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anb uaeD a¡¡b sol ap ügluldo tu!¡alDu ¡a¡¡rblent -l^oru la opol p d za4ello^ e ¡Bluorua¡ soü¡apod
Ua Eauo¡uldo sq ¡ptedsa¡ ¡p ¡a 'o|Iq9q ün ol[or EI '¡o¡¡a fap ugpe¡dare aluelpuarsapuoJ e[ oltror El
'orptr¡r8op goua{¡r orlJnw Iu l€!¡go opou¡ ap ou ,rapualua p¡¡rnrad anb o¡uaroe¡a un afn¡cur ou eo
anbunq 'ougap el 'spue¡alol q ap spE¡apupqe e) -u?ralol q áp o¡daruor 1a anb ap ug¡ceur¡¡e e1
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se¡q¡üoq ap pPpapos Pun ou¡o] augapo¡n¿ as anb -quau¡ala sg¡.u sq uol eprp qs alq¡ ?upD[dr¡ro¡
ugIJn¡BsuI p¡r3qu¿ €un sá enb ,e!¡auoseu¡ e.l q ¿^lnbsa as anb ol üoJ €¡¡reU¡psr¡dxa a$du¡or as
ou anb o¡ue¡ ¡eua'o¡rr¡r o¡ap peplarslurred ouor
'oqJaq aP sols¡odn5 sgrtr epuenlol 4$rupv 'up¡puaSua sauop¿npe ap
e as¡apr¡¡lxe aqap f apand 'alu¿lapp sgru sou¡a¡o odg ¡sa enb"lsplJuanlasúoJ ÉeI souaqps s,{,{,o[43
oruo) '¿nbunp /uglcEJuua^ ap alq¡ldarf¡rs olue{ur -auor ered ren¡le e asrrpr:ap apend,,ro.r.rt" ¡a e¡r
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a3 aBb s.rtu¿¡aJ¡p el anb 'esg€r¡ar enuera¡o¡ ap err ladpd ap eloq eun spuéd¿ úor qrf,ue¡alolul e[ ap
-aleu ua souaE Ip ,ugtqure¡ re3a,€e sot¡apo¿ ¿pue¡alol e[ e¡e¡pdas ,€$e otuoJ ugIJ¡rIJap pun
¡qdarv ugz?¡ q e auodo as anb ol üa lotsnfu! ol
'opqtunt¡e ¿q as aPuop a¡uaruep ue to¡¡a Ia ua epppunj ¿¡rua¡alp Eun se g¡alol as
-lualap sI,r¡I sorüa¡ezllgu¿ [¿nJ ol ¡ouprunq olual¡¡ anb o¡onb op o¡r¡nfard ¡a,oornla.rd un.rod epeurru
Jpuatue laP ssrdo¡d sEqlsqape¡sr sp[ ap u-op -eluoJ €.quan¡uo ag aluewq qosand,upueJalo¡ sI
-uqt ua o¡ua{¡r¿pr¡nt ns ¿¡¡uanrua ,¡{Jo'I/eso!3lla¡ ap ugplulJap Plsá e sou¡r.qrDsns sorúapod oN
e'pu"¡alot q ap odruw ¡ap oquap ¡¡duals ,sal
-ua8ra.qp sauo¡u¡do sll sa¡o¡¡e ¡É¡aplsue ap sof¿l 'qr¡o+s¡{ ú[ alua¡[EPs¡e]I.u opp,qÉouÉp ¿q ol ou¡ot
,{ 'o!¡e4üor Ia ¡od ln¡AI '¡o¡¡a ün eluaü¡sF¿sareu 'e¡ell3oq q ua ugp€u¡a¡¡ q e¡sprl esonFdsá¡ ugls
edn¡¡suor epuara¡¡p esa anb reraprsuoc o¡ca,rrol -ens¡d ¿¡¿u¡ e¡ apsop 4 uapand ,oso18¡¡at o¡¡nc
or lfnÉd?atEFflt¡¡ :úütecs la paz social y sur¡ealista en que Constantino divisó una cruz con
la norñ¿lidid
d¿ las reláciones comer€iáles- No en la famosa locución latina "in hoc signo vinces",
bdlde sabfan los bueAos pdncipes de la antigüedad $¡e le pemtitió agr€gar los eristianos a su6 legio-
qüe el aespeto por l¡s tradiciones de los p¡reblos neg.
conquistadoE, era tarantía de lealtad y estabili-
dad, noción que tuvo que recordar ¡nucho tiempo La mejor condición esbatégica del c¡ist¡anis-
despúég Nicolás Maqúiavelo en su katado El Prír- mo degeneró en una dificultad p¡ogres¡va para
cip¿. El impedo fornano constituye u¡ ej€mplo que los paganos y iudíos desar¡olla¡a¡r 9us cullos.
tfpico. la com:rnidad cristiana. radicada e€pecialmente
en las clases bajas urbanas. antes düramente hosti-
Sin errba¡go durante esta época la toleÉncia reli- gada por el Imperio Romano en sú kiste etapa
gíosa era de tipo horizontal e¡t¡e diveisos trupos formativa, viéndose ahota tole¡ada, con un arnplio
con distintd ctedos, y muy limitada, pues inter- poder y hacienda, y habiendo ¡ecibido múlti¡ks
nañente cada cledo tendla a most¡alse muy into- beneñcios iu¡ídicos y tributa¡ios, asume u¡ movi-
Ierante, castigando seveaamente la apostasf¡, la miento pendular y se tortra excepcionalmente in-
he¡eifa o el atefsmo, por eiemplo.T tolera¡te, tanto que muchos auto¡es, indüyendo la
mayoda de los dásicos, como Locke, co¡rsideran al
Ya en sus famosas M¿dif¿¿ioíee el sabio empe- catolicismo ¡oriano como la ve¡sión pa¡adigmática
rador pagano Marco Aurelio (quien gobemó Ro- de la intole¡ancia, y por ello afirmaba, paradóiica-
ma desde el6ño 16l hasta el l60denuestra era) que mente, que no debían se¡ tolelados ni el1o9 ni los
defu¡rdió los ideales estoicos que conducen j h ateos. Intole¡atrcia que se tomó ¿bsoluta al s€r
fulicida4 dedicó uno de los doce üb¡os que las adoptada por Roma como oficial la religión católi-
constifuían a la tolerancia; que en aquella época se ca.
ammodaba meior en la sociedad gracias al p¡edo-
minio de las religiones politelstas. Ciertamente De este ñodo, la lucha cont a las hereifus des-
hubo en la antigüedad muchas Bociedades toleran- encadenad¿ desde lá calda del Impe¡io ¡omano
tes, lo cual se deb¡ó principalmente al poütefsmo, (476 e.c.\ y^ presagjaba pa¡a Europa lartos siglos
como acabamos de decir¿ y a los inte¡eses come¡- de lnlolerancía. Episodios destacados de aquella
ciales, que todo hay que decirlo, pueg antes como intole¡áncia fueron las cruzadas en Tier¡a Santa o
ahora (poco después del R€nacimiento), ta¡nbién en Europa (catarismo), la gueÍa contra los infieles,
se dictaron muchas leyes de tolerancia. no por la expulsión de judlos (1492) y mo¡iscos (1609) en
con6ideraila un valor fundamental, sino en aten- la penlnsula lbética o la p¡áctica de las conve¡slo.
ción de inte¡eses económicos y políticos. Recuéi- nes forzosas ¡ealizádas en las pos€siones españo-
des€ el descalabro económico que significó pa¡a Ias en Am&ica, cuya nefasta i¡nplantación fue es-
España la intolerancia de los Reyes Catóücos que tudiada por ,u¡istas tan significativos como F¡an-
les impulsó a expulsa¡ a la comunidad iudJa de sus cisco deVitoria (Delñlb), o por FrayBartoloméde
ieinos, las C¿sa3, quierl reivindicando la conciencia del
abo¡igeD qúe sí eñ propieta¡io de un alma, darnó
Roma, no obstanle s¡¡ politeGúo, se ab¡e a la por su líbe¡tad p¡oponiendo la sustitt¡ción de su
tolerancia religiosa en el año 313, tras emitirse el trabaio servil medianle el subte¡fugio de la enco-
Edicto de Milá¡ se$ln el cI¡al los emperado¡es de mienda, por el de la esdavifud ¡t€gra, pues los
Oriente y Occidente aceptaba¡ la libertad de cút- ne8¡os sí que no tenlan alma.3
tos, lo que favo¡eció la expansión del cristianismo.
Sin er¡rbargo, no deberros cae¡ en la ingenuidad de Du¡ante la edad ¡nedia 1a9 ideas más avanza-
considera¡ que 9e rcivindicaba condescendiente- dagen ma heria de tolerancia fue¡on l¿s de Cuillermo
mente un b€neñcio para los cultos dive¡sos del de Occam (1300-1350) pues estableció una separa-
ronuno, pues en realidad aquello e¡a consecúen- ción tadicál entre la fe y ta ciencia, y la ¡etigión y el
cia, i¡n pago político, del apoyo miütar que la mundo, prepa¡ando el c¿mino al¡acionalismo cien-
cieciente y pode¡osa comu!¡ldad cristiana brindó a dfico y a la reforma ptotestante.e
Constanlino pam apartar del pode¡ a su desaforfu-
nado suegro Mateñcio y totnar su lnga! tras mo¡ir
áhogado en el Tíbe¡ en su vergonzosa ¡etirada.
Dé lú Ca$ qriAió posteriommte su IDsrúra y reivind¡(ó
Esta es la explicación de aquella famosa visión el¿lñ¿ de las lús negrcides, s¡n mbárgo áquell@ argü.
ñ€ntos h.¡ sido un g¡a lastre p¿ra sú búéna le@ldaciórr
erpeciálnente s¡ se to'Ú
en cuent¿ los gránd6 nérit6qúe
exhibió €n aqueld .al€ndrs.
7 Vq Kymlicka, w (196), fo¡io 211 y siguierte6- Ver tspi¡ar tátu{re (1981, tuüo É4.
1m NóvrEaBRE 1999
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-PmlPuseP B Pyapuat sand'sPusoP sol uo¡ ugpPla¡
ua aluaüpu¡á¡ul alup¡alot ¡as apand ugÉIla¡ EunS .sPuP4¡ar¡¡P squ
-u.ru ánb o!^qo 3g 'Ip¡stsa f ¿rpsglsalJa 'e)npl¡3op -o¡or sq ua esofr¡er pe¡aqll el ap ugpgtuqdrq El
q¡JuE¡elo¡ a¡lua a¡8u9slp orad 1(996I) ll ou?oqe^ ua so¡ruold uo¡eúJ Bluea¡,{suua¿ ,{ puqÁre¡
oll.fruol Ia ¡od EpqnluroJ esoÉ[e¡ pq¡aq{ ap
uglrúepapqf IXX úenfep (€g6t) É!t-t,t ln uam¿ ,, 2¿d ur { sotu¿luol
eqlJpua el ap s? ¿¡l e Pso!8{a¡ €puP¡¿lot ap s€¡n¡ .r¡¡a anb o¡oarua.r sgra epenb sq ou 'etu!ár¡ ual
-sod sel ¡tuauq¡alqe gldeJe p¡Il9l€t sr.sqSJ ¿'I -s!xe ol[or /o¡ad lF a4ua upF€fiot¡p as se6elSu!
sol 'sop e¡elqnq o[gs ls lopuauarl e.r¡a€ orlslpd
's€Irua¡a¡Ip sq ap úglre Fa[pe eI apldr¡4 anb -sap ns 'ugÉqar elos eun ¿¡a¡qnq er¡etq3üI uá JS
or¡s!^gelo¡ o¡¡q¡r un ou¡o¡ lsP /u9zu q ap pq¡aqll
q ap ppueudl[l q uo¡eJe¡sap sgruáp¿ saueFb :eruetsos a4ello^ sJIIgl
-er e¡rofero a¡qereprsuor eun eqero¡d apuop'ep
'e¡slpadoppua otuáTr¡!^ou¡ laÍ npassnou'alrqlo^ -up¡C u¡ e!¡rnJo ou enb ugperqrs'soso€¡¡ar so¡1nr
'naFbsaluoI I uo¡anJ saluelulsa¡dó¡ saFdpu.ud sol ¿p plruprálol El epeq e¡nt¡ede rofertr puri u¡
sns 'opEle.4 ¡¡s PasaP as ortro) sa¡uEf¡u¡es sol e
eluau¡e^¡sDep gfngr4 enb ¡oppt un ary saluelsa¡
¡ptp¡ aqap as lP¡r¡ q ugSas o.ro ap vpa.r q e epap -ord su¡ras ap pe¡r¡e,rn¡d q enb srEd alsr uo¡ ugp
-aqo anb ¡ernleu o3¡e ou¡o.l spDua¡eJrp sq ap u9p
-ela¡ ué ¡p¡orp sou¡eq¡p o¡ad /óg9I uá ¿pp¡oqqa
-sldaJe el ua opue¡lua i( 'opouasuor rorra ¡ap uoo anJ qr¡ue¡alo¡ ap ¿p¿ .raw.r.rd q ur.ro¡epu¡ ug
-ou q asoPu9uoPuPqe 'qDue¡alol q ap oluanueal
-uqda¡ [a €,wd uglJs¡¡sn¡¡ e¡ ap a¡¡ed rod rqnpaur 'sapepuo¡ne sq.rod sppe¡¡lol ¡es uplq¿p
anbotua un glüasa¡da¡ !s seu€umq epuapuor q ap ¡nb s?uosred spl e.qu¡ soale sol E u?rquel gfnpút
I o¡ua¡rn¡pualua ¡ap etu¡ouo¡n¿ pJ áp e¡prsa¡ Ig enb eu¡apou¡ p¿pa p¡ ap roprsuad raru¡¡d ¡a arg
'¿Jod? ns áp alualqru¿ Ip asopugtuqapp ,f op€¡sf
'I¿np!^Ipul ¡ap eso€r¡ar qoue¡alot q rod Z89I apsap asop
pp aql el ue¡€gep ue¡a¡punJuot ef
f ;Íb;ol;u -u¡¡u¡¡ap s¡ed ¡a reuopueqe g¡qap ua¡nb ,a¡i{eg arr
-olJf,€á¡ so8o8€Eap ap eserd ras e.rarpnd ypeqe¡ -¿Id ¿ry elJu¿¡C o^n| ¿nb plruE¡alol el ap atus¡rod
€l¡of€u¡ EI anb opualrüel olo IB oq¡a¡ap [¡p -rur o8o¡9ap¡ raurr.rd ¡X gg9¡ ua epru.udns oSani
ugp4rdutp q Ezelqlt uor g,(ode 's 8uI lelJos ,( l¿¡ '(s4ouognq) sa$¿¡serord so¡ qovq epe¡mr¡¡ anbtme
-aqfl olualr¡¡?suad Iap or¡s9p le '[[f.r I 'S'I lsetup¡al q¡¡uP¡alo¡ ap e¡atsgr¡¡le e¡flfga gun osnd¡ü (g69l)
-o¡ s9lu solüaF¡¿¡¡odtroc e ug¡rra4p ua osarSord salu¿N ep o¡4pg F ,EDup¡Í uA 'eso¡3!Is¡ q¡Ju¿¡
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sa¡euon¡pe¡ sop¡nfard so¡ e eqerra¡e as ugpqqod
iI'q¡rup¡alol q ap oulur¿t Ia ua r¡eqpzu€ e sop o¡ ugtrDu El áp pEp
-s¡|snll soldpu.ud sq anbun¿ o¡ad'X¡X s lap o3¡¿I -Jun s{ or8rlad ue auod esolS¡la¡ eJ¡our.¡¡¡ eun ap
ol e orlqod ou¡sppxrouap ¡ap f ¡eorauror our ugpn¡¡s¡ad eI (z o¡rx? ns áp o¡laug¡eqr( Iquarü
-s¡e¡¡der ¡ap sec¡¡rgrd sel 'ug-¡re.qsnlJ q ap spop! -eu¡aqng srl¡llod q ep so^neho soúerdns ¿sar
sel ap ugrsua¡xa u¡ ap ¡e o¡e¡eed ouau¡gt¡al un -uolue ¡od 'ue¡a fsuopel¡ o[uor[u¡ed lap olüans
-pa¡:' Ia f ugl]elqod ap olu¿urnB [g sted ¡s so¡qa¡
ary esolS{¡¡ qrtuprelol q áp u-olJPzl[e¡aueg e.I
-eo d E¡qo ep ou¿iú psol¿^ €¡6ar -¿E üp¡C ua sp¡slu
-r^IpJ sot 'oldu¡afe.ród- puolsetúor erfoutú ¿un
'?fa¡aq owo) P¡an8o¡{
ap ugprires¡ed ¿.1 (I :slllg¡Ill¡n 4uarue¡nd sauop
q P guapuor oI as €g9l ue f pepnp ¿sa ue opPg -E¡apFüoJ sop ep l¿¡auag ot ¡od '¿]&ns sornlosqE
-z¡¡[ anJ 'oul^lp) ap sr uot3qa¿ aouulstttll orp1r1su| serapod ap soganp f sela¡ sol ep ¿pr¡p¡epl e.I
e[ g]el¿ u?lqw¿l or¡¡or o¡ed 'plogpdsa ugIJIs
-mbq e¡ ap rrnq ap oSanl E¡qaul5 ua olse op€Jsnq . .se¡srre¡rn¡n o ser.€4eq
itqeq 'sBraf ap ppplu.r Ip ¿t d pepFq.q ¿rúIsFu¿s -sa uerqspr! ours 'splslnqlp s¡uozc ¡ ¡od a¡ueúeelJ
q ap eu!¡¡roP E[ epnP ue olsand opuarqEr{ ,s¡nd -a¡d ou 6op¿^l|oru anbune'el'up¡alot q ap ¡o etp
'so4o op oltroJ soun ap o¡u€t qDu¿¡alotr¡! q ¿q safa¡ f so¡ua¡ur.raou saldnDr¡ oqíq 'oE¡eqúa urs
-snF a€ anueflt^ ap ta^¡es le¡8¡I{Iol¡edsa oSolgat 'ugtrlslnbüI pl I ü9l3!la¡ ap sp¡¡.ná saldplqr¡ s¿l
Á or¡p9w ¡ap ouFs-¿p Ie 'satuqsalo¡d so¡ uoran¡ ols¡l}¡¡euf ap uo¡alsrd oúoJ 'Édomg ue la
ol u?¡qrq¿¡ ,sa¡uErálo¡nl s-sru 9ol upJe so¡Ilglec sol ua ¡un+qq{ e4p9¡d eun q ap uo¡apF{
^X's
a¡rb ap ¡o¡Ia Ia ua ¡asr orodu¡q soü¡eqap oN "puu¡alo¡u¡
¿u¡rota¡¡¿.quoJ e¡ d e¡ue¡sa¡o.rd €r¡¡¡ot¡ü e1
lizarse, pe¡o sl es entendible y útil que promueva ilustraciór! el enaialopedbmo e instituciones como
la to¡era¡rcia estatal respe€rto de ot¡os qrltos, sin la masone¡la, 6e comenzó a teorizar la tolera¡rcia
emba¡go aqr¡ella €lrddica continúa acenhrándo el algo riás allá del ámbito religioso, $tableci€¡do
fundautefrto dé la tolemncia €h el e.¡or: sú principal furdamento en la aulonornía de la
¡azón humana. Obviamente los fllósofos de esta
además debe distingüirs€ siempre entre el error y última época muestran sensibles difurencias con
e[ earado, au¡que sebate de pe¡sonás vlctimas del .espe¿1o a sus teorías, sin emba¡go todas ellas
er¡or o de la falta de conocimiento de las cosas pasan por el mismo crisol del racionalismo y de la
viñq¡ladas con valores ético-¡€ügiosos. ¡ autonoÍria de la conciencia, lo que en el fondo
entrañá también la noción del libre albedlo.
Cab€ concluii, sin duda, que de u¡ra aulo¡idad
dogmática nunca podrá obtenerse un concePto útil
de toleranci¿, puesto que el do¿pra y ella son in-
Iv- Fúrdamento de la Tolerancia
compatibles.
El p€queño repaso histérico que se hüo en la
En la actúalidad se ha dicho con algln funda- sección ante¡ior perlnite comp¡ende¡ con mayot
mento que, mi€rt¡as existan libe¡tad y Phrfalismo facilidad cuál puede se¡ el centro de g¡avedad del
en un régimen de¡nocrático,la tole¡ancia se mani- concepto de la tolera¡cia, y que es casualÍtenle el
fustará de modo autónomo y natural,l'sin emba¡- que perñite abifulo hacia área9 diver6as de la liber-
tad de culto religioso. Con lo que hemos examina-
99 loe gobiernos han estimado conveniente esta-
blecer 1¿ toletancia rcligiosa como u¡ p¡incipio do hasta ahora, enconhamos lias situientes ofuas
constitucional positivo. Dürante el Período fra¡- de fundañenlo de la tolerancia: 1) la condescen-
qubta, el "Fuero de los Españoles" disponla que dencia con el error aieno; 2) la aceptación de las
diferencias naturalet sin caüficarlas; 3) la simple
nadi€ seú ñolgtado por sus creencias o Por el prevalencia de la aplicación de la máxima de o¡o;
erercicio púvado de su cnlto. No se perñitirán 4) La libertad, la libertad d€ conciencia y la ¡u:ono-
ot¡as cercmonias ni manifestaciones que las de la mía d€ la ¡azón; 5) la ausencia de certezas en el
iglesia caróIica, conocimiento no ve¡iñcable. Adveitimos qúe est¿
selección de ptoposicioñes que hemos colocado no
lin e;bargo desde 1967 con la promulgación de la p¡etende s€¡ completa ni cor¡ecta, ni siquiéra que
denominada Ley de Libe¡tad Religiosá, la evolu- pueda categorizalse ¡¡nifofinemer¡te, ni muest¡a
ción de la tolerancia ha aido constante en España, una í¡cesió¡r dracrónica, pero rcsulla apropiada
contándose aho¡a con la Ley Orgánica 7/ 19E0, de pata núestfos efectos €xpositivos.
5 de Júlio, de Libe¡tad Reügiosa, que desarrolla el
d€recho fundaúental a la libertad religiosa y de En primer lugar debemos rechazar que el fun-
cullo del arfculo 16 de la Consütución Española, dañento de la toletan ci'a seala cofiilesNen¡l¿ttcís cott
planteando un aspecto impo¡tante en 9u áñlculo el ntor, ptesto que tal afirriacióL como se ha
7.1 al posibütar la susc¡ipción de ac,ue¡dos o con- reile¡ado va:rias v€ces a havés de la exPosiciór!
venios de coope¡acióñ enbe las confesiones acató- pa e de ún p¡eiuicio probablemenle dogmático en
licas y el Estado.6 la mayor paaté de las hipótesis, y que cae indusive
e¡r el fánatismo como obnubilación de la razón que
Listo este suci¡to ¡epaso al P¡oceso histórico es. No debemos ser tolerantescon el error ajeno,lo
que ha enhentado el concepto de la tolerancia, que ocr¡¡re es que sencillamente no nos encontra-
podemos recapitular entre otras cosas, que el con-
mos en capaodad de sostene¡ que la diferencia
cepto de la tolerancia no se ma¡úfestó en la anti-
ajena se trate de u¡ error. Sálvando los llmites de
gúedad coño consecuencia de la volúntad Polltica
ahiuista, sino más bieñ po¡ razones utilita¡ias (paz
ia tole¡aneia, que más adelante anal¿aremos, el
ámbito .ubie¡to po¡ la tolerancía es el de las oPi-
social orden); que el fortalecimiento de las ¡eligio-
nes monot€lstas agudizó la intolerancia, susten- niones e ideas, qúedardo excluido apatentemente
tándola en co¡rsiderar error la diferencia ajena; que el campo del codociñienlo veriñcable. pues €n
el dogea y el fanatismo peÍmitieron remontar Ia estas hipótesis sl podrlamos hablar de er¡or com-
intole¡ancia hásta límites i¡rsosPechados y que, probable positivaqrente. Aho¡a bie& volvi€ndo al
tr¡s la refoma protesta¡te y el ádveñimiento de la error, si se hata de iuicios acerca de opiruones o
ideas ajenas dife¡entes, no erdste ningún mélodo
que permita ac¡edita¡ con ce¡teza la cor¡ección o
13 Ver F€ts{her (199ó), fotio 123.
inco¡rección de úna opinión. tas habrá más 6ensa-
lt ver in extens, Tomás y v¡liente (19ú).
15 Ver tüdán Vill¡oFpa (1996), folio 130. tas, y menos sensatas, las más complejas y las más
obliga a tener riotivaciones éticas para adr¡iti¡ compone uÍa socieda4 sean admitidas como
la tole¡anda como válida en la sociedad; sin legítimas y válidas.
embargo el concepto modemo de tolerancia
adriite la duda metódica señalada en cuanto a Es responsabüdad de un gobieÍro esclarecido
la incerteza del conocimienlo no demost¡ativo, promover políticamente la formación y educa-
y además busca sihra.rse en un p¿tros ético, pot ción de sus ciudadanos para qúe no se pie¡dan
lo que el fundamento d€l concepto de tole¡alr- en las sendas del fanalismo ydel dotmatismo,
cia tiende a se¡ bif¡onte. que indefecliblemente conducen a la intole-
rancia.
La tendencia moderna, y lo que permite el
ordenamiento jurfdico. es que la tolerancia Podría en consecuencia definirse la tolerancia
opere sin obligación de reciprocidad lo que como un derecho, una vktud y un camino
implica por su parte que la idea de reciproci- ético, que se configura con el ¡espeto por la
dad no es consustancral al concepto de toleran- opinión aiena y su manifestaciórL en virtud de
cia. Se 'debe aer tolerante siempre, y que el que no existen condicioires en que se pueda
intolemnle se vea enftentado a la ley cuando su afi¡mar válidamente sr¡ corrección o incor¡ec-
ac-tuación d€sbo¡de los llmites del bien comú¡L cióry siendo límite el bien comúo (J¡a se entien-
siendo éste el límite fundariental de la toleran- da desde un punto de vista positivista o
cia: el bien común. iusn¿turalista), yque no nece$riamenté exige
reciprocidad. La tole¡ancia es así un a¡co que
La tole¡ancia agimismo puede ser conside¡ada se asienta soble los pilares de la razón y de la
tanto u¡ delecho como una virtud. Una vi¡tud libe¡tad.
Valle de Mad¡id, invierno de 1999
NolBr,a¡E 1999
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