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LECTURA BIBLICA
Matutina: Santiago 1:26,27
Vespertina: Mateo 25:34-40
LA VERDADERA RELIGIÓN
Alguien dijo: “el acercamiento de una persona con Dios se refleja
en sus actos de compasión hacia su prójimo”. Esto es verdadero, según
la descripción profética del Evangelio de San Mateo, del juicio final, nos
dice que el Rey dirá a os que estarán a su derecha: “Venid benditos de
mi Padre a heredar el reino preparado para vosotros”, porque estando
en gran necesidad saciasteis mi hambre y mi sed; y me hospedasteis,
cubriendo mi desnudez, y también estando enfermo y en la cárcel, me
visitasteis. Mas ellos por ser tan buenos, ni recordaban y el Señor, que
conocía las tantas obras de bondad que habían realizado, les
respondió: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos
pequeñitos, a mí lo hicisteis”.
Según el pasaje de hoy se deduce que el apóstol Santiago, siendo
hermano del Señor, estaba bien relacionado con la creencia que el
verdadero creyente en Jesucristo, debe andar haciendo bienes y actos
piadosos con los oprimidos, como seguramente vio él a Cristo
realizando en muchas ocasiones. Por tal motivo hizo esta observación
en su epístola universal: “Si alguno piensa ser religioso entre vosotros y
no refrena su lengua si no engañando su corazón, la religión del tal es
vana” y continua describiendo cómo debe ser la “religión verdadera”.
“La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es ésta: visitar a
los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha
de este mundo”.
-Mirtha Almeida
LA VIRTUD
En el año 1952 una amiga escribió en mi libro de autógrafos, este
pensamiento: “Adora con santo anhelo, la dicha que el bien encierra,
que la virtud en la tierra es un reflejo del cielo”. Y lo considero
innegable, o indiscutible pues según el diccionario: “Virtud es
disposición constante del alma que incita a obrar bien y evitar el mal”.
En las mujeres se llama castidad que es: “Virtud opuesta a los afectos
carnales, sinónimo, pudor”.
Oremos siempre al dador de buenas dádivas que nos conceda:
“Potestad o poder obrar con virtudes e integridad de ánimo y bondad de
vida”, para pertenecer al grupo de los “Espíritus bienaventurados que
tiene fuerza para cumplir operaciones divinas”.
Existen cuatro virtudes cardinales o principales que son: prudencia,
justicia, fortaleza y templanza, que son principio de cada una de las tres
hermosas virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad. Cuyo objeto
directo es Dios.
En el pasaje bíblico de hoy nos dice el gran apóstol Pedro que :
“Todas las cosas que pertenecen a la vida y piedad, provienen de su
divina potencia. Porque nos llamó por su gloria y virtud”. Mostremos
pues fe, templanza, paciencia, temor de Dios, amor fraternal, porque
abundando en nosotros todas sus virtudes, haremos firme nuestra
vocación y elección y no caeremos jamás. Así viviremos
confiados, esperando el día glorioso y esplendente cuando aparecerá
nuestro Salvador Jesucristo para llevarnos a su reino celestial, y siendo
ejemplo para que muchos se sientan atraídos a vivir una vida llena de
virtud.
-Mirtha Almeida
EL PRINCIPIO DE LA SABIDURIA
Moisés el gran legislador y guía del pueblo de Israel, casi a las
puertas de Canaán, les recordó los derechos y estatutos para que los
guardaran, porque eran su sabiduría y su inteligencia, para que los que
les rodeaban, al ver su obediencia dijeran: “Ciertamente pueblo sabio y
entendido, gente santa es esta”. Y aunque tristemente la gran mayoría
no lo demostró, siempre hubo un remanente, como los profetas y reyes
que fueron fieles. Como dice el Salmista: “Alabaré a Jehová en la
compañía y congregación de los rectos”, a los que invita a gozarse con
la gloria de Jehová que es gloria y hermosura, buscada de todos los
que las quieren. Esto me recuerda a mi querida madre, porque el gran
amor de su vida fue leer la Santa Biblia, a lo que dedicaba la mayor
parte de su tiempo, pues para ella eran “más dulce que la miel”.
Ella descansó en el Señor hace años, esperando el día cuando “los
muertos en Cristo, resucitarán primero”, para que esto mortal, sea
vestido de inmortalidad para estar con Jesús.
Esta es mi esperanza, pues tengo ante mí un pensamiento escrito
en mi autógrafos con su puño y letra y de su propia inspiración que
dice: “Mi hija, la dicha más grande que pueda tener el ser humano, es
el temor de Dios”. Esto fue su experiencia personal, porque desde el
momento que escuchó la predicación del Evangelio, su alma fue llena
de dicha y felicidad con el temor de Dios.
-Mirtha Almeida
EL SILENCIO
“En el profundo del silencio está el secreto de la felicidad. Es el
poema eterno que no debe romperse con la disonancia de las vanas
palabras. Si no es para decir algo bueno, calla”. Y qué bueno fuera si
calláramos cuando suba a nuestra mente un pensamiento insano, o
aflore a nuestros labios una palabra hiriente o juzgadora, o un chiste de
mal gusto con palabras maliciosas que ofendieran el sentido de la
moral de los presentes, poniendo una nota disonante en la
conversación. ¡Cuanta amargura cuando nos damos cuenta que hemos
fallado! Rompiendo el silencio “donde está el secreto de la felicidad”.
Entonces como dijo un pensador, somos dueños de lo que
callamos, y esclavos de lo que hablamos. Así que debemos clamar a
Dios en oración ferviente, que nos ayude a refrenar ese miembro que
por ser tan pequeño se mueve fácilmente para gloriarse de grandes
cosas y encender un grande bosque y muchas otras cosas terribles que
menciona el apóstol Santiago que lo peor de todas éstas es que no
puede ser domada y está llena de veneno mortal . Como solos no
podemos, pidamos un guarda que nos ayuda a refrenarla.
El ejemplo perfecto lo dio Jesucristo quien ante sus acusadores,
maravilló al presidente con su sagrado silencio, cumpliendo la profecía
de Isaías: Angustiado él y afligido, enmudeció y no abrió su boca.
Digamos pues unidos a nuestro poeta O. Peña de la Presa: ¡Cuánto
dicen los que callan! ¡Qué elocuente es el silencio!
-Mirtha Almeida
Porque el que mucho habla, mucho yerra, asi que en las muchas
palabras, no falta pecado.
Jueves Noviembre 5, 2009
LECTURA BIBLICA
Matutina: Tito 2:1-10
Vespertina: Prov 1:7-9
COMO PEREGRINOS
Cuando miro a mi alrededor y me veo rodeada de comodidades,
doy gracias a Dios por sus bendiciones, pero nunca me han hecho
olvidar mi compromiso. Uno de estos días en mi oración matutina, me
sorprendieron estas palabras “Como peregrinos”, y recordé al apóstol
Pablo y su abnegación, como decía en medio de sufrimientos, “como
doloridos, ignorados, no teniendo nada, mas poseyéndolo todo”. En
toda circunstancia estaba gozoso, enriqueciendo a muchos porque al
recibir el llamado del Señor para usarle como “instrumento escogido”
para llevar su nombre en presencia de los gentiles, reyes e hijos de
Israel, comenzó su peregrinación, y por lo grande de aquella tarea,
escribió después: “Porque no tenemos aquí ciudad permanente, mas
buscamos la porvenir”. Siguiendo el ejemplo de sus antepasados
Abraham, Isaac y Jacob, porque como ellos esperaba ciudad con
fundamentos, el artífice de la cual es Dios.
Este fue el mismo llamamiento que hizo Jesús a sus discípulos
cuando dijo: “Id por todo el mundo” llevando el mensaje como
peregrinos, y ellos lo cumplieron con gozo. Por su obediencia, llegó
hasta nosotros el conocimiento del Evangelio y por consiguiente
obedecimos. Salimos en campañas de evangelización en un pequeño
vehículo con todas nuestras pertenencias, incluyendo nuestros niños
pequeños, como peregrinos, sin saber cuando nos trasladábamos de
un pueblo a otro, si encontraríamos lugar donde reclinar nuestra
cabeza. Y siempre el Señor nos suplió en todo.
Ahora que nos faltan las fuerzas, agradecidos le decimos al Señor,
gracias por sostenernos hasta aquí, esperando la recompensa celestial.
-Mirtha Almeida
NO PIERDAS EL RUMBO
Hace mas de 50 años un hermano que era fruto de la campaña de
Evangelización y Sanidad Divina en el pueblo de Mariel, escribió en mi
autógrafos este consejo: “Mirtha, dondequiera que Ud. se encuentre,
recuerde que su lugar esta en el cielo”. Al leerlo después de tantos
años, me sentí feliz considerando que el Dios misericordioso me ha
mantenido en su camino sin perder el rumbo, porque El me asegura en
su Santa Palabra que si al casa terrestre de mi habitación se deshiciere
(por medio de la muerte natural) tendré “una casa no hecha de manos,
eterna en los cielos”.
Aunque para adquirir ese hermoso hogar celestial nos dice un
pensador: “Hay una virtud muy preciosa, que necesita todo creyente
para entrar al cielo, la humildad». Así que solamente los manos y
humildes de corazón tendrán la entrada en ese reino glorioso de eterna
felicidad. Teniendo en cuenta dondequiera que estemos que nuestro
lugar esta en el cielo.
La parábola del hijo prodigo nos enseña que no importa los
pecados cometidos, cuando hay sincero arrepentimiento y humillación,
siempre habrá un perdón y franca entrada el hogar, y fiesta y regocijo
por el hijo perdido que regreso.
Si nos hemos entretenido, quitando nuestra vista de la meta que es
el cielo, hagamos frutos de arrepentimiento en humildad, diciendo como
el prodigo de la parábola: “Padre he pecado contra el cielo y contra ti,
ya no soy digno de ser tu hijo”, y habrá fiesta por los que habían
perdido el rumbo, y regresaron.
-Mirtha Almeida
ASPIRACIONES ALTAS
No busques en la vida honores pasajeros, ni títulos o halagos que
un mortal pueda darte, pues todo en este mundo es sólo una quimera,
que al despertar un día de esa falsa ilusión , sentirás en el alma un
vacío tan grande que llenará tu vida de una gran confusión.
Recuerda al gran Maestro Jesús el Nazareno, que en varias
ocasiones nos dijo dulcemente, para darnos ejemplo o pauta, regla y
modelo para seguir sus huellas preciosas en el camino de la sencillez y
la humildad, por la cual decía: “Gloria de los hombres no recibo” y... yo
no busco aquí mi gloria, porque la de este mundo es pasajera,
solamente anhelo la que tendré por siempre en un trono celeste al lado
de mi Padre, con millares de Ángeles y arcángeles que sin cesar,
alabarán por siempre su gloriosa majestad.
Al escribir estas cosas sublimes, me emociono y me parece
escuchar cuando el séptimo ángel tocó la trompeta las voces grandes
en el cielo que decían: “Los reinos del mundo han venido a ser, los
reinos de nuestro Señor, y de su Cristo: y reinará para siempre jamás” y
ver a los veinticuatro ancianos adoraron a Dios.
Alguien con ansias de cielo, escribió este maravilloso pensamiento:
“Muy lejos, allí cerca del sol están mis más altas aspiraciones. Talvez
no sea capaz de alcanzarla, pero puedo admirar su belleza, creer en
ellas y tratar de llegar a donde me guían”. Estoy unida con la persona
que escribió esa bella idea.
-Mirtha Almeida
EL MEJOR SEGURO
Hay infinidad de ofertas para seguros de vida que nos llegan por
correo, ofreciendo miles de dólares por solo una pequeña cantidad
mensual. Son ofrecimientos maravillosos que siempre hemos
rechazado porque gozamos de la bendición de poseer el mejor de
todos, que es la fe en Dios, nuestro Padre celestial y en su Hijo
Jesucristo Redentor y Salvador de nuestras almas, que nos ofrecen en
su Santa Palabra innumerables promesas de seguridad y protección en
esta vida: “Bendito el varón cuya confianza es Jehová” y la gloriosa
promesa de vivir con ellos en la eternidad, como nos dice el Salmista
en el bello salmo 91, dándonos aliento con estas bellas palabras de
protección: “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra
del Omnipotente”. ¡Qué lugar más seguro podrá existir en el mundo
para habitar que el abrigo el Omnipotente y poderoso Dios! Porque “A
su lado no hay temor, sólo hay gozo, paz, quietud”, como cantamos en
la iglesia alabando y honrando Su santo nombre.
Mi alma se llena de gozo y gratitud, por Jesucristo que vino al
mundo dejando su trono de gloria para por medio de su sufrimiento,
ofrecernos un plan de salvación, y estas palabras que son el mejor
seguro de fe: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, no
morirá eternamente, y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá
eternamente” Digamos como Marta “Sí, Señor yo creo que tú eres el
hijo de Dios”.
-Mirtha Almeida
EL TEMOR DE DIOS
El temor de Dios es algo imprescindible o que no puede faltar en el
corazón de un fiel cristiano, que desde el primer día de su conversión,
debe aprender que “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría”.
Y esto debe ir creciendo cada día en él, para conservarse fiel y puro,
ocupándose en su salvación con temor y temblor, como recomendó
San Pablo a los filipenses. También amonestó para que no hicieran
cosas para agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón,
temiendo a Dios. No quiere decir que hemos de estar
horrorizados y temblando, porque el amoroso Dios quiere que vivamos
tranquilos y llenos de paz, sirviéndole con devoción, por eso nos dice
así: “Oíd lo que dice Jehová hoy, no aprendáis el camino de las gentes,
ni de las señales de los cielos tengáis temor, aunque las gentes, las
teman, porque adoran dioses hechos por sus manos, que son llevados,
porque no pueden andar. No temáis de ellos, ni pueden hacer mal, ni
para hacer bien, tienen poder”.
Entonces digamos con el sabio Salomón: “El fin de todo el discurso
oído es este: teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es
el todo del hombre”. Y seremos absueltos en el juicio final, porque el
temor de Dios es el principio de la sabiduría.
Con su ayuda nos mantendremos en Él diciendo unidos al apóstol
Pablo: “Así que tomando el reino inmóvil o celestial, retengamos la
gracia por la cual sirvamos a Dios, agradándole con temor y
reverencia”.
-Mirtha Almeida
Una vida reverente ante Dios, nos dará franca entrada al cielo.
Jueves Noviembre 12, 2009
LECTURA BIBLICA
Matutina: Santiago 1:16-18
Vespertina: Filipenses 2:12,13
LOS QUEBRANTOS
Según el titulo de este salmo sabemos, que fue escrito al músico
principal por David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva.
Podemos imaginar cuál sería su estado de ánimo, huyendo de tan feroz
enemigo, que en más de una ocasión, trato de enclavarlo en la pared
con su lanza. La situación era más que difícil, pero él lleno de seguridad
clamó: “Ten misericordia de mí oh Dios porque en ti ha confiado mi
alma, y en la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen los
quebrantos. Clamaré al Dios altísimo, al Dios que me favorece. Él me
salvará de la infamia del que me apura”. ¡Cuánta fe y seguridad
mostradas, en una situación como la que estaba atravesando! Esto es
una bella demostración del temor de Dios que poseía, porque como
dice el proverbista: “En el temor de Jehová está la fuerte
confianza”.
Son innumerables los quebrantos que ese gran siervo del Altísimo,
tuvo que pasar. El figurativo de quebranto es, decaimiento, falta de
fuerza y su sinónimo pérdida, aflicción, pena. Los que hemos leído
muchas veces su historia, conocemos de sus grandes sufrimientos, que
algunos de ellos enumera este salmo, sin embargo decía: “Pronto está
mi corazón oh Dios, cantaré y trovaré salmos. Levantaréme de
mañana, alabarte he en los pueblos, porque grande es hasta los cielos,
tu misericordia”.
Hermano, si los problemas o situaciones difíciles han quebrantado
tu corazón, considera al Salmista diciendo: “Bajo tus alas me ampararé,
hasta que pasen los quebrantos”.
-Mirtha Almeida
UN MURO DE PROTECCIÓN
En la antigüedad todas las ciudades importantes estaban
amuralladas a causa de los enemigos. Nos dice el pequeño Larousse
que Havilah es un ejemplo de ciudad amurallada y se me ocurre que el
motivo fue, según nos dice la Biblia, que “el oro de aquella tierra es
bueno“, además había allí bedelio y piedra cornerina, que eran de gran
valor.
El antiguo testamento menciona muchas veces los muros
alrededor de Jerusalén, parte de los cuales conocimos en nuestro viaje
a la Tierra Santa, y también allí vimos el Muro de las Lamentaciones, y
las personas todavía acuden en sus problemas y sufrimientos a llorar,
buscando consuelo, supongo yo. Y además existieron los famosos
muros de Jericó que derribó Josué siguiendo la orden divina
rodeándolos por siete días.
En mi primer viaje a Alemania conocí el famoso muro de Berlín,
derribado ya, del que traje un pedacito como recuerdo. Aunque en los
tiempos bíblicos los muros eran símbolo de protección, éste fue división
y discordia para aquella gran nación.
Alrededor de cada creyente está Dios como un muro de protección,
y tal como las ciudades importantes de la antigüedad estaban
amuralladas para librarlos del enemigo, Dios nos protege, porque
somos importantes para Él. Nuestro enemigo común, el diablo, sabe
estas cosas y lucha denodadamente por penetrar y socavar ese muro
alrededor nuestro, y en ocasiones y por nuestro descuido, lo logra y
entonces comienzan a penetrar en nuestra mente las ideas que
destruyen nuestra estabilidad espiritual y ponen en peligro nuestra fe.
-Mirtha Almeida
NO RETROCEDAS
Retroceder es volver atrás, y es sinónimo de retrogradar. El Señor
Jesús puso este ejemplo parabólico a aquellos que deseaban seguirlo:
“Ninguno que poniendo su mano al arado mira atrás, es apto para el
reino de los cielos”. Porque a Él hay que seguirlo sin condiciones,
seguros y firmes hasta el fin, ya que el voto que hicimos aquel día
glorioso fue con el propósito de no quebrantarlo jamás. Por eso si al
pasar el tiempo, los problemas te están haciendo vacilar, detente si es
preciso para meditar y recobrar las fuerzas para jamás retroceder, y
continuar alegremente cantando: “La senda es estrecha mas la sigo”.
Según nos dice el diccionario, los escollos en el mar por ser
pequeños no se descubren, pero no dejan de ser muy peligrosos. Así
mismo sucede en el mar de esta vida, muchas veces hallamos escollos,
y aunque creamos que son pequeños, hemos oído mucho ha que las
zorras pequeñas son las que destruyen las grandes vides. Así que con
la ayuda del poderoso Dios, cuidemos que ni lo grande ni lo pequeño,
entorpezca nuestra mente de tal manera que extraviemos el camino
derecho, para tomar la vía equivocada, de los que aman el premio de la
maldad, que son aquellos de los cuales dijo San Pedro: “Porque mejor
les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que
después de haberlo conocido, tornarse atrás del santo mandamiento
que les fue dado”. Pero nosotros no nos retiraremos para perdición.
Seremos fieles para ganancia del alma.
-Mirtha Almeida
EL DÍA DE HOY
“El ayer ya pasó, y el mañana no sabemos si llegará”. Por tanto
debemos escuchar y obedecer el consejo de San Pablo que
parafraseando una de las profecías del príncipe de los profetas nos
dice: “En tiempo aceptable te he oído, y en día de salud te he socorrido.
He aquí ahora el tiempo aceptable, he aquí ahora el día de salud”. Esto
significa que no tenemos que preocuparnos por el pasado ni por el
presente, sino solamente por “El día de hoy” que fue el tema que recibí
en oración. Y me hizo entender que es la mejor forma para vivir
tranquila y feliz, sin remordimientos de lo que ya pasó, ni horrorizada,
con temores de los fantasmas que puedan aparecer en mi camino en
un futuro, talvez no muy lejano.
Hermanos amados, me siento responsable y quisiera tener buenas
ideas que puedan ser de ayuda a todos los que lean la devoción para
“El día de hoy” y con gran alegría, satisfacción y disposición agradezco
al misericordioso Dios por darles la preciosa oportunidad de ver un día
más, para aceptarlo como uno más de los tantos días de salud, que por
su gracia divina han disfrutado. Después siguiendo la recomendación
del Señor con una actitud positiva, dejando congojas, abatimientos, y
temores, esperaremos tranquilos y felices, cada día que Él en su gran
bondad nos depare o nos deje vivir aquí, hasta el glorioso día, en que
regresará para llevarnos con Él a su reino eterno.
-Mirtha Almeida
LEVÁNTATE RESPLANDECE
En una de estas mañanas en que amanezco pensando que no
puedo levantarme, dijo el Señor con gran autoridad a mi corazón:
“¡Levántate!” Así lo hice y al terminar mi hora devocional, y al escuchar
en un CD. el antiguo himno titulado “Su amor me levantó”, me sentí
como nueva. Y es muy cierto que cuando andamos en densa
oscuridad, cuando pareciera que no hay nada más que hacer, es
cuando el tierno amor de Jesucristo nos abraza y nos levanta, no
importando la densidad de las tinieblas en que un ser halla caído. Para
decirle como el profeta Isaías: “Levántate, resplandece, que ha venido
tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”. Y para más
seguridad le dice: “Porque aunque las tinieblas cubrirán la tierra, sobre
ti nacerá Jehová, y será sobre ti vista su gloria y andarán las gentes a
tu luz y reyes al resplandor de tu nacimiento. Y cuando suceda todo
esto: “Entonces verás y resplandecerás”.
¡Cuántas hermosas promesas! Que son para nosotros también, si
al escuchar el llamado nos levantamos decididos a resplandecer en
este mundo como luminares, llevando el mensaje de Cristo y el
testimonio de cómo nos rescató de las tinieblas, para traernos a su luz
admirable y librarnos del día ardiente cuando los soberbios y los que
hacen maldad serán estopa. Mas a vosotros los que teméis, nacerá el
sol de justicia, y en sus alas traerá salud. Porque así ha dicho el Señor
Jehová de los ejércitos, nuestro Salvador.
-Mirtha Almeida
ESCUCHA Y APRENDE
Es muy importante escuchar con atención para poder aprender. En
uno de los libros de la escuela de mi hija, había una lección que se
titulaba: “El arte de saber escuchar” y allí enseñaba a los niños, lo
importante que es prestar atención cuando nos hablan, escuchar con
detenimiento, para aprender, no solamente mostrando educación, sino
creciendo en el saber y dando ejemplo a quien nos habla de que
dominamos el arte de escuchar.
Muchas personas no han cultivado ese arte, y tristemente vemos
que han perdido lo más valioso, al no darse cuenta cuando el Señor les
habla, pues entretenidos en su propia conversación, no pueden
escuchar lo bueno que Dios tiene para ellos y de esta forma aprender.
Desde el año 1941, tenemos en los pensamientos de nuestra
iglesia, una preciosa advertencia, para que con sabiduría y prudencia
aprendamos a conducir nuestra conversación, diciéndonos: “Piense
antes de hablar, hable del bien y ore contra el mal”.
Me avergüenza pensar que al cabo de tantos años repitiéndolo,
una gran mayoría de nuestros feligreses, no haya aprendido a pensar
antes de hablar, para refrenar la lengua. Siendo esto algo tan serio,
pues como nos dice Jesucristo en su santa palabra: “Por tus palabras
serás juzgado y por tus palabras serás condenado”. Debemos meditar
profunda, y reflexivamente en estas cosas, porque si lo descuidamos,
estará en peligro lo más valioso que poseemos los humanos, que es
nuestra alma; a la que alguien le dio el título de “La joya de valor
incalculable”.
-Mirtha Almeida