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Con la concepción moral juzgamos lo que hacen los demás y lo que hacemos
nosotros mismos, por ella nos sentimos a veces orgulloso de nuestro
comportamiento y otras veces también afligidos y culpables, Salvo que hayamos
nacido en el ceno de una tribu aislada del resto del mundo, podemos conocer
otras tradiciones morales ajenas a la que nos haya legado la propia familia, y a
partir de ahí podemos comparar, de modo de la concepción heredada puede verse
modificada e incluso abandonada por completo.
Uno de esos rasgos que todos los enfoques céticos reconocen, aunque no todos le
conceden el mismo valor, es lo que podemos llamar la normatividad, es decir, el
hecho de que todas las concepciones morales exponen ciertos preceptos,
normas y principios como obligatorios para todo el conjunto de sujetos morales.
Moral y derecho
Esta descripción del derecho positivo nos permite apreciar algunas semejanzas
entre las normas jurídicas o legales y las morales:
Moral y religión
Una religión no es solo un código moral, sino algo más: es un determinado modo
de comprender la trascendencia y de relacionarse con ella. Recordaremos que
no toda concepción moral hace referencia a creencias religiosas ni tiene el
deber de hacerlo.
Las normas de tipo técnico, como los demás tipos de normas que venimos
comentando, también cumplen la función de orientar nuestras acciones para
alcanzar determinados fines.
En efecto, las normas técnicas tienen por meta generar un bien particular,
mientras que las reglas morales apuntan a la consecución del mayor bien
práctico que sea posible para un ser humano. Así pues las normas técnicas
también orientan la conducta delas personas, pero en un sentido diferente al
de las normas morales: mientras que las primeras orientan sobre los medios
mas adecuados para realizar todo tipo d e fines sin ocuparse de la bondad o
malicia de los mismos, ni del fin ultimo que se pueda conseguir a través de
fines parciales, las segundas apuntan directamente a la licitud o ilicitud moral
de los diferentes fines que puedan ser perseguidos, así como al bien supremo
y al fin ultimo, pero nada nos dice sobre las habilidades que haya que poner en
juego para la consecución de tales fines.
Desde el punto de vista de Kant, los imperativos morales expresan los limites
que la propia racionalidad humana se autoimpone para no caer en contradicción
consigo misma, y de ahí que exista una diferencia entre la normas
simplemente técnicas que solo obligan hipotéticamente, y las normas morales,
que obligan a todo ser racional con carácter categórico , puesto que la única
condición que cabe pensar como implícita en ellas seria: “Si quieres
comportarte como un ser verdaderamente racional, entonces debes…”Pero
semejante condición tiene un carácter tan general que ya no seria adecuada
para hablar d en las normas morales como imperativos hipotéticos.