Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Generalmente, la gente cree que los rastafaris son vagabundos que no lavan su pelo y
que creen en un tal Dios llamado Jah. Los juzgan por sus apariencias físicas, como su
vestimenta desprolija, su cabellera con rastas o “dreadlocks” y “tams” (gorros tejidos) con
los colores de la Tierra Madre Etiopía. Sin embargo, su apariencia no los describe
completamente, ya que un rasta es aquel quien guarda dentro de sí una naturaleza
espiritual determinada, y quien no acepta lo impuesto por la ideología dominante, ya que
piensan que se debe luchar por un sistema social justo. De este modo, se puede decir
que los rastas se interesan tanto por temas religiosos como por los políticos con el fin de
mejorar su estilo de vida. Rastafari no es un culto, no es una secta, ni una religión, es un
estilo de vida.
Dentro de su cultura, los rastas prefieren la comida natural sin químicos ni conservantes,
denominada “I-tal food”, por la simple razón de que Jah, su Dios, ha puesto en la Tierra
todo lo que el hombre necesita para su alimentación. También, eliminan toda sustancia
tóxica para su cuerpo, entiéndase como el alcohol, medicamentos, drogas, tabaco y
relaciones sexuales ilícitas. Sin embargo, la marihuana o la denominada “ganja”, una
droga ilegal y tóxica, significa para ellos la “hierba sagrada” que fortalece el cuerpo y
aseguran que a través de su uso llegan más fácilmente a un estado de meditación,
concentración y plenitud. Por esta razon y la de su aspecto físico es que los ajenos a esta
cultura poseen una imagen negativa de ellos.
Tradicionalmente, los rastafaris condenan al aborto y creen que la natalidad debe ser
aceptada como designio de Dios. No aprueban el uso de anticonceptivos.
En la Biblia se encuentran muchas normas propias de estos individuos, como la
homosexualidad, que la consideran antinatural. Esto se observa en el 1 Corintios 6:9-10:
“(…) Ni los afeminados ni los que se echan con varones (…) heredarán el Reino de Dios”.