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JOHN LOCKE

encima de la otra y le confiriera, por medio de una evidente y clara designación, un


derecho indudable de dominio y soberanía.

6. Mas aunque sea éste un estado de libertad, no es, sin embargo, un estado de

Segundo
licencia; pues aunque el hombre en tal estado tenga una libertad incontrolable para
disponer de su persona o de sus posesiones, no tiene, sin embargo, libertad para
destruirse a sí mismo ni a ninguna criatura de su posesión, excepto cuando algún fin
más noble que su mera preservación se lo demande. El estado de naturaleza está

ensayo gobernado por una ley de la naturaleza que obliga a todos; y la razón, que es esa ley,
enseña a toda la humanidad que quiera consultarla, que siendo todos iguales e
independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o posesiones.
Pues los hombres son todos obra de un Hacedor omnipotente e infinitamente sabio,

sobre el gobierno todos siervos de un Amo soberano y enviados a este mundo por orden de Él y para
cumplir Su encargo; en consecuencia, son de Su propiedad y han sido hechos para
durar lo que a Él, y no cualquiera de ellos, le plazca.

civil
Y así, al haber sido todos dotados con iguales facultades y compartir una comunidad
de naturaleza, no puede suponerse ninguna subordinación entre nosotros que nos
autorice a destruirnos recíprocamente, como si hubiésemos sido creados para
usarnos el uno al otro, según lo fueron las criaturas de rangos inferiores al nuestro.
Por la misma razón que cada uno está obligado a preservarse a sí mismo y a no
Un ensayo sobre el verdadero origen, alcance y finalidad renunciar a su estado voluntariamente, y cuando su propia preservación no esté en
del gobierno civil. juego, deberá, en la medida de lo posible, preservar al resto de la humanidad y no
Selección del Prof. Claudio Lassevich; Buenos Aires, La Página – Losada, 2003. podrá, a menos que se trate de hacer justicia con quien ha cometido una ofensa,
quitar una vida o dañarla, o menoscabar lo que tiende a la preservación de la vida, la
Capítulo I "Del poder político" libertad, la salud, los miembros o los bienes de otro.

3. Considero, por lo tanto, que el poder político es el derecho de dictar leyes, incluida 7. Y para que todos los hombres se abstengan de invadir los derechos de los demás y
la pena de muerte y, en consecuencia, todas las penas menores necesarias para la de dañarse el uno al otro, y se observe esa ley de la naturaleza que se preocupa por la
regulación y preservación de la propiedad, y el derecho de emplear la fuerza de la paz y la preservación de toda la humanidad, los medios para ejecutarla están en
comunidad en la ejecución de tales leyes y en la defensa del Estado ante ofensas manos de todos los hombres, de modo que todos y cada uno tienen el derecho de
extranjeras. Y todo ello exclusivamente en pos del bien público. castigar a quienes transgreden la ley en la medida en que ésta sea violada. (...)

Capítulo II "Del estado de naturaleza" 13. A esta extraña doctrina -es decir, que en el estado de naturaleza cada hombre
tiene el poder de ejecutar la ley natural- no dudo que se le objetará que no es
4. Para entender correctamente el poder político y deducirlo desde su origen, razonable que los hombres sean jueces de sus propias causas; que el amor a sí
debemos considerar en qué estado se hallan naturalmente todos los hombres; éste es mismos los hará parciales en su favor y en el de sus amigos. Y, por otro lado, que los
un estado de perfecta libertad para ordenar sus acciones y disponer de sus defectos naturales, la pasión y la venganza los llevarán demasiado lejos en el castigo
posesiones y personas como les parezca adecuado, dentro de los límites de la ley de la de los otros hombres, de lo que no surgirá nada más que confusión y desorden, y que
naturaleza, sin pedir permiso o depender de la voluntad de ningún otro hombre. por lo tanto Dios ha designado al gobierno para restringir la parcialidad y la violencia
Es también un estado de igualdad, en el que todo poder y jurisdicción son recíprocos, de los hombres. Concedo sin reserva que el gobierno civil es el remedio apropiado
pues nadie tiene más que otro. Nada hay más evidente que el hecho de que las para los inconvenientes del estado de naturaleza, los cuales por cierto han de ser
criaturas de la misma especie y rango, que nacieron promiscuamente para disfrutar grandes cuando los hombres pueden ser jueces en su propia causa. Pues es fácil
de las mismas ventajas de la naturaleza y usar las mismas facultades, también imaginar que quien fue tan injusto como para hacer un daño a su hermano,
deberían ser iguales entre sí, sin subordinación o sujeción, a menos que el señor y difícilmente sea tan justo como para condenarse por ello.
amo de todas ellas, por manifiesta declaración de su voluntad, pusiera a una por Pero quisiera que quienes hacen esta objeción recuerden que los monarcas absolutos
son sólo hombres, y que si el gobierno ha de ser el remedio de los males que
necesariamente surgen del hecho de que los hombres sean jueces en sus propias 21. La libertad natural del hombre consiste en ser libre de cualquier poder superior
causas, lo que hace del estado de naturaleza algo insoportable, desearía saber qué sobre la tierra y en no estar sometido a la voluntad o a la autoridad legislativa de
tipo de gobierno será y cuánto mejor resultará que el estado de naturaleza, aquel hombre alguno, sino en tener sólo a la ley de la naturaleza como norma. La libertad
donde un hombre al mando de una multitud tiene la libertad de ser juez en su propia del hombre en sociedad consiste en no estar sujeto a ningún poder legislativo sino
causa y puede hacer con sus súbditos lo que se le antoje, sin la menor cuestión o aquel establecido por consentimiento en el seno del Estado, ni bajo el dominio de
control por parte de quienes ejecutan su parecer, debiendo los demás someterse a él ninguna voluntad o la restricción de ley alguna, excepto aquellas dictadas por el
en todo lo que haga, esté guiado por la razón, el error o la pasión. Mucho mejor es en poder legislativo según la mision a él confiada. (...) la libertad de los hombres
el estado de naturaleza, donde los hombres no están obligados a someterse a la sometidos a un régimen de gobierno consiste en tener una norma para vivir según
voluntad injusta del prójimo, y si aquel que juzga, juzga mal en su propia causa o en ella; norma común a todos los miembros de esa sociedad y hecho por el poder
la de otro, es responsable por ello ante el resto de la humanidad. legislativo en ella establecido. Una libertad que me permita seguir mi propia
voluntad en todas las cosas sobre las cuales la ley nada prescribe, no estar sometido a
Capítulo III "Del estado de guerra" la voluntad inconstante, incierta, desconocida y arbitraria de otro hombre, pues la
libertad natural consiste en no estar bajo otra restricción que la impuesta por la ley
17. A esto obedece que quien intenta colocar a otro hombre bajo su poder absoluto se de la naturaleza.
pone en estado de guerra contra él, pues ello ha de entenderse como una declaración
de que atentará contra su vida. Porque tengo razón para concluir que aquel que Capítulo V "De la propiedad"
quiere ponerme bajo su poder sin mi consentimiento, abusará de mí como le plazca
cuando disponga de mí y asimismo me destruirá cuando se le ocurra. Pues nadie 24. Tanto si consideramos la razón natural, la cual nos dice que los hombres, una vez
puede desear tenerme bajo su poder absoluto a menos que sea para obligarme por la nacidos, tienen derecho a su preservación y, en consecuencia, a comer y beber y a
fuerza a hacer lo que va en contra de mi derecho a la libertad; es decir, convertirme todas aquellas cosas que la naturaleza ofrece para subsistencia, como en la
en esclavo. Estar libre de semejante coacción es lo único seguro para mi "revelación", que nos ofrece un relato de los dones mundanos que Dios concedió a
preservación, y la razón me ordena considerar enemigo de mi preservación a quien Adán y a Noé y a sus hijos, es en extremo evidente que Dios, como dice el rey David
me arrebate la libertad que me protege. De manera que aquel que haga intento de (Salmo 115.06): "ha dado la tierra a los hijos de los hombres", es decir, ha dado la
esclavizarme se pone en estado de guerra contra mí. Aquel que, en estado de tierra a la humanidad en común. Pero, admitiendo esto, a muchos les parece muy
naturaleza, arrebatara la libertad que le es propia a cualuiera que se encuentra en tal difícil entender cómo cualquier individuo puede llegar a tener en propiedad cosa
estado, necesariamente debe ser considerado como alguien que tiene intención de alguna. No me contentaré sólo con responder que, si es difícil justificar la
sacarle todas las otras cosas, pues la libertad es el fundamento de todo lo demás. De "propiedad" a partir de la suposición de que Dios le dio el mundo a Adán y a su
igual manera, aquel que, en estado de sociedad, arrebate la libertad que pertenece a descendencia para que lo tuvieran en común, es imposible que cualquier individuo
los miembros de dicha sociedad o estado, debe ser tenido por alguien que se propone excepto un monarca universal tenga "propiedad" alguna a partir de la suposición de
arrebatarles todo lo demás y así considerárselo en estado de guerra. que Dios le dio el mundo a Adán y a sus herederos directos, excluyendo a todo el
resto de su descendencia. No me contentaré sólo con responder esto, sino que
19. Aquí tenemos la clara diferencia entre el estado de naturaleza y el estado de también me consagraré a mostrar cómo los hombres pueden llegar a tener en
guerra, los cuales, por más que algunos hombres los han confundido, son tan propiedad varias parcelas de lo que Dios dio a la humanidad en común, y eso sin que
distantes entre sí como un estado de paz, buena voluntad, ayuda mutua y haya ningún pacto expreso entre los miembros de la comunidad.
preservación y un estado de enemistad, malicia, violencia y mutua destrucción. Los
hombres que viven juntos conforme a la razón, sin un superior terrenal común y con 25. Dios, que le dio el mundo a los hombres en común, también les dio la razón a fin
autoridad para juzgarse entre ellos, constituyen propiamente el estado de naturaleza. de que hagan uso de ella para mayor ventaja y beneficio de la vida. La tierra y todo lo
En cambio la fuerza, o una intención declarada de ejercer la fuerza sobre la persona que hay en ella fueron dados a los hombres para sustento y comodidad de su
de otro individuo, cuando no hay ningún superior terrenal en común al cual apelar existencia. Y aunque todos los frutos que produce naturalmente, y las bestias de ellos
en procura de alivio, es el estado de guerra; y la carencia de tal apelación le da al se alimentan, pertenecen a la humanidad en común, en tanto que son producto
hombre el derecho de guerra contra un agresor, aun cuando éste viva en sociedad y espontáneo de la naturaleza, y aunque nadie tiene originalmente un dominio privado
sea un conciudadano. (...). sobre ninguno de ellos que excluya al resto de la humanidad, pues están en estado
natural, sin embargo como fueron dados para uso de los hombres, necesariamente
Capítulo IV "De la esclavitud" debe haer algún medio de apropiarse de ellos antes de que puedan ser utilizados, o
resulten beneficiosos para algún hombre en particular. Los frutos o los venados que
alimentan al indio salvaje, quien no conoce cotos de caza y es usuario de la tierra en
común con los demás, deben ser suyos y son tan suyos, es decir, tan parte de sí quiera. A lo que respondo que no es así. La misma ley de la naturaleza que por este
mismo, que sobre ellos ningún otro podrá tener derecho, antes de que su propietario medio nos da la propiedad, también pone límites a ella. "Dios nos ha dado todas las
haya derivado de ellos algún beneficio para el sustento de su vida. cosas en abundancia" ¿Es la voz de la razón confirmada por la inspiración? ¿Pero
cuánto nos ha dado Él "para que lo disfrutemos"? Tanto cuanto cada uno pueda usar
26. Aunque la tierra y todas las criaturas inferiores sean comunes a todos los para beneficio de su vida antes de que se eche a perder, tanto cuanto pueda
hombres, sin embargo cada hombre tiene una "propiedad" en su propia "persona", a apropiarse por medio de su trabajo. Todo lo que excede la parte que puede utilizar
quien nadie tiene derecho alguno sino él. La "labor" de su cuerpo y el "trabajo" de pertenece a los demás. Nada fue creado por Dios para que el hombre lo eche a
sus manos, podríamos decir que son suyos por propiedad. Cualquier cosa, entonces, perder o lo destruya. Y así, considerando la abundancia de provisiones naturales que
que saque del estado en que la naturaleza la ha producido y dejado, modificándola durante largo tiempo hubo en el mundo, y los escasos consumidores, y cuán pequeña
por su labor y añadiéndole algo que le es propio, de tal forma se ha convertido en su sería la parte de esa abundancia que el trabajo de un solo hombre podría abarcar y
propiedad. Al haberla sacado del estado común en que la naturaleza la había puesto, acumular con perjuicio para los demás, en especial manteniendo dentro de los
por medio de su labor le ha añadido algo que excluye el derecho común de los otros límites impuestos por la razón lo que podría ser de su uso, quedaría muy poco
hombres. Por ser este "trabajo" propiedad incuestionable del trabajador, ningún espacio para peleas o altercados sobre la propiedad así establecida.
hombre excepto él tiene derecho a lo que una vez se le agregó a la cosa, al menos
cuando queden bienes comunales suficientes, y de tan buena calidad, para los demás. 31. Mas como la cuestión principal acerca de la propiedad no atañe hoy a los frutos
de la tierra ni a las bestias que subsisten en ella, sino la tierra misma, por ser aquello
27. Quien se alimenta con las bellotas que recogió bajo un roble, o con las manzanas que sostiene y lleva consigo todo lo demás, creo que es obvio que su propiedad
que cosechó de los árboles del bosque, sin duda se ha apropiado de ellas. Nadie también se adquiere como en el caso anterior. Tanta tierra cuanta un hombre labre,
puede negar que el alimento es suyo. Yo pregunto, entonces, ¿cuándo comenzaron a plante, mejore, cultive, y cuyo producto pueda usar, será de su propiedad. Es como si
ser suyas? ¿cuando las digirió? ¿o cuando las comió? ¿o cuando las cocinó? ¿o por su trabajo él pusiera cercas, separándola de las tierras comunales Tampoco
cuando las llevó a su casa? ¿o cuando las recogió? Y es claro que si el hecho de invalidaría su derecho decir que todos los demás tienen igual título a ellas y por lo
recogerlas no las hizo suyas, ninguna otra cosa pudo hacerlo. Ese trabajo estableció tanto no puede apropiárselas, no puede cercarlas, sin el consentimiento de todos los
una distinción entre las suyas y las comunales. El trabajo de recogerlos les agregó a miembros de su comunidad, es decir, de todo el género humano. Dios, cuando dio el
los frutos algo más de lo que la naturaleza, madre común de todos, les había mundo en común a toda la humanidad, también le ordenó al hombre que trabajara; y
acordado, y así se convirtieron en su derecho privado. ¿Y si alguien dijera que él no la penuria de su condición así lo exigía. Dios y su razón le ordenaban someter la
tenía derecho a las bellotas o manzanas que de tal forma se apropió, porque no tenía tierra, es decir, mejorarla para el beneficio de su vida, agregándole así algo que era
el consentimiento de toda la humanidad para hacerlas suyas? ¿Fue un robo tomar suyo, su trabajo. Aquel que, obedeciendo este mandato de Dios, sometió, labró y
para sí lo que pertenecía a todos en común? Si un consentimiento tal fuera sembró cualquier parte de la tierra, le añadió algo que era propiedad suya, y a lo que
necesario, el hombre se habría muerto de hambre, a pesar de la abundancia que Dios ningún otro no tenía título ni podría arrebatarle sin inferirle una injuria.
le había dado. Vemos en las tierras comunes, que siguen siendo tales en virtud de un
pacto, que el hecho de tomar cualquier parte de lo que es común y sacarlo del estado 32. Tampoco era esta apropiación de cualquier parcela de tierra, mejorándola por el
en que lo dejó la naturaleza, es lo que determina la propiedad, sin la cual las tierras trabajo, un perjuicio para los demás hombres, dado que todavía quedaban tierras
comunales no tienen sentido. Y tomar esta o aquella parte no depende del expreso suficientes y de buena calidad y más de lo que quienes todavía no tenían tierras
consentimiento de todos los miembros de la comunidad. Así, el pasto que mi caballo podían usar. (...)
ha comido, el heno que mi siervo ha segado y el mineral que he extraído de algún
lugar, al que tengo derecho compartido, se convierten en mi propiedad sin la 33. (...) [Dios] Lo ha dado [el mundo] para que lo usaran los hombres trabajadores y
concesión o consentimiento de nadie. El trabajo lo hice yo, sacarlos del estado racionales, y es el trabajo lo que da su título de propiedad, no el capricho o la codicia
común en el que estaban ha establecido mi propiedad sobre ellas. de los peleadores y revoltosos, aquel a quien le había quedado tanto para mejorar
como lo que ya había sido tomado, no tenía por qué quejarse, no debía mezclarse con
29. (...) Y entre aquellos que se consideran la parte civilizada de la humanidad, que lo que ya estaba mejorado por el trabajo de otro; si lo hacía, era claro que deseaba el
han hecho y multiplicado leyes positivas para determinar la propiedad, esta ley beneficio de los esfuerzos de otro -a lo cual no tenía derecho- y no el terreno que Dios
original de la naturaleza realtiva al establecimiento de la propiedad, sobre lo que le había dado, en común con los demás, para trabajarlo, y del cual quedaba tanto
antes era común, sigue teniendo vigencia. (...) como ya era propiedad de otro hombre y más de lo que pudiera utilizar o abarcar con
su trabajo.
30. Tal vez a esto se objete que si el hecho de recoger las bellotas u otros frutos de la
tierra, etc., confiere derecho a ellos, entonces cualquiera puede acumular tanto como
35. La naturaleza ha dejado bien establecidos los límites de la propiedad, que pasto de su parcela se echaba a perder en el terreno o los frutos de su plantación
dependen del trabajo humano y de lo que resulte conveniente para la vida. Ningún perecían sin que los recogiese, esta parte de la tierra, a pesar de que la hubiera
trabajo humano pudo someter o apropiarse de todo, tampoco podía consumir más parcelado, seguía considerándose yerma y podía convertirse en posesión de cualquier
que una pequeña parte para su uso; de manera qu era imposible que cualquier otro. (...)
hombre interfiriera con el derecho de otro o adquiriera para sí una propiedad en (...) todavía las tierras eran en común, sin que tuvieran propiedad fija de la que
perjuicio de su vecino, quien seguía teniendo espacio para una posesión tan grande y utilizaban, hasta que se establecieron reunidos en grupo y construyeron ciudades y
tan buena (después de que el otro había tomado la suya) como la que antes había entonces, por consentimiento, les llegó el momento de establecer las fronteras de sus
sido tomada en propiedad. Esta limitación confinaba la posesión de cada hombre a diferentes territorios y acordar los límites entre ellos y sus vecinos, fijando por medio
una proporción muy moderada y sólo a cuanto pudiera apropiarse para sí sin dañar a de leyes internas las propiedades de quienes pertenecían a la misma sociedad. (...)
nadie; así ocurría en las primeras edades del mundo, cuando los hombres corrían
más peligro de perderse, si se alejaban de su mutua compañía y vagaban por la vasta 40. Tampoco es tan extraño como tal vez parezca a primera vista, que el trabajo
extensión de tierra desierta, que de estorbarse por falta de lugar donde afincarse. pueda dar más valor a la tierra que cuando ésta era comunal, porque el trabajo sin
duda es lo que introduce la diferencia de valor en todas las cosas. Dejemos que cada
36. (...) Pero fuera como fuere, pues no voy a insistir en ello, lo que sí me atrevo a uno considere cuál es la diferencia entre un acre de tierra plantada con tabaco o
afirmar osadamente es que la misma regla de propiedad, a saber, que todo hombre azúcar, sembrado con maíz o avena, y un acre de la misma tierra pero comunal, sin
debería tener tanto como lo que es capaz de utilizar, puede seguir aplicándose en el labranza alguna, y encontrará que la mejora introducida por el trabajo es lo que
mundo, sin perjuicio de nadie, dado que hay tierras suficientes en el orbe para constituye la mayor parte del valor. Creo que sería un cómputo muy modesto decir
abastecer al doble de habitantes, si la invención del dinero, y el tácito acuerdo de los que de los productos de la tierra útiles para la vida del hombre, nueve décimos son
hombres a atribuirle valor a la tierra, no hubiese dado lugar a apoderarse de resultados del trabajo. No, si estimáramos rectamente las cosas tal y como llegan a
extensiones más grandes de tierra y a tener derecho a ellas. Cómo ocurrió esto, lo nuestro uso y sumáramos los diversos gastos que en ellas se han invertido -esto es, lo
mostraré más ampliamente a continuación. que en ellas se debe puramente a la naturaleza y lo que obedece al trabajo-,
encontraríamos que en la mayor parte de ellas el noventa y nueve por ciento debe
37. Es seguro que, en el principio, antes de que el deseo de tener más de lo que los atribuirse enteramente al trabajo.
hombres necesitaban hubiese alterado el valor intrínseco de las cosas -el cual
depende sólo de su utilidad para la vida del hombre- o hubiesen aceptado que un 41. No puede haber una demostración más clara de esto que lo que ocurre en muchas
pedacito de metal amarillo, que perduraba sin pérdida o deterioro, tendría el mismo naciones de América, las cuales son ricas en tierras y pobres en todas las
valor que un gran pedazo de carne o toda una parva de maíz, los hombres tenían comodidades de la vida (...) al no mejorar esas tierras por medio del trabajo, esas
derecho a apropiarse, por medio de su trabajo, de tantas cosas de la naturaleza como naciones no tienen una centésima parte de las comodidades de las que nosotros
pudieran usar. Sin embargo no podían ser muchas, ni causar perjuicio a lo demás, disfrutamos, y hasta el rey de un vasto y fructífero territorio allí se alimenta, aloja y
cuando igual cantidad abundante quedaba para aquellos que quisieran aplicar el viste peor que un jornalero de Inglaterra.
mismo trabajo.
Antes de apropiarse de la tierra, aquel que recogía tantos frutos silvestres como 42. Para que esto quede un poco más claro, repasemos los diversos estados por los
podía, mataba, cazaba o domesticaba tantos animales como era capaz, empleaba sus que pasan algunos de los productos necesarios para la vida antes de que los usemos,
esfuerzos aplicándolos a alguno de los productos espontáneos de la naturaleza para y veamos cuánto de su valor reciben del trabajo humano. El pan, el vino y el vestido
alterarlo en cualquier sentido respecto del estado en que la naturaleza lo había son cosas de uso diario y que se utilizan en gran abundancia; sin embargo, si el
dejado, agregando su trabajo a ellos, adquiría así su propiedad. Pero si esos bienes trabajo no nos proveyera de estos bienes tan útiles, las bellotas, el agua y las hojas o
perecían en su posesión sin el debido uso, si los frutos se echaban a perder o los las pieles serían nuestro alimento, bebida y vestido. Pues si el pan es más valioso que
venados entraban en putrefacción antes de que pudiera consumirlos, cometía una las bellotas, el vino que el agua y la tela o la seda que las hojas, pieles o musgo, ello se
ofensa contra la ley común de la naturaleza y era susceptible de ser castigado porque debe enteramente al trabajo y la industria. Unos son el alimento y la vestimenta que
invadía la porción de su vecino. Pues sólo tenía derecho a aquello que podía usar y la naturaleza sin otra ayuda nos da; las otras, elementos que nuestra industria y
pudiera servirle para satisfacer las necesidades de la vida. esfuerzos producen para nosotros. En qué medida éstas exceden a las otras en valor,
lo vemos cuando computamos qué proporción de trabajo constituye la mayor parte
38. Las mismas medidas gobernaban también la posesión de la tierra. Todo terreno del valor de las cosas de las que disfrutamos en este mundo; también que los terrenos
en el que labraba y cosechaba, y los frutos que podía usar antes de que se echaran a productores de materias primas son de escaso valor, si es que tienen alguno, tan
perder, eran suyo por derecho de propiedad. Todo terreno que labraba y cuyos frutos escaso que, incluso entre nosotros, la tierra que queda en estado natural y no tiene
podía utilizar para alimentarse, así como el ganado, también eran suyos. Pero si el
ninguna mejora de pastura, labrantía o cultivo, se llama yerma, como por cierto lo es,
y descubriremos que el beneficio que de ella se obtiene es prácticamente nulo. 50. Pero, dado que el oro y la plata, al tener escasa utilidad para la vida del hombre,
en comparación con la comida, el vestido y el transporte, sólo tiene valor a partir del
43. (...) Ya que no son sólo los esfuerzos del labrador, la labor del cosechador y el consentimiento de los hombres -valor del que el trabajo, sin embargo, constituye una
trillador y el sudor del panadero los que han de computarse en el pan que comemos, gran parte- es claro que los hombres han consentido una posesión desproporcionada
sino también el trabajo de quienes domesticaron los bueyes, los que extrajeron y y desigual de la tierra. Pues mediante voluntario consentimiento, han establecido la
forjaron el hierro y sacaron las piedras, los que derribaron y ensamblaron la madera forma en que un hombre, rectamente y sin injuria, puede poseer más tierra de la que
empleada en el arado, el molino, el horno o cualquier otro de los utensilios, que son puede utilizar, recibiendo oro y plata a cambio de la sobrante. Pues el oro y la plata
muy numerosos, utilizados desde que se sembró la semilla hasta que se hizo el pan, y pueden permanecer largo tiempo en posesión de su propietario, sin echarse a perder.
que deben ser puestos en la cuenta del trabajo y percibidos como un efecto de él. (...) Esta distribución realizada al margen de las reglas de la sociedad y del pacto, se ha
logrado acordando que esos metales deben tener valor.
46. La mayor parte de las cosas que realmente son útiles para la vida del hombre, y
que la necesidad de subsistencia hizo que los primeros comuneros del mundo Capítulo VII: "De la sociedad política o civil"
buscaran -como hacen ahora los americanos- por lo general son cosas de corta
duración, las cuales, si no se consumen, se deteriorarían y perecerían. El oro, la plata 87. Al nacer el hombre, como lo hemos demostrado, con derecho a la libertad
y los diamantes son cosas a las que el capricho o el acuerdo han acordado valor, pero perfecta y a disfrutar sin límites de todos los derechos y privilegios que le otorga la
que no sirven para cubrir las necesidades de la vida. Ahora bien, de las cosas buenas ley de la naturaleza, y en igual media que cualquier otro hombre o grupo de hombres
que la naturaleza había provisto comunalmente, cada uno tenía derecho de usar en el mundo, tiene por naturaleza el poder no sólo de preservar su propiedad -es
(como ya se ha dicho) tanto cuanto pudiera y tenía propiedad sobre todo lo que decir, su vida, libertad y bienes- contra las injurias y atentados de otros hombres,
pudiera afectar con su trabajo; todo lo que su industria pudiera alcanzar, para sino de juzgar y castigar las transgresiones a esa ley cometidas por otros hombres, en
sacarlo del estado en el que la naturaleza lo había puesto, era suyo. Quien recogía el grado que la ofensa lo merezca; incluso podrá aplicar la pena de muerte en
cien bushels de bellotas o manzanas tenía propiedad sobre ellas; eran sus bienes crímenes donde lo abominable del hecho, en su opinión, así lo requiera. Pero como
apenas lo recogía. Sólo tenía que preocuparse de usarlas antes de que se echaran a ninguna sociedad política puede existir ni subsistir sin tener en sí misma el poder de
perder, pues si no, había tomado más de lo que le correspondía y les habían robado a preservar la propiedad y, a fin de lograrlo, el de castigar las ofensas de todos los
los demás. Y, por cierto, era algo insensato y deshonesto acumular más de lo que se miembros de esa sociedad, única y exclusivamente habrá una sociedad política allí
podía usar. Si le regalaba una parte a cualquier otra persona, para que no se echara a donde cada uno de los miembros haya renunciado a su poder natural y lo haya
perder inútilmente en su posesión, era un uso válido el que hacía. Y si trocaba dejado en manos de la comunidad en todos aquellos casos en que no esté
ciruelas que se habrían echado a perder en una semana por nueces que podrían imposibilitado para pedir la protección de la ley establecida por la comunidad. Y así,
comerse durante un año entero, no incurría en perjuicio pues no gastaba la provisión al estar excluido todo juicio privado de cada miembro en particular, la comunidad
común ni destruía parte alguna de la porción de bienes que pertenecía a los otros, en pasa a ser el árbitro que decide según las normas y reglas establecidas e imparciales,
la medida en que nada se echara a perder en sus manos sin ser utilizado. De nuevo, aplicables a todos, y administradas por hombres autorizados por la comunidad para
si quería cambiar sus nueces por una pieza de metal pues le gustaba a causa de su que las ejecuten. Así, decide todas las diferencias que puedan surgir entre los
color, o intercambiar sus ovejas por conchillas o su lana por una gema miembros de esa sociedad en cuestiones de derecho, y castiga aquellas ofensas que
resplandeciente o un diamante y guardárselos durante toda su vida, no invadía el cualquier miembro haya cometido contra la sociedad, con las penas que la ley ha
derecho de los demás; podía acumular tantos bienes durables como se le antojara, establecido.
pues lo que sobrepasaba los límites de su propiedad legítima no consistía en la Guiándonos por esto, es fácil discernir quiénes constituyen una sociedad política y
cantidad de sus posesiones sino en dejar que se echara a perder lo que, teniendo en quiénes no. Aquellos que están unidos en un cuerpo y tienen una ley común
su poder, no usaba. establecida y una judicatura a la cual apelar, con autoridad para decidir las
controversias entre ellos y castigar a los ofensores, forman entre sí una sociedad civil.
47. Y así se introdujo el uso del dinero, una cosa perdurable que los hombres pueden Pero aquellos que carecen de una autoridad común a la cual apelar -me refiero a una
gurdar sin que se arruine y, por mutuo consentimiento, pueden intercambiar por los autoridad terrenal- continúan en estado de naturaleza, donde cada uno -por falta de
productos verdaderamente útiles para la vida pero perecederos. otra persona- es juez y ejecutor en sí mismo, lo que equivale, como lo he mostrado
antes, a estar en perfecto estado natural.
48. Y al igual que los diferentes grados de laboriosidad permitieron darles posesiones
a los hombres en diferentes proporciones, la invención del dinero les dio la 88. Y así el Estado se origina mediante un poder que establece qué castigo se
oportunidad de conservarlas y aumentarlas (...) impondrá a las diversas transgresiones que considera merecedoras de tal, cometidas
por los miembros de esa sociedad. Este es el poder de hacer leyes, al que debe daño que éste pueda inferirles, es probable que se sientan en estado de naturaleza en
sumarse el poder de castigar cualquier injuria inferida a alguno de sus miembros por relación con él, el cual sin duda se halla en dicho estado. Y tan pronto como puedan
alguien que no pertenezca ella. Este es el poder de hacer la guerra y la paz. Ambos procurarán protegerse bajo la seguridad de la sociedad civil, motivo por el cual ésta
poderes se encaminan a la preservación de la propiedad de todos los miembros de fue ante todo instituida y en virtud de la cual entraron en ella. (...)
esa sociedad tanto como sea posible. Mas aunque todo hombre que ha entrado a El pueblo, al no encontrar sus propiedades seguras bajo el gobierno como entonces
formar parte de una sociedad haya abandonado su poder de castigar las ofensas se ejercía -a pesar de que el gobierno no tiene otra finalidad que preservar la
contra la ley natural según se lo dicte su juicio personal, ocurre que, junto con el propiedad-, reparó en que nunca podría estar seguro, ni descansar, ni considerarse
poder de juzgar las ofensas que ha cedido al poder legislativo en todos aquellos casos parte de una sociedad civil, hasta que el poder legislativo estuviera delegado en
en que puede apelar al magistrado, también le ha cedido al estado el derecho de cuerpos colectivos de hombres, llámense senado, parlamento o lo que sea, en virtud
emplear su propia fuerza personal para la ejecución de los juicios del Estado en todos de los cuales cada persona individual fuera súbdito, al igual que otros hombres de
los casos en que se recurra a él. Estos juicios del Estado, ciertamente son sus propios más baja condición, de esas leyes que él mismo, como parte del poder legislativo,
juicios, sean hechos por él mismo o formulados por su representante. Y aquí había establecido. (...) me pregunto si ese individuo no permanecería en perfecto
tenemos el origen del poder legislativo y ejecutivo de la sociedad civil (...). estado de naturaleza y, en consecuencia, estaría excluido de la sociedad civil.

89. Por lo tanto, toda vez que cualquier número de hombres esté así unido en una Capítulo VIII: "Del origen de las sociedades políticas"
sociedad, de modo tal que cada uno haya renunciado al poder ejecutivo que tiene por
ley natural y lo haya cedido al poder público, entonces, y sólo entonces, hay una 95. Al ser los hombres, como se ha dicho, libres por naturaleza, iguales e
sociedad política o civil. (...) independientes, nadie puede ser sacado de este estado sometido al poder político de
otro sin su propio consentimiento, lo que se hace mediante acuerdo con otros
90. Y de esto resulta evidente que la monarquía absoluta, que algunos hombres hombres, a fin de unirse en una comunidad para vivir cómodos, seguros y en paz los
consideran el único tipo de gobierno del mundo, es por cierto incompatible con la unos con los otros, en un sereno disfrute de sus propiedades y protegidos contra
sociedad civil y excluye todo tipo de gobierno civil. Pues al fin de la sociedad civil es cualquiera que no forme parte de ella. (...) Cuando un grupo de hombres ha
evitar y remediar aquellos inconvenientes del estado de naturaleza que consentido en hacer una comunidad o gobierno, quedan de inmediato incorporados y
necesariamente surgen de que todo hombre sea juez en su propia causa, forman un cuerpo político, en el cual la mayoría tiene el derecho de actuar y decidir
estableciendo una autoridad conocida a la cual todos los miembros de la sociedad en nombre de los demás.
deben obedecer. Dondequiera existan personas que no cuentan con una autoridad
de ese tipo a la cual apelar, y que decida cualquier diferencia entre ellas, esas 96. Pues, cuando un número cualquiera de hombres ha formado, por el
personas continúan en estado de naturaleza. Y en esa condición se halla todo consentimiento de cada individuo, un comunidad, por ese mismo acto ha constituido
príncipe absoluto con respecto a quienes están bajo su dominio. un solo cuerpo, con el poder de actuar corporativamente, lo cual sólo se consigue por
la voluntad y determinación de la mayoría. Porque, como lo que hace actuar a
91. Pues al suponerse que ese príncipe absoluto tiene todo el poder en sí mismo, cualquier comunidad es sólo el consentimiento de los individuos que forman parte de
tanto el legislativo como el ejecutivo, no hay juez al cual recurrir y persona ante la ella y, por ser un cuerpo, debe moverse en un mismo sentido, es necesario que el
cual nadie pueda apelar, que justa, imparcialmente y con autoridad decida y de cuya cuerpo se mueva hacia donde lo lleva la fuerza mayor, que es el consentimiento de la
decisión puedan esperarse alivio y castigo de cualquier injuria o inconveniente mayoría. (...) el acto de la mayoría se toma como el acto de la totalidad (...).
surgido a causa del príncipe o por su orden. De manera que un hombre así, tenga el
título que tenga, sea Czar, Grand Signior o como os guste, está a tal punto en estado 99. Y así, aquello que origina y de hecho constituye cualquier sociedad política no es
de naturaleza respecto de quienes están bajo su dominio, como lo está respecto del sino el consentimiento de una pluralidad de hombres libres que aceptan la regla de la
resto de la humanidad. Pues dondequiera haya dos hombres que no tiene, sobre la mayoría, para unirse e incorporarse a tal sociedad. Y es esto, y sólo esto, lo que dio
tierra, ley vigente y juez común al cual apelar para la decisión de controversias de origen o pudo darlo a cualquier gobierno legítimo del mundo.
derecho entre ellos, estos hombres continúan en estado de naturaleza y sometidos a
todos los inconvenientes que éste conlleva. (...) 113. [se suele ofrecer la siguiente objeción] "Que como todos los hombres nacen bajo
alguna forma de gobierno, es imposible que ninguno sea libre alguna vez y tenga la
94. Pero, por más que los aduladores hablen para distraer el entendimiento de la opción de unirse con otros hombres para formar un nuevo gobierno o para erigirlo
gente, ello no impide que los hombres se den cuenta de las cosas. Y cuando perciben legalmente."
que un hombre, en el estado que sea, está fuera de los límites de la sociedad civil de (...)
la que ellos forman parte, y que no tienen apelación, en este mundo, contra cualquier
117. Y esto, por lo general, ha dado lugar a confusiones en este asunto; porque en los control de otro poder? A esto la respuesta es obvia: aunque en el estado de
Estados que no permiten que ninguna parte de sus dominios sea desmembrada, ni naturaleza un hombre tiene semejante derecho, su posibilidad de disfrutarlo es muy
que la disfrute nadie que no pertenezca a su comunidad, el hijo normalmente no incierta y está constantemente expuesta a la invasión de oteros, pues al ser todos los
puede disfrutar de las posesiones de su padre sino bajo los mismos términos en que hombres tan reyes como él, todo individuo su igual, y al no observar la mayor parte
su padre lo hizo, es decir convirtiéndose en miembro de la sociedad, por lo cual se de ellos estrictamente la igualdad y la justicia, el disfrute de la propiedad que tiene el
pone al punto bajo el gobierno ya establecido, al igual que cualquier otro súbdito de hombre en tal estado es sumamente insegura. Esto lo lleva a querer dejar una
ese Estado. Y así el consentimiento de los hombres libres que nacen bajo un condición que, por libre que sea, está llena de temores y peligros continuos; y no sin
gobierno, y que es lo único que los convierte en súbditos de éste, al darlo razón busca y desea unirse en sociedad con otros hombres que ya se han unido o
separadamente cada individuo cuando le llega el turno -es decir cuando llega a la tienen intención de unirse para la preservación mutua de sus vidas, libertades y
mayoría de edad- y no todos juntos, la gente no repara en ello y piensa que dicho posesiones, es decir, de todo aquello a que doy el nombre general de "propiedad".
consentimiento no se ha dado o que no es necesario, por lo cual concluye que ser
súbdito es algo tan natural como ser hombre. 124. Por lo tanto, el grande y principal fin para que los hombres se unan en Estados y
se sometan a gobiernos es la preservación de su propiedad, hecho para el que faltan
119. Al ser todo hombre, como se ha demostrado, libre por naturaleza, y no poder muchas cosas en el estado de naturaleza.
someterlo ningún poder de la tierra excepto su propio consentimiento, debemos Primero, falta una ley establecida, fija y conocida, recibida y aceptada por
considerar que se debe entender como declaración suficiente del consentimiento de consentimiento común para actuar como patrón de lo bueno y lo malo y como
un hombre para convertirlo en súbdito de las leyes de cualquier gobierno. Suele criterio para decidir en todas las controversias que surjan ente los hombres. Pues
hacerse una distinción entre el consentimiento expreso y el tácito, que se puede aunque la ley natural sea clara e inteligible para todas las criaturas racionales, los
aplicar al caso que nos ocupa. Nadie duda de que el consentimiento expreso de hombres sin embargo, al estar cegados por su propio interés e ignorarla por no
cualquier hombre para entrar en una sociedad lo convierte en miembro perfecto de haberla estudiado, tienen tendencia a no considerarla obligatoria cuando se aplica a
tal sociedad, en súbdito de tal gobierno. La dificultad radica en qué ha de sus casos particulares.
considerarse consentimiento tácito y hasta qué punto obliga, es decir, hasta qué
punto ha de considerarse que alguien ha consentido y, por ello mismo, se ha 125. Segundo, en el estado de naturaleza falta un juez conocido e imparcial. (...)
sometido a cualquier gobierno cuando no ha hecho ninguna manifestación de ello. A
esto respondo que todo hombre que tenga posesiones o disfrute de alguna parte de 126. Tercero, en el estado de naturaleza a menudo falta poder para respaldar y
los dominios de cualquier gobierno, está por ello dando su tácito consentimiento de apoyar la sentencia cuando es justa y para darle su debida ejecución. (...)
sumisión; y mientras siga disfrutándolos está obligado a obedecer las leyes de ese
gobierno (...). 131. Pero aunque los hombres, cuando entran en sociedad, entregan la igualdad, la
libertad y el poder ejecutivo que tenían en el estado de naturaleza a las manos de esa
120. (...) Por lo tanto, quienquiera que, de ese momento en adelante, por herencia, sociedad, para que el poder legislativo disponga de ellos según lo requiera el bien de
compra, permiso u otro procedimiento disfrute de una parte de tierra anexada a un la sociedad, tal renuncia cada uno la hace sólo con la intención de mejor preservarse
Estado o situad bajo el gobierno de éste, debe tomarla aceptando las condiciones que a sí mismo, a su libertad y su propiedad, pues no se puede suponer que ninguna
regulan esa tierra, es decir, sometiéndose al gobierno del Estado bajo cuya criatura racional cambie su condición con la intención de estar peor. Por eso, no
jurisdicción está, igual que cualquier otro súbdito de él. puede suponerse que el poder de la sociedad o legislatura por ellos constituida se
extienda más allá del bien común, sino que está obligado a asegurar la propiedad de
121. Pero dado que el gobierno tiene jurisdicción directa sólo sobre la tierra y alcanza cada uno, protegiendo contra los tres defectos arriba mencionados, que hacían del
a quien la posee (antes de que se haya incorporado concretamente a la sociedad) sólo estado de naturaleza algo tan inseguro y difícil. Y así, quienquiera tenga el poder
en la medida en que la habite y disfrute de ella, la obligación bajo la que uno está, en supremo o legislativo de cualquier Estado, está obligado a gobernar no ya por
virtud de tal disfrute, de someterse al gobierno, empieza y termina con el disfrute decretos extemporáneos sino según leyes establecidas, promulgadas y conocidas por
mismo. el pueblo y, aplicadas por jueces imparciales y rectos, que han de resolver las
controversias según tales leyes. Asimismo, está obligado a emplear la fuerza de la
Capítulo IX: "De los fines de la sociedad política y del gobierno" comunidad dentro del país sólo para ejecutar tales leyes o, en el exterior, para
impedir o castigar las injurias extranjeras y preservar a la comunidad de incursiones
123. Si el hombre en estado de naturaleza fuera tan libre como se ha dicho, si fuera e invasiones. Y todo esto no ha de estar dirigido a otro fin que la paz, la seguridad y
amo absoluto de su propia persona y posesiones, igual al más grande y súbdito de el bien del pueblo.
nadie, ¿por qué renunciaría a su libertad y su imperio, y se sometería al dominio y el
Capítulo XI: "Del alcance del poder legislativo"
Capítulo XIII: "De la subordinación de los poderes del Estado"
[se altera el orden con fines didácticos]
142. Estos son los límites impuestos al poder legislativo de todo Estado por la misión 149. Aunque en un Estado constituido que está asentado en su propia base y actúa de
que la sociedad le encomendó y por la ley de Dios y la naturaleza, sea cual fuera la acuerdo con su propia naturaleza, es decir, que actúa para la preservación de la
forma de gobierno: comunidad, puede haber un solo poder supremo, que es el legislativo, al que todos
Primero: han de gobernar por medio de leyes establecidas y promulgadas, que no los demás están y deben estar subordinados; sin embargo, al ser el legislativo sólo un
variarán en casos particulares, sino que habrá una misma ley para los ricos y los poder fiduiciario encargado de actual para ciertos fines, sigue permaneciendo en el
pobres, para el favorito de la Corte y el campesino que empuña el arado. pueblo un poder supremo para remover o alterar la legislatura (...). Y así la
Segundo: estas leyes no deben diseñarse para otro fin último que el bien del pueblo. comunidad perpetuamente retiene el poder supremo de salvarse a sí misma de los
Tercero: los gobernantes no deben aumentar los impuestos sobre la propiedad del intentos y designios de cualquiera, incluso de sus legisladores, cada vez que éstos
pueblo sin el consentimiento dado por el pueblo o por sus diputados. Y esto es sólo sean tan necios o tan perversos como para planear o llevar adelante designios
aplicable a los gobiernos donde la legislatura existe de manera permanente, o por lo contrarios a las libertades y propiedades de los súbditos.
menos donde el pueblo no ha reservado ninguna parte de la legislatura para
entregársela a sus diputados, que periódicamente serán elegidos por ellos. 155. Puede preguntarse aquí, ¿qué ocurre si el poder ejecutivo, apoderándose de la
Cuarto: la legislatura no debe ni puede transferir el poder de hacer leyes a nadie, o fuerza del Estado, usa dicha fuerza para impedir la reunión y actuación del poder
depositarlo en un lugar diferente de aquel donde el pueblo lo ha depositado. legislativo, cuando la constitución original o las exigencias públicas así lo requieren?
A lo que respondo: usar la fuerza contra el pueblo, sin autoridad y contrariando la
138. Tercero, el poder supremo no puede quitar a ningún hombre parte alguna de su misión confiada a quien lo hace, equivale a un estado de guerra con el pueblo, el cual
propiedad sin su propio consentimiento. Como la preservación de la propiedad es el tiene el derecho de restablecer a sus legisladores en el ejercicio de su poder. (...) En
fin del gobierno y aquello por lo cual los hombres entran en sociedad, esto toda circunstancia y condición el verdadero remedio al ejercicio de la fuerza sin
necesariamente supone y exige que al pueblo ha de permitírsele tener propiedades; autoridad es oponerse a ella también por la fuerza. El uso de la fuerza sin autoridad
pues si no, debería suponerse que la pierde al entrar en sociedad -y los hombres siempre pone a quien la ejerce en estado de guerra y lo convierte en agresor,
entraron en ella para conservarla-, lo cual sería un absurdo demasiado grande como exponiéndolo a ser tratado como corresponde.
para que nadie pudiera aceptarlo. Por lo tanto, los hombres que viven en sociedad
pueden ser propietarios, tienen derecho a los bienes que por ley de la comunidad son
suyos y nadie tiene derecho a quitarles todo o parte alguna de ellos sin su propio
consentimiento. Sin esta garantía, no tendrían propiedad en absoluto. Pues
realmente no tengo propiedad si cualquier otro puede, con derecho, quitármela
cuando le plazca y contra mi consentimiento. En consecuencia, es un error pensar
que el poder supremo o legislativo de cualquier Estado puede hacer lo que quiera y
disponer de las propiedades del súbdito arbitrariamente o quitarle cualquier parte de
ellas a gusto. (...)
Pues la propiedad de un hombre no está en absoluto segura -aunque haya leyes
buenas y equitativas que establezcan los límites entre lo que es suyo y lo que es de
sus conciudadanos- si quien manda a esos súbditos tiene poder para quitar a
cualquier individuo privado la parte que le plazca de su propiedad y usarla y disponer
de ella como se le antoje.

139. Pero el gobierno, esté en las manos de quien esté, al habérsele encomendado
esta misión, según antes lo he mostrado, tiene como finalidad que los hombres
puedan tener y asegurar sus propiedades; así el príncipe o el senado, por poder que
tenga para dictar leyes tendientes a regular la propiedad entre los súbditos, nunca
puede tener el poder de quitar para su provecho la totalidad o cualquier parte de la
propiedad de los súbditos, sin su propio consentimiento; pues ello sería, en efecto,
dejarlos sin propiedad alguna. (...)
Tapa de la edición original

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