Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Gonzalo Pavillard
Paris, Enero de 2006
Espero con estas líneas poner en claro algunas cuestiones acerca de las enseñanzas
de Gurdjieff. Pretendo con ello ponerlas en orden para mi propio uso, para que sirvan
de registro de mi evolución con estos temas y para que puedan servir de introducción
a otros al mundo de Gurdjieff.
Beauys había sido piloto de stukas en la segunda guerra mundial. Su avión fue
derribado en Crimea donde fue rescatado por una tribu tártara. Tenía casi todos los
huesos del cuerpo rotos pero logró sobrevivir al ser untado con grasa y luego enrollado
en fieltro por los tártaros. En muchas de las obras de Beauys utilizó años más tarde la
grasa y el fieltro. Son constantes en su obra. El accidente fue un morir y un revivir,
como todo rito iniciático.
Todo esto hizo que Beauys fuese entonces una de mis fijaciones más duraderas.
Compré un ejemplar del libro editado con motivo de la exposición monumental que se
había celebrado en el Museo Reina Sofía. Lo mejor del libro era la entrevista a Beauys.
Siempre he pensado que los artistas deben hablar, si es posible, de su obra.
En ese texto aparecía la primera referencia, que yo recuerde, a G.I. Gurdjieff. ¿Cómo
seguimos esa referencia en España? no recuerdo sí conseguí más información acerca
de Gurdjieff ese mismo año y cabe recordar que entonces no era tan fácil encontrar
referencias a un tema tan ‘oscuro’ como ahora que con apenas un clic del ratón
tenemos acceso a un ingente volumen de información.
Lo que si recuerdo es que llegado un punto no volví a tocar el tema Gurdjieff y pensé
para mi: ‘Si es relevante se me volverá a aparecer’.
Éramos muy dados a esos juegos de las ‘señales’, como hubiese dicho aquel amigo
con voz impostada: ‘¡La casualidad no existe!’. O como una cita de André Breton: ‘El
azar, sí, pero el azar objetivo’.
Unos meses después por razones que ahora no vienen a cuento me encontraba en el
Instituto de Lenguas Extranjeras de Pekín algún tiempo después cuando sobre la
mesa de escritorio de un compañero vi por primera vez un ejemplar de uno de los
libros de Gurdjieff.
Bueno, ahí estaba la señal, ya se había presentado, e incluso había viajado hasta
China para acabar sobre el escritorio de una habitación a apenas 10 metros de la mía.
Primeras impresiones
El libro es muy ameno de leer pues se lee como un libro de
aventuras, con todos los ingredientes de una novela del género,
con muchos viajes por lugares remotos e inaccesibles,
personajes exóticos en busca de un conocimiento secreto, etc.,
etc., casi parecía una novela de Kipling.
Según el relato que de estos personajes extraordinarios hace Gurdjieff estos tenían un
rasgo común que era el no desperdiciar un segundo de su tiempo y que no solo hacían
todo bien sino que hacían muchas cosas bien al mismo tiempo. Hombres de muchos
talentos y muchos recursos.
Así mientras cruzaban no se que desierto montados sobre unas ovejas a las que
alimentaban con un extraño forraje inventado por ellos mismos, aún eran capaces de ir
estudiando por el camino!!!!!!
Desde luego había partes del relato tan poco plausibles que se prestaban a la broma.
Con todo el libro me dejó una sensación agridulce. Si bien muchas de las
aseveraciones de Gurdjieff sonaban poco plausibles y otras no quedaba más remedio
que tomarlas con ciertas sorna, seguía produciendo un extraña fascinación. Tampoco
se podía descalificar como ficción pura, algo había en él más allá de la fantasía del
relato.
Finalmente en los 5 años siguientes estuve apartado de estos temas, en los que ni
siquiera he tomado ayahuasca y en los que definitivamente no volví a interesarme por
Gurdjieff.
Se podría decir que el encuentro no solo no había producido ningún resultado visible
sino que incluso había provocado cierta sensación de rechazo, la verdadera
naturaleza de las enseñanzas de Gurdjieff me era inasequible, todo estaba envuelto
en un halo de misterio y secretismo. La misma historia personal de Gurdjieff estaba
llena de lagunas y mi intuición era que sus libros solo contribuirían a crear confusión.
Así permaneció en silencio durante todos estos años.
Cogí uno de ellos para ojearlo, titulado, no se qué y las magas, y lo abrí por un
capítulo en el que Jodorowski relata una experiencia bastante escabrosa con una
mujer llamada Asia, según él hija de Gurdjieff, si no recuerdo mal hay en el libro
incluso una fotografía de Gurdjieff. En ella contaba que esta señora tenía habilidades
en la cama muy especiales que le había enseñado su propio padre aunque no me
parece que venga a cuento reproducirlas aquí ahora.
Este encuentro fortuito estimuló una vez más mi curiosidad y decidí convertirlo una vez
más en un encuentro no-casual. A mi llegada no perdí un instante en buscar
información acerca de Gurdjieff en Internet, pues necesitaba antes de nada despejar lo
más pronto posible la parte más tangible de su historia: su persona física, su familia,
discípulos y otros aspectos quizás más prosaicos de su vida pero que resultaban
imprescindibles para hacerme una composición de lugar.
Aparentemente Gurdjieff no tuvo hijos aunque por lo visto hay muchos que dicen ser
hijos suyos. ¿ Sería Asia uno de ellos ? No hay referencias claras pero parece claro
que entre sus herederos legales no figura ningún hijo suyo.
Esto parece ser otro de los muchos puntos oscuros de la vida privada de Gurdjieff
sobre los que nadie se pone de acuerdo pues incluso hay varias versiones de su
nombre y por supuesto no se sabe la fecha exacta de su nacimiento (circa 1870).
Parece claro que su madre era armenia y su padre griego y que nació en Alexandropol,
hoy llamado Gyumri, en Armenia y que pasó parte de su infancia en Kars, Turquía.
Siendo así sus idiomas natales eran el armenio, el griego y el turco. Por lo visto era
fluido en farsi y ruso (Alexandropol y la provincia de Kars cambiaron de manos varias
veces, estuvieron bajo dominio ruso también), y por supuesto más adelante tuvo que
manejarse en francés e inglés. Escribió sus libros en ruso.
Gurdjieff debió tener hijos, quizás muchos de ellos ilegítimos, pero hasta el momento
me ha sido imposible aclarar ni cuantos tuvo ni mucho menos que relación tuvieron, si
es que tuvieron alguna, con el trabajo de su padre. Hay un libro de un supuesto hijo
natural suyo con una de sus estudiantes y yo he visto una foto en la que aparece
Gurdjieff en la típica foto de familia con su mujer, su madre y un bebé en brazos.
¿Podría ser su sobrino, de quién sí hay referencias claras?
Me parece muy sorprendente que no se mencione a sus hijos pues por lo visto
Gurdjieff era muy devoto de la familia. En el cementerio de Avon están enterrados él,
su hermano, su mujer y su madre. Ninguna mención a ningún hijo. (La tumba no tiene
ninguna inscripción sino dos obeliscos de piedra toscamente tallados de un metro y
medio de alto, con un banco para sentarse y un pino). Me han recomendado la
biografía de Gurdjieff escrita por James Moore, quizás allí aclare un poco todo este
asunto de su familia.
Estas cuestiones deberán esperar a ser resueltas más adelante si es que es posible.
Buscar la enseñanza
Hace varios meses que vine a Paris donde dediqué parte de mi tiempo a retomar el
interés por este ámbito de cosas que he tenido apartadas durante estos años.
Ya desde que tomaba Ayahuasca mi interés fue derivando en buscar la vertiente más
práctica de la experiencia. Con esto en mente fue que me interesé por la antroposofía
aunque nunca llegué a profundizar en ello. Además la antroposofía estaba muy
centrada en la educación del niño lo que la hace muy interesante para nuestros hijos
pero no tanto para nosotros.
Es cierto que el trabajo de la Ayahuasca tiene tantas facetas que también conlleva una
disciplina mental, aunque comprimida en un experiencia tan condensada que curva el
tiempo. Es precisamente el recuerdo entre ‘tomas’ lo que debería dar al individuo su
‘Recuerdo de Si’ al modo Gurdjieff y su sentido de pertenencia en la comunidad, como
en las comunidades indígenas.
Que sea así siempre ha caído bien con nuestra manera de ser, en la que nuestro
bagaje ‘muchachil’ siempre se ha sentido más cómodo en una disciplina en la que el
acto de voluntad se ejerce únicamente cada varios meses en el gesto de ‘tomar’ y
luego se aguanta estoicamente un verdadero chaparrón de estrellas, para acabar
uncido por aquel axioma que dice que ‘si no te mata, te vuelve más fuerte’.
Aunque tengo aún muchas citas que cumplir con la Ayahuasca, como verdadero y
sanador revulsivo, creo que no estaría mal que para conocerse mejor y utilizar ese
conocimiento para perfeccionarse, no sea siempre imprescindible el hacer una
cabalgata apocalíptica al más allá del otro mundo a robarle con un juego de acertijos
telepático la piedra filosofal de la boca a un petroglifo multifacetado y
autotransformante en la sala de un palacio con mosaicos de serpientes, para volver
corriendo pilotando una nave espacial en forma de flor de cuarzo antes de que un loro
nos robe la nariz, como le pasó al pobre Fericgla.
Además tengo que reconocer que soy reacio a la postura de ‘buenismo’ que adoptan a
menudo la gente involucrada en estos temas, como si uno no pudiese decir palabras
como ‘mierda’ o ‘culo’ sin que alguien de un respingo.
No soy el único que piensa así, cito a Lin Yutang en ‘Mi País y Mi Gente’: “Cuando los
europeos se ponen los ropajes budistas e intentan aparecer calmados y pasivos solo
consiguen parecer ridículos’
Lo que tenia en mente era que debía buscar una meditación en movimiento. Me gusta
bailar y aunque no tengo oído para la música, sí sentido del ritmo. Como he
mencionado antes, en el baile, en el movimiento quería encontrar algo que me valiese.
Finalmente ese encuentro casual con Gurdjieff en aquel libro de Jodorowski propició
que al instalarme en Paris empezase a indagar a través de Internet. La cantidad de
material que hay disponible en Internet ha crecido exponencialmente. El material
disponible acerca de Gurdjieff es mucho, aunque se repite bastante.
Los videos me dejaron muy impresionado y después de pensarlo un poco decidí que
debía involucrarme de una vez por todas con las enseñanzas de Gurdjieff. Era
evidente por los videos que los bailes eran composiciones geométricas con
variaciones intercaladas que le daban un aspecto matemático, como si de fractales se
trataran. Me quedé absolutamente pasmado, tanto que dije para mí, ‘ahí tengo yo que
meter la cabeza’. Si lo que buscaba era una meditación ‘dinámica’, eso era lo que
estaba buscando.
Primero entré en contacto con el único instructor-maestro en España que figura en los
directorios de los centros Gurdjieff o Cuarta Vía, que es como también se conoce a la
enseñanza de Gurdjieff. Se llama Uttam Módenes e imparte seminarios un fin de
semana al mes en Madrid y luego en otras ciudades de España y Portugal.
De las otras opciones que tenía me incliné por el IDHH (Siglas en Francés del Instituto
para el Desarrollo Armónico del Hombre) que es, por lo menos en nombre, el instituto
original creado por Gurdjieff. Lo que me convenció de que este debía ser el instituto
original fue que estaba registrado en Fontainebleau-Avon, pues ya conocía desde
hacía muchos años que Gurdjieff se había instalado en 1920 en un gran Chateau en
Fontainebleau, donde estuvo impartiendo clases hasta 1933. De hecho creo que fue
uno de los períodos más productivos en lo que a la difusión de su pensamiento en
occidente.
Me registré en la Web del IDHH y me puse en contacto con ellos. No tenía ni idea de
cual era la estructura del trabajo al que me quería incorporar, solo sabía que me
interesaban los movimientos y tampoco sabía si aparte de los movimientos había algo
más que no se pudiese desasociar de aquello.
Después de tantos años, era el momento de conocer realmente de que iba realmente
todo este tinglado de Gurdjieff. Era además una oportunidad única para ir a
Fontainebleau, ver el Prieuré y visitar la tumba del mismísimo Gurdjieff.
Al llegar a ese estado de consciencia superior uno se daría cuenta que en realidad uno
había permanecido ‘dormido’ y que de hecho vería a todos a sus alrededor a su vez
‘dormidos’. Ese despertar es una de las piedras angulares de la enseñanza de
Gurdjieff, pero dicho así, como tantas veces he leído ya, no sirve de gran cosa.
¿Despertar de qué, como, por qué y para qué? Esas son las preguntas que hay que
responder. Cabe decir además que estar ‘dormido’ y ‘despertar’ son conceptos,
metáforas, que se repiten en muchas tradiciones religiosas.
La primera referencia que de esto leí hacia también referencia a ciertas prácticas de
auto-hipnosis que me hicieron desconfiar de todo el proceso. Además nunca me ha
gustado el término ‘esotérico’ que invariablemente va asociado tanto a Steiner como a
Gurdjieff.
Y sin embargo no debería ser así pues esotérico, según definición de la Real
Academia, es:
1. Oculto, reservado.
2. Dícese de lo que es impenetrable o de difícil acceso para la mente
3. Dícese de la doctrina que los filósofos de la antigüedad no comunicaban sino a
corto número de discípulos.
4. Dícese de cualquier doctrina que se transmite oralmente a los iniciados.
Es una definición bastante más suave de lo que uno cabía esperarse, sin referencias a
enjuagues de ala de murciélago con babas de ratón o extrañas posesiones hipnóticas.
Según esa definición las enseñanzas de Gurdjieff sí son esotéricas, pues es de difícil
acceso a la mente, se comunica a corto número de discípulos y es una tradición oral.
Siendo así seguiré usando ese término aquí.
Esta vez me propuse poner en práctica un ejercicio que según parece Gurdjieff había
propuesto a sus estudiantes: Por lo menos una vez a la hora decir para uno mismo ‘Yo
Soy’, al decir yo uno intenta tomar consciencia de sus emociones, y al decir Soy de
sus sensaciones, es como hacer un chequeo de tu propio cuerpo. Lo he estado
poniendo en práctica durante estos tres meses.
Esto me recordaba algo que había leído de lo que se practicaba en el Priuré, cada
cierto tiempo y sin previo aviso se hacía sonar un timbre, cuando ese timbre sonaba
había que pararse inmediatamente en la misma posición en la que uno estaba para
acto seguido hacer un recorrido mental de la posición del cuerpo hasta su último
detalle, incluido los pensamientos y emociones.
Viaje a Fontainebleau-Avon
Llegó el momento de ir a Fontainebleau. El sábado 21 de Enero fui a la Estación de
Lyón a coger el tren de las 07:17 de la mañana a Fontainebleau-Avon. Nada más
llegar me registré en el hotel, que está muy cerca de la estación e inmediatamente salí
camino del seminario.
Ya sabía por el mapa que el lugar no era el Prieuré, sino un centro social cerca de un
centro comercial. había que andar unos 15 o 20 minutos de la estación pero como el
plano que me habían mandado estaba muy crudamente hecho me perdí.
Y supe que me
había perdido
porque voilá, 15
minutos después
estaba en la rue
de Basses Loges.
El corazón me dio
un vuelco, en unos
minutos estaba
frente al mítico
Prieuré. Siempre
pensé que me iba
a costar
encontrarlo y me
lo encuentro
casualmente a la
primera de cambio.
Existe, está intacto
por lo menos desde fuera.
No tenia tiempo que perder haciendo turismo, el seminario ya debía haber comenzado.
Gracias a otras referencias en el mapa y preguntando conseguí encontrar el sitio.
Tengo que decir que un sitio sin el mínimo color, el típico centro social multiusos que
además estaba en el mismo edificio que la comisaría de policía. Suerte que tratándose
de un puesto de policía de un pueblo pequeño estaba cerrada en fin de semana!!
Entré, había alguien tocando al piano mientras todo el mundo bailaba en un corro y en
absoluto silencio. Me incorporé al corro y empecé a imitar los movimientos de la
persona, una mujer de mediana edad, a la que aparentemente todos los demás
seguían.
Era un baile muy lento y tengo que decir que no me gustó mucho, de hecho hubo un
momento que el baile y la situación me recordó a la película Gran Lebowski cuando
van a ver la representación de baile conceptual del casero de Lebowski !!!!, pero yo en
el escenario, trágame tierra !!!!
Pronto me di cuenta que no era yo el único que parecía completamente perdido y eso
siempre ayuda. Terminamos ese baile y quien estaba tocando el piano se levantó, su
cara me resultó familiar. Empezó a hablar en francés con un acento muy fuerte y en
algún momento le oí hablar con algún otro estudiante en lo que estaba casi seguro que
era holandés. En total éramos creo que 22, muchísimos menos de los que esperaba
encontrar.
No voy a hacer un relato cronológico de esos dos días pues quiero hacer una
descripción de los movimientos y luego pasar a hablar de la estructura y la
metodología hasta lo que entiendo ahora mismo, que es lo interesante.
Sin embargo sí es necesario contar, que cuando por fin pude hablar con alguien en el
primer interceso, habían pasado ya tres horas. El pianista resultó ser Win Wan
Dullemen que es uno de los intérpretes de la música de Gurdjieff-De Hartman mejor
conocidos que hay. Hay varios CDs grabados por el. La otra instructora se llama
Christiana. Ella es alemana y el holandés. Según me contaron después son de los
más reputados maestros en cuestiones de Gurdjieff a nivel mundial.
El siguiente movimiento empezó estando de pie, recto con los pies juntos. Levantando
la pierna extendida hacia delante, arrastrando el pie (hay que bailar o con calcetines o
con zapatillas de baile). Se hace 4 veces alternativamente al ritmo taan-tan-tan-tan,
taan-tan-tan-tan. Cada nota es un movimiento del pie, pero de manera que si una vez
se empieza con el pie izquierdo el siguiente se empieza con el derecho.
Después de repetir esto al ritmo de un tambor derviche (como una pandereta grande)
durante un tiempo Wim explica cinco posiciones que hay que hacer con los brazos.
Son posiciones digamos, geométricas, y muy exactas, ángulos rectos en muchos
casos. Me llevaría mucho describirlas aquí. Son totalmente artificiales.
Esa es solo la primera dificultad. Nos organizamos en seis filas de manera que las
primeras dos filas representan el numero 1, las segundas dos filas el número 2 y las
siguiente dos filas el número 3.
A continuación Wim nos enseña un ejercicio ‘excepción’ que hay que intercalarlo en el
baile cuando oigamos el número que nos corresponda. De manera que cuando las dos
primeras filas que corresponden al 1 oigan ese número sustituirán el movimiento de la
serie que correspondía en ese momento por dos movimientos opuestos. En una línea
se estiran para arriba y en la otra se encogen.
De manera que no solo hay que llevar los pies, luego los brazos en movimientos
disociados y cumpliendo estrictamente el metraje, en décimas de segundo sino que
además hay que intercalar un movimiento sobre la serie original cuando te toca según
el canon que acabo de explicar, para además en el siguiente movimiento volver a
movimiento que te tocaba después del que acabas de sustituir.
Pero esa no es toda la dificultad porque luego en cada serie se hace un giro de 90
grados a la derecha y así la complicación sigue sucesivamente.
Cuando se va consiguiendo y creerme que es increíble que se consiga, se pone Wim
al piano y entonces realmente la cosa tiene mucho más que magia. La música está
concebida para los movimientos, estos encajan con la música de manera
absolutamente precisa, de hecho es la música la que te tiene que decir cuando
moverte. Es tu referencia, por eso se te mete hasta los mas profundo y le encontré,
ahora si se que es cierto, un belleza que antes no vi.
Entonces se crea una atmósfera especial, la que crean todas esas mentes dedicadas
a sincronizarse a tal extremo. Para cualquiera que lo viese desde fuera parecería una
corriente clase de baile, pero solo la voluntad común de perseverar en lo que
realmente implica ese trabajo, expresado físicamente en el baile, ya llena la habitación
de una energía muy especial, perfectamente patente para todos los que participamos.
Se intercalaban largísimos silencios, quietos firmes. Según se dijo más tarde con los
movimientos se trata de poner en marcha el centro motriz e intelectual, se trata de
hacerte maestro del cuerpo, se trata de hacerse dueño de tu cuerpo, meterlo en
vereda. Ese día, quitando los intermedios, bailamos 6 horas sin parar.
El aprendizaje era muy rápido pues apenas habíamos medio conseguido controlar un
movimiento, pasábamos a otro. Luego supe que el objetivo no es aprenderse los
movimientos. El objetivo es la atención. Cuando alguien preguntó si no había videos
para practicar cada uno por su cuenta, Wim dijo que era mejor que los olvidáramos. Y
también más tarde se sugirió que no se practicasen los movimientos por nuestra
cuenta, porque puedes adquirir malos hábitos, pues estos deben ser muy precisos.
Esto me parece crucial para entender este tinglado: “Los antiguos pusieron demasiado
énfasis en la metafísica. La doctrina era demasiado abstracta”.
Pues llevarlos a occidente era el objetivo de su vida. Y es por eso que más que ningún
otro Gurdjieff representa el nexo entre occidente y oriente. La provincia de Kars, está
en el nexo geográfico entre Oriente y Occidente.
Gurdjieff convirtió en laicas esas tradiciones. Para adquirir ese conocimiento no sería
ya necesario una vida de retiro y ascetismo como en las mismas tradiciones
monásticas de donde él había obtenido ese conocimiento. Seria una doctrina que
podría ‘llevarse puesta’, de ahí su respuesta cuando se le pregunta por sus
compañeros de búsqueda: ‘Están practicando diferentes profesiones ordinarias’.
Por eso se le llama la Cuarta Vía pues no es ninguna de las tres siguientes:
Y eso hace que me guste aún más y es porque a gente como a mi me gusta más así
que Gurdjieff, entendiendo que a la mentalidad occidental le parecería asumible, lo
creó así. Si me gustaba de la antroposofía su actitud cientifista, es a esto mismo a lo
que me estoy refiriendo con Gurdjieff, aunque el término científico no aplique muy bien
a sus enseñanzas.
Pues en Gurdjieff la enseñanza nunca dejó de ser esotérica en tanto que envuelta de
cierto secretismo y transmitida oralmente. Aunque escribiese varios libros al respecto,
creo que estos fueron concebidos de manera que no tienen mucho sentido fuera de
los grupos de trabajo. Hablaré de esto más adelante.
Estoy intentando aquí conjugarlo todo partiendo de la infinidad de retales que he ido
recogiendo en estos pocos meses. Tengo que dejar claro que es poquísimo el
conocimiento que tengo y que me estoy guiando por mi intuición, que no es poco.
La Enseñanza
La enseñanza se divide en dos actividades. El ‘trabajo’ y los ‘movimientos’. La más
importante de las dos es el ‘trabajo’.
Los grupos de trabajo en este caso se reúnen tres domingos al mes y en el IDHH los
seminarios de movimientos son 1 vez cada dos meses.
En particular dijo que Gurdjieff había dejado claro que no se debía hacer ningún
control sobre la respiración, ninguno, algo que aparentemente sí que hacen en Santo
Domingo (Wim contó que le había costado quitarse el ritmo de la respiración un día
entero después de un seminario).
Al comenzar la reunión siguiente tienen que contar como les fue. Os podéis imaginar
que esos ‘deberes’ son un hilo conductor, que al tener la obligación de cumplirlo ya te
mantiene la atención sobre ese trabajo.
Para terminar comentaré que yo pregunte a Diego acerca del Recuerdo de Si. Le
comenté que había leído que Gurdjieff había recomendado practicarlo diciendo
interiormente ‘yo soy’ una vez a la hora y que yo lo había estado practicando.
Su respuesta fue que, si acaso, lo único que iba a conseguir con eso era ‘dormir mejor’.
Que al hacerlo así se convertiría en algo mecánico y entonces no tendría ningún valor
y que por eso en el ‘trabajo’ los ejercicios cambian todas las semanas, con la
excepción del ‘trabajo en calma’. Tengo que decir que yo había notado muy
claramente como ese ejercicio había perdido mucha fuerza con la práctica.
Pero también tengo que decir que era un ejercicio, siendo tan simple, que me hizo
notar una gran diferencia y que además estuve practicando muy sistemáticamente
durante más de un mes. El día que de manera totalmente inexplicable perdí mi cartera
en Madrid, me di cuenta en ese preciso momento que era el primer día que lo había
interrumpido.
Continué.
“Sin embargo hemos hecho aquí también una meditación en la que los que estamos
aquí por primera vez no sabemos que rutina habéis seguido los que ya tenéis
experiencia (yo estaba avisado de que ellos si seguían una rutina, es el ‘trabajo en
calma’). Y aún pensando que yo la he hecho de manera bastante desordenada he
llegado a tal punto que he tenido que parar porque creía que me iba demasiado lejos.
Es por eso que mi satisfacción es doble, he podido disfrutar de ambas cosas y quiero
expresarles aquí mi enorme alegría por haber podido participar de este seminario”
Y aún continué
A eso Serge Troude que había permanecido en silencio hasta entonces respondió:
‘Hubo una cierta condesa (no me acuerdo el nombre) que le espetó a Gurdjieff: “Yo le
doy todo este dinero para que me diga para que sirve todo esto. A lo que él le
respondió. Su dinero no será necesario que aún así yo le voy a decir para que sirve
este trabajo:
Según me recalcaba eso tres veces con pequeñas variaciones, me fijé en su postura
en la silla, un poco inclinado con las piernas cruzadas y la cabeza ligeramente ladeada,
Serge Troude a su lado con los brazos en jarras con las palmas sobre los muslos,
mirándome entretenido. Y me di cuenta que estaba viviendo un deja-vú, y con la
suficiente tranquilidad como para disfrutarlo aún un rato.
Aquí en España por lo menos, casi todos hemos tenido que estudiar los sistemas
Kantianos. Todos hemos tenido que memorizar los sistemas Kantianos y no es
necesario intentar recordarlos ahora para entender lo que aquí voy a exponer. Lo
único que es necesario recordar de Kant es que la conclusión de su obra es que ‘no es
posible obtener una experiencia de la metafísica’.
Sin embargo el trabajo de Kant no fue en vano, aunque solo sea porque toda una vida
dedicada a negar la posibilidad de una experiencia directa de la metafísica sirva para
resaltar la increíble importancia de, finalmente, poder tener una experiencia de la
metafísica.
Para poder vivir el cuerpo necesita ‘trivializar’ la existencia y para eso creó las
categorías. Esa distancia nos permite vivir, sin esa distancia vemos a dios en las
cosas y cuando no la controlamos a voluntad se llama esquizofrenia.
Ese mundo de la ‘existencia desnuda’ al que hago referencia es el hábitat natural del
inconsciente colectivo, de nuestro patrón arquetípico, que es el verdadero esqueleto
de nuestra psique y que por lo tanto no se transmite a través de categorías
intelectuales.
El único lenguaje que entiende es el de los símbolos, en ambos sentidos.
Gurdjieff dijo muy claramente, "Te pido que no creas en nada que no puedas verificar
por ti mismo." La verificación es la base para el trabajo sobre uno mismo. Creer en la
experiencia de otra persona no aumentará nuestra comprensión ni cambiará nuestro
nivel de ser.”
Entonces ¿que pueden aportar los libros de Gurdjieff?
Según dijo Diego, solo en el contexto del trabajo pueden ser útiles. Yo creo que fuera
de ese entorno de trabajo pueden ser incluso, no beneficiosos. Hay un libro de
Gurdjieff: ‘El Heraldo del bien por venir’ que él recomendó expresamente no leer,
aduciendo que había sido un error publicarlo. Todos los demás libros fueron
publicados después de su muerte, aunque él circulaba pruebas entre sus discípulos e
incluso hacia correcciones en función de sus reacciones.
Jodorowski utiliza el tarot no como adivinación sino como herramienta para llegar a
ese subconsciente, para que el subconsciente hable. Según cuenta en su libro
‘Psicomagia’ hace un interrogatorio bastante completo al sujeto en cuestión y es
durante ese interrogatorio que utiliza las cartas.
Luego parece que la terapia del trabajo de Gurdjieff receta ‘trabajos’, o sea ‘acciones’
en sesiones que parecen corrientes grupos de psicoanálisis que son luego
contrastadas. Parece que la similitud es grande.
Sano escepticismo
El padre de Gurdjieff le dio este consejo siendo él muy chico: “Escucha a todo el
mundo cortésmente y no te creas todo lo que te dicen”. Creo que Gurdjieff no se
molestaría si le aplicamos a él esa máxima.
Fue así que cuando en el año 1924, conduciendo a toda velocidad de Paris a
Fontainebleau, Gurdjieff tuvo un accidente de coche casi fatal, esto supuso un shock
para sus discípulos. Gurdjieff estuvo en coma durante bastante tiempo. Cuando se
recuperó decidió cerrar parcialmente el Priuré. O mejor dicho mandó a casa a la
mayoría de sus discípulos y solo se quedó con un puñado de ellos. A partir de
entonces decidió escribir para transmitir su conocimiento. Todos sus libros fueron
escritos a partir de entonces.
En el año 33 perdió definitivamente el Priuré y se mudó a Paris. Allí, en el año 47, fue
atropellado por un conductor borracho que le dejó gravemente herido. Aún con más de
70 años logró recuperarse. Otra vez la ‘ley del accidente’ se había cebado en él.
Sus discípulos:
Mucho se ha hablado de la prodigiosa capacidad de memoria de los discípulos de
Gurdjieff, que reproducían casi palabra por palabra muchas de sus conversaciones
con él. Yo mismo he sido escéptico, pero como todo la explicación luego resulta ser
mucho más sencilla.
Yo creo recordar con bastante precisión, creo que aquí lo habéis visto, casi todo lo que
se dijo en ese seminario, además de mis conversaciones con otros compañeros. El
trabajo de concentración y el más simple e importante hecho que es vivir un momento
de especial significación me permiten recordarlo con bastante claridad.
También hay que decir que Gurdjieff atrajo a personajes de una gran categoría
intelectual, voy a incluir aquí una lista de algunos de ellos.
Helen Adie, una de las más reputadas pianistas inglesas. Transcribió y escribió ella
misma música para los movimientos.
John Bennet, uno de sus más prominentes discípulos. Hicimos un movimiento suyo
en el seminario. Filósofo y matemático inglés.
Alfred Orage, intelectual inglés fundador de la revista literaria y de política, New Age.
Huxley, Miller y Ezra Pound colaboraron a difundir las proposiciones del pensamiento
de Gurdjieff.
Final
Por lo que aquí he contado podría pensarse que la enseñanza de Gurdjieff ha
resultado ser un anti-climax. Parece que su trabajo principal funciona de manera muy
parecida a un grupo de psico-análisis o de auto-ayuda. Los movimientos, aunque
impresionantes, son asequibles.
“Quizás puedas llegar mucho más allá, pero finalmente la atención es lo único que te
puede salvar”
Ese “más allá” es lo que no he tratado en este artículo, pues se escapa a mi escaso
conocimiento y a mi limitada experiencia, aunque no creo que se encuentre escrito en
ninguna parte, pero quizás entonces uno se conforme con ‘salvarse’.