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DEI. BUrX SALVAJE A L SLqDES.4llnOLLADO 63
Por si el lcctor pensara que estamos hilando muy fino al dido nada. La razón: "El rey ordenó a sus sílbditos no hacer re-
galos d e navidad este año. Desea que todo el. ~ u e b l ole entregue
estdblecer un paralelo entre un hombre que :e lleva el oro y
a él su dinero". Comentario de Donald: "iEgoísta!". Y manos
otro que lo regala por una baratija mecánica, entre el imperia-
a la acción. Donald es convertido en rey, al ser tomado como
lismo extractor y el país morioproductor de materias primas, en-
un gran mago que vuela por Ics aires. Es destronado el antiguo
tre dominados y dcniinantes representativos, colocamos ahora un
("No es hombre sabio como tú. No nos permite comprar rega-
ejemplo más explícito de la estrategia de Disney con respecto a
los"). Donald acepta (con la intención de partir apenaq la tien-
los países que kl caricaturiza como atrasados, pero sin revelar
da quede vacía): "Mi primera orden corno rey e s . . . ,compren
la causa d e su atraso.
regalos para sus familias y no entreguen un centavo a SU rey!".
Algunos diálogos sustraícios de la misma historieta que nos
Pero, al terminar las ventas, Donald devuelve la corona al rey. Este
sirvió d e encabezamiento de este capítulo. Donald ha caído en
deseaba el dinero para irse del país y comer lo qiie se le anto-
un país de la selva africana. Alií un médico brujo (coi1 anteojos
jara, en vista de que los congolianos exigen quc su rey sólo coma
encima d e su gigantesca máscara primitiva) Io cura. La versión
cabezas de pescado. E1 rey: "Si tuviera otra oportunidad, go-
que se entrega de la independización de los africanos es ver-
bernaría bien. Y de algún modo me las arreglaría para no comer
gonzante. "Es la nueva nación de Cuco Roco, aviador. Esta es
ese guiso espantoso".
nuestra capital". Se ven tres rucas d e paja y un conjunto am-
Donald (al pueblo): "Y les aseguro que dejo el trono en
bulante de parvas de heno. Cuando Donald pregunta por este
buenas manos. Su antiguo rey es un buen rey. . . y más sabio
extraño fenómeno, el brujo le explica: "¡Son pelucas!" "ES la
que antes". ( E l pueblo: "~Hurra!¡Viva!").
novedad que trajo nuestro embajador de las Naciones Unidas".
Cuando el chancl-io que persigue a Donald aterriza y necesita El rey aprende que debe aliarse con los extranjeros si quie-
re conservar su poder, que él ni siquiera puede demandar im-
que saquen las pelucas para ver dónde está su pato-adversario,
puestos a su pueblo, porque éstos deben ser entregados íntegros
el siguiente diálogo:
al exterior a través del Agente d e Mc Pato. El dinero vuelve a
"Chancho: Escuchen. ¡Les pagaré un buen precio por sus
Patolandia. Además, los afuerinoq solucionan el problema del
pelucas! ¡Véndanme todas las que tengan!
aburrimiento del rey en sus tierras, de su sentimiento de margi-
Un nativo: iYippi! Un comerciante rico nos compra las pe-
nación y deseo de viajar hacia la metrópoli, mediante la impor-
lucas.
tación masiva de lo suntuario: "Y no te aflijas por esa comida",
Otro natito: Me pagó seis esianlpillas por la mía.
dice Donald. "Yo te mandaré unas salsas que cambiarán de gusto
Aún otro (alborozado): A mí me pasó dos fichas para el
aún a las cabezas de pescado". El rey zapatea de felicidad.
subterráneo de Chicago".
El mismo esquema se repite hasta la saciedad. Mc Pato
Cuando el chancho escapa: "Arrojaré unas cuantas mone-
cambia puertas de acero inoxidable por puertas de oro puro a
das para qiie los nativos no se acerquen al remolino". Y se aga-
los indios del Canadá ( T R 117). Boty y Donald atrapados por
chan felices e invertebrados a recoger el dinero. Tal es así que
los aridianos (árabes) ( D . 453), empiezan a soplar y producir
cuando los "chicos malos" se maquillan de nativos polinésicos,
pompas de jabón, que los nativos desean m8s que cualquier otra
para engaíiar a Dondld, no tienen otio n~odelod e conducta: "Tú
cosa. "Ja, ja. Se deshacen cuan(" uno lds atrapa. Ji, ji". Y diw
salvar nuestras vidas". "Seremos tus servidores para siempre". Y
Alí-Ben-Golí, el jefe: "Es verdadera magia. Mi gente ríe como
mientras se postran, Donald comenta: "Son nativos también. Pe-
niños". Ellos no entienden cómo se hace. "Es sólo un secreto
ro un poco más civilizados".
transmitido d e generación en generación", dice Boty: "Te lo
Otro cjemplo (nhniero especial D. 4"). Don& parte a la revelaré si nos das la libertad". ( L a civilización se presenta co.
''Lejdna CoiigoLa" poique allj el ncgocio de Tío Rico no ha ven-
mo algo incomprensible que debe ser administrado por los hom- viene desde afuera con sus múltiples objetos, es un juguete.
bres extranjeros ) . El jefe ( con extrañeza) : "iLa libertad? ESO Nunca perforará la defensa cristalizada del buen-salvaje, al cual
no es todo lo que os daré. Oro. Joyas. Mi tesoro es d e ustedes, se le p o h í b e civilizarse. Nunca podrá entrar en el cliib de los
si ine revelan el secreto". Los árabes consienten en su propia actores de la prodiiceión, porque ni siquiera entiende que esos
enajenación. "Joyas tenemos, pero de nada sirven. No hacen reír objetos han sido producidos. Los ve como elementos mágicos,
como las pompas mágicas". Mientras Donald se ríe de él, con surgidos desde el cerebro de los extranjeros, d e su verbo, de
una mueca, "pobre ingenuo", Boty entrega el jabón Flap-flap: sus palabras mágicas.
"Tienes razón amigo. Cuando desees un poco d e alegría, echa
un poco de polvos inAgicos y recita las palabras mágicas". La
historieta termina con la conclusión de que no es necesario ex-
carjar las pirámides ( o la tierra) personalnlente: "Para qué ne-
cesitamos una pirámide, teniendo a Alí-Ben-Colí". quetería. Pobres nativos. Qué ingenuos son. Pero si ellos no usan
Esta situación tiene a los nativos cada vez más eufóricos. su oro, es mejor llevárselo. En otra parte servirá d e algo.
Cada objeto de que se libran les aumenta la felicidad y cada Mc Pato (TR. 48) toma posesión de la luna de veinticuatro
artefacto que reciben como magia desprovista d e origen maqui- quilates donde "el oro es tan puro que se puede moldear como
nario los llena de regocijo. si fuera mantequilla". Pero aparece el dueño legítimo, Mukale,
Ninguno de nuestros niás enconados adversarios puede jus- un venusiano que posee el título de^ 1% propiedad, y que está
tificar este trato desequilibrado; l o acaso alguien piensa que dispuesto a vendérselo a Tío Rico por un puñado de tierra. "Oh,
un puñado de joyas es igual a uria cajita de jabón o una corona de jes la mayor ganga que Iie oído en mi vida!", exclama el avaro,
oro igual que un reloj? Segura.mente se objetará que estos true- y se lo da. Pero hliikale es tan "buen natural" y con un "cont.er-
ques obedecen a la fantasía, pero es desafortunado que estas tidor mágico" transforma la tierra en un planeta, con continen-
leyes d e la imaginación favorezcan unilateralmente a los perso- tes, océanos, árboles, un universo natural: "He vivido demasiado
najes slie vienen de afuera y a los que escriben y editan estas pobremente aquí rodeado sólo de átomos de oro". Exiliado d e
revistas. su naturaleza inocente, deseando un poco de lluvia y volcanes,
Pero por qué nunca l1a.ma la atención este flagrante des- Mukale reniega del oro con tal de poder volver a la tierra ori-
pojo, o en otros términos, ?cómo es posible que esta desigualdad ginaria y conformarse con los medios de subsistencia mínimos:
aparezca conio una igualdad? Es decir, lpor qué el saqueo iin- ("¡Alfalfa! hle siento renacer"). "Ahora tengo un mundo propio,
periaiista, para llamarlo por su nombre, y por qué la sumisión con alimentos y bebidas". No sólo que Tío Rico no le roba el
colonial, no aparecen en su carácter d e tales? oro, sino que, por el contrario, le hace el favor de extractarle
"Joyas tenemos, pero de nada sirven". todo ese metal corrompido y facilitar el retorno a la inocencia
Allí están en sus tiendas de desierto, en sus cavernas, en primitiva. "El consiguió lo que él quería y yo esta fabulosa luna.
sus ciudades otrora florecientes, en sus islas aisladas, en sus for- Ochocientss kilómetros d e espesor de puro oro. Pero a pesar d e
talezas proliibidas, y nunca yocírári salir d e ahí. Cuajados en su eso, creo que él sacó la mejor parte". Al pobre se le deja entre-
tiempo histórico pretérito, definidas sus necesidades en función gado a la celebración feliz de la vida simple. Es e l viejo aforis-
de este pasado, estos subdesarrollados no tienen derecho a cons- mo: los pobres no tienen preocupaciones, la riqueza trae pro.
truir un futuro. Sus coronas, sus materias primas, su petróleo, su blemas. Hay que saquear a los pobres, n los subdesarrolladoi,
energía, sus elefantes de jade, su fruta, pero especialmente su sin sentimiento de culpa.
oro, jamás podrán ser utilizados. Por lo tanto, el progreso, que
(js PARA LEER A L PATO DONALD DEL BUEN SALVAJE AL SUBDESARROLLADO 67
La conquista ha sido purgada. Es inofensiva la presencia los patos se muestran desinteresados y amigos d e los nativos. Se
de los forasteros: ellos construyen el futuro en base de una so- concluye: Lo que ellos se l l ~ ~ _ ~ _ , r g _ o ~ E i n i cno
i ó nes"jsdd__eue_l-
,
sable p a r a x ciclo vital de los buenos-salvajes, Ellos sabrán
ciedad que jamás podrá o querrá salir del pasado.
- ay-.-.-..-...,
* ". ---.
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quelfener coniianza en estos hombres tal como en el otro
Pero hay una segunda manera d e infantiliaar y exonerar su
actitud ladrona. El imperialismo se perrnite presentarse a sí mis- que vino antes- distinguir lo esencial de 10 superfluo. La opo-
mo como vestal d e la liberación d e los pueblos oprimidos y el
juez imparcial d e sus intereses.
Lo único que no se le puede quitar al buen-salvaje es su a en su lado autoritarista y
subsistencia, y esto, porque destruiría su economía natural, for- paternalista. Garrote y Caritas.
zándolo a perder el paraíso y crear una economía d e producción.
Donald (F. 16) viaja al "Altiplano del Abandono" para
buscar un chivo d e plata. Pero este animal metálico sirve para
están ahí con el exclusivo propósito d e transformar a los patos
salvar a un pueblo priniitivo d e la muerte por hambre (palabra
en defensores de la justicia, d e la ley, del alimento para los po-
prohibida). Dice el jefe: "El único para llegar a la llanura ex-
bres y, por lo tanto, d e limpiar cualquier otra acción futura. De-
terior es este estrecho sendero. Sólo ustedes y las ovejas tienen
fendiendo lo único que sí les puede servir a los buenos salvajes
el coraje d e atravesarlo. Nuestro puebIo ha sufrido siempre de
(su alimentación), y que provocaría su muerte o rebelión, des-
vértigos. Jamás uno de nosotros tendrá el valor de aventurarse
truyendo J e esta manera la imagen infantil con la violencia, los
a salir m n el rebzño. Nos habríamos muerto d e inanición en
metropolitanos logran convertirse en 10s portavoces d e estos
nuestro pañuelo d e tierra si un bondadoso hombre blanco no
pueblos sumergidos y sin habla.
hubiera llegado a nosotros en ese misterioso pájaro (Nota: es
un a&&) que ustedes ven allá. . . Construyó un chivo blanco Esta división ética d e los dominadores, los explícitos y los
con metal d e nuestra mina". DonaId y sus sobrinos d e inme- solapados, se repite incesantemente. Mickey y su compafiía (TB.
diato devuelven el chivo a los introvertidos. 6 2 ) buscan una mina de plata y desenmascaran a dos estafado-
res que aterrorizaban a los indios. Esta caracteristiea habitual
d e los nativos -pánico pavoroso e irracional frente a cualquier
hecho que desconcierta sil ciclo natural- enfatiza su cobardía
(tal vez como los niños temen la oscuridad) y la necesidad d e
algún ser superior que venga a rescatarlos y a restaurar el sol. Los
dos malvados vendían "los adornos" ( d e los indios) a los turistas
haciendo grandes ganancias, "disfrazados d e conquistadores es-
pañoles", que ya habían robado el mineral indígena. "Lo siento,
Minnie", dice Mickey "pero los indios habían descubierto la mi-
na antes". Ella se alegra d e todas maneras: "Ahora estarán li-
Pero entran en escena personajes que todavía no habíamos bres de salir del barranco y vender sus propias joyzs". Como
encontrado: las villanos. Es un hombre rico y su hijo que desean recompensa, se los entroniza dentro d e 1;i tribu: Minnie, prin-
el chivo, aunque ese pueblo se muera de hambre, olvidando, in- cesa; Mickey y Tribilín, guerreros; Pliito, iina pluma. Así, la 1i-
cluso la caridad como actitud obligada. "Firmó un contrato y bertad d e los indios es para po.der co1oc:ir sus productos en el
tiene que entregarme la mercadería". Este malo es ve~lcidoy mercado extranjero. Lo que se cotideiia es ci robo directo, abier-
Pero hay más. Se abre un hotel y comienzan las excursio-
nes. Los indios permanecen en su fondo natural con tal de ser
consumidos turísticamente. La condición de su "riqueza" es qur:
negarlo- esclavizar al indígena. Ahora las cosas han cambiado. no se muevan.
Hobar sin pagar es robar sin disfraz. Robar pagando no puede Estos dos últimos ejemplos insinúan ciertas diferencias con
considerarse robar, sino favorecer. De ahí que las condiciones la política clásica de un colonialismo burdo. Es posible advertir
de la v e ~ t adel adorno y la importacióri desde Patolandia nunca en esta colaboracióri benévola un neocolonialismo que, rechazan-
estén cuestionadas, relaciones que reconocen de anternano la do el saqueo desnudo del pasado, permite al nativo una míni-
igualdad de trato para los dos socios de la negcciación. ma participación en su propia explotación.
Algo similar ocurre con los indios de Villadorado ( D . 430) Tal vez, donde más claro se observe este fenóineno, sea en
que desconfían de los patos, en base a una experiencia histórica D. 432 (escrito en 1962, en pleno a7-ige de la Aliunz,a para el
anterior. Cato Pato, 50 años antes, y nada ha cambiado desde Progreso), donde los indios de Aztecland son convencidos por
entonces, los engañó doblemente (al robarles las tierras y ven- Donald de que los conquistadores son cosa del pasado, venciendo
dérselas de vuelta, inútiles). Es importante convencerlos de que simultáneamente a los chicos malos, conquistadores contempo-
no todos 10s patos (blancosj son malos, que los engaños del ráneos. ''¡Esto es absurdo! ¡Los conquistadores ya no existen!"
pasado pueden ser reparados. Cualquier libro de historia -hasta El bot;? del pasado es un delito. Se criminaliza el pasado, pu-
Holywood, y Ia televisión- admiten que los nativos fueron vio- rificando el presente, borrando sil prontuario. No hay para qué
lados. Porque el pasado d e fraude y explotación ha sido supe- seguir ocultando los tesoros: los patolandeses. que además han
rado. Una situación histórica es pública y ya no puede ente- demostrado su bondad cuidando caritativamente a iina ovejita
rrarse, aparece extinguida hacia el pasado. El presente es otrd perdida, sabrán defender a los mejicanos. "Visite Aztecland. En-
cosa. Pero para asegurar el poder d e redención del imperia-
.' trada: un dólar". La geografía se hace tarjeta postal y se vende.
lismo, llega un par d e estafadores y los patos los desenmascn- El anteayer no puede avanzar ni cambiar, porque eso destruiría
ran: ESO es una estafa! Ellos saben lo valioso que es el gas la afluencia turística. Las vacaciones de los metropolitanos se
natural que se está liltrando en la mina". Resultado: "los in- transforman en el. vehículo de la supremacía moderna, y ademlis
dios han declarado la paz a los patos". "Hay que olvidar viejas vol\~emosa ver cómo se guarda incólume la virtud natural y fí-
diferencias, hay que colaborar, las razas pueden entenderse*. sica del buen-salvaje. El reposo en esos lugares ya es un ade-
¡Qué mensaje bello! Como dice un espectáculo, patrocinado por lanto, un cheque en blanco, sobre la regeneración purificadora
el Bank of America, la miniciudad .de Disneylandia en Califor- por medio de la cornunióri con la naturaleza.
nia, es un mundo de paz, en que todos los pueblos pueden en- Todos .estos ejemplos tienen.--. en
... . - . ..-.l._I..
.-L-.% ._._
tenderse. tipos internacionales.
, ~ _ _ _ _ _ _ _ X _ , , _ .._ .. - .. ... -,. .-
Quién podría negar que el periiano (en
Pero, dqué pasa con las tierras? Inca-Blinca, TB. 104) es soinnoliento, vende greda, está acucli-
"Una gran compafiía d e gas se hará cargo de todos los tra- llado, come ají caliente, tiene una cultura milenaria, segíin los
bajos y pagará bien a la tribu". Es la política imperialista más prejuicios dislocados que se proclaman en los mismos afiches
descarada. Frente a estafadores pretéritos y presentes, que se publicitarios. Disney no descubre esta caricatura, pero la explo-
quedaron para colmo en la etapa artesanal, está el gran Tío ta hasta su máxima eficacia encerrando todos esos lugares co-
Compañía, que con justicia resolverá los problemas. No es malo munes sociales, enraizaclos en las visiones del mundo de las
el que viene de afuera, sólo el que no paga "jiisticieramente" clases dominantes nacionales e internacionales, dentro de iIn sis-
es perverso. Por oposición, la compañía es maravillosa. tema que afianzapsu colic~i-c,iic,i;i. Estos clisíhs (liliiyen la cotid;.,-
DEX RUEN SALVAJE AL SUBDESAiGiOLLADO 71
gente. Tiren sus estandartes y tomen limonada gratis". Como ha hecho muy pop~lar".La interpretación pública no sólo desin-
una manada d e biífaios le arrebatan el dinero a Donald, olvidan fla la noticia, sino que se reasegura a sí misma que no pasa
la paz y sorben ruidosamente. Para que vean que son unos al- nada.
borotadores hipócritas; venden sus ideales por un vaso d e li- Pero todos estos fenón~enosson sólo potencialmente subver-
monada. sivos, son nieros índices. Cuando hay un lugar en el mundo donde
se infringe el código de la creación disneylandesca, que estatuye
el comportamiento ejemplar y sumiso del buen salvaje, la histo-
rieta no puede callar el hecho. Debe hacerle arreglos florales,
rernterpretarlo para su lector, incluso si éste es un niso. e t c
& ">
plicio del tablón está también estrictamente prol~ibido.Estamos Ya no puede escapar a nadie los propósitos políticos d e
frente a u11 mar inofensivo. Pero aún existen lugares donde sobre- Disney, tanto en estas pocas historietas donde tiene que mostrar
viven estas reminiscencias y I-iábitos salvajes. LTil hombre trata de abiertamente sus intenciones, como en aquellas mayoritarias en
escapar d e un barco que él califica de terrorífico. "Lleva una q u e está cubriendo d e animalidad, infantilismo, buensalvajismo,
carga peligrosa y su capitán es una amenaza viva. iSocorro!". una trama d e intereses d e un sistema social históricamente deter-
Cuando lo llevan a la fuerza de vuelta a la nave, invoca la li- minado y concretamente situado: el imperialismo norteameri-
bertad ("jsoy un hombre libre! iSuélteine!"), mientras que los cano. i
secuestradores lo tratan d e e s c l a ~ o .Aunque Donald, típicamente, No sólo lo que se dice del niño se piensa del buen-salvaje, i
interpreta el incidente coino d e "salarios" o d e "actores rodando y lo q u e se piensa del buen salvaje se piensa del subdesarrollado,
una película", él y sus sobrinos ta1nbiC.n so11 raptnclos. En el barco sino -y ésta es la nuez definitiva- lo que se piensa, dice, muestra
se vive una pesadilla, hay racionamiento d e comida, se impide y disfraza d e todos ellos, tiene en realidad un solo protagonista
hasta a !as ratas abandonar el buque, sólo impera la ley injusta, verdadero: el proletariado.
arbitraria y enloquecida del "Capitáil Tormenta" y sus barbudos Lo clase. En
secuaces, hay trabajos forzados; esclavos, esclavos, esclavos. las h Z trabajador
7 . .
Pero, ?no se tratará d e unos piratas antiguos? En absoluto. o un proletario, jamás nadie prodrrce industrialmente nada. Pero
Son revolucionarios en lucha contra la ley y el orden, persegui- esto no significa que esté ausente la clase proletaria. Al con-
dos por la armada d e su país porque intentan llevar un carga- trario: está presente bajo dos máscaras, como buen-salvaje y como
mento d e armas a los rebeldes de la República d e San Bana- criminal-lumpen. ñrnbos personajes destruyen al proletariado
nador. "iTrqtarán d e ubicarnos con aviones. Apaguen las luces. como clase, pero rescatan d e esta clase ciertos mitos que la bur-
Nos escabulliremos eii la oscuridad!". Y con el puño en alto grita guesía ha construido desde el principio d e su aparición y hasta
el radioperador: "¡Viva la revolución!". La única esperanza, se- su acceso al poder para ocultar y domesticar a su enemigo, para
gún Donald, es "la buena y vieja armada, símbolo d e la ley y evitar su solidaridad y hacerlo funcionar fluidamente dentro del
el orden". Obligatoriamente el polo rebelde actúa en nombre de sistema, participando en su propia esclavización ideológica.
la tiranía, la dictadura, el totalitarismo. La sociedad esclavista Para racionalizar su preponderancia y justificar su situación
que impera a bordo del barco es la réplica de la sociedad q u e d e privilegio, la burguesía dividió el mundo d e los dominados
ellos proponen instalar en vez del régimen legítimamente esta- en dos sectores: uno, e1 campesiilado, no peligroso, natural, ver-
blecido. En los tiempos modernos, el único vehículo para que dadero, ingenuo, espontáneo, infantil, estático; el otro, urbano,
vuelva la esclavitud del hombre es por medio de las sociedades amenazante, hacinado, insalubre, desconfiado, calculador, amar-
que propugnan los movimientos ins~irreccionales. gado, vicioso, esencialmente móvil. El campesino adquirió en este
proceso rnitificador la exclusividad d e lo popular y se lo erigió
ANTES. S I E N 0 0 lb,
en guardián folklórico d e lo q u e se produce o conserva en el
'CCGE ESA PALA
d~ Y PONTE A I R A
pueblo, lejos de l a influencia d e los centros humeantes urbanos,
purificándose por un retorno cíclico a las virtudes primitivas d e
la tierra. El mito del pueblo como buen-salvaje no hacía sino
servir una vez más a una clase para su dominación y para repre-
sentarse al pueblo como un niño que debía ser protegido para
su propio bien. Eran los únicos capaces d e recibir, sin contra-
decir, los valores de la burguesía coino ctornanlente vblidos. LR
78 PARA LEER A L P A l O D084LD
literatura ii-ifa~ltilse iictrió de estos mitos "populares" y sirvió renovable, d e las dificultades q c e goteaban desde la industriali-
de constante recuerdo aleg6rico acerca de lo que se deseaba q u e zación, se disfraz6 d e nostalgia de la geografía del paraíso per-
fuera el piieblo. dido que ella no pudo aprovechar, y d e nostalgia biológica del
En toda civilización urbana grande (Alejandría con Teócrito, ni60 que ella necesitaba para legitimar su proyecto de emanci-
Roma con Virgilio, la época moderna con Sannazaro, Montema- pación y d e liberación del hombre. No había ningún otro lugar
yor, Shakespeare, Cervantes, D'Urfé) se ha creado el mito pas- a dónde huir, si no era hacia esa otra naturaleza, la tecnología.
toril: un espacio edénico, extrasocial, casto y puro, donde el único Y el anhelo de McLuhan, el profeta d e la era tecnológica, por
problema era el amor (problenu biolbgicoj. Junto a este buco- volver a la ai&o planetariu (calcada sobre el "primitivismo tribal
lismo evangélico, emana una 1itc.i.atiira picaresca (rufianes, vagos, comunista" del mundo subdesarrollado) a través d e los medios
jugadores, gloton.es), que muestra una realidad del hombre mó- masivos de comunicación, no es sino una utopía del futuro que
vil degenerado e irredimible. E1 mundo se divide en el cielo laico vuelve a un ansia del pasado. Aunque la burguesía no pudo
de los pastores y el infierno terrestre de los desocupados. Al llevar a cabo durante sus siglos de existencia, su proyecto histó-
mismo tiempo, hrotan las utopías (Moro, Campaneila, Victoria) rico imaginario, lo mantuvo junto a sí calentito en cada una de
que proyectan hacia el futuro humano ( y en base al optimismo sus expediciones y justificaciones. Disney siempre tuvo miedo a
-*-