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GARRIDO LEMUS
RENOVACIÓN HERÁLDICA
SOLEDAD
José Fco. Garrido Lemus
INFORME PARA LA
FIJACIÓN DE UNA
HERÁLDICA
CORPORATIVA
1 La imagen titular parece haber tenido culto desde 1756, aunque los primeros estatutos de la actual corporación sólo fueron apro-
bados por el ordinario de la diócesis el 27 de marzo de 1930. [Melgares Raya, J., p. 62]
2 Obra de la comunidad de clarisas de Sta. Catalina de Baeza (ca. 1945-1950)
3 Túnica negra (bocamangas de encaje blanco) ceñida con fajín blanco y pañoleta también negra (cordoncillo plateado al borde).
4 Tres remates de cetro tallados en madera por José Andrés Viedma Jódar (¿1997?)
5 Es el emblema escogido para representar simbólicamente a la corporación en el capítulo que Rodríguez-Moñino et alii dedican a la
cofradía en su historia de las penitenciales baezanas (p. 507). Representación curiosa ésta, en tanto que el autor ha confundido las llamas
sumadas al corazón con una más de las espadas que lo atraviesan, lo que da un total de ocho espadas en lugar de las siete que representan
con propiedad los dolores de María.
B. LA COMPOSICIÓN HERÁLDICA DE 1998: VERSIONES
Como se expone en la sección precedente, los tres símbolos usados hasta 1998 representaban más
HERÁLDICA DE 1988
bien la advocación de la titular corporativa, y se utilizaron para marcar distintos enseres (actuando en
ellos y a través de ellos como emblemas representativos de la corporación); a pesar de ello, ninguno tenía
capacidad, por sí mismo, para constituir una verdadera representación heráldica corporativa.
Esta situación comienza a cambiar en 1997 con la publicación del programa de semana santa de la
agrupación de cofradías. En él, y por vía de recomendación, se expresa por vez primera la posibilidad de
realizar una composición heráldica que representara específicamente a la corporación. Para ello, y en
artículo firmado por el que escribe junto a Damián Cruz Martínez, recomendábamos el uso de los siguientes
símbolos: “corazón atravesado de [siete puñales –la Soledad de María tras sepultar a su Hijo en el séptimo
de sus dolores– símbolo concepcionista] 6”. El primero (como símbolo de la advocación titular) suponía
el abandono del genérico corazón sumado de llamas y atravesado por una sola espada: representativo de
cualquier Dolorosa y no específico de una Soledad como el que ahora se sugería. El segundo símbolo
propuesto representaría a la iglesia de la Concepción: antigua capilla del hospital homónimo y única sede
que la corporación ha tenido en su historia.
1. Sea a raíz de esta recomendación de 1997 o por propia inquietud de participar en el proceso de
renovación heráldica que entonces se vivía entre las penitenciales de Baeza, en torno a 1998 la hermana
Carmen García García y Pedro Javier Cabrera Rentero colaboraron en el diseño de la primera
composición heráldica corporativa7. Su primera plasmación gráfica la constituyó el repostero que
(dedicado a la corporación) patrocinó la agrupación de cofradías8 y ejecutó el pintor Andrés Murillo
Orzáez. He aquí su blasonamiento:
Sobre campo circular blanco delimitado por una corona de espinas de sinople (de púas bañadas
en sangre) cruz latina plana al natural (cargada de “INRI” y flanqueada de dos cuñas) sobre
terraza montuosa. La cruz está acostada por dos escudos ovalados inclinados (con idéntica
ornamentación exterior geométrica dorada): el de la diestra con las armas del Carmelo Descalzo;
mientras el de la siniestra carga, sobre campo blanco, corazón de gules sumado de llamas y
atravesado por siete espadas9 de sable. [véase fotografía 5]
En nuestra opinión, esta primitiva composición heráldica no carecía de ideas acertadas y
estaba muy dignamente ejecutada. Como hemos visto en su descripción, ya recoge la primera de
las recomendaciones presentadas en el artículo de 1997: la figura del corazón atravesado por siete
espadas. He aquí, sin embargo, nuestros reparos a su diseño:
• Aún no aparece ningún símbolo concepcionista representando a la sede corporativa. En su lugar
encontrábamos un escudo del Carmelo Descalzo10; emblema que, por razones que daremos más
adelante, nunca debería usarse en nuestra composición en lugar de o con precedencia sobre el
símbolo concepcionista. Sin perjuicio de lo anterior, hemos de añadir que el escudo carmelitano
obtiene además aquí la posición de primacía (la diestra) con respecto al que presenta el principal
6 “Heráldica de las cofradías baezanas de semana santa (apuntes para su estudio y veracidad)”. Los corchetes indican los símbolos
ausentes de los emblemas entonces en uso y cuya inclusión se sugiere en el artículo.
7 Seguimos aquí el testimonio oral de la propia Carmen García García.
8 Se trata de una colección de reposteros destinados a los balcones de la carrera oficial. Todos ellos comparten la misma orla con
decoración vegetal, mientras cada uno ostenta al centro un escudo o composición heráldica distintos, representativos de cada una de las
corporaciones que durante la semana santa se presentan en la carrera oficial baezana.
9 Según Carmen García García, sólo se avinieron a desplazar la espada única, introduciendo en el diseño las siete espadas, para ceder el
uso exclusivo de aquel símbolo en el ámbito local a la cofradía de Las Angustias; evitando así cualquier posible confusión entre emblemas o
conflicto entre las hermandades. [Lo que nos hace sospechar que los diseñadores desconocían el artículo heráldico de 1997.]
10 Éste presenta, además, dos elementos no muy frecuentes en la heráldica de la orden: INRI cargado sobre la cruz y estrellas de cinco
puntas (siendo las de seis, o incluso las de ocho, las más frecuentes).
símbolo de la advocación corporativa (el corazón doloroso de María) que con todo derecho (por
más definitorio de la institución que trata de representarse) debiera ocupar, en cualquier caso, el
HERÁLDICA DE 1998
Fotografía Nº 1
Fotografía Nº 2 Fotografía Nº 4
Fotografía Nº 3
Fotografía Nº 5 Fotografía Nº 6
Fotografías de la Heráldica de la Cofradía de la Soledad de Baeza
Fotografía Nº 7 Fotografía Nº 8
Fotografía Nº 9
Fotografía Nº 10
Ilustraciones Heráldicas
Boc
1 eto
Nº Nº
Bo ceto 2
Boceto Nº 3
Bocetos previos
Heráldica-Soledad
Una vez presentado el informe, y a la vista del mismo, la her-
mandad decidió aprobar y arpobó como representación heráldica
corporativa, con fecha de 15 de julio de 2009, la composición que a
continuación se blasona:
Sobre campo circular de sable, delimitado por una corona de
espinas al natural, cruz latina arbórea sobre terraza montuosa,
sumada de “INRI” y flanqueada de dos cuñas; la misma carga re-
spectivamente con un sudario pendiente de ambos brazos y con un
corazón de gules sumado de llamas y atravesado por siete espa-
das al natural. La dicha cruz está acostada por dos escudos ovalados
inclinados con idéntica ornamentación exterior de cartuchos de per-
gamino: el de la diestra trae en campo de azur el monograma del
Ave María en plata dentro de un sol vacío de oro, surmontado por
una corona de doce estrellas de plata y terrasado por un creciente de
plata; se completa con bordura de gules trayendo la divisa en sable
Charitas Christi urget nos; el escudo de la siniestra trae la herál-
dica del Carmelo Descalzo. La corona de espinas aparece cargada
en punta de una filacteria de pergamino con la divisa Ecce Ancilla
Domini.
4. La cuarta versión de la composición heráldica actual [véase fotografía 7] es también exclusivamente
plateada y está repujada en el respiradero del paso (Orfebrería Sevillana, año 2000): en el registro
izquierdo del frontal12. Volvemos aquí a un soporte pleno (no calado) de modo que los distintos elementos,
sin perder la mayor presencia física ganada en la tercera versión, vuelven a figurar exentos –a excepción
del Calvario que reposa directamente sobre la corona de espinas (igualmente reducida a dos ramas).
A pesar de ciertos cambios menores, es evidente la continuidad del diseño gráfico establecido por la
tercera versión (no en vano ambas proceden del mismo taller):
– la cruz central, hasta ahora siempre plana, parece en este bajorrelieve querer adquirir una cualidad de
cruz arbórea (aparecen marcados los ingletes), mientras que las cuñas que la flanqueaban (ahora en
número de tres) vuelven a su lugar desplazando a los clavos (quizá porque aquí ya no hay necesidad
de figuras de mayor tamaño para la sustentación de los escudos).
– Los escudos recuperan una decoración geométrica exterior pero reducida a las áreas del jefe y la punta.
Esta versión aporta, sin embargo, una notable novedad conceptual: el contenido de los escudos se
presenta invertido. Así, a falta de una modificación mayor en el diseño de la composición, el principal
HERÁLDICA DE 1998
– La cruz (que ha recuperado su “INRI” y perdido las cuñas) parece conservar los perfiles de cruz
arbórea.
– Y, lo más importante, la posición de los escudos sigue siendo la de la cuarta versión (la primacía
para la advocación).
Solamente regresamos a la estética de las versiones uno y dos en tanto que todos los elementos compositivos
vuelven a estar exentos (facilitado por un soporte pleno) y en que ambos escudos vuelven a recibir una
ornamentación exterior completa (esta vez con decoración de zarcillos14).
Existe una variante (b) de esta quinta versión [véase fotografía 9]. Se trata de la heráldica corporativa
que encabeza la portada interior de la revista Soledad (75 Aniversario) publicada en 2005. Hay sólo una
diferencia con la versión de las camisetas, pero tan notable que no podemos obviarla: se deshace la
inversión en espejo del contenido de los escudos, de modo que un ejemplo claramente inspirado en la
estética de la quinta versión vuelve conceptualmente a la composición primitiva.
12 El frontal está dividido en tres registros: el central cuenta con una hornacina que a día de hoy continúa vacía y el escudo se presenta
en el registro derecho del observador, correspondiente al costero izquierdo del paso.
13 Muy probablemente esta ganancia conceptual se deba a un simple “error de procedimiento”: al repujar se trabaja el material desde
el envés (cara posterior) de modo que lo representado en la cara vista (el haz) conlleva una inversión en espejo con respecto al diseño que
se trabaja.
14 La misma que presenta la medalla (también con escudo carmelita) de la cofradía baezana de La Caída: modelo en el que debió
inspirarse el dibujante de esta versión, que quizá por esto mismo no transfiere al escudo carmelitano las singularidades que encontrábamos
en el de la primera versión (“INRI” y estrellas de cinco puntas).
Este dato final nos confirma abiertamente cómo la composición heráldica que estudiamos ha ido
decantando sus formas en una dirección clara, sin que al mismo tiempo su conceptualización haya llegado
a encontrar una plasmación definida y consciente en la mente de sus usuarios. En nuestra opinión, sin
embargo, será un concepto bien definido y fijado, tanto como las formas en las que éste se exprese,
cómo una renovada composición heráldica adquirirá definitivamente el poder inequívoco de representar
válidamente a la corporación. Algo que esperamos lograr con el proceso de toma de consciencia que
quiere abrir este informe y con los pertinentes acuerdos institucionales que esperemos lo continúen y lo
confirmen.
Como queda dicho, para tomar una decisión acertada al respecto de cuál será la composición heráldica
que represente a la cofradía a partir de ahora, conviene tener en cuenta tanto las consideraciones de orden
conceptual como las de orden estético. Para introducirlas partiremos de la composición de 1998, haciendo
RENOVACIÓN
sugerencias para alterar lo allí representado donde (en nuestra opinión) haya posibilidades de mejorarlo.
1. Consideraciones de orden conceptual: qué se quiere representar y que símbolos usar para ello.
Aquí hacemos relación de los conceptos que creemos más relevantes al caso y de los símbolos, en
nuestra opinión, más apropiados para representarlos:
1.1. La advocación de la titular: aconsejamos mantener los símbolos en uso (siendo el principal, como
queda dicho, el corazón de gules sumado de llamas y atravesado por siete espadas) bien por sí mismos
bien acompañados por la divisa evangélica “et tuam ipsius animam pertransiet gladius”15 (Lc. 2,35)
poniendo así de manifiesto el texto que inspiró la acuñación del símbolo principal. Más abajo haremos
recomendaciones a propósito de la cruz de Cristo sobre el Calvario.
1.2. La sede canónica de la corporación [véase fotografía 10]: como tal su representación está ausente
de la composición en uso. Volvemos a recomendar para ella un símbolo concepcionista como ya hicimos
en 199716. Proponemos cualquiera de las siguientes opciones (ambas sobre campo de azur17):
una jarra de plata sumada de azucenas o lirios de plata o al natural (quizá la que tradicionalmente
más se ha usado para representar esta advocación);
un sol de oro cargado con el monograma en plata del Ave María [véase ilustración 6] o un
sol vacío que encierra el mismo monograma [véase ilustración 5], el conjunto surmontado
de corona de doce estrellas de plata y terrasado de un creciente de plata (representación
simbólico-gráfica de las referencias a María Inmaculada en el Evangelio18 y el Apocalipsis19
respectivamente).
la composición [véase ilustración 7], en caso de que se mantuviera la cruz en el centro separada
del corazón de María, y éste se confinara al escudo diestro, reservándose el siniestro para la
representación de la sede corporativa [véase boceto 1].
Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl: aceptadas en 1871 por el consistorio municipal
de Baeza para el mantenimiento del hospital de la Concepción, permanecieron al cuidado del mismo
y de su capilla hasta que el edificio fue definitivamente abandonado como centro hospitalario en 194022.
Según Miguel Tallada Martínez23, la fundación de la cofradía de La Soledad en 1930 se debe a una
iniciativa de su propia madre (Concepción Martínez Herrera) respaldada y dirigida por las hermanas
de la mencionada orden sor Melitona y sor Genoveva (ésta última la superiora de la comunidad en
aquel momento). Ambas encaminaron a la fundadora a solicitar la licencia del párroco de S. Pablo,
Julián Ruiz Guzmán24, siguiendo así los trámites que conducirían al establecimiento canónico de la
corporación. Añade también Miguel Tallada que dicha comunidad de religiosas facilitó los primeros
cultos internos ofrecidos a la titular25, y que durante la guerra de 1936-39 fueron las Hijas de la
Caridad quienes custodiaron la imagen de la dolorosa que así pudo salvarse de una muy posible
destrucción26.
20 En 1953 el provincial de los Carmelitas Descalzos de Andalucía solicita del ayuntamiento de Baeza la cesión del antiguo hospital
de la Purísima Concepción (incluida su capilla) con la intención de establecer en él un convento y seminario de la orden. El 31 de diciem-
bre de 1953 el pleno del ayuntamiento, presidido por Francisco Rodríguez Haro, acuerda la concesión gratuita y en propiedad del inmue-
ble solicitado a la orden del Carmelo Descalzo (propiedad que volvería al municipio caso de que la orden dejara de habitar el edificio).
La cesión quedó definitivamente aprobada merced a la preceptiva ratificación del Ministerio de la Gobernación, otorgada con fecha 3 de
febrero de 1954. [Montoro de Viedma, Josefa Inés y Viedma Puche, Fernando: Baeza de 1950 a 1970 (con 940 imágenes), Grupo M&T,
Baeza 2007, pp. 48-50 y 141; y archivo de Diego Orzáez Fernández]
21 De hecho, suponemos que la inclusión original del escudo (aparte la relación afectivo-pastoral de la corporación con los frailes)
quería ser un modo de reprentar la sede canónica corporativa, dado que ésta viene recibiendo con asiduidad el sobrenombre de “los car-
melitas” en las últimas décadas. Tampoco debemos olvidar la facilidad que debía procurar (comparado con la elaboración de un símbolo
concepcionista) la utilización de dicho escudo y su posterior identificación.
22 Rodríguez-Moñino Soriano, Rafael et alii, p. 511
23 “Recuerdos que no deben perderse”, Soledad (75 aniversario), pp. 23-27
24 Nombrado como “cura ecónomo de San Pablo” en el relato de José Melgares [p. 62]
25 “El primer culto que se ofreció a la Santísima Virgen por parte de la nueva Junta, fue un solemne Septenario, cuyo último día
coincidió en Viernes de Dolores. Para celebrarlo, las monjas del Hospital de la Concepción, sustituyeron del Camarín del Altar Mayor
la Imagen de la Inmaculada que siempre había presidido el Camarín del Retablo Mayor, y pusieron en su lugar a la Bendita Imagen de
Nuestra Señora de la Soledad […] y adornando finamente el Camarín con luces, flores y plata.” [pp. 25-26]
26 “Gracias al Presidente de la Beneficencia Municipal, don José Fernández Checa, se consiguió que las imágenes y ornamentos de la
iglesia de la Concepción fueran guardados y custodiados en las dependencias de las Hermanas de la Caridad durante toda la contienda, por lo
que de esta forma, la Virgen de la Soledad pudo salvarse de ser quemada como así ocurrió con otras imágenes de Baeza.” (p. 26)
A la vista de esta información, recomendamos para la futura composición heráldica la inclusión
simbólica de este papel crucial desempeñado por las Hijas de la Caridad en la fundación y la
supervivencia de la corporación. Desestimamos, no obstante, el uso de los símbolos completos de
la compañía tal y como aparecen en su sello (un corazón rodeado de llamas sobre el que destaca
un Crucifijo [véase ilustración 4]) por complejos y no muy en consonancia con el espíritu de la
disciplina heráldica. En su lugar, recomendamos para el escudo que represente a la sede corporativa,
la inclusión del lema de la orden (Charitas Christi urget nos27) en idéntica posición y forma a las
que tiene en su propio sello: leyenda de sable sobre bordura de gules.
1.4. Divisa de la corporación (completa u omitiendo el texto que presentamos entre paréntesis): “Ecce
ancilla Domini; (fiat mihi secundum verbum tuum)”28 en una o dos filacterias exteriores a la
composición o enroscadas en la corona de espinas (caso de mantenerse ésta) [véase boceto 1].
Expresa el “sí” de María a la voluntad divina, da paso a la Encarnación del Verbo (y por tanto a su
pasión redentora y a los dolores de su madre) y puede decirse que sintetiza el papel de María en el
Evangelio de Cristo.
La composición vigente consta de tres elementos (la cruz sumada al Calvario y acostada por los dos
escudos). Esta composición tripartita puede:
OMMY NONSE CORE
(1) mantener tal cual el diseño de sus tres elementos (opción menos recomendable) siempre y
RENOVACIÓN
cuando la versión en la que se inspirara fuera la cuarta o quinta (a) de las reseñadas en este informe,
es decir, las que conceden primacía al escudo con la advocación de la titular.
(2) En el escudo de la siniestra, sustituir la heráldica del Carmelo Descalzo por la de la sede
corporativa. Si para este escudo se aceptara la bordura con el lema de las Hijas de la Caridad,
recomendamos que el escudo de la diestra (la advocación) ostente también bordura similar con el
texto evangélico origen del símbolo de la Soledad. Una variante incluiría, como cuarto elemento,
el pequeño escudo con la heráldica del Carmelo del que hablamos más arriba.
(3) Caso de mantenerse la heráldica del Carmelo Descalzo en el escudo de la siniestra, conceder
el de la diestra al símbolo de la sede corporativa y rediseñar el primer elemento de la tríada (la
advocación titular): supondría la reunión de la cruz sumada al Calvario con el corazón flamígero, bien
a modo de corazón sumado de cruz [véanse ilustraciones 2 y 3], bien a modo de corazón cargado
sobre la cruz [véanse ilustraciones 1.a y 1.b.].
Composición de dos elementos: dos escudos inclinados y acolados, solos o rodeados por alguno de
los tipos de ornamentación exterior que se proponen más abajo. Al igual que en la tercera variante de
2.4 Colores (Esmaltes y Metales): sin contradecir el simbolismo que corresponde a cualquiera de ellos
(y que siempre hemos de respetar) caben, en el uso de los colores, distintas opciones de acuerdo a la
mayor riqueza y vistosidad o austeridad y sencillez que la corporación quiera imprimir a su representación
heráldica:
(1) Caso de decidirse por una composición que incluya diversos escudos, recomendamos el sable
para el campo global de la misma. En cuanto a los escudos que aparecerían en ella, el necesario
contraste cromático (sobre todo si se prescinde de la ornamentación exterior de los escudos)
entre el campo de la composición (sable) y el de éstos podría establecerse (en caso de suprimir
el escudo del Carmelo Descalzo) con la bicromía sable–azur o con la tricomía sable–plata
(advocación) / azur (sede). La inclusión del escudo carmelitano, con sus colores propios,
proveería una tricomía diferente: sable–azur / blanco.
(2) Caso de decantarse por un solo escudo, su campo podría ser de sable o de azur (si bien la
segunda opción reforzaría la exigua presencia de la sede canónica en este modelo).
29 HERÁLDICA: Escudo formando por una corona de espinas, de oro, entrelazada de flores de pasionaria, que trae, en campo de pla-
ta, un corazón de oro, sumado de llamas de lo mismo, atravesado, en barra, por un puñal con empuñadura de oro y hoja de plata. [Accedido
3/6/09: http://usuarios.lycos.es/webcor/clubinternautas/senanasanta-pregon2003.htm]
30 Especialmente aplicable a la versión de un solo escudo ovalado que, alternativamente, podría llevar un cartucho o la filacteria con
la divisa o la combinación de ambos.
Hasta aquí el estudio y las sugerencias que hemos podido reunir para ayudar a renovar y fijar una
heráldica corporativa. Como puede desprenderse de todo lo escrito, las posibilidades entre las que buscar
son muchas pero no infinitas, pues para hacer inteligible el mensaje de los símbolos y de la heráldica
hemos de respetar tanto la propiedad de los conceptos a representar como el orden de prelación entre los
mismos. Esperamos que este informe ayude a mantener claras estas ideas básicas a la vez que proporcione
las opciones prácticas que de ellas se derivan en nuestro caso. Finalmente, y con todo ello, esperamos
haber servido el propósito que nos encomendó la cofradía de La Soledad de Baeza cuando nos encargó
este trabajo: informar de las posibilidades a las que acudir para fijar la heráldica que en el futuro represente
a la corporación de manera inequívoca, con propiedad y belleza.
RENOVACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA
o MONTORO DE VIEDMA, J. I. y VIEDMA PUCHE, F.: Baeza de 1950 a 1970 (con 940
imágenes), Grupo M&T, Baeza 2007
www.baezaforos.com