencién de otros érganos de las Naciones Unidas, sus érganos subsidiarios y Jos organismos especializados interesados que se ocupen de prestar asis- tencia técnica, toda cuestién surgida de los informes a que se refiere esta parte de] Pacto que pueda servir para que dichas entidades se pronuncien, cada una dentro de su esfera de competencia, sobre la conveniencia de las medidas internacionales que puedan contribuir a la aplicacién efectiva y progresiva del presente Pacto. Articulo 23 Los Estados Partes en el presente’ Pacto convienen en que las medidas de orden internacional destinadas a asegurar el respeto de los derechos que se reconocen en el presente Pacto comprenden pro- cedimientos tales como la conclusién de convenciones, la aprobacién de recomendaciones, Ja prestaci6n de asistencia técnica y la celebra- cién de reuniones regionales y técnicas, para efectuar consultas y rea- lizar estudios, organizadas en cooperacién con los gobiernos intere- sados, Articulo 24 Ninguna disposicién del presente Pacte deberd interpretarse en menoscabo de las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas o de las constituciones de los organismos especializados que definen las atribuciones de los diversos drganos de las Naciones Unidas y de los organismos especializados en cuanto a las materias a que se refiere el presente Pacto. Articulo 25 Ninguna disposicién del presente Pacto deber4 interpretarse en menoscabo del derecho inherente de todos los pueblos a disfrutar y utilizar plena y libremente sus riquezas y recursos naturales. 156 MAXIMO PACHECO COMEZ ParRTE V Articulo 26 1. El presente Pacto estard abierto a Ja firma de todos los Es- tados Miembros de las Naciones Unidas o miembros de algun orga- nismo especializado, asi como’ de todo Estado Parte en el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia y de cualquier otro Estado in- vitado por la Asamblea General de Jas Naciones Unidas a ser parte en el presente Pacta, 2. El presente Pacto esté sujeto a ratificacién. Los instrumentos de ratificacién se depositar4n en poder de] Secretario General de las Naciones Unidas. 3. El presente Pacto quedar4 abierto a Ia adhesién de cualquiera de los Estados mencionados en el parrafo I del presente articulo. 4. La adhesién sc efectuard mediante el depésito de un instru- mento de adhesién en poder del Secretario General de las Naciones Unidas, 5. El Secretario General de las Naciones Unidas informard a todos los Estados que hayan firmado el presente Pacto, o se hayan adherido a él, del depdsito de cada uno de los instrumentos de ratifi- cacién o de adhesién. Articulo 27 1. El presente Pacto entrarA en vigor transcurridos tres meses a partir de Ja fecha en que haya sido depositado el trigésimo quinto instrumento de ratificacién o de adhesién en poder del Secretario General de Jas Naciones Unidas. 2. Para cada Estado que tatifique el presente Pacto o se adhiera a él después de haber sido depositado el trigésimo quinto instrumento de ratificaci6n o de adhesién, el Pacto entraré en vigor transcurridos tres meses a partir de Ja fecha en que tal Estado haya depositado su instrumento de ratificacién o de adhesién, Articulo 28 Las disposiciones del presente Pacto seran aplicables a todas las partes componentes: de los Estados federales, sin Hmitacién ni excep- cién alguna, LOS DERECHOS HUMANDOS, DOCUMENTOS BASICOS 157 Articulo 29 1. Todo Estado Parte en el presente Pacto podré proponer en- miendas y depositarlas en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. El Secretario Genera] comunicar4 las enmiendas propuestas a los Estados Partes en el presente Pacto, pidiéndoles que le notifi- quen si desean que se convoque una conferencia de Estados Partes con el fin de examinar las propuestas y someterlas a votacién. Si un tercio, al menos, de los Estados se declara en favor de tal convocato- ria, el Secretario General convocar4é una conferencia bajo los auspi- cios de las Naciones Unidas. Toda enmienda adoptada por la mayoria de Estados presentes y votantes en la conferencia se someterd a la aprobacién de la Asamblea General de las Naciones Unidas. 2. Tales enmiendas entraran en vigor cuando hayan sido apro- badas por la Asamblea General de las Naciones Unidas y aceptadas por una mayoria de dos tercios de los Estados Partes en el presente Pacto, de conformidad con sus respectivos procedimientos constitu- cionales. 3. Cuando tales enmiendas entren en vigor ser4n obligatarias para los Estados Partes que las hayan aceptado, en tanto que los dems Estados Partes seguiran obligados por las disposiciones del presente Pacto y por toda enmienda anterior que hayan aceptado, Articula 30 Independientemente de las notificaciones previstas en el pérrafo 5 del articulo 26, el Secretario General de las Naciones Unidas comu- nicard a todos los Estados mencionados en el parrafo 1 del mismo articula: a) Las firmas, ratificaciones y adhesiones conformes con lo dis- puesto en el articula 26; b) La fecha en que entre en vigor el presente Pacto conforme a lo dispuesto en el articulo 27, y la fecha en que entren en vigor las enmiendas a que hace referencia el articulo 29, : Articulo 31 1, El presente Pacto, cuyos textos en chino, espafiol, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, sera depositado en los archivos de las Naciones Unidas. 2. El Secretario General de las Naciones Unidas enviara copias certificadas del presente Pacto a todos los Estados mencionados en el articulo 26, 13. PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLITICOS (Adoptado y abierto a la firma, ratificacién y adhesién por la Asamblea General en su resolucién 2200 (XXI), de 16 de diciembre de 1966) (Entrada en vigor: 23 de marzo de 1978, de conformidad con el articulo 49) PREAMBULO Los Estados Partes en el presente Pacto, Considerando que, conforme a los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y de sus derechos iguales e inalienables, Reconociende que estos derechos se derivan de la dignidad inhe- rente a Ja persona humana, Reconociendo que, con arreglo a Ja Declaracién Universal de Derechos Humanos, no puede realizarse el ideal del ser humano libre, en el disfrute de Jas libertades civiles y politicas y liberado del temor y de la miseria, a menos que se creen condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos civiles y politicos, tanto como de sus derechos econdmicos, sociales y culturales, Considerando que la Carta de las Naciones Unidas impone a los Estados la obligacién de promover el respeto universal y efectivo de los derechos y libertades humanos, Comprendiendo que el individuo, por tener deberes respecto de otros individuos y de la comunidad a que pertenece, tiene la obliga- cién de esforzarse por la consecucién y la observancia de los derechos reconocidos en este Pacto, Convienen en los articulos siguientes: LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 159 Parte [ Articulo 1 1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinacién. En virtud de este derecho establecen libremente su condicién politica y proveen asimismo a su desarrollo econdémico, social y cultural. 2. Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperacién econémica internacional basada en el principio de beneficio reciproco, asi como del derecho internacional. En ningin caso podria privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia. 3. Los Estados Partes en el presente Pacto, incluides los que tienen la responsabilidad de administrar territorios no auténomos y territorios en fideicomiso, promoveran el ejercicio del derecha de libre determinacién, y respetaran este derecho de conformidad con las disposiciones de Ja Carta de las Naciones Unidas. Parte II Articulo 2 1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se com- promete a respetar y a garantizar a todos los individuos que se en- cuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdiccién, los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinci6n alguna de raza, color, sexo, idioma, religién, opinién politica o de otra indole, origen nacio- nal o social, posicién econémica, nacimiento o cualquier otra condicién social, 2. Cada Estado Parte se compromete a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones del presente Pacto, las medidas oportunas para dictar las disposiciones legislativas o de otro cardcter que fueren necesarias para hacer efectivos los derechos reconocidos en el presente Pacto y que no estuviesen ya garantizados por disposiciones legislativas o de otro carActer. 3. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se com- promete a garantizar que: a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en ei presente Pacto hayan sido violados podr4 interponer un recurso efec- tivo, aun cuando tal violacién hubiera sido cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales; b) La autoridad competente, judicial, administrativa. 0 legisla- tiva, o cualquiera otra autoridad competente prevista por el sistema 160 MAXIMO PACHECO GOMEZ legal del Estado, decidira sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso, y desarrollar4 las posibilidades de recurso judicial; 7 c) Las autoridades competentes cumpliran toda decisién en que se haya estimado procedente el recurso. Articulo 3 Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garan- tizar a hombres y mujeres la igualdad en el goce de todos los derechos civiles y politicos enunciados en el presente Pacto. Articulo 4 1. En situaciones excepcionales que pongan en peligro la vida de la nacién y cuya existencia haya sido proclamada oficialmente, los Estados Partes en el presente Pacto podrén adoptar disposiciones que, en la medida estrictamente limitada a las exigencias de Ja situa- cién, suspendan las obligaciones contraidas en virtud de este Pacto, siempre que tales disposiciones no sean incompatibles con las demas obligaciones que les impone el derecho internacional y no entrafien discriminacién alguna fundada unicamente en motivos de raza, color, sexo, idioma, religién u origen social. 2. La disposicién precedente no autoriza suspensién alguna de los articulos 6, 7, 8 (p4rrafos 1 y 2), 11, 15, 16 y 18. 3. Todo Estado Parte en el presente Pacto que haga uso del derecho de suspensién deber4 informar inmediatamente a los demas Estados Partes en el presente Pacto, por conducto del Secretario General de las Naciones Unidas, de las disposiciones cuya aplicacién haya suspendido y de los motivos que hayan suscitado la suspensi6n. Se hard una nueva comunicacién por el mismo conducto en la fecha en que haya dado por terminada tal suspensidn. Articulo 5 1. Ninguna disposicién del presente Pacto podra ser interpre- tada en el sentido de conceder derecho alguno a un Estado, grupo 0 individuo para emprender actividades o realizar actos encaminados a Ja destruccién de cualquiera de los derechos y libertades recono- cidos en el Pacto o a su limitaci6n en mayor medida que la prevista en él, 2. No podré admitirse restriccién o menoscabo de ninguno de los derechos humanos fundamentales reconocidos o vigentes en un LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 161 Estado Parte en virtud de leyes, convenciones, reglamentos o costum- bres, so pretexto de que el presente Pacto no los reconoce o los reconoce en menor grado. Parte III Articulo 6 1. El derecho a Ja vida es inherente a la persona humana. Este derecho estarA protegido por la ley. Nadie podra ser privado de la vida arbitrariamente. 2. En los paises que no hayan abolido la pena capital sélo podrA imponerse la pena de muerte por los mds graves delitos y de conformidad con leyes que estén en vigor en el momento de cometer- se el delito y que no sean contrarias a las disposiciones del presente Pacto ni a la Convencién para la prevencién y la sancién del delito de genocidio. Esta pena slo podraé imponerse en cumplimiento de sentencia definitiva de un tribunal competente. 3. Cuando la privacién de la vida constituya delito de geno- cidio se tendr& entendido que nada de lo dispuesto en este articulo excusara en modo alguno a los Estados Partes del cumplimiento de ninguna de las obligaciones asumidas en virtud de las disposiciones de la Convencién para la prevencién y la sancién del delita de genocidio. 4, Toda persona condenada a mucrte tendrA derecho a solicitar el indulto o la conmutacién de la pena. La ammistia, el indulto o la conmutacién de la pena capital podr4n ser concedidos en todos los casos. 5. No se impondrd la pena de muerte por delitos cometidos por personas de menos de 18 afios de edad, ni se Ja aplicard a las mujeres en estado de gravidez. 6. Ninguna disposicién de este articulo podrA ser invocada por un Estado Parte en el presente Pacto para demorar o impedir la aboli- cién de la pena capital. Articulo 7 Nadie seré sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhu- manos o degradantes. En particular, nadie serd sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o cientificos. Articulo 8 1. Nadie estarA sometido a esclavitud. La esclavitud y la trata de esclavos estarfn prohibidas en todas sus formas. 162 MAXIMO PACHECO GOMEZ 2, Nadie estard sometido a servidumbre. 3. a) Nadie sera constrefiido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio; 4) El inciso precedente no podrd ser interpretado en el sentido de que prohibe, en los paises en los cuales ciertos delitos pueden ser castigados con la pena de prisién acompafiada de trabajos forzados, el cumplimiento de una pena de trabajos forzados impuesta por un tribunal competente; . c) No se consideraran como “trabajo forzoso u obligatorio”, a los efectos de este parrafo: i) Los trabajos o servicios que, aparte de los mencionados en el inciso b, se exijan normalmente de una persona presa en virtud de una decisién judicial legalmente dictada, o de una persona que habiendo sido presa en virtud de tal decisién se encuentre en libertad condicional,; ii) El servicio de cardcter militar y, en los patses donde se admite la exencién por razones de conciencia, el servicio nacional que deben prestar conforme a la ley quienes se opongan al servicio militar por razones de conciencia; iii) El servicio impuesto en casos de peligro o calamidad que amenace Ja vida o el bienestar de la comunidad; iv) El trabajo o servicio que forme parte de las obligaciones civicas normales, Articulo 9 1. Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie podra ser sometido a detencién o prisidn arbitrarias. Nadie podra ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta. 2. Toda persona detenida sera informada, en el momento de su detencién, de las razones de la misma, y notificada, sin demora, de la acusacién formulada contra ella, 3. Toda persona detenida o presa a causa de una infraccién penal ser4 llevada sin demora ante un juez u otro funcionario auto- rizado por la ley para ejercer funciones judiciales, y tendr4 derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad. La prisién preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general, pero su libertad podra estar subordinada a garantias que aseguren la comparecencia del acusado en el acto del juicio, 0 en cualquier otro momento de las diligencias procesales y, en su caso, para la ejecucién del fallo, 4. Toda persona que sea privada de Nbertad en virtud de deten- cién o prisién tendr4 derecho a reourrir ante un tribunal, a fin de LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 163 que éste decida a la brevedad posible sobre la legalidad de su prisién y ordene su libertad si la prisién fuera ilegal. 5. Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o presa, tendrd el derecho efectivo a obtener reparacién, Articulo 10 1. Toda persona privada de libertad ser& tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humana. 2. a) Los procesados estardn separados de los condenados, salvo en cireunstancias excepcionales, y seran sometidos a un tratamiento distinto, adecuado a su condicién de personas no condenadas; b) Los menores procesados estaran separados de los adultos y deberdn ser levados ante los tribunales de justicia con la mayor cele- ridad posible para su enjuiciamiento, 3. El régimen penitenciario consistiré en un tratamiento cuya finalidad esencial ser4 la reforma y la readaptacién social de los pena- dos. Los menores delincuentes estardh separados de los adultos y serin sometidos a un tratamiento adecuado a su edad y condicién juridica, Articulo 11 Nadie serA encarcelado por el solo hecho de no poder cumplir una obligacién contractual, Articulo 12 1. Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tendré derecho a circular libremente por él y a escoger libre- mente en é] su residencia, 2. Toda persona tendrd derecho a salir libremente de cualquier pais, incluso del propio. 3. Los derechos antes mencionados no podrén ser objeto de restricciones salvo cuando éstas se hallen previstas en la ley, sean necesarias para proteger la seguridad nacional, el orden publico, Ja salud o la moral pitblicas o los derechos y libertades de terceros, y sean compatibles con los demds derechos reconocidos en el presente Pacto. 4. Nadie podré ser arbitrariamente priyado del derecho a entrar en su propio pais. 164 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo 13 El extranjero que se halle legalmente en el territorio de un Estado Parte en el presente Pacto sélo podré ser expulsado de él en cumpli- miento de una decisién adoptada conforme a la ley; y, a menos que razones imperiosas de seguridad nacional se opongan a ello, se per- mitiré a tal extranjero exponer las razones que lo asistan en contra de su expulsién, asi como someter su caso a revisidén ante la autoridad competente o bien ante la persona o personas designadas especial- mente por dicha autoridad competente, y hacerse representar con tal fin ante ellas. Articulo 14 1. Todas Jas personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendra derecho a ser ofda publicamente y con las debidas garantias por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciacién de cualquier acusacién de carA&cter penal formulada contra ella o para la determi- nacién de sus derechos u obligaciones de cardcter civil. La prensa y el publico podrén ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios por consideraciones de moral, orden publico o seguridad nacional en una sociedad democratica, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes 0, en la medida estrictamente necesaria en opinién del tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa ser4 publica, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutcla de menores. 2, Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad confor- me a la ley. 3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendra derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantias minimas: @) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y causas de la acusacién for- mulada contra ella; b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparacién de su defensa y a comunicarse con un defensor de su elecci6n; c) A ser juzgada sin dilaciones indebidas, d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personal- mente o ser asistida por un defensor de su eleccién; a ser informada, sino tuviere defensor, del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 165 que el interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de medios suficientes para pagarlo; e) A interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la comparecencia de los testigos de descargo y que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo; f) A ser asistida gratuitamente por un intérprete, si no com- prende o no habla el idioma empleado en el tribunal; g) A no ser obligada a declarar contra si misma ni a confesarse culpable. 4. En cl procedimiento aplicable a los menores de edad a efectos penales se tendra en cuenta esta circunstancia y la importancia de estimular su readaptacién social. 5. Toda persona declarada culpable de un delito tendr& derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a Jo prescrito por la ley. 6. Cuando una sentencia condenatoria firme haya sido ulterior- mente revocada, o el condenado haya sido indultado por haberse producide o descubierto un hecho plenamente probatorio de la comi- sién de un error judicial, la persona que haya sufrido una pena como resultado de tal sentencia deber4 ser indemnizada, conforme a la ley, a menos que se demuestre que le es imputable en todo o en parte el no haberse revelado oportunamente el hecho desconocido, 7. Nadie podr& ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual haya sido ya condenado o absuelto por una sentencia firme de acuerdo con la ley y el] procedimiento penal de cada pafs. Articulo 15 1. Nadie sera condenado por actos u omisiones que en cl mo- mento de cometerse no fueran delictivos segtn el derecho nacional o internacional. Tampoco se impondr4 pena mds grave que Ja aplicable en el momento de Ja comisién del delito. Si con posterioridad a la comisién del delito la ley dispone la imposicién de una pena mds leve, el delincuente se beneficiard de ello. 2. Nada de |o dispuesto en este articulo se opondré al juicio ni a Ja condena de una persona por actos u omisiones que, en el momento de cometerse, fueran delictivos segin los principios genera- les del derecho reconocidos por la comunidad internacional. Articulo 16 Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimien- to de su personalidad jurtdica. 166 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo 17 1. Nadie ser4 objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputaci6n. 2. Toda persona tiene derecho a la proteccién de la ley contra esas injerencias o esos ataques, Articulo 18 1, Toda persona tiene derecho a Ja libertad de pensamiento, de conciencia y de religién; este derecho incluye la libertad de tener o de adoptar la religid6n o las creencias de su cleccién, asi como la libertad de manifestar su religién o sus creencias, individual o colec- tivamente, tanto en publico como en privado, mediante el culto, Ja celebracién de los ritos, las pr4cticas y la ensefianza. 2. Nadie ser4 objeto de medidas coercitivas que puedan menos- cabar su libertad de tener o de adoptar Ja religién o las creencias de su eleccién. 3. La libertad de manifestar la propia religién o las propias creencias estarA sujeta tinicamente a las limitaciones prescritas por la Jey que sean necesarias para proteger Ja seguridad, el orden, la salud o la moral publicos, o los derechos y libertades fundamentales de los demas. 4. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres y, en su caso, de los tutores legales, para garantizar que los hijos reciban la educacién religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Articulo 19 1. Nadie podr4 ser molestado a causa de sus opiniones. 2. Toda persona tiene derecho a Ja libertad de expresién; este derecho comprende la libertad de busear, recibir y difundir informa- ciones e ideas de toda indole, sin consideracién de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma {mpresa 0 artistica, o por cualquier otro procedimiento de su eleccién. 3. El ejercicio del derecho previsto en el parrafo 2 de este articulo entrafia deberes y responsnbilidades especiales. Por consi- guiente, puede estar sujeto a ciertas restricciones, que deberan, sin embargo, estar cxpresamente fijadas por la ley y scr necesarias para: a) Asegurar el respeto a los derechos o a la reputacién de los demas; LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 167 b) La proteccién de Ja seguridad nacional, e] orden ptblico o la salud o Ja moral publicas. Articulo 20 \ 1. Toda propaganda en favor de la guerra estard prohibida por a ley. 2. Toda apologia de] odio nacional, racial o religioso que cons- tituya incitacién a Ja discriminacién, la hostilidad o la violencia estara prohibida por la ley. Articulo 21 Se reconoce el derecho de reunién pacifica. El ejercicio de tal derecho sdlo podré estar sujeto a las restricciones previstas por Ja ley que sean necesarias en una sociedad democratica, en interés de la seguridad nacional, de la seguridad ptblica o del orden publico, o para proteger la salud o Ja moral ptblicas o los derechos y libertades de los demés, 1 Articulo 22 1. Toda persona tiene derecho a asociarse libremente con otras, incluso el derecho a fundar sindicatos y afiliarse a ellos para Ja pro- teccién de sus intereses. 2. EI ejercicio de tal derecho sélo podr4 estar sujeto a las res- tricciones previstas por la ley que sean necesarias en una sociedad democrdatica, en interés de la scguridad nacional, de la seguridad publica o del orden piblico, o para proteger la salud o la moral publicas o los derechos y libertades de los demds. El! presente articulo no impedird la imposicién de restricciones legales al ejercicio de tal derecho cuando se trate de miembros de las fuerzas armadas y de la policfa. 3. Ninguna disposicién de este articulo autoriza a los Estados Partes en el Convenio de la Organizacién Internacional del Trabajo de 1948, relativo a Ja libertad sindical y a Ja proteccién del derecho de sindicacién, a adoptar medidas legislativas que puedan menoscabar las garantias previstas en él ni a aplicar la ley de tal manera que pueda menoscabar esas garantias. Articulo 23 1. La familia es el elemento natural y fundamental de la socie- dad y tiene derecho a la proteccién de Ja sociedad y del Estado. 168 MAXIMO PACHECO GOMEZ 2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tiene edad para ello. 3. El matrimonio no podr celebrarse sin el libre y pleno con- sentimiento de los contrayentes, _ 4, Los Estados Partes en el presente Pacto tomaran las medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y de responsabili- dades de ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matri- monio y en caso de disolucién del mismo. En caso de disolucién, se adoptardn disposiciones que aseguren la proteccién necesaria a los hijos. Articulo 24 1. Todo nifo tiene derecho, sin discriminacién alguna por mo- tivos de raza, color, sexo, idioma, religién, origen nacional o social, posici6n econémica o nacimiento, a las medidas de proteccién que su condicién de menor requiere, tanto por parte de su familia como de la sociedad y del Estado. 2, Todo nifio ser4 inscrito inmediatamente después de su na- cimiento y deberA tener un nombre. Todo nifio tiene derecho a adquirir una nacionalidad. Articulo 25 Todos los ciudadanos gozarin, sin ninguna de las distinciones mencionadas en el articulo 2, y sin restricciones indebidas, de los si- guientes derechos y oportunidades: a) Participar en Ja direccién de Jos asuntos publicos, directamente © por medio de representantes libremente elegidos; b) Votar y ser elegidos en elecciones periddicas, auténticas, rea- lizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresién de la voluntad de los electores; c) Tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las fun- ciones ptblicas de su pais. Articulo 26 Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminacién a igual proteccién de la ley. A este respecto, la ley prohibird toda discriminacién y garantizar4 a todas las personas pro- teccién igual y efectiva contra cualquier discriminaci6n por motivos de raza, color, sexo, idioma, religién, opiniones politicas o de cualquier indole, origen nacional o social, posicién econémica, nacimiento o cualquier otra condicién social. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 169 Articulo 27 En los Estados en que existan minorias étmicas, religiosas o lin- giiisticas, no se negarA a las personas que pertenezcan a dichas mino- rias el derecho que les corresponde, en comin con los demas miem- bros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religién y a emplear su propio idioma. Parte IV Articulo 28 1. Se establecer’ un Comité de Derechos Humanos (en ade- lante denominado el Comité). Se compondrA de dieciocho miembros, y desempefiard las funciones que se sefialan mas adelante. 2. El Comité estard compuesto de nacionales de Jos Estados Partes en el presente Pacto, que deberan ser personas de gran inte- gridad moral, con reconocida competencia en materia de derechos humanos. Se tomarA en consideracién ‘la utilidad de la participacién de algunas personas que tengan experiencia juridica. 3. Los miembros del Comité serin elegidos y ejerccrin sus fun- ciones a titulo personal. Articulo 29 1. Los miembros del Comité seran elegidos por votacién secreta de una lista de personas que retnan las condiciones previstas en el articulo 28 y que sean propuestas al efecto por los Estados Partes en el presente Pacto. 2. Cada Estado Parte en el presente Pacto podré proponer hasta dos personas. Estas personas serdn nacionales del Estado que las pro- ponga. 3. La misma persona podrd ser propuesta mas de una vez. Articulo 30 1, La eleccién inicial se celebraré a mas tardar seis meses des- pués de la fecha de entrada en vigor del presente Pacto. 9°, Por lo menos cuatro meses antes de la fecha de la eleccién del Comité, siempre que no se trate de una cleccién para Ilenar una vacante declarada de conformidad con el articulo 34, el Secretario General de las Naciones Unidas invitarA por escrito a los Estados Partes en el presente Pacto a presentar sus candidatos para el Comité en el término de tres meses. 170 MAXIMO PACHECO GOMEZ 3. El Secretario General de las Naciones Unidas prepararA una lista por orden alfabético de los candidatos que hubieren sido pre- sentados, con indicacién de los Estados Partes que los hubieren de- signado, y la comunicar4 a los Estados Partes en el presente Pacto a mas tardar un mes antes de la fecha de cada eleccién. 4, La cleccién de los miembros del Comité se celebrar& en una reunién de los Estados Partes convocada por el Sccretario General de Jas Naciones Unidas en la Sede de la Organizacién, En esa reunién, para la cual cl quérum estaré constituido por dos tercios de los Es- tados Partes, quedarén elegidos miembros del Comité los candidatos que obtengan el mayor niimero de votos y Ia mayoria absoluta de los votos de los representantes de los Estados Partes presentes y yotantes, Articula 31 1, El Comité no podré comprender m4s de un nacional de un mismo Estado. 2. En la eleccién del Comité se tendrA en cuenta una distribu- cién geografica equitativa de los miembros y Ja representacién de las diferentes formas de civilizacién y de los principales sistemas juridicos. Articulo 32 1. Los miembros del Comité se elegir4n por cuatro afios, Podran ser reelegidos si se presenta de nuevo su candidatura. Sin embargo, los mandatos de nueve de los miembros elegidos en Ia primera elec- cién expiraran al cabo de dos aiios. Inmediatamente después de la primera eleccién, el Presidente de la reunién mencionada en el parrafo 4 del articulo 30 designard por sortea los nombres de estos nueve miembros. 2. Las elecciones que se celebren al expirar el mandato se har4n con arreglo a los articulos precedentes de esta parte del presente Pacto. Articulo 33 1. Si los dem4s miembros estiman por unanimidad que un miem- bro del Comité ha dejado de desempefiar sus funciones por otra causa que Ja de ausencia temporal, el Presidente del Comité notificaré este hecho al Secretaria General de las Naciones Unidas, quien declarard vacante el puesto de dicho miembro. 2. En caso de muerte o renuncia de un miembro del Comité, el Presidente Jo notificaré inmediatamente al Secretario General de las Naciones Unidas, quien declarar& vacante el puesto desde la fecha del fallecimiento o desde la fecha en que sea efectiva la renuncia. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 171 Articulo 34 1. Si se declara una vacante de conformidad con el articulo 33 y si el mandato del miembro que ha de ser sustituido no expira dentro de los seis meses que sigan a la declaracién de dicha vacante, el Se- cretario General de las Naciones Unidas Jo notificaraé a cada uno de los Estados Partes en e] presente Pacto, los cuales, para llenar la vacante, podrén presentar candidatos en el plazo de dos meses, de acuerdo con Jo dispuesto en el pArrafo 2, del articulo 29. 2. El Secretario General de las Naciones Unidas prepararé una lista por orden alfabético de los candidatos asi designados y la comunicara a los Estados Partes en el presente Pacto. La eleccién para Nenar la vacante se verificara de conformidad con las disposiciones pertinentes de esta parte del presente Pacto. 3. Todo miembro del Comité que haya sido elegido para Ilenar una vacante declarada de conformidad con el articule. 33 ocupard el cargo por e] resto del mandato del miembro que dej6 vacante el puesto en ec] Comité conforme a lo dispuesta en este articulo. Articulo 35 Los miembros del Comité, previa aprobacién de la Asamblea General de las Naciones Unidas, percibiran emolumentos de los fondos de las Naciones Unidas en la forma y condiciones que la Asamblea General determine, teniendo en cuenta la importaneia de las funciones del Comité, Articulo 36 El Secretario General de las Naciones Unidas proporcionard el personal y los servicios necesarios para el desempefio eficaz de las funciones del Comité en virtud del presente Pacto. Articulo 37 1. El Secretaria General de las Naciones Unidas convocarA la primera reunién del Comité en Ja Sede de las Naciones Unidas. 2. Después de su primera reunién, el Comité se reunirA en las ocasiones que se prevean en su reglamento, 3, El] Comité se reunira normalmente en la Sede de las Naciones Unidas o en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra. 172 MAXIMO PACHECO COMEZ Articulo 38 Antes de entrar en funciones, los miembros del Comité declararan solemnemente en sesién publica del Comité que desempefiaran su cometido con toda imparcialidad y conciencia. Articulo 39 1. El Comité elegiré su Mcsa por un periodo de dos aiios, Los miembros de la Mesa podr4n ser reelegidos. 2. El Comité establecera su propio reglamento, en el cual sc dispondr4, entre otras cosas, que: a) Doce miembros constituiran quérum; b) Las decisiones del Comité se tomardn por mayoria de votos de los miembros presentes. Articulo 40 1. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a presentar informes sobre las disposiciones que hayan adoptado y que den efecto a los derechos reconocidos en el Pacto y sobre e] progreso que hayan realizado en cuanto al goce de esos derechos: a) En el plazo de un afio, a contar de la fecha de entrada en vigor del presente Pacto con respecto a los Estados Partes interesados; b) En lo sucesivo, cada vez que el Comité lo pida. 2, Todos los informes se presentarin al Secretario General de las Naciones Unidas, quien los transmitir4 al Comité para examen. Los informes sefialaran los factores y las dificultades, si los hubicre, que afecten a la aplicacién del presente Pacto, 3. El Secretario General de las Naciones Unidas, después de celebrar consultas con el Comité, podrA transmitir a los organismos especializados interesados copias de las partes de los informes que caigan dentro de sus esferas de competencia. 4. El Comité estudiard Jos informes Presentados por los Estados Partes en el presente Pacto. Transmitiré sus informes, y los comenta- vios generales que estime oportunos, a los Estados Partes. El Comité también podré transmitir al Consejo Econémico y Social esos comen- tarios, junto con copia de los informes que haya recibido de los Es- tados Partes en el Pacto. 5. Los Estados Partes podran presentar al Comité observaciones sobre cualquier comentario que se haga con arreglo al pArrafo 4 del presente articulo, LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 173 Articulo 41 1. Con arreglo al presente articulo, todo Estado Parte en el presente Pacto podrd declarar en cualquier momento que reconoce la competencia del Comité para recibir y examinar las comunicaciones en que un Estado Parte alegue que otro Estado Parte no eumple las obligaciones que le impone este Pacto, Las comunicaciones hechas en virtud del presente articula sélo se podran admitir y examinar si son presentadas por un Estado Parte que haya hecho una declaracién por la cual reconozca con respecto a si mismo la competencia del Comité. El Comité no admitiré ninguna comunicacién relativa a un Estado Parte que no haya hecho tal declaracién, Las comunicaciones recibi- das en virtud de este articulo se tramitaran de conformidad con el procedimiento siguiente: a) Si un Estado Parte en el presente Pacto considera que otro Estado Parte no cumple las disposiciones del presente Pacto, podra sefialar el asunto a la atencién de dicho Estado mediante una comuni- cacién escrita, Dentro de un plazo de tres meses, contado desde la fecha de recibo de la comunicacién, el Estado destinatario proporcio- nar4 al Estado que haya enviado la comunicacién una explicacién o cualquier otra declaracién por escrito que aclare el asunto, la cual hard referencia, hasta donde sea posible y pertinente, a los procedi- mientos nacionales y a los recursos adoptados, en tramite o que pue- dan. utilizarse al respecto. b) Si el asunto no se resuelve a satisfaccién de los dos Estados Partes interesados en un plazo de seis meses contado desde la fecha en que el Estada destinatario haya recibido Ja primera comunicacién, cualquiera de ambos Estados Partes intercsados tendr4 derecho a SO- meterlo al Comité, mediante notificacién dirigida al Comité y al otro Estado, c) El Comité conocerd del asunto que se le someta después de haberse cerciorado de que se han interpuesto y agotado en ta! asunto todos los recursos de Ja jurisdiceién interna de que se pueda disponer, de conformidad con los principios del derecho internacional general- mente admitidos. No se aplicar4 esta regla cuando la tramitacién de los mencionados recursos se prolongue injustificadamente. @) El Comité celebrard sus sesiones a puerta cerrada cuando examine las comunicaciones previstas en el presente articulo. e) A reserva a las disposiciones del inciso c, el Comité pondré sus buenos oficios a disposicién de los Estados Partes interesados a fin de legar a una solucién amistosa del asunto, fundada en el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales reco- nocidos en el presente Pacto. f) En todo asunto que se le someta, el Comité podra pedir a los Estados Partes interesados a que se hace referencia en el inciso b que faciliten cualquier informacién pertinente, 174 MAXIMO PACHECO GOMEZ 8) Los Estados Partes interesados a que se hace referencia en el inciso b tendr4n derecho a estar representados cuando el asunto se examine en e] Comité y a presentar exposiciones verbalmente, o por escrito, o de ambas maneras. h) El Comité, dentro de los doce meses siguientes a la fecha de recibo de Ja notificacién mencionada en el inciso b, presentarA un informe en el cual: i) Si se ha Megado a una solucién con arreglo a lo dispuesto en el inciso e, se limitarA a una breve exposicién de los hechos y de la solucién alcanzada; ii) Si no se ha llegado a una solucién con arreglo a lo dispuesto en el inciso e, se limitarA a una breve exposicién de los hechos, y agregara las exposiciones escritas y Jas actas de las exposiciones ver- bales que hayan hecho los Estados Partes interesados. En cada asunto, se enviarA el informe a los Estados Partes inte- resados, 2. Las disposiciones del presente articulo entrar4n en vigor cuando diez Estados Partes en el presente Pacto hayan hecho las declaraciones a que se hace referencia en el pdrrafo 1 de] presente articulo. Tales declaraciones serin depositadas por los Estados Partes en poder del Secretario General de las Naciones Unidas, quien remitirA copia de las mismas a los demds Estados Partes. Toda declaracién podra reti- rarse en cualquier momento mediante notificacién dirigida al Secre- tario General. Tal retiro no sera obstAculo para que se examine cual- quier asunto que sea objeto de una comunicacién ya transmitida en virtud de este articulo; no se admitirA ninguna nueva comunicacién de un Estado Parte una vez que el Secretario General de las Na- ciones Unidas haya recibido la notificacién de retiro de la declaracién, a menos que el Estado Parte interesado haya hecho una nueva de- claracién. Articulo 42 1. a) Si un asunto remitido al Comité con arreglo al articulo 41 no se resuelve a satisfaccién de los Estados Partes interesados, el Comité, con el previo consentimiento de los Estados Partes interesados, podra designar una Comisién Especial de Conciliaci6n (denominada en adelante la Comisién), Los buenos ofieios de la Comisién se pon- draén a disposicién de los Estados Partes interesados a fin de llegar a una solucién amistosa del asunto, basada en el respeto al presente Pacto. b) La Comisién estar4 integrada por cinco personas aceptables para los Estados Partes interesados. Si, transcurridos tres meses, los Estados Partes interesados no se ponen de acuerdo sobre Ja composi- cién, en tedo o en parte, de la Comisién, los miembros de la Comisién sobre los que no haya habido acuerdo serdn elegidos por el Comité, LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 175 de entre sus propios miembros, en votacién secreta y por mayoria de dos tercios. 2. Los miembros de la Comisién ejercer4n sus funciones a titulo personal. No serd4n nacionales de los Estados Partes interesados, de ningin Estado que no sea parte en el presente Pacto, ni de nin- gun Estado Parte que no haya hecho la declaracién prevista en el articulo 41. 3. La Comisién elegird su propio Presidente y aprobaré su propio reglamento, 4. Las reuniones de la Comisién se celebrarén normalmente en la Sede de Jas Naciones Unidas o en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra. Sin embargo, podr4n celebrarse en cualquier otro lugar conveniente que la Comisién acuerde en consulta con el Secretario General de las Naciones Unidas y los Estados Partes interesados, 5. La secretaria prevista en el articulo 36 prestaré también ser- vicios a las comisiones que se establezcan en virtud del presente articulo, 8. La informacién recibida y estudiada por el Comité se facili- tard a la Comisién, y ésta podrd pedir a los Estados Partes interesados que faciliten cualquier otra informacién pertinente. 7. Cuando la Comisién haya examinado el asunto en todos sus aspectos, y en todo caso en un plazo no mayor de doce meses después de haber tomado conocimiento del mismo, presentar4 al Presidente del Comité un informe para su transmisién a los Estados Partes inte- resados: 4) Si la Comisién no puede completar su examen del asunto dentro de los doce meses, limitarA su informe a una breve exposicién de la situacién en que se halle su examen del asunto; b) Si se aleanza una solucién amistosa de] asunto basada en el respeto a los derechos humanos reconocidos en el presente Pacto, la Comisién limitara su informe a una breve exposici6n de los hechos y de la solucién aleanzada; ¢) Si no se alcanza una solucién en el sentido del inciso b, el informe de la Comisién incluird sus conclusiones sobre todas las cues- tiones de hecho pertinentes al asunto planteado entre los Estados Partes interesados, y sus observaciones acerca de las posibilidades de solucién amistosa del asunto; dicho informe contendr4 también las exposiciones cseritas y una resefia de las exposiciones orales hechas per los Estados Partes interesados; d) Si el informe de la Comisién se presenta en virtud del inciso c, los Estados Partes interesados notificaran al Presidente del Comité, dentro de los tres meses siguientes a la recepcién del informe, si aceptan o no los términos del informe de la Comisién. 176 MAXIMO PACHECO COMEZ 8.. Las disposiciones de este articulo no afectan las funciones del Comité previstas en el articulo 41. 8. Los Estados Partes interesados compartirén por igual todos los gastos de los miembros de la Comisién, de acuerdo con el calculo que haga el Secretario General de las Naciones Unidas. 10, El Secretario General de las Naciones Unidas podré sufragar, en caso necesario, los gastos de los miembros de la Comisién, antes de que los Estados Partes interesados reembolsen esos gastos conforme al pfrrafo 9 del presente articulo. Articulo 43 Los miembros del Comité y los miembros de las comisiones espe- ciales de conciliacién designados conforme al articulo 42 tendran de- recho u las facilidades, privilegios e inmunidades que sc eonceden a los expertos que desempefien misiones para las Naciones Unidas, cou arreglo a lo dispuesto en las secciones pertinentes de la Convencién sobre los privilegios e inmunidades de las Naciones Unidas. Articulo 44 Las disposiciones de aplicacién del presente Pacto se aplicaran sin perjuicio de los procedimientos previstos en materia de derechos humanos por los instrumentos constitutivos y las convenciones de las Naciones Unidas y de los organismos especializados en virtud de los mismos, y no impedirén que los Estados Partes recurran a otros pro- cedimientos para resolver una controversia, de conformidad con conve- nios internacionales generales o especiales vigentes entre ellos. Articulo 45 El Comité presentard a la Asamblea General de las Naciones Unidas, por conducto del Consejo Econémico y Social, un informe anual sobre sus actividades. Parte V Articulo 46 Ninguna disposicién del presente Pacto deberA interpretarse en menoscabo de las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas o de las constituciones de los organismos especializados que definen las atribuciones de los diversos Organos. de las Naciones Unidas y LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 177 de los organismos especializados en cuanto a las materias a que se tefiere el presente Pacto. Articulo 47 Ninguna disposicién del presente Pacto deberd interpretarse en menoscabo del derecho inherente de todos los pueblos a disfrutar y utilizar plena y libremente sus riquezas y recursos naturales. Parte VI Articulo 48 1. EL presente Pacto estaré abjerto a la firma de todos los Es- tados Miembros de las Naciones Unidas o miembros de algtin orga- nismo especializado, asi como de todo Estado Parte en el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia y de cualquier otro Estado invitado por la Asamblea General de las Naciones Unidas a ser parte en el presente Pacto. 2, El presente Pacto est4 sujeto a ratificacién. Los instrumentos de ratificacién se depositaran en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. 3. El presente Pacto quedara abierto a la adhesi6n de cualquiera de los Estados mencionados en el) parrafo 1 del presente articulo. 4. La adhesién se efectuarA mediante el depdsito de un instru- mento de adhesién en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. 5. El Secretario General de las Naciones Unidas informaré a todos los Estados que hayan firmado el presente Pacto, o se hayan adherido a él, del depésito de cada uno de los instrumentos de rati- ficacién o de adhesién. Articulo 49 1. El presente Pacto entrara en vigor transcurridos tres meses a partir de Ja fecha en que haya sido depositado el trigésimo quinto instrumenta de ratificaci6n o de adhesién en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. ‘ 2. Para cada Estado que ratifique el presente Pacto o se adhiera a él después de haber sido depositado el trigésimo quinto instrumento de ratificacion o de adhesién, el Pacta entrara en vigor transcurridos 178 MAXIMO PACHECO GOMEZ tres meses a partir de la fecha en que tal Estado haya depositado su instrumento de ratificacién o de adhesién. Articulo 50 Las disposiciones del presente Pacto serdn aplicables a todas las partes componentes de los Estados federales, sin limitacién ni excep- cién alguna. Articulo 51 1. Todo Estado Parte en el presente Pacto podr4 proponer en- miendas y depositarlas en poder del Secretario General de las Nacio- nes Unidas. E] Secretario General comunicard las enmiendas propues- tas a los Estados Partes en el presente Pacto, pidiéndoles que le noti- fiquen si desean que se convoque a una conferencia de Estados Partes con el fin de examinar las propuestas y someterlas a votaci6n. Si un tercio al menos de los Estados se declara en favor de tal convocatoria, el Secretario General convocar4 una conferencia bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Toda enmienda adoptada por la mayoria de Estados presentes y votantes en la conferencia se someterA a la apro- bacién de la Asamblea General de las Naciones Unidas. 2. Tales enmiendas entrar4n en vigor cuando hayan sido apro- badas por la Asamblea General de las Naciones Unidas y aceptadas por una mayoria de dos tercios de los Estados Partes en el presente Pacto, de conformidad con sus respectivos procedimientos constitu- cionales. 3. Cuando tales enmiendas entren en vigor, seran obligatorias para los Estados Partes que las hayan aceptado, en tanto que los demd4s Estados Partes seguiran obligados por las disposiciones del presente Pacto y por toda enmienda anterior que hayan aceptado. Articulo 52 Independientemente de las notificaciones previstas en el p4rrafo 5 del articulo 48, el Secretario General de las Naciones Unidas comu- nicaré a todos los Estados mencionados en el parrafo 1 del mismo articulo: a) Las firmas, ratificaciones y adhesiones conformes con lo dis- puesto en el articulo 48; b) La fecha en que entre en vigor el presente Pacto conforme a lo dispuesto en el artioulo 49, y Ja fecha en que entren en vigor las enmiendas a que hace referencia el articulo 51, LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 179 Articulo 53 1. El presente Pacto, cuyos textos en chino, espafiol, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, ser& depositado en los archivos de las Naciones Unidas. 2. El Secretario General de Jas Naciones Unidas enviaré copias certificadas del presente Pacto a todos los Estados mencionados en e} articulo 48, 14. PROTOCOLO FACULTATIVO DEL PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLITICOS ’ (Adoptado y abierto a la firma, rotificacién y adhesién por la Asamblea General en su resoluci6n 2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966) (Entrada en vigor: 23 de marzo de 1978, de conformidad con el articulo 9) Los Estados Partes en el presente Protocolo, Considerando que para asegurar el logro de los propésitos del Pacte Internacional de Derechos Civiles y Politicos (en adelante denominado el Pacto) y la aplicacién de sus disposiciones seria conveniente facultar al Comité de Derechos Humanos establecido en ja parte IV del Pacto (en adelante denominado el Comité) para recibir y considerar, tal como se prevé en el presente Protocolo, comu- nicaciones de individuos que aleguen ser victimas de violaciones de cualquiera de los derechos enunciados en el Pacto, Han convenido en lo siguiente: Articulo 1 Todo Estado Parte en el Pacto que Ilegue a ser parte en el presente Protocolo reconoce la competencia del Comité para recibir y considerar comunicaciones de individuos que se hallen bajo la juris- diccién de ese Estado y que aleguen ser victimas de una violacién, por ese Estado Parte, de cualquiera de los derechos enunciados en el Pacto. El Comité no recibira ninguna comunicacién que concierna a un Estado Parte en el Pacto que no sea parte en el presente Protocolo. Articulo 2 Con sujecién a lo dispuesto en el articulo 1, todo individuo que alegue una violacién de cualquiera de sus derechos enumerados en el Pacto y que haya agotado todos los recursos internos disponibles podrA someter a la consideracién del Comité una comunicaci6n escrita. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 181 Articulo 3 El Comité considerard inadmisible toda comunicacién presentada de acuerdo con el presente Protocolo que sea anénima o que, a su juicio, constituya un abuso del derecho a presentar tales comunica- ciones, o sea, incompatible con las disposiciones del Pacto. Articulo 4 1. A reserva de lo dispuesto en el articulo 3, el Comité pondrd toda comunicacién que le sea sometida en virtud del presente Pro- tocolo en conocimiento del Estado Parte del que se afirme que ha violado cualquiera de las disposiciones de] Pacto. 2. En un plazo de seis meses, ese Estado deber& presentar al Comité por escrito explicaciones o declaraciones en las que se aclare el asunto y se sefialen las medidas que eventualmente haya adoptado al respecto. Articulo 5 1, El Comité examinara las comunicaciones recibidas de acuerdo con el presente Protocolo tomando en cuenta toda la informacién es- crita que le hayan facilitado el individuo y el Estado Parte interesado. 2. El Comité no examinar4 ninguna comunicacién de un indi- viduo a menos que se haya cerciorado de que: a) El mismo asunto no ha sido sometido ya a otro procedimiento de examen o arreglo internacionales; b) El individuo ha agotado todos los recursos de la jurisdiccién interna, No se aplicard esta norma cuando !a tramitacién de los recursos se prolongue injustificadamente. 3. El] Comité celebrara sus sesiones a puerta cerrada cuando examine las comunicaciones previstas en el presente Protocolo. 4, El Comité presentara sus observaciones al Estado Parte inte- resado y al individuo. Articulo 6 El Comité incluira en e] informe anual que ha de presentar con arreglo al articulo 45 del Pacto, un resumen de sus actividades en virtud del presente Protocolo. 182 MAXIMO PACHECO GOMEZ Articulo 7 En tanto no se Jogren los objetivos de la resolucién 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 14 de diciembre de 1960, relativa a la Declaracién sobre la concesién de la indepen- dencia a los patses y pueblos coloniales, las disposiciones del pre- sente Protocolo no limitarén de manera alguna el derecho de peticién concedido a esos pueblos por la Carta de las Naciones Unidas y por otros instrumentos y convenciones internacionales que se hayan con- certado bajo los auspicios de las Naciones Unidas o de sus organismos especializados. Articulo 8 1. El presente Protocolo estard abierto a Ja firma de cualquier Estado que haya firmado el Pacto. 2. El presente Protocolo esté sujeto a ratificacién por cualquier Estado que haya ratificado el Pacto o se haya adherido al mismo. Los instrumentos de ratificacién se depositardn en poder del Secre- tario General de las Naciones Unidas. 3._ El presente Protocolo quedar4 abierto a la adhesién de cual- quier Estado que haya ratificado el Pacto o se haya adherido al misma. 4. La adhesién se efectuar4 mediante el depédsito de un instru- mento de adhesién en poder del Secretario General de las Naciones Unidas, 5. El Secretario General de las Naciones Unidas informard a todos los Estados que hayan firmado el presente Protocolo, 0 se hayan adherido a él, del depésito de cada uno de los instrumentos de rati- ficacién 0 de adhesién. Articulo 9 1. A reserva de la entrada en vigor del Pacto, el presente Pro- tocolo entraré en vigor transcurridos tres meses a partir de la fecha en que haya sido depositado el décimo instrumento de ratificacién o de adhesién en poder del Secretario General de las Naciones Unidas. 2. Para cada Estado que ratifique el presente Protecolo o se adhiera a él después de haber sido depositado el décimo instrumento de ratificacién o de adhesién, el presente Protocolo entrar4 en vigor transcurridos tres meses a partir de la fecha en que ta] Estado haya depositado su propio instrumento de ratificacién o de adhesién. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASIOOS 183 Articula 10 Las disposiciones del presente Protocolo ser4n aplicables a todas las partes componentes de los Estados federales, sin limitacién ni excepcién alguna. Articulo LI 1. Todo Estado Parte en el presente Protocolo podré proponer enmiendas y depositarlas en poder del Secretario General de las Na- ciones Unidas. E] Sccretario General comunicar4 las enmiendas pro- puestas a los Estados Partes en el presente Protocolo, pidiéndoles que le notifiquen si desean que se convoque una conferencia de Estados Partes con el fin de examinar las propuestas y someterlas a votacién. Si un tercio al menos de los Estados se declara en favor de tal con- vocatoria cl Sccretario General convocarA una conferencia bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Toda enmienda adoptada por la mayoria de los Estados presentes y votantes en la conferencia se someterd a la aprobacién de la Asamblea General de las Naciones Unidas, 4 2. Tales enmiendas entraran en vigor cuando hayan sido apro- badas por la Asamblea General y aceptadas por una mayoria de dos tercios de los Estados Partes en el presente Protocole, de confor- midad con sus respectivos procedimientos constitucionales. 3. Cuando tales enmiendas entren en vigor serdn obligatorias para los Estados Partes que las hayan aceptado, en tanto que los demas Estados Partes seguirén obligados por las disposiciones del presente Protocolo y por toda enmienda anterior que hubiesen acep- tado. Articulo 12 1. Todo Estado Parte podra denunciar el presente Protocolo en cualquier momento mediante notificacién escrita dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas. La denuncia surtirA efecto tres meses después de Ia fecha en que el Secretario General haya recibido la notificacié6n. 2. La denuncia se hard sin perjuicio de que las disposiciones del presente Protocolo sigan aplicandose a cualquier comunicacién presentada, en virtud del articulo 2, antes de Ja fecha de efectividad de la denuncia. Articulo 13 Independientemente de las notificaciones formuladas conforme al parrafo 5 del articulo 8 del presente Protocolo, el Secretario General 184 MAXIMO PACHECO GOMEZ de las Naciones Unidas comunicard a todos los Estados mencionados en el p4rrafo 1 del articulo 48 del Pacto: a) Las firmas, ratificaciones y adhesiones conformes con lo dis- puesto en el articulo 8; b) La fecha en que entre en vigor el presente Protocolo conforme a lo dispuesto en el articulo 9, y la fecha en que entren en vigor las enmiendas a que hace referencia el articulo 11; c) Las denuncias recibidas en virtud del articulo 12. Articulo 14 1. El presente Protocolo, cuyos textos en chino, espafiol, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos, sera depositado en los archivos de las Naciones Unidas. 2. El Secretario Genera] de Jas Naciones Unidas enviard copias certificadas del presente Protocolo a todos los Estados mencionados en el articulo 48 del Pacto. 15. PROCLAMACION DE TEHERAN (Proclamada por la Conferencia Internacional de Derechos Humanos en Teheran el 13 de mayo de 1968) La Conferencia Internacional de Derechos Humanos, Habiéndose reunido en Teheran de 22 de abril al 13 de mayo de 1968, para examinar los progresos logrados en los veinte afios transcurridos desde Ja aprobacién de la Declaracién Universal de Derechos Humanos y preparar un programa para el futuro, Habiendo examinado los problemas relacionados con las activi- dades de las Naciones Unidas para promover y alentar el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales. Teniendo presentes las resoluciones aprobadas por la Conferencia, Tomardo nota de que la observancia del Afio Internacional de los Derechos Humanos coincide con un momento en que e] mundo experimenta un cambio sin precedentes, Teniendo en cuenta las nuevas oportunidades que ofrece el rapi- do progreso de la ciencia y la tecnologia, Estimando que, cuando en tantas partes del mundo prevalecen las conflictos y la violencia, son m4s que nunca necesarias la solida- ridad y la interdependencia de] género humano, Consciente de que la paz constituye la aspiraci6n universal de la humanidad, y que para la realizacién plena de los derechos humanos y las libertades fundamentales son indispensables la paz y la justicia, Declara solemnemente que: 1. Es indispensable que la comunidad internacional cumpla su solemne obligacién de fomentar y alentar el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales para todos, sin distincién 186 MAXIMO PACHECO GOMEZ alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, Teligién u opiniones politicas o de cualquier otra indole; 2. La Declaracién Universal de Derechos Humanos enuncia una concepcién comin a todos los pueblos de los derechos iguales e ina- lienables de todos los miembros de la familia humana y la declara obligatoria para ja comunidad internacional; 3. El Pacto Intemacional de Derechos Civiles y Politicos, el Pacto Internacional de Derechos Econémicos, Sociales y Culturales, la Deelaracién sobre la concesién de la independencia a los paises y pueblos coloniales, la Convencién Internacional sobre la eliminacién de todas las formas de discriminacién racial, asi como otras conven- ciones y declaraciones en materia de derechos humanos, aprobadas bajo los auspicios de las Nacioncs Unidas, Jos organismos especiali- zados y las organizaciones intergubernamentales regionales, han esta- blecido nuevas normas y obligaciones que todas las naciones deben aceptar; 4.. Desde que se aprobé la Declaracién Universal de Derechos Humanos, las Naciones Unidas han logrado sustanciales progresos en la definicién de normas para el goce y proteccién de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Durante este perfodo se han aprobado muchos instrumentos internacionales de importancia. Pero aun queda mucho por hacer en la esfera de la aplicaci6n de estos derechos y libertades; 5. Las Naciones Unidas se han fijado como objetivo primordial en materia de derechos humanos que Ja humanidad goce de la mAxi- ma libertad y dignidad. Para que pueda alcanzarse este objetivo, es preciso que las leyes de todos los paises reconozcan a cada ciuda- dano, sea cual fuere su raza, idioma, religién o credo politico, la libertad de expresién, de informacién, de conciencia y de religién, asi como el derecho a participar plenamente en la vida politica, econd- mica, social y cultural de su pais; 6. Los Estados deben reafirmar su firme propésito de aplicar de modo efectivo los principios consagrados en Ja Carta de las Na- ciones Unidas y en otros instrumentos internacionales en relacién con los derechos humanos y las libertades fundamentales; 7. La comunidad internacional se siente profundamente preocu- pada ante la notoria denegacién de los derechos humanos que emana de la repulsiva politica de apartheid. Esta politica, condenada como un crimen de lesa humanidad, sigue trastornando profundamente la paz y la seguridad internacionales. Es imperativo, por tanto, que la comunidad internacional emplee todos los medios a su alcance para desterrar ese mal. La lucha contra el apartheid se reconoce coma legitima; LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASIOOS 187 8. Es: preciso lograr que los pueblos del mundo se den cuenta cabal de los males de la discriminacién racial y se unan para com- batirlos. La aplicacién de este principio de no discriminacién, consa- grado en Ja Carta de Jas Naciones Unidas, la Declaracién Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales en mate- tia de derechos humanos, constituye una tarea urgentisima de la humanidad, tanto en el plano internacional como en el nacional. Todas las ideologias basadas en la superioridad racial y en Ja intolerancia deben ser condenadas y combatidas; 9. Ocho afios después de que la Asamblea General aprobé la Declaracién sobre la concesién de la independencia a los pafses y pueblos coloniales, los problemas del colonialismo siguen preocupan- do a la comunidad internacional. Es urgente tomar medidas eficaces para asegurar el cumplimiento cabal de las disposiciones de la De- claracién en todas partes; eres 10. La denegacién general de Jos derechos humanos que acarrean los actos de agresién produce indecibles sufrimientos humanos y pro- voca reacciones que podrian sumir al mundo en conflictos cada vez mayores. Es obligacién de la comunidad internacional cooperar para erradicar tales azotes; ll. La notoria denegacién de los derechos humanos derivada de la diseriminacién por motivos de raza, religién, creencia o expre- sién de opiniones ofende a Ja conciencia de la humanidad y pone en peligro los fundamentos de la libertad, de Ja justicia y de la paz en el mundo; 12, La creciente disparidad entre los paises econémicamente desarrollados y los paises en desarrollo impide la realizacién de los derechos humanos en la comunidad internacional. Dado que el De- cenio para el Desarrollo no ha alcanzado sus modestos objetivos, resulta atin mas necesario que cada pais, en particular los paises desarrollados, procure por todos los medios eliminar esa disparidad; 13. Como los derechos humanos y las libertades fundamentales son indivisibles, la realizacién de los derechos civiles y politicos sin el goce de los derechos econémicos, sociales y culturales resulta im- posible. La consecucién de un Progreso duradero en la aplicacién de los derechos humanos depende de unas buenas y eficaces politicas nacionales e internacionales de desarrollo econdémico y social; 14. La existencia de mds de 700 millones de analfabetos en el mundo es el tremendo obstdculo con que tropiezan todos los esfuer- Zos encaminados a lograr que se cumplan los propdsitos y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y las disposiciones de la Decla- racién Universal de Derechos Humanos. La accién internacional para erradicar el analfabetismo en todo el mundo y promover Ja educacién en todos los niveles exige atencién urgente; 188 MAXIMO PACHECO GOMEZ 15. La discriminacién de que sigue siendo aun victima la mujer en distintas regiones del mundo debe ser eliminada. El hecho de que la mujer no goce de los mismos derechos que el hombre es contrario a la Carta de las Naciones Unidas y a las disposiciones de la Decla- racién Universal de Derechos Humanos. La aplicacién cabal de la Declaracién sobre la eliminacién de la discriminacién contra la mujer es una necesidad para el progreso de Ja humanidad; 16. La comunidad internacional debe seguir velando por la familia y el nifio. Los padres tienen el derecho humano fundamental de determinar libremente e] numero de sus hijos y los intervalos entre los nacimientos; 17, Las aspiraciones de la joven generacién a un mundo mejor, en que se ejerzan plenamente los derechos humanos y las libertades fundamentales, deben ser alentadas en grado sumo. Es imperativo que los jévenes participen en la determinacién del futura de la humanidad; 18. Si bien los recientes descubrimientos cientificos y adelantos tecnoldgicos han abierto amplias perspectivas para el progreso eco- némico, social y cultural, esta evolucién puede, sin embargo, compro- meter los derechos y las libertades de los individuos y por ello re- querir4 una atencién permanente; 19. El desarme liberaré inmensos recursos humanos y materiales que hoy dia se destinan a fines militares, Estos recursos deberdn uti- lizarse para promover los derechos humanos y las libertades funda- mentales. E] desarme general y completo constituye una de las aspi- raciones mAs elevadas de todos los pueblos; Por consiguiente, La Conferencia Internacional de Derechos Humanos, 1. Afirmando su fe en los principios de la Declaraci6n Univer- sal de Derechos Humanos y en otros instrumentos internacionales sobre la materia. 2. Exhorta a todos los pueblos y gobiernos a consagrarse a los principios contenidos en la Declaracién Universal de Derechos Hu- manos y a redoblar sus esfuerzos para ofrecer a todos los seres humanos una vida libre y digna que les permita aleanzar un estado de bienestar fisico, mental, social y espiritual. 16. CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS “PACTO DE SAN JOSE DE COSTA RICA” (Aprabada en la Conferencia de los Estados Americanos de San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969) PREAMBULO Los Estados Americanos signatarios de'la presente Convencién, Reafirmando su propésito de consolidar en este Continente, den- tro del cuadro de las instituciones demoerAticas, un régimen de liber- tad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre; Reconociendo que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona humana, razén por la cual justifican una proteccién internacional, de naturaleza conven- cional coadyuvante o complementaria de la que ofrece e! derecho interno de los Estados americanos; Considerando que estos principios han sido consagrados en la Carta de la Organizacién de Jos Estados Americanos, en la Declara- cién Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y en la De- claracién Universal de los Derechos Humanos que han sido reafirma- dos y desarrollados en otros instrumentos internacionales, tanto de Ambito universal como regional; Reiterando que, con arregla a la Declaracién Universal de los Derechos Humanos, sdlo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos econdmicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y politicos, y Considerando que la Tercera Conferencia Interamericana Extra- ordinaria (Buenos Aires, 1967) aprobé la incorporacién a Ja propia Carta de la Organizacién de normas mds amplias sobre derechos eco- 190 MAXIMO PACHECO GOMEZ némicos, sociales y educacionales y resolvié que una convencién inter- americana sobre derechos humanos determinara la estructura, com- petencia y procedimiento de los érganos encargados de esa materia, Han convenida en lo siguiente: PARTE I DEBERES DE LOS ESTADOS Y DERECHOS PROTEGIDOS Capituto I ENUMERACION DE DEBERES Articulo I Osuicacién pe REesPETAR Los DERECHOS 1. Los Estados Partes en esta Convencién se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su juris- diccién, sin discriminacién alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religién, opiniones politicas o de cualquier otra indole, origen nacional o social, posicién econémica, nacimiento o cualquier otra condicién social, 2. Para los efectos de esta Convencién, persona es todo ser humano, Articulo 2 Dreger DE Apoprarn Disposiciones DE DERECHO INTERNO Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el articulo 1 no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro cardcter, los Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de esta Convencién, las medidas legislativas o de otro cardcter necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASIOOS 191 Capfruzo II DERECHOS CIVILES Y POLITICOS Articulo 3 DERECHO AL REOCONOCIMIENTO DE La Personauipap Junipica Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad juridica. Articulo 4 DerecHo a La Vipa 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estar protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepcién. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente. 2. En los paises que no han abolido Ja pena de muerte, ésta s6lo podr4 imponerse por los delitos mds graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal competente y de conformidad con una ley que establezca tal pena, dictada con anterioridad a la comi- sién del delito, Tampoco se extendcra su aplicacién a delitos a los cuales no se la aplique actualmente. 3. No se restablecer4 la pena de muerte en los Estados que la han abolido. 4. En ningun caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos politicos ni comunes concxos con los politicos. 5. No se impondr4 la pena de muerte a personas que, en el momento de la comisién del delito, tuvieren menos de dieciocho afios de edad o més de setenta, ni se le aplicar4 a las mujeres en estado de gravidez. . 6. Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistia, el indulto o la conmutacién de la pena, los cuales podran ser concedidos en todos los casos. No se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud esté pendiente de decisi6n ante autoridad competente. Articulo § DeRECHO a LA INTEGRIDAD PERSONAL 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad fisica, psiquica y moral, 192 MAXIMO PACHECO GOMEZ 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad serd tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. 3. La pena no puede trascender de la persona del delincuente. 4. Los procesados deben estar separados de los condenados, salvo en circunstancias excepcionales, y seran sometidos a un trata- miento adecuado a su condicién de personas no condenadas. 5. Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser sepa- tados de los adultos y Ievados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad posible, para su tratamiento, 6. Las penas privativas de la libertad tendran como finalidad esencial la reforma y la readaptacién social de los condenados. Articulo 6 PrommiciOn DE La EscLavrrup ¥ SERVIDUMBRE 1. Nadie puede ser sometido a esclavitud o servidumbre, y tanto éstas, como la trata de esclavos y la trata de Mujeres estén prohibidas en todas sus formas. 2. Nadie debe ser constrefiido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio. En los paises donde ciertos delitos tengan sefialada pena privativa de la libertad acompafiada de trabajos forzosos, esta disposi- cién no podré ser interpretada en el sentido de que prohibe el cumpli- miento de dicha pena impuesta por juez o tribunal competente. El trabajo forzoso no debe afectar a la dignidad ni a la capacidad fisica e intelectual del recluido. 3. No constituyen trabajo forzoso u obligatorio, para los efectos de este articulo: a) los trabajos o servicios que se e jjan normalmente de una persona recluida en cumplimiento de una Sentencia o resolucién for- mal dictada por la autoridad judicial competente. Tales trabajos o servicios deber4n realizarse bajo la vigilancia y contro] de las autori- dades piblicas, y los individuos que los efectien no seran puestos a disposicién de particulares, compafiias o personas juridicas de cardc- ter privado,; b} el servicio militar y, en los paises donde se admite exencion por razones de conciencia, e] servicio nacional que la ley establezca en lugar de aquél, c) el servicio impuesto en casos de peligro o calamidad que amenace la existencia o el bienestar de la comunidad, y d) el trabajo o servicio que forme parte de las obligaciones clyicas normales, LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 193 Articulo 7 DerecHO a LA LiperTAD PERSONAL 1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales, 2. Nadie puede ser privado de su libertad fisica, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constitu- ciones Politicas de los Estados Partes o por las leyes dictadas con- forme a ellas, 3. Nadie puede ser sometido a detencién o encarcelamiento arbitrarios, 4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las razones de su detencién y notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella. 5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin de- mora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendr& derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continie el proceso. Su libertad podrd estar condicionada a garantias que aseguren su comparecencia en el juicio. 6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre Ja legalidad de su arresto o detencién y ordene su libertad si el arresto o la detencién fueran ilegales. En los Estados Partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los re- cursos podrdn interponerse por si o por otra persona, 7. Nadie seré detenido por deudas, Este principio no limita los mandatos de autoridad judicial competente dictados por incumpli- mientos de deberes alimentarios. Articulo 8 Ganantias Jupiciaes 1, Toda persona tiene derecho a ser oida, con las debidas garan- tlas y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal’ compe- tente, independiente e imparcial, establecido con antérioridad por la ley, en la sustanciacién de cualquier acusacién penal formulada contra elle, 9 para la determinacién de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro cardcter. 194 MAXIMO PACHECO GOMEZ 2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpa- bilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igual- dad, a las siguientes garantias minimas: a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal; b) comunicacién previa y detallada al inculpado de la acusa- cién formulada; ¢) concesién al inculpado del tiempo y de los medios adecua- dos para la preparacién de su defensa; d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su eleccién y de comunicarse libre y pri- vadamente con su defensor; e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor pro- porcionado por el Estado, remunerado o no segun la legislacién inter- na, si el inculpado no se defendiere por si mismo ni nombrare defensor dentro de! plazo establecido por la ley; f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o perites, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos, g) derecho a no ser obligado a declarar contra si mismo ni a declararse culpable, y . h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior. 3. La confesién del inculpado solamente es vdlida si es hecha sin coaccién de ninguna naturaleza. 4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podr& ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos. 5. El proceso penal debe ser ptblico, salvo en Jo que sea nece- sario para preservar los intereses de la justicia. Articulo 9 Principio bE LEGALIDAD Y DE RETROACTIVIDAD Nadie pucde ser condenado por acciones u omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivas segin el derecho apli- cable. Tampoco se puede imponer pena mds grave que la aplicable en el momento de la comisién del delito. Si con posterioridad a la comisién de] delito la ley dispone la imposicién de una pena més leve, el delincuente se beneficiaré de ello. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 195 Articulo 10 Derecuo a InDEMNYZACION Toda persona tiene derecho a ser indemnizada conforme a la ley en caso de haber sido condenada en sentencia firme por error judicial. Asticulo 11 Proteccién pve La Hora ¥ DE La Dicnman 1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al reco- nocimiento de su dignidad. 2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio 0 en su corres- pondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputacién. 3. Toda persona tiene derecho a la proteccién de Ja ley contra esas injerencias 0 esos ataques. Articulo 12 Lopertap DE CONCIENCIA Y DE RELIGION 1. Toda persona tiene derecho a Ja libertad de conciencia y de religién. Este derecho implica la libertad de conservar su religién o sus creencias, o de cambiar de religién o de creencias, asi como la libertad de profesar y divulgar su religién o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en publico como en privado. 2. Nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la libertad de conservar su religién o sus creencias o de cambiar de religién o de creencias. 3. La libertad de manifestar la propia religibn y las propias creencias est& sujeta Gnicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral publicos o los derechos o libertades de los demas. 4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educacién religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Articulo 13 LIpeRTAD DE PENSAMTENTO ¥ DE Expnesién 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresién. Este derecho comprende fa libertad de buscar, recibir 196 MAXIMO PACHECO COMEZ y difundir informaciones e ideas de toda indole, sin consideracién de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artistica, 0 por cualquier otro procedimiento de su eleccién. 2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulterio- res, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser nece- sarias para asegurar; a) el respeto a los derechos o a la reputacién de los demas, 0 b) la proteccién de la seguridad nacional, el orden publico o la salud o la moral publicas, 3. No se puede restringir el derecho de expresién por vias o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o par- ticulares de papel para periddicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusién de informacién o por cuales- quiera otros medios encaminados a impedir la comunicacién y la cir- culacién de ideas y opiniones. 4. Los espectéculos publicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la proteccién moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2. 5. Estaré prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apologia del odio nacional, racial 0 religioso que cons- tituyan incitaciones a Ja violencia o cualquier otra accién ilegal simi- lar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningin motivo, inclusive los de raza, color, religién, idioma u origen nacional. Articulo 14 DerecHo DE Recriricaci6n o REsPuUEstTA 1. Toda persona afectada por informaciones inexactas o agra- viantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusién legal- mente reglamentados y que se dirijan al pdblico, en general, tiene derecho a efectuar por el mismo érgano de difusién su rectificacién o Tespuesta en las condiciones que establezca Ja ley. 2. En ningiin caso la rectificacién o la respuesta eximirén de las otras responsabilidades legales en que se hubiese incurrido. 3. Para la efectiva proteccién de la honra y la reputacién, toda publicacién o empresa periodistica, cinematogrdfica, de radio o tele- visién tendrA una persona responsable que no esté protegida por inmunidades ni disponga de fuero especial. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 197 Articulo 15 DerecHo ve Reunién Se reconoce el derecho de reunién pacifica y sin armas. El ejer- cicio de tal derecho sélo puede estar sujeto a las restricciones previstas por la Jey, que sean necesarias en una sociedad democrdtica, en inte- rés de la seguridad nacional, de la seguridad o del orden piblico, o para proteger Ja salud o la moral piiblicas o los derechos o libertades de los demas. Articulo 16 LipenTAD DE ASOCIACION 1. Todas Jas personas tienen derecho a asociarse libremente con fines idcolégicos, religiosos, politicos, econdmicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de cualquiera otra indole. 2. El ejercicio de tal derecho sdlo puede estar sujeto a las res- tricciones previstas por la ley que sean necesarias en una sociedad democratica, en interés de la seguridad nacional, de la seguridad o del orden publicos, o para proteger la salud o la moral piblicas o los derechos y libertades de los demas. 3. Lo dispuesto en este articulo no impide Ja imposicién de restricciones legales, y aun Ja privacién del ejercicio del derecho de aso- ciacién, a los miembros de las fuerzas armadas y de la policfa. Articulo 17 ProtecciOn a LA Famita 1. La familia es el elemento natural y fundamental de la socie- dad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado, 2. Se reconoce ec] derecho del hombre y Ja mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen la edad y Jas condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida en que éstas no afecten el principio de no discriminacién establecido en esta Con- vencion. 3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno con- sentimiento de los contrayentes. 4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para ase- gurar In igualdad de derechos y la adecuada equivalencia de respon- sabilidades de los cényuges en cuanto al matrimonio, durante el ma- trimonio y en caso de disolucién del mismo. En caso de disolucién, 198 MAXIMO PACHECO GOMEZ se adoptarén disposiciones que aseguren la proteccién necesaria a los hijos, sobre la base unica del interés y conveniencia de ellos. 5. La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos naci- dos fuera de matrimonio como a los nacidos dentro del mismo. Articulo 18 DeRECHO AL NOMBRE Toda persona tiene derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus padres 0 al de uno de ellos. La ley reglamentar4 la forma de asegurar este derecho para todos, mediante nombres supuestos, si fuere necesario. Articulo 19 Denecttos ve, Nivo Todo nifio tiene derecho a las medidas de proteccién que su condicién de menor requiere por parte de su familia, de la sociedad y del Estado. Articulo 20 DenecHo a tA NaCcIONALIDAD 1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. 2. Toda persona tiene derecho a Ja nacionalidad del Estado en cuyo territorio nacié si no tiene derecho a otra. 3. A nadie se privarA arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiarla. Articulo 21 DERECHO A LA ProprepaAD Privapa 1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al interés social. 2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnizacién justa, por razones de utilidad publica o de interés social, y en los casos y segan las formas estable- cidas por la ley. 3. Tanto Ja usura como cualquier otra forma de explotacién del hombre por el hombre deben ser prohibidas por la Jey. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 189 Articulo 22 Derecho pe Cicunacién y pe ResipeNcia 1. Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tiene derecho a circular por el mismo y a residir en él con sujecién a las disposiciones legales. 2. Toda persona tiene derecho a salir libremente de cualquier pais, inclusive del propio. 3. El ejercicio de los derechos anteriores no puede ser restringido sino en virtud de una ley, en la medida indispensable en una sociedad democratica, para prevenir infracciones pcnales 0 para proteger la seguridad nacional, la seguridad o el orden publicos, la moral o la sa- lud pd&blicas o los derechos y libertades de los demés. 4. El ejercicio de los derechos reconacidos en el inciso 1 puede asimisme ser restringido por la ley, cn zonas determinadas, por razones de interés ptblico. 5. Nadie puede ser expulsado del territorio del Estado del cual es nacional, ni ser privado de] derecho a ingresar en el mismo. 6. El extranjero que se halle legalmente en el territorio de un Estado Parte en la presente Convencion, sdlo podr4 ser expulsado de él en cumplimiento de una decisién adoptada conforme a la ley. 7. Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio extranjero en caso de persecucién por delitos politicos o comunes conexos con les politicos y de acuerdo con Ja legislacién de cada Estado y los convenios internacionales. 8. En ningiin caso el extranjero puede ser expulsado o devuelto a otro pais, sea o no de origen, donde su derecho a la vida 0 a la libertad personal est& en riesgo de violacién a causa de raza, nacio- nalidad, religién, condicién social o de sus opiniones politicas. 9. Es prohibida la expulsién colectiva de extranjeros. Articulo 23 Drrecuos Portticos 1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: a) de participar en la direccién de los asuntos publicos, directa- mente 0 por medio de representantes libremente elegidos; b) de votar y ser elegidos en elecciones periédicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garan- tice la libre exprestén de Ja voluntad de los electores, y 200 .e MAXIMO PACHECO GOMEZ c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones publicas de su pais. 2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y opor- tunidades a que se refiere el inciso anterior, exclusivamente por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instruccién, capacidad civil © mental, o condena, por juez competente, en proceso penal. Articulo 24 IcvaLpap ANTE LA Ley Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tie- nen derecho, sin discriminacién, a igual proteccién de la ley. Articulo 25 ProrecciOn JUDICIAL 1, Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rapido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales compe- tentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamen- tales reconocidos por la Constitucién, Ja ley o la presente Convencién, aun cuando tal violacién sea cometida por personas que actien en ejercicio de sus funciones oficiales. 2. Los Estados Partes se comprometen: a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sis- tema legal del Estado decidiré sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso; b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y c) a garantizar el cumplimfento, por Jas autoridades competentes. de toda decisién en que se haya estimado procedente el recurso. Carfruro III DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES ¥Y CULTURALES Articulo 26 DESARROLLO PROGRESIVO Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperacién internacional, especial- mente econdmica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas econdémicas, 10S DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 201 sotiales y sobre educacién, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organizacién de los Estados Americanos, reformada por el Pro- tocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por via legislativa u otros medios apropiados. CapituLo IV SUSPENSION DE GARANTIAS, INTERPRETACION Y APLICACION Articulo 27 SUSPENSION DE GARANTIAS 1. En caso de guerra, de peligro publico o de otra emergencia que amenace la independencia o seguridad del Estado Parte, éste podraé adoptar disposiciones que, en la medida y por el tiempo estric- tamente limitados a las exigencias de la situaci6n, suspendan las obligaciones contraidas en virtud de: esta Convencién, siempre que tales disposiciones no sean incompatibles con las demas obligaciones que les impone el derecho internacional y no entrafien discriminacién alguna fundada en motivos de raza, color, sexo, idioma, religién u origen social. 2. La disposicié6n precedente no autoriza la suspensidn de los derechos determinados en los siguientes articulos: 3 (Derecho al Re- conocimiento de la Personalidad Juridica); 4 (Derecho a la Vida); 5 (Derecho a la Integridad Personal); 6 (Prohibicién de la Esclavitud y Servidumbre); 9 (Principio de Legalidad y de Retroactividad); 12 Libertad de Conciencia y de Religién); 17 (Proteccién a la Familia); 18 (Derecho al Nombre); 19 (Derechos del Nifio); 20 (Derecho a la Nacionalidad), y 23 (Derechos Politicos), ni de las garantias jucicia- les indispensables para la proteccién de tales derechos. 3. Todo Estado Parte que haga uso del derecho de suspensién deberé informar inmediatamente a los demds Estados Partes en la presente Convencién, por conducto del Secretario General de la Or- ganizacién de los Estados Americanos, de las disposiciones cuya aplica- eién haya suspendido, de los motivos que hayan suscitado la suspensién y de la fecha en que haya dado por terminada tal suspensién. Articulo 28 CLAusULA FEDERAL 1. Cuando se trate de un Estado Parte constituido como Estado Federal, el gobierno nacional de dicho Estado Parte cumpliré todas 202 MAXIMO PACHECO GOMEZ las disposiciones de la presente Convencién relacionadas con las mate- rias sobre Jas que ejerce jurisdiccién legislativa y judicial. 2. Con respecto a las disposiciones relativas a las materias que corresponden a la jurisdiccién de las entidades componentes de la Federacién, el gobierno nacional debe tomar de inmediato las medidas pertinentes, conforme a su constitucién y sus leyes, a fin de que las autoridades competentes de dichas entidades puedan adoptar las dis- posiciones de] caso para el cumplimiento de esta Convencién, 3. Cuando dos o mas Estados Partes acuerden integrar entre si una federaci6n u otra clase de asociacién, cuidardn de que el pacto comunitario correspondiente contenga las disposiciones necesarias para (que continden haciéndose efvctivas en cl nuevo Estado asf organizado las normas de Ia presente Convencién. Articulo 29 NorMas ve INTERPRETACIGN Ninguna_ disposicién de la presente Convencién puede ser inter- pretada en el] sentido de: a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suptimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convencién o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella: b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con Jas leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convencién en que sea parte uno de dichos Estados; c) excluir otros derechos y garantias que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democratica representativa de gobierno, y 4) excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaracién Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos interna- cionales de la misma naturaleza, Articulo 30 ALCANCE DE LAS Restriccioners Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convencién, al Boce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propésito para el cual han sido establecidas. LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 203 Articulo 31 RECONOCIMIENTO DE Otros Derecios Podran ser incluidos en el régimen de proteccién de esta Conven- cién otros derechos y libertades que sean reconocidos de acuerdo con los procedimientos establecidos en los articulos 76 y 77. CapiTuto V DEBERES DE JLAS PERSONAS Articulo 32 CorrRELACION ENTRE DEBERES ¥ DERECHOS 1. Toda persona tiene deberes para con la familia, la comunidad y la humanidad. 2. Los derechos de cada persona estan limitados por los derechos de los demas, por la seguridad de todos y por Jas justas exigencias de] bien comin, en una sociedad democratica, PARTE 11 MEDIOS DE LA PROTECCION Capiruno VI DE LOS ORGANOS COMPETENTES Articulo 33 Son competentes para conocer de los asuntos relacionados con el cumplimiento de los compromisos contraidos por los Estados Partes en esta Convencién: a) Ja Comisién Interamericana de Derechos Humanos, llamada en adelante la Comisién, y b) la Corte Interamericana de Derechos Humanos, llamada en adelante la Corte. 204 MAXIMO PACHECO GOMEZ Capituto VII LA COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS Seccién 1 Organizacion Articulo 34 La Comisién Interamericana de Derechos Humanos se compondra de siete miembros, que deberan ser personas de alta autoridad moral y reconocida versacién en materia de derechos humanos. Articulo 35 La Comisién representa a todos los Miembros que integran la Organizacién de los Estados Americanos. Articulo 36 1. Los Miembros de la Comisién serdn elegidos a titulo personal por la Asamblea General de la Organizacién de una lista de candida- tos propuestos por los gobiernos de los Estados Miembros. 9, Cada uno de dichos gobiernos puede proponer hasta tres candidatos, nacionales del Estado que los proponga o de cualquier otro Estado Miembro de la Organizaci6n de los Estadas Americanos. Cuando se proponga una terna, por lo menos uno de Jos candidatos deberé ser nacional de un Estado distinto del proponente. Articulo 37 1. Los Miembros de la Comisién seran clegidos por cuatro afas y s6lo podran ser reelegidos una vez, pero el mandato de tres de Jos Miembros designados en Ja primera eleccién expirar al cabo de dos afios. Inmediatamente después de dicha eleccién se determinarén por sorteo en la Asamblea Genera] Jos nombres de estos tres Miembros. 9, No puede formar parte de la Comisién mAs de un nacional de un mismo Estado. LOS DERECHOS HUM ANOS, DOCUMENTOS BASICOS 205 Articulo 38 Las vacantes que ocurrieren en ja Comisién, que no se deban a expiracién normal del mandato, se Henardn por el Consejo Permanen- te de la Organizacién de acuerdo con lo que disponga el Estatuto de la Comision. Articulo 39 La Comisién preparard su Estatuto, lo someteré a la aprobacién de la Asamblea General, y dictarA su propio Reglamento. Articulo 40 Los servicios de secretaria de la Comisién deben ser desempefia- dos por la unidad funcional especializada que forma parte de la Se- cretaria General de la Organizacién y debe disponer de los recursos necesarios para cumplir las tareas que le sean encomendadas por la Comisiébn. Fl Seceién 2 Funciones Articulo 41 La Comisién tiene Ja funcién principal de promover la observan- cia y Ja defensa de los derechos humanos, y en el ejercicio de su mandato tiene las siguientes funciones y atribuciones: a) estimular la conciencia de los derechos humanos en los pue- blos de América; b) formular recomendaciones, cuando lo estime conveniente, a los gobiernos de los Estados. Miembros para que adopten medidas progresivas en favor de los derechos humanos dentro del marco de sus leyes internas y sus preceptos constitucionales, al igual que dispo- siciones apropiadas para fomentar el debido respeto a esos derechos; ¢) preparar los estudios o informes que considere convenientes para el desempefio de sus funciones; d) solicitar de los gobiernos de los Estados Miembros que le proporeionen informes sobre las medidas que adopten en materia de derechos humanos; e) atender las consultas que, por medio de la Secretaria Ceneral do la Organizacién de los Estados Americanos, le formulen los Esta- dos Miembros en cuestiones relacionadas con los derechos humanos 206 MAXIMO PACHECO GOMEZ y, dentro de sus posibilidades, les prestarA el asesoramiento que éstos le soliciten; f) actuar respecto de las peticiones y otras comunicaciones en ejercicio de su autoridad de conformidad con Jo dispuesto en los ar- ticulos 44 al 51 de esta Convencién, y g) _rendir un informe anual a la Asamblea General de la Organi- zacién de los Estados Americanos. Articulo 42 Los Estados Partes deben remitir a la Comisién copia de Ios in- formes y estudios que en sus respectivos campos somcten anualmente a las Comisiones Ejecutivas del Consejo Interamericano Econémico y Social y del Consejo Interamericano para la Educacién, la Ciencia y la Cultura, a fin de que aquélla vele por que se promucvan los dere- chos derivados de las normas econdémicas, sociales y sobre educacién, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organizacién de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires. Articulo 43 Los Estados Partes se obligan a proporcionar a la Comisién las informaciones que ésta les solicite sobre la manera en que su derecho interno asegura la aplicacién efectiva de cualesquiera disposiciones de esta Convencién. Seccién 3 Competencia Articulo 44 Cualquier persona o grupo de personas, o entidad no guberna- mental legalmente reconocida en uno o mds Estados Miembros de la Organizacién, puede presentar a la Comisién peticioncs que conten- gan denuncias o quejas de violacién de esta Convencién por un Es- tado Parte. Articulo 45 1. Todo Estado Parte puede, en el momento del depésito de su instrumento de ratificaci6n o adhesién de esta Convencién, 0 en cual- quier momento posterior, declarar que teconoce Ja competencia de la Comisién para recibir y examinar las comunicaciones en que un Es- LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 207 tado Parte alegue que otro Estado Parte ha incurrido en violaciones de los derechos humanos establecidos en esta Convencidén. 2. Las comunicaciones hechas en virtud del presente articulo sélo se pueden admitir y examinar si son presentadas por un Estado Parte que haya hecho una declaracién por Ja eual reconozea la referida competencia de la Comisién, La Comisié6n no admitiré ninguna comu- nicacién contra un Estado Parte que no haya hecho tal declaracién. 3. Las declaraciones sobre reconocimiento de competencia pue- den hacerse para que ésta rija por tiempo indefinido, por un periodo determinado o para casos espectficos. 4. Las declaraciones se depositaran en la Secretaria General de la Organizacién de los Estados Americanos, Ja que transmitirA copia de las mismas a los Estados Miembros de dicha Organizacién. Articulo 46 1. Para que una peticién o comunicacién presentada conforme a los articulos 44 6 45 sea admitida por la Comisién, se requerird: a) que se hayan interpuesto y agotado los recursos de jurisdic- cién interna, conforme a los principios del Derecho Internacional ge- neralmente reconocidos; b) que sea presentada dentro del plazo de seis meses, a partir de la fecha en que el presunto lesionado en sus derechos haya sido notificado de la decisién definitiva; ¢) que la materia de la peticién o comunicacién no esté pendien- te de otro procedimiento de arreglo internacional, y d) que en el caso del articulo 44 la peticién contenga el nom- bre, la nacionalidad, la profesién, el domicilio y la firma de la persona ® personas o del representante legal de la entidad que somete la peticién. 2, Las disposiciones de los incisos 1a) y Lb) det presente ar- ticulo no se aplicaran cuando: a) no exista en Ja legislacion interna del Estado de que se trata el debido proceso legal para la protecci6n del derecho o derechos que se alega han sido violados; b) no se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los recursos de Ja jurisdiccién interna, 0 haya sido impedido de agotarlos, y c) haya retardo injustificado en la decisién sobre los menciona- dos recursos. Articule 47 La Comisién declararé inadmisible toda peticién 0 comunicacién presentada de acuerdo con los articulos 44 6 45 cuando: 208 MAXIMO PACHECO GOMEZ a) falte alguno de los requisitos indicados en el] articulo 46; b) no exponga hechos que caractericen una yiolacién de los de- rechos garantizados por esta Convencién; ce) resulte de la exposicién del propio peticionario o del Estado manifiestamente infundada la peticién o comunicacién o sea evidente su total improcedencia, y d) sea sustancialmente la reproduccién de peticién 0 comunica- cién anterior ya examinada por la Comisién u otro organismo inter- nacional, Seccién 4 Procedimiento Articulo 48 1. La Comisién, al recibir una peticién o comunicacién en la que se alegue la violacién de cualquiera de Jos derechos que consagra esta Convencién, proceder4 en los siguientes términos: a) si reconoce la admisibilidad de la peticién 0 comunicaci6n solicitaré informaciones al Gobierno del Estado al cual pertenezca la autoridad sefialada como responsable de la violacién alegada, trans- cribiendo Jas partes pertinentes de la peticién o comunicacién. Dichas informaciones deben ser enviadas dentro de un plazo razo- nable, fijado por la Comisién al considerar las circunstancias de cada caso. b) recibidas las informaciones o transcurrido el plazo fijado sin que sean recibidas, verificarA si existen 0 subsisten los motivos de la peticién o comunicacién. De no existir o subsistir, mandar4 archivar el expediente. ; c) podr también declarar la inadmisibilidad o la improcedencia de la petici6n o comunicacién, sobre la base de una informacién o prueba sobrevinientes. d) si el expediente no se ha archivado y con el fin de compro- bar los hechos, la Comisién realizara, con conocimiento de las partes, un examen del asunto planteado en la peticién o comunicacion. Si fuere necesario y conveniente, la Comisién realizard una investigacién para cuyo eficaz cumplimiento solicitard, y los Estados interesados le proporcionaran, todas las facilidades necesarias. e) podra pedir a los Estados interesados cualquier informaci6n pertinente y recibirf, si asi se le solicita, las exposiciones verbales o escritas que presenten los interesados. f) se pondré a disposicién de las partes interesadas, a fin de legar a una solucién amistosa del asunto fundada en el respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Convencidn. 2. Sin embargo, en casos graves y urgentes, puede realizarse una investigacién previo consentimiento del Estade en cuyo territorio LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 209 se alegue haberse cometido la violacién, tan sdlo con la presentacién de una petici6n o comunicacién que retina todos los requisitos for- males de admisibilidad. Articulo 49 Si se ha legado a una solucién amistosa con arreglo a las disposi- ciones del inciso 1) del articulo 48, la Comisién redactarA un informe que ser4 transmitido al peticionaria y a los Estados Partes en esta Convencién y comunicado después, para su publicacién, al Secretario General de la Organizacién de los Estados Americanos. Este informe contendré una breve exposicién de los hechos y de la solucién lograda. Si cualquiera de Jas partes en el caso lo solicitan, se les suministrard la mas amplia informacién posible. Articule 50 1. De no lIlegarse a una solucién, y dentro del plazo que fije el Estatuto de la Comisién, ésta redactaré un informe en el que expondra los hechos y sus conclusiones. Si el informe no representa, en todo o en parte, la opinién undnime de los miembros de la Comisién, cual- quiera de ellos podr4 agregar a dicho informe su opinidn por sepa- rado. También se agregardn al informe las exposiciones verbales o escritas que hayan hecho los interesados en virtud del inciso le) del articulo 48. 2. El informe serA transmitido a los Estados interesados, quienes no estar4n facultados para publicarlo. 3. Al transmitir el informe, la Comisién puede formular las pro- posiciones y recomendaciones que juzgue adecuadas. Articulo 51 1. Si en el plazo de tres meses, a partir de Ja remisién a los Estados interesados de] informe de la Comisién, el asunto no ha sido solucionado o sometido a la decisién de la Corte por la Comisién o por el Estado interesado, aceptande su competencia, la Comisién podrdé emitir, por mayoria absoluta de votos de sus miembros, su opinién y conclusiones sobre Ja cuestién sometida a su consideracién. 2. La Comisi6n har4 las recomendaciones pertinentes y fijara un plazo dentro del cual el Estado debe tomar las medidas que le competan para remediar la situacién examinada. 3. Transcurrido el periodo fijado, la Comisién decidir4, por la mayorfa absoluta de votos de sus miembros, si el Estado ha tomado o no medidas adecuadas y si publica o no su informe. 210 MAXIMO PACHECO GOMEZ Carfrotro VIII LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS Secciédn 1 Organizacion Articulo 52 1, La Corte se compondré de siete jueces, nacionales de los Estados Miembros de la Organizacién, elegidos a titulo persona! entre juristas de la mAs alta autoridad moral, de rcconocida competencia en materia de derechos humanos, que reinan las condiciones reque- ridas para el ejercicio de las mds elevadas funciones judiciales con- forme a la ley del pais del cual sean nacionales o del Estado que los proponga como candidatos. 2, No debe haber dos jueces de la misma nacionalidad. Articulo 53 1. Los jueces de la Corte serdn elegidos, en votacién secreta y por mayoria absoluta de votos de los Estados Partes en la Conven- cién, en la Asamblea General de Ja Organizacién, de una lista de candidatos propuestos por esos mismos Estados. 2. Cada uno de los Estados Partes puede proponer hasta tres candidatos, nacionales del Estado que los propone o de cualquier otro Estado Miembro de la Organizacién de los Estados Americanos. Cuan- do se proponga una terna, por lo menos uno de los candidatos deberé ser nacional de un Estado distinto de] proponente. Articulo 54 1. Los jueces de la Corte seran elegidos para un periodo de seis afios y s6lo podr4n ser reelegidos una vez. El mandato de tres de los jueces designados en la primera eleccién, expirarA al cabo de tres afios. Inmediatamente después de dicha eleccién, se determinar4n por sorteo en la Asamblea General Jos nombres de estos tres jueces. 2. El juez elegido para reempluzar a otro cuyo mandato no ha expirado, completara el perfodo de éste. 8. Los jueces permanecerdén en funciones hasta el término de su mandato. Sin embargo, seguirdn conociendo de los casos a que ya se LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 211 hubieran abocado y que se encuentren en estado de sentencia, a cuyos efectos no serdn substituides por Jos nuevos jueces elegidos. Articulo 55 1. El juez, que sea nacional de alguno de los Estados Partes en el caso sometido a la Corte, conservar4 su derecho a conocer del mismo. 2. Si uno de los jueces !]lamados a conocer del caso fuere de la nacionalidad de uno de los Estados Partes, otro Estado Parte en el easo podré designar a una persona de su eleccién para que integre la Corte en calidad de juez ad hoe. 3. Si entre los jueces lamados a conocer del caso ninguno fuere de la nacionalidad de los Estados Partes, cada uno de éstos podrA designar un juez ad hoc. 4, El juez ad hoc debe reunir las calidades sefialadas en el articulo 52. 5. Si varios Estados Partes en la Convencién tuvieren un mismo interés en el caso, se considerar4n como una sola parte para los fines de las disposiciones precedentes. En caso de duda, la Corte decidiré. Articulo 56 El] quérum para las deliberaciones de la Corte es de cinco jueces. Articulo 57 La Comisién comparecer4 en todos los casos ante Ja Corte. Articulo 58 1. La Corte tendré su sede en el lugar que determinen, en la Asamblea General de la Organizacién, los Estados Partes en Ja Con- vencién, pero podré celebrar reuniones en el territorio de cualquier Estado Miembro de la Organizacién de los Estados Americanos en que lo considere conveniente por mayoria de sus miembros y previa aquiescencia del Estado respective. Los Estados Partes en la Conven- cién pueden, en la Asamblea General por dos tercios de sus votos, cambiar la sede de la Corte. 2. La Corte designar& a su Secretario. 3. El Secretario residird en Ja sede de la Corte y deberd asistir a las reuniones que ella celebre fuera de Ja misma. 212 MAXIMQ PACHECO GOMEZ Articulo 59 La Secretaria de la Corte ser4 establecida por ésta y funcionard bajo la direccién del Secretario de la Corte, de acuerdo con las nor- mas administrativas de la Secretaria General de la Organizacién en todo lo que no sea incompatible con Ja independencia de la Corte. Sus funcionarios seran nombrados por el Secretaria General de la Organizacién, en consulta con el Secretario de la Corte. Articula 60 La Corte preparar4 su Estatuto y lo someter4 a la aprobacién de la Asamblea General, y dictara su Reglamento. Seccién 2 Competencia y Funciones Articulo 61 1, Sélo los Estados Partes y la Comisidn tienen derecho a someter un caso a la decisién de la Corte, 2, Para que la Corte pueda conocer de cualquier caso, es necc- sario que sean agotados los procedjmientos previstos en los articulos 48 a 50. Articulo 62 l. Todo Estado Parte puede, en el momento del depédsito de su jnstrumento de ratificacién o adhesién de esta Convencién, o en cual- quier momento posterior, declarar que reconoce como obligatoria de pleno derecho y sin convencién especial, la competencia de la Corte sobre todos los casos relativos a la interpretacién o aplicacién de esta Convencién. 2 La declaracién puede ser hecha incondicionalmente, o bajo condicién de reeiprocidad, por un plazo determinado o para casos especificos. Debera ser presentada al Secretario General de la Orga- nizacién, quien trasmitiré copias de Ja misma a los otros Estados Miembros de Ja Organizacién y al Secretario de la Corte. 3. La Corte tiene competencia para conacer de cualquier caso relativo a la interpretacién y aplicacién de las disposiciones de esta Convencién que }e sea sometido, siempre que los Estados Partes en el caso hayan reconocido o reconozcan dicha competencia, ora por LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASICOS 213 declaracién especial, como se indica en los incisos anteriores, ora por convencién especial. Articulo 63 1. Cuando decida que hubo violacién de un derecho o libertad protegidos en esta Convencién, la Corte dispondré que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dis- pondra asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las _conse- cuencias de la medida o situacién que ha configurado la vulneracién de esos derechos y el pago de una justa indemnizacién a la parte lesionada. 9. En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar daftos irreparables a las personas, la Corte, en los asuntos que esté conociendo, podrd tomar las medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que aun no estén sometidos a su conocimiento, podra actuar a solicitud de la Comisién. Articulo 64 1, Los Estados Miembros de la Organizacién podr4n consultar a la Corte acerca de la interpretacién de esta Convencién o de otros tratados concernientes a Ja protecci6n de los derechos humanos en Jos Estados Americanos. Asimismo, podr4n consultarla, en lo que les compete, los érganos enumerados en el capitulo X de la Carta de la Organizacién de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires. 2. La Corte, a solicitud de un Estado Miembro de la Organizacién, podré darle opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los mencionados instrumentos internacionales. Articulo 65 La Corte someteré a la consideracién de la Asamblea General de la Organizacién en cada periodo ordinario de sesiones un informe sobre su labor en el afio anterior. De manera especial y con las re- comendaciones pertinentes, sefialara los casos en que un Estado no haya dado cumplimiento a sus fallos. Seccion 3 Procedimiento cArticule 66 1. El fallo de la Corte serd motivado. 214 MAXIMO PACHECO GOMEZ 2. Si el fallo no expresare en todo o en parte Ja opinién undnime de los jueces, cualquiera de éstos tendrA derecho a que se agregue al fallo su opinidn disidente o individual, Articulo 67 El fallo de Ja Corte ser4 definitivo e inapelable. En caso de desa- cuerdo sobre el sentido o alcance del fallo, la Corte lo interpretarA a solicitud de cualquicra de Jas partes, siempre que dicha solicitud se presente dentro de los noventa dias a partir de la fecha de la notifi- cacién del fallo. Articulo 68 1. Los Estados Partes en la Convencién se comprometen a cum- plir Ja decisién de la Corte en toda caso en que sean partes, 2. La parte del fallo que disponga indemnizacién compensato- ria se podrd ejecutar en e] respectivo pais por el procedimiento interno vigente para la ejecucién de sentencias contra e] Estado. Articulo 69 El fallo de la Corte ser4 notificado a las partes en el caso y transmitido a los Estados Partes en la Convencién. Cariruto 1X DISPOSICIONES COMUNES Articulo 70 1, Los jueces de la Corte y los miembros de la Comisién gozan, desde el momenta de su eleccién y mientras dure su mandato, de las inmunidades reconocidas a los agentes diplomfticos por el derecho internacional. Durante el ejercicio de sus cargos gozan, ademas, de los privilegios diplomaticos necesarios para el desempefio de sus funciones. 2. No podrd exigirse responsabilidad en ningtn tiempo a los jueces de la Corte ni a los miembros do la Camisién por votos y Opiniones emitidos en el ejercicio de sus funcloncs. Arttculo 71 Son incompatibles los cargos de juez de In Corte o miembros de la Comisién con otras actividades que pudloren afectar su independen- LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 215 cia o imparcialidad conforme a Jo que se determine en los respectivos estatutos, Articulo 72 Los jueces de la Corte y los miembros de la Comisién percibiran emolumentos y gastos de viaje en la forma y condiciones que deter- minen sus estatutos, teniendo en cuenta la importancia e independen- cia de sus funciones. Tales emolumentos ¥ gastos de viaje seran fija- dos en el programa-presupuesto de la Organizacién de Jos Estados Americanos, el que debe incluir, ademas, los gastos de la Corte y de su Secretaria. A estos efectos, la Corte elaborard su propio proyecto de presupuesto y lo someter4 a Ja aprobacién de la Asamblea General, por conducto de la Secretaria General. Esta ultima no podré introdu- cirle modificaciones. Articulo 73 Solamente a solicitud de la Comisién o de la Corte, segiin el caso, corresponde a la Asamblea General de‘Ja Organizacién resolver sobre las sanciones aplicables a los miembros de la Comisi6n o jueces de la Corte que hubiesen incurrido en las causales previstas en los res- pectivos estatutos, Para dictar una resolucién se requerir4 una mayo- ria de los dos tercios de los votos de los Estados Miembros de la Organizacién en el caso de los miembros de la Comisién y, ademas, de los dos tercios de los votos de los Estados Partes en la Convencién, si se tratare de jueces de la Corte, PARTE IIL DISPOSICIONES GENERALES Y TRANSITORIAS Cariruto X FIRMA, RATIFICACION, RESERVA, ENMIENDA, PROTOCOLO Y DENUNCIA Asticulo 74 1. Esta Convencién queda abierta a la firma y a la ratificacién o adhesién de todo Estado Miembro de la Organizacién de los Estados Americanos. 2. La ratificacién de esta Convencién o la adhesién a la misma se efectuar4 mediante el depésito de un instrumento de ratificacién o 216 MAXIMO PACHECO GOMEZ de adhesién en Ja Secretaria Genera! de la Organizacién de los Estados Americanos. Tan pronto como once Estados hayan depositado sus res- pectivos instrumentos de ratificacién o de adhesidn, la Convencién en- traré en vigor. Respecto a todo otro Estado que Ja ratifique o adhiera a ella ulteriormente, la Convencién entraré en vigor en la fecha del depésito de su instrumento de ratificaci6n o de adhesin. 3. El Secretaria General informar4 a todos los Estados Miembros de la Organizacién de la entrada en vigor de la Convencién. Articulo 75 Esta Convencién sélo puede ser objeto de reservas conforme a Jas disposiciones de la Convencién de Viena sobre Derechos de los Tra- tadas, suscrita el 23 de mayo de 1969. Articulo 76 1. Cualquier Estado Parte directamente y la Comisién o Ja Corte por conducto del Secretario General, pueden someter a Ja Asamblea General, para lo que estime conveniente, una propuesta de enmienda a esta Convencién. 2. Las enmiendas entrar4n en vigor para los Estados ratificantes de las mismas en Ja fecha en que se haya depositado el respectivo ins- trumento de ratificacién que corresponda al ndmero de los dos tercios de los Estados Partes en esta Convencién. En cuanto al resto de los Estados Partes, entraran en vigor en la fecha en que depositen sus respectivos instrumentos de ratificacién. Articulo 77 1, De acuerdo con la facultad establecida en el articulo 31, cual- quier Estado Parte y la Comisién podrén someter a la consideracién de los Estados Partes reunidos con ocasién de Ja Asamblea General, proyectos de protocolos adicionales a esta Convencién, con Ja finalidad de incluir progresivamente en el régimen de proteccién de la misma otros derechos y libertades, : 2. Cada protocolo debe fijar las modalidades de su entrada en vigor, y se aplicard sélo entre los Estados Partes en el mismo. Ariiculo 78 1. Los Estados Partes podrén denunciar esta Convencién después de la expiracién de un plazo de cinco afios a partir de la fecha de entrada en vigor de la misma y mediante un preaviso de un aiio, LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 217 notificando al Secretario General de la Organizacién, quien debe in- formar a las otras Partes. 2. Dicha denuncia no tendré por efecto desligar al Estado Parte interesado de las obligaciones contenidas en esta Convencién en lo que concierne a todo hecho que, pudiendo constituir una violacién de esas obligaciones, haya sido cumplido por él anteriormente a la fecha en la cual Ja denuncia produce efecto, Carfruco XI DISPOSICIONES TRANSITORIAS Seccién 1 Comisién Interamericana de Derechos Humanos Articulo 79 A] entrar en vigor esta Convencién, el Secretario General pedira por escrito a cada Estado Miembro de la Organizacién que presente, dentro de un plazo de noventa dias, sus candidates para miembros de la Comisién Interamericana de Derechos Humanos. El Secretario General preparar4 una lista por orden alfabético de los candidatos presentados y la comunicaraé a los Estados Miembros de la Organiza- cién al menos treinta dias antes de la préxima Asamblea General. Articulo 80 La eleccién de miembros de la Comisién se har4 de entre los candidatos que figuren en la lista a que se refiere el articulo 79, por votacién secreta de la Asamblea General y se declarardn elegidos los candidatos que obtengan mayor numero de votos y la mayorfa abso- luta de los votos de los representantes de los Estados Miembros. Si para elegir a todos los miembros de la Comisién resultare necesario efectuar varias votaciones, se climinard sucesivamente, en la forma que determine la Asamblea General, a los candidatos que reciban menor nimero de votos. Seccién 2 Corte Interamericana de Derechos Humanos Articulo 81 Al entrar en vigor esta Convenci6n, el Secretario General pedira por escrito a cada Estado Parte que presente, dentro de un plazo de 218 MAXIMO PACHECO GOMEZ noventa dias, sus candidatos para jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El Secretaria General prepararé una lista por orden alfabético de los candidatos presentados y la comunicaré a los Estados Partes por Io menos treinta dias antes de la préxima Asamblea General, Articulo 82 La eleccién de jueces de la Corte se hard de entre los candidatos que figuren en la lista a que se refiere e] articulo 81, por votacién secreta de los Estados Partes en la Asamblea General y se declarardn elegidos los candidatos que obtengan mayor nimero de votos vila mayoria absoluta de los votos de los representantes de los Estados Partes. Si para elegir a todos los jueces de la Corte resultare necesario efectuar varias votaciones, se eliminardn sucesivamente, en Ja forma que determinen los Estados Partes, a los candidatos que reciban menor nimero de votos, DECLARACIONES Y RESERVAS DECLARACION DE CHILE La Delegacién de Chile pone su firma en esta Convenci6n, sujeta & au posterior aprobacién parlamentaria y ratificacién, conforme a las normas constitucionales vigentes. DECLARACION DEL ECUADOR La Delegacién del Ecuador tiene cl honor de suscribir la Conven- cién Americana de Derechos Humanos. No cree necesario puntualizar reserva alguna, dejando a salvo, tan s6lo, la facultad general conte- nida en la misma Convencién, que deja a los gobiernos Ja libertad de ratificarla. RESERVA DEL URUGUAY El articulo 80, numeral 2 de la Constitucién de la Reptblica Oriental del Uruguay establece que la ciudadania se suspende “por la condicién de legalmente procesado en causa criminal de que pueda resultar pena de penitenciarla”. Esta limitacién al ejercicin de los derechos reconocidos en el articulo 23 de la Convencién no esta contemplada entre Jas circunstancias que al respecto prevé cl pard- grafo 2 de dicho articulo 23, por lo que la Delegacién del Uruguay formula Ia reserva pertinente. LOS DERECHOS HUMANOS. DOCUMENTOS BASIOOS 219 Ew FE dE Lo cuat, los Plenipotenciarios infrascritos, cuyos plenos poderes fueron hallados de buena y debida forma, firman esta Con- vencién, que se llamar “Pacro pe SAN José DE Costa Rica”, en la ciudad de San José, Costa Rica, el veintidés de noviembre de mil novecientos sesenta y nueve. 17, MENSAJE DEL PAPA PABLO VI AL PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS CON OCASION DEL XXV ANIVERSARIO DE LA DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS (LO de diciembre de 1973) Al Exemo. Sr. D. Leopoldo Benites, Presidente de la XXVIII Asamblea General de las Naciones Unidas Impulsado por la conciencia de nuestra misién, que consiste en hacer presente, vivo y actual cl mensaje de salvacién proclamado por Cristo, no hemos dejado de afirmar repetidas veces, a lo largo de nuestro pontificado, nuestra adhesi6n moral a las actividades de las Naciones Unidas en favor de la justicia, la paz y el desarrollo de todos los pueblos. Al disponerse esa ilustre Asamblea internacional a celebrar el XXV aniversario de Ja Declaracién Universal de los Derechos Huma- nos, queremos aprovechar Ja ocasién una vez mAs para expresar nuestra gran confianza y, a] mismo tiempo, nuestra firme conformidad por el empefio de la Organizacién de las Naciones Unidas en favor de la Promocién cada vez mds concreta, mds autorizada y mds eficaz, del respeto de los derechos fundamentales del hombre. Como dijimos en otra circunstancia, la Declaracién de los Dere- chos Humanos “sigue siendo para nosotros uno de los timbres de gloria mds hermosos” de vuestra Organizacién (Mensaje con ocasién del XXV aniversarin de Ia Organizacién de las Naciones Unidas, AAS 62 1970. p. 684). especialmente si se tiene en cuenta la importancia que le correponde como camino seguro para Ja paz. En realidad, la paz y el derecho son dos bienes relacionados directa y rec{procamente como causa y efecta: no puede haber paz verdadera donde no se respeten, se defiendan y se promuevan los derechos humanos. Si esta Promocién de Ios derechos de Ja persona humana Ileva a la paz, la paz por su parte favorece su realizacién. No podemos, por tanto, permanecer indiferentes ante Ja urgencia de construir una comunidad de vida humana que garantice en todas LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 221 partes al individuo, a Jos grupos y, de manera particular, a las mino- tfas, el derecho a la vida, a la dignidad personal y social, al desarrollo en un ambiente protegido y mejorado, asi como a la equitativa dis- tribucién de las riquezas de la naturaleza y de los frutos de la civili- zacién, “La Iglesia, preocupada en primer jugar por los derechos de Dios —dijimos el afio pasado al secretario general, sefior Kurt Wald- heim—, no podr4 desinteresarse nunca de los derechos del hombre, hecho a imagen y semejanza de su Creador. La Iglesia se siente herida cuando los derechos humanos, cualesquiera y dondequiera que sea, se ignoran y se violan” (AAS 64, 1972, p. 215). Por eso la Santa Sede presta su pleno apoyo moral al ideal comin contenido en la Declaracién Universal, asi como al aquilatamiento progresivo de los derechos humanos que en ella se formulan. Los derechos del hombre se fundan en la dignidad reconocida de todos los seres humanos, en su igualdad y fraternidad. El deber de respetar estos derechos ticnc cardcter universal. La promocién de estos derechos es factor de paz; su violacién es causa de tensiones y trastornos incluso a nivel internacional. Si los Estados tienen interés en cooperar en el campo de la eco- nomia, de la ciencia, de la tecnologia, de la ecologia, lo tienen todavia mas en colaborar para proteger y promover los derechos del hombre, y la Carta de Ja Organizacién de las Naciones Unidas Jos compro- mete expresamente a ello. A veces se objeta que esta colaboracién de todos los Estados para promover los derechos humanos constituye una injerencia en los asun- tos internos. Pero gacaso no es verdad que el medio mds seguro con que cuenta el Estado para evitar intromisiones del exterior es precisa- mente reconocer y asegurar él mismo en los territorios de su jurisdic- cién el respeto de los derechos y libertades fundamentales? Sin querer entrar en los pormenores de cada una de Jas formulas de la famosa Declaraci6n, pero teniendo en cuenta lo elevado de su inspiracién y el texto en su conjunto, podemos afirmar que sigue siendo la expresi6n de una conciencia mds madura y mds exacta de los derechos de Ja persona humana. Continia representando la base firme del reconocimiento para cada hombre de un derecho de ciuda- dania honorable en Ja comunidad de los pueblos. Seria verdaderamente lamentable para la humanidad que una proclamacién tan solemne se redujese a un vano reconocimiento de valores o a un principio doctrinal abstracto, que quedara sin aplica- cién conereta y cada vez mas coherente cn el mundo contemporAneo, como §.E, justamente scfialé al hacerse cargo de la presidencia de esa Asamblea. Sabemos perfectamente que, por lo que se refiere a los poderes publicos, esta aplicacién no se logra sin dificultades, pero es necesario emplear al mismo tiempo todos los medios para asegurar el respeto y la promocién de estos derechos por parte de quienes tienen el poder 222 MAXIMO PACHECO GOMEZ y el deber de hacerlo, y, a la vez, para desarrollar m4s cada vez en las gentes la conciencia de los derechos y de las libertades fundamen- tales del hombre. Es preciso recurrir a la colaboracién de todos, a fin de que estos principios los respeten “todos, en todas partes y en be- neficia de todos” (Mensaje a la Conferencia de Teher4n, con ocasién del XX aniversario de la Declaracién de los Derechos Humanos, AAS 60, 1968, p. 285). gEs realmente posible, sin grave peligro para la paz y la armonia de los pueblos, permanecer insensible frente a tantas vio- laciones graves y a menudo sistematicas de los derechos humanos, tan claramente proclamados en la Declaracién, como universales, inviola- bles e inalienables? No podemos ocultar nuestra fuerte preocupacién en vista de la persistencia o agravamiento de situaciones que lamentamos profun- damente, como por ejemplo la discriminacién racial o étnica, los obs- taculos para la autodeterminacién de los pueblos, las repetidas viola- ciones del sagrado derecho a la libertad religiosa en sus distintos as- pectos y la falta de un acuerdo internacional que la ampare y deter- mine sus consecuencias, la represién de Ja libertad de expresar las opiniones sanas, el trato inhumano a los prisioneros, la eliminacién violenta y sistemdtica de los adversarios politicos, las restantes formas de violencia, y los atentados contra la vida humana, particularmente en el seno materno. A todas las victimas silenciosas de la injusticia, prestamos nuestra voz para protestar y suplicar. Pero no basta con denunciar, por lo demd4s a menudo demasiado tarde y de manera ineficaz:; es preciso también analizar las causas profundas de estas situaciones y comprometerse decididamente a afrontarlas y resolverlas correctamente. A pesar de todo, es alentador comprobar la sensibilidad que los hombres de nuestro tiempo muestran con relacién a los valores fun- damentales contenidos en la Declaracién Universal. En efecto, la mul- tiplicacién de denuncias y reivindicaciones, gno es acaso signo sinto- matico de esta creciente sensibilidad ante la multiplicacién de los atentados contra las libertades inalienables del hombre y de las co- lectividades? Con gran interés y viva satisfaccién hemos sabido que la Asam- blea General, con acasién del XXV aniversario de la Declaracién Uni- versal, va a celebrar una sesién especial, en el curso de Ja cual se proclamara el decenio de lucha contra el racismo y Ja discriminacién racial, Esta iniciativa, eminentemente humana, encontrar4 aunadas, una vez mas, a Ja Santa Sede y a las Naciones Unidas —aunque en planos diferentes y con distintos medios~ en un esfuerzo comin para detender y proteger Ja libertad y la dignidad de todos los hombres, y en todos Jos grupos, sin distincién ninguna de raza, color, lengua, religi6n o condicién social, Queremos subrayar también en este Mensaje el valor y la impor- tancia de los dem4s documentos aprobados ya por las Naciones Unidas y referentes a los derechos humanos. Inspirados en el espiritu y los LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 223, principios de la Declaracién Universal de los Derechos Humanos, suponen un paso hacia adelante en la promocién y en la proteccién concreta de varios de esos derechos, cuya aplicacién escrupulosa y fiel quieren garantizar. Su ratificacién les asegurar& la eficacia en el plano nacional e internacional, La Santa Sede, por su parte, presta su adhe- sién moral y ofrece su apoyo a los encomiables y legitimos ideales que los inspiran. Si los derechos fundamentales del hombre constituyen un bien comin de toda Ja humanidad en camino hacia la conquista de la paz, es necesario que todos los hombres, cobrando conciencia cada vez mAs clara de esta realidad, tengan bien presente que, en este campo, hablar de derechos es también enunciar deberes. Renovamos nuestros votos a vuestra noble e insigne Asamblea, con la confianza de que continuar4 promoviendo infatigablemente entre Jas naciones el respeto y la aplicacién de los principios enunciados solemnemente en la Declaracién Universal, esforz4ndose sinceramente para convertir la familia humana en una comunidad mundial de her- manos, donde todos los hijos de los hombres puedan Ievar una vida digna de hijos de Dios. Vaticano, 10 de diciembre de 1973. PABLO VI 18. CARTA DE DERECHOS Y DEBERES ECONOMICOS DE LOS ESTADOS (Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas e] 12 de diciembre de 1974, Resolucién 3281 (XXIX) ) PREAMBULO La Asamblea General, Reafirmando los propdsitos fundamentales de las Naciones Unidas, especialmente el mantenimiento de la paz y la seguridad internacio- nales, el fomento de las relaciones de amistad entre las naciones y la realizaci6n de la cooperacién internacional en la solucién de proble- mas internacionales de cardcter econdédmico y social, Afirmando la necesidad de fortalecer la cooperacién internacional en esos campos, Reiterando asimismo Ja necesidad de consolidar Ja cooperacién internacional para e! desarrollo, Declarando que un objetivo fundamental de la presente Carta es promover el establecimiento del nuevo orden econémico interna- cional, basado en la equidad, la igualdad soberana, Ja interdependen- cia, el interés comuin y la cooperacién entre todos los Estadas, sin distinci6n de sistemas econémicos y sociales, Deseando contribuir a Ja creacién de condiciones favorables para: a) el logro de una prosperidad mds amplia en todos los pafses y de niveles de vida m4s elevados para todos los pueblos; b) la promocién, por toda Ja comunidad internacional, del pro- greso econédmico y social de todos los paises, especialmente de los paises en desarrollo; c) el fomento, sobre la base del provecho comin y beneficios equitativos para todos !os Estados amantes de la paz, deseosos de cumplir con las disposiciones de esta Carta, de la cooperacién en ma- LOS DERECHOS HUMANOS, DOCUMENTOS BASICOS 225 teria econémica, comercial, cientifica y técnica, sean cuales fueren sus sistemas politicos, econédmicos o sociales; d) la eliminacién de los principales obstaculos al progreso eco- némico de les paises en desarrollo; e) Ja aceleracién del crecimiento econdmico de los paises en desarrollo con miras a eliminar la brecha econémica entre paises en desarrolla y paises desarrollados; f) la proteccién, la conservacién y el mejoramiento del medio ambiente, Consciente de la necesidad de establecer y mantener un orden econémico y social que sea justo y equitativo mediante: a) el logro de relaciones econémicas internacionales més racio- nales y equitativas y el fomento de cambios estructurales en la eco- nomia mundial; b) la creacién de condiciones que permitan una mayor expan- sién del comercio e intensificacién de la cooperaci6n econémica en- tre todas las naciones; c) el robustecimiento de la independencia econémica de los paises en desarrollo; d) el establecimiento y promocién de relaciones econdémicas in- ternacionales, teniendo en cuenta las diferencias reconocidas de desa- rrollo de los paises en desarrollo y sus necesidades especificas, - Decidida a promover la seguridad econémica colectiva para el desarrollo, en particular de los paises en desarrollo, con estricto res- peta de la igualdad soberana de cada Estado y mediante la coope- raci6n de toda Ja comunidad internacional, Estimando que una auténtica cooperacién entre los Estados, ba- sada en el examen en comin de los problemas econémicos interna- cionales y en la accién conjunta respecto de los mismos, es esencial para cumplir el deseo de toda Ja comunidad internacional de lograr un desarrollo justo y racional a nivel mundial, Subrayando la importancia de asegurar condiciones apropiadas pa- ra el ejercicio de relaciones econédmicas normales entre todos los Es- tados, independientemente de las diferencias de sistemas sociales y econémicos, asi como para el pleno respeto de los derechos de todos los pueblos, y la de robustecer Jos instrumentos de cooperacién eco- némica internacional como medios para consolidar la paz en bene- ficio de todos, Convencida de la necesidad de desarrollar un sistema de relacio- nes econdémicas internacionales sobre la base de la igualdad soberana, el beneficio mutuo y equitativo y Ja estrecha interrelacién de los in- tereses de todos los Estados, Reiterando que a cada pais incumbe principalmente la respon- sabilidad de su propio desarrollo, pero que una cooperacién interna-

Вам также может понравиться