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Harry G. Procter (comp.) Escritos esenciales de Milton H. Erickson, vol. 2 Terapia psicolégica O0000 o0o0 9° (elelelere1elelerele) Psicologia Psiquiatria Psicoterapia ‘Stsnos tulospubliados 158. ©. Caplan y R, B, Caplan Consult ycolaboracn en sol meal RE Aseny P.Tomton«Iriersoncn familia DI. Stem” La conselacin maternal R Dallos = Sitomat de creencias familiares Bu Horlock = Picoogds de ta adnlsconcia W. Worden, El tatunenso det duely:aseworamientopxioldgico 9 tergpia och Avila Espada. nvestigactinenpstcoerapia ‘Ginccmontone y Ar éejia- Entrée prenperatonn sete qulsirglco RojaeBermader :Teordsy cna potendramaticas ‘Sivaky Ar Wioter“Atexitinda fa diftutad para vrbalizarafotos H. Bleichay - vances en pscoterapia psicounati EE. Lopes Uarbers ®.Poblacln Knappe~ La esculria y mas iénicaspsteadrandcas (plicadae on ptcoerapia 170. BUG: Duron’ §.K. Golan - £1 golpeador 111; D. Giasr 8: Frosh “Abs sexu de nifios 12, A: Geeelj otros Bi inode fa 3 aos ‘A. Geselly olor = £1 nino de S10 anes Gere jours. Bl adeleseente de 10a 16 whos “Contrte el dolor antes de que el dotor le conte w used insiosperspectinaspslscuneiates ELN. Forman RoE. tale Dilemas eticas on pedatra DB. Gieonbsrg-y C. A. Paleshy El convo de wena de dn L.Gorominas Prcopatoingia areaicu y desaroles ensayo pateoanalico 1 Meeeseewica = Phovfrinccnlte plondindiica i Ssivarerr comp) = Lr eles 1 lig Una sonapla breve mds projunda ydaradena M.D. Yapko = Lo eeenta det hips WR Miler S.Rollnicl (comps, «La enrevira moiouconat EPP Wes Cin tases ni cr probinas de eine hier L E Ep 1 4 E 1 R JT Gendin El fcusing en pcoteania & Grecberg y $C. Pavio™ Trap com lac emaciones en pioterapia Bi brikson 2 leo set compere 150. AoE Becky otros. Ferama engin de lc drogedependencas 1B1, B-Jowlevicg (eon) «Shure de ft de atc com on Nperetidad (A DYH.D) Einnne adoeseenes»adalon S'faber Comp). Cscer de mana: manu de raamientapszoiico , Biny over eomps)-Trexamiento pstcopetegdco. Re nernsitacionl ex el dbo delolad i: see Kalina + Adiciones Aportes para ta ctinca yt trapéuin RO Bencaron Muscecrai Dela eorta dla prdeea Ti Yalom = Piicterapisextencial trap de grupo Bi ieey Mt Mr Calls (comps) « Cdtray alvin ¢ Cio exprewanas toque senins? 1K Bestovm Sistnescvponandos por tuna El aber fens teal on as aon R Dean (Comp) “El deer. Un enfque interdicpinarto Si Frceman yobs Terapia narra are ls WG Proce (comp) Everton exnclafes de Mion H.Erckvon, Volumen Hips paconga HG Prtir (comp) ~ Exertosesnclaler de Milton H. rico. Volumen I Terala paeotice 208, Br Oktn= Ayu de forme eetve (Counting 3B5. G. A. Rely - Palco de os constr personales 26. A Samrat - so teria aceon de fa pricrerapha cognitive 4201. Er Toman de Beh Dsesaono devarroloprguico: su penance 308. M. Bayne = Terapia nara Harry G. Procter (compilador) ESCRITOS ESENCIALES DE MILTON H. ERICKSON Volumen IT Terapia psicoldgica ~ PAIDOS excetes alget hie Los textos del presente volumen se han extraido de The Collected Peper of ten H. Eiekson On Hips loros2. 394, puicadosen inglés, en 1980, por Irvington Publishers, Is. Nueva York Publicado on perniso de Ardent Media y Mark Paterson “Traduccén de Rafal Santandres Cations de Diego Fljgo , pags. 149-173; «The Use of Symyroms 2s an Integral part of therapy. pigs. 212-223: «An Introduction and Study of iypnoss fr Pain CControt>, pig. 237-245: «Ths Intrspersal Hypnotic Technique for symptom correction and pain Controle: pigs 262-278; expresaba una mezcla entre sconsecuentemente: y subsiguientes; y se hallé que sor, no era ni ase ni snd, sine sno lo sé -No» escrito de izquierda a derecha era no», pero escrito al revés, de derecha a izquierda, significaba lo opuesto, ssi.' En este sentido, el Ienguaje de Brown era mas como el lenguaje de los suetios y consti- tye, de hecho, una confirmaci6n de la validez de lo que Freud dijo respecto al uso de la condensaci6n, elisiin, inversion del sentido y dualidad de significado en el lenguaje de los sueiios. ‘Otro método de abreviacién consistia en el uso de una marca ver- ical que significaba «si y una horizontal que queria decir «no». Una li- nea oblicua hacia las veces ce no lo sé». El signo ~] significaba -Prime- ra parte “no”, segunda parte “sis y L_ queria decir justo lo opuesto * En inglés, sno: y shes se pronuncian qual. Por eso Browa utili sno con esos dos significa. (deft) 1. Exe es uno de los acertijes de la eseritura sutomatiet y una de las rezone de {que fio sex suficiente leer Io que eseibe el sujet, sino que debe verse emo Io ese cribe, De hecho, para estudiar el contenide de ests mensijes es necesaric rth fa experiencia en pelicula. La explicacion de Brown auerca de la inversion de la palabra -no» fue: -D oe Isabel pregunta. D lee respuesta. D pienst que entiende. E ve la es criuri. Eno respuesta real. D no, Asi D no tlene mledk. 40 CASOS INICIALES SORRE HIPNOTERAPIA Y SU PSICODINAMICA De forma parecida, J, 7, —, significaban -Primera parte “no lo sé", segunda parte "Sf", etc. ‘Ademis de esas economias, Brown utilizaba innumerables pistas y signos para comunicarse. Muchas veces, simplemente eran demasiado complicados. Por ejemplo, le preguntamos a Brown: -zPodemos obte- ner informacién sobre Damor?. Muy despacio, como dudando, Brown recorrié la pagina con la mano como si buscase espacio para escribir, después giro la pagina y escribi6 en el reverso: Si-. Como la respues- ta era contradictoria con otras anteriores, el investigador le dijo: No entiendo», lo que provocé el comentario: ‘Bobo. Se le pregunt6 Por qu@- y la respuesta que se obtuvo fue: +Has visto-. Tras mucho esfuer- Zo, se Supo que lo que queria decir es que el investigador habia visto que ella habia escrito en el reverso del papel, lo que significaba que habia invertido la pregunta, Entonces se le pregunté: “A qué pregun- ta ha respondido que s®>, La respuesta: vA la de Brown: Otro de los signos que utiliz6 la personalidad oculta del sujeto fue tuna linea oblicua corta que trazalva en cualquier lugar del papel como si fuese un intento fallido de escribir algo. Mas tarde se descubrid que Te Ifuea era una marca con la que Brown expresaba que tina palabra tenia una tilde. Se trataba de la palabra francesa consequent, El inves- tigador la habia tomado por la inglesa -consequent: y el sujeto le co- rrigié de esa manera. Cuando el investigador adiviné de qué se trata- ba, orgulloso, le pregunté: Bueno, qué te parece?.. Brown respondi6: Bobo. ‘Cuando la personalidad oculta de ta sefiorita Damon escribia en una hoja nueva, queria decir que hablaba de un nuevo aspecto del problema, Esta era su manera de expresarse, escribiendo sobre frases ya escritas, separando aqui y allé las diferentes partes de una frase, poniendo puntos en medio de una frasc © muy lejos del final de la misma, apuntando la punta o la goma del lapiz hacia una palabra, dando respuestas contradictorias a una misma pregunta, contando las letras de una palabra, las palabras de una frase y dando diferentes cantidades cotales segtin el momento; escribiendo mal una palabra para llamar la atencion sobre ella y muchas otras cosas que al prin pio fueron pasadas por alto o interpretadas errneamente. La actitud de Brown hacia la investigacién era consistente y muy significativa, Decia que ella era la Gnica que sabia el significado de la LA CURACIGN PERMANENTE DE UNA FOBIA ORSESIVA 4“ escritura, que la seforita Damon no lo sabia y que debido al miedo no lo podia saber; que la sefiorita Damon necesitaba ayuda y que s6lo ella sabia cOmo dirsela y que la funcién del investigador era fun damentalmente asumir la responsabilidad y hacerle a Brown s6lo preguntas directas y especificas, con la reserva de que Brown podia aceptar, rechazar 0 posponer las preguntas si pensaba que eso era Jo mejor. Se comprobé que Brown protegia 2 Damon pidiendo que la tratésemos con especial cuidado, apoyandola, distrayendo su aten- cién, engaitindola a veces, etc. Quizis el mejor retrato de la actitud de Brown sean las respuestas que dio: sLa escritura significa mucho, B lo sabe todo, D no, no puede, miedo, hace mucho tiempo olvidé algo, D no puede acordarse por- que nunca supo nada de ello, ella pensaba que st pero no. B tie- ne miedo de contarselo, D se aterrorizari, Horari. A B no le gus- ta que D esté asustada, no dejaré que se asuste. B no le puede decir a D, no se lo dird. D debe saber. D debe obtener ayuda, B necesi ta ayuda, Erickson pregunta. Pregunte lo correcto, B dice a Erick- son la respuesta correcta. Pregunta errénea, respuesta err6nea. Pre- gunta correcta, sélo pregunta correcta y B responde, pero no dice a D porque esti asustada. Erickson pregunta, pregunta, pregunta Brown responde, pero no demasiado deprisa porque D se asust llora, enferma, B cuenta la verdad, la verdad. Erickson no entien- de, no entiende porque no sabe. B intenta decirlo. Erickson no pregunta lo correcto. Pregunta, pregunta, pregunta, B no puede de- cir, no dird. B tiene un poco de miedo; B sélo responde. Pregunta, pregunta. Se intent de manera indlirecta que Brown diese algunas pistas so- bre qué teniamos que preguntar, pero la respuesta siempre era -Erick- son pregunta, B responde; pregunta correcta o incorrecta, respuesta correcta 0 incorrecta. Por lo tanto, la tarea basica del investigador pas6 a ser la de inves- tigar primero qué preguntas hacer y, después, hacer las preguntas cle manera que se pudiese responder con sélo una palabra, Las pistas que nos daba Brown parecian dirigidas a provocar un interrogatorio mas agresivo, Por otto lado, en conversaciones que tuvimos sobre otros temas, Brown no mostraba restricciones. Ademés, en esas char- ( 90) felalolelerolelelelelenelelonens, er 42 —_CASOS INICIALES SOBRE HIPNOTERAPIA ¥ SU PSICODINAMICA las isrelevantes habia Ia libertad de dar innumerables consejos y pis- tas, la mayoria de las cuales fueron pasadas por alto. A medida que ibamos aclarando los diferentes aspectos de las dos personalidades, sus actitudes hacia el investigador y sus métodos de darnos informaci6n, la tarea de descubrir el significado de Ia escritu- 1a se hizo mas sencilla Al principio, después de cada mensaje, se le decia al sujeto que escribiese 0 reescribiese de forma mas y més legible, pero no conse~ guimos que lo hiciese asi, También se intent6 que reesctibiese lo que queria decir con sin6nimos 0 con otras palabras, de manera que él in- vestigador pudiese determinar al menos cudntas palabras habfa en la frase, pero Ia respuesta a esa petici6n fre bastante concisa: -No- Entonces, se intent6 una nueva aproximaci6n al problema y se le pregunté a Brown: «sta frase es correcta y esté completa’. «No. Se le hicieron mas preguntas y finalmente dijo: -Pregunta equivocads Después de muchas otras preguntas se supo que lo escrito constituia dos frases, por lo tanto el investigador deberta haber dicho frases m que frase. Esas frases, segtin dijo B, estaban abreviadas y las palabras estaban 0 abreviadas o conclensadas; ademés, afiadié lo siguiente: “Ahi esta todo; B Jo sabe; B entiende; E hace la pregunta correcta; B responde.. Lo siguiente fue que la frase contenia 7, 8 0 9 palabras; Brown dijo 7 y 8 enérgicamente, 9 dubitativamente; de forma parecida, dijo que la segunda frase contenia 13, 14 0 16 palabras, 13 y 14 enfatica- mente, 16 dubitativamente. Dando por seguro que algunas de las pa- labras estaban repetidas o que podian estar partidas en dos, se le pregunt6 que sefalase las palabras a medida que las contaba, pe:o respondi6: .No, no todavias. Sobre las preguntas que tenian que ver con estas posibilidades dijo: -No, no lo diré-, Cuando se le dijo que su rechazo se debia a que no queria admitir que algunas palabras es- taban repetidas © partidas, Brown concedié un -Quizas., a lo que la sefiorita Damon, que en ese momento estaba hablando con el inves- tigador acerca de un libro, de repente dijo tatamudeando que sentia miedo y prosigui6 con su conversacién, reprimiendo de nuevo todo conocimiento de su problema emocional, justo lo que habia hecho antes, cuando acaeci6 su ataque de piinico, al iniciar la escritura aa- tomitica. LA CURACIGN PERMANENTE DE UNA FOBIA ORSESIVA a El investigador le comunic6 a B su impresi6n respecto de la con- ducta de D, a lo que replic6: -Puede ser, No se lo diga demasiado ra- lo todavia. Después, tras varias preguntas mas, se pudieron descifrar las si- guientes palabras: trance, hard, mi, catalepsta, todas, nunca, y fue- ron pltestas en orden en las frases como sigue: Palabra Posicién Frase ‘Trance 1 1 Hari 2 1 Mi 3 1 CCatalepsia 10,110 12 Ly 2en una secuen Todas 8.9010 1 y 2en waa secuencia Nunea Bol 1y 2 en una secuencia (Al final del anicule daremos una explicaci6n completa de este e5- quema.) Se hicieron mas preguntas, pero resultaron infitiles Brown res- pondia »No» a todas las preguntas. Mis tarde, se intent6 iniciar otra estrategia haciendo que la sefio- rita Damon mirase las distintas partes del escrito y donde contemplar los recuerdos visuales Cuando se le pregunt6 cémo fbamos a seguir, Brown cscribi6: Cristal, La sefiorita Damon explic6 que Brown debia de querer que ella mirase una bola de cristal, 1o cual era ridiculo, segiin ella, porque no sabia cémo hacerlo, s6lo habia oido hablar de ello y no sabia como podia hacerlo, Brown replicé: Esperando-. Consecuentemente, s¢ le indujo un trance y usando un espejo que reflejaba el techo se le dijo a la sefiorita Damon: «Brown quiere que mire el cristal y veas, Tan pronto como miré al cristal, aparecié una expre- si6n de intenso terror en su cara y desperté Ilorando, encogiéndose en la silla, ocultindose la cara y declarando que estaba shorriblemen- te asustada- y suplicando ayuda. Evidentemente, la cara del investiga- dor reflejé su alarma, pero antes de que pudiese decir nada, Brown escribi6: «Esta bien, E. D s6lo esti asustada, Tiene que ser asi. Des- ‘pu6s, se sentir mejor. Sélo consuélala.. Fl investigador hizo un par de comentarios para relajarla, mientras Brown escribia -Bien- y la sefto ta Damon reiteraba, entre lagrimas: Estoy tan asustada, estoy terrible- mente asustada: Al poco tiempo, la sefforita Damon recuperaba su compostura y pedia perd6n por su conducta “infantil, Al mismo tiempo, Brown ¢s- ccribia: “Mejor ahora; cristab. Se fue repitiendo el procedimiento una y otra vez, pero con los mismos resultados, excepto que ahora el sujeto conseguia echar unas 2, Aqut, Brown especies el momento exacto en el que aclarar Ia cuestion, Mux ‘cas veces, es conveniente preguntat a las sujetos Ix hora exact, o el dia en que en- terelerin algo. Normalmente se les pide que no pongin un plazo demasiado corto 0 enasiado largo ya que ello les de un objetivo y une tarea ¥ los lbera de tener que fententler la cuestin a cacka momento. Ademés, asi disponen de Gempo para prepa- fase para aceptar la informacion que van 2 recibir. No es infrecvente que en el ani- Isis se determine arbitrariamente una fecha de Fnalizacion del tratamiento. Se trata {de un procedimiento parateo. LA CURACION PERMANENTE DE UNA FORIA OBSESIVA 9 lergas ojeadas al cristal, y cuando iba a decir algo sobre ello se des- pertaba, Después, tuvo otro de sus ataques de pinico, que duré unos veinte minutos, aunque ahora Brown decta: -D pronto se sentir bien-, “Todo va bien: y -D se esta preparando para saber, pero no sabe». Finalmente, cuando la sefiorita Damon se recuper6, disculpéndo- se por su explosién emocional, B escribi6: -Cristab. Se indujo otro trance en el que se sugestion6 al sujeto para que viese en el cristal, La sefiorita Damon nos informé de que veia a su abuelo y que éste le decia una palabra. Mientras se nos decia esto, Brown escribi6: +B esta asustada, muy asustadas, La senorita Damon se despers, pero sélo pregunté: Qué hora es’, aunque el reloj del investigaclor estaba sobre |a mesa y todos lo podian ver. Como res- puesta a su propia pregunta mir6 el reloj y dijo la hora correcta, las seis treinta y cinco. B, en ese momento, escribié: -25 para las 7». La se- fiorita Damon comenté: -Las siete clebe de ser un ntimero importante para B. Me pregunto por qué y miré al investigador con expresion interrogativa. Mientras la seftorita Damon esperaba una respues Brown escribié: D no sabe todo 7,30. D dice entonces —olvidaclo hace tiempo. B no dia, B no dejaré D saber hasta 7,30. En ese momento, la seftorita Damon pregunt6 sin darle importan- ca: Brownie, cual es tu nombre de pila’, y como Brown no de: nada, la sefiorita Damon, muy excitada, dijo: -j41 est loco! (£1! Por Dios!, Entonces, extrafiada le pregunté a Brown por qué habia dicho 4. Brown respondid: -D sabe pronto; no preparada todavias, La sefio- ta Damon hizo un gesto dando a entender que no habia nada que hacer con esas respuestas y Brown escribi6: »D no cree porque tie- ne miedo-. La seftorita Damon declaré que habia tenido miedo antes, pero que ahora no temfa nada en absoluro y que més bien estaba in- trigada y se divertia. Brown comenté: «D no sabe. D equivocada. D estard preparada pronto, 7,30 es Ia hora correcta; D atin tiene tiempo Después de esto, la sefiorita Damon se burlé diciendo que, por su- puesto que estaba preparada para cualquier cosa; que no tenia nin- OOQODNINDANGDANOOYOVVD 50 _CASOS INICIALES SOBRE HIPNOTERAPIA ¥ SU PSICODINAMICA giin miedo, Brown repitid sus comentarios y finalmente dijo: -B cice a todo el mundo a las 7,30, D entiende; nadie mis De repente, la discusiOn de la seftorita Damon y Brown cambié de tono ¥ ahora la joven estaba definitivamente inquieta. Dirigiéndose a la sefiorita Damon, el investigador le pregunts qué sucedia aunque, para la sorpresa de ésta, respondié Brown: «Primero D miedo vago, después miedo de saber algo, después miedo de no llegar a saber; ahora tiene miedo porque va a saber. D miedo porque va a saberlo» con el saberio escrito con fuerza, remarcindolo. La sefiorita Damon intent6 ridiculizar esta explicacién, pero era evidente que estaba incomoda y empezé a atacar la l6gica de varias de las afirmaciones anteriores de Brown De repente, la sefiorita Damon miné su reloj y nos recordé que eran ya las siete y doce. Inmediatamente, Brown escribid: -7,21, y la sefio- rita Damon dijo excitada: “Mire, ha invertido el orden de los minutos. Cuando se le pregunté a B por qué, respond: D piensa 7,07 [Damon lo neg6l. E no entiende, E lo entender mas tarde. Y eso fue todo lo que se pudo saber. Mientras la sefiorita Damon analizaba este Gltimo material, Brown escribi6: -D recordara a las 7,23 Sefiorita Damon: Eso es ridiculo, ;Como puede decir algo asi? No hay nada que recordar Brown: B esti cambiando fa idea de D. Sefioita Damon: No, no, no hay nada que recordar, Brown: D no sabe. B esti cambiando la idea de D. Seforita Damon: Eso es ridiculo. Como si no supiera cuando cam- bio de opinién. Inmediatamente, se puso sollozar intensamente, aunque s6lo un instante y, en seguida, pregunté timidamente: Pero es que tengo alguna raz6n para estar asustada?» Brown: Si Brown al inv te mejor, igador: D Hora, no importa, nada ayuda. D se sien- TA CURACION PERMANENTE DE UNA FORIA ORSESIVA 31 La seforita Damon, todavia llorando, observé a las siete y veinti- dos y medio -que el tiempo pasa rpidos, recuperé la compostura, negé que hubiese nada que recordar o que estuviese asustada de re~ cordar, fluctuando entre la curiosidad y la aprensi6n. ‘A las siete y veintisiete y medio, tuvo otro ataque de pinico, llo- rando, encogiéndose en su asiento y dectarando lastimeramente que no habia nada que recordar. Alas siete y media, B escribi6 despacio, debido a las interrupcio- nes de la llorosa seftorita Damon, lo siguiente: «consecuencias de ha- cerse con la rata almizclera para la pequefia idiotas. A esto, la sefori- ta Damon reaccioné llorando, estremeciéndose y pidiendo ayuda hasta las siete y treinta y cinco, Exactamente en ese momento recu- peré la compostura y declaré con gran interés: -Recuerdo una historia que nos contd nuestro abuelo cuando éramos nifios. Una rata almiz~ clera entr6 en la cocina, Todo el mundo la persiguié tropezando con todo fo que habia por en medio, No sé qué tiene que ver esto con lo que escribe mi mano-? 3. En ese momento es nacetario explicar ol heel de qu ras) Brown prometé todo ef mundo que dita lo qu poco después, la sefonita Damon menciond que esin las 7,12 y Browa que eran lis 27.21. 1a seftorita Damon erefs que Brown habla invert kas cifras det nomero 12, per Brown le replied: Daron piens 7,07. Clare esté que la senorita Damion no & taba de acuerdo, (3) town elo: no entiencle. Entendert mas tarde. A ello lest 6 a arma: -Damon empezar recordar a las 7,23. ( A las 7.22% Damon alirmé sin venir a cuento que el tiempo past rapido, pero alas 7.27%, le ented un ataque de panko, (5) A fas 7,30 Brown eserthi el material que conducitia a ta reso feta del problema, pero Damon ni se do cuenta ce ello hasta fas 7.35, La expla ci6a de esos hechos es Ht Siguiente: It seferita Damon airs un reloj que estaba so Fre una mesa y leyé las 7.12, Brown escribié esis ntimeros, pero invirio kas eifras paca lamar bs atencida sobre kos minutos, La seforita Damon dij, Mire, ha nvr do el orden de los minutos: y Brown epic’: Damon piensa 7,07, y entonces afm ‘que el investor ao entenleia sino més tarde, Ahora debemos carne cuenta de dive 707 es exactamente cinco minutes mene gue las 7,12, Por otto lad, la proc sa de Brown era que a ls 7.23 Damon emperaia 2 record, peso en exe momento Io dico que aeurié es que Damon die qe el Gemper past ripido. A las 7.27, sin embargo, le ent un ataque de panico, aparentemente cinco minctos tare A las 7,30, de acuerdo con el compromise -decilo todor, Brown exctbié a fse lect sivs; pero de nuevo Damon no se dio euenta hasta las 7.35. Cuando el investigador is tarde le pregunt6 Browns Poe cu nn has cumplido tu prone de la 7.30, 1a respuesta fue: -Lo hice. Mi relo}. Guardo miramos el reloj de pulser de Damon, 52 _CASOS INICIALES SOBRE HIPNOTERAPIA ¥ SU PSICODINAMICA Bl investigador preguni6: -Bien, qué significa eso?. Brown replicé: -D sabe, E no entiende, se lo dije antes Erickson: «Tit decias que ibas a clarnos el mensaje completo La sefiorita Damon interrumpié verbalmente: “Toda catalepsia sdbita las consecuencias de pillar a la rata para la pequefia idiota- Erickson: ¢Es eso? Brown: No. Erickson: (De qué se trata? Seforita Damon: No puede pronunciar correctamente; busque- mos en el diccionario. Después de mucha busqueda, Brown escribié: Subséquemment, subséquent, subsiguiente. Erickson: dla frase es? Brown: Toda catalepsia subsiguiente consecuencias de pillar a la rata para la pequefia idiota, Erickson: la primera frase? Brown: No. Erickson: Escribe primero. Brown: {Trance entrasi mi rata? Sefiorita Damon: No sabe escribir bien, la pobre. Brown: Entra, entraa Sefiorita Damon: Asi Erickson: Dos palabras? ¢Cuall es la primera? Brown: Entra. Erickson: La rata Brown: La rata almizclera, Erickson: Las frases reales? Brown: Trance, entiara mi rata, asi, Toda catalepsia subsiguiente las consecuencias de pillar a la rata a la pequeia idiota Erickson. No entiendo nada. Brown: D sf omprobamos que iba cinco minutos retrasudo con respecto al de la mesa. Cuando justamente mirdbamess los relojes para damos cuenta de la diferencia de lx hora, Brown seftalé con el edo las 7,07 que habia escrito en la hoja. ¥ despuds seal las frases no entenderd, & entenderi mis tarde rr LA CURACIGN PERMANENTE DE UNA FOBIA ORSESIVA 33 La explicacion de la seforita Damon: -Ahora ya sé lo que signifi- ca. Lo que pasa es que las palabras tienen muchos significados a la vyez, Cada una quiere decir una cosa diferente. Ya verd; yo estaba in- teresada en Ia catalepsia; no era catalepsia sino rigidez. Estaba asus- tada por lo que sucedi6 con la rata almizclera. Cuando tenia cuatro afios de edad me perdi [Brown interrumpi6 para escribir que tenia tres afios y la seftorita Damon acepté la correcci6n, diciendo que pro- bablemente no lo recorcaba bien; Brown coment6: «Corrector y le- qué a estar realmente asustada, Mi abuelo me regano cuando volet a casa; me llamé «petite niaise- [Brown escribié petite niase, senals lo que habia escrito y afadié un punto muy enfatico). Me dijo que habia dejado la puerta abierta, pero no era cierto. Yo me enfadé muchisimo con él y decidi dejar las puertas abtertas para fastidiarle. De becho, convenci a mi hermano para que lo hiciera también, Dejabamos abiertas las puertas de la despensa y del congelador. ¥ mi abuelo se rié de mi por perderme y me cont6, mientras ain estaba asustada, que una vez él también se perdi6 y que una rata almizclera se metié en la despensa y puso todo patas arriba. Pensé que yo también habia becho eso. Estaba tan asusiada que mezclé la bistoria de mi abuelo con ta mae, Aqui Brown escribié: -Petite Niase piensa que ella es su abuelo. -Bstaba tan enfadada con mi abuelo y tan asustacla que dejé las puer- tas abiertas para fastidiarle y me preguntaba si vendifa otra rata ak mizclera.» De nuevo Brown escribié «Petite niase piensa que ella es su abuelo:. Esta vez, la seftorita Damon se dio cuenta de lo que escribia B, lo ley6, se ri6 y dijo: Se acuerda de cuando llamé a Brown él y Brown esctibié Da~~ ~? Bien, puedo explicarlo. Brown le decia que yo no sabia quién era porque el nombre de mi abuelo era David. Como mi nombre, que empieza por Da y tiene tres letras. Y es0 es !o que Brown quiere decir cuando dice: pequeda idiota (es la traduc de petite niaise), piensa que es su abuelo-* Erickson: ;Alguna cosa més, sefiorita Damon? Sefiorita Damon: No. Eso es todo. 4. La persisencis de Brown es digns de menci6n, Por dos veces, Brown sefulé fa frase ot pequeia ifase plonsa «que es st abuelo, aparentemente para evitar que Damon se olvidase de ello ae a 2000 an00gn000 54 CASOS INICIALES SOBRE HIPNOTERAPIA ¥ SU PSICODINAMICA Brown: Si. ‘Al ver lo que escribia Brown, la seftorita Damon se sonroj6 y pre- gunt6; -Brownie, tiene que ver con mi problema de las puer- tas Brown: Si, cuéntalo. a sefiorita Damon explicd entonces cual era su fobia, pero alora hablaba en pasado. Después, la sefiorita Damon pregunté: -éTiene esto que ver con el hecho de que no me gustan los gatos? Brown: Si Seftorita Damon: ¢C6mo? Brown: Los gatos persiguen a las ratas. Seftorita Damon: «He racionalizado mi temor a los gatos. Yo siem- pre pensé que era porque vi cémo un gato cazaba una cria de peti- rrojo, un precios petirrojo. Pero la realidad es que no me gustan los gatos porque, bueno, a fos gatos les gustan las ratas y a mi no me gus- tan las ratase Después, con una exclamacion de satisfacci6n, la sefiorita Darron dijo: -Ahora ya sé por qué siempre he pensado que habia algo ecui- vocado en mi aficién por las ratas de laboratorio, Cuando jugaba con ellas, sabia que no me gustaban, pero siempre me convencia de que siy, de hecho, me gustaban, pero de una manera incmoda. (Aqu Brown escribié: "A D. le gustaban las ratas para ocultar Ia verdad” J. Supongo que no pasa nada con las ratas, pero no voy a ser una ad- miradora de ese animal nunca més Resumen Para abreviar diremos que se trata de la historia de una joven que, durante muchos afios, ha tenido una fobia y unos impulsos compul- sivos que siempre ha mantenido ccultos. Sin embargo, cuando 20r casualidad se present6 como voluntaria para una demostracién de hipnotismo, se vio envueita en una serie de experiencias y hecios que desembocaron en la solucién de su conflito. LA CURACION PERMANENTE DE UNA FOBIA OBS! a 38 Primero se quedé fascinada por el fendmeno de la levitacion in- ducida y, acto seguido, se horrorizé ante la catalepsia. A partir de ahi y por medio de la escritura automética, intentamos investigar las 1az0- nes de su fascinaci6n y horror extremos. Esto condujo una serie de estados de ansiedad aguda y al descubrimiento de una personalidad desconocida, una personalidad tomada de una heroina de ficcién de In infancia, En una sesién que duré horas se llevaron a cabo miiltiples esfuerzos para descifrar lo que dlecia la escritura automatica de la otra personalidad. Finalmente, se intent6 la evocacién de imigenes en un espejo (a modo de bola de cristal). Estas imagenes trajeron a la con- jencia algunos episodios de la vida de fa paciente cuando contaba tres afios de edad y gracias a ellas se puso descifrar la escritura y explicar las fobias y compulsiones de Ia paciente, Estos descubrimientos tuvie- ron un efecto terapéutico que ha persistico a lo largo de los afios. Discusion Este caso clinico presenta unos problemas muy interesantes que hacen referencia al funcionamiento de los procesos inconscientes y a las diferentes técnicas de estudio de los mismos. Bn una sesi6n de varias horas de duraci6n, se consiguié recuperar los recuerdos reprimidos de una experiencia traumitica ocurrida con tres aos de edad y que habia sido completamente olvidada Estos recuerdos fueron recuperados a través de la escritura auto- matica. El mensaje automatico original era casi ininteligible, solo se reconocian nas cuantas letras o silabas (véase la ilustracion). Ade- mds, durante la experiencia el sujeto habfa experimentado varios ata- ques de pinico transitorios. Finalmente, el descifrado del texto supu- so el descubrimiento de la neurosis del sujeto. Por otro lado, para descifrar el texto se us6 la misma escritura au- tomitica —se hacian preguntas sobre el texto automatico que se res- pondian con escritura automatica— y, al final, se evocaron imagenes visuales para que el sujeto mirase, bajo hipnosis, en un espejo que re- Aejaba el techo, Durante todo este proceso estuvo presente una segunda perso- nalidad de! sujeto del todo inesperada. Es posible que la existencia 56 _CASOS INICIALES SOBRE HIPNOTERAPIA ¥ SU PSICODINAMICA de una personalidad como aquélla, tan organizada, sea un requisito esencial para el uso de métodos como el dibujo o Ia escritura auto- miticos, el espejo o la bola de cristal, ya que parece que dependen de un alto grado de disociacién histérica. Es posible también que la inesperada presencia de tal personalidad dual, estrechamente ligada la consciente pero a la vez completamente segregada de ella, pueda darnos una explicacién de ciertos fracasos de la terapia analitica Desde un punto de vista psicoanalitico, la escritura automitica es de particular interés porque usa los mismos mecanismos oscuros y condensadores que utiliza el humor y el lenguaje de los suefios. Esto ya ha sido observado por Erickson (1937b) y, con respecto al dibujo automitico, por Erickson y Kubie (1938). Parece ser, por lo tanto, que fen determinados casos la escritura y el dibujo automiticos pueden oftecer un método de aproximacién al inconsciente. Su interpretacion es muy parecida al andlisis de los suefios. En ciertas circunstancias, es- tos métodos pueden tener ventajas con respecto a procedimientos mas tradicionales. Por ejemplo, uno de nosotros (L. S. K.) ha encontrado que en cierto tipo de sueiios las técnicas citadas pueden servir para demostrar objetivamente ef contenido latente de los snefios sin uti zar las interpretaciones verbales. (Todavia no disponemos de la p blicacién de dichas observaciones.) De ms interés técnico es la utilizacién de la técnica de mirar ef eespejo bajo hipnosis. Con la interaccién entre las dos personalidaces principales y por medio de preguntas realizadas por el investigador y respondidas mediante la escritura automética de Ia segunda persona lidad, se consiguié descifrar el significado de algunos fragmentos del mensaje automitico original. Cada vez iba quedando mis claro que el contenido latente de aquellas frases tba asociado a un intenso ¢ inso- portable terror, pero mediante los procedimientos iniciales no era po- sible traducir esa letra ininteligible ni recuperar las experiencias origi- rales que provocaban el pénico. Los pasos preliminares parece que sirvieron para que el sujeto se supiese seguro bajo la protecci6n de la personalidad dual y del investigador, Como el sujeto se convencié de ello, fue capaz de enfrentarse a las fuentes de su terror y finalmente recuperit los recuerdos perdidos mientras miraba un espejo bajo hip- nosis. Es especialmente interesante observar que fue la segunda per- sonalidad quien aconsej6 que wséramos ese método. LA CURACION PERMANENTE DE UNA FOBIA OBSESIVA, x Legadlos @ este punto, es necesario que hablemos del uso gene- ral del hipnotismo. Esta practica se halla actualmente malinterpreta- da y minusvalorada y, por eso, a menudo se olvida la deuda que tie- ne ¢. psicoandlisis con ella, Los primeros trabajos de Freud estén Ilenos de alusiones a los diferentes fendmenos del hipnotismo, al- gunes de los cuales serdn citados mis adelante. Sin embargo, pau: latinemente, el vienés fue suprimiendo toda referencia a los proble- mas y enigmas que esos fenémenos nos proponen hasta llegar a denostarlos piblicamente en Psicologia de las masas y andlisis del yo (Freud, 1921), cuya edicién alemana aparecié en 1927 y la traduccion al inglés en 1922, Aqui se hace evidente que la actitud de desprecio hacia el hipnotismo que sostenia todo cientifico serio —debido a los fracasos terapéuticos y la explotacién comercial del fendmeno— ha- bia calaco en el mismo Freud y relegaba su uso y hasta su estudio desde el punto de vista analitico (véase el capitulo «El grupo y la hor- da ptimitiva), Pero a pesar de su antipatia hacia la hipnosis, dice que ésta est ss6lidamente fundada en una posicién previa que ha sobre- vivido en ef inconsciente desde los inicios de la historia de la familia humana», La implicacién de estas palabras es que los fenémenos hip- néticos son universales y deben tomarse en consideracion para en- tender las neurosis. Si esto es cierto, entonces el estudio de los mé- todos hipnéticos es un deber del psicoanilisis. Sin duda, debemos volver a estudiar esta fuente de material inconsciente original de la cual salié el primer impetu de Freud. Bs interesante observar que Anna Freud en su libro El:y0 y los me- canismos de defensa, 1937 (Barcelona, Paidés, 1999) apoya las criticas contra el hipnotismo como métoco para llegar al material inconscien- te, Afirma que bajo hipnosis la revelacién de lo inconsciente se con- je mediante una dotal eliminacién- del ego, el cual no participa en el procedimiento terapéutico, pero al final se zafa (el ego) de la in- fluencia del médico y de nuevo reprime el material inconsciente que ha salido a la luz. Anna Freud propone en su lugar la libre asociacién, bajo la cual el ego es conducido a -guardar silencio s6lo durante al- unas fragmentos de tiempo, de manera que Ia atenci6n del observa- dor guede oscilar entre la obtencién de material durante el periodo de aquiescencia del ego y fa investigacion directa de las actividades del ego mismo cuando se resiste. NOCTONAVAVOHGUIH Qa000g0 58 GASOS INICIALES SOBRE MIPNOTERAPIA ¥ SU PSICODINAMICA Para nosotros es obvio que no hay una raz6n a priori por la que las investigaciones hipn6ticas del inconsciente no puedan llevarse a czbo de esa manera. Tampoco hay ninguna raz6n para que los investigado- res o terapeutas de corte analitico que usan la hipnosis confien a sus pacientes el material descubierto en esos perieclos de hipaosis, sola- mente porque antes se solia hacer asi, cuando no se entendian las fer- zas de resistencia. Las lecciones que nos enseiia el psicoandlisis pueden aplicarse al hipnotismo y no hay ninguna raz6n por la que la terapia hipnética debiera consistir en una explicacion de fos sintomas del pa- ‘ente haciendo caso omiso de la actitud cle éste. Por el contrario es 20- sible, tanto en el estado hipnético como en el de vigilia, asegurarnos in- formacién del inconsciente y asi motivar a la personalidad total con una interaccién de los aspectos conscientes € inconscientes de la persona- lidad, de manera que la persona gradualmente supera las fuerzas resis- tentes y adquiere un entendimiento ce lo tiltimo. Asi como sucede en el anilisis, podemos tener con la hipnosis una oportunidad de posponer, dilatar, resistir y distorsionar cuanto sea ne- cesario para llegar al objetivo terapéutico. De hecho, este proceso esta bien ilustrado en el caso que discu- timos, cuando, por ejemplo, durante la entrevista a Brown, la seaori ta Damon de repente interrumpe para decir: ‘Toda catalepsia sGbita las consecuencias de pillar a la rata para la pequefa idiota-, Esto era tuna repentina crupeién de material inconsciente a la conciencia; pa- recia un mensaje sin sentido, pero gracias « él volvieron a la memo- ria importantes fragmentos del pasado. Gracias a esta verbalizacién ssin sentido, la sefiorita Damon particip6 a nivel consciente, pero de una manera segura, es decir, parcialmente. Asi, se preparaba para re~ cibir una mayor y mas peligrosa informacién que llegaria mas tarde. Por lo tanto, la verbalizacion desempeiis un papel idéntico al del sue- fo, que, por un lado, s6lo se recuerda a medias y, por otro, es par- cialmente interpretado. Es un hecho clinico que los recuerdos recuperados y las emocio- nes experimentadas por la paciente durante esta extraita experiencia Ia liberaron de un estado fobico que iba en aumento. La cuestion serd, quiz4, si los investigadores se hallan en posicion de explicar 0 los ort genes de la fobia o su resoluciGn. Aqui sera mejor dejar a los hecros hablar por si mismos. LA CURACION PERMANENTE DE LINA FORIA OHSESIVA 3 Durante un corto periode de tiempo, una nifia de tres afios se pierde y desarrolla un estado de intenso terror, Se la encuentra o ella misma logra volver a casa y es recibida por su abuelo, que la rifie y la hace sentir culpable por dejar la puerta abiera, se rie de ella y la mAndola «pequeita idiota: (niaise) y finalmente trata de consolarla contindole una historia de su nifiez en la que se perdio y una rata almizclera entrd en su casa a través de una puerta abierta y lo destroz6 todo, Esta actitud proveca que la nifia entre en un estado de creciente terror, rabia, resentimiento y confusi6n. Mezcla la histo- ria de sut abuelo, y especialmente el cuento de la rata, con su propia experiencia, Siente que le ha sucedido a ella y piensa que pric mente ella es stt abuelo, Esti enfadada y quiere vengarse y delibera- damente deja las puertas abiertas, pero ai cabo de poco piensa 0 teme dejar las puertas abiertas sin quererlo y que algo terrible entra- 4, De abi la compulsion de comprobar si las puertas estén cerradas una y otra vez, Ja identificaci6n de la nifia con su abuelo es presumiblemente un ejemplo de esa forma de defensa mediante la identificacién con el agresor que describe Anna Freud en £ly0.v los mecanismos de defen sat (1937). Brown decia que la sefiorita Damon estaba stan asustada- que su abuelo deberia haberla consolado y le debia haber dicho que no habia raz6n para tener miedo, en vez de contarle de manera egofsta- que él también habia estado asustado, porque eso implicaba que el miedo de Damon era tan malo que incluso asustaba al abuelo. El resultado es que el abuelo -aitadié su miedo al de ella. Brown confirmé des- pués que Damon tenia ese problema y que por eso castigaba a su. abuelo, aunque confes6: -Yo ayudé un poco también. Damon pens6 en dejar las puertas abiertas y asi lo hizo, pero yo ayudé haciendo que ella convenciese 2 su hermano pars que también lo hicieses. Brown explicé la fobia como una consecuencia directa del esfuerzo por cas- tigar al abuelo: Damon concluyé que si castigaba a su abuelo de esta manera, en un momento dado no seria capaz de parar de hacer esa acci6n. Brown aftadi6: Fs como los nifios que creen que si ponen los ojos bizcos, luego no pueden volver a ponerlos en su lugar. En cierta manera, aunque saben que no es verdad, no pueden evitar pensar a Eso es fo que sucedié: 60 _CASOS INICIALES SOBRE HIPNOTERAPIA Y SU PSICODINAMICA Independientemente de que ésta sea 0 no la explicacién conecta de la fobia, podemos concluir que el primer componente de las fuer- zas motivadoras —llamémoslo la fantasia de venganza contra el abue- lo— se hallaba reprimido y que Ia fobia obsesiva iba a petmanecer hasta la recuperaci6n de su recuerdo original. Desde el punto de vis- ta de la terapia analitica es particularmente interesante comprobar que la fobia obsesiva es liquidada simplemente gracias al redescubritrien- to de esos hechos concticionantes sin hacer referencia a pautas edipi- cas, ansiedad de castraci6n, etc Quiza lo més sorprendente de todo sea el descubrimiento de una personalidad dual en una joven que, aparte de las fobias que padece y que ya conocemos, lleva una vida bastante normal y bien adaptada Ella nunca habia sospechado la existencia de tal alter ego. inevitable- mente, todos nos preguntamos cudin frecuente es la existencia de do- bles personalidades, sean del grado que sea. Si realmente existen, las complicaciones que pueden acarrear a la terapia psicoanalitica —s0- bre (odo, en las relaciones de transferencia— serin muy importantes y lo cierto es que nunca se han estudiado. La mera posibilidad de que sean més frecuentes de lo que se ha sospechado requiere el deserto- Ilo de métodos que comprueben su frecuencia y su significacion, no no puede decir que la existencia de tales personalicades miltiples no haya sido mencionada con anterioridad en los estusios psicoanaliticos; pero su significacin ha sido curiosamente pasada por alto, probablemente por la mala reputaci6n en que han caido los fenomenos hipnoticos debido a la comercializacion del Breuer y Freud (1936a) dicen: »La division de conciencia, tan impac- tante en los casos clésicos de doble conciencia, existe rudimentaria ‘mente en toda histeria, y la tendencia a la disociacién y con ella la aparicién de estados anormales de conciencia, que nosotros agrupa- mos bajo el término “hipnoide’, son los fenémenas que estén en la base de las neurosis. Y también: «La existencia cle estados hipnoides es la base y la determinaciGn de la histeriae. Mas tarde, hablan de la diversa sfacilidack que tiene la gente para experimentar -disociaciones hipnoides: relacionadas con la etiologia de! desarrollo de la neurosis, Breuer, en su discusién sobre el material teorético, describe un me- canismo de esa divisién que enfatiza su caracter de universalidad. En. su articulo -Gomentarios generales sobre los ataques histéricos., Freud rr LA CURACION PERMANENTE DE UNA FOBIA OBSESIVA 6 (1924) habla del papel de las malkiples identificaciones e interpreta- ciones teatrales (cle varios papeles) que lleva a cabo el paciente his- térico. Ha habido otros observadores, pero no han limitado el fend- meno a estructuras histéricas. Alexander, en -El psicoandlisis de la personalidad total (1930), dice: Por lo tanto, cuando describo ef superyé como una persona y et conflicio neur6tico come la lucha entre dos personas diferentes, quie- ro dlecir precisamente eso, No es una metéfora. [.] Mas adn, en el es- tudio de las neurosis no faltan las manifestaciones de tuna personalidad dividida, Existen lox casos, por ejemplo, de personalidad dual, bastan- te raros, para ser exactos. Pero Ja ncurosis compulsiva no carece de ‘casi ninguna de las manifestaciones dle ka personalidad dual A la luz de estas observaciones, es cle alguna manera sorprenden- te que, con todo el énfasis que se le ha dadlo 2 los varios roles del ana~ lista durante la transferencia, se hay dicho tan poco sobre el papel del paciente que puede presentarse ante el analista con mis de una personalidad, Este no es lugar donde discutir los diferentes mecanismos que hacen posible el establecimiento de tales personalidades mikiples. Quiza se pueda afirmar que no se ha estudiado ningtin caso con la suficiente profundidad coro para contestar esta pregunta, a pesar de las descripciones literarias tan teatrales que nos ofrece la literatura clisica. Tampoco existe suficienté evidencia para establecer cudntos grados de personslidad miiltiple existen, Otto problema que nos dej perplejos es la relaci6n entre el fendmeno y el proceso de represién. Sin duda, en la producci6n de personalidades méltiples, se da un proceso én el que ciertos hechos psicol6gicos quedan inconscientes. {Se trata del mismo proceso de represiGn, tan familiar para el te- rapeuta, presente en Ia patologia de Ia vida cotidiana y de la neuro- sis? La representacién topografica que me viene a la mente es que lo ‘que normalmente entenclemos por -represiOn- es una represién hacia abajo y que la estructura psicologica resultante es una serie de capas, tuna sobre la otra; mientras que la -tepresiGn: que surge en una per- sonalidad miltiple es una division vertical de una personalidad en dos unidacies completas, como la divisién de un paramecio. Aunque ce ( ( PAE Paes ean ae ee 5 NONNANDMONON0QaC 62 CASOS TNICIALES SOBRE HIPNOTERAPIA Y SU PSICODINAMICA obviamente tal concepto sélo tiene un valor diagramatico y puede in- terpretarse mal. De hecho, uno puede preguntarse si est4 justificado no pensar que todos los actos de represién implican la creacién de una forma latente de segunda personalidad. La Gnica referencia a este tema que nos ofte- ce Freud, en su Nota sobre el inconsciente en psicoandlisis: (1925), se refiere brevemente a la existencia de estados alternados cle conciencia separados e independientes. Después de remarcar el hecho de que se aleman y no coexisten, Freud pasa por alto la cuestion de si en las re~ presiones ordinarias se da esta sepregacién de materiales conscientes (la de la doble personalidad) o si se trata de algo diferente, De nuevo, parece que nos enfrentamos a una laguna en el conocimiento psicoa- nalitico, una laguna que existe al menos en parte debido a que hemos dado a espalda al material disponible mediante hipnosis. Los estados de conciencia e inconsciencia presentes en la personalidad miiltiple coexisten también en las represiones més simples. Volviendo al caso que nos ocups, somos incapaces de explicar la personalidad llamada primero Jane y, mAs tarde, Jane Brown. Podemos. entender, en alguna medida, cual es ta funcién que lleva a cabo esta personalidad dual, pero no como se ha legado a desarrollar. Los he- chos nos muestran que bajo el impulso del terror y la rabia, la joven realiz6 una icentificacion profunda y dolorosa con su abuelo. De algu- na manera, todas sus ansiedades y compulsiones postetiores parten de esa maniobra inconsciente. En un momento dado, construye un alter ego protector, Jane, la que estaba al corriente de aquello que ella no queria saber, Jane no se lo diria a nadie, lo tenfa prohibido, pero al me- nos ejercia el papel de defensora de la paciente, como quedé claro en innumerables ocasiones durante el curso de la terapia. Esto contrasta con la descripci6n que suele presentar Ia literatura, en la que las dobles personalidades aparecen como maliciosas o destructivas (Prince, 1908). El tipo de personalidad de -Sally-, descrito por Morton Prince, a menudo parece disfrutar de un sentimiento de poder, pero es cierto que este poder suele ir en interés de la terapia ya que procura que la otra personalidad acepte la informacién inconsciente que esta inten- tando rechazar. En el presente caso, los desacuerdos entre las dos per- sonalidades —esto es, los abusos, los epitetos, la arrogancia, el mal- humor, las disculpas— parecen ser Falsas batallas mediante las cuales LA CURACION PERMANENTE DE UNA FORIA ORSFSIVA 6 una manipulaba a la otra, Esto se evicencia en la siguiente afirmacion de Brown: «D necesita ayuda; D no sabe; D necesita ayuda; B debe ayudar aD; E debe ayudar a D; D no sabe, asi que se le debe ayudar, hay que ayudarla aunque ella no lo sepa; D no sabe qué hacer; D se equivaca; B sabe lo correcto; B no puede decir D; B tiene que deci Je a D que haga lo correcto; B sabe como-. Estas expresiones son pa- recidas a otras muchas y muestran que Ia aparente guerra interna era un producto de los torpes esfuerzos de Brown por guiar a la sefiorita Damon hacia ¢l entendimiento de cierta informacién porque, aun sa- biéndola, no podia comunicarsela directamente. incluso el enojo que muestra Brown frente a la seforita Damon parece servir para ¢l mismo propésito final, Intenta impresionar a Da mon para que se tome en serio la cuestiOn. De forma parecida, el tra- to peyorativo que recibe el investigador se parece a esas actitudes in- fantiles de los nifios que, cuando no consiguen explicarse, se enfadan con el adulto y culpan a éste por no entender. La aparente -picardiae no parece ser una expresién de la actitud real de Brown. Dirfamos que, més bien, Brown presentaba un talante serio, preocupado y ansioso que intentaba ocultar 2 ojos del investi- gacior y la paciente, precisamente para no suscitar sus temores y an- lades. Esto se ilustra en el pasaje en el que la seforita Damon se pone nerviosa porque Brown se va por las ramas, hablando de un tema que no venia al caso. De hecho, el investigador y sus asistentes no pudieron evitar reir con alguno de estos comentarios. Después, en otro momento, Brown muestra que ella también esti asustada cuando cerlo, E no tiene miedo. E no tendré rie- clo. D miedo; Brown miedo, asi que deja que E lo haga: La ambigtiedad de las tespuestas y la insistente demanda de la pre~ gunta correcta por parte de Brown es una caracteristica de esta perso- nalidad y a fa vez. un fendmeno sorprendente. Era como si no pudlie- se decirlo directamente sin traicionar, como el escolar que no se atreve a denunciar al matén de la escuela, pero puede delatarlo indirecta- mente si le hacen la pregunta correcta, Llegacos a este punto, pode- mos damos cuenta de que mucho de este material, aparentemente inrelevante, esta cargado de pistas, evidentes para Brown, pero no para el investigador hasta que se aclaré toda la historia. Es por esta razon que cl investigador parecia un completo esttipido a ojos de Brown. GA CASOS INICIALES SOBRE HIPNOTERAPIA Y SU PSICODINAMICA Un estudio detallado de las personalidades miiltiples puede a-ro- jar luz sobre el problema de la ansiedad; cémo se distribuye la ansic dad entre varias personalidades, qué formas diferentes puede tomar la ansiedad en cada caso, cOmo esto se cortelaciona con los rasgos de cada una de ellas. EI material de que disponemos sélo nos permite hacer unos co- mentarios breves. Lo que no parece albergar ninguna duda es que el sujeto suftia de dos tipos de miedo. En primer lugar, el horror inicial que experiment6 cuando se le indujo hipnéticamente la catalepsia, cuyo referente era el terror vivido cuando se perdi6 y la historia de la rata almizclera. En la catalepsia, este antiguo temor tomé el estado de pinico paralizante sin distorsiones fobicas ni proyecciones, pero con la caracteristica de la inmovilidad del cuerpo. La joven reaccion6 con- tra esta situacién con una disociaciOn parcial y un intento de iderti caci6n con su abuelo. Sin embargo, esto s6lo le sitvid para meterse en aguas mas turbias, sobre todo cuando el abuelo le cont6 sus propios miedos. La relacion que puede haber entre este tipo de experiencia y la formacién de Ia segunda personalidad es algo sobre Io que tinica- mente pademos especular. EI segundo tipo de miedo de la sefiorita Damon se presentaba cada vez que el material inconsciente amenazaba con rompet las ba- reras de la expresiOn consciente. La paciente expresaba este mizdo mucho més libremente que el otro, con obvias alteraciones vasomo- toras y evidencias de vergiienza y miedo. Tal ansiedad no nos es des- conocida a los que trabajamos en el campo clinico y, de hecho, ya la desctibia Freud; pero su demostracion en la interaccién entre las dos personalidades era particularmente clara La Brown protectora no era, sin embargo, inmune al miedo. Most una ansiedad momentinea al mirar demasiado de cerca las imégenes que aparectan en el espejo. Tenia miedo de ver algo demasiado horri- Dle y, frecuentemente, usaba euferismos, citcunloquios y ambigileda- des para evitar hablar del tema que tanto temor le provocaba. Parscia saber que el investigador podia nombrar esa cosa horrible: sin experi- mentar el miedo que ella sentia. Por eso decia: -E no dafo. E puede ha- cerlo. E no tiene miedo. E no tendré miedo. D miedo; B miedo asi que deja que E lo hagas. Es dificil decir cudnto del miedo de Brown se de- bia a su propia inseguriciad y cuanto a la de la seftorita Damon. LA CURACION PERMANENTE DE UNA FOBIA OBSESIVA 6 Hemos de aitadir algunas lineas para explicar la peculiar y confu- sa manera que tuvo el sujeto de contar las posiciones de las palabras en las frases. Después de que las frases fuesen deseifradas, fue posi ble legar al fondo de esta cuesti6n: Erickson: las frases real Brown: Trance, entrard mi rata, asi. Toda catalepsia subsi las consecuencias de pillar a la rata a la pequena idiota. Palabra _‘Posicion —_—_‘Prase Trance 1 1 Entrara 2 1 Mi 3 1 Palabra Posicion Frase ~ Catalepsia 10 'y 2 juntas, Catalepsia «11 L'y 2 juntas, si rata almizelera* son dos palabras. Catalepsin «12 Ly 2 juntas, si también y rata almizclera son cada tuna clos palabras, Toda 8 Ly 2 juntas. Toda 9 Ly 2 juntas, si rata almizclera son dos palabras. Toda 301 y 2 juntas, si también y rata almizclera son cada una clos palabras, Toda 13. Después de la siguiente secuencia: “Trance, mi, rata ak: mizclera, entra, también, todo, asf, va, cada, siempre: Toda 14 Después de Ia siguiente secuencia: , «Buenos dias. y -Buenas no- | I I i EL USO DE SiNTOMAS COMO PARTE INTEGRAL DE LA HIPNOTERAPIA ches: como expresiones o mensajes racionales. Por otto lado, también solla proferir una verborrea desorcenada sin sentido alguno, al menos para las personas normales. Se trataba de una mezcla de sonidos, si labas, palabras y frases incompletas. Durante los primeros tres aitos, se solia sentar en un banco frente a fa puerta principal cel hospital y a cada persona que salia le soltaba su perorata incomprensible, Otras veces, se sentaba calladamente, murmurando sus mensajes para si mis- mo. En todo ese tiempo, los psiquiatras, psicologos, enfermeras, taba- jadores sociales y demas personal habian intentado obtener de él al- gunos comentarios inteligibles, pero fue siempre en vano. George solo hablaba cle una manera, Durante esos tres afios, el paciente mantuvo la costumbre de detenet a la gente par decitles algo en su: perorata ccaracteristica, pero entre persona y persona se sentaba tranquilamen te en un banco, aparentemente medio depresivo y medio enfadado, En esos momentos, si se le acercaba alguien a preguntarle algo, prov feria unos pocos minutos de su galimatias, El autor se ineorporé al personal del hospital el sexto afto de la es- tancia de George. Lo primero fue recopilar la informacién eieponible acerca de su conducta. Se supo que los demas pacientes 0 el personal del hospital podia sentarse a su lado sin provocar el estallido verborrei- co de George si no se le decia nada, Con todo esto como informacién preliminar, se disenié un plan terapéutico. Una secretaria transcribié en taquigrafia las emisiones de George. Después, analizamos tales expre- siones, pero no se descubri6 ningtin significado en cllas. Lo siguiente fue paraftasear el discurso de George, pero usindo palabras que supo- niamos no estaban dentro del vocabulario habitual del paciente, En Poco tiempo y tras un detallado estudio, el autor pudo improvisar un galimatias similar al de George, pero con un vocabulario diferente. El autor decidio adoptar la costumbre de entrar en la sala de estar del hospital por una puerta lateral en el extremo opuesto del banco de George, El autor caminaba hacia alli y se sentaba al lado det pa- ciente durante periodos cada vez mas prolongados, hasta llegar a Pasar una hora junto a él. Un buen dia, ditigiéndose al aire, el autor se identificé verbalmente. George no dio ninguna respuesta. Al siguiente dia, la misma identificaci6n se dirigié directamente a George. ste replicé con su tipica verborrea, pero con un tono un tan- to enfadado. El autor respondlié a sti vez con un tone cortés y con su 18 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA propio galimatias. George puso una expresi6n de sorpresa ¢ intriga y cuando el autor hubo acabado, George le ofrecié otra contribucion con una entonacién de pregunta. Como si respondiera, el autor ver. baliz6 un poco mas de galimatias Después de media docena de intercambios, George se qued6 en silencio y el autor se retir6 a atender otros asuntos. Al dia siguiente, para empezar los dos se saludaron usando sus nombres correctamente. Después, George se lanz6 con un discuss de galimatias bastante largo, al que el autor respondi6 de forma simi- lar. A eso le siguieron unos breves intercambios de expresiones largas y cortas hasta que George se callé y el autor se retiré para seguir con sus otros quehaceres. Estos didlogos incomprensibles prosiguicron durante un tiempo, Un dia, George, después de los habituales saludos matinales, empez6 un discurso sin pausa que duré dos horas. Tal mensaje puso a prue- ba Ia paciencia del autor, que se perdié la comica escuchando la in- terminable intervencién del paciente, pero cuando terminé se le res pondié de la misma manera. George escuch6 muy atento y, después, ‘ho una respuesta de dos horas de duracién (al mismo tiempo, nos apercibimos de que miraba insistentemente el reloj) Alddia siguiente, George volvi6 a saludar correctamente, pero afia- di6 dos frases mas sin sentido. El autor respondié con un galimatfas de extension similar, George replic6: -Hable con sentido, doctor. De verdad que me gustarfa. ;C6mo se llama «O'Donovan, y ya es hora de que alguien que sabe hablar, pregunte. Casi cinco afios en este as- queroso tugurio: (a lo que aftadi6 un par de frases en galimatias), El autor replicé: «Me alegro de saber su nombre, George. Cinco aitos es demasiado tiempo- (2 lo que se aitadieron dos frases de galimatias) El resto de la conversaciGn siguié la misma linea. George nos con- 16 su historia salpicada de frases en galimatias. Su curso clinico fue excelente, aunque nunca dej6 completamente de emitir galimatias, pero se redujeron a algunas murmuraciones ocasionales. En wn afio dejé el hospital, encontré un empleo interesante y, de vez en cuando, volvia al hospital para informamos de sus continuas mejoras. Siempre iniciaba 0 acababa sus informes con un poco de galimatias, esperan- do la misma actitud por parte del autor. Muchas veces, comentaba du: ante sus visitas: Nada como un poco de sinsentido en la vidla, verdad, BL, USO DE SINTOMAS COMO PARTE INTEGRAL DE LA HIPNOTERAPIA 179 doctor, y esperaba y recibfa una solidaria expresién de acuerdo y tuna breve frase en galimatias. Después de tres aftos fuera del hospital con una adaptacién satisfactoria, se perdié el contacto con George, excepto el dia que recibimos una simpatica postal desde otra ciudad. Nos hablaba, aunque brevemente, de su adaptacion a esa nueva ciudad. La postal estaba escrita correctamente, pero bajo la firma se lefa un conjunto de sflabas sin sentido, No habia remitente. El paciente estaba finalizando nuestra relacion en términos inteligibles para él. Durante el curso de su psicoterapia, vimos que George era hip- nolizable y desarrollaba un trance de medio a profundo en unos quin- ce minutos. Sin embargo, st conducta de trance era comparable a su conducta de vigilia y no ofrecia ventaja terapéutica alguna. Las entre- visias terapéuticas estaban caracterizadas solamente por el uso juiicio- so de cierta cantidad de galimatias. El caso anterior representa un caso mas bien extremo de cémo sa- tisfacer las necesidades de un paciente con un problema realmente serio, De hecho, el autor fue curamente criticado por usar tal aproxi macion, aunque después qued6 claro que se estaban logrando rest tados y que efectivamente se estaban atendiendo ciertas inexplicables necesidades del paciente. E] siguiente caso es absolutamente diferente, Aunque no existia tuna psicosis real, teniamos delante tal rigidez irracional de conviccio- nes emocionales que el paciente parecia pricticamente inaccesible. Caso 2 Un hombre de cuarenta y pocos aitos acudié a la consulta de una dentista amiga del autor, explicandole su situacién con todo detalle, tanspirando profusamente, con mucho miedo e inquietud. Segtin de- Cia, habia leido algunas noticias en la prensa sobre el uso de hipnosis en odontologia. Esto le recordé su etapa de estudiante universitario en la que ejercié muchas veces de sujeto hipnético para propésitos experimentales en el laboratorio de psicologia. En esas experiencias, fadl e invariable mente desarrollaba un estado sonambulistico con pro- fundas amnesias que, de hecho, todavia perduraban, pero se acorda- fe Sa cael sae geese geese gee 4 190 ESCKITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA ba muy bien de las explicaciones de los resultados experimentales que le habian dado, Por alguna raz6n que no recordaba, pero que referia como «na experiencia de dolor horrible que tenia que ver con el dentista de al- guna manera», no habia visitado a un odonidlogo durante unos vein- te afios, a pesar de que sabia que necesitaba atenci6n urgente en ese sentido. Su explicacin eta -No puedo ir al dentista. Ir al dentista es doloraso. Tiene que ser doloroso. No hay peros en eso. La odontolo- a esté ligada al dolor. Incluso con anestesia, cuando ésta desapare- ce, aparece el dolor. No importa el trabajo que se tenga que hacer, hay zonas terriblemente sensitivas-. El paciente hizo més declaracio- nes en esa linea, pero lo expuesto resume ese pensamiento irracional y obsesivo que presentaba. Las noticias que habia leido acerca de la hipnodontia le hicieron albergar algunas esperanzas de que podria superar sus dificultades con el dentisia. Asi que hizo algunas llamadas telefonicas hasta que encontté al amigo del autor. El dentista acepto visitarlo y, en una visita preliminar, le dio expli- caciones sobre la hipnoanestesia. El sujeto desairolld un uaguifko trance sonambulistico y enseguida desarroll6 anestesia de la mano. Des- pués se intenté la anestesia mandibular, pero ésta fracas6 totalmente, lo cual sorprendi6 al dentista. Al dia siguiente, paciente y facultative se pasaron toda una tarde intentando desarrollar la anestesia dental con diferentes técnicas. El paciente podia desarrollar anestesia qui- Fargica en cualquier zona de su cuerpo, menos en la boca. De hecko, en vez de anestesia, parecia que se desarrollaba una hiperestesia. Asi que se le pidi6 a otro dentista, éste muy experimentado en hip- nosis, que tratase al paciente. Los dos dentistas dedicaron toda una tar- de y parte de la noche a ese sujeto sonambulistico que tenia una anes- tesia quirdrgica completa y aceptaba cualquier estimulo dolornso qe se le quisiesc administrar. El paciente mantenta todo el tiempo los ofos abientos y, de hecho, estaba muy interesado en la hipnoanestesia. Sin embargo, si se le tocaba un labio, lz mejila o un 4ngulo de su mandibula, la zona enrojecia, el sujeto empezaba a sudar y se queja- ba de un dolor extremadamente agudo, hasta el punto de que rompia la rigidez de cuello y cabeza que se habia establecido hipnéticamen- te para evitar que lo tocasen. FL USO DE SINTOMAS COMO PARTE INTEGRAL DE LA HIPNOTERAPIA 181 Se pidi6 consejo a otros dentistas y, finalmente, enviaron al pa- ciente al autor con un informe de los resultados obtenidos hasta el momento y una copia de las manifestaciones del paciente acerca del dolor dental en general. Ia entrevista y el trance posterior del paciente confirmaron los in- formes de los dentistas. Precisamente fueron las manifestaciones del paciente acerca de los dentistas y el dolor lo que nos dio pie a disefiar una estrategia ade- cuada para tratarlo. Debido a que fos dentistas habian expresado su interés en cualquier trabajo experimental que el autor llevase a cabo, despedimos al paciente con la instruccién de que concertase una cita con el primero de los dentistas. Después de haberlo hecho, el facul- tativo llamé a su colega dentista y al autor Cuando llegé el dia de la consulta odontol6gica, el paciente tomo asiento en el sillén del dentista a peticién del autor. Su aspecto ex- presaba un profundo temor, sudando y con la cara roja. A pesar de ello, desarrollé un trance sonambulistico profundo en comunicacién con los dos dentistas asi como con el autor. Antes de llegar a este punto, se habia discutido entre el grupo de facultatives el principio del procedimiento que se iba a seguir. Se ¢s- tuvo de acuerdo en que el procedimiento tencria lugar sin una prepa raci6n preliminar del paciente. Una vez el paciente hipnotizado, temeroso, con la cara roja y transpirando copiosamente, se le pidié que escuchase la lectura de sus opiniones sobre los dentistas y el dolor que ya hemos menciona- do, El paciente escuchaba con atencién y, cuando terminamos de leer la Giltima frase, se le dijo seria y vehementemente: «Usted tiene toda la razon y lo resume perfectamente en una de sus afirmaciones, Déjeme leerla otra vez: "No importa lo que se haga uno en el dentista. Siem- pre hay una zona que se vuelve tenriblemente sensible’. Usted esta en lo clento. Mientras usted esté sentado en la silla, el dentista estara a su derecha. Por lo tanto, podta extender su brazo izquierdo y dejarlo suspendido y rigido como si estuviese helado. Ahora podra girar la cabeza ¥ observar su. mano izquierda. Su mano, fuera del alcance de todo, incluso de una brizna de aire o de que alguien la toque, se va a volver horriblemente hipersensible, tanto que en un minuto toda la sensibilidad del cuerpo se va a concentrar en esa mano. Mientras el 18 [BSCRITOS POSTERIORES SORE HIPNOTERAPIA dentista esté trabajando con usted, no Je tocard la mano donde se ha. lia toda su hipersensibilidad, de manera que podra hacer todo el tr. bajo dental que usted necesita. Ahora tome nota mentalmente de dén. de esta su hipersen: dentista para que lo trate El paciente giré la cabeza mientras le rogaba al dentista que tuvie. se cuidado con la mano izquierda y, tranquilizado por las palabras del mismo, abrié la boca con buena disposicion, La sudoraci6n habia desaparecido y la cara habia vueko a su color natural; sin embargo, su mano izquierda habia adquirido ahora esas caracteristicas. El odont6logo tomo las riendas de la situaci6n y, por medio de las sugestiones poshipnéticas, convencié al paciente de que siempre que se sentase en Ia silla dental, desarrollarfa una hipereste- sia de la mano izquierda, de tal manera que permitiria el desarrollo de los trabajos dentales. En ningtin momento se sugestion6 al paciente con anestesia oral, La explicacion de este enfoque es bastante sencilla, El paciente te- nia una fijacion de que cualquier trabajo dental iba acompaiado de un dolorusilipersensibilidad. Cuando se intenaba practicar Leanes- tesia oral, el sujeto se concentraba en las sensaciones orales. La acep- tacién de su creencia neurética y el uso de la misma para crear un Grea de extrema sensibilidad satisfacia su necesidad de experimentar dolor sin necesidad de hacerlo, Por lo tanto, toda la expeciativa de do- lor se centré en su mano y el resultado fue una anestesia del resto del cuerpo, incluida la boca. En la Gltima sesion de odontologia que se le practicé al sujeto, el dentista probé si existia algiin tipo de sensibilidad en el resto del cuer- po y comprob6 que existia una anestesia quirtirgica general. Este segundo ¢aso representa la utilizacion hipnética de la barre- ra real que oponia el sujeto al desarrollo de la manifestacion que de- seabamos. De hecho la aumentamos. Es cierto que la l6gica del pro- cedimiento es engafiosa, pero se debe pensar que toda la actitud del paciente era engafiosa. La l6gica fria, la presentaci6n cientifica de los hechos, cualquier enfoque tradicional hubiese sido inefectivo. Util zando la propia irracionalidad neurética del paciente para aficmar y confirmar una simple extensi6n de su fijacién neurética, lo liberé de todas sus necesidades inconscientes para defender sui neurosis de je mano izquierda y vuelva ka cabeza hacia ¢} [FL USO DE SINTOMAS COMO PARTE INTEGRAL DE LA HIPNOTERAPIA IRS, enalquier asalto, Un andlisis sistematico del pensamiento exacto del paciente antes de ser tatado nos Hevé a la solucion del problema con fapidez. En el tercer caso que estuliaremos en este articulo se da una sitvacion similar. caso 3 Una joven mujer, divorciada por tercera vez, acudi buscando ayuda psiquidtrica a la consulta del autor. Dijo: -Vengo por un pro- plema en concreto, es0 es todo, y le contaré lo que me sucede ahora mismo, pero no quiero que me trate de nada mids. Debe prometerme que sera ast. ; : Lo esencial del caso es que a los 18 afios nuestra paciente se cas6 impulsivamente en contra de los deseos de su familia. Se trataba de tun hombre bien parecido, pero, como descubrié después, de lo mas disoluto. La noche de bodas se dio cuenta de que ese hombre de 25 aios era un alcohélico. Fl intento de consumaci6n del matrimonio en su estatly de intoxicacion fue una parodia, De todas formas, é! [a cul- péa ella, la reprendid sin piedad, la acusé de tener «an trascro géli- doy la abandoné en Ia habitacién del hotel para pasar la noche con una prostituta. Asi y todo, Ia joven continud viviendo con él a pesar, de que, a partir de entonces, la llamaba por el apelativo arasero géli- do de la primera noche. Después de algunos meses de frustrados es- fuerzos por demostrarle que era una mujer con una vida sexual nor- mel, pidi6 el divorcio, aunque secretamente pensaba que su marido tena raz6n con respecto a su falta de sexualidad. Un afio més tarde, en un esfurerzo sobrecompensatorio por evitar eltipo de problema que se habia encontrado en su primer matrimo- no, la joven se cas6 con un hombre afeminaco. La latente homose- xualidad del recién casado se revel6 la noche de bodas a través de su aversi6n hacia el cuerpo de nuestra paciente. Al parecer, su motiva- cidn por el matrimonio giraba en tomo a la fortuna de la paciente, ya que él no posefa -a situacion social adecuada en la comunidad. El jo- ven se mostré indignado por Ias -indecentes prisas+ por consumar el matrimonio que mostraba su esposa y le administré una gazmoia re- primenda. Segtin supo ella mas tarde, el joven marido pas6 la noche Dua 184 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA ‘con un amigo encargado de consolarlo, La reaccién de nuestra par clente fue la de inculparse de este nuevo fracaso. En su interior, pen- saba que debia de estar sexualmente incapacitada, tal como le decia su primer marido. El matrimonio duré aproximadamente un aio, Principalmente gracias a que él solia pasar la mayoria de las noches en el apartamento de su madre. A los cuatro meses de casados, se Produjo un intento de consumar el matrimonio, pero result6 ser una experiencia repugnante para él, lo cual reforz6 su idea de que carecia de todo sentimiento sexual Después de divorciarse de este segundo marido, la joven corsi- gui6 un empleo y renuncié a una vida normal. Al cabo de unos cos afios, cuando se hallaba viviendo una vida muy retirada, conocié por casualidad a un hombre cinco aos mayor que ella que se dedica- ba a los negocios inmobiliarios. Su encanto, su éxito en los negocios aunque algunos dudaban de su reputacién en ese aspecto—, su conocimiento del mundo y su cortesia la convencieron para inteniar otra aventura matrimonial Se casaron por la mafiana y se fueron directamente a una carisima suite de un hovel de un pueblo cercano. ‘Toda la velada consistié en tun intento del joven por convencerla de que le legara todas sus pro- piedades para que él pudiese especular con ellas y conseguir enor. mes beneficios. A medida que el joven le presentaba sus argumentos, nuestra in- fortunada paciente iba recordando sus anteriores fracasos, lo que Ie- vanté unas terribles sospechas ¢n ella. Su mario, impaciente por la lentitud de su mujer a la hora de aceptar sus argumentos, noté la ex- presi6n de horror de su joven mujer. Enfurecido, la tir6 sobre la cama para realizar el coito violentamente, la culp6 por su falta de respuesta, la ridiculiz6 y le cont6 que la noche anterior la habia pasado con una Prostituta que respondia mucho mejor que ella. Finalmente -me aban- dloné para encontrar a alguien que no fuese como yo, como mi primer marido decia que era>. Al poco consiguié el comespondiente divorcio. Ahora, la muchacha estaba interesada en un joven que contaba con la aprobacién de su abogado, su banquero, sus paces, su pastor ¥ sus amigos. Queria casarse con él desesperadamente, pero ceseaba igualmente no causarle ninguna infelicidad. Buscaba ayuda psiq) trica para solucionar su -deficienciae. Con extrema vergdenza y para BL USO DE SINTOMAS COMO PARTE INTEGRAL DE LA HIPNOTERAPIA 185 que no hubiese ninguna confusion, la joven puso las cosas muy cla- ras. Quetia que le retitase el frio que sentia continuiamente en el tra- sero, en inviemo y en verano, con ropas ligeras o de abrigo, Ese frio constante ¢ insoportable que se haba instalado en sus nalgas desde la primera noche de su tercer matrimonio. La pronta disolucion del matrimonio no la habia ayudado a quitarse de encima ese frio que ha- bia desarrollaclo tras la devastaci6n de su tercer marido. Hasta el mo- mento, no se habia atrevido a buscar ayuda médica por vergiienza Recientemente, en los cursos nocturnos que estaba siguiendo habia Ieido acerca dle la hipnosis, los fendmenos hipnéticos y la hipnotera- pia. Cuando vio el nombre del autor como referencia, acudié a Ari- zona para ser sometida a una terapia directa, inmediata y especifica, Su deseo de terapia era casi irracional en su intensidad. Estaba convencida de que su problema se circunseribia al frio y no quiso ni oir hablar del cardcter general de sus dificultades. Estaba rigidamente segura de que, una vez que se librase del frio, todo irfa perfectamen- te, Dijo que estaba dispuesta a cooperar en todo lo necesario para lo- grar su objetivo, es decir, elevar alge Ia temperatura de los glitcos. En la desesperacion de su deseo de que la ayucasen, la paciente no veia cuin gracioso era el uso de ese lenguaje vulgar para describir su do- lencia. Tras un arduo esfuerzo de tres horas para atruer su interés ha- Ga las opiniones del autor, se hizo evidente que la terapia tendrfa que consumarse, a ser posible integramente, en completo acuerdo con las persistentes dernandas de lla. No fue ficil disefiar un enfoque terapéutico para una paciente que se empefaba en hacer una lecttra tan limitada de su dolencia. Debi- do a que deseaba desesperadamente que le aplicasen hipnosis, no le costé nada llegar al estado sonambulistico, como suele suceder con este tipo de pacientes. En verdad, fire uno de los sujetos mas recepti vos que el autor se ha encontrado, De todas maneras, se le explicé que ya que queria solucionar su problema con hipnosis, era un re- Quisito necesario que la entrenisemos en todos los fendmenos hip- RGticos de manera que conociese todas las posibles estrategias para Curar su enfermedad. En realidad, el verdadero propésito de esto era desarrollar en ella una receptividad, un sentimiento de completa aceptacion y un deseo de ejecutar adecuadamente cualquier suges- ti6n que se le hiciese 186 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA El siguiente paso (la paciente ahora bajo trance hipnético) fue pedirle que llevase a cabo un estudio sistematico que consistia en ir llenando una bafiera de agua y elevar poco a poco la temperatura hasta que el agua estuviese tan caliente que produjese ampollas en las piernas, la Unica parte de su cuerpo que iba a estar sumergida Después de bastante esfuerzo, consigui6 experimentar esa sensa- cidn. Lo siguiente fue explicarle, con toda clase de detalles, como los receptores térmicos del cuerpo, ante un exceso de calor, se desbor- dan y activan los receptores frios de la piel, lo que produce piel de gallina, Esta explicacién, on opinion del autor, result6 clave para el éxito de la terapia. Con esta sugestiGn, la paciente tuvo la indiscuti- ble prueba visual de que el calor puede producir los concomitantes del frio y que ello puede ocurrir en un Area limitada de! cuerpo. Des- de ese momento, a paciente no tuvo ninguna duda de la competen- cia del autor. Bajo hipnosis, se la sugestion6 con que iba a sentir privadamente un exagerado, intenso y desmesurado orgullo al saber que cualquier parte de su cuerpo podia experimentar calor a partir de una sensacion subjetiva de frio. Mediante la repeticion de esta sugestion una y ota vez, se le grab la idea de que esa sensacion iba a ser un goce per- sonal y siempre privado. El secretismo pretendia intensificar Ia sen- saci6n y evitar que alguien se enterase del argumento que hablarnos wentado, puesto que era bastante ingenuo. Después, poco 2 poco, se la sugestiond con que, asi como sus pantorrillas habian desarrollado receptores del frio en respuesta al calor, asi responderian los receptores de sus muslos, sus gliteos y su abdomen. Nos aseguramos de que aceptaba esa idea cambiando re- pentinamente el tema de la charla, -una nina pequefa puede sentir un estremecimiento y un cosquilleo en la columna debido a la felicidad y alegria que experimenta si le regalan una nueva mufieca que queria desesperadamente y que no esperaba recibir. Imprimimos esta nueva idea en su psique, después de varias repe- ticiones en las que cambiébamos cuidadosamente las palabras claves -estremecimiento y cosquilleo: por -estremecimiento, frio y cosquilleo. ‘También omitiamos, de vez en cuando, una de las tres palabras. Asi- mismo se le habl6 de que ya que ptocedia de un estado del norte y habia tenido una infancia feliz, podia recordar el -cosquilleante placer BL USO GE SINTOMAS COMO PARTE INTEGRAL DE LA HIPNOTERADIA 187 de bajar en trineo por una montaia en un dia frior, -el extasiante dis- frute de un helado en un caluroso dia de verano-, todo ello para que ‘asociase esos placeres remotos con las sugestiones anteriores. Repetimos el procedimiento durante varias sesiones, siempre im- primicndo la idea de que retuviese inconscientemente esos pensa- mientos, la necesidad de incorporarlos y de que la acompafiasen durante tode su existencia. Se insistié en que por siempre permane- cerian ocultzs a los demas, sabiendo conscientemente, de una mane- ra vaga pero satisfactoria, que posefa un conocimiento hermoso y de mucho valor personal. En poco tiempo tuvo lugar un marcado cambio en su conducta general. La tension, Ja urgencia y Ia ansiedad general que presentaba en un principio desaparecieron; se aficioné a darse largos paseos por caminos y paisajes agradables y empez6 a hablar de que le gustaria visitar Phoenix de nuevo. Entonces, un dia entré en la consulta timidamente, ruborizada, con la vista fija en el suelo, Después de unos quince minutos, con una voz casi infantil, me pregunt6: {Puedo contarle un secreto, un secre- fo muy Importatite, tui seciew especial que séko me pertencee a mi? Respondimes afirmativamente de la siguiente manera: Creo que si lo piensa bien llegar a la conclusion de que puede contarle lo que quiera a su asiquiatra, porque él entenderd. Después de unos cuantos minutos, siete concretamente, dijo en voz muy baja: «Tengo que contatselo de una manera especial para que lo entienda. Es lo que le dije la primera vez que vine. Ahora es totalmente diferente. Después, en términos muy vulgares, muy rubo- rizada, dijo algo asi como: “Me gusta tener retaguardia helada Para e] autor esto significaba que ya no necesitaba mis terapia, os afios pasaron, s¢ cas6 por cuarta vez, acabé sus estudios durante los primeros afios de matrimonio y pudo experimentar los placeres de la maternidad, lo cual confirma el éxito de esta terapia. Pero jct4l era su problema? Un matrimonio impulsivo que inicia con muy bena fe acaba en desastre total al poco de casarse; con su segundo matrimonio intenta corregir trauma del primero, pero pron: to se da cuenta de que se trata de otro error que sélo intensifica su trauma inicial. El tercer matrimonio debia corregir definitivamente los dafios del pasado, pero sélo le provoca més heridas. En un momento POOCUE OK POOL 188 ESGRITOS POSTERIORES SORE HIPNOTERAPIA dado, se le presenta un genuino buen pretendiente y se da cuenta de que necesita ayuda terapéutica Y seul fue su terapia? Sabemos que una infeliz sucesién de des. gracias le habia provocado un trauma que se centraba en la necesidad vital de realizarse como mujer. Los hechos desgraciadas de su pasado la habian degradado y conducido a que su inconsciente resumiese su infelicidad total de una manera particular. De hecho, no podia pensar en su problema porque Io habia reprimido emocionalmente, en gran medida de manera inconsciente. Su terapia le permiti6 seguir con su manera de pensar, admitir los hechos que la llevaron al problema ¢ integrarlos con ciertos valores emocionales de su niitez, todo ello a ni- vel inconsciente. Entonces, una vez que hubo conseguido sus objeti- vos (como decimos, a un nivel inconsciente), se sintié empujada a verbalizar su queja original de una manera diferente, desde otra pers- pectiva, De esa manera, se liberaba dle cualquier dependencia del te- rapeuta y podia seguir su camino. ‘Comentario final Estos tres casos pretenden ilustiar que en una terapia es muy im- portante hacer lo que parece ser mas importante para el paciente. La tarea del terapeuta no deberia ser convencer al paciente de sus ideas, creencias y maneras de entender el bienestar. Ningtin paciente puede realmente entender a vision del terapeuta, ni lo necesita, Lo que se hha de buscar es el desarrollo de una situacién terapéutica que le per- mita al paciente usar su propio pensamiento y sus propias emociones dle manera que encajen en su esquema vital Los pacientes tratados no alcanzan a entender lo que el terapeuta piensa, sabe, cree, le gusta o le disgusta. Lo que saben fundamental- mente es que empiezan a desenmarafar sus vidas de manera inexpli- ible, de la misma manera que una vez se enmarafaron sus emocio- nes y pensamicntos. 8 ‘UNA INTRODUCCION AL ESTUDIO Y¥ APLICACION DE LA HIPNOSIS PARA EL CONTROL DEL DOLOR’ Milton H, Erickson Introduccion La hipnosis es esencialmente una comunicacion de ideas del tera peuta al paciente. Una comunicacién especial, ya que se consigue que el hipnotizado se halle muy receptivo a las ideas presentaclas y, por €s0, muy motivado a explorar sus potenciales para el control de sus respuestas y concluctas psicologicas y fisioldgicas. La persona me- dia no se da cuenta de las capacidades que ha aprendido a través de los diversos condlicionamientos de la conducta. Para esa persona, el dolor es una experiencia subjetiva inmediata que ocupa toda su aten- cin, molesta € incontrolable. Sin embargo, como resultado de ciertas experiencias pasadas, hemos construido en nuestro cuerpo —aunque no lo sepamos— ciertos aprendizajes, asociaciones y_condiciona- mientos que hacen posible que controlemos el dolar, ¢ incluso aca- bemos con él. Uno sélo necesita pensar en situaciones de tensién 0 ansiedad extremadamente cruciales en las que el dolor mas severo se desvanece cuando nos concentramos en otros estimulos ce naturalle- 2a més inmediata, intensa o amenazante para la vida. No es descono- cido que una madre que sufre un dolor extremo puede olvidarlo sin esfuerzo algtino si ve a stt hijo amenazado o seriamente herido. Pen- semos en esos soldados seriamente heridos que no se dan cuenta de ello hasta que la batalla ha terminadlo. Los médicos con experiencia co- nocen muchos ejemplos similares. En la vida diaria esx abolicién del dolor ocurre en las situaciones en las que el dolor es relegado por un + MH. Erickson, «An Introduction an! study of hypnasis for pain contro, en International Conference for Hypnosis and Psychosomatic Medicine, Berti, J. Lassner Ccomp), Springer Verh, 1966. 190 PSCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA estimulo mas acuciante y de carfcter diferente. El cjemplo mas sim. ple es el del dolor de muelas que se olvida de camino al dentista, 0 de} dolor de cabeza que se olvida en el momento de mayor suspense de la pelicula, Tales experiencias nos proporcionan, en mayor o menor grado, un conjunto de asociaciones y condicionamientos inconscien- tes a nivel psicologico, emocional, newrol6gico y fisiolégico. Eos aptendizajes inconscientes, repetidamente reforzados por experien- cias vitales adicionales, constituyen la fuente de los potenciales que pueden ser empleados a través de la hipnosis para controlar el dolor sin recurs a las drogas. Consideraciones relativas al dolor ‘Aunque el dolor es una experiencia subjetiva con manifestaciones objetivas, no es solamente una experiencia consciente. También se halla presente en estados de suefio, en narcosis y bajo ciertos tipos de quimivanestesias, como evidencian ciertos signos objetives y como ha demostrado la experimentaci6n hipnética en la exploracion de experiencias pasadas, Pero debido a que el dolor es basicamente una experiencia subjetiva y consciente con toda clase de significaciones amenazadoras, desagradables ¢ inchiso emocionalmente 0 psicol6gi- camente peligrosas, se puede utilizar el enfoque hipnético para tra- tarlo, a veces, fécilmente, a veces, con gran dificultad, y la intensidad de! dolor no es necesariamente un factor en juego. A Ja hora de hacer uso de la hipnosis para el tratamiento del do- for, uno necesita mirar el dolor analiticamente, El dolor no es simple- mente un estimulo desagradable que no tiene mas complicacion, ES tuna fuerza motivadora en la experiencia vital de las personas. EI dolor es un constructo complejo, compuesto de dolor recorda- do, de la experiencia actual de dolor y de la anticipacion de dolor fu- turo, Por lo tanto, el dolor inmediato es aumentado por el dolor pa- sado y exagerado por futuras posibilidades dolorosas, El estimulo inmediato es s6lo una tercera parte de toda la experiencia. Nada in- tensifica mas el dolor que damos cuenta de que mafana también su- friremos. Pero pensemos que asimismo se incrementa al dares cuen- ta de que hemos tenido una experiencia similar en el pasado y, a su Lu] APLICACION DE LA HIPNOSIS PARA EL CONTROL DEL DOLOR 191 vez, esto y el dolor inmediato nos abandonan a un futuro inchuso mas amenazante. A la inversa, darse cuenta de que el dolor es un aconte- timiento simple que derivar4 en un futuro agradable sirve para dlis- minuir el dolor. Eso es importante: debido a que el dolor es un cons- trucio, elgo complejo, es mas vulnerable a la hipnosis que las expe- riencias exclusivamente presentes. Fl dolor como experiencia es también mas susceptible a la hipno- sis porque varfa en su naturaleza e intensidad, y por lo tanto, a través de las experiencias vitales, adquiere significados secundarios que ve- sultan en diferentes interpretaciones del dolor. Consecuentemente, ¢ paciente puede referirse a su dolor en términos temporales, como pa- sajero, recurrente, persistente, agudo o crSnico. Estas cualidades es- peciales pueden ofrecer cliferentes posibilidades en cuanto al enfoque hipnético a usar El dolor tiene ciertos atributos emocionales. Puede ser inrtante, problemitico, incapacitante, amenazador, intratable, vitalmente peli- groso oatraer toda la atencion del que lo sufre, Cada uno de estos as- pectos conduce a cierto encuadre psicolégico que conlleva ideas 0 asociaclones que ofiecen Uiferentes oportunidades de intor- venci6r hipnética Une debe tener en cuenta otras consideraciones. Un dolor conti- nvado en una zona concreta de! cuerpo puede dar lugar al habito de interpretar todas las sensaciones en esa zona como dolorosas en si mismas, El dolor original puede que haya desaparecide hace tiempo, pero la recurtencia de esa experiencia de dolor puede conducir a un habito o a una somatizacion de caracter doloroso. Los desordenes iatrogénicos © las enfermedades que surgen del descuido del médico son de caracter similar. La enfermedad iatrogéni- ‘ca tiene una importantisima significacién, porque al enfatizar que pue- dee haber una enfermedad psicosomatica de origen iatrogénico nos ad- vierte de que no se debe olvidar, a la inversa, que cxiste la salud iatrogénica y, ademas, que es de gran importancia para el paciente. Desde el momento en que el dolor iatrogénico puede producir miedo, tensiones y ansiedad, la liberacién del mismo puede producirse tam- bién gracias a la salud iatrogénica sugestionada hipnéticamente. FI dolor es un mecanismo somatico protector que no deberia me- nospreciatse como tal. Entre sus funciones esté la de proteger las zo: RRA ANRAAARS AAR RAR AR OVD COCVOIQOIQICICIOIONE G onooc noo we ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA nas dolorosas del paciente, evitar los estimulos nocivos y, en muchos casos, obligarnos a buscar ayuda. Pero debido al cardcter subjetiv del dolor, desarrollamos reacciones psicolégicas y emocionales a a1 experiencia que, eventualmente, resultan en desdrdenes psicosomat- cos. Estas reacciones psicol6gicas y emocionales o los desordenes - tados son susceptibles de modlificacién y tratamiento a través de kt hipnosis. Para entender mis a fondo el dolor, uno debe pensar en él coma un complejo neuropsicolégico caracterizado por varias comprensic- nes del mismo (0 definiciones) de tremenda significacién para el que sufre. Uno s6lo necesita preguntar al paciente que describa su dolor, Algunos lo describen como apagado, pesado, cargante, agudo, con tante, retorcido, ardiente, persistente, lacerante, mordiente, frfo, dure, agotador 0 punzante entre muchos otros adietivos. ‘Todas esas interpretaciones descriptivas de la experiencia del do- lor son de enorme importancia para definir el enfoque hipnético que ¢s preciso aplicar. El paciente que interpreta su experiencia subjetiva de dolor en términos de varias cualidades o diferentes sensaciones ofre- ce muchas oportunidades al hipnoterapeuta para tratat el dolor. Es posible considerar un enfoque total, pero es mas factible aplicar el tra- tamiento —con hipnosis— 2 los aspectos menores para luego ir am. pliando la intervenci6n. Los pequeios éxitos seriin la piedra angula- de mejorias de mayor entidad, es decir, de mejorias en relacion a atri- butos mas molestos de ese complejo neuropsicofisiolégico que es el dolor. Por otro lado, de esa manera, a partir de pequeios éxitos, nos aseguramos la cooperacion y comprensién del paciente, con lo cual la intervencién hipnénica es mas factible. Ademas, cualquier altera- cin hipnética de esas interpretaciones o cualicades dei dolor altera 4 todo el complejo de dolor. Ota consideracion importante en cuanto a la comprensi6n del complejo de dolor es el reconocimiento de la especial significaci6n de los diferentes atributos 0 cualidades de la sensacién subjetiva y sus diferentes relaciones con otros temas, como el dolor recordado, el do- lor pasado, el dolor inmediato, el dolor duradero, el dolor pasajero, el dolor recurrente, el dolor intratable, el dolor insoportable, el dolor amenazador, etc. Al aplicar estas consideraciones a los diferentes ele- mentos del complejo de dolor, la intervencién hipnética se acelera [LL APLICACION DE La HIPNOSIS PARA EL CONTROL DEL DOLOR 193 mucho. Tal andlisis ofrece grandes oportunidades para a intervencién hipnética a un nivel mifs profunclo. Ademds, facilita la comunicacién de ideas a través de la hipnosis y la receptividad y la capacidad de respuesta tan esenciales para la intervencién hipnética. Es también importante reconocer adecuadamente la fuerza de la necesidad hu- mana de pedir la inmediata abolicién del dolor, para el paciente y para los que cuidan de él. Es muy importante que el hipnoterapeuta tenga en cuenta esta cuestién y no deje que ésta interfiera en su en- Joque cientifico, Procedimientos hipnoticos de control del dolor Los procedimientos hipnéticos de control del dolor son numero- sos. El primero que citaremos es uno muy practicado, pero no siem- pre aplicable. Lo llamamos la sugesti6n bipnética directa para la abo- icin total del dolor. Con un cierto nimero de pacientes resulta un procedimiento de Jo mas efectivo, Pero muchas veces fracasa y sirve para desanimar al paciente, provocando que ya no se vuelva a intentar ningtin procedimiento hipnético. Por otto lado, sus efectos, aunque buenos, son a veces limitados en cuanto a su duracién y eso puede li- mitar la efectividad de la abolicién hipnotica indirecta y permisiva del dolor, Bste segundo procedimiento es muchas veces mas efectivo y, aunque es similar a fa sugestién directa, se oftece de una manera que favorece la receptividad y Ia capacidad del paciente Un tercer procedimiento para el control hipnético del dolor es la utilizacion de la amnesia. En la vida cle cada dia, vemos que olvidae mos el dolor a causa de que se nos presenta una experiencia més amenazaclora o absorbente. El ejemplo tipico es el de la madre que sufre de un intenso dolor, pero cuando ve a su hijo herido, se olvida de su sufrimiento en aras de los temores ansiosos que siente por el es tado de su hijo, Otro fenomeno similar, aunque de caricter psicolégi co diferente, es el olvido de ta ants, los dolores de cabeza o de mucelas mientras se esta atento al desarrollo de una pelicula Pero la amnesia con relaci6n al dolor puede aplicarse hipntica- mente de una gran variedad de formas. Uno puede aplicar amnesias selectivas, parciales 0 completas en relacion con las cualidades y atri- | 194 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA butos de la sensacién de dolor tal como fos describe el paciente 0 con la experiencia total Un cuarto procedimiento hipnético es el empleo de Ia analgesia bipnética, que puede ser selectiva, completa 0 parcial. Para ello, uno debe afadir a la experiencia de dotor del paciente una cierta sensa. cién de insensibilidad sin pérdida de sensaciones téctiles o de pre- sin. La experiencia de dolor se modifica y le da al paciente una gran sensaci6n de alivio y satisfacciOn, incluso cuando Ia analgesia no es completa. $i introducimos una modificaci6n sensorial en la experien- cia subjetiva del paciente mediante sensaciones como insensibilidad, un incremento de la calidez y pesadez, relajaciGn, etc, intensificare- mos la analgesia hipnotica hasta un nivel practicamente completo, La anestesia bipnética es el quinto método para tratar el dolor. Frecuentemente presenta dificultades en su aplicacién, pero se consi- gue con mis frecuencia indirectamente mediante la construccién de situaciones psicologicas y emocionales contradictorias con la expe- riencia de dolor y sirve para establecer una reaccién anestésica que continuara mediante sugestiones posthipndticas Un sexto procedimiento hipnético en el manejo de! dolor es el del reemplazo hipndtico o sustitucion de sensaciones. Por ejemplo, una pa ciente con céncer suftia un dolor intolerable y respondié perfectamen- te a la sugestion de que se trataba de un intolerable e increible picor en Ja planta del pie. Su debilidad ocasionada por la carcinomatosis y su in- capacidad para rascarse el pie hizo que este prurito psicégeno absor- biera toda su atencién. Después, hipnoticamente, se la indujo a sentir calor, frio, pesadez.e insensibilidad en varias partes del cuerpo donde suftia dolor. El paso final fue la sugestin de una soportable aunque desagradable sensacién de ardor-picor en el fugar de su mastectomia Este procedimiento de reemplazo dur6 los tiltimos seis meses de la vida de la paciente. El picor de la planta del pie desapareci6 gradualmente ¥ s6lo persistid el molesto ardorpicor en el lugar de su mastecioméa, El desplazamiento hipnstico del dolor es el séptimo procedimien- to, Se trata del empleo de un desplazamiento del dolor de un rea a otra del cuerpo. Un buen ejemplo es el de un hombre que se estaba muriendo de carcinomatosis metastasica prostética y que sufria de do- lor intratable, especialmente dolor abdominal tanto en estado cle nar cosis por drogas como en trance profundo. El primer paso fue entre- LJ APLICACION DE LA HIPNOSIS PARA BL CONTROL DEL DOLOR 195 narlo debidamente en el tratamiento del dolor. El paciente entendié el concepto de dolor desplazado y remitido. En el trance hipnotico acepté sin problemas la idea de que, mientras el dolor intratable en su abdomen era el dolor que podria destruirlo, el dolor que sentia en su trano izquierda no era amenazante. Acepts la idea de transferir su dolor abdominal a su mano izquierda y, de esa manera, liberarse del dolor peligroso. De hecho, se acostumbré al dolor en la mano iz- quierda y lleg6 a protegerio cuidadosamente. Ese dolor en la mano no interliri6 con sus contactos familiares en los tres meses que le que- daran de vida. Se descubri6, por otro lado, que el dolor desplazado a a mano izquierda fue disminuyendo gradualmente, aunque el dolor aumentaba si alguien se lo recordaba de alguna manera. Esta posibilidad de desplazamiento del dolor también permite un desplazamiento de diferentes atributos del dolor que no pueden ser controlados de otra manera. De esta manera, se puede disminuir el efecto de los mismos y el complejo total de dolor se modifica y se hace mis tratable a la intervencién hipnética. la disociacion hipndtica puede ser empleada para el control del doler y los merodos mas usuales y efectivus sur lus de la desoriente ci6n del tiempo y el cuerpo. El paciente con dolor intratable mediante farracos 0 hipaosis puede reorientarse en el tiempo a estadios més tempranos de su enfermedad, cuando el dolor era de menor conside- racién. Y la desorientacién del tiempo, caracteristica del dolor, puede permanecer como continuaci6n posthipnética en el estado de vigilia. Consecuentemente, el paciente atin tiene dolor intratable, pero de un nivel inferior, tal como era en los estadios iniciales de la enfermedad. 31 terapeuta puede a veces llegar a reorientar al sujeto con dolor intretable a un periodo anterior a su enfermedad y, gracias a suges- tiones poshipndticas efectuar una restauracion de las sensaciones nor- males que existian antes de su enfermedad, Sin embargo, aunque el dolor intratable muchas veces hace imposible esta técnica, si se po- didn producir efectos beneficiosos a través de la proyecciGn de senti- mientos placenteros al presente para anular algunas de las cualidades subjetivas del complejo de dolor. A veces, esto afecta de tal manera que se reduce el dolor ce una manera muy importante, En cuanto a la desorientacién del cuerpo, el paciente es clisociado hipnoticamente e inducido a experimentarse a si mismo como fuera de QO IIANA QOOIIA elelelere) aQoQQqo0oo¢ o O° oooac 900 196 RITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA su cuerpo. Asi, una mujer con dolor insoportable, en respuesta a las sugestiones hipnéticas, desarrollé un estado de trance y se sinti6 en otra habitacién mientras su cuerpo suffia en la cama de la habitacién donde se hallaba ingresada. Esta paciente llam6 al autor en el mo- mento de sulrir un horrible ataque de dolor y cuando éste llegé le ex- plicé: -Mientras lo esperaba, yo misma entré en trance, me subia la si- Ila de ruedas y sali de la habitaci6n a ver un programa de televisién y dejé mi cuerpo en ta habitaciéns. Y hablaba alegremente acerca del programa fantaseaclo que habia visto. Otra paciente dijo a su cirujano, Usted sabe muy bien, doctor, que siempre me desmayo cuando em. pieza a cambiarme el vendaje porque no soporto el dolor. Ast que si no le importa, voy a entrar en trance, me llevaré mi cabeza y mis pies al solarium y dejaré mi cuerpo aqui para que usted trabaje con éb. La paciente explicé después; -Pude situarme en un lugar de} solarium descle donde podia verlo [al cirujano} sobre mi cuerpo, pero no podia ver lo que hacia. Entonces, me distraje mirando por la ventana, y cuan- do me volvi de nuevo hacia usted vi que ya no estaba y me volvi a la habitacion, me un‘ al resto de mi cuerpo y me senti muy cémodae. Esta Paciente en particular habia sido entrenada hipnéticamente durante muchos afios y habia aprendido autohipnosis. Gracias a ello se podia autoinducir un trance utilizando la frase: Usted sabe muy bien, doc- tor. fisia era una frase que podia usar verbal o mentalmente en cual- quier momento inmediatamente entrar en trance y tener la experien- ia psicolégica-emocional de hallarse en algtin lugar lejos del cuerpo doloroso. Después podia volver si vein que el dolor habia cesado. En ese estado de tance, que ella protegia muy bien de darlo a conocer, ‘se encontraba con sus patientes, pero los experimentaba en su nueva situaci6n, como enferma, sin traicionar esa orientacién personal Un noveno procedimiento hipnético para controlar el dolor del cuerpo, muy similar al reemplazo o sustitucién de sensaciones, es el de la reinterpretacién de la experiencia del dolor. Por ello se entiende reinterpretar el dolor pesado y persistente y vivirlo como sensacién de debilidad, de profunda inercia y, después, como relajacién con calor. BI paciente puede llegar a experimentar la comodidad que acompafa a la relajacién muscular. El dolor cortante, lacerante o mordiente pue- de ser reinterpretado a veces como sobresaltos repentinos, molestos Pero momenténeos y no dolorosos. EI dolor punzante puede ser rein- LJ ApLicaciON DE LA HIPNOSIS PARA EL CONTROL DEL DOLOR 197 rerpretado como la experiencia desagradable, pero no insopontable, de los movimientos de un barco durante una tormenta o como los pe- quefios cortes en un dedo, que duelen un poco pero que no son preo- cupantes, Lo importante, desde esta aproximaciOn, es saber muy bien como es el tipo de dolor que experimenta el paciente para oftecerle una reinterpretacion hipndtica adecuada. La distorsion bipndtica del iempo, primero descrita por Cooper y después desarrollada por Cooper y Erickson (1959), es frecuentemen- te una técnica hipnética de control del dolor muy Gitil. Un ejemplo ex- celente es el del paciente con ataques intratables de dolor laccrante cada veinte o treinta minutos, dia y noche y que duraban de cinco a diez minutos. Entre ataque y ataque, el estado mental del paciente era basicamente de terror a un nuevo episodio de dolor. En primer lugar, en estado de trance, se le enseiié a desarrollar una amnesia de los es- tados de panico anteriores. También se le ensefié a distorsionar el tiempo para que experimentase los cinco o diez minutos de episodios de dolor en diez o veinte segundos. Se le dieron sugestiones poship- néticas para que experimentase cada ataque como sorpresive y que, cuando llegase el dolor, desarrollase un trance de una duracién de diez a veinte segundos, pasase por el ataque y saliese del trance sin que se acordase de que habia estado en trance © experimentado do- lor alguno. Asi, el paciente se hallaba hablando con su familia y cle ce pente entraba en trance con un grito de dolor y unos diez segundos mis tarde salia del estado de trance, miraba confuso durante un mo- mento y después continuaba la frase donde la habia dejado. EL undécimo procedimiento hipnético se basa en sugestiones hip- néticas para la disminuctén del dolor, pero sin retirarlo, cuando nos damos cuenta de que el paciente no va responder completamente a las sugestiones, Esta disminucién suele realizarse sugestionando al s\ jeto hipnotizado de que el dolor va a disminuir, hora tras hora, du- rante varios dias. Después, tendra que percibir una disminucién defi- iva de todo el dolor o de ciertas cualidades del color. Al sugerir que la disminucién ocurra imperceptiblemente el paciente no puede rehu- sar la sugestiOn. Su estado de esperanza emocional, a pesar de la de- sesperacion también emocional, lo Hlevara a anticipar que, al cabo de unos dias, habra una disminucién del dolor, particularmente que ha- bra una disminucion de ciertos atributos de la experiencia de dolor. 198 ESCHITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA Esto sirve en si como una autosugestién para el paciente. En clertos casos, sin embargo, se le dice inicialmente que la disminucién se dara en un grado infimo. Esta estrategia consiste en decirle que una dismi- nuci6n de un 1% del dolor ni la notard, tampoco fa de un 2.%, ni un 3%, ni un 4%, ni un 5 %, pero que tales cantidades son una reduc. cidn del dolor, aunque imperceptible. Después, se le sigue diciendo que el primer dia tendré una disminuci6n del 5% y, al dia siguiente, de un 2% adicional, pero que todavia no sera perceptible. Si durante el tercer dia se diera una disminuci6n del 3%, tampoco seria percep- tible. Pero en conjunto, se le dice, estarfamos ante una reduccion ge- eral de un 10 9. Acto seguido, se puede aplicar esta misma serie de sugestiones para conseguir una reduccién del dolor de un 20% de su intensidad original, después de un 30 %, 50 %, 60 % y a veces hasta de un 90 %, De esta manera, ef paciente puede ser llevado a un gran control de su dolor. Sin embargo, en tados los procedimientos para el control del do: lor uno ha de tener en cuenta que es mucho més factible que el pa- ciente responda a sugestiones indirectas que a directas. El terapeuta ha de comprender que, muchas veces, es necesarto utilizar estrategias indirectas y permisivas, asi como la combinaci6n de varios de los pro- cedimientos metodolégicos descritos, Resumen £1 dolor es una experiencia subjetiva y quizas ef motivo principal por el que la gente acude al médlico. El tratamiento del dolor es visto por el facultativo y por el paciente como tna cuestién de eliminacion ‘© abolicién de una sensacion. Sin embargo, sabemos que el dolor en si mismo puede tener unos propdsitos ‘ities para los organismos. Re- presenta un aviso de que necesitamos ayuda, Muchas veces, conlleva tuna restriccién fisica de la actividad que frecuentemente beneficia al que lo suiffe. Instiga cambios fisiol6gicos de caricter sanitario en el cuerpo. Por lo tanto, el dolor no es s6lo una sensacién a etradicar, sino una experiencia que se ha de manejar de manera que aporte be- neficios al que lo sufre. Este manejo se puede llevar a cabo cle mu- chas maneras, pero existe una tendencia a pasar por alto toda una se- [oJ APLICACION DE LA HIPNOSIS PARA EL CONTROL DEL DOLOR 199 rie de significaciones fisiologicas que tiene el dolor para el paciente, EI dolor es un complejo, un constructo compuesto de una gran diver- sidad de interpretaciones subjetivas y valores experienciales para el paciente. El dolor, durante la experiencia vital, establece tendencias, asociaciones y condicionamientos que constituyen una fuente de po- tenciales que permiten el uso de la hipnosis para el estudio y control del dolor. Los procedimientos hipnéticos, sencillos 0 combinados, para conttolar el dolor son: sugestién hipnética directa para la aboli- ‘cién total del dolor; abolicién hipnética del dolor permisiva ¢ indirec- ta; amnesia; analgesia hipnética; anestesia hipnética; reemplazo 0 sus- titucién hipnotica de sensaciones; desplazamiento hipnético del dolor; disociacién hipnética; reinterpretacién de la experiencia de do- Jor, stgestiones hipnéticas que afectan a la disminuci6n del dolor. Bibliografia 2 edi- Erickson, M. H. y Cooper, L. F., Time distortion in hypnos ‘con, Ballin, Williams and Wilkins, 1959. t aAnccrannanensc 9 LA TECNICA HIPNOTICA DE LA INTERCALACION PARA. ‘LA CORRECCION DE SINTOMAS ¥ EL CONTROL DEL DOLOR* Milton H. Erickson ‘Muchas veces le han pedlido a este autor que describa en detalle Ia técnica hipnética que emplea para aliviar el dolor intolerable y pro- blemas similares. La respuesta siempre ha sico la misma: la técnica no sitve a otro propésito que el de asegurar y fijar fa atencién de los pa- cientes, cteando un estado mental receptivo y con capacidad de res- puesta que les permita beneficiarse de potenciales que no conocian 0 que s6lo conocian en parte. Una vex. logrado este primer objetivo, ten- dremos la oportunidad de darle al paciente suugestiones ¢ instruccio- nes que lo conduciran a la consecucién de sus objetivos finales. En otras palabras, la técnica hipntica s6lo sirve para inclucir un entorno favorable en el cual instruir 2 los pacientes en un uso mas ventajoso de sus propios potenciales de conducta Desde el momento en que Ia técnica hipnética es fundamental- mente un medio para conseguir un fin y Ia terapia se deriva de la guiia de las capacidades de conducta del paciente, se deduce que, dentro de Unos limites, se emplea la misma técnica hipnética para pacientes con wna gran diversidad de problemas. Para ilustrarlo, citaremos dos ¢jemplos en los que hemos usado la misma técnica. El primero hace referencia a un paciente con un problema neurético muy molesto y el segundo se trata de un paciente con dolor intolerable debido a una enfermedad terminal. La técnica que describiremos ha sido usada por el autor, tanto con sujetos iletrados como con universitarios, en situ: ciones experitnentales y clinicas. A menudo, se ha utilizado para ase- gurar, fijar © mantener la atencién de pacientes dificiles y para evitar que pongan obsticulos que dificultarén la terapia. Se trata de una téc- + MH, Erickson, “The interspersl wechniquee for symptom correction and pain contol, en American Journal of Clinical Hypnesis, 1966, n# 8, pags. 198-209. 202 RSCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA nica que emplea ideas claras y comprensibles, pero que evita que los pacientes se inmiscuyan en una situacion que no pueden comprender y para la que buscan ayuda. Al mismo tiempo, se los anima a que es- én preparados para entender y responder a las sugestiones. Por lo tanto, se crea un entorno favorable para la obtencién de las potencia- lidades de conducta que necesitamos y que el sujeto no ha usado nunca, no ha usado completamente © ni siquiera sabia que poseia, En el primer ejemplo no haremos referencia a la técnica emplea- da. En vez de eso, claremos las instrucciones, sugestiones € ideas que permiticron al paciente conseguir su objetivo terapéutico y que fue- ron intercalads entre las ideas que constituyen la técnica hipnética, No citaremos estas ideas terapéuticas tal como fueron verbalizadas, es decir, con muchas repeticiones, debido a que impresas se entienden mejor que como parte de una corriente de manifestaciones. De todas maneras, hay que decir que esas repeticiones sirvieron para que pu- digsemos satisfacer las necesidades del paciente adecuadamente. El paciente era un hombre de 62 aitos, granjero retirado con una educacion limitada (s6lo habia estudiado hasta octavo grado), pero decididamente inteligente y lefdo. En 1a actualidad poseia una en- cantadora personalidad extravertida, aunque se sentia de lo mis in- feliz, lleno de resentimiento, hostilidad, amargura y desespetaci6n. Aproximadamente dos afios atrés, por alguna raz6n desconocida u colvidada (que cl autor calificaba de poco importante o no relevante para el problema de la terapiz), habia desarrollado una frecuencia de miccién muy molesta. Aproximadamente cada media hora tenia que orinar urgentemente, una urgencia dolorosa que no podia controlar y que podia resultar en mojar los pantalones si no solucionaba el problema. Esta urgencia se presentaba tanto de dia como de noche, interferia en su suefio, en sus relaciones sociales y le obligaba a man- tenerse siempre cerca de unos lavabos. Ademds, debfa llevar un ma- letin con varios pantalones por si no llegaba a tiempo de cambiarse. Explic6 que habja traido a Ja consulta el maletin con tres pares de pantalones y que habia ido al lavabo justo antes de salir de casa, de ‘camino a la consulta y que esperaba tener que volver antes de aca- bar la entrevista. El paciente nos cont6 que habia consultado a mas de cien médi- cos y clinicas de renombre. Le habian hecho mas de cuarenta citos- LCTEENICA HIPNOTICA DE LA INTERCALACION [.u] 203 copias, innumerables radiografias ¢ incontables pruebas, algunas de elias ecctroencefalogramas y electrocardiogramas. Siempre se le ase- gurabe que su vejiga era normal; muchas veces se le sugerfa que vol- vyiese dentro de un mes 0 dos para llevar a cabo mas estudios. Muchas veces le habian dicho -todo esté en su cabeza, que no tenia ningtin problema, que deberia -mantenerse ocupado en vez de retiradox y dejar de molestar a los médicos como un vejestorio pesado. Todo es0 Ie habia llevalo a pensar en el suicidio. ‘También habia consultado a algunos médicos que escribian en importantes periédicos y varios le escribieron cliciéndole que tenia ak tipo de problema de oscuro origen organico. Nunca le habian di- cho que se visitase con un psiquiatra, ‘Su propia iniciativa le llev6 a leer dos de los frauculentos libros de autoayuda sobre hipnosis que habia entonces en el mercado, y se vi- sit con tres hipnotizadores. Todos le ofrectan las usuales promesas de curacién de este tipo de pseudomedicina y todos fracasaron; no legaron ni a poder hipnotizarlo. Todos le cobraron unos emolumen- tos asironémicos (comparado con lo que cobra un médico y con los resultedos obtentdos). Como resultado de todos esos errores, los de los médicos y los de los charlatanes, su caracter se fue transformando, volviéndose «: dia mis amargo, resentido, hostil hasta el punto de que lleg6 a pen- sar seriamente en el suicidio. Por aquellos dias, un dependiente de tuna gisolinera le sugiri6 que se visitase con un psiquiatra sobre el que habia lefdo algo en el periédico del domingo. ¥ ello lo llevé has- ta nuestra consulta Después de ofrecernos el relato de su enfermedad, se recosté so- bre la sila, cruz6 los brazos y dijo desafiante: «Ahora, hipnoticeme y ctireme esta vejiga miax Durante la narracion del paciente, el autor habia estado escuchan- do aparentando la maxima atenci6n, pero con las manos fue cambiando la posici6n de los objetos del escritorio. Entre ellos, el reloj que habia sobre la mesa, que oculté de la vision del paciente. Mientras éste se hallata explicando amargamente sus problemas, el autor pensaba cual podfa ser la mejor manera de tratar a una persona que estaba mas que cansada de médicos y clinicas y que presentaba una actitud tan desafiante. Ciertamente, no parecia probable que mostrase una actitud nD © (olololelolelelersrens loneke! okokererek 204 USCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA seceptiva a nada de lo que dijese o hiciese el autor. En ese momento, el autor recordé el caso de un paciente en estado terminal con gran. des dolores que habia tratado. Ese paciente también habia presentado muchisimas resistencias, pero finalmente pudo ser tratado. Ambos pa- cientes tenian en comin que se habjan cedicado a la agricultura, am- bos eran hostiles y estaban resentidos y no se fiaban de la hipnosis, Asi que, después de que el paciente le dijese al autor -hipaoticeme., éste se lanz6 a tratarlo con la misma técnica que habia wilizado con aquel otro paciente. Se trataba de conseguir primero su aceptacion, la Gnica diferencia entre los dos pacientes era que el material te- rapéutico de uno hacia referencia al funcionamiento de Ja vejiga y at tiempo. El del otro tenia que ver con la comodidad, el suefio, el ape- tito, el disfrute de fa familia, la ausencia de necesidad de medicacién y el placer del hoy sin pensar en ef mafiana. La terapia verbal que se ofrecid, intercalada segtin la técnica del mismo nombre, fue la siguiente (los intercalamientos estan represen- tados por los puntos): Sahe? Podriames pensar que su vefiga necesita vaciarse cada 15 ios en vez de cada media hora .. NO es difell pensar en ello Un reloj puede estar atrasad ... 0 adelantads incluso en 1 minuto incluso en 20 5 minutos .. 6 piease en la vefiga cada media hora como ha estado haciendo ... quizis a veces eran 35, 40. quizis una hora .. cual es la diferencia ... 35, 36 minutos, 41, 42, 45 minutos todo ¢s lo mimo ... un montén de tiempo. Quizds ha tenido alguna vez que esperar 1 segundo 0 2... como 1 hora © 2... Jo ha hecho . us: ted puede ... 47 minutos, 50 minutos, 60 minutos, s6lo minutos .. el que puede esperar media hora, puede esperar U Rora .. Lo sé .. esti aprendiendo ... no es malo aprender ...de hecho, es bueno ... piense cn ello, una vez tvo que esperarse cuando habia alguien delante... to consigui6... también pode hacerlo de nuevo ...y de nuevo .. odo Toque quiera .. hora y 5 minutos .. hora y $ minutos y medio .. cul 5 la diferencia .. 0 Incluso 6 minutos y medio .. pongamos 10 y me- dio, hora y diez minutos y medio... un minuto, 2 minutos, una hore, 2 horas, cual es la diferencia .. ene medio siglo © mas para practicar usted puede usar toro ex0 ... por qué no usa. usted puede hacer. lo... probablemente se sorprenda mucho ...no piense en ello. pot ‘qué no se somprende en casa? .. buena idea ... nada mejor que una sor- - LA TECNICA HIPNOTICA DE LA INTERCALACION (..] 205 presa ... una inesperada sorpresa ... cuanto tiempo puede esperar ésa es la sorpresa .. unds de fo que usted piensa ... mucho mas... es s6lo el principio .. buena sensacién par empezar ... para seguir Por qué no olvida lo que hemos hablado y lo deja en el Fondo de su mente? Buen lugar para dejatlo, no se puede perder. No importan los tomates, lo que importa es s6lo su vejiga, Bastante hien, me stento hhien, bonita sorpresa.;Por qué no empieza por descansar, sentinse des cansado, ahora mismo, mas despierto de fo que estaba esta mafana [esta Ghtims frase es, para el paciente, una instrucei6n indirecta, enfiti- ca, definiziva para que se despiente del trance]. Después [como despe dida, pero no conscientemente reconocible como tal por el pacientel 2por qué no se da un tanquilo paseo hasta casa, pensaneo en nada? {una instruccién de amnesia para el trance y su problema, y cierta con- Fusién para ocultar el hecho de que ya ha pasado una hora y media en la consultal, Lo veré a las diez de la manana dentro de una semana lsi= aguiendo con su ilusi6n, resullante de la amnesia, de que no hay que hacer nada excepto pedir cita para fa proxima sesién. Una semana mas tarde, el paciente volvi6 por la consulta y nos ex- plico excitado cémo habia regresado a casa, encendido el televisor con la firme intenci6n de retrasar la micci6n tanto como fuera posible. Estuvo viendo una pelicula de dos horas de duracion y bebio dos va- sos de agua durante los anuncios. Luego, decidié que resistiria una hora miis, pero de repente descubri6 que tenia la vejiga muy distendi- da y que tendria que visitar el lavabo sin remedio, Mir6 su reloj y se dio cuenta de que habian pasaclo cuatio horas. El paciente se reclind co- modamente en la silla mirando felizmente al autor, obviamente espe- rando una alabanza, Casi inmediatamente se incorpor6 ce la silla con una expresin dle sorpresa en el rostro y dijo: “Todo me vuelve ahora a la mente. No lo he pensado hasta ahora. Lo olvidé todo. Usted de- bio de hipnotizarme. Me hizo hablar de los tomates, yo estaba inten- tando explicarme y lo siguiente que sé es que ya estaba caminando hacia casa. Pero pensindolo bien, debi de estar en su consulta una hora y tardé una hora mas en volver « casa, Me aguanté mas de cua- lo horas, como minimo seis. Pero €50 no es todo. Eso pasé hace una semana, Ahora recuerdo que casi no he tenico ningtin problema du- rante la semana, dormi bien, no me tuve que levantar. Es gracioso ‘cémo uno se levanta por las mafanas; uno tiene la mente en ka cita del 206 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA dia y en lo que tiene que decir y olvida todo lo que le ha sucedido du- rante la semana, Cuando le dije que me hipnotizara y me curara, se Jo tomé en serio de verdad. Le estoy muy agradecido. Curinto le debo? Esencialmente, el caso estuyo resuielto y pasamos el resto de la hora chatlando desenfadadamente y observando si el paciente pre- sentaba alguna duda. No hubo ninguna y en los meses subsiguien- es tampoco ocurri6 ninguna incidencia que pusiese en peligro los resultados. El caso anterior permite al lector entender en parte como, durante las sugestiones de la induccion al trance y el mantenimiento del mis- mo, se pueden intercalar sugestiones hipnoterapéuticas para conseguir un objetivo especifico. En la experiencia del autor, si se intercalan du- rante el mantenimiento del trance, resultan incluso mas efectivas. Los pacientes las oyen y las entienden, pero antes de que puredan cues- tionarlas, capturamos su atenci6n mediante las sugestiones de man- tenimiento del trance. Y és28 no son més, a su vez, que una conti- nuacién de las sugestiones de induccién del trance. Por lo tanto, se consigue dar a las sugestiones terapéuticas una aura de significacion y efectividad que se deriva de una induccion que ya se muestra efec- tiva. Lo mismo se aplica al mantenimiento de las sugestiones. Las su- gestiones intercaladas se pueden repetit muchas veces, hasta que el terapeuta se sienta seguro de que el paciente ha absorbido las suges- tiones terapéuticas adecuadamente, Entonces, el hipnotizador puede progresar hacia otro aspecto de la terapia usando esa misma técnica del intercalamiento, Fi registro de la sesi6n terapéutica que hemos incluido aqui no hace referencia al niimero de repeticiones de cada idea que se hizo cn la realidad porque ese niimero variara de paciente « paciente y de probiema a problema, Por otro lado, sabemos que las intercalaciones de sugestiones de amnesia 0 poshipnéticas entre otras sugestiones —en este caso, de mantenimiento del trance— hacen que aumente la probabilidad de que se leven a cabo esos fenémenes. Para ilustrar ‘esto tiltimo con un ejemplo de la vida diaria: si asignamos una tarea doble lograremos mejores resultados que si asignamos dos tareas se- paradamente. Por ejemplo, una madre puede decirle a su hijo: Juan, guarda la bicicleta, baja y cierra la puerta del garaje-. Eso suena a una sola tarea, en la que un aspecto del trabajo favorece la ejecucién de LA TECNICA HIPNOTICA DE LA INTERCALACION (.] 207 ‘otro aspecto, con lo cual todo parece mas sencillo, Si nos piden que pongames la bicicleta en un sitio y que cerremos la puerta del garaje, nos va a parecer que nos asignan dos tareas separadas. En ese caso es mis facil que no Hevemos a cabo alguna de las tareas o ninguna de las dos, Pero un rechazo cuando las tareas estin combinadas zqué sig- nifica? Que no guardard la bicicleta? Que no bajara al garaje? ;Que no cerrard la puerta del garaje? Todo el esfuerzo que requiere identificar lo que uno quiere re- chazar es un factor que nos lleva a no rechazar nada. Ademas, negar- se a hacerlo todo no es muy c6modo. juan puede llevar a cabo las ta- reas sin ganas, pero seguramente prefiera llevarlas a cabo antes que analizar la situaci6n, Con respecto a las tareas separadas se puede contestar: Lo haré mas tarde-. Pero con las tareas combinadas no, porque, si decide guardar la bicicleta «més tarde-, se deberd «inmedia- tamente+ bajar al garaje e «inmediatamentes cerrar la puerta. Se trata de un rizonamiento defectuoso, pero lo comin en la vida diaria es He- var « cabo -razonamientos emocionales., La vida real de cada dia no es 11 ejercicio de l6gica. Como prictica habitual, el autor le dice al ucieite: «Cuando se siente en la silla, entre cn trance-. El paciente oe gura que se sienta en Ia silla, Pero como asociado a sentarse esta el entrar en trance, esto ikimo se convierte en lo més probable, La com- binacién de psicoterapia, sugestiones poshipnéticas y amnésicas y sugestiones de induccién y mantenimiento del trance constituye una medida efectiva para asegurar buenos resultados. La asociacion es siempre un valor importante y efectivo. Como ejemplo podemos de- cir que més de un paciente que ha desarrollado un trance en el mo- mento de sentarse, le ha dicho al autor: -No era mi intenci6n entrar en trance hoy. En respuesta, el autor sucle decir: -Entonces, si quiere despertarse, porque usted ya sabe que puede entrar en trance siempre que lo necesite, despiériese.. Aqui, hacemos que . Su rendi- APLICACIONES CLINICAS Y TERAPEUTICAS DE LA DISTORSION DEL TIEMPO 253, mienta laboral cayé en picado y se pasaba mucho tiempo miranelo al vacio, Finalmente, y 2 su pesar, se decidié a buscar ayuda terapéutica. Consult6 a cuatro psiquiatras, dos de los cuales clijeron que tenfan la agenda Vena y los otros dos que no tenian la formacién necesaria para un caso como el suyo. Entonces fue enviads al autor. Los otros psiquiatras que la reconocieron dijeron que Ia paciente era -una cata- t6nicz incipiente 0 quiz4 total y no era susceptible a Ia terapia en ese momento. Desde el principio se empleé la hipnoterapia, pero el progreso era lento, dificultoso ¢ incierto. Varias veces nos dio la impresi6n de que estaba a punto de entrar en una psicosis, Durante las entrevistas, tan- to en el estado de vigilia como en el de trance, ponderabs Ja idea de srenurrciar- y «dejarse ir como hizo Kay Una tarde, entrd en Ia consulta para st cita habitual con un as- pectc totalmente diferente, con un vestido, sombrero, zapatos y bol- so nuevos. Muy seriamente y asustada, declar6: «No sé qué estoy ha- ciendo. No me puedo permitir estas prendas. Pero he decidido que me doy la Gina juerga antes de que me encierren. Quid mi incons- ciente sepa todo eso. Con esta frase, cert6 los ojos y desarrollé un trance profundo, Se le pregunt6 por qué habia comprado todas esas ropas nuevas. Res- pondid: «No lo sé. O me pongo bien o me pongo peor. Despiérteme- Se despetté con una amnesia aparente del estado de trance. In- mediatamente pregunt6: {En vez de trabajar, podemos tener una con- versacién informal?» Sin embargo, después de unos cuantos comentarios corrientes, declar6 que de repente habia recordado lo que s0f6 la noche ante~ rior. BI suiefo era tremencamente importante, pero no podia recordar su contenido. Quizés un poco de reflexion le ayudaria a recordar. Después de un par de minutos de silencio, dio un salto y grité: APLICACIONES CLINICAS ¥ TERAPEUTICAS DE LA DISTORSION DEL TIEMPO 255 En un momento dado, se intent6 utilizar la bola de cristal, pero ella protesté dliciendo que ya la haba utilizaco con fines terapéuticos, Se la tranquiliz6 haciéndole alucinar un rosal y contando las flores después. Sin embargo, cualquier intento de despersonalizacién, desorient Gién © tegresin provocaba una répida protesta y amenazas de des- pertarse y marcharse. Se invirtieron mas de cuatro horas en intentar hacernos con el con- trol de la situacién. En retrospectiva, se entiende que la distorsién del tiempo podia haber resuelto ef problema en mucho menos tiempo. Al primer desarrollo de una reaccién adversa, podia haberse dado un cambio de la situaci6n terapéutica a una situacin experimental senci- Ila que comprendiese la clstorsién del tiempo. Entonces, con toda pro- babilidad, su conducta hubiese sido la de los pacientes B 0 E. Sin embargo, después de mucho esfuerzo, surgié una solucién gracias a una estrategia afortunada y muy sencilla Sc le dijo: «Como esta terminanclo a terapia y no la volveré a ver, me gustaria pedirle un favor de despedida. Tengo la esperanza de que lo leve a cabo, Se trata de lo siguiente. Usted ha entrado antes con ese nuevo vestido y me ha encantado verla. Ahora, me gustaria hipnotizarla y enviarla fuera de la consulta para que entre de nuevo. Asi, podtfa revivir ese momento tan encantador. Lo hari? La paciente acept6 y se le indujo un trance profundo. Se le dijo: “Saga, dé unos pasos por la recepcién, vuciva y entre en el despacho exactamente de la misma manera como ha llegado. Saltideme de la misma manercr En su voluntad de hacerme ese tiltimo favor, no se dio cuenta de Jo que decian realmente las instrucciones y, por eso, no pudo perc bir las implicaciones de las mismas. La paciente obedeci6 las instruc ciones y volvi6 a entrar en la consulta, pero en realidad regres6 en el tiempo a la situaci6n anterior 2 su llegada, Por lo tanto, se habia pro- ducido una amnesia de todo lo ocurtido en la consulta En este nuevo escenario no result6 dificil provocar un segundo ‘curso de los acontecimientos Mediante técnicas de disociaci6n, clespersonalizaciGn, desorienta- cion y observacion de la bola de cristal, la paciente pudo conseguir tuna adecuada comprensién del sueno y de la conducta alterada rela- cionada con él. = t 256 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE MIPNOTERAPIA Después de eso, el curso de la terapia fue favorable y ripido, Des pués de ocho afios se ha sabido que la paciente seguia en buen esta- do de salud mental. Comentario Fs posible pensar que este caso, como el del paciente A, no per- tenece a los ejemplos de terapia con distorsién del tiempo. Sin em- bargo, ilustra —y muy claramente porque es retrospectivo— como, de haber contado con él, el concepto de distorsién del tiempo se po- dria haber aplicado en una situacion terapéutica de extrema dificultad, En su ausencia, se tuvo que pasar por horas de ansiedad inGtil —lo cual no beneficia para nada al paciente— hasta que se encontré una estrategia afortunada de manipulaci6n psicologica para satisfacer las necesidades del paciente. De otra forma, el resultado probable hubie- se sido lamentable. Por ello, este caso ilustra la constante necesidad, en todo campo de actuaci6n, de revisar el pasado en términos de nuevas compren- siones y, gracias a cllo, conseguir un mejor entendimiento de lo ante- rior y lo nuevo. Paciente F Este tiltimo caso trata de un paciente con un problema psiquidtri- co de muy lento progreso terapéutico y, en general, mucha dificultad. Sin embargo, en cuanto se probé la técnica de la distorsién del tiem- po aparecié la solucién. Bl paciente, de unos veinticinco aitos, se quejaba de una amplia variedad de sintomas. Sufiia de miedos obsesivos ante la propia ho- mosexualidad; tenia frecuentes dolores de cabeza muy incapacitantes, era un individu muy temeroso y timid; vivia sin interés alguno ha- cia nada; era agorafSbico y claustrofobico y tenia miedo de mirar a las mujeres porque las consideraba criaturas espantosas. De una manera inexplicable, habia algo que lo obligaba a temerlas. Esos sintomas, de mis de seis meses de duraci6n, se habian desa- APLICACIONES CLINICAS ¥ TERAPEUTICAS DE LA DISTORSION DEL TIEMPO 257 rollado ripidamente unos dieciocho meses después de que acabara el servicio militar, pero no podia atribuirlos a ningtin conjunto de cie- qunstancias ni a un momento dado. Simplemente, se habian desarro- llado con tal rapidez que no era capaz de recordar su aparicién, ni el orden en que aparecieron. La historia personal que relaté no mostraba nada significativo y ni siquiera estaba interesado en hablar de ello. Toda su preocupacion venia expresada por una repeticién de su situacién presente. Sin embargo, se supo que su historia! militar era encomiable y que habia tenido una activa experiencia de combate. Una vez fuera del ejército, se habia dedicado a visitar algunos familiares en el este y, después, habia viajado a Arizona en busca de empleo. Poco después, su padre y su madrastra se trasladaron a Arizona a causa de la salud del primero. Como no vivia con ellos, los iba a vist ‘ar todas las semanas. De hecho, lo estuvo haciendo asi hasta poco antes de empezar la terapia y les ayudaba con buena voluntad. Su re lacién con ambos siempre habia sido buen Su madre habia muerto «cuando yo era s6lo un nifio pequeito. Te- ia diez anos. Era muy Luena con todos sus hijos. Bramos once. Murié. de repente, creo que del corazén. ramos realmente pobres y fue una Jucha continua para salir adelante. Nos pusinos muy contentos cuan- do se casaron papa y mama. Las cosas fueron mas sencillas entonces. a entrevista nos llev6 a otro tema que poclia ser de significacién. Se trataba de que poco antes de la aparictén de sus sintomas, contra- iamente a sus habitos, habia estado durmiendo mal. Habia tenido pe- sadillas, pero no se podia acordar cle ninguna. Entonces, una mafiana, de camino al trabajo, vio a una chica her- mosa, pero cuando la mird bien descubrié que tenia la horrible apa riencia de un cadaver en descomposiciGns. Huelga decir que se asus- t6 muchisimo. Calle abajo, vio a otra chica que se aproximaba; cuando la pudo ver bien, distinguis perfectamente los rasgos de otro «cadaver en descomposicién-. En ese momento, empez6 a tener dudas sobre su salud mental, que se confirmaron cuando se dio cuenta de que todas Tas chicas de la calle se le iban apareciendo con ese espantoso aspec- to, Cuando lleg6 finalmente a la Fabrica donde trabajaba entre un gro po de hombres, se sinti6 protegido y agradecido, pero atratdo ha ellos emocionalmente cle una »manera horrible y sentimental PRIRIRIS 258 ESCRITOS POSTERIORSS SOBRE HIPNOTERAPLA A partir de entonces, el camino de ida y vuelta al trabajo resulté una pesadilla para él. El dia de paga tuvo que permanecer de pie, en una pequeiia ofici- na, delante de una joven administrativa, esperando a que le diesen el cheque. Se empez6 a sentir oprimido por la pequefiez de la sala, atra- pado y sin esperanza. Después de esta experiencia ya no pudo dormir sino era con las ventanas abiertas y la puerta entornada, Durante la noche se despertaba repetidamente para ver si todo estaba bien. Después de eso, acudi6 en busca de terapia porque se veia en el limite de la locura. La tinica alternativa posible a la medicina era el sui cidio. Varias semanas de entrevistas terapéuticas no dieron mas fruto que repeticiones de! material anterior. El paciente le tenia aversion a la hipnosis ¢ insistia en que si hablaba lo suficiente, conseguiria -sa- carlo todo. Finalmente, debido a que sus fondos se habian agotado, se dejé convencer para llevar a cabo una experiencia hipnética y asi poder acelerar la terapia. Sin embargo, seguia insistiendo en que la terapia tenia que realizaise inteyraimente eu estado de vigilla. Acepeamos esta Gltima condici6n, lo cual queria decir que se iba a utilizar la hipnosis solo para llegar hasta su material inconsciente, pero que se hablaria del mismo en estado de vigila El paciente result6 ser un buen sujeto hipnético y, después de un entrenamiento exhaustive para asegurar una buena actuacion hipnd- tica, se le pidi6 petmiso para levar a cabo una accién terapéutica, Respondié que no e insistié de nuevo en que Ia terapia s6lo podria ser en vigilia. En consecuencia, se le dijo que llevariamos a cabo un experimen- to de diez a veinte segundos que le permitiria, sin duda, llegar al fon do de sus dificultades. Animado por la brevedad de la tarea, accedi6 rapidamente. Se le enseii6 sistematicamente acerca de la distorsi6n del tiempo de la misma manera que se ha descrito con anterioridad. Después de esto, se le dieron las siguientes instrucciones: Gon este cronémetro le daré veinte segundos de tiempo normal, En su tiempo experiencial especial, esos veinte segundos seran horas, dias, APLICACIONES CLINICAS ¥ TERAPEUTICAS DE LA DISTORSION DEL TIEMPO 259 semanas, meses ¢ incluso arios de vida experiencial. Cuando diga -Aho- ax, empezari el experimento, Cuando diga -Pare-, se acabard. Durante esos veinte segundos de tiempo real se sentaré calladamente, sin hablar ni moverse, pero mentalmente, en su inconsciente, realizars el exper mento, tomandose todo el tiempo que necesite, Esto lo hard con mucho ‘cuidado. Tan pronto como le dé ta seftal de inicio, le dliré qué es fo que tienen que hacer y usted lo llevara a cabo. {Est preparado? -Ahorae, vaya a las causas cle su problema, Abora. “Pare: Inmediatamente se despen, suspir6 profundamente, se limpié el sudor de la cara y dijo: -Fue mi madre. Siempre me decia que confia- se en ella. Estaba tan enfadado con ella cuando muri que la odié: Se detuvo y siguié explicanco lo que habia experimentado de una manera bastante parecica a como Jo habia hecho el paciente B, pero sin vivirlo tan intensamente, Utiliz6 unos tiempos verbales parecidos ¢ intercal6 explicaciones tal como habia hecho el otro paciente. A continuaci6n, se transcribe un resumen de lo que dijo: Era pequeio y estaba sentaclo en su regazo. Volvi de la escuela, me me mordi la lengua y ella me dijo que confiase en ella Fra si ma- nera de consolarme, pero suponyo que yo no lo entendi, El gato me arané [se frota la mano). Siempre me decia: -Confia en mis. Me prome- 1i6 que tendfa una fiesta cle cumpleatios cuando me hiciese mayor. Es- peré y esperé, cientos de dias, puedo sentir esa espera ahora mismo, Fue mucho tiempo. Siempre a esperaba para meterme en la cama, era buena. Esperé a que me diese un centavo para un caramelo, espere y esperé, Siempre decia: -Confia en mi, Todo ha ocurride muy deprisa y cen esta sala, pero pensaha que estaba cle vuelta en Pensilvania, Tuve que corer a casa desile Ia escuela porque habia estado demasiado tiempo jugando y era tarde. Y siempre, siempre, siempre la ofa decir; ‘Siempre confia en ( madre, confi en ella, siempre puedes confiar en tu maclre.. Me estuvo diciendo eso a lo kargo cle todos esos atios, Ahora ya no soy el nino de entonces, pero todo lo que pasaba ccuanclo mi madre me decia confia en mi- me ha sucedido ahora mis: cosas, Se las puedo contar todas si es necesario, aun: que no creo que haga falta porque todas conducen a fo mismo. [Se le dlijo que podria explicar mas detalles después.) 260 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA Complia diez aftos exe dia, Madre me prometi6 una cena especial dle cumpleatis y un pastel. framos demasiado pobres para tener esas cosas. Yo queria celebrar mi cumpleafos desesperadamente. Ella me estuvo diciendo (odo el dia: Confia en tu madre. Te hare el pastel, el mejor que has comido en tu vida. Va a la cocina, Se detiene. Veo que se pone palila, Dice que le duele ef hrazo y ef hombro y se va ala cama, Yo me siento a su lado y Ia veo mori. Lo dito que me dijo fue: “Confia en mix. Estaba muy enfadado con ella, me prometiéy siempre ime pidi6 que confiase en ella y yo lo hice, pero no pude celebrar ani cumpleafios. La odliaba, y estaha triste también, No sabia qué seatir y estaba asustado, Pero 10 olvidé todo. Lo he recordado aq} Después papa y mamé vinieron a Arizona. Yo les he estado visi tando regularmente. Entonces, hace poco, pap me dijo que tenia cén- cery que los doctores le habian dicho que s6lo le quedaba un mes de vida (En realidad, su padre vivi6 casi un aio mis) Me sentia muy mal He podido oir que me fo decia abora, de la misma manera que me lo dijo entonces. Después, mamé dijo: Este es nuestro décimo aniversa- rior, y me quedé helado, Lo he oicdo aqui de la misma forma que me lo dijo entonces. Entonces, me fui a dormir, pero no podtia coneiliar el sélo vets cnempes muertos. Los odiaha, Eran mi madre ¥ todos decian: -Confia en mi. Intenté corner hacia papa y subir a su regazo. Queria que me amase ¥ me consolase y me rodease con Sus tencontearlo en ningtin sitio y alla donde miraba me cencontraba con mi maclre diciendo: Confia en mis ‘Y al dia siguiente todo empez6. Las chicas de ta calle, mis ideas lo cas y tod es0. [Ast es como empez6 mi problema, Alora ya se ha acahado. El paciente tenta razin. La terapia estaba practicamente concluida, Sélo fueron necesarias unas cuantas entrevistas més en las que se re- visaron varios incidentes del pasado, Se analizaron sus pensamientos ¥y emociones confusas, como nfo, y el desarrollo posterior de inten- sas reacciones de culpa. Ha pasado un aio y sabemos que el paciente est comprometido en matrimonio. Es feliz y equilibrado. 7 ATLICACIONES CLINICAS ¥-TERAPEUTICAS DE LA DISTORSION DEL TIEMPO. 261 Comentario Sélo pademos especular acerca de cuanto tiempo hubiese reque- rido la terapia usando otros métodos. Por otro lado, cabe preguntar- nos como Ia distorsién del tiempo, en veinte segundos, pudo efectuar tuna retirada de tantas represiones y activar nuevas comprensiones ex- perimentales sobre su vida real Indudablemente, los esfuerzos anteriores a la experiencia hipno- tica, asi como lz comunicacion que habfamos establecido con él, fue- ron Ics cimicntos que hicieron posible tales resultados terapéuticos. En opinién del autor, llevar a cabo la experiencia de distorsion del tiem- po desce el principio no hubiese sido lo mejor. Pero, de todas mane- ras, Ics resultados indican que la distorsi6n del tiempo tiene unos efec- tos clinicos y terapéuticos importantisimos. Resumen general Quiz la mejor manera de reaumir catos estudios clinicos sea refe- rir al lector a las conclusiones del final dle la parte experimental de este libro.’ Si lo hacemos asi, encontraremos un paralelismo claro en tee hallazgos experimentales y clinicos El estudio del concepto de distorsién del tiempo mediante inves- LigaciSn experimental controlada nos permitié descubrir dindmicas de gtan interés para la psicologia. Después, intentamos utilizar el mismo concepto, independientemente, en un campo diferente, el de los pro- blemas terapéuticos y clinicos. Los resultados confirmaron y comple~ mentaron los hallazgos experimentales. Los éxitos terapéuticos obte- nidos confirman la validez del concepto de distorsi6n del tiempo y su aplicabilidad a los problemas psicolégicos. Gueda ahora, por otro lado, la necesidad de realizar mas estudios sobre distorsi6n del tiempo, tanto como problema psicol6gico expe- imental como concepto aplicable al trabajo terapéutico y clinico. 2, Se reflere al heer Tome Distortion in Hypnasis, Baltimore, Williams & Wilkins, 1954. Reimpreso con el permiso de Ia edivos Be eee 262 BSCRITOS POSTERIORES SODRE IHPNOTERAPIA Bibliografia Cooper, L. F., «Time distortion in hypnosis: 1s, en Bulletin of the Goorgetown University Medical Center, 1948, n? 1, pigs. 214-221 Cooper, 1. F. y Erickson, M. H., «Time distortion in hypnosis: Il», en Bulletin of the Georgetown University Medical Center, 1950, n° 4, pags. 50-68, = 12 PSEUDO-ORIENTACION EN EL TIEMPO (COMO PROCEDIMIENTO HIPNOTERAPEUTICO* Milton H, Erickson En todo trabajo psicoterapéutico se presenta siempre la necesi- dad de utilizar las experiencias y comprensiones comunes propias de la vida diatia y adaptar tal utilizaci6n a las necesidades tnicas del paciente individual. Por lo tanto, la psicoterapia debe ser necesatia- mente experimental, ya que no se pueden prever los procedimientos exactos que necesitara ningtin paciente. Y diremos més, la psicotera- pia como disciplina se halla todavia en el curso de su desarrollo y, por ello, existe la necesidad de continuar con los estudios experimentales. Los siguientes casos servirdin para ilustrar una técnica experimen- tal y terapéutica empleada por el autor durante los slimes quince afios. Esta técnica se basa en Ia idea general de que la prictica lleva a la perfecci6n, de que la acci6n una vez iniciada contintia y que las ac- ciones son el inicio de la esperanza y las buenas expectativas. A par- tir de estos principios, se crea una situaci6n terapéutica en la que el paciente puede responder de manera efectiva a unos objetivos tera- péuticos cleseadlos, porque esos objetivos, en su realidad subjetiva, ya se lan conseguido. ‘Como se verd a continuaci6n, esto se consigue empleando la hip- nosis y usando, al contrario de lo que se hacia con la regresi6n en el tiempo, una técnica de orientacion hacia el futuro 0 «proyeccién en el tiempo-. El paciente puede conseguir ver sus objetivos realizados se trata de una visi6n disociada, distante, objetiva y subjetiva a la vve7), sin darse cuenta de que esos logros son expresién fantasiosa de sus esperanzas y deseos. + ML. Brickson, Preude-orlentation in time as 2 hypnotherapeutie procedure, en Journal of Clinical andl Bxpertmendall Hyprests, 1954, 0 2, pgs. 261-288, Copy right Society for Clinical and Experimental Hypnosis. 264 BSCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA Paciente A E] primero de estos casos ¢s el de un hombre de 30 aftos, divorcia. do, con un empleo sencillo en una oficina, que vivia en una pensién de mala muerte y no tenia amigos ni amigas. No leia, no iba a la iglesia ni al cine, comia siempre en el mismo restaurante barato y su tinica acti vidad Ididica era dar paseos sin rumbo en su coche, por el campo. Durante tres afios habia estado bajo los cuidados de un médico debido a sus innumerables quejas somaticas que afectaban a diferen- tes partes de su cuerpo. En un momento dado, fue hospitalizado como posible candidato para cirugia abdominal, En cuanto ingres6 en Ia uni- dad de cirugia, reaccioné traumaticamente desarrollando un terror ex- tremo, sollozando, gritando y quejindose de dolor abdominal agoni- zante. Una laparoscopia exploratoria mostré que no tenfa ningén problema, pero atin asi se le practicé una apendicectomia rutinari. Su convalecencia duro un mes y estuvo caracterizada por la abun- dancia de sus quejas, incluso més cle las que habia expresado antes, Ademis, estaba periédicamente deprimido, Horaba frecuentemente y ‘no queria dejar el hospital. La operacion y su conducts lu convencic~ ron de que era un -cobarde, de que »no era bueno, no valia nada- y era sincapaz de ser un hombre [A partie de ahi, su vida se resinti6 a nivel personal y econémico. Se visitaba con el médico de dos a cuatro veces a la semana quejan- dose de debilidad, dolor de espalda, dolores de cabeza, dolores gi tricos, ete. Todos sus esfuerzos para remitirlo a psiquiatras resultaron initiles. Ellos no le -entendliare. A su vez, los psiquiatras le decian que tenia «un problema de cardcter,, una -personalidad inadecuada-, que era un -hipocondriaco profundo: y que tenia una «personalidad pst copitica del tipo constitucional inferior. Todos coincidian en que no eta susceptible de ser tratado, Sin embargo, la opinién clinica del a tor cra muy diferente. Unos dieciocho meses después de su laparoscopia, acudié al au- tor en busca de hipnoterapia. Trajo consigo la extensa historia clinica que le habia facilitado su médico. En breve, se establecié una buena comunicaci6n con el pacien- te. Estaba lastimosamente dispuesto a ser hipnotizado y demostr6 ser un buen sujeto hipnotico. Lo visitamos durante un mes, una vez. la a PSEUDO-ORIENTACION EN EL TIEMPO COMO PROCEDIMIENTS [..] 265 semana, en sesiones de tres a cuatro horas. Durante ese tiempo, nos encargamos de ensefarle a desarrollar r4pidamente todos los fend- menos hipnéticos que existen. Se le indujo una amnesia profunda de todas esas sesiones. No se intent ninguna otra terapia aparte del es- tablecimiento de una buena comunicacin y una sensacién general de confianza, Las dos sesiones siguientes consistieron en alucinar una serie de bolas de cristal! Se trataba de ver en ellas una gran cantidad de ex- periencias trauméticas de su vida. Estas representaciones alucinadas ran -fijas-, esto es, podia observar una escena, Itego otra y volver a fh primera sin tener que realucinar. Por consiguiente, podia verse a si mismo en varias situaciones y en diferentes momentos de su vida. Po- dia observar su conducta y sus reacciones, hacer comparaciones y conirastes y notar la amenaza de continuidad en sus reacciones de un momento de su vida al siguiente. En esas dos sesiones, el paciente asistié a una serie muy amplia de eventos. Su reacci6n a la experiencia total era de resignacién y de- sesperanza, Cualquiera a quien le hubiese sucedido lo que a mi no tendria muchas oportunidaces- Incluso después de ser despertado con amnesia en cada una de las sesiones, el paciente mostraba un es tado de animo decaico y deprimido. La siguiente sesion Ia pasamos hablando, en estado de vigilia, de as cosas que deseaba para él mismo, cle sus esperanzas y de las ideas gue tenia acerca de lo que podria hacer. Hay que decir que no se judo sacar mucho provecho de esta jornada, porque el paciente se pas6 la mayor parte del tiempo enfatizando sus quejas, plantedndolas como insuperables barreras, Al final de la sesién se encontraba de lo ings descorazonado. Al dia siguiente, lo hipnotizamos y le instruimos para que rept se la tarea de la sesién anterior. Sus esperanzas para el futuro eran fas siguientes: El placer de un estado fisico -razonablemente sano- Una situaci6n econémica como la de la mayorfa de la gente: 1. La tes de las bolas de cristal es algo que fos pacientes entienden com mucha facilidad, son manejables y, por lo tanto, muy convenientes. WU 26 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA 3. Un equilibrio personal suficiente para -salir adelante: y poder Hevar a cabo actividades sociales, cultivar intereses personales, para divertirse y tener amigos. 4, No -experimentar- demasiado miedo, ansiedad y compulsiones. 5. “Tener suficiente valentfa para comportarse como un hombre- si alguna vez lo operaban o para defender sus derechos y «pelearse por ellos como un hombre. 6. Ser capaz de stomarme las cosas un poco mejor. Las cosas ma- las que puedan pasar y las que han pasado ya. 7, Poder tener -suficiente madurez- emocional para casarse por amor y no porque le «dé Kistima alguien. Se le desperté con amnesia y partié con un estado de énimo general deprimido. En las dos sesiones posteriores, como en las anteriores, s6lo se trabaj6 para que diese mis de esas respuestas, En la siguiente sesion, después de hablar una vez mas de sus expectativas de futuro, se le dijo: «Ahora tendrd la oportunidad de mirar al pasado, de revisar sus Guejas y dificultades y de recordar el desarrollo de la terapia. Podra examinar todo lo que logrard gracias a la terapia, Esos objetivos que usted se planteaba, Sin embargo, étos no se baran realidad basta pa- sado un tiempo, probablemente varios meses después de la terapia. Después, se le hipnotizé profundamente y se le repitieron las mis- ‘mas palabras. Todavia en estado sonambulistico, se le desorienté en el tiempo? y se le reorienté a una fecha futura? 2, Bxencialmente, se trata de uma técnica sencilla, aunque minucioss, en la que 2 sujto profundamente hipnotizico se le recuera la fecha en It que se encventa ahora se Te dice que los segundos, los minutos y as horas estin pasando; que el ma- na se acerca, que ya est] aquf y que those e ayer, que a medica que pasan los lias, esta semana se acsbard pronto y que el mes que viene serd el actual. Se ha de prestar especial atercin a la vesbalizacién al paste del futuro al presente y al pasa- do. Hay que hacerlo ficily gradualmente, sin precipititse. 3. La fecha de regresién, como eonsecuencia de lo hablado con el paciente tan- to en vigilia como en trance, seré necesariamente la de unos meses en el futuro, La fecha de proyeccion es mejor que la devida el sujto, ya que el hipnotizador puede lescoger unit que no sea la adecuada, Por ejemplo, si se desea determinade dia futur , digamos, el proximo cumpleatios, se debers orientar al sujeto a -aos dias antes de su proximo cumpleshios, Después, silo se trata de dejar que el suelo escoja extc- tamnente cuvind quiere stare, Cuando le fecha farura es desconoeida, se piece ha- PSELDO-ORIENTACIGN EN ELTIEMPO COMO PROCEDIMIENTOL..]. 267 La proyecci6n del paciente fue de unos cinco meses acabada la te- rapia, En ese momento —en el de la proyeccién— se encontraba en la consulta del autor para una revision de control. El propésito de la visita, por lo tanto, era explicar lo que le habia sucedido desde la tl- tima ver. Se le oftecié la sugestion (que rapidamente acept6) de que le gus- tarfa hacer un resuimen de su sittaci6n pasada tal como apareceria en la bola de cristal. El paciente tard6 unos diez minutos en hacer esta revision alucinatoria. Durante ella, sus manifestaciones emocionales fueron ms bien de interés y comprensi6n y no de temor, ansiedad y preocupacién, como habia mostrado con anterioridad. Después, se le sugestioné con a idea de que podia visualizar los acontecimientos subsiguientes —es decir, los correspondientes a los cinco meses pasados desde que acabé la terapia— en otra serie de bolas de cristal. Por lo tanto, podria disfrutar viendo el progreso des- velando cada acontecimiento tal como ocuttié. Bl paciente accedi6 entusiasmado y, a medida que vefa las esce- nas en las bolas de cristal, su entusiasmo y alegria aumentaban. Fre- cuentemente, comentaba excitado alguna escena o le pedia al autor que observase lo que sucedi Algunas de las escenas eran las siguientes (resumidas): 1. Estoy bajando por una calle. Voy a ver al doctor X [su médicol. No, no paro alli, Pienso: -Gracias a Dios, no tengo que ir alli otra vez 2, Estoy nadando y, mireme, voy a zambullirme de un salto des- de lo alto, 3, Mire, estoy pidiéndole al jefe un aumento. Me lo va a dar. Dia- los, no he podido ofr de cudnto se trataba. Eso no lo entiendo. [Se distrajo con algo.) 4, ‘Pero bueno! Ha visto usted eso? Es el caradura que siempre aparca su coche delante de! mio para que no pueda sali. Siempre me Cer que el sujeto mire a través de la ventana y describ lo que ve, y asi ese nos reve lari la hora del dia, a estén del ao y el lugar donde nos hallamos. Por ejemplo, lun sujeto nos descr un dit de comprs cle Navid! en ina cluded lejana 4, Se debe estar siempre alerta para evitar cualquier pensanvienso indebid qe pudisra romper tx orientiei6n psicoligien establee 268 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA hace esperar media hora. Alora le digo que se largue y pienso lo ino- cente que era dejando el coche donde és podia jugirmela. 5. Estoy en el cine. (Se le pregunté qué pelicula era.l zA quién le interesa? Yo estoy besuqueandome con mi novia. 6. Esa es otra chica. La llevo a una galeria de ane y después va- mos a cenar. Es guapa 7. Estoy dando un discurso a un grupo de hombres. Me pregunto sobre qué hablo porque antes he dado otro discurso y los confundo, No puedo ver bien. 8. He pintado mi coche y me he comprado un traje nuevo. Me ‘queda bien, Incluso lo llevo en el trabajo. El paciente no queria dejar de observar las bolas de cristal, expre- sando el placer de ver todos esos logros. En realidad, deseaba seguir describiéndolos. Sin embargo, se le reorient6 al momento actual y se le dieron ins- trucciones posthipnéticas para que tuviese una amnesia completa de todo lo que habia ocutrido durante la sesi6n. Se marché, quejindose de extrema fatiga. En la siguiente sesi6n, se us6 la misma rutina, Se le orienté unos siete meses en el futuro, a lo que dio una respuesta similar. Se le dijo lo siguiente: Segiin recuerdo, le vi la Gikima vez hace unos dos meses, Vino para informarme de sus progresos. Usted entrd en trance y visualiz6 bolas de cristal para darme informaci6n. ‘Ahora, suponga que esta noche recuerda las cosas que dijo y vio hace dos meses. No importa nada lo que yo dijese; recuerde s6lo0 las cosas que usted dijo y vio mientras me daba esa informacién. (Bl obje- tivo de esto filtimo era evitarle que recordase las instrucciones hipn6: ticas.) Ahora, revise todo es0. Algunos de los recuerdos se remontan a nuestro primer encuentro e incluso a momentos anteriores, los que ini ciaron el problema, Piense en ellos detenidamente y después comén- telos conmigo. Basicamente, dijo lo siguiente: PSFUDO-ORIENTACION EN BL TIEMPO COMO PROCEDIMIENTO [1 269 Cuando vine por primera vez. a su consulta estaba realmente hecho un lio, Parecia un nino Woroxo, No sé como me aguant6. El doctor X se merece una medalla dle oro por todo lo que ha tenido que soporiar. Me avergivenza s6lo pensarlo. Realmente no sé que sticedi6. Era como un suefo, pero ne lo era, ‘Todo lo que usted dijo se hizo realidad. Era un nino pequeno, después mayor y, a veces, las dos cosas a un tiempo. De alguna manera me hizo vivir mi vida de manera que podia verla, Realmente [a vi y la viv Entonces, me hizo ver las imagenes de mi vida en unas bolas de cristal. Estaha en bolas de cristal, Pero también estaba fuera viéndome. ‘Algunas de las cosas que vi eran hastante tristes. Pero, de hecho, yo es- taba muy triste también. Pero lo que realmente me gust6 fue cuando me dijo que Ie conta- se todas las cosas que queria hacer. Entonces, de alguna manent em pecé a hacerlas. No lo eatiendo porque debia estar en esta sala y n0 estaba, [Se le interrumpio inmediatamente y se le dieron insiruceiones hipnéticas para que dijese slo lo que vio € hizo, pero que no intenta- se entender la situacion} Bien, hice todas esas cosas. (Me sorprendié de verdad! Chico, me sentia realmente bien, Distiuté haciéndolas. Me quedé muy sorpren- didlo al invitar a esa chica a quedar conmigo. Es muy guapa. Y el aumento de sueldo fue de diez. d6lares. Cuando le dije a ese caradura ‘que quitase el coche de delante dei mio, se fo tomé como un hombre. | yo me senti como un hombre también! Tengo que ir a ver al doctor X tino de estos dias porque realmente estaba preocupado por mi. Su pongo que crefa en mi, aunque no me ayuclase. El paciente continué revisando todos esos logros con confianza y placer. Parecia que, para él, todos esos logros eran realicades absolutas. Cuando parecia que acababa, se le dijo que iba a ser hipnotizado. De esta manera, fue posible reorientario al presente, De nuevo, como ‘en la sesi6n anterior, se le dieron muchas sugestiones poshipnoticas para inducirle una amnesia de todos los hechos del trance. Todavia en estado de trance, se le instruy de manera ambigua de ‘que su prOxima cita iba a tener lugar la préxima semana, pero que podria ser asf 0 no; se le dijo que varios acontecimientos determina- fian la hora y la manera en que tendria lugar el encuentro. Sin em- argo, nos thamos a ver de nuevo con toda seguridad, si no durante [a semana siguiente, al cabo de dos meses. a AAR nan IPOUO LOGE 270 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA Se le despent6 con instrucciones poshipnoticas de que tendria am nesia y se le se despidi6 sin hacer menci6n a ninguna cita futura. Pa recia estar exhausto y absorto. La siguiente visita tuvo lugar ocho semanas més tarde. Trafa un traje nuevo y su coche estaba recién pintado. También habfa compra- do nuevas fundas para los asientos. Lo acompafiaba una atractiva jo- ven, una secretaria. Lo primero que dijo es que queria informar al au- tor de las tiltimas novedades de su vida. Dijo lo siguiente: Al cabo de una semana de la diltima sesi6n se sintié confuso y ex. tralo, pero al mismo tiempo tenia la sensaciOn- de que -iba a suceder algo bueno-. Entonces, un dia, en el trabajo, se puso a pensar en su prOxima cita con el autor, pero antes de que pudiera aclararse, le pidio impulsivamente a su jefe un aumento de suelo. No sblo se fo conce- did, sino que le dieron un cargo mejor. Esto le proporcions una tre- menda sensacién de euforia y confianza. Al salir del trabajo esa noche, en vez. de esperar en su coche al tipo. que le bloqueaha siempre el paso, le hizo una sefal y le invité a tomar una cerveza, Mientras estalvan bebiendo, fe dijo en un tono de vor. nor- mal: «Creo que ha estado bloqueanclome el paso durante mucho tiem- pe porque he sido un maldito mariquita. De ahora en adelante, maldi- (o bastardo, deje de hacerlo y témese otra cerveza de mi parte. Eso acabé con el problema del aparcamiento, ‘Muy euférico, cend en otro resiaurante esa noche, entabl6 una ‘conversacién con una camarera y le propuso quevar para salir. La ca rechaz6 la oferta, pero aun asi se fue al cine solo, Después, se mudé a una zona mejor. Durante la mudanza, tiré toda esas antiguallas que habia estado guardando durante aos. Lo tire odo a la basure., dems, en ese tiempo ingresé en un club de jévenes hombres de negocios y se las arreglo para hacerse con un puesto en la organiza ci6n. Sentia que habia conseguido credibilidad, Desde enionces, empecé a vivir una vida respetable, a disfrutar de las cosas como cualquier hombre normal, Me quité de encima t0- dos miis malos habitos. Fue facil una vez que empecé. Lo que pasaba ‘es que nunca antes lo haba intentado. Pero una cosa me condujo a la ‘otra y en vez de sentirme mai como solia pasarme, sali aluera ¢ hice To que del ‘Conoci a una chica en un baile y estamos saliendo juntos. Pero va~ PSEUDO-ORIENTACION EN SL TIEMPO COMO PROCEDIMIENTOL..J 271 ‘mos a esperar Un poco para ver si realmente estamos interesados en ir mds alls “Mi saluc es buena. Ya no le presto atencién a cada pequefo dolor ‘como hacia antes. Uno tiene que aguantar los resfriades, en vez de asustarse hasta la muerte. Algtin dia voy 2 ira ver al doctor X para que ‘me vea como realmente soy. Fl confiaha en mix Después de un rato més de charla, durante la cual no se hizo nin- giin esfuerzo por preguntarle qué es lo crefa que habia ocutride en relacion con el autor, se fue. De vez en cuando, el autor lo sigui6 viendo en los encuentros so- ciales de la ciudad. Dos afios después, todavia segufa en perfecto es. taclo mental y se hallaba haciendo planes de boda con la secretatia, Paciente B Este caso hace referencia a una conducta compulsiva de larga du- racion y circunscrita 2 una Gnica actividad. Bl paciente nos relaté que su madre muri6 cuando él tenia 12 aftos. Durante su infancia, su padre lo obligaba a visitar la tumba de su ma- dre todos los sibados, domingos y festivos a no ser que estuviese en- fermo. En algunas ocasiones, el chico desoy6 las Ordenes de su padre y éste respondi6 propinéndole monumentales palizas. Hay que decir que el padre habia caido en el alcoholismo a resultas de la muerte de Ja madre. Cuando el paciente alcanz6 la edad de 15 aftos, el padre le dio una de sus crucles tundas para recordarle que no dejase de visicar la tumba de su madre y, acto seguido, lo abandoné. Durante un afio, el chico vivi6 en e] hogar de un familiar poco amistoso hasta que deci- di6 apafarselas por su cuenta Durante quince afios, en verano o invierno, con tluvia, sol o nie- ve, continué con las peregrinaciones a Ia tumba. A veces, tenia que hacer un viaje de 15 a 20 km. Mas tarde, incluso llevaria los domingos 4 su novia al cementerio. En esos aftos, hubo periodos en que el paciente estuvo enfermo, ya causa de ello no pudo realizar sus peregrinaciones. Su reaccién 2 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA fue la de efectuar visitas extras durante la semana, Al cabo de un tiem- ‘po desarroll6 una compulsién que consistia en hacer una visita al dia, Cuando acudié a la consulta en busca de terapia, hacia un viaje dia- rio de ida y vuelta de 15 km. EI paciente habia intentado acabar con la compulsién limiténdola gradualmente hasta extinguitla. Al principio, probé a reducir la canti- dad de flores que llevaba a la tumba (ramilletes de diente de leon 0 flores de endivia que recogia en las inmediaciones del cementerio). En un par de dias ya sélo Hevaba una sola flor y, después, nada. Sin ‘embargo, se comprob6 que la compulsién hacia referencia s6lo a la visita. Entonces, intento romperla pasando en coche por delante del cementerio y volviendo ripidamente a casa. La docena de veces que habia intentado esta maniobra, te habia sobrevenido extrema ansie- dad, insomnio, pinico, sintomas gastricos y diarrea, de manera que todas las veces se habia visto obligado a hacer viajes nocturnos para cumplir su -obligacién- Su raz6n fundamental para buscar ayuda terapéutica era que le habian ofrecido un empleo muy interesante en una ciudad lejana y te- nia que decidirse en breve. Aunque tanto él como su esposa estaban descosos de hacer ese cambio, e! pensamiento de ser incapaz de rea- lizar su visita diaria a la tumba le causaba intensos ataques de panico. Ya que no disponia de mucho tiempo y su problema estaba muy circunscrito, se empleé hipnoterapia intensiva. Se demostr6 que era un sujeto hipnético excelente y s¢ le ensefd facilmente a desarrollar fenémenos hipnéticos. En un trance profundo, se le pidié que revisase sus innumerables peregrinaciones, los recuertlos de sui madre y la naturaleza de sus sen- timientos, particularmente su resentimiento hacia su padre. Para él era tuna tarea muy dificil y s6lo fue posible Hevarla a cabo en silencio. Consecuentemente, abandonamos este enfoque. ‘Tras este fracaso, se decidi6 desorientarlo en el tiempo y orien- tarlo sisteméticamente a dos semanas en el futuro, Esencialmente, se lus6 una técnica comparable a la empleada con el paciente A. Du- rante el proceso de orientacién al futuro, se le dieron instrucciones elaboradas para proporcionarle una sensacién de calma y seguridad ¢ inducirle un interés irresistible hacia cualquier cosa que el terapeu- ta pudiera decir a PSEUDO-ORIENTACION EN BL TIEMPO COMO PROCEDIMIENTO(..)_ 273, ‘Tan pronto como se le aseguré la nueva orientacién, empezamos tune conversacién informal acerea de su excelente desarrollo muscu- Jar, del que estaba muy orgulloso. Esto nos condujo alabar su capa- cidad para mantener sus principios de no beber, no fumar y llevar una vida de trabajo duro, limpia y ordenada Después de haber desarrollado esas ideas suficientemente, se le pregunté a modo de desafio, en un aparente espiritu de camaraderia, si tenia [a fuerza para mantenerse en pie como un hombre bajo un choque. Contest6 que podia aguantar «cualquier cosa que a un hom- bre pudiera ocurrirsele hacerle-. El atitor siguié diciendo que é! podria faclmente -tumbarlo- de -un buen porrazo». El paciente se metié per- fecamente en el diflogo y dijo que el autor no tenfa slo que hay que tener, Después de un poco mas de desafios mutuos, se le advirti6: -Es- cojt un sitio en el suelo donde caerse porque le voy a golpear fuerte y sin que se lo espere usted, Escuche, ahi va. jAhora escuche! Usted es Un bello ejemplar de hombre sano, vive correctamente, trabaja duro y se siente bien. Ahora viene el golpe. iEscuche! Durante dos semanas no ba visitadto la tumba de su madre, ni una sola vez durante dos se- monus. {Esti usted vivo, ¢8 todavia fuerte 0 ac ha quedado sin fucrzas? Ahora lo puedo tumbar con mi dedo mefique, ;verdad?. Muy sorprendido, respond: Seftor, cémo he podido dejar de ir Antes de que pudiese claborar esa pregunta, se le dijo enfitica- mente que lo importante no era el como, sino el becho de que habla dejado de bacerio y que abora podia sentirse feliz y aliviado de ba- berlo hecho. Sin detenerse, el autor continu con una discusion gene- ral de todos los problemas que conlleva un trastado, la biisqueda de la vivienda y el establecerse. Se le dijo al paciente que debia trabajar esis cuestiones hasta el iltimo detalfe, ya que se trataba de un pro- blema que requeriria de toda su energia. Répidamente, se le reorient6 a un tiempo presente y se le desper- {6.con unas sugestiones poshipnéticas para que desarrollase una am- nesia de todo lo sucedido durante el trance. Se le dio una cita para des semanas después y se le despidi6. (Sabfamos que en casa nunca se hacia menci6n de las visitas a la tumba de sur madre.) En esa segunda visita, el paciente nos informé de sus avances. Es- taba entusiasmado. Habia aceptado el nuevo trabajo y se estaba pre~ parando para trasladarse, En una semana, ya estaria alli, RRA RR ARR RE RAR ADRS c ¢ Cc C c | | | i | | m4 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE IIPNOTERAPIA El autor haba preguntado, secretamente, a la esposa del pacient qué habia hecho su marido durante esas dos semanas. Segiin ella, ¢l paciente habia estado volviendo a casa una hora antes de lo habitua., Por otro lado, los domiingos los habia pasado preparando el equipaje. Asi que el autor interrumpi6 al paciente para decitle: « PSEUDO-ORIENTACION EN Bt TIEMPO COMO PROCEDINIENTO [281 1a paciente describi6 la escena de la boda, la recepeién y el bai- le. Hay que decir que se qued6 pasmada cuando el autor le pregun- t6 si habia bailado con Ed y si habia sido el tinico que le habia pedi- do salir, La paciente respondi6, absolutamente desconcertada, que no entendia nada porque ella no habia mencionado el nombre de ese chico y todo lo denis. ;Como podia el autor hacer una pregunta tan especifica? Si, habia bailado con Ed, pero habia rechazado su pro- puesta para salir con él porque no era su tipo. Sin embargo, si aceptado la propuesta de otra de sus parejas de baile, Finalmente, se le record6 cual habia sido su propésito inicial para acudir a la consulta del autor. Su respuesta fue sencilla: Cuando vine a verlo estaba bastante enferma; estaba liadisima y le agradezco que me aclarase la mente antes de la bocla-, No se dio cuenta de que los mismos preparativos para la boda constituyeron su recuperacién, Desde entonces, hemos visto a la paciente en contadas ocasiones, pero sabemos que esta felizmente casada y que es madre de tres nifios. Paciente E En ef siguiente caso, la paciente no estaba interesada en seg ninguna terapia, En realidad, no sabia que necesitaba terapia, pero es- taba interesada en Ia hipnosis como experiencia personal, Una vez hipnotizada, nos dimos cuenta muy pronto de que, a pesar de pare~ cer que estaba muy equilibraca, necesitaba ayuda terapéutica urgen- temente, Se trataba de una estudiante de enfermeria de 19 aiios de edad, inteligente, guapa, agradable, pero muy frivola en la mayoria de sus actitudes, Demostr6 ser un sujeto sonambulistico excelente y, como hemos dicho antes, estaba muy interesada en la hipnosis. Como de- ciamos, pronto descubrimos que tenia un problema: una fobia a las fuentes de agua y a los jarrones de flores. La exploracién posterior ‘nos revelé mas elementos psicopatolégicos que ella confirmé en el estado de vigilia. Entre ellos estaban los siguientes: 1. La paciente aprendié a nadar bien cuando tenia aproximada~ mente 10 aftos. Sin embargo, por alguna razén desconocida no habia ¢ C ¢ C ‘ yOLIED CLIO Oud ps2 ESCRITOS POSTERIORES SORRF HIPNOTERAPIA sido capaz de nadar durante los diltimos diez afios. De todas maneras todas las temporadas iba al lago a nadar, se ponia el traje de baiio y ‘caminaba expectante por la orilla. Cuando el pie tocaba el agua, re- gresaba -a tierra firme corriendo y gritando, como resultado de un impulso inesperado y repentino. A unos veinte 0 treinta metros de la orilla recobraba la serenidad y avergonzada volvia a la orilla, espe- rando ser capaz de nadar un poco, peto el resultado siempre era la misma conducta impulsiva € incontrolable. Todas las veces que se acercaba al agua, lo hacia con la convicci6n de que no le iba a vol ver a ocurtir algo as 2. En més de una ocasion, habia aceptado la invitacion de jéve- nes pretendientes para ir al cine, Una vez dentro, solia zafarse de su ‘compaiieto y abandonar el local por una salida de emergencia para volver a casa sola. Si la cita era para cenar, al final de la comida, se excusaba para ir al lavabo y, en vez. de volver con su acompaiiante, se quedaba esperando alli escondlida hasta que el joven se marchaba enojado. Otras veces, se iba directamente por una puerta trasera, 3. Su actitud hacia el matrimonio como posibilidad para ella mis- ‘era de umarga inolerancia. Era tan intensa su hostilidad hacia el tema que evitaba hablar del mismo, excepto para declarar que ella lo rechazaba tajantemente y que en ella es0 era snormal-, pero que no tenia ninguna raz6n especial para detestarlo, 4, También se descubrieron otros elementos psicopatolégicos en su conducta habitual, pero s6lo salieton a la luz cuando la terapia hubo terminado. Cuando le propusimos llevar a cabo una terapia, fa joven accedié rapidamente, pero con la condicién de que solo se ia tratase del pro- blema de nadar. Flla no se dio cuenta de que la terapia en ese senti- do podia comregir el resto de desajustes. Iniciamos el tratamiento entrendndola como sujeto hipnstico. Dis- Fruté con ello, pero en lo que estaba realmente interesada era en la te- rapia. Decidimos emplear con ella la técnica de la regresi6n y aflor una serie de recuerdos reprimidos y traumticos. Algunos de ellos hacian referencia a: PSEUDO-ORIENTACION EN EL TIEMPO COMO PROCEDIMIENTO [..J 283 1. Cuando tenfa unos cinco afos, ella y su hermana de dos anos estaban jugando junto a una bafera lena de agua, mientras su madre se hallaba en otra parte de la casa. La hermana se cay6 en la baitera y la paciente luché para sacarla mientras gritaba intentando atraer a la madre. Cuando ésta lleg6, rescat6 al bebé, que se habia «puesto azul- y finalmente la paciente fue regaiada severamente y le dieron una azotaina por stirar a su hermanita al aguas 2, Bn la misma época su hermana se hallaba sentada en una silla alta y se las arreglé para ponerse de pie en la misma. La paciente la vio ¥ comi6 a través del sal6n con los brazos abiertos para evitar la caida. Legé tarde, justo cuando Ia madre enteé y vio caer a la pequefia mientras ella movia los brazos sospechosamente. De nuevo fue dura- mente castigada. 3. Cuando tenia unos seis aos, un vecino se presté voluntario para ensefiarle a nadar. El vecino creia que el miedo de los nifios al agua se vencia sumergiéndolos completamente. La paciente se asust6 muchisimo, luch6, grit6 y hasta mordi6. Su mala conducta otra azotaina, 4, Con mas 0 menos la misma edad, un vecino falleci6 y la pa- ciente fue enviada a casa de sus abuelos. Esa noche la paciente vol vi6 a casa y la desperté la tos de su padre (estaba postrado en la cama muriendo de tuberculosis pulmonar). Nerviosa por la tos, despert6 a su made y le explic6 que deseaba que su padre se muriese, Sin bus- car las razones de la paciente (cuando la gente se mucre va a casa de la abuela y le dan galletas y dulces y a pap le gustan las galletas y los dlulces; asi que por qué no se muere y va a casa de la abuela), la ma- die la castig6 severamente, 5. Cuando tenia unos ocho aitos de edad, contraviniendo las or- denes de su madre, intenté cruzar un riachuelo a través de un arbol caido. Resbal6, cay6, pero se salvé agarrindose al tronco. Después de gritar durante un buen rato, fue Finalmente rescatada por un hermano mayor, quicn después la amenaz6 con contérselo a su madre 6. Cuando tenia unos doce afos, ella y su hermana, que habian aprendico a nacar bien dos aos antes, fueron a nadar. El agua esta- ba tan fria que la hermana se puso azul, pero se negé a salit del agua a pesar de los loros y ruegos desesperaclos ce la paciente. 7. Debido a la experiencia anterior, se neg después a ir a nadar resulté en 24 BSCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA con sus hermanos. Uno de ellos la oblig6 a meterse en el agua. Ella luch6 furiosamente hasta que -casi se ahogan los dos. No recuerda haber nadado nunca ms. ‘Aunque Ia paciente revivi6 esas experiencias con una notable in- tensidad emocional, protesté diciendo que se trataba de recuerdos ol- vidados. Por lo tanto, segéin ella, debian permanecer en el olvido y declaré enfaticamente que no los iba a recordar cuando estuviese des- pierta. Mas atin, le pidi6 al autor que empezase con su terapia sobre su aversion al agua inmediatamente, pero de una manera sutil, de m: nera que no suftiese estrés emocional. Todos los esfuerzos que se le- varon a cabo mientras estaba en trance fueron initiles, como se de- mostr6 cuando la despertaron. En la siguiente entrevista la paciente estuvo definitivamente hos til. Declaré que habia perdido el interés por la hipnosis experimental; ‘que estaba interesada en corregir inmediatamente su problema «le na- dar y nada més, En estado de trance, confirmé esta actitud, pero de manera mucho menos hostil. Tambien afirmo que no queria recordar conscientemente ninguno de los recuerdos que habia recuperado pre- viamente mediante la hipnosis, ya que fueron olvidados una vez y debian seguir asi. Consecuentemente, aceptamos su peticiOn y se le aseguré que no se harfa ningtin esfuerzo para ello, tal como deseaba. Entonces, la desorientamos en el tiempo y la volvimos a orientar aproximadamente tres semanas en el futuro. Inmediatamente se le dijo que, ya que la terapia habfa terminado, sbamos a entrar en la 6l- tima parte que consistia en -probar los efectos de la terapia.. La opor- tunidad para ello estaba al caer. Ella tenfa vacaciones desde finales de julio hasta mediados de agosto. Por lo tanto, planeariamos cémo uti- lizar esas vacaciones para valorar su recuperacion. Por lo tanto, paciente y terapeuta disefiaron el siguiente plan, Iba 2 comprar un traje de bafio nuevo y una bolsa de seda impermeable suficientemente grande como para meter un paquete de cigartillos y unas cerillas, Tendria que levar la bolsa junto con el traje de batio du- rante los dos primeros dias si era necesario, pero probablemente po- dria prescindir de ella mucho antes. ‘2 PSEUDO-ORIENTACIGIN EN BL TIEMPO COMO PROCEDIMIENTO [J 285 Se le ensefiaron las cerillas y los cigarrillos, un paquete de Lucky Strike® donde el autor escribiria en su presencia: -Esto es realmente un golpe de suerte-, Envolveria cerillas y cigarrillos en un papel de celo- fan y los esconderia de su mente consciente hasta llegado el momen- to de usarlos. En ef lago, y a modo de actividad poshipnética, se Hlevarfa la bol: sa, se pondria a vagar por la orilla y nadaria hasta la plataforma flo- tante, Después se plantearia si debia sentarse de cara al agua o de cara a tierra firme. Una vez en la plataforma experimentaria el deseo de furar. Con ese clesco, meteria casualmente el pie en el agua y descubritia -acci- dentalmente- Ia bolsa y exploraria el contenido. Se pondria tan con- tenta que inmediatamente encenderia un cigarrillo, Después de la pri- mera calada empezaria a preguntarse cémo habian llegado hasta alli los cigarrillos, las cerillas y la bolsa misma, Al examinar el paquete ve~ ria la frase escrita en él. Preguntindose qué significaba eso, acabaria cl cigartillo, tiraria la colilla al agua y se dirigitfa a la orilla, todavia ex- trafiada por la frase escrita en el paquete, Después de Hepat a le uilla, se daria cuenta de que habia dejado los cigarrllos en la plataforma y volverfa a buscatlos. Al llegar a la misma, fe entrarian ganas de fumarse otro y asi lo harfa ‘Al fumar, recordaria de repente todo lo que sucedi6 desde el mo- mento en que se puso el traje de bat. La paciente escuché las instrucciones con mucha atencién y en- lamente lo que tenia que hacer. Después, mientras estaba todavia en estado de trance, fue -desorientada- de -la ultima parte de junio» y proyectacla a septiembre, como si acabase de entrar en Ia con- sult, Se le pregunté: -Bien, :qué le sucedid durante las vacaciones? Su respuesta fue la siguiente: Pui al lago. Cuando empecé a desvestinne para ponerme el teaje de hao, lo pasé muy mal. De repente, estaba muy despistada, Des- pués fi a la playa, me preguntaha por qué no habia nadie en fa pla- taforma y clecidi ie y sentarme en ella. Lo siguiente fue que me entra- 6. No«atment as de cigarillos, 1a pactente recleazaba las ona ce eololelelelolelelelolelelolelelolelelelelelens 286 BSCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA ron unas ganas de fumar tremendas. Entonces, todo suceclid como us- ted dijo. Fumé un cigarrilio y nad& hasta la orilla, pero después tave que volver para recuperar mis cigarillos. Después, empecé 2 recor. darlo todo sobre desvestirme y llevarme la holsa de seda y pensar en Ja plataforma y nadar hasta alli dos veces. Después, supe que habia so- lucionado mi problema para nadar y, luego, disfruté de la natacién to- dos los dia Ahora estoy de vuelta al trahajo y todo va fenomenal Se la reorienté en el tiempo y se la instruy6 para que obedeciese, hasta el timo detalle, todas las instrucciones recibidas en estado de trance. Con igual énfasis se la instruy6 para que mantuviese todo co- nocimiento inconsciente fuera del alcance de su mente consciente. Esta medica es muy importante y debe mantenerse hasta que pacien- te y terapeuta aprueben que los contenidos inconscientes se hagan conscientes. La paciente acept6 rapidamente esta instruccién, que, de hecho, ella habia pedido anteriormente. Se la despert6 y despidi6. Los cigarrillos y cerillas fueron envuel- tos en un pafiuclo y escondidos en su bolso. La visitamos de nuevo en septiembre. La paciente enti en la con- sulta con una alegre sonrisa y dijo: Bien, usted ya sabe todo lo que me ha sucedido durante las vaca: iones. Todo fre como usted dijo. Al final de las vacaciones me ext AE tanto con todo que me senté un dia a pensar y, de repente, me acordé de todo. Estaba muy confundida porque empecé con la cta que tuvimos a principios de junio. Tuve muchos problemas para situar cen cl tiempo eal sa diltima parte de junio- y después septiembre:. Me cost6 mucho actararme, pero fo hice. Al principio, la tltima parte de j nio y septiembre eran tan reales como cualquier owo recuerdo. Sal que no podia ser cierto, pero parecian reales, asi que tuve que esfer- zarme mucho. Peto también fue emocionanie e interesante, Cuando me aclaré, pude ver que esos recuerdos eran ideas del futuro, Ahi es cuando empez6 la cliversi6n, Empecé a recordar todo lo que sucedi6 cuando usted empez6 a trabajar conmigo, todo lo que usted indag6 y sac6 de mi. $i usted se ha divertido tanto trabajando conmi- go como yo recortlando y relacionando cosas, no tendré que pedire disculpas por ser tan testaruda y pesada, PSEUDO-ORIENTACIN EN FL TIEMPO COMO PROCEDIMEENTO [J 287 ‘Todo fue muy deprisa, Una manana empecé a interrogarme extra- jada por Jos hechos que recordaha y, después de la comida, me sex té y empecé a desenmarafarlo todo. y a fa hort de fa cena ya me ha- bia aclarado del todo. EI primer recuerdo de septiembre no era del todo correcto en al unas cosas. Lo que realmente sucedio empez6 en junio, después del iltimo tance, Empecé a organizar mis cosas para las vacaciones y lo primero que tenia que hacer era conseguir un traje de bafio nuevo. Bus. ‘aba uno especial, pero no sabia cémo lo queria entonces. No sabia que tenia que ser azul, Después, me cost6 muchisimo encontrar una bolsa de seda para enviarla a alguien en el extranjero, pero realmente no habia deciclido a quién, asi que me la quedé. Después, la perdi. Cada ver que la en. contraba la volvia a perder. El Gitimo lugar donde la encontré fue en la maleta que me llevé al lago. Puedo recordar todos los trucos incons- Gientes que me jugé la mente para mantener esos cigarrillos escondi dos dle mi mente consciente, Bien, el resto de lo que sucedi6 en el lago fue como usted dijo, exceplo que no puse el pie en ef agua desde la plataforma, Estaba preccupada por une una def pic. Pere el resto fue Cony unted dijo Pero todavia me pregumto qué sucedi6, porque logré disfrutar de la natacién, Pero ¢s0 no ¢s toclo. Después de recordar toclas esas cosas que us ted desentent6, supe que podria asumirlas, pero no sabia lo que tha a hacer, Tuve que esperar hasta llegar a casa, Se lo explicaré todo ahora, excepto algo que me guardo para miss adelante. Continus: Durante aos y aiios he querido darme un bafto caliente en fa ba- hem. Siempre que me disponia a hacerlo, llenaha la baiera de agua, ponia un pie sobre la superficie del agua y lo sacaha inmediatamente Sacuba el tap6n y me daha una ducha, La verdad es que me enfadaba conmigo misma, pero no poxlia dejar de hacerlo. Y si no habia ducha, me ponia de pie en la banera y me daba con una esponja. Ahora ya puedo bafarme en la bariera {Otra cosa! Ahora puedo conducir. Habta tenido que deplo por que adopté fa mala costumbre de cerrar los ojos y aumentar la veloci- dad, a veces por la ciudad y otras por el campo. Por ejemplo, siempre 28 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA cerraba los ojos para pasar por un puente, pero no lo recordalya hasta {que estuve en el Iago. Ahora ya no me pasa nada de eso. {Esos pobres chicos con los que quedabat Fse vecino que me Hlevé al agua y me hundia y no me dejaha salir. Bien, lo que hacia es dejar- me llevar fuera por esos chicos y después asegurarme dle que volvia, ¥ mi hermana Sis y [a silla! No podia soportar estar en un lugar donde hubiese un nifio pequeito sentado en una silla alta, Algunas de Jas enfermeras me Invitaron a cenar a sus casas y, sitenfan un niio en tuna silla alta, me daba la vuelta y volvia a casa, No sabia por qué. Aho. 1a ya no tengo ese problema. Y cuando Sis se puso azul siendo tan solo un bebé y ctiando fut. mos a nadar. Nunca después he querido llevar nada azul por esa ra- 26n. Pero, mire: primero me compré un traje de hario azul y después este vestide que llevo ‘Ademés, voy 2 la iglesia, Siempre he queride ir, pero no podia aguantarlo, Incluso estudié en un hospital catGlico porque yo soy pro- testante y asi me mantendria alejada de la iglesia. Y no es sélo porque tienen funerales en la iglesia. Hay muchas més cosas, pero usted ya se hhace una idea. Lo que no entiendo es por qué guardo todo eso en mi inconsciente y Ia complica ;C6mo puede ser alguien tan estiipido y cabezota? Y supongo que usted me va a llamar obstinada porque no fe voy a contar lo més importante de todo lo que me ha pasado. Pero esta vez tengo una razén paca hacerlo asi, Se lo diré la proxima vez que le vea. No la vimos mis hasta mediados de octubre. Cuando entré en la consulta dijo: Ya estoy preparada para contirselo, pero primero le voy a explicar otra cosa. Mi madre tuvo que trabajar muy duro mientras tuimos pe ‘quefios, cuidéndonos, cuidando a mi padre, ganando lo suficiente para mantenemos, Pensé que el matrimonio era horrible, solo problemas, trabajo y penas y que los maridos estaban siempre enfermos, Nunca salt de esa idea. Asi que ese mes visité a mi madre y tve una larga conversacion con ella, No le conté todo lo que usted me revelb sobre ‘mi misma; solo hablamos de cuando éramos pequelios y smi padre es taba enfermo. Ella amaba a mi padre y no pensaba que su vida habia sido tan mala, Olé le hubiese preguntado antes en vez de quedarme con esas ideas de nia en mi inconsciente. Asi que le hablé de Joe, de cémo ihamos de bien desde que volvi de vacaciones. Se puso muy PSEUDO-ORIENTACION EN EL-TIEMPO COMO PROCEDIMIENTO [J 289 contenta cuando le dije que nos vamos a casar el ao que viene. A ella nunca le gust6 que yo me hiciese enfermera y me pregunco por qué lo hice. Mi padre, supongo. Pero ahorst quiero un hogar y unos nifos y tun marido. ¥ quiero presentarle a Joe, esti esperande fuera, Mas tarde, volvimos a ver a la joven pareja en varias ocasiones an- tes de su boda. Cuando su primer hijo tuvo alrededor de un ao, el autor los visitd y se encontré con la madre de la paciente. Durante el curso de la visita, la madre, que sabia que su hija ha- bia sido paciente del autor y habia sido hipnotizada, expres6 su de- seo de tratarse de la misma manera. Inmediatamente, se le pregunto a la hija si le habia contado a la macire algo sobre sus experiencias hipnéticas. La respuesta fue que no. La madre se reveld como un sujeto hipnético excepcionalmente bueno y respondié ripidamente a las sugestiones de regresi6n en et tiempo. Se la hizo retroceder hasta el momento -cuando su hija tenia entre cuatro afios y medio y seis ahos, momento en el que sucedi6 algo que la asust6 muchisimo a ella y a usted: [Entre los epicodios que surgieron estaba el de ta hafiera. Eso ocu- rri6 -casi dos meses después de su cumpleanos: (del de la hija). De manera similar, nos explic6 los stcesos de la silla alta. La paciente te- nia entonces cinco afios y nueve meses. Lo demés también fue confirmado, la leccién de natacion del ve- ino, el episodio del funeral, incluida la azotaina por el deseo de muerte del padre, Aparentemente, la madre no sabia nada del acei- dente del tronco que servia de puente, pero records un episodio en ‘el que advitié con mucha insistencia 2 su hija para que no cruzase snunca, nunca por el tronco del riachuelo cuando hay viento. Se le dieron instrucciones a la madre pata que recordase todo lo que. sucedié durante el trance, Estaba realmente sorprendida por la recuperacion de esos recuerdos y ella, su hija y el autor pasaron un considerable period de tiempo hablando de esas situaciones. La madre mostré una buena capacidad para entender y se quedé muy tranquila al saber que el deseo de muerte: del padte significaba otra cosa, ‘Algunos meses después, la madre volvié a la consulta. El propési- informasen de si habia algo mas que debia to de Ia visita era que | OleOle lolelelelelololers Meleleleelelererelolelele 290 ESCRITOS POSTERIORES SORRE HIPNOTERAPIA hablar con su hija. Se la hipnotiz6 y se le dijo que recordase libre y cémodamente todo aquello de interés en ese sentido. Se le dijo que podia hablar con su hija sobre ello siempre que apareciese una bue- na ocasion. Una llamada telefonica posterior de la hija, unos meses después, nos informé que las dos habian estado recordando felizmente hechos del pasado y que ella tenia un recuerdo entiafiable de su infancia, La paciente ha seguido equilibrada hasta el momento. Su relacién con su madre ha sido feliz y esté muy contenta ¢ interesada por la educaci6n de sus hijos. Comentario general Quits, el principal tema de seflexién sobre estos procedimientos experimentales parta de la pregunta de c6mo unos logros fantaseados pudieron tener un efecto terapéutico tan destacado. Todos sabemos, por experiencia personal, cudn ficil es fantasear grandes hechos y cuan Iejus se quedan después lus seaidatles, Suele suceder que ki historia fantaseada es una obra de arte hasta que la ponemos sobre el papel, yun cuadro hermoso, tan claro para el ojo dle la mente, se convierte en tun manchur6a cuando tomamos lienzo y pincel. Sin embargo, debe- mos tener en cuenta que /ales fantasfas son fantasias conscientes que Tepresentan unos logros fuera de ta realidad, Para la persona que los tiene representan un deseo, una esperanza consciente. Las fantasias inconscientes, sin embargo, pertenecen a otra clase de categorias del funcionamiento psicolégico. No son logros comple~ tos en sf mismos, ni parte de la realidad, Mas bien son consiructos psi cologicos de varios gracios de formulaci6n, ante los cuales el incons- ciente se prepara para hacerlos realidad. No son significativos como simples deseos sino como intenciones reales cuando Megue la oportu- nidad. Por fo tanto, uno puede lanzarse a escribir una historia fanta- seada en papel, pero su mérito puede derivar de -tepentinos flashes de inspiracién que vienen de motu proprio a la mente», O un autor puede lanzarse conscientemente a escribir una novela y encontrar que sus personajes »no le siguen sino que se van por su cuenta- En todos esos casos, se hizo mucho hincapié en las fantasias de + PSEUDO-ORIENTACION EN EL TIEMPO COMO PROCEDINMENTO LJ 297 futuro, teniendo en cuenta que habia que mantenerlas inconscientes mediante sugestiones prohibitivas 0 inhibidoras, Haciéndolo asi, se le proporcionaba al paciente una serie cle ideas desconocidas para la mente consciente, Entonces, como respuesta a las necesidades y de- seos innatos de la personalidad total, el inconsciente podia utilizar esas icleas trasladéndolas a realidades de la vida diaria como conduc- tas espontéineas en las situaciones oportunas. Para ilustrar esta dindmica, citaremos un ejemplo experimental en el que un sujeto hipnético al que no le gustaba hacer ostentacion de sus conocimientos y que sélo hablaba ingles, se le pidié que recitara Die Lorelei. La (area formaba parte de un experimento sobre memo- ria. Al sujeto, que estaba bajo hipnosis, no se le informé de que esta- ba aprendiendo un poema ni que éste era en alemin. Después, se le sugirié una amnesia poshipnética de la tarea en cuestién. Al cabo de dos semanas, en un encuentro social, un colega del au- tor se ofreci6 para cantar y recitar varios poemas en polaco, austriaco, italiano, francés y espaol. Después de escuchar con creciente displa- cer, ¢l sujeto afirmé: -Yo también puedo hablar asi, diciendo stlabas sin senticlo- y recito Lie Lorelei. Para el entenclimiento consciente del sujeto, el poema no era més que un grupo de silabas sin sentido que se le ocurtié recitar espontineamente. Fue necesario rehipnotizarlo para que se diese cuenta de que no era asi Este experimento se diferencia de los anteriores en que aqui no estaba pensado que el sujeto diese una respuesta en la vida diaria. En realidad, se enseaé al sujeto mediante un aprendizaje especial y, des- pués, creamos una situacién, una oportunidad para que lo usase de acuerdo a sus necesidades personales interiores. En cuanto a los pacientes, se les proporcion6 unas comprensiones especiales para el futuro a nivel inconsciente. Las situaciones vitales que se les presentaron eran oportunidades reales de utilizar esas ideas de acuerdo a sus necesidades y cleseos, Los pacientes hacian de sus fantasias una parte de su realidad manteniendo la evolucién normal de las respuestas esponténeas en su vida, No eran necesarias las suugestiones poshipnéticas ni nada aparte de las propias respuestas del paciente ante su realidad. Mas avin, su conducta les parecia emerger de su interior y estar en relacién con sus necesidades y su situacion vital inmedi BSCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA Por lo tanto, el paciente A se hallaba pensando vagamente en la proxima cita con el autor y, de repente, experiments el repentino im- pulso de pedir un aumento de salario, el cual, a su vez, condujo @ una sctie de acontecimientos destacables. El paciente D no salié de su ho- gar paterno 2 causa de las conversaciones que mantuvo con el autor, sino porque queria hacer un vestido que deseaba llevar a la boda. El paciente F respondié a sus fantasias buscando un traje de bafio que inconscientemente pudiera satisfacer sus necesidades relacionadas con su pasado. Lo mismo sucedi6 con los otros dos pacientes. El tipo de fantasias con las que los pacientes consiguen sus obje- tivos es muy interesante y significativo, No se trataba de fantasias ela- boradas o grandiosas como las que se tienen conscientemente acerca de nuestros deseos. Eran fantasias que, para ellos, se atenian 2 lo po- sible, Por ejemplo, el paciente A era muy modesto cuando deseaba una salud simplemente normal, No deseaba ganar una pelea, pero ¢s- peraba ser capaz dle -pelearse como un hombre. Las ideas del pa- ciente B no giraban en tomo a visiones en las que lo promocionaban una y otra vez, sino que tenfan que ver con las realidades mondtonas de preparar et equipaje y trasladarse. 11 paciente C validaba sus fanta- sias con la observaci6n de una pequefia cicatriz y que su padre tenia inte gracioso-. Y la paciente D se veia a si misma en su fantasia no como una estrella en ef mundo del espectaculo, sino como una acompafiante feliz en una boda de una amiga. Y asi fue con todas las Fantasias acerca del futuro que experimen- taron ¢s0s pacientes, No dejaban volar su imaginacién, sino que se hacia una valoraci6n de las posibilidades reales de acuerdo a lo que entendian de sf mismos. ‘specular sobre la cuesti6n de por qué y como la «proyeccién en el tiempo- ha ayudado a estas personas es muy dificil. Uno no pue~ de més que establecer paralelismos con experiencias dle la vida co- mtin, Por ejemplo, la publicidad y los vendedores utilizan muchos re- clamos que estimulan fantasfas de futuro. Un ejemplo mas cercano a los casos descritos es el de escribir, después de mucha indecision, luna carta aceptando un nuevo puesto de trabajo. Una vez escrita, aunque todavia no se haya enviado, tiene la propiedad de suscitar ¢l sentimiento profundo de que uno ha sido aceptado irrevocablemen- te. De ello resulta una nueva orientacién psicolégica, que proporcio- PSEUDO-ORIENTACION EN EL TIEMPO COMO PROCEDIMIENTO [..]_ 293 na fuerza y que lleva a una reorganizacion de pensamiento y al pla neamiento. La redaccién de la epistola constituye la iniciaci6n de una zccién y, como hemos mencionado antes, una accién iniciada tien- dea continuar Para estos pacientes, aparentemente, el establecimiento de un es- tado disociado, en el que sentfan y crefan que habian conseguido ciertos beneficios, les proporcionaba una sensacion de que ya se ha- bian producido unos logros, y ello les terminé facilitando la reorien- tuci6n terapéutica deseada. O90 cae folenelerelel oo000000000002n d.OO0000009090 13 AUTOEXPLORACION EN ESTADO HIPNOTICO" Milton H. Erickson Introduccién, En este articulo expondremos con detalle una investigacién que lev a calvo un estudiante de medicina. Se trataba de un trabajo vo- Juntatio que él mismo propuso por razones intelectuales, aunque, en realidad, su inconsciente se hallaba buscando ayuda psicoterapéutica. La manera en que la tarea propuesta tenia que ser Ilevada a cabo, aparentemente para iluminar ciertos aspectos relativos a la hipnosis, era una forma de definir cémo queria ser tratado. ‘Aunque se intent6 evitar dar ninguna asistencia al estudiante, apar~ te de crear una situaci6n favorable, se termin6 dandole varias suges- tiones que, en definitiva, iban ditigidas a que pudiera finalizar su tarea Los resultados obtenidos por el estucliante sirven para ilustrar con remascable claridad: 1. Las obvias aunque no reconocicas motivaciones inconscientes y necesidaces que tenia el sujeto; 2, La separacion entre recuerdos conscientes ¢ inconscientes, 3. La posibilidad real de disociar fos elementos afectivos y cogni- tivos de la experiencia traumética; 4. Fl proceso de ta transferenci ciente a ta consciente. 5. Los profundos efectos de una sola experiencia traumstica re- primida sobre la personalidad y los cambios conseguidos mediante su reintegracion en la vida experiencial de la persona; y de recuerdos de la mente incons- + MoH. Erickson, Selfexploraton in the andl Espertimental Hypnos, 1955, 9° 3, p /pnonic states, en journal of clinical 49.57. 4) al arena ao 236 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOYERAPIA 6. Las numerosas aunque pequefas pistas, suministradas duran- te la ejecucién de la tarea, muy informativas de las significaciones implicadas. Establecimiento del problema experimental Uno de los miembros de un grupo de estudiantes de medicina de- mostraba un interés obsesivo-compulsivo por la psiquiatria y estudia- ba Avidamente todo lo que podia sobre el tema. En cuanto surgié la oportunidad, se present voluntario como sujeto hipnético, pero a condicién de que no se le hicieran preguntas personales o intimas. Se demostté que era buen sujeto experimental, capaz de desarrollar fe- ‘nomenos hipnéticos complejos, Después de unas semanas de trabajo con el grupo, al inicio de una sesi6n, el estudiante anuncié su deseo de aportar una cuestion de estu- dio especial para aquella tarde. Esta era Ia cuesti6n: la gente normal- mente olvida muchas cosas y, en consecuencia, no sabe que las ha ol- vidado. Algunas de ellas pueden tener una significacion pasada o pueden tenerla para el presente, pero que se desconoce. Pueden ser de menor o mayor importancia y de naturaleza traumiitica 0 no. Por lo tanto, zpuede darse el caso de que una persona se impon- ga la tarea de recordar un hecho olvidado desde hace mucho tiempo, vividamente y comprendiéndolo correctamente? Se le respondio que era una cuestiGn interesante y que se podia retirara la sala de al lado durante media hora y trabajar intentanclo re- cuperar realmente algunos recuerdos olvidados que pudiera tener. El teplic6 que habia estado pensando sobre la cuestién durante toda ta semana sin formular ninguna idea, pero que estaria contento de po- der dedicar media hora al asunto. Durante su ausencia, se habl6 de la cuestién con los otros estu- diantes. Cuando terminé la media hora convenicla, el estudiante regre- 86 y explicé que ahora pensaba que la tarea era totalmente imposible, porque era como intentar describir un higar absolutamente desconoci- ‘do para uno. Sin embargo, habia recordado muchas cosas, pero no se trataba de ideas olvidadas, sino simplemente de cosas en las que no habfa pensado durante mucho tiempo. AUTOEXPLORACION EN ESTADO HIPNOTICO 2 Se le propuso que podia pasar la siguiente media hora intentando recuperar un recuerdo olvidado de algo que habia ocurrido antes de ‘cumplir diez afios y en lo que no hubiera pensado en por lo menos quince aos.’ Media hora mas tarde, el sujeto informé de que la tarea habia sido Gn mas infructuosa que antes. Habia recordado innumerables cosas, pero se trataba de recuerdos en los que no habia pensado en mucho tiempo, aunque no eran elementos olvidados. Entonces pregunté si sodia intentarlo de nuevo, esta vez. en estado de trance. Se le res- pondié afirmativamente, pero que tendrfa que descubrir por sf mismo si podia o no llevar ta tarea a cabo. Se le hipnotiz6 profundamente y se le instruy6 para que revisase mentalmente su pregunta y sus dos intentos de media hora. Se le dio a su vez que pasase al menos diez minutos considerando la via- bilidad de la tarea. Después de diez minutos, el sujeto afirmé que todo el problema le parecia infructuoso. ‘Todavia en estado de trance, se fe pregunts si queria alguna ayuda © guia y replico que cualquier asistencia desmerecerta el propdsito de ‘su esfuerzo, ya'que esa ayuda dirigiria y asistiria en la recuperacién de recuerdos. Fl sujeto decia que su deseo era ver sital recuperacién de recuerdos podia Hevarse a cabo en el estado de vigilia 0 en el de tran ce y si una persona sola, con su propio esfuerzo mental, podia llevar- aa cabo. Se le dijo que no se le daria ninguna ayuda, pero que se le harian algunos comentarios para darle una oportunidad de finalizar la tarea con éxito. Dudoso, consintié en oft los comentarios y después de escucharlos los acept6 rpidamente. Los comentarios tenian como objetivo explicar lo siguiente: Ya que él estaba en un trance sonambu- Iistico y normalmente manifestaba catalepsia, no serviria de mucho mantener 0 suptimir la catalepsia, fa cttal era solo una parte incidental de su estado de trance y no parte integral de la tarea propuesta. Por lo tanto, levando a cabo Ia tarea, no se deberia permitir que se diese ninguna conducta como la catalepsia, pues interferiria en sus 1 Tod el énfasis de esta proputesta eecy6 en la palabra pod, con lo eal se fritaha de una migestion permisiva, Slo se Himitaba un poco el periods ce prace- dencia del recuerdo. folalatoteleleteietate sooronecacesnoose 298 ESCRITOS POSTERIORES SOBRE HIPNOTERAPIA esfuerzos. En ese sentido, su costumbre de mantener los ojos abiertos en estado de trance deberia ser tratada como la catalepsia. Debido a que iba a llevar a cabo Ia tarea en presencia del grupo, deberia reconocerla como silo suya y apartar a los dems de la mis- ‘ma; seria interesante llevar esto a cabo no dando respuesta de ningtin tipo al grupo. En otras palabras, se tenia que aislar del grupo. Puesto que los recuerdos olvidados le pertenecian, no deberia compartirlos hasta que tuviese la oportunidad de considerar que ese compartir era un problema separado y distinto, Por fo tanto, su tarea debfa ser un esfuerzo mental que ocurrirfa dentro de st mismo. Por otto lado, seria necesario tener en cuenta que, por ejemplo, cuando Ia tarea estuviera acabada, seria deseable que estableciese contacto con el autor para que le diese instrucciones para despertar 0 para cualquier otra contingencia que apareciese. Después, querria ins- tnucciones acerca de qué hacer con los resultados obtenidos. Por fo tanto, podfa, en cusiquier momento, dirigir preguntas 0 comentarios al autor. Después de repetirle los comentarios para que pensase en ellos en profundidad, el stjevo pregunto: «Como empiezo?. Se le respondié: «Es su tarea. Empezard esperando a que yo le diga la hora que es y, después, empezara a su manera, Mientras esperaba a que le diésemos la seftal de inicio estipulada, dijo: -Voy a buscar un recuerdo olvidado, tal como dije antes. Debe- tia ser algo que haya sucedido antes de que yo tuviese diez. aftos, como usted dijo, y que yo no haya recordado en al menos quince afios, Creo que es un problema razonable» Procedimiento experimental y resultados Se le dijo al sujeto que eran las 19,30. Se aposenté en una silla, to- davia en trance profundo, agach6 la cabeza y cerr6 los ojos. A las 19,50 dijo: Doctor Erickson, tengo la sensacin de que es toy llegando a algo, pero no sé lo que es. Estoy intrigado.. Se le con- testé: Gracias por decirmelo- Unos diez. minutos después pregunts si hacia calor o fii, Se le respondié: -Encuentro que hace tna buena temperatura. Agradable. AUTOEXPLORAGION EN ESTADO KIPNOTICO 29 Al cabo de unos cinco minutos anunci6: “Me estoy asustando, pero no puedo pensar en nada-. No se le dio ninguna respuesta En unos pocos minutos nos hablé de una escena de indescriptible terror que alaemé al resto de estudiantes de medicina. Con la voz en- trecontada, dio un grito ahogado diciendo: -Estoy asustado, muy, muy asustado, Me voy 2 poner enfermo. Pero no sé por qué. Pongame a descansar-. Se le dijo: -Quédese donde esté en su mente, pero descanse d rante unos minutos Inmediatamente se relaj6 y declar6: -Estoy terriblemente asustado, pero no puedo recordar nada, Bs de lo mas desagradable. Creo que me voy a poner enfermo, No deje que me ponga enfermo-. Se le dijo: -No sé lo que esti usted haciendo. Quiza ponerse enfermo forma parte de su tarea. Yo no le diré cOmo debe hacer su trabajo- Y se aftadi6: Quiere despertarse y descansar 0 s6lo descansar en el ance, en punto muerto, con el motor al ralenti, sin ir adelante ni atris’ El sujeto respondi6: “Si, de esa segunda manera Unos minutos después, pregunté la hora, y en cuanto se le hubo respondido aparecié la anterior mirada de intenso terror; le dieron ar- cadas, pero no lleg6 4 vomitar. Su respiracion era fatigosa y espas- médica, suis manos se abrian y cerraban convulsivamente, Parecia que se iba a desmayar de un momento a oto, De repente, dijo: qDescanso!. Inmediatamente se le dijo, «Aguante ahi, pero descanse-. De nuevo se relajo y dectaré: «Es demasiado grande. No puedo hacerlo. Digame como». Se le replicé: -No puedo decirle cémo, pero puedo sugerir algo. Usted dice que es demasiado grande. ;Por qué no lo divide, en vez de enfrentarse a todo el conjunto de una vez? Luego ya lo reconstruiré. Movié la cabeza, pregunté qué hora era y de nuevo manifest6, una vez dicha la hora, emociones intensas de varios tipos. Rabia, terror, ‘miedo, dolor, bisteria, odio, mareo, desesperacion, horror, agonia, se- giin identificaron los propios estudiantes intespretando las expresiones de su cara, El autor estuvo de acuerdo con todas esas descripciones. Finalmente se desarrollé Jo que parecia ser un estado de terror se- vero. la expresin dislocada, ta mandlfbula apretada, la respiracion di- ¢ t 300 ESCRITOS POSTERIORES SOMRE HIPNOTERAPIA ficultosa, los mésculos tensos, el cuerpo rigido y las manos cerradas con fuerza Después de unos dos minutos se relaj6, suspiré y dijo: Descanso. Se le pregunté cémo preferia descansar y respondi6: -Ya he em- pezado. Tengo los sentimientos. No sé qué recuerdo es todavia. Des- piérteme y déjeme descansar. Después, hipnoticeme y digame que acabe con el trabajo. Todavia tengo todo por hacer, Pero ahora tengo que descansar. Se le despert6 con instrucciones para descansar y tener una amne- sia de todo lo sucedido durante el trance. Se desperté secdndlose el su- dor de la cara y dijo que debia de haber comido algo en mal estado porque le dolia el estémago. Se levant6 y fue abriendo algunas venta- nas. Decia que hacia calor y que estaba preparado para oft al autor lo ‘que tenfa que decir sobre el tema propuesto. Después, volvi6 a su Tia, se sent6, pero al poco se puso de pie y pregunt6 a uno de sus com- paheros qué habia que hacer para la préxima clase de dermatologia, Sin esperar a que le contestasen, empez6 tna nueva conversacién con otro estudiante. Después de unos diez minutos, volvi6 a su silla, se sento, muro con expectacién al autor y desarroll6 un trance sonambulistico profundo. Se le dijo: -Usted dijo justo antes de descansar: “Todavia tengo todo por hacer". Ahora son las nueve en ptinto- Cerré los ojos y apareci6 en su cara una expresion de interés, des- pués una de diversi6n. Movi6 varias veces la cabeza como si mirase a un lado y al otro, Esto duré unos pocos minutos y después dio unas sa- ‘cudidas con la cabeza, manos y brazos. De repente, apareci6 una mi- rada de rabia en su cara, seguida de una breve sacuclida de su cuerpo. Después se puso rigido en su silla, hizo una mueca horrible, apret6 los puiios y se contrajeron los biceps. A todo esto le siguié una tremenda variedad de expresiones faciales como las descritas antes, con muchos movimientos de cabeza de un lado a otro y retorciendo el cuerpo. Después de unos diez minutos se desplomé exhausto en la silla y balbuced: Descanso Inmediatamente se le dijo: Quédese donde esti en su mente y descanse» Se relaj6 y dijo: Estoy en ello, Lo hice. Pero no sé qué hacer aho- ra, Me Jo tiene que decit o me olvidaré de todo. AUTOEXPLORACIGN EN ESTADO HIPNOTICO 301 Se le dijo: -Le puedo dar algunas sugestiones. Escuche atentamen- tc. Creo que ha recuperado unos recuerdos traumaticos que sucedie- ron hace mucho tiempo. ff afirmé con la cabeza] Usted lo sabe aho- ra en su mente inconsciente, aunque sti mente consciente no lo sabe, Recuérdelo todo en su mente inconsciente. Yo le despertaré para que ‘0 descubra conscientemente si es que quiere. éLe parece bien? Como afirmé con la cabeza, se le dijo que se despertase con sélo amnesia consciente y que descansase un poco. Después, ¢l autor ha- >laria sobre la experiencia. Se despert6, se quej6 de sentirse «completamente destrozados, en- ‘ermo», -cansado y scomo si me hubiesen dado una paliza AAadié: Juraria que alguien ha estado cndome patadas y puae- -azos por todo el cuerpo. Me duelen los gliteos como si me hubiesen pateado. Y me duelen las costillas. Me siento como si Joe Louis se hu- biese cebado conmigo- El sujeto fue a beber un poco de agua, volvi6 y pregunt6 al mis- mo estudiante acerca del trabajo de dermatologia, y de nuevo no es- pero a que le contestasen. Pased alrededor de la sala, empez6 € inte- rrumpio varias conversaciones, Estal detnasiac agitady, Finalmente se sent6 y dijo que se estaba haciendo muy tarde y que el autor deberia discutir Ia cuestion que habia propuesto al inicio de la noche. El autor empez6 resumiendo la cuestion que se habia suscitado ¥ después continué diciendo que el recuerdo olvidado, tal como él habia propuesto, estaria probablemente muy reprimido en la memo- ria. Por lo tanto, habia muchas probabilidades de que ese recuerdo derivase de un hecho traumético. En consecuencia, la recuperaci de tal recuerdo provocaria mucho malestar, dolor y tristeza. Ademés, las tendencias autodefensivas harian que la recuperacion fuese muy dificil y lenta. Con la hipnosis se produciria una recuperacion mucho mas rapi- da y las autodefensas menguarian mucho. Sin embargo, tal recupera- ccidn se limitaria a la mente inconsciente, Después, habria que discu- tir si la cuestién podia ser compartida por la mente consciente. Si podia ser asi, Ia persona tendria que experimentar mentalmente el trauma con todo el dolor personal que acompaia a la recuperacion del material ceprimido. GO loKelolelelolerelaloleleleterelelalelelara’ oo rQOQangdac Oc oo 302 ESCRITOS POSTERIORES SONRE HIPNOTERAPIA En su caso, habria que preguntarle si estaria dispuesto a recupe. rar esos recuerdos y dejarlos después en su inconsciente o si queri que llegasen a lo consciente. Por otro lado, hasta el momento él ha- bia querido trabajar su problema frente a toda la clase, pero queria que los demas viesen sus reacciones en el momento de hacer cons- ciente lo inconsciente? ¥ en ese caso, zquerria que los demas cono- cieran el contenido de ese material reprimido? Con respecto al método para conseguir un entendimiento cons- ciente, habia ciertas consideraciones a tener en cuenta. Quertia que todo ello irrumpiese en st mente consciente de una vez? No preferi- sabetlo poco a poco, con la posibiliciad de intesrumpir el proceso ¥ reunir fuerzas para continuar més adelante?

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