Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
com
MONOGRÁFICO GRUPOS COOPERATIVOS
“Lo fundamental es reconocer que los chicos necesitan apoyo”. “Lo fundamental es
tener mano izquierda con los chavales, es decir, ser paciente, saber escuchar y tener
empatía con los chavales”.
- Individualista: Cada uno va por su lado, sin que el trabajo de unos tenga
repercusión en el de otros. El profesor es el que sabe y transmite
conocimientos.
Los equipos de aprendizaje cooperativo tienen una doble finalidad: aprender los
contenidos escolares (cooperar para aprender, según R. Slavin) y aprender a trabajar
juntos, como un contenido escolar más (aprender a cooperar, según Slavin).
La filosofía de fondo es que el aula es un lugar que acoge a todo el mundo y considera
que todo el mundo es un miembro valioso de la comunidad y que por ello es digno de
ser ayudado si lo necesita. Detrás de ello está la noción de que las diferencias
individuales son valiosas, y de que a través del diálogo, la cooperación, la convivencia,
el respeto por las diferencias y la solidaridad, se aprende mejor.
En los contextos educativos de la escuela pública actual en el que conviven estudiantes
muy diferentes en todos los aspectos, la organización cooperativa del aprendizaje parece
la más idónea y eficaz (como han demostrado los estudios de Ovejero, 1990 o Parrilla,
1992). Favorecen el establecimiento de relaciones mucho más positivas (se fomenta la
simpatía, la atención, la cortesía y el respeto mutuo), que se extienden además al
profesorado y a la institución escolar en su conjunto.
Favorece, además, el aprendizaje de todos los alumnos, también de los más capacitados
para el aprendizaje. Además, esta metodología permite nuevas posibilidades al
profesorado como son la atención personalizada de los alumnos y la entrada de nuevos
profesionales dentro del aula.
Convivir es algo más que tolerar. Victoria Camps dice que tolerarse no equivale a
convivir sino todo lo contrario; se trata de creer que realmente es posible vivir juntos,
abrirse a los demás sin miedo, sin renunciar a lo que uno es, pero buscando y aceptando
las posibilidades que los demás plantean u ofrecen (cf. El malestar en la vida pública.
Grijalbo. Barcelona. 1996). Es una fórmula educativa, pues, totalmente opuesta al
individualismo (y no hay que olvidar el individualismo que hay en nuestra sociedad,
donde los otros son vistos como un obstáculo para conseguir los propios intereses), ya
que los demás son vistos como indispensables para el desarrollo y la propia existencia
personal (me acuerdo ahora de la fundamentación aristotélica, esa que dice que sólo
podremos ser plenamente cuando estamos bien insertados en lo social, en lo “pólis”
decía él). Por lo tanto, tienen que convivir sin miedo.
Cooperar, que no colaborar. Cooperar viene del latín co-operare, operare cum, cuya
raíz es el sustantivo opera, -ae, que significa trabajo, pero también ayuda, interés,
apoyo; es decir, ayudar juntamente con, ayudarse, apoyarse mutuamente, interesarse
uno por otro. La cooperación añade a la colaboración un plus de solidaridad, de ayuda
mutua, de generosidad, que hace que se consigan mejores resultados cuando además hay
afectividad en el trabajo y las relaciones. Por lo tanto, tienen que se solidarios
afectivamente.
Hay que repartir cargos y funciones, aclarando bien cuáles son las
Las mesas tienen que estar dispuestas para poder trabajar en equipo.
Dos principios pedagógicos importantes que constituyen las piezas clave del
trabajo son: la inexistencia de castigos y de evaluación (esto se contradice con algunas
cosas que escribo más abajo), y la realización de actividades deseadas por los alumnos.
Evaluación: Como nadie puede aprender por otro y el aprendizaje es una
responsabilidad individual, la evaluación final es también individual (y personalizada,
ajustada al compromiso de cada uno).
Cuando un equipo consigue lo que se había propuesto, puede hacer una celebración
que sirva para tomar conciencia de la importancia de haber conseguido un éxito, de
sentirse apreciados y respetados.
BIBLIOGRAFÍA:
Pujolás Masset, Pere (2004): Aprender juntos alumnos diferentes: los equipos de
aprendizaje cooperativo en el aula. Barcelona. Ediciones Octaedro.