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Temas III

Prefacio

Este será el volumen final de los temas. Tres libros publicados


completan un ciclo, colocando en forma de libro aquellos temas que
deseamos compartir con los lectores, así como para tenerlos para
nuestro propio estudio posterior y uso.

Aspecto más importante de estos temas, en particular aquellos dados


para estudio de grupo e individual además de los de la Señora Staveley,
es la discusión que siguió. Esto – que es esencialmente la otra mitad de
cada tema – no estar y no puede ser presentado en un libro tal como
este. Justo como estos temas han sido editados para la página – para
lectura, no para escuchar – han sido seleccionados adicionalmente sobre
la base de su utilidad para su estudio y reflexión, así como para ser
objeto de trabajo práctico. Muchos de los temas que provocaron las
discusiones más animadas no han sido incluidos porque no llenaron este
criterio – su Valor más grande en la lucha efectuada por los individuos y
los grupos intentando formular las ideas del trabajo a la luz de sus
propias – y frecuentemente variadas – experiencias.

Así como los comentarios de Maurice Nicoll son una forma de


comunicación y comunión con la gente con la que estaba trabajando, así
son estos. La base para cada uno es un grupo, sin el cual el auto estudio
es prácticamente imposible, y sin el cual la enseñanza no puede ser
práctica. Maurice Nicoll formuló las ideas para sus grupos de acuerdo a
sus necesidades, y esto es lo que las Sra. Staveley ha hecho también.
Aunque las ideas son inviolables y eternas sin embargo debe
presentárseles frescas en el tiempo una y otra ves para que sean
escuchadas. Debe primero llamarse antes de que pueda hacerse una
respuesta.

Se ha hecho la acusación de que la materia de estos temas esta


desbalanceada e inclinada al lado de estudiar nuestros defectos y
debilidades. Puede ser que sea, pero en primer lugar es en este mismo.
Que el ser humano que comienza en el camino del auto estudio es más
apto para errar. Y como somos para desenredar nos a nosotros mismos
de aquel miedo y culpa que es el resultado de nuestro
condicionamiento, que es en sí mismo una debilidad. Pero sí esto no se
hace permaneceremos confundidos para siempre.
En segundo lugar necesitamos recordar que “cada acción es seguida por
una reacción igual y opuesta”. Nosotros la gente, como el resto del
cosmos, estamos unidos por contrarios. El trabajo práctico en cualquier
enseñanza está preocupado con dos polos – el hombre tal como es y el
hombre como podría o debería ser. Y se coloca el reflector en un polo
inevitablemente el otro se revela más y más esto está magníficamente
ilustrado en los “Relatos de Belcebú”, Sr. Belcebú no nos deja ni con un
giro un con el cual cubrir nuestra total falta de adecuación; os arranca
nuestras pretensiones, pero al final nos deja con un sentimiento de
esperanza y fuerza, y con una sensación de que hemos liberado de una
carga que nos deja libres, hablando figurativamente, a demandar las
mangas, dejar de filosofar y tratar algo de trabajo práctico y real.

Y algo de lo mismo, en un nivel inferior, tiene lugar cuando los temas


discutidos por aquellos que han tratado realmente de trabajar en ellos
mismos. Frecuentemente hay considerables risas porque, cuando tocas
directamente el punto, los seres humanos son bastante ridículos – pero
no podemos reírnos del otro porque todos estamos en el mismo barco.
Nos reímos, por ello, el predicamento en el que todos estamos metidos –
juntos.

Hace una base para el comienzo de la amistad – una amistad que de


otra forma sería una palabra vacía, sin embargo deberíamos luchar
seriamente para comprenderla verbalmente. Una experiencia vale mil
libros y discursos. Pero sólo cuando observamos lo que tiene lugar.
Trabajamos en “lo que somos”, nuestras debilidades y – a veces – hay
un destello genuino de hermandad. Es una sensación que viene de aquel
otro reino – cómo podríamos ser. Es una verdad profunda que, para
calificar para ser el primer paso hacia lo que yo podría ser, yo debo,
piedad pero no con pesadez, experimentarme a mí mismo tal como soy
ahora.

Pero nos necesitamos unos a los otros. El hombre o una mujer por sí
mismos no pueden hacer esto.

David Kheridian

La nueva octava
Esta granja por ocho años hasta ahora, hemos estado involucrados en
un experimento. Hemos tenido siete semanas de trabajo y esta es la
octava – el comienzo de una nueva octava. ¿Cómo es esto con nosotros?
Nadie puede saber cómo será al final de esta octava, tampoco cual
puede ser el progreso, al menos no más de lo que pudieron haber
previsto el día de hoy desde aquella primera vez – cuando comenzamos
desde nada, yendo la tercera serie en medio de la nave del granero – y
realmente era un granero, cayéndose a pedazos, con olor de vacas que
hace mucho que se fueron – entregado silbando a través de las puertas
que apenas si ajustaban – la cocina, que era una estufa de leña puesta
en el exterior. Hasta nuestro primer proyecto – poner los cimientos para
la casa que incluirían la muy importante habitación para las reuniones –
fue casi una catástrofe porque no habíamos aprendido la cooperación y
la comunicación. O, si ya llegamos a eso, ¡la buena voluntad!

Así de un largo trayecto con muchas subidas y bajadas. Gente nueva ha


llegado y se ha unido, algunos antiguos se han ido pero nunca han sido
olvidados. Toda clase de proyectos, toda clase de actividades – toda
clase de malentendidos que resolver, toda clase de puntos de vista. En
los individuos, así como el grupo en su totalidad ha habido un
incremento bastante estable en las posibilidades. Ha habido octavas
descendientes de creación y octavas ascendientes de trabajo. Tanto las
octavas descendientes como las octavas ascendientes son necesarias,
del hombre la estación de transformación para las energías que es en sí
mismo. ¿Cómo seguirá el equilibrio en la nueva octava? No hay
respuesta ninguna de estas preguntas pero quizá deberíamos
ponderarlas un poco – no llegar a conclusiones sino más bien alcanzar
una percepción más amplia que como es esto con nosotros – como ha
sido – cómo será.

Todo cambia – nada permanece igual – tampoco nosotros. Aunque es


muy fácil salirse del camino. ¿Podemos mantener, a través de los
cambios inevitables, nuestra sensación de dirección? ¿Podemos recordar
para que estamos aquí? La brújula está muy profundamente dentro de
nosotros – dentro de cada uno de nosotros. Si podemos permanecer en
contacto con ella, nos guiará y nos dirigirá. En cada uno de nosotros está
el deseo de encontrarla, recordarla, permanecer con ella. El deseo tiene
muchos enemigos y es débil, pero nuestro error más mortal es rodar de
su presencia o dudar de que nosotros por nosotros mismos podemos y
debemos fortalecerla a través de nuestro trabajo. Esto no puede ser
forzado, no puede ser apresurado, y por supuesto no debería ser
imaginado, soñado o pensado.

Experimento a quien está granja ha sido hacer y mantener una


atmósfera, una situación, un lugar en el cual aquellos que lo desean
pueden llegar a aquel lugar diferente dentro de ellos mismos, pueden
escuchar la “quieta y pequeña voz” entre todas las voces superficiales y
ruidosas. Sí yo no lo deseo, ¡nunca la escucharé! No creeré que puedo –
no confiaré en la voz interna aun si la oigo. La situación, la atmósfera,
solamente pueden mantenerse donde hay suficiente número de gente
que desea seriamente. Así que depende de nosotros. Es estrictamente
un asunto para individuos – y aún así, nosotros, todo el grupo, depende
de la sinceridad y el esfuerzo de cada uno de los demás.

Tratemos hoy de observar la sinceridad, especialmente en conexión con


la pregunta: ¿por qué estoy aquí? Y también al respecto de mi tarea. Si
no puedo ser sincero en la forma en la que ataco mi tarea, entonces mi
sinceridad no cuenta mucho – como trabajo es más importante que por
qué – lo cual, en realidad, no sé. “Porque” es pura adivinanza, suposición
– puedo ver “como” si verdaderamente me importa mirar. Relájate,
observa, haz tu tarea de la forma en que acostumbras. No estás
tratando de probar nada (¿o sí?) – sino para averiguar a dónde has
llegado como el resultado del trabajo anterior. Aun si hay un toque de
vergüenza – y quizá particularmente entonces – esto es donde pueda
comenzar mi nueva octava – no con mis logros sino con aquello que me
falta – mis debilidades reconocidas – mis fallas que todos, menos yo,
pueden ver.

Para ponderar...

Tiempo

Todo tiene su propio tiempo en sí mismo, toda entidad, todo proceso.


Duda el universo mismo tiene su propio tiempo dentro de él, aunque no
nos ayudaría mucho tener una cifra para este punto tiempo es mi vida
mi vida le es dada para completar algo que no ha sido terminado. Sólo
hay tanto tiempo para este proceso y no hay duda que he tenido un mal
comienzo, el hecho un pobre comienzo – o ni siquiera he comenzado.
Aunque esto, sentido, no es mi culpa, ciertas circunstancias más allá de
nuestro control del pasado remoto al hecho necesario para la
inteligencia superior a cargo de esta parte de la creación tomar pasos
que no fueron para el definitivo beneficio de la humanidad para
reacomodar una falla en el cálculo – “el pecado original”, lo llamó la
iglesia. La explicación de Belcebú es que cuando la falla en el cálculo se
hizo conocida a las inteligencias superiores, ellos implantaron un órgano
al hombre que evitaría que él se desarrollara hasta que la amenaza del
peligro hubiera pasado. El le llamo el órgano Kundabuffer. Aunque desde
hace mucho el órgano ha sido removido, las consecuencias cristalizadas
de sus propiedades continúan pasando de generación a generación,
desde mis antepasados directo hasta mí y funcionan como un
impedimento para mi desarrollo. Sin embargo, debido a que el órgano
Kundabuffer mismo ya no existe, no hay nada real que me evité
completar mi destino como un organismo auto evolutivo. Para esto se
me ha dado este tiempo que es mi vida, y mi vida está pasando. Cada
día mis posibilidades disminuyen en tanto yo no trabajo.

Tenemos muchas maneras de referirnos al tiempo que son instructivas


cuando uno llega a examinarlas. Decimos, “gasto mi tiempo en esta o en
aquella manera”, o “tome tiempo para…”, o hablamos de “ahorrar
tiempo” (Perú para qué), y “pasar el tiempo”. La última expresión asusta
bastante. Yo “paso el tiempo” y entonces el tiempo se ha ido y nada ha
tenido lugar. El tiempo me ha pasado. Yo he sido dejado atrás. Al
principio, cuando comencé a venir a las reuniones del grupo Jane Heap
solía citar al Sr. Gurdjieff diciendo, “nosotros estamos involucrados en
una carrera contra el tiempo”, y que causaba una constricción en el
plexo solar en mí. El tiempo estaba pasando implacablemente y para mí
parecía estar quieto. ¿Qué clase de carrera era esta? ¿Cómo podrías
moverte contra el tiempo? Esto era un malentendido. Poco a poco se me
hizo claro que no podía moverme contra el tiempo, yo tenía que
moverme con el tiempo. El tiempo y yo íbamos en la misma dirección.
Tiempo no es sólo un momento que sigue tediosamente a otro momento
sino una vasta, incluso una infinita cantidad de tiempos o ruedas, todas
juntándose, interceptándose a cada momento dado. La carrera para
nada es contra un tiempo abstracto, en una línea recta, como yo pensé.
Y trabajo contra las limitaciones de mi propio tiempo, el círculo entre
nacimiento y la muerte es el único tiempo que tenga. Cada día que pasa
es un día menos para mi trabajo. ¿Está claro?

Veámoslo de esta forma. Hay algo que completar, cumplir, y esto debe
tener lugar dentro de un cierto tiempo – tiempo iguala a mi vida. No hay
otro tiempo para mí, no hay extensiones. Cuando uno ve esto
claramente, uno ve la carrera de forma diferente. La carrera no es
contra el tiempo en sí mismo, es contra mi inercia, mi sueño. El tiempo
es mi aliado si lo uso, mi enemigo solamente si no lo uso.

Esta mente como el universo tiene su propio tiempo, el planeta tiene un


tiempo, y yo tengo mi tiempo, mi vida; y así cada parte, cada proceso
tiene un tiempo – hasta cada parte de un proceso. Tengo que comenzará
a reconocer todos estos tiempos para que pueda usarlos en mi propio
tiempo, mi propia vida. “Hay un tiempo para todo”.

También hay un tiempo como parte de cualquier tarea en la que estoy


involucrado hoy. Hoy tratemos de ver el tiempo como parte de cada
tarea. Por ejemplo, la temporada de cerezas dura solamente
determinado tiempo. Lo que se haga con las cerezas tienen que ser
hecho en armonía con eso. De otra forma es demasiado tarde. A la
hierba le toma sólo tanto tiempo llegar a su temporada de siembra. Sino
la saco antes de sembrar, sí lo dejo para mañana, es muy tarde y todo
tendrá que hacerse otra vez. Es lo mismo con mi propia vida. Mi trabajo
debe hacerse ahora. Mañana será muy tarde. Es difícil ver esto, así de
arraigada está la enfermedad del mañana en mi. Pero quizá sí puedo
comenzar a darme cuenta del tiempo como parte de cada tarea, de cada
proceso dentro de la tarea, me ayudará a ver lo mejor que en mi propia
vida. No es que necesite correr o apresurarme – por el contrario, es que
yo debería ver que no hay tiempo que perder. Siempre hay tiempo
suficiente para cada tarea si no se desperdicia. Así que, ¿hoy como
estoy desperdiciando mi tiempo precioso? En mi tarea, en mi vida. Será
lo mismo.

Qué es el trabajo?

A veces es útil regresará a la pregunta “¿qué es el trabajo?” El trabajo


es un cuerpo de ideas y técnicas que están en un nivel diferente al de la
vida, y que no han de ser confundidas con la vida.

Debe haber alguna clase de esfuerzo para que haya trabajo. Pero hay
muchas clases de esfuerzos equivocados, y también esfuerzos que no
son el trabajo. Los esfuerzos ordinariamente son hechos
mecánicamente, por nuestros hábitos, miedos, gustos y disgustos.
¿Cómo son estos esfuerzos mecánicos para ser distinguidos de un
esfuerzo del trabajo?

De definió un esfuerzo de trabajo como “una energía inferior que entra


bajo una influencia superior”. Una energía superior se encuentra con una
energía inferior. Los esfuerzos de la vida ordinaria involucran dos fuerzas
que se encuentran, pero estas fuerzas están en el mismo nivel – tal
como cuando un hombre empuja una carga pesada. Su fuerza actúa
sobre la resistencia del peso de aquella carga. G pero solamente esto no
es trabajo, porque no necesariamente involucra influencias o energías
superiores. En el sentido del trabajo podemos decir que la energía
inferior es la mecánica o pasiva y que la superior debería ser la activa.
Por ejemplo, cuando trabajamos contra el gusto y el disgusto, esta es
una afirmación de nuestra naturaleza superior, un intento de hacer
nuestra naturaleza inferior pasiva envés de activa.

Como seres humanos, estamos diseñados para ser campo de encuentro


para las energías superiores e inferiores. Sí hemos de desarrollar nos,
las influencias como energías superiores deben entrar en nosotros y
tener un efecto sobre nuestra naturaleza inferior.
El simple hecho de que podamos recibir lo superior es un milagro. Esto
debe ser posible solamente porque hay algo dentro de nosotros que
puede reconocer lo superior. Este “algo” nos ha sido dado como regalo –
reconocer lo superior. Este algo debe ser parte de lo superior mismo, un
representante del Creador.

Así, vemos que un esfuerzo del trabajo es un esfuerzo para recibir estas
influencias superiores, ser receptivo, estar abierto a la ayuda de arriba.
Los grandes esfuerzos del trabajo, tales como la no identificación,
recuerdo de sí, observación de sí, son esfuerzos para hacer que nuestra
naturaleza inferior sea pasiva a algo superior. Esto superior es como la
luz que puede entrar en nuestra oscuridad interior, nuestra ignorancia
de nosotros mismos. Esta misma luz lentamente trae un cambio, un
movimiento hacia el desarrollo.

Para ser receptivos a las influencias superiores, a esta luz o conciencia,


esta naturaleza inferior debe hacerse pasiva. Nuestra naturaleza inferior
está arraigada en el cuerpo y en las funciones mecánicas del cuerpo y
en los pensamientos y sentimientos asociativos.

Como tarea para hoy hagamos un esfuerzo especial para estar en un


tacto un nuestros cuerpos, con nuestra naturaleza inferior animal.
¿Puede hacerse pasiva a nuestra intención activa de trabajar?

Sabemos que esto puede hacerse a través de la sensación y que la


sensación es más posible cuando nuestras mentes están quietas. Que
intentemos la tarea específica de darnos cuenta de nuestras manos, a
través de la sensación, es trabajamos en nuestras tareas, y también de
escuchar los sonidos alrededor de nosotros al mismo tiempo. Esto
requerirá intención y esfuerzo, pero no del tipo de esfuerzo que
hacemos automáticamente.

Grupo masculino – J. C.

Sinceridad

Hemos estado viendo el asunto de la sinceridad uno de los grupos


últimamente. Cosas muy interesantes han llegado a la luz, que podría
ser útil tomar esto como un tema del domingo para el trabajo general.

Y esto me pareció así particularmente a causa de una conexión que hice


entre esta discusión acerca de la sinceridad y lo que Belcebú tiene que
decir acerca del Hasnamuss. Dice que un ser-Hasnamuss es alguien en
cuya presencia, mientras se desarrolla, participa un “cierto algo”. Nunca
se explica justamente que es ese cierto algo. Usualmente uno piensa o
dice que debe ser el ego. Pero esto nunca me ha satisfecho. Pues de
todo, ciertamente por un largo tiempo, el ego es todo lo que hay, así que
¿como podría no participar? Eso es muy plano, muy general, muy fácil,
decir ego. Pero ahora se me ocurre que aquel cierto algo muy bien
podría ser sinceridad o falta de sinceridad – llámenlo hipocresía si lo
prefieren. De cualquier forma, es el lazo entre como soy, y como podría
ser. Es una falla en mi comprensión – incluso el desequilibrio entre
conocimiento y ser.

No es suficiente desear ser sincero. No hay esfuerzo que yo pueda hacer


para llegar a la sinceridad directamente. Sí trato de definirla, me elude.
Aun así – aun así – a veces me conozco un poco más sinceramente, a
veces un poco menos. Algo en mi puede reconocerlo, lo conoce por el
sabor. En la forma ordinaria yo asoció la sinceridad con las palabras que
digo, no sé por qué. Pero si examino esto veo que me lleva a un lugar
equivocado. Los políticos hablan a veces con aquello que suena como
sinceridad total pero hasta un niño reconoce la falsedad en eso. La
gente que desea impulsar u obligar a otros a ciertas formas de actividad,
tales como entrenadores atléticos, predicadores evangélicos,
vendedores de autos, o abogados defendiendo criminales conocidos, son
capaces de engañar a mucha gente con el aura de pseudo sinceridad en
sus voces. Uno puede escuchar ecos de la misma cosa en la propia
ambos cuando trata de imponer un punto del que uno no está seguro, o
al cubrir una ausencia de conocimiento básico. La sinceridad real no
necesita ni vehemencia ni énfasis. No está preocupada en convencer a
otros. Con frecuencia me impulsa al silencio más que a hablar. Lo que
hago y como lo hago es mucho más indicativo de mi medida de
sinceridad que lo que digo. Una y otra vez encuentro que mis obras no
corresponden con mis palabras o mis pensamientos. Creo y estoy
firmemente convencida de que valoro algo – como podría ser este
trabajo – pero si me observo a mí mismo imparcialmente veo que no es
así. Algo valora el trabajo, sí, era una gran parte de mi no, de hecho no
sabe nada acerca de él.

Si verdaderamente quiero trabajar para la sinceridad, es mejor


comenzar con, observar cómo hago lo que hago en vez de especular
acerca de las palabras que digo y de los pensamientos que pienso,
tratando de adivinar y afirmar mis motivos. Quizá incluso debería bajar
mis expectativas un poco. En vez de tratar la sinceridad que se me
escapa – es un concepto demasiado grande – yo debería apuntar a la
simple honestidad. Eso es posible, aunque difícil. Gurdjieff solía hablar
de ser “simple - honorable” y Dios sabe que es suficientemente difícil,
pero aquí donde estoy es al menos posible intentarlo. La mayoría de
ustedes me han oído citará a Meister Eckhardt, que dice, en efecto: para
hacer este trabajo son necesarias tres cosas: orden, honestidad y
sabiduría. Por orden se quiere decir hacer la siguiente cosa, cualquiera
que sea. Por honestidad, hacerla tan bien como se pueda. La sabiduría
es más difícil – significa disfrutar lo que haces. Este es el sentido de lo
que dice Meister Eckhardt – por supuesto no es una cita verbal exacta.

Quizá eso podría ser algo para trabajar hoy con vistas a comprender
más acerca de la sinceridad – como ser simple – honorable. ¿Estoy
haciendo lo que hago tan bien como puedo? ¿Qué significa eso
exactamente? Recuerden, es el proceso y no el resultado lo que cuenta.
¿Cómo se mide la honestidad? – ¿y dónde? Sí no es el resultado y
tampoco solamente mi intención, ¿qué determina entonces, la medida
de mi honestidad? Algo dentro de mí sabe. ¿Puedo estar en contacto con
eso?

Hacer trampa en el trabajo.

“Hay muchas maneras en las que hacemos trampa en el trabajo,


nosotros realmente
Nos engañamos a nosotros mismos por que, tan lejos como mi trabajo
en mi misma me ha llevado; no hay nadie mas a quien engañar.

Para Empezar no fue nuestra culpa. Fuimos criados en nuestra vida


ordinaria de tal manera que solo fingiendo, mintiendo y otros tipos de
engaños nos permitían seguir adelante, llevarnos bien.
Como frecuentemente ha sido dicho, la gente juega juegos y cada uno
de nosotros esta acostumbrado a su propio juego. Algo en nosotros esta
enfermo con el anhelo de algo que pueda mantenerse firme bajo toda
presión, pero todo cede el paso a la mama o papa de un niño. Así el
aprende a no presionar demasiado o no esperar mucho. Algunos de
nosotros de seguro presionaran hasta el punto de la destrucción fuera
de la ira o la desilusión, pero uno desea una autoridad final donde, como
existes corroída, contaminada, sostenida por toda clase de falsedades,
tonterías y pretensiones. Así nuestra confianza también se convierte en
corroída y contaminada y de una clase de desesperanza dejamos de
creer en que hay o podrid haber una autoridad real. Nos unimos a las
multitudes que buscan los pies de barro, o la nota falsa esperando
encontrarla y de seguro no la encontramos.

En todos lados Contaminación. En todos lados la gente engañándose


unos a otros. En ningún lugar hay algo firme verdadero. Que no sea
torcido. Así que yo empecé a aborrecerme, al saber que yo también era
así igual, creyendo que no había nada mas que el juego, el pretender, el
fingir.
Entonces conocemos el Trabajo. Aquellos de nosotros que están aquí
pueden reconocer algo diferente desde el inicio. Aquí hay algo que es
autentico, que es real. Muchos experiméntanos desde el inicio una
sensación de sanacion. Aun nuestra habilidad de confiar puede ser un
poco sanada y traída a un nuevo lugar. Leva un largo tiempo darse
cuenta de que nosotros no correspondemos todavía al Trabajo. Yo
experimente una cierta confianza respecto al trabajo-pero puede este
confiar en mi? Este es un tiempo de prueba. Algunos caemos y sin ver
claramente nuestras viejas actitudes, autoengaños, fingimientos,
desastrosamente tratamos de avanzar manteniéndolos intactos,
justificándolos. Digo algunos pero pienso que todos nos encontramos de
tiempo en tiempo en esta situación. Algunos permanecen por mucho
tiempo jugando el mismo aburrido viejo juego, pero esta vez con el
resultado de que para nosotros mismos comenzamos a perder contacto
con lo que es demostrable y confiable. Algunos continúan asi pensando
que pueden seguir adelante como siempre lo han hecho, añadiendo su
trabajo o lo que piensan que es su trabajo, al juego que han jugado
siempre, el juego de fingir.En lugar de liberarse de las imágenes de ellos
mismos, o separarse de estas añaden las ideas del trabajo a estas, pero
no el Trabajo mismo. Tal vez con lo que empezamos es muy poco. El
tiempo de prueba del que hablo es cuando se empieza a tener miradas
de lo que esta pasando y que lo que llamo hacer trampa es hacer
trampa pero no a otros sino a mi mismo.
Me encuentro en la preparación de la mañana, por ej. Solo soñándolo.
Que pasa? Me sacudo para despertarme, hago algo para iniciar mejor o
escucho a las voces que me dicen, Nadie te ve. No importa. Voy a hacer
los movimientos o no?, que mas esperan ellos?
Esta en mi auto amor el “ellos” que me bloquea de ver que solo estoy yo
conmigo misma. Es a mi misma a quien el Trabajo va a ayudar. Los
“ellos” no son ya esos fantasmas conjurados por mi ego en esta batalla
por mantenerme donde estoy.

Cada vez que fallo al realizar un ejercicio que fue sugerido, o cuando
rápidamente elaboro algo para reportar para “tener algo que decir” me
engaño a mi mismo.
Cada vez que fracaso en tomar ventaja de una situación difícil para
practicar alguna faceta del trabajo me engaño a mi misma.
Cada vez que justifico algún estado, permitiéndome negatividades
familiares- me engaño a mi misma
Cada vez que me felicito de conseguir algo sin ser cachada apareciendo
como buena o mejor de lo que soy- me engaño a mi misma.
Necesito ver las formas engañosas, astutas con la que me auto engaño
con mis propias energías, con mi propio tiempo valioso que se extingue
inexorablemente, necesito ver estas actitudes en mi mismo, tan
antagónicas al trabajo en mi mismo . Necesito recordar que a nadie le
importa en el Universo si trabajo o no trabajo mas que a mi misma. Me
importa a mi si no que hago aquí?, para que voy a gastar mis recursos y
engañarme a mi misma? Como puedo encontrar una nueva actitud?
Hoy encontrare una forma típica en la que me engaño a mi misma es
una forma astuta y engañosa, están fundamentadas en la identificación
y la auto justificación- pero no las superficiales que son tan fáciles de
ver. Hay un ser enfermo en mi enfermo de este autoengaño mecánico-
que necesita ser expuesto a la luz, a la medicina real del trabajo en uno
mismo”

Staveley Themes III pag 9

Flojera

Siempre, durante mis años de crecimiento, se me dijo que era flojo, que
no hacía nada para contribuir con mi modo de vida, que yo daba por
hecho, que no tenía respeto por la comida que comía o por cualquiera
otra de las ventajas materiales que eran mías. Pienso que todos en mi
generación oyeron esto una y otra vez de alguna u otra forma, lo y
mientras sabíamos que esto era más o menos cierto, aun así se volvió
una clase de broma para nosotros, porque los trabajos que se nos pedía
hacer no eran reales, eran señales que no tenía nada que ver con
cualquier cosa realmente necesaria. La mayoría del trabajo era hecho
por máquinas, o por gente, nos parecía nosotros, que no teníamos
tantos recursos como nuestros Padres, por ello teníamos que tomar
trabajos que resignadamente veíamos como serviles, y ciertamente no
deseábamos hacerlos. Mientras que decíamos la mayoría de nosotros
sentíamos que no había nada por lo que valiera la pena trabajar. Todo lo
que uno recibía o o una vida tal como la que nuestros Padres estaban
viviendo era una mayor cantidad de cosas, por las cuales, ellos decían
correctamente, no teníamos respeto. Para eso había docenas de formas
de adquirir las necesidades de vida sin hacer ningún trabajo. Sin querer,
nos trajimos esta actitud con nosotros cuando vinimos aquí. Ahora
necesitamos encontrar algo más de la vida – no es suficiente satisfacer
las necesidades y deseos de nuestros cuerpos.

Se nos ha dicho que ciertas cosas son necesarias y hemos de tener este
algo más de la vida. Se nos dijo que nuestros centros funcionan
anormalmente y que debemos ponerlos en armonía. Debemos trabajar,
hacer esfuerzos, que no son necesarios en la vida ordinaria.

Tenemos que comenzar con nuestros cuerpos. En nuestros días, esta


situación donde todo está hecho por máquinas y donde todos buscan
hacer el mínimo absoluto es una anormalidad. Aun si debiera durar toda
nuestra vida, que es poco posible, aún nos evitará tener la relación con
nuestros cuerpos que es necesaria para trabajar en nosotros mismos.
Aprender cómo hacer lo que hemos llamado “trabajo serviles” es, desde
el punto de vista del desarrollo, una necesidad.

Una de las primeras cosas que muchos de nosotros tenemos que


enfrentar, es una contradicción entre una actitud particular y la realidad.
La actitud va más o menos así: cualquiera es capaz de hacer trabajo
físico ordinario, sólo gente que no puede hacer nada más tiene que
hacerlo. Sí realmente importara, podríamos hacerlo.

La realidad es que sí importa y que hasta ahora no hemos sido capaces


de trabajar físicamente con fuerza de una forma consistentemente
confiable. La granja es un reflejo muy preciso de esto. Y generaciones
previas una sola familia manejaba una granja que como está por sí sola.

Este conflicto ha dado origen a una variedad de amortiguadores de los


que necesitamos darnos cuenta y destruir. Uno se oye más o menos así:
“es el trabajo interior el que cuenta y aquí no trabajamos para de
resultados externos, así que en realidad no importa sin la granja se vea
como se vea”. ¡Uno puede irse a dormir aquí tan fácilmente como en
cualquier otra parte!

Este es un amortiguador muy efectivo, excepto por una cosa. Aunque no


estamos trabajando para un resultado externo, ese resultado externo
todavía queda como un reflejo exacto de nuestro trabajo interno.
También es un reflejo preciso de cómo trabajamos en un grupo. Es algo
que realmente necesitamos enfrentar. Eso lo trabajamos para el
resultado externo, eso no es bueno. De igual forma aquí se necesita un
resultado.

Otro amortiguador: “es mucho trabajo para que lo haga yo sólo y pueda
avanzar – y nadie me está ayudando, estar fuera haciendo algo más así
que para qué me molesto”. Y esto corresponde a mí actitud hacia el
trabajo interior: “lo haría solamente que alguien me ayude”.

¿Podemos ver aquí que esto es un reflejo de nuestra situación interior –


y comprender de una vez por todas que no puede llegar ayuda si no lo
intentamos primero?

Estaba un poco decepcionado cuando llegue a los grupos aquí, porque


tenía la impresión que venía de los libros, de que el trabajo sería muy
rudo. Se me harían grandes exigencias y, debido a que yo era serio,
aprendería a lograr cosas que nunca habría soñado poder hacer. Pero así
no eran las cosas; quedarse no requería grandes esfuerzos; no se puso
presión en mí cuando mis esfuerzos eran inadecuados. Por largo tiempo
me pregunte cuándo comenzaría la rudeza – o, si de hecho el trabajo
había cambiado. Gurdjieff había dicho que sólo contaban los super
esfuerzos, que los esfuerzos ordinarios no producían nada para el
desarrollo de las partes superiores de un hombre. Sí eso era cierto, muy
poco, por decir algo, del trabajo que estaba sucediendo aquí estaba
haciendo a alguien algún bien.

Ahora comprendo que una cosa ha cambiado en el trabajo. Gurdjieff


solía hacer exigencias increíbles a la gente y eso los capacitó para
realizar cosas notables. Sin embargo, sí ellos no ponían las mismas
exigencias sobre sí mismos, la experiencia con Gurdjieff solamente se
quedaba en eso, una experiencia, de la cual no puede haber resultado
permanente. Sin importar con cuánta frecuencia Gurdjieff enfatizaba
que él no podía hacer el trabajo por nadie mas, la gente de continua va
llegando – igual que nosotros – esperando ese les diera el ingrediente
mágico que los capacitara para trabajar. Trabajo no ha cambiado, pero
el método de la enseñanza del trabajo ha tenido que ajustarse a la gente
nueva que llega a él. No se nos dan revelaciones a través de la clase de
experiencia que Gurdjieff daba a la gente de cómo podríamos ser. Pero a
través de procesos más lentos de observación de sí bajo condiciones
especiales, por un largo periodo de tiempo, hemos llegado a nuestra
propia comprensión de lo que es necesario y lo que es posible.

El trabajo en sí mismo no ha cambiado. No puede cambiar porque sigue


leyes definidas. Es rudo y nunca podrá ser menos difícil de lo que es. Los
super esfuerzos aún son todo lo que cuenta, aunque estar serio y
malhumorado al hacerlos no ayuda en nada.

Se nos llama a un cierto cambio de pensar: en vez de, qué necesito del
trabajo, ahora es necesario pensar qué se necesita de mí en el trabajo.

Hoy comencemos por darle una buena mirada a la granja, a todo lo que
tiene lugar en estos treinta y cinco acres. Es el cuerpo físico del grupo, y
como tal, es un reflejo exacto de nosotros y de dónde estamos como
grupo. Traten de ver cómo es sin culpa o temor o sentimentalismo.
¿Cómo trabajo yo aquí? ¿Qué se necesita de mí? ¿Cómo respondo a esa
necesidad? ¿Los esfuerzos hechos son realmente esfuerzos de trabajo?
¿Deseo trabajar?

Purificación

Como nosotros, los seres humanos, estamos colocados donde estamos,


es decir entre dos mundos, tenemos dos tareas. Cada una de ellas es
tan importante como la otra y cada una apoya a la otra. En primer lugar
hemos venido a conocer algo en General acerca del cosmos y de cómo
estamos relacionados uno al otro y al mundo superior. Esto tiene que ser
no solamente en teoría sino definitivamente por percepción directa. La
otra tarea puede ser descrita como una clase de purificación interior,
principalmente del centro emocional. “OH Sr.”, grita el salmista, “haz
que nuestros corazones se limpien dentro de nosotros”. Jesús habrá una
y otra ves acerca de la hipocresía y de cómo no es nuestra conducta
exterior sino nuestro estado interior lo que necesita ser cambiado. En
nuestra propia enseñanza, Belcebú dice que todos los mensajeros de
arriba son enviados para ayudar al hombre a liberarse de las
consecuencias de las propiedades del órgano Kundabuffer. Repite esto
muchas veces.

A veces la que esta es que hay una cantidad de tiempo indebido que se
gasta en trabajar en cosas tales como las emociones negativas, pero tal
como somos ¿Cómo podría ser de otra manera? A menos y hasta que mi
estado interior esté limpio y purificado de algo de la basura con la cual
está lleno, mi aprehensión de cualquier cosa en la naturaleza de un
estado superior está condenada a estar diluida y contaminada. También,
el mero hecho de que yo comience a ver cómo existo ahora, que lo que
soy no corresponde con lo que aspiro a ser, es evidencia de que al
menos veladamente yo percibo algo como un mundo superior. Puesto de
otra forma, mi trabajo es prepararme a mí mismo para un estado con el
cual ahora no estoy en contacto. Así que en una forma de ver lo, todo
trabajo honesto sobre mí mismo es una afirmación de algo que todavía
no puedo saber, excepto por destellos. A través de acomodos y
comienzos yo puedo verme a mí mismo, como soy ahora, a la luz de
cómo podría ser. De otra forma, doy por hecho cómo soy ahora como
todos los demás, estoy conforme con mi imagen de mí mismo y, como
todos los demás, con por las circunstancias y a las personas fuera de mi
por todo lo que no me parece correcto – los rusos, el gobierno, mi jefe,
mi suegra, la sociedad, los vecinos, mis Padres, mi esposo o esposa, y
podemos seguir así. Cualquier pequeña falla y caída que yo concedo
existir en mi me parece estar en el exterior, una cuestión de conducta
que no tengo duda que puede remediarse fácilmente si hubiera la menor
necesidad de hacerlo. ¡Pero no la hay! – O eso me digo a mí mismo. Así
habla un hombre ordinario.

Es suficientemente extraño que tengamos la razón acerca de esto


después de ver que es la moda. Tal como somos, estamos exactamente
estados al mundo tal como es. De hecho, tomados todos juntos,
nosotros somos el mundo. Es sólo cuando atrapo una vislumbre de otro
mundo, de otra forma de ser (y todos lo hacemos en algún punto u otro
de nuestras vidas), que yo me veo a mi mismo con más certeza y
comienzo a sentir algo como nostalgia por un estado que alguna vez
conocí y que no he olvidado totalmente. Algo en mi extraña regresará a
ese estado, a ese lugar, a ese Karatas, que fue el lugar de mi
surgimiento. Para hacer esto o debe repararse el pasado, preparar el
futuro, y esto debe hacerse y aquí en donde estoy ahora – aprendiendo
más y más de mí mismo y de las grandes leyes y, por la luz que viene de
esto, ver cómo trabajar para que este yo mismo corresponda al lugar del
hombre en el universo. Yo debo limpiar mis propios establos de Augias.

Para nuestro tema a hoy, tomemos la idea de la purificación. Las


asociaciones ordinarias con la palabra purificar frecuentemente son un
poco agrias. Tomamos automáticamente la pureza como algo sin color,
sin vida, aburrido. Una cosa que nos quita, negativa. Pero, ¿Cuál podría
ser el significado en el sentido de las escrituras? ¿cómo es que debe
entenderse su uso en todas las enseñanzas? Seguramente no de forma
negativa. Y ¿como se aplica a mi, esta idea de purificación? ¿Qué debe
purificarse en mí? No mi cuerpo, que es un animal y por ello inocente
por naturaleza. Son mis pensamientos y mis sentimientos es cuales
comienza una posibilidad de ascenso y descenso. Yo debo conectar con
esto la idea de la purificación. El estiércol uno puede ascender en tanto
o permanezca siendo estiércol. Pero algo que crece puede ser fertilizado
por el. ¿Cómo puede el estiércol en mi cambiarse a fertilizante? ¿Cómo
puede ser purificado?

Rectitud

“No he venido a llamar a los rectos, sino a los pecadores a


arrepentimiento”

Hay dos formas de ver el significado de esta palabra rectitud cómo se


usa en los evangelios y en cualquier otra parte. Todos sabemos, y
hemos hablado frecuentemente de la compulsión a tener la razón de la
cual sufrimos. Cada uno de nosotros está seguro, y no puede ser
convencido de otra cosa, es su religión, su política, o forma de coser el
arroz, de educar a los niños, de hablar, de peinarse, de comer – lo que
les guste – está justo más allá de cualquier sombra de duda. En mi caso,
sea alguien no está de acuerdo conmigo cuando siento que se me ha
malinterpretado y estoy obligado a corregir a la otra persona, ponerlo de
regreso en el camino correcto, al menos a hacerle darse cuenta de sus
deficiencias. Sí hay que hacer una decisión tengo eternos sufrimientos
tratando de averiguar cuál es la decisión “correcta” para que nadie
pueda acusarme de estar “equivocado”.

Mateo, Marcos y Lucas reportan que Jesucristo dijo a los escribas y


fariseos cuando ellos le acusaron de convivir con publicanos y
pecadores, “no he venido a llamar a los rectos, sino a los pecadores a
arrepentimiento”. Esto dice algo que realmente me conforta. Puedo
dejar de fingir ser recto o si recuerdo de la ayuda que se manda de
arriba no es para aquellos que se consideran salvados – porque
ciertamente si ya estás salvado no necesitas ayuda, o, mirándolo de otra
forma más terrorífica, rehusarías ayuda pensando de ti mismo estar por
encima de la necesidad de ella. ¿No es eso lo que significa tener la
razón? – ¿Pensar que uno ya está ahí y sólo necesitar convencer a los
otros de que es así? Es una carga pesada también. Pero sí puedo,
incluso un poco, renunciar a algo de mi auto justificación, mi certeza de
mi rectitud, entonces tengo un amigo poderoso – y más ni menos que
Jesucristo, quien, entre otros mensajeros de arriba, vinieron a ayudar a
aquellos que pueden reconocer que no siempre tienen la razón – de
hecho, no tienen una muy clara idea de lo que es realmente la rectitud –
y sospechaban fuertemente de que ellos mismos estaban fuera del
camino, necesitando guía. En corto, pecadores.

Para comprender que significa rectitud en el sentido cristiano, así como


en el sentido budista, debo encontrar la forma de renunciar, sacrificar,
mi rectitud y antes que eso tenga lugar yo debo, por supuesto, verlo.
Debo ver al fariseo en mi que mantiene todas las reglas de acuerdo a la
letra de la ley y quien condena a aquel que no comprenda, incluyendo al
espíritu de la misma ley. Así es como eran los seres humanos en el
tiempo de Jesús, así es como es ahora y así es cómo será siempre entre
nosotros. Uno no puede estar ciertamente en lo correcto o tener razón
hasta que todas las demandas por la razón sean abandonadas.

Así que, ¿dónde comienzo? – ¿desde aquí, desde lugar donde estoy
ahora? Seguramente estando más consciente de cómo esta convicción
farisaica de mi rectitud opera, evitando la entrada de nuevas ideas. Así
que, hoy observo. Trato de encontrar el sabor del fariseo en mi que
siempre sospecha de lo que recta mi superioridad, mi rectitud. Este
fariseo es un tipo muy astuto. No quiere que se le vea como es pero
deseaba aparecer y es muy bueno en eso. Al menos me engaña la
mayor parte del tiempo.

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