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111.

DEL BUEN SALVAJE AL


SUBDESARROLLADO

"Donald (hablando con el médico bruio en Africa):


Veo que son una nación moderna. tienen teléfonos?
Médico-Brujo: <Si tenemos teléfonos?. . . De todos
los colotes y formas . . . El único problema es qiie uno
solo está conectado: en línea directa con el banco de
crédito mundial". .
( Tío Rico, NQ 106).

iDónde ectá Aztecland? iDónde está Inca-Blinca? dónde


está Iriestablestán?
Es indudable que Aztecland es Méjico: todos los prototipos
del "ser" mejicano d e tarjeta postal se guarecen aquí. Burros,
siestas, volcanes, cactus, sombreros enormes, ponchos, serenatas,
machismo, indios de viejas civilizaciones. No importa que el
nombre sea otro, porque reconocemos y fijamos al país de acuer-
do con esta tipicidad grotesca. El cambio de nombre, petrifiean-
do el embrión arquetípico, aprovechando todos los prcjiiicios su-
perficiales y estereotipos acerca del país, permite Disneykindi-
zarlo sin trabas. Es Méjico para todos los efectos de reconoci-
miento y lejanía marginal; no es Méjico para todas las contra-
dicciones reales y conflictos verdaderos de ese país americano.
Walt tomó tierras vírgenes en EE. UU. y construyó sus pa-
lacios de Disneylandia, el reino embrujado. Cuando mira el res-
to del Globo, trata de encuadrarlo en la misma perspectiva, como
si fuera una tierra previamente colonizada, cuyos habitantes fan-
tasrnales deben conformarse a las nociones de Disney acerca de
su ser. Utiliza cada país del mundo para que cumpla u17n fun-
ción modelo dentro d e este proceso de invasicín por la natura-
leza-disney. Incluso si algún país extranjero se atreve a esbozar
un conflicto con EE. UU., como el de Vietnam o el del Caribe,
de inmediato estas naciones quedan registradas como propiedad
DEL BUEN S A L V A J E A L SUBDESARROLLADO 59

d e estas historietas y sus luchas revolucionarias terminan por ser


gusto!" "sombreros que él no puede usar", y habla balbuciente-
banalizadas. Mientras los marines pasan a los revolucionarios por
mente con desarticulados sonidos d e guagua: "Gu". Sin embar-
las armas, Disney los pasa por sus revistas. Son dos formas del
go, lo que lo distingue como descriteriado es el hecho d e que ha
asesinato por Ia sangre y por la inocencia.
robado la corona de oro y piedras preciosas d e Genghis Khan
Disney t'tmpoco inventó a los habitantes d e estas tierras; ( q u e pertenece a Tío Rico mediante operaciones ocultas de SUS
sólo les irnpuso un molde propio d e lo que debían ser, actores agentes) y no conoce sil valía. L a corona está tirada en un rin-
en su Ilit-parutlc, calcomaníds y títeres en sus palacios de fanta- cón como un balde, y Gu prefiere el reloj d e Tío Rico que vale
sía, bueno, e inofensivos salvajes hasta la eternidad. iin dólar ("el reloj es su jtigrrcte favorito"). Pero no importa:
Para Disiley,
- entonces, íos pueblos
- -" --
subdesarrollados s o n c o - "su estupidez nos ayudara a huir". En efecto, Tío Rico cambia
p.- . . -- * m-e----- --
rnágicamente el artefacto barato d e la civilización que hace tic-
tac por la corona. Hay obstáciilos hasta que el niño (inocente-
aniinal-monstruo-subdesarrollado) entiende que sólo se quieren
del niño-buen-salvaje en estas revistas, el objeto en que en rea- llevar algo que a él. para nada le sirve y que en cambio se le
lidad se está pensando es el pueblo marginal. L a relación d e entregará un pedazo fanttístico d e progreso inexplicable ( u n re-
hegemonía que henios establecido entre los niños-adultos que loj) que sí le sirve para jugar. Lo que se extrae es un tesoro, oro,
vienen con su civilizacióri y sus técnicas, y los niños-buenos- materia prima. El que lo entrega es significativamente un sub-
salvajes q u e aceptan esta autoridad extranjera y entregan siis desarrollado mental y superdesnrrollado fisico. El gigantismo
riquezas, queda revelada como la réplica matemática de la re- material de Gii, y de todos lcs dcniás salvajes marginales, es el
lación entre la metrópoli y el satélite, entre el imperio y su co- síntoma d e su fuerza corporal sólo apta para trabajar física-
lonia, entre los dueños y sus esclavos. Tal es así que los metro- mente en la naturaleza pura7.
politanos no sólo buscan tesoros, sino que venden a los nativos
Esto traduce las relaciones d e trueque q u e los primeros i:
recistas (como éstas de Disneylandia j para q u e aprendan el rol
conquistadores y colonizadores (cn Africa, Asia, América y i
que la prensa urbana dominante desea que ellos cumplan. Bajo
Oceanía) tuvi,ron con los indígenas: se intercambia una bara-
el sugerente título "3,Iás vale mafia que fuerza", Donald parte a
tija product? de la superioridad técnica (europea o norteame-
un atolón del Pacífico para tratar de sobrevivir uri mes, y vuelve
ricana) y se Iieva el oro (las especies, el marfil, el té, etc.). Se
cargado d e dólares, convertido en htroe comercial moderno. El
le quita algo en que ni se había fijado como elemento de uso
empresario puede más que el misionero o el ejbrcito. El mundo
o de intercambio. Este es un caso extremo y casi anecdótico. LOS
d e la revista Disneyiandia se autopublicita, haciendo que se
casos más corrientes en otra literatura infantil, pan de cada día,
compre y se venda entusiastamcnte dentro d e sus mismas
dejan al abominable en su condición cle ani~naly por lo tanto
páginas.
incapaz de entrar en une economía de niiiguria clase (Tintin en
Bastii de discurrir. Ejemplos y pruebas.
el Tibet).
Entre todos los niños-buenos-salx~ajes,ninguno llega más le-
Sin embargo esta víctima d e la regresion infantil sefiala el
10s en su exageración de los rasgos infantiles que Gix, el abomi-
limite de un clisé del buen salvaje. 349s allá d e $1 está el feto-
lable hombre d e las nieves (TR. N? 113j : descerebrado, oligo-
salvaje, que por razones d e recato sexual Disney no mostrará.
Crénico, d e tipo inorigólico ! y vi\.e en Tibet, miren q u e casua-
idad, entre seres d e raza anlarilla), se lo trata como a un niño.
Es un "aboniinable dueiio d e casa" (tiene la cueva ciesordena-
i a ) , desparrama los utensilios baratos y desperdicios. "¡Qué mal 7 Pnia el tpiiia del gigantiimo del cuerpo ccn amena7a sexual, véase
de Eldridge Cleaver, Soul o!¿ Ice, 1968.
60 PARA LEEñ AL PATO DQNAIS DEI. B'CEN CAI.VA,E A L S G ~ ~ ~ ~ E S A H R O L L A D61
O

L O 5 FELICES A Z 7 - F U S NAL'aN A
LIBSUAU A h l l € S T U O S A"iiiud5.. .

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ÚNICO FPOBKMA E5 QUE UNO
C D N E L T ~ D O EN-&FA
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MUNDIAL.
.CON B 0- DE C&I-
7u MUhlViAL? P P U U ) E C3MU)'.
d
"
DEI. BUrX SALVAJE A L SLqDES.4llnOLLADO 63

Por si el lcctor pensara que estamos hilando muy fino al dido nada. La razón: "El rey ordenó a sus sílbditos no hacer re-
galos d e navidad este año. Desea que todo el. ~ u e b l ole entregue
estdblecer un paralelo entre un hombre que :e lleva el oro y
a él su dinero". Comentario de Donald: "iEgoísta!". Y manos
otro que lo regala por una baratija mecánica, entre el imperia-
a la acción. Donald es convertido en rey, al ser tomado como
lismo extractor y el país morioproductor de materias primas, en-
un gran mago que vuela por Ics aires. Es destronado el antiguo
tre dominados y dcniinantes representativos, colocamos ahora un
("No es hombre sabio como tú. No nos permite comprar rega-
ejemplo más explícito de la estrategia de Disney con respecto a
los"). Donald acepta (con la intención de partir apenaq la tien-
los países que kl caricaturiza como atrasados, pero sin revelar
da quede vacía): "Mi primera orden corno rey e s . . . ,compren
la causa d e su atraso.
regalos para sus familias y no entreguen un centavo a SU rey!".
Algunos diálogos sustraícios de la misma historieta que nos
Pero, al terminar las ventas, Donald devuelve la corona al rey. Este
sirvió d e encabezamiento de este capítulo. Donald ha caído en
deseaba el dinero para irse del país y comer lo qiie se le anto-
un país de la selva africana. Alií un médico brujo (coi1 anteojos
jara, en vista de que los congolianos exigen quc su rey sólo coma
encima d e su gigantesca máscara primitiva) Io cura. La versión
cabezas de pescado. E1 rey: "Si tuviera otra oportunidad, go-
que se entrega de la independización de los africanos es ver-
bernaría bien. Y de algún modo me las arreglaría para no comer
gonzante. "Es la nueva nación de Cuco Roco, aviador. Esta es
ese guiso espantoso".
nuestra capital". Se ven tres rucas d e paja y un conjunto am-
Donald (al pueblo): "Y les aseguro que dejo el trono en
bulante de parvas de heno. Cuando Donald pregunta por este
buenas manos. Su antiguo rey es un buen rey. . . y más sabio
extraño fenómeno, el brujo le explica: "¡Son pelucas!" "ES la
que antes". ( E l pueblo: "~Hurra!¡Viva!").
novedad que trajo nuestro embajador de las Naciones Unidas".
Cuando el chancl-io que persigue a Donald aterriza y necesita El rey aprende que debe aliarse con los extranjeros si quie-
re conservar su poder, que él ni siquiera puede demandar im-
que saquen las pelucas para ver dónde está su pato-adversario,
puestos a su pueblo, porque éstos deben ser entregados íntegros
el siguiente diálogo:
al exterior a través del Agente d e Mc Pato. El dinero vuelve a
"Chancho: Escuchen. ¡Les pagaré un buen precio por sus
Patolandia. Además, los afuerinoq solucionan el problema del
pelucas! ¡Véndanme todas las que tengan!
aburrimiento del rey en sus tierras, de su sentimiento de margi-
Un nativo: iYippi! Un comerciante rico nos compra las pe-
nación y deseo de viajar hacia la metrópoli, mediante la impor-
lucas.
tación masiva de lo suntuario: "Y no te aflijas por esa comida",
Otro natito: Me pagó seis esianlpillas por la mía.
dice Donald. "Yo te mandaré unas salsas que cambiarán de gusto
Aún otro (alborozado): A mí me pasó dos fichas para el
aún a las cabezas de pescado". El rey zapatea de felicidad.
subterráneo de Chicago".
El mismo esquema se repite hasta la saciedad. Mc Pato
Cuando el chancho escapa: "Arrojaré unas cuantas mone-
cambia puertas de acero inoxidable por puertas de oro puro a
das para qiie los nativos no se acerquen al remolino". Y se aga-
los indios del Canadá ( T R 117). Boty y Donald atrapados por
chan felices e invertebrados a recoger el dinero. Tal es así que
los aridianos (árabes) ( D . 453), empiezan a soplar y producir
cuando los "chicos malos" se maquillan de nativos polinésicos,
pompas de jabón, que los nativos desean m8s que cualquier otra
para engaíiar a Dondld, no tienen otio n~odelod e conducta: "Tú
cosa. "Ja, ja. Se deshacen cuan(" uno lds atrapa. Ji, ji". Y diw
salvar nuestras vidas". "Seremos tus servidores para siempre". Y
Alí-Ben-Golí, el jefe: "Es verdadera magia. Mi gente ríe como
mientras se postran, Donald comenta: "Son nativos también. Pe-
niños". Ellos no entienden cómo se hace. "Es sólo un secreto
ro un poco más civilizados".
transmitido d e generación en generación", dice Boty: "Te lo
Otro cjemplo (nhniero especial D. 4"). Don& parte a la revelaré si nos das la libertad". ( L a civilización se presenta co.
''Lejdna CoiigoLa" poique allj el ncgocio de Tío Rico no ha ven-
mo algo incomprensible que debe ser administrado por los hom- viene desde afuera con sus múltiples objetos, es un juguete.
bres extranjeros ) . El jefe ( con extrañeza) : "iLa libertad? ESO Nunca perforará la defensa cristalizada del buen-salvaje, al cual
no es todo lo que os daré. Oro. Joyas. Mi tesoro es d e ustedes, se le p o h í b e civilizarse. Nunca podrá entrar en el cliib de los
si ine revelan el secreto". Los árabes consienten en su propia actores de la prodiiceión, porque ni siquiera entiende que esos
enajenación. "Joyas tenemos, pero de nada sirven. No hacen reír objetos han sido producidos. Los ve como elementos mágicos,
como las pompas mágicas". Mientras Donald se ríe de él, con surgidos desde el cerebro de los extranjeros, d e su verbo, de
una mueca, "pobre ingenuo", Boty entrega el jabón Flap-flap: sus palabras mágicas.
"Tienes razón amigo. Cuando desees un poco d e alegría, echa
un poco de polvos inAgicos y recita las palabras mágicas". La
historieta termina con la conclusión de que no es necesario ex-
carjar las pirámides ( o la tierra) personalnlente: "Para qué ne-
cesitamos una pirámide, teniendo a Alí-Ben-Colí". quetería. Pobres nativos. Qué ingenuos son. Pero si ellos no usan
Esta situación tiene a los nativos cada vez más eufóricos. su oro, es mejor llevárselo. En otra parte servirá d e algo.
Cada objeto de que se libran les aumenta la felicidad y cada Mc Pato (TR. 48) toma posesión de la luna de veinticuatro
artefacto que reciben como magia desprovista d e origen maqui- quilates donde "el oro es tan puro que se puede moldear como
nario los llena de regocijo. si fuera mantequilla". Pero aparece el dueño legítimo, Mukale,
Ninguno de nuestros niás enconados adversarios puede jus- un venusiano que posee el título de^ 1% propiedad, y que está
tificar este trato desequilibrado; l o acaso alguien piensa que dispuesto a vendérselo a Tío Rico por un puñado de tierra. "Oh,
un puñado de joyas es igual a uria cajita de jabón o una corona de jes la mayor ganga que Iie oído en mi vida!", exclama el avaro,
oro igual que un reloj? Segura.mente se objetará que estos true- y se lo da. Pero hliikale es tan "buen natural" y con un "cont.er-
ques obedecen a la fantasía, pero es desafortunado que estas tidor mágico" transforma la tierra en un planeta, con continen-
leyes d e la imaginación favorezcan unilateralmente a los perso- tes, océanos, árboles, un universo natural: "He vivido demasiado
najes slie vienen de afuera y a los que escriben y editan estas pobremente aquí rodeado sólo de átomos de oro". Exiliado d e
revistas. su naturaleza inocente, deseando un poco de lluvia y volcanes,
Pero por qué nunca l1a.ma la atención este flagrante des- Mukale reniega del oro con tal de poder volver a la tierra ori-
pojo, o en otros términos, ?cómo es posible que esta desigualdad ginaria y conformarse con los medios de subsistencia mínimos:
aparezca conio una igualdad? Es decir, lpor qué el saqueo iin- ("¡Alfalfa! hle siento renacer"). "Ahora tengo un mundo propio,
periaiista, para llamarlo por su nombre, y por qué la sumisión con alimentos y bebidas". No sólo que Tío Rico no le roba el
colonial, no aparecen en su carácter d e tales? oro, sino que, por el contrario, le hace el favor de extractarle
"Joyas tenemos, pero de nada sirven". todo ese metal corrompido y facilitar el retorno a la inocencia
Allí están en sus tiendas de desierto, en sus cavernas, en primitiva. "El consiguió lo que él quería y yo esta fabulosa luna.
sus ciudades otrora florecientes, en sus islas aisladas, en sus for- Ochocientss kilómetros d e espesor de puro oro. Pero a pesar d e
talezas proliibidas, y nunca yocírári salir d e ahí. Cuajados en su eso, creo que él sacó la mejor parte". Al pobre se le deja entre-
tiempo histórico pretérito, definidas sus necesidades en función gado a la celebración feliz de la vida simple. Es e l viejo aforis-
de este pasado, estos subdesarrollados no tienen derecho a cons- mo: los pobres no tienen preocupaciones, la riqueza trae pro.
truir un futuro. Sus coronas, sus materias primas, su petróleo, su blemas. Hay que saquear a los pobres, n los subdesarrolladoi,
energía, sus elefantes de jade, su fruta, pero especialmente su sin sentimiento de culpa.
oro, jamás podrán ser utilizados. Por lo tanto, el progreso, que
(js PARA LEER A L PATO DONALD DEL BUEN SALVAJE AL SUBDESARROLLADO 67

La conquista ha sido purgada. Es inofensiva la presencia los patos se muestran desinteresados y amigos d e los nativos. Se
de los forasteros: ellos construyen el futuro en base de una so- concluye: Lo que ellos se l l ~ ~ _ ~ _ , r g _ o ~ E i n i cno
i ó nes"jsdd__eue_l-
,
sable p a r a x ciclo vital de los buenos-salvajes, Ellos sabrán
ciedad que jamás podrá o querrá salir del pasado.
- ay-.-.-..-...,
* ". ---.
,~.%.,.*.*,,*sv,- 2 3 ,- ---------
quelfener coniianza en estos hombres tal como en el otro
Pero hay una segunda manera d e infantiliaar y exonerar su
actitud ladrona. El imperialismo se perrnite presentarse a sí mis- que vino antes- distinguir lo esencial de 10 superfluo. La opo-
mo como vestal d e la liberación d e los pueblos oprimidos y el
juez imparcial d e sus intereses.
Lo único que no se le puede quitar al buen-salvaje es su a en su lado autoritarista y
subsistencia, y esto, porque destruiría su economía natural, for- paternalista. Garrote y Caritas.
zándolo a perder el paraíso y crear una economía d e producción.
Donald (F. 16) viaja al "Altiplano del Abandono" para
buscar un chivo d e plata. Pero este animal metálico sirve para
están ahí con el exclusivo propósito d e transformar a los patos
salvar a un pueblo priniitivo d e la muerte por hambre (palabra
en defensores de la justicia, d e la ley, del alimento para los po-
prohibida). Dice el jefe: "El único para llegar a la llanura ex-
bres y, por lo tanto, d e limpiar cualquier otra acción futura. De-
terior es este estrecho sendero. Sólo ustedes y las ovejas tienen
fendiendo lo único que sí les puede servir a los buenos salvajes
el coraje d e atravesarlo. Nuestro puebIo ha sufrido siempre de
(su alimentación), y que provocaría su muerte o rebelión, des-
vértigos. Jamás uno de nosotros tendrá el valor de aventurarse
truyendo J e esta manera la imagen infantil con la violencia, los
a salir m n el rebzño. Nos habríamos muerto d e inanición en
metropolitanos logran convertirse en 10s portavoces d e estos
nuestro pañuelo d e tierra si un bondadoso hombre blanco no
pueblos sumergidos y sin habla.
hubiera llegado a nosotros en ese misterioso pájaro (Nota: es
un a&&) que ustedes ven allá. . . Construyó un chivo blanco Esta división ética d e los dominadores, los explícitos y los
con metal d e nuestra mina". DonaId y sus sobrinos d e inme- solapados, se repite incesantemente. Mickey y su compafiía (TB.
diato devuelven el chivo a los introvertidos. 6 2 ) buscan una mina de plata y desenmascaran a dos estafado-
res que aterrorizaban a los indios. Esta caracteristiea habitual
d e los nativos -pánico pavoroso e irracional frente a cualquier
hecho que desconcierta sil ciclo natural- enfatiza su cobardía
(tal vez como los niños temen la oscuridad) y la necesidad d e
algún ser superior que venga a rescatarlos y a restaurar el sol. Los
dos malvados vendían "los adornos" ( d e los indios) a los turistas
haciendo grandes ganancias, "disfrazados d e conquistadores es-
pañoles", que ya habían robado el mineral indígena. "Lo siento,
Minnie", dice Mickey "pero los indios habían descubierto la mi-
na antes". Ella se alegra d e todas maneras: "Ahora estarán li-
Pero entran en escena personajes que todavía no habíamos bres de salir del barranco y vender sus propias joyzs". Como
encontrado: las villanos. Es un hombre rico y su hijo que desean recompensa, se los entroniza dentro d e 1;i tribu: Minnie, prin-
el chivo, aunque ese pueblo se muera de hambre, olvidando, in- cesa; Mickey y Tribilín, guerreros; Pliito, iina pluma. Así, la 1i-
cluso la caridad como actitud obligada. "Firmó un contrato y bertad d e los indios es para po.der co1oc:ir sus productos en el
tiene que entregarme la mercadería". Este malo es ve~lcidoy mercado extranjero. Lo que se cotideiia es ci robo directo, abier-
Pero hay más. Se abre un hotel y comienzan las excursio-
nes. Los indios permanecen en su fondo natural con tal de ser
consumidos turísticamente. La condición de su "riqueza" es qur:
negarlo- esclavizar al indígena. Ahora las cosas han cambiado. no se muevan.
Hobar sin pagar es robar sin disfraz. Robar pagando no puede Estos dos últimos ejemplos insinúan ciertas diferencias con
considerarse robar, sino favorecer. De ahí que las condiciones la política clásica de un colonialismo burdo. Es posible advertir
de la v e ~ t adel adorno y la importacióri desde Patolandia nunca en esta colaboracióri benévola un neocolonialismo que, rechazan-
estén cuestionadas, relaciones que reconocen de anternano la do el saqueo desnudo del pasado, permite al nativo una míni-
igualdad de trato para los dos socios de la negcciación. ma participación en su propia explotación.
Algo similar ocurre con los indios de Villadorado ( D . 430) Tal vez, donde más claro se observe este fenóineno, sea en
que desconfían de los patos, en base a una experiencia histórica D. 432 (escrito en 1962, en pleno a7-ige de la Aliunz,a para el
anterior. Cato Pato, 50 años antes, y nada ha cambiado desde Progreso), donde los indios de Aztecland son convencidos por
entonces, los engañó doblemente (al robarles las tierras y ven- Donald de que los conquistadores son cosa del pasado, venciendo
dérselas de vuelta, inútiles). Es importante convencerlos de que simultáneamente a los chicos malos, conquistadores contempo-
no todos 10s patos (blancosj son malos, que los engaños del ráneos. ''¡Esto es absurdo! ¡Los conquistadores ya no existen!"
pasado pueden ser reparados. Cualquier libro de historia -hasta El bot;? del pasado es un delito. Se criminaliza el pasado, pu-
Holywood, y Ia televisión- admiten que los nativos fueron vio- rificando el presente, borrando sil prontuario. No hay para qué
lados. Porque el pasado d e fraude y explotación ha sido supe- seguir ocultando los tesoros: los patolandeses. que además han
rado. Una situación histórica es pública y ya no puede ente- demostrado su bondad cuidando caritativamente a iina ovejita
rrarse, aparece extinguida hacia el pasado. El presente es otrd perdida, sabrán defender a los mejicanos. "Visite Aztecland. En-
cosa. Pero para asegurar el poder d e redención del imperia-
.' trada: un dólar". La geografía se hace tarjeta postal y se vende.
lismo, llega un par d e estafadores y los patos los desenmascn- El anteayer no puede avanzar ni cambiar, porque eso destruiría
ran: ESO es una estafa! Ellos saben lo valioso que es el gas la afluencia turística. Las vacaciones de los metropolitanos se
natural que se está liltrando en la mina". Resultado: "los in- transforman en el. vehículo de la supremacía moderna, y ademlis
dios han declarado la paz a los patos". "Hay que olvidar viejas vol\~emosa ver cómo se guarda incólume la virtud natural y fí-
diferencias, hay que colaborar, las razas pueden entenderse*. sica del buen-salvaje. El reposo en esos lugares ya es un ade-
¡Qué mensaje bello! Como dice un espectáculo, patrocinado por lanto, un cheque en blanco, sobre la regeneración purificadora
el Bank of America, la miniciudad .de Disneylandia en Califor- por medio de la cornunióri con la naturaleza.
nia, es un mundo de paz, en que todos los pueblos pueden en- Todos .estos ejemplos tienen.--. en
... . - . ..-.l._I..
.-L-.% ._._
tenderse. tipos internacionales.
, ~ _ _ _ _ _ _ _ X _ , , _ .._ .. - .. ... -,. .-
Quién podría negar que el periiano (en
Pero, dqué pasa con las tierras? Inca-Blinca, TB. 104) es soinnoliento, vende greda, está acucli-
"Una gran compafiía d e gas se hará cargo de todos los tra- llado, come ají caliente, tiene una cultura milenaria, segíin los
bajos y pagará bien a la tribu". Es la política imperialista más prejuicios dislocados que se proclaman en los mismos afiches
descarada. Frente a estafadores pretéritos y presentes, que se publicitarios. Disney no descubre esta caricatura, pero la explo-
quedaron para colmo en la etapa artesanal, está el gran Tío ta hasta su máxima eficacia encerrando todos esos lugares co-
Compañía, que con justicia resolverá los problemas. No es malo munes sociales, enraizaclos en las visiones del mundo de las
el que viene de afuera, sólo el que no paga "jiisticieramente" clases dominantes nacionales e internacionales, dentro de iIn sis-
es perverso. Por oposición, la compañía es maravillosa. tema que afianzapsu colic~i-c,iic,i;i. Estos clisíhs (liliiyen la cotid;.,-
DEX RUEN SALVAJE AL SUBDESAiGiOLLADO 71

nidad d e estos pueblos a través de la cultura masiva. La única


manera de que un mejicano conozca Perú es a travtss del pre-
juicio, que implica a1 mismo tiempo que Perú no puede ser otra
cosa, que no puede dejar esta situación protctípica, el aprisio-
namiento en su propio exotismo. Pero de esta manera el meji-
cano se está autoconociendo, autoconsumiendo, se ríe d e si mis-
mo. Al seleccionar los rasgos más epidérmicos y singulares d e
cada pueblo, provocando nuevas sensaciones para incentivar
la venta, diferenciando a través d e su folklore a naciones que
ocupan una misma posición dependiente y separándolas por siis
diferencias superficiales, la historieta, como todos los medios de
comunicación d e masas, juega con el principio del sensacionu-
lismo, es decir, de ocultación por lo "nuevo". Niiestros países se
transforman en tarros de basura que se remozan eternamente
para el deleite impotente y orgiástico de los países del centro.
En televisión, radio, revistas, periódicos, chistes, noticias, rever-
berando en conversaciones, películas, sofisticáridose en los tex- Así, hay una multitud d e hechos cotidianos aiae revelan el
tos de historia, dibujos, -vestuario, discos, todos los días, en este malestar d e un sistema. El artis~a, que destriiye la percepción
mismo momento, se lleva a cabo la disolución de la solidaridad habitual y masificada para agredir al espectador y provocar su
internacional de los oprimidos. Estamos separados por la repre- inestabilidad, no es más que un estrafalario, que por casualidad
sentación que nos Iiaceinos de los demás y que es nuestra propia logró sembrar colores en el viento. Se aísla al genio de la vida,
imagen enana en el espejo. y toda su tentativa d e reconciliar la realidad c ~ su
n repr,~ s e n t a -
Este gran pozo tácito del cual siempre se pueden extraer ri- ción estética queda anulada. Tribilín gana el primer premio en
quezas estereotipadas, se basa en las representaciones cotidianas el concurso "pop", al resbalar locamente por un estacionamiento
y no necesita buscar en la actualidad directa sus fuentes de in- volcando tarros de pintura y creando el caos. En medio d e la
formación alimenticia. Cada uno tiene adentro un manual de basura intelectual que h a escupido, Tribilín protesta: "dYo ga-
cortapalos atestado d e encrucijadas comunes que le vienen a nador? /Recontra! Ni siquiera lo intenté". Y el arte pierde su
todo. ofensiva: "Este trabajo sí que es bueno. Por fin puedo ganar
Sin embargo, y por suerte, las contradicciones afloran y dinero divirtiéndome y así nadie se enfada conmigo". (TB. 99).
cuando éstas scn tan poderosas que se constituyen a pesar d e No debe desconcertarse el público por esas "obras maestras": no
la prensa metropolitana en noticia, es imposible reiterar el mis- tienen nada que ver con sus existencias, sólo los flojos y los es-
mo apacible fondo argumental. La realidad conflictiva no pue- túpidos se dedican a este tipo de deporte. Lo mismo ocurre con
de ser tapada por los mismo5 esquemas que una realidad que, los "hippies" y las manifestaciones de paz y amor. Un tropel
siendo conflictiva, aún no ha estallado lo suficiente como para (notemos cómo los aglutinan) de iracundos desfila fanáticam8nm
llamar la atención informativa. te y Donald (TR. 40) los invita a desviar su trayectoria para to.
mar limonada en el boliche de sus sobrinos (Ti0 Rico qulsre
comurobar s i i honradez) : "Ahf vn un gi'iipo scdlcnto , , , Eh,
D E Z EUEN SALVAJE AL SUBDESARROLLADO 73

gente. Tiren sus estandartes y tomen limonada gratis". Como ha hecho muy pop~lar".La interpretación pública no sólo desin-
una manada d e biífaios le arrebatan el dinero a Donald, olvidan fla la noticia, sino que se reasegura a sí misma que no pasa
la paz y sorben ruidosamente. Para que vean que son unos al- nada.
borotadores hipócritas; venden sus ideales por un vaso d e li- Pero todos estos fenón~enosson sólo potencialmente subver-
monada. sivos, son nieros índices. Cuando hay un lugar en el mundo donde
se infringe el código de la creación disneylandesca, que estatuye
el comportamiento ejemplar y sumiso del buen salvaje, la histo-
rieta no puede callar el hecho. Debe hacerle arreglos florales,
rernterpretarlo para su lector, incluso si éste es un niso. e t c

& ">

Es el caso de la guerra del Vietnam.


El reino de Disney no es el d e la fantasía, porque reacciona
Contrastcmdo con ellos toman limonada ordenadamente los ante los acontecimientos mundiales. Su visión del Tibet no es
retoños militares, pequeños cadetes, orderiados, obedientes, lim- idéntica a su visión de la penírisula d e Indochina. Hace 15 años
pios, buenitos, verdaderamente pacíficos, y no sucios y anárqui- el Caribe era el mar de los piratas. Ahora han tenido que ajus-
cos "rebeldes". tarse al hecho d e Cuba y la invasión d e la República Domini-
Ekta-_estrategia de conic.rtir el signo d e la protesta eri im- cana. El bucanero grita ahora vivas a la revolución y es some-
postura, se llama dilución: hacer que un fenbmeiio anormal al tido. Ya le tocará el turno a Chile.
cuerpo d e la sociedad, sífitoma de un cáncer, pueda ser recha-
zado automáticamente por la "opinihn pública" como una cos-
quilla pasajera. Rásquese y terminaremos con ellos. A Disney no
se le iluminó esta ampolleta solito, es parte de un metabolismo
del sistema, que reacciona frente a hechos reales y los envuelve,
parte de una estrategia, consciente o inconscientemente orques-
tada. Por ejemplo, al convertir la primitiva dinamita del liippi
en gran industria textil, en moda, se le trata d e privar d e su
denuncia d e los males del sistena. Es similar lo qiie sucede l-on
la licuefacción d e los movimientos para la liberación de la mu-
jer en EE. UU. La publicidad se atreve a siigerir que las damas
deben comprar licuadoras ( joic!) para hacer sus tareas domés-
ticas velozmente y poder concurrir así a la próxima manifesta-
ción callejera en pro d e la emancipación.
Por último, la piratería aérea (TR. 113) sólo es cosa d e
bandidos locos: "Estamos secuestrando su avión". Comenta Pas-
cual: "Según he visto en los diarios, el secuestro de aviones se
74 PARA LEER AL PATO DONALD
D a BUEN SALVAJE AL SUBDESARROLLADO 75

cambio de balas desenchufadas e insensatas, y la tregua en una


siesta. ''iRha Thon sí, Patolandia no!", grita un guerrillero apo-
yando al ambicioso dictador (comunista) y dinamitando la em-
bajada de Batolandia. Al advertir que anda mal su reloj, el viet-
cong dice: "Queda demostrado que no se puede confiar en los
relojes del 'paraíso de los trabajadores'". La lucha por el poder
es meramente personal y excéntrica: "Todos quieren ser gober-
nantes". ''1Viva Rha Thon! Dictador del pueblo feliz", es el grito,
y se agrega en un susurro, o "infeliz". El tirano defiende su par-
cela: "Mátenlo. No dejen que estropee mi revolución". El sal-
vador en esta situación caótica es el príncipe Encanh Thador O
Yho Soy, formas del egocentrismo mágico. El viene a reunificar
el país y a "pacificar" al pueblo. Finalmente debe triunfar, por-
que los soldados rehusan las órdenes de un jefe que ha perdido
SU carisma, que no es "encantador".

Soldado 1: "?,Para que sigan estas tontas revoluciones?".


Soldado 2: "No. Creemos que es mucho mejor que haya un
rey en Inestablestán, como en los buenos tiempos".
Y para cerrar el circuito y la alianza, Tío Rico regala "estas
riquezas y el elefante a Inestablestán", tesoros que le pertene-
cían antes a ese pueblo. Uno de los sobrinitos comenta: "La
gente pobre puede hacer usa de ellas". Y por último, tantas ganas
tiene Tío Rico de voiver de este remedo de Vietnam, que pro-
mete: " @ u ~ n d ovuelva u Patolar~dia,haré incluso algo más. De-
volveré la col& de un millón de doilares de! elefante de jade".
Apostamos, sin embargo, que Mc Pato se olvidó de sus pro-
mesas apenas llegó. Así, el siguiente diálogo (en Patolandia) en
otra revista (D. 445):
Sobrinito: "También les dio la gripe asiática".
Donald: "Siempre he dicho que nada bueno nos puede venir
En busca de un elefante de Jade (TR. N),Mc Pato y su
del Asia".
familia llegan a Inestablestán, donde "siempre hay alguien dis-
parhndole a alguien". De inmediato, !a situación de guerra civil Una similar reducción es la que ocurre respecto del Caribe:
se transforma en un incomprensible juego entre alguien con al- Cuba, Centroamérica: La república ( ? ) de San Bananador (D.
guien, es decir, fratricidio estúpido y sin direccidn ética o razón 364). Donald se burla de los niños que juegan al secuestro: son
socioeconómica. La guerra de Vietnam resulta un mero inter- cosas que ya no suceden: "En los barcos no se secuestra a nadie
y los marineros no padecen escorbuto en este tiempo.. ." El su-
D E L B U E N SAL\'AJE AL SUBDESARROLLAN 77

plicio del tablón está también estrictamente prol~ibido.Estamos Ya no puede escapar a nadie los propósitos políticos d e
frente a u11 mar inofensivo. Pero aún existen lugares donde sobre- Disney, tanto en estas pocas historietas donde tiene que mostrar
viven estas reminiscencias y I-iábitos salvajes. LTil hombre trata de abiertamente sus intenciones, como en aquellas mayoritarias en
escapar d e un barco que él califica de terrorífico. "Lleva una q u e está cubriendo d e animalidad, infantilismo, buensalvajismo,
carga peligrosa y su capitán es una amenaza viva. iSocorro!". una trama d e intereses d e un sistema social históricamente deter-
Cuando lo llevan a la fuerza de vuelta a la nave, invoca la li- minado y concretamente situado: el imperialismo norteameri-
bertad ("jsoy un hombre libre! iSuélteine!"), mientras que los cano. i
secuestradores lo tratan d e e s c l a ~ o .Aunque Donald, típicamente, No sólo lo que se dice del niño se piensa del buen-salvaje, i
interpreta el incidente coino d e "salarios" o d e "actores rodando y lo q u e se piensa del buen salvaje se piensa del subdesarrollado,
una película", él y sus sobrinos ta1nbiC.n so11 raptnclos. En el barco sino -y ésta es la nuez definitiva- lo que se piensa, dice, muestra
se vive una pesadilla, hay racionamiento d e comida, se impide y disfraza d e todos ellos, tiene en realidad un solo protagonista
hasta a !as ratas abandonar el buque, sólo impera la ley injusta, verdadero: el proletariado.
arbitraria y enloquecida del "Capitáil Tormenta" y sus barbudos Lo clase. En
secuaces, hay trabajos forzados; esclavos, esclavos, esclavos. las h Z trabajador
7 . .

Pero, ?no se tratará d e unos piratas antiguos? En absoluto. o un proletario, jamás nadie prodrrce industrialmente nada. Pero
Son revolucionarios en lucha contra la ley y el orden, persegui- esto no significa que esté ausente la clase proletaria. Al con-
dos por la armada d e su país porque intentan llevar un carga- trario: está presente bajo dos máscaras, como buen-salvaje y como
mento d e armas a los rebeldes de la República d e San Bana- criminal-lumpen. ñrnbos personajes destruyen al proletariado
nador. "iTrqtarán d e ubicarnos con aviones. Apaguen las luces. como clase, pero rescatan d e esta clase ciertos mitos que la bur-
Nos escabulliremos eii la oscuridad!". Y con el puño en alto grita guesía ha construido desde el principio d e su aparición y hasta
el radioperador: "¡Viva la revolución!". La única esperanza, se- su acceso al poder para ocultar y domesticar a su enemigo, para
gún Donald, es "la buena y vieja armada, símbolo d e la ley y evitar su solidaridad y hacerlo funcionar fluidamente dentro del
el orden". Obligatoriamente el polo rebelde actúa en nombre de sistema, participando en su propia esclavización ideológica.
la tiranía, la dictadura, el totalitarismo. La sociedad esclavista Para racionalizar su preponderancia y justificar su situación
que impera a bordo del barco es la réplica de la sociedad q u e d e privilegio, la burguesía dividió el mundo d e los dominados
ellos proponen instalar en vez del régimen legítimamente esta- en dos sectores: uno, e1 campesiilado, no peligroso, natural, ver-
blecido. En los tiempos modernos, el único vehículo para que dadero, ingenuo, espontáneo, infantil, estático; el otro, urbano,
vuelva la esclavitud del hombre es por medio de las sociedades amenazante, hacinado, insalubre, desconfiado, calculador, amar-
que propugnan los movimientos ins~irreccionales. gado, vicioso, esencialmente móvil. El campesino adquirió en este
proceso rnitificador la exclusividad d e lo popular y se lo erigió
ANTES. S I E N 0 0 lb,
en guardián folklórico d e lo q u e se produce o conserva en el
'CCGE ESA PALA
d~ Y PONTE A I R A
pueblo, lejos de l a influencia d e los centros humeantes urbanos,
purificándose por un retorno cíclico a las virtudes primitivas d e
la tierra. El mito del pueblo como buen-salvaje no hacía sino
servir una vez más a una clase para su dominación y para repre-
sentarse al pueblo como un niño que debía ser protegido para
su propio bien. Eran los únicos capaces d e recibir, sin contra-
decir, los valores de la burguesía coino ctornanlente vblidos. LR
78 PARA LEER A L P A l O D084LD

literatura ii-ifa~ltilse iictrió de estos mitos "populares" y sirvió renovable, d e las dificultades q c e goteaban desde la industriali-
de constante recuerdo aleg6rico acerca de lo que se deseaba q u e zación, se disfraz6 d e nostalgia de la geografía del paraíso per-
fuera el piieblo. dido que ella no pudo aprovechar, y d e nostalgia biológica del
En toda civilización urbana grande (Alejandría con Teócrito, ni60 que ella necesitaba para legitimar su proyecto de emanci-
Roma con Virgilio, la época moderna con Sannazaro, Montema- pación y d e liberación del hombre. No había ningún otro lugar
yor, Shakespeare, Cervantes, D'Urfé) se ha creado el mito pas- a dónde huir, si no era hacia esa otra naturaleza, la tecnología.
toril: un espacio edénico, extrasocial, casto y puro, donde el único Y el anhelo de McLuhan, el profeta d e la era tecnológica, por
problema era el amor (problenu biolbgicoj. Junto a este buco- volver a la ai&o planetariu (calcada sobre el "primitivismo tribal
lismo evangélico, emana una 1itc.i.atiira picaresca (rufianes, vagos, comunista" del mundo subdesarrollado) a través d e los medios
jugadores, gloton.es), que muestra una realidad del hombre mó- masivos de comunicación, no es sino una utopía del futuro que
vil degenerado e irredimible. E1 mundo se divide en el cielo laico vuelve a un ansia del pasado. Aunque la burguesía no pudo
de los pastores y el infierno terrestre de los desocupados. Al llevar a cabo durante sus siglos de existencia, su proyecto histó-
mismo tiempo, hrotan las utopías (Moro, Campaneila, Victoria) rico imaginario, lo mantuvo junto a sí calentito en cada una de
que proyectan hacia el futuro humano ( y en base al optimismo sus expediciones y justificaciones. Disney siempre tuvo miedo a
-*-

qiie trajo la tgcnica y el pesimisnlo del quiebre de la unidad


medieval) el reino estático de la prrfección social. Sólo la bur- --- _ __
los vaLres ?el-pasado es la solución que debe propiciar el im-
guesía en formacidn fue capaz de impiilsar los viajes de descu-
brimiento, donde de pronto florecieron innumerables pueblos que
obedecían teóricamente a los esquemas pastorilcs y utópicos, que mperialismo, burguesía
participaban d e I a razón cristiana iiniversal que el humanismo y proletariado, de clases sociales, para los que no hubiesen apren-
erasmista Iiabía proclamado. Así, la divisibn entre lo positivo- dido las instrucciones para expulsar a alguien del club disney-
popular-campesinc! y lo negativo-popular-proletario recibió toda landia, autorizamos la reprodiicción masiva del siguiente edi-
tina afluencia desbordante. Los nuevos continentes fueron colo- torial d e El ~Merc~rio (13 d e agosto, 1971) titulada Voz de Aleita
a los f&res.:
nizados en nonlbre d e esta separticion, piira probar que en ellüs,
"Entre los objetivos que persigue e! Gobierno de la Unidad
alejados del pecado original y del pecado del ~~~ercantilismo, se
Popular figura la creación de una nueva mentalidad en las gene-
podía llevar a cabo la historin idenl que la burgriesín se había
raciones juveniles.
trazado y qiie los Iiolgiizancs, inmiiiidos, proliferantes, promiscuos
exigentes proletarios no admitían con su constante oposición obs- 'Tara cumplir este propósito, propio de todas las sociedades
inarxistas, las autoridades que intervienen en la educación y la
tinada. A pesar del fracaso de Ainéricii Latina, a pesar del fra-
publicidad están echando mano a distintos recursos.
caso en Africa, en Oceariia y en Asia, el mito nunca perdió vigor,
y por el contrario, sirvió dc constante acicate al único país que "Opiniones responsables del Gobierno sostienen que la edu-
logró su desarrollo, abrió la frontcrii t i n a y otra vez, y qiie final- caciOn será uno de los medios calificados para lograr aquél pro-
mente iba a der nacimiento al infernal Disney, que quiso abrir pósito; d e ahí qiie a estas alturas estén severamente cuestionados
y cerrar la frontera (le la imaginncicín infantil, basado jiisiiime~ite los métodos de enseñanza, los textos que utilizan los alumnos y
en los mitos que dieron origen a sil propio lxiís. la mentalidad d e grandes sectores del magisterio nacional que
rechaza ser instrumento d e concientización ideológica.
La nostalgia Iiistórica d e la l)iirgiicsía, prodiicto tanto de las
"No puede sorprender que se ponga énfasis en cambiar la
contradicciones objetivas clciitro (le sil clase, d e siis conflictos
con el proletariado, de sil mito siciiipre desiiicntido y sieiIlpre mentalidad d e la juventud escolar que por su escasa formación
. . . . . .
no piiede d<:sci.ibrir el suti! contrabando ideológico que se le instrumento para el proselitismo doctrinario impuesto d e la pri-
suministra. mera infancia en forma tan insidiosa y disimulada, que a menudo
.'
5111 embargo, también se intentan otras vías a nivel infantil,
7 .

muchos no vislumbran los reales propósitos que las publicaciona


cuya expresión mis clara son las revistas y publicaciones que ha persiguen".
comenzado a lanzrir la Editorial del Estado, bajo mentores lite- Y en este momento perseguimos la siguiente respuesta: si el
rarios chi1ei:os y estranjeros, pero en todo caso d e probada mili- proletariado está eliminado, dquién produce todo ese oro, todas
taiicia marxista. esas riquezas?
"Conviene subrayar que ni siquiera se descartan los medios
cle esparcimiento y entretención infantiles para impopularizar
personajes ya consagrados en la literatura mundial, y al mismo
tiempo reemplazarlos por otros modelos discurridos por los ex-
pertos en propaganda d e la Unidad Popular.
"Hace ya algún tiempo q u e seudos sociólogos han venido
cilirnando, en su enrevesado lenguaje, contra ciertas historietas
cómicas de circulación internacional, juzgadas funestas por cuanto
serían vehículos de colonización intelectual para quienes se im-
pusieran d e su contenido. Es natural que tales argumentos hayan
sido corlsiderados irrisorios en diversos círculos, que ahora se ven
acudir a un expediente análogo con el objeto d e difundir con-
signas en forma liábilmente disfrazada.
"Es indudable que una concientización realizada en forma
burda no teridría acogida, en este rubro, entre padres y apode-
rados. Se ha debido, pues, destilar cuidadosamente un.materia1
que lleva incliiidas algunas ideas propicias para alcanzar las me-
tas q:ie persiguen.
"
hn esta forn-ia los nifios reciben desde temprana edad una
7

dosis de proyagancln sistemática para desviarlos en otras etapas


de su forrn¿ición hacia los derroteros del marxismo.
"También se ha querido aprovechar las revistas infantiles
para que los padres reciban i1,n adoctrinamiento ideológico, para
lo cual se incliiyen en ellas suplementos especiales para los adul-
tos.
"Iliistra acerca d e los procedimientos marxistas el qile una
empresa del Estado auspicie iniciativas d e esta especie, con la
colaboración d e personal extranjero.
"El programa de la Unidad Popular prescribe que los me-
dios d e comunicación deberán tener una orientación educativa.
Ahora cinpcsainos a saber que tal orientación se convierte en

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