VISTOS: Los presentes autos caratulados “J.O.S. S/ INFRACCION ART. 248 CPPYC”, Expte. Nº 1287, Año 2009, del registro de esta Cámara de Apelaciones en lo Criminal, a los fines de resolver el planteo de recusación efectuado por los Dres. L.C. y R.C., en el carácter de defensores del imputado J.O.S., respecto del Sr. Juez titular del Juzgado de Instrucción en lo Criminal y Correccional nº SEIS de la Primera Circunscripción Judicial, Dr. Alfredo Elosú Larumbe.- Efectuado sorteo por Secretaría para determinar el orden de emisión de votos, resultó que en primer término debe expedirse el Dr. Héctor Guillermo Rimaro, luego el Dr. Daniel Gustavo Varessio y, finalmente, el Dr. Walter Richard Trincheri. Dijo el Dr. Rimaro: Y CONSIDERANDO: I. El planteo recusatorio del Sr. magistrado instructor reconoce génesis en el decreto datado el 28 de agosto de 2009, refrendado por el Dr. Elosú Larumbe, por el cual se produce el llamado a prestar declaración indagatoria de J.O.S. II. La fecha de la audiencia a tal fin se estableció para el día 24 de septiembre de 2009, a las 10.00 horas, y fue notificada la defensa técnica y el imputado el día 31 de agosto del corriente año.- III. En la misma jornada y hora de fijada la celebración de audiencia de declaración indagatoria los letrados defensores efectuaron presentación por la que solicitaron la declaración de nulidad del acto procesal por el que se ordenó el llamado a prestar aquella declaración, extensiva también al requerimiento fiscal de instrucción (fs. 386/391 de los autos principales). El fundamento, en prieta síntesis, finca en que se considera a la descripción fáctica que se dirige al imputado "genérica, vaga e imprecisa", situación que -según sostienen los nulidicentes- genera grave afectación al derecho de defensa. Por lo demás, en aras de la brevedad, se hace expresa remisión al libelo defensista glosado a fojas citadas supra.- IV.- Con motivo de la nulidad impetrada, los letrados defensores solicitaron en la fecha prevista para recibir la indagatoria la suspensión del acto hasta que se tramite y resuelva la mentada nulidad (fs. 392).- V.- Esta última petición encontró respuesta por decreto que lleva por fecha el mismo 24 de septiembre del año en curso (fs. 393), pieza procesal a través de la que no sólo se ordena la formación del correspondiente incidente para sustanciar la nulidad sino que, además, expresa no hacer lugar a la suspensión solicitada. Esta última decisión se encuentra fundamentada en que al establecer el artículo 153, último párrafo del CPPyC, la vía incidental, no existe obstáculo para la prosecusión de los actos del proceso.- VI. Esa prolífica jornada en orden a la sustanciación de actos procesales (24/9/09) se completa con el planteo de revocatoria con apelación en subsidio que efectuó la asistencia técnica contra el decisorio que no hizo lugar a la suspensión del llamado a declaración indagatoria, acto que se concretó conforme a la previsión temporal del a quo.- VII. Sin perjuicio que el decreto denegatorio aludido (obrante en fotocopia a fs. 03 de estas actuaciones) alentó a la defensa a la incursión en el canal recursivo y en el sendero de la nulidad, pendiente éste a la fecha de resolución final, direccionó a la misma parte a plantear la recusación del Sr. magistrado de grado por interpretar, con cita de normativa local y supranacional, que su actuación no satisface los estándares mínimos de imparcialidad que exige el debido proceso legal.- Consideran los recusantes que el juez perdió su imparcialidad, circunstancia evidenciada al no hacer lugar al pedido de suspensión de la audiencia de declaración indagatoria no obstante haberse efectuado un planteo en el que se señalan graves vicios que impiden el ejercicio del derecho de defensa en juicio.- Se agrega entre los fundamentos de la pretensión de apartamiento que no se trata el realizado de un simple cuestionamiento a un acto procesal sino que es deducido sobre el acto más trascendente del derecho penal. También, la imparcialidad se manifiesta -según la defensa- porque la suspensión de audiencias es de práctica habitual y permanente en los tribunales por cuestiones triviales y, en este caso, se resuelve de modo distinto por tratarse su pupilo de un hombre público y conocido. La falta de impacialidad invocada se profundiza al decidirse el planteo en un lapso no mayor a diez minutos y notificarse vía telefónica la resolución adversa, inusitada celeridad que se vuelve a manifestar con la tramitación y resolución del recurso de reposición con el de apelación en subsidio en dos horas.- Integran la fundamentación defensista en pos del cese de intervención del judicante de grado otros dos motivos: a) que al sostener el a quo que la defensa parte de un error conceptual permite colegir que para el recusado no hay intimación defectuosa, en tanto las garantías están cumplidas, lo que obviamente implica -aseveran los recusantes- que tiene la decisión adoptada de rechazo de la nulidad impetrada y, b) que manifiesta el juez que el planteo es una maniobra dilatoria. En tal sentido, no repara en que la nulidad articulada es de las llamadas absolutas y, como tal, planteables en cualquier momento del trámite procesal.- VIII. La pretensión defensista encontró respuesta jurisdiccional a través de la resolución interlocutoria nº 1151/09, glosada a fs. 6/7vta. de estas actuaciones.- En esa ocasión el Sr. juez recusado rechazó su apartamiento por interpretar, en primer lugar, que el rechazo a la suspensión del acto de indagatoria obedeció a la vigencia de un principio procesal básico, cual es que la tramitación vía incidental de la nulidad impetrada no suspende la tramitación del expediente principal (cfr. art. 153 del CPPyC).- Luego el judicante, en relación al argumento de suspensión frecuente de actos procesales por razones triviales y la llamativa celeridad de sus decisiones, afirma que bajo ningún punto de vista puede establecerse que el respeto al Código de Procedimientos y a la celeridad del proceso puede tomarse como una señal de parcialidad. Alude luego a que él en ningún momento expresó que es un error conceptual de la defensa presentar una nulidad sino que lo es sostener -como lo hace la defensa- que presentarse a declarar como imputado implique consentir el acto; cuando una persona se presenta a declarar a tenor del art. 269 del CPPyC no tiene que consentir nada.- También se ocupa el a quo de aclarar que, cuando sostuvo que el imputado contaba con todas las garantías constitucionales, hizo alusión a las garantías que aseguraban los derechos del imputado en el acto que se aprestaban a celebrar. Por otro lado -agrega- la razón más elocuente de que no ha adelantado opinión alguna surge de la propia resolución que se cuestiona, toda vez que dijo que si llegara a prosperar la nulidad la afectación de los derechos fundamentales que se dicen vulnerados se vería desarticulada.- Finaliza el juez recusado su resolución advirtiendo que la actuación de un magistrado puede calificársela de equivocada o desacertada pero ello no constituye causal de recusación pues, el remedio a los vicios procesales y a los errores de derecho, debe buscárselo en los recursos previstos en el ordenamiento procesal. Ratifica su absoluta imparcialidad y objetividad para seguir entendiendo en la investigación.- IX. Con este sustrato se arriba a la celebración de la audiencia prevista por el art. 53 del CPPyC. A ella comparecieron tanto uno de los letrados recusantes como el Sr. juez recusado. En esa ocasión el Dr. R.C., amén de reiterar los motivos consignados en la presentación que inaugura estas actuaciones (fs. 1/2), adunó otros, tales como: a) que al resolverse la revocatoria con apelación en subsidio se impusieron costas (art. 492 del CPPyC); b) que el pedido de suspensión no es una maniobra dilatoria. Manifiesta en tal sentido que no es cierto -como lo sostienen medios de comunicación- que el proceso prescribe en el mes de diciembre porque el llamado a indagatoria interrumpió el curso prescriptivo de la acción penal. Abunda al respecto señalando que podrá compartirse o no la crítica a que la intimación es defectuosa, pero no es una maniobra dilatoria; c) que es errado sostener que la resolución no es susceptible de provocar un perjuicio irreparable a su asistido; d) que "…nosotros no decimos que no tenemos las garantías, nosotros decimos que es irregular o imprecisa la intimación; hubiese sido más fácil reformular el hecho, pero a partir de J.O.S. parece que todo es más confuso y más complejo…" y, e) que el juez al negar la suspensión adelantó opinión, conciente o inconscientemente adelantó lo que luego iba a resolver.- Todos estos motivos, señala el Dr. R.C., implican pensar en animosidad. Recuerda a la Cámara que en este expediente expresó, en el apartamiento del juez Benavides, que basta la mera sospecha. Entonces, interpreta, también hay suficientes razones para hacer lo propio con el Dr. Elosú Larumbe y que, aún en el caso que se rechace su pretensión, no se apliquen las costas.- A su tiempo, el Sr. juez de grado manifestó que hay dos extremos que se confunden. Uno es el planteo de nulidad y otro el efecto que pretende dársele a ese planteo. En este último aspecto pone el acento en que por el CPPyC no posee el planteo de nulidad efecto suspensivo. Esa fue la razón por la que no se suspendió la declaración indagatoria ordenada para el día en que se celebró.- Los otros argumentos, señala el a quo, son los mismos que plantearan los recusantes por escrito y a los cuales respondió, uno por uno, por la misma vía, con lo cual hizo remisión a lo manifestado oportunamente.- El magistrado finalizó su intervención en esta Alzada ratificando una vez más su absoluta imparcialidad y objetividad, señalando que de hacerse lugar a la petición se estaría violando el principio de Juez Natural (art. 18 de la Constitución Nacional).- X. Hecho este necesario repaso de los hitos procesales que desembocaron en la actual situación, se está en condiciones de resolver.- Las constancias vinculadas con la pretensión de apartamiento por recusación arrojan, como primera y central conclusión, que la negativa del juez instructor a suspender la audiencia de declaración indagatoria se sustentó en una razón estrictamente jurídica. Esto es así, toda vez que lo que lo motivó a resolver del modo que lo hizo fue una interpretación de los efectos del planteo de nulidad, a la luz del plexo normativo vigente, sobre los actos que estarían alcanzados por el vicio alegado. En otros términos, el Dr. Elosú Larumbe en el entendimiento que la articulación de la pretensión nulidicente no provoca la suspensión de los actos jurídicos vinculados con la misma decidió llevar a cabo la audiencia programada con suficiente antelación.- Su decisión, so riesgo de pecar por reiterativo, no luce teñida de subjetivismo o fruto de una valoración axiológica guiada por animosidad -como mencionara la asistencia técnica al finalizar prácticamente su exposición oral en la audiencia por art. 53 del CPPyC- sino, antes bien, en una visión asentada en derecho (art. 153, última parte, ibidem) -acertada o no- del efecto del planteo de nulidad.- Resolver continuar con la celebración de la audiencia, pese a la intempestiva presentación de la solicitud de declaración de nulidad, no constituye una decisión que ponga en duda la integridad de espíritu o la incolumidad del actuar del juez. La imparcialidad, cualidad esencial de la judicatura, desde una perspectiva subjetiva luce salvaguardada. Por otra parte, el mismo magistrado recusado así lo deja entrever sin dejar margen a duda cuando, al producir el informe en la incidencia recusatoria y, luego, en forma verbal ante esta Cámara, afirma su "absoluta imparcialidad y objetividad para seguir entendiendo en esta investigación".- Desde una perspectiva objetiva tampoco se observa mella a la imparcialidad del juzgador. Compartiendo las enseñanzas doctrinarias y jurisprudenciales -inspiradas sobre todo en la decisiva influencia de la incorporación del bloque de legislación supranacional con rango constitucional en nuestro país- que en el ejercicio jurisdiccional no sólo se debe ser imparcial sino parecer, las circunstancias del caso que nos ocupa razonablemente ponderadas no permiten abrigar atendible sospecha de que el a quo al decidir como lo hizo provoque afectación a la imagen que, por la alta misión que implica su investidura, debe cuidar permanentemente.- Coincídese con los recusantes en que el vicio que acarrearía la nulidad impetrada (sobre el que no corresponde expedirse aquí sino en la incidencia gestada al efecto) se dirige a un acto trascendental del procedimiento penal y, también, en que frecuentemente se suspenden audiencias por motivos diversos (vbgr. imposibilidad de comparecer un letrado), empero nada de ello socava en el subjúdice la imparcialidad del juez; éste, amén de estar facultado como director del proceso para ordenar la sustanciación de medidas de prueba o realización de actos de otro tenor, adoptó una decisión inmersa en el marco legal vigente. No existe precepto alguno que imponga al juez suspender la realización de actos tachados de nulos, sea que la pretensión se haya articulado contemporáneamente o no a la realización de los mismos. En todo caso, de prosperar la nulidad, los actos alcanzados por la sanción procesal carecerán de todo efecto jurídico. Por ello, es acertada la apreciación del juez recusado cuando alude a la ausencia de la cualidad de irreparabilidad del perjuicio, si éste existiera, que subraya el Dr. R.C. entre los motivos fundantes de su pedido de apartamiento.- Que en algunas ocasiones, frecuentes o esporádicas, se hayan suspendido actos procesales no es una razón que proyecte a dudar de la imparcialidad del Dr. Elosú Larumbe por no acceder a una petición semejante en el caso de marras. Tal vez, sin perjuicio de la razón estrictamente jurídica que brindara, pudo estar influenciada su decisión en alguna otra (vbgr. en el tenor de la investigación), pero nada fluye para intuir mínima sospecha de su recto proceder, observado desde las dos fases de análisis mencionadas supra.- Otro tanto cabe decir respecto al argumento que persigue el cese de la intervención del magistrado porque resolvió celeramente las distintas presentaciones de la defensa (la de suspensión de la audiencia y la doble vía recursiva intentada). Apartar al juez natural de la causa porque actuó aproximándose al ideal de justicia que la sociedad reclama no puede menos que ser rechazado sin mayores comentarios.- En el esquema analítico de otorgar respuesta a los motivos desgranados por la parte recusante en el orden en que fueron expuestos, toca ahora aludir al llamado "error conceptual" al que hicieran alusión los protagonistas de la incidencia. Emerge evidente de las constancias causídicas que la parte recusante otorgó una interpretación distinta a lo expresado en tal sentido por el a quo. Ello es así porque de la resolución interlocutoria glosada a fs. 5/vta. se desprende, sin mayor dificultad, que esa conjunción terminológica fue empleada en relación a que la citación a prestar declaración indagatoria no implica consentimiento del acto mismo y no, como coligen los recusantes, que se achaca error conceptual al planteo de nulidad mismo.- Por otra parte, en lo atinente a la oportunidad de planteamiento de una nulidad de carácter absoluta, no puede menos que compartirse la apreciación de los presentantes. Su introducción o resolución oficiosa puede operar en cualquier estado y grado del proceso (art. 151, segundo párrafo del CPPyC). Tan cierto como, al menos, llamativa elección del momento de formularla, justo cuando debía celebrarse el acto procesal notificado veinticuatro días antes.- Se tiene derecho, a no dudarlo, de presentar la pretensión de declaración de una nulidad absoluta en el momento que se lo considere conveniente, más ello no implica impedir que acuda a la mente (y se exteriorice) el natural razonamiento de por qué no se ejerció la actividad que se considera tan lesiva con anterioridad, de modo tal de evitar que el planteo pueda provocar perturbación en el normal desarrollo del proceso. Resulta entonces entendible que la formulación de la pretensión en el tiempo que se la realizó pueda ser considerada una acción dilatoria. Sin embargo, a criterio del suscripto, interpretando que más allá de la incidencia que sobre la regular tramitación del legajo en la jornada del 24 de septiembre ppdo. pudo tener (vbgr. retraso en la concreción del acto en el tiempo prefijado), el planteo fue suficientemente motivado en una razón plausible en los términos del art. 492 del CPPyC, circunstancia ésta que me lleva a propiciar que la desestimación de la recusación sea sin costas.- Sobre este tópico, en virtud que conforme se desprende del contenido del acta obrante a fs. 53/4 el letrado recusante persigue, además, que se dejen sin efecto costas ya aplicadas, cabe concluir que esa pretensión resulta improcedente por resultar inadecuada a tal fin la vía recusatoria. A todo evento, la parte en la medida de su interés debió interponer contra el pronunciamiento que decretaba las costas el remedio procesal correspondiente.- Queda por decir, en relación al resto de los motivos vertidos, que el hecho de negar el a quo la suspensión de la audiencia en modo alguno significa adelanto de opinión de lo que debía resolverse con posterioridad en la incidencia de nulidad. Resulta sumamente ilustrativo y dirimente al respecto que al tiempo de resolver sobre los recursos de reposición y apelación deducidos (pronunciamiento obrante a fs. 5/vta.) se manifestó que "en caso de prosperar la nulidad impetrada…", expresión que por sí sola denota falta de prejuzgamiento, juicio previo o postura asumida sobre la pretensión nulificatoria que conduzca a calificar de parcial, siquiera tornar sospechosa en tal sentido, la actuación jurisdiccional.- Por otra parte, el parangón que traza el letrado recusante con el apartamiento del Dr. Benavides en actuaciones estrechamente vinculadas con la presente incidencia recusatoria no resulta ser acertado, toda vez que difieren notoriamente los presupuestos en una y otra situación. El precedente citado respondió básicamente -y en prieta síntesis- a la idea de un no hacer o un hacer deficitario, mientras que el cuestionamiento a la actuación del Dr. Elosú Larumbe obedece a un hacer o, en todo caso, a un hacer sin que medie obligación legal de suspensión de la actividad procesal que ordenó oportunamente desplegar.- XI. La ponderación de cada uno de los numerosos motivos en que se apoya la pretensión en función de las particulares circunstancias del caso, persuade que no tienen aquellos la entidad que les asignan los letrados recusantes y, en consecuencia, según mi criterio, la pretensión debe ser rechazada. Esta postura es conteste con las directrices emanadas del Cimero Tribunal Provincial sobre la forma de efectuar la labor axiológica en relación a supuestos de pretensos apartamientos de los jueces naturales en el conocimiento y decisión de las causas que le son encomendadas. Así se ha dicho que "…tanto la recusación como la excusación deben ser interpretadas y aplicadas con la prudencia y rigor intelectual que impone su excepcionalidad pues, en virtud de ellas, el magistrado queda sustraído y liberado de la obligación que le da el carácter de la función para la que fue designado, que no es otra que la de administrar justicia” (cfr. C. J. Catamarca, marzo 1996, sum. 4 en ‘Jurisprudencia de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia Provinciales’, L.L. Bs.As.,12 de junio de 1996)” (TSJ, Res. Interlocutoria n° 61 de fecha 26/04/00, in re “Venezia”).- En la misma línea, calificada jurisprudencia al analizar la causal expuesta en párrafos precedentes sostuvo que “…En tal sentido, puede afirmarse y tal como lo reconociera la jurisprudencia más calificada, que la causal de prejuzgamiento que autoriza la recusación del juez se manifiesta cuando el magistrado anticipa indebidamente su opinión sobre el fondo de la causa, realizando consideraciones prematuras, o bien que excedan el marco del contenido de la resolución que debe pronunciar, más nunca cuando se expresan fundamentaciones de carácter necesario para decidir las cuestiones introducidas por las partes…" (L.L.1997-B. CNCrim y Correc. sala VI, marzo 12-996- Herrera, L.). También se afirmó que “…sólo se produce prejuzgamiento, cuando el juzgador, sin que el estado del proceso lo exija, anticipa indebidamente su opinión sobre el fondo de la causa, efectuando consideraciones prematuras o ajenas a la resolución que debe pronunciar, más no cuando se expresan fundamentaciones necesarias para decidir las cuestiones introducidas por las partes. (C. Nac. Crim.y Corr., sala 1°, 9/4/91, Torregrosa, Juan- IJ Documento N°:237686); in re “Garrafa”, Res. Int. n° 69 del 17 de junio de 1999).- Se advierte sin mayor dificultad que, en el subexamen, la resolución jurisdiccional de no hacer lugar a la suspensión de audiencia de declaración indagatoria guardó relación directa con el cumplimiento del deber de proveer la cuestión introducida por los recusantes, labor que por otra parte, insisto, no colisiona con normativa vigente. El magistrado instructor al dictar el acto jurisdiccional del 24 de septiembre de 2009 (tercer párrafo del decreto de fs. 03) no prejuzgó, es decir no emitió un juicio previo que anticipara el sentido de su decisión sobre la nulidad articulada.- "…Las opiniones vertidas por los magistrados en la debida oportunidad procesal, sobre los puntos sometidos a su consideración, de ningún modo autorizan la recusación por prejuzgamiento, toda vez que no se trata de opinión anticipada, sino directa y claramente del cumplimiento del deber de proveer a las cuestiones pendientes” (TOPen. Econ. N° Capital, “Sosa”, 26/11/92, LL, 1993-E-567, citado por Carlos Ríos en Inhibición y recusación, ed. Mediterránea, Córdoba, 2005, p. 67).- Tratándose la recusación de una herramienta procesal que reconoce la razón de su regulación positiva en la necesidad de preservar la plena vigencia de la imparcialidad de los encargados de administrar justicia, encontrándose esta excelsa cualidad indemne a pesar del pronunciamiento que se viera obligado a realizar el instructor para dar respuesta a concreto pedimento de la parte, el cese de intervención del magistrado carece de toda razonabilidad.- Ello es conteste no sólo con las constancias que entregan las presentes actuaciones sino con la restrictiva interpretación, efectuada con la mayor prudencia, que debe llevarse a cabo en consideración a la grave consecuencia que depara el acogimiento de un planteo de recusación. Nada menos que la claudicación de la garantía constitucional del Juez Natural.- En este sentido, tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación que (la recusación) “...es un mecanismo de excepción para casos extraordinarios ya que su aplicación provoca el desplazamiento de la competencia del magistrado y la modificación del principio constitucional del Juez Natural...” (Competencia n° 563, XXXVI, T:319:759, 30/4/96).- En tal contexto, resulta ilustrativo y de justeza meridiana aplicable al subexamen el siguiente pasaje del Cimero Tribunal Nacional: “…Es inadmisible la recusación que se funda en la intervención de los jueces del Tribunal en un anterior pronunciamiento propio de sus funciones legales, toda vez que las opiniones dadas como fundamentos de la atribución específica de dictar sentencia importa juzgamiento y no prejuzgamiento...” (CSJN.; “Duhalde, Eduardo A.” n° 99.260, rta. 07/05/1999; en igual sentido, CSJN, Fallos, 314:415; 244:294; 246:159; 318:286, entre muchos otros. Cita que suscribí en mi intervención como vocal subrogante in re “Dr. Vitale, Gustavo s/ Pedido E/A “González, Marisol s/ Homicidio Calificado por Alevosía...”, Expte. n° 330 – Año 2004 del Registro de la Secretaria Penal del Excmo. Tribunal Superior de Justicia de la Provincia).- En definitiva, propongo al acuerdo que la recusación del Dr. Elosú Larumbe sea desestimada pues no resulta atinado ni aceptable legalmente eximir al magistrado actuante de la excelsa labor que le ha sido confiada en base a consideraciones de parcialidad y prejuzgamiento esbozadas por la Defensa del prevenido, so riesgo de provocar indebida afectación a la garantía de Juez Natural consagrada constitucionalmente (art. 18 de la Constitución Nacional). Asimismo, por las razones vertidas supra, soy de opinión que debe eximirse del pago de costas por esta incidencia a los recusantes y rechazarse por impertinente la solicitud de revocación de imposición de costas en el marco de resolución de los recursos de reposición y apelación en subsidio. Es mi voto.- XII. A su turno, el Dr. Daniel Gustavo Varessio dijo: Compartir la relación de causa, los fundamentos y la solución propuesta al acuerdo por el vocal preopinante por lo que voto en idéntico sentido. Es mi voto.- XIII. Finalmente, el Dr. Walter Richard Trincheri manifestó: adhiero al voto emitido por el colega que lo hiciera en primer término, por coincidir con los argumentos. Es mi voto.- XIV. Por todo lo expuesto, disposiciones legales y jurisprudencia citada, esta Cámara de Apelaciones en lo Criminal, RESUELVE: I. DESESTIMAR la recusación con causa del Sr. juez titular del Juzgado de Instrucción en lo Criminal y Correccional nº 6 de la Primera Circunscripción Judicial, Dr. Alfredo Elosú Larumbe, introducida por la asistencia técnica a fs. 1/2, sin costas (arts. 18 de la Constitución Nacional, 53 y ccds. del CPPyC).- II. RECHAZAR el planteo de revocación de costas impuestas al resolverse sobre la procedencia de los recursos de reposición y apelación en subsidio por resultar ésta vía impertinente a tal fin.- III. Regístrese, notifíquese y, cumplido que sea, vuelvan las presentes actuaciones al Juzgado de origen.-