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El documento discute la esperanza cristiana de la resurrección y la transformación a la semejanza de Cristo. Indica que esta esperanza motiva a los creyentes a purificarse a sí mismos continuamente, siguiendo el ejemplo de pureza de Cristo. También menciona que esta esperanza viva es garantizada por la resurrección de Jesús y está disponible para todos los que han nacido de nuevo por la misericordia de Dios.
El documento discute la esperanza cristiana de la resurrección y la transformación a la semejanza de Cristo. Indica que esta esperanza motiva a los creyentes a purificarse a sí mismos continuamente, siguiendo el ejemplo de pureza de Cristo. También menciona que esta esperanza viva es garantizada por la resurrección de Jesús y está disponible para todos los que han nacido de nuevo por la misericordia de Dios.
El documento discute la esperanza cristiana de la resurrección y la transformación a la semejanza de Cristo. Indica que esta esperanza motiva a los creyentes a purificarse a sí mismos continuamente, siguiendo el ejemplo de pureza de Cristo. También menciona que esta esperanza viva es garantizada por la resurrección de Jesús y está disponible para todos los que han nacido de nuevo por la misericordia de Dios.
Y todo aquel que tiene esta esperanza en l, se purifica a s mismo,
as como l es puro. 1 Juan 3:3
El da de ayer recordamos el evento grandioso de la resurreccin de Jess, evento que por cierto debemos de celebrar cada domingo, pero tambin recordar todos los das. Una de las cosas maravillosas de recordar Su resurreccin es que como Cristo vive, nosotros tambin viviremos y cuando l venga, ya sea que durmamos o estemos vivos, seremos glorificados. Como dice 1 Corintios 15:51-52 He aqu, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocar la trompeta, y los muertos sern resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Esa es la misma idea que trae el apstol Juan en esta carta. En el v.2 dice: Amados, ahora somos hijos de Dios, y an no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando l se manifieste, seremos semejantes a l, porque le veremos tal como l es. Es entonces que Juan nos declara est el verso sobre el cual meditamos hoy. Ya sabemos que la esperanza de la que est hablando Juan es la esperanza de un da estar en la presencia de nuestro Seor, libres de pecado, con cuerpos glorificados. Lo que no se menciona en este verso, pero conocemos de la Biblia es que esta esperanza no es algo incierto, no es algo de lo cual debamos dudar. Pedro nos dice que esta esperanza es una esperanza viva y que es garantizada as por la resurreccin de Jesucristo de los muertos (1 Pedro 1:3) Segn el mismo verso de 1 Pedro 1:3, esta esperanza la tienen todos aquellos que han renacido segn la grande misericordia de el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo y de acuerdo a Juan, esta esperanza es nicamente para los que, por el amor que nos ha dado el padre, son llamados hijos de Dios. (1 Juan 3:1) Ahora, todo aquel que nacido de nuevo, y es llamado hijo de Dios. Todo aquel que tiene la esperanza de ser semejante a Cristo tambin es caracterizados por algo ms: se purifica a s mismo El que tiene esta esperanza viva sabe ciertamente que no es quien era antes, pero tampoco es quien algn da ser, y eso lo mueve a anhelar ese estado final de pureza. Esta esperanza viva le hace tener sus metas puestas en la santidad, tiene su tesoro nicamente en esta esperanza. El que tiene la esperanza viva ora con David al Seor: Pon guarda a mi boca, oh Jehov; Guarda la puerta de mis labios. No dejes que se incline mi corazn a cosa mala, A hacer obras impas Con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites. (Salmo 141:3-4) Hasta dnde tiene fija su meta de purificacin? El verso dice: se purifica a s mismo, as como l es puro. Su estndar no es el estndar de pureza del mundo. Su estndar de pureza es la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Quien tiene la esperanza viva, tiene la misma actitud de Pablo: olvidando ciertamente lo que queda atrs, y extendindome a lo que est delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess. (Filipenses 3:13-14) A la luz de este verso podemos formular una pregunta para hacernos reflexionar. Has renacido para esta esperanza viva? Tienes la esperanza de que cuando l se manifieste, seremos semejantes a l, porque le veremos tal como l es.? Si as es, tu vida se caracterizar por la bsqueda continua de la pureza, por lo tanto: despojmonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jess, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de l sufri la cruz, menospreciando el oprobio, y se sent a la diestra del trono de Dios. Amn. Daniel Montero Soli Deo Gloria